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Apocalipsis
maya ¿Y después de 2012, qué? En los últimos meses, películas, libros e incluso importantes marcas comerciales se han encargado de que nadie esté ajeno al “fin del mundo” del 21 de diciembre de 2012. Mientras unos pocos se han preparado para un fin real, y otros para un importante cambio de ciclo a nivel espiritual, la mayoría contempla esta fecha con escepticismo, pues no parece que el mundo vaya a terminar antes de que acabe el año. Pero ¿cambiará algo a partir de esta fecha?, ¿estamos frente a una nueva oportunidad para mejorar?, ¿cuáles eran realmente las creencias de los mayas? En este reportaje desvelamos todas las claves alrededor de una de las fechas más esperadas de los últimos años. por Carlos G.Tutor y Olga Canals
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Milenarismo i hablamos de los mayas y sus referencias arqueológicas sobre el fin del mundo, casi todo nos lleva a Tortuguero, un yacimiento del estado mexicano de Tabasco que, seguramente, hubiera caído en el olvido si no fuera por una estela de piedra que se dio a conocer con un número: el 6. Esta estela, que mide alrededor de 2 m de alto y 90 cm de ancho, fue encontrada a finales de la década de 1950 cubriendo una tumba, y actualmente buena parte de ella puede verse en el Museo Regional de Antropología Carlos Pellicer Cámara, en Villahermosa, Tabasco. En la cultura maya la escritura se basaba en elaborados glifos –a menudo pintados en cerámica, códices o muros, o tallados en piedra o madera–, que tras años de estudio los expertos han logrado descifrar. Y la “Estela 6” está llena de estos símbolos, aunque la mayoría hablan de hechos que ocurrieron mientras estaba en el poder un gobernante llamado B’ahlam Ahau, intrascendentes si lo que interesa es el fin del mundo. Para ello, la clave se encuentra justo al final de la estela, condensada en unos pocos glifos que para muchos contienen una inquietante profecía. Por desgracia, estos símbolos finales están muy deteriorados, por lo que la “profecía” resultante está fragmentada y llena de interrogantes. Según la interpretación más aceptada (pues leer glifos mayas no es una ciencia exacta, sino que está sujeta a una importante interpretación subjetiva), la profecía dice: “El decimotercer B’ak’tun [unidad maya para medir el tiempo, que equivale a unos 144.000 días] acabará el 4 Ajaw 3 K’ank’in [21 de diciembre de 2012]. ¿? ocurrirá. El descenso ¿? del dios B’olon Yookte [dios de la mitología maya poco conocido, relacionado según las interpretaciones con la guerra y el inframundo o con el comercio] en ¿?”. Estas ambiguas frases han sido consideradas como una importante prueba arqueológica que confirmaría el hecho de que los mayas creían que el fin del mundo ocurriría el 21 de diciembre de 2012 y han servido de base para llenar miles de páginas con teorías catastrofistas. Guerras, terremotos, tsunamis, tormentas solares, una inversión de los polos, un aceleramiento del cambio climático o la colisión de un meteorito son solo algunas de las opciones propuestas durante los últimos años como escenario final de nuestra vida en el planeta. Y, aunque pueda resultar difícil de creer, estas hipótesis han conseguido tener la aceptación de una parte de la sociedad.
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La “Estela 6” de Tortuguero, donde supuestamente se menciona el fin del mundo.
LAS SIETE PROFECÍAS MAYAS
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Una interpretación subjetiva
Las famosas siete profecías mayas advierten de un período de oscuridad entre 2005 y 2012 en el que se producirían grandes catástrofes, un cambio radical de la especie y modificaciones en el clima y en los valores éticos y morales. También hablan de la aparición de un cometa que pondría en peligro la existencia del ser humano
y de una transformación consciente y positiva, ligada a una época de paz y bienestar, después de todo esto. Durante los últimos años se ha hablado mucho de ellas y de sus supuestos e impresionantes aciertos, pero si rastreamos su origen parece que estas profecías son más modernas de lo que se pudiera esperar y
que guardan poca relación con los mayas. El arquitecto colombiano Fernando Malkún fue quien las popularizó en una serie de documentales que hizo en 1999 para la televisión, pero desafortunadamente nunca ha proporcionado evidencias arqueológicas que permitan comprobar su veracidad. Todo ello hace pensar que seguramente estas profecías sean una interpretación subjetiva basada en creencias personales y en otras predicciones, como las de los indios Hopi, por lo que carecen de credibilidad y no pueden tomarse en cuenta. Según el arqueólogo Miguel Rivera, “las únicas profecías mayas son las que están en textos coloniales como los Libros de Chilam Balam, y se refieren a cuestiones económicas y políticas de esos tiempos; nada que tenga que ver con el fin del mundo”.
