La normalidad filosófica y la enseñanza de la filosofía en el Perú, Christian Córdova Robles

Page 1

FICHA TÉCNICA Título: Autor: Serie: Código: Edición: Formato: Impresión: Soporte: Publicado: Edición: Tiraje:

Invitación a la Filosofía Villanueva-Viaña-Katayama-PisconteSánchez-Córdova-Revolledo-Martel Ensayos FILO/010-2012 Fondo Editorial de la UIGV 130 mm x 205 mm. 172 pp. Offsett y encuadernación en rústica Cubierta: folcote calibre 12 Interiores: bond alisado de 80 g Lima, Perú. Noviembre de 2012 Primera 1 000 ejemplares

Universidad inca Garcilaso de la Vega Rector: Luis Cervantes Liñán Vicerrector: Jorge Lazo Manrique Jefe del Fondo Editorial: Lucas Lavado

©

Universidad Inca Garcilaso de la Vega Av. Arequipa 1841-Lince Teléf.: 4711919 Página web: www.uigv.edu.pe

Fondo Editorial © Editor: Lucas Lavado Correo electrónico: llavadom@hotmail.com Jr. Luis N. Sáenz 557-Jesús María Teléf.: 461-2745, anexo: 3712 Correo electrónico: fondo_editorial@uigv.edu.pe Coordinación académica: Carmen Zevallos Choy Cuidado de la edición: Lourdes Abanto Bojórquez Dlagramación: Jane Marlene López Correa Portada: Luis Ernesto Renteros Luján

Prohibida su reproducción total o parcial por cualquier medio, sin autorización escrita de los autores. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2012-13768

ISBN: 978-612-4050-61-9


La normalidad filosófica y la enseñanza de la filosofía en el Perú

Christian Córdova Robles*

* Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Investigador del Instituto Raúl Porras Barrenechea (UNMSM). Do­ cente de Epistemología y Ética en la Facultad de Psicología de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Miembro del Comité Editorial de la Asociación Peruana de Ética y Filosofía Política.


A menudo solemos quejarnos de la situación crítica de la cultura en nuestro país, las carencias y deficiencias en diferen­ tes áreas de nuestra sociedad. La conclusión o respuesta que se atribuye siempre después de una trasnochada o fructífera conversación, diálogo o conferencia académica es: necesitamos cambiar de actitud, cambiar nuestra manera de pensar. No solo eso, una vez llegada a esta conclusión, tratamos de mirar la ejecución de esta solución en el futuro, es decir, hacemos poco o nada por realizar verdaderamente un cambio de modo de pensar en la educación. Pero justamente no hemos reparado en la actividad que por esencia le corresponde ejercitar en el hombre la actividad de pensar, relacionar, solucionar. La filosofía no es solo un saber histórico, parte de las humanidades, sino una práctica constante de la actividad racional que todos tenemos en cuanto seres humanos. No hemos reparado en qué cursos se dedican a formar y ejercitar la actividad racional desde la escuela. Una comprobación básica nos dirá que efectivamente no hay tal curso. La normalidad filosófica es un concepto que introduce Fran­ cisco Romero para tratar de entender el surgimiento y sentido del desarrollo de la filosofía en América Latina. Romero plantea una serie de elementos importantes que consideramos pueden ser revisados a la luz de la problemática actual respecto a la


106

L a n o r m a l i d a d f i l o s ó f i c a y la e n s e ñ a n z a de la

F i l o s o f í a en el P erú

enseñanza de la filosofía en el Perú. En las líneas que siguen veremos en primer lugar en qué consiste el concepto de normali­ dad filosófica, en segundo lugar cómo es interpretado en el caso peruano por Víctor L¡ Carrillo y finalmente qué estamos haciendo por la enseñanza de la filosofía en el Perú.

