En Familia

Page 1

219

Boletín Informativo de la Inspectoría Salesiana San Juan Bosco • Número especial 219 • febrero de 2010

Tenemos una hermosa historia que escribir


en familia Nº 219 • Febrero 2010 Boletín Informativo de la Inspectoría Salesiana San Juan Bosco Edita: Delegación Inspectoria de Comunicación Director: Fco. Javier Valiente Textos: Marta Cesteros, Mariano Sáez, Javier Valiente. Redacción: Marqués de la Valdavia, 2. 28012 Madrid. www.salesianos-madrid.com info@salesianos-madrid.com Tfno: 91 527 14 44 Fax: 91 468 71 91 Diseño: Artia Comunicación 91 550 3 550 Imprime: Gráficas Davinci Depósito Legal: M-24404-1987

4 6 16

2 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

Visita del Rector Mayor a la inspectoría de madrid

• Del 2 al 5 de octubre y visitará Salamanca, se encontrará con los salesianos, la familia salesiana y los jóvenes, y presidirá la apertura del curso en el CES Don Bosco. [4]

visita del rector mayor a salamanca

• Don Bosco en el Patio [7] • Eucaristía con la familia salesiana de Salamanca [8] • La vida religiosa hoy es más necesaria que nunca [9] • Charla de Don Pascual Chávez [10]

visita del rector mayor a la inspectoría de madrid

• Encuentro de Don Pascual Chávez con los salesianos de la Inspectoría de Madrid [17] • El Rector Mayor de los salesianos pide a la Familia Salesiana, durante una misa celebrada el 3 de octubre en Madrid, que sea “signo de la presencia amorosa de Dios”, especialmente para los jóvenes. [26] • Homilía para la misa de María Auxiliadora [27]

sumario


Quisiera que cada salesiano se sienta feliz de ser salesiano

L

a presencia del Rector Mayor en la Inspectoría es un acontecimiento que nos ayuda a sentir presente a Don Bosco en nuestra comunidad Inspectorial. Hemos recogido las palabras que nos dirigió los días 2-5 de octubre de 2009 (son trascripción de sus intervenciones, no texto oficial aprobado por el Rector Mayor). Al releer estas páginas tratemos de revivir el entusiasmo y el calor que D. Pascual puso al dirigirnos su palabra. Fuimos testigos del interés que tenía por avivar el carisma salesiano en cada uno y por comunicar entusiasmo a los jóvenes, a los seglares y a la Familia Salesiana. Procuremos ahora asimilarlas bien, mientras recordamos los momentos en los que fueron pronunciadas. Me impresionó la fuerza con que deseaba “reencender el corazón de cada salesiano con la misma pasión que ardía en el corazón de Don Bosco y con la urgencia de evangelizar y de ayudar a los jóvenes a proyectos de vida”. Nos dijo: “Es bonito lo que estamos viviendo. Quisiera que cada salesiano se sienta feliz de ser salesiano y orgulloso de esta familia que nos ha legado Don Bosco….y que (en la renovación de la profesión, igual que aquellos jóvenes del 18 de diciembre de 1859) diga: dejo a un lado mis proyectos, hago mío el proyecto de Don Bosco y me comprometo a darle continuidad y desarrollo”. Estos textos tienen materia rica y abundante para la meditación y la reflexión personal, para encuentros de formación permanente y conjunta, como referencia para la familia salesiana y para los grupos de jóvenes en la acción pastoral. Os animo a sacar provecho de ellos en los diversos momentos de formación. Recordemos con qué interés Don Rua trató de conservar las palabras y los deseos de Don Bosco; se dejó guiar por ellas y, con fidelidad creativa, logró lanzar el carisma salesiano a nuevos horizontes. Pongamos también nosotros el mismo interés al asimilar estas palabras. Os deseo que estos mensajes del Rector Mayor os sirvan de estímulo fuerte para vivir con esperanza y generosidad el don de la vocación salesiana. Luis Onrubia


en familia

Visita del Rector Mayor a la Inspectoría de Madrid del 2 al 5 de octubre y visitará Salamanca, se encontrará con los salesianos, la familia salesiana y los jóvenes, y presidirá la apertura del curso en el CES Don Bosco.

E

l IX sucesor de Don Bosco, el actual Rector Mayor de los salesianos don Pascual Chávez Villanueva, visitará la Inspectoría de Madrid del 2 al 5 de octubre. Su visita estará organizada alrededor de tres ejes: el centenario de la obra María Auxiliadora de Salamanca, la visita a la Inspectoría de Madrid, y su presencia en la inauguración del curso del CES Don Bosco, con motivo del 50 aniversario de este centro universitario. Procedente de Brasil, el Rector Mayor llegará a Madrid la tarde noche del 1 de octubre. El día 2 se

4 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

acercará a Salamanca para participar en los actos del centenario de la obra María Auxiliadora. Por la mañana será recibido por el Obispo de la diócesis, y después saludará a los alumnos del colegio. Por la tarde, a las 17’00, presidirá una eucaristía en la que participará la familia salesiana y después bendecirá una nueva estatua de Don Bosco que será colocada en el patio del colegio salesiano. A las 18’30 está prevista una conferencia de don Pascual Chávez para los religiosos salmantinos. La tarde concluirá con un saludo a los jóvenes que se reunirán


para participar en un concierto del cantautor cristiano Migueli. El sábado 3 de octubre el Rector Mayor se reunirá con todos los salesianos de la Inspectoría en el teatro de Salesianos Atocha. A las 10’00 dirigirá una charla de formación como preparación a la renovación de la profesión religiosa de todos los salesianos el próximo 18 de diciembre, día en el que se recuerda el 150 aniversario de la fundación de la Congregación Salesiana. Tras la charla, se abrirá un tiempo de diálogo con los salesianos. Esa misma mañana, a las 12’30, presidirá una eucaristía en la iglesia de Salesianos Atocha, a la que están invitados todos los miembros de la familia salesiana. Ya por la tarde, y a las 18’00, el IX sucesor de Don Bosco se encontrará con los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano en Salesianos Paseo de Extremadura.

El domingo 4, a las 10’30, el Rector Mayor presidirá la eucaristía en la iglesia del Paseo de Extremadura y que será retransmitida por la 2 de TVE, a la que también está invitada la familia salesiana. Esta eucaristía servirá también como acción de gracias por los 150 años de la fundación de los salesianos y los 50 de la fundación del CES Don Bosco. Precisamente el Centro de Enseñanza Superior en Humanidades y Ciencias de la Educación Don Bosco (CES Don Bosco), será el escenario de la última etapa de la visita del Rector Mayor. El lunes 5, a las 10’00 presidirá, en la capilla del centro, la

eucaristía a la que seguirá, a las 12’00, el acto de inauguración del curso. Aquí, don Pascual Chávez, pronunciará la lección inaugural que versará sobre la educación salesiana y la participación ciudadana. Este será el último acto de la visita del Rector Mayor de los salesianos a Madrid; una visita que se produce en el 150 aniversario de la fundación de la Congregación, y en el marco del esfuerzo que está realizando la congregación salesiana por “volver a Don Bosco”, como ha sido subrayado en el último Capítulo General.

EN FAMILIA 5


en familia

Visita del Rector Mayor a Salamanca E

l Rector Mayor de los salesianos, don Pascual Chávez, ha visitado hoy la ciudad de Salamanca para participar en los actos de clausura del centenario de la obra salesiana María Auxiliadora. Una apretada jornada que estaría jalonada por diversos encuentros: con el obispo de la diócesis, los alumnos del centro, la Familia Salesiana, los salesianos, religiosos y jóvenes. Esta ha sido su primera jornada de visita a la Inspectoría de Madrid. El patio del colegio salesiano María Auxiliadora, de Salamanca, brillaba esta mañana de una manera especial. Hacia las 12’30, todos los alumnos del centro estaban esperando, en un luminoso día, al Rector Mayor de los salesianos, don Pascual Chávez, el IX sucesor de Don Bosco. Cuando entró el coche que lo trasladaba desde Madrid, los

6 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

chavales, desde los más pequeños de 3 años hasta los mayores, de 18, prorrumpieron en un clamoroso aplauso. Escoltado por un grupo de jóvenes, el Rector Mayor pasó entre los cientos de jóvenes y subió al escenario preparado, donde recibió el saludo de los chavales y respondió a sus preguntas. Padre, maestro y amigo, fueron las tres palabras que abrieron otros tantos momentos en los que don Pascual se dirigió a los muchachos y muchachas que, tras cada una de sus intervenciones, aplaudían y cantaban. Tras este momento, el Rector Mayor posó con cada uno de los cursos del centro delante de la

nueva estatua de Don Bosco que se ha colocado en el patio del colegio y que sería bendecida por la tarde. La visita del Rector Mayor a la obra salesiana de María Auxiliadora de Salamanca había comenzado en un lugar más tranquilo. A las 11’30 era recibido por el obispo de la diócesis, Mons. Carlos López, en la Casa de la Iglesia. Don Pascual Chávez, acompañado por su vicario, Adriano Bregolín, por el Inspector de Salesianos Madrid, Luis Onrubia, y otros salesianos, saludó a Mons. López y le agradeció “el apoyo a mis hermanos salesianos en esta ciudad”. El obispo, que es antiguo alumno del colegio salesiano, valoró


el trabajo que realizan los salesianos y les animó “a seguir trabajando a pesar de las dificultades”. “Tenemos una hermosa historia que escribir” Ya por la tarde, a las 17’00 horas, el Rector Mayor presidió una eucaristía en el santuario de María Auxiliadora en la que participó la Familia Salesiana de Salamanca. Durante la eucaristía, hicieron su promesa tres nuevos salesianos cooperadores. Don Pascual Chávez, en la homilía, recordó el gesto de los jóvenes del Oratorio que, en diciembre de 1859, quisieron quedarse con Don Bosco y fundaron la Congregación Salesiana. “Aquél gesto –dijo-, ha permitido que el sueño de Don Bosco sea una realidad hoy en 130 países”. “Esa semilla –añadió el Rector Mayor-, se ha convertido hoy en un gran árbol de 27 grupos que pertenecen a la Familia Salesiana”. Aludiendo al 150 aniversario de la fundación de los salesianos, y al

centenario del María Auxiliadora, el Rector Mayor subrayó que “no basta con tener una historia hermosa que contar”, sino que lo más importante es que “tenemos una historia hermosa que escribir” al lado de los jóvenes. En este sentido, animó a tener una mente, un corazón y unas manos pastorales, para “ser buenos pastores”, a ejemplo de Don Bosco. Así, señaló que “hay que poner a los jóvenes en el centro”, pues “los jóvenes son la razón de ser de los salesianos”. Esta misma idea la repitió, de nuevo en el patio del colegio, cuando bendijo la estatua de Don Bosco que se ha colocado con motivo del centenario de la obra. La estatua, sobre un pedestal en el que aparece la inscripción “con vosotros me encuentro a gusto”, tiene un altura de unos 3 metros y 506 kilos de bronce que representa a un Don Bosco con los brazos abiertos, “en actitud de acogida y de entrega”, explica su autor, el onubense Martín Lagares, que quedará

como recuerdo de estos primeros cien años de la obra salesiana. Aún faltaban dos encuentros del Rector Mayor para concluir el día. En el teatro del colegio habló a cerca de un centenar de religiosos y religiosas salmantinos a quienes recordó que lo esencial de la Vida Consagrada no es “lo que hacemos, nuestra función, sino nuestra identidad, lo que somos”. Don Pascual Chávez, que también es el presidente de la Unión de Superiores Generales, recordó que la vida religiosa está llamada “a ser memoria viviente de Cristo Jesús”. La visita del IX sucesor de Don Bosco a Salamanca concluyó con un saludo a los jóvenes que participaban en un concierto del cantautor cristiano Migueli. Don Pascual Chávez confesó a los jóvenes que se sentía feliz por ser salesiano, que nadie lo había amado tanto como Jesús y por eso “os anuncio –dijo dirigiéndose a los chavales-, a Jesús; haced de Jesús el mejor amigo de vuestra vida”.

Don Bosco, en el patio

M

ide 2’90 metros, y pesa 506 kilos. Está hecha de bronce y sonríe y acoge con sus brazos abiertos. Es la nueva estatua de Don Bosco que, desde ayer, forma parte del patio del colegio salesiano María Auxiliadora de Salamanca. Es obra del joven escultor Martín Lagares, para quien la escultura tiene que hablar, es un vehículo de transmisión de sensaciones y expresiones. Al escultor le ha gustado que su Don Bosco esté en el patio, pues, piensa, “una escultura no es algo aislado e independiente, sino que participa siempre del entorno que le rodea hasta tal punto que es capaz de influir en el mismo de forma notable”. En esto piensa como el Rector Mayor, don Pascual Chávez, quien al bendecir la estatua explicó que ese era el mejor sitio

donde ubicarla, en el patio, donde Don Bosco se encontraba con los jóvenes. Martín Lagares ha pensado su escultura para que entre “en interacción con los niños, participe con ellos y juegue con ellos”. Y ha querido representar al santo de los jóvenes sonriente, “con una mirada de pillo y con los brazos abiertos, en sentido de acogida y de entrega”. Lo que más le importa, al crear una escultura, no son los rasgos formales, sino la expresión, aquello que es capaz de transmitir el personaje representado. Desde su pedestal de piedra, seguro que Don Bosco contempla con corazón de padre a los cientos de niños y jóvenes que pasarán ante él. Muchos de ellos le devolverán la mirada. ¿Qué diálogo se entablará entre padre e hijos?


en familia

Eucaristía con la Familia Salesiana de Salamanca Salamanca: María Auxiliadora 2 de Octubre de 2009

S

omos 16.000 salesianos en el mundo, 14.000 salesianas, más de 35.000 cooperadores salesianos. En esta Misa tres de vosotros harán su profesión religiosa de cooperadores, y que nos recuerda a aquel puñado de salesianos primeros que renunciando a sus proyectos de vida cara al futuro decidieron hacer suyos los proyectos de Don Bosco. Y aquel árbol se convirtió al correr de los años en un… bosque. Celebramos este año el 150 aniversario de la Congregación Salesiana. Mirad, nosotros lo tendríamos crudo si no siguiéramos con el espíritu de Don Bosco. Son 130 países donde los Salesianos están presentes y que siguen haciendo lo mismo que Don Bosco. Hay una película titulada “Diamantes de sangre”, que trata sobre los niños que son explotados en África. Allí están trabajando los salesianos sin descanso. Tres lecciones deducimos de las lecturas aquí proclamadas: 1ª) Como Don Bosco hemos de ser como los buenos pastores con su grey, que es como decir: Tengamos una mente, un corazón y unas manos pastorales. He visto “en la ciudad

8 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

a unos jóvenes bebiendo cerveza en la calle”. Son jóvenes que carecen de motivos para vivir, han perdido el sentido de la vida, están miopes para contemplar la vida esos jóvenes. Hemos de tener corazón pastoral para amar también a esos jóvenes. 2ª) Jesús tomó un niño y…”si no os hacéis como uno de estos pequeños no entraréis en el reino de los cielos”. Si no ponemos a los jóvenes en el centro se quedarán fuera. Y uno jóvenes fueron, Guarella, Comollo y Rúa fueron los primeros colaboradores de Don Bosco, que les propuso ideales altos sin miedo por su incapacidad, se fió de ellos, creyó en sus posibilidades…eso fue todo y fue grande su fe. 3ª) Oíamos en la Lectura…Estad alegres, os lo repito estad siempre alegres. Don Bosco propuso a sus jóvenes un programa optimista y esperanzador. Me pregunto ¿qué hacemos para seguir escribiendo páginas que hagan historia a favor de los jóvenes. Resumen de Javier Serna


La vida religiosa hoy es más necesaria que nunca El Rector Mayor de los salesianos, y presidente de la Unión de Superiores Generales, anima a los religiosos y religiosas a vivir su vocación fortaleciendo la espiritualidad y la identidad carismática.

