Dossier de sindicalización policial

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CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

Sumario: 4. Planteo del problema. 7. Algunos antecedentes del

panorama internacional y nacional. 13. Sobre las posiciones de algunas organizaciones del campo popular.

Dossier : “Sindicalizacion Policial”

a) Los policías son trabajadores, tienen derecho a sindicalizarse. b) El policía, como trabajador estatal, no esdistinto de un docente o un judicial. c) Si el policía de bajo rango enfrenta a sus superiores y se rompe la cadena de mando se pasará del lado del pueblo.. d) Consideración de los miembros de los aparatos represivos permanentes desde una perspectiva individual. e) La sindicalización policial es rechazada por el estado burgués y sus gobiernos. En consecuencia, hay que apoyarla. f) Los jefes policiales deben ser electos por voto popular para que la policía sea una fuerza popular.rla. g) La consigna de la sindicalización en conexión con la del control del aparato represivo.

22. Nuestras conclusiones.

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Planteo del problema CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

1. Planteo del problema

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Hoy se discute con frecuencia, en el ámbito de la militancia popular, sobre los reiterados motines policiales y de gendarmes habidos en los últimos años. El núcleo del debate aparece vinculado al sostenido reclamo de buena parte de las fuerzas de seguridad por obtener el reconocimiento de sus agrupaciones como “sindicatos”, lo que trae aparejada la discusión respecto de si se trata de verdugos con los que no hay conciliación posible, o trabajadores cuya conciencia hay que ganar, con infinidad de posiciones y opiniones intermedias.

las diferentes instancias que muestran, Por otra parte, son varios ya los “sindimás allá de su discurso público, sus reales catos” de policías y penitenciarios que objetivos y funcionamiento. se han incorporado, tras acuerdos de En Argentina hace mucho más de una cúpula y sin que se discutiera debidadécada que existen estas organizaciones mente el tema en las bases, a distintas de funcionarios del aparato represivo que centrales de trabajadores. El primer se autodefinen como “sindicatos”. Desde antecedente fue la incorporación de los pioneros rosarinos que constituyeron APROPOL al Movimiento Intersindical APROPOL en junio de 2001, o los que Clasista (MIC) de Rosario en el primer confluyeron en la cámara de diputados lustro del siglo XXI. Hoy, el Sin.Po.Pe. bonaerenses en diciembre de 2001 para integra la CGT Moyano, y el SIPOBA la conformar FASIPP (Federación Argentina CTA Micheli, lo que indudablemente de Sindicatos Policiales y Penitenciarios), coloca este debate en lo bien concrehasta los más recientes núcleos que se to y actual, ya que, como sucedió, por forman a diario a lo largo y ancho del ejemplo, en varias movilizaciones de A pesar de que en muchos países, y país, son varias decenas los agrupamien- la CTA de 2012 y 2013, junto a las cotambién en Argentina (aunque aquí sin tos semejantes. Y como lo demuestra su lumnas de trabajadores marchan los reconocimiento oficial de su “personería intervención electoral en Rosario1, y lo ra- policías organizados. gremial”), los llamados “sindicatos” de tifican las acciones en Olavarría a raíz del Entonces, el “problema de la sindicalizapolicías, penitenciarios y otras fuerzas de caso Ortega2, estos “sindicatos” tienen ción policial” no importa una discusión seguridad existen hace décadas, y tienen una agenda que excede, y en mucho, las despegada de la realidad y la praxis miliuna incidencia concreta en la política, el meras reivindicaciones “laborales”. Basta tante, respecto de si los gobiernos deben debate se plantea entre nosotros como si recorrer sus declaraciones de principios, reconocer a su aparato represivo el derefuese una cuestión abstracta y a futuro. sus petitorios o simplemente los posteos cho de agremiarse, o qué forma deben asuPor el contrario, nosotros entendemos que en sus páginas web para advertir que lo mir esas agrupaciones (con o sin derecho para hacer un análisis completo del tema que presentan como “asuntos gremiales” de huelga; convocando a toda la fuerza es imprescindible revisar la real interven- incluyen, en primera línea, la lisa y llana o sólo los “subalternos” o “tropa”, etc.). ción de esas agrupaciones, al margen de defensa de la función represiva que le es En las actuales condiciones, el eje de este la ausencia de reconocimiento legal, en encomendada por el estado3. debate es si la clase trabajadora debe

reconocer a sus verdugos como trabajadores, como compañeros de lucha, y a esas organizaciones como sindicatos. Para quienes den una respuesta afirmativa, ello implicaría, necesariamente, darse la tarea de ingresar en las fuerzas, promover la agremiación, luchar por recuperar los “sindicatos” existentes que se caractericen como burocráticos y/o generar nuevos con los métodos de la clase obrera, y pelear por la obtención de la personería gremial.

1 Alberto Rubén Martínez, ex oficial auxiliar (20 años de servicio, exonerado de la santafesina en 2005 por un acuartelamiento)., afiliado al Partido Justicialista desde 1983 donde fue Delegado Departamental en 1984 y Congresal Nacional de la Juventud Peronista en 1985; fundador de APROPOL y de FASIPP, y su principal dirigente, apoyó explícitamente la candidatura a gobernador de Santa Fe de Hermes Binner en 2007, llamando a “la familia policial” a votarlo en masa. En 2009, desencantado del gobierno del partido socialista, fue candidato a senador nacional y obtuvo más de 36.000 votos en una alianza de su partido, Campo Popular, con el Partido Nacionalista Constitucional y MODIN. Durante la campaña se acercó al candidato del FPV, Agustín Rossi. En 2011, el Partido Campo Popular intervino como parte del Frente Santa Para Todos (Partido Justicialista), con Martínez como candidato a diputado y Rossi a gobernador. Su lema de campaña es el mismo de APROPOL: “La inseguridad tiene solución”. 2 A fines de noviembre de 2013, en Olavarría, el sargento Juan Coria fusiló al trabajador de 33 años Jorge “Tito” Ortega, que amenazaba con suicidarse. Cuando, tras una fuerte movilización popular y la fuerte repercusión mediática local de la presencia de Yesica Medina, su compañera, en el acto de CORREPI en Plaza de Mayo, el fiscal imputó al policía por homicidio calificado y lo mandó detener, el Sindicato de Policías y Penitenciarios (Sin.Po.Pe.), afiliado a la CGT línea Moyano, suscribió un acta acuerdo con los jefes de la policía de Olavarría, que, como “medida de fuerza”, se negaron a cumplir servicios adicionales en la ciudad mientras el sargento Coria siguiera detenido. En poco más de 72 horas, el homicida fue liberado. Además del Sin.Po.Pe, manifestó públicamente su satisfacción por el “triunfo” APROPOBA (Asociación Profesional de Policías de Buenos Aires).

3 En el Sin.Po.Pe., por ejemplo, el secretario de Accidentes de Trabajo, Dr. Rubén Fernández, tiene entre sus tareas “gremiales” la de defender gratuitamente a policías represores. Entre otros casos, representó a los policías que torturaron y mataron a Gastón Duffau en 2008 y a Fabián Gorosito en 2010, y es actualmente el defensor del comisario Alberto Veysandaz, preso por el doble fusilamiento de Javier Alarcón y Marcelo David Vivas, y la tentativa de homicidio de Marcelo Lúquez. 4 El Partido Obrero es cabal muestra de lo que señalamos. Mientras hay un video del ciclo “Altamira responde” en el que el dirigente afirma que hablar de sindicalización policial es una idea reaccionaria, Prensa Obrera publica notas con posiciones diferentes y hasta opuestas por el vértice. Por ejemplo: PO 01/03/2012, “Huelga policial en Misiones”; PO 19/07/2012, “Los K apoyan sindicalización ‘sui generis’ de la policía”; PO 11/10/2012: “Una crisis de Estado y los socialistas”; PO 11/10/2012, “La crisis de prefectos y gendarmes”; PO 19/12/2013: “Acerca de los sindicatos policiales”; PO 02/01/2014. 5 ADEPOL solía marchar en Rosario con una bandera en la que, junto a su denominación, se leía “No a la corrupción – No a la represión”. Pueden verse fotos en su web y su Facebook. No tenemos conocimiento de que policías santafesinos enrolados en ADEPOL alguna vez desobedecieran una orden de reprimir, o se abstuvieran de hacerlo sin orden expresa. Por el contrario, hace casi una década que la policía santafesina encabeza el “ranking” de mayor índice de muertes por gatillo fácil y torturas en relación a la población de la provincia en nuestro Archivo de Casos.

