UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE TEOLOGÍA
ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LA CONCIENCIA MESIÁNICA DE JESÚS EN EL PENSAMIENTO CRISTOLÓGICO DE LEONARDO BOFF
EDGAR RANDOLFO VÁSQUEZ AGUILAR, fsc
GUATEMALA, MARZO DE 2007
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR FACULTAD DE TEOLOGÍA
ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LA CONCIENCIA MESIÁNICA DE JESÚS EN EL PENSAMIENTO CRISTOLÓGICO DE LEONARDO BOFF
EDGAR RANDOLFO VÁSQUEZ AGUILAR, fsc
GUATEMALA, MARZO DE 2007
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AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR Rectora Licda. Guillermina Herrera Peña Vicerrector General Ing. Jaime Arturo Carrera Cruz Vicerrector Académico P. Ronaldo Alvarado, S. J. Vicerrector Administrativo Lic. José Alejandro Arévalo Alburez Secretario General Lic. Luis Estuardo Quan Mack
AUTORIDADES DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA Decano P. Marco Tulio Martínez, S. J. Secretario Lic. Rodolfo Alberto Marín Angulo Directora del Plan de Extensión Teológica Licda. María de la Luz Ortiz Martínez Director del Diplomado Universitario en Teología Lic. Francisco Romero González Director del Instituto Centroamericano de Ciencias Religiosas (ICCRE) Hno. Benjamín Rivas Coordinador para las Facultades de Quetzaltenango Lic. Francisco Reyes Archiva
Asesor de Tesis Lic. Rodolfo Alberto Marín Angulo
Terna examinadora Licda. Marta Eugenia Recinos Melgar de Estrada Lic. Héctor Salvador Argueta Lic. Rodolfo Alberto Marín Angulo
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DEDICATORIA
A Dios que en su Hijo Jesús, el Mesías, nos ha demostrado su amor pleno y su deseo de que toda la humanidad se salve y sea libre. A mi mamá, Marleny, y mi papá, Miguel, quienes con su vida nos han dado, a mis hermanos y a mí, todo el amor del que son capaces. Gracias. A mis hermanos, Abima y María Isabel, por el aprecio, respeto y amor que nos une en la distancia. A los Hermanos de las Escuelas Cristianas, quienes han confiado en mí y me han apoyado en estos años de estudio y trabajo.
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AGRADECIMIENTOS Catedráticos y Catedráticas del ICCRE Quienes con su experiencia, conocimiento y vivencia de vida cristiana han motivado e inquietado mi vida para aventurarme en esta investigación cristológica desde la perspectiva de la Teología de la Liberación. Lic. Rodolfo Alberto Marín Angulo Porque con sus orientaciones, apoyo técnico y académico ha sido un bastión importante en el resultado de las reflexiones teológicas y cristológicas plasmadas en este trabajo. Hermanos del Escolasticado Parmenia, Distrito de Centroamérica-Panamá Porque me han acompañado en este proceso. Gracias por el apoyo y por la paciencia. Gracias por confiar en este proyecto.
Hermanos de las Escuelas Cristianas, Distrito de Centroamérica-Panamá Quienes procuran un proceso académico serio y concreto para nosotros los Hermanos en formación. Porque me escucharon, me apoyaron y confiaron en el camino recorrido para llegar a este producto.
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ÍNDICE Tema
Página
Presentación
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Introducción
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Capítulo I: Síntesis histórica de la vida de Leonardo Boff y contextos mundiales 1.1 Nacimiento de Leonardo Boff 1.1.1 Contexto mundial (II Guerra Mundial) y de Brasil 1.1.2 Contexto familiar 1.2 Formación sacerdotal 1.2.1 Años de post-guerra y Guerra Fría 1.2.2 Nacimiento de una vocación y formación 1.2.3 Concilio Vaticano II 1.3 Trabajo Pastoral 1.3.1 Crisis mundiales y latinoamericanas de los 70’s y 80’s 1.3.2 Labor sacerdotal y académica 1.3.3 Un descanso obligado en los 80 y el retorno al trabajo 1.3.4 Abandono del sacerdocio y trabajo actual
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Capítulo II: Mesías, conceptos clave 2.1 Conceptos clave 2.1.2 Hijo de Dios 2.1.2 Hijo del hombre 2.1.3 Mesías 2.2 El Mesías para el pueblo de Israel 2.2.1 El Mesías-Rey 2.2.2 El Mesías-Emmanuel 2.2.3 El Mesías-Sacerdote 2.2.4 El Mesías es el Hijo de Hombre 2.3 El mesianismo en tiempos de Jesús 2.3.1 Saduceos 2.3.2 Fariseos 2.3.3 Esenios 2.3.4 Movimientos mesiánicos populares 2.4 Hechos que configuran la Conciencia Mesiánica de Jesús 2.4.1 Misión divina 2.4.2 Manifiesta sus poderes divinos
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2.4.3 Manifiesta que es el Mesías prometido a Israel 2.4.4 Ocultamiento de la condición mesiánica de Jesús 2.5 Conciencia Jesús como el Mesías Capítulo III: Referentes de la Conciencia Mesiánica de Jesús en la obra cristológica de Leonardo Boff 3.1 Real Conciencia 3.1.1 El Mesías según las escrituras 3.1.2 Conciencia de sí mismo 3.2 Título Post-Pascual 3.2.1 El título, una honra de la primitiva comunidad 3.2.2 La resurrección lo cambia todo 3.2.3 Nace la misión 3.3 Mesiaismo 3.3.1 La espera del Mesías (tentaciones) 3.3.2 Una nueva forma de entender al Mesías: fracasado 3.4 El anuncio del Reino 3.4.1 El Reino es presente y futuro 3.4.2 Un Reino distinto, que cambia 3.5 Abba, reflejo del Padre 3.5.1 Jesús en el linaje de David 3.5.2 Abba, realización del Reino a imitación del Padre 3.5.3 Abba, una nueva relación 3.5.4 Abba, llevar a cabo su voluntad 3.6 Obras y actos del Reino 3.6.1 Él es el Mesías, en sus actos se realiza el Reino 3.6.2 Coherencia con lo que proclama 3.6.3 La justicia: nuevo orden del Reino 3.6.4 Mesías: la humanidad era lo suyo
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Conclusiones
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Referentes de consulta a) Bibliográficos b) Electrónicos
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PRESENTACIÓN
Esta Tesis es el resultado del trabajo Edgar Randolfo Vásquez Aguilar, de la Facultad de Teología con carné 15013-00, para optar al Título de Licenciatura en Ciencias Religiosas.
Con esta investigación se determinan cuáles son los aspectos característicos de la concepción de la conciencia mesiánica de Jesús en el pensamiento cristológico de Leonardo Boff. Permite una aproximación a los puntos centrales del por qué proclamamos a Jesús como Mesías. Este trabajo permite tener una visión de lo este autor refiere respecto al tema y da a conocer parte del pensamiento cristológico del citado autor latinoamericano en sus obras, en especial las relacionas con Cristología, de Leonardo Boff.
Se ha utilizado un método de indagación documental. Así mismo se hará uso del método descriptivo para presentar las líneas cristológicas que el autor presenta.
Boff presenta las líneas cristológicas modernas respecto al tema, pero acentúa la actitud liberadora de Jesús y su relativa pasividad como Siervo Sufriente del Señor. Es una nueva manera de presentar al Mesías, contextualizado a la época de sus escritos.
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Introducción
Jesús era demasiado sencillo, soberano, original y vinculado a las clases humildes y a los desclasados sociales como para autocalificarse con títulos de honra y hasta de excelencia divina. Jesús no vino a predicar al Mesías, al Cristo, al Hijo de Dios, sino a dar vida, con palabras y hechos, al Hijo de Dios, al Cristo y al Mesías.1
…la investigación histórica… nos fue diciendo que Jesús ignoraba, que conciencia sobre sí mismo no es clara, que cuando muere quizás no acaba de saber por qué muere, que muchas de las palabras que los evangelios le atribuyen quizás no las pronunció y que, en su conjunto, su figura ha sido presentada desde la pascua… 2
Las corrientes cristológicas a lo largo de las últimas cinco o seis décadas han encontrado una profunda actualización, profundización y renovación.
Este
movimiento ha permitido construir una valoración y evaluación de conceptos fundamentales dentro de la cristología; uno de estos conceptos es la “conciencia mesiánica” de Jesús.
Son muchos quienes se han dado ha la tarea de desarrollar este aspecto de la cristología y lo han hecho desde diferentes aristas teológicas. Uno de ellos es Leonardo Boff quien, desde sus escritos cristológicos,
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Boff, 19774, pp. 158-159. González, 19787, p. 17.
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ha trato de dar una
respuesta Latinoamérica/brasilera a la cuestionante que Jesús plantea a sus discípulos sobre quién es Él.
Acercarse a este autor significa indagar sus escritos, pero es necesario revisar aquellos acontecimientos que rodeaban el mundo en el momento en que desarrolla sus escritos. Significa además contextualizar las distintas situaciones para encontrar el trasfondo exodal de liberación que implica su pensamiento cristológico.
Son muchos los estudios que se han realizado sobre cristologías actuales y sobre la conciencia mesiánica de Jesús. Sin embargo, se ha olvidado la dimensión liberadora del mesianismo de Jesús. Importante será el rescatar algunos de los aspectos, que para Boff, significan la concreción de Jesús como el Cristo, lo que para el autor, significan aquellos aspectos le hacen tomar conciencia de que algo nuevo se realiza.
Aquí se desarrollan los puntos en los que Leonardo Boff
destaca como característicos de esa conciencia mesiánica en su Cristología y circunscrito a esas obras catalogadas como cristológicas.
El Capítulo I nos presentará una síntesis biográfica de Leonardo Boff en relación a los grandes acontecimientos mundiales más importantes del momento histórico que se vivía en relación a su trabajo científico.
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El Capítulo II presenta algunos aspectos fundamentales que se han tratado a lo largo de la historia desde la Cristología, sentando la base para un trabajo posterior con los escritos cristológicos de Leonardo Bofff.
El último capítulo, el Capítulo III, presenta aquellos referentes cristológicos que destacan en el pensamiento de Leonardo Boff en relación a nuestro tema de estudio: Conciencia Mesiánica de Jesús. Entre líneas ha de leerse todo aquello que conlleve la liberación del pueblo. Esta parte se desarrolla en base las dos grandes obras cristológicas del citado arriba.
Su primera obra publicada,
Jesucristo el Liberador; la segunda, un compendio de sus pequeñas obras cristológicas: Jesucristo y la liberación del hombre.
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Capítulo I
Síntesis histórica de la vida de Leonardo Boff y contextos mundiales
1.1 Nacimiento de Leonardo Boff
1.1.1 Contexto mundial (II Guerra Mundial) y de Brasil En la década de los treinta el mundo sufre aún las consecuencias de la gran crisis de 1929. En dichos años se ha iniciado una primera etapa de reconstrucción del mundo Europeo, países que han sufrido duramente durante la Gran Guerra.
Alemania se ve obliga a incumplir con sus compromisos de pago ante las naciones que le han ganado, enfoca su energía en superación de sí misma.
Los
nacionalistas alemanes inician su trabajo de crecimiento y fortalecimiento en una sociedad que le favorece por las dificultades experimentadas ante la comunidad internacional.
Brasil, como parte del gran bloque afectado por la crisis de 1929, se encuentra en un estado de recuperación o reactivación económica. La experiencia de gobierno es una experiencia dictatorial que restringe las libertades.
El comunismo ha
llegado a América, Brasil vive experiencias de sindicatos de trabajadores, de
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agrupaciones estudiantiles y grupos de cristianos en acción (podríamos llamarles la semilla de las Comunidades Eclesiales de Base).
Es en estas circunstancias que un 14 de diciembre de 1938, nace Ginezio Darci Boff, conocido como Leonardo Boff; en Concordia, Santa Catarina, Brasil.
1.1.2 Contexto familiar Nieto de emigrantes italianos, procedentes de Veneto (Italia) a Río Grande del Sur a finales del Siglo XIX. Fue en Concordia, donde prácticamente cursó toda su educación elemental: primaria y secundaria.
1.2 Formación sacerdotal
1.2.1 Años de post-guerra y Guerra Fría Con el fin de de la II Guerra Mundial se inicia un proceso en el que el globo terráqueo se ve involucrado: la Guerra Fría. En este proceso se ven implicadas dos naciones, E.U.A. y U.R.S.S., que pelean por la hegemonía de una forma de pensar y de manejar el mundo. Esta lucha trasciende las naciones y alcanza fronteras inimaginables.
Luego de esta problemática (II Guerra Mundial) las ciencias se tornan hacia lo humano, se da un giro antropológico en el conocimiento científico que llevará a la
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búsqueda de la dignificación de la persona y de la paz para todas las naciones. Boff bebe de esta corriente en su formación sacerdotal; él se encuentra marcado por el matiz de querer rescatar lo humano. Reflejo de ello es libro titulado Pasión de Cristo – Pasión del mundo.