E

l Rector Mayor de los salesianos, el mexicano Pascual Chávez Villanueva, mantuvo, ayer tarde, un encuentro con religiosos y religiosas de Salamanca. El encuentro se ha realizado en el marco de la visita a la obra salesiana de María Auxiliadora de la capital del Tormes que, este año, celebra su centenario. Pascual Chávez, que también es el Presidente de la Unión de Superiores Generales, animó a los consagrados a “volver a Cristo, ponerlo en el centro de nuestra vida” e invitó a “recuperar el enamoramiento por Jesús”. Hablando de las dificultades actuales por las

que atraviesa la Vida Religiosa, el Rector Mayor de los salesianos señaló que “algunos piensan que va a desaparecer la vida religiosa”; “absolutamente no”, señaló, pues hoy la vida religiosa “es más necesaria que antes”. Aunque explicó que “no hay que perder de vista lo esencial”, pues a veces se ha identificado más “la función social que la profecía que representa”. “La vida religiosa no se identifica con la función social que realiza, sino con la misión que tiene de ser memoria viviente de Cristo Jesús. Ser memoria del modo de ser de Jesús, obediente, pobre y casto”.

Precisamente en el momento actual, a juicio de Pascual Chávez, es más necesaria la presencia de religiosos y religiosas. “En una Europa donde se va cancelando a Dios de los proyectos políticos, donde se vive como si Dios no existiera”, explicó Chávez, “lo que hoy justifica la vida religiosa es lo que somos, ser signos de la presencia de Dios en el mundo, metáforas del amor de Dios”. En otro momento de su intervención, el salesiano manifestó que religiosos y religiosas “estamos llamados a ser signos luminosos de la presencia de Dios; presentar más clara nuestra identidad y poner al centro de la vida la espiritualidad”. En este sentido subrayó la importancia de colocar al centro de la vida de comunidad la Palabra de Dios, la lectio divina, para “tener la mente de Cristo”, dijo, y la eucaristía. Identidad carismática, credibilidad y visibilidad fueron los tres aspectos que, por otra parte, señaló como necesarios en la renovación de la vida religiosa. Otros de los elementos que hay que cuidar en la vida consagrada, según el religioso salesiano, es la vida de comunidad, como “modelo alternativo a la sociedad de consumo” y, siempre, tener presente la misión, “estar en las fronteras de la pobreza, de la exclusión”, pues la vida consagrada, apuntó, “toma en sus manos la causa de los más pobres”. A este respecto recordó el congreso internacional de 2004 en Roma que definió la vida consagrada como vida samaritana, para manifestar la “pasión por Dios y la pasión por la humanidad”. La intervención del Rector Mayor de los salesianos se ha producido dentro de la visita que está realizando a la provincia salesiana San Juan Bosco, con sede en Madrid y que concluirá el próximo lunes.

EN FAMILIA 9


en familia

Vida Consagrada, vida samaritana Charla de Don Pascual Chávez Encuentro con los religiosos y religiosas en Salamanca. 2 octubre 2009

E

stoy feliz de poder compartir con vosotros este momento. Me han pedido que comparta un poco con vosotros y vosotras el camino que está haciendo la vida consagrada en este momento. Yo pienso que ningún grupo dentro de la Iglesia ha tomado tan en serio la invitación hecha por el Concilio Vaticano II de renovarse profundamente como la vida consagrada. Basta pensar que todas nuestras congregaciones institutos y órdenes se sometieron a un proceso de renovación profunda, con aquella invitación que había de volver a Cristo, de poner a Cristo en el centro de nuestra existencia, de intentar recuperar la fidelidad a nuestros fundadores y fundadoras y de responder mejor a las necesidades de nuestros

10 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

destinatarios, o sea de nuestra misión hoy. Y, sin embargo, este esfuerzo no siempre ha quedado correspondido con los frutos que todos nos esperábamos. Estamos viendo, por una parte, al menos en gran parte de Europa, una preocupante disminución de religiosos y religiosas, un progresivo envejecimiento que ha llevado a más de alguno a pensar si la vida religiosa está llamada a desaparecer. Absolutamente no, porque la vida consagrada ha nacido desde el momento en que Jesús comenzó su ministerio público. Decía el Padre Kart Rahner: “La vida consagrada jamás desaparecerá, porque desde el principio ha habido hombres y mujeres que quedaron de tal modo fascinados por la figura de Cristo Jesús, que decidieron dejarlo todo, seguirlo,

imitarlo fielmente hasta reproducir su propio estilo de vida y continuar su misión”. Esta es la vida consagrada: estar enamorados de Cristo Jesús. ¿Vosotros, cómo andáis? ¿Estáis enamorados? ¿Perdidamente? ¡Yo estoy loco por Jesús! Porque para estar donde estoy se necesita estar loco. Y la vida religiosa tiene que recuperar un poco su locura. Hay que decirlo de forma muy clara: yo tengo hermanos y hermanos que tienen sus maridos y esposas, y los veo felices. ¿Vosotros pensáis que yo soy menos feliz que ellos? Absolutamente, no. Estoy igualmente enamorado. La vida consagrada nació cuando un grupo de personas quedó fascinado, entraron en éxtasis. Si algo hay que recuperar es el enamoramiento. La vida religiosa nace a raíz de personas o que buscan a Dios o que lo han encontrado. Y si no lo buscan o no lo han encontrado, este no es su lugar. Así nació, y desde ese momento se comienza una


revolución cultural, porque se comienza a dejar todo lo que hasta ese momento era importante. Es hermoso cuando un lee el evangelio de Marcos. Dice que Jesús iba pasando junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos que estaban lavando las redes y les dijo: “Síganme” Y dice: “Dejando las redes, lo siguieron”. Siguió más adelante, y encontró a otros que estaban con su padre en la barca y ¿qué les dijo? “Vengan; y dejando a su padre, lo siguieron”. Y este es el segundo elemento de la vida consagrada: vivir para seguir Aquel de quien estamos enamorados.

La vida religiosa, la vida consagrada tiene mucho de dinamismo. Es un proceso nunca acabado de seguimiento de Jesús hasta una progresiva identificación con Él. A mí, me gusta mucho cómo habla san Pablo. San Pablo invita, en la carta a los filipenses, a los cristianos – con más razón a los consagrados y consagradasdiciendo: “Tened en vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús”. Y ya hablaba del camino histórico de Jesús que, siendo Hijo de Dios, se despoja de todas las prerrogativas que lo podían distanciar de los hombres y de las mujeres, se anonada, se

La vida religiosa no se identifica con la función social que realiza; la vida religiosa se identifica con la misión que tiene de ser, en primer lugar, una memoria viviente del modo de ser de Cristo Jesús

vacía hasta la muerte en cruz y después Dios lo glorifica. Pablo dice: “Tened en vosotros los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús”. Y cuando comienza a entrar en conflicto, dice, en primer lugar a los Gálatas: “Vivo de la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí”. Pablo no conoció a Jesús, no lo conoció como Pedro o como los otros once apóstoles. Pablo tuvo una revelación, pero no lo conoció en su ministerio público. No lo vio ni haciendo milagros, ni morir abandonado, repudiado y crucificado. Aprendió esto de su comunidad y decía: “Vivo de la fe en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí”. Y por eso decía. “Para mí la vida es Cristo; Cristo es toda mi vida”. Si Cristo no es toda nuestra vida, ¿quién es nuestra vida? Si Él no es la persona que más queremos, ¿quién es entonces la que ocupa ese lugar? Cuando san Benito decía que nada se debería anteponer al amor de Cristo Jesús… Y san Pablo termina diciendo: “Llevo en mi cuerpo los estigmas, las maracas, que me acreditan como discípulo y apóstol de Cristo Jesús”. No sólo dice “me amó”, sino que dice: “me identifico, hasta llevar en mi propio cuerpo las marcas que me acreditan como apóstol suyo”. “La vida consagrada -dice el Padre Karl Rahner- nació desde el momento del ministerio público de Jesús y nunca podrá desaparecer”. ¿Qué es lo que podrá desaparece? Las congregaciones, las órdenes… Han desaparecido a lo largo de la historia, pero no la vida consagrada. ¿Qué es, entonces, lo que hoy estamos llamados a hacer para asegurar nuestro futuro, también como congregaciones, órdenes e institutos? No perder nunca de vista lo esencial. Con frecuencia la vida consagrada has ido identificada por la función social que realiza, más que por la profecía que representa. Por un tiempo, la función que

EN FAMILIA 11


en familia ejercíamos era la de un elemento subsidiario para los Estados en el campo de la educación, en el campo de la salud, en el campo de la marginación, en el campo de una serie de elementos sociales para los cuales los Estados no tenían recursos, y esto lo representaba la vida consagrada. Pero, ¿esto es lo esencial? Si eso fuera lo esencial, la vida consagrada ya habría terminado su camino… al menos en Europa; una Europa rica, autosuficiente… Estamos en tiempo de crisis, pero en comparación con África, con América Latina, con gran parte de Asia, Europa tiene una serie de privilegios sociales que permiten que la vida siga adelante. Aquí es muy fácil decir: “no tengo empleo, pero tengo un seguro de desempleo”. Id a América Latina; id a Estados Unidos; con más razón digo id a África; id a Asia… no existen.

12 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

La vida religiosa no se identifica con la función social que realiza; la vida religiosa se identifica con la misión que tiene de ser, en primer lugar, una memoria viviente del modo de ser de Cristo Jesús: Esta es nuestra identidad, mis queridos hermanos y hermanas: ser memoria viva, ser memoria transfigurada del modo de ser de Jesús obediente, casto y pobre. Y en una Europa como la de hoy, en una España como la de hoy, fuertemente secularizada, en donde no solamente se va cancelando Dios de los proyectos políticos, donde no solamente se va cancelando Dios de la organización de la vida social, y se dice: “la fe no tiene porqué intervenir en las opciones políticas, ni en el campo de la moral social, ni en el campo de la moral personal, ni en el campo de la moral familiar; no tiene porqué intervenir en el tejido social. Cada quien es libre

de creer, con tal de que su fe no intervenga: es para uso privado”. Pues bien, ahora estamos en el tercer nivel: se trata de cancelar a Dios de la conciencia personal, o sea, de vivir como si Dios no existiera. En este contexto, nosotros no podemos seguir pensando que lo que justifica la vida religiosa es lo que hacemos. No; es lo que somos, no lo que hacemos. Es más importante nuestra identidad de ser signo de la presencia de Dios en el mundo, de ser una metáfora de su amor, de ser una encarnación de su revelación especialmente para los pobres, para los marginados, para los excluidos, para los que no cuentan en esta sociedad de poder y de bienestar. Pero es lo que somos, no lo que hacemos. Estamos viviendo un momento difícil, pero esta crisis vocacional que están afrontando las congregaciones, los institutos y las órdenes, no es porque la vida religiosa haya perdido su belleza o su encanto. El problema vocacional es, en primer lugar un problema demográfico. ¿Las familias tienen hijos? Si no tienen hijos para la nación, ¿pueden tener hijos para la Iglesia? Es, en primer lugar, un problema demográfico. Cuando yo llego a España o a Italia o a otros países veo que se está llenando de emigrantes. Estamos construyendo una Europa para los emigrantes, con mucha libertad, con muchos derechos, pero para los emigrantes. No hay hijos. En Italia, ahora hay un aumento de la población fruto de los hijos de


los emigrantes. La falta de vocación es, en primer lugar, un problema demográfico. No es un problema ni de la Iglesia ni, mucho menos, de la vida consagrada. Pero además es un problema cultural, porque vivimos en una sociedad de bienestar en la que no hay espacio para organizar la vida, toda ella centrada sobre la entrega, sobre la generosidad, sobre la solidaridad llevada hasta el extremo de querer entregar la propia vida por los demás. Es un problema de una sociedad secularizada, en la que ni al nivel político, ni a nivel social, incluso a nivel de conciencia personal pareciera que Dios importa. No tendríamos por qué preocuparnos. ¿Quiénes tendrían que preocuparse más que nosotros? Los Estados. ¿Cuál será su futuro? Tendría que preocuparse esta Europa que estamos construyendo como una gran comunidad económica. ¿Cuáles son realmente los hombres y mujeres que le darán futuro, como se lo han dado hasta ahora? Porque no cabe duda de que quienes han escrito la historia han sido los grandes creyentes y los grandes santos, a partir de los cuales ha sido fecunda la

vida consagrada. Fue bonito ver que en la última canonización de los más de 500 mártires españoles, 498 eran religiosos y religiosas. ¿Es para estar orgullosos o no? Esto es lo que ha dado la Iglesia y la vida religiosa: hombres y mujeres que han vivido hasta el fondo su entrega por los demás. Pues esto es lo que se quiere cancelar. (16.35) En este contexto, entonces, decía, ¿qué es lo que estamos nosotros llamados a representar? Tenemos que representar en este momento, si queremos tener futuro, un signo más luminoso de la presencia de Dios. Tiene que ser más clara, mis queridos hermanos y hermanas, nuestra identidad. Y por lo tanto, hoy en el centro de nuestra vida tiene que estar la espiritualidad. Y la espi-

Es más importante nuestra identidad de ser signo de la presencia de Dios en el mundo, de ser una metáfora de su amor, de ser una encarnación de su revelación especialmente para los pobres, para los marginados, para los excluidos, para los que no cuentan en esta sociedad de poder y de bienestar

ritualidad se desarrolla si somos capaces de poner la Palabra de Dios en el centro de nuestra vida. Es bonito ver cuántos religiosos, a nivel personal y comunitario, hoy practican la Lectio Divina. ¿Vosotros lo hacéis? Hay que empezar a hacerlo. Hay que intentar tener la mente de Cristo, contemplar la realidad, a nosotros mismos y la historia como Dios la ve. Y esto es posible en la medida en que la Palabra de Dios va comenzando a moldear nuestros afectos, nuestros sentimientos, nuestras opciones y nos vamos identificando cada vez más con Él. Seremos cada vez más hombres y mujeres espirituales si la Eucaristía realmente es el centro de nuestra vida, y empezamos a ser hombres y mujeres eucarísticos, para los que la salvación no sea fruto de nuestras conquistas humanas; la salvación la ha sellado ya en la muerte Jesús, y en su resurrección. Y nosotros la celebramos y la prolongamos en nuestra vida. Decía Pablo: “Completo en mi cuerpo lo que ha faltado a la pasión de Cristo”. No es que le haya faltado nada a la pasión de Cristo, pero los hombres y muje-

