Libro el pensamiento de Jorge Rodríguez by Fondo Editorial Fundarte

El pensamiento

Jorge RodrĂguez

Primera edici贸n: Editorial Ateneo de Caracas, 1979 Segunda edici贸n: Fondo Editorial Fundarte, 2013

El pensamiento

Jorge RodrĂguez

El pensamiento de Jorge Rodríguez

Al cuidado de: Héctor A. González V. Diseño y concepto gráfico general: David J. Arneaud G. Hecho el Depósito de Ley Depósito Legal: N° ISBN: FUNDARTE. Av. Lecuna, Edif. Tajamar, PH Zona Postal 1010, Distrito Capital, Caracas-Venezuela Telefax: (58-212) 5778343 - 5710320 Gerencia de Publicaciones y Ediciones

Dedicatoria A la memoria heroica e inolvidable de Jorge Rodríguez Al pueblo de Venezuela por cuya liberación dio su vida. A todas las demás organizaciones revolucionarias y democráticas, por cuya unidad fue infatigable luchador. A todos los militantes de la Liga Socialista, organización de la cual fue fundador y máximo guía. A su madre, Eloína Rodríguez. A su esposa, Delcy Gómez de Rodríguez. A sus hijos, Jorge y Delcy Eloína.

Aquí todos debemos dar por la revolución cualquier cosa, aunque nomás sea la vida Pancho Villa

Prólogo

is amigos de la Liga Socialista están preparando la edición del primer tomo de los discursos y otros materiales de Jorge Rodríguez, gran héroe y gran conductor del pueblo venezolano. Ellos, conocedores de la entrañable amistad que me unió a Jorge Rodríguez, me han pedido que redacte algo así como una presentación, prólogo o introducción. Las mejores palabras que puedo decir para presentar los discursos y la obra escrita de Jorge Rodríguez son muy simples. Producto de una maniobra policial fundada en la mentira y en la calumnia, fui hecho prisionero, bárbaramente torturado y aquí estoy, arbitrariamente detenido y sometido a permanente aislamiento. Como producto de la misma maniobra a Jorge Rodríguez lo privaron de su libertad. La policía utilizó como excusa unas confesiones obtenidas mediante torturas. Yo quedé vivo. A Jorge lo torturaron hasta la muerte. No duró dos días en manos de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip). Mis palabras son estas: hubiese querido cambiar mi vida por la vida de Jorge. Hubiese querido ser yo el muerto porque la vida de Jorge no tenía precio, y valía mucho más que la mía.

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Seguramente se querrá que hable un poco más de Jorge; aun cuando creo que en el párrafo anterior he dicho lo fundamental, agregaré otras cosas para satisfacer ese deseo. En 1972 yo estaba preso aquí, en este mismo cuartel; Jorge estaba preso en la cárcel de Maracaibo. En diciembre de 1972, como resultado de una huelga de hambre que realizamos los presos políticos de toda Venezuela y de la cual Jorge fue uno de los dirigentes, varios detenidos recobramos la libertad. En enero de 1973 me reincorporé a la lucha política. En el curso de 1971 y 1972 comenzaron a circular en el país y llegaron hasta las cárceles, varios folletos y libros escritos por un revolucionario con quien Jorge y yo habíamos mantenido estrecha amistad cuando todos militábamos en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Julio Escalona comenzó a hablar de un conjunto de cosas nuevas; de romper definitivamente con el «foquismo» como forma certera de enfrentar la desviación reformista; de cómo y por qué en el país no existía un partido revolucionario del proletariado y de cómo y por qué había que trabajar por la construcción de este instrumento; de las contradicciones internas del movimiento revolucionario venezolano; de que entre ellas la contradicción principal era la contradicción entre la teoría y la práctica y cómo el aspecto principal de esta contradicción era la teoría, repitiendo incansablemente la frase de Lenin: «Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario»; de la combinación de las formas de lucha y de por qué de las luchas pacíficas y legales habían pasado a primer plano; de la táctica del voto nulo y de la necesidad de participar revolucionariamente en

