Charles Darwin
y El origen de las especies Una conmemoración de la teoría de la evolución desde el CSIC
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COORDINACIÓN GENERAL Área de Cultura Científica del CSIC Pilar Tigeras Jaime Pérez del Val Laura Ferrando Sandra Rebok COMISARIO CIENTÍFICO Instituto de Historia del CCHS (CSIC) Francisco Pelayo López
Santiago Merino. MNCN (CSIC) Esther García Guillén. RJB (CSIC) Área de Cultura Científica del CSIC Pilar Martínez Olmo. Biblioteca Tomás Martín García Diéguez Navarro Tomás del CCHS (CSIC) Gloria Lence Pérez. Biblioteca Tomás AGRADECIMIENTOS Navarro Tomás del CCHS (CSIC) Miguel Ángel Puig-Samper. Departamento de Publicaciones (CSIC) Jaume Josa. IMF (CSIC) Xiomara Cantera Arranz. Departamento Alberto Gomis. Universidad de Alcalá A todos los investigadores que han de Comunicación (CSIC) Miguel López Rubio. Departamento de colaborado en este proyecto Comunicación (CSIC) DISEÑO GRÁFICO
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La juventud de Darwin Charles Robert Darwin nació el 12 de febrero de 1809 en Shrewsbury, localidad inglesa situada a 240 kilómetros de Londres. Fue hijo del médico Robert Waring Darwin y de Susannah Wedgwood, cuyo padre era un próspero hombre de negocios. Hijo y nieto de médicos sin problemas económicos que limitaran su educación, tuvo un ambiente familiar muy favorable para poder desarrollar durante su vida un trabajo intelectual. Su abuelo paterno, Erasmus Darwin, había publicado a finales del siglo XVIII una obra titulada Zoonomía, que Darwin leyó en su adolescencia, en la que había sugerido la existencia de un perfeccionamiento entre los organismos. En la escuela de su localidad natal Charles recibió una enseñanza clásica (1818-1825). Su infancia y juventud, en las primeras décadas del siglo XIX, fue un periodo de tiempo de grandes contrastes en su país. La estructura social seguía siendo muy conservadora al estar el poder político y económico en manos de aristócratas y terratenientes. La religión constituía un pilar esencial para mantener el orden y la estabilidad social. Al mismo tiempo y gracias al impulso propiciado por la Revolución Industrial, Gran Bretaña estaba a la cabeza del desarrollo tecnológico mundial. Según Lamarck, el empleo frecuente de un órgano provocaba su desarrollo, como el cuello de una jirafa, mientras que si se dejaba de emplear terminaba por desaparecer. En la imagen una jirafa en el Parque Nacional de Etosha, Namibia. José Antonio Pérez Roque. Banco de imágenes del Instituto Superior de Formación y Recursos en Red para el Profesorado.
En 1825 comenzó a estudiar Medicina en la Universidad de Edimburgo. Durante dos años asistió sin mucho entusiasmo a los cursos de esta carrera, ya que encontraba aburridas las clases, especialmente la Geología.
Charles Darwin en sus años de juventud se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Edimburgo. Abandonó a los dos años y pasó a Cambridge a fin de seguir estudios eclesiásticos, que le capacitaran para ejercer de clérigo. Banco de imágenes del Instituto Superior de Formación y Recursos en Red para el Profesorado.
La influencia del medio sobre los organismos Es interesante la relación que Darwin mantuvo en Edimburgo con Robert Grant, con quien comentó las ideas evolucionistas enunciadas por el naturalista francés Jean Baptiste Monet, caballero de Lamarck. Para Lamarck, los organismos reaccionaban frente a la influencia del medio ambiente. Ante los cambios, los seres vivos desarrollaban nuevas acciones y hábitos de vida. Tras el fallido paso por Edimburgo, su padre le envió a estudiar Teología en Cambridge. Tampoco aquí Darwin mostró demasiado interés en los estudios académicos, pero supo aprovechar las ventajas de la vida universitaria para establecer contactos, especialmente con John Stevens Henslow, profesor de Botánica. Además de convencer a Darwin para que realizara trabajos de campo de Geología, Henslow dio su nombre como el candidato idóneo para un viaje de circunnavegación por las costas sudamericanas e islas del Pacífico. Se necesitaba un caballero versado en ciencias naturales que fuera el compañero del capitán del barco, en una larga y tediosa travesía. Este viaje alrededor del mundo fue el paso fundamental para el desarrollo de la teoría de la evolución.
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Erasmus Darwin. médico y abuelo paterno de Charles. Escribió la obra Zoonomía (1794), donde sugirió la existencia de cambios y de un perfeccionamiento en el mundo orgánico.
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La forja de un naturalista El objetivo del viaje era realizar trabajos de hidrografía y medidas cronométricas recorriendo la costa sudamericana y las islas del océano Pacífico. Plymouth
Darwin se embarcó en el HMS Beagle, un bergantín de 242 toneladas, 10 cañones y 25,5 metros de eslora. El 27 de diciembre de 1831 zarparon para realizar un viaje alrededor del mundo que duraría casi cinco años.