1.2.2 Nacimiento de una vocación y formación En el contexto de la Guerra Fría y de los primeros movimientos que lanzarían el Concilio Vaticano II, Leonardo Boff tomará la decisión de encaminarse hacia un Convento Franciscano para iniciar un proceso de formación religioso. Esto sucede en el año de 1959, con la Orden de los Frailes Menores de San Francisco.
En 1960 estudiará filosofía en el “Seminario Mayo de la Povicia de la Inmaculada Concepción”, en Curitiba. Posteriormente estudiará la Teología en Petrópolis. En 1965 es enviado ha realizar estudios de doctorado en Filosofía y Teología en la Universidad Ludwing-Maximilian de Munich, Alemania.
Es en Alemania donde
Karl Rhaner será su director de doctorado. Doctorado del cual se desprenderá su primer trabajo bibliográfico: Jesucristo, el liberador (1971). Obra Cristológica de carácter “liberador” como señala el mismo título del libro.
1.2.3 Concilio Vaticano II El Concilio Vaticano II nace como una respuesta a las exigencias que el mundo afrontaba. Una respuesta que también se ve obligada por los acontecimientos
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acaecidos después de la guerra. Urgen cambios que reclaman a la Iglesia, que busquen o tiendan hacia la dignificación de la persona. Es en estos años que Leonardo Boff se encuentra realizando sus estudios en Alemania. Se forma en este entorno, lo que le llevará tomar partido o preferencia por grupos específicos del tercer mundo.
1.3 Trabajo Pastoral
1.3.1 Crisis mundiales y latinoamericanas de los 70’s y 80’s En la década de los 70’s y 80’s la humanidad se enfrenta a crisis que derivan del control de los hidrocarburos, el control de armas y una oleada de gobiernos dictatoriales que someten a la población bajo represalias.
El neoliberalismo da un paso al frente con el conocido capitalismo feroz y con la expansión de las grandes transnacionales norteamericanas que buscan la obtención de más recursos a menor precio. Se desata la ansiedad por controlar las fuentes generadoras de materia prima.
Una de las materias primas más
codiciadas será el petróleo. Éste que, los grandes yacimientos, se encuentra en naciones musulmanas será una alarma mundial; los árabes amenazan con el “oro negro” y lo logran: sacuden al mundo en 1973 y en 1979.
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Unido a este proceso se encuentra la prolongación de la Guerra Fría que se desplaza hacia el tercer mundo. Evoluciona una guerra en el tercer mundo entre dos potencias que no intervienen directamente ellas, es una guerra no declarada, pero sí manifiesta.
Latinoamérica vive una cruda y cruenta etapa de experiencias de gobiernos militares que simpatizan con un movimiento derechista – oligárquico. Esto no será más que el reflejo de la situación de la comunidad internacional en las localidades de las naciones latinoamericanas. Además, los índices de pobreza se ven en un crecimiento algebraico en relación a los que toman las riquezas.
Esta problemática es arrastrada de tiempo atrás y mucho del trabajo que Leonardo Boff realiza en estas décadas tratará de ser también respuesta a los eventos y acontecimientos mundiales: Vietnam, los hipies, las crisis petroleras, los regímenes dictatoriales o militares de América Latina y África, el Concilio Ecuménico Vaticano II, las invasiones estadounidenses, las revoluciones populares… serán material de apoyo para el trabajo teológico/cristológico de este autor brasileño.
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1.3.2 Labor sacerdotal y académica Mucho del trabajo o de la labor llevada por Boff se refiere al ejercicio magisterial. Veamos:
1970-1991 Profesor titular de teología fundamental, sistemática y ecuménica en el Instituto Filosófico-Teológico Franciscano de Petrópolis, RJ.
1970/1980 Profesor de teología espiritual y de franciscanismo en el CEFEPAL -Centro de Estudios Franciscanos y Pastorales para América Latina- Petrópolis, RJ.
1975-1990 Profesor de teología en el CETESP -Centro de estudios teológicos y espiritualesde la Conferencia Nacional de Religiosos, Río de Janeiro.
1976 Profesor visitante en la Universidad Católica de Lisboa: cursos para posgraduados sobre teología de la liberación y sobre el significado de la muerte de Cristo.
1977-1978 Profesor visitante en el MACC-Mexican American Cultural Center-San Antonio, Texas, USA.
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1980 Profesor visitante en la Universidad de Salamanca-España, en la "Cátedra Domingo de Soto" con cursos sobre el camino espiritual de San Buenaventura, Teilhard de Chardin y la mística cósmica.
1987 Curso intensivo para professores universitários sobre Ecologia como novo paradigma de saber, na Catedra Ferrater Mora em Girona.
1987-1988 Prof. visitante en la Universidad de Basilea con un curso sobre "Cristología a partir de América Latina" y un Seminario sobre "Incidencias sociales de la doctrina sobre la Santísima Trinidad".
1981-1993 Profesor y co-fundador del CESEP -Centro Ecuménico de Servicios a la Evangelización y Educación Popular-S.Paulo, y del Curso de verano de teología para agentes pastorales de todo Brasil, en asociación con la PUC-Pontificia Universidad Católica- de São Paulo.
1991 Profesor invitado del curso sobre eclesiología de la Facultad de Teología de la Universidad de Lund, Suecia.
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1991 Profesor invitado del curso sobre CEBs-comunidades eclesiales de base- y Teología de la Liberación de la Facultad de Teología de la Universidad de Oslo, Noruega.
1993 Profesor del curso de extensión y especialización "Teoría y Praxis del Medio Ambiente" en el ISER-instituto superior de estudios de la religión- de Río de Janeiro.
1993 Profesor visitante en el Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, con un curso sobre Sociedad, Cultura y Ética.
1993 Profesor por oposición de Ética en el Instituto de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad del Estado de Río de Janeiro.
1996 Profesor visitante en Harward.
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1997 Curso intensivo para profesores universitarios sobre Ecología como nuevo paradigma de saber, en la Càtedra Ferrater Mora de la Universidad de Girona, España.
1997 Profesor visitante en Barcelona, España.
1997-98 Profesor visitante de la Universidad de Basilea, Suiza.
2000 Profesor visitante de la Universidad Federal de Juiz de Fora, MG. Curso sobre Ecología, Mundialización y Espiritualidad.
2001 Profesor visitante de la Universidad de Heidelberg, Alemania. Curso sobre " La eclesiología de las comunidades eclesiales de base y la teología de la liberación a partir de América Latina". Seminario sobre "Espiritualidad y nuevo paradigma en el contexto de globalización".
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Además ha destacado como autor y co-autor de libros, artículos, publicados en Brasil y en países extranjeros de América del Sur, Central y del Norte, de Europa, de Asia y de África, con traducciones en diferentes idiomas (alemán, austriaco, catalán, coreano, croata, chino, español, francés, húngaro, inglés, italiano, japonés, polaco, serbio); director revistas de teología, entre otros.
1.3.3 Un descanso obligado en los 80 y el retorno al trabajo En 1984, en razón de sus tesis ligadas a la Teología de la Liberación expuestas en su libro Iglesia: Carisma y Poder, fue sometido a un proceso por parte de la Sagrada Congregación para la Defensa de la Fe, ex Santo Oficio, en el Vaticano. En 1985 fue condenado a un año de “silencio obsequioso” y depuesto de todas sus funciones editoriales y académicas en el campo religioso. Dada la presión mundial sobre el Vaticano le fue levantada la pena en 1986, pudiendo retomar algunas de sus actividades.
1.3.4 Abandono del sacerdocio y trabajo actual En 1992, habiendo sido amenazado de nuevo con una segunda punición por las autoridades de Roma, renunció a sus actividades sacerdotales y se autopromovió al estado laico. “Cambio de trinchera para continuar en la lucha”: sigue como teólogo de la liberación, escritor, profesor y conferencista en los más variados auditorios de Brasil y del extranjero, asesor de movimientos sociales de cuño
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popular liberador, como el Movimiento de los Sin-Tierra y las Comunidades Eclesiales de Base (CEB’s), entre otros.
En 1993 presentó concurso, y fue aprobado, como Profesor de Ética, Filosofía de la Religión y Ecología en la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ).
Actualmente vive en el Jardim Araras, región campestre ecológica del municipio de Petrópolis y vive con la educadora/luchadora por los derechos a partir de un nuevo paradigma ecológico, Marcia Maria Monteiro de Miranda, convirtiéndose así en ‘padre por afinidad’ de una hija y cinco hijos, participando de las alegrías y dolores de la maternidad/paternidad responsable. Vive, acompaña y re-crea el despuntar a la vida de los ‘nietos’ Marina, Eduardo y Maira.
Es autor de más de 60 libros en las áreas de Teología, Espiritualidad, Filosofía, Antropología y Mística. La mayor parte de su obra ha sido traducida a los principales idiomas modernos.
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Capítulo II
Mesías, conceptos clave
2.6 Conceptos clave
Se hace necesario para iniciar este trabajo el definir, en forma general algunos conceptos claves que se manejan dentro de la Cristología para la comprensión del tema en cuestión. En este primer apartado se definirán algunos conceptos que atañen en el desarrollo de nuestro trabajo. 2.1.2 Hijo de Dios3 En hebreo la palabra “hijo” no expresa sólo las relaciones de parentesco en línea recta, sino que designa también ya la pertenencia a un grupo: “hijo de Israel”… En los sinópticos el título Hijo de Dios, fácilmente asociado al de Cristo (Mt 16, 16,; Mc 14, 61), aparece en primer lugar como un título mesiánico… Para Satán ser hijo de Dios significa goza de un poder prodigioso y de una protección invulnerable (Mt 4, 3 . 6); para Jesús significa no hallar alimento ni apoyo en la voluntad de Dios (Mt 4, 4 . 7). Jesús, rechazando toda sugestión de mesianismo terreno, deja aparecer el vínculo indisoluble que le une al Padre… Jesús previene…su título no le garantiza un destino de gloria terrena; el Hijo del hombre morirá para tener el acceso a su gloria (Mt 16, 21)… Frente a Dios, es “el Hijo” (Mt 11, 27); fórmula familiar que le permite dirigirse a Dios llamándolo “Abba! ¡Padre!” (Mc 14, 36). Entre Dios y él reina la profunda intimidad que supone un perfecto conocimiento mutuo y una comunicación de todo (Mt 11, 25ss). 3
León-Dufour, 1972, pp. 384-386.
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2.1.2 Hijo del hombre4 En los Evangelios se designa Jesús habitualmente a sí mismo como con el título de Hijo del hombre, expresión que sugería… el aspecto más trascendente de su fisonomía… La expresión hebrea y aramea…designa un miembro de la raza humana (“hijo de humanidad”)… En los Evangelios la expresión “Hijo del hombre” (calco griego de un arameo que hubiera debido traducirse “Hijo de hombre”) aparece setenta veces… El hecho de que aparezca exclusivamente en labios de Jesús supone que se ha retenido como una de las expresiones típicas, ya que la fe pospascual lo designó preferentemente con otros títulos… Jesús atribuyó también al título de HdH (Hijo de Dios) un contenido que la traducción apocalíptica no veía directamente. Viene a realizar en su vida terrena la vocación del siervo de Yahveh, desechado y entregado a la muerte para ser finalmente glorificado y salvar a las multitudes… HdH debe pasar por un estado de humillación, en el que los hombres tendrán dificultad en reconocerlo para creer en él (Jn 9, 35).
2.1.3 Mesías Tanto Mesías, calco del hebreo y del arameo, como Cristo, transcrito del griego, significan “ungido”… centrada en la espera del Mesías, hijo de David… En el AT la palabra ungido se aplica ante todo al rey; pero también designó a otros personajes particularmente a los sacerdotes… El rey, en virtud de la unción de aceite que simboliza su penetración por el Espíritu de Dios (1Sa 9, 16; 10, 1 . 10; 16, 13) es consagrado para una función que le convierte en lugar teniente de Yahveh en Israel… El rey vine así a ser “el ungido de Yahveh” (2Sa 19, 22; Lam 4, 20)… Los profetas con frecuencia severos con el Ungido reinante, al que juzgaban infiel, orientaron la esperanza de Israel hacia el rey futuro, al que, sin embargo, no dan nunca el título de Mesías… Los oyentes de Jesús, impresionados por su santidad, su autoridad y su poder (cf. Jn 7, 31) se preguntan: “¿No es éste el Mesías?” (Jn 4, 29; 7, 40ss) o, lo que es lo mismo: “¿No es este el hijo de David?” (Mt 12, 23). Y le apremian para que se declare abiertamente (Jn 10, 24). 5
Mesías deriva del hebreo mashiaj que significa ungido. En los tiempos del Antiguo Testamento la unción era un acto de derramar aceite sobre la cabeza del elegido 4 5
Ibídem, pp. 387-389. Ibídem, pp. 529-531.
