LA PERSISTENTE BÚSQUEDA DEL GRIAL EN CAPILLA DEL MONTE

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LA PERSISTENTE BÚSQUEDA DEL GRIAL EN CAPILLA DEL

MONTE

Las sensacionalistas crónicas de la revista FLASH

Según Jaime Cañas, periodista y corresponsal de la revista FLASH en Capilla del Monte, hacia fines de febrero de 1986 el pueblo estaba alterado por la presencia de individuos extraños deambulando por las sierras vecinas. Y, ante tanta mentira dando vueltas, decide develar ese asunto de alcance, según él, internacional.

A fin de contextuar el artículo que analizaremos publicado en FLASH con fecha 25 de febrero de 1986 debemos aclarar que por entonces la “Huella del Pajarillo” (aquella que el gobierno municipal sindicara como hecha por una nave extraterrestre) aún estaba fresca. Había transcurrido poco más de un mes desde su aparición y el revuelo general recién empezaba (prolongándose, como se sabe, hasta el día de hoy). De ahí que las palabras de J. Cañas sean, por lo menos, interesantes de tener en cuenta:

* Profesor en Historia por la Facultad de Humanidades de UNMdP (Argentina).

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Por Fernando Jorge Soto Roland* Revista FLASH del 25 de febrero de 1986

“Ante tanto rumores y hechos que oscilan entre la fantasía, un pasado de horror y leyendas medievales europeas, mezcladas con tradiciones indígenas infladas para un propósito pseudo espiritual, decidimos intentar develar este affaire (…)”. 1

Para ello acude a un misterioso arqueólogo. Uno que “se hace llamar Schindler”.2

¿Cómo “que se hace llamar”? ¿Acaso ignoraba su nombre y apellido completo?

Si J. Cañas recurrió a sus servicios es porque lo conocía y tenía confianza en su profesionalismo. A menos que ese arqueólogo, como Indiana Jones, prefiriera que lo llamaran por un apodo autoimpuesto estamos, una vez má,s ante otro de sus enigmáticos informantes; la mayor parte de las veces anónimos y enmarcados en sombras. Demás está decir que, en mi opinión, en la mayoría de los casos esos personajes jamás existieron en la vida real. Eran inventos del propio J. Cañas para transmitir sus propios pareceres y creencias sobre determinados temas. Incluso para difundir por escrito, y a modo de entrevistas, tramas fantásticas que acababa de descubrir en artículos y libros que leía.

Entonces, ¿qué se escondía detrás de “tantas visitas extranjeras, algunas silenciosas y otras que hacen demasiado ruido”?3

La opinión de Schindler no se dejó esperar.

Dejando de lado el interés de algunos funcionarios, afirmo que por aquí no existen ciudades indígenas, sino algunos restos de establecimientos de indios que jamás supieron desarrollar un cultura similar a la de Guatemala, México, Nicaragua o Colombia; eran simplemente nómadas semiestablecidos en estas sierras por el agua y algunas plantas…” 4

Aquellos lectores que le prestaran poca atención a los rimbombantes títulos que J. Cañas les ponía a sus artículos seguramente se habrían sentido desorientados con la referencia a la inexistencia de las ciudades indígenas mencionadas. ¿De qué ciudades estaba hablando? Claro que bastaría con levantar la vista y advertir que, sin preámbulo alguno, el reportero hacía alusión a “una ciudad sagrada” buscada en la zona, y sólo mencionada con letra de molde en el título de la nota

La costumbre de dar por sentadas muchas cosas es otra de las notas características del estilo que tenía Cañas. Algunos podrán especular diciendo que se dirigía a lectores iniciados en su críptica escritura y que no hacía falta dar nombres y apellidos concretos, fijar lugares reales o lanzar al papel temas a medio explicar.

1 Cañas, Jaime, “Buscan en cuevas de las sierras de Córdoba el Santo Grial y una ciudad que era sagrada” en revista FLASH, año VI, N° 299, febrero 25 de 1986, página 17.