La exuberante fauna y flora tropical A finales de febrero llegaron a las costas sudamericanas, anclando en el puerto de lo que hoy es Bahía. Darwin quedó impresionado al llegar a la selva neotropical brasileña. Aprovechó para realizar trabajos de campo en el bosque húmedo tropical, comenzando así sus colecciones de fauna y flora sudamericana. La travesía continuó hacia la desembocadura del Río de la Plata. Tras penetrar en la Pampa pudo estudiar la fauna fósil de mamíferos. El Beagle emprendería durante los dos años siguientes continuos viajes, bordeando las costas orientales y meridionales sudamericanas, desde Montevideo y Buenos Aires hasta Patagonia, islas Malvinas y Tierra de Fuego. Bordearon el cabo de Hornos y entraron en el océano Pacífico en junio de 1834, arribando al mes siguiente a Valparaiso (Chile). Darwin organizó una expedición a los Andes. El hallazgo de conchas marinas fósiles a cuatro mil metros de altura sobre el nivel del mar y la presencia de restos de coníferas fosilizadas a cientos de kilómetros de distancia del emplazamiento actual, confirmaron sus ideas sobre la importancia de los cambios geológicos del pasado.
Azores Tenerife Cabo Verde
Galápagos Islas Cocos Bahía
Callao Lima
Mauricio
Río de Janeiro Valparaíso
Montevideo Ciudad del Cabo
Sydney
King George Sound Hobart
Islas Falkland
Entre 1831 y 1836 Darwin circunnavegó el globo terráqueo en el Beagle. Este viaje fue determinante para que a su vuelta se planteara el problema de los problemas: el origen de las especies.
Fig. 1: Atolón formado por un proceso de hundimiento. El coral (zona sombreada) se eleva a medida que el terreno se hunde. Fig. 2: Atolón formado completamente. Fig. 3: Tres ejemplos (Vanikoro, Gambier Islands, Maurua) de arrecifes coralinos. La figura muestra la forma real de la tierra y la prolongación bajo el mar. Fig. 1 Fig. 3
Fig. 3
Fig. 2
Fig. 3
Al llegar a la Islas Cocos en el océano Índico, Darwin pudo efectuar comprobaciones sobre el origen y formación de los atolones y arrecifes coralinos. Darwin pensaba que los arrecifes de coral eran el resultado de hundimientos. Para probar su hipótesis reunió datos que confirmaran sus conjeturas, investigando la composición de los atolones de coral a través de numerosos y metódicos sondeos.
Desde el puerto de El Callao en Lima (Perú) se dirigieron hacia el noroeste, llegando al archipiélago de las Galápagos. La estancia de Darwin en estas islas fue decisiva para apuntalar sus ideas acerca de la transformación de las especies, que culminaría con la elaboración de su futura teoría evolucionista.
Las islas Galápagos, un laboratorio de especiación
Darwin representó en un grabado los picos de tres especies (magnirostris, fortis y parvula) del género Geospiza, además del de la Certhidea olivacea, que había encontrado en el archipiélago de las islas Galápagos. Comentaba que lo más curioso era la perfecta gradación en el tamaño de los picos de las diferentes especies.
El archipiélago de las Galápagos constituye un grupo de islas situadas casi en la línea del Ecuador, frente a la costa occidental sudamericana. Son islas oceánicas, que emergieron por la actividad volcánica generada en el océano Pacífico. Las diferencias morfológicas de la fauna endémica de las distintas islas sería determinante para que Darwin pudiera aproximarse a la solución de lo que se consideraba el misterio de los misterios: el origen de las especies. A finales de octubre de 1835, el Beagle partía de las Galápagos. Tahití, Nueva Zelanda, Tasmania y la costa sudoeste de Australia fueron las siguientes escalas del barco. Tras su travesía por el océano Índico, bordearon el extremo sur del continente africano, entraron en el océano Atlántico y el 2 de octubre de 1836 regresaron a Inglaterra. 2
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La legitimación como científico En los casi cinco años que duró el viaje del Beagle alrededor del mundo, Darwin consolidó sus cualidades como naturalista de campo reuniendo una multitud de datos y observaciones sobre fauna, flora y fenómenos geológicos que constituyeron los elementos esenciales en su posterior trabajo teórico, en el que abordó el problema del origen de las especies. Así, en el archipiélago de las Galápagos Darwin realizó observaciones científicas, de los tipos de tortugas y pinzones que habitaban las islas, cuya posterior interpretación formó parte del núcleo de su discusión sobre el origen de las especies, sobre todo en el aspecto relacionado con el problema biogeográfico. Darwin consideró dos elementos para que se produjera la diferenciación y creación de nuevas especies. Por un lado, era necesaria la existencia de barreras, ya fuesen geográficas, morfológicas (en el caso de los pinzones podría ser el plumaje), etc., que impidieran el cruzamiento entre los individuos pertenecientes a las distintas formas. Por otro, la forma de los picos era el resultado de la especialización que desarrollaban las especies de pinzones, ante la dependencia de recursos alimenticios diferentes. Según fuera necesario extraer, quebrar, Megaterio (Megatherium americanum), este fósil conservado en el Museo Nacional de Ciencias Naturales fue la prueba de la existencia de especies extinguidas. Darwin, que hizo referencia al ejemplar de Madrid, fue consciente de la importancia del hallazgo en Sudamérica de este fósil a finales del siglo XVIII. Imagen extraída del libro de J. Garriga (1796) Descripción del esqueleto de un cuadrúpedo muy corpulento y raro. Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC).
cortar, coger los alimentos, así eran las diferentes respuestas adaptativas de las especies para utilizar los recursos disponibles en los diferentes ambientes. El aislamiento geográfico se convertía de esta manera en una pieza clave para explicar la formación de especies. A su vuelta a Inglaterra los ejemplares de pinzones colectados en las Galápagos fueron estudiados por el ornitólogo John Gould, quien los determinó como especies diferentes. Darwin se instaló en un principio en Cambridge, donde fortaleció las relaciones científicas que había procurado mantener a través de la correspondencia enviada desde los numerosos puertos marítimos en los que había hecho escala. Posteriormente se trasladó a Londres, coincidiendo con la subida al trono británico de la reina Victoria.