EN FAMILIA 13


en familia res de hoy, ¿cómo sabrán que Dios les ha amado y se ha entregado? En la vida de cada uno de nosotros. Podrán experimentar, efectivamente, la entrega y la salvación de Dios que tiene que estar ahí. Hoy, la primera profecía de los consagrados es ser hombres y mujeres espirituales. Para ser antropólogos, para ser filántropos, para ser trabajadores sociales, no vale la pena dejarlo todo y seguirlo. ¡Hay tantos que lo hacen, estando casados y llevando sus propios proyectos…! Lo que justifica hoy la vida consagrada es ser memoria viviente y transfigurada de Cristo Jesús. Y, por lo tanto, ganar mucho más en espesor espiritual. Y esto es posible si la experiencia de Dios viene cultivada en la Palabra y en la eucaristía. Un segundo elemento, son nuestras comunidades. La experiencia de Dios es auténtica, si nos ayuda a descubrirnos como hermanos y hermanas y creamos comunidades en las que hacemos experiencia de un Dios que es uno y trino, que siendo diversidad de personas, sin embargo logran un único Dios, y logran la unidad perfecta porque se aman. Hoy nuestras comunidades tienen que sobresalir por el amor. En una sociedad en la que hay tanto egoísmo, en la que hay tanta soledad, la profecía de una comunidad es ver en ella personas que se aman, que comparten no solamente un proyecto y una fe,

sino que comparten también la propia vida, y llegan a tener una relación interpersonal profunda. ¡Qué triste cuando vivimos con personas, comemos con personas, rezamos con personas de las cuales no sabemos qué piensan, qué sienten ni qué quieren. Yo recuerdo cuando era jovencito, hace muchos años, y estaba estudiando en Italia. A veces, en la noche, estaba rezando el rosario y me gustaba pasear por la terraza, y veía tantas personas, tantas familias, en los grandes edificios que hay en Roma, al esposo y la esposa viendo la televisión, no viéndose a sí mismos, no teniendo nada que decirse y debiendo tener algo que les una. Y a veces nos pasa así en las comunidades: no tenemos tiempo para una relación interpersonal profunda en la que realmente nos sintamos amados, acogidos y atendidos en nuestras necesidades afectivas, espirituales y materiales. Hoy nuestras comu-

Lo que justifica hoy la vida consagrada es ser memoria viviente y transfigurada de Cristo Jesús. Y, por lo tanto, ganar mucho más en espesor espiritual. Y esto es posible si la experiencia de Dios viene cultivada en la Palabra y en la eucaristía. 14 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

nidades tienen que ser un signo luminoso de la presencia de Dios y crear modelos alternativos para esta sociedad de consumo y de individualismo. A esto se refieren todos los sumarios de los Hechos de los Apóstoles: “Ved como se aman”, dicen. “Y eran un solo corazón y una sola alma. Ninguno pasaba necesidad porque todo lo ponían en común”. Todo. Hoy nuestra profecía, no solo es ser signos del amor de Dios, es ser comunidades de una gran calidad humana, de una gran capacidad


Yo quisiera hoy poner, de nuevo, gran entusiasmo en el corazón de cada uno de vosotros y de vosotras, deciros que vale la pena haber entregado todo la Señor dentro de una congregación o instituto, al servicio de una misión.

de relación interpersonal, capaces de presentarse como aquello que el Papa está llamando las “pequeñas células capaces de transformar la realidad”. Y, finalmente, la misión. Nosotros no podemos olvidar la misión. Casi diría que típico de la vida religiosa y consagrada es estar en las fronteras de la pobreza, de la exclusión, de la secularización. Y hoy más que nunca, en esta sociedad en la que hay gente que va quedando marginada, excluida, la vida consagrada debe tomar en sus manos la cusa de esta gente. A mí me alegró mucho cuando, visitando a mis hermanos en Holanda, fui a encontrarme con la Presidente de Ámsterdam, y la primera cosa que me dijo fue: “Tenemos un problema con vosotros, salesianos”. Yo le dije: “¿Y por qué? Y respondió: “Porque estáis atendiendo ilegales”. Yo digo, bien. ¿Cuál es el problema? No los estamos importando, no los estamos trayendo, no estamos favoreciendo el tráfico de seres humanos. ¿Qué estamos haciendo? Estamos atendiendo a los que han llegado. Estamos intentando prepararlos o para integrarse o para regresar… ¿cuál es el problema? Hoy tenemos que tomar en nuestras manos lo que han sido siempre las causas por las que vivieron nuestros fundadores y fundadoras, pero al mismo tiempo ser más sensibles a las nuevas pobrezas que hoy se están dando. Hoy, en la Unión de Superiores Generales y la Unión Internacional

de Superioras Generales, cada vez más se está yendo a lo esencial; a darse cuenta de que la vida religiosa no se puede identificar con la función que ejercía, sino con la misión real que tiene de ser un signo luminoso de la presencia de Dios en el mundo. Si fuera por la función, no tenemos futuro. Si es por la misión, claro que tenemos futuro, porque en un mundo cada vez más secularizado, Europa hoy tiene más necesidad de la vida consagrada que hace cien años, porque hoy es más necesario que haya personas que encarnen a Dios, que lo hagan ver, que lo hagan sensible, que lo hagan visible, que lo hagan creíble. Y, para ello, es necesario promover esta visión cada vez más espiritual. A mí me han invitado ahora, hace exactamente un mes, a predicar el inicio del Capítulo General de los combonianos, cuyo tema es “Espiritualidad y misión”. No se está yendo por las ramas a buscar otro tipo de problemas: es ir exactamente a lo esencial. Yo quisiera hoy poner, de nuevo, gran entusiasmo en el corazón de cada uno de vosotros y de vosotras, deciros que vale la pena haber entregado todo la Señor dentro de una congregación o instituto, al servicio de una misión. Necesitamos tener tres grandes cosas: identidad carismática, credibilidad –creer nosotros mismos en lo que somos y hacemos- y visibilidad, que no es tanto llevar un hábito, sino estar presente en la sociedad y en la Iglesia: no des-

aparecer. ¿Cómo queremos efectivamente fermentar, si en el fondo nosotros somos los primeros que queremos pasar desapercibidos? Tanto respeto me merecen los que visten y piensan diferente como el que yo exijo para mí. Hoy en una España, en una Europa, cada vez más plural, cada vez más multicultural, hay más razón para expresar la propia identidad: quién soy yo y cuál es mi presencia en esta sociedad. Hacia ahí está caminando la vida consagrada. No olvidéis que hace apenas 5 años, en 2004, realizamos el último Congreso Internacional de la Vida Consagrada, organizado por la Unión de Superiores Generales y la Unión Internacional de Superioras Generales, con el tema: “Pasión por Dios, pasión por la humanidad”. Esto significa que la vida consagrada se ha querido definir como una vida samaritana. “Pasión por Dios”, como la mujer samaritana, con una inmensa sed en el corazón que nadie puede apagar. Aquella mujer había buscado llenar su corazón con otros señores, y Jesús le dice: “Cinco maridos has tenido, y aún el que tienes no es tu auténtico marido en el que encontrarás el apagamiento de tus deseos más profundos”. Solamente en Jesús se puede lograr. Y así se ha querido definir la vida consagrada, como una vida sedienta de Dios en Jesús y que apaga su sed en Jesús. Y una vida, al mismo tiempo, fuertemente solidaria con los marginados, con los caídos al borde del camino y que hace propios los gestos de buen samaritano, que es Jesús mismo, que alivia, que pone un poco de aceite, que venda las heridas, que pone al hombre sobre la cabalgadura, que paga los gastos del hospedaje y se hace cargo de las necesidades de los pobres. Así está queriendo caminar la vida consagrada, una vida que se define fuertemente apasionada por Cristo y, al mismo tiempo, fuertemente apasionada por la humanidad.

EN FAMILIA 15


en familia

Sentíos orgullosos de ser salesianos Encuentro del Rector Mayor con los salesianos de la Inspectoría de Madrid

D

e manera familiar y entrañable, Don Pascual Chávez, Rector Mayor de los salesianos, se ha encontrado con los salesianos de la Inspectoría de Madrid. Durante algo más de hora y media se ha entretenido con ellos comentando las particularidades de las presencias salesianas en todas las regiones del mundo, en 96 inspectorías, a los 150 años de la fundación de la Congregación. Don Pascual, desde su perspectiva global de la congregación ha desgranado algunas de los retos que se plantean pastoralmente a la Congregación Salesiana: el reto de una implantación del carisma salesiano en regiones y zonas geográficas tan diversas, la necesidad de acompañamiento de las presencias más jóvenes, la admirable expansión del carisma salesiano, la búsqueda del mejor modo de inculturarnos, la fidelidad al carisma, los nuevos desafíos en Europa, donde la indiferencia religiosa está cuestionando el modelo de vida de fe y de vida religiosa… todas estas cuestiones llevan al Rector Mayor a afirmar que “estamos viviendo un tiempo de gracia”.

16 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

El IX sucesor de Don Bosco, ha animado a los salesianos en su trabajo educativo pastoral recordando los cuatro elementos fundamentales para tener en cuenta en este momento histórico en que la Congregación, a los 150 años de su fundación, quiere revitalizar el carisma salesiano. En primer lugar, creer en los jóvenes. Es “la primera lección que nos dio Don Bosco al hacer a los jóvenes cofundadores de la Congregación”. El segundo elemento también indicado por la opción de Don Bosco: la necesidad de jóvenes consagrados, que se comprometieron en un momento histórico en que se estaban disolviendo congregaciones religiosas. En tercer lugar, recuerda Don Pascual Chávez a los salesianos que “Don Bosco quería que hiciésemos de las constituciones salesianas un proyecto que garantizase la identidad carismática y la fidelidad”. En este punto se ha entretenido el Rector Mayor en dar algunos detalles de la figura humana y espiritual de Don Rua, el primer sucesor de Don Bosco, en quien es posible ver, a los cien años de su muerte, un camino espiritual y pastoral para proponer a la Congregación. Por

último, Don Pascual, ha afirmado que Don Bosco pensó que “si quería hacer algo por los jóvenes, necesitaba poner en pie un gran movimiento de personas”, y así surge la Familia Salesiana. El Rector Mayor ha concluido manifestando que “es bonito lo que estamos viviendo”. Para don Pascual Chávez, “cada salesiano se ha de sentir feliz de ser salesiano, orgulloso de esta familia y, el día 18 de diciembre, con la renovación de la profesión religiosa, sentirse como aquellos primeros jóvenes que siguieron a Don Bosco: dejar de lado los propios proyectos, asumir el proyecto de Don Bosco y comprometerse a darle continuidad y desarrollo”.


Dejo a un lado mis proyectos, hago mío el proyecto de Don Bosco y me comprometo a darle continuidad y desarrollo Encuentro de Don Pascual Chávez con los salesianos de la Inspectoría de Madrid. Atocha, 3 octubre 2009

E

n el primer sexenio, era importante que el Rector Mayor conociera la congregación entera. En primer lugar, porque yo era un regional, es decir no tenía una visión completa de toda la congregación; sólo conocía muy bien mi Región, la Región Interamérica, que comprende desde el Canadá hasta Bolivia. Además había inspectorías que en 25 años no habían tenido la visita de ningún Rector Mayor, porque Don Viganó había sido Rector mayor por tres sexenios, pero ya el último estuvo muy limitado en su actividad y Don Vecchi, ya sabéis que, apenas elegido, dos años después, tuvo aquel problema del tumor cerebral. Yo tuve la fortuna de llegar al último Capítulo General teniendo una visión completa de la congregación, pudiendo decir que conocía cuáles eran sus energías, cuáles eran sus recursos, cuáles eran sus desafíos y podía presentar también una relación del estado de la congregación que fuera lo más objetivo posible. Esto me ayudó también a definir cuál podía ser el tema del Capítulo General, y tuvo tanta acogida que, tanto en la preparación como en la realización, nos dimos cuenta de hasta qué punto el documento preparatorio había sido definitivo. Y antes del documento preparatorio, la carta de convocatoria. Y esto ha sido, quizá, uno de los mayores aciertos, porque nos ha permitido ir con mucha claridad y también con mucha convicción en las líneas que hemos tomado. Después de un sexenio vivido así, no podía seguir recorriendo la congregación como lo hice en el sexenio pasado. No solamente por-

que uno va acumulando cansancio, sino porque esto no es lo que se espera ya del Rector Mayor. Según yo creo, lo que se necesitaba del Rector Mayor en este sexenio era un acompañamiento mucho más preciso de las distintas regiones, porque cada una de las regiones vive situaciones muy diversas. Panorama del mundo salesiano Las situación que están viviendo nuestros hermanos en África es todo el entusiasmo de una presencia que está creciendo en una forma que no puede ser sino llamada milagrosa, porque hoy somos ya 1.400 salesianos. Hoy somos la

presencia más extendida en toda África, en 42 países de 46 que son. En apenas 29 años que tiene el Proyecto África, hoy la de África es una gran realidad. Pero también es cierto que no habrá más misioneros para África, lo que significa que, por lo tanto, ante lo que ha nacido, dentro de poco ellos tendrán que tomar en sus manos la dirección de las comunidades y de las inspectorías. Y, ordinariamente, los procesos de implantación de un carisma son muy lentos. ¡Qué bien donde han dado frutos! Por ejemplo, el primer lugar donde llegaron los salesianos, en Argentina, en América, allí hubo frutos de santidad inmediatamente, con Ceferino Namuncurá, con Laura

EN FAMILIA 17


en familia

Vicuña, con Artémides Zatti, con la figura de grandes personalidades, como el Rector Mayor Juan Edmundo Vecchi, o Don Egidio Viganó, que era provincial en Chile y profesor de Teología… África necesita mucho acompañamiento, para que, efectivamente, haya una presencia, no para resolver problemas sociales que son de tal envergadura que pueden llevar a los salesianos a hacer actividades que vengan a dar alivio a los grandes problemas sociales. Ahí lo que importa es comunicar un carisma, implantar un carisma. Y si el carisma no queda bien implantado en África, África correrá el riesgo de preguntarse qué futuro tendrá la presencia salesiana, aunque estamos creciendo tan rápidamente. Las congregaciones históricas en África nos dicen que hemos sido excesivamente veloces en la pastoral vocacional, que no conocemos lo suficientemente África… Yo no sé si tendrán razón, pero hoy la mayor parte de los salesianos en África ya son locales, no son misioneros. A nosotros hoy nos implica el acom-

18 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

pañamiento de África. Si vamos a Asia, en Asia Este y toda la parte del Pacífico, el cristianismo – y por tanto, la vida religiosa- es visto como una realidad occidental y extranjera, donde los cristianos son una minoría (bastaría pensar que en Japón sólo hay unos 400.000 católicos), con la presencia de grandes religiones muy anteriores al cristianismo, que determinan una forma de pensar y una cultura. ¿Cómo hacer para lograr una inculturación que permita la fidelidad al carisma y, al mismo tiempo, que no se sientan ellos extranjeros en sus propias tierras, como consecuencia ni de la fe cristiana ni de la vida religiosa? El problema de la inculturación es un problema muy serio.