Sin embargo, no es ésa la política que se dan quienes apoyan los “sindicatos” policiales. Salvo el caso del MST, que tuvo fuerte influencia en los inicios de APROPOL en la provincia de Santa Fe, e impulsó en 2005, a través de Eber Palermo y su hermano Roque, la fractura “por izquierda” que originó ADEPOL (Asociación Democrática de Policías y Penitenciarios), hoy casi inexistente, no conocemos otros casos en los que los militantes populares hayan ingresado a militar en esas agrupaciones, como sí lo hacen en sindicatos -reconocidos por el estado, o no- para ganar sus direcciones. Esto indica que, en los hechos, la militancia popular no los ve como trabajadores, ni a esas organizacio-

nes como organismos de masas en los igualmente correcta caracterización de los cuales intervenir, ni sienten la necesidad agrupamientos que ellos llaman “sindicade ganar sus direcciones. tos”, sin quedar enredados en la apariencia Por ello, la propaganda de muchas or- del discurso y en invocaciones más o menos ganizaciones populares que sostienen la explícitas del lenguaje de los trabajadores 5 necesidad de sindicalizar a los represo- y hasta de los revolucionarios . res no tiene como correlato una práctica consecuente con su discurso. Ello queda en evidencia en los artículos y opiniones, francamente contradictorios y hasta antagónicos, que muchas veces vemos sucesiva –y hasta simultáneamente- publicados en sus respectivas prensas. Así, pueden pasar de levantar la consigna de la sindicalización policial, con derecho de huelga, hasta decir que hablar de un sindicato policial es una idea reaccionaria4. Finalmente, entendemos necesario insistir en que, para poder fundar adecuadamente una posición respecto de los “sindicatos” de policías, gendarmes, prefectos o penitenciarios, la cuestión primaria y central es la de caracterizar claramente a esas fuerzas represivas. Sin ese paso previo no es posible, a nuestro criterio, sostener seriamente una posición. Una correcta caracterización previa de las policías y demás fuerzas de seguridad permite, de manera coherente, arribar a una

Nos parece también central, para no perder el rumbo en las discusiones, señalar la diferencia entre estos pretensos “sindicatos” y aquellos que dirige la burocracia sindical, alineada junto a los empresarios y los gobiernos en lo que denominamos la “triple alianza antiobrera”. Muchas veces, cuando mostramos ejemplos de las conductas y posiciones reaccionarias de los “sindicatos” policiales, se nos responde con ejemplos semejantes de la burocracia sindical, como el asesinato de Mariano Ferreyra y otras represiones a los trabajadores protagonizadas por las patotas dirigidas por la burocracia. Creemos que hay una diferencia esencial. En los sindicatos burocratizados, por caso la UOCRA de Gerardo Martínez o la UF de Pedraza -empresarios ellos mismos- el campo popular intenta desbancarlos, buscando dar a esos sindicatos con una dirección clasista que defienda los intereses de los trabajadores, en vez de traicionarlos.

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Planteo del problema

Antecedentes CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

No se busca “ganar” a los propios burócratas, sino recuperar cuerpos de delegados, comisiones internas, seccionales y sindicatos. Es que todos tenemos claro que no es lo mismo un burócrata sindical que un trabajador de su gremio, ni es lo mismo la estructura de la burocracia que una auténtica organización de los trabajadores de la construcción o ferroviarios. Nuestro enemigo es el burócrata, no el trabajador de base que no ha logrado todavía adquirir conciencia de sí y para sí para enfrentarlo. La tarea de las organizaciones frente a esas situaciones es ganar a ese obrero, orientándolo para que dis-

tinga su hermano de clase de su enemigo mentalmente, consideran que su tarea es irreconciliable. central para garantizar “el orden social”. No es ése el escenario frente a los repre- Orden social, de más está decir, que es el de sores organizados. El análisis de los “sin- los explotadores, a costa de los explotados. dicatos” existentes muestra que algunos son dirigidos por oficiales jerárquicos, otros por suboficiales, otros por ambos. Algunos están en actividad, otros (los más) son retirados. Pero en ningún caso se distingue una “burocracia” que sojuzgue a la base inadvertida. Desde el agente al comisario general, todos comparten la defensa de “la fuerza”, se consideran parte de la “familia policial”, reclaman jerarquizar su “elevada misión” y, funda-

Por ello, la necesidad de realizar una caracterización, desde el punto de vista de clase, es para nosotros fundamental. No es posible admitir que sea irrelevante tal caracterización a la hora de determinar cuáles deben ser las tareas que deben desempeñar los luchadores con respecto a los policías

2. Algunos antecedentes del panorama internacional y nacional: A fines del siglo XIX y principios del XX ya había “sindicatos” policiales en formación. El primero que obtuvo reconocimiento oficial en 1912 es la actual Unión de Trabajadores Policiales de Australia Occidental.

Represión contra trabjadores y pacientes, hospital Borda, Abril del 2013.

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Antecedentes CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

Hoy existen centenares de “sindicatos” policiales en el mundo, y son muchos los estados en los que se los reconoce formalmente, con variantes, en algunos casos, en relación al tipo de medidas de fuerza que legalmente pueden emplear. Pero no son pocos los países en los que se les reconoce ampliamente el “derecho de huelga”, sin que ello haya redundado en que dejen de ser policías orgullosos de su función. Los hay por fuerza, regiones o provincias; hay federaciones nacionales, y hasta supranacionales, como en la Unión Europea. En América Latina, están autorizados legalmente a funcionar en Uruguay, Venezuela, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, El Salvador, Costa Rica, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador (lo restringe con sujeción a las regulaciones del Derecho Administrativo), Guatemala (restringe su participación en actividades políticas partidistas), República Dominicana (lo restringe con respecto a la huelga), mientras que están prohibidos en Colombia, Panamá y Perú, además de Argentina. Lo curioso es que las policías que cobran salarios más altos en toda America Latina (incluso antes de los fabulosos aumentos de diciembre pasado) son justamente la argentina y la colombiana. La Confederación Europea de la Policía (EuroCOP) nuclea 35 sindicatos de 27 países del continente, que en conjunto representan a más de medio millón de funcionarios, desde policías de calle a gendarmes de frontera. Con semejante peso, hay muchos ejemplos de cómo estas agrupaciones intervienen en cuestiones políticas y ejercen presión sobre los gobiernos que dependen de ellos

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para imponer el control y discipli- territorio francés de la policía aunamiento social, y hasta marcar el tonómica vasca 6 . rumbo en políticas de estado. El 16 de agosto de 2010, la ConfeLos sindicatos españoles, en par- deración Española de Policía (CEP) ticular el Sindicato Unificado de instó al gobierno autonómico de Policía (SUP), tienen una larga Cataluña a que prohibiera un acto de historia en ese sentido. Perma- homenaje en el barrio barcelonés de nentemente exigen censura a los Gràcia a la colaboradora de ETA y premedios, cuestionando las noticias sa política Laura Riera con motivo de sobre hechos represivos (torturas su libertad tras 9 años de cárcel. en comisarías, fusilamientos, apa- Recientemente, un fallo del Trileamientos, etc.) que “agravian a bunal Europeo de DDHH ordenó la fuerza” y reclaman más herra- a España dejar de utilizar la llamientas para lidiar con los inmi- mada Doctrina Parot, que permigrantes ilegales; pide más presu- tía aplicar retroactivamente las puesto, coordinación interfuerzas leyes “antiterroristas” a los prey cooperación internacional. sos políticos, impedía la garantía En 2003, por caso, el SUP y la Unión Federal de Policía de España lograron una reforma legislativa que rebajó las penas para policías y eliminó varias figuras del régimen disciplinario. Sus estatutos prevén un seguro que abona el salario caído del policía suspendido por delitos cometidos en funciones, y un seguro de defensa penal, que supere “las deficiencias existentes en la defensa jurídica que se presta desde la Administración, cuando deban comparecer ante un tribunal en calidad de denunciados como consecuencia de su actividad.” Reclaman legislación que permita acceder a datos de interés policial (bases de datos oficiales y privadas, empresas telefónicas, intervención de correspondencia, etc.), y cotidianamente coinciden con la Asociación de Víctimas del Terrorismo en cuanto a la forma en que debe reprimirse al movimiento independentista vasco. Los distintos “sindicatos” españoles se han pronunciado hasta sobre política internacional, como en la polémica sobre la intervención en

de la doble instancia y bloqueaba la posibilidad de excarcelaciones. Cuando a raíz de esa condena internacional, un tribunal español debió excarcelar a la etarra Inés del Río, que ya había cumplido 12 años de prisión, el Sindicato Unificado de Policía emitió un comunicado en el que exigieron al PP y PSOE que “se quiten la careta y expliquen a la sociedad española en general y al conjunto de víctimas en particular los detalles de su pacto con los terroristas y hasta dónde están dispuestos a llegar”. Convocaron a una movilización de repudio a la soltura de la presa política y el secretario general de la CEP (Confederación Española de Policía), Ignacio López, aseguró en declaraciones públicas que “aunque la sentencia del TEDH deja poco margen, el Ejecutivo puede utilizar ingeniería jurídica para alargar el proceso de excarcelación”. La UFP (Unión Federal de Policías) señaló que las excarcelaciones son “actos de apología del terrorismo”, y reclamó al gobierno que apure la sanción de la

6 El 16/09/2009, el Sindicato Independiente de la Policía Vasca, Er.N.E., emitió un comunicado polemizando con el resto de los sindicatos policiales españoles, en el que reclama la incorporación de la Ertzaintza –policía autonómica- a la lucha contra ETA en suelo francés. Se quejan de que la policía francesa “no pone pegas, sino todo lo contrario” mientras el sindicato de la Policía Nacional española rechaza “la presencia de la Ertzaintza [en Francia] donde es imprescindible para la mejora en la lucha contra el terrorismo. Basta ya de escudarse en supuestos protocolos que lo único que realmente encubren es la obtención de información privilegiada para colgarse medallas”.

