CarpinterĂa
Carpintería Don Rodrigo y Don Carlos dos hermanos son los dueños de este taller, según me contaron lo empezaron con las uñas y con unas herramientas viejísimas que le compraron a un carpintero ya retirado. Como todo trabajo no fue fácil empezar, ambos no tuvieron la oportunidad de estudiar pero si contaban con las ganas de salir adelante, gracias a estas ganas y el esfuerzo han logrado posicionar su taller como uno de los mejores del barrio Santa Isabel en la ciudad de Bogotá. Las personas que trabajan en el taller son personas amables y gentiles, pese a hablar un poco fuerte y tener un temperamento duro, en las dos ocasiones que tuve la oportunidad de compartir tiempo con ellos, vi como los vecinos y personas que le encargaban algún trabajo, los felicitaba por su trabajo y el trato que recibían era muy amable. Su lugar de trabajo no es un taller moderno, ni con herramientas de punta, pero tiene algo que muchos lugares no tienen el privilegio de contar, la dedicación y el compromiso por el trabajo; Don Rodrigo que cuenta con un poco más de carisma que Don Carlos, me cuenta como al transcurrir de los años ha aprendido que este oficio más que ser un trabajo es una vocación, en el cual a cada pieza y a cada trabajo terminado le dan vida, esforzándose para que el cliente quede satisfecho y los vuelva a buscar para un nuevo trabajo.
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