Magia y milagros del cerebro, Kimberly Hiss

Page 1

Un atisbo a la neurociencia de los atributos más humanos — amor, ira, compasión— , y cómo encauzar el poder de la mente para llevar una vida más satisfactoria.

cM agia

mifaáros (fef

CEREBRO K I M B E R L Y HI SS

EN ESTE MOMENTO las sondas espaciales gemelas Voyager, lanzadas en 1977, transportan una carga preciosa en su viaje al exterior del Sistema Solar: dos discos de oro en los que se grabaron, entre otras cosas, un aria de Mozart, saludos en 55 idiomas y las ondas cerebrales de una joven enamorada. 18

I

11-2014


11*2014


SELECCIONES

El eminente astrónomo Cari Sagan concibió el proyecto de los discos para dar a conocer la vida humana a otros seres inteligentes que las sondas pu­ dieran hallar. Para incluir sus ondas cerebrales en ellos, Ann Druyan, co­ laboradora de Sagan, se sometió a un electroencefalograma (EEG), el cual se condensó en un minuto de sonidos. Apenas dos días antes los dos cientí­ ficos habían descubierto que estaban enamorados, sentimiento que inundó la mente de Ann durante el EEG. Así que hoy, a 18 años de que ella quedó viuda de Sagan, la canción de un ce­ rebro enamorado sigue flotando en la inmensidad del espacio. Para transmitir la esencia humana a oyentes interestelares, Sagan y su equipo decidieron mostrar nuestro cerebro en acción. La cuestión de qué nos define como humanos está muy trillada entre filósofos y teólogos, pero para muchos científicos la respuesta radica en el misterio del cerebro, ese órgano de kilo y medio de peso que gobierna casi 100,000 millones de neu­ ronas. “A nivel físico, no es más que una masa de átomos que se agitan" dice Christof Koch, experto del Insti­ tuto Alien de Neurociencia, en Seattle. "Pero hay un salto mágico en el que esa actividad se transforma en ira o en el recuerdo del primer beso" Adelantos como la imagen por re­ sonancia magnética funcional (IRMF) permiten ver la actividad de distintas parles del cerebro y localizar el ori­ gen de ciertas emociones. En 2013 el 20

I

11-2014

presidente Barack Obama anunció la Iniciativa BRAIN, un plan de financiamiento para mapear la actividad del cerebro y descifrar su código. Se espera que este proyecto produzca avances en la lucha contra el autismo, el Alzheimer y la depresión. Los estu­ dios quizá también arrojen luz sobre cómo nos enamoramos, cómo toma­ mos decisiones difíciles y otros enig­ mas, señala Thomas R. Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos. “Entender el cere­ bro es una empresa fundamental para saber quiénes somos" dice.

BREVE HISTORIA DE LA PRODIGIOSA MENTE HUMANA l cerebro lleva millones de años evolucionando a través de un proceso parecido al de añadir bolas de helado a un barquillo, dice David J. Linden, neurocientífico de la Universidad Johns Hopkins y autor de La brújula del placer. "Las partes inferiores como el cerebelo y el hipotálamo, que rigen acciones orientadas a sobrevivir como el impulso sexual y comer, no evolu­ cionaron tanto, y en esencia no difie­ ren de las de una lagartija” explica, refiriéndose a la primera bola evolu­ tiva. "Otros centros intermedios que intervienen en el procesamiento de las emociones, como el hipocampo y la amígdala, son mucho más refinados en un ratón que en una lagartija” dice de la segunda bola. "En la cima, el ser