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para ser investido de una autoridad soberana. Esta unción era realizada por un profeta como signo de la elección hecha por Dios.
Para los judíos de esta época ya señalada significaba que Yahveh sería conocido por todos para ser adorado y con ello exaltado el pueblo de Israel, junto con Yahveh, sobre los demás pueblos circunvecinos: iniciando el Reino visible en gestos materiales de realeza y liberación y paz para la nación elegida, para Israel.
2.7 El Mesías para el pueblo de Israel6
Con la llegada del Mesías se darían tres principios fundamentales para los judíos:
a) En el individuo: se manifestaría el cese de todos los sufrimientos, reivindicando al justo otorgando el premio eterno y el castigo al malvado por su accionar.
b) En el pueblo de Israel: la nación que ha sufrido es reunida desde todos los rincones del planeta para ser reinstalada en la Tierra Prometida, promesa hecha a Abraham.
c) En la humanidad: se inaugura un período de paz para todos los seres humanos que podrán reconocer la soberanía del Dios Único. 6
Pujol, s.f. Se sigue las ideas de este autor porque presenta una síntesis práctica de dicho tema.
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En el pueblo de Israel se encuentran cuatro rasgos fundamentales atribuidos al Mesías:
2.7.1 El Mesías-Rey El Mesías es una persona descendiente de la casa de David, rey, dando cumplimiento a la profecía hecha por Natán (Cf. 1Cro 17, 1-15): la descendencia de David será eterna. El pueblo de Israel entendió con esta profecía que se anunciaba al Mesías, realizándose así el plan divino de salvación.
En Num 24, 17 Balaam utiliza la estrella como figura del Rey-Mesías como dominador universal del género humano. Esta concepción encierra la libertad para el pueblo judío del yugo romano, del dominio de un vasto imperio.
En Miqueas, Belén de Judá, la Ciudad de David, es el lugar elegido para el nacimiento del Mesías.
Los magos llegados de Oriente se dirigen a esta
población, como bien lo recoge el Evangelio.
El Ungido era el Rey y lo era en nombre de Dios a través de la acción del Espíritu Santo. Es así como Israel con el paso del tiempo y junto con la profecía de Natán comenzó a creer que era “el rey venidero” el Mesías, descendiente de la casa de David. Llegando a ser la frase “el ungido del Señor” como sinónimo de Rey. Jesús experimentó esto.
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El Mesías es un rey verdadero y rey verdadero de Israel, el rey ideal de Israel. Este está capacitado para hacer poderosas señales porque Dios lo ha ungido con su Espíritu, porque son la manifestación explícita del poder divino que hace presente la realidad del Reino entre la humanidad entera. Por ello el Mesías es el Dios-con-nosotros. Hace sentir su presencia y con ella la cercanía inevitable del Reino.
Con la unción de Jesús se da el cumplimiento de las promesas como se daba con los reyes, profetas y sacerdotes. Signo de la consagración que Dios hace del Ungido para una función o misión particular que se enmarca directamente dentro del proyecto de salvación que Dios tiene preparado para el Elegido.
Israel esperaba en cada rey las características del Ungido, esperanza que veía defraudada con las actitudes y comportamientos de quienes les gobernaban; fracaso tras fracaso, el pueblo inició un proceso de proyección a futuro de aquél que sería en definitiva el esperado: el Mesías. Este traería consigo el auxilio de Dios para el justo con la redención de los fieles; ésta fue llamada la “Espera Mesiánica”.
Es en este contexto que los profetas inician a anunciar la llegada del Mesías, quien tendría un poder sin límite para establecer la paz y la justicia para Israel y las naciones (Cf. Is 9, 7; 11, 4) Isaías propone que el Mesías será diferente a lo
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que se esperaba y habla que será el “siervo sufriente de Yahvé”: no dominará, será oprimido y angustiado, no se vengará sino aceptará el injusto castigo (Cf. Is 53, 1-9).
“Este Rey mesiánico y siervo de Dios tal como lo proclama la voz de Dios, es el Siervo de Dios, justo y solidario con los pecadores, quien con su bautismo comienza a pisar el camino de los sufrimientos a favor de estos pecadores. Juan insiste que el mesianismo de Jesús comporta el llevar sobre sí los pecados del mundo”7 tarea que se ve con la luz del Espíritu Santo que baja sobre él en el momento mismo del bautismo.
2.7.2 El Mesías-Emmanuel Isaías y Miqueas presentan al Mesías con características divinas: “He aquí la virgen está encinta y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel – Dios – con – nosotros” (Is 7, 14), interpretando esto los judíos como una especial protección de Dios sobre el Mesías, pero no vieron al Mesías como Hijo de Dios, consustancial al Padre.
2.7.3 El Mesías-Sacerdote Esta concepción puede que sea la menos popular de las tres.
Se encuentra
íntimamente ligada a Mesías-Rey. En el Salmo 110, 4 se dice: “Tú eres sacerdote 7
Ellacurìa, s.f. Boff comparte con este autor muchos de sus planteamientos cristológicos. Encontraremos que la idea del “Siervo sufriente” es retomada seriamente en sus obras sobre Jesús.
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para siempre según el orden de Melquisedec. Otorgando al Mesías el sacerdocio eterno como el de Melquisedec, superior al mismo Abraham.
“Yo me suscitaré un sacerdote fiel, que obrará según mi alma: le edificaré una casa estable, y él andará como mi Mesías” (1Sam 2, 30-35). El Sacerdote-Mesías es el liberador del pecado en medio de las injusticias, las estructuras de opresión del pecado.
2.7.4 El Mesías es el Hijo de Hombre En Dan 7, 13 se dan todas las características del Mesías, el juez que aparece al final de la historia: Señor absoluto, dominador total. Este es el título que más ocasiones utilizó Jesucristo para hablar de sí mismo. Este título se le aplica unas 81 veces en los Evangelios.
Este título es aceptado ante el Sanedrín en el juicio que se le impone. En las ocasiones que se le proclama Señor (Kirios) es un intento de dar a conocer su divinidad. Declara su identidad de naturaleza con Dios Padre: “El Padre y Yo somos una misma cosa” (Jn 10, 30) y “el que me ve a mí, ve al Padre” (Jn 10, 14). Demostrando aquí que se sabe en una relación distinta con Dios, una relación de Padre-Hijo.
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2.8 El mesianismo en tiempos de Jesús
Palestina durante el Siglo II a. C. y el I d. C. desarrolla la idea religiosa sobre el mesianismo, dominando el pensamiento religioso-político de la época en la cultura judía. En los estudios históricos de este período de la humanidad esta idea se ve demostrada y palpada en dichos trabajos científicos.
El mesianismo será la expectación de Israel en tener un futuro pleno y mejor que culmina con el establecimiento de un Reino de Dios y la paz en la tierra. Este proyecto hace referencia a una realidad presente y local que no va más allá de lo que la gente puede percibir en su pequeño lugar, circunscrito al pueblo judío.
Desde el Génesis, protoevangelio, se encuentra el anuncio de la llegada del Mesías.
Esta exégesis ha sido elaborada en relación a la serpiente, que los
Padres de la Iglesia presentan como el primer anuncio del Mesías.
En tiempo de la vida de Jesús entre su pueblo se suscitaba una idea del Mesías que debía venir. Se han tratado ya las tres grandes tendencias en cuanto la espera del Mesías (política, profética y sacerdotal), corresponde ahora el conocer cómo los grupos más importantes de Israel veían la venida del Mesías, que en realidad no se desligan de formas de manifestarse el Mesías. Trataremos tres grupos: saduceos, fariseos y esenios; y posteriormente se tratará un poco sobre características generales de algunos movimientos mesiánicos populares.
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2.8.1 Saduceos Este grupo no reconoce el valor de los libros sagrados, aunque admitían con seguridad la Torá como Escritura. Para ellos los textos mesiánicos eran los de Gen 49, 10 -12 (la bendición de Jacob) y Num 24, 17 (el oráculo de Balaam). En realidad no esperaban una manifestación del Mesías, sin embargo el mesianismo popular les parecía algo peligroso por lo incontrolable que solía volverse. Por ello cuando la fiebre mesiánica empezó a subir de tono por Jesús, Caifás declaró que era preferible la muerte de uno solo a la destrucción de la nación (Cf. Jn 11, 50), denunciándolo posteriormente (a Jesús) ante los romanos como un Mesías popular.
2.8.2 Fariseos Centraban su espera mesiánica en el conjunto de la Escritura. Eran fieles al mesianismo real, especialmente el nacionalista: elección de Israel, dinastía davídica, Reino de Dios para el cumplimiento de las promesas. La llegada del Mesías significaba el retorno del pueblo a la fidelidad. Ellos se deslindan de los movimientos mesiánicos populares por dos razones: la primera, el Mesías debía pertenecer a la casa de David (Sal 7, 21) y los movimientos populares no lo ven así, aunque puede que emulen a David. Y segunda, no están de acuerdo con la lucha armada porque atenta contra su propio status, aunque no estuvieran de acuerdo con la autoridad romana, la que consideraban como una autoridad ilegítima.
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2.8.3 Esenios Este grupo puede identificarse como que espera con mayor impaciencia el cumplimiento de la promesa mesiánica.
Desean la liberación de Israel y la
irrupción inmediata del pueblo ideal. Esperan un Mesías sacerdotal que haga cumplir la Ley. Su misión principal parece ser la de liberar a Israel de los paganos y de los impíos dentro del mismo Israel.
Este nacionalismo religioso, que se
manifiesta en su pensamiento, hace que el Mesías juegue un papel, sobre todo, político.
Este mesianismo se parece al de los fariseos por la dimensión
nacionalista, solamente que tienen un carácter que les motiva hacia la violencia. No esperaban que el Mesías de Israel fuera necesariamente del linaje carnal de David.
2.8.4 Movimientos mesiánicos populares Hubo entre el pueblo muchos movimientos reales y concretos en la línea mesiánica.
Éstos eran dirigidos por jefes o líderes que se proclamaban o se
hicieron reconocer como reyes.
Están al margen del judaísmo oficial, son
movimientos anárquicos; por ejemplo, lo zelotes. Estos jefes a los ojos de sus seguidores y de gran parte de la población eran el Mesías y como tal eran reconocidos abiertamente.
Ante estas tendencias o creencias populares sobre el Mesías, Jesús se sitúa y toma posición.
Ante un mesianismo guerrero y glorioso, secular o religioso,
25
proclama un Mesías fracasado, distinto, que será escándalo y que es rechazado y que terminará muerto, muerto en una cruz.
Según Ellacuría8 en cuanto a los movimientos de su tiempo, se puede decir que tiene cierta simpatía y aproximación con el grupo de los zelotes, aunque no es uno de ellos.
El uso de la espada en el Huerto de los Olivos es símbolo de la
pertenencia al movimiento zelótico.
Tiene “cierta apariencia zelótica en su
comportamiento. Pero frente a la apariencia hay que subrayar enérgicamente que Jesús no perteneció a los zelotes ni propugnó un comportamiento estrictamente zelótico”9. Tiene como ellos la esperanza del Reino, lo entiende de otro modo y cree que la lucha armada no es la mejor forma de alcanzarlo. No tiene la visión nacionalista, conforme el paso del tiempo ha descubierto que el mesianismo implica la universalidad en la salvación y que no es reduccionista, esta es una línea marcadamente profética.
2.9 Hechos que configuran la Conciencia Mesiánica de Jesús
2.9.1 Misión divina Jesús tiene conciencia de tener una misión que realizar o cumplir en relación a la voluntad con el Padre. Esto se observa en Jn 6, 38 y Lc 2, 49.
8 9
Ibídem Ibídem
26
2.9.2 Manifiesta sus poderes divinos Con sus actos impone preceptos divinos, crea asombro entre quienes le siguen: “¿Quién es este al que los vientos y la mar le obedecen?” (Mt 8, 27). Se atribuye a sí mismo mayor realce que Moisés y hasta perdona los pecados.
2.9.3 Manifiesta que es el Mesías prometido a Israel •
Jesús se llama a sí mismo Hijo de Dios y además él mismo se aplica las profecías mesiánicas del Antiguo Testamento.
•
En el Evangelio de Juan encontramos: “Hemos hallado al Mesías, que quiere decir Cristo” (1, 41) y más adelante la Samaritana afirma que debe llegar el Mesías atribuyéndose dicho título (Jn 4, 25-26).
•
Pedro también en Mt 16, 16 asevera que Jesús es el Mesías, lo cual es aceptado sin reniego por Jesús, declarando que semejante afirmación sólo puede ser por inspiración divina.
•
Ante Caifás en Mc 14, 61 leemos: “¿Eres tú el Mesías, Hijo del Bendito?” Jesús le responde: “Yo soy”. Nuevamente existe la convicción inequívoca de ser el Mesías.
27
2.9.4 Ocultamiento de la condición mesiánica de Jesús La constante de ocultar la condición mesiánica pareciera ser una de las actitudes de Jesús.