2 Ibídem.

3 Ibídem.

4 Ibídem.

2

Los que lo seguían y conocían, sabían muy bien a qué asuntos se refería o de quiénes estaba hablando. Pero esto no deja de ser una opinión carente de certeza.

Claro que si de opiniones hablamos, es posible entrever una solapada crítica de Cañas al gobierno municipal de aquellos días (febrero de 1986) cuando escribe: “dejando de lado los intereses de algunos funcionarios”.

¿Intereses? ¿De qué intereses habla? ¿Estaba sugiriendo que los funcionarios de entonces eran cómplices de una mentira tan grande como la “Huella del Pajarillo” y otras fantasías, desatadas al sólo fin de incrementar la llegada de turistas a la zona? ¿Esos eran los “intereses” de los que hablaba?

Pero hagámosle caso al arqueólogo y prosigamos; no sin antes poner en evidencia el poco profesionalismo del tal Schindler al referirse a las culturas precolombinas de Córdoba y al escaso conocimiento que debió tener sobre la complejidad de la vida nómade, a la que denuesta de forma más que clara.

¿Entonces por qué vienen tantos minigrupos con implementos de arqueología y espeleología?” inquiere el periodista.

“ Esto es otra cosa más seria y más peligrosa, dejando de lado a la confabulación de alguna agencia de turismo. Ambas formas de investigación [la arqueológica y la espeleológica] corresponden para aquellos que tratan de hallar algún resto oculto de alguna reliquia especial, mediante dos técnicas, la cubierta y a encubierta (sobre la tierra y en las cuevas)”. 5

Como puede observarse volvemos al tema de las reliquias en tierras cordobesas.6 Dos años después del primer artículo que publicara en FLASH en 1984, J. Cañas insiste en la búsqueda de la sagrada copa, aunque en esta oportunidad incorporada a otra leyenda, una de raíz teosófica: la de la ciudad tibetana y secreta de Shambhala

¿Por qué motivo inquiere Cañas tantos grupos bien subvencionados se interesan por ambos misterios [el Grial y Shambhala]?

La pregunta es el disparador para que el “arqueólogo” desarrolle la retorcida trama que a continuación resumiré, no sin antes recalcar que la misma es por completo incomprobable de cabo a rabo. No hay fuentes ni otras evidencias que prueben que lo relatado haya sucedido realmente. En el universo del esoterismo la razón poco importa. Es la fe y cierta misteriosa ciencia infusa la que sostiene a las voluntades; y la voluntad

5 Ibídem.

6 Véase del autor: “Huertas Malas, el Grial, grupos nazis y la guerrilla esotérica”, en Academia.com. Disponible en Web: https://www.academia.edu/93964180/HUERTAS_MALAS_EL_GRIAL_GRUPOS_NAZIS_Y_LA_GUERRILA_ESOT%C3%8 9RICA

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de creer es la más poderosa. Quienes creen en sucesos extraordinarios deciden voluntariamente ser parte de un mundo maravilloso y ninguna opinión contraria los quitará de ese camino. Y esa “realidad” es real.

Schindler inicia su alocución haciendo referencia a la existencia en el Tíbet de “centros secretos que eran escuelas especiales para iniciación sagrada”7 y que a uno de ellos había arribado (no da fecha precisa) una expedición austríaca de ideología nazi, dirigida por un médico. Una vez allí, y tras relacionarse con una secta local, tomaron parte de esos rituales iniciáticos renunciando “secretamente a su nazismo, para arribar a un estado superior de conciencia”. 8 Fue así que el médico aprendió la lengua del lugar y el uso medicinal de ciertas plantas sagradas, “para iniciar una importante misión cerca de aquí [Capilla del Mote]”.9

Parece ser que el galeno iba acompañado por un húngaro, que también tomó parte en la iniciación antes señalada. Ambos “fueron los que más sintieron la inclinación por develar esos misterios”, sostuvo Schindler.10 De ese modo, el gran Lama, conocedor de los mismos y de la existencia de sagradas ciudades subterráneas, terminó por revelarles algo sorprendente: que “(…) Pronto las ciudades secretas iban a ser trasladadas a Sudamérica (…). Pero no piedra por piedra sino con ciertos métodos mentales y yogas de alta iniciación”11; dejando entrever que la mudanza se debía a que los rusos estaban muy avanzados en el área de la “sicopolítica” (¡?) y que, por lo tanto, resultaban una amenaza 12