1. El concepto de normalidad filosófica El concepto de normalidad filosófica -propuesto por Francisco Romero- aparece por primera vez en el artículo “Sobre la filosofía en Iberoamérica” (1940) el cual fue recopilado en el libro Filosofía de la persona y otros ensayos publicado en años posteriores. El artículo en cuestión trata de explicar el sentido del reciente (refiriéndose a las décadas del cuarenta y cincuenta del siglo XX) desempeño de la filosofía en Iberoamérica. Donde se pueden observar claramente dos generaciones: una de los llamados patriarcas, los cuales pueden ser caracterizados porque fueron: “Maestros de sí mismos, nada han debido sino a su propio es­ fuerzo, y se aplicaron a una tarea que ni tuvo el auxilio magistral, ni se vio incitada por una consideración o respeto general hacia este género de estudios" (Romero 1950: 148). Aparte de este aspecto autodidacta, otro rasgo característico de esta generación radica en su aislamiento. “Salvo una que otra excepción, estaban acostumbrados a la soledad, y hasta podría decirse que contaban con ella por adelantado: ni los desanimó ni se rebelaron contra ella" (Romero 1950: 149). A pesar de su carácter autodidacta y solitario, estos pensa­ dores contaban con una vocación definida. El grupo actual de filósofos cuentan con una formación que asegura su trabajo intelectual, ya no corren la suerte del autodi­ dacta; por otro lado existen condiciones favorables para romper


C h r i s t i a n C ó r d o v a R o bl es

107

el aislamiento, a fin de dar paso al trabajo solidario y conexo. Entonces: “La filosofía deja de ser vista como propensión arbi­ traria, caprichosa, y se aprovechan vocaciones, puesto que para profesarla con asiduidad no es ya indispensable el temple excep­ cional de los varones de la tanda anterior. En pocas palabras se inicia una etapa de normalidad filosófica” (Romero 1950: 150). Una vez introducido este concepto se encarga de precisarlo. Sus características más importantes son: a. La incorporación de la filosofía en el quehacer de la cultura. Esto reviste un doble aspecto: •

La incorporación de la filosofía dentro de los planes de estudio, y la filosofía como profesión.

A su vez, la filosofía no como actividad, sino como pro­ ducción material que consiste en libros, ensayos, reseñas.

b. “Voluntad de agrupación y de mutuo conocimiento entre quienes se consagran a la faena filosófica por profesión o vocación” (Romero 1950: 151). La agrupación puede revestir diferentes formas. c. La normalidad filosófica como vocación. “La vocación filosófica ha llegado adquirir conciencia de sí y busca su expresión” (Romero 1950: 151). d. La búsqueda de tradición filosófica. “Uno de los síntomas de que nuestra vocación filosófica, alimentada en todos los grandes veneros del pensamiento, ha alcanzado conciencia de sí como energía plural y unánime, es su amorosa vuelta al pasado” (Romero 1950: 154). Estas son las características más representativas del con­ cepto de "normalidad filosófica” dado por Francisco Romero.


108

L a n o r m a l i d a d f i l o s ó f i c a y la e n s e ñ a n z a de la F i l o s o f í a en el P erú

Ahora veamos como Víctor Li Carrillo interpreta este concepto y se sirve de él para enfocar el problema de la enseñanza de la filosofía en el Perú.

2. Víctor Li Carrillo, la interpretación de la normalidad filosófica y la enseñanza de la filosofía en el Perú Víctor Li Carrillo se refiere al concepto de normalidad filosófica en el escrito titulado: El magisterio de Mariano Ibérico, allí -refiriéndose a Ibérico- nos dice lo siguiente: “Junto con Honorio Delgado, Julio Chiriboga y Francisco Miró Quesada, ha instituido lo que Francisco Romero denominaba la "normalidad filosófica”, que no es solo la institucionalización de la filosofía, sino -más profundamente- la posibilidad de concebir a la filosofía como quehacer exclusivo de la vida” (Li Carrillo 1973: 43). De donde podemos observar dos de las características men­ cionadas líneas arriba: La normalidad filosófica entendida como institucionalización y como vocación. Para completar este cuadro, señala: “La eficacia del magisterio no solo reside en la enseñanza directa y material, sino también en la otra forma, indirecta, de la sugestión y del ejemplo, que trasciende las circunstancias del aula y se proyecta sobre nuestra vocación y nuestro destino” (Li Carrillo 1973: 35). En otro escrito también aludirá al concepto. Esta vez refi­ riéndose a la vida y obra de Augusto Salazar Bondy nos dice: “Creo que la enseñanza de Salazar Bondy estaba inscrita dentro del horizonte de lo que Francisco Romero llamaba la “normalización filosófica”, es decir, la implantación de la filosofía -saber adventicio, disciplina supernumeraria- como, actividad normal de la cultura” (Li Carrillo 1974: 136). Aquí se observa claramente el sentido de incorporación de la filosofía como materia de enseñanza. Esto es, como contenido