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el proceso electoral de 1973; del carácter erróneo de la táctica abstencionista y de otras tácticas fundadas en ideas espontaneístas; así mismo, de otros temas muy importantes. La fundamentación de la táctica del voto nulo expuesta por Julio Escalona tuvo gran influencia en distintos círculos revolucionarios. Desde la calle, desde distintos lugares del país nos escribían a los presos políticos hablándonos de la necesidad de organizarse en torno a dicha táctica. Muchos presos políticos, entre ellos Jorge y yo, nos dimos a la tarea de estimular a quienes, estando en libertad, se agrupaban en torno a la táctica del voto nulo, la necesidad de organizar el Partido Revolucionario del Proletariado como instrumento de unión de los revolucionarios, el impulso a las luchas pacíficas y legales como forma de aprovechas las condiciones coyunturales e función de las perspectivas estratégicas, organizar a las masas y darle un gran impulso a la lucha por subvertir el régimen burgués. Cuando salí en libertad me incorporé a los comités por el voto nulo y junto con Domingo Alberto Rangel, Carmelo Laborit y otros distinguidos revolucionarios pasé a integrar el Comité Nacional que se encargó de impulsar dicha táctica. Jorge, quién seguía preso en la cárcel de Maracaibo, se mantenía estrechamente vinculado a este comité y colaborada con nosotros escribiendo artículos, haciendo proposiciones y sugiriendo diversas iniciativas. Desde la cárcel, él era uno de los pilares en el desarrollo de esta política. En julio de 1973 salió Jorge en libertad y desde ese momento se entregó en cuerpo y alma al impulso de la táctica del voto nulo.

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Hacia fines de 1973, en noviembre, Jorge impulsó la fundación de la Liga Socialista como una manera de darle unidad política y organizativa al movimiento por el voto nulo y proyectarlo más allá de las elecciones de 1973. Tres años después, Jorge había convertido a la Liga Socialista en organización política de proyección nacional con participación en sindicatos, centros estudiantiles, comités de movilización campesina, comités de barrio, círculos de profesionales e intelectuales. En forma acelerada creció la Liga Socialista. Sostenemos que ese fue el principal motivo por el cual el gobierno burgués decidió asesinar a Jorge Rodríguez. Las tácticas que enseñan las escuelas autosubversivas del ejército norteamericano y de la CIA tienen entre sus puntos fundamentales el siguiente principio: tratar de liquidar a los movimientos revolucionarios cuando están naciendo, cuando todavía con un peligro potencial. Los teóricos de la lucha autosubversiva consideran que después que un movimiento revolucionario ha tomado cuerpo es muy dif ícil derrotarlo. Esta lógica no la entiende alguna gente y por eso se pregunta: si la Liga Socialista en este momento no pone en peligro la dominación capitalista, ¿por qué, pues, el Gobierno comete el «error» político de asesinar a Jorge Rodríguez, Secretario General de dicha organización? La explicación, sin embargo, es muy clara: ¿cuándo van a reprimir a la Liga Socialista y a sus principales cuadros? ¿Cuándo puedan desafiar de quien a quien el régimen burgués? ¿Cuándo sea un movimiento poderoso? El asesinato de Jorge no es un caso aislado en la persecución desatada contra la Liga Socialista. Diariamente son detenidos sus activistas y muchos de ellos son torturados; recientemente han habido amenazas de muerte contra Juan Medina, Secretario General Encargado, y funcionarios de la Disip trataron de secuestrarlo;

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los locales de la Liga Socialista viven permanentemente asediados por los cuerpos policiales y algunos de ellos han sido asaltados; cuadros y militantes viven sometidos a seguimiento y vigilancia de sus hogares… No hay, pues ningún error político del Gobierno sino un plan rigurosamente calculado en correspondencia con la política antisubversiva aplicada por la CIA y la misión militar norteamericana. En la medida en que pase el tiempo y se vean más claros los caminos que Jorge contribuyó decisivamente a abrir, se comprobará que son indestructibles y se dará una gran valoración a la obra que en treinta y cuatro cortos años, un hombre poseído por la maravillosa luz de los conductores de pueblos, supo plasmar. Al principio la acción no traspasó los límites de pequeños grupos que se lanzaban a predicar y a realizar labores de propaganda y agitación en incursiones esporádicas; pero las ideas justas prenden inevitablemente entre las masas, la semilla fue dando frutos en diversas regiones. Hubo estados o ciudades donde una simple estafeta receptora de materiales y un hombre cualquiera del pueblo, ávido y preocupado por transmitir el mensaje revolucionario, divulgó esas ideas y en torno a ellas agrupó a otros hombres, a gente que creía en el socialismo, pero que hasta ese momento se mantenía independiente o más o menos pasiva. Después de un período de derrota no podía ser fácil emprender el ascenso y llevar adelante una política de recuperación y reorganización de las fuerzas. A veces se avanzaba para retroceder luego. El año 1974 lo dedicó Jorge, poniendo en práctica una labor tenaz, perseverante, diaria, como se dice corrientemente,