E


humano tiene una cor­ La evolución huma­ teza cerebral grande y na es un proceso muy compleja” señala de la lento, pero podem os bola más alta. Allí resi­ alterar nuestra "evo­ den los pensamientos y lución" personal en el el lenguaje. transcurso de nuestra Hay otra forma de vida. “Las neu ron as ver la caprichosa evo­ que se activan ju n ­ “A nivel físico, lución del cereb ro . tas, se interconectan”, "Imagina que te piden dice el neuropsicólogo el cerebro Rick Hanson, autor de construir una lancha hum ano no es rápida, pero sólo pue­ Cultiva la felicid a d . más que una des agregar partes a Aprende a remodelar tu un bote de remos, de masa de átomos cerebro y tu vida. La re­ madera, que ya existe” petición voluntaria de que se agitan". señala Linden. "Así ha ciertos pensamientos evolucionado nuestro y sentimientos cambia cerebro: es posible hacer pequeños la estructura del cerebro, com o lo añadidos a lo que ya hay, pero no al­ demuestra la meditación profunda. terar el plan básico" Es la interacción Es decir, podemos ayudar a construir entre las regiones cerebrales más an­ nuestra lancha rápida. A continuación tiguas y las más nuevas lo que deter­ explicamos cómo funciona el cerebro mina quiénes somos hoy. humano en siete situaciones com u­ "Humanos y ratones pueden obte­ nes. Puedes usar esta información ner placer de la comida y de la unión para ejercitar tu poder mental. sexual, que ambas especies necesitan para sobrevivir y perpetuarse, pero EL CEREBRO ' sólo un humano puede disfrutar el ANTE LAS CRITICAS ayuno o la abstinencia sexual, que no cuérdate de tu última eva­ suponen ninguna ventaja evolutiva. El lu ació n de d esem p eñ o milagro del pensamiento humano es laboral. "Tu jefe enumeró que los primitivos circuitos del placer primero 19 de tus cualida­ pueden ser activados por partes su­ des, pero al final te señaló un defecto, periores, más complejas, del cerebro” y eso es lo que recuerdas" dice Hanexplica Linden. son. “Se nos graba el negativo punto "En cierto modo ésta es la base de número 20" Esta reacción exagerada la cultura. Poder gozar cosas que son (los psicólogos la llaman “tendencia a absolutamente arbitrarias enriquece la negatividad”) ayudó a sobrevivir al mucho nuestra experiencia” añade. hombre primitivo.

A

11-2014

I

21


SELECCIONES

"Nuestros antepasados buscaban alicientes como comida y pareja, y re­ huían peligros como las fieras” explica Hanson. “Si no encuentras un ali­ ciente hoy, puedes buscarlo mañana, pero si olvidas rehuir una fiera, estás muerto. El cerebro evolucionó para focalizarse en lo adverso. Es como el velero para las malas experiencias y como el teflón para las buenas” Hay prácticas sencillas para contra­ rrestar esta tendencia. “Tardamos más en asim ilar las exp e­ riencias positivas”, dice Hanson. "Regodearnos en lo bueno que nos pasa nos ayuda a co ­ brar plena conciencia de ello, lo que p ro ­ mueve la felicidad y la resiliencia”. Saborea los cumplidos que recibes. Fí­ jate en los momentos felices; para recordarlos mejor, toma nota de los detalles.

EL CEREBRO Y LA DESIDIA uando aplazas algo urgente, eludes el disgusto que te pro­ duce esa tarea desagradable porque quieres sentirte bien ahora, pero sólo consigues dejarle el problema a tu yo futuro. “Desde el pimío de vista neurológico, ¿por qué ti atamos así al yo futuro?" plantea 111111111ly A l'ycliyl, profesor de psico­ logía de la Universidad Carleton, en i Mtawa t In estudio que usó la IRMF

C it

I

II 4(114

para ver qué partes del cerebro se ac­ tivaban cuando los sujetos pensaban en su yo presente, en su yo futuro y en un desconocido reveló que tenemos al yo futuro casi en el mismo concepto que a un desconocido. La desidia también supone un con­ flicto entre dos sistemas cerebrales. El sistema límbico, donde residen nuestras emociones básicas, es una parte antigua (de la segunda bola de helado) que reacciona de modo autom ático, inconsciente y muy rápido; quiere sen­ tirse bien de inmediato. El otro sistem a es la corteza prefrontal (la tercera bola), sede de facultades superiores, como la previsión y el control de impulsos. Cuando recuerdas que debes hacer tu declaración de impuestos, lo primero que se activa es el sistema límbico y su apremio de sentirse bien ahora, lo que logras evi­ tando esa tarea. La corteza prefrontal, más responsable, se rezaga, y hay que ponerla a funcionar para apreciar las ventajas de declarar a tiempo.

EL CEREBRO ENAMORADO

L

as personas más afortunadas nos identificamos no sólo con el amor romántico que Ann Druyan sintió por Cari Sagan al prendarse de él, sino con el vínculo duradero que los unió hasta la muerte


de Sagan 19 años después. Estos dos tipos de amor proceden de distintas zonas del cerebro, dice Helen Fisher, miembro del Centro de Estudios Evo­ lutivos Humanos de la Universidad Rutgers, en Nueva Jersey. “El amor romántico se origina en la zona tegumentaria ventral, en la parte más antigua del cerebro, cerca de los centros que regulan el hambre y la sed” explica. "Es un impulso bá­ sico que concentra nuestra energía en tratar de ganar el mayor premio de la

vida: una pareja sexual. Es un m eca­ nismo de supervivencia" Una importante región cerebral re­ lacionada con el apego, en cambio, es el pálido ventral, una zona más m o­ derna y más alta (de la tercera bola). "La atracción romántica intensa es una reacción más primitiva que el apego; éste es un sentimiento de evo­ lución más reciente” añade Fisher. Ahí reside el amor que dura toda la vida. "La persona que alberga un afecto du­ radero muestra actividad en la corteza 11-2014

