Desgaste emocional retos para el autocuidado en la defensa de los derechos humanos

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“Desde todos los lenguajes, defendemos los DERECHOS y nos resistimos a todas las VIOLENCIAS”


“No se trata de psicologizar el trabajo de defensa de derechos humanos, sino de tener en cuenta las necesidades psicosociales como parte de la agenda de trabajo y fortalecimiento institucional y personalâ€? Carlos MartĂ­n Berinstain


DESGASTE EMOCIONAL: Retos para el AUTOCUIDADO en la defensa de los DERECHOS HUMANOS Popayán, Cauca, Colombia Febrero de 2014 Paola Andrea Díaz Bonilla Psicóloga COMUNITAR Corporacón de Mujeres EcoFeministas Celular: 3166942838 www.comunitar.org.co Diseño y Diagramación Luisa Fernanda Perafán Muñoz 2 Estaciones Corrección de Estilo Socorro Corrales Carvajal Fotografía Original Paola Andrea Díaz Bonilla

Con el Apoyo Financiero de: Broederlijk Delen


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Presentación

12 Nuestra propuesta

31 - Área organizativa 33 - Autocuidado 34 - Área subjetiva 38 - Área organizativa

13 Lo que antecede al camino 40Para la reflexión 15 Elimpactos desgaste emocional y sus 45 Conclusiones 17

Transitando el autocuidado

49 Recomendaciones

19 Un método-camino

51 Invitaciones para el Cambio

21 Hallando respuestas

53 Referencias

24 - Desgaste Emocional 25 - Área subjetiva 29 - Área sociofamiliar

Anexo

55 - Instrumento



“En ocasiones los trabajos comunitarios, generan un auto-olvido, es decir, estamos dispuestos a ayudar a otros y otras y nos olvidamos de nosotras mismas” (Mujer participante)

PRESENTACIÓN Lo primero que queremos decir, es que para esta presentación nos valemos en buena medida de las apreciaciones críticas, políticas, emotivas y propositivas que la psicóloga Yolvi Lena Padilla le hiciera a este diagnóstico. Así como decir que este Diagnóstico ha sido posible gracias al empeño y dedicación de Paola en su acompañamiento psicosocial a víctimas de violencias; acompañamiento en el que Paola escucha y alienta los sueños de cada persona que acude a Comunitar en busca de orientación o sencillamente de que se le crea que ha sido violentada. Yolvi y Paola, compañeras de anhelos para que COMUNITAR siga en el Cauca contribuyendo a defender y proteger los Derechos humanos. Por esta co-razón personal, afectiva e institucional, que es a todas luces sentipensante por lo que tiene de corazón y razón, Paola se decidió y dedicó a ayudar a romper silencios que agreden, a recoger y enfatizar la voz y la experiencia

de un grupo de defensoras y defensores que expresan o permiten que salgan sus sentires, deseos y necesidades en torno a lo que consideran un deber ético-político para pensar, debatir y lograr la Autoprotección en las organizaciones que luchan por el Bien-estar colectivo, muchas veces sin tener en cuenta lo que implica la salud mental y emocional de quienes hacen posibles las luchas colectivas contra las desigualdades e injusticias.

tardado, lo estamos esperando y necesitando. Este diagnostico nos permite evidenciar que hay cosas que están allí, que vemos, sentimos, pero no nombramos, cosas que nos duelen, nos lastiman pero nos empecinamos en ignorarlas. Nos permite hacer un alto en el camino, y reparar en lo que hemos hecho, pero sobre todo, reparar en lo que hemos dejado de hacer por cada uno y una de nosotras, por el bienestar personal, eso a lo que tenemos derecho y obligación”

Como dijera, nuestra muy querida Yolvi, a quien le pedimos leyera y analizara este informe para que lo nutriera desde su sensibilidad, vivencia y experiencia como psicóloga que brinda acompañamiento psicosocial, y de quien hemos aprendido mucho en Comunitar

“Resalto la gran y variada participación de las organizaciones que aportaron en el diagnostico. Esta aceptación es ya un primer mensaje sobre la necesidad de habilitar canales de comunicación sobre este tema. Sacar del anonimato la parte emocional, humana y cotidiana del quehacer de los defensores y defensoras de los derechos humanos, “Este informe está inspirado en las y los prota- ponerlo en el espacio de lo público, del interés gonistas del diagnóstico… estoy segura que común, de lo que podemos hacer y aprender en todos y todas coincidimos en su absoluta perticonjunto, de lo que te pasa a ti, a mí, a ella”. nencia. Muchachas, compañeras por qué se habían

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Entonces, no solo le agradecemos a Paola por su profesionalismo, queremos agradecerle así mismo a Yolvi, no solo el haber leído con sentido crítico este diagnóstico, sino que reconocemos en Yolvi una aliada en esta importante labor de enaltecer a las víctimas cuando se les escucha, cree y orienta para exigir sus derechos. De igual manera agradecerles, de manera muy especial, a las defensoras y los defensores que se dispusieron a que sus voces, sentires y experiencias fueran los hilos con los que Paola tejió laboriosamente este diagnóstico para darle mayor sentido a una necesidad que requiere de más y mayor atención estatal, organizativa y personal: La subjetividad es apremiante cuando de Defender los Derechos humanos se trata. En palabras de la misma Paola, este diagnóstico parte “… de la subjetividad no solo de quienes han

sido víctimas, sino de quienes acompañamos y defendemos esos derechos vulnerados, permite dimensionar los altos impactos ocasionados por la guerra y sus efectos en la vida personal, familiar, social y comunitaria, que en últimas, nos implican a todas y todos...” Y al partir de de los sentires personales, este diagnóstico nos confirma que todo texto, narración, verdad o historia es fruto de la intersubjetividad que nos constituye como seres mancomunados que somos. Seres siempre en relación, y más cuando se trata de unir esfuerzos individuales y colectivos para Defender los Derechos humanos, y entre estos Derechos, el Derecho a la salud. Derecho que quizás, en Comunitar como en otras organizaciones damos por obvio o no le damos la debida importancia, y que según la lectura crítica que hizo Yolvi, el diagnóstico no logra poner en alto relieve que la salud mental es un Derecho sobre el que poco

exigimos en Colombia. Sobre esta obviedad o falta de conciencia, afirma Yolvi que: La salud mental y/o emocional ha sido un tema olvidado en las diferentes agendas, no solamente de las organizaciones sociales, sino de la agenda del país. A pesar de que existe la Ley 1616 del 2013 por medio de la cual se expide la Ley de Salud Mental en donde se garantiza el derecho pleno a la salud mental a la población colombiana, en donde se dice que la salud mental es de interés y prioridad nacional, que es un derecho fundamental, que es un tema prioritario, que es un bien de interés público, en fin que más puede pedir, pero muy a pesar de esto, no existen las condiciones objetivas para que las personas reciban de manera adecuada, de calidad y oportuna la atención que requieren, pero aquí le hago el primer llamado al documento, ya que hubiera gustado encontrar una referencia a la salud como un derecho fundamental y no solamente como

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una opción de las organizaciones sociales y/o de la persona que se siente afectada y desea recibir esta apoyo. Es importante señalar que si bien el sentido del estudio es visibilizar el impacto del trabajo de los y las defensoras de los DDHH, cuando se habla de los mecanismos de afrontamiento, la defensa de la salud mental como derecho fundamental debe estar allí, a esto me refiero cuando digo que este es debate que no solamente se debe quedar en el ámbito privado sino que se debe convertir en una causa social. Y si a esto le añadimos que los profesionales de la salud emocional, así como las propuesta psicosociales hemos cargado con una mala imagen de nuestro quehacer, proponer reflexiones o acciones en torno a lo mental, en muchas ocasiones es entendido como “cosas para locos”, aún la gran mayoría de la población no acude a un profesional, no reportan sus emociones, los médicos no preguntan nunca cómo estamos anímicamente, es poco frecuente que un médico relacione una enfermedad con un estado emocional”.

Más que agradecimientos a Yolvi, a quienes confiaron en Paola, en Comunitar, en esta breve presentación aunamos nuestras voces sentipensantes de defensoras y defensores para incentivar el diálogo y la necesidad del debate público para destacar los más significativos aportes del Diagnóstico, no sin antes advertir que no pretendemos en Comunitar, ni es la pretensión de Paola, agotar todas las posibilidades analíticas y propositivas que los testimonios vislumbran. Es ante todo, una invitación a la interlocución y a la lectura rigurosa que amerita darle suficiente crédito a las vivencias y testimonios de quienes corren permanentes riesgos por Defender los Derechos humanos, pero también a hacer visibles y modificar las generalidades o imprecisiones que hacemos para hablar o para ocultar o restringir lo que nos pasa o sentimos. Sobre el particular sostiene Yolvi que:

atención, ya que creo que definitivamente esta palabra, que no es nueva en el contexto de la salud mental, ha generado un velo que se ha prestado para ocultar realmente el síntoma. Me refiero a que es fundamental llamar las cosas por su nombre y ayudar a que las personas nombren sus dolencias, ¿por qué no decir estoy triste, angustiada, o preocupada, o cansada?, pero seguramente ha resultado más fácil tratar de contener todo y que ella misma lo explique. Pero creo yo que hacer esto, se puede convertir en sí mismo, en un factor de riesgo para las personas, ya que al no ponerle nombre a su emoción, la puede estar ocultando o confundiendo y una posible ayuda puede estar dirigida a un factor inexistente”.

Con base en la subjetividad, en nombrar y compartir lo que nos duele, y en el métodocamino para no separar la mente del cuerpo ni viceversa como nos propone la filosofa “Encontré en algunos apartes del documento la española, María Zambrano, se trata en este palabra estrés. Esto me llama fuertemente la

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diagnóstico, de un ejercicio de investigación cualitativa que se desprende de nuestra acción política en Comunitar encaminada a hacer con-ciencia para darle el lugar que le corresponde a las voces de defensoras y defensores y pensar la salud mental como un Derecho humano fundamental. Vuelve y afirma Yolvi: “Uno de los logros inmediatos de este ejercicio diagnostico, creo yo, es que seguramente le permitió y obligo de alguna manera al defensor y a la defensora hacer una reflexión sobre su nivel de conciencia frente al autocuidado, sus fortalezas y debilidades para afrontar situaciones adversas, pero además sobre su identidad como defensor o defensora. Este nivel de conciencia es necesario si deseamos que haya transformaciones positivas frente al autocuidado… Igual de significativo es profundizar y poner en contexto lo que ha sido históricamente la defensa de los derechos humanos en el Cauca. Qué retos especí-

ficos se le significan a un defensor. Seguramente si este mismo ejercicio se realiza en otro contexto, otro departamento, los resultados pueden ser muy diferentes. No es lo mismo ser un defensor en Antioquia o en Choco que en el Cauca. Esas particularidades territoriales, históricas, políticas, culturales, ayudan a configurar un quehacer diferente y por lo tanto unas condiciones que pueden ser en mayor o menor medida, un factor adicional en el desgaste emocional.” Al entretejer las voces de defensoras y defensores con las apreciaciones de Yolvi quien también es una defensora al igual que Paola y nosotras en Comunitar, ponemos a consideración de las organizaciones sociales, de las instituciones, de la academia, y en general de las personas interesadas en reflexionar y poner en práctica la salud mental como un Derecho fundamental los hallazgos que este diagnóstico arroja desde tres esferas: Subjetiva,

socio-familiar y organizativa. Esferas que dan cuenta tanto del desgaste emocional como del autocuidado o no que enfrentan en la cotidianidad defensoras y defensores de Derechos humanos en el Departamento del Cauca. Deseamos y esperamos de co-razón que este diagnostico con sus hallazgos, recomendaciones y reflexiones, motiven más y mejores informes, más análisis y más compromiso individual y colectivo para autocuidarnos, para no exigir lo que no hacemos en cuerpo y vida propia. Y al autocuidarnos y al hacer con-ciencia de que Defender los Derechos humanos implica exigirle al Estado protección y garantías para que la salud mental sea de verdad un Derecho humano fundamental.

