Debate sobre las Encartaciones l pasado 10 de Junio el CDD TRUEBA DDG convocó a los historiadores e historiadoras locales y a varias asociaciones culturales a una charla debate con objeto de clarificar conceptos y terminologías. El objetivo principal era pulsar la opinión de la gente que trabaja la cultura en las Encartaciones con objeto de llegar a unas conclusiones, aunque éstas fueran mínimas. Si bien en un principio la propuesta aparentaba ser un tanto pueril, pronto cobró su verdadera dimensión mostrando la ambigüedad y las imprecisiones que constatamos a diario cuando hablamos de las Encartaciones. ¿Qué son las Encartaciones?, ¿Encartaciones o las Encartaciones?, ¿Encartaciones o Enkarterri?, ¿Cómo iniciar una recuperación cultural?... Preguntas que necesitan respuestas aceptadas por todos y todas y, particularmente, por aquellos que tratamos de divulgar con objeto de recuperar la historia de la comarca. La reunión tenía, además, un doble objetivo, intentábamos propiciar la relación entre quienes, desde diferentes campos, trabajamos culturalmente en las Encartaciones. La participación fue más que aceptable y las opiniones, sabiendo que es un tema enmarañado y muy manido, consiguieron cercar las preguntas y crearon un consenso que será muy útil de ahora en adelante, aunque, lógicamente, el debate debe continuar. Las Encartaciones ocupan un espacio definido grosso modo desde muy antiguo. Las actuales Encartaciones son el fruto de siglos de historia y de luchas políticas. Culturalmente las Encartaciones siempre han sobrepasado sus límites actuales hacia los valles
colindantes de Aiala, Mena... Desde el siglo XV se mantiene la territorialidad actual, incluyendo, claro está, el Valle de Somorrostro (Zona Minera y Margen Izquierda). En las Encartaciones actuales se aprecia una diversidad cultural que hay que intentar preservar. Las Encartaciones, con artículo femenino plural, figuran como tal desde las primeras referencias escritas que podemos encontrar. No se conoce expresión en euskera que defina esta comarca. Los términos Enkarterri y Enkartazioak (aceptados por Euskaltzaindia) son de reciente creación y, por su arraigo y consolidación, se debe utilizar el término Enkarterri. Por decisión propia, de forma libre, y manteniendo sus fueros, las Encartaciones pasaron a formar parte de Bizkaia uniéndose a las 72 anteiglesias, a Durango y a las villas y ciudad. Por lo que el término las Encartaciones de Bizkaia define la larga pertenencia de esta comarca en Bizkaia, aunque, sobre esta pertenencia, hay muchos matices a tener en cuenta. El tema de la revitalización cultural es amplio como para promover otra reunión de estas características. En síntesis, se constata la opinión de que, por diversas razones, los encartados y encartadas hemos hecho dejación de nuestra cultura perdiendo una buena parte de nuestra idiosincrasia y creando la confusión en la que nos encontramos. La revitalización cultural pasa por recuperar nuestra historia y a nuestros personajes. Se apuntan diversas actuaciones que serán concretadas más adelante. Se valora esta iniciativa como muy positiva y se considera que hay que tener este tipo de encuentros cada cierto tiempo.