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llevando a cabo un trabajo de hormiga, a consolidar las bases de la Liga Socialista y durante 1975 y 1976, se comenzó a ver el crecimiento y expansión en escala nacional. La Liga Socialista comenzó a realizar concentraciones públicas importantes (como la marcha antiimperialista que cruzó el país de oriente a occidente y de norte a sur y culminó con una gran concentración popular celebrada en Cabimas), a ganar elecciones sindicales, elecciones de centros estudiantiles, etc.; se vio como el periódico Basirruque se convirtió en un órgano político-ideológico importante, cómo Jorge viajaba incansablemente por todo el país participando en programas y debates radiales, en foros y mesas redondas en universidades, liceos, casas de cultura, comités de barrio, sindicatos… Por todos los rincones del país se iba dejando oír la voz orientadora y organizadora de Jorge Rodríguez. Bajo ese tenaz impulso la Liga Socialista ampliaba cada vez más su radio de influencia. Eso llevó al Comité Nacional de la Liga Socialista, encabezado por Jorge, a iniciar una jornada dirigida a registrar dicha organización en el Consejo Supremo Electoral. ¿Es casual entonces que en ese preciso momento, cuando la Liga Socialista llegaba a un punto culminante en su desarrollo político y organizativo y comenzaba a disputar con los diversos partidos políticos nacionales reaccionarios y reformistas, los cuerpos policiales hayan decidido asesinar a Jorge Rodríguez? La respuesta es obvia. Precisamente, los trabajos que ahora se publican constituyen un gran testimonio de todo esta acción, valiente, decidida y no menos riesgosa, que conlleva la estructuración de un movimiento político joven, que ha echado solidas raíces y que el asesinato de su secretario general no lo ha llevado a la pasividad o a la co-

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bardía. Todo indica que los militantes de la Liga Socialista han elevado su moral y su disposición de lucha y que han continuado anotándose éxitos en las tareas de organización de las masas. Hoy día la Liga Socialista combate de quien a quien con Acción Democrática (AD) y cualquier otro partido en las luchas de los trabajadores de la Zona del Hierro, en varios sindicatos petroleros, entre los trabajadores de las empresas textiles en el centro del país, en las empresas de la región nororiental, etc. Precisamente, en estos días la Liga Socialista acaba de infligir una seria derrota al sindicalismo adeco y a los reformistas, en el sindicato de los trabajadores en la industria de la pesca en Cumaná. La vida de la Liga Socialista recién comienza y ya es historia escrita por Jorge, Carmelo Laborit, Juan Medina y todos los hombres que desparramados por el país continúan la obra de Jorge Rodríguez, hombre estupendo, de una energía recia y una firmeza probada en la oscuridad de la muerte. De Jorge Rodríguez muchas cosas han quedado guardadas y seguramente la dirección de la Liga Socialista las irá publicando poco a poco. Algunas se dan a conocer hoy además de un homenaje a su memoria, forman parte de la necesidad de dar a conocer lo grande de su pensamiento. No hubo campo donde Jorge no interviniera. Él, un hombre a quien los sobresaltos de la lucha le impidieron tener un título universitario, discutió con los más calificados expertos en temas petroleros, en diversos temas económicos, sindicales, etc. Él tuvo la audacia, la energía y la sabiduría de traspasar el impedimento, esa especie de complejo que dominaba a la izquierda radical (y que todavía domina a muchos sectores de