Socorro Corrales Carvajal

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Usamos el derecho a la alegría, a construir el amor, en la tierra lejana y sentirnos dichosos Claro que no somos una pompa fúnebre, por habernos hallado compañero usamos el derecho a la alegría. y compartir el pan, el dolor, la cama. Mario Benedetti Aunque nacimos para ser felices nos vemos rodeados de tristezas y vainas, de muertes y escondites forzados. Claro que no somos una pompa fúnebre, huyendo como prófugos a pesar de todas las lagrimas tragadas vemos como nos nacen arrugas en la frente estamos con la alegría de construir lo nuevo y nos volvemos serios y gozamos del día, de la noche pero siempre por siempre y hasta del cansancio nos persigue la risa y recogemos riza en el viento alto. amarrada también a los talones y sabemos tirarnos una buena carcajada y ser felices en la noche más honda y más cerrada, porque estamos construidos de una gran esperanza de un gran optimismo que nos lleva alcanzados y anda la victoria colgándonos al cuello, sonando su cencerro cada vez más sonoro y sabemos que nada puede pasar que nos detenga; porque somos semilla y habitación de una sonrisa intima que explotará ya pronto en las caras de todos

AGRADECIMIENTOS

Gioconda Belli

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A los hombres y mujeres de las organiza- Movimiento Nacional de Víctimas de ciones; Crimenes de Estado, capítulo Cauca –MOVICELa Red por La Vida y Los Derechos Humanos del Cauca Movimiento Campesino de Cajibío -MCCEl Comité de Integracion del Macizo Colombiano -CIMALa Asociación Campesina de Inza y Tierradentro -ACITLa Unidad de Organizaciones Afrocaucanas –UAOFROCEl Consejo Regional Indígena del Cauca -CRICLa Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca -ACINEl Cabildo Misak

Cococauca

A COMUNITAR, por su apoyo y motivación para concretar la idea de indagar y aproximarse a las experiencias de defensores/as de los derechos humanos en el Cauca, aportando a la autoconciencia y el valor del cuidado de sí.

A Socorro, Salome, Aleja Miller y Moritz por La Cruz Roja Colombiana regional Cauca sus valiosos aportes en la construcción del instrumento, sistematización de la inforLa asociación Renacer Siglo XXI mación y lectura juiciosa del informe. Sus inquietudes y reflexiones nutrieron en gran La Corporación de Mujeres Ecofeministas manera el presente informe. COMUNITAR A Yolvi y Yaneth, comentaristas del informe, La Ruta Pacífica de Las Mujeres quienes desde su experiencia y compromiso ético-político interpelaron la construcción Por su participación, disposición y la final de este informe, ampliando el espectro confianza para compartir sus vivencias y de lo que significa la defensa de los derechos emociones decantadas en su lucha por la humanos. defensa de los derechos humanos.

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“Desde todos los lenguajes, defendemos los DERECHOS y nos resistimos a todas las VIOLENCIAS”

Nuestra propuesta Por la apuesta institucional de la Corporación de Mujeres Ecofeministas –Comunitar- de promulgar y defender los Derechos humanos de las mujeres en el departamento del Cauca, y conscientes, quienes hacemos parte de esta Corporación, de la necesidad de fortalecer los procesos de protección y autoprotección para defensoras y defensores de derechos humanos, presentamos a continuación el diagnóstico sobre desgaste emocional que hemos realizado en el departamento del Cauca. Destacaremos en este informe, la importancia de indagar los procesos personales y organizativos que viven defensoras y defensores en sus dinámicas de promoción de los derechos humanos, así como las formas de afrontamiento que estas y estos emplean frente al desgaste emocional. Consideramos de esta manera, que los resultados plasmados en este informe servirán como insumo para la reflexión interna de las organizaciones del Cauca sobre la inclusión de medidas de

prevención del desgaste emocional para sus los niveles de desgaste emocional y las prácequipos. ticas de autocuidado a partir de la promoción de los Derechos humanos, deteniéndonos en La iniciativa de esta propuesta parte de la los impactos desencadenados en las esferas trayectoria de Comunitar en el acompaña- subjetivas, socio-familiares y organizativas y miento psicosocial dirigido a mujeres víctimas que son expresados en la salud física, mental de numerosas violencias; esta experiencia ha y emocional de defensoras y defensores. A su reafirmado la necesidad de centrar la atención vez, identifica los factores que puedan incidir en las formas como han sido construidas las de forma negativa en el fortalecimiento orgasubjetividades de mujeres y hombres, bajo un nizativo y el posicionamiento político de las contexto permanente de violencia. Partir de organizaciones sociales, si éstas no generan la subjetividad no solo de quienes han sido o agencian medidas de protección y autoprovíctimas, sino de quienes acompañamos y tección. Esperamos, pues, que los hallazgos defendemos esos derechos vulnerados, permite que arroja el diagnóstico lleven a las orgadimensionar los altos impactos ocasionados nizaciones a la reflexión e invitación para por la guerra y sus efectos en la vida personal, promover y desarrollar programas y espacios familiar, social y comunitaria, que en últimas, de autocuidado que tengan en cuenta las nos implican a todas y todos. particularidades que viven mujeres y hombres. Es en consonancia con las líneas de acción del enfoque psicosocial y diferencial, que en Comunitar nos hemos propuesto indagar por

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Lo que antecede al camino Abordar el desgaste emocional en defensoras/es implica preguntarnos por el significado vivencial de esta labor. Empezaríamos diciendo que una defensora/or es un ser con la capacidad de situarse ética y humanamente del lado de quienes padecen injusticias, discriminaciones y exclusiones por diversas razones (género, raciales, étnicas, de clase, ideológicas), para desde ese lugar asumir una opción clara a favor de la dignificación de la vida. Una opción que es coherente a sus historias de vida, forjada en la sensibilidad por el dolor del otro/a y construida en las experiencias de luchas, resistencias y obstinaciones, pese a la persecución y el señalamiento que muchas/os han sufrido en algún momento.

y confronta con la existencia y sus contradic- de impactos en la salud física, mental y ciones. Como lo expresara nuestra compañera emocional de quienes realizamos acompañaYolvi Padilla: miento individual y colectivo. “No todo el mundo llega a ser un defensor de derechos humanos, existen unas condiciones y motivaciones personales, sociales, políticas que los llevan allí. La historia de vida de cada uno y una de los defensores, nos debe ilustrar sobre sus necesidades particulares de acompañamiento y de necesidad emocional”.

El trabajo de defensoras y defensores de Derechos humanos implica el acercamiento directo a situaciones de vulneración gradual o sistemática de las garantías mínimas como imperativo de vida digna. De este Por ser una opción de vida, la defensa de modo, el contacto permanente con situalos derechos humanos nos interpela con un ciones de impunidad, precariedad econóprisma esencial, pues claramente no es una mica, desigualdad estructural o el dolor labor producto del azar o la casualidad; es un de las víctimas ante violaciones de derelugar que se elige desde lo que nos atraviesa chos humanos, van generando una serie

Este panorama de gran complejidad que enfrentan en el día a día defensoras y defensores de derechos humanos en Colombia, se ve drásticamente reforzado por factores que hacen más riesgosa su labor. La frecuente estigmatización y criminalización a su ejercicio, la presencia de actores armados legales e ilegales en los territorios o la consolidación de proyectos de economía extractiva en vastas regiones del país, entre otros, resultan ser caldo de cultivo para el incremento de las agresiones a la integridad física y emocional de defensoras y defensores. De acuerdo al registro realizado por el Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensores y Defensoras de Derechos Humanos -SIADDHHdel programa no gubernamental de protec-

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“El saber escuchar al otro permite sentir satisfacción dentro de uno, pero si todos nos comprometemos en cambiar. Es una labor muy compleja de construir y despertar conciencias por ser tarea delicada y riesgosa”

ción a defensores y defensoras de derechos humanos –Somos Defensores-, durante 2012, 357 defensores/as fueron víctimas de agresiones, así como 120 organizaciones sociales y de derechos humanos, afrontaron algún tipo de situación que puso en riesgo la vida e integridad de sus miembros. Estas cifras, según el programa, resultan ser las más altas que se han registrado durante los diez años de monitoreo y creación del SIADDHH.

directos en el ejercicio legítimo de los derechos humanos. Ahora, los interrogantes que este panorama nos devuelve, pasa por preguntarnos sobre ¿cualés son los impactos emocionales y físicos en la salud de las personas que entregan sus energías y capacidades en pro de la garantía de derechos para todos y todas?, ¿Cómo lograr visibilizarlos y permitir una sensibilización en las organizaciones?, ¿Cómo defensores y defensoras de derechos humanos tenemos el cuidado necesario con Extrapolando al Cauca estas alarmantes cifras, nosotros/as mismos/as, para así ayudar a los la realidad se recrudece al identificar en este demás? informe que el departamento ocupa el segundo lugar en donde más líderes y defensores/as Desde estas preguntas orientadoras para el fueron asesinados en el año 2012, con un análisis del desgaste emocional en defentotal de 14 casos; en cuanto a agresiones soras y defensores de derechos humanos en el individuales, nuevamente el departamento Cauca, consideramos que uno de los objetivos se encuentra en segundo lugar con 51 casos, primordiales resulta ser la visibilización de los cifra que se incrementó en un 55% en relación altos y sostenidos niveles de agotamiento que a lo ocurrido en el 2011, cuando se reportaron enfrentan en su cotidianidad, y que se ven 33 casos. Estos datos demuestran los riesgos potenciados por la hostilidad de un contexto

sociopolítico que obstaculiza su acción, exponiéndolos a situaciones de riesgo o amenaza similares a las personas que acuden en busca de atención y/o ayuda.

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El desgaste emocional y sus impactos El desgaste emocional, conocido conceptual- Estos síntomas reflejados en las distintas mente desde sus inicios con el anglicismo esferas (física, social, conductual y psicoburnout (“fundirse” o quemarse”), se refiere: lógica), de las personas que asumen situaciones de estrés y agotamiento por periodos Al proceso en el cual el carisma y el compro- de tiempo prolongado, tienen a su vez una miso social de los trabajadores es reemplazado repercusión directa en el ámbito organizativo por el agotamiento, la fatiga y otros malestares y familiar. La aparición de estas situaciones psicosomáticos, de orden físico (dolores de en el clima organizacional pueden debilitar cabeza, cuello, espalda, el aparato digestivo, gradualmente las dinámicas de acción y alteraciones del sueño y el apetito, problemas de proactividad de los equipos, convirtiéndolos piel), conductual (ausentismo laboral, pérdida en un mayor blanco de posibles agresiones y del entusiasmo, aburrimiento, rigidez y dificultad amenazas. De la misma forma, en el núcleo para tomar decisiones), social (aislamiento de familiar y de pareja, los vínculos establecidos los colegas, cerramiento frente a nuevas informa- pueden sufrir fracturas en sus redes, compleciones, aumento de la irritabilidad) y psicológico jizando aún más el estado emocional de quien (dependencia al alcohol y las drogas, desmoti- se ve afectado/a por tal realidad. vación, baja autoestima, visión negativa de la vida y de los demás, culpabilizar o autoincul- Los daños individuales y colectivos ocasioparse por la falta de logro, o en el otro extremo, nados a raíz de la prolongación y el recrudesentimientos de omnipotencia o sensación de cimiento del conflicto armado en el deparincompetencia profesional), entre otros. tamento del Cauca, ocasionan entre muchos (Cf., Arón y Llanos, 2004: 3-4) impactos la ruptura de los lazos de confianza

y solidaridad al interior de las comunidades, reforzando el miedo y la sospecha convirtiéndose en factores que hacen más difícil y riesgosa la labor de defensa de los derechos humanos en los territorios. Al mantenerse este clima de zozobra, el desgaste emocional puede incrementarse afectando no solo la salud física y emocional y todas las consecuencias para el trabajo comunitario y de base de defensores/ as, líderes y lideresas sino el debilitamiento de su apuesta política, producto de la impotencia o la percepción de encontrarse solo/a en medio de todo tipo de vulneraciones. Contraponiéndose a este complejo panorama, los seres humanos poseemos mecanismos de afrontamiento que nos permiten regular y balancear los niveles de agotamiento que se van produciendo en la actividad laboral y ocupacional. De la misma forma, estos umbrales permiten la adaptación y funciona-