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"Los pueblos de norte" a la llegada de los romanos
Goio y Julen Bañales
Origen y evolución de
las Encartaciones de Bizkaia Apuntes para el estudio de su formación histórica l pasado día 10 de Junio nos reunimos un buen número de personas para hablar, de manera distendida, acerca de las Encartaciones de Bizkaia. Como era de esperar, la principal conclusión que sacamos es la de que cada cual tiene su propia visión de esta comarca en función de sus experiencias, sus conocimientos y de sus circunstancias personales, y que, aunque aparentemente existan bastantes discrepancias, este tipo de encuentros son totalmente necesarios. Parece, y en eso creo que todos estábamos de acuerdo, que para poder revitalizar y dar a conocer este territorio es necesario, en primer lugar, saber de qué estamos hablando cuando nos referimos a las Encar-taciones de Bizkaia y esta pregunta básica, en apariencia tan sencilla, fue el primer obstáculo con el que nos encontramos. Es decir, nada más empezar el
coloquio ya estábamos parados. Es evidente, a mi modo de ver, que tratar de hallar una definición válida que responda adecuadamente a esa cuestión, si únicamente tenemos en cuenta el momento presente y, tal vez, una serie de ideas más o menos extendidas y preconcebidas, no nos llevará mas que a ese babel de opiniones que, siendo respetables, no aportan nada más que el sentir y el conocimiento personal de cada uno de nosotros/as. Por otro lado, tratar de avanzar en un proyecto encaminado a profundizar en el conocimiento de esta tierra, a potenciar los valores culturales de la comarca e implicar a las nuevas generaciones en la idea de su pertenencia a ella, sin haber dejado resuelto algo tan esencial como definir aquello de lo que estamos hablando, nos llevaría, inevitablemente, al fracaso.
En consecuencia, no veo otra solución mas que acudir a la historia - y a la memoria - para repasar y poner al día lo que sabemos y, a partir de ahí, establecer unas conclusiones básicas con las que empezar a discutir. Lo lógico sería establecer un guión, siquiera un borrador, trazando las líneas generales que deberían contemplarse en ese estudio. Personalmente, hace tiempo que estoy investigando en los acontecimientos que se dieron en las Encartaciones de Bizkaia a finales de la Edad Media y comienzos de la Moderna; un periodo muy interesante y que ofrece respuesta a muchos interrogantes; pero confieso mi ignorancia - también indiferencia - hacia otras épocas. Por esa razón no me veo capacitado para elaborar ese guión. Sin embargo, aprovechando la circunstancia, Julen y yo hemos comenzado a dibujos algunos gráficos que, en un momento dado, pueden servir para ese propósito.
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Origen y evolución de las Encartaciones de Bizkaia por Goio y Julen Bañales
EN LOS TIEMPOS DE ROMA El primer mapa que ilustra este artículo se refiere a un concepto fundamental: el de la territorialidad. Para ello nos alejamos hasta la época de la colonización romana (más adelante intentaremos realizar un mapa sobre la prehistoria), y recurrimos como fuente principal a Ildefonso Gurruchaga, un autor que expuso, a mediados del siglo pasado, una interesante teoría sobre los pueblos que habitaban este territorio y que los historiadores romanos llamaron autrigones, várdulos y caristios. Él los agrupaba en un solo pueblo, el de los várdulos, que englobaba a los tres, lo cual permitía resolver las aparentes contradicciones de los textos clásicos de, por ejemplo, Mela y Tolomeo. También hemos intentado llevar al plano algunos topónimos de aquella época extraidos del libro Guía para la historia del País Vasco, hasta el siglo IX , de Alberto Pérez Laborda, y algunos de los lugares citados en el itinerario de Antonino . Un pequeño anacronismo es el de los lugares de Sopuerta, Carranza y Vardulia, de la conocida cita de la Crónica de Alfonso III , que se remontarían a finales del siglo IX. El artículo de Gurruchaga, de lectura más que recomendada, se puede consultar en: www.euskomedia.org/PDFAnlt/congresos/07217221.pdf
LA RUPTURA IMPUESTA En el gráfico anterior ofrecíamos una imagen de lo que pudo ser en tiempos de la colonización romana el espacio ocupado por el pueblo autrigón, posiblemente, según exponen algunas teorías, uno de los tres que componían la tribu de los bárdulos. Sea como fuere, el territorio que los autrigones ocupaban en aquel tiempo, aún teniendo en cuenta las debidas cautelas, parece estar bastante claro y la mayor parte de los historiadores están de acuerdo en que los límites coinciden al Norte con la desembocadura del Nervión-Ibaizabal hasta el Asón, y al Sur hasta el más allá del Ebro, ocupando la Bureba. Se trata de un territorio que está, a día de hoy, totalmente desmembrado, repartido en cuatro provincias o comunidades
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y, en gran parte, fuera de su entronque natural y, lo que es más grave, todo ello en contra de la voluntad de sus habitantes. El reparto del territorio autrigón ha dado lugar a varias comarcas: Asón-Agüera y Costa Oriental, en Cantabria; las Encartaciones, en Bizkaia; el valle de Aiala y los valles alaveses en Araba; las Merindades, la Bureba y la comarca del Ebro, en CastillaLeón; y una parte de la comarca de Haro, en La Rioja. Un mosaico incomprensible y antinatural, cuya razón de ser histórica habría que buscarla en la existencia de señoríos particulares, sobre todo el de los condestables de Castilla, que mostraron un interés especial por sacar estos lugares de la órbita de Bizkaia.