Darwin, experto geólogo
Mapa de la América Meridional visitada por Darwin durante su viaje en el Beagle.
A su vuelta al mundo académico inglés, Darwin fue considerado como un experto geólogo. Sus observaciones y trabajos, que confirmaban los principios de la geología actualista, serían publicados en las actas de la Sociedad Geológica de Londres. Estos primeros trabajos geológicos eran un requisito metodológico. Antes de plantearse una explicación sobre los cambios en los seres vivos, era necesario disponer de un marco geológico adecuado, es decir, una historia de la Tierra marcada por la acción lenta y gradual de los mismos fenómenos geológicos que actuaban en el presente, a lo largo de miles y millones de años.
Adam Sedgwick fue el profesor de Geología de Darwin durante su estancia en Cambridge y quien le inició en los rudimentos geológicos básicos.
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La construcción de la
Teoría de la Evolución Desde la finalización de su viaje Darwin procuró anotar sus especulaciones sobre la transmutación de las especies, pero su trabajo de investigación en este campo lo inició a partir de mediados de 1837. Se centró en el estudio de los animales domésticos y de las plantas cultivadas. Reunió información de trabajos y mantuvo correspondencia y conversaciones con criadores de ganado, cultivadores de plantas, jardineros, etc., para disponer de datos sobre organismos sometidos a domesticación. Pensaba que en la selección para conseguir razas útiles debía encontrarse el punto de partida que permitiera entender el proceso de producción de nuevas formas orgánicas que vivían en estado natural.
La lucha por la existencia La lectura del Ensayo sobre el principio de la población del sociólogo inglés Thomas Malthus le proporcionó la clave para la aplicación al estado natural del principio de selección que tenía lugar en la domesticación. El mecanismo se desarrolló a través de un proceso de lucha por la existencia. En su libro Malthus sostenía que si la población humana no se regulaba podía aumentar en proporción geométrica o exponencial, mientras que los recursos sólo lo hacían en proporción aritmética. La consecuencia era la aparición de periodos de hambre y epidemias que diezmaban a la fracción desnutrida de la población. Malthus sugería que las clases más pobres y desfavorecidas debían someterse a abstinencia sexual. Esta doctrina hizo concebir a Darwin la idea de competencia en condiciones de precariedad de recursos, e incorporó las conclusiones de Malthus a su programa de investigación sobre el origen de las especies. Aplicada la doctrina de Malthus a los reinos vegetal y animal, venía a decir que como en la naturaleza se producían más individuos de los que podían sobrevivir, era
Ilustraciones de la obra The Zoology of the Voyage of HMS Beagle.
necesario que hubiera una lucha por la existencia. En estas circunstancias, las variaciones favorables tendían a conservarse y las desfavorables a extinguirse. El resultado era la formación de nuevas especies. En 1842 Darwin redactó un breve resumen de sus tesis evolucionistas, en apenas 35 páginas, el Sketch, que amplió dos años después a 230 páginas, en el llamado Essay, que recoge el desarrollo de las ideas evolucionistas.
Izquierda, Tortuga Gigante, Geochelone elephantopus, Ecuador. La diversificación de las tortugas gigantes en las islas del archipiélago de las Galápagos, a partir de la especie Geochelone elephantopus, fue otro dato que integró Darwin en su elaboración de una explicación natural del origen de las especies. Banco de imágenes de Instituto Superior de Formación y Recursos en Red para el Profesorado. Derecha, esquema de árbol evolutivo dibujado en 1837 por Darwin en uno de sus cuadernos de notas.
Entre los naturalistas de su círculo cercano, a los que hizo partícipes de los avances en su teoría, hay que destacar a Charles Lyell, quien aconsejaría repetidamente a Darwin que publicara sus ideas, ante la posibilidad de que alguien se le adelantara y le impidiera obtener el reconocimiento en la prioridad de sus tesis evolucionistas. Además de desarrollar sus tesis sobre el origen de las especies, en estos años, finales de los treinta y principios de los cuarenta, Darwin se casó con su prima Emma Wedgwood y se trasladó a la casa de Down, en Kent, donde residió hasta su muerte. Al mismo tiempo, comenzó a padecer síntomas (dolor de cabeza, de estómago, palpitaciones...) de una enfermedad que le acompañaría a lo largo de su vida. 4
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Un descubrimiento científico múltiple El consejo de Lyell apremiando a Darwin para que publicara su investigación sobre el origen de las especies tenía fundamento. En junio de 1858 recibió un manuscrito del naturalista Alfred R. Wallace que esbozaba una teoría de la evolución basada en la selección natural. Wallace se encontraba realizando trabajos zoológicos en el archipiélago malayo, cuando en febrero de 1858 sufrió un fuerte ataque de fiebres. Reflexionando durante su enfermedad recordó la tesis de Malthus. Pensó que causas equivalentes actuaban también en el caso de los animales. Como éstos se reproducían mucho más deprisa que los humanos, la destrucción provocada por estas causas debía ser enorme para limitar el número de cada especie, porque de lo contrario el mundo estaría densamente poblado. Meditando sobre esta enorme destrucción, se planteó el porqué unos vivían y otros no. La respuesta fue que sobrevivían los mejor adaptados, es decir, los más sanos, los más fuertes, los más rápidos, los más astutos... En cada generación morían los inferiores y sobrevivían los mejores, los más aptos. Como los grandes cambios del medio ambiente eran siempre lentos, transcurría el tiempo necesario para que sobrevivieran en cada generación los mejor adaptados. Así un animal podía modificarse y en este proceso perecerían los que no se modificaran. Esto explicaba el aislamiento de cada nueva especie.