En Asia Sur tenemos hoy lo que sería la parte más fecunda de la congregación, que son las diez inspectorías de la India, en donde el crecimiento es tan grande que tendremos que crear más inspectorías, porque hay al menos dos inspectorías de 400 hermanos con 32 años de promedio de edad, con un crecimiento realmente muy grande fruto no de que sean muchos habitantes… hay otras partes en los que son tantos y realmente no hay tantas vocaciones. No es porque sean tantos, ni porque sean pobres; es por el tipo de orientación que dieron Monseñor Carreño, Monseñor Mathías y los grandes misioneros salesianos que quisieron dar una dimensión fuertemente


La primera lección que nos da Don Bosco: volver a los jóvenes, estar presente en medio de ellos, creer que son capaces de cosas grandes cuando nos decidimos a hacernos compañeros de camino

misionera a la vida salesiana. Y esto es lo que permite que, efectivamente, haya un desarrollo vocacional tan grande como el que estamos teniendo. Allí, ahora mismo, con este crecimiento tan grande, se dan casos como la inspectoría de Chennai (la antigua Madrás), que siendo la primera da lugar a la inspectoría de Mumbai, que a su vez da lugar a la inspectoría de Bangalore, de la que nace después Hyderabad, que da lugar a la inspectoría de Tiruchy, que da lugar a la inspectoría de Sri Lanka… Esta Inspectoría de Chennai, que se ha dividido tantas veces y se ha multiplicado, hoy tiene 400 hermanos, tiene un promedio de 30 novicios. En ningún momento esto ha significado un problema, porque era multiplicarse, no era dividirse: era el cuerpo que estaba reclamando progresivamente nuevas estructuras que le permitieran seguir adelante. Y con obras realmente muy significativas, por atender a la gente más pobre y al mismo tiempo con gran perspectiva de calidad de lo que hay que

ofrecer. Necesitamos acompañarles porque, hoy por hoy, la India representa la presencia más fecunda, no solamente de los salesianos… hay que pensar que los jesuitas tienen 23 provincias en la India. Y podremos seguir creciendo, porque hay todavía 100 millones de tribales, es decir, que no pertenecen a ninguna de las religiones clásicas, y que son todavía un campo de presencia privilegiado para nosotros. Si venimos a América Latina, la situación allí es muy diversa. Sigue siendo el continente con mayor número de católicos y curiosamente el continente donde son más aberrantes las injusticias sociales. Existe el divorcio entre una fe que se profesa y una vida que no logra cambiar las estructuras. Hay allí una religiosidad a flor de piel que necesita ser evangelizada y que necesita un tipo de presencia que ayude efectivamente también en la transformación social. Si venimos a Europa, en primer lugar hay que distinguir: una cosa es Europa de Este y otra cosa es Europa occidental, por sensibili-

dad, por formas de entenderse, de ver la realidad. Bastaría pensar en el encuentro que Don Adriano y yo tuvimos con los provinciales de Polonia, para entender cuánto esfuerzo hacen para integrarse en el conjunto de Europa y cuánta dificultad sienten al ser rechazados, por la forma de pensar, por la forma de entender y de organizar… Por ejemplo, en el caso de la Europa occidental, es indudable que, especialmente en esta región de Europa Oeste, el problema de la indiferencia religiosa está alcanzando cuotas muy preocupantes. Y no tanto por la vida religiosa, porque el problema no es la vida religiosa. Es, en primer lugar, un problema social y, en segundo lugar, un problema cultural. Y quien tiene que resolver los problemas no es ni la Iglesia ni la vida religiosa, sino los propios Estados. Pero, dentro de este marco, es normal que nosotros nos preguntemos cómo tiene que ser la vida salesiana y la vida religiosa en esta Europa: ¿cuál es el aporte que estamos llamados a dar? No podemos seguir haciendo obras sociales.

EN FAMILIA 19


en familia

Hoy, si nosotros no somos un signo luminoso de lo que significa ser personas consagradas a Dios, es irrelevante nuestra presencia, porque ya desde el punto de vista social no lo es Esto ya no es África, ni América Latina, ni Asia. Después de la gran integración de Europa, con la que quedaron superadas para siempre las guerras, donde se ha alcanzado un altísimo nivel de bienestar y de desarrollo científico y tecnológico, ése no es el problema. Hoy los Estados podrían decirnos: “No os necesitamos”. Ni para las escuelas, ni para la salud, ni para las obras que en algún momento tuvimos en las manos. Y no porque no haya que estar presente en la escuela, en los hospitales, o en las obras típicamente de marginación. Al revés: hay que estar; pero no es exactamente lo principal que hay que hacer. Hoy, si nosotros no somos un signo luminoso de lo que significa ser personas consagradas a Dios, es irrelevante nuestra presencia, porque ya desde el punto de vista social no lo es. Don Adriano Bregolín y yo habíamos visto que necesitábamos acompañar las regiones. Necesitamos ayudar a que cada una empiece a ver exactamente qué es lo que está llamada a hacer. Porque la congregación, en 130 países del mundo con realidades culturales tan diversas, es normal que tenga que asegurar, por una parte, la identidad y, por otra parte, la fidelidad a los contextos. Así que, en nuestro recorrido por las distintas regiones, tenemos ahora los encuentros con esta región de Europa Oeste. El 150 Aniversario: Tiempo de Gracia Estamos viviendo un periodo de gracia, verdaderamente muy grande, en el que a veces los primeros que tenemos que reaccionar somos precisamente los salesianos. Voy a dar-

20 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

les un ejemplo que me parece muy elocuente: yo tenía la idea de que, antes de 2014, la urna de Don Bosco recorriera todo el mundo. Y se ha hecho un esfuerzo muy grande para hacer esta réplica de la urna de Turín y poder enviarla. Y ya desde ahí, los regionales dijeron que no a todas partes podía ir esta urna, que no representaba nada en África o en Asia, donde el culto a los muertos no existe o se vive de otra forma. Se optó por hacer una estatua, que fuera alternativa y que llevara también esta reliquia; muy bien. Comenzamos desde América, donde Don Bosco comenzó, y la primera reacción de los salesianos fue: “Al Rector Mayor, ¿de dónde le salen estas iniciativas? ¿De qué sirve esto? Lo que importa es un Don Bosco vivo. ¿Qué importa un Don Bosco muerto?”. ¡Pues, si supierais el entusiasmo que está generando…! Me gustaría que leyerais la carta escrita por el Inspector de La Plata, que cuenta que un salesiano no quiso ir a la iglesia donde estaba

la urna porque decía “¡A mí qué me importa un Don Bosco muerto!”. Cuando empezó a escuchar las cosas que había habido, las colas interminables por ver a Don Bosco, la gente llorando entusiasmada, hombres, mujeres, niños… dijo: “Tengo que ir a ver también yo”. Y cuando lo vio, dijo: “No me imaginé que un Don Bosco muerto generara tanta vida, tanto entusiasmo”. Que en la parte de Punta Arenas, de Ushuaia, donde la temperatura en ese momento era de 30º bajo cero, la gente estuviera a las 2 o 3 de la mañana haciendo fila… A veces nos puede suceder lo que, en Chile, que mandaron a una periodista para que hablara mal de lo que estaba pasando y, cuando ella llega, lo primero que tiene que decir es que ha quedado tan impactada que le ha pasado como a Balam, que lo mandaron a profetizar contra el pueblo de Israel y tuvo que profetizar positivamente. Y así, esta periodista ha escrito tanto que hemos pedido autorización para publicar su carta, porque dice: “Nunca había visto una presencia que, en el campo político y social, lograra hacer lo que está haciendo la presencia de Don Bosco”. Y, cuando yo leo todas estas cosas que me llegan, pienso cómo nos


puede pasar a veces que vivimos con una visión muy intelectualista que no corresponde a la sensibilidad de la gente. Tenemos a veces una idea que está muy separada de lo que es el lenguaje real que la gente habla y al que sigue siendo sensible. Decía que estamos viendo un tiempo de gracia, en primer lugar, porque no cabe duda de que la celebración del 150º Aniversario es un acontecimiento que vale la pena celebrar. A veces me paro a pensar que los colaboradores de Don Bosco fueron grandes santos fundadores, por ejemplo san Luís Orione, san Luís Guanella, san Leonardo Murialdo… y Don Bosco no funda la congregación con estos grandes hombres, sino que la funda con un grupo de sus chavales, que entonces tenían 20 años, pero que cuando llegaron Miguel Rua y Cagliero tenían 10 y 11 años respectivamente. Fundó la congregación con sus jóvenes, no con los grandes colaboradores que tuvo. Y esto ya nos dice cuán acertado estuvo Don Bosco, porque ese puñado de chicos decidió quedarse para siempre con él y hacer propio su sueño y su proyecto, y comprometerse a darle continuidad y desarrollo. ¡Y nos ha ido muy bien! Si pensamos que hoy estamos presentes en 130 países, que somos la congregación más extendida de todas, aun no siendo la más antigua, o nos damos cuenta del florecimiento también de santidad en la familia religiosa nuestra, constatamos que hay algo aquí de maravilloso donde el Espíritu ha actuado. El 150º Aniversario no lo podemos vivir solo como un evento para hacer fiesta; tendríamos que vivirlo como un camino espiritual y pastoral. Y por eso quería ofrecer cuatro elementos que nos permitieran vivir este año como una gran renovación espiritual y pastoral. Buscando definir cuál podría ser el camino, naturalmente pensé, cuando preparaba la carta de los 150 años anterior a

la de Don Rua, sobre qué construyó Don Bosco su congregación, porque no podemos poner otro fundamento distinto del que puso Don Bosco. Los pilares de Don Bosco Don Bosco lo puso todo sobre cuatro grandes pilares. El primero era creer en los jóvenes. Y quizá sea esta la primera lección que nos da Don Bosco: volver a los jóvenes, estar presente en medio de ellos, creer que son capaces de cosas grandes cuando nos decidimos a hacernos compañeros de camino. Si queremos ser verdaderos educadores de los jóvenes, tenemos que llevar a experiencias de fe profundas, donde no hablemos de Dios porque lo hemos escuchado, sino porque lo hemos experimentado y suscitemos en ellos este deseo de encontrarlo. La grandeza de Don Bosco fue haber creído en los jóvenes, haber apostado por ellos y, con ellos, haber construido su congregación. No es ninguna retórica ni exageración decir que los jóvenes fueron cofundadores de Don Bosco, porque fue así; y ese es el primer gran elemento que nos tiene que dar este 150º aniversario: creer en ellos, volver a ellos y apostar por ellos.

Especialmente, en un momento en que la sociedad tiende a reducirlos simplemente a espectadores y consumidores. Don Bosco los ponía en el centro, los hacía protagonistas. Hasta la forma de preparar a sus salesianos era así: Don Rua tuvo que sufrir mucho cuando en 1903 tuvo que aplicar la decisión de la Santa Sede que le prohibía seguir formando sobre el campo de trabajo a sus salesianos, algo que Don Bosco siempre hizo. Y, por eso, Don Rua se inventa el Tirocinio, porque dice: “¿Cómo puedo asegurar que los salesianos aprendan a estar con los jóvenes?”. Antes era normal, porque Don Bosco formaba sobre el terreno, sobre el campo de juego. Así que, el primer gran elemento que nos tiene que dar el 150º aniversario, si queremos seguir teniendo futuro, es creer en los jóvenes, también en Europa, donde está resultando muy difícil porque se ha implantado una cultura nihilista: se ha pasado del pluralismo al relativismo, y del relativismo al nihilismo… No sé si habéis leído un libro que se llama El nihilismo, ese huésped inquieto. Es de un psicólogo social, Umberto Galimberti, que dice

EN FAMILIA 21


en familia

que se ha infiltrado en nuestras casas, y comienza describiendo aquellas cosas que, imagino, pasan también en España, de grupos de jóvenes en Italia que, desde los puentes, empiezan a tirar piedras a los coches que van pasando, como si estuvieran divirtiéndose en los videojuegos, y cuando los han capturado -porque han matado personas, naturalmente- dicen los psicólogos que los más dramático es descubrir el vacío de estos jóvenes. O las escenas que vimos aquí, en Barcelona, de aquel chico dándole patadas en la cara a una pobre ecuatoriana, o aquí en Madrid, de aquellas chicas animándose unas a otras para matar a otra chica que estaba tirada… Sí, es muy difícil hoy trabajar con los jóvenes. Y, sin embargo, nuestro futuro estará en seguir creyendo en ellos y en seguir estando con ellos. La segunda gran opción de Don Bosco fue buscar jóvenes consagrados. No le bastaba con tener sus jóvenes: los quería personas que estuvieran consagradas, personas que pudieran comprometerse a darle continuidad a lo que él estaba haciendo. Y así comprobamos el drama de Cagliero, porque él mismo lo confiesa, de la forma que pensaba, cuando Don Bosco les propone si están dispuestos a constituirse en una congregación: “Este nos quiere hacer monjes”. Y era ya seminarista, como Don Rua, pero no era lo mismo que ser consagrados en un momento en que las congregaciones estaban siendo disueltas. Y Don Bosco dice: “Necesito personas consagradas”. Y este es el segundo elemento que yo quisiera señalaros, mis queridos hermanos. A mí me ha preocupado mucho que, ya desde que Filiberto Rodrí-

guez era regional, siempre que presentaba la situación de las inspectorías de España decía que funcionan muy bien, están muy bien organizadas, pero no hay vocaciones. Y yo me pregunto: ¿y por qué no hay vocaciones? ¿Cómo es posible que tengamos tantos jóvenes y que no haya vocaciones? Hemos llegado en esta región a tener uno o dos novicios… ¡en toda la región! Es cierto que el ambiente social ha cambiado, es cierto que ha habido un impacto muy profundo de esta cultura cada vez más indiferente al fenómeno religioso, pero cuando yo me pongo a pensar en las inspectorías del norte de Italia, y compruebo que la parte Véneta, que es la más rica, tiene cada año 6 o 7 novicios, veo que aquí hay algo que no está logrando funcionar. Hay algo que no logra realmente del todo cumplir con su cometido. Y en esto yo quisiera ser muy claro, en combatir esa concepción que se fue infiltrando en algunas partes de la congregación, especialmente entre los salesianos de Holanda y Bélgica. Cuando Don Vecchi los llamó al Consejo General, después de que llevaban más de 20 años sin ninguna vocación. Yo estaba en ese momento en el Consejo, y Don Vecchi les dijo: “Hace 25 años hicisteis algunas opciones y hoy tendréis que reconocer que os habéis equivocado, porque desde entonces no tenéis ningún salesiano holandés, siendo la inspectoría misionera por excelencia, siendo los misioneros dedicados ala gente más pobre y abandonada. ¿Qué paso?”. Y la respuesta de ellos fue: “No nos hemos equivocado y toda la congregación seguirá nuestros pasos. El carisma no muere, porque lo hemos pasado a los