Así, nos encontramos con situaciones absurdas, de lugares física e históricamente ligados a la Comunidad Autónoma Vasca y que a día de hoy se cuentan en otras provincias. Veamos algunos casos: El valle de Villaverde fue señorío de la casa de Avellaneda, quien lo vendió en el año 1440 a la de Velasco. Esta última lo sacó del corregimiento de las Encartaciones, al que pertenecía, para incluirlo en un corregimiento propio, junto con los valles de Soba y Ruesga. La misma casa de Velasco -la de los condestables de Castilla- sacó a la villa de Castro Urdiales fuera del ámbito de Bizkaia en el año 1471. Treviño fue conquistado al reino de
La división del territorio autrigón. Aforados
Origen y evolución de las Encartaciones de Bizkaia por Goio y Julen Bañales
Navarra en el año 1200 por Alfonso VIII, quien lo integró en el reino de Castilla. En 1366 el rey Enrique II concedió el señorío a Pedro Manrique. Las numerosas peticiones de integración a Araba tanto de Treviño como de la Puebla de Arganzón han sido siempre desestimadas. El valle de Orozko estuvo sujeto al señorío de la casa de Aiala hasta que, en 1740, junto con Laudio, logró, tras un costoso y largo proceso judicial, integrarse en Bizkaia. Los aforados de Moneo y los de Losa consiguieron integrase en Bizkaia, y fueron incluidos en su jurisdicción natural, en el corregimiento de Avellaneda. El Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal llama a estos pueblos desaforados , por haber perdido sus fueros de provincia a comienzos del siglo XVIII. El valle de Mena fue conquistado en 1072 por Alfonso VI, quien lo incorporó a Castilla; a pesar de la voluntad expresada por sus vecinos no consiguió integrarse en Bizkaia en sus intentos de los años 1833 y 1924. Parte de los pueblos situados al Este del Asón, como Colindres y Limpias, se reintegraron a Bizkaia en 1740, aunque por breve tiempo. Un caso distinto es el del valle de Barakaldo, que decidió sumarse al Señorío de Bizkaia y lo logró en el año 1366, por concesión del conde don Tello. Como vemos, por unas u otras razones, el territorio autrigón está completamente roto. Desgraciadamente su reunificación no depende de la voluntad de sus habitantes, expresada ya en varias ocasiones, sino en la decisión de las Instituciones, y éstas, según parece, no están por la labor. De esta manera se consolida el hecho de que la decisión de aquellos señores feudales que hemos señalado más arriba sigue contando, todavía hoy, más que la de todo un pueblo. LA FRAGMENTACIÓN FEUDAL Desde aproximadamente mediados del siglo XIV dos grandes linajes o clanes se disputaron el poder en la comarca: los Velasco y los Aiala. A ellos se debe,de forma sustancial, el diseño que adquirió el territorio de los autrigones al salir de la Edad Media.