Él mismo afirma ser Mesías, sin embargo manda u ordena a sus
discípulos y otros que tal situación no se divulgue. “No les dejaba hablar, porque conocían que Él era el Mesías” (Lc 4, 41), ordenaba a los demonios cuando los expulsaba o los enfrentaba. En similar circunstancia encontramos la cita de Mt 16, 20. Estos ejemplos pueden conducir a pensar que deseaba ocultar su ser mesías. Esto nos brinda una base para que se confirme que el concepto de Mesías es una creación, por la fe, de los primeros cristianos.
Cabe entonces, ante el ocultamiento mesiánico, algunas observaciones10:
1. El Señor, lo hemos visto, en algunas ocasiones prohibió que se dijera que era el Mesías. 2. El Señor, a pesar de estas prohibiciones, no ocultó su condición de Mesías. Por ejemplo ya se ha indicado, en el juicio ante el Sanedrín. 3. La Revelación que Jesús hace de sí mismo es progresiva, y no es completa y total -como es lógico- en los primeros momentos de su predicación porque Jesús debía preparar a sus discípulos a la comprensión del mensaje que anunciaba. 4. El Señor acepta ser llamado Mesías, Cristo, Hijo de Dios, Hijo de David, Siervo de Yahvé, etc. y él mismo así lo reafirma en ocasiones, algunas de ellas muy significativas; por ejemplo, en su juicio a la pregunta oficial de Caifás y a Pedro en Cesárea de Filipo. 5. En general, los judíos esperaban un Mesías libertador de la opresión romana, y en este sentido es significativo que, en dos ocasiones, quisieran hacer Rey a Jesús. 10
Pujol, s.f.
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6. Jesús de Nazaret debe de corregir esta concepción política y nacionalista del Mesías. Frente al Mesías salvador terreno opone la figura del Mesías salvador trascendente. Por eso utilizó con frecuencia el título apocalíptico de «Hijo del hombre». 7. Ahora bien, este título en el contexto judío, profundos conocedores de la Biblia, era perfectamente conocido y referido claramente al Mesías. Los judíos no se equivocaron y entendieron perfectamente que Jesús al llamarse «Hijo del hombre» se llamaba Mesías. Precisamente los judíos, por no aceptar su condición mesiánica, juzgaron a Jesús. El Sanedrín le condenó por llamarse Mesías y hacerse Hijo de Dios. Vemos las reacción de Caifás: “El Pontífice, rasgando sus vestiduras, dijo: ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece? y todos contestaron ser reo de muerte” (Mc 15, 63-64). 8. En conclusión, Jesús no ocultó su condición mesiánica, sino que simplemente la fue desvelando poco a poco. Utilizó el título apocalíptico de Hijo del hombre, perfectamente conocido en su época, para corregir la concepción deformada del Mesías como libertador político.
2.10 Conciencia Jesús como el Mesías
Jesús le corresponderá el hacer una reinterpretación personal del concepto judío de Mesías, para que así ellos puedan comprender que la figura victoriosa que todos esperaban no es la que él trae y propone: Mesías sufriente, el Mesías que Isaías hace presente en sus poemas. Esto constituye el punto de enfrentamiento ideológico, no hay conexión entre lo glorioso y victorioso que los judíos esperaban y el fracaso, aparente, que Jesús realizará.
Esto puede llevar a suponer que Jesús se manifestó como el Mesías, confirmado en su Palabra y actos cotidianos.
Este hecho pudo darse para que las
29
percepciones judías sobre el Mesías “se fueran modificando y adaptando al modo de vida de Jesús”11, intento de que por sus actos le identificaran como el enviado y elegido para la salvación de Israel y de la humanidad.
Por otro lado, la Escritura nos otorga pocas pruebas de cómo Jesús se pensaba a sí mismo como Mesías. Y es sólo en Jn 4, 25 – 26 donde Jesús abiertamente acepta que es el Mesías. Sin embargo, no se puede olvidar que en este texto puede tender con facilidad hacia un mesianismo menos nacionalista que el de los judíos, por reconocerlo ante una samaritana.
En otros textos, como el del Bautismo o las formulaciones que se escriben para la infancia de Jesús, existen muchas divergencias.
Estas divergencias pueden
deberse a que cada uno de los autores evangélicos están marcados por la comunidad a la que pertenecen o la comunidad a la que escriben y cada uno escribe e impregna la cristología con el acento propio de la fe.
“Puede
que nunca haya identificado realmente su papel como el Mesías (no
negamos, naturalmente, la existencia de un problema más básico que figura frecuentemente como conciencia ‘mesiánica’: la conciencia que Jesús de sí mismo como el única agente salvífico…”12 Esta idea se basa en lo ya indicado: no hay
11 12
Brown, 1973, p. 116. Ibídem. 120.
30
pruebas.
Es difícil hacer una reconstrucción certera sin la corroboración
escriturística.
“Conciencia no es lo mismo que expreso conocimiento; y en tanto que es un estudio sobre los pasajes ‘mesiánicos’ de los evangelios nos pueden decir si Jesús se expresó o no a sí mismo en términos de mesianidad…”13 Hablamos de conciencia, como aquel proceso intuitivo a través del cual uno se va dando cuenta de las distintas capacidades personales, conforme se van experimentando y fortaleciendo en el desarrollo de la vida humana. En este sentido la conciencia no es algo innato, se va aprendiendo, se va decantando, se va construyendo.
Los evangelios hacen hincapié en el Mesías como Hijo de David, por ello se resalta mucho la genealogía (especialmente en Mateo); éste debía reinar en Israel. Encontramos así que las profecías pueden verse cumplidas.
13
Ibídem, p. 129.
31
Capítulo III Referentes de la Conciencia Mesiánica de Jesús en la obra cristológica de Leonardo Boff
Al hablar sobre la conciencia mesiánica de Jesús estamos haciendo una referencia explícita de si “¿se consideró él, Mesías e Hijo de Dios?”. Tratar de establecer una conciencia histórica no ha podido ofrecer una respuesta segura al respecto14. Esto porque el Nuevo Testamento no es solamente una narración de hechos sino una explicación teológica de la fe de la comunidad.
Es en relación a esta explicación teológica que desarrollamos el presente capítulo. Contiene seis grandes apartados.
Los primeros dos nos hablan sobre la
experiencia del mesianismo apocalíptico que promulga Jesús, que constituyen una nueva forma de entender al Mesías y al Reino que con Él llega. Los restantes configuran básicamente los referentes cristológicos de Conciencia Mesiánica siguiendo a Boff. Importante es leer entre líneas o explícitamente los términos: liberación, opresión, cambio, nuevo orden y sus sinónimos.
14
Cf. Boff, 19832, pp. 19-21.
32
3.7 Real Conciencia
Lo importante o lo que centra el estudio de Jesús o la vivencia de la experiencia cristiana es el saber que Jesús existió.
“Creer en Jesús, según esta tesis,
consiste, no creer en su persona, sino en la predicación sobre él conservada en los evangelios.
No es Jesús quien salva sino el Cristo predicado.
En la
predicación, él llega a cada uno personalmente.”15
Un aspecto clave en cualquier trabajo cristológico ha sido, a lo largo de las últimas décadas, la conciencia que Jesús tenía sobre sí mismo: si era el Mesías. Este último concepto es la llave para entender a Jesús en su designio del plan divino: la salvación del género humano. Este concepto, controversial y ambivalente, ayuda a conocer más de cerca la relación de Jesús con Yahveh su Padre eterno.
El misterio de Jesús y todo aquello que de él se pueda decir parte del “¿Quién dicen los hombres que soy?” (Mc 8, 29). Este asunto ha sido uno de los temas que la cristología ha tratado de responder.16
Tarea complicada ésta por la
diversidad de tendencias de la época y por el distinto enfoque que los evangelistas nos presentan en sus escritos. Esto dado a que “Los evangelios son ante todo
19774, p., 29 Cf. Boff, 19832, p. 15-46. Las respuestas ofrecidas remiten a una índole ideológica; el Capítulo del libro Jesucristo Liberador deja constancia de ello.
15 Boff, 16
33
una interpretación teológica de hechos acontecidos, más que una descripción objetiva y desinteresada de lo que fue históricamente Jesús de Nazareth.”17
Para la fe tranquila la respuesta es clara: Jesús de Nazareth es Cristo, el Hijo primogénito y eterno de Dios, enviado como hombre para liberarnos de nuestros pecados, en él se cumplieron todas las profecías hechas a nuestros padres: él ejecutó un plan divino preexistente; su dolorosa muerte en la Cruz forma parte de este plan; el cumplió fielmente hasta la muerte la voluntad del Padre; muerto, él resucitó y dejó en claro así que su reivindicación de ser Hijo del Hombre, Hijo de Dios y Mesías era fundada y verdadera.18
En algún período de la historia se cuestionó la existencia de Jesús, que al carecer de argumentación o fundamente concreto se desechó19. Por otro lado, se intentó una verdadera imagen de Jesús. Tratando de no interpretarlo como Cristo e Hijo de Dios, sin vincularlo al culto de la dogmática. Todo esto llevó a un fracaso; porque hace alta la solidez de su vida en un documento realmente histórico.
Cuando se hace el intento por definir la identidad de Jesús, en este caso preciso el hablar o escribir sobre su conciencia mesiánica, provoca que nosotros mismos nos podamos conocer y definir a nosotros mismos.20
Y no es una reconstrucción
histórica, porque los Evangelios nos dan poco sobre el Jesús histórico.
Nos
muestran las reacciones de los primeros cristianos ante lo que Cristo les deja
17
Boff, 19774, p. 24 Ibídem, p. 23 19 Cf. Boff, 19832, p. 18. Se señalan personajes como Reimarens (+1768), Wrede (+1904), Goguel... que son algunos que sugiere que escribieron biografías de Jesús. 20 Ibídem, p. 47. 18
34
como legado doctrinal. Toda construcción tratará de recrear lo que la gente siente en torno a Jesús.
3.7.1 El Mesías según las escrituras Boff21 nos presenta una síntesis de las grandes líneas que los evangelistas muestran en sus escritos. Esto ayuda para ubicarlos dentro del contexto y así poder visualizar de mejor manera lo que cada uno desea hacer llegar a la comunidad que escribe. Básicamente se puede resumir en las siguientes ideas clave:
-
Para Marcos es el Mesías, Cristo escondido y el gran Libertador… vencedor cósmico de la muerte y el demonio… se niega a revelarse de forma explícita y pública como el Mesías que ha de venir.
-
Para Mateo es el Mesías Cristo profetizado y esperado, el nuevo Moisés. Él muestra la voluntad de Dios, en dónde encontrarla y la forma de llevarla a cabo.
-
En Lucas es el Liberador de los enfermos, pobres, pecadores y marginados social y religiosamente.
21
Boff, 19774 , p. 26
35
-
Juan representa al Logos, al Hijo eterno de Dios: camino, verdad, vida, pan y agua viva.
Jesús cuando inicia lo que se ha llamado su “vida pública” la gente le otorga el título de Mesías. Las expectativas que se depositan en Él son las del Antiguo Testamento: Salvador del pueblo. Él sabía o conocía lo que el pueblo esperaba y signaba en Él. Cuando en la sinagoga lee el texto de Isaías (61,1 ss) enfatiza que todo lo que se ha dicho acerca de su persona es cierto.
Y ahora, en ese
momento, inicia el cumplimiento de esas promesas. Esto lo hace presente con sus obras y con su Palabra, evidenciando que es el Ungido del Señor: es el Mesías.
El Bautismo, según los evangelistas, es el inicio de la explicación y profundización de la conciencia mesiánica en Jesús. Es la primera epifanía del Mesías, es la manifestación del oculto Mesías, manifestación del Siervo sufriente de Dios. así inicia su vida pública, con una manifestación de sí mismo a sí mismo y a los demás a partir de su conciencia mesiánica.
Posteriormente toma un espacio de tiempo para reflexionar el sentido concreto de su mesianismo y de la acción misionera que implica en sí. Por el Espíritu de Dios es llevado al desierto, cuarenta días, para ser tentado: entender su mesianismo como lo entendía el pueblo en ese momento histórico será su mayor tentación.
36
Este es un falso mesianismo que tiene un carácter meramente político y con una visión reduccionista (nacionalista).
3.7.2 Conciencia de sí mismo “Cristo se entiende así mismo, no sólo como un predicador y profeta de esta novedad (evangelio), sino ya como un elemento de la nueva situación transformada”22, que se manifiesta a través del cumplimiento de dos exigencias fundamentales que son la conversión personal y la reestructuración del mundo en el que la persona vive. Esta difícil tarea es la que como Mesías se ve interpelado a realizar, para dar cumplimiento a la ya conocida profecía de Isaías y que al inicio de su predicación se atribuye para sí mismo.