Es bonito lo que estamos viviendo, y yo quisiera que cada salesiano se sintiera feliz de ser salesiano, orgulloso de esta familia que nos ha legado Don Bosco 22 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

laicos”. Sin personas consagradas, el carisma no tiene futuro. Y esta es una de las grandes convicciones de Don Bosco que yo quiero reafirmar. No podemos decir, “Bueno, ya hemos pasado el carisma a los laicos”. Eso es seguir el camino opuesto al de Don Bosco, que tenía colaboradores y vio que se le iban… Es más, llega un momento en que le quieren quitar las obras de los oratorios, porque piensan que es poco fiable… Y Don Bosco, entonces, se da cuenta de que no puede comenzar así. A nosotros, hoy, el 150º aniversario nos tiene que servir para decir: “tengo que ayudar a madurar en los jóvenes proyectos de vida. La tercera gran cosa que Don Bosco hizo fue hacer de las constituciones un proyecto que permitiera asegurar identidad y fidelidad. Es interesante que la primera fotografía que aparece de Don Bosco es cuando le está entregando las constituciones a Cagliero y le dice: “Hasta ahora me habéis amado en el afecto; amadme ahora en la observancia de las constituciones”. No era una propuesta legalista para tenerlos manumisos, sino para decir que, en cualquier lugar donde nos encontremos, tenemos un proyecto compartido que nos unirá. Es interesante que, después de 150 años, la congregación no se ha dividido. Muchas congregaciones se han dividido con reformas internas, una y otra vez; a esta congregación yo no la encuentro dividida, ni encuentro elementos para decir que hemos traicionado a Don Bosco y necesitemos una reforma de la congregación. Y, en buena medida, se debe a esta forma en la que los chicos de Don Bosco dijeron: “Asumimos tu proyecto”. Yo creo que esto es importante, porque hoy que se está presentando el problema de la disciplina religiosa en el campo de la obediencia, de la pobreza y de la castidad, no cabe duda de que muchos de los problemas se deben justamente a la arbitrariedad con la que a veces se organiza uno la


propia vida personal, incluso comunitaria, en ocasiones poniendo en riesgo comunidades, inspectorías y, a veces, la congregación. Y, finalmente, la cuarta gran opción de Don Bosco fue decir: “Si quiero hacer algo por los jóvenes, necesito poner en pie un vasto movimiento de personas”. Esto es la Familia Salesiana: un vasto movimiento de personas que comparten su pasión educativa por los jóvenes. Pero aquí necesitamos, realmente, un cambio de esquema mental, porque con frecuencia la Familia Salesiana la hemos considerado como si fueran destinatarios de nuestra acción, como si nosotros no fuéramos Familia Salesiana, como si la Familia Salesiana estuviera fuera de nosotros. ¿Un ejemplo elocuente? Casi siempre que hay reuniones de la Familia Salesiana, los únicos que no están son los SDB. Acaba de llegarme una propuesta de cómo organizar el 18 y 19 de diciembre allá en Turín, que dice que el Rector Mayor se reúna con todos los salesianos, y el vicario, Don Adriano, con la Familia Salesiana. Y, digo, ¿pues quién es la Familia Salesiana? O sea, ¿ellos son la Familia Salesiana y nosotros no somos Familia

Salesiana? Don Bosco, como todos los grandes fundadores, no fue fundador de una congregación; fue fundador de una gran familia espiritual y apostólica. Y necesitamos, conservando el aspecto y el talante de familia, actuar cada vez más como movimiento, en el que, respetando la autonomía de cada grupo, tenemos objetivos comunes, que se vea que estamos trabajando desde una misma lectura de la realidad y con opciones también compartidas. Bueno, este era el camino espiritual y pastoral que había propuesto. Yo espero que las inspectorías lo estén recorriendo. Este del 150º aniversario es el primer gran evento. Y no lo hemos terminado, y ya estamos comenzando el centenario de la muerte de Don Rua. Sobra decir que ambos acontecimientos son una expresión del gran proyecto que tiene la congregación para el sexenio. No es que sean elementos diversivos que, por lo tanto nos distraen la atención, sino una forma de concretar el gran proyecto que tiene la congregación, para llegar al 2015, al bicentenario del nacimiento de Don Bosco con una gran renovación. Don Rua, modelo a imitar

Este año, leyendo a Don Rua para preparar la carta con motivo del centenario de su muerte, he descubierto que cuanto más lo leo, más admiro a Don Bosco; cuanto más lo leo, más veo la grandeza de Don Rua. La primera grandeza de Don Rua fue no querer ser un carismático, como lo fue Don Bosco. Si Don Rua hubiera sido un carismático, hubiera fundado una congregación distinta de la de Don Bosco. La grandeza de Don Rua fue convertir en institución el carisma de su padre espiritual y hacerlo un carisma que podía ser experimentado por todos. Es programática la homilía de Pablo VI en la beatificación de Don Rua, que está en el propio del oficio de lectura de su fiesta. Los que organizan ahora el congreso, quieren empezar precisamente con esa homilía, porque nos ayuda a trazar el perfil y la grandeza humana, espiritual y salesiana de Don Rua. Fue un hombre que tuvo que tomar entre sus manos muchos problemas. Cuando murió Don Bosco, le dejó a Don Rua una deuda de un millón de liras italianas de la época, que en este tiempo sería una cifra impagable. Claro, Don Bosco sí era carismático, abría obras y emprendía aquí y allá, y viajaba mucho para buscar

EN FAMILIA 23


en familia

El 150º aniversario no lo podemos vivir solo como un evento para hacer fiesta; tendríamos que vivirlo como un camino espiritual y pastoral

recursos, por ejemplo, el viaje aquí, en España, en Francia, en Italia… La primera cosa que hace Don Rua es comenzar, sin asustarse, a poner las cosas en orden y a crecer. Cuando Don Bosco muere, había 700 salesianos; cuando Don Rua muere, deja 4.000 salesianos. Quiere decir que de ninguna forma esta fidelidad a Don Bosco fue una fidelidad estéril. No fue una fotocopia, fue un original, Un seguidor original que fue fiel con una gran fecundidad… Hay que ver el desarrollo de la Familia Salesiana; hay que ver la extensión de las obras por el mundo; hay que ver cuántas obras nuevas a favor de los jóvenes aceptó Don Rua. Por ejemplo, dos problemas muy serios: el primero, si las parroquias son o no un presencia salesiana. Y la reacción inicial era que no, porque las parroquias comprometen el carisma, no nos permiten estar con los jóvenes, nos convertirán en curas diocesanos… Y Don Rua acepta las parroquias, que hoy son un campo privilegiado de presencia y para la pastoral juvenil. Una parroquia salesiana es para tener un gran centro juvenil, un gran oratorio, que asegure la dimensión juvenil de la Iglesia. Y hay muchos elementos que tienen que estar asegurando la identidad salesiana de una parroquia. Cuando Don Miguel Unia escribe a Don Rua, diciéndole que quiere ponerse a trabajar por los leprosos en Agua de Dios,... Algo parecido a cuando Juan Bautista Montini, que era el cardenal de Milán, le ofrece a la congregación la obra de

24 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

Aresse . 1954, una fecha que vino a conmover la congregación que tuvo, en ese momento, que empezar a replantearse qué era el Sistema Preventivo, que no es solamente evitar que los chicos buenos caigan en experiencias negativas que comprometan su crecimiento armónico y su desarrollo pleno, sino cómo hacer que jóvenes que han caído en experiencias negativas, logren reconstruir su propia vida con personalidades ricas. El mismo desafío tuvo que afrontar Don Rua cuando tiene que decidir qué hacer con Miguel Unia y con aquellos chicos. Hoy pienso en aquello, cuando veo a los salesianos trabajar a favor de los adolescentes soldado, de los niños prostituidos en el turismo sexual, de los niños de la calle, con los gitanos – hoy tenemos una escuela para gitanos en Hungría, con 500 chicos gitanos de las diversas etnias-, en la República Eslovaca, en la República Checa, cuando veo salesianos que llegan a Tailandia y crean una escuela para ciegos, en una cultura budista donde tú no tienes que hacer nada para aliviar a alguien que, si es ciego, es por algo... Y esta fue la grandeza de Don Rua: no solamente una fidelidad fecunda, una fidelidad dinámica. ¿Cómo responder hoy a los nuevos desafíos de los jóvenes? ¿Cómo no hacer que las estructuras acaben por ahogar el carisma y el espíritu? ¿Cómo hacer que, efectivamente, las estructuras estén al servicio de los jóvenes, de sus necesidades? Leyendo a Don Rua uno queda

fascinado. Cuando venía por aquí, de Portugal a la parte de Sevilla, le cortaban la sotana; ya, en vida, lo consideraban un santo y, apenas muerto, piden su canonización. Curiosamente, después de tantos años, aún es solamente beato. Dejó un halo de santidad más grande que la de Don Bosco, cuando muere… Don Bosco tenía mucha gente que no le quería tan bien; de Don Rua no se puede decir esto. La grandeza de Don Rua fue no querer ser más que su maestro. Como dice Jesús: “Ya le basta al discípulo ser como su maestro”. Quiso ser un hijo que amaba entrañablemente a Don Bosco. Esto lo sabemos porque la mamá no lo dejaba ir al oratorio. Lo habían educado los Hermanos de las Escuelas Cristianas, y el se iba al oratorio. Finalmente, lo dejó y él se queda con Don Bosco, pero el ambiente del oratorio no le parecía sano a la mamá de Don Rua para su Miguelito… En segundo lugar, fue alguien que hizo, de la fidelidad a las constituciones, su proyecto de vida. A veces nos lo han presentado negativamente, como un legalista,… ¡la regla viviente! Pero lo hacía porque no quería traicionar nada que fuera elemento importante del carisma de Don Bosco. Por ejemplo, cuando en el año 1905 él tiene que aceptar una decisión de la Iglesia, que es que las Hijas de María Auxiliadora queden completamente libres de la dependencia de los salesianos, vuelve de la Santa Sede con la convicción de que son autónomas, y desde ese momento deja de enviar asistentes


y de hacer visitas oficiales. Pero cuando le dijeron, años antes, que tenía que aplicar la decisión de que los directores no confesaran a sus hermanos ni a los chicos, en ese momento la forma en la que luchó fue bárbara y recurrió a muchos subterfugios, porque para él era un elemento carismático. No lo quería perder, porque no quería entregar al sucesor una congregación disminuida respecto a la forma en la que Don Bosco la había entendido. Don Rua sufrió mucho. En el año 1906, vino el famoso escándalo de Varazze, muy conocido por todos. Y, curiosamente, quienes salieron a la defensa fueron los exalumnos. Ya, unos años antes, se había dado un caso de un clérigo que había cometido una imprudencia, pero ese año, cuando lo de Varazze, desde junio de 1906 hasta enero de 1907,… ¡cuánto sufrimiento! Apenas resuelto el caso de Varazze, manda hacer una visita canónica extraordinaria a todas la comunidades de la congregación. Y cuando recoge el fruto de las visitas, le dice a su consejo: “Hay muchos directores que no son directores, son administradores, son gerentes. No están ayudando a los hermanos a mantenerse fieles vocacionalmente, no los están ayudando a madurar: hay que quitarlos. Hay inspectores que nos son realmente guías de sus comunidades”. Y ya sabemos que Don Rua tuvo problemas con los inspectores de Francia (1903), cuando empiezan las leyes que establecen la confiscación de los bienes y se tiene que pasar de dos a una inspectoría. Uno de los dos acude a los teólogos y estos le dan la razón a él frente a Don Rua y este manda notificación al Vaticano… menos mal que el Vaticano le dio la razón a Don Rua. Es decir, que fue un hombre que supo sufrir, porque es un elemento inseparable de la responsabilidad que tenía. ¿Qué hacer de este año centenario? Es un camino espiritual. No es un recuerdo simplemente bonito, nostálgi-

co de una gran figura. Hay que intentar aprender de Don Rua a ser hijos, discípulos y apóstoles, con un gran amor, que se expresa en la fidelidad fecunda y en la fidelidad dinámica, creativa, que aún responda a situaciones. Yo creo que el congreso que va a haber ahora en octubre, el primero de los historiadores, nos dará frutos muy bonitos, porque qué pena que no conozcamos a Don Rua apenas… Y después, el próximo año, vendrá el gran congreso, ya no organizado por el ACSSA (Asociación de Cultores de Historia Salesiana), sino por el Rector Mayor y toda la congregación, justamente para extender más el conocimiento y la figura de Don Rua. Estamos viviendo un momento muy estimulante, porque todas estas cosas son estímulos, que entran como concreción del gran proyecto que yo llamo la “carta de navegación”, que la congregación se ha querido dar en el Capítulo General XXVI, con este lema: “Volvamos a Don Bosco”. Pues bien, volvamos a Don Bosco. Estudiemos a Don Bosco, desde el punto de vista de su historia, de su pedagogía y de su espiritualidad. No lo demos por conocido. Los dos volúmenes del Braido son hoy lo máximo que se puede estudiar sobre Don Bosco. Los siete volúmenes escritos por el

Padre Arthur Lenti, como escuela de salesianidad para las distintas etapas, nos hacen ver hasta qué punto es realmente necesario conocer más a Don Bosco. Pero nosotros queremos traducir todo esto en el avivar o reencender el corazón de cada salesiano, con la misma pasión que ardía en el corazón de Don Bosco. Traducirlo en sentir esta urgencia de evangelizar (y este es el aguinaldo del próximo año), en sentir la necesidad de ayudar a los jóvenes a madurar proyectos de vida, a madurar vocacionalmente, en un estilo de vida más austero, más sobrio. Y reavivar una gran sensibilidad para ir al encuentro de los jóvenes más pobres, que a veces son fronteras no tanto geográficas, sino fronteras culturales. Hoy veo yo que el mundo de los jóvenes es, en gran medida, virtual; viven en un planeta en el que sienten que los adultos son extraños. Ellos se comunican con el sms, con el móvil, con el youtube, con el myspace,… ¡y realmente se comunican! Cunado yo tengo los encuentros con los jóvenes, siempre hay jóvenes que comienzan a enviarme e-mails y me dicen “¿por qué no visita mi página?”. Y vas a visitar sus páginas y son páginas de diálogo con otros jóvenes, sobre temas

EN FAMILIA 25


en familia

La misión de la Familia Salesiana es hacer visible el amor de Dios a los jóvenes El Rector Mayor de los salesianos pide a la Familia Salesiana, durante una misa celebrada el 3 de octubre en Madrid, que sea “signo de la presencia amorosa de Dios”, especialmente para los jóvenes.

