Las rutas del escape venezolano (Francesca Dasso)

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Migrantes venezol peruano, sobre la tolva un camión, rumbo a incierto destino. ^

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El miércoles 18 de diciembre es el Día del Migrante, que en nuestros tiempos se deletrea así: ve-ne-zo-la-no. Más de cuatro millones de venezolanos han escapado de su país, según la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas (OIM). Se trata de la ola migratoria más grande de todos los tiempos en nuestro continente. El drama sin precedentes ha sido documentado por la peruana Francesca Dasso, quien, poniéndose en los zapatos de estas personas, ha recorrido 7,000 km con ellas y construido un testimonio muy acorde con nuestra época: un documental transmedia. A partir de enero, el fenomenal registro de testimonios y experiencias podrá ser visto por Internet. Foto: LA U R A M AR Q U EZ

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el Escape Venezolano Peruana Francesca Dasso documenta la mรกs grande ola migratoria jamรกs vista en nuestro continente a lo largo de 7000 kilรณmetros.


Escribe: M ARCO ZILERI A mirada traviesa del niño le parte el corazón. Sus ojos grandes se reflejan en el lente de la cámara. Am bos se observan detenidamente: la docu­ mentalista, el refugiado. “Es como mi hijo perdido”, confiesa Francesca Dasso, 33, docum entalis­ ta peruana que acaba de regis­ trar el éxodo venezolano por las dos principales rutas de escape: el Oriente - l a ruta am azónica- y la ruta de los Andes - l a frontera con Colombia. Al niño lo conoció en la locali­ dad amazónica de Boa Vista, un campamento militarizado del Bra­ sil, a pocas horas de la frontera con

L

"Los venezolanos huyen literalmente del hambre", describe Dasso. "Es como si les hubieran robado el futuro". Venezuela. Se llama Josué. Posa alegre para la foto con un amigo. “Dos grandes picaros”, ríe Dasso. “Los niños no tienen ni idea de lo que está pasando, mantienen la alegría. ¿Qué será de ellos?”, cavi­ la, aún sacudida por la experiencia. En Boa Vista, el Ejército brasile­ ño tiene el control de la migración. Reparte carpas y ha habilitado cam­ pamentos para los miles de refugia­ dos, usualmente al lado de las esta­ ciones de ómnibus o “rodavías”. El gobierno brasileño tiene un programa de “interiorización” para los venezolanos, y según la deman­ da laboral, destina a puñados de ellos a diferentes lugares del país. Se trata de un procedimiento en el que participan la OIM y la Agen­ cia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), y es penosamente lento. Los refugiados pueden permane­ cer en el campamento hasta por un mes. El plazo resulta angustiosa­ mente estrecho: “La regla es una; la realidad, otra”, explica Dasso. "LES HAN ROBADO EL FUTURO"

La ACNUR y otros organismos

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CARETAS / DICIEMBRE 12, 2019

I W I U V J I U U U U venezolanos Refugiados « W I I V b V I M I l V U V. en Í I V.I el río IV W Branco, Brasil. Los militares brasileños controlan 0 de junio del presente año, fecha límite para ingresar al Perú sin visa, en el Centro E,¡


il flujo migratorio en esa frontera. Abajo, 15 nacional de Atención Fronteriza en Tumbes.

Trotamundos Francesca Dasso: "El cine documental consiste en escuchar al otro y crear un diálogo basado en la empatia". internacionales supervisan los cam­ pos de refugiados, pero la gran masa de migrantes ha desbordado todas las previsiones. Miles de refugiados son núcleos familiares. El campa­ mento está salpimentado con milla­ res de carpas pequeñas y siluetas que deambulan sin un destino claro. “Es como si les hubieran roba­ do el futuro”, describe Dasso. En el río Branco, un grupo de adoles­ centes se lanza desde una embar­ cación al agua y se deja llevar por la corriente. Miles de refugiados llegan al Perú por esta ruta ama­ zónica tan exótica como incierta. La documentalista, poniéndose en los zapatos de los refugiados, registra el éxodo. Todo migrante es un drama, una historia por resca­ tar del anonimato, un grito de espe­ ranza. Volverá a tropezar con los mismos refugiados a lo largo de la ruta. “Menos mal no te embarcaste con nosotros en Manaos”, le confie­ sa un adolescente en Iñapari —fron­ tera entre Brasil y Perú-, semanas después. “Hubo un intento de suici­ dio: un hombre se lanzó al río infes­ tado de caimanes”.

UN DOCUMENTAL TRANSMEDIA

“Huyen literalmente del ham­ bre”, sintetiza Dasso. La documen­ talista registra todo con una cáma­ ra XDCAM. Entrevista a sus prota­ gonistas sobre sus orígenes, moti­ vaciones y esperanzas. Registra sus penurias, anota a los colaboradores, documenta las mafias que lucran con el dolor ajeno. No se le escapa ni un detalle. “Veo a la gente con los zapatos rotos, los pies hinchados y con llagas”, describe. Dasso tiene un canal Instagram y “postea” las entrevistas que realiza en tiempo real. Tiene casi 700 followers. “El documental se vuelve participativo, interactivo. Genera accountability. La gente se puede ver refle­ jada en él. En unas pocas ocasio­ nes el protagonista me ha pedido que retire su post. Algunos prefie­ ren vivir su drama en el anonimato. Pero, por lo general, lo quieren con­ tar todo, en una suerte de catarsis contra la injusticia”, explica Dasso. Ahora la peruana se ha unido a los miles de migrantes que huyen de su patria por la frontera con Colombia. © CARETAS / DICIEMBRE 12, 2019

