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Un modelo 2.0 por buen camino
Hace años que en Níjar nos planteamos que el Ayuntamiento, aun sin competencias algunas en las políticas que sustentan el modelo agrícola general, podíamos de alguna manera participar en la potenciación desde una perspectiva distinta, desde una posición que posibilitase encauzar soluciones que hiciesen más fácil el desarrollo de un sector del que dependen no sólo comarcas, sino provincias y mucho más. Cuando iniciamos esta tarea nos pusimos a estudiar, pero no para enseñar a los agricultores, sino para poner encima de la mesa los errores que se habían cometido hasta ese momento y poder actuar en la construcción de un paradigma 2.0, una realidad evolucionada.
¿Dónde estábamos fallando? Por ejemplo en la red de caminos que dan acceso a las fincas en las que se produce todo aquello que luego pasa por los almacenes camino de los mercados finales, en la limpieza de las ramblas que luego se taponan con la gota fría y generan los problemas que ya hemos conocido con nombres como Dana y Gloria, o cosas tan elementales como contar con una báscula pública donde poder pesar mercancías. ¿Y cómo lo hemos solucionado? Pues con dos millones de euros de inversión en caminos, unos propios y otros luchados céntimo a céntimo en las distintas administraciones, como también batallamos cada metro de rambla que se ha limpiado en estas últimas campaña, la báscula municipal que ya da servicio a todo el campo y cientos de pequeñas actuaciones que nos ha aportado dos ejes fundamentales: credibilidad y competitividad.
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Una agricultura 2.0 no es una invención, sino una forma de hacer. Desde el consenso, la cogobernanza, el sentido común y la humildad como postura de inicio, se puede dibujar una realidad distinta que no cambia, sino que corrige y potencia una gran idea. Una agricultura 2.0 es capaz de solucionar hasta los problemas más enquistados que pueden afectar a la imagen del campo
Y como somos principalmente gente de campo, ponemos toda nuestra esperanza en que aquello que se siembra bien al final termina germinando, y hoy podemos decir a boca llena que aquel proyecto que repetimos y luchamos hasta saciedad, es ya una realidad que acapara, Ave aparte, la que posiblemente sea la mayor y más estratégica inversión que tendrá una repercusión directa en el agro almeriense: el Puerto Seco de Níjar.
La agricultura de Almería, con un Puerto Seco desde el que haremos llegar mercancías a los mercados del norte nos aporta, precisamente, esos dos mismos ejes fundamentales de los que antes les hablaba: credibilidad y competitividad.
Una agricultura 2.0 no es una invención, sino una forma de hacer. Desde el consenso, la cogobernanza, el sentido común y la humildad como postura de inicio, se puede dibujar una realidad distinta que no cambia, sino que corrige y potencia una gran idea.
Una agricultura 2.0 es capaz de solucionar hasta los problemas más enquistados que pueden afectar a la imagen del campo, de nuestra agricultura, y en nuestro caso hasta nos hemos atrevido a articular soluciones para esa población inmigrante necesaria para trabajar en nuestros invernaderos y, por tanto, parte de nuestro modelo. Y en nuestra visión 2.0, por ejemplo, no existirán en un futuro próximo asentamientos chabolistas, porque ya hemos empezado a sustituirlos por soluciones habitacionales justas y también necesarias.
Y de toda esta tarea que hemos desarrollado, lo que más claro nos ha quedado desde el principio, es precisamente que ese camino para construir un paradigma evolucionado del agro en nuestra comarca, es un camino que sencillamente no tiene fin, sino nuevos tramos que iremos abordando con el tiempo, poco a poco desde el consenso, la cogobernanza, el sentido común y la humildad como postura de inicio.
Opini N
Andrés Góngora Belmonte
Secretario provincial de COAG Almería y responsable estatal de frutas y hortalizas de COAG