Manos
Misioneras
Noviembre 2012 – Número 2 Publicación Mensual
Toledo Misionero
Delegación de Misiones de Toledo www.misionestoledo.org
El Director Nacional de Obras Misionales Pontificias visita la Delegación
El Director Nacional de Obras Misionales Pontificias, D. Anastasio Gil, ha visitado la nueva sede de la Delegación de Misiones, que desde hace seis meses está instalada en el Palacio Arzobispal (Arco de Palacio). Además, ha aprovechado la visita para valorar positivamente el desarrollo de la campaña del DOMUND, celebrado bajo el lema “Misioneros de la Fe”, en la Archidiócesis de Toledo, en un encuentro mantenido con voluntarios y miembros de la Delegación Diocesana de Misiones. Durante la visita, el Director de OMP en España, ha estado acompañado por el Arzobispo de Toledo, Don Braulio Rodríguez Plaza, el Vicario General de la Archidiócesis de Toledo, Don Ángel Fernández Collado, el Delegado de Misiones, Don Jesús López Muñoz, el Director de la Fundación EUNTES – Toledo para el Mundo, Don Francisco Villacampa, así como por misioneros diocesanos toledanos, como el Padre Mariano Merchán. En el ámbito del trabajo de dinamización y animación misionera, se ha presentado al Director de OMP en
España las acciones que desarrolla la Delegación, en las que se transmiten los testimonios reales y cercanos del espíritu misionero de la Diócesis de Toledo. De manera particular se ha querido destacar la animación misionera realizada con niños y niñas de los Colegios Medalla Milagrosa, San Juan Bautista (Tavera) e Infantes, que ha significado el reflejo del trabajo de voluntarios en una jornada misionera verdaderamente inolvidable para la Diócesis. En este sentido, la Delegación agradece nuevamente el trabajo y la tarea de los laicos en la organización e impulso de la dinamización misionera en la Diócesis, pero de manera siempre especial el reconocimiento a la labor de los misioneros en su tarea y compromiso en nombre de la Fe. La Delegación, recordando el “mensaje al Pueblo de Dios” del Sínodo de los Obispos sobre la Nueva Evangelización celebrado recientemente en el Vaticano, invita a “vivir en un estado permanente de misión, anunciando el Evangelio con esperanza y alegría, mostrando con el testimonio misionero como el Evangelio es fuentes de una sociedad justa y fraterna”.
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Los sacerdotes de Toledo en Moyobamba: un testimonio de entrega abnegada Por Johnny García Abad, Diácono de la Prelatura de Moyobamba (Perú).
“... no escatimaron ningún esfuerzo, antes bien, negándose a sí mismos aceptaron tal desafío por amor a Dios. Y de este modo, con gozo y alegría desgastan día a día su vida por el bien de las almas.”
A petición del padre Javier Salazar, que se encuentra dando clase de Derecho Canónico y Parroquial en el Seminario Mayor de San José de Moyobamba, les escribo para la revista Manos Misioneras de la Delegación de Misiones de Toledo, sobre qué ha significado la presencia de los sacerdotes de la Arquidiócesis de Toledo en mi vida. Y quisiera expresar dicho significado en mi vida con estas palabras, que para mí son como el resumen de todo: un testimonio de entrega abnegada. En primer lugar, significan un testimonio de vida. Es decir, su presencia sacerdotal me ha enseñado a mirar en el sacerdote a un hombre de Dios. A un hombre consagrado a Dios y que se esfuerza por vivir como tal. En segundo lugar, destaco la entrega radical de su vida a Dios. De este modo, no tienen ningún reparo en dejar que Dios los conduzca a donde él quiere. Así pues, no se sienten atados a su patria ni a persona alguna, sino que viven con plena libertad de espíritu y están dispuestos a todo. Me gusta cómo viven con fervor y pasión su sacerdocio con gran espíritu misionero. Y desde lo que
yo percibo, pasan haciendo el bien como verdaderos embajadores de Cristo. La tercera gran lección, esto es, su abnegación, me la han dado en el seminario (mis formadores, los actuales y anteriores, y profesores). Recuerdo que en un principio creía que todo les resultaría duro y pesado, puesto que suponía un cambio, un adaptarse a tantas cosas. Sin embargo, para sorpresa mía, no escatimaron ningún esfuerzo, antes bien, negándose a sí mismos aceptaron tal desafío por amor a Dios. Y de este modo, con gozo y alegría desgastan día a día su vida por el bien de las almas. Para finalizar, quiero considerar dos cosas, entre muchas que me han enseñado, que son: el amor y fidelidad a la Iglesia (Magisterio, la Jerarquía, etc.), y a formarme con la conciencia de que el sacerdocio es un gran don de Dios al que hay que corresponder con fidelidad y sinceridad. No dejen de rezar por nosotros y no dejen de ayudar económica y sacerdotalmente, a esta porción del Pueblo de Dios que peregrina en el Perú ¡Viva Cristo Rey!