“Jesús desconcierta de manera muy aguda cuando asume actitudes que sólo son propias de Dios, coloca su autoridad por encima de la de Moisés, lo que equivale arrogarse poderes divinos (Mc 7, 1-2; Mt 5, 21.48: han oído también, que se dijo a los antepasados)... perdona los pecados,... hace milagros...”23
Solamente el
Mesías podía realizar estos actos y hablar como él hablaba, se sabe y se siente que es distinto, que su relación con Dios es distinta y que con sus actos realiza una misión específica.
22 23
Ibídem, p. 81 Ibídem, p.117.
37
Una característica de Jesús será la renuncia a asumir alguna de las representaciones mesiano-escatológicas comunes entre los judíos que le rodean y ninguna de las formas de liberación que ellos mismos esperaban. Rompe en definitiva con aquello que esperaban, se liga a la intimidad con el Padre que le da la autoridad para hablar y actuar en lugar de Dios.
Lo mismo se puede decir del título Mesías o Cristo. El análisis crítico de los textos no permite afirmar que Jesús utilizó para sí dicho título, que en la época se revestía de tres representaciones fundamentales: El Cristo (ungido, salvador) aparecía como un rey liberador político, como un sumo sacerdote de la casa de Aarón, como Hijo del hombre, venido sobre las nubes con poder. Por su origen, el Mesías Cristo no es ninguna figura sobrenatural, sino simplemente un liberador terrestre. Jesús se aparta de tales representaciones; él posee, sí, la conciencia de ser un liberador político, rival del Emperador Romano.24
3.8 Título Post-Pascual
Cristo no designa originalmente un nombre propio de persona sino un título. Con el título Cristo atribuido a Jesús de Nazareth crucificado y resucitado la comunidad primitiva expresaba su fe que en ese hombre se realizaban las expectativas radicales del corazón humano, expectativas de liberación de la ambigua condición humana y cósmica y de inmediatez con Dios.25
Jesús es más que una idea o un tema de predicación. Fue una persona, un ser humano que vivió las circunstancias del pueblo judío de hace dos mil años, condicionado por un ambiente familiar y un ambiente social. Por ello cualquier 24 25
Ibídem, p. 161 Ibídem, p. 255
38
estudio de Cristología será una interpretación del anuncio de la fe, una fe que parte de la experiencia de la resurrección misma. No cabe una interpretación que excluya la fe en la resurrección.
3.8.1 El título, una honra de la primitiva comunidad Es la comunidad quien, a la luz de la resurrección inicia un proceso de llamar a Jesús por estos títulos mesiánicos: Mesías, Hijo de Dios, Señor, etc., para hacer constar y valer la autoridad, la soberanía y las reivindicaciones que, desde su actuar terreno, hacía presentes con su modo de ser y hacer las cosas.
Con la resurrección se abre una puerta que lleva hacia el futuro, que cambia el rumbo de la historia.
Este cambio afectó lo que los discípulos no lograban
entender y que no creían hasta la resurrección. Se da el cumplimiento de la promesa esperada con tanta ansiedad.
“La comunidad primitiva utilizó más de 50 nombres, títulos para definir quién es Jesús: el título Cristo es empleado cerca de 500 veces; Señor aparece 350 veces, Hijo del Hombre, 80 veces; Hijo de Dios, 75 veces; Hijo de David, 20 veces y así sucesivamente.”26 Recibe otros títulos más humanos como maestro… hasta llegar a ser calificado como Dios.
Pero esto no es más que la demostración o
concreción que la gente, las comunidades primitivas, en el lenguaje de la fe, hace
26
Ibídem, p.153.
39
a aquél que se revela en la cotidianeidad con la fuerza de la salvación y la liberación: asombra porque ha roto los esquemas para la interpretación del Mesías.
3.8.2 La resurrección lo cambia todo “Lo que estaba latente e implícito en las palabras, en los signos y en las actitudes del Jesús histórico quedó ahora, después de la Resurrección patente y explícito. Los títulos… expresan exactamente quién era Jesús… el esperado.”27 Estas no son designaciones a priori, es lo que en realidad es Jesús o lo que a la luz del Evangelio los discípulos entienden y logran comprender como realización del mismo misterio Jesús. “Ahora, todo se revoluciona: vuelven a creer en él, no como en un Mesías y liberador nacionalista… sino como el Hijo del Hombre de Daniel 7 ‘elevado’ y ‘hecho sentar a la diestra de Dios’ y ‘constituido Hijo de Dios con poder’.”28 Se da el paso de la concepción tradicional en Israel hacia lo que Jesús predicaba, para que en verdad se cumpla.
Los discípulos a la luz de la resurrección encuentran que los actos de Jesús cobran otro sentido, que lo que ellos esperaban ha cambiado, comprenden que…
Jesús no vino para predicar al Mesías, al Cristo, al Hijo de Dios, sino para vivir, con palabras y hechos, el Hijo de Dios, el Cristo, el Mesías. Aquí 27 28
Ibídem, p. 71. Ibídem, p. 142.
40
reside el significado del así llamado secreto mesiánico del evangelio de san Marcos. Será obra teológica y cristológica de la Iglesia primitiva descubrir, iluminada por el fulgor de la resurrección, en las actitudes de Jesús, el Dios y el Mesías escondidos. No porque la comunidad llama a Jesús Hijo de Dios y Cristo, El es hecho Cristo e Hijo de Dios. Pero porque El es hecho y fue, puede la comunidad con razón llamarlo Hijo de Dios y Cristo.29
3.8.3 Nace la misión Como se ha señalado son los títulos una honra de la comunidad primitiva para con Jesús, ninguno es poco ni demasiado, simplemente tratan de transmitir aquello que expresa su radicalidad, su fantasía y soberanía que radican en Él por su propia naturaleza. Los títulos mismos nacen de lo que ha dejado ver con su vida entera, en su misión.
Encontraremos que la fe cristiana expresa que Jesús es el Mesías, el Nuevo Mesías que tiene la misión de liberar a la humanidad de todo tipo de ambigüedad humana, camino del nuevo y definitivo éxodo. Esta es en realidad una relectura de la vida de Jesús. Ésta nace de la reinterpretación de su vida a la luz del hecho de la resurrección.
Su Palabra, sus actos, sus caminatas… inician a ser
interpretados como hechos marcados profusamente por la presencia del Mesías. Ven entonces, se les abren los ojos, para darse cuenta que se han cumplido las profecías y esperanzas de liberación y de la irrupción del Reino de Dios. Que esto implica la acción cristiana comprometida y liberadora.
29
Ibídem, p. 159.
41
Tener fe, no significa proclamar a Jesús como Mesías, Señor, Hijo de David, Hijo de Dios, etc., sin preocuparse por saber lo que estos hombres quieren decir para nuestra vida… ¿Qué significa en realidad, Mesías, Hijo de David, león de la tribu de Judá?30
La predicación de los discípulos, en las primitivas comunidades cristianas, no era fácil, “tuvieron que recorrer un duro y largo camino de oración”31 para convencerse y para creer que Él era el Mesías, que era el crucificado, el resucitado, que era en fin Jesús, el Nazareno; es mismo camino tuvieron que recorrer para plantearse ese camino como hecho de fe para el seguimiento cercano de Jesús.
La comunidad primitiva, lee y medita los evangelios a la luz de la resurrección. En esta sintonía la mesianidad de Jesús está a la misión y se encuentra unida a la humillación, que concuerda con el Siervo sufriente de Isaías en cumplimiento de dicha promesa. El Mesías, que es un liberador mesiánico, consuela aquellos que viven la humillación como la vivió Él. El Mesías acompaña a la persona, como quien guía a un pequeño en sus primeros pasos. La comunidad inicia igualmente un camino de acompañar, esa es su misión. Se asemejan al Siervo Sufriente Jesús en su misión.
La lectura post-pascual cambia el panorama, por eso Boff escribe:
La resurrección es entendida como elevación y glorificación, como un ir al Padre. Esa concepción está unida al tema del Mesías, del Hijo del hombre y del siervo doliente que es exaltado. Así interpretan los Hechos de los salmos 30 31
Ibídem, p. 237. Boff, 19812, p. 300.
42
110 y 2 (Hch 2, 34; 4, 26). Los acontecimientos pascuales son la entronización del Mesías-Rey como “Señor y Cristo” (Sal 2; Hch 2, 36) y su elevación como Señor y Salvador.32
Agrega que con el relato de los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35) se manifiesta que en realidad se hace necesario el dejarse instruir por las Escrituras, que hablan de Cristo, y dejar que se abran los ojos por la “fracción del pan”, esto es, por la eucaristía. “Los discípulos vieron en los acontecimientos post-pascuales un hecho escatológico, que suponía la realización plena y acabada de la historia de Jesús, manifestado ahora como Mesías e Hijo del hombre, y de toda la historia de la salvación.”33
3.9 Mesiaismo
3.9.1 La espera del Mesías (tentaciones) Cristo superó las tentaciones del mesianismo político que en su tiempo se manifiesta bajo tres corrientes: profética, con la aparición del Mesías en el desierto; sacerdotal, con la manifestación del liberador en el templo; y política con la revelación del Mesías en la montaña de Dios. Entonces las tres tentaciones narradas por los sinópticos tienden a demostrar cómo Jesucristo superó los tres tipos de mesianismo: del desierto, de lo alto de la montaña y del pináculo del templo. Él es, sí, el Mesías-Cristo, pero no de tipo político.34
32
Ibídem, p.478. Ibídem, p. 488. 34 Boff, 19774, p. 78 33
43
El mesianismo sacerdotal. Este se evidencia en el querer convertir las piedras en pan, con el fin de que el pueblo le siga; él rechaza la actitud inmediatista en la que Dios resuelve “milagreramente” los problemas de la humanidad, es la persona quien debe afrontar y resolver lo conflictos.
El mesianismo profético. Aquí calza perfectamente la pregunta que encontramos en Mt 8, 27: “¿Quién dice la gente que soy yo?” A esto Pedro responderá que es “el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Jesús acepta la respuesta, pero manda a los discípulos callar y no comunicar o divulgar su situación. Además inicia a dar su propuesta de Siervo sufriente: escándalo y decepción para los que le siguen.
En el orden político. Esta se manifiesta en su vida en el momento de la captura en el Huerto de los Olivos. Es la invitación de combatir contra el Imperio Romano, liberación política del pueblo.
Los discípulos están armados y tratan de
defenderlo, él lo impide, lo que no acaba de comprender,… que su mesianismo deba entenderse de ese modo fracasado y ruinoso. Considera recurrir a su Padre para que le envíe enseguida más de doce legiones de ángeles para recuperar su condición de Mesías triunfante, pero no lo hace.
Encontramos en Boff lo siguiente en relación al mismo tema: Lo mismo se puede decir del título Mesías o Cristo. El análisis crítico de los textos no permite afirmar que Jesús utilizó para sí dicho título, que en la época se revestía de tres representaciones fundamentales: El Cristo (ungido, salvador) aparecía como un rey liberador político, como un sumo sacerdote de la casa de Aarón, como Hijo del hombre, venido sobre las nubes con
44
poder. Por su origen, el Mesías Cristo no es ninguna figura sobrenatural, sino simplemente un liberador terrestre. Jesús se aparta de tales representaciones; él posee, sí, la conciencia de ser un liberador político, rival del Emperador Romano.35
“Estas tres tentaciones del poder correspondían precisamente a los tres modelos de reino y de Mesías vigentes en las expectativas de la época (rey, profeta y sacerdote)… Jesús rehúsa terminantemente instaurar un reino de poder.”36
3.9.2 Una nueva forma de entender al Mesías: fracasado
El es el Mesías, esperado por los antiguos y por todos los hombres, que para traer la salvación y liberación pasó primero por el sufrimiento y la muerte (Lc 24, 26). Por la resurrección, El fue entronizado como Mesías – Cristo (Hch 2, 36) como fuera anunciado por las antiguas profecías (Sal 2, 7; 110, 1). Este concepto de Mesías-Cristo contradice frontalmente las esperanzas populares de un liberador político glorioso.
En medio de todo ese ambiente que le rodea, “rompe las categorías humanas. Jesús poseía una conciencia mesiánica, aunque ciertamente no la expresara por ningún título escatológico tradicional como Mesías, Hijo del Hombre, Hijo de Dios, etcétera.”37
La gran tarea de Jesús será el provocar el cambio de mentalidad preestablecida por la concepción mesiánica del pueblo judío, contenido ideológico que marca la 35
Ibídem, p. 161 Boff, 1981, p. 305 37 Boff, 19774, p. 32 36
45
entrada del Reino o no en Israel. Todo lo que Cristo hace es exigir una conversión – transformación que lleve hacia el amor, el cual conducirá a la superación de los elementos descritos.
Terminar en cruz es el fracaso total, se desmoronan los sueños y las esperanzas del pueblo. No tienen en cuenta que la pasión no es el final, sino la meta y coronación de la actividad terrena de Jesús y un camino inevitable para la gloria del Hijo del hombre38, es más bien la exaltación del Hijo del hombre, como lo señala Dn 7, 13. Así se describe Jesús en su dignidad y sacrificio del siervo sufriente de Yahveh que Is 53 presenta como núcleo y función del Mesías en arquetipo del mismo.