E

n el marco de su visita pastoral a la Inspectoría de Madrid y procedente de Salamanca, donde clausuró los actos del centenario de la obra de María Auxiliadora, Don Pascual Chávez estará en la capital española hasta el próximo lunes día 5, día en que inaugurará el curso escolar en el CES Don Bosco, con motivo del 50º aniversario del centro. A las 10h de la mañana arrancaba la primera jornada del Rector Mayor en Madrid. Don Pascual se reunía con los salesianos en un acto en el que hizo un repaso de la presencia salesiana a nivel mundial, señalando su preocupación por la situación que vive la congregación en Europa, frente a su crecimiento en África y Asia. En opinión de Don Pascual Chávez, es importante que se cuide el carisma salesiano en Europa, porque aún es punto de referencia para los demás continentes. En cuanto a la presencia salesiana en España, el Rector Mayor apuntó la necesidad de trasladar parte de las energías dedicadas a las obras sociales en los últimos años, que han sido fructíferas y ya están consolidadas, hacia el cuidado pastoral y espiritual de los jóvenes, presentándoles de manera más directa la propuesta de vida cristiana. Durante el coloquio posterior, surgió el tema de los problemas que pudieran surgir en el proyecto

26 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

de la futura unificación de las inspectorías españolas. Al término de este encuentro, el Rector Mayor presidió la eucaristía que se celebró en la parroquiasantuario de María Auxiliadora de Atocha, a la que acudieron numerosos miembros de todos los grupos de la Familia Salesiana. Concelebrada por el Inspector de Madrid, Don Luis Onrubia, por el vicario del Rector Mayor y responsable mundial para la Familia Salesiana, Don Adriano Bregolín, y por decenas de salesianos sacerdotes, la eucaristía se desarrolló en un clima de recogimiento y de familia. La preparación de la liturgia fue confiada a los jóvenes de las Comunidades “Iglesia viva”, de la obra de Estrecho, y la animación de los cantos corrió a cargo de un coro integrado por jóvenes representantes de varias obras salesianas de la ciudad. La liturgia que se celebró en la eucaristía de hoy fue la de Santa María en sábado, especialmente centrada, como no podía ser de otro modo, en la advocación de María Auxiliadora. A ella fue dirigida la primera alusión de Don Pascual durante su homilía, cuando afirmó que María Auxiliadora es la auténtica fundadora de la Familia Salesiana. Recordó a los presentes que “como discípulos de Jesús, somos Iglesia y contamos con la protección de María para ser

nosotros auxiliadores de los jóvenes en sus necesidades, nos sólo económicas, sociales o materiales, sino también y sobre todo, espirituales y morales”. Añadió que “la misión de la Familia Salesiana no consiste en hacer muchas cosas, ni siquiera si son espectaculares, sino simplemente en volvernos un signo

de la presencia amorosa de Dios, en hacer visible y creíble el amor de Dios para los jóvenes”. Para conseguir este fin, el Rector Mayor señaló tres actitudes básicas que la Familia Salesiana, personalmente y como grupo, debe cuidar, siguiendo el modelo de María: la primera, buscar y descubrir cuál es el verdadero proyecto de Dios para nuestra vida; en segundo lugar, aceptar la voluntad de Dios abriéndole el corazón y asumiendo las dificultades que ello implique; y, por último, dejarse guiar por el Espíritu Santo para poder ir respondiendo a las necesidades de los jóvenes y de nuestra sociedad desde la mente de Cristo. El Rector Mayor cerró la celebración con la bendición de María Auxiliadora y puso la nota simpática consolando a los presentes por no haber podido conseguir la sede olímpica para Madrid 2016 y mostrándose seguro de que se logrará para el 2020.


«Alégrate, llena de gracia,el Señor está contigo» Homilía para la Misa de Maria Auxiliadora (Ef 1,3-6.11-12; Lc 1,26-38)

M

ucho me alegra poder celebrar esta Eucaristía con la Familia Salesiana de la Inspectoría de Madrid, en ocasión de los 150 años de fundación de la Congregación y de la Familia Salesiana. Os invito a hacer memoria agradecida por esta historia de la presencia salesiana en el mundo, en particular por lo que ha significado para los jóvenes a quienes ha servido, y, al mismo tiempo, os invito a renovar nuestro compromiso de futuro como hijos de Don Bosco. Queremos seguir creyendo en los jóvenes, como lo haría Don Bosco. Queremos seguir encontrando inspiración y energía en él para ofrecerles una experiencia educativa de calidad que les permita desarrollar toda su potencialidad, alcanzar la madurez humana y cristiana, y descubrir proyectos de vida para el bien de la Iglesia y de la Sociedad. Me parece estupendo que se haya escogido la misa de María Auxiliadora para esta eucaristía. Ella es la auténtica fundadora de la Congregación y de toda la Familia Salesiana. Ella continúa siendo la madre y maestra que nos guía para responder al querer del Señor, a las expectativas de la Iglesia y de la Sociedad y a las necesidades de los jóvenes. Os invito a recoger el agradecimiento de todos nosotros a Dios por la presencia materna de María en esta historia sesquicentenaria de nuestra familia espiritual y apostólica. “María, Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los Cristianos” La Virgen fue para Don Bosco una presencia muy viva desde el momento del “sueño de los nueve años”, en el que él la acogió como madre y maestra, bajo cuya discipli-

na fue moldeándose su corazón de pastor de los jóvenes. Como Don Bosco, “creemos que María está presente entre nosotros y continúa su ‘misión de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos’ y nos entregamos a Ella, humilde sierva en la que el Señor ha hecho grandes cosas, para ser entre los jóvenes testigos del amor inagotable de su Hijo” (C.8). Con respecto a esta genial intuición de Don Bosco, es importante que no separemos estos dos títulos, Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los Cristianos. En efecto son las dos caras de la misma medalla. En nuestra calidad de discípulos de Jesús somos Iglesia, que tiene como madre a María, y en nuestra calidad de cristianos contamos con su protección maternal y estamos llamados a

ser “auxiliadores” de los jóvenes en la prevención y en la lucha contra todos los aprietos que amenazan su vida, desde el lado económico, social, hasta el aspecto moral y espiritual planteando graves dificultades a su felicidad y hasta a su salvación. En cuanto Auxiliadora, María representa, en efecto, tanto la defensa de los más necesitados y extenuados, como el cuidado maternal del que te lleva de la mano y te guía, te educa y te forma. Sin duda el título de Auxiliadora tenía otras resonancias en tiempo de Don Bosco, diferentes de las que puede tener en nuestro tiempo. Lo cierto es que las principales víctimas de las expresiones negativas del modelo social actual son los jóvenes, o porque, careciendo de lo necesario, comprometen su

EN FAMILIA 27


en familia

Queremos seguir creyendo en los jóvenes, como lo haría Don Bosco. Queremos seguir encontrando inspiración y energía en él para ofrecerles una experiencia educativa de calidad desarrollo normal, o bien se sienten tentados de buscar formas de vida que no desembocan en la plenitud de la misma, o porque, cerrados en sí mismos y en la búsqueda de confort, pierden el sentido de la vida, la capacidad de entregarse, la gratuidad y el servicio, y acaban por organizar su vida al margen de la realidad, de Dios, fuente de la vida. Contemplando a María llega a ser natural la evocación del canto del Magnificat, que es un llamado a recoger toda la historia doliente de la humanidad, que empezó a renovarse en María, la nueva Eva, y por medio suyo. De aquí nace la misión del Salesiano que no consiste en hacer cosas, aunque sea muy llamativas, sino en “volverse testigos del amor inagotable del Padre revelado en su Hijo”. Con Don Bosco queremos alimentar este agradecimiento a María por lo que ha sido y sigue siendo en la Iglesia y en la Congregación, y, al mismo tiempo, asumir esta devoción a la Auxiliadora como un programa para hacer de ella una experiencia de vida de manera que nuestro amor se vuelva docilidad, imitación y empeño para volver visible, creíble y eficaz el amor de Dios para con los jóvenes. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” La palabra de Dios ilumina nuestra devoción porque nos muestra a

28 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

María como el signo por excelencia de todo lo que ha sido su designio salvífico, tal como hemos escuchado en la primera lectura. Vista a la luz del himno de la Carta a los Efesios, María aparece como llena de las bendiciones de Dios en Cristo, elegida antes de la creación del mundo para ser santa e inmaculada en su presencia, predestinada a ser su Hija, para alabanza y gloria de su gracia que nos ha dado en su Hijo amado. He aquí el plan maravilloso de Dios, que encuentra en María su mejor realización, el modelo de la Iglesia, y anuncio de lo que quiere hacer a favor de toda la humanidad. El relato lucano de la anunciación de María nos dice que si bien la vida es vocación, porque Dios tiene un sueño a realizar para cada uno, en toda vida hay, sin embargo, una anunciación para algo totalmente nuevo a lo que somos invitados. Un buen día percibimos con claridad que Dios ha pensado en nosotros y quiere contar con nosotros para realizar su salvación. Lo único que exige es capacidad de acogida de esa propuesta divina, y una respuesta amorosa y generosa, sabiendo en Quien hemos puesto nuestra confianza, y ponernos en camino. Es normal que ante una intervención de Dios en nuestras vidas sintamos temor de que venga a cambiar nuestros proyectos personales y, en cierto sentido, a complicarnos un poco la existencia. Es entonces cuando hay que tener

la audacia y la humildad de cambiar los propios proyectos y aprender a dejarse conducir por el Espíritu. La anunciación de María nos ofrece las actitudes a cultivar para saber escuchar y responder a Dios que no cesa de hablarnos y llamarnos. Se pondrían sintetizar en tres grandes actitudes: La búsqueda del plan de Dios en la propia vida, sabiendo que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros y que nos lo va revelando en la medida que nos preguntamos qué es lo que Él quiere de nosotros en favor de los demás. La palabra de Dios, su anunciación, llegará a través de acontecimientos, de personas, y de la Escritura. De aquí la necesidad de convertirnos en oyentes atentos de la Palabra y en lectores creyentes de la historia. En este sentido me parece muy elocuente el ver representada a María en muchos de los cuadros de la anunciación con la Sagrada Escritura entre sus manos o sobre sus rodillas, meditándola, casi como si la quisiera acoger en sus entrañas. María nos enseña en primer lugar a estar atentos: «Ella discurría – dice el evangelio – qué significaría semejante saludo». La aceptación de la voluntad de Dios como proyecto de vida, reconociendo que el proyecto de Dios será siempre mejor que el nuestro. Abrirse a Dios significa admitir la propia situación de criatura, limitada, propensa a fabricar ídolos y dioses a


la propia medida. Admitir a Dios en nuestra propia vida implica reconocer su señorío, no depender de ningún Otro, no tener otras primacías en nuestra vida, identificarnos de tal modo con su voluntad hasta hacerla verdaderamente nuestra. No se puede ser verdadero creyente y pretender disponer de Dios, querer que sea más bien Él quien haga nuestra voluntad y cumpla nuestros deseos. María nos enseña en segundo lugar a creer en Dios, a fiarnos de Él, a darle cabida en nuestra existencia como Alguien que se ama porque nos ha amado primero, porque ha pensado en nosotros. «He aquí la sierva del Señor. Haga en mí su proyecto». La docilidad al Espíritu de Dios, que hace posible en nosotros lo imposible. El relato nos dice que por la fuerza de Dios, que es el mismo Espíritu Santo, María pudo ser Madre de Dios. Es la docilidad al Espíritu la que hace fecunda a María virgen. Lo demuestra el hecho de que al visitar a Isabel, ésta responda al saludo de María “Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. La vivencia profunda de esta energía divina permite a María sentirse libre para poder disponer de sí y hacerse esclava de su Dios. Tal es el sentido profundo de la ‘virginidad’ de María, que más que una afirmación de un elemento físico es la total disponibilidad para su Dios. «Nada es imposible para Dios». En el relato evangélico de la Anunciación encontramos, pues, el modelo más perfecto de la fe humana ante Dios. Con frecuencia – un poco influenciados por la iconografía que nos presenta imágenes preciosas de María, a manera de una princesa, visitada por un ángel – nos imaginamos que Dios Nuestro Señor le manifestó a esta joven de Nazaret todo su plan de salvación, con la finalidad de que ella, comprendiéndolo, lo aceptara y así colaborara con Él. No es así, ni es ésta la estructura de la fe cristiana. La fe en Dios no es la consecuencia de haber entendido

lo que Él quiere de nosotros, sino al revés: es aceptar a Dios en la propia vida, de manera incondicional. Y es este fiarnos de Dios lo que nos permite ir comprendiendo a lo largo de toda la vida lo que nos sucede como expresión de la voluntad de Dios. Casi diría que sólo hasta que brilló esplendente la luz de la Resurrección, María pudo entender plenamente el misterio de su Hijo, pero entretanto ya había dado el “sí” al proyecto del Padre y se había dejado conducir por el Espíritu. Antes de acogerla en su seno, María acogió la Pala-

bra en su corazón y en su mente y así fue hecha madre de Dios. Tal es nuestra misión y tal es nuestro modelo. Que María encuentre en nosotros y en nuestras comunidades su casa, puesto que nos ha sido dada como madre y maestra para poder discernir la voluntad de Dios sobre nosotros, especialmente en relación a nuestra presencia salesiana hoy y aquí, saber acogerla con fe y alegría, y hacerla proyecto de vida para bien de los jóvenes. P. Pascual Chávez Villanueva, SDB Madrid, 3 de Octubre 2009