PREPARÁNDOSE PARA LA CATÁSTROFE A principios de este año, Ipsos (el mayor instituto independiente de investigación de mercados) publicó los resultados de una encuesta realizada entre más de 16.000 personas de 21 países. Según estos, una de cada siete personas cree que el
La profecía maya sobre el fin del mundo se basa en las inscripciones de la “Estela 6” de Tortuguero, que se encuentran sumamente fragmentadas y que, según los expertos, pueden ser objeto de muy diversas interpretaciones. 20
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mundo va a acabar a lo largo de su vida y una de cada diez cree que el calendario maya marca el final del mundo en diciembre de 2012. Cuando MÁS ALLÁ pregunta sobre estas cifras a Keren Gottfried, responsable de la encuesta, nos comenta: “Es sorprendente, y resulta muy curioso que los más jóvenes de 35 años estén estadísticamente más de acuerdo, quizá porque creen que tienen más que perder, ya que les quedan más años por vivir”. Una rápida búsqueda por Internet sirve para comprobar cómo muchas personas y grupos llevan tiempo preparándose para una catástrofe planetaria: algunos acumulan reservas de agua y alimentos, otros trazan rutas para escapar de las ciudades en caso de emergencia, e incluso las ventas de búnkeres se han elevado en los últimos meses. Según el periodista Javier Pérez Campos, autor del libro 2012: Los enigmas del Apocalipsis maya, “la demanda de búnkeres en 2010 había aumentado ya un 20%”, y en España son unos 700 los hogares que cuentan con algún tipo de búnker. En otros países, como Estados Unidos, estas cifras se incrementan mucho más, e incluso hay empresas, como Vivos, que alquilan habitaciones en exclusivos búnkeres por precios que van desde los 35.000 a los 85.000 dólares. En una serie de doce documentales que está siendo emitida actualmente por National Geographic, Preparados para el fin del mundo, puede verse cómo algunos ciudadanos norteamericanos llevan su preparación hasta extremos insospechados, dedicando su vida casi única y exclusivamente a formarse para sobrevivir a las más
diversas catástrofes y convirtiendo sus casas en auténticos refugios inexpugnables, o entrenando muchas horas diarias para estar en forma cuando llegue el momento de escapar. En España, Supervivencia 2012 es uno de los pocos portales especializados en el tema, y cuenta con mucha información y una tienda donde se venden desde filtros potabilizadores de agua hasta tabletas hipercalóricas para sobrevivir durante un mes. José Antonio Pascual García, su propietario, nos explica que el interés y la compra de estos productos se han incrementado mucho. “Abrí la tienda en 2009 –recuerda– y en los últimos meses he llegado a tener hasta 10.000 visitas diarias”. En especial, la gente compra cosas básicas, como kits de emergencia o filtros de agua, aunque también hay quienes adquieren máscaras e indumentaria para sobrevivir a un ataque NBQ (nuclear, biológico, químico). Quizá este miedo extremo al fin del mundo pueda parecer irracional y desproporcionado, pero según el doctor Marcos Ruiz Soler, psicólogo de la Universidad de Málaga experto en Psicobiología y Metodología de las Ciencias del Comportamiento, esto es más normal de lo que pueda creerse. “El ser humano –dice– se ha adaptado especialmente bien al mundo que vivimos porque tiene dos capacidades sobresalientes, la capacidad de detectar asociaciones entre fenómenos y, por lo tanto, de aprendizaje, y la capacidad de modificar su comportamiento y su entorno para sobrevivir”. Esto explicaría, desde su punto de vista, “que el ser humano esté muy atento a todo aquello que pueda significar un peligro y que trate de eliminar
cualquier potencial amenaza, por lo que no es de extrañar que una amenaza tan importante, en caso de ser cierta, haya suscitado tantas reacciones para prepararse ante ella y así sobrevivir”.
MIEDO GLOBAL Otro elemento importante en este aumento de la preocupación por el fin del mundo, tal como explica Ruiz Soler, es el “factor contagio”. Según él, solo hace falta que un número muy pequeño de personas con las que nos relacionamos y guardamos vínculos importantes nos transmitan la información para que podamos “contagiarnos”. Y, tal como apunta, lo más curioso es que “traspasado un cierto umbral, un nivel crítico en la difusión de una creencia, esta se expande a extraordinaria velocidad afectando a casi todos”. Sin duda en esta ocasión Internet y las nuevas herramientas de comunicación y redes sociales han jugado un papel definitivo. En una era de inmediatez y sobresaturación informativa, donde todo el mundo puede colgar en la red lo que quiera y llegar a miles de personas, donde se tiende a creer sin contrastar ni poner demasiado en duda, el fin del mundo maya ha sido el primero en alcanzar unas dimensiones globales insospechadas y se ha instalado de forma permanente en el imaginario colectivo, hasta el punto de que colectivamente se ha aceptado su validez histórica ancestral sin problemas. Y, como suele ocurrir en estas situaciones, nos encontramos también ante casos extremos. José Miguel Cuevas, profesor de la Universidad de Málaga, psicólogo y especialista en grupos sec-
Muchas personas llevan tiempo preparándose para una eventual catástrofe planetaria, convirtiendo sus casas en refugios inexpugnables. Incluso las ventas de búnkeres han aumentado espectacularmente en países como Estados Unidos. 21
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Bugarach.
