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EL HALCON ANDA SUELTO (1991) SABIA USTED...

Eddie “Hudson” Hawk (Willis, en pleno proceso de aceptar su calvicie) es un criminal que acaba de salir de la cárcel. Sólo quiere tomarse un capuchino con tranquilidad, pero su talento y su fama son tan grandes que, en vez de una taza, obtiene una extorsión para volver a robar. Por suerte para él, su compañero Tommy (Danny Aiello, fallecido recientemente) está a su lado para ayudarle en los golpes… y en los duetos.

Sin embargo, su último robo tiene algo de especial. No sólo porque esté detrás ese matrimonio de cachorros enfermos que son los Mayflower (Richard E. Grant y Sandra Bernhard), o porque le persiga un puñado de mercenarios con nombre de chocolatina entre los que se encuentra David Caruso (en uno de sus mejores papeles: aquí no dice una palabra); el golpe tiene que ver con una máquina que el legendario Leonardo Da Vinci ideó para convertir el plomo en oro.

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‘El gran halcón’ se vio entonces como una película extrañísima en cuanto a tono y aún se sigue viendo como tal. Tiene el sabor y el talento habitual en los actioners de Joel Silver (de ‘Arma Letal’ a ‘Depredador’, de ‘Jungla de cristal’ a ‘Demolition man’), con ramalazos aquí y allá de comedia tontuna.

A día de hoy, que tenemos a Bruce Willis abandonado en un rincón de Hollywood con películas directas a vídeo y algún bombazo ocasional como ‘Glass’, cuesta creer que una vez estuvo en la cresta de la ola.

Tuvo tanto poder que pudo levantar un proyecto tan personal y nacido de la vanidad como ‘El gran halcón’ (‘Hudson Hawk’, 1991), de Michael Lehmann, hoy prácticamente olvidada salvo por una legión de fanáticos entre los que me incluyo. Un filme que, si observamos detenidamente, se adelantó a su tiempo casi veinte años.

De modo que coge el monopatín y el gancho para trepar, prepara una buena canción pop de los años 40 y únete en esta defensa de la que es, sin duda, una de las mejores y más olvidadas películas de Bruce Willis.

28 años después, ‘El gran halcón’ no sólo mantiene el tipo sino que está de actualidad, con un estilo que no desentona en el panorama actual de la comedia de presupuesto medio y una de las interpretaciones más genuinamente graciosas de Willis.

Para saber mas https://www.espinof.com/criticas/ gran-halcon-maravilla-injustamente-olvidada-muyactual

FICCIO-INBOX

La trama se sitúa en un tiempo anterior a The Surrogates, durante la primera fase de implantación de los surrogates en la sociedad. El asesinato de un vagabundo negro por tres surrogates, inicia una investigación en la que participará un joven Harvey Greer, cuando todavía era un agente que patrullaba las calles. El caso, de tintes racistas, revelará un entramado de intereses políticos y económicos.

gumentales, queda claro que este escritor se está sirviendo de las posibilidades de serialización que le ofrece la industria del tebeo estadounidense para ultimar un desarrollo de su propuesta que hoy por hoy sólo podemos contemplar de forma fragmentaria. Antes que entrar a fondo con una diatriba filosófica acerca de la existencia humana, Venditti le está presentándo a su público entretenidas historias de polis y ladrones que, únicamente cuando podamos vislumbrarlas como parte de un gran conjunto, nos darán la justa medida del trasfondo en el que se ubican.

Por: Paula González / Zona Negativa

Si está claro que la premisa de Los Sustitutos da para mucho, el analisis en profundidad de la misma se despliega sólo parcialmente y de forma colateral en los dos tomos publicados hasta ahora. Una y otra vez Venditti ha escogido una investigación policial para llevar al lector de la mano a lo largo del relato… y es más o menos tangencialmente que se nos presentan reflexiones y análisis concretos acerca del fenómeno surrogate. Ahora que sabemos que Venditti tiene planificados un total de cinco arcos ar-

Problematico favor, no obstante, le hace Weldele a su guionista. Si ya en la reseña del primer cómic exponíamos nuestras dudas acerca de este ilustrador, en este segundo tomo quedan claras sus limitaciones a la hora de otorgar densidad a ciertos momentos del relato y, peor todavía, su absoluta incapacidad para construir unos escenarios que contextualicen adecuadamente lo que sucede. Hace ya tiempo Pepo Pérez decía que Watchmen sin Dave Gibbons no sería Watchmen. Podría decirse también que, si el apartado gráfico de Los Sustitutos estuviese en manos de un Dave Gibbons, percibiríamos con mayor claridad las bondades de esta obra. Afortunadamente, algo ha mejorado Weldele del primer cómic a este segundo y no todo son errores en su trabajo. Algunas situaciones están bien resueltas y, por lo general, la historia puede seguirse con fluidez.

Para saber mas https://www.zonanegativa.com/lossustitutos-the-surrogates-de-carne-y-hueso/

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