Represión de la policía española en movilizacion contra el gobierno de Rajoy, Madrid, Septiembre 2012.

reforma del código penal que crea la “prisión permanente revisable”, que permite mantener sin plazos la prisión preventiva, para “evitar que etarras sanguinarios no arrepentidos puedan salir a la calle quebrando gravemente la convivencia y la seguridad de todos”.

la infiltración y el uso de policías nérica para las reuniones de jóvenes encapuchados. en la vía pública que consumen beA fines de 2013 y principios de bidas alcohólicas antes o en lugar 2014, a partir de graves casos de de concurrir a lugares de baile y lesiones y muertes, se discutió en diversión), de manera que puedan Cataluña una propuesta para pro- aplicar multas y realizar arrestos sin hibir que los Mossos d’Esquadra necesidad de verificar previamente (policía autonómica) utilice unas la presencia de alcohol en lo que los Pero los policías españoles organi- escopetas que disparan pelotas chicos estén tomando. zados no sólo marcan el rumbo al de goma sobre los manifestantes. gobierno en materia de “lucha anti- El SUP y la CEP han iniciado una terrorista”. La posesión de amplias campaña de defensa de estas arfacultades para la represión al mas, argumentando que “sin las conflicto social y la represión pelotas de goma se dejará más preventiva también los preocupa. indefenso a los mossos”. Respecto En septiembre de 2012, el titular del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), justificó la represión al movimiento de los indignados,

de la represión preventiva, en varios municipios la policía ha logrado que se modifique la “ley antibotellón” (“botellón” es la denominación ge-

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Antecedentes CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

La ingerencia política de los “sindicatos” españoles llega al punto de que, en 2013, el Sindicato Unificado de Policía (SUP), la Confederación Española de Policía (CEP) y la Unión Federal de Policía (UFP) hicieron una rueda de prensa conjunta para recriminar que el gobierno concediera una condecoración (la Cruz al Mérito Policial) a quienes auxiliaron a los heridos en un gran accidente ferroviario, porque no se otorgó el mismo reconocimiento al personal policial que intervino.

En octubre de 2012, cuando la crisis europea se expresaba con mayor crudeza en Grecia, la Federación de Sindicatos de Policías de ese país amenazó al gobierno con negarse a reprimir las frecuentes protestas de trabajadores si no se le garantizaban mejoras en su remuneración. Sin mayor discusión, y mientras se recortaban los salarios de los trabajadores y las prestaciones sociales, el gobierno griego cedió a la presión de quienes tienen un rol primordial para sostener el sistema de En Alemania, el Sindicato de la Poli- explotación, y lo hacen valer. cía impuso al ministerio de Interior la En EEUU, el sindicato de oficiales de forma en que debía manejarse la se- policía de Filadelfia hizo una campaña guridad durante el Mundial de Fútbol contra la Junta Consultiva de la Poli2006, asegurándose el cobro de horas cía, organismo de control interno de extraordinarias de trabajo. En 2010, la fuerza, y logró que fuera desmanexigieron públicamente al gobierno la telada. La Orden Fraternal de Policía creación de cuerpos especiales de com- (OFP) fue definida por Human Rights bate para enfrentar a los inmigrantes Watch (que definitivamente no es una libaneses ilegales en sus barrios. organización marxista, ni siquiera leEn Holanda, la Nederlandse Politie- vemente de izquierda) como “con más bond (sindicato de la policía) exigió influencia que el propio comisionado que se incrementara la presencia po- de policía, al punto que éste necesilicial en la calle para combatir “el ta su cooperación para poder desincremento de la violencia, el pedir un funcionario”. Rodney Hunt, crimen organizado y las tensio- responsable de dos gatillos fáciles nes sociales”. En Francia, durante la en 1990 y 1991, fue reincorporado al rebelión juvenil en los barrios pobres departamento con restitución de los desatada por el fusilamiento de dos salarios caídos, a pesar de que mató jóvenes de origen inmigrante, el sindi- a dos hombres (uno con nueve tiros cato policial reclamó al ministro del In- en la espalda) e hirió a una mujer por terior que impusiera el toque de queda presión de su “police union”. La OFP y ordenara la intervención del ejército. hace campaña a favor de la ejecución de Mumia Abu-Jamal, periodista En Portugal, el 20 de marzo de 2005 y activista político afroamericano eshubo una movilización policial re- tadounidense, acusado del asesinato clamando que se permita a la policía de un policía y sentenciado a muer“otro tipo de actuación cuando se tra- te en 1982, además de ser el núcleo ta de barrios problemáticos”, o sea, del complot para su injusta condena. barrios pobres. Cuando se iba a realizar un concierLos sindicatos policiales italianos to de rock para recaudar fondos para (SAP, SIAP, SILP-CGIL, Rinnovamento Mumia, el presidente de la OFP ameSindicale y SIULP) unánimemente re- nazó “Cualquiera que vaya al conpudiaron la investigación judicial por cierto o que le de publicidad está la represión policial durante el Foro So- abogando por el asesinato de pocial de Génova, cuando fue asesinado licías y así lo vamos a tratar”. el joven Carlo Giulianni, y reclamaron El 12 de diciembre de 2013, mientras que las autoridades políticas se hicie- Argentina se sacudía con las asonaran cargo de las órdenes que daban, en das de las policías provinciales, John lugar de “mandarlos al frente”. Rivera, presidente del sindicato de la

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policía de Miami-Dade, defendió públicamente a los policías acusados de haber fusilado a dos hombres con antecedentes penales que huían en un auto, a los que dispararon después que bajaron del vehículo tras un choque. En el Reino Unido de Gran Bretaña, la poderosa Metropolitan Police Federation hizo una activa defensa de los policías que fusilaron al trabajador brasileño Jean-Charles de Menezes en el subte en 2005 y al vendedor de periódicos Ian Tomlinson en 2009 durante una manifestación contra una reunión del G-20, igual que lo habían hecho en 1993 a favor de los asesinos del joven negro Stephen Lawrence. En todos los casos lograron garantizar la impunidad de sus “afiliados”. Volviendo a América, en la República del Uruguay son varios los sindicatos policiales que, además, son impulsados por el gobierno frenteamplista, y con mucho énfasis por el presidente “Pepe” Mujica, quien también plantea la sindicalización de las FFAA. Un dirigente del gremio oriental participó el 10 de noviembre de 2005 de una conferencia junto al ministro del Interior José E. Díaz. El “sindicalista” de uniforme comenzó su discurso diciendo que quería “felicitar al Señor Ministro del Interior en este suceso de la Ciudad Vieja de Montevideo, que fue en marco de la Ley y de la Constitución”, en referencia a la represión ejercida contra la manifestación en repudio de la presencia del presidente yanqui Bush en la región, y en rechazo del ALCA, en la que hubo heridos y centenares de detenidos. El ministro Díaz devolvió la gentileza anunciando que en el presupuesto de ese año se preveía “un plan gradual de alguna manera privilegiado” para las remuneraciones policiales. En el vecino país hay, en total, unos 33.000 efectivos policiales. Se calcula que cerca del 30% de los efectivos

están organizados en 12 “sindicatos” diferentes, varios de los cuales, a su vez, se agrupan en la CONASIP (Coordinadora de Sindicatos Policiales). A su vez, muchos están integrados a la central única de trabajadores uruguaya, PIT-CNT. Los principales “sindicatos” policiales son el SIN.POL.UR.; el SUPU (Sindicato único de policías del Uruguay); la USIP (Unión de Sindicatos Policiales); el SIPOM (Sindicato policial de Montevideo); la CUP (Coordinadora uruguaya de policías); la ASPOCA (Asociación sindical de policías de Canelones); el Círculo policial del Uruguay, y hay otros gremios locales en Maldonado, Colonia, Paysandú y Lavalleja. El caso uruguayo merece ser analizado, no sólo porque se trata de un ejemplo cercano a nuestro país, que se da en el marco del reconocimiento oficial de la personería gremial de estas agrupaciones, sino por el alto grado de naturalización de la mayoría del activismo gremial y de izquierda, con solitarias excepciones como la posición que nos remitiera ante nuestra consulta el “Tambero” Zabalza (ver recuadro). Los “sindicatos” policiales argentinos funcionan en la misma línea que sus pares del resto del mundo. En muchos casos, sus objetivos quedan claros con solo leer sus propias Declaraciones de Principios o Estatutos. “La finalidad y propósito de APROPOBA es desarrollar una acción reivindicatoria y beneficiosa para los trabajadores policiales, sus familias, la Policía de la Provincia de Buenos Aires y para toda la sociedad”, dice una de las agrupaciones de la bonaerense, declarando sin disimulo que se nuclean en defensa y reivindicación de la fuerza policial. Luego agregan, quejosos: “Nadie nos defiende de los injustos ataques, nadie se ocupa de brindar una buena defensa en juicio de nuestros compañeros que en cumplimiento del deber se ven atrapados en los laberintos del derecho”.