Pero si el austríaco y el húngaro querían organizar una posterior cadena de iniciados, primero tenían que liberar de los campos de concentración nazis a dos familias judías. Nadie en el texto explica el motivo de esa exigencia, aunque suponemos que debió estar relacionada con esa elevación de humanidad, necesaria para alcanzar el estado de conciencia superior mencionado arriba.

“De regreso a Alemania ambos jefes de la misión cumplieron con grandes esfuerzos con el pedido del Lama (…) e iniciaron sus misiones por separado” 13 El húngaro se dirigió a Ecuador en busca de Shambhala. El otro partió hacia Córdoba en persecución del Grial, “traído secretamente a Sudamérica tiempo atrás”.14

Respecto de la identidad real de estos dos personajes sólo puedo decir que el húngaro no es otro que Juan Moricz, el fabulador explorador y empresario que puso sobre el mapa del misterio a la famosa Cueva

7 Cañas, Jaime, “Buscan en cuevas de las sierras de Córdoba el Santo Grial y una ciudad que era sagrada” en revista FLASH, año VI, N° 299, febrero 25 de 1986, página 17.

8 Ibídem. 9 Ibídem. 10 Ibídem. 11 Ibídem. 12 Ibídem. 13 Ibídem. 14 Ibídem.

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de los Tayos, con toda su parafernalia intraterrestre y túneles a lo largo y ancho de la cordillera de los Andes.15 En cuanto al médico austríaco, nada podemos decir. Es un completo desconocido.

Pero, ¿qué motivaba semejante despliegue y esfuerzo por parte de ambos iniciados? ¿Acaso un mero interés personal y egoísta?

No. Nada de eso. El asunto que se cocinaba era mucho más trascendente: el de salvar al mundo de la crisis en la que estaba, evitando su completo fin Pero para eso había que seguir cumpliendo una serie de etapas iniciáticas en las que la geografía tenía mucho que ver.

En pocas palabras, “para descubrir la ciudad secreta de Shambhala, que en realidad es una cueva, o para hallar el Grial, deberán ser iniciados en altas técnicas y visitar punto por punto ciertos lugares geográficos” 16 Es decir, una especie de peregrinación mística que debería comenzar en la ciudad cordobesa de La Falda, pasando por La Cumbre, el cerro Pajarillo, Charbonier, San Marcos Sierras, Capilla del Monte, el cerro Uritorco y, finalmente, la cueva iniciática. 17

¿Pero no era que había que buscar a Shambhala desde Ecuador? Eso dijo Schindler. Lo que no explicitó es que si toda América está recorrida por túneles, es factible alcanzar ese centro místico de poder desde cualquier punto del continente. ¿O acaso no está la intraterrena ciudad de Erks en las inmediaciones del Uritorco?

“Los que allí logren llegar, demostrarán que están capacitados tanto material como espiritualmente (…) Entonces alcanzarán la capacidad de dirigentes para manejar a los grupos de sobrevivencia ecológica

15 Véase: Aguirre, Guillermo, Lírico y profundo. La vida de Julio Goyén Aguado. La verdadera historia de la Cueva de los Tayos, Libros en Red, 2006. Disponible en: www.librosenred.com

16 Cañas, Jaime, “Buscan en cuevas de las sierras de Córdoba el Santo Grial y una ciudad que era sagrada” en revista FLASH, año VI, N° 299, febrero 25 de 1986, página 17.

17 Ibídem.

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Revista FLASH del 25 de febrero de 1986.

y espiritual, que ya están empezando a organizarse para el Apocalipsis, que se inició en Europa, en la URSS y por supuesto en Estados Unidos” 18

Milenarismo en estado puro.

Sólo unos pocos se salvarán y viviendo en Capilla del Monte, claro, mayores serán las probabilidades de éxito.