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lidad de las personas en momentos críticos o de alta vulneración a causa de la violencia o la ocurrencia de acontecimientos trágicos que remueven las creencias o el sentido de vida. En un medio percibido como altamente amenazante se requiere la permanente activación de estos mecanismos protectores que salvaguarden la salud y vida de quien sufre y con mayor razón de quienes intentan acompañar en el dolor. Partir del “reconocer las propias formas de enfrentar el estrés y el manejo de la tensión emocional puede contribuir a reforzarlas y adaptarlas a diferentes situaciones que pueden ser difíciles… Se necesita, por lo tanto, capacidad de autoobservación, reconocer las propias necesidades para desarrollar el trabajo y flexibilidad en las formas de adaptación y sensibilidad frente al contexto”. (Berinstain, 2010:145-146)

“Por parte de este ejercicio me parece muy básico para unas reflexiones de nuestro pensar de uno en la vida”

“La defensa de los derechos humanos genera en la vida y el cuerpo un desgaste muy fuerte pero que aveces no nos damos cuenta de ello, por esta razón es muy importante contar a nivel organizativo con relaciones de confianza que permitan detectar este desgaste y acompañar colectivamente para tramitrar todos aquellos sentimientos y emocionalidades que se dan en el marco del ejercicio para no perder de vista la salud física y emocional, pero también no perder de vista la apuesta política y social”

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Transitando el autocuidado Situar la discusión en el autocuidado nos conlleva a ampliar el análisis de lo que entendemos por salud mental y bienestar emocional. Esta comprensión se ubica en la noción de la salud mental como derecho fundamental, cuyo significado no debería estar restringido a la ausencia de enfermedad o tener un diagnóstico patológico, sino a la calidad de vida, reflejada en la posibilidad real de gozar de un conjunto de garantías que dignifiquen el ser y hacer de las personas. Alcanzar este grado de bienestar para todos/as pasa por resolver los factores estructurales que mantienen a mujeres y hombres en condiciones de desigualdad, pobreza y marginación a causa de los desequilibrios de poder imperantes en la sociedad colombiana y que se agudizan a través de los impactos de la violencia sociopolítica presente en el país.

que reorienta las acciones en procura de la mejoría emocional de los y las integrantes de una comunidad abordando los determinantes sociales, económicos, políticos y culturales que afectan el bienestar personal y colectivo, desde una postura política que involucra necesariamente un enfoque de derechos y el dialogo intercultural. De esta manera, dicha construcción se realiza a partir de las creencias, prácticas culturales y dinámicas sociales particulares de una comunidad, cuya raíz se encuentra en su historia, cosmovisiones y formas de habitar el mundo.

El cuidado de sí (Foucault, 1984), puede ser entendido como una práctica de libertad por medio de la que se hace posible acceder al conocimiento de sí mismo/a, permitiendo construir y transformar un cierto modo o manera de ser; un proceso personal que Frente a esta visión homogenizante, se halla implica reconocerse en las necesidades y el enfoque de la salud mental comunitaria deseos, donde el sentido de lo ético adquiere

un sentido amplio. Este sentido radica en que en la medida que exista la posibilidad de ocuparse de sí mismo/a se podrá pensar en los y los otros/as. Pese a esta visión, en la actualidad esta idea ha sido fuertemente atacada al considerar que cuando nos ocupamos de nosotros/as mismos/as nos convertimos en seres individualistas y egoístas, pues pareciera que pensar de manera conjunta en el bienestar propio y el de las personas que nos rodean resultara imposible. De acuerdo al legado cultural son posiciones contradictorias que no pueden tener un punto de encuentro: o se cuida de si mismo/a o se cuida de los demás. Tener el cuidado sobre sí mismo/a implica concebir el cuerpo como nuestro primer territorio, atendiendo sus señales y alertas frente a situaciones del contexto que puedan dañarlo o violentarlo. Esta noción que también es polí-

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“El acompañar los procesos comunitarios siempre va a generar desgastes, sean físicos o emocionales puesto que somos una sola unidad, por lo tanto se deben conjugar estos factores para ver en la integralidad los seres humanos. En los trabajos con mujeres se evidencian las creencias básicas de la vitalidad. Hechos que generan altas preocupaciones que hacen se descuide el resto de lo humano”

tica, pretende avanzar en la deconstrucción de patrones socioculturales que nos dividen a hombres y mujeres, restringiendo la capacidad de autonomía y decisión sobre sí mismos/as.

regular, una alimentación sana, el descanso y una actividad del sueño reparador, la relajación corporal y mental; contar con actividades de ocio y esparcimiento que potencien las aptitudes y destrezas de las personas en Pensar en una práctica individual y colectiva un plano más subjetivo y personal. Estas alrededor del autocuidado, es optar por la significativas acciones permiten reflexionar realización de una serie de acciones y activi- sobre las experiencias vividas y el significado dades con el fin de proteger, promover la salud que estas adquieren para quienes propenden y el bienestar en la vida de una persona. El por los derechos de los demás, sin tener que autocuidado requiere de pocas y muy claras excluirse de esos mínimos vitales. acciones simples, fácilmente comprensibles y ejecutables para todos (Matrajt, 1996). Dichas acciones tienen que ver con el cuidado de nuestro cuerpo, reflejado en el ejercicio físico

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Un método-camino María Zambrano (citada por Cosachov, M. 2000) postula un método-camino no solo de la mente (ya que nunca es posible separar la mente del cuerpo), sino de toda criatura y no solo, para la realización de lo posible, sino también para el sentir de lo importante. En esta posibilidad de convocar el dialogo de trayectorias y experiencias en torno a la defensa de los derechos humanos, surge como método de indagación frente a las líneas conductoras de este diagnóstico, la construcción de un instrumento que nos aproximara a la identificación del desgaste emocional en defensores/as del departamento.

de catorce, pertenecientes a distintas regiones La Asociación de Cabildos Indígenas del del departamento. El muestreo cuenta con una Norte del Cauca -ACINgran diversidad de organizaciones: campesinas, indígenas, afrodescendientes y ONG El Cabildo Misak que brindan acompañamiento a víctimas. Las organizaciones partícipes fueron: Movimiento Nacional de Víctimas de Crimenes de Estado, capítulo Cauca La Red por La Vida y Los Derechos –MOVICEHumanos del Cauca Movimiento Campesino de Cajibío -MCCEl Comité de Integracion del Macizo Colombiano -CIMALa Asociación Campesina de Inza y Tierradentro -ACIT-

Cococauca La Cruz Roja Colombiana regional Cauca

Dicho instrumento sobre desgaste emocional La asociación Renacer Siglo XXI y prácticas de autocuidado fue diligenciado entonces, por un total de 107 defensoras y La Unidad de Organizaciones Afrocau- La Corporación de Mujeres Ecofeministas defensores de derechos humanos del deparcanas –UAOFROCCOMUNITAR tamento del Cauca. En relación al número de organizaciones que congregan a las y los El Consejo Regional Indígena del Cauca La Ruta Pacífica de Las Mujeres participantes del diagnóstico, hubo un total -CRIC-

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“Ante la situación de conflictos en nuestras zonas estos ejercicios nos hacen recuperar tranquilidad en momentos, pero como no se acaba nunca esta violencia es posible que persista nuestra tensión y miedo”

“Son unas buenas preguntas para ver cómo esta uno mismo, seguir haciendo estas actividades para mejorar como ser humano”

El instrumento fue construido a partir de la bibliografía consultada en torno a las dos preocupaciones que destaca el estudio: el desgaste emocional y las prácticas de autocuidado. A su vez, el instrumento contó con la revisión de profesionales expertas en la construcción de indicadores sociales y de género. Antes del trabajo de campo, fue necesario hacer el proceso de socialización de la propuesta con cada una de las organizaciones participantes, con el objetivo del debido consentimiento, teniendo a su consideración la elección de las defensoras y defensores de acuerdo a los procesos de concertación internos. Pues es un imperativo ético que toda consulta, investigación o intervención social

cuente con la debida autorización de quien decide coloborar o participar en un diagnóstico o estudio en el que sus aportes serán insumos para analizar, ilustrar y/o proponer alguna medida que conduzca a identificar y alertar sobre una acción que puede causar daño o beneficio a las personas, comunidades y sus entornos.

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100%

Hallando respuestas Los resultados planteados a continuación surgen del análisis realizado a cada una de las variables contenidas en el instrumento, divididas en dos grandes categorías: el desgaste emocional y el autocuidado, las cuales, a su vez involucran las esferas subjetiva, sociofamiliar, y organizativa, cuya escala de medición esta estipulada por los niveles alto, medio y bajo. La lectura a los datos obtenidos desde un enfoque diferencial de género permitirá identificar las diferencias y similitudes en los impactos en la salud física y emocional, con el ánimo de hacer un análisis comparativo para cada eje identificado. Es importante anotar, que para algunas variables analizadas se retomarán las preguntas más relevantes enriqueciendo la indagación realizada. El orden de los resultados tiene inicialmente el análisis de variables generales como la distribución por género, la edad de los y las participantes y el área en el que desarrollan

sus funciones dentro de la organización a la que pertenecen. Del total de 107 cuestionarios, 58 fueron respondidos por mujeres y 49 por hombres, lo que equivaldría a un 54.2% y 45.8% respectivamente de acuerdo al género de los y las participantes. Desde el diseño del diagnóstico tuvimos la intención que la representación por género fuera equilibrada para tener un panorama amplio de los niveles de desgaste emocional y prácticas de autocuidado de hombres y mujeres. A continuación el porcentaje graficado de participación de acuerdo al género:

54%

46%

Grafica 1: Distribución de la muestra por género. De la misma forma se tuvo en cuenta la variable edad, con el fin de establecer los ciclos vitales representativos de los y las participantes en el diagnóstico. En este apartado vemos que el 42% de las mujeres se encuentra en edades que van de los 26 a los 35 años, seguido de un 28% para el rango de 36 a 45 años. En relación a los hombres el mayor porcentaje se encuentra en los mayores de 46 años con un 36.37%, seguido de un 30.3% para el ciclo de los 36 a 45%. Estos resultados evidencian para las mujeres, una participación activa en sus organizaciones en

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los ciclos de mayor productividad, debiendo equiparar tareas político-organizativas con funciones domésticas y de crianza de sus hijos e hijas, lo que podría acarrear mayores responsabilidades y posibles niveles desgaste. En el caso de los hombres participantes, la mayoría se encuentran en una edad madura que les brinda un marco de acción para desempeñar sus responsabilidades como defensores, aunado a la permisibidad sociocultural que su género les otorga en el ámbito público.

significativas que ocasionan gran sufrimiento. De ahí, que para los niños, niñas y jóvenes expuestos a situaciones de conflicto armado los cambios y procesos adaptativos que viven sean más sencillos, y por ende, su recuperación emocional más factible.