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La división por los grandes linajes
El plano que hemos elaborado refleja claramente las zonas de influencia de una y otra familia, o lo que es lo mismo, de los gamboínos y oñacinos. En aquella época las torres guerreras eran el medio habitualmente utilizado por los más poderosos para demostrar, de forma harto elocuente, su poder sobre los pueblos o los valles que cayeron bajo su yugo. Este elemento, pues, nos sirve perfectamente para dejar reflejadas en el dibujo las áreas de influencia de unos y otros, exponiendo la cuestión como si se tratase de piezas enfrentadas en un tablero de ajedrez. En el gráfico hemos representado en color azul las torres propiedad de los Velasco,
y en color verde las de sus principales aliados, los Gebara. Ambas familias eran líderes de los gamboínos. Los principales antagonistas de los anteriores fueron los Aiala, cuyas torres guerreras hemos coloreado en rojo. Los Mendoza, líderes oñacinos, están representados en color naranja, los Manrique en color blanco, los Salazar-Muñatones, en marrón, y los Butrón-Muxika, en violeta. Evidentemente, en aras a la claridad, no hemos incluido las torres correspondientes a linajes de menor relevancia, que se contarían por decenas entre los aliados de ambos bandos; como es el caso de los Avendaño, Arteaga, etc.
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Origen y evolución de las Encartaciones de Bizkaia por Goio y Julen Bañales
Como se ve en el gráfico, si tendiésemos una línea imaginaria que cortase el territorio autrigón de Norte a Sur, comprobaríamos que una mitad, la del Oeste, coincide casi exactamente con la zona bajo control gamboíno, en tanto que la otra, al Este, se correspondería con la dominada por los oñacinos. Los Velasco mostraron verdadera obsesión por apartar los territorios bajo su influencia de las jurisdicciones naturales en las que estaban adscritos desde tiempo inmemorial. Las consecuencias no pudieron ser más perjudiciales para el devenir histórico de los mismos pues, esta división señorial de los pueblos, ajena por completo a los intereses de las personas que los conformaban, dio como resultado la actual atomización existente, e impidió el desarrollo de lo que pudo haber sido un ente más complejo y rico, disolviéndolo en comunidades a las que no pertenecían ni por historia ni por voluntad. Alguna de estas comarcas intentaron seguir manteniendo los usos, costumbres y libertades de que gozaban antes de ser sojuzgadas y recurrieron para ello a señalarse como integrantes del Fuero de Bizkaia o, principalmente, el de las Encartaciones -o Abellaneda-. Aunque no se corresponde con el pueblo autrigón, el mismo discurso puede aplicarse a los feudos de los Gebara, en Gipuzkoa, y de los Manrique, en Araba. El resto del territorio que historiamos, es decir, el situado al Este, quedó en su mayor parte bajo el dominio de la casa de Aiala (sucesora de la de Salcedo), adscribiéndose al Fuero de Aiala, aunque alguno de sus valles, como Laudio y Orozko, siempre reivindicaron pertenecer al Fuero de Bizkaia. Si nos guiamos por la situación de las torres de gamboínos y oñacinos podremos comprobar con qué nitidez se perfilaban, ya en la Edad Media, los límites y el contorno de la actual Comunidad Autónoma Vasca. Superponiendo los gráficos de los artículos anteriores al del presente, queda expresada de forma meridiamente clara, en un solo dibujo, la secuenciación de los acontecimientos, y se demuestra la decisiva influencia que, para la división hoy día existente en estas tierras, tuvieron los intereses particulares de los grandes señores y linajes medievales.
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¿Qué son las Encartaciones de Bizkaia? Apoyándonos en lo que venimos narrando, ya podemos aventurarnos a dar una primera aproximación a la pregunta de qué son las Encartaciones de Bizkaia: Las Encartaciones de Bizkaia es el nombre que se da a uno de los valles o comarcas resultantes de la división de un territorio que, a grandes rasgos, coincide con el que las fuentes clásicas atribuyen a los autrigones, que fue adquiriendo relevancia y protagonismo sobre los demás debido al hecho de situarse aquí el lugar en que se celebraban las Juntas de hijosdalgo, que se regían por el Fuero de Abellaneda. A este Fuero estuvieron adscritas la mayor parte de las comarcas situadas en la mitad Oeste del pueblo autrigón, pero, al salir de la Edad Media, se hallaron sujetas a la casa de Velasco y fueron incluidas en otros fueros, jurisdicciones y territorios. Para todos estos pueblos que habían sido excluidos, Las Encartaciones de Bizkaia, en la medida que lograron mantener sus libertades, se constituyeron en el referente que les podría conducir a recuperar las suyas. En próximos artículos trataremos de ir concretando más esta definición.
