3 minute read
Broche final a una campaña atípica con precios volátiles y costos en alza
Si hay algo que ha caracterizado el último ejercicio agrícola ha sido la volatilidad en cuanto a precios de los productos y situaciones inusuales para los agricultores de la provincia se refiere. La brutal inflación en consecuencia a la guerra desatada en Ucrania golpeaba sin piedad a nuestro sector en forma de un incesante aumento récord de los costes de producción, que finalmente empañaba unos precios aceptables en pizarra. De esta forma, se desvanecía lo que para todos iba a configurarse como una de las mejores campañas de los últimos años.
De hecho, esta campaña tan atípica ha llegado a crear una controversia entre el agricultor y el consumidor. Las etiquetas de nuestros productos hortofrutícolas marcaban unos precios más elevados de lo habitual, que podrían haber llevado a los consumidores a una errónea percepción de como realmente ha funcionado la campaña 21/22; por lo que cabe destacar que el inasumible incremento de los insumos ligado a las diferentes inclemencias meteorológicas entre otras cuestiones, habrían motivado el cierre de otra campaña más con los números sin cuadrar.
Advertisement
Asimismo, los agricultores han visto como poco a poco todo se desestructuraba; de hecho, esta campaña claramente volátil dejaba a los productores ante un descenso en la superficie destinada a producción de un 1,4% alcanzando las 49.463 hectáreas que repercutía en una menor producción, con una caída del 17,5%. No obstante, en cuanto al valor de la producción se registraba un des- tacable aumento en el cultivo de tomate (14,5%), pepino (12,4%), calabacín (33%), melón (60%) y sandía (77%).
Si atendemos a la producción bajo cubierta, el pimiento repetía como líder de la oferta almeriense, alcanzando las 12.627 hectáreas, seguido del calabacín en cuanto a superficie se refiere. Y es que, aunque durante las últimas campañas el poder del cultivo de tomate ha ido disipándose, perdiendo variedades tradicionales debido a su escasa rentabilidad; nos sorprendía en la campaña precedente con un incremento un 34% en su precio medio por encima de la campaña anterior, y un aumento del valor de producción en un 14%. De hecho, la buena racha para el tomate parece proseguir, ya que en el inicio de la campaña 22/23, desde ASAJA estimamos un incremento del 15% de su superficie; una subida que opacaría el liderazgo del pimiento en las últimas campañas, aunque ya adelantamos que mantiene su tendencia con un crecimiento en superficie de un 2%.
Los agricultores han visto como poco a poco todo se desestructuraba; de hecho, esta campaña claramente volátil dejaba a los productores ante un descenso en la superficie destinada a producción de un 1,4% alcanzando las 49.463 hectáreas que repercutía en una menor producción
Sin embargo, en última instancia, la campaña al aire libre habría registrado una de las temporadas con más turbulencias. Nos encontrábamos con un incremento de más del 150% en el precio de la sandía y el melón en los supermercados, en detrimento de su consumo y con un margen mínimo para los productores. Sin lugar a duda, tener en el frigorífico melón o sandía se convirtió en un lujo para gran parte de los consumidores. De hecho, aunque los agricultores de estos cultivos desprotegidos se han enfrentado a situaciones frecuentes para ellos, el panorama fue muy preocupante debido al goteo despiadado de robos en los cultivos de sandía; unas inesperadas inclemencias meteorológicas como la caída de la calima en plena producción; un desorbitado incremento de casi el 50% de los cos- tes junto a una merma de kilos y una grave incidencia de afecciones fitopatológicas.
Y es que, después de todo lo ocurrido este año, no quisiera dejar esta valoración sin destacar el carácter y la capacidad del agricultor para afrontar nuevos retos. O acaso afrontar una inflación desmesurada en el país; una nueva PAC que no representa al sector agroganadero andaluz a dos meses de entrar en vigor; o una inservible Ley de la Cadena Alimentaria que no ha conseguido aún regular estrictamente los precios que percibe el consumidor y los beneficios del agricultor, ¿no lo ha demostrado lo suficiente? Sinceramente no creo que este año los agricultores de la provincia puedan estar satisfechos con la campaña anterior, pues han sido interminables los meses en los que la rentabilidad ha brillado por su ausencia.
Ya ha comenzado la próxima campaña y que el sector continúa teniendo infinitos frentes abiertos es algo indiscutible. La campaña anterior dejó entrever unas debilidades, que en lo que llevamos de campaña parecen no haberse erradicado. Se trata de mucho tiempo reclamando medidas que reviertan esta situación insostenible, porque a pesar de ser un sector que ha demostrado ser imparable, es un sector que requiere de ayuda y protección. La diferenciación y la calidad han sido, son y