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ésta), que conducía a no intervenir en la discusión de los grandes temas de la política nacional e internacional. Parecía que sólo los partidos burgueses y reformistas podían ir a la radio, a la prensa, a los foros universitarios, etc., a «hablar de política». Parecía que la izquierda revolucionaria debía perpetuarse, raquítica y aislada en socavones construidos a base de timidez, falta de audacia, falta de estudio, y, en esencia, temor a enfrentar todas, absolutamente todas las tareas que la conducción de las masas impone. Jorge se lanzó a discutir sobre los más candentes temas de la crisis capitalista nacional e internacional y no hubo debate que rehuyera. Por el contrario, Jorge tenía excepcionales dotes de polemista y en más de una oportunidad arrinconó en la discusión a conocidos políticos venezolanos. Es sabido que ya había algunos que eludían los foros y debates en los que Jorge participaba. Estar presente en tantos y tan variados temas, saber la hora y el lugar donde precisamente se debía estar, dominar el argumento preciso y responder a las interrogantes planteadas, constituían algunas de las cualidades que definían a Jorge como jefe popular; pero los jefes no surgen de la nada o por milagro; se forman entre las masas hurgando entre ellas, siendo alumno y maestro de ellas y conduciendo con acierto a combates victoriosos. Sin duda, Jorge era un jefe revolucionario en toda la extensión de la palabra. La Liga Socialista pasó la prueba de demostrar que tiene la suficiente disposición y coraje como para participar en los diversos conflictos políticos; obreros, estudiantiles, campesinos, etc. Ahora ya no es suficiente con la simple participación, con el cumplimiento de la tarea de difundir un mensaje, despertar la conciencia

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de sectores del pueblo y ganar adeptos. Ya no basta con el papel de propagandistas y organizadores en la escala limitada. Ahora la Liga Socialista debe dar un gran salto y proponerse la conquista de victorias importantes en todos los conflictos en los que participe. De esto hablaba siempre Jorge. Esta era la nueva fase que él tenía en su cabeza. Entonces, la mejor manera como los militantes de la Liga Socialista pueden honrar la memoria de Jorge es lanzándose a una labor de gran escala entre los obreros, los campesinos y los estudiantes con la disposición de disputar cada palmo de terreno a la reacción y los reformistas, de irlos desalojando del movimiento de masas e ir construyendo un movimiento político realmente subversivo, un verdadero partido revolucionario del proletariado. En el fragor de sus discursos, en lo candente de los foros, en la alegría y fervor que impuso Jorge a todas sus obras, en el espíritu camaraderil y solitario, en la valentía, honestidad y abnegación sin límites que mostró constantemente hasta el momento de su muerte, renace la mística y el entusiasmo del verdadero militante revolucionario. En medio del oportunismo y aventurerismo que han venido cubriendo de oprobio al movimiento revolucionario, Jorge Rodríguez representa la fibra indestructible del militante proletario. Este es el ejemplo que los militantes de la Liga Socialista deben seguir, la guía imperecedera que los debe orientar. Las consignas: ¡Ser como Jorge Rodríguez! ¡Destruir el capitalismo o morir como Jorge Rodríguez! No deben ser nunca expresión de un frío culto a la palabra sonora, expresión del ultrarradicalismo que oculta la falsa conciencia o el manto encubridor del militante débil. Los cuadros y militantes de la Liga Socialista deben esforzarse por descubrir a los fariseos, a los débiles de espíritu, a los

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oportunistas y echarlos sin contemplaciones de las filas de la organización. El militante de una organización fundada por Jorge Rodríguez debe ser un hombre caracterizado por la fidelidad a las convicciones y al compromiso con los trabajadores. Jorge fue construyendo a la Liga Socialista en distintas vertientes: el Movimiento de Trabajadores por el Socialismo, los Comités de Defensa de los Derechos de los Obreros, el Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo (MEUP), los Educadores Socialistas en Lucha, el Movimiento de Mujeres por el Socialismo y el Movimiento de Pioneros, al que posteriormente se le ha dado el nombre de Movimiento de Pioneros Jorge Rodríguez. Son diversos instrumentos orientados a servir de escuela de comunismo, de instrucción y formación de militantes integralmente ganados para la acción revolucionaria. A estas organizaciones ingresan hombres y mujeres dispuestos a defender consecuentemente los derechos populares y construir una sólida y poderosa organización socialista. Toca a la dirección de la Liga Socialista la decisiva tarea de corregir ideas incorrectas, combatir errores, vicios y enfrentar las diversas manifestaciones de la ideología burguesa y de la lucha de clases que se dan en el seno de las organizaciones revolucionarias. Esta lucha es más aguda en la presente etapa por cuanto el movimiento revolucionario viene de una seria derrota y, además, tanto nacional como internacionalmente se han puesto de moda variadas deformaciones y tergiversaciones de la doctrina marxista. El movimiento revolucionario venezolano y en general, el movimiento popular continúa afectado por el escepticismo y la des-