I

23


SELECCIONES

prefrontal ventrom edial, relacionada con la ‘ilusión positiva’: la aptitud para fijarse en los pros y dejar pasar los contras" Las p erso n as que tienen relaciones amo­ rosas duraderas dicen cosas como "Me m o­ lesta que no recoja sus ca lce tin e s, pero me encanta su sentido del h u m o r”. P arece que esta manera de pensar fomenta el cariño hasta mucho después de la luna de miel.

que tal vez va a toda prisa al hospital—, y eso te enfurece. El cerebro humano evolucionó para reac­ cionar de forma exa­ O gerada ante lo que cree un peligro. "El mismo El cerebro es del mecanismo neural que protegió de las fieras a todo capaz de ancestros se resolver durante nuestros activa cuando afron­ el sueño los tamos causas de ten ­ problemas de la sión comunes como el tránsito" dice Hanson. vida en vigilia. El organismo produce la horm ona cortisol, que siembra la alarma en el cerebro al estimular la amígdala, centro de las emociones, y dañar neuronas del EL CEREBRO hipocampo, lo cual reduce una parte Y LA IRA AL VOLANTE m pru d en cias com o conducir del cerebro que nos infunde calma y muy cerca del vehículo de ade­ perspectiva de las cosas. Para controlar la reacción de estrés lante les han valido a automovi­ listas agresivos ser rociados con podemos regular las regiones más antiguas del cerebro con las más re­ gas pimienta, golpeados y apresados. ¿Por qué la ira en condiciones de trán­ cientes, como la corteza prefrontal. sito difícil provoca accidentes, lesio­ Por ejemplo, todo el mundo tiene reacciones involuntarias ante fuentes nes e incluso homicidios? La causa es una peculiaridad psico­ de tensión como hablar en público. lógica llamada error fundamental de "Nos ponemos nerviosos y se nos re­ atribución. "Damos por sentado que seca la boca porque así nos lo enseñó la conducta de alguien obedece a mo­ la evolución”, explica Moran. Pero tivos personales y no a las circunstan­ hay quienes pueden transformar esa cias” dice Joseph Moran, investigador energía nerviosa en una fuerza po­ del Centro de Ciencia del Cerebro de sitiva. Las regiones cerebrales supe­ la Universidad Harvard. Cuando otro riores les permiten reinterpretar las conductor te corta el paso, supones reacciones físicas como señales de que es un imbécil —en vez de pensar que están emocionados y preparados

I

24

I 11*2014


para hacer contacto con el auditorio. Cuando te enojes al conducir, pensar en otra cosa (por ejemplo, que llevas sólo 15 minutos de retraso) o tratar de disfrutar el recorrido puede mitigar tu reacción emocional.

EL CEREBRO MIENTRAS SOÑAMOS n voluntario acudió a un estudio sobre los sueños con un dilema: no se de­ cidía entre tomar un curso de posgrado en Massachusetts, donde vivía, u otro lejos de casa. Entonces soñó que volaba en un avión sobre un mapa. El piloto anunció que un motor estaba fallando y necesitaban un lugar seguro para aterrizar. El estudiante propuso Massachusetts, pero el piloto dijo que era un sitio "muy peligroso” El voluntario despertó convencido de que la decisión correcta era asistir al curso lejos de su casa. Con estudios de este tipo Deirdre Barrett, profesora de psicología clíni­ ca en la Universidad Harvard, ha explorado el complejo funciona­ miento de los circuitos cerebrales del sueño. Al dormirnos, el cere­ bro se aquieta, pero al cabo de 90 minutos se reactiva brusca­ mente, durante la fase de mo­ vimientos oculares rápidos (MOR), a un grado tan intenso como cuando estamos despier­ tos. Sin embargo, la actividad procede de un grupo distinto de regiones cerebrales.