C h r i s t i a n C ó r d o v a R o bl es

109

temático en la enseñanza regular. Reafirma esto en la siguiente cita, donde se refiere a Augusto Salazar Bondy: “Junto con Francisco Miró Quesada, ha sido el gestor entu­ siasta de la incorporación del curso de ‘Introducción de filosofía’ como asignatura oficial de la enseñanza secundaria, redactando el texto y difundiendo sus directivas” (Li Carrillo 1974: 136). Resumiendo, Víctor Li Carrillo asume el concepto de “norma­ lidad filosófica” principalmente en dos sentidos: como vocación y como institucionalización, es decir, como incorporación del curso de filosofía como materia obligatoria de enseñanza. De otro lado, si bien Salazar Bondy y Miró Quesada habían conseguido instaurar la enseñanza de la filosofía como materia obligatoria en la escuela, faltaba mejorar algunos de sus con­ ceptos, pero más aún fundamentar su situación y necesidad, es por ello que LI Carrillo emprende a mediados de los años setenta conversatorios sobre el programa de filosofía y también escribió reflexiones que recién hemos podido conocer1. Sin embargo, la filosofía como materia de enseñanza obligada en la escuela fue retirada del programa oficial y actualmente solo esta reducida a un par de lecciones generales. Veamos a continuación la situación actual de la enseñanza de la filosofía.

3. ¿Qué estamos haciendo por la enseñanza de la filosofía en el Perú? Desde la fundación de la Universidad en el Perú, se enseñó filosofía. Pero los contenidos y la forma de enseñar eran esco­ lásticos. Esa forma escolástica de entender la enseñanza de la filosofía nos lleva a considerar dos puntos: 1

Nos referimos a La enseñanza de la filosofía, publicada el año 2008 en coedición del Instituto Raúl Porras Barrenechea y el Fondo Editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega.


110

La n o r m a l i d a d f i l o s ó f i c a

y la e n s e ñ a n z a de la

F i l o s o f í a en el P erú

3.1. Contenidos2 a. Historia: El contenido histórico de la filosofía siempre ha sido un tópico permanente en la enseñanza de la filosofía, obvia­ mente por cuestiones temporales y doctrinales la historia no consideraba la vinculación de la ciencia y la filosofía en el desarrollo histórico. Tampoco consideraba las filosofías que progresivamente se iban desarrollando en el mundo. La cen­ sura escolástica era efectiva en buena parte de este tiempo. b. Privilegio de las órdenes religiosas: Las órdenes religiosas repartían entre sí las diferentes cátedras para de esa manera enseñar de manera correcta [privilegiada] el pensamiento de un santo o doctor de la Iglesia. Por ejemplo, Suárez, Tomás de Aquino, Agustín, etc. c. Visión logicista y agustina: La enseñanza de la filosofía esta­ ba enfocada desde una perspectiva logicista y agustina, es decir, se consideraba que la filosofía solo podía ayudarnos a desarrollar la facultad deductiva del pensamiento a nivel lógico, pero no a nivel crítico. Complementariamente a esta visión se concebía la actividad filosófica como una actividad donde se ejercitaban los ojos del alma, para usar una expre­ sión agustiniana. Con esto se conseguía un afianzamiento de la espiritualidad inherente al hombre.

3.2. Metodología a. Siguiendo lo que habíamos visto líneas arriba, la metodología más apropiada era la repetitiva. Es decir que sobre la base de algunos manuales de filosofía, se pedía que los alumnos memorlcen cada capítulo y cada parte del contenido. Un aprendizaje memorístico a semejanza del aprendizaje del catecismo. 2

Esta caracterización forma parte de un trabajo en elaboración de nuestra autoría, llamado: La enseñanza de la filosofía en el Perú donde se detallan los programas y metodologías que se enseñaron en el Perú desde la época colonial hasta la actual.