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Para orar… peticiones del mes de noviembre del Grupo de Oración Misionera de la Delegación - Petición desde el Vaticano "Que la Iglesia peregrina en la tierra, resplandezca como luz de las naciones" - Petición de nuestros misioneros en los seminarios Desde el Seminario de Lurín (Perú) Vocaciones sacerdotales autóctonas, profesores para el seminario y construcción del Seminario. Sacerdotes para cubrir las Parroquias de la Diócesis de Lurín. Desde el Seminario menor y mayor de Moyobamba (Perú) Por el fruto del curso de Derecho Canónico que se les está instruyendo. Que vengan sacerdotes a la prelatura y por los cuatro seminaristas menores confirmados. Desde el Seminario menor de Lubumbashi (Congo) Por los 60 chicos que disciernen su vocación y piden al Señor Luz para los formadores - Petición desde México Por la conversión de los corazones y aumento de la fe. - Intenciones por la Parroquia de Zinder , Arzobispado de Niamey (Niger) Oración y solidaridad para que la paz y la justicia se restablezcan en esa zona del continente africano
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NUESTRA VIRGEN PEREGRINA, Un pedacito de cielo en la Parroquia de San Justo (Por Félix, Maria, Paulina y Miguel) He de reconocer que me sorprendió al principio. Hacía tiempo que no veía una capilla de la Virgen peregrina circulando por mi casa. Quizá su ausencia podría deberse a que hay pocas, o a que la gente no se compromete, o a que yo he estado algunos años despistada. Por un momento recordé a mi abuela, que reservaba un sitio especial en el salón para su “virgencita”, y cuando la tenía, nos hacía pasar a todos, al menos una vez, cuando con tanto fervor desgranaba las cuentas del rosario, en un murmullo constante que a mi se me antojaba incomprensible. Quizá fuera por su dulce voz, o por la fe inquebrantable que supo transmitirnos, por el cariño con el que hablaba de “su Madre” y le confiaba el cuidado amoroso de toda su familia. Quizá, y gracias a ello, en casa siempre ha existido ese amor por la Virgen, y todos hemos crecido notando su maternal protección en todos y cada uno de los acontecimientos de nuestra vida. Pero ha sido hace poco, cuando ya adulta y madre de familia, he redescubierto que, lo que antes identificaba con “piedad de abuela”, es lo que he anhelado desde entonces, excusándome en las prisas para no hacerlo, o en que nosotros, los jóvenes, rezamos de otra manera. Sin casi pretenderlo, y con la fraternal amistad que nos une a D. Javier, se ha creado en la parroquia un continuo ir y venir de gente muy diversa, pero con una única motivación: nos reúne el amor de Dios, en torno a su Palabra; a la Sagrada Eucaristía; a jóvenes que vuelven, como el hijo pródigo de la parábola, a recibir los Sacramentos, quizá los primeros; a la ayuda al necesitado, manifestando la caridad allá donde se necesita, en silencio y con alegría; a aquéllos que, con visión de futuro y en un mundo global, no sólo piensan en ellos, sino que su generosidad trasciende fronteras y viajan a tierras de misión… y a un montón de niños (este año, de momento, se esperan dos más), los mejor recibidos, y los que nos dan la vida en esas misas en las que tanta paciencia se derrocha, cuando no imaginación e iniciativa. Un año y pico después de un primer e informal encuentro campestre para una romería, considero que todos y cada uno hemos ido renovando un compromiso personal, como matrimonios aquellos que los somos (y somos muchos, y de muy diferentes edades); como seglares comprometidos, cada cual en su estado; como niños, jóvenes y adultos, renovando de continuo nuestra fe en la asamblea parroquial, como comunidad de Iglesia militante que camina en la nueva evangelización acompañados de nuestro Santo Padre. ¿Y nuestra labor? Pues, como nosotros, de lo más variada: celebrar la Eucaristía, orar por los enfermos, encomendar especialmente a las misiones (en turnos de oración), cursillos prematrimoniales, convivencias, acompañamiento a familias… con el ruido y la alegría de nuestros hijos de fondo, como nos imaginamos sería Nazaret en tiempos de Jesús. Y nuestra Madre, guía y luminaria de nuestra andadura, que un buen día apareció en esa capilla cuya madera evoca el olor de lo auténtico, de la preciosa tradición de orar con nuestros