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confianza, por la mala hierba del empirismo y las lacras pasadas y recientes que han afectado a un movimiento revolucionario muy dominado por el elemento pequeñoburgués. Por esto, la crítica y la autocrítica verdaderas, la vigilancia revolucionaria, la constante asimilación de la teoría marxista y su verificación a través de la práctica diaria, constituyen tareas que definen el presente y el futuro. No podemos formas más militantes empíricos, gente que repita las cosas sin saber o sin penetrar en el verdadero contenido de ellas, gente que se aprende dos o tres verdades y ya cree que lo sabe todo. Hay que formar militantes que como Jorge Rodríguez puedan, con propiedad, hacer aportes a la línea política, salir a defenderla «con el cuchillo en la boca», como acostumbraba a decir Jorge. En este sentido, el combate interno por la corrección de los errores, la rectificación a tiempo, el análisis y síntesis de la experiencia, el combate contra la autosuficiencia, la organización del estudio sistemático y ordenado del marxismo-leninismo son asuntos que la dirección de la Liga Socialista no debe descuidar si de verdad desea honrar la memoria de Jorge Rodríguez. El militante de la Liga Socialista no debe olvidar que recién aprende, que apenas comienza y por lo tanto, tiene mucho por delante, una gran necesidad de transformarse, de reeducarse, de corregir errores y posiciones incorrectas. Las virtudes revolucionarias no son simple atributo personal de un cuadro. Van mucho más allá. Forman parte del tesoro de los trabajadores y se constituyen en fuente de simpatía y liderazgo, en polo de atracción para la incorporación de nuevos y mejores hombres. De la misma manera, los defectos y los malos hábitos,

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constituyen un polo que rechaza, un poderoso corrosivo que nos debilita y descalifica: son amarras que nos mantienen atados al pasado y nos impiden progresar. Toda la lucha interna dirigida a educar y formar militantes cada vez mejores, adquiere un importante complemento en el respeto al centralismo democrático, a la democracia interna. Ello contribuye a unir a la organización, a darle gran coherencia y, por lo tanto, la prepara para enfrentar en mejores condiciones las tareas de la coyuntura y las tareas a largo plazo. Vivimos enfrentados a un gobierno que encubre su esencia criminal y represiva con el ropaje democrático-burgués; que ha emprendido la reorganización del capitalismo venezolano y ha iniciado una nueva fase de la economía venezolana caracterizada por un crecimiento de la explotación, una mayor concentración y monopolización de la economía, un acelerado crecimiento de las ganancias y una mayor integración entre el capital monopolista y el Estado. Todo esto conduce a una intensificación de la represión y en general, a una mayor limitación de las libertades públicas, a la restricción de los derechos y reivindicaciones populares, etc. Estas circunstancias explica la agudización de las torturas y el asesinato (en pocos meses han sido asesinados Tito Gonzáles Heredia, Jorge Rodríguez, Javier Divasson, Vicente Contreras Duque y Juan Zabala Gómez), la crisis de los servicios médico-asistenciales, el deterioro de las condiciones de vida de la población, los problemas de desabastecimiento y la crisis agrícola, el crecimiento de la inflación, los problemas fiscales, las dificultades que han comenzado a presentarse en la balanza de pagos, etc. El Go-

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bierno pretende encubrir la situación con medidas demagógicas, haciendo más concesiones a la burguesía, derrochando los recursos petroleros a través de paliativos como la libre importación de bienes de consumo, intensificando la propaganda antisocialista y contra el movimiento obrero revolucionario, etc. Nada de esto determinará la solución de la crisis capitalista y ésta será cada vez más profunda. Los asesinatos y la tortura han conducido al crecimiento de la resistencia de los revolucionarios; los despidos y demás arbitrariedades cometidas contra el movimiento obrero, han elevado las protestas de los trabajadores. La experiencia ha comprobado que el asesinato de Jorge Rodríguez no le resolvió nada al Gobierno. La Liga Socialista ha continuado creciendo, ha ampliado su radio de acción, ha multiplicado sus actividades. El ejemplo de Jorge Rodríguez ha tenido un impacto movilizador y ha radicalizado a los mejores cuadros y militantes de la Liga Socialista. Estos saben ahora, más que nunca, que la lucha por el socialismo es un combate de vida o muerte, una tarea a la que hay que entregarse en cuerpo y alma. Cuando los jefes revolucionarios mueren con valentía, con dignidad y heroísmo, se convierten en reto permanente para el enemigo de clase. Asesinaron a quien se estaba afirmando como líder de las generaciones presentes y futuras; pero no pueden asesinar la palabra, el ejemplo y el poder movilizador contenido en el sacrificio de Jorge Rodríguez. No han podido impedir que numerosos jóvenes, estudiantes y trabajadores, se incorporen a la Liga Socialista. Jorge era un hombre en la época en que para miles y miles, millones de hombres se lanzaran al combate por el socialismo. Jorge era más del futuro que del presente, todavía limitado y de pequeña escala.