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OLA RUTA DE LOS ANDES

La llaman la Ruta de Los Andes, la misma por la cual anduvo en el pasado el Ejército Libertador de Bolívar para emancipar América, y que hoy es transitada por milla­ res de sus compatriotas desposeídos por una dictadura que dice gober­ nar Venezuela en su nombre. “Si en la ruta de la Amazonia los migrantes están estancados en los campamentos militarizados, como en un limbo, por la Ruta de los Andes no hacen sino caminar”, rela­ ta Dasso. Durante otras tres sema­ nas, acompaña al flujo de migran­ tes hasta el Perú. Los destinos se repiten como un mantra: Cúcuta-Bogotá-Quito, etc., etc. A pocas horas de la frontera de

Josué: "mi hijo perdido". Colombia con Venezuela, el pára­ mo de Berlín se interpone entre el drama y la esperanza, la vida y la muerte. El macizo cordillerano se eleva hasta grandes alturas y es castigado por vientos gélidos que han cobrado muchas vidas. En el Internet se alerta de los peligros, distancias y ubicación de los refugios en el camino. Son miles las personas que desafían el maci­ zo a pie, rumbo a Ecuador, Perú y Chile. “Caminan y caminan por días”, describe Dasso. El pulso de la ola migratoria se expande, acelera, agolpa por todo el continente. Hace seis meses, el gobierno del Perú anunció que a partir del 15 de junio era necesa­ ria una visa para ingresar al país. Los refugiados venezolanos, fami­ lias enteras, arriban al Centro Binacional de Atención en Fron­ tera (CEBAF), en Tumbes, duer­ men en el piso, son presa de las mafias de transportistas que colu-

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Turnbes, 15 de junio del 2019,12 de la noche. El presidente Vizcarra anuncia entrado policía despliega sus fuerzas. Miles de migrantes quedan en el limbo. Refugiados y otros migrantes por origen y año desde el inicio de la crisis. 8M * Venezuela 2 0 2 0 :7,5M*

*la estimación alternativa/pesimista supera los 8M de migrantes para2020 Fuente: estimaciones realizadas por la (XA a partir de datos de UNHCRy de la I0M.

Jorge Galindo / EL PAIS

4,2 millones de venezolanos han emigrado en cuatro años, fenómeno solo comparabl y Afganistán. La proyección pesimista de la OEA es aún mayor. Derecha, las dos rute Colombia y el Oriente Amazónico por Brasil. Estos últimos ingresan al país por Iñapar


didos con la Policía cobran mucho más por el pasaje. Dasso está en el ajo. A medianoche, la Policía acordo­ na el área con una tropa premuni­ da de escudos. Es un show mediá­ tico. El presidente de la Repúbli­ ca, junto con el ministro del Inte­ rior, anuncian las nuevas medidas de rigor. Paralelamente, en Lima la deportación de venezolanos por vía aérea se vuelve noticia. La popula­ ridad de Vizcarra sube 10 puntos. “Los venezolanos se han conver­ tido en conejillos de indias”, lamen-

en vigencia de visa para ingresar al país. La

Youtubem Oliver Castillo toma el pulso de la migración en Trujillo. Tiene miles de visitantes. ta Dasso. “Se los utiliza para tapar todo. El sociólogo Zygmunt Bauman sostiene que las olas migrato­ rias dan respiro a las clases bajas, generan otra, las clases oprimidas, y la gente aguanta más represión”, reflexiona la peruana. Las personas se convierten en una simple masa y en frías estadísti­ cas para la burocracia. Bajo el lente de Dasso, las cifras recuperan su humanidad, se traducen en meca­ nismos de supervivencia, se trans­ forman en redes sociales, se enraí­ zan en la nostalgia por el terruño. EL DESBORDE POPULAR

con la ola de refugiados de las guerras de Siria de escape recorridos por Dasso: los Andes por Vladre de Dios.

Según la OIM, solo en los últi­ mos cinco años han fugado de Vene­ zuela 4.2 millones de personas. Pero ninguno de los países que acoge a estos refugiados en Latinoamérica -P erú es el segundo destino, des­ pués de Colombia- tiene el nivel económico de España, Alemania u otras naciones europeas. “El Estado ha sido sobrepasado. Es como cuan­ do pones un líquido rojo. El éxodo venezolano ha hecho ver nuestras debilidades. ¿Cuántas solicitudes de refugio hay? No hay personas para procesarlas”, constata Dasso.

El éxodo venezolano no tiene precedentes en la historia contem­ poránea: multiplica el número de migrantes africanos que llegan a las costas europeas cada año, y según las proyecciones, al 2020 superará incluso el de los refugia­ dos de la guerra en Siria.

Los migrantes explotan las redes sociales para defenderse de la intemperie, la xenofobia y el ham­ bre. Es una comunidad activa y solidaria. ¿Dónde conseguir un col­ chón? ¿Cómo enviar dinero a mis padres en Venezuela? ¿Dónde está mi nieta? En Trujillo, Oliver Castillo es un youtubero en la cresta de la ola. En Venezuela se dedicaba a filmar las protestas y ahora es un youtuber a tiempo completo. Usa un corte de pelo con diseños, tiene un arete en la nariz, habla de manera acompa­ sada, marca el pulso del exilio. “Hay muchos cibernautas entre los venezolanos”, afirma Dasso. Castillo no es el único. El éxodo forma comunidades, aquí en la tie­ rra como en el ciberespacio. Dasso gira sobre sus talones. Los ojos grandes de un niño la miran aten­ tamente. Ella dispara el obturador y abre su corazón. ■ CARETAS / DICIEMBRE 12, 2019

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