mayores, para volver a visitarnos y quedarse entre nosotros. Qué expectación la de los niños durante esa Eucaristía. “¿Qué viene de dónde? ¿De Rusia, dices?” “Sí, si, de San Petersburgo”, nos explicaba Javier. “Es la Virgen peregrina de Fátima” “¿Y por qué tiene una hucha?” preguntó Miguel. “Para que eches el dinero de las chuches y se lo ofrezcas a la Virgen”, respondió su hermana. “De las chuches, o de lo que sea”, siguió Javier. Se tratará de ir haciendo pequeños sacrificios, de ir encomendando a la Virgen nuestras vidas, de acordarnos de los que más lo necesitan. Y rápidamente nos pusimos de acuerdo. La cadena funciona a las mil maravillas y los peques tachan los días del calendario para ir descontando los días que faltan y recibirla de nuevo en las casas. ¡Qué buenos recuerdos! ¡Qué entrañable (que viene de “entraña”, en este caso, de “entrañas maternas”) ver a nuestros hijos repitiendo con su infantil fervor aquello que creíamos olvidado! Y este es el milagro, que sucede a diario, bajo el manto protector de María. Pero se trata, sobre todo, de volver a orar en familia, de volver a hacer un sitio especial a la capilla en casa, accesible a todos, donde cada cual acuda cuando más lo necesite, donde se puedan dar besos y más besos a esa madre amantísima sin que nadie nos vea… a aún viéndonos todos, porque, ¿a quién le avergüenza tener un pedacito de cielo en su propia casa? Queridos amigos de tierras tan lejanas: gracias por el regalo tan maravilloso que nos habéis hecho. Gracias porque, con este viajero detalle, nos habéis hecho presente que la comunión de los santos ha de ser, y es, de hecho, una realidad en nuestras vidas. Porque la Fe, cuyo año celebramos, no conoce fronteras, ni mide el tiempo, sólo se recibe como un don, se reparte y se dona de manera generosa y, si como mi abuela decía, es verdad que mueve montañas, vivámosla con la inmensa alegría de sabernos, todos, hijos predilectos de un mismo Padre.
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El señor no descansa y necesita tu corazón, pies y manos, por Teresa García de la Noceda ¿Qué hace una chica como tú.....? María y Teresa o Teresa y María. Dos chicas de este tiempo, que han decidido regresar una vez más a echar una mano a tierras de misión; en este caso a dos de las Parroquias gestionadas por sacerdotes toledanos, en Lurín (Perú). Dos estilos distintos y dos trabajos diferentes, pero con un mismo fin: “ayudar al más necesitado poniendo su tiempo y su facultades al servicio de los pobres y de sus necesidades”. Una de ellas es enfermera y ha estado todo su mes de vacaciones trabajando en el centro de salud de El Milagro, ayudando a los profesionales de allí, compartiendo su experiencia y tratando a la gente sencilla que se acercaba con alguna dolencia. Nos podríamos preguntar ¿qué se lleva?... mucho más de lo que ha dado, el Señor le ha impresionado y tocado el corazón con el cariño de los que menos tienen y con la Fe que trasmiten en cada
situación. La otra chica, no va a compartir su experiencia profesional por falta de tiempo, ya que su prioridad es atender a los más pobres que el padrecito o la asistenta social le encargan. Tal vez solo escuche a la gente, tal vez solo de su apoyo personal, en algún caso se les puede ayudar económicamente....pero por encima de todo, ve la mano Providente del Señor en cada situación. ¿Qué se lleva?...la confirmación real de que el Señor va por delante de nosotros. Que Él es el que puede y hace por medio de nuestras manos. ¿Y qué decir de Manuela? Otro corazón tocado por Dios, talaverana de origen, que vino a echar una mano, y lleva manteniendo un comedor para los más necesitados, cerca de 200 niños, desde hace 18 años. No se me ocurren calificativos para su andadura.