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Pero su fantasma perseguirá eternamente a los reaccionarios y a sus asesinos directos: Carlos Andrés Pérez (CAP) y Octavio Lepage. El futuro pertenece a los revolucionarios. Ellos, rodeados por la abundancia, tendrán que vivir, sin embargo, una medrosa existencia rodeados de guardaespaldas y de matones a sueldo. ¿Bajo qué principios el Gobierno, la dirección de AD y la dirección de Copei condenan el régimen de Pinochet, al régimen de Videla y al de Geisel? La diferencia es que aquí en Venezuela se «tira la piedra y se esconde la mano». Aquí se asesina y se tortura a nombre de la democracia, del pluralismo ideológico, y de una falsa política tercermundista. En Chile, Uruguay, Argentina, Brasil, etc., se asesina y tortura sin muchos requiebros, rabulerías y leguleyerías. Aquí se autoriza el asesinato de Jorge Rodríguez: sin embargo, regresa vivo a la Disip, entonces, no se autoriza su traslado a ningún centro hospitalario; durante horas Jorge Rodríguez agoniza tirado en el piso húmedo y putrefacto de un «tigrito». Finalmente muere. Luego nadie sabe nada, el ministro Lepage no se enteró, el señor Carlos Andrés Pérez tampoco. El jefe de la Disip, menos. Sin embargo, en el expediente amañado que la Disip y el tribunal militar me han preparado, consta que el jefe de la Disip diariamente informaba al Ministro Lepage de lo que acontecía en relación a las investigaciones policiales. Sin embargo, nadie sabe nada. Cuatro torturadores son entregados a los tribunales y se consuma la farsa: con estos cuatro nombres se encubre a los verdaderos criminales. Obviamente, sólo la justicia popular podrá castigar a estos asesinos de corbata y ministerio, de engolada pronunciación y barata hipocresía. La justicia revolucionaria tarda pero no olvida. En el momento en que exista de verdad justicia, estará muy presente el

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nombre de Erasto Fernández, comisionado especial de la Presidencia de la República que se ocupa de los asuntos sucios tales como asesinatos, desapariciones, torturas, etc. Mi propio caso es un ejemplo del valor que los derecho humanos tienen en Venezuela. Fui secuestrado por una comisión de la Disip dirigida por importantes funcionarios de ese cuerpo. Fui torturado en presencia de Arístides Lander, para ese momento jefe de la Disip; durante varios días no se informó de mi detención y seguramente, si no es por el impacto que tuvo el asesinato de Jorge Rodríguez, yo no hubiera aparecido nunca, me hubieran enterrado cerca de Arrecifes, lugar donde me estuvieron torturando. El propio ministro Lepage les negó a mis familiares (quienes le dieron protección en la época de Pérez Jiménez, lo escondieron y le mataron el hambre, cuando mi padre fue detenido y torturado, muriendo a causa de dichas torturas) que yo estuviera detenido. Sin embargo, el señor Lepage sabía que la Disip me mantenía secuestrado y en ese mismo momento me torturaba. Sin embargo, este señor en un gran demócrata director de los derechos humanos. Dos fiscales del Ministerio Público comprobaros que yo había sido torturado y que mi acusador también. El expediente donde constan esas torturas está en el Juzgado a cargo del juez. Si el juez dicta sentencia, necesariamente tendría que condenar a mis torturadores, el expediente que se ha elaborado en mi contra sería nulo y yo recobraría mi libertad. Pues buen ¿qué ha hecho el juez? Ha engavetado el expediente. Me he dirigido al fiscal general pidiendo justicia y no obtengo ninguna respuesta. Es decir, estoy privado ilegítimamente de mi libertad, estoy secues-