Para la gente, sus seguidores, es difícil entender esta tendencia. “Los propios discípulos no esconden su tendencia nacionalista: “nosotros esperábamos que sería él el que iba a liberar a Israel”, dicen resignados los jóvenes de Emaús (Lc 24, 21; Cf. 19, 11) y los apóstoles en la última despedida de Cristo: “¿Señor, ahora vas a restablecer el reino de Israel (Hch 1,6). En este punto, Cristo decepciona a todos.”39
Decepciona porque el pueblo esperaba algo distinto.
En realidad
esperaba que él, como Mesías, respondiera al título en alguna de las formas o circunstancias que Israel tenía presentes en ese momento: rey, profeta o
38 39
cf. Jeremías, 1983, p. 321 Boff, 19774, pp. 77-78.
46
sacerdote.
Esperaban el triunfo, la gloria, que venciera al enemigo, quien
aplacaba y opacaba la poca esperanza que le quedaba.
Se publica una proclama al pueblo, donde se solicita indicar el paradero de Jesús para facilitar su prisión (Jn 11, 57). Judas respondió a la petición de las autoridades. Por el precio de un esclavo (30 monedas de plata) traicionó a Jesús (Mt 26, 14). La traición de Judas, que se prestó se presta todavía hoy a las más caleidoscópicas fantasías, consistió – eso dejan en claro los evangelios – en indicar a las autoridades dónde estaba Jesús y dónde podía ser apresado sin provocar sensación ni tumulto popular. Llegó a ese acto, quizá, movido por una profunda decepción: esperaba, como otros liberarse políticamente a Israel, expulsando a los romanos. Cristo, sin embargo, entendió más universalmente su liberación, como total transfiguración de este mundo todo, hombre y cosmos, llamándolo Reino de Dios.40
La actitud de Judas no es más que el reflejo de lo que él, como muchos de los discípulos, esperaba del que seguía.
Deseaba que se manifestara como el
Mesías triunfante que liberaría a Israel de la dominación Romana. Espera que con ello reaccione de forma distinta para establecer su reinado, cuenta con la esperanza mesiánica. Jesús por el contrario no responde a los estereotipos y se conduce al fracaso inminente.
Muere en una cruz y “por el hecho de haber sido crucificado Jesús fue, según la mentalidad judaica, de hecho, abandonado por Dios.”41 No era el Mesías, la cruz lo desacredita como tal ante sus discípulos. No es más que uno más de los muchos que intentaron proclamarse como Mesías antes que Él. “Solamente a partir de la resurrección fueron descifrando con creciente claridad, el sentido de la 40 41
Ibídem, p. 119. Ibídem, p. 129.
47
muerte y de la resurrección como dos escenas del mismo acto salvífico… En esa luz, se elaboraron los textos evangélicos, puestos por la fe en la boca de Jesús, de que él sería entregado y muerto…”42 y que, como Mesías, debía resucitar al tercer día.
Cuando rechaza el recurso de implantar el Reino a través del poder y se encamina al fracaso hace que la gente se aleje de él, se sienten decepcionados y hasta cierto punto traicionados; ellos necesitaban de una manifestación poderosa para continuar tras él. Ha anunciado una liberación total, ha realizado obras que hablan del Reino, se ha manifestado en contra de las tradiciones que alienan a la persona, ha protestado contra las autoridades, pero se presenta como el que tiene que sufrir y anuncia su muerte. La esperanza en algo futuro desaparece con la desilusión.
Se esperaba un Mesías glorioso y triunfante. El ajusticiado en la cruz no respondía precisamente a la imagen del Mesías que tenían el pueblo y los apóstoles. ¿No habría terminado por perderse en el que intentaba librar a los otros de la perdición? La cruz era un argumento contra la mesianidad de Jesús. Los textos de Is 53 sobre el Siervo doliente no se interpretaban aún en función de Cristo, porque no había una exégesis tradicional en esa dirección. A lo sumo podía ser un símbolo del Israel exiliado entre las naciones, pero no una figura del Mesías.43
42 43
Ibídem Boff, 19812, pp. 369-370.
48
3.10 El anuncio del Reino
3.10.1 El Reino es presente y futuro La resurrección significa la concretización del Reino de Dios de la vida de Jesús. Si el rechazo de los hombres no permitió que el Reino de Dios se concretara cósmicamente, Dios sin embargo, que vence en el fracaso y hace vivir en la muerte, lo realizó en la existencia de Jesús de Nazareth.44
Jesús predica el Reino de Dios que es la esperanza en el fin del mundo con la superación de las alienaciones humanas y la destrucción del mal que se manifiesta en el pecado, odio, desunión, dolor y muerte. Es la utopía que se busca y que es la manifestación gloriosa de Dios entre los hombres. Esto es lo que Jesús trata de hacer presente en cada una de sus obras y de sus actitudes. Hace que la profecía de Isaías sea una realidad actual por la que vela, ya no es una utopía sino una topía, estableciendo un nuevo orden en las cosas.
El Reino tiene un fuerte dinamismo como acontecimiento, en el que Dios tiene una intervención iniciada, aunque no acabada. Por ello, está siempre la petición de “Venga a nosotros tu Reino” (Mt 6, 10).
El Reino tiene una predicación de
presente y futuro.45 El presente es vivido ya con una perspectiva de futuro en el que se reconcilia la persona.
Los sufrimientos van a desaparecer (Mt 11, 5), no habrá más luto (Mt 2, 19). Los fundamentos del fijo orden serán conmovidos: “los últimos serán los 44 45
Ibídem, p. 136. Boff, 19812, p. 69.
49
primeros” (Mc 10, 31), los pequeños serán grandes (Mt 18, 4), los humildes serán los maestros (Mt 5, 5), los enfermos serán curados, los sordos oirán (Mt 11, 5), y los oprimidos serán liberados (Lc 4, 18).46
Jesús realiza el Reino en su misión. Lo que quiere es hacer presente el Reino, pero insta a que se siga trabajando por el futuro. Vemos que en la cita anterior los verbos están proyectados hacia el futuro.
No es simplemente decirlo, es
necesario actuar.
Ahora bien, con relación al lanzamiento a futuro del Reino de Dios, en sentido apocalíptico, surge la pregunta: “¿Por qué Cristo adoptó la idea del Reino de Dios, del mesianismo y del fin de mundo como vehículos para su mensaje?”47Boff da respuesta a la pregunta que él mismo se plantea48:
“El mesianismo y sus categorías de expresión de la apocalíptica fueron, en ese sentido, medios adecuados para que Jesús comunicara su mensaje liberador y revelar quién era él, el Hijo de Dios, el Dios encarnado y el Salvador del mundo. Sólo en ese lenguaje Cristo podía hacerse entender por sus oyentes que “estaban a la espera” (Lc 3,15).”49
Boff presenta que el Reino se encuentra en ese “ya, pero todavía no”. “En Jesús encontramos la tensión dialéctica entre la proposición de un proyecto de total liberación (reino de Dios) y las mediaciones (gestos, actos, actitudes) que lo traducen progresivamente en la historia.
Por una parte, el reino es futuro y
Boff, 19774, p. 74. Ibídem, p. 75. 48 “¿Por qué Cristo adoptó la idea del Reino de Dios, del mesianismo y del fin de mundo como vehículos para su mensaje?” 49 Boff, 19774, p. 77. 46 47
50
vendrá; por otra, es presente y ha llegado ya.”50 Se muestra que la gente necesita de los signos, aclarando que éstos no son el Reino en definitiva, hay que trabajar y luchar por él. La libertad se manifiesta en el amor. Boff lo expresa:
La liberación de Jesús… anticipa la totalidad… en liberaciones parciales… Si Jesús anunciase una utopía del final feliz para el mundo sin su anticipación en la historia, estaría alimentando fantasmagorías del hombre sin credibilidad alguna; si introdujese liberaciones parciales sin perspectiva de totalidad y de futuro, frustraría las esperanzas despertadas y caería en un inmediatismo sin consistencia. En la actuación de Jesús se encuentran las dos dimensiones en tensión dialéctica.51
3.10.2 Un Reino distinto, que cambia Con la llegada del Mesías los judíos interpretaban que se daba el inicio del fin del mundo por la irrupción del Reino de Dios. Éste tiene una connotación netamente política que es parte de una religión (nacionalista) y que en realidad busca la liberación del pueblo ante personas paganas que le oprimen. Llega con el Mesías el Reino, pero el Mesías es quien lo instaura definitivamente.
Conocida es esta situación por el mismo Jesús, que anuncia el Reino de forma del fin del mundo.
Con su testimonio, que también es parte del anuncio, desea
mostrar la realidad última del Reino (que se funde en el amor al Padre) y la “perfectibilidad” actualizada por Dios y nada más que por Él.
50 51
Boff, 19812, p. 27. Ibídem, p.28.
51
La perfectibilidad exige la conversión. Esta conversión de la que se habla “no consiste en ejercicios piadosos, sino en un nuevo modo de existir ante Dios y ante la novedad anunciada por Jesús. (Lc 13, 3–5)”52
Provocó cambios sucesivos y progresivos “sacudió al hombre en sus raíces, accionando el principio-esperanza y haciéndolo soñar con el Reino, que no es un mundo totalmente distinto a éste, sino éste mismo, totalmente nuevo y renovado.”53 Renovado en el mandamiento principal: el amor. Demostrado ello en la forma de vida de Jesús: siendo para los demás, aún en situaciones límite. Boff lo expresa de la siguiente manera:
Con su predicación del Reino de Dios quiso dar un sentido último y absoluto a la totalidad de la realidad, vivió su ser-para-los otros hasta el fin, aun cuando la experiencia de la muerte (ausencia) de Dios en la cruz se hizo sensible casi hasta el límite de la desesperación.54
El Reino se hace presente de forma plena en la resurrección, que “no es sólo un hecho que glorifica y justifica a Jesucristo y certifica la verdad de sus actividades, sino que constituye una manifestación de lo que es el reino en su plenitud como epifanía del futuro prometido por Dios.”55 manifiesta ya como la vida eterna.
52
Ibídem, p. 82. Ibídem, p. 94. 54 Ibídem, p. 130. 55 Ibídem, p. 365. 53
52
Hablamos aquí que el Reino se
3.11 Abba, reflejo del Padre
3.11.1 Jesús en el linaje de David
Jesús perteneció al linaje de David, conforme el testimonio de la tradición de la Iglesia primitiva… El jamás dio importancia a este hecho. Las esperanzas del pueblo imaginaban un hijo de David como un rey-liberador político. Jesús rechaza dicho mesianismo político respondiendo: “El mismo David le llama Señor ¿cómo entonces puede ser hijo suyo” (Mc 12, 37) 56
Agrega Boff que la expresión de Hijo es utilizada solamente dos veces en forma absoluta57 por el mismo Jesús, expresa la soberanía del Hijo, la obediencia y sumisión al Padre.
Este título en el mundo judío no cuenta con ninguna
significación mesiánica, aunque sí habla sobre la autoconciencia de Jesús mismo.
Mateo con las 14 generaciones en la genealogía del capítulo primero quiere insinuar así que Cristo asumió los altibajos de la historia y tomó también sobre sí las ignominias humanas.
Cristo es el último miembro de la genealogía,
exactamente aquel que en la historia llega a su punto Z, completando 3 veces catorce generaciones. esperado.
Por lo tanto, sólo él puede ser el Mesías prometido y
Mateo refiere que Jesús llega en la plenitud de los tiempos, como
llegaría el Mesías y en Él se cumplen las profecías, especialmente las de su ascendencia.58
56
Boff, 19774, p. 158. pp. 157-158. Cf. Boff, 19832, p. 175.
57 19832, 58
53
…él es el Mesías y, como Mesías, de la familia real de David… él ocupa en la genealogía davídica el lugar exacto que corresponde al Mesías y que él se inserta en esta genealogía, de tal forma que se cumple la profecía de Isaías (7-14) – de ser hijo de una virgen – recibiendo el nombre, y con eso su inscripción en la genealogía de su padre adoptivo José.59
José le puso al niño el nombre de Jesús. José descendiente de David, esposo legal de Maria, dando el nombre a Jesús, se convierte jurídicamente en su padre y de hecho lo incluye en su genealogía davídica, Jesús es el hijo de David a través de José y también el Mesías. De esta forma se cumple asimismo la profecía de Isaías que el Mesías nacería de una virgen (Is 7, 14) y el plan de Dios se realiza plenamente. 60
El lugar de su nacimiento, Belén, pasa a ser significación mesiánica (Mi 5, 1: 1S 16, 1ss), pasa a ser un lugar teofánico y teológico dentro de la historia de la salvación.
Es el lugar del nacimiento del Mesías como lo predecían las
profecías.61 Lugar desconocido, pobre y sin razón para ser grande en la historia, pero ahí nace y se manifiesta el Mesías.