“Los sindicatos policiales juegan un papel en ese plan represivo” Jorge Zabalza

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Jorge “El Tambero” Zabalza, uno de los líderes históricos del MLN Tupamaros, escribió este texto para responder la pregunta que le hicimos, desde CORREPI, sobre su opinión respecto de los “sindicatos” policiales en Uruguay. WLe agradecemos que nos permitiera publicarlo: La policía ha sido militarizada y ha crecido en salarios, en materiales: patrulleros, carros de combate, chalecos, entrenamiento, armas… Usan balas de goma, que dicen que no son letales pero matan. Hay otra inversión que pasa desapercibida porque no es tan evidente, que es la del material y entrenamiento de las fuerzas armadas, y el monstruoso crecimiento de los salarios de los altos oficiales. Hay un pacto entre el gobierno de Mujica y las fuerzas armadas para el silencio y la impunidad, todos los días se denuncian casos de brutalidad policial en los barrios carenciados, tropas uruguayas en Haití defendiendo un gobierno “duvalierista” y en la República Democrática del Congo (RDC) al servicio de las corporaciones transnacionales. La política del “equipo represivo” del gabinete de Mujica (integrando por ex-guerrilleros) está orientada a preparar y aceitar el aparato policíaco militar hacia la vigilancia, control y represión del movimiento popular, previendo que en algún momento sobrevengan protestas sociales de carácter masivo. Los sindicatos policiales juegan un papel en ese plan represivo. No denuncian las graves violaciones a los derechos humanos en las comisarías y cárceles, donde se tortura y asesina bajo gobierno progresista; no denuncian los abusos policiales ni el “gatillo fácil” ni las leyes que lo promueven y amparan; mantiene silencio frente a la impunidad de los criminales de lesa humanidad y no ha movido un dedo para investigar los crímenes. No acompañan las luchas reivindicativas del resto de los trabajadores estatales, sino que colocan las vallas para proteger los edificios públicos y los defienden con gases y balas de goma. ¿Por qué el sindicato policial no toma una posición de clase? ¿Por qué no hacen paros solidarios con otros trabajadores en lucha y se niegan, por ejemplo, a desalojar una fábrica ocupada o a reprimir un piquete sindical? ¿Por qué no se oponen a quienes abusan y maltratan a los pibes en las esquinas y plazas? Contribuyen a la confusión general, a que pase desapercibido el papel real de la policía en la sociedad de clases. Contribuyen a ocultar de la vista del pueblo el plan represivo del gobierno. La sindicalización de policías y soldados en una sociedad de clases es parte de la alienación y manipulación de la subjetividad. No integran la clase oprimida, integran el aparato que vigila, controla y reprime la lucha por la emancipación social de los asalariados. Entre la obediencia a las órdenes superiores y la solidaridad de clase, el sindicato de policía siempre se disciplina a la línea de mando policial.

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Antecedentes

Posiciones CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

Con la misma lógica de defensa de los intereses de la burguesía, el Sindicato del Personal Superior de la Policía Federal Argentina emitió un comunicado en diciembre de 2001 defendiendo lo actuado por sus hombres en Plaza de Mayo el 19 y 20 de diciembre, y APROPOL exige “la participación de los trabajadores policiales en el diseño de políticas, planes y demás instrumentos que tengan relación con la seguridad pública”. No les alcanza con reprimir, también quieren que sus jefes los escuchen sobre cómo hacerlo mejor. El oficial ayudante Alberto Rubén Martínez, secretario general de APROPOL, declaró hace unos años a los medios santafesinos: “Mientras los ladrones entran por una puerta y salen por la otra se nos somete a sanciones administrativas con privación de la libertad”. El comisario José Daniel Aste escribió en la web de APROPOBA: “esta necesidad de agremiarnos y defendernos, se debe a que nosotros (…) somos los que con las manos atadas, vemos como los delincuentes ganaron la calle, que ante cualquier procedimiento, primero las autoridades judiciales atienden los derechos del delincuente y observan el accionar policial, para establecer si cometieron un error, y así crucificarlo para siempre, sin derecho a defensa porque ya son juzgados desde el principio, con la gran presión que ejercen aquellos que parecieran enemigos de la Institución Policial. Cualquier grupo de inadaptados sociales cortan rutas, paran medios de transportes, toman edificios de empresas privadas, edificios públicos etc., nos insultan, golpean, escupitan en nuestro rostro, logrando con esas medidas de fuer-

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zas ilegales y violentas, múltiples beneficios. (…) No podemos soportar más tantas humillaciones.” El secretario de organización de APROPOBA, Miguel Angel Reynoso, opina: “¿Dónde están las pomposamente denominadas “entidades de derechos humanos”, que únicamente vemos actuar cuando se trata de enlodar las instituciones, cometer delitos o percibir subvenciones, o cuando consideran que a sus iguales ideológicos pueden habérseles violado tales garantías, pero disimulan mirando hacia otro costado cuando los afectados no les interesan? Hipócritas, mil veces hipócritas, no existe otra definición”. El 20 de agosto de 2006, el diario La Capital de Mar del Plata publicó que “Integrantes de entidades que nuclean a policías y ex integrantes del cuerpo realizaron una concentración frente al edificio de Tribunales, para solicitar la puesta en libertad y el desprocesamiento del teniente primero de la Policía Bonaerense César Giménez, que permanece detenido imputado de dar muerte a un menor de edad.” En mayo de 2012, en el sitio web de la FASIPP se leía la siguiente convocatoria: “Después de conocerse el fallo condenatorio a los policías que prestaban servicio en la Patrulla Rural de Rauch, por “Privación ilegítima de la libertad, apremios ilegales y omisión de denuncias”, el lunes se realizará una concentración en el veredón Municipal, con movilización al Palacio de Tribunales, para pedir que se revea la condena dispuesta por el Juez Héctor Torrens”. El hecho que motivó leves condenas de 3 a 5 años de prisión ocurrió el 25 de mayo de 2010, cuando dos pobladores de Rauch sin empleo estable salieron a

cazar mulitas, portando una mochila y una pala chica. Fueron interceptados llevados a la sede de la Patrulla Rural, donde, esposados, los sometieron a golpes con guantes de boxeo y submarino seco, los rociaron con gas pimienta y amenazaron a uno con cortarle el dedo con una tenaza si no confesaban el robo de seis ruedas de camión. En ocasión del V Congreso Nacional de la FASIPP y el IV Congreso Latinoamericano de Federaciones de Sindicatos Policiales, el 10 de junio de 2011, en San Justo, el secretario general de APROPOL, Martínez, declaró a la agencia de noticias (y servicios) SEPRIN, a contrapelo de la comprobada facilidad con que se excarcelan uniformados en los procesos por homicidios y torturas: “Hoy los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra. En cambio, cuando se trata de un policía, ante la duda, queda preso”. Estos pocos y desordenados ejemplos de la forma de intervención y de los reclamos de los llamados “sindicatos” policiales, a los que sería fatigoso sumar las múltiples oportunidades en que hemos confrontado con ellos en casos represivos concretos7, alcanzan para poner en contexto el debate

7 Durante los juicios a los asesinos de Damián Salcedo (Morón), Gustavo Mareco (San Martín) y David Vera Pinto (San Isidro), hubo nutrida presencia en los tribunales (dentro y fuera de las salas de audiencia) de U.PO.FI. (Unión de Policías Falsamente Incriminados), una asociación civil cuyo nacimiento, en 2009, fue reseñado así en la página de APROPOL: “Es una Asociación Civil sin fines de lucro, cuya misión es prestar asistencia jurídica gratuita, como así apoyo y contención a los camaradas, que a raíz de un hecho cometido dentro del marco de sus funciones, se encuentran falsamente incriminados de la comisión de un delito por organizaciones como CORREPI”.

3. Sobre las posiciones de algunas organizaciones del campo popular. Son numerosos y variados los argumentos que se utilizan para sostener que hay que apoyar la sindicalización policial y que hay que intervenir políticamente, desde el campo popular, en los aparatos represivos permanentes del estado. En muchos casos se han invocado nombres de revolucionarios del pasado, como Marx, Engels, Lenin y Trotsky, o resoluciones de la Internacional Comunista anteriores a fines de 1923, para reforzar posiciones que, a nuestro criterio, constituyen una tergiversación de su pensamiento y posiciones. Así, para decir que los policías son trabajadores y tropa, se ha tenido que simplificar el contenido de lo que son las clases sociales, se ha tenido que confundir a los aparatos represivos permanentes con las tropas de los ejércitos conformados por obreros y campesinos y, además, se han tenido que generalizar y simplificar las condiciones en que estos últimos pueden quebrarse y pasarse del lado del pueblo, entre muchas otros planteos reduccionistas. A continuación reseñamos los principales argumentos esgrimidos, agrupados por su contenido, independientemente de qué sector los plantee.

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Posiciones CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

a) Los policías son trabajadores, tienen derecho a sindicalizarse. Sobre la base de la simplificación de lo que es una clase social, y su composición, hay muchos que sostienen que los policías son trabajadores porque provienen, en su mayoría, de dicha clase y porque, al carecer de medios de producción, deben vender su fuerza de trabajo. Algunos sostienen que es precientífico, idealista, o premarxista, determinar la pertenencia a una clase social por la función que se cumple o por la dirección que la clase dominante le imprime a la actividad que desarrollan.

de producción, por su papel en la organización social del trabajo y, en consecuencia, por la magnitud de la parte de riqueza social de que disponen y el modo en que la obtienen. Las clases son grupos de personas, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro en virtud de los diferentes lugares que ocupan en un sistema de economía social determinado”9. En nada se diferencia esa posición de la que sostenía Marx en El Capital, para quien las tareas de supervisión y dirección del trabajo, en tanto se originaran en el carácter antagónico de la relación capital-trabajo, correspondían al capitalista. Incluso se refería al capitalista operante, “no propietario del capital con que opera”10. Esto es, capitalista por su función.