tarios, tema sobre el que ha escrito el libro Sectas: cómo funcionan, cómo son sus líderes, efectos destructivos y cómo combatirlas, nos explica que muchos de estos grupos se están aprovechando del presunto fin del mundo maya para “captar más adeptos y reforzar a los que ya tenían” y que se ha notado un recrudecimiento en su forma de actuar, como en el caso de Gnosis, de Ernesto Barón, que en su fatalista discurso dice lo siguiente: “Se aproximan tiempos terribles para la humanidad, que perecerá incuestionablemente ente el fuego y los terremotos. Los tiempos del fin han llegado, ya todo está perdido. La Humanidad está lo suficientemente madura para el castigo final”. En el sur de Francia, por ejemplo, la tranquilidad del pequeño pueblo de Bugarach se ha visto rota desde hace meses por la tensa espera de cientos de personas y grupos que llegaron creyendo que este es el único lugar en el mundo donde se podrá sobrevivir al 21 de diciembre, e incluso se han producido algunas alarmas relacionadas con la posibilidad de que haya suicidios colectivos en la zona.
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EL CALENDARIO MAYA Y LA PROFECÍA DEL... ¿FIN DEL MUNDO? Sin duda, esta ha sido durante años la cara más catastrofista y preocupante relacionada con el 21 de diciembre de 2012, pero, paradójicamente, también es la más alejada de los mayas, pues a excepción de la “Estela 6” de Tortuguero, cuya interpretación ha sido, además, recientemente cuestionada por investigadores de la cultura maya tan reconocidos como David Stuart, no se han encontrado referencias que aludan a ningún fin del mundo. Lo cierto es que, a pesar de todo, hace mucho tiempo que se sabe que los mayas no pronosticaron ningún fin, o al menos no hay evidencias arqueológicas de ello. La profecía maya del fin del mundo surge pues de la interpretación subjetiva de su calendario. Tal como nos cuenta Miguel Rivera Dorado, arqueólogo, profesor de la Universidad Complutense y fundador de la Sociedad Española de Estudios Mayas, “el calendario maya es una construcción teórico-matemática-astronómica de gran precisión, y es muy complejo, porque además tiene diferentes calendarios o cuentas del tiempo que son confluyentes”. Lo que conocemos como cuenta larga es un ciclo de unos 5.125 años, compuesto por 13 baktunes de unos 144.000 días cada uno. La cuenta actual empezó el 13 de agosto del año 3114 a.C. y termina el 21 de diciembre de 2012 (aunque esta es la fecha que goza de mayor consenso, hay investigadores que se decantan por el día 22 o el 23, en lugar del 21). Aunque pueda sorprender que los mayas trabajaran con tiempos tan largos, para Rivera esto es algo normal, pues ellos creían que “el tiempo tenía influencia
A través de Internet y las nuevas herramientas de comunicación, la idea del fin del mundo maya ha adquirido dimensiones globales insospechadas y se ha instalado en el imaginario colectivo. 22
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CAMBIO DE CONSCIENCIA Si contemplamos el tema desde esta vertiente, ya en 1975 Frank Waters vinculó en su libro Mexico Mystique: The Coming Sixth World of Consciousness el fin de la cuenta larga del calendario maya con un cambio de consciencia, aunque indicando una fecha equivocada que había sido establecida unos años antes por el arqueólogo Michael D. Coe: el 24 de diciembre de 2011. Pero sin duda fue el libro El factor maya, escrito por José Argüelles en 1987, el que más contribuyó a asentar esta idea de cambio global relacionada con el calendario maya. Doctor en Historia del Arte, poeta, artista, historiador visionario y armonizador cósmico, según se definía, escribió: “Estamos en un punto en el que solo nos faltan 26 años para la sincronización galáctica fundamental. O cambiamos nuestro ritmo ahora o perdemos la oportunidad”. Por ello, y para preparar el camino que quedaba por recorrer, fue el impulsor de la Convergencia Armónica de 1987, una especie de ceremonia planetaria que se desarrolló en lugares sagrados de todo el mundo, para que pudiera ocurrir un “momento unificado de sincronización colectiva”. En su último libro, Manifiesto por la noosfera, Argüelles sintetizó todos sus estudios y se centró en el concepto de “noosfera”, que plantearon por primera vez a principios del siglo XX Pierre Teilhard de Chardin y Vladimir Vernadsky. Para Argüelles no era casualidad que la gran crisis económica que se está viviendo coincida con el fin de ciclo del calendario maya, y esto reflejaría “la aceleración de la transición de la biosfera a la noosfera, un cambio geológico y psíquico en los cuatro
¿UN NUEVO CALENDARIO MAYA? Un pueblo obsesionado con el tiempo
TYRONE TURNER
/ NGS
Arqueólogo trabajando en el yacimiento de Xultun.