Por otra parte, la edad resulta ser un indicador a tener en cuenta en la posibilidad de las personas para tramitar de maneras adecuadas y resilientes las experiencias dolorosas y traumáticas padecidas en algún momento de la vida. A menor edad, pueden existir mayores recursos emocionales que nos permiten resignificar o darle nuevos sentidos a los hechos adversos, situaciones de violencia o perdidas Gráfica 2: Distribución por edad de acuerdo al género

Con relación al área en el que defensores/as desarrollan su labor dentro de la organización a la que pertenecen, la mayoría cumplen funciones y responsabilidades encaminadas al fortalecimiento organizativo encontrándose al 67.24% de las mujeres y el 78.38% de los hombres en espacios comunales. Las mujeres minoritariamente cumplen funciones en las áreas médica y psicosocial en un 13.79% para cada una, finalizando con un 5.17% dedicadas a la atención jurídica. Para el caso de los hombres, en segundo lugar se ocupan de lo jurídico y otras funciones con un 8.10%; minoritariamente desarrollan acciones en la atención médica y psicosocial con tan solo un 2.70% para cada una. Las distribuciones permiten afirmar que la mayoría de organizaciones encaminan sus esfuerzos al fortalecimiento de los procesos sociales y políticos en sus comunidades,

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“ El tema es muy importante ya que esto nos ayuda a visibilizar mucho más acerca de toda la problemática de cómo estamos viviendo en nuestros entornos”

“Es un ejercicio muy agradable y nos ayuda a evidenciar cosas que por diferentes causas no tenemos presentes”

“Me pareció bueno porque se puede ver el sentir de persona y el cómo me veo en la actualidad”

fomentando niveles de compromiso y afianzamiento con miras al logro de sus reivindicaciones. En paralelo, los bajos niveles de involucramiento en otras áreas como la jurídica y psicosocial podrían evidenciar falencias que agudizarían los niveles de protección y autoprotección de defensores y defensoras. Así mismo, un mayor porcentaje de mujeres involucradas en el área psicosocial al respecto de los hombres, podría denotar la influencia de patrones de crianza que promueven con mayor enfasis para las mujeres el cuidado de los otros/as.

Grafica 3: Área de desempeño de participantes en relación al género.

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DESGASTE EMOCIONAL

ÁREA SUBJETIVA

ÁREA SOCIOFAMILIAR

ÁREA ORGANIZATIVA

Somatización

Dinámica organizativa

Área cognitiva

Factores de estrés

Área emocional

Desgaste Emocional En este primer apartado presentamos los hallazgos más relevantes frente a los niveles encontrados de desgaste emocional en las tres esferas categorizadas: subjetiva, sociofamiliar y organizativa, cuya escala de medición esta estipulada por los niveles alto, medio y bajo . Es importante mencionar que cada categoría cuenta con subcategorías que amplían el análisis, las cuales serán descritas a medida que avanza la presentación de los hallazgos.

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Este análisis se desarrollará de manera paralela entre los resultados obtenidos por el grupo de hombres y mujeres, para así establecer comparativamente lo encontrado de manera diferencial. El siguiente diagrama clarifica las categorías que se tuvieron en cuenta:

Nivel Medio: síntomas que se presentan de manera ocasional a causa de la exposición a factores de estrés que podrían generar efectos adversos en la salud física, psicológica y emocional.

Nivel Alto: Conjunto de síntomas y comportamientos reiterativos que perduran en el tiempo por más de seis meses afectando el desarrollo de las actividades organizativas, sociales y familiares, producidas por una exposición frecuente a factores de estrés que implican riesgos visibles para la salud física, psicológica y emocional.

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“Los casos de violencia sexual dentro de los resguardos ocasionados por las mismas familias también genera amenazas”

Área Subjetiva La subjetividad puede entenderse como la capacidad que poseen las personas para interpretar las diversas experiencias de la vida de una forma particular; esta interpretación de lo vivido parte de elementos como las formas de socialización recibidas o la construcción sociocultural de los géneros, que le conceden a los sujetos las bases para relacionarse y ser en el mundo. Como campo de acción en el que hombres y mujeres se representan, la subjetividad se encuentra atravesada por circunstancias históricas, políticas, sociales y culturales. En esta área personal situaremos tres subcategorías identificadas en las que se pueden evidenciar niveles de desgaste emocional: somatización, áreas cognitiva y emocional.

ción del 48.5% en un nivel alto, seguido del 31.2% con un nivel medio. Estas cifras muestran la tendencia de las mujeres a que sus cuerpos expresen las tensiones, frustraciones y malestares que se reflejan en dolores físicos recurrentes como migrañas, tensiones musculares o problemas digestivos, que cuando no son atendidos, fácilmente pueden volverse crónicos y son, casi siempre, antecedentes de enfermedades de alto impacto como el cáncer. Para el caso del grupo de hombres se encuentra que el 49.9% presenta niveles bajos, seguido del rango medio con un 29.7%; solo un 20.4% de los participantes afirman presentar algunos síntomas recurrentes en su salud física, cuya causa podría obedecer a situaciones de índole emocional, como por ejemplo el insomnio, dolores de espalda o síntomas gastrointestinales.

Con respecto a la somatización concebida como un conjunto de sintomas que podrían evidenciar la presencia de desgaste emocional, Haciendo un análisis comparativo de los para el caso de las mujeres hay una pondera- resultados obtenidos en el grupo de hombres

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La somatización hace referencia a la aparición y persistencia de síntomas físicos cuya causa es de índole psicológica y/o emocional. 3 La esfera cognitiva hace referencia al conjunto de funciones que regulan el comportamiento humano como la memoria, la atención, el lenguaje, la percepción o la solución de problemas. 4 La esfera emocional son reacciones fisiológicas que permiten la adaptación al medio ambiente a partir de la identificación de estímulos que pueden ser amenazantes o protectores. Ejemplo: la rabia, tristeza o el miedo.

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y mujeres participantes, llama la atención las diferencias encontradas. Las mujeres presentan altos niveles en contrapocisión al bajo nivel de los hombres. Los datos corroboran la propensión de las mujeres a evidenciar a través de dolores físicos y somáticos, las tensiones de las múltiples funciones que deben desempeñar en escenarios públicos y privados, y el impacto de la sobrecarga en su salud física y mental. De igual forma, Gráfica 4: Niveles de somatización para mujeres y aunque los hombres en menor proporsión hombres. también somatizan, lo hacen de manera diferente a las mujeres, lo que haría pensar en las formas como cada género expresa sus En la esfera cognitiva hallamos una distrimalestares y frustraciones. bución porcentual para el grupo de defensoras en los niveles medio y bajo un 42.2% y 38.4% respectivamente. Estos resultados hacen notar que este aspecto no se ha visto afectado considerablemente, por ejemplo en los niveles de concentración, iniciativa en el trabajo o falta de creatividad para las mujeres. En relación a los hombres, el rango

de mayor porcentaje se ubica en el medio con un 48.8%, seguido de un 28.3% en el nivel alto, donde el rasgo más persistente es la desmotivación ante ciertas tareas y niveles bajos de concentración. Estos datos evidencian diferentes grados de desgaste en el grupo de hombres y mujeres como parte de su labor como defensores y defensoras, que se puede presentar en momentos donde hay una alta exigencia en la dinámica organizativa, producto de las responsabilidades asumidas. Así mismo, estos niveles pueden desprenderse cuando el riesgo se concreta en amenazas o señalamientos dirigidos al algún/a miembro de la organización. Por estas razones expuestas, es importante estar alerta con estos elementos encontrados que pueden generar efectos y deteriorar la calidad de vida de defensoras y defensoras de derechos humanos.

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Gráfica 5: Niveles de desgaste emocional en esfera cognitiva.

Remitiéndonos a la esfera emocional, para el grupo de defensoras el mayor porcentaje se ubica en el nivel medio con un 43.2%; seguido de un 28.5% en el bajo. Estos resultados reafirmarían cierta tendencia de las mujeres a presentar frecuentes o esporádicas reacciones a causa de situaciones del ambiente que influyen negativamente en su bienestar emocional y psicólogico, como por ejemplo sentimientos de culpa, el “cargarse”

con los problemas o dificultades de las demás personas o la impotencia ante el sufrimiento ajeno. Estas evidencias de desgaste pueden inscribirse en el modelo de socialización que las mujeres han recibido a partir de las pautas de crianza en sus familias, en el que se refuerza su emocionalidad y entrega a los y las demás, sin ser conscientes de los impactos que estas actitudes tienen en su salud. Comparativamente, para el caso de los defensores, el mayor porcentaje se sitúa en el nivel bajo con un 42.7%, seguido de un 30.8% para el nivel medio; estos resultados corroboran el carácter menos emotivo de los hombres, como rasgo de la construcción sociocultural de las masculinidades. Llama la atención que hombres y mujeres estén equiparados en el nivel alto; esta relación podría ser interpretada a la luz del compromiso y la apuesta de vida centrada en favor de la reivindicación de derechos.

Con respecto a la consigna “Siento que me afectan demasiado los problemas de los demás”, el 43.8% de las defensoras plantearon estar totalmente de acuerdo con esta afirmación, mientas que el 39.5% de los defensores consideran que de alguna manera los describe. Estos niveles de respuesta dejan entrever las maneras de asumir el compromiso y de vincularse con el quehacer; mientras las mujeres reconocen el alto grado de involucramiento que llega a desgastarlas, los hombres toman distancia como un mecanismo de protección frente a las circunstancias de adversidad y vulneración que padecen las comunidades a las que acompañan.

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“Son unas buenas preguntas para ver cómo está uno mismo, seguir haciendo estas actividades para mejorar como ser humano” “El ejercicio es muy bueno porque hace reflexiones sobre la vida personal y también se recoge las experiencias y respuestas para hacer un tratamiento psicológico”

Gráfica 6: Niveles de desgaste en esfera emocional.

En términos de la subjetividad, podriamos decir que las defensoras fundamentalmente somatizan el desgaste emocional en sus cuerpos a través de la recurrencia de dolores y malestares físicos; este hallazgo se ve complementado con los niveles medios encontrados en la esfera emocional que reforzarían los impactos negativos en su salud. Lo anterior se reconoce a partir de la adscripción de género para las mujeres, en la que nos ha sido delegada la función de cuidadoras y protectoras. Este condicionamiento de servicio a los y las

demás conduce a que las mujeres queden en muchos de los casos, desposeídas de esos cuidados, que gradual y crónicamente pueden menguar su salud física y emocional. Para el caso de los defensores, estos presentan bajos niveles de somatización, con sintomas diferenciados en caso de presentarse. De la misma forma, se encuentra también bajos niveles de desgaste en la esfera emocional, contrastado con un desgaste reflejado en lo cognitivo. Nuevamente los modelos de socialización patriarcal evidencian el carácter modelador de los géneros que dictomiza la razón y la emoción.

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Área sociofamiliar Considerando la esfera socio-familiar, los niveles de desgaste emocional para las mujeres, se sitúan en el nivel medio con un 50.2%, seguido de un 25.8% para el nivel alto. La distribución general de los porcentajes varía considerablemente de una a otra. Estos datos evidencian para las mujeres una exposición sostenida a factores de desgaste por las múltiples funciones a cargo, derivadas del proceso de socialización que se traduce en las dobles y triples jornadas. Así mismo, se encuentra una limitada capacidad para tomar distancia entre su vida familiar y social, y lo político-organizativo. Dicha situación podría desencadenar un mediano cumplimiento de sus responsabilidades y la baja calidad de tiempo dedicado a la construcción de vínculos con sus familias, parejas, amigos/as y para sí mismas.

de desgaste, seguido de los rangos medio con un 38.7%. Estas distribuciones podrían reflejar que para el caso de los hombres, estos cuentan con espacios de socialización diferentes a sus labores de defensa de los derechos humanos y de familia, como por ejemplo actividades de ocio y hobbies que sirven de escenarios para la distensión y el manejo adecuado del estrés.

manera adecuada, mientras que las defensoras le otorgan a los conflictos familiares un lugar para ser resueltos diferente al espacio organizativo. Queda la duda de si ese lugar para depositar frustraciones y desencuentros resulta ser sus propios cuerpos y lo psicosomático.

Analizando las respuestas a la consigna “Me refugio en el trabajo cuando tengo problemas con mi pareja, familia, hijas e hijos”, se encuentra que el 40.7% de los defensores reconocen estar totalmente de acuerdo con esta afirmación en paralelo al grupo de defensoras que obtuvieron una ponderación del 21.4%. Las distancias entre hombres y mujeres, hacen notar interesantes diferencias de las formas en que se enfrentan los conflictos de pareja y de familia. Para el caso Respecto al grupo de hombres, se encuentra de los defensores, su labor puede resultar Grafica 7: Niveles de desgaste emocional en el área que el 40.8% está ubicado en el rango bajo ser una manera de evadirlos y tramitarlos de sociofamiliar.