Por ejemplo, la organización cultural Razón y Revolución, en un comunicado que emitió en octubre de 2012, con motivo de la asonada de gendarmes y prefectos, sostuvo que CORREPI “atrasa en el análisis social” por sostener que la función tiene relación con la naturaleza de clase de los represores8. Ahora bien, ¿es correcto el argumento de RyR? ¿Es cierto que revolucionarios como Es que no es lo mismo explotar que ser Marx, Engels, Lenin o Trotsky tenían ese explotado. Aquí la función, para Marx, ocupa un lugar central para determinar concepto de lo que es una clase social? la pertenencia a una clase. Lo mismo Nosotros entendemos que se trata de que sostiene Marx respecto de las tauna desnaturalización de un pensamienreas de supervisión y dirección, en tanto to mucho más complejo y que la noción son consecuencia de los antagonismos de clase social tiene más determinaciode clase, puede decirse de la actividad nes que la señalada, que llega al extrerepresiva estatal. mo de hablar de “policías obreros”. Por otra parte, la burguesía no imprime Cuando Lenin, por ejemplo, explicaba una dirección represora a la actividad qué era una clase social, no se limitaba a de la policía, como podría imprimirle una la relación con los medios de producción dirección de otro tipo, porque para ello sino que, también, tenía en cuenta otros debería prescindir de la represión. Simcriterios. Decía que las clases sociales plemente no puede hacerlo, porque la re“… son grandes grupos de personas que se diferencian unas de otras presión es inherente al sistema capitalista, por el lugar que ocupan en un siste- que de otro modo no se sostiene.

gonismo. Los aparatos permanentes de la represión son uno de sus rasgos más característicos. El concepto de clase social no tiene por base exclusiva los criterios laborales (si se percibe un salario o se tiene un patrón), sino que incluye aspectos sociales y políticos, entre los que destaca el papel que se desempeña en la organización social del trabajo y los intereses que se defienden. Así, miembros de los aparatos represivos permanentes del estado burgués se oponen a la clase obrera porque su oficio o función consiste en someterla y dominarla. El capitalista los elige, los forma y utiliza para defender sus intereses y garantizar la opresión.

En su novela, Levantado del Suelo, Saramago dice que el policía “Es un perro elegido entre los perros para morder a los perros. Conviene que sea perro para conocer las mañas y defensas de los perros”.

Como tan claramente lo explicaba Trotsky, “el obrero, convertido en

policía al servicio del estado capitalista, es un policía burgués y no un obrero”11. Es en esa línea que

CORREPI sostiene que, independientemente de su origen o de las motivaciones individuales para sumarse a la fuerza, el policía, el gendarme, el prefecto o el penitenciario son desclasados, nunca trabajadores

ma de producción social histórica- La represión del estado burgués tiene mente determinado, por su relación su fundamento en el antagonismo que (en la mayoría de los casos fijada y existe entre la relación capital y trabajo. formulada en la ley) con los medios Es producto y evidencia de ese anta-

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8 “Decir, como la Correpi, Rolando Astarita, el PTS o el MAS, que la función hace a la “naturaleza” de clase es hacer retroceder el análisis social a una etapa pre-marxista.”. El Aromo, RyR, octubre de 2012. 9 Lenin, Una gran iniciativa, en Obras Escogidas, T.V., Buenos Aires, Cartago, 1974, p. 479. 10 Ver en particular, Marx, Karl, El Capital : El proceso global de la producción capitalista, T.III, v. 7, Siglo XXI, 1977, pp. 486, 493-94 y 497. 10 Ver en particular, Marx, Karl, El Capital : El proceso global de la producción capitalista, T.III, v. 7, Siglo XXI, 1977, pp. 486, 493-94 y 497. 11 Trotsky, Escritos sobre Alemania, enero de 1932.

b) El policía, como trabajador estatal, no esdistinto de un docente o un judicial. En una variante de la anterior tesis, se suele igualar a los policías con otros trabajadores estatales, como los docentes y los empleados judiciales12. Así, se dice que un docente reprime a los alumnos desde un punto de vista ideológico, ignorando, en ese planteo, que la educación es parte de las condiciones de vida de la clase trabajadora, además de obedecer a una necesidad de valorización del capital. Por otra parte, se confunde el consenso con la coerción, igualándolas y no estableciendo jerarquizaciones. Un trabajador puede emanciparse de una educación burguesa y puede adoptar ideas revolucionarias. De un hecho represivo (un disparo en la cabeza), un trabajador no se puede emancipar. Por otra parte, el efecto de terror que produce en la subjetividad la represión es muy distinto al de la enseñanza escolar. Algo parecido se sostiene con respec-

y acceder a determinados acuerdos reivindicaciones que presentan las políticos. Al policía se le entrega el fuerzas de seguridad en sus asonaarma reglamentaria apenas sale de das incluyen reclamos de más prela academia. También se ignora, con estas simpli- supuesto y recursos para reprimir y ficaciones, que el único poder que es inherente al estado capitalista, que es esencial, es el poder ejecutivo, de quien dependen las fuerzas represivas en todo el mundo.

exigen cobertura legal cuando son

La forma en la que se dictan las leyes, y se las aplica, varía, en cambio, en todos los países y, en cada país, dependiendo del régimen político imperante en determinado momento, así como de sus eventuales gobiernos. Mientras que la función represiva es esencial para el estado capitalista, no es posible decir lo mismo de la función judicial o legislativa, que dan revestimiento formal y legitimidad a esas funciones. Llegado el caso, la clase capitalista puede prescindir de todo elemento encubridor y legitimante, puede prescindir de los jueces y los legisladores, y aplicar la violencia desnuda, o crear otras instancias de legitimación diferentes.

miales, contienen sistemáticamente

to a los empleados judiciales. Sin embargo, un empleado judicial no hace lo mismo que un juez, mientras que el policía de más bajo rango tiene la misma tarea que el comisario, y la Sin embargo, jamás podrá prescindir ejerce a diario: reprimir mediante de esa violencia organizada como el armamento que le brinda el es- policía, gendarmería, prefectura o ejército regular. tado capitalista. Un empleado judicial, apenas entra a Es decir, la división de poderes nada trabajar, empieza llevando expedien- tiene de consustancial con el estado tes y atendiendo la mesa de entradas. burgués. De hecho, hasta los dogmáSi tiene algo de suerte, y contactos, ticos del derecho, ideólogos de la burpodrá ascender en la carrera judicial guesía por excelencia, reconocen que y tener mayores responsabilidades. la división de poderes es en realidad Sin embargo, para acceder a los car- una división de funciones del poder 13 gos de los funcionarios judiciales, no estatal, que es único .

juzgados “por hechos del servicio”, y los “principios” declarados de sus organizaciones pretendidamente grela defensa de la institución a la que pertenecen y de la función que tienen asignada sin beneficio de inventario. Ninguna unión de trabajadores encabeza su declaración de principios enunciando la defensa irrestricta a su empleadora y señalando que es su objetivo es “...desarrollar una acción reivindicatoria y beneficiosa” para ella, como sí lo hace, por caso, APROPOBA en referencia a la policía de la provincia de Buenos Aires, así como ninguna huelga obrera tendría como reclamo que la patronal invierta en más maquinarias para optimizar su tasa de ganancias.

En los agitados días de diciembre de 2013, la nota ya citada de RyR se afirma: “No es cierto, como dice el PTS o CORREPI, que se reclame “impunidad” para el “gatillo fácil”. En ningún petitorio aparece nada que remita a ese reclamo. Sólo encontramos un solo punto en uno de los petitorios de la policía de Misiones, que solicita mayor poder para la policía en los procedimientos que llevan a cabo. En todo caso, se debatirá le bastará con su capacidad y conociFinalmente, no es menor en este el apoyo al reclamo en esa promientos, sino que tendrá que obtener punto recordar que los pliegos de vincia. Pero estamos hablando de

13 “El poder del estado como capacidad o energía para cumplir su fin es ‘uno’ solo, con ‘pluralidad’ de funciones y actividades. Lo que se divide no es el poder, sino las funciones y los órganos que las cumplen. Cuando el derecho constitucional habla de ‘poderes’ –en plural- quiere mentar los ‘órganos institución’ con sus respectivas competencias.” (Bidart Campos, Germán, “Tratado elemental de derecho constitucional argentino”, Tº II, Buenos Aires, Ediar, 1993, p. 17).

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Posiciones CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

c) Si el policía de bajo rango enfrenta a sus superiores y se rompe la cadena de mando se pasará del lado del pueblo.

Represión a docentes de Santa Cruz, Buenos Aires, Junio del 2011.

un levantamiento nacional. Hay otros 22 pliegos”. Es verdad que el pliego misionero lo dice con todas las letras, lo que lo hace indiscutible hasta para RyR que apoya las asonadas policiales en todo el país pero discutirá si lo extiende a Misiones. Naturalmente las agrupaciones con más experiencia, como las santafesinas o bonaerenses y las federales, han aprendido a expresarse con un lenguaje que resulte menos chocante. Ya no dicen, como lo consignaba la policía mendocina en el punto 5 de su motín de febrero de 2009, “5. Que el gobierno no hable mal de la policía en forma genérica”, ni escriben “Que nos dejen fusilar y torturar impunemente”. Esos otros 22 pliegos contienen reclamos de asistencia “psicológica y técnica” frente a “accidentes de trabajo”. En palabras de los 14 puntos cordobeses, “Tratamiento post-estrés por accidentes laborales”. Si los compañeros recorrieran las páginas web de APROPOBA, APROPOL, SIN.PO.PE., SIPOBA o cualquiera del medio centenar de “sindicatos” policiales, descubrirían que, para la policía, acá y en el mundo, un muerto por el gatillo fácil o la tortura es un “accidente laboral”, y la “asistencia técnica” o “legal” que se reclama no es otra cosa que la defensa institucionalmente garantizada frente a una eventual imputación penal. El ejemplo ya mencionado del SIN.PO.PE., cuyo

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secretario de Accidentes de Trabajo es el abogado encargado de defender policías asesinos y torturadores exime de más argumentación. El Secretario General de APROPOL, después de señalar que el pliego de reclamos es extenso y excede la cuestión sindical, lo sintetizó así: “escaso número y calidad de material y provisiones, escasa capacitación, falta de garantías para desempeñar la difícil misión y de reconocimiento en términos generales terminan por ahuyentar cada vez mas rápido esa mística de ‘servidores públicos’ que debemos mantener para la alta misión que asumimos”14. No hace falta explicar qué significa lo de “falta de garantías” y “falta de reconocimiento” para desempeñar la “alta y difícil misión” asumida. Tampoco es necesario un curso especializado para detectar que “escaso número de material y provisiones” no refiere a la papelería y la pizza, sino a las armas, las municiones y demás pertrechos para reprimir. En la misma línea, durante el VII Congreso Nacional de la Federación Argentina de Sindicatos Policiales y Penitenciarios, celebrado en Formosa el 5 y 6 de septiembre de 2012, el secretario general de APROPOBA, Miguel Ángel Reynoso, enumeró en su discurso los 8 puntos que calificó de centrales y comunes para todos los policías y pe-