U

Mientras que la corteza visual pri­ maria, que recibe estímulos lumino­ sos de los ojos, está menos activa en el sueño que en la vigilia, la corteza vi­ sual secundaria, que funciona cuando imaginamos algo, alcanza su máxima actividad en la fase MOR. La corteza motora empieza a transmitir impulsos de movimiento, pero otra zona encar­ gada de paralizar los músculos mien­ tras dormimos los neutraliza. Además, la autocrítica corteza prefrontal, que contribuye a que nos comportemos de modos convencionales, reduce su actividad durante el sueño. Esta redistribución de la actividad no sólo concuerda con los rasgos dis­ tintivos de los sueños —entornos de gran riqueza visual donde realizamos actos desmesurados y los hechos to­ man extraños giros—, sino que hace de los sueños campo fértil para resol­ ver los problemas de la vida en vigi­ lia. La mayor actividad de la corteza visual secundaria permite a la mente que sueña visualizar soluciones nue­ vas. "Los inventores podrían ver un diseño, y los químicos, estructu­ ras moleculares" dice Barrett. La m enor actividad de la corteza prefrontal puede ayudarnos si estamos estancados. Para maximizar el poder de solución de los sueños, a la hora de dormir plantea el problema escribiéndolo o re­ pitiéndolo mentalmente, acon­ seja la profesora. Luego inventa una imagen que lo represente, y 11-2014

I

25


SELECCIONES

por estímulos esenciales de supervivencia como la co­ mida y el sexo. ¿Por qué algo que parece tan poco esencial como la m úsica activa un sistema que favorece la vida? Los científicos aún no lo saben, pero lo que ocurre en el cerebro cuando oímos una canción que nos gusta da una clave. “La música aumenta la in­ EL CEREBRO teracción entre estructuras cerebrales AL ESCUCHAR MUSICA magina que mientras haces fila de antiguos centros de gratificación para comprar un café, en el radio que regulan el placer y zonas más re­ cientes de la corteza que rigen la pre­ del local empieza a sonar Happy, visión” dice Zatorre. En un estudio, el éxito de Pharrell Williams. éste observó que el cerebro produce En la intensa actividad mental que se desata, necesaria para procesar dopamina, una sustancia asociada con la música, "intervienen los aspectos el placer y la gratificación, al anticipar más avanzados de la cognición hu­ nuestro pasaje favorito de la canción. mana" dice Robert Zatorre, profesor Entonces, quizá la música estimule el del Instituto y Hospital de Neurología deseo innato del cerebro de identificar de la Universidad McGill, en Mon- pautas y resolver problemas.

repite que quieres soñar una solución. No olvides dejar pluma y papel junto a tu cama, y escribir lo que sue­ ñes en cuanto despiertes. "Los sueños se guardan en la memoria de corto plazo, pero escribirlos los transfiere a la de largo plazo” concluye Barrett.

I

treal. Apenas llegan al oído, los soni­ EL CEREBRO dos activan una serie de estructuras, desde la cóclea (donde las vibraciones CUANDO MEDITAMOS a meditación es un medio efi­ se convierten en impulsos eléctricos) caz para convertir en lancha hasta la corteza cerebral. Al reconocer rápida el viejo bote de remos la canción —su nombre o la última del cerebro. Promueve la for­ vez que la oíste— tu corteza auditiva mación de tejido cerebral, mejo se conecta con partes que rigen la re­ estado de ánimo y aumenta nuestra cuperación de recuerdos. Si mueves el pie, activas la corteza motora de resiliencia. "La meditación implica modo muy singular porque lo haces m etacognición (pensar en pensar, poner atención en la atención), lo al compás de la música. Por último, si Happy te toca el co­ que activa la corteza prefrontal” dice razón, habrá encendido el sistema de Hanson. "Estimula todo el cerebro, al acceder a experiencias sensoriales gratificación del cerebro, un circuito antiguo y poderoso que es activado I y emocionales, necesidades, impulsos

L

26

I 11*2014


y sustratos de la conciencia profun­ dos y antiguos. En ella intervienen a la vez las partes más recientes y las más antiguas del cerebro” En los participantes de un estudio que meditaban 40 minutos diarios se observó una capa más gruesa de sus­ tancia gris en zonas que intervienen en la atención, la toma de decisiones y la memoria operativa, en compara­ ción con quienes no meditaban. Otro

estudio reveló que ocho semanas de meditación profunda aumentan la sustancia gris en varias regiones, in­ cluido el hipocampo (que interviene en el aprendizaje y la memoria), y la reduce en la amígdala (que cumple una función en el estrés). "¿Basta sentarse, concentrarse en la respiración y relajarse todos los días para construir sustancia cerebral?”, dice Hanson. "¡Estupendo!” W

11-2014

I

27


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.