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En términos generales para esta área podemos afirmar que el desgaste emocional tiene un impacto diferencial de género; es decir, es más alto o más evidente en las mujeres que en los hombres. La razón de este hallazgo puede estar asociado a los patrones culturales de crianza, de construcción de las relaciones de pareja y los vínculos afectivos que se construyen en la familia donde el patriarcado desgasta más a las mujeres por el cumplimiento estricto de los roles que deben asumir en el ámbito privado; y que se suman a las responsabilidades que contrae como lideresa o defensora. En contraposición, los hombres pueden ejercer con mayor libertad su liderazgo y acción política, focalizando sus energías al ejercicio permanente de promoción de los derechos humanos.

“Quiero resaltar el trabajo de los comités departamentales para la atención a víctimas pues si estos no realizan un filtro de afectados vs entidades que les brindan apoyo, las personas siempre resultan revíctimizadas (en el proceso de registro dentro de cada entidad que visite), o por el contrario; saturadas de ayudas, generando dependencia de ellos a los procesos asistenciales que las entidades les ofrecen” “Creo que es muy importante porque nos hace reflexionar acerca de cómo estamos asumiendo nuestra propia vida sobre el tema de nuestro trabajo como defensores de derechos humanos”

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Área organizativa Pasando a la esfera organizativa, esta se divide en dos apartados: dinámica organizativa y factores de agotamiento. Con respecto a las dinámicas organizativas planteadas en los espacios que congregan a las mujeres defensoras, los niveles de desgaste identificados muestran al 48.2% con altos niveles, seguido de un 31.4% en el nivel medio; estos datos se traducen en la poca claridad que ellas perciben respecto a las responsabilidades, funciones y roles que cada integrante del equipo realiza y especialmente a la reducida autonomía que tienen para la toma de decisiones.

por las mujeres, que haría repensar la relación entre actividades y responsabilidades asumidas frente a la capacidad humana de los equipos de las organizaciones defensoras en el departamento.

Sin embargo, es necesario anotar que los niveles de desgaste encontrados en la dinámica organizativa obedecen a causas diferentes para hombres y mujeres: mientras para ellos el estrés puede desprenderse del exceso de responsabilidades y los niveles de competitividad, para las mujeres un generador de desgaste resulta ser la disminución de su autonomía en la toma de decisiones Para el caso de los defensores, el 37.6% de que denota la subordinación patriarcal a los participantes perciben niveles altos de la que aún siguen sometidas aunado a la desgaste, seguido de un 33.9% localizado en falta de reconocimiento de su aporte en la el rango medio. Un 28.5% afirma encontrar construcción de los procesos organizativos. bajos factores de estrés en su quehacer como defensores de derechos humanos. Estos resultados coinciden en parte con lo referenciado

Gráfica 8: Niveles de desgaste en la dinámica organizativa.

En lo referido a los factores que pueden desencadenar agotamiento en la organización, se identifica en el grupo de mujeres que el 40.6% presenta altos niveles de desgaste; luego de esta cifra, se encuentra un 37.8% en el nivel medio. Estos resultados tienen que ver con la percepción en la sobrecarga de funciones y responsabilidades que suelen exceder su capacidad o la exposición permanente a estímulos amenazantes que pueden implicar cierto riesgo

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para su integridad física y mental. En el caso de los hombres, los datos se complementan así: el 47.7% presentan niveles medios y el 30.6% altos. Las altas cifras de desgaste emocional en el ámbito organizativo reflejan la complejidad del ejercicio efectivo de los derechos humanos en el departamento, pues no solo se presenta una afectación producto de las amenazas de un contexto poco legitimador con esta labor, sino con el incremento gradual en el trabajo y los riesgos objetivos para llevarlo a cabo.

Gráfica 9: Factores de agotamiento que producen desgaste emocional

Como conclusión, es necesario anotar que los niveles de desgaste encontrados en el área organizativa obedecen a causas diferentes para hombres y mujeres: mientras para ellos el estrés puede desprenderse del exceso de responsabilidades y los altos niveles de competitividad, para las mujeres un generador de desgaste resulta ser la disminución de su autonomía en la toma de decisiones que denota la subordinación patriarcal que aún persiste al interior de las organizaciones;

aunado a la falta de reconocimiento de su aporte en la construcción de los procesos organizativos, siendo su capacidad política y de liderazgo, muchas veces puesta en cuestión.

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AUTOCUIDADO

ÁREA SUBJETIVA

ÁREA ORGANIZATIVA

Comunicación

Compromiso organizativo

Cuidado físico

Espacios de autocuidado

Recursos de afrontamiento

Autocuidado La categoría de autocuidado la dividimos en dos subcategorías o dimensiones: la esfera subjetiva y organizativa. En referencia a lo subjetivo, esta dimensión cubre tres aspectos: la comunicación, el cuidado físico y los recursos de afrontamiento empleados por mujeres y hombres como estrategias de canalización del desgaste producido por su labor de defensa de los derechos humanos. Con respecto al área organizativa, esta se compone de dos elementos: el compromiso con la organización y la identificación de espacios de autocuidado de las mismas. Cada unos de estos elementos fue medido por los niveles alto, medio y bajo para la realización de su posterior análisis. A continuación se representa la categoría de autocuidado en el diagrama:

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Área Subjetiva Para el aparte de la comunicación activa, en el grupo de mujeres esta habilidad resulto ser un elemento que beneficia la expresión de sentimientos, la posibilidad de transmitir las experiencias difíciles vividas, con el ánimo de compartirlas con los miembros de la organización y sus redes de apoyo familiar y social. Se destaca que el 55.7% muestran altos niveles de autocuidado en este aspecto; en un segundo lugar se halla el nivel medio con un 28%, cifra que reforzaría la importancia otorgada a este factor de protección para las mujeres. El análisis a tener en cuenta para esta habilidad, es la relación que hay entre estos resultados y la socialización que reciben las mujeres donde culturalmente se valida la expresión abierta y pública de sus emociones. Para este caso específico resulta ser una fortaleza en el afrontamiento asertivo del desgaste y la elaboración de experiencias que resultan dolorosas.

Con respecto al grupo de hombres, hay una coincidencia, pues este aspecto resulta para el 41.1% una práctica acertada de cuidado emocional y personal que favorece la verbalización y tramitación de los hechos que rodean su labor como defensores. Sin embargo, el 38.8% se encuentra en el nivel medio, cifra que evidenciaría que solo en algunas situaciones se presenta la oportunidad o el deseo de expresar sucesos impactantes que se hayan presentado. Los datos obtenidos exigen seguir insistiendo en la necesidad de erradicar patrones patriarcales que coartan en los hombres la expresión abierta de sus emociones y sentimientos.

Gráfica 10: Niveles de autocuidado en Comunicación.

Frente al cuidado físico que tienen las defensoras se presenta un contundente bajo nivel de autocuidado manifestado en el 51.2%, en relación a un 18.8% de mujeres que presentan altos niveles. Las cifran descritas se complementan con los altos niveles de desgaste emocional en su componente de somatización, que darían cuenta de la poca actividad física para el autocuidado que realizan las mujeres, la ausencia de tiempo para descansar, el desa-

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“la amenaza de la guerrilla después que mataron a mi hermano si emocionalmente mi familia sufre, yo he tratado de asimilar la situación”

rrollo de actividades alternas o la inclusión de una alimentación balanceada. Es así como nuevamente aparece la reflexión sobre ¿cuánto y de qué maneras se ocupan las mujeres de sus propias necesidades?. Con respecto al cuidado físico que efectúan los defensores, el 51.7% de los encuestados afirma tener relativas prácticas de autocuidado en referencia a la percepción de descanso, una alimentación balanceada o el acceso a espacios de ocio. Solo el 25.9% encuentra que sus prácticas de autocuidado se encuentran en un nivel bajo. En este literal, se encuentran diferencias significativas con el grupo de mujeres, contrariamente presentan bajos niveles de autocuidado; podría pensarse que los hombres cuentan con mayor tiempo para dedicarlos al descanso o a actividades propias de su labor como defensores, mientras que las mujeres deben complementar las responsabilidades asumidas en su compromiso político con

las funciones domésticas y de crianza, que en muchos de los casos no son compartidas con sus parejas o compañeros. En este apartado resulta interesante las respuestas contundentes de defensoras y defensores frente a la afirmación “Sería importante para mi salud física y emocional contar con mayores espacios de esparcimiento y ocio”. Las mujeres en un 84.5% y los hombres en un 79.6% coincidieron estar totalmente de acuerdo con la consigna, lo que refleja una necesidad sentida por el conjunto de las y los participantes del diagnóstico. Sin embargo, y pese a que esta falencia es reconocida, aún se percibe por los resultados generales, que este propósito sigue quedando pendiente tanto en las vidas personas como en las agendas de las organizaciones defensoras de derechos humanos.

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Nivel Alto: indica la adopción permanente y sostenida de prácticas de autocuidado en los aspectos subjetivos (físico, psicológico y emocional), que incidan directamente en los ámbitos laborales y organizativos, familiares y sociales. Nivel Medio: este nivel refleja la inclusión esporádica de algunas prácticas de autocuidado que permiten afrontar parcialmente los niveles de estrés desencadenados por la defensa de los derechos humanos. Nivel Bajo: Ausencia de prácticas de autocuidado que refuerzan el impacto negativo de la exposición permanente a factores estresantes y que al extenderse en el tiempo impactan la salud física, psicológica y emocional.

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Gráfica 11: Niveles de autocuidado en la esfera física.

Por último, veremos los recursos de afontamiento encontrados en los ámbitos espirituales, ideológicos o de resignificación de las experiencias difíciles que se han enfrentado dando un sentido a lo vivido para así identificar los aprendizajes adquiridos en los momentos dolorosos. En este aspecto vital para afrontar el desgaste, el 44.8% de las mujeres presenta altos niveles de autocuidado, que se desprenden de unas solidas creencias espirituales y religiosas que les permiten hallar respuestas que salven la angustia e incertidumbre.

Paralelamente a estos resultados, los hombres gozan de un alto nivel de autocuidado reflejado en un 54.3% que se ubica en el nivel alto, seguido de un 31.5% en el rango medio. Estos parámetros obtenidos demuestran altos niveles de tolerancia a la frustración, la conciencia que los defensores tienen sobre el riesgo que representa su labor a favor de los derechos humanos en el departamento como un mecanismo que protege y posibilita que pese a las amenazas las labores continúen. Así mismo, las convícciones ideológicas reforzadas con las creencias espirituales cimentan la persistencia de su ejercicio y compromiso.

Gráfica 12: Niveles de autocuidado con respecto a los recursos de afrontamiento

Podemos concluir de los niveles de autocuidado en el área subjetiva para el grupo de mujeres defensoras que sus niveles más bajos se encuentran en el cuidado físico, factor que refuerza el argumento sobre la poca conciencia del cuidado de sí misma y que es complementado con los altos niveles de desgaste emocional identificados. En contraposición se encuentran altos niveles del autocuidado en la capacidad que tienen

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las defensoras para comunicar sus emociones y la tramitación de las experiencias a través de las creencias religiosas y los elementos espirituales. Comparativamente, los hombres defensores cuentan con niveles medios de cuidado físico que contrarrestan la exposición continua a factores de desgaste. Estas medidas se refuerzan con la adopción de recursos de afrontamiento circunscritos en sus convicciones ideológicas y espirituales así como en la tolerancia a la frustación de su labor y en altos niveles de comunicación.