Hace apenas unos meses numerosos medios sorprendieron con titulares como Un nuevo calendario maya aplaza el fin del mundo o Nuevo calendario revela que no se acabará el mundo. Todos ellos se referían a un hallazgo realizado en 2011 por un equipo de arqueólogos en el yacimiento de Xultun, una gran ciudad escondida en la selva de Petén (Guatemala). En el muro de una pequeña habitación encontraron figuras humanas y glifos calendáricos pintados, relacionados con cómputos astronómicos, con tablas
basadas en el movimiento de la Luna, Marte y Venus. A pesar del revuelo causado y de las interpretaciones que se han hecho del hallazgo, Miguel Rivera asegura que casi a diario se producen descubrimientos mayas y que a menudo se llama “calendario” a algo que realmente no lo es, como ha ocurrido en esta ocasión. Según él, lo que se encontró en Xultun son “una serie de cálculos de fechas, dado que los mayas estaban muy obsesionados con el tiempo; cálculos y cómputos de tipo calendárico que los escribas mayas hacían y que eran
anotaciones que después servirían como referencia para hacer monumentos públicos permanentes”. Normalmente se hacían estos cálculos en papel, por lo que no se han conservado, y eso da importancia a este hallazgo por su rareza. No obstante, añade Rivera, “no es la primera vez que ocurre algo así, aunque esta es una inscripción más larga y rica en elementos, pero no hay ningún nuevo descubrimiento reciente que aporte algo más a lo que ya se sabía del calendario maya”.
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en la vida de las personas, y calculaban, auguraban y profetizaban de manera habitual, incluso a larguísimo plazo”. Cuando preguntamos a Rivera qué creían los mayas que podía pasar después de esta fecha, nos explica: “En diciembre termina un ciclo y empieza otro. Hay un cambio. ¿Qué consecuencias tenía la terminación de este ciclo para los mayas? Nadie lo sabe porque, según lo que se ha descubierto y sabemos hasta ahora de los mayas, ellos no lo dijeron, por lo que las consecuencias de este cambio se han interpretado en función a parámetros ajenos”. Como vemos, resulta difícil saber cómo concebían los mayas un acontecimiento que para ellos debía estar tan cargado de importancia como un cambio de ciclo, a causa de la prácticamente total falta de registros arqueológicos que hablen sobre ello. Por eso, la mayoría de teorías sobre las posibilidades que ofrece el cambio de ciclo se basan más bien en interpretaciones subjetivas, que mezclan conocimientos de la cultura maya con ideas new age, paradigmas espirituales y retazos de profecías y creencias de otras culturas.
El libro de José Argüelles “El factor maya”, publicado en 1987, contribuyó de forma decisiva a relacionar la idea del cambio global con el calendario maya. “O cambiamos nuestro ritmo ahora o perdemos la oportunidad”, escribió. 23
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Milenarismo mil millones de años de historia de la Tierra”. Además, continuaba diciendo, “podría ser que el 21 de diciembre de 2012 fuera precisamente la ‘temperatura’ de sincronización en el tiempo en el que la fase caótica e inconsciente de la vida biosférica se comenzara a transformar, a través de un acto de autorreflexión colectiva, en el estado armónicamente despierto de la noosfera”. La idea de Argüelles es que el hombre se ha extendido por la Tierra como un “enjambre de depredadores” y que hay que aprender a cuidar del planeta y de los demás, “algo que la humanidad aún debe demostrar que es capaz de lograr a gran escala”. Y añade: “Los mayas sabían que, según su ciencia del tiempo, comenzaría un nuevo ciclo, un nuevo rayo de sincronización se pondría en marcha, pero no antes de que el mundo hubiera entrado en su última crisis, su última purificación, trayendo consigo el fin de la historia. Solo entonces podría comenzar la regeneración de la Tierra de nuevo, con el amanecer de un nuevo ciclo, la noosfera. Pero realizar este gran momento es una tarea que corresponde a toda la humanidad, individualmente y como colectivo. En la consecución de la iluminación planetaria, todo el mundo tiene un papel que desempeñar”.
Para ayudar a que todo esto ocurriera, Argüelles planteó una nueva Convergencia Armónica para 2012, concebida como “un intento sincronizado y unificado para activar conscientemente la noosfera”. A pesar de que él no podrá ver los resultados, pues murió el 23 de marzo de 2011, son muchos los que siguen sus pasos e intentarán dar este salto consciente hacia un nuevo estado.