14 http://www.apropol.org.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=8182&Itemid=174

nitenciarios del país. El punto 4, textualmente dice: “4º) Insistir en la necesidad de un marco legal acorde a los riesgos del tipo de trabajo que nos ocupa, el cual contenga el respaldo necesario para el cabal cumplimiento de la función”. Marco legal acorde con la impunidad y respaldo que no es otra cosa que defensa cerrada en caso de ser “injustamente incriminados por actos de servicio”, como dice UPOFI. El quinto punto es igual de claro, al menos para quienes lidiamos a diario con las estrategias de defensa policial: “5º) Insistir para que los gobiernos distritales se avengan a protocolarizar la actuación policial mediante manuales de utilización obligatoria, protegiendo a los compañeros de los resultados adversos de una actuación donde solamente debió utilizar su propia inventiva”. Se refiere a la habitual conducta de los jueces, que, cuando se ven obligados por las circunstancias a condenar, se esfuerzan por deslindar la responsabilidad institucional, imputando los hechos como actos individuales de ese policía en particular. El reclamo es que lo que constituye conducta general de la fuerza sea explícitamente reconocido así en las normas, que, por el contrario, dicen cosas como que “el uso del arma de fuego es la ultima ratio”

Es muy frecuente el argumento de que la “sindicalización” operaría como motor de la conciencia de los policías de baja jerarquía, que aprenderían a defender sus derechos enfrentando a sus superiores jerárquicos, y de ese modo se volverían más proclives a respetar los derechos de los “demás trabajadores”, a los que habitualmente reprimen. Con variantes, según este argumento sea desarrollado desde la izquierda o el progresismo, en general lo que se plantea es que la profundización de la lucha de clases al interior de la fuerza (o la conciencia de sus derechos, según la versión), quebraría la cadena de mandos y generaría un masivo vuelco de la tropa hacia la defensa de los trabajadores y el pueblo. En muchos casos, el argumento surge a partir de igualar las características de los ejércitos de leva forzosa, con tropa compuesta por obreros y campesinos, con el aparato represivo estatal permanente. A los policías de bajo rango los equiparan con la tropa de aquellos ejércitos, y sostienen que un reclamo salarial puede hacer que se rompan el espíritu de cuerpo y el respeto por la jerarquía. Aquí también se suele invocar a revolucionarios como Lenin, o citar alguno de los primeros cuatro congresos de la Internacional Comunista para reforzar la

posición. Sin embargo, también termi- Trotsky directamente sostenía que los policías no podían ser ganados para la nan cayendo en la tergiversación. En revolucionarios como Lenin, la di- causa revolucionaria, sino que no queposibilidad que azotarlos o ferencia entre el aparato represivo per- daba otra 17 matarlos . Esta posición la sostuvo por manente del estado y la tropa obrera y campesina que es obligada a enlistarse, años. En otro texto, mientras planteaba la necesidad de otorgar derechos políties clarísima, y no es posible ignorarla. cos a los soldados obreros y campesinos, Puede ser fatigoso recurrir a las citas planteaba la disolución de las policías18. pero, cuando se las utiliza como argu- Tan impopulares eran los policías y genmento de autoridad, para luego tergidarmes rusos que, luego del triunfo de versarlas, es importante rastrear su verla revolución de Octubre, cuando ya hadadero significado, poniéndolas en su bían pasado a ser ex-miembros de una contexto histórico. fuerza disuelta, se les seguía impidienLa posición de Lenin, y de la Internacio- do votar en los soviets, igualándolos, en nal Comunista en vida de éste, siempre este punto, con los burgueses19. fue la de efectuar esa clara diferencia- Hoy, algunos pretenden que estos repreción. Lenin planteaba la disolución del sores participen dentro de las organizaejército regular o permanente15 y la ne- ciones obreras. ¿Pensarán también que cesidad de una tarea de propaganda y deben participar en asambleas de trabaagitación entre los obreros y campesinos jadores donde se van a votar planes de obligados a enlistarse. Incluso sostenía lucha o se va a organizar la autodefensa que no era posible descansar en la proobrera contra la represión estatal? paganda y en la agitación para ganarse En lo que respecta a la utilización de cia las tropas, sino que además debería tas de la Internacional Comunista, tamdarse, llegado el momento, una lucha fíbién se ha tergiversado el significado de sica por hacerlas vacilar para que pasen 20 del lado del pueblo, llegando al punto, sus resoluciones . Es evidente que no es de ser necesario, de exterminar a quie- posible confundir un ejército de masas, nes estuvieren al mando de aquéllas16. compuesto por cientos de miles de obreEs decir, planteaba una política de con- ros y campesinos obligados a enlistarse frontación contra los miembros del apa- (la tropa, en sentido estricto, a la que hay que ganar), con los miembros que se rato represivo permanente del estado.

15 Lenin, “Las fuerzas armadas y la revolución”, en Obras Completas, Tomo X, Cartago, Buenos Aires, 1960, p. 49.; “Ejército y pueblo”, en Obras Completas, T. XI, 2 ed. corr. y aum., Buenos Aires, Cartago, 1969, p. 87. En su texto clásico, “El Estado y la Revolución”, Lenin hace mención a los cuerpos armados especiales. 16 Lenin, “Las enseñanzas de la insurrección de Moscú”, en Obras Completas, 2ª ed. corr. y aum., T. XI, Cartago, Buenos Aires, 1969, pp. 179-181. 17 “Entretanto, el desarme de los ‘faraones’ se convierte en la divisa general. Los gendarmes son el enemigo cruel, irreconciliable, odiado. No hay ni que pensar en ganarlos para la causa. No hay más remedio que azotarlos o matarlos. El ejército ya es otra cosa. “Historia de la revolución rusa”, capítulo VII, “Cinco días”, en www.marxists.org/espanol/trotsky/1932/histrev/tomo1/cap_07.htm. 18 “10. Disolución de la policía, derechos políticos para los soldados. El gobierno arrebata centenares de millones de francos a los pobres, a los explotados, a gente de todas las condiciones para desarrollar y armar a su policía, sus gardes mobiles y su ejército; en otras palabras, no sólo para desarrollar la guerra civil, sino también para preparar la guerra imperialista. Los jóvenes obreros movilizados por centenares de miles en las fuerzas armadas de tierra y mar están desprovistos de todos sus derechos. Exigimos la destitución de los oficiales y suboficiales reaccionarios y fascistas, instrumentos del golpe de estado. Por otra parte, los obreros bajo las armas deberán conservar todos sus derechos políticos y estarán representados por comités de soldados, elegidos en asambleas especiales. De esta manera se conservarán en contacto con la gran masa de los trabajadores, y unirán sus fuerzas con las del pueblo, organizado y armado contra la reacción y el fascismo. Todas las policías, ejecutoras de la voluntad del capitalismo, del estado burgués y de sus pandillas de políticos corruptos deben ser disueltas. Ejecución de las tareas policiales por las milicias obreras. Abolición de los tribunales de clase, elección de todos los jueces, extensión del juicio por jurado a todos los crímenes y delitos menores: el pueblo se hará justicia a sí mismo.” León Trotsky, Un programa de acción para Francia, La Verité, junio de 1934. 19 “Quedaban excluidos del derecho a voto: los que emplean fuerza de trabajo para obtener beneficio; las personas que viven de plusvalías; comerciantes y agentes privados de negocios; empresarios de comunidades religiosas; ex-miembros de la policía y de la gendarmería; la antigua dinastía reinante; los deficientes mentales; los sordomudos; y todos los condenados por delitos menores mezquinos e indignos.”, John Reed, “Los soviets en acción”.

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dedican a hacer de la represión su forma de vida y que integran el aparato permanente de represión. Como decía Trotsky, no es posible ganarlos para la causa de la emancipación social. Sólo ante la violencia organizada del pueblo se pueden quebrar o disgregar. No cabe abrigar falsas expectativas con que un sector de “policías buenos” va a ser ganado para la causa y se va a pasar de bando. En nuestra experiencia militante hemos podido comprobar cómo funciona el espíritu de cuerpo en los casos de juzgamiento de policías causantes de muertes por tortura o por gatillo fácil. Ni ante la expectativa de penas de prisión perpetua, como en el asesinato de Sergio Durán durante una sesión de tormentos, se quebró el espíritu de cuerpo de los asesinos, que eran oficiales de alto rango (incluso un subcomisario) y suboficiales sin esperanza de ascender en el escalafón. Otras veces hemos visto encubrimiento más burdo, con tal de mantener la cohesión, aun a riesgo de la propia libertad. Fue el caso del sargento Núñez, que mintió descaradamente para proteger a su superior, el oficial Solana, asesino de Ro-