Ilustración de un ñandú publicada en la descripción de las aves recogidas en el viaje del Beagle, que realizó John Gould. Darwin se enteró por los gauchos de la existencia de un ñandú más pequeño en Patagonia y lo buscó hasta que lo encontró. Al principio pensaba que este ñandú y el más grande Rhea americana podrían ser dos variedades de la misma especie, pero posteriormente pudo confirmar que eran especies distintas.
Alfred Russell Wallace Wallace descubrió independientemente de Darwin un mecanismo de transformación de las especies, que conllevaba las nociones de variación, lucha por la existencia y supervivencia diferencial de las variedades favorecidas, aunque no utilizó la expresión selección natural.
Diagrama evolutivo publicado en El origen de las especies donde Darwin desarrolla el principio de la divergencia de los caracteres.
Fue tremendo el impacto que recibió Darwin al ver plasmado en este trabajo de Wallace las mismas propuestas para resolver el problema en el que llevaba trabajando más de veinte años. Sus amigos Lyell y Hooker, para evitar un debate sobre Retrato de Wallace en 1908. la prioridad en el descubrimiento del mecanismo de la selección natural, propusieron que se presentaran conjuntamente ante la comunidad científica el artículo de Wallace y una síntesis de las ideas de Darwin. De esta manera, la publicación simultánea de las memorias de ambos aseguraba que los dos autores compartieran la prioridad del hallazgo. Este episodio es un ejemplo de descubrimiento científico múltiple. Tiene lugar cuando más de un científico investigando en el mismo problema de manera independiente y en distintos lugares, en este caso concreto Darwin y Wallace trabajando sobre el origen de las especies en Inglaterra y el archipiélago malayo respectivamente, llegan a los mismos resultados para resolver el problema que abordaron. Los trabajos de ambos fueron leídos en la Linnean Society de Londres y después publicados en las actas de esta sociedad.
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El origen de las especies
Imagen de la primera edición de El origen de las especies, de 1859.
Darwin consideró que era preciso explicar con más extensión su propuesta evolucionista, comenzando inmediatamente a preparar una exposición de su teoría en un libro. Decidió resumir el manuscrito que poseía y completó el volumen, redactando las partes o los capítulos que aún le quedaban pendientes para completar su teoría de la evolución. El libro On the Origin of Species by Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life (El origen de las especies por medio de la selección natural, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la existencia) se publicó el 24 de noviembre de 1859 en Londres. Ese mismo día se agotaron las existencias: todos los ejemplares, las 1.250 copias que formaban la tirada de la primera edición al precio de 15 chelines, fueron vendidos. Una segunda edición de 3.000 ejemplares apareció en enero de 1860. Y posteriormente, una tercera en 1861, revisada y corregida, en la que se añade la noticia histórica (Historical Sketch) de los autores y antecedentes de la teoría evolucionista. La sexta edición de 1872 se considera la edición definitiva. Las ediciones modernas de la obra siguen el texto de esta última edición, que difiere un tanto del de la primera. Como el propio Darwin afirmó, El origen de las especies representa una larga demostración de la evolución de las especies.
Al referirse a los caracteres sexuales de las aves, Darwin comentaba que los machos podían poseer armas especiales para luchar. Las hembras, que podían ser seducidas con música, vocal o instrumental, estaban embellecidas por crestas, protuberancias, buches, moños, penachos y largas plumas. Los machos podían cortejar a las hembras por el aire o ejecutando fantásticos movimientos en el suelo.
La teoría de la descendencia con modificaciones El texto puede considerarse dividido en tres partes. La primera comprende los cinco primeros capítulos, en los que se describe propiamente la teoría de la selección natural. Tras haber explicado los conceptos básicos de su propuesta, en una segunda parte, que ocupa los capítulos intermedios, Darwin discute las objeciones que prevé podrían plantearse en contra de su teoría evolucionista. Por último, en los capítulos finales, además de defender la evolución frente a la explicación creacionista, expone numerosos fenómenos biológicos que se explicaban perfectamente mediante la teoría de la descendencia con modificaciones, como la llamó el propio Darwin.
La pequeñez de los insectos impedía según Darwin apreciar su asombrosa construcción. Así, el Chalcosoma atlas macho, con su cota de malla pulimentada y bronceada y sus grandes cuernos complejos, si tuviera las dimensiones de un caballo o de un perro, constituiría uno de los animales más notables del globo.