UN SALTO EVOLUTIVO En Guatemala, por ejemplo, un programa promovido por los ancianos mayas queqchi, de la comunidad copalaa, ha coordinado meditaciones sincronizadas cada 13 días y una gran ceremonia del fuego cada 52 hasta el 21 de diciembre, con el objetivo de “desatar seis nudos astrales” que supuestamente bloquean la energía de la Tierra. El centro de reiki y terapias alternativas Faro de Luz, de Madrid, se ha preparado durante meses para “atravesar el portal 21.12.2012” mediante ejercicios, visualizaciones y meditaciones con el objetivo de prepararse para “el cambio planetario y personal, contribuyendo a elevar la vibración del colectivo”. Para María Aurelia Cascón, Mara, terapeuta holítisca, maestra de reiki y fundadora del centro, estamos ante “un cambio a nivel energético y espiritual que se va a manifestar con
mucha más armonía”. Mara cree que el 21 de diciembre es un punto intermedio de un período de 50 años y que justo en esta mitad hay un salto de portal y se va a quedar atrás quien no pueda pasar al siguiente, porque estos serían meses cruciales para el ser humano en los que cada uno debería elegir en qué nivel de consciencia quiere resonar. Este cambio, nos asegura, será posible porque “el Sol está amaneciendo, entrando en un nuevo día; se está alineando con el centro de la galaxia y recibiendo energía”.
ALINEMIENTO SOL-TIERRA De hecho, este alineamiento del Sol y la Tierra con el centro de la galaxia es un importante argumento que esgrimen quienes creen en un cambio a nivel global, aunque los científicos dicen que esto es algo común y sin efectos. Según nos explica el astrónomo Borja Tosar, “el alineamiento con el centro de la galaxia es algo que ocurre cada año y no tiene consecuencias”. La NASA, en una relación de preguntas que publicó en su página web sobre el año 2012 y el fin del mundo por el elevado número de consultas que recibía, añadía además que el 21 de diciembre de 2012 ni siquiera será el mejor día de esa alineación.
José Antonio Pascual.
Borja Tosar.
José Miguel Cuevas.
Helen Flix.
ARCHIVO ALBERTO RUZ
EXPERTOS
Miguel Rivera Dorado.
Llewellyn Vaughan-Lee.
José Argüelles.
David Choquehuanca.
Mientras los científicos aseguran que no hay razones objetivas para esperar catástrofe alguna, los seguidores de la Nueva Era creen que podríamos hallarnos a las puertas de un cambio de consciencia colectivo. 24
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Pero a pesar de que esta alineación no tenga efectos científicos comprobados, sí es cierto que para muchos es un factor importante y que cada vez son más las personas que creen que un cambio es necesario y va a ocurrir. Para Helen Flix, psicóloga, experta en medicina tibetana y directora de L’Espai Sundance, “estamos en un momento muy especial de la Historia, donde la humanidad occidental está repitiendo errores del pasado”. En este sentido, Flix piensa que el hombre no ha superado uno de sus “venenos”: la codicia y ser insaciable, algo que parece claro si se piensa que el 1% de la población acumula el 99% de la riqueza del mundo. “Por eso –nos explica Flix– es normal que estemos divididos entre los que esperan lo peor y un milagro que les salve y los que asumimos nuestra responsabilidad dentro de esta situación y buscamos mecanismos de cambio personales que conduzcan a un cambio colectivo”. Respecto a lo que pueda ocurrir después del 21 de diciembre, Flix añade que desde el punto de vista de la astrología budista tibetana, el 14 de diciembre de 2012 comienza el año astrológico tibetano 2140, correspondiente a la Serpiente de Agua. “Los años de la Serpiente no son nunca tranquilos; sucesos mundiales catastróficos o inesperados pueden producirse –comenta–. Pero los años de Agua son prósperos para el cambio y la comunicación, y debido a esta combinación las catástrofes serán menos activas o agresivas. Individualmente es tiempo de tomarse un respiro para reflexionar sobre el futuro”. En la misma línea de reflexión y transformación se encuentra Ervin Laszlo (MÁS ALLÁ, 189), fundador del Club de Budapest, una organización internacional que pretende ser un catalizador para la transformación hacia un mundo sostenible. Laszlo planteó hace unos años la teoría del “punto de caos”, según la cual el mundo se acerca cada vez más a un punto en el que solo quedará decidir entre ser más sostenibles o destruir la civilización. Para él, este momento es inminente, y ya no hay más tiempo para decidir. Peter Rusell, autor de libros sobre el despertar espiritual y el futuro de la humanidad, también admite que es necesario un cambio. “Cuando miramos lo que está ocurriendo actualmente es posible que sintamos la tentación de ridiculizar la idea de un despertar espiritual colectivo –escribe–. Pero creo que es posible un cambio positivo. Si podemos desarrollar la sabiduría necesaria para abrirnos camino a través de estos tiempos turbulentos, el potencial que se abre ante nosotros es asombroso e inimaginable”. Actualmente nos encontramos con grupos, como la Iniciativa Coherencia Global, que trabajan para descubrir hasta qué punto llega este potencial que menciona Rusell. Esta organización promociona la unión global de miles de perso-
ALGUNOS TÍTULOS IMPRESCINDIBLES En los últimos años han salido cientos de libros relacionados con los mayas y el año 2012, por lo que la literatura sobre este tema es muy amplia y variada. Los siguientes son algunos de los títulos más recientes y abordan el tema desde diferentes perspectivas: 2012, los enigmas del apocalipsis maya (Javier Pérez Campos. Oberón, 2012) Una visión periodística que hace un repaso global al “fenómeno 2012”, sus inicios y sus consecuencias, a otros fines del mundo y a las posibles amenazas a las que se enfrenta nuestro planeta.