EN FAMILIA 29


en familia

El Rector Mayor a

Mi vida

E

Don Pascual Chávez compartió la tarde del sábado 3 de octubre con los jóvenes del MJS de Madrid rezando, conversando y disfrutando del musical “Footloose” representado por los chicos del grupo de teatro del Paseo de Extremadura. 30 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

l encuentro del Rector Mayor con los jóvenes, durante su visita a la Inspectoría de Madrid, empezaba a las 6 de la tarde del sábado, en el teatro de la obra salesiana del Paseo de Extremadura, con una oración común en la que se recordaba, a través del evangelio de san Lucas, que el mensaje y la propuesta de vida de Jesús no se dirige sólo a las personas intelectualmente elevadas, sino a los pequeños y sencillos con corazón abierto, como son los jóvenes. Sentado entre los chicos y chicas de los centros juveniles de todas las obras de Madrid, el Rector Mayor pudo disfrutar de la representación del musical “Footloose”, basado en la película del mismo título del año 1984. Al término de la obra, Don Pascual felicitó a todos los miembros del grupo de teatro del Paseo de Extremadura, por su excelente y profesional trabajo. A continuación, se abrió un espacio para el coloquio, durante el que el Rector Mayor habló de las aspiraciones y necesidades de los jóvenes, puestas de manifiesto en el argumento de la obra. Con su extraordinaria capacidad para extraer los mensajes profundos de las cosas aparentemente insignificantes, destacó especialmente tres valores reflejados por la obra a los que son especialmente sensibles los jóvenes: el ansia de libertad, la necesidad de vivir la vida en plenitud y celebrarla con alegría y la búsqueda del amor verdadero. Sin embargo, apuntó que “ni la libertad


los jóvenes de Madrid

os pertenece ni la vida son valores absolutos por sí mismos; es el amor el valor más importante, entendido como entrega, el que da sentido a la libertad, que se convierte en servicio, y a la propia vida”. En su alocución, Don Pascual compartió con los chavales y educadores presentes sus impresiones sobre la situación de los jóvenes en otros países que ha visitado durante el último año. Les habló especialmente del momento de gran desarrollo y protagonismo que viven los jóvenes en la India, de las dificultades e inmensa pobreza material y espiritual en la que se encuentran los jóvenes de Rusia, y del entusiasmo y profundidad espiritual de los casi 6.000 jóvenes italianos del MJS reunidos en Jesolo (Venecia), así como de su capacidad de comprometerse con los problemas sociales. También explicó brevemente a los jóvenes en qué consiste el llamado “Proyecto Europa”, con el que los salesianos pretenden revitalizar el carisma de la congregación en el viejo continente. Preguntado por los puntos fuertes y débiles que encontraba en los jóvenes europeos, Don Pascual recordó que los jóvenes de Europa son herederos de una riqueza humanista que no tiene ningún otro continente del mundo pero, por otro lado, se mostró preocupado porque los jóvenes europeos viven angustiados por el futuro, inmersos en una sensación de inseguridad provocada por la imposibilidad de formar una familia y desarrollar

proyectos de vida estable, dada la precariedad laboral que se vive en Europa. Los jóvenes de Madrid también pudieron acercarse un poco más a la persona de Don Pascual, a través de un simpático cuestionario de preguntas breves que se le dirigieron, a partir de las que habló de cosas tan aparentemente intrascendentes como sus preferencias musicales, su equipo de fútbol preferido, sus deportistas más admirados o su opinión sobre la famosa (pero pésima, según los mexicanos) cerveza “Coronita”. El rector Mayor confesó a los jóvenes que en su casa lo llaman “Paco” porque a su madre no le gustaba el nombre de Pascual, heredado por tradición familiar. Esta fue la parte más entrañable y cercana de la tarde, que transcurrió entre risas y complicidad. Para concluir el encuentro, el Rector Mayor se despedía de los jóvenes de Madrid con las “Buenas Noches” salesianas, en las que recordó, al hilo de los 150 años que cumple la congregación, que ésta no fue fundada por los adultos colaboradores de Don Bosco, sino por los propios jóvenes en los que Don Bosco confió para dar continuidad a su proyecto: toda una invitación para los chavales que le escuchaban a que recogieran ese testigo. El broche de oro de su mensaje a los jóvenes de Madrid fue este: “Yo quiero seguir creyendo en los jóvenes, apostando por los jóvenes y dando mi vida a los jóvenes. Mi vida os pertenece”.

EN FAMILIA 31


En Familia

Eucaristía dominical con el Rector Mayor en Madrid La eucaristía del domingo 4 de octubre, retransmitida por la 2 de TVE, se celebró hoy en el Paseo de Extremadura y fue presidida por el Rector Mayor, de visita estos días en Madrid.

L

os fieles de la parroquia “San Juan Bosco” de Madrid, junto con numerosos miembros de la Familia Salesiana, tuvieron la oportunidad de celebrar la misa dominical con el Rector Mayor. La eucaristía sirvió también como acción de gracias por los 150 años de la congregación salesiana y los 50 del CES Don Bosco. Concelebraron el inspector de Madrid, Don Luis Onrubia y el director de la obra salesiana del Paseo de Extremadura, Don Alejandro Viñas, así como varios sacerdotes de la inspectoría. Animaron los cantos los niños, jóvenes y adultos del coro de esta casa salesiana. Profesores y alumnos del CES Don Bosco, que celebran en estos días los 50 años de existencia de este centro universitario de las Hijas de María Auxiliadora, y en el

32 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

que colaboran también los SDB y varios salesianos Cooperadores, fueron los encargados de preparar la liturgia de la celebración, que pudo seguirse a través de TVE desde todos los rincones de España. Don Pascual Chávez desgranó, en su homilía, las principales ideas derivadas de las lecturas de la Palabra propias de hoy, XXVII domingo del tiempo ordinario. Habló especialmente de la indisolubilidad del matrimonio, primero desde el sentido de complementariedad entre hombre y mujer trasmitido en la lectura del Génesis, de la que destacó que, según el plan de Dios, “sólo la mujer salva al hombre de su soledad”, rebatiendo así a quienes ven en esta lectura una orientación machista. Sobre lo escuchado en el evangelio, el Rector Mayor destacó la valentía

de Jesús al defender la indisolubilidad del matrimonio, oponiéndose con ello a la ley de Moisés y reivindicando el plan originario de Dios en lo relativo al amor humano. Señaló que, con esa actitud, “Jesús manifiesta que no encuentra ningún defecto en la mujer que justifique el divorcio” y devuelve así a la mujer la dignidad que le correspondía, arrebatada por los fariseos y la ley mosaica. Al hilo de esta cuestión, habló del concepto del amor y el matrimonio en la sociedad actual y criticó las actitudes de las personas –incluso matrimonios cristianosque, a este respecto, consideran demasiado exigente e inhumano a Dios y caen en el mismo defecto relativizador de los fariseos del evangelio. El Rector Mayor defendió la indisolubilidad del matrimonio, por ser una muestra de la fidelidad, no solo a la persona amada, sino también al plan de Dios, e invitó a los matrimonios cristianos a no caer fácilmente en la tentación de la infidelidad. El mensaje de la Palabra de Dios propuesto por la liturgia para el día de hoy iba, pues, muy en consonancia con el carácter familiar de esta celebración, en la que destacaba una numerosa presencia de niños y jóvenes, junto con sus padres y abuelos. Por Marta Cesteros


Que el hombre no divida lo

que Dios ha unido Homilía en el vigésimo séptimo Domingo (B) Gn 2:18-24; Heb 2:9-11; Mc 10:2-16

Queridos Hermanos y Hermanas en el Señor: os hemos reunido para celebrar el memorial de nuestra salvación en la Muerte y Resurrección del Señor Jesús. Hoy la Palabra de Dios nos lo presenta así, conocedor de la institución del matrimonio como Dios la ha querido. Un tema por demás actual en nuestros días. En el texto del libro del Génesis, el autor nos narra la creación de la mujer y, con un lenguaje aparentemente ingenuo, nos aclara uno de los enigmas básicos de la condición humana: la relación entre hombre y mujer, que lleva hasta el extremo de transformar la relación con los propios padres. Dios no ha creado al hombre para condenarlo a la soledad; pone a su disposición un mundo lleno de animales vivos, pero con ellos el hombre no logra dialogar; será su señor; lugarteniente de Dios en la tierra, tendrá autoridad delegada sobre ellos; pero su dominio no alivia su soledad en la creación, rodeado de tantos seres vivientes, no encuentra con quien dialogar. Hasta que, dormido, para que no logre nunca saber bien cómo, Dios le presente una mujer, algo muy suyo, que echará siempre

N

en falta, y que aceptará como igual y compañero. La perspectiva del relato es algo – diríamos hoy – ‘machista’. Por lo mismo, resulta más importante cuanto afirma: sólo la mujer libera al hombre de su incomunicación personal en su mundo, siempre que sea aceptada como una creatura igual a él en dignidad; aunque sea ‘carne del hombre’, la mujer es ‘invento’ del Dios creador y su don al hombre; su dignidad no depende únicamente de la aceptación de su compañero; fuera de ella, el hombre no encuentra nada en la creación que lo salve de su soledad. A este texto acude Jesús para responder a la pregunta de los fariseos que, como en otras ocasiones, buscan de tenderle una trampa para acusarlo. En el caso presente, le ponen la cuestión de la posibilidad del divorcio. La respuesta de Jesús, por poco moderna que nos parezca, es norma de vida y criterio de autenticidad para sus discípulos. Hay algo, pues, muy importante – y actual – en la postura de Jesús sobre la unicidad e indisolubilidad del matrimonio. La enseñanza posterior dada a los discípulos «en casa» acentúa la afirmación de la indivisibilidad del vínculo matrimonial; poniendo en el mismo

EN FAMILIA 33


en familia

nivel de responsabilidad al hombre y a la mujer, subraya la validez del mandamiento de «no cometer adulterio». Jesús opta, con una radicalidad inusual en su tiempo, por el designio original de Dios; ni una ley tradicional, ni siquiera un hombre de Dios, Moisés, han de poner trabas al proyecto inicial de Dios. Lo que Dios pretendió en un principio es lo que debe respetarse. Dejar que Dios sea Dios, también en el seno de la intimidad matrimonial, es la forma de anticipar el Reino que viene. La narración evangélica prosigue presentando la ternura de Jesús frente a los niños; pero no simplemente porque aún lo sean, sino porque su ingenuidad y su dependencia de los mayores los convierten en ejemplo y norma de vida para cuantos esperan el reinado de Dios: no es ser niño lo que importa, sino llegar a ser como ellos. Jesús sorprende por su radicalidad, al defender el querer de Dios más que la institución matrimonial; le interesa más lo que Dios quiere que lo que deseen o puedan los hombres. Volverse a hacer como un niño no suele ser ideal de hombres maduros: no es la independencia de Dios, sino la confianza y subordinación lo que convierte al creyente en hijo. 1. La defensa del matrimonio, ayer y hoy Pues bien, para entender la respuesta de Jesús, hay que advertir que, en su tiempo, ni siquiera los mejores de entre sus contemporáneos discutían la licitud del divorcio; la misma ley aprobaba el repudio de la esposa en el caso de que el marido encontrase “en ella algo que le desagrade” (Dt 24,1). La discusión entre los entendidos se centraba en saber qué podía ser ese algo desagradable que justificara la ruptura de la vida matrimonial. En su respuesta Jesús no quiso entrar en ese tipo de discusiones; no niega que Moisés hubiera permitido la práctica del divorcio e instituido, incluso, una procedimiento legal para conseguirlo;

34 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

era un hecho evidente. Pero lo explica como una concesión a su dureza frente a la voluntad original de Dios; lo considera una excepción inaceptable. Para él no hay nada, desagradable o no, que pueda llevar a la separación matrimonial. Y es que el plan de Dios fue, desde un principio, que hombre y mujer fueran una sola carne, una única comunidad de vida, una comunidad para engendrar vida; y de ese plan original de Dios Jesús se hace portavoz y defensor a ultranza, sin conceder excepción alguna. Hoy apenas podemos nosotros captar el escándalo que esta postura de Jesús debió producir en sus oyentes; y no por la dureza de sus consecuencias, que nos resultan evidentes incluso a nosotros hoy, sino porque negando legitimidad al divorcio se oponía frontalmente a la ley escrita de Dios: ¡rehusaba aceptar lo que la ley de Dios establecía: allí había un hombre que se enfrentaba a Dios! Pues no hay que olvidar que los contemporáneos de Jesús se apoyaban en la ley de Dios que Moisés les había promulgado; desconocer la fuerza de la ley era peor incluso que transgredirla. Jesús actuaba de forma más peligrosa que si fuera un pecador. Nuestra situación, en cambio, es radicalmente diversa: hoy los hombres, también muchos de los que se declaran cristianos, se oponen a la voluntad de Dios que Cristo Jesús defendió contra corriente. Se quiere volver – y se ha llegado entre nosotros – a ese estado de cosas que Jesús declaró contrario al plan primitivo divino. Y se recurre, como hacían ya los contemporáneos de Jesús a leyes más comprensivas, a normas más humanas, a costumbres más universales, para menospreciar la voluntad primera de Dios: se es capaz de declarar a Dios pasado de moda, exagerado en sus pretensiones, inhumano en sus exigencias para negarle con pretendida impu-

nidad ‑ y con la conciencia tranquila ‑ la sumisión que se le debe. No es casual que en un mundo donde se está perdiendo a Dios cada día un poco, los esposos, también los esposos cristianos, estén perdiendo la capacidad para mantenerse fieles mutuamente; desentenderse de Dios conduce, inexorablemente, a desatender al prójimo, incluso a aquél a quien se ha prometido amor y dedicación de por vida. 2. La lección de Jesús Con su intransigencia, tan incomprensible para nosotros como lo fue para sus contemporáneos, Jesús se pone de parte de Dios y nos descubre la voluntad primera de Dios sobre nosotros. Dos son las lecciones que podríamos aprender quienes todavía hoy queremos seguir siéndole discípulos.


2.1 Tomar opción por Dios

La primera es que la relación entre hombre y mujer la concibió por vez primera Dios; no es fruto del querer de cada cual. Y por ser fruto del querer divino ha de permanecer bajo su influjo, no está al arbitrio del hombre, de sus gustos o disgustos. Atentar contra su estabilidad, luchar por disolver la unión por Dios querida, en cualquiera de sus formas y cualquiera que sean los resultados, significa un atentado contra Dios y un desconocimiento de su plan primero. Hoy los matrimonios cristianos tienen que soportar, además de las propias dificultades, los ataques contra su unidad que vienen de un ambiente cultural, que tiende a considerar rara o imposible la fidelidad, de unas personas concretas, que no respetan, más aún, que no aceptan el plan de

Dios. No hay que amilanarse ante el esfuerzo: defendiendo la unidad indisoluble del matrimonio, ‑ del propio matrimonio y del matrimonio de los demás ‑ , estamos siguiendo el ejemplo de Cristo y saliendo en defensa de la voluntad de nuestro Dios. Y aunque esto nos obligue a dar razón de nuestra fe en público, en medio de una sociedad que permite y favorece el divorcio, y, mucho más difícil, en nuestra propia intimidad, defendiendo la indisolubilidad del matrimonio de los ataques que nacen de nuestro corazón, nos debe consolar el saber que hemos tomado partido por Dios. ¿Hay mejor razón que ésta?

hoy, la intransigencia en la defensa del matrimonio nace de una opción radical por Dios. La postura de Jesús sólo la comprende quien, como El, pone a Dios por encima de todas las cosas. Dejar que Dios sea Dios, también en la vida matrimonial, permitirle que su voluntad conforme nuestra vida de intimidad con los seres que más queremos, hacer de su voluntad la norma suprema de nuestros afectos y el fundamento principal de la fidelidad que debemos a quienes se la prometimos, significaría poder vivir como Dios nos pensó en un principio, vivir ya como él nos quiso desde el inicio. No hay que maravillarse que quien opta hoy por Dios, en concreto como nos recuerda el evangelio, optando por su proyecto original sobre la indivisibilidad de la unión matrimonial, se encuentre con la ironía y el agravio de su mundo, la incomprensión de los suyos y, a veces incluso, con el dolor en su corazón; cuenta, no obstante, con el querer de su Dios y se manifiesta como auténtico discípulo de Jesús. Vivir nuestra vida, también la vida matrimonial, desde Dios, desde su proyecto, es lo que se espera del cristiano hoy. Recemos, queridos Hermanos y Hermanas, por todos los hombres y mujeres que, un día, decidieron ser el uno para el otro y compartir toda la vida. Recemos para que el Señor fortalezca su amor y éste sea el alimento de su existencia. Recemos para que su entrega recíproca se convierta también en un signo de la paternidad y maternidad de Dios. Que el Señor sea la fuerza de su unión y en los momentos de dificultad les ayude a descubrir de nuevo aquella mirada transparente en la cual se reconocieron mutuamente y se comprometieron a vivir juntos para siempre.

