La respuesta de los filósofos (Wilbert Tapia)

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El Pueblo

Arequipa, martes 26 de mayo de 2020

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Arte y Cultura LA RESPUESTA DE LOS FILÓSOFOS Por: Willard Díaz

• HANS JOÑAS. Wilbert Tapia es profesor principal de la Escuela de Filo­ sofía de Universidad Nacional de San Agustín, un docente correcto y respetuoso como pocos, cuya opinión, mesu­ rada e inteligente, suele ser importante para autoridades y alumnos. Si nos ponemos a pensar en la respuesta que los filósofos y los humanistas tienen al problema crucial que estamos atravesando, su nombre nos parece idóneo para la consulta. Aquí sus opiniones. Hay gente que piensa que la epidem ia estaba anunciada por el deterioro mundial de los sistemas de salud; y otra que fue sorprendida por el COVID. ¿Cuál fue tu situación? En la mayoría de los paí­ ses, especialmente en Perú, los sistemas de salud no eran la preocupación principal. Bastaba con mirar las deslu­ cidas infraestructuras de los hospitales locales para poder comprobar esa realidad; más patente era todavía la situa­ ción cuando se acudía a los servicios de em ergencia y se observaba desde los pasi­ llos a varios pacientes sobre camillas o sillas de ruedas, además de enfermos que es­ peraban pacientemente horas para que pudieran lograr su atención médica. Entonces, los sistemas de salud no res­ pondían de manera adecuada

a las dem andas sanitarias y, evidentemente, tampoco estaban preparadas para una pandemia como la generada por el coronavirus. ¿Cuál es el cambio más fuerte que estás pasando? ¿Crees que será duradero? Siempre existe la habitua­ ción, es decir, la tendencia a asumir formas de comporta­ miento y de pensamiento ha­ bituales dentro de un contexto determinado o normalizado. La pandemia ha modificado ese contexto y, consecuente­ mente, esos hábitos. Por ejemplo, antes existía la costumbre de salir a reali­ zar compras casi de manera mecánica, actualmente eso no es posible, uno tiene que estar atento a todo lo que ocurre: el uso de la m as­ carilla, la distancia con los vendedores y transeúntes, la precaución con las monedas y llaveros, la lim pieza del celular, la desinfección de los productos, etc.; de otra parte, varios comportamientos se han dejado de lado como ir al cine, al teatro o practicar un deporte. Al mismo tiempo, la atención y las preocupaciones se han dirigido principalmente a las noticias vinculadas con el virus y a toda la variedad de reflexiones que ha generado sobre la importancia de la vida, la presencia de la muer­ te, el rol del Estado y de la ciudadanía, la incertidumbre, la comunicación a distancia, etc. En síntesis, hay un cam­ bio significativo, intempestivo y obligado en la forma de vivir. Mientras nos encontremos en ese contexto esos cambios van a permanecer. R e cu e rd o que desde hace cuatro años se em­ pezaron a difundir las lla­ madas TICs en la UNSA, pero que esos intentos no d e sp e rta ro n m ucho entusiasmo entre el profe­ sorado. ¿Crees que ahora sí habrá éxito? ¿Por qué? Efectivam ente, la UNSA

ha m antenido una política continua de capacitación en el uso de las TIC. A lo largo de estos años se han ¡do in­ troduciendo paulatinamente en las prácticas académicas, especialmente con el uso de la plataforma virtual en el dictado de los cursos. Lo que sucede es que hasta el año pasado ese recurso era un medio complementario a la formación presencial que se practicaba en la universidad; sin embargo, en la actualidad se ha producido un punto de quiebre en el que, dadas las circunstancias, se ha tenido que pasar inmediatamente a la formación a distancia o virtual. Es muy prematuro decir si ese tipo de formación va tener éxito o no, estamos a poco más de tres semanas en su aplicación. Hay ciertas carre­ ras que son más compatibles con la formación a distancia, la experiencia en educación virtual requiere de ciertas com petencias que en todo caso recién se están llevando a la práctica, hay diferencia entre el tiempo presencial y el virtual, existe inequidad en el uso de equipos informáticos y en el acceso a internet, etc. Habrá que hacer las inves­ tigaciones respectivas para saber la medida de éxito de esta nueva experiencia. Con el énfasis hoy más que nunca en la crisis eco­ nómica que se viene en­ cima, en la recuperación del sistema, ¿temes algún peligro organizado para la enseñanza de la filosofía y las humanidades? La enseñanza de las hu­ manidades y de la filosofía ya estaba en peligro antes de la crisis económica que se está produciendo con la pandemia. La mayoría de los países, dentro del énfasis en la lógica productiva que los guiaba, veían este tipo de enseñanza como innecesario y por eso sus políticas educativas es­