Origen y evolución de las Encartaciones de Bizkaia por Goio y Julen Bañales
LAS ENCARTACIONES PARTE INTEGRANTE DEL SEÑORÍO DE BIZKAIA Tenemos la gran suerte de que nuestros antepasados dejaron escrito lo que ellos entendían por las Encartaciones de Bizkaia. Esto es muy importante, porque en ocasiones tendemos a pensar que nuestra visión actual del territorio es la correcta, bien porque la apoyamos en lecturas o bien porque la sustentamos en nuestras vivencias personales, olvidando, con demasiada frecuencia, que quienes vivieron antes que nosotros también tuvieron su propia percepción de esta tierra y que, aunque pudiera parecernos trasnochada, no tenemos ningún derecho a despreciarla y, mucho menos, a apropiarnos de su pensamiento e identificarlo con el nuestro. Nuestros antepasados pensaban que su morada, su aldea, su concejo y, en fin, su comarca entera, a la que llamaban Encartaciones, era una parte de la Bizkaia primigenia y que ellos eran tan vizcainos como lo pudieran ser los del condado o los del Duranguesado. Ni más que ellos ni menos que ellos; aunque lo realmente importante es que todos compartían una tierra que se distinguía por la defensa de sus libertades particulares. En la segunda mitad del siglo XVIII la Junta General de Avellaneda encargó a su síndico general que presentase una memoria en la que se explicase qué eran Las Encartaciones y su papel en el conjunto de Bizkaia. Con ella se trataba de justificar las razones que asistían a los encartados en un pleito que por aquel tiempo mantenían con el Corregidor de Bizkaia a causa de la primera instancia de los pleitos, y también para dejar de manifiesto su profundo disgusto porque la Real Academia Española había definido a las Encartaciones como Pueblos de las Montañas de Burgos . El síndico presentó sus conclusiones con el título de Apódoxis, o evidente demostración de la justicia que asiste a las M.N. y M.L. Encartaciones del Señorío de Vizcaya en el pleito con el Corregidor y Síndico Procurador General del M.N. y M.L. condado de ella . Está datado en el año de 1769. Esta memoria es un documento especialmente importante para nosotros, porque recoge la respuesta que un encartado del siglo XVIII daba a la pregunta que venimos haciéndonos en estos artículos acerca de qué
son las Encartaciones de Bizkaia. Lo que nos interesa de su contenido es, de forma resumida, lo siguiente: En primer lugar califica a Bizkaia como una de las tres provincias exemptas , cuyos límites son Gipuzkoa, Araba, Montañas de Laredo y Siete Merindades de Castilla la Vieja, incluyendo dentro de Bizkaia a las Encartaciones y lugares adheridos a ellas , y estableciendo sus últimas tierras en Limpias, Colindres, Carranza, Lanestosa y, al Norte, el mar océano Cantábrico . Para el redactor era importante dejar bien claro que Bizkaia y Encartaciones nacieron a un mismo tiempo, mucho antes que se fundasen las primeras villas, y por ello escribe que constituían esta provincia diferentes partidos o merindades, anteiglesias, repúblicas, valles y concejos, compuestos de casas y caserías apartadas unas de otras, sin que hubiese en los primitivos tiempos villas muradas ni cercadas, por cuya razón se llamó Tierra Llana, tanto la del condado como la de las Encartaciones ( ) con sus repúblicas, valles y lugares de sus adherencias . Continúa escribiendo que cada uno de estos lugares tenía su hermandades y fueros, usos y costumbres particulares, aunque concurrían a Juntas Generales so el árbol de Guernica para la elección y juramento de sus señores, defensa de los fueros, franquezas y libertades comunes y generales . Que al margen del fuero general cada parte gozaba de su fuero propio lo demostraba el hecho de que en el año 1394 las Encartaciones