El misterio de 2012 (VV. AA. Arkano Books, 2008) Una recopilación de textos de autores como José Argüelles, John Major Jenkins, Peter Russell o Ervin Laszlo que se acerca al 2012 desde el punto de vista espiritual, económico, ecológico y científico.
Los mayas (Nikolai Grube. H. F. Ullmann, 2011) Obra en la que el reconocido autor muestra el desarrollo de la cultura maya desde sus orígenes en aspectos como el arte, la religión, los conocimientos científicos y también en su vida cotidiana.
Manifiesto por la Noosfera (J. Argüelles. Edaf, 2012) La última obra que escribió Argüelles, en la que condensa el resultado de todos sus años de investigación y habla del salto hacia la noosfera.
21/12 (D. Thomason. Umbriel, 2012) Una novela sobre el tema. Trata de un códice maya que habla del fin de la civilización y que podría esconder la clave para erradicar una grave epidemia.
El prestigioso filósofo de la ciencia Ervin Laszlo alerta de que el mundo se acerca cada vez más a un punto en el que solo quedará decidir entre ser más sostenibles o destruir la civilización. Según él, ese momento es inminente. 25
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Milenarismo nas para cambiar la consciencia y dar un paso desde la inestabilidad y la falta de armonía hasta el equilibro, la cooperación y la paz. Su teoría principal es que toda la materia viva está conectada y los humanos pueden influir las emociones y consciencia colectivas a través de campos biológicos y electromagnéticos. Por ello, según sus planteamientos, si se consiguiera crear un campo mental humano orientado a cambiar la consciencia planetaria, se podría lograr la activación de la noosfera.
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PROYECTO CONCIENCIA GLOBAL
LOS HOMBRES DE MAÍZ Fin de una era
En el Popol Vuh (arriba), una recopilación de leyendas mayas, se cuenta que al principio los dioses crearon el mundo y decidieron llenarlo con los animales, pero como estos no eran capaces de adorarlos los condenaron
a comerse unos a otros y crearon unos seres de barro. Estos seres, no obstante, eran frágiles e inestables, y tampoco lograron alabarlos. Entonces crearon hombres de madera, pero eran imperfectos y carentes de sentimientos, y tampoco sabían dirigirse bien a ellos. Finalmente, los dioses crearon los hombres de maíz y les otorgaron toda la sabiduría, pero al darse cuenta de que estos hombres los igualaban en conocimiento les echaron “un vaho sobre los ojos”. Así, los hombres de maíz “solo pudieron ver lo
que estaba cerca, solo esto estaba claro para ellos, y así fue destruida su sabiduría y todos sus conocimientos”. Para algunos estudiosos, la era de los hombres de maíz –a la que pertenecieron los mayas y a la pertenecemos nosotros también– llega a su ocaso con el final de 2012 y los dioses, que idearon un mundo que evolucionaba en espiral en pos de la perfección, buscarán esta vez un nuevo hombre, quizá más evolucionado espiritualmente, siguiendo de nuevo un ciclo de destrucción y continuidad.