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trado por el Gobierno y los tribunales militares, con la complicidad de un juez de la justicia penal ordinaria. Mis torturadores están en libertad y han sido ascendidos dentro de la jerarquía policial y parece que el fiscal general no puede hacer nada. ¿Cuáles derechos humanos son los que respetan, entonces? Pero eso no es todo. A mí se me mantiene en una celda de máximo aislamiento y recientemente fui trasladado a un cuarto sucio, maloliente, lleno de cucarachas y totalmente antihigiénico. La protesta que se desarrolló hizo que las autoridades del Cuartel San Carlos me sacaran de ahí; pero mi aislamiento continúa. En esa situación se me somete a constante hostigamiento, a guerra psicológica y me mantengo indefenso contra cualquier provocación policial. ¿Cuáles derechos humanos son los que se respetan aquí? El crimen de Jorge Rodríguez no será olvidado como no han sido olvidados el asesinato de García Lorca, de Miguel Hernández, de Jorge Eliécer Gaitán, del Che Guevara, de Julius Fucik, de Antonio José de Sucre, de Ruiz Pineda, de Alberto Carnevali, de Antonio Pinto Salinas, de Alberto Lovera, de Jesús Márquez Finol, de Honorio Navarro, de Chema Saher, de Víctor Soto Rojas, y toda la legión de héroes y mártires sobre cuyas tumbas se ha edificado un sistema de presión y explotación; pero también toda una conciencia de lucha, toda una historia de jornadas victoriosas contra la opresión, toda una legión de nuevos combatientes… A ellos les decimos, con versos de un poeta cubano: Hay muertos que, aunque muertos, no están en sus entierros Hay muertos que no caben en las tumbas cerradas y las rompen, y salen con los cuchillos de sus huesos

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Para seguir guerreando en la batalla! Únicamente entierran los muertos a sus muertos! La Patria viva, eterna No entierra nunca sus propias entrañas!

Creo que en esta presentación no puede faltar, aun cuando sea una breve referencia al proceso en el cual se formó Jorge Rodríguez como revolucionario. De origen muy humilde, vivió Jorge todas las vicisitudes de los niños pobres de Venezuela. Desde la niñez, pues, se fue educando en la escuela de la injusticia y la opresión de clase. En la medida en que se fue haciendo hombre, fue participando en todas las luchas justas con las que se tropezó y fue penetrando en ellas hasta entregárseles en cuerpo y alma. Así, al frente de los grupos estudiantiles del estado Lara participó en los combates callejeros del quinquenio betancourista. En esos combates el popular «Carora» como se le llamaba en la intimidad revolucionaria, comenzó a despuntar como futuro cuadro dirigente. La escasez de recursos no le permitió emprender inmediatamente los estudios de bachillerato. Se fue entonces a la Normal de Rubio, obteniendo el título de maestro rural. En esa escuela daba clases Carlos Andrés Pérez, que en esa época buscó la relación personal estrecha con uno de los alumnos más inteligentes. ¡Qué gran «bondad», qué gran respeto de los derechos humanos de parte de este Presidente de la República que permite que uno de sus exalumnos sea sometido a bárbaras torturas hasta causarle la muerte! Las primeras experiencias de Jorge como maestro, fueron precisamente en el campo. El medio rural y el contacto directo con

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el campesino revivieron en su humilde origen en tierras caroreñas, afirmando en su conciencia la lucha contra las injusticias y la explotación. Posteriormente, pagándose sus estudios con su trabajo, logró graduarse de bachiller. Consiguió un cargo como profesor en un colegio privado de Caracas, un lugar en las antiguas residencias estudiantiles universitarias y así pudo venirse a cursar estudios en la Universidad Central de Venezuela (UCV). En 1964, cuando la dirección nacional del MIR acordó que Víctor Soto Rojas se integrara a las guerrillas de «El Bachiller», Jorge Rodríguez fue llamado por la dirección nacional de la juventud del MIR. Durante los años 1964, 1965 y siguientes, participó en todas las jornadas estudiantiles y en todas las luchas comprometidamente consecuentes con la causa popular. Formó parte de los diversos organismos de dirección del movimiento estudiantil y como delegado estudiantil al Consejo Universitario le tocó enfrentar la violación a la autonomía universitaria y la intervención militar a la UCV. De toda esa época universitaria nació su estrecha amistad con el doctor Jesús María Bianco, lamentablemente fallecido pocos meses después del asesinato de Jorge Rodríguez. La dirección nacional del MIR utilizó al máximo la capacidad y la voluntad de Jorge Rodríguez. Su capacidad de estar en todas partes y su gran abnegación lo llevó a trasladarse de un lugar a otro del territorio nacional, donde quiera que hubiera un problema, donde quiera que hubiera que prestar ayuda y apoyo. Estas diversas vicisitudes le impidieron culminar una carrera universitaria, pero no le impidieron hacerse de una formación que le permitió debatir sobre los temas políticos y económicos más importantes.