hubiesen escrito su cuaderno particular de leyes sin que participase en ellas el condado; de la misma manera que las 72 anteiglesias que componían aquel redactaron las suyas en el año 1526 sin que, en esta ocasión, interviniesen las Encartaciones. Por lo que respecta a la definición del territorio de que se componen las Encartaciones se nos ofrece una lectura cuando menos curiosa, pues responde a la cita de la Real Academia Española, asegurando que las Encartaciones limitan con Bizkaia por todos sus lados: las Encartaciones tienen a sus extremos, por las Montañas de Burgos, otras villas de Lanestosa y Balmaseda y los lugares de Limpias y Colindres, todos de Vizcaya, y hallándose ellas en el centro, hacia la parte del condado, nunca pueden ser comarcanas
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como supone el diccionario . Finalmente, niega que el término Encartaciones se originase por haberse encartado con Bizkaia y mucho menos que en algún momento hubiesen sido lugares adheridos a Vizcaya , antes al contrario siempre formaron un todo. (A.F.B. J-1570-1). Esta visión de las Encartaciones se repite en términos semejantes en otros documentos. Es decir, suponiendo a Bizkaia como un todo formado por cuatro partes, que son el infanzonado (con sus 72 anteiglesias), las Encartaciones (10 anteiglesias más los lugares adheridos en las Merindades de Castilla), la Merindad de Durango y, finalmente, la ciudad de Orduña con las villas. Estas últimas se rigen por las leyes reales y las otras tres por sus fueros particulares y, de forma general, por el Fuero de Guernica en cuanto concierne a defensa común de los fueros y su conservación, y otros aspectos menores como donativos y servicios reales. (A.F.B. 1580-38). Cuando nuestros antepasados realizaron sus probanzas de genealogía e hidalguía para gozar de los beneficios que esto les aportaba siempre lo hicieron demostrando su vizcainía y, efectivamente, disfrutaron de franquezas y libertades que se negaban a otros pueblos merced a su condición de vizcainos . Los vecinos de lugares que en su día fueron de Bizkaia y que por diversas razones dejaron de serlo, como por ejemplo, los de Castro Urdiales, también hicieron sus probanzas de hidalguía reclamando su condición de vizcaínos . Muchos encartados que marcharon a América en los primeros tiempos de la conquista se inscribieron con el apellido de vizcaino . Podríamos seguir, pero seguramente los ejemplos expuestos son suficientes para sustentar la idea que queríamos expresar (la vizcainía de las Encartaciones), y que nos permite seguir concretando un poco más esa definición a la que pretendíamos dar forma. En consecuencia, apostamos por el empleo y recuperación del término clásico de las Encartaciones de Bizkaia para referirnos y designar en romance a este territorio. La forma correspondiente en euskera sería Bizkaiko Enkartazioak , aunque hay que considerar en este caso, la gran aceptación que ha tenido el término Enkarterri .
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Ordutegia Martitzenetik zapatura 10:00 - 14:00 16:00 - 18:00 (uztailaren 1etik irailaren 30era) 10:00 - 14:00 17:00 - 19:00 Domeka eta jaiegunetan 10:00 - 14:00 Astelehenetan itxita Sarrera doan Enkarterrietako Museoa / Museo de Las Encartaciones Abellanedako Batzarretxea / Casa de Juntas de Abellaneda Abellaneda auzoa z/g 48869 Sopuerta Bizkaia T: 94 650 44 88; 94 610 48 15 E: enkarterrimuseoa@bizkaia.net www.enkarterrimuseoa.net www.jjggbizkaia.net
Horario De martes a sĂĄbado 10:00 - 14:00 16:00 - 18:00 (del 1 de julio al 30 de septiembre) 10:00 - 14:00 17:00 - 19:00 Domingos y festivos 10:00 - 14:00 Lunes cerrado Entrada gratuĂta
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