“Gracias” “En cuanto a la parte de organización y trabajo laboral, la parte emocional es muy positiva para mi formación personal y familiar. Tengo alguna desventaja con la relación como pareja porque hay cosas que no compartimos”

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Área organizativa Con respecto al compromiso organizativo se evidencia en el grupo de defensoras un altísimo nivel reflejado en el 65.4%, seguido de un 21.8% equivalente al rango medio. Estos porcentajes permiten afirmar la solidez política e identificación con las apuestas y visiones ético-políticas que las mujeres defensoras tienen con su organización. Esta importante cifra refleja la capacidad política con la que cuentan las mujeres para liderar los procesos organizativos y comunitarios, condición que demandaría de un mayor reconocimiento y la inclusión de más mujeres en instancias decisivas en las organizaciones. En lo referido al grupo de hombres defensores, el 54% presentan altos niveles, reforzado con un 28.5% ubicado en el rango medio. Aunque hay una identificación con las visiones éticopolíticas con las organizaciones de las que hacen parte, los hombres encuentran ciertas resistencias para reconocer abiertamento los

logros de los demás miembros del equipo, situación que podría generar rivalidades y la invisibilización de los aportes de las personas que conforman las organizaciones.

Nivel Alto

Nivel Medio

Nivel Bajo

Gráfica 13: Niveles de autocuidado en el compromiso organizativo.

Lastimosamente, estos resultados no son equiparables a la inclusión de espacios de autocuidado donde se reconozcan las necesidades personales y de grupo en las organizaciones. Es así como en el grupo de defensoras el 65.4% afirma no contar con espacios de autocuidado en los equipos, cifra rotundamente distante del 12.8% que aseveran encontrar estos escenarios y políticas dentro de las agendas de sus organización como prioridad en la línea de autoprotección. Son cifras que resultan preocupantes, y que por lo tanto ameritan una profunda reflexión que conduzca a la inclusión gradual y sostenida de mínimas prácticas de autocuidado que fomenten y propicien espacios de reducción del estrés, para el mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres defensoras de derechos humanos en el departamento; aspectos que fortalecerán los procesos internos de cada organización,

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proyectándose mejor a las comunidades con las que se trabaja en defensa de la vida y de los Derechos humanos. Para el caso de los resultados obtenidos en el grupo de defensores, nuevamente encontramos una falencia aguda en las prácticas Nivel Nivel Nivel cotidianas de los equipos y su base. Es así Alto Medio Bajo como el 54% afirma que en sus organizaciones no se cuenta con políticas de prevención del desgaste emocional y prácticas de autocuidado Gráfica 14: Prácticas de autocuidado en las que minimicen los niveles de estrés producidos organizaciones. en las dinámicas encaminadas a la defensa de los derechos humanos en el Cauca. En líneas generales, hay una coincidencia en los datos obtenidos tanto en el grupo de hombres como de mujeres, lo que indicaría un

llamado a que en cada una de las organizaciones participantes en el estudio se empiecen a visibilizar estas necesidades, como un imperativo ético que acompañe las acciones de protección y autoprotección de defensores, defensoras y sus organizaciones. De la misma forma en esta área concluimos que el compromiso con la organización resulta ser un factor fundamental en la protección y autoprotección de las mismas, ya que defensoras y defensores al compartir las visiones ético-políticas que cimientan su apuesta, ganan un rol como sujetos y sujetas políticos/as en pro de la defensa de los derechos humanos en el Cauca.

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Para la reflexión Dar cuenta de los impactos emocionales que la promoción y defensa de los derechos humanos conlleva para los hombres y mujeres que enarbolan esta causa en un contexto como el caucano, resulta ser un aporte para la visibilización de las necesidades específicas que este quehacer reviste. Este apartado desea ilustrar a la luz de los tópicos propuestos, los principales hallazgos desde una mirada crítica y reflexiva que posibilite la movilización de acciones personales y organizativas, encaminadas a la inclusión de nuevas prácticas de cuidado para sí, que contrarresten los factores amenazantes conjugados en el contexto sociopolítico, las experiencias propias del ejercicio y la significación que cada defensor y defensora le otorgan a su rol político.

tizar el estrés acumulado, cuyas caracteristícas comparten su persistencia prolongada en el tiempo y que no obedecen a una causa fisiológica específica. Partir de la idea de que las experiencias compartidas con el otro y la otra nos atraviesan, sitúa al cuerpo como el espacio en el que se va asentando gran parte de lo vivido y que termina refractándose de variadas maneras en nuestra experiencia biográfica. Esa inscripción de sucesos en la corporalidad y memoria de las mujeres, hace que el malestar emocional suela instalarse con gran fuerza e ímpetu, como una forma de

La íntima relación entre cuerpo-mente es la directriz en la comprensión del porqué las tensiones emocionales no elaboradas terminan traduciéndose en enfermedades a largo plazo. Sin embargo, más allá de esta causalidad, el interrogante propuesto a las mujeres, radica en aproximarnos al ejercicio de deconstruir las resistencias que impiden ocuparnos de nuestra salud mental y bienestar personal como primera garantía para ayudar y defender los mínimos vitales de otros y otras.

Dicho desconocimiento de sí mismas, se encuentra configurado en el legado que el ““descargar” las penas, los dolores, los sufri- sistema patriarcal históricamente ha delegado mientos en alguno de los órganos de nuestro a las mujeres. Herencia que se ha incrustado cuerpo, de manera que las enfermedades en la subjetividad femenina a través del efecpueden estar frecuentemente asociadas a los tivo disciplinamiento y la culpa como mecaLa lectura de los resultados en clave difemalestares del alma”. nismos de tal efectividad, que restringen rencial propone como uno de los elementos (Wilches, I. 2010:91) posibilidades para las mujeres de ser por si y sobresalientes en el estudio, la tendencia por parte del grupo de mujeres, a soma-

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para sí mismas. Ese camino de gran abandono de sí, es compensado con el ideal construido “En ocasiones los trabajos comunitarios socioculturalmente de convertirse en posibles generan un auto-olvido, es decir, estamos “salvadoras” de los demás, cuyo rol esta enca- dispuestos a ayudar a otros y otras y nos olviminado al cuidado de los y las que le rodean. damos de nosotras mismas” Es así que en últimas, (Mujer participante). “la subjetividad de cada mujer marcada por dicha expropiación produce en ella el inconsciente e imperativo de ser-para-los-otros. La autoidentidad femenina tiene una marca común construida en el cuerpo, que sintetiza que el sentido y finalidad de la existencia no están contenidos en cada mujer sino en los otros”. (Mandel, C. 2010:68) Los anteriores conceptos son reafirmados por las mujeres participantes en los siguientes aportes, escritos por ellas mismas.

mizan los roles, comportamientos, actitudes y emocionalidades para estos, los hallazgos sugieren interesantes transformaciones a estos ordenes establecidos. Es así para el grupo de defensores, quienes en su labor advierten los efectos en su emocionalidad, validando en el discurso y la práctica la expresión de los mismos, como una forma sana de ir decan“Cuando se han vivido situaciones donde tus tando, aunque no suficiente, la frustración derechos han sido vulnerados en este contexto e impotencia que se produce en el contacto de violencia sociopolítica, la sensibilidad para permanente con vulneraciones de todo orden la comprensión de las realidades de otras a los derechos y garantías que sus comunivíctimas es más fuerte a tal grado que sus dades padecen. Uno de los participantes del dolores los sientes como tuyos” dignóstico nos comparte sus reflexiones sobre (Mujer participante). este tema: Para el grupo de los defensores, se resalta “En este contexto de guerra que estamos en los resultados, la tendencia a contar viviendo, los problemas son el pan de cada día con niveles medios de desgaste en el factor y están presentes en nosotros, en la familia, emocional. Atendiendo a las adscripciones en la organización, trabajo, etc., al punto que socioculturales otorgadas al género mascu- uno como dirigente recoge todas las emociones lino, desde unos estereotipos que dicoto-

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de cada uno, las individuales y también las colectivas. Con esto me refiero a que nosotros como líderes nos sobrecargamos de emociones y si no buscamos estrategias para dialogar, para compartir o que se nos atienda podemos tener muchas dificultades en la parte de la salud mental” (Hombre participante). Las dinámicas del conflicto armado en el país, y específicamente las vividas en el Cauca, han ocasionado que gran parte de sus territorios se vean afectados por las lógicas de la violencia tanto en los espacios públicos como en los ámbitos privados. Estos efectos se reflejan en la sistemática violación a los Derechos humanos y al Derecho internacional humanitario de la población. Dichas lógicas impuestas por la guerra desencadenan graves efectos a nivel de las relaciones sociales entre las personas, evidenciadas en la gradual fractura del tejido social y las maneras de

resolver los conflictos de maneras violentas. Esta situación parte de la base de que

el departamento, siendo el legado histórico de sus procesos sociales y de resistencia, una base fundamental para la persistencia de hombres “hay un aspecto de la guerra de gran impor- y mujeres de seguir caminando la palabra, tancia, su carácter definidor del todo social. tejiendo alternativas que dignifiquen y hagan Esta realidad social va configurando en cada realizable el buen-vivir para todas y todos. una de las personas, una serie de identidades marcadas por la hostilidad como forma de En esta misma vía poder desprivatizar la expecomunicación, la desconfianza y el miedo, riencia personal de estas mujeres y hombres a desencadenando una deshumanización al inte- través de este método-camino, significa rior de las relaciones establecidas con los otros”. (Martín Baro, 1990:9) “Sacar del anonimato la parte emocional, humana y cotidiana del quehacer de los defenLos hallazgos a la luz del enfoque psicosocial sores y defensoras de los derechos humanos, nos permiten entender la relación dialógica ponerlo en el espacio de lo público, del interés entre el individuo y su medio circundante, común, de lo que podemos hacer y aprender en en el que confluyen factores amenazantes conjunto, de lo que te pasa a ti, a mí, a ella” . que pueden dañar y fracturar pero también (Padilla, Y. 2013) elementos que conectan y protegen personal y colectivamente. Este reconocimiento atraviesa La interrogación por sus convicciones, incerlas diversas maneras como se vivencia el ejer- tidumbres, falencias y propósitos humaniza su cicio de defensa de los derechos humanos en

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labor y reafirma la opción legítima y conse- Realizar la promoción de los Derechos cuente de situarse del lado de la dignidad. humanos en un contexto que objetivamente presenta una serie de amenazas y riesgos, “Me parece muy interesante este ejercicio requiere de altos recursos de protección que porque conlleva a la autoreflexión desde una permitan hacerle frente a las situaciones mirada evaluativa a las propias capacidades y que se desencadenan en tal adversidad. Sin habilidades que intervienen en el autocuidado embargo, un peligro de estos mecanismos de la salud mental, ya que en la medida en qué de afrontamiento, puede ser terminar habinos encontremos bien emocionalmente, física y tuándose al riesgo como una condición dada espiritualmente estaremos con mayor disposi- y por lo tanto, inmodificable. En este punto, ción para acompañar al otro, entendiendo sus es necesario hacer la autoreflexión sobre necesidades y con respuestas acordes a sus ¿hasta qué punto nos hemos “acostumbrado” particularidades” a desempeñar el ejercicio de defensa de los (Mujer participante). Derechos humanos en medio de un contexto violento, que cuando estos factores no están “Que es un tema de pensamiento frío y que presente, pareciera que algo nos falta? se tiene que tener toda la sabiduría. La serenidad, la astucia y la inteligencia para interac- Algo similar sucede con las dinámicas orgatuar frente a cada situación personal, familiar, nizativas y niveles de trabajo que cotidianacomunitaria que se nos presenta en la vida mente son asumidos. Llegan a ser tan altos, diaria frente a la defensa de la vida misma” exigentes y demandantes con nuestros tiempos (Hombre participante). y energías, que cuando hay un decremento en

las funciones o responsabilidades, o simplemente se cuenta con algunos espacios para hacer una pausa, defensores y defensoras presentan culpas o sensaciones de malestar, que los hacen percibirse como si estuvieran fallando a su compromiso y apuesta política, o peor aún, que están “malgastando su tiempo en descansar”; se actúa bajo el precepto de que se es defensor o defensora las veinticuatro horas del día o no se es. Al respecto, una de las mujeres participantes comparte sus reflexiones: “La defensa de los derechos humanos es algo de todos los días, de todo momento. No puede ser como un trabajo cualquiera, porque entonces ¿cuál es el compromiso para con nuestras comunidades? hay que dedicarle todo, nuestro tiempo, esfuerzo y dedicación, por ser una labor muy compleja de construir y despertar conciencias” (Mujer participante).