Pero, “¿cómo conectarse con esos grupos?”, pregunta J. Cañas.19

“ Ellos evitan la publicidad, pero lo buscarán a usted y a los aceptados, sin ruido, sin pausa y sin apuro. Todo tiene su tiempo, todo tiene su medida. Todo es armonía, todo es una sincronización perfecta respondió el arqueólogo devenido en filósofo místico . ¿O se cree que usted y yo mismo nos encontramos de casualidad? Todo tiene una causa y a esa causa deberemos servir sin preguntar, sólo dejándonos deslizar por la corriente de la sagrada energía” 20

Y así, sin ton ni son, Cañas da por terminado su artículo no sin adjuntar (¿o lo hicieron los editores de la nota?) las siguientes fotos, por completo descontextualizadas

¿Será el actor de la foto (antiguo vecino de Capilla del Monte, junto con su hermano) el personaje que se esconde detrás de la nebulosa identidad del arqueólogo Schindler? ¿Y qué decir de eses “extraño objeto” tan parecido a una lupa reflejando luces y sombras?

BREVES PALABRAS FINALES

Habría que suspender por completo el juicio de realidad para poder concluir que la historia relatada (a medias) por el arqueólogo Schindler es verídica. Ni siquiera las fotografías que usaron para ilustrar la nota

18 Ibídem. 19 Ibídem. 20 Ibídem.

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Revista FLASH 25 de febrero de 1986

merecen la menor confianza. Entonces, ¿especulaba FLASH con el descuido del lector, con la intención de hacerle creer algo por completo falso; o conocía la actitud lúdica de sus seguidores ante semejantes fantasías? ¿Desinformaba o entretenía?

Tal vez, ambas cosas. Por eso, siempre deberíamos tener despierto nuestro juicio crítico y, como señala Pablo Capanna, “seguir el consejo que la escuela hipocrática recomendaba a los médicos: no creerle ni siquiera al paciente y practicar la autopsia, lo cual significa ´ver con los propios ojos’.”21 En pocas palabras, verificar en lo posible las fuentes del discurso y el contexto general de quien escribe. Una simple mirada puede sacarnos del universo onírico en el que están embebidos muchos místicos y esotéricos de la New Age, proclamando cambiar el paradigma vigente para impulsar nuevas formas de ver la realidad.

Al respecto es otra vez el lúcido P. Capanna quien nos informa que “un estudio del año 2015 registra más de ochocientas de estas proclamaciones, tan sólo en las ciencias biológicas. De ser esto más que retórica estaríamos viviendo en la revolución científica permanente y las teorías caducarían de un día para otro” 22

Claro que nunca faltarán los conspiranoicos que dirán que los desmentidos son parte de un complot de ocultamiento, una cortina de silencio, mantenida en pos de la ignorancia y de la manipulación a millones de personas.

Todos conocemos la enorme influencia que han tenido y siguen teniendo los medios de comunicación a la hora de influir sobre la opinión pública, entorpeciendo la comprensión que trabajos serios han elaborado sobre el sentido de la realidad. El sensacionalismo es, a no dudarlo, una de las herramientas más efectivas en ese sentido; y la revista FLASH fue durante un buen tiempo una de las tantas publicaciones encargadas de practicarlo. Sus titulares y afirmaciones contribuyeron a la difusión no sólo de lo que hoy llamamos fakesnews, sino a la escritura de una historia de la humanidad alternativa e incomprobable.

Pero convengamos algo: lo que FLASH perseguía era entretener. Y para divertir no hay nada mejor que el sensacionalismo amarillista. No busquemos escepticismo. Aburre. Ya lo dijo el excelente ensayista ítalo-argentino: “Los reclamos de calidad son impopulares y la torpeza se disfraza de transgresión”.23

21 Cappana, Pablo, Simulaciones. Simulacros, ilusiones, fraudes, Ediciones Samizdat, 2021. pág. 12. 22 Ibídem, pág. 12 23 Ibídem, pág. 13.

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FJSR BUENOS AIRES 31 DE DICIEMBRE DE 2022

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