3.11.2 Abba, realización del Reino a imitación del Padre “Jesús encarnaba el amor y el perdón del Padre pues él mismo era bueno y misericordioso con todos, especialmente con los reprobados religiosamente y con los difamados socialmente.”62 Esta actitud constante de Jesús evidencia cómo es su filiación con el que le ha enviado: el Padre. Su actos encoronan desde ya las perspectivas del Reino de Dios, su opción radical por la vida. Boff, 19774, p.175. Ibídem, p.177. 61 Cf. Boff, 19832, p.177. 62 Boff, 19803, p. 64. 59 60
54
Jesús no se lo queda para sí al Padre, comparte hace participar a los otros en esta relación de amor.
En Lc 11, 2 Jesús enseña a los discípulos que le siguen a
dirigirse a Dios como Padre de unos y de otros: muestra de la universalidad misma que el Reino propugna desde lo más profundo de la creación.
En la relación de Jesús con el Padre existe una relación recíproca. Él cuenta con una experiencia muy honda con el Padre como Hijo, esto le daba una solidez en su conciencia de ser Enviado a instaurar el Reino.
3.11.3 Abba, una nueva relación Uno de los grandes misterios o innovaciones que Jesús, realiza en el mundo judío es el designio de dirigirse a Dios como “Abba”. Esta misma innovación será una de las causas de su dificultad relacional con aquellos que le acusarán de blasfemo, ya que no creen o no se dan cuenta o no lo desean creer: él es el enviado, el Elegido, el Hijo de Dios, el Mesías.
Esta palabra entraña en sí misma un profundo sentido de afecto, de filiación, de cariño. “Abba” tiene la connotación de la relación de familia, reclamando Jesús, con dicho apelativo, una relación especial y distinta con Dios, lo ve (a Dios) como un Padre. Rompe con el esquema contemporáneo que los judíos mantienen con
55
el que les ha escogido como pueblo. En su relación con Dios presenta una nueva perspectiva, una arista desconocida por la ceguera legalista y ritual, en la que
El derribó todos los muros, de lo sacro y de lo profano, de las convenciones, del legalismo, de las divisiones entre los hombres y entre los sexos, de los hombres con Dios, porque ahora todos tienen acceso a El y pueden decir “Abba, Padre” (Ef 3, 18). Todos son hermanos e hijos del mismo Padre. La originalidad de Jesús consiste pues, en poder alcanzar aquella profundidad humana que concierne indistintamente a todos los hombres.63
Lanza a la humanidad misma a una nueva dimensión de relación con el Otro, algo que solamente Él podía realizar por su unión con el Padre al sentirse hijo con una misión específica y única con la humanidad.
El proyecto que Jesús presenta, nace de una convicción que hace vida.
El
proyecto del Reino que propone “nacía de una profunda experiencia de Dios, vivido como el sentido absoluto de toda la historia (reino de Dios) y como Padre de bondad y amor infinito para con todos los hombres, especialmente los ingratos, los malos, los marginados y perdidos… tiene su último fundamento en esa nueva experiencia de Dios.”64 Un Dios al que trata de transparentar con el amor y el perdón: raíces de entendimiento totalmente diferente y con mucho para darse alos demás.
63 64
Boff, 19774, p. 110–111 Boff, 19812, p. 316.
56
3.11.4 Abba, llevar a cabo su voluntad Jesús habla con Dios y de Dios, sus palabras y gestos son considerados blasfemia (Mc 2, 7, Jn 5, 18, Jn 7, 29, Jn 8, 58, Jn 10, 30).
Los grupos contarios a Jesús ante Pilato le acusan de agitar de la gente, de proclamarse y tener actitudes de Mesías (que iría en contra de Roma) como liberador político, que incitaba al pueblo a la subversión…, pero en realidad Jesús trata de alejarse de todas estas situaciones que le coloquen como el Mesías que se esperaba. Desea que su vida se interpretada con relación a sus nexos con el que le ha enviado y con lo que hace: sus gestos y señales, el Reino de Dios, una relación diferente que parte del amor.
“Mc conserva todavía su formulación aramea: “Elohi, Elohi, ¿lamá sabactaní? ¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me ha abandonado?!” (Mc 15, 34). Cristo vivió en una intimidad sin paralelo de su Dios, llamándolo Abba, tú, mi querido padre, en nombre de ese Dios, predicó el Reino de Dios y confesó continuamente su fe en él.”65
Jesús sabe que en el proceso de irrupción del Reino es determinante su presencia y participación. Por eso, la íntima relación que mantiene con el Padre es una relación que procura realizar su voluntad. Deposita su confianza en el Padre, espera en Él. Jesús no conoce exactamente hasta el fin de su vida si implica
65
Boff, 19774, pp. 123-124.
57
únicamente grandes dificultades su predicación, o si llegará hasta la muerte, sino hasta el momento mismo de la muerte.66
Cristo acepta la injusticia de su muerte como voluntad del que le envía porque confía en el Padre y en Él había depositado su confianza, como se ha indicado, durante toda su vida. Esto pese a que sus discípulos le han abandonado en un momento crítico, huyen, se disuelve y se dispersa su comunidad. La comunidad tiene miedo que les suceda lo mismo que su líder. Ellos temen padecer el fracaso de su Mesías. “La frustración de los discípulos es atestiguada por los jóvenes de Emaús: ‘Nosotros esperábamos que sería él el que iba a librar a Israel’ (Lc 24, 21).”67 Para ellos el proyecto del Mesías (el Reino) ha llegado a su fin y no hay nada más que hacer.
La opción que realiza por los que son olvidados y marginados es una actitud del Padre que encarna en su proceder. Se hace presente con personas que nadie se hacía presente (enfermos, mujeres, niños, paganos…). Se preocupa con ternura y con mucho aprecio: los toca, les habla, les acompaña, les escucha, los sana, los busca… “actitud amorosa del Padre…”68 Él no tiene nada que decidir o escoger, simplemente aboga por cumplir la voluntad del Padre, el que le envía. Busca ante todo el mantenerse en fidelidad a aquello que se le ha encomendado desde siempre: los marginados. Cf. Boff, 19812, pp. 126-128. Boff, 19774, p.129. 68 Boff, 19812, p. 29. 66 67
58
3.12 Obras y actos del Reino
3.12.1 Él es el Mesías, en sus actos se realiza el Reino La centralidad del anuncio del Reino es primordial para Boff. Este anuncio es la expresión de la vida presente entre la humanidad del Proyecto de Dios.
Se
manifiesta que la espera del Reino, por ende la espera del Mesías, ha terminado, se inaugura una nueva era: la era del Reino, el bienestar humano se clarifica.
Las obras de Jesús son la mejor expresión del Reino. Los milagros son los que demuestran su divinidad: resurrecciones, curaciones de enfermos, devuelve la vista a los ciegos, hace caminar a los paralíticos, sana leprosos, ayuda a los posesos, multiplica alimentos…69 estos son milagros y signos presentes y vivos de la presencia del Reino de Dios entre la humanidad: presencia salvífica del plan divino de Dios en la historia.
Los evangelios narran los milagros como resultado de una situación real que es verazmente testimoniada por la comunidad y son el reflejo de la misma por la Palabra de Jesús, no responde a ningún tipo de magia o sortilegio conocido o utilizado en la época.
Estos testimonios de fe se manifiestan como testimonio que remarcaron o acentuaron la personalidad divina y salvífica de Jesucristo. Los milagros de Cristo 69
Boff, 19834, p. 68.
59
lo que muestran, más allá de su divinidad, es la cercanía y presencia del Reino de Dios que inicia a forjarse dentro de la sociedad. Llevan hacia la renovación70 de un cosmos que ha perdido mucho por las enfermedades, los pecados.
Los
milagros son la cura para que el Reino se pueda manifestar en su plenitud, Jesús es la cura de las enfermedades y es el mismo Reino de Dios presente en medio de la humanidad.
3.12.2 Coherencia con lo que proclama “Conociendo lo que Jesús experimenta y vive en su propia sangre puede afirmarse que Él mismo se sitúa dentro de aquellos justos y profetas que sufrieron la injusticia y fueron asesinados”71 a causa de proclamar y anunciar la llegada de algo totalmente distinto en una sociedad manchada por lo que podríamos denominar un fanatismo religioso exacerbado.
“Esa llegada inminente, esa intuición, que es el proyecto-misión de Jesús, resultado de una profunda experiencia de Dios vivido como el sentido absoluto de toda la historia”72, en otras palabras, es el Reino de Dios que manifiesta en sí al Padre bondadoso y amoroso, misericordia eterna para la humanidad entera.
70
4
Cf. Boff, 1983 , p. 68. Boff, 19803, p. 63. 72 Ibídem 71
60
Este concepto estaba limitado, pero tal limitación en ningún modo excluía una única conciencia intuitiva de una relación única con Dios y de una misión única hacia los hombres.
No son conceptos o vías separadas. Son formas
complementarias del crecimiento y determinaciones mesiánicas.
Estas darán
forma y cuerpo a lo que las profecías del Antiguo Testamento muestran o exaltan sobre él. Esta es en realidad “una conciencia de un ministerio único para con los hombres” y esto “supone una conciencia de una relación única con Dios.”73
Él sabe que el Reino ha iniciado porque “él mismo ya pertenece al Reino.”74 Con su Palabra y con los signos que realiza el Reino se hace palpable y presente, asimismo él se hace presente como el Mesías que realiza grandes obras y que viene con gran poder.
Y Jesús hace hincapié en la conversión como una exigencia del Reino. El texto de Mt 18, 3 “no tiende a exaltar la inocencia natural de los niños. Cristo no es ningún sentimental romántico. El punto de comparación reside en otro lugar: así como el niño depende totalmente de la ayuda de los padres y nada puede por sí solo, de la misma manera el hombre, ante las exigencias del Reino.”75 En Jn 3, 13 (“El que no nace de lo alto no puede ver el Reino de Dios”) exige con urgencia una nueva forma de ver el mundo, una nueva forma de pensar y de actuar para que se dé plenamente el Reino de Dios. Boff, 19812, p. 134 Boff, 19774, p.75. 75 Ibídem, p. 83-84. 73 74
61
Para Boff76 Jesús pide la conversión para que el amor que da en la cruz se haga presente, como medio para patentizar el Reino; y para ello es necesario “hacer el amor la norma de vida y de conducta moral” y esto “es algo dificilísimo para el hombre”.
3.12.3 La justicia: nuevo orden del Reino “Él se entiende como el anunciador de un orden nuevo que será introducido en breve por Dios.
El mismo es el Reino ya presente y la pertenencia al Reino
depende de la aceptación o rechazo de su persona.”77
Por eso exige la
conversión, el cambio del hombre viejo por el hombre nuevo. “Los evangelios, en su redacción actual, evidencian que Jesús conocía su destino fatal. Tres veces profetiza sus sufrimientos (Mc 8, 31; 9, 31; 10, 32-34)”78 como parte del crecimiento en su autoconocimiento personal como enviado y ungido.
El Salmo 72 nos presenta el Reino de Dios como justicia. Según Boff, Jesús a través del amor supera toda justicia y el Reino se hace presente de forma distinta por el amor, veamos:
El amor exigido por Cristo supera ampliamente a la justicia. La justicia, en la definición clásica, consiste en dar a cada uno lo que es suyo. Lo suyo, lo de cada uno supone, evidentemente, un sistema social previamente dado. En 76Ibídem,
p. 60. Ibídem, p. 126. 78 Ibídem 77
62
la sociedad esclavizante, dar a cada uno lo que es suyo, reside en dar al esclavo lo que es suyo, y al señor lo que es suyo; en la sociedad burguesa, dar al patrón lo que es suyo y al operario lo que es suyo; en el sistema neocapitalista, dar al magnate lo que es suyo y al proletario lo que es suyo; Cristo con su predicación en el Sermón de la Montaña rompe con este círculo.79
“Las actitudes de Jesús deben ser seguidas por sus discípulos. Ellas inauguran en el mundo un nuevo tipo de hombre y de humanismo, que nosotros creemos es el más perfecto que jamás haya surgido, con capacidad para asimilar valores nuevos y extraños sin traicionar su esencia.”80 Es una nueva forma de ser y vivir. Ponen en el Reino sus esperanzas últimas y sus acciones se iniciarán a dirigir hacia el Reino.
Es un proceso el mismo Jesús y tras él sus discípulos van
adquiriendo lentamente el sentido de su mesianismo.
Jesús sabe que con él se inaugura el Reino, sabe que no es de carácter intimista, para un grupo reducido, lo entendiente más allá.