drigo Corzo. Núñez prefirió ir preso por encubrimiento y falso testimonio, antes que decir la verdad, cuando su superior hacía mucho que había sido condenado y hasta había purgado la leve pena que le impusieron por el fusilamiento. Es que no se trata de lealtades personales, por amistad u otros valores individuales, sino de la defensa de la función represiva. Pensar que se puede romper la cadena de mandos por un reclamo salarial es al menos ingenuo. Por lo demás, siempre es posible hacer rodar algunas cabezas de arriba para contentar a los que están un poco más abajo. Siempre es posible matar al dictador, para salvar a la dictadura. Es bien significativo lo sucedido en la provincia de Tucumán durante las asonadas de diciembre de 2013. Mientras los policías discutían su pliego de condiciones con el gobernador, vecinos y comerciantes de sectores medios se manifestaban en la plaza, el gobierno provincial accediera a los reclamos en aras de la “seguridad”. Apenas llegaron a un acuerdo, el gobierno ordenó a la policía reprimir esa manifestación

que los estaba apoyando, y lo hicieron de inmediato, sin discusión ni quiebre alguno. Un poco más atrás en la historia, durante el acampe de los autoconvocados correntinos, en 1999, en la plaza siete meses de salarios caídos, la policía provincial y el servicio penitenciario provincial instalaron sus carpas junto a las de los trabajadores, porque tampoco habían cobrado. Pero cuando el gobierno nacional asumido el 10 de diciembre de 1999 intervino la provincia y envió a la gendarmería y la prefectura a desalojar el Puente Gral. Belgrano, tomado por los autoconvocados, los policías y penitenciarios, lejos de ponerse del lado del pueblo reprimido, se quedaron en sus unidades. Tres días después de la masacre del Puente, los policías acataron sin fisuras la orden de montar el operativo que rodeó la movilización que recorrió la ciudad hasta la avenida 3 de Abril, donde habían sido fusilados por la gendarmería Mauro Ojeda y Francisco Escobar el 17 de diciembre

Represión a estudiantes, Córdoba, Diciembre del 2010

20 Izquierda Socialista y la Tendencia Piquetera Revolucionaria invocan el punto 4° de las condiciones para la admisión de los partidos comunistas en la IC, que exigía el trabajo de los comunistas entre las tropas, para justificar el trabajo en la policía y en la gendarmería, desvirtuando el significado que tenía la palabra tropa en ese entonces, utilizada para referirse en concreto al soldado-obrero o campesino obligado a prestar servicios militares. También la TPR ha invocado las tesis de la resolución sobre estructura de los partidos, cayendo en la misma confusión. La IC siempre se refería a la tropa obrera y campesina cuando hablaba de hacer propaganda y agitación, mientras que cuando se refería a hacer un trabajo en la policía, lo hacía con fines muy distintos, de infiltración e inteligencia, para conocer, entre otras cosas, los planes del enemigo y la ubicación de los arsenales con los cuales la policía armaba a las bandas fascistas. Asimismo, las tesis sobre estructura de los partidos fueron impugnadas por Lenin, un año después de aprobadas, por considerar que eran buenas para Rusia pero que esas tesis en particular no sabían traducir la experiencia rusa a los demás países. Las consideró letra muerta. Lenin, “Cinco años de la revolución rusa y perspectivas de la revolución mundial: Informe pronunciado ante el IV Congreso de la Internacional Comunista el 13 de noviembre de 1922”, en Obras Completas, tomo 45, Editorial Progreso, Moscú, 1981, pp. 278-294.

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d) Consideración de los miembros de los aparatos represivos permanentes desde una perspectiva individual. También se suele juzgar a los policías por su carácter individual y no por su ser social. Esto evidencia una adscripción acrítica al método que utiliza la ideología dominante para analizar los problemas sociales. Hablan de policías de bajo rango, de aquellos que están en las esquinas, para referirse a miembros de la policía que no serían “tan antiobreros” como los policías de alto rango o los de los cuerpos especiales o de elite. Como, en general, quienes sostienen esta posición no tienen mucha experiencia en la militancia antirrepresiva, no suelen tener presentes los innumerables casos en que los fusilamientos de gatillo fácil, las torturas o la represión a las movilizaciones son protagonizados por policías de bajo rango y de calle (la mayoría, como lo prueba nuestro Archivo de Casos), ni advierten cómo, en la práctica, se cierra el puño policial para defender a sus “injustamente incriminados”, al decir de U.PO.F.I., sin importar si el procesado es un agente, un suboficial o un comisario. Es más. Aun cuando, en ocasiones bien puntuales, la superioridad formalmente “suelta la mano” al acusado para preservar la institución, y el poder político los exonera durante el proceso, por debajo subsiste el apoyo orgánico, con colectas en la fuerza para pagar abogados particulares inaccesibles con el sueldo de un policía de bajo rango, para sostener a la familia y para garantizar, en los pocos casos de prisión efectiva, un mejor pasar en la cárcel. Hay infinidad de ejemplos concretos, como la célebre “vaquita” organizada a principios de los ’90 por el comisario Ribelli para pagar la defensa de los policías de calle autores de la Masacre de Wilde. No es de otra manera que recurrentemente agentes y suboficiales son defendidos por abogados carísimos como Stinfale, Babington, Cúneo Libarona, Branca, Schlagel o

Corbacho (casos Bogado, Corzo, brigada de ción política. Por eso es ridículo que Hela comisaría 30ª, Mariano Ferreyra, etc.). gel las presente en una ‘vinculación exDesde lo teórico, quienes realizan esta distin- trínseca y accidental a la personalidad ción se apartan del método que dicen repre- particular como tal’. Esa vinculación es sentar y que utilizaron sus principales referen- por el contrario sustancial, se basa en tes históricos. León Trotsky partía de la noción una cualidad esencial del individuo, las de ser social, utilizada por Marx y Engels en instancias y asuntos del Estado son su el primer capítulo de “La ideología alemana”, resultado natural. El absurdo proviene para dar la discusión a los obreros alemanes aquí de que Hegel los entiende como contra los dirigentes socialistas que confiaban algo abstractamente independiente y en la policía alemana para combatir a las for- contrapuesto a la individualidad particular, olvidando que ésta es humana y maciones de combate del nacionalsocialismo los asuntos e instancias del Estado son (camisas pardas). En este sentido, les advertía funciones humanas. Hegel olvida que la que no se podía confiar en la policía, por más esencia de la ‘personalidad particular’ que estuviera compuesta por represores que no consiste en su barba, su sangre o su anteriormente habían sido obreros socialdeabstracta natura, sino en su ser social, mócratas: “El hecho de que los policías y que los asuntos del Estado, etc. no son hayan sido elegidos en una parte imporsino formas en que existen y actúan las tante entre los obreros socialdemócracualidades sociales del hombre. Por tas no quiere decirlo todo. Aquí, una vez tanto, es evidente que los individuos, en más, es la existencia la que determina la cuanto representan los asuntos y podeconciencia. El obrero, convertido en polires del Estado, son considerados desde el cía al servicio del Estado capitalista, es punto de vista social y no privado”22. un policía burgués y no un obrero. En el curso de los últimos años, estos policías Este error también se puede ver cuando alhan debido enfrentarse mucho más a gunos dirigentes sostienen que se pueden menudo a los obreros revolucionarios ganar a los buenos elementos haciendo un que a los estudiantes nacionalsocialis- trabajo militante en la policía23. ¿Pero qué tas. Por semejante escuela no se pasa represor puede ser un “buen elemento”? sin quedar marcado. Y lo esencial es que ¿Acaso uno que no sea corrupto, que destodo policía sabe que los gobiernos pa- empeñe en forma convencida y “honesta” san, pero la policía continúa.”21. su función de reprimir? ¿Puede ser éste un Esta necesidad de considerar a quienes cum- buen elemento que deba ser ganado para el plen funciones de estado, por su ser social, campo popular? ¿O se estará pensando en ya estaba presente en la primera crítica que algún policía que en su fuero interno Marx le hizo a Hegel: “Las actividades e sufre su tarea, que no le gusta ni repriinstancias del Estado dependen de sus mir ni administrar el delito, pero que se individuos (sólo a través de ellos obra mantiene en la fuerza por el sueldo? el Estado); pero no del individuo como Olvidemos, por un momento, el hecho de realidad física sino estatal, en su condi- que el fuero interno de las personas es

21 León Trotsky, ¿Y ahora? : Problemas vitales del proletariado alemán. 22 Marx, Karl, Crítica de la filosofía del Estado de Hegel, Introducción, bibliografía y cronología de Ángel Prior Olmos; traducción y notas de José María Ripalda, Biblioteca Nueva, Madrid, 2002, p. 89. 23 Ciclo de videos “Altamira responde”, “¿Qué opina de la sindicalización o no de la policía? en: http://www.youtube.com/watch?v=vLdcCCV7_pE.

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Posiciones CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

inescrutable y que, además, suele expresarse en sus acciones, por lo que la indicación de método, de no prestar atención a lo que las personas dicen, creen o piensan que son, sino a lo que efectivamente hacen, es absolutamente correcta. Como decía Marx en el prólogo a la primera edición de El Capital, “No es el individuo el responsable de la existencia de relaciones de las que él es socialmente criatura (…) Sólo nos referimos a las personas en cuanto personificación de categorías económicas, como representantes de determinados intereses y relaciones de clase”.

¿Puede ser un buen elemento quien, por dinero, se niega a abandonar una actividad que desprecia y que se descarga siempre sobre los trabajadores y nunca sobre los ricos? ¿Es un buen elemento quién, por dinero, comparte funciones con torturadores, asesinos, administradores del delito del narcotráfico, la trata, etc.? ¿Consideraríamos como un buen elemento a un trabajador que, en un sindicato, oficia como fuerza de choque de la burocracia, a cambio de un ingreso extra, porque su sueldo no le alcanza?