2.2 Respetar la decisión de Dios

En el fondo, y aquí reside la segunda lección que Jesús nos ofrece

P. Pascual Chávez Villanueva, SDB

Madrid, Parroquia San Juan Bosco – 04.10.09

EN FAMILIA 35


en familia

Es vital que la escuela salesiana sepa conservar su identidad Lección inaugural del Rector Mayor en la apertura del curso del Centro de Enseñanza Superior Don Bosco de Madrid, en el 50 Aniversario de su fundación

E

l 5 de octubre, con la presencia del Rector Mayor D. Pascual Chávez, ha tenido lugar, en el marco del 50º aniversario, la inauguración del curso académico en el Centro de Enseñanza Superior en Humanidades y Ciencias de la Educación Don Bosco (CES). La eucaristía, presidida por el Rector Mayor, reúne a la Comunidad Educativa y lleva a agradecer todo lo vivido y sembrado en estos cincuenta años de tarea educativa. La narración de Pentecostés en el evangelio anima a todos a contar con la fuerza del Espíritu que dinamiza todo el quehacer de los educadores. En su homilía, D. Pascual, invitó a los presentes a agradecer el pasado, cultivar el presente y emprender el futuro. “El CES -dijo- está llamado a cumplir una gran tarea en la formación de educadores”. Aludiendo a las características propias de la cultura actual, interrogaba diciendo: ¿Qué sentido tiene el CES si no se mantiene en diálogo con esta cultura? Es

necesario crear una cultura nueva y éste es la tarea de la educación. “El CES está llamado a formar educadores y educadoras con un pensamiento fuerte, rigor profesional, competencia pedagógica y fuerte vida espiritual. Es necesario hacer de nuestros centros educativos laboratorios de diálogo entre la fe y la cultura”, añadió el IX sucesor de Don Bosco. Seguidamente, tuvo lugar el acto académico con el canto Gaudeamus igitur, saludo de las autoridades, lectura de la memoria del curso anterior a cargo de D. Lorenzo Ramos –secretario del Centro- y la lección inaugural por parte de D. Pascual Chávez: Educación Salesiana y participación ciudadana. En su discurso, D. Pascual partió de constatación de la fractura entre la educación y la sociedad, hizo un recorrido por la educación desde la cultura clásica hasta la situación actual y ofreció pistas para actualizar el Sistema Preventivo en el con-

texto cultural y social que vivimos. “Es necesario –dijo- acentuar la función social de la educación, cultivar la responsabilidad cívica que lleva a aprender para ser constructores de la sociedad”. En ello, juega un papel importante la capacidad de análisis de los educadores. Subrayó la urgencia de una formación al discernimiento al convivir ideas y pensamientos plurales; “educar –expresó el Rector Mayor- es enseñar a la persona a autoeducarse en un ambiente fluido en constante evolución”. El Rector Mayor explicó que “emergen nuevos valores en la cultura actual y los educadores tienen una responsabilidad en el conocimiento, discernimiento y transmisión de estos nuevos valores”. Al hablar de la evangelización en la escuela, señaló “que no ha de estar basada en una propuesta curricular sino en una propuesta de vida. La escuela católica tiene que privilegiar el testimonio de la fe y no puede darse si no se tiene una experiencia de Dios. No es suficiente personas buenas aisladamente sino una comunidad que testimonie y ello exige la formación de seglares”. “Don Bosco quiso hacer buenos cristianos y honrados ciudadanos; hemos de renovar esta síntesis adaptándolo al hoy. Es vital que la escuela salesiana sepa conservar su identidad afrontando los múltiples desafíos actuales”, manifestó ante un auditorio formado por salesianas, salesianos un numeroso grupo de educadores y alumnos del CES. Al terminar el Rector Mayor dio por inaugurado el nuevo curso académico 2009-2010.


Aspectos de la EDUCACIÓN SALESIANA HOY D. PASCUAL CHÁVEZ, (Extracto de la conferencia en Madrid, 5 de octubre de 2009)

ESCUELA CATÓLICA Escuela y Evangelización

La relación Escuela – Evangelización (o programación escolar – formación cristiana) [se refiere] al tipo de presentación de la formación cristiana: basada no tanto en una exigencia curricular cuanto en una propuesta de vida hecha a los jóvenes que deben asumirla en una atmósfera de libertad y, luego, de libre opción, sin imposiciones exteriores de ninguna clase. Lo de la evangelización como ofrecimiento propuesto en la escuela debe ser tanto más remachado cuanto más conscientes seamos del ambiente de pluralismo en el interior mismo de la escuela: muchos no son creyentes o pertenecen a otras religiones. Esta realidad desafía a la Escuela Católica a redescubrir su identidad como ambiente de evangelización y a examinar cómo esto se realiza en el respeto del camino y de la búsqueda religiosa de todos los miembros de su comunidad educativa. De lo dicho se deduce que la escuela católica • debe privilegiar el testimonio de la fe sobre la mera explicación teórica de las verdades de fe. Y esto no lo puede hacer sino a condición de que haya una experiencia personal de Dios en los miembros de la Comunidad Educativa. • Concede mayor importancia al testimonio de vida de la Comunidad Educativa, como

comunidad. Ya no es suficiente la bondad de algunos maestros en particular, sino que se necesita una vivencia de comunidad que vuelva visible esta manera alternativa de enfrentar la vida. • No se contenta siquiera con el testimonio. Hay que desarrollar en la escuela católica una cultura inspirada realmente en la fe y empapada en valores evangélicos que se traducen en opciones, criterios, metodología, organización. Sólo así podrá aparecer la dimensión humanizadora de la fe y su aporte a la construcción de la civilización. • Promueve la síntesis entre cultura y vida, la cual exige otra síntesis, aquella entre fe y vida, que debe quedar representada por los educadores. “En el pro-

yecto educativo de la escuela católica no existe separación entre momentos de aprendizaje y momentos de educación, entre momentos teóricos o técnicos y momentos de sabiduría. Toda disciplina-asignatura no presenta sólo conocimientos para adquirir, sino también valores a asumir y verdades a descubrir”1. Considerando la situación actual de las escuelas católicas, con poco personal religioso y numerosos seglares, se vuelve necesaria, hoy más que nunca, la formación de éstos y su compromiso en el proceso educativo al que debe apuntar hoy la educación católica. No se trata, desde luego, de un “mal necesario”, sino de tomar conciencia de la vocación y de la misión del seglar, cuya presencia en las actividades

1. La Escuela Católica en el umbral del tercer milenio. Congregación para la Educación Católica, diciembre 28 de 1997.

EN FAMILIA 37


en familia

temporales, para animarlas cristianamente y empaparlas de espíritu cristiano, es típica de su condición de bautizado. Y la educación es uno – muy importante – de estos cometidos. La propuesta actual de la Escuela Salesiana

En este proceso de cambio, epocal y coyuntural, es vital que la escuela católica salesiana sepa conservar su identidad, tomando impulso del genio pedagógico de Don Bosco y afrontando los desafíos actuales de nuestra sociedad. El “sistema” educativo de Don Bosco ha sido practicado, verificado y perfeccionado en lo que ha sido definido como el “laboratorio pedagógico” de Turín-Valdocco; era adecuado y apropiado a su época pero siempre actual y vital, si lo actualizamos seriamente (si es ‘traducido’, inculturado, repensado, actualizado) a la luz de las modernas problemáticas educativas y de los progresos en el campo de las ciencias de la educación. El proyecto educativo en la escuela salesiana

Para Don Bosco la condición básica para un verdadero proyecto educativo es la solicitud para satisfacer las necesidades fundamentales de los jóvenes: comida, vestido, vivienda, seguridad, trabajo, desarrollo físico y psíquico, inserción social, un mínimo de valores, etc. Después – si bien los dos momentos no se pueden separar cronológicamente – viene la educación verdadera del joven dirigida a la promoción y a la expansión de la dimensión cognoscitiva, afectiva y ética: capacidad de responsabilidad moral y civil, indispensable cultura de base y profesional, compromiso religioso consciente y coherente, etc. Hoy el compromiso educativo se extiende cada vez más y las tareas del educador son cada

38 EN FAMILIA ESPECIAL RECTOR MAYOR

vez más difíciles para ejecutar y valorar. Si un tiempo había sólo el patio, la iglesia, el taller, la escuela, hoy día tenemos diferentes tipos de escuela, de instituciones educativas y terapéuticas, de comunidades de acogida para chicos y jóvenes en dificultad, de centros de prevención contra la toxicomanía, de consultorios, de intervenciones humanitarias para chicos de la calle, de campos para prófugos con gran número de niños y jóvenes, de centros de acogida para inmigrantes… Y todo eso dentro de una sociedad compleja y cosmopolita. Don Bosco sintetizó el objetivo de la educación con una frase sencilla y comprensible: llevar al joven a ser “un honrado ciudadano y un buen cristiano”. Con esta frase quería expresar la integridad de su ideal: formar constructores de la ciudad y hombres creyentes. De esta manera se tienen en cuenta todas las dimensiones de la personalidad. Hay que tomar buena nota de que la conocida fórmula de “honrados ciudadanos y buenos cristianos” hoy en día hay que volverla a fundar en el plano antropológico y teológico, hay que reinterpretarla histórica y políticamente. El ambiente educativo salesiano

La educación salesiana presenta un elemento distintivo: el clima humano o ‘ambiente’ que se respira en la obra salesiana. Es lo que nosotros acostumbramos denominar ‘el espíritu de familia’. El ambiente fue una de las preocupaciones de Don Bosco. En una época de reglamentos, él puso de relieve la espontaneidad y el espacio que había que dejar a los jóvenes. En una época de muchos niveles de autoridad, Don Bosco puso en evidencia la necesidad de la familiaridad y del convivir con el educando,

cabalmente porque para él la educación era “cuestión de corazón”, una transmisión vital de valores, la creación de un ecosistema en el que se respiraba optimismo y bien, y donde circulaba una serie de valores que iban configurando la personalidad del joven. Nuestro compromiso, decía, es el de hacer de manera que el chico llegue a ser tan amigo nuestro que nos abra el corazón, y así podamos influir en él a partir del mismo centro de su vida. De esta manera será posible no sólo ofrecerle elementos de tipo instrumental para manejarse en la realidad, sino, más aún, acompañarlo en la elaboración de sus criterios y proyectos de vida. Hoy este aspecto se vuelve aún más relevante teniendo en cuenta la carencia, en muchos casos, de una experiencia familiar que sea verdaderamente la primera escuela de vida. Esta relación ‘familiar’ es la manera más eficaz, aunque no siempre consciente, de vivir en comunidad y de ser introducidos


El joven ya no busca en el educador tanto al padre que piensa en todo en su lugar, al amigo que le organiza el tiempo libre, al hermano que se interesa por su crecimiento, sino al hombre capaz de ponerse a su lado, más atento a su persona que a las exigencias genéricas de la educación, más disponible a ofrecerle una contribución positiva al desarrollo de sus potencialidades que a neutralizar los elementos negativos y contraproducentes. El espacio educativo: relación entre educadores

en sociedad. Puede haber una relación de autoridad fría y distante; o una relación de formalidad educada o bien una relación de simpatía, de intimidad y de servicio constante; éste se manifiesta en la disponibilidad a dialogar, a convivir, a abordar temas que interesan a los jóvenes. Este es el clima educativo de Don Bosco. El primer quehacer del educador es, pues, el de estar allí y no estar fuera de la cancha donde se juega el partido. Si es verdad que en el educando hay todas las disposiciones para realizar su vida plena, también es verdad que, dejado a sí mismo, podría correr el riesgo de no actuar todas o completamente sus posibilidades de crecimiento. El educador seguro y que da seguridad, consciente de su tarea y responsable, con autoridad moral y no autoritario, trata de entablar un diálogo auténtico y una confrontación constructiva con un joven. Vitalmente implicado en la relación educativa, es su persona la que educa.

Don Bosco ha querido realizar su proyecto educativo a través de la cooperación de amplios círculos de personas. En la utopía de un movimiento vasto como el mundo ha soñado la colaboración y la complementariedad de todos los católicos militantes y de todos los hombres de buena voluntad interesados en el futuro de la humanidad. Hoy, para poder recrear ese espacio parece necesaria la máxima participación, con relativa responsabilidad moral, de todos los ‘operadores’ de educación, a ser posible de todos los adultos que, por alguna razón, inciden en la educación de los jóvenes y en su capacidad de hacer opciones existenciales: padres, profesores, educadores, asistentes y operadores sociales, etc. A pesar de las lógicas dificultades, teniendo en cuenta la no homogeneidad de las fuerzas en cuestión, se trata de una conditio sine qua non para recoger los frutos de nuestro quehacer educativo, y obliga a establecer una relación fuerte y cordial entre los educadores. Los educadores pueden entretener tres tipos de relaciones: 1. Relación de trabajo: reducida básicamente a lo mínimo: la prestación de un servicio y la correspondiente remuneración.

2. Relación profesional: además de la prestación de servicios y a la remuneración, existe una relación de amistad y de discusión de los tópicos que atañen a la profesión común. 3. Relación vocacional: propia de los educadores cristianos, semejante a lo que une a los religiosos en una única comunidad o a los sacerdotes en una tarea pastoral. Ser hoy profesor es una profesión técnica (docente), pero sobre todo, una vocación personal (educador). Formar y educar, orientar y enseñar requieren una preparación rigurosa que, con todo, en el momento de ponerse a la obra, deja al educador dependiente de su creatividad, perspicacia y bondad, porque el sujeto delante del cual se encuentra, por su inteligencia viva y su libertad activa, constituye siempre un misterio con acciones y reacciones inesperadas, que necesita de todo y, sin embargo, nada le es suficiente. Pues bien, la relación vocacional entre educadores es lo que une mediante ideas de vida y valores idénticos que se quieren cultivar en común. Este tipo de relación es el que mejor corresponde a un grupo de educadores que desean llevar adelante un proyecto educativo con coherencia y con profundizaciones progresivas. A fin de cuentas, se basa en la convicción de que existe un conjunto de valores que estamos cultivando y una misión que estamos llevando a cabo juntos. En base a esta relación hay la posibilidad de una mayor personalización de la misma en relación con la “libertad” efectiva del educando, sus requerimientos de autonomía para escoger objetivos y medios para alcanzarlos, las “energías” que posee y que hay que respetar y ayudar a desarrollarse con recursos y modalidades diferenciadas en las diversas estaciones de la vida.

EN FAMILIA 39



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.