Jesús tiene conciencia de que con él la proximidad del Reino de Dios se está realizando, está abierto a todos: a los pecadores públicos como los cobradores de impuestos, con quienes come, a los guerrilleros zelotes, dos de los cuales pertenecen al grupo de los Doce, a los observantes de la ley como los fariseos, a las mujeres, a los extranjeros y a los niños.81
Esta universalidad de liberación, con la llegada del Mesías, se inicia la construcción del Reino de Dios. De tal modo que Jesús no anuncia, sino afirma
79
Ibídem, p. 87. Ibídem, p. 93. 81 Ibídem, p. 156. 80
63
que por su presencia y su actuación, ya está presente el Reino (Mc 1, 15) y que sobrepasa las expectativas del momento histórico.
“El reino… pone en crisis los intereses regionales e inmediatos, religiosos, políticos y sociales.”82
Esta puede ser una de las causas del por qué las
autoridades del momento se sienten incómodos con la acción y predicación de Jesús, no es un discurso o testimonio que gusten, porque cuestionan las prácticas que provocan mayor acomodamiento.
Jesús se alista para liberar oprimidos concretos. Y propone alternativas que sólo él puede proponer: los que sufren son los felices (ese es el nuevo orden). El Mesías tiene el reto de hacer justicia para los grupos marginados, porque la injusticia no cabe dentro la perspectiva del amor en que debe vivirse el Reino. Es así como cada uno de los actos de Jesús son concreciones históricas del Reino.
Jesús no se presenta como un revolucionario empeñado en modificar las relaciones de fuerza imperante,… ni como predicador interesado sólo en la conversión de las conciencias… anuncia un sentido último, estructural y global, que va más allá de todo lo factible y determinable por el hombre.83
Lo que anuncia choca inmediatamente con los intereses de los grupos dominantes:
82 83
intereses
sociales,
políticos
Boff, 19812, p.27. Ibídem, p. 304.
64
y
religiosos.
No
satisface
inmediatamente, convoca o llama a una dimensión que va más allá del ya, va hacia lo trascendente: el Reino de Dios, un Dios que sólo sabe amar.
3.12.4 Mesías: la humanidad era lo suyo Hablar de la humanidad de Jesús es ir un paso más allá del Jesús histórico, porque pasa de ser el hombre Jesús descrito por la ciencia a la experiencia del Jesús hombre. “Los evangelios nos permiten hablar de él en un sentido muy humano. La fe nos dice que en él ‘apareció la bondad y el amor humanitario de nuestro Dios’ (Tit 4, 3).”84 “Jesús vivía en la fe… e iba descubriendo poco a poco, pero con una nitidez cada vez mayor la voluntad de Dios.”85 “En cada fase de su vida, Jesús revelaba a Dios bajo un nuevo aspecto, porque cada fase evidenciaba su correspondiente desarrollo.”86 Es un proceso que va unido a su crecimiento como persona. No podemos desvincular su existencia divina del proceso evolutivo del crecimiento humano.
Citando a Gregorio Nacianceno Boff nos dice: “si el logos no asumió el espíritu humano, éste no fue redimido”87. El conocimiento de la humanidad necesita la real encarnación. “Dios tomó realmente parte en nuestra condición humana y asumió 84
Boff, 19832, p. 110. Ibídem, p. 128. 86 Ibídem, p. 210. 87 Ibídem, pp. 196-197. 85
65
nuestros más profundos anhelos.”88
Por ello Jesús plenifica los anhelos y
esperanzas y puede liberar las limitaciones humanas del pecado. “El mensaje de Jesús es un mensaje radical y absoluta liberación de la condición humana con respecto a todos sus elementos alienantes.”89
Jesús es liberador, pero está circunscrito a una realidad específica que le interpela y que no puede pasar desapercibida. Ha conocido lo humano en profundidad porque asume y lleva su humanidad a plenitud, por ello “sus palabras y actitudes revelan a alguien liberado de las complicaciones que los hombres y la historia del pecado habían creado.”90 Con ello Boff afirma que “la originalidad de Jesús consiste, pues, en que fue capaz de alcanzar aquella profundidad humana que atañe indistintamente a todos los hombres.”91
Boff señala que Jesús es liberador y que es muy humano. Esto se concreta en su relación y ligazón con las personas y con Dios.
“Del testimonio de los
evangelios… se desprende que la existencia de Jesús fue una existencia totalmente orientada y vivida para los otros y, especialmente, para el Gran Otro
88
Ibídem, p. 75. Ibídem, p. 95. 90 Ibíd. 91 Boff, 19832, p. 110. 89
66
(Dios).”92 Descubre que, desde lo cotidiano, Mesías es esa orientación de su vida a los hombres y a Dios, en quien descubre la humanidad más profunda.93
La radicalidad de la humanidad de Jesús se expresa en su vida94 y es eso mismo lo que exige a quienes le siguen. Citando a J. Ratzinger señala: “No es verdadero cristiano el miembro confesional del partido sino aquel que se tornó realmente humano por su vivencia cristiana. No aquel que observa de manera servil un sistema de normas y de leyes ricamente con miras a sí mismo, sino aquel que se tornó libre para la simple bondad humana.”95 Hay una postura y opción clara que parte de la realidad contextual en la que se vive, forjando así la experiencia e identidad humana y divina de quien la vive, en este caso, la de Jesús.
“Jesús vino a lo que era suyo –la humanidad–”.96 Y en ella se descubre como el Mesías. Es así, como se consagra como “la permanente e incómoda memoria de lo que deberíamos ser y no somos, la conciencia crítica de la humanidad que hace que ésta no se contente jamás con lo que es y con lo que logrado conquistar… caminar y hacer realidad capaz de manifestar la insondable armonía de Dios todo en todas las cosas (cf 1 Cor 15, 28).”97
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Ibídem, p. 205-206. Cf. Boff, 19832, p. 205. 94 En su obras, en su relación con los demás, en su relación con Dios, en la relación consigo mismo… como se ha señalado en los apartados anteriores. 95 Boff, 19774, p. 258, citando a J. Ratzinger de “Introducción al Cristianismo. 96 Ibídem, p. 197. 97 Ibídem, p. 258. 93
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Conclusiones Sobre la conciencia mesiánica de Jesús podemos argumentar lo siguiente:
1. Que hay claridad respecto al tema sobre las mismas palabras de Jesús en relación al mesianismo.
Lo cual es que no se puede afirmar
categóricamente que Jesús se autodenominó como el Mesías. Las fuentes escriturísticas no permiten llegar a dicha conclusión en vistas de que no representan un legado histórico como tal, pero sí como una interpretación y valoración teológica que la comunidad hace de Jesús.
2. En relación con lo descrito arriba, Jesús, la Palabra encarnada, vive en su propia existencia la experiencia del crecimiento evolutivo. Su conciencia de ser el Ungido no se da por generación espontánea. Lo que va viviendo, predicando, actuando… le van configurando lo que va manifestando con sus propios actos. Indudablemente se sabe que tiene una misión única con la humanidad, se reconoce en una relación totalmente distinta con Dios, en fin, se sabe el Mesías.
3. Jesús conoce, por su misma formación judía, lo que el pueblo espera del Mesías, que se espera al Mesías.
Él no responde a esa esperanza
mesiánica de la forma tradicional: sacerdote, rey o profeta.
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Lo hace
diferente, sin gloria. Se cumplen Él las promesas hechas en el Antiguo Testamento.
4. Si Jesús se aleja de aquello que los judíos esperaban, mantiene algo fundamental: El Reino. Este Reino es Él mismo, es parte de él y sin Él no se puede dar. No es una manifestación meramente política, trasciende las fronteras, las culturas, las religiones, las personas… lleva y hace presente esa paz y justicia esperada y más… lleva a la vida eterna, lleva al Padre.
5. La relación de Padre e Hijo manifestada entre Dios y Jesús hablan de un referente existencial que transforma lo que se realiza. No solamente es de palabra, los actos demuestran que la filiación es cierta y que ella misma permite descubrir que es enviado, por el Padre. El cumplir la voluntad del Padre es signo de salvación para la humanidad.
6. No se puede olvidar la importancia que se destaca en cuanto a que el título Mesías es una atribución post pascual. Es el reflejo de una comunidad después de la resurrección. Este y otros títulos lo que afirman es lo que con su vida Jesús manifestó hasta el momento de entregar su vida en la cruz.
Hasta aquí subyacen las tendencias de la cristología moderna en cuanto a la conciencia mesiánica de Jesús. Ahora bien:
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7. En Boff, hablar de Mesías es hablar del Reino, como ya se indicó, pero además de la liberación. Jesús se enfrenta con el sistema para buscar la liberación estructural.
Jesús se enfrenta con los demonios para la
liberación de la persona. Jesús se enfrenta con sus discípulos para liberar del prejuicio. Jesús siendo el Mesías hace presente el Reino de Libertad.
8. La libertad que expresa Boff es la manifestación, plena, del amor del Reino Dios actuando en Jesucristo. Las “liberaciones parciales” son la muestra de la actitud amorosa del Padre en la acción salvífica de Jesús. Acoger esta liberación exigirá necesariamente la conversión del corazón del ser humano.
9. Jesús no responde a ninguna de las representaciones mesiánicas de su tiempo. Toma la figura del Mesías fracasado. Él es el Siervo sufriente que encarna las angustias del pueblo latinoamericano que vive bajo la opresión, como lo vivía el pueblo judío en manos del Imperio Romano.
10. No es casualidad dicha representación (Siervo Sufriente), ya que la misma es una respuesta escatológica que se actualiza en una respuesta política que se muestra en el mensaje de liberación y de irrupción del Reino, un nuevo reino en el que las cosas son distintas y todo se renueva a favor del
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empobrecido y desamparado.
El Siervo Sufriente hace una opción
preferencial por los pobres.
11. La lectura que las comunidades primitivas hacen de la vida de Jesús lo hacen presente con sus actos, no basta con proclamar a Jesús la experiencia de vida es la experiencia del Evangelio. Hay opciones claras por la justicia y la solidaridad, siguiendo las enseñanzas que el mismo Cristo les ha legado.
12. Las obras que nos relatan los evangelios y las primeras comunidades son los gestos de que el Reino trae la justicia y la igualdad en mundo que es dividido y explotado por quienes tienen el poder.
El Imperio es el que
corrompe a la sociedad como tal y es a éste a quien se debe juzgar y desmantelar.
13. Las repuestas que ofrece con su cristología sobre la conciencia mesiánica son repuestas directas y actualizadas del actuar de Jesús al mundo de los años 70’s y 80’s. Reflejan que la conciencia de Jesús no es un mero hecho sobre natural. Es un hecho que se conforma y consolida por su realidad, sus actos, su relación con el mundo y su relación con Dios. No puede callar ante las situaciones de injusticia que vive su pueblo.
La comunidad
primitiva reconoce esto y lo proclama. Él es Mesías porque trae consigo el Reino de Dios con sus actos.
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14. Boff nos presenta a un Jesús que se preocupa por la persona y que desea su salvación y que viva en dignidad. Hacia esta perspectiva se dirigen sus respuestas y sus actos. Muestran que su mesianismo está impregnado de humanidad y bondad, mostrando una forma nueva de liberar en íntima relación con los que le rodean y con Dios que le envía y de quien cumple su voluntad.
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Creo en Jesucristo quien como sólo hombre nada podía realizar. Y también nosotros nos sentimos así. Que luchó para que todo cambiara y fue por eso ejecutado. Esto es criterio para comprobar cuán sofocada nuestra imaginación, desorientado nuestro esfuerzo, porque no vivimos como él vivió. Y hasta tememos cada día que su muerte haya sido en vano, porque lo enterramos en nuestros templos y traicionamos su revolución, medrosos y sumisos ante los poderosos del mundo. Y olvidamos que resucita en nuestras vidas para que nos liberemos de prejuicios y prepotencias, del miedo y del odio, y llevemos adelante su revolución hacia el Reino. D. Sölle
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Referentes de consulta c) Bibliográficos 1. Boff, Leonardo. (19774) Jesucristo el Liberador. España. Sal Terrae, Presencia teológica. 2. Boff, Leonardo. (1981) Jesucristo y la liberación del hombre. España. Ediciones Cristiandad. 3. Boff, Leonardo. (1980) Pasión de cristo – Pasión del mundo. España. Sal Terrae, Colección Alcance. 4. Brown, R. (1973) Jesús, Dios y hombre. Santander. Editorial Sal Terrae. 5. Brom, J. (1973) Historia Universal. Argentina. Editorial Grijalbo. 6. Jeremías. J. (1983) Las parábolas de Jesús. Madrid. Cristiandad. 7. Gonzáles, José. Sígueme.
(19787)
Acceso a Jesús.
Salamanca.
Ediciones
d) Electrónicos
1. Ellacuría, I. (s. f.) DIMENSIÓN POLÍTICA DEL MESIANISMO DE JESÚS. http://www.geocities.com/teologialatina/
2. Boff. L. Diversos temas de escritos y biografía. www.leonardoboff.com.
3. Pujol. (s. f.) Teología fundamental: Jesús de Nazart es el mismo que el Jesús de la fe. http://perso.wanadoo.es/enriquecases/teologia_fundamental
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