El origen del género humano Consciente de las implicaciones de su teoría sobre los orígenes de la humanidad, Darwin escribió en 1871 The Descent of Man, and Selection in Relation to Sex (La descendencia del hombre y la selección en relación al sexo), en la que discutió sobre aspectos de sus tesis evolucionistas aplicados al género humano. En la última década de su vida, Darwin siguió trabajando en sus materiales sobre la variación y la herencia y abordó líneas de investigación fundamentalmente botánicas. 6
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El impacto de la obra de Darwin La publicación de El origen de las especies provocó una gran controversia en su época. Fueron innumerables los artículos comentando las implicaciones de la teoría evolucionista. Así, campos como la Antropología, la Economía, la Filosofía, la Literatura, la Política, la Psicología, la Sociología, etc., se vieron afectados por las ideas de Darwin. La aplicación al ámbito social de conceptos como “selección natural” y “lucha por la existencia”, términos que Darwin utilizó en su teoría restringiéndolos al área de la biología, fue el origen de una corriente de pensamiento denominada Darwinismo Social. Esta denominación surgió a finales del siglo XIX e incluye diversas concepciones que utilizan elementos de la teoría de la evolución de Darwin y de otros autores, como Herbert Spencer y Ernst Haeckel, buscando una analogía entre la naturaleza y la sociedad. Esto provocó que la idea de evolución fuera objeto de una manipulación, apelándose a nociones como la “supervivencia del más apto” para justificar y legitimar políticas militaristas, racistas y xenófobas en las primeras décadas del siglo XX. Sin duda, donde más ha repercutido la idea de la evolución ha sido en el ámbito de la religión. La publicación del libro de Darwin tuvo lugar en un contexto en el que el relato bíblico de la creación que se recogía en el Génesis seguía siendo la
Grabados publicados en la obra de Darwin The Descent of Man (1871), donde discutió sobre la selección sexual en primates.
única explicación del origen de la vida, de las especies y de la humanidad. Según la interpretación creacionista todas las especies, como obras de Dios, son fijas e inmutables.
El conflicto entre ciencia y religión En 1860 tuvo lugar en Oxford el debate que sirve como ejemplo del conflicto entre la ciencia y la religión. Lo sostuvieron el arzobispo anglicano Samuel Wilberfoce, representante de las posturas más conservadoras, y el naturalista seguidor de Darwin, Thomas H. Huxley. La pregunta del obispo sobre si la descendencia del mono era por parte del abuelo o de la abuela, fue seguida por la sarcástica respuesta de Huxley de que era preferible tener un simio por ancestro que estar emparentado con un humano que usara sus dotes intelectuales para ocultar la verdad. A este intercambio siguió un escándalo en una sala atestada de un numeroso público femenino de clase acomodada. El ambiente tan cargado y elevado tono de la polémica sobre el parentesco de humanos y simios provocó el desmayo de una de las asistentes. Izquierda, Darwin a una edad avanzada. Arriba, caricatura de Darwin publicada en The London Sketch Book, en abril de 1874. En el pie se lee “Prof. Darwin This is the ape of form”, que hace referencia al acto 5, escena 2, de la comedia de Shakespeare, Love’s Labour Lost.
La teoría de la evolución fue criticada en sermones impartidos desde los púlpitos de catedrales y modestas iglesias, en circulares, en panfletos, etc. Darwin fue sometido a una campaña de desprestigio en la que no faltó la mofa y la caricatura. A pesar del rechazo de las iglesias cristianas a las tesis evolucionistas, tras su muerte, ocurrida el 19 de abril de 1882, Darwin fue enterrado en la abadía de Westminster una semana después. 7
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El darwinismo en España
Portada de una edición española de 1899 del viaje del Beagle, que recoge dos prólogos de Darwin, el primero de 1845 y el segundo de 1860, en el que corrige errores de la primera edición.
El inicio de la segunda mitad del siglo XIX, periodo en que tuvo lugar la difusión de la teoría evolucionista de Darwin, no fue una época adecuada en España para integrar en la biología los principios teóricos formulados en El origen de las especies. En primer lugar, en el aspecto político, problemas como la censura y una fuerte influencia de los sectores católicos más integristas impidieron la libre disertación de la teoría darwinista en los últimos años del reinado de Isabel II (1844-1868). Fue a partir de la revolución de 1868 y durante el denominado Sexenio Revolucionario (1868-1874), con la apertura de las libertades públicas (libertad religiosa, de imprenta, de expresión, de enseñanza, etc.) promovidas por los gobiernos democráticos, que se establecieron unas nuevas condiciones políticas que permitieron que la evolución pudiera discutirse y defenderse sin temor a represalias. La influencia del pensamiento filosófico germánico difundido por los krausistas, grupo de intelectuales liberales partidarios de la filosofía del alemán K. C. Friedrich Krause, abrieron una vía de penetración del evolucionismo en España, especialmente a través de las obras de Ernst Haeckel y con la difusión de los textos del materialismo naturalista alemán. Esto contribuyó a que la polémica darwinista no se planteara en España en términos estrictamente científicos sino que se estableciera entre creacionismo y materialismo. Tras la efímera experiencia en España de la I República, la vía de librepensamiento abierta en 1868 se desvaneció con la vuelta de la restauración de la monarquía en 1875. Especialmente crítica ante la cuestión darwinista fue la posición de la Iglesia católica, ya que la evolución cuestionaba el relato de la creación del Génesis, y en especial la creación directamente por Dios del alma y el cuerpo humano. Otro factor más específico que condicionó la recepción del darwinismo en España fue provocado por la ausencia de una comunidad científica que tuviera capacidad y deseos de emprender sus trabajos en el marco de la teoría evolucionista. En el campo de la biología, los estudios se encaminaron fundamentalmente hacia el desarrollo de la taxonomía y sistemática, es decir, a la identificación de plantas y animales, y en pocos de ellos se encuentra un interés por buscar relaciones de parentesco entre los grupos biológicos.