C h r i s t i a n C ó r d o v a R o bl es

111

b. Justamente se desprende que de la metodología usada no podía motivar ni adiestrar el pensamiento crítico, ni mucho menos el científico. En las primeras décadas del siglo XX se produce un cambio a partir de las enseñanzas de Julio Chiriboga, quien no escribió mucho y prefirió la enseñanza de la filosofía, como una actividad de constante práctica y desarrollo del pensamiento, del análisis e interpretación y del debate. Es en ese sentido el iniciador de una corriente que llegará hasta Augusto Salazar Bondy, como principal difusor, es decir, el concebir a la filosofía como una actividad reflexiva, un curso de filosofía era un curso de iniciación filosófica, de iniciación en el pensamiento. Con la concepción inicial de la filosofía como iniciación, se consiguió superar los paradigmas escolásticos a nivel metodológico y de contenidos. Víctor Li Carrillo nos dice que lo principal de la enseñanza de la filosofía y de la filosofía misma es poder establecer la rela­ ción del hombre y el mundo, y del hombre con otros hombres. Rescatando en gran parte la labor comprensiva de la filosofía y la labor humanista (Li Carrillo 1984: 19). Si miramos el programa curricular de secundaria vigente encontramos solo 13 veces la palabra hombre y de estas 13, 7 veces está relacionado al curso de religión. Al inicio, en la concepción del estudiante de secundaria, dice: “En el nivel de Educación Secundaria se atiende a los púberes y adolescentes, cuyas edades oscilan entre 11 y 17 años aproximadamente. En esta etapa los estudiantes experimentan una serie de cambios corporales, afectivos y en su forma de aprender y entender el mundo” (Ministerio de Educación: 313). ¿Cómo puede un joven entender de manera amplia y sin pre­ juicios el mundo? ¿Cómo puede establecer la relación de él con el mundo y de él con los demás sino conoce la filosofía? ¿Cómo puede entender el avance de la tecnología en el mundo actual, sino tiene conocimiento de la historia y sentido de la ciencia?


112

L a n o r m a l i d a d f i l o s ó f i c a y la e n s e ñ a n z a de la F i l o s o f í a en el P erú

En la Constitución Política de Perú se señala que existe derecho a “la libertad de conciencia y de religión, en forma Individual o asociada. No hay persecución por razón de ¡deas o creencias. No hay delito de opinión. El ejercicio público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público". (Cap. 1, art. 3). También dice que tenemos derecho a: “A mantener reserva sobre sus convicciones políticas, filosóficas, religiosas o de cualquiera otra índole, así como a guardar el secreto profesional”. (Cap. 1, art. 18). Dentro de este espíritu de libertad intelectual debemos considerar seria­ mente la inclusión de la filosofía y de la historia de la ciencia en los planes curriculares oficiales, para de esta manera enseñar a pensar, analizar, criticar, pero principalmente a saber plantear problemas y las alternativas de solución para estos. Solo así Impulsaremos parte del cambio que tanto anhelamos. ¿Por qué seguimos manteniendo contenidos, directivas sin contenidos de filosofía? ¿Podemos seguir con la vieja tradición del menor esfuerzo por pensar? ¿Debemos de seguir permitiendo que la filosofía no entre en el camino definitivo de la normalización?

Bibliografía general Barreda y Laos, Felipe (1964) Vida intelectual del Virreinato del Perú. Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Falla Barreda, Ricardo (2000) El goce de la razón: en el Perú del siglo XVII. Lima, Editorial San Marcos. Ministerio de Educación del Perú (2005) Diseño curricular nacional de Educación Básica Regular. Lima, Ministerio de Educación del Perú. Li Carrillo, Víctor (2008) La enseñanza de la filosofía. Lima, Instituto Raúl Porras Barrenechea-Fondo Editorial de la Univer­ sidad Inca Garcilaso de la Vega.


C h ri s t i a n C ó r d ov a R o bl es

113

_ (1973) “El magisterio de Mariano Ibérico", en Guevara et al. Homenaje a Mariano Ibérico. Lima, Oficina de Proyección Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. 33-44. _ (1974) “Augusto Salazar Bondy”, en Textual, 9 (diciembre): 136-138. _ (1 9 7 9 ) “Filosofía, diálogo viviente”, en Aporía, 5 (diciembre):

12 -

.

_ (1984) “Comentario al programa oficial de Introducción a la filosofía”, en Aporía, 10 (Agosto): 5-19. Romero, Francisco (1950) Filosofía de la persona y otros ensa­ yos. Buenos Aires, Losada. Salazar Bondy, Augusto (1969) Entre Escila y Caribdis, reflexio­ nes sobre la vida peruana. Lima, Casa de la Cultura del Perú. _________ (1968) ¿Existe una filosofía de nuestra América? México D.F., Siglo Veintiuno Editores. _________ (1965) Historia de las ideas en el Perú contempo­ ráneo. Lima, Francisco Moncloa, Tomo II. Zea, Leopoldo (1981) “Francisco Romero y la normalidad filosó­ fica”, en Francisco Romero, Maestro de la filosofía latinoameri­ cana. Caracas, Sociedad Interamericana de filosofía.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.