NO
CUENTO
LOS
DIAS
NO CUENTO LOS DIAS
Florencia Cosin
Flor Cosin 1981 Soy fotógrafa y docente. Hago una columna de fotografía en la radio, en el programa Cosa de Negros. Estudié en la escuela de fotos de Avellaneda en el año 2001. Colaboré en distintos medios impresos. Edité algunos de ellos. En el 2017 publiqué el foto libro La Mayor, en que en el que cuento la historia de mi tía Esther, desaparecida por la última dictadura militar en la Argentina. La fotografía es para mí un lenguaje, una voz, para decir, para compartir.
Las imágenes que siguen las hice en casa durante el período más estricto de la cuarentena.
Mientras estamos en la terraza de casa Eva pregunta:
¿podemos
ir a otro planeta?
En su juego de medianoche salimos de viaje hasta ese pequeño pueblo de mar y viento al que volvemos cada verano.
Cuando termine la cuarentena podemos ir a otro planeta, dice Eva que aprendió a contar los días en el jardín.
Ahora dejó de contar y empezó a nombrar la casa y el pan que leuda sobre la mesa, los mismos juegos, los mismos rezos.
Mientras estamos en la terraza de casa un ave atraviesa el cielo.
- Mami, no se puede terminar la vida si un bebé esta naciendo todo el tiempo!
-Sabías que el primero en la lista de Santa es el niño mejor portado del mundo?
-Que sea la noche, que sea la noche
Los fuegos artificiales se encienden en el cielo Eva salta y me toma de la mano Algo dentro de ella se desboca la rodeo con mi brazos su corazón late tan tan acelarado
Es un caballo desbocado que galopa es un pájaro que tuvimos encerrado que galopa que galopa que galopa Ahora nada más importa
Que sea la noche que sea la noche
No me alcanza el cuerpo para abrazarte para dormirte para cuidarte
Es una potra desbocada que galopa que galopa que galopa que galopa lanza su relincho hacia la noche y en la honda oscuridad abre las alas
Que sea la noche que sea la noche
Y en la oscuridad alada tu libertad
atraviesa
el cielo
No cuento los dias FLOR COSIN
Desde que mi hija nació hago un registro fotográfico de su crecimiento. Esta serie de imágenes la tomé durante el periodo más estricto de la cuarentena. Me pregunto qué huella dejará en ella este período. Mientras tanto la observo atenta detrás de la cámara. Lo simple se volvió significativo: el perfil de Eva emerge en la oscuridad, la hora del baño y el juego en el agua. Verla de espaldas, verla crecer aún en cuarentena. Lo cotidiano se volvió centro y en los detalles de su devenir encuentro la esperanza, un vestigio del afuera que nos esta vedado. Por momentos se repliega y retrocede, por momentos alcanza lo más alto.
Buenos Aires, 2020