Salvador Calderón (derecha) y Juan Vilanova y Piera (izquierda) participaron en la polémica darwinista en España, el primero de ellos, krausista, aceptó de manera crítica el evolucionismo de Darwin. Vilanova fue un antidarwinista partidario de la armonía entre ciencia y religión.
Pliego de Nierembergia tandilensis perteneciente al herbario de Juan Isern (1821-1866), botánico del Museo Nacional de Ciencias Naturales perteneciente a la Comisión Científica del Pacífico (1862-1866). Los expedicionarios recorrieron Canarias, Cabo Verde, Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Bolivia, Perú y Ecuador, y en estos territorios Isern formó un herbario compuesto por unos 25.000 pliegos de plantas. Esta colección, que se conserva en el Real Jardín Botánico (CSIC), ha sido estudiada hasta el momento, por más de 110 investigadores como Wilkomm, Philippi y Cuatrecasas. Fotografía Herbario Real Jardín Botánico, CSIC.
Los naturalistas españoles tuvieron referencias de la obra de Darwin sobre el origen de las especies desde 1860, durante el reinado de Isabel II. Sin embargó, el debate darwinista se inició en España durante el Sexenio Revolucionario (1868-1874).
Los naturalistas españoles leyeron El origen de las especies traducido al francés o en su versión original. El primer traductor de Darwin al castellano fue Joaquín María Bartrina que, en concreto, tradujo su libro El origen del hombre. La selección natural y sexual (1876). Al año siguiente, en 1877 se publicó la primera traducción completa al español, realizada por Enrique Godínez, de El origen de las especies. 8
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Teorías alternativas evolucionistas y síntesis moderna El aspecto más débil de la teoría de Darwin era el de la herencia, basada en la errónea concepción de la transmisión de los caracteres adquiridos. Para superar la explicación, el biólogo alemán August Weismann, representante de la corriente denominada “neodarwinismo”, intentó realizar una síntesis entre la selección natural y la biología celular.
Charles Darwin a los sesenta años. Fotografía de J. Cameron, 1869.
Los biólogos del primer tercio del siglo XX adoptaron teorías evolucionistas que no se basaban en el mecanismo de la selección natural propuesto por Darwin. Las teorías no darwinistas más en boga en esa época fueron el “mutacionismo”, que apelaba al origen súbito o repentino de nuevas especies; la “ortogénesis”, que proponía la existencia de una fuerza interior que encauzaba el progreso evolutivo, y el “neolamarckismo”. El redescubrimiento de las leyes de la herencia de Mendel La investigación que se desarrolla en el Real Jardín Botánico (CSIC) persigue el objetivo global de comprender la diversidad a principios del siglo XX, iba a actual de plantas y hongos, cómo se ha generado y cómo se puede contribuir a rescatar el valor conservar. Una de las fuentes de información se basa en el estudio comparado de caracteres observables en ejemplares de herbario. del mecanismo de la selección Proyecto Flora Ibérica. Fotografía de Santiago Castroviejo. natural propuesto por Darwin. Fue surgiendo una nueva orientación de la biología experimental que se apoyaba en enfoques estadísticos y poblacionales de biólogos matemáticos. Se fue configurando la genética de poblaciones, una nueva disciplina que compatibilizaba mendelismo y darwinismo.
Teoría sintética de la evolución Finalmente, entre 1937 y 1950 pudo llegarse a un consenso entre biólogos que investigaban en campos y disciplinas científicas diferentes. Hay que destacar el esfuerzo realizado por los naturalistas de campo, especialistas en paleontología, ecología, etc, que adoptaron la genética e introdujeron las ideas de la sistemática de poblaciones. Este consenso en torno a la selección natural como una causa importante de la evolución se plasmó en la teoría sintética de la evolución, que difería de la teoría de Darwin principalmente en dos puntos: en su rechazo de la herencia de los caracteres adquiridos y en su afirmación de que las variaciones sobre las que actuaba la selección natural se heredaban según las leyes de Mendel. La teoría sintética de la evolución surgió de la síntesis de los conocimientos sobre los mecanismos de la evolución fundamentalmente en tres disciplinas –la Genética, la Sistemática y la Paleontología–, que adoptaron la noción de población, es decir, abordaron el estudio de los organismos no aislados sino como miembros de una población.
Gregor Johan Mendel (1822 - 1884) fue un monje y naturalista que describió las llamadas Leyes de Mendel, donde fundamentó la teoría de la herencia, a partir de los trabajos que llevó a cabo con diferentes variedades de la planta del guisante (Pisum sativum).