taban dirigidas a reducirlas a su mínima expresión y, en algunos casos, a eliminarlas. La crisis que estamos vi­ viendo constituye una opor­ tu n id a d para v a ria r esa situación; m uchas de las reflexiones que se están for­ mulando apuntan a cambiar las políticas que han venido implementando la mayoría de los gobiernos. Ahora se habla de priorizar la salud, la educación, el cuidado del medio ambiente; igualmen­ te, se advierten los peligros del autoritarismo, se piensa en reconfigurar el Estado e incluso de la necesidad de una nueva forma de organización política global. También existen preocu­ paciones por el sentido de la vida humana tanto individual como colectiva, la ¡dea de la posibilidad de la muerte se ha convertido en un foco de atención. Todos estos tem as son precisamente centrales en la reflexiones humanísticas y fi­ losóficas, así que si algo debe­ mos aprender de la situación que estamos viviendo es de su necesidad en el mundo actual. La com unidad acadé­ mica filosófica mundial ha respondido de modos muy diversos a la crisis. Los hay que ven en esta una situación revolucionaria hasta los que confían en la recuperación del siste­ ma capitalista. ¿Cuál es tu posición? Es cierto que la crisis ha producido num erosas re ­ flexiones entre los filósofos, la obra más representativa es el libro digital Sopa de Wuhan (2020) que es una antología de artículos y ensayos en la que aparecen Giorgio Agamben, Jean-Luc Nancy, Alain Badiou, Markus Gabriel, Slavoj Zizek y Byung-Chul Han, entre otros. Precisamente estos dos últim os se han pronunciado sobre la cuestión del capitalismo: mientras que

Zizek anuncia el golpe mortal al capitalismo, Han defiende que se consolidará con más fuerza. El prim ero avizora una nueva etapa histórica de colaboración global y control de la economía; el segundo observa la intensificación del individualismo. Al respecto, pienso que de­ ben evitarse las pretensiones proféticas frente a un pro­ blema de tanta complejidad como el que estamos vivien­ do; la crisis no es solamente económica, hay factores po­ líticos, culturales, históricos, etc., todos ellos interactuando y retroalimentándose en dife­ rentes niveles e intensidades, así que es muy ambicioso predecir lo que ocurrirá. De todos modos, si algo se puede decir, conviene hacerlo guiándonos por el principio del término medio aristotélico ante dos posiciones extre­ mas; así, es evidente que en estos momentos el sistema capitalista y la globalización que lo acompaña se están remeciendo, los cierres de fronteras y las medidas de aislamiento no permiten el funcionamiento regular del libre mercado que es uno de los principios básicos de ese sistema. Si, como consecuen­ cia de la crisis, las sociedades aprenden que lo económico es solo un subsistema que coexiste y se correlaciona con los subsistemas de la salud, la educación, la cultura, etc., dentro del sistema general de la sociedad, entonces sí podría hablarse de un cambio social. La solidaridad es uno de los valores más cues­ tionados por la pandemia. ¿Piensas que va a haber una toma de consciencia sobre ideales comunitarios que sea permanente? ¿O solo se trata de salir del paso? No estoy seguro de que la pandemia haya significado una toma de consciencia ge­ neralizada sobre la importan­

cia de valores comunitarios como el de la solidaridad. Al menos en nuestro país pode­ mos observar un cumplimien­ to muy irregular respecto a la distancia social en los merca­ dos, los bancos y los servicios de transporte, es decir, no ha habido un sentido de respon­ sabilidad ni hacia sí mismos ni hacia los otros, algo que constituye una nota distintiva en la solidaridad. Por otro lado, sí es cierto que, para un sector social, el período de aislam iento ha despertado inquietudes existenciales dirigidas a la revaloración de la vida, la salud, la fam ilia, tanto en sus dimensiones individuales como colectivas. Ahora bien, cuando las per­ sonas atraviesan momentos críticos, es natural que se for­ mulen promesas de cambio; las sociedades históricamen­ te también han atravesado períodos críticos que las han llevado a proyectar ciertas reformas. En ambos casos no se ha logrado mucho, así que hay que ver esos tipos de toma de consciencia con cierto escepticismo. ¿Qué filósofo nos reco­ mendarías leer para com­ prender mejor este tipo de trastornos sociales? Dada la dim ensión del tema, me parece que la suge­ rencia no podría concentrarse en un filósofo y, además, no solam ente con el objetivo de la comprensión. En ese sentido convendría recurrir a la lectura de los filósofos es­ toicos como Séneca, Epicteto y Marco Aurelio quienes vivie­ ron épocas de crisis y en sus libros propusieron máximas para enfrentarlas. Más con­ temporáneamente, también convendría la lectura de los filósofos de la complejidad como Edgar Morín. Finalmen­ te, la propuesta del principio de responsabilidad de Hans Joñas igualmente constituye una lectura recomendable.


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