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En el plano organizativo, los resultados reflejan de manera preocupante la ausencia de políticas de prevención del desgaste emocional y de prácticas de autocuidado en la mayoría de organizaciones participantes de este diagnóstico. Si partimos del potencial transformador de los movimientos sociales y las organizaciones de derechos humanos para con la sociedad y sus dinámicas violentas y excluyentes, este aspecto debería ser considerado como eje articulador en la protección y fortalecimiento de las mismas, y a su vez, como dinamizador en la concreción de su misión e incidencia política. Por esta razón, el fortalecimiento depende en gran medida de que las organizaciones

que definan un plan para su fortalecimiento “Hacerle un seguimiento a este tema tan que incluya los mecanismos y las herramientas importante, pero tan complejo a la vez. ¿qué para el seguimiento y la evaluación”. resultados se esperan y en cuánto tiempo?” (PIUPC, 2010) (Hombre participante). Profundizando en este ámbito, la importancia En definitiva, el desgaste emocional debe ser que reviste la comunicación activa posibilita un factor en el que defensores y defensoras el fortalecimiento de la cohesión grupal y un de derechos humanos hagan conciencia acerca sentido de identidad con las apuestas ético- de sus impactos negativos en la salud física, políticas. Estos aspectos redundarán en la soli- mental y emocional, para la introducción prácdaridad y compromiso con cada uno/a de los tica y efectiva en sus vidas personales y dinámiembros del equipo y las acciones a desarro- micas organizativas del autocuidado como un llar en terreno. Cuando defensores/as cuentan factor de protección individual y colectivo. De con la capacidad y el espacio para reconocer la reflexión profunda sobre la importancia de sus propias emociones, surge la posibilidad de que hombres y mujeres defensores se incluyan autoconocerse, orientar su trabajo, entrar en como sujetos y sujetas beneficiarios de esos una relación de construcción conjunta, tener derechos y garantías que sustentan la misión “instalen en su cultura organizacional, espacios más claro lo que se hace, ayuda a mantener y acción colectiva de sus organizaciones, es periódicos para reflexionar sobre sus dinámicas el control de las propias emociones y clarifica que se hará sostenible y perdurable su ejerinternas, sus relaciones y, especialmente, los las posibilidades reales de acción (Huertas, cicio como aporte indispensable en la futura efectos que genera el contexto de conflictos y M. 2005: 137). construcción de paz que el Cauca y Colombia violencias en ellas. Y a partir de esta reflexión, necesitan.

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“Este ejercicio me parece valioso en la medida en que en ocasiones los trabajos comunitarios generan un autoolvido, es decir, estamos dispuestos a ayudar a otros y otras y nos olvidamos de nosotras mismas”

Conclusiones - El cuidado de sí, debe ser un imperativo en la acción individual y colectiva de defensores/as y organizaciones de derechos humanos. Este imperativo parte de la premisa de que resulta incoherente e irresponsable exigir garantías para otros/as, cuando estos derechos que se suponen inalienables a nuestra condición de humanidad, no atraviesan nuestras vidas y subjetividades, si asumimos el cuerpo como primer territorio a proteger y defender como condición de dignidad.

- Las defensoras fundamentalmente somatizan el desgaste emocional en sus cuerpos a través de la recurrencia de dolores y malestares físicos; este hallazgo se ve complementado con los niveles medios encontrados en la esfera emocional que reforzarían los impactos negativos en su salud.

la defensa de los derechos humanos en el Cauca, tienen que ver con la presencia objetiva de amenazas en el contexto donde desarrollan su trabajo, situación que se complejiza para la mayoría de ellas, quienes cumplen una triple jornada que involucra lo político, económico, lo doméstico y la crianza; triple jornada que podría explicar - Lo que respecta a cambios conduc- su propensión en el aumento de los niveles tuales que denoten desgaste emocional para de desgaste emocional que presentan. Dicha defensoras y defensores, hay una clara disposi- situación podría desencadenar un mediano ción del grupo a ubicarse en el nivel bajo con cumplimiento de sus responsabilidades y la un 65.5% y 55.7% respectivamente, lo que baja calidad de tiempo dedicado a la cons- La salud mental debe ser concebida haría pensar que ante situaciones de estrés se trucción de vínculos con sus familias, parejas como un derecho fundamental al que todos y presenta un mínimo incremento en el consumo y amigos/as y para sí mismas. todas debemos acceder. Este derecho a gozar de sustancias (cafeína, cigarrillo, alcohol o de un bienestar emocional implica contar alucinógenos) y de conductas impulsivas por - El desgaste emocional en el área con una serie de garantías que nos permitan parte de hombres y mujeres. sociofamiliar tiene un impacto diferencial desarrollarnos integralmente en un medio que de género; es decir, es más evidente en las reconozca la diferencia y la disidencia. - Los principales factores de predispo- mujeres que en los hombres. La razón de este sición o riesgo para las mujeres que asumen hallazgo puede estar asociado a los patrones

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“Muy bueno que se realizo este trabajo pensando en las personas”

culturales de crianza, de construcción de las relaciones de pareja y los vínculos afectivos en la familia donde el patriarcado desgasta más a las mujeres por el cumplimiento estricto de los roles adscritos al ámbito privado. - Respecto a los niveles de desgaste emocional en el área sociofamiliar para el grupo de hombres, se encuentra ubicado en el rango bajo y medio. Estas distribuciones podrían reflejar que ellos cuentan con espacios de socialización alternos a sus labores de defensa de los derechos humanos y de familia, como por ejemplo actividades de ocio y hobbies que les permiten contar con escenarios de distensión y manejo adecuado del estrés.

mujeres y hombres podrán alcanzar una auto- el desarrollo y agencia de capacidades para nomía y participación política en condiciones hacer del conflicto y las situaciones de riesgo de equidad e igualdad de derechos. y amenaza a esta legitima labor, un factor de crecimiento y empoderamiento, se podrán - Los niveles de desgaste encontrados lograr insumos que posicione la defensa de los en el área organizativa obedecen a causas Derechos humanos como un imperativo para la diferentes para hombres y mujeres: mien- paz sostenible y duradera en el departamento tras para ellos el estrés puede desprenderse y el país. del exceso de responsabilidades y los altos niveles de competitividad, para las mujeres - Las altas cifras de desgaste emocional un generador de desgaste resulta ser la dismi- en el ámbito organizativo reflejan la complenución de su autonomía en la toma de deci- jidad del ejercicio efectivo de los derechos siones que denota la subordinación patriarcal humanos en el departamento, pues no solo a la que aún siguen sometidas; aunado y la se presenta una afectación producto de las falta de reconocimiento de su aporte en la amenazas de un contexto poco legitimador construcción de los procesos procesos orga- con esta labor, sino con la sobrecarga de nizativos, pese a la sobrecarga de trabajo que trabajo y los riesgos objetivos para llevarlo a tienen a cargo. cabo.

- Es necesario seguir visibilizando la necesidad de democratizar no solo los escenarios públicos para las mujeres, sino tener en - Considerar que el fortalecimiento orga- - Correlativamente a los factores que cuenta que en la medida que el ámbito privado nizativo resulta ser un aporte fundamental pueden ocasionar desgaste emocional en del hogar logre transformaciones sustanciales, a la construcción de paz para la región. En

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“Nos ayuda como estamos emocionalmente y aprender en qué estamos fallando”

defensores y defensoras, hay una serie de elementos que contribuyen al afrontamiento efectivo del estrés, como sus convicciones espirituales, políticas e ideológicas; factores que sustentan y reafirman su quehacer y apuesta de vida. - En el área subjetiva para el grupo de mujeres defensoras demuestran que sus niveles más bajos se encuentran en el cuidado físico, factor que refuerza el argumento sobre la poca conciencia de cuidado de sí misma y que es complementado con los altos niveles de desgaste emocional identificados. En contraposición se encuentran altos niveles del autocuidado en la capacidad que tienen las defensoras para comunicar sus emociones y la tramitación de las experiencias a través de las creencias religiosas y los elementos espirituales. -

Los hombres defensores cuentan con

niveles medios de cuidado físico que contrarrestan la exposición continua a factores estresantes. Estas medidas se refuerzan con la adopción de recursos de afrontamiento circunscritos en sus convicciones ideológicas y espirituales así como la tolerancia a la frustación de su labor.

un altísimo nivel. Los resultados permiten afirmar la solidez política e identificación con las apuestas y visiones ético-políticas que las mujeres defensoras tienen con su organización. Este importante nivel de compromiso refleja la capacidad política con la que cuentan las mujeres para liderar los procesos organizativos y comunitarios; condición que - Resulta preocupante la ausencia de demandaría de un mayor reconocimiento y la políticas de autocuidado en la mayoría de inclusión de más mujeres en instancias deciorganizaciones participantes del diagnós- sivas en las organizaciones. tico, por falta de la implementación de programas de protección y autoprotección. - Tener en cuenta que algunos aspectos Estos insuficientes esfuerzos podrían estar claves para prevenir el estrés en las orgarelacionados con las altas cifras de las siste- nizaciones tiene que ver con la claridad en máticas agresiones dirigidas a defensores y las funciones y responsabilidades que cada defensoras en el último año en el departa- miembro asume, así como la participación mento, como reflejo del debilitamiento en en la toma de decisiones que implican a ese nivel de las mismas. cada persona, y la evaluación periódica de la dinámica organizativa realizada por cada - Con respecto al compromiso organi- uno de los equipos. zativo se evidencia en el grupo de defensoras

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- El compromiso con la organización resulta ser un factor fundamental en la protección y autoprotección de las mismas, ya que defensoras y defensores al compartir las visiones ético-políticas que cimientan su apuesta, ganan un rol como sujetos y sujetas políticos/as en pro de la defensa de los derechos humanos en el Cauca. - El enfoque integral que debe contener la protección y autoprotección para las organizaciones de derechos humanos en el Cauca, requiere ser dimensionado desde una perspectiva psicosocial y diferencial, que reconozca y atienda las necesidades particulares de hombres y mujeres. De esta forma, se propenderá por prevenir efectos colaterales en su acción y la garantía de su ejercicio en condiciones de dignidad, libertad y autonomía.

“La atención a víctimas y/o comunidades al denunciar ser

vulneradas no reciben atención”

“La importancia radica en que un afectado sea asistido en pleno por una única entidad y no por todas las que tienen la posibilidad de ayudarle; solo así no se duplicarían esfuerzos para la asistencia a las víctimas”

“Pues en el caso de las mujeres víctimas por el conflicto armado, se deberían escuchar, acompañar, visitar y acompañar; que se deben hacer rituales espirituales para poder sanar y estar más tranquilos con lo sucedido, casos de violencia sexual. También no debemos dejar solas a las personas, acompañarlas y evitar señalarlas o víctimizarlas por la comunidad y otras personas”

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“De acuerdo al diagnóstico como organización obtendrán un resultado, sugiero que nos brinden una orientación para superar ciertas dificultades en temas como autocuidado del cuerpo, atención individual etc.”

Recomendaciones - Socializar los resultados de este diagnóstico al conjunto de personas que componen cada una de las organizaciones partícipes, con el fin de poder generar cambios en sus dinámicas internas que puedan dar una mirada más abarcadora de lo que significa la defensa de los Derechos humanos.

que desde lo colectivo y cultural desarrollan en pro del autocuidado. - De acuerdo a los altos niveles de desgaste obtenido en el grupo de mujeres participantes, llevar a cabo investigaciones de corte cualitativo sobre la relación entre la somatización y las de mayor prevalencia de síntomas que puedan conducir a enfermedades de alto impacto.