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Cuando Julio Escalona, secretario general de la juventud del MIR, tomó el camino de las guerrillas, Jorge Rodríguez fue designado por la dirección nacional del MIR como coordinador nacional de la juventud del MIR (ya que Julio Escalona siguió siendo secretario general titular). En el MIR, Jorge ocupó posición relevante en la lucha interna que se desarrolló en ese partido. Sin adoptar una posición centrista, supo pelear tanto con el espíritu conciliador como con las tendencias foquistas. El MIR se dividió y Jorge continuó la lucha fuera del MIR. En ese período, Leovigildo Briceño, quien era militante del MIR, decidió traicionar e integrarse a trabajar con la Disip y el SIFA (ahora DIM). Uno de sus actos dirigidos a ganar indulgencias en los cuerpos policiales fue delatar a Jorge e incriminarlo en una cantidad de acusaciones que permitieron que a éste se le iniciara juicio militar, se le dictara auto de detención y fuera detenido y torturado en febrero de 1972. Entre los torturadores de Jorge estuvieron Carlos Núñez Tenorio, Rafael Emigdio Pacheco, y Jesús Ramón García (el Chiche). Los dos últimos asesinaron al doctor Aguilar Serradas y junto con otros miembros de la brigada antisubversiva de la Disip, habían amenazado de muerte a Jorge desde hacía mucho tiempo. La amenaza se cumplió finalmente. En la cárcel de Maracaibo hubo varios intentos de asesinato contra Jorge Rodríguez. Distintas provocaciones se utilizaron incluyendo reyertas promovidas por soldados (que seguían instrucciones del comandante de la prisión) con la finalidad de, en el medio de ellas, asesinar a Jorge y hacer parecer el asunto como producto de una riña carcelaria. Jorge supo enfrentar valientemente todas estas criminales maniobras; pero no fue la lucha contra la

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guardia nacional y la policía lo más dif ícil. Más seria fue la lucha contra una pandilla de rengados, encabezada por el célebre «Peñita», el que habiéndose «quebrado» en la cárcel, se dedicó a una campaña de intrigas y desmoralización logrando agrupar a un pequeño número de presos. Jorge, respaldado por Díaz Zárraga, Pablo Ochoa y los presos más consecuentes, enfrentó y derrotó la campaña de «Peñita» dirigida a desmoralizar y dividir a los presos políticos. También se dedicó Jorge a detectar y desmantelar la red de inteligencia y de infiltración que las autoridades mantenían en el interior de la cárcel. Los dos años que pasó en la prisión fueron de incesante e incansable lucha, en todos los terrenos, incluido el estudio y la educación de los presos políticos. En ninguna parte Jorge dejó de desarrollar su vocación de maestro y guía. Obviamente, el enemigo tenía sobradas razones para odiar a muerte al maestro. La vida de Jorge, del maestro, no tiene precio. Este crimen, humedecido con el sudor de sus grandes dolores, sólo será compensado con el triunfo de la causa socialista. Trabajar por acelerar ese día es nuestro gran compromiso. El maestro era puro, inquieto y dotado de una gran sensibilidad; por eso hoy, todavía, es necesario un respiro prolongado para aceptar la verdad de su muerte f ísica. A los muertos como Jorge tenemos que servirle de espalda y pañuelo… Pocos militantes revolucionarios han sido capaces de reunir tantas virtudes juntas, y no exagero si digo que esta afirmación traspasa los límites territoriales.

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Nunca concibió la lucha en términos exclusivamente nacionales. Multiplicó energías al servicio de la revolución venezolana y no satisfecho con esto, encontró tiempo y oportunidad para solidarizarse y restearse con los revolucionarios de América Latina y de otras latitudes. En Jorge encontró siempre la lucha contra