A ti que lo estás leyendo, solo decirte que no se necesita ser nada especial para ponerse en manos de los más necesitados, ni María ni Teresa son nada especiales, solo pedírselo al Señor y si te ves llamada a venir, ponte en contacto con la Delegación de Misiones.
Concurso de Dibujo con motivo de los 170 años de la Infancia Misionera La Obra Pontificia de la Infancia Misionera lleva 170 años dedicada a formar a los niños en la universalidad de la misión y en la necesidad de dar a conocer el amor de Jesús; iniciándoles en valores como la generosidad y solidaridad con los niños de todo el mundo. Para celebrar este 170 aniversario, las Obras Misionales Pontificias, a través de la Secretaría General de la Infancia Misionera, en Roma, ha invitado a todos los países a participar en un concurso internacional de dibujo dirigido a los verdaderos protagonistas de esta obra, los niños. “El dibujo es el medio de expresión preferido por los niños y, al mismo tiempo, es un lenguaje universal comprensible a todos. Será un modo muy bonito de conocernos mejor y de participar y vivir la dimensión misionera”, asegura la responsable mundial de la Infancia Misionera, Baptistine Ralamboarisom.
El Secretariado de Infancia Misionera de España ha aceptado la invitación y ha propuesto el Concurso de Dibujo “Los niños ayudan a los niños”, para que todos los pequeños de las diócesis españolas puedan participar. El concurso consta de dos fases, una diocesana y otra nacional. Los dos chicos ganadores de la primera fase participarán en la segunda de donde saldrán dos clasificados para tomar parte en el concurso internacional. Los dibujos ganadores serán enviados a Roma donde la Secretaría General de esta Obra Pontificia publicará, en una colección en recuerdo de este aniversario, los dibujos de los ganadores de cada país participante.
La Delegación de Misiones de Toledo invita a todos los niños de los colegios y parroquias de la diócesis. Para aquellos que quieran más información y las bases y la plantilla en la que deben realizar el Se trata de que los niños respondan a dibujo, lo pueden solicitar a la Delegación través de sus dibujos a la pregunta de qué y en el correo electrónico: toledo@omp.es es la Infancia Misionera para ellos, cómo colaboran con esta Obra Pontificia, qué hacen para sus hermanos los niños del mundo y cómo muestran su generosidad y solidaridad.
¡Participa! La Delegación espera tus dibujos.
Manos Misioneras Publicación editada por la Delegación de Misiones de Toledo y la Fundación EUNTES – Toledo para el Mundo Dirección y Edición Jesús López Muñoz Delegado de Misiones Francisco Villacampa Director Fundación EUNTES Coordinador Fernando Redondo Benito Secretaría Marisa López Sánchez Dirección C/ Arco de Palacio, 3 45002 – Toledo Teléfono 925224100 (Ext. 163) Correo Electrónico toledo@omp.es
Si deseas conocer mejor la vida misionera de la Diócesis... Visita nuestra web: www.misionestoledo.org
Para reflexionar Dimensión Misionera de la Nueva Evangelización “La nueva evangelización se realiza con una sonrisa, no con el ceño fruncido. La misión ad gentes es, básicamente, un si a todo aquello que hay de decente, bueno, verdadero, bello y noble en la persona humana. ¡La Iglesia es básicamente un sí, no un no”. (Cardenal Timothy Dolan) “Es necesario, pues, tener una actitud de dulzura, de respecto hacia los otros, de escucha, de cercanía” Arzobispo emérito de Villavicencio, Octavio Ruiz Arenas
“El espíritu misionero debe llevar a afrontar la gran tarea de la evangelización con profundo amor y espíritu de comunión, y con una acción misionera confiada, emprendedora y creativa”. Arzobispo emérito de Villavicencio, Octavio Ruiz Arenas
“La nueva evangelización”, consecuentemente, debe estar encaminada hacia una renovada escucha de la Palabra de Dios, para hacer irradiar la frescura, la novedad perenne, podríamos decir, la fascinación del Evangelio. Arzobispo emérito de Villavicencio, Octavio Ruiz Arenas “Ese nuevo ardor hace referencia también al entusiasmo y la alegría para dar testimonio de la presencia de Cristo en la vida del evangelizador, esto es, algo similar a lo que experimentaron los discípulos de Emáus, quienes, después de escuchar a Jesús en el camino y de reconocerlo en el partir el pan, se preguntaban: “¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?” (Lc 24, 32)” Arzobispo emérito de Villavicencio, Octavio Ruiz Arenas