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Presentación
Pocas cosas son más determinantes en nuestra vida que el proceso de ir abriéndonos, poco a poco, a las palabras. Reconocerlas, explorarlas, sentir cómo nos cruzan. Las primeras tienen un brillo inaudito, resuenan para siempre: Mamá, Agua, No. Sin embargo, con el tiempo pueden volverse opacas debido al desgaste de la vida cotidiana. Pueden dejar de sorprendernos. A veces se convierten en palomas mensajeras que simplemente van de un lado a otro, llevando nuestros recados. Afortunadamente, la poesía está ahí para recordarnos que son mucho más que eso. También son juego, belleza, música, amor, ruido, misterio, dinamita.
Un parque de diversiones. La poesía es, en buena medida, redescubrirlas; verlas con otros ojos, escucharlas con otros oídos, decirlas con otra lengua.
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Por eso fue tan emocionante ser parte de un proyecto tan bello como este. Tuvimos la fortuna de aprender del ingenio, la frescura y la complejidad de lxs niñxs. De conocerlxs. Fuimos privilegiados al poder estar cerca de un proceso en el que cada unx fue, a su ritmo, apropiándose de su lenguaje, construyendo una sensibilidad distinta, conectándose mejor con sus emociones. Eso, en un mundo que a veces parece tan gris y tan seco, es pura felicidad.
Quiero pensar que a partir de ahora, todos ellxs saben que el horizonte de las palabras es mucho más amplio de lo que parece a simple vista. Que hay maravillas ocultas esperándolxs en algún lugar.
Luis Eduardo García