VI
Diez minutos después sonó la campana para el té y Virginia no bajó. Mistress Otis envió a uno de los criados a buscarla. No tardó en volver, diciendo que no había podido descubrir a miss Virginia por ninguna parte. Como la muchacha tenía la costumbre de ir todas las tardes al jardín a recoger flores para la cena, mistress Otis no se inquietó lo más leve. Pero sonaron las seis y Virginia no aparecía. Entonces su madre se sintió seriamente intranquila y envió a sus hijos en su busca, mientras ella y su marido recorrían todas las habitaciones de la casa. A las seis y media volvieron los gemelos, diciendo que no habían encontrado huella de su hermana por parte alguna. Entonces se conmovieron todos extraordinariamente, y nadie sabía qué hacer, cuando míster Otis recordó de repente que pocos días antes habían permitido acampar en el parque a una tribu de gitanos. Así es que salió inmediatamente para Blackfell-Hollow, acompañado de su hijo mayor y de dos de sus criados de la granja. El duquesito de Cheshire, completamente loco de inquietud, rogó con insistencia a míster Otis que lo dejase acompañarle, mas éste se negó temiendo algún jaleo. 43 http://bibliotecadigital.ilce.edu.mx