- Ampliar las variables del instrumento mediante el cual logramos los datos para seguir replicándolo en otras organizaciones que permitan obtener un análisis más deta- - Incentivar que en la creación de planes llado y particularizado a las lógicas y marcos de protección y autoprotección de las organide las organizaciones del departamento. zaciones sociales y defensoreas de derechos humanos, se introduzcan acciones concretas - En la perspectiva de seguir enrique- y específicas de monitoreo de los factores ciendo este análisis, es importante tener como que producen desgaste emocional desde un eje el enfoque étnico que permita dilucidar enfoque diferencial de género, así como la las formas como las organizaciones indígenas inclusión de prácticas de autocuidado que y afrodescendientes asumen la defensa de los fortalezcan individual y colectivamente. derechos humanos, los factores de desgaste en su ejercicio, pero sobre todo los mecanismos

- Incluir en las agendas internas de las organizaciones los efectos del desgaste emocional traerá consigo beneficios para la estabilidad y fortalecimiento de los equipos. Esta consolidación gradual de los lazos y vínculos de los miembros que componen las organizaciones parten de la apertura de espacios donde se promuevan la expresión de sentimientos y el compartir de experiencias como una parte esencial de los análisis de contexto y la sistematización de los procesos desarrollados internamente. - Incentivar que al interior de las organizaciones participantes se puedan incluir dentro de sus agendas semestrales, por lo menos, una actividad grupal de autocuidado encaminada al fortalecimiento organizativo, para ser visibilizado como una necesidad a tener en cuenta en los proyectos presentados a las agencias financiadoras.

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- Abrir la discusión política con las agencias de cooperación internacional que financian las acciones de las organizaciones defensoras en el departamento del Cauca, para que el autocuidado sea concebido como eje primordial que debe ser tenido en cuenta en las partidas presupuestales con miras a la protección y autoprotección de las mismas. - Seguir visibilizando y exigiendo al estado la responsabilidad de protección y garantías para la defensa de los derechos humanos en el departamento y el país, como un aporte sustancial a la construcción de paz.

“Las preguntas formuladas en el ejercicio son claras y ayudan a identificar el estado emocional que está sometido a cambios por motivos laborales. Pues a diario en las comunidades indígenas se ven o se presentan casos de familias con innumerables violaciones en los derechos humanos y en repetidas ocasiones nos sentimos impotentes hacia la problemática lo que genera cierta tensión que se refleja en nuestro diario vivir afectando nuestro estado de ánimo”

“De acuerdo al diagnóstico como organización obtendrán un resultado, sugiero que nos brinden una orientación para superar ciertas dificultades en temas como autocuidado del cuerpo, atención individual etc.”

“Sería importante hermanar más las organizaciones para juntar caminos y soluciones de situaciones que se dan dentro de un territorio”

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Invitaciones para el cambio A nivel personal Cuando descansamos y dormimos lo suficiente, nos alimentamos en forma balanceada y regular o realizamos alguna actividad física, estamos cuidando de nuestra salud física y emocional.

Para practicarlas en nuestra organización nuestra labor como defensores/as nos permite tomar medidas que puedan mitigar los efectos en nuestra salud emocional.

Cuando construimos colectivamente las actividades y agendas de trabajo nos vamos a sentir incluidos/as y participes de El abuso de sustancias (alcohol, ciga- los procesos que desarrollamos con nuestras rrillo, psicoactivas) en momentos de tensión o comunidades. Mantener buenos niveles de comuni- sobrecarga laboral no van a disminuir nuestro cación con nuestras familias y amigos/as nos malestar emocional, es necesario buscar ayuda Si creamos espacios para hablar de lo permite contar con una red de apoyo en los para prevenir el desgaste y la frustración. que nos pasa y sentimos con nuestro trabajo, momentos difíciles o de crisis. estaremos fortaleciendo la comunicación y Cuando comunicamos nuestras confianza en nuestra organización. Realizar actividades (deportiva, emociones, lo que nos causa dolor o triscultural o artística), nos ayuda a fortalecer teza por la realidad a la que nos enfren- En momentos de crisis y desgaste nuestras capacidades y habilidades y hacer un tamos, podemos sentirnos acompañados/as y emocional de algún miembro del equipo pare en el trabajo. apoyados/as para seguir adelante con nuestra podemos contar con apoyo y acompañamiento apuesta y compromiso. psicosocial individual para así minimizar las Identificar lo que nos produce tensión, tensiones que puedan afectar la salud mental. agotamiento o frustración en el desarrollo de

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Como integrantes de la organización es importante que entre todos/as reconozcamos la labor y aportes de hombres y mujeres en la construcción de los procesos de transformación de nuestra acción a favor de los derechos humanos. Es necesario crear y evaluar con frecuencia los planes de protección y autoprotección que hemos construido como organización de acuerdo a los cambios del contexto en que desarrollamos nuestra labor como defensores/as de derechos humanos.

de la organización, estaremos aportando a su crecimiento y consolidación. Fortalecer los procesos de liderazgo y formación política nos permite afianzar nuestra identidad y compromiso organizativo en defensa de los derechos humanos. Es importante que contemos con espacios de esparcimiento para compartir y afianzar los lazos de amistad y solidaridad entre los integrantes de la organización.

Una garantía para realizar plenamente Cuando sistematizamos las expe- nuestro trabajo es contar con espacios de riencias de nuestra organización podemos descanso y ocio que nos permitan potenciar identificar las lecciones aprendidas de los nuestras habilidades y gustos personales. procesos, los obstáculos y retos de nuestra acción política. Si equilibramos el trabajo en terreno con los espacios de formación y fortalecimiento de las capacidades de los integrantes

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“Desde todos los lenguajes, defendemos los DERECHOS y nos resistimos a todas las VIOLENCIAS”

Referencias Aarón, A, Llanos, M. (2004). “Cuidar a los que cuidan: desgaste profesional y cuidado de los equipos que trabajan con violencia”. En: Revista sistemas familiares, año 20, No. 1-2, 2004, pp. 5-15. Consultado 17 de agosto de 2013. En: www.acosomoral.org Berinstain, C. (2010). Manual sobre perspectiva psicosocial en la investigación de derechos humanos. Instituto Hegoa: España. Cosachov, M. (2000). Entre el cielo y la tierra: un viaje por el mapa del conocimiento. Editorial Biblos: Buenos Aires. Foucault, M. (1984). La ética del cuidado de uno mismo como práctica de la libertad. En revista: Topologik.net, núm. 5, 2009. Consultado el día 18 de enero de 2014 en http://www.topologik.net/Michel_Foucault.htm. Huertas, M. (2005). Aproximación a la Dinámica en Riesgos-Autocuidado en equipos de Operadores sociales que Trabajan con Desplazados en Pasto, Colombia. En: Revista Psykhe, vol. 14, núm. 2, noviembre, 2005, pp. 133-147, Pontificia Universidad Católica de Chile. Consultado 7 de septiembre de 2013 http://www. redalyc.org/articulo.oa?id=96714211 Martín, B. (1990). Psicología social de la guerra: trauma y terapia. UCA editores: San Salvador, EL Salvador. Matrajt, M. (1996). El autocuidado de la salud mental. Fuego para el Propio Conocimiento. Ediciones Prometeo. Mandel, C. (2010). Mapa del cuerpo femenino. San José de Costa Rica: Editorial Universidad de Costa Rica, 1° edición.

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“Desde todos los lenguajes, defendemos los DERECHOS y nos resistimos a todas las VIOLENCIAS”

Referencias Padilla, Y. (2013). Intervención en el foro desgaste emocional: retos para el autocuidado en la defensa de los derechos humanos. Popayán, Cauca. PIUPC. (2010). Fortalecimiento organizacional, un aporte a la construcción de paz. Módulo C, Especialización en Acción sin Daño y Construcción de Paz. Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Trabajo Social. SIADDHH. (2012). El efecto placebo. Informe anual 2012, Sistema de Información sobre Agresiones contra Defensoras y Defensores de Derechos Humanos en Colombia. Programa Somos Defensores. Wilches, I. (2010). Lo que hemos aprendido sobre la atención a mujeres víctimas de violencia sexual en el conflicto armado colombiano. Revista de Estudios Sociales, núm. 36, agosto, 2010, pp. 86-94. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. Colombia. Consultado el 10 de febrero de 2013. Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=81514696008.

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Anexo 1

Cuestionario sobre desgaste emocional ocasionado por la atención y/o acompañamiento a víctimas y comunidades en Organizaciones Defensoras de Derechos Humanos

Ciudad y Fecha: Género: Edad: Profesión u oficio: Tipo de atención: 1. Jurídica ( ) 2. Médica ( ) 3. Psicosocial ( ) 4. Fortalecimiento Organizacional ( )

Parcialmente de acuerdo D De alguna manera me describe E Muy en desacuerdo 1. Ante experiencias difíciles de la vida como pérdidas, accidentes, enfermedades u otras, expresar lo que siento a la gente que quiero me ayuda. 2. En los últimos seis meses he sentido malestares físicos como dolor de cabeza, musculares o problemas digestivos.

3. La mayor parte del tiempo realizo alguna Frecuencia de Atención a víctimas actividad física.

y/o comunidades:

1.Diaria ( ) 2.Una o dos veces por semana ( ) 3.Esporádicamente

Organización: Consigna o pregunta A Totalmente de acuerdo B

4. Mis convicciones espirituales no han sido de ayuda en momentos difíciles. 5. Pienso que me afectan demasiado los problema de los demás.

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6. En mi organización no hay claridad respecto miento de mis funciones depende de la deci- 19. La mayor parte del tiempo me cuido a las responsabilidad, funciones y roles que sión de otros/as en cuanto a la viabilidad descansando lo suficiente. cada integrante del equipo realiza. presupuestal, de desplazamiento o ejecución. 20. Las tareas y carga laboral suelen exceder 7. La mayor parte del tiempo me alimento en 13. Mi trabajo me exige tener altos niveles mi capacidad de afrontamiento. forma balanceada y regular. de tolerancia a la frustración. 21. A parte de mi trabajo cuento con hobbies 8. En los últimos seis meses he sentido 14. En momentos de estrés incremento el y gustos que contribuyen a mi bienestar. insomnio. consumo d alcohol y/o alucinógenos. 22. Busco compartir y hablar con otras 9. En momentos de estrés laboral incremento 15. En los últimos meses he notado dificul- personas fuera de mi entorno laboral, el consumo cafeína y/o tabaco tades en la memoria y poca concentración. compartir sentimientos y pensamientos. Conversar con los seres queridos de lo que ellos viven en mi ausencia. 10. Me he enfrentado a experiencias duras de 16. Pienso que es difícil tomar distancia entre la vida que me han permitido sobreponerme a mi trabajo, organización y vida personal. las adversidades. 23. En mi organización se estimula que entre las personas que conforman el equipo se mani17. En los últimos meses he notado poca fieste el reconocimiento y aprecio mutuo. 11. Dialogar con los compañeros/as, después iniciativa y creatividad en mi trabajo. de una experiencia particularmente fuerte, es muy positivo. 24. En los últimos meses he sentido incapacidad, 18. Pienso que no me afectan los problemas ansiedad, inseguridad e irritación, emociones de las personas que buscan mi ayuda. que se evidencian en mi entorno laboral. 12. Un factor de estrés es que el cumpli-

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25. Me refugio en el trabajo cuando tengo 31. Sería importante para mi salud física y problemas con mi pareja, familia, hijas e emocional contar con mayores espacios de hijos esparcimiento y ocio. 26. La mayor parte del tiempo no descanso. 32. Mi trabajo con frecuencia me expone a situaciones estresantes y que implican un cierto riesgo. 27. Mi capacidad para comunicarme y relacionarme adecuadamente con mis compa- ñeros/as de trabajo ha disminuido, tornán- 33. Mis convicciones ideológicas y políticas dome a veces en una persona conflictiva. no han sido de ayuda en momentos difíciles. 28. Comparto totalmente las apuestas y visiones ético-políticas de mi organización, fortaleciendo mi compromiso con la labor que ejerzo y el nivel de responsabilidad asumido. Comentario o reflexión que quiera 29. En mi organización se han establecido políticas de prevención y manejo del desgaste emocional.

compartir sobre este ejercicio o sobre su experiencia en la atención a víctimas y/o comunidades vulneradas en sus derechos humanos.

30. Reconozco el impacto del trabajo que realizo en mi estado de ánimo y emociones.

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