Pero ¿es esto posible? Roger Nelson, coordinador del Laboratorio de Anomalías de la Universidad de Princeton (EE.UU.), está haciendo avances en este sentido mediante el proyecto Conciencia Global (MÁS ALLÁ, 222), un experimento que empezó en 1998 con la intención de “detectar posibles interacciones de la ‘consciencia global’ con sistemas físicos”. Para ello usan un programa informático que genera números al azar y que mantienen siempre en funcionamiento valiéndose de equipos instalados en diferentes puntos del planeta. Su teoría es que si, coincidiendo con algunos eventos multitudinarios, los números que se generan varían más allá de la probabilidad estadística, ello podría significar que la concentración colectiva afecta los resultados. De confirmarse, supondría que “la focalización de consciencias individuales, la suma de todos los pensamientos, se traduce en una fuerza que tiene un efecto sobre un instrumento material”. Hasta el momento, se han detectado correlaciones que podrían ir más allá de la casualidad en relación con el 11S o la muerte de Lady Di. Según Roger Nelson, eso significa que “lo que imaginemos juntos se manifestará de una forma sutil” y que, por lo tanto, “tenemos una enorme capacidad para cambiar el futuro”. A la espera de los resultados que pueda obtener el proyecto el 21 de diciembre, ideas como esta permiten pensar que quizá, más allá de que nos encontremos ante un fenómeno pronosticado por los mayas, un deseo de cambio se ha ido abriendo camino entre una parte de la sociedad durante los últimos años. Laura Castellanos, autora de 2012: Las profecías del fin del mundo, lo define de la siguiente manera: “2012 está rodeado de una gran cobertura mediática, pero parece que en la consciencia colectiva esta fecha le dice algo a la gente. Es una mezcla de todo: de los miedos, de las predicciones anteriores, de las esperanzas. Para mí simboliza la caída de las ideologías, porque la gente espera que un evento extraordinario sacuda, remueva, derrumbe lo que vemos a nuestro alrededor, aunque sea a costa de pérdidas, para que las cosas cambien”.
¿Puede la consciencia global influir en los sistemas físicos? Eso es lo que se ha propuesto demostrar el proyecto Conciencia Global, que ha obtenido algunos resultados sorprendentes. 26
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IMAGINANDO EL FINAL
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Asteroides, tormentas solares, tsunamis...
A raíz de la creencia según la cual los mayas pronosticaron el fin del mundo para 2012 han surgido numerosas teorías imaginando cómo sería este: una alineación de la Tierra y el Sol con el centro de la galaxia que causará grandes cataclismos, un cambio de los polos magnéticos de la Tierra, un tránsito de Venus con
consecuencias catastróficas, el choque de un asteroide o un planeta como Nibiru, una tormenta solar de gran magnitud, la aceleración del cambio climático, una crisis energética global, una guerra mundial, un incremento de fenómenos naturales como terremotos, tsunamis o huracanes, etc. Dada la gran proliferación de teorías como estas,
la NASA emitió un comunicado en el que indicaba: “No hay ninguna evidencia que pueda dar credibilidad a las voces que aseguran que hechos inusuales van a tener lugar en diciembre de 2012”. En él, descartaba fenómenos como un posible cambio en el eje de la Tierra o que algún planeta se aproximara peligrosamente.
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El doctor en Filosofía Llewellyn Vaughan-Lee va incluso más allá en la descripción de lo que nos rodea, y dice: “Hemos perdido completamente el respeto por nuestros propios cuerpos y por el cuerpo de la Tierra, y estamos contaminando sistemáticamente nuestro mundo, destruyendo el ecosistema del que depende nuestra supervivencia. Hemos creado un basurero físico y espiritual y nuestras propias almas y el alma del mundo están muriendo de inanición”. Estas palabras sintetizan muy bien un sentimiento colectivo que desde hace un tiempo se ha instalado en la mente de muchas personas que creen que nos encontramos en una fase crucial para la evolución del ser humano hacia una nueva etapa de consciencia. Cada vez son más quienes sienten que el mundo está pasando por un momento de profunda transformación social y ven –ya no solo en el 21 de diciembre, sino en los próximos años– una oportunidad única para despertar, para volver a empezar. Desastres naturales, guerras, amenazas nucleares, aceleración del cambio climático, pobreza o crisis económica; estos son solo algunos de los problemas a los que nos enfrentamos actualmente y que parecen recrudecerse cada vez más. El pasado mes de agosto el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, David Choquehuanca, hizo unas sorprendentes declaraciones en relación al calendario maya: “El 21 de diciembre de 2012 es el fin del egoísmo, de la división, tiene que ser el fin de la Coca-Cola, y el comienzo del mocochinche [refresco de durazno]. Es el fin del capitalismo y el comienzo del comunitarismo. Estamos viviendo la Macha, la oscuridad, el egoísmo, el individualismo, la división; luego de esa fecha, debemos proyectar la Pacha, la hermandad, el amor, el comunitarismo”. Aunque muchos medios interpretaron que Bolivia iba a expulsar a la marca de refrescos del país, las declaraciones tenían un sentido más profundo, y eran una muestra más de esta necesidad de cambio que parece haberse instalado definitivamente en el ambiente. La idea está ya tan difundida que merece ser motivo de atención. Quizá los mayas no tuvieran intenciones proféticas con su calendario, pero no hay que obviar que son muchas las tradiciones y profecías que coinciden en enfatizar la importancia del momento actual y su difícil situación, aunque otra cosa sea poner una fecha límite para ello. Después de años donde películas, libros e incluso marcas comerciales se han sumado a la fiebre del 21 de diciembre de 2012, está llegando el momento de pasar finalmente el umbral psicológico que supone esta fecha y ver si realmente ha servido de algo o ha sido tan solo una oportunidad más para cambiar que hemos dejado pasar. ■
El “Apocalipsis maya” podría actuar como revulsivo en un tiempo en el que vamos a tener que elegir entre dos rumbos: el mismo que nos ha llevado a la crisis o la evolución consciente y solidaria. 27
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Milenarismo
ENTREVISTA A ALBERTO RUZ BUENFIL
“La Tierra tiene límites y los estamos alcanzando”
ARCHIVO ALBERTO RUZ
Alberto Ruz Buenfil con la Caravana Arcoíris por la Paz.