De cualquier manera, hasta el presente, no hemos sabido de ningún caso en Olvidando por un momento esa indicaque la esforzada intervención de alguna ción de método y suponiendo que existan tales elementos en la policía, hay organización al interior de la policía u otras fuerzas de seguridad haya aportado que preguntarse:

militantes para la causa popular, excepto el ya mencionado vínculo del MST con los hermanos Palermo en Santa Fe, y algún episodio ciertamente patético como el del “polipiquetero” Ricardo Santillán, un bonaerense que allá por febrero de 2004 fue presentado por Luis D’Elía como un policía “diferente”, que “entendía las privaciones del pueblo, que nunca saldría a reprimir, que condenaba la tortura y el gatillo fácil”24. Luciendo su uniforme policial, Santillán encabezó más de una marcha de la FTV, hasta que el romance terminó con una denuncia del propio D’Elía ante la Fiscalía Correccional de La Matanza porque el policía estafó a familias pobres, cobrándoles $500 para adjudicarles viviendas construidas por alguna cooperativa

e) La sindicalización policial es rechazada por el estado burgués y sus gobiernos. En consecuencia, hay que apoyarla. No es poco frecuente el planteo de que, si las leyes prohíben la sindicalización de los policías, porque resultaría peligroso para el “mantenimiento del orden interno de la fuerza y la operatividad en el cumplimiento de sus objetivos a su cargo (...) está claro por qué entonces hay que estar a favor de sindicalizar a suboficiales, cabos y al personal subalterno de estas fuerzas”25. Más allá de la liviandad del argumento, que lleva a un sinnúmero de conclusiones absurdas, lo cierto es que, sin perjuicio de que hay numerosos sectores oficialistas que reivindican la sindicalización policial,

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en nada cambiaría la naturaleza del debate si las agrupaciones policiales y de otras fuerzas hoy existentes accedieran al reconocimiento oficial, como lo tienen en buena parte del mundo.

guridad. Y como también dijimos más arriba, con o sin reconocimiento del estado, los “sindicatos” policiales existen por decenas en nuestro país, y tienen una activa intervención pública.

De hecho, como ya se ha señalado, en EEUU, Europa, Oceanía y buena parte del resto del mundo, incluida América, los estados (todos burgueses) reconocen la existencia de los “sindicatos” policiales, que tienen personería gremial y son habituales interlocutores de los gobiernos. También la OIT, un organismo reformista creado por el imperialismo26, apoya y estimula la creación de estos “sindicatos” de las fuerzas de se-

Nuestra posición frente al peligro que entraña la organización de los represores para la clase trabajadora no depende de que formalmente tengan reconocimiento oficial, circunstancia que, en todo caso, agravaría la situación, pues los colocaría en mejor situación para obtener sus reivindicaciones frente al estado y para insertarse en las centrales de trabajadores

24 Ver Boletín Informativo nº 257 de CORREPI. 25 Por ejemplo, El Socialista n° 231 http://www.izquierdasocialista.org.ar/cgi-bin/elsocialista.cgi?es=231&nota=4. 26 La Organización Internacional del Trabajo es tan antigua como la Sociedad de las Naciones, una suerte de primer ensayo de la Organización de las Naciones Unidas. Dirigentes obreros reformistas como Jouhaux, Legien o Gompers, participaron de su creación. Se trataba líderes obreros oportunistas al servicio del capital imperialista. Carl Legien era un dirigente socialdemócrata alemán, presidente de la Federación Internacional Sindical entre 1913 y 1919. León Jouhaux fue un sindicalista francés, jefe de la CGT francesa, conciliador, uno de los fundadores de la OIT. Samuel Gompers fue el principal dirigente de la American Federation of Labor (AFL) estadounidense, al que ya en la década del ’20, la Internacional Comunista llamaba a destruir, caracterizándola de esta manera: “Los líderes oportunistas de los sindicatos que durante la guerra fueron los fieles servidores de la burguesía en sus respectivos países, tratan ahora de restaurar la internacional sindical haciendo de ella un arma del capitalismo internacional, dirigida contra el proletariado. Crean con Jouhaux, Gompers, Legien, etc., una ‘secretaría de trabajo’ junto a la Liga de las Naciones, que no es sino una organización de bandolerismo capitalista internacional. Tratan de aplastar, en todos los países, el movimiento huelguístico haciendo decretar el arbitraje obligatorio de los representantes del estado capitalista. Tratan de obtener, a fuerza de compromisos con los capitalistas, toda clase de favores para los obreros, a fin de romper de este modo la unión cada día más estrecha de la clase obrera.” Ver “América del Sur, base colonial del imperialismo norteamericano” y “El movimiento sindical, los Comités de Fábrica y de empresas”.

f) Los jefes policiales deben ser electos por voto popular para que la policía sea una fuerza popular. Varias organizaciones proponen la elección popular de los comisarios como paso previo a la sindicalización de las fuerzas27. En primer término, cabe decir que las elecciones democráticas sirven para legitimar a la democracia burguesa y a la dominación capitalista, lo que implicaría legitimar, desde el punto de vista ideológico, al aparato represivo por la existencia de elecciones del comisario. No es casual que ante rebeliones populares, los gobiernos burgueses adelanten elecciones como una forma de descomprimir el descontento social.

La participación de los revolucionarios en las elecciones históricamente tuvo por finalidad utilizar la tribuna parlamentaria para deslegitimar a la democracia burguesa y a las elecciones, no para generar ilusiones de que por la vía parlamentaria se podrían obtener victorias duraderas.

¿La izquierda que propone esta política de elección de policías también va a postular candidatos a comisarios? Esto vendría a ser una especie de millerandismo28, o ministerialismo. Ya no se trata, como en ese caso, de ingresar a un gobierno burgués de un estado capitalista, para admiLa actividad del comisario es una actividad nistrar el capitalismo, sino de presentarse ejecutiva, represora, no parlamen- a elecciones para obtener votos a fin de taria, por lo que no hay una tribuna administrar una comisaría que aprovechar para difundir ideas revolucionarias. Por el contrario, da la falsa idea de que se puede lograr algo votando comisarios.

g) La consigna de la sindicalización en conexión con la del control del aparato represivo. Suele plantearse la consigna de la sindicalización en conjunto con el reclamo de control popular de las comisarías, apertura de los libros y participación de los organismos de derechos humanos en su dirección. Un control de este tipo, en realidad, es inverosímil en una situación como la actual, ya que supone, al menos, una situación de doble poder que, como lo demuestra la historia, siempre es inestable y transitoria. Si el campo popular estuviera en condiciones de imponer el control real y efectivo, y no meramente formal, sobre las comisarías, es porque habría adquirido un nivel organizativo tan alto que estaría en condiciones de confrontar con el

aparato represivo permanente del estado capitalista, por lo que pasaría a estar planteada la destrucción del estado y no su control. En la práctica, sabemos para qué sirve que los gobiernos hagan acuerdos con organismos u organizaciones a los que autoriza a inspeccionar cárceles y comisarías. El gobierno que lo habilita adquiere el halo de “garantista”, “transparente”, “progresista” y “democrático”, y se regocija de promover la “porosidad carcelaria” o el “control ciudadano de la policía”, al tiempo que esos organismos se convierten en su apéndice, y llegan, dentro de la cárcel o la comisaría, cuándo y hasta dónde los dejan, sin acceder a modificar nada

sustancial. Podrán lograr que se compre una estufa o se reponga un vidrio roto, pero, como lo demuestran las sistemáticas quejas de la Procuración Penitenciaria, organismo oficial que permanentemente denuncia que se veda a sus funcionarios entrevistar presos o sacar fotografías en los lugares de detención, no podrán modificar lo que forma parte de la naturaleza del sistema29

27 Izquierda Socialista en El Socialista n° 240, “Pueblada en Junín”; El Socialista n° 254, “La narcopolicía cordobesa”; El Socialista n° 255, “El ‘modelo’ de Cristina no va más, votá propuestas”. También MST en “Frente al conflicto policial, los saqueos y la crisis social”, 10/12/2013 y “Ripoll lanza su campaña en La Matanza y habla de inseguridad”, 22/09/2013, ambos en www.mst.org.ar. 28 Millerand fue un socialista francés que, a principios del siglo XX, ingresó a un ministerio de un gobierno burgués, con la excusa de frenar un supuesto avance de la derecha. Esta actitud fue condenada abiertamente por revolucionarios como Rosa Luxemburgo (“Con la entrada de un socialista en el gobierno, la dominación de clase sigue existiendo: el gobierno burgués no se transforma en un gobierno socialista, pero en cambio un socialista se transforma en un ministro burgués”) y Lenin. A esta política de colaboración de los socialistas con la burguesía se la pasó a denominar millerandismo o ministerialismo. 29 Ver comunicados en www.ppn.gov.ar.

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CORREPI - Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional

4. Nuestras conclusiones. Desde nuestro punto de vista, los miembros de las fuerzas represivas estatales, permanentes y profesionales, no son trabajadores. No pueden ser ganados para la causa de la emancipación social y, por eso, la principal tarea que deben darse los luchadores es la de organizarse para enfrentarlos y destruirlos. Son nuestros enemigos. Es claro que, en el marco de esa política, es posible desarrollar una práctica de enfrentamiento y deslegitimación del aparato represivo, utilizando todos los medios a nuestro alcance y, teniendo en cuenta la relación de fuerzas. Se los enfrenta, tanto organizando en los barrios contra el gatillo fácil y las detenciones arbitrarias, como denunciando la política represiva del estado en los tribunales, cuando vamos a pedir que se los condene por algún hecho represivo, hasta el enfrentamiento en la acción directa.

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Contra la represión:

Organización y Lucha

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