1 minute read
Microcuento
Compañia
Es domingo, nos ponemos la camiseta y salimos de la casa a tomar la micro luego el metro, bajamos en Pedrero y caminamos hacia el estadio, nuestra casa, tomas mi mano vas nerviosa ya que es tu primera vez, nos sentamos y ves cómo se recibe al equipo con papel picado y los cantos de la barra, desde ese día y como cada fin de semana me acompañas hija a alentar a Colo-Colo. Elizabeth Espinosa
Es por eso y por muchas
razones que tanto te quiero Empezaba el partido en el Monumental, después de un largo día de trabajo, siendo explotada por el empresario ladrón, con un cansancio abrumador, agotamiento que se olvidó en el momento en que mis pies tocaron la entrada del sector Arica. Suena el silbato, empieza el partido. A mi lado se escuchaban mis compañeros cantando hasta quedar sin voz, al unísono del bombo y la garra blanca. Y ahí yo, dándolo todo alentando a mi equipo, utilizando mis últimas energías. No puedo pedir más, esta es mi mayor alegría, aún más el celebrar esos goles abrazando a mis amigos y desconocidos con una misma pasión. Vale la pena el cansancio si al terminar el día tengo a Colo - Colo dándome tantas razones para ser feliz. Lamaldita