ARCHIVO ALBERTO RUZ
Hijo del arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier, quien descubrió la famosa tumba del “astronauta de Palenque”, Alberto Ruz Buenfil ha estado vinculado a la cultura maya desde niño y ha formado parte de movimientos new age. En 1982 fundó la primera ecoaldea de México y en 1996 creó la Caravana Arcoíris por la Paz, con la que recorrió durante años varios países de Sudamérica, difundiendo sus ideas de cambio social y sostenibilidad. Conocido como Coyote Alberto Ruz, ha escrito varios libros. MÁS ALLÁ ha hablado con él. –¿Cuál es su opinión sobre el fin de ciclo maya? –A lo largo de la historia de nuestra especie se han dado infinidad de “fines y
Alberto Ruz con Cirilo Perez Oxlaj, abuelo guardián de la tradición maya quiché.
principios”. Cada cultura tiene sus propios calendarios y todas tienen días “uno” de partida, por lo que todo lo que se pueda decir es tan solo un juego de especulaciones. No existen dos culturas con las mismas fechas exactas, aunque el cristianismo haya logrado globalizar su calendario gregoriano. –¿Qué consecuencias tiene esta globalización? –Sin duda es una forma sutil de “opresión” monopólica. Argüelles dedicó más de treinta años de su vida a desenmascararla y declaró la “reconquista del tiempo natural y galáctico” como una forma de resistencia contra la globalización. Muchas personas vieron entonces en esto la posibilidad de alertar a la humanidad del destino en el que nos encontramos, para intentar crear una masa cuantitativocualitativa de seres despiertos que tratemos de encauzar el rumbo de nuestro proceso coevolutivo y sentar las bases de una cultura de la paz planetaria, la primera en la historia de nuestra especie. –¿Qué cree que puede ocurrir a partir del 21 de diciembre? –Sobrepasados por la catarata de “información” que nos abruma, hemos perdido la capacidad de leer tanto en la Naturaleza como en el cielo o en los signos visibles e invisibles. Seguimos
buscando las respuestas “fuera”, cuando están en todos lados, todo el tiempo. Podemos enfocar en lo positivo y no querer ver lo negativo o al revés. ¿Esperamos catástrofes espectaculares el 21 de diciembre? Las catástrofes están sucediendo a todos niveles en cada momento. En la Tierra se vive cada vez de una manera más precaria, porque los cuatro elementos de los que depende nuestra existencia se encuentran en crisis: las aguas dulces desapareciendo, las saladas cada vez más contaminadas, la tierra desertificándose, el aire cada vez más irrespirable, el fuego del Sol calcinando la superficie de la Tierra, y el fuego que creamos de la energía nuclear, amenazando a cada instante con catástrofes. Todo esto nos afecta cada día más y más. –¿Qué podemos hacer para contribuir a un cambio global? –La humanidad debería llevar a cabo cambios en su manera de percibirse como entes separados del todo, y de todos. Si comenzamos a regirnos por una nueva ética planetaria, comenzaremos a cambiar nuestros hábitos: lo que comemos, lo que compramos, lo que hacemos con nuestro tiempo, con nuestras habilidades, cómo nos relacionamos, etc. Nos preguntaremos con sinceridad para quién, para qué y por qué trabajamos, si los productos de nuestra labor son benéficos, si contribuyen a crear una sociedad más equilibrada. Una vez que la cadena de la consciencia comience a funcionar de nuevo, ella misma nos irá indicando los próximos pasos que deberemos dar. Eso es lo que se llama un verdadero despertar de la consciencia. –¿Hacia dónde se dirige el mundo? –Nuestra civilización, la primera global de la Historia, podría estar aproximándose a una “hora cero”, porque la Tierra tiene sus propios límites de supervivencia y los estamos alcanzando. No sé si estamos todavía a tiempo de cambiar el rumbo de las cosas, solo sé que no por ello dejaré de intentar hacerlo en la dirección que mi consciencia me indica. Que cada quien se construya el futuro en el que crea.
“No sé si estamos todavía a tiempo de cambiar el rumbo de las cosas, solo sé que no por ello dejaré de intentar hacerlo en la dirección que mi consciencia me indica”, afirma Alberto Ruz. 28
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