Tres obras se consideran claves en la consolidación de la teoría sintética de la evolución y de su aceptación mayoritaria en la biología contemporánea como explicación del origen de las especies: Genetics and the Origin of Species (1937) de Theodosius Dobzhansky; Systematics and the Origin of Species (1942) de Ernst Mayr y Tempo and Mode in Evolution (1944) de Georges Gaylord Simpson. 9
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La controversia científica sobre la teoría de la evolución Actualmente las numerosas líneas de investigación de la Biología moderna se desarrollan en el marco de la teoría de la evolución. Esto no excluye que desde finales del siglo XX se hayan emitido algunas críticas científicas que, sin plantearse la realidad de la evolución, cuestionan ciertos aspectos del proceso o algunos mecanismos que forman parte de la síntesis moderna de la evolución. En este sentido, Motoo Kimura, un biólogo japonés que desarrolló sus investigaciones en genética de poblaciones, sugirió la teoría neutralista de la evolución molecular o teoría de la evolución neutra, que postula un mecanismo evolutivo distinto al de la selección natural, propuesto por Darwin y la teoría síntética de la evolución. Según la teoría neutralista, la mayoría de los genes mutantes son neutros desde el punto de vista de la selección, es decir, que las mutaciones no son ni favorables ni desfavorables. Así que según la teoría evolutiva de Kimura, la variación de las poblaciones no se debe a la selección natural sino al azar.
Panda rojo (Ailurus fulgens) sujetando su comida ayudado por el falso pulgar. Precisamente, El pulgar del panda es el título de un libro de S. J. Gould donde reunió distintos ensayos sobre la teoría de la evolución
Equilibrios puntuados En 1972 los paleontólogos Niles Eldredge y Stephen Jay Gould propusieron un modelo de formación de especies alternativo al gradualismo de la síntesis moderna de la evolución. En su opinión, no era del todo correcto plantear que una especie inicial se transformara en otra especie de forma gradual y continua, tal como se postulaba desde la nueva síntesis moderna de la evolución. Afirmaron por el contrario que las especies permanecían durante millones de años estables, es decir, sin cambios morfológicos apreciables en sus caracteres esenciales. Posteriormente podían ser reemplazadas de manera rápida y brusca –en sentido
Parte de la extremidad anterior del ailúrido fósil Simocyon batalleri, del Mioceno superior (hace 9 millones de años) de Batallones-1 (Madrid): este pariente lejano del panda rojo poseía ya el llamado falso pulgar, un hueso de la muñeca hiperdesarrollado, que, sin ser un dedo, funciona como nuestro pulgar.
geológico, es decir, tras pasar unos miles de años– por otras especies del mismo género que tenían formas diferentes. A este proceso le denominaron “equilibrios puntuados”, porque la estabilidad morfológica, o sea, la forma normal de una especie, se veía interrumpida en el registro fósil al aparecer bruscamente una nueva especie, que era el resultado de cambios rápidos de formas que habían tenido lugar en un corto espacio del tiempo geológico (miles de años).
Invernadero de Investigación del Real Jardín Botánico (Madrid). Esta institución científica del CSIC desarrolla la línea de investigación “Biología Evolutiva de Plantas: patrones, procesos y mecanismos”, que adopta una visión integradora, en la que el estudio de la evolución de la diversidad vegetal se lleva a cabo desde distintas perspectivas científicas. En esta línea se reúnen una serie de disciplinas que se complementan entre sí para intentar desvelar lo que Darwin describió como el “abominable misterio” de la rápida diversificación morfológica de las plantas con flores. Fotografía de Santiago Castroviejo.
Lo que cuestionan Gould y Eldredge no es la teoría de la evolución sino el ritmo con el que se produce la aparición de nuevas especies: lento y gradual para la teoría sintética, y rápido y brusco para la teoría de los equilibrios puntuados. Para Eldredge y Gould, una nueva especie se forma tras originarse un aislamiento geográfico. Paradójicamente, este mecanismo de especiación, o formación de nuevas especies, se basa en un modelo propuesto por Ernst Mayr, precisamente uno de los artífices de la teoría sintética de la evolución. Los dos paleontólogos críticos con la síntesis moderna aplican el modelo de especiación de Mayr a los materiales fósiles. 10
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Evolución y “diseño inteligente”
Grabado de la obra del darwinista Thomas Henry Huxley, Evidence as to Man’s Place in Nature (1863), donde compara los esqueletos de monos antropomorfos (gibón, orangután, chimpancé y gorila) con el humano.
La principal crítica al evolucionismo procede de fuera del ámbito de la ciencia. Los movimientos antievolucionistas cristianos llevan siglo y medio desarrollando una intensa campaña política y social en la que rechazan la teoría evolucionista de Darwin y defienden que de los primeros capítulos del Génesis se desprende que Dios es el creador de todo lo existente. Las presiones del fundamentalismo cristiano contra la enseñanza de las ideas de Darwin en las escuelas ha dado lugar en los EEUU a varios procesos judiciales. Los creacionistas promovieron una campaña para que en las clases de Biología de la escuela pública se dedicara el mismo tiempo a la enseñanza del relato bíblico de la creación y a la teoría de la evolución. Pero una sentencia judicial de 1982 consideró que el creacionismo es una doctrina religiosa y por la separación entre religión y Estado que recoge la Constitución de los EEUU, no puede impartirse en la enseñanza pública. La última estrategia creacionista ha sido proponer como alternativa a la evolución el denominado “Diseño Inteligente”. Según esta explicación, los organismos son demasiado complejos para haber aparecido por selección natural, así que han debido de ser diseñados por un “agente inteligente”. En cuanto a la Iglesia católica, en 1996, el Papa Wojtyla aceptaba que el evolucionismo fuera conciliable con el dogma católico y que era más que una
simple hipótesis. Pero esta rehabilitación de la teoría evolucionista de Darwin matizaba que las lecturas materialistas sobre el origen de la vida y del hombre eran incompatibles con el magisterio de la Iglesia. En el año 2005, el cardenal arzobispo de Viena Christoph Schönborn en un artículo de The New York Times consideró vago y sin importancia el discurso de Wojtyla. Ante la preocupación de científicos católicos, el Papa Ratzinger convocó en 2006 un encuentro para debatir sobre la evolución. El diálogo, recogido en el libro Schöpfung und Evolution (2007), concluye que la teoría de la evolución no puede ser comprobada experimentalmente.
Portada de la edición de 1899 de La descendencia del hombre y la selección en relación al sexo, traducida al español por José del Perojo y Enrique Camps.
El peligro de la implantación de la enseñanza del diseño inteligente en las escuelas, como proponen medios conservadores y ultraderechistas, ha llevado a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa a aprobar en octubre de 2007 la resolución 1580 (2007) en la que defiende la separación de la ciencia y la religión y la coexistencia de ambas. Esta resolución advierte de los peligros que supondría considerar al creacionismo como si fuera una disciplina científica y subraya que obviar la teoría de la evolución traería implicaciones negativas para el desarrollo de las sociedades occidentales.
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Investigación y Evolución en el CSIC Arriba, el Centro de Ciencias Humanas y Sociales (CSIC) integra los institutos de Historia; Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo; Lengua, Literatura y Antropología; Filosofía; Economía, Geografía y Demografía, Políticas y Bienes Públicos; y Estudios Documentales sobre Ciencia y Tecnología (antiguo CINDOC). Izquierda, al igual que el Museo Nacional de Ciencias Naturales, el Real Jardín Botánico (CSIC) es una institución científica histórica y un centro de investigación. Desde su fundación en el siglo XVIII se conservan plantas recogidas a partir de la actividad científica. En la actualidad el herbario (en la imagen) cuenta aproximadamente con un millón de ejemplares procedentes de todo el mundo. El otro gran herbario del Real Jardín Botánico lo forman sus plantas vivas.
El Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) es una institución científica histórica, cuyo origen data del siglo XVIII. Comunica y divulga la ciencia a través de sus exposiciones permanentes, temporales e itinerantes y de sus programas públicos (talleres, actividades con el público, visitas guiadas, etc.) y desarrolla proyectos de investigación en Biología y Geología, algunos de ellos estrechamente relacionados con la evolución.
Ciento cincuenta años después de la publicación de El origen de las especies de Charles Darwin, la vigencia de la teoría de la evolución sigue firme y no sólo en el ámbito científico. Las ideas de Darwin han tenido repercusión en la Biología, pero también han influido en otras áreas como la Filosofía, la Antropología, la Economía, la Sociología, la Política, la Lingüística, la Literatura y la Psicología. La principal aportación histórica de la teoría de la evolución ha sido acercarnos al conocimiento del desarrollo y diversificación de la vida en la Tierra y el lugar que ocupa la humanidad en la naturaleza. Los mecanismos evolutivos son la base de actuales e innovadoras investigaciones científicas y médicas sobre cuestiones de importancia social, como la biodiversidad, el cambio climático, la lucha contra las plagas en agricultura, la erradicación de enfermedades infecciosas, los orígenes del género humano, etc. Esta relevancia científica y social de la teoría de la evolución es plenamente asumida por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), agencia estatal que constituye el principal organismo de investigación científica de España. En sus institutos son diversos los grupos y equipos que desarrollan, en el marco de proyectos de investigación competitivos, líneas de trabajo dirigidas al análisis de la aplicación de la teoría de la evolución a diversos problemas científicos y médicos.
Estas líneas de investigación se integran en institutos y centros del CSIC pertenecientes a las áreas de Humanidades y Ciencias Sociales, Biología y Biomedicina y Recursos Naturales, estudiando las posibilidades de evolución de las especies para sobrevivir al cambio global, o identificando regiones específicas asociadas con diferentes enfermedades genéticas como cáncer, diabetes o sordera (www.csic.es). Otros campos de investigación y actuación del CSIC han tenido como objetivos desde hace ya varios años el estudio de la obra de Darwin y su recepción histórica en España. Grupos de investigación de historia de la ciencia de Madrid, Barcelona y Valencia, han desarrollado programas de trabajo y proyectos de investigación en los que se han abordado los parámetros sociales y científicos en que tuvieron lugar en España la asimilación y crítica de las ideas de Darwin, durante los siglos XIX y XX. Asimismo, el Departamento de Publicaciones del CSIC ha desempeñado una destacada labor en la difusión de la obra de Darwin, con la publicación de diversos libros sobre la repercusión de las ideas de Darwin. Además, ha promovido la firma de un convenio con otras editoriales para publicar por primera vez en España todas las obras de Darwin, la mayoría de ellas inéditas en español, dentro de una nueva colección titulada “Biblioteca Darwiniana”. La divulgación de la figura de Darwin y de las investigaciones relacionadas con la teoría de la evolución se ha visto reforzada con los actos conmemorativos del Año Darwin, con una participación activa de los científicos del CSIC. Como complemento, el Consejo ha creado una plataforma de comunicación (www.darwin2009.csic.es) que conecta la ciencia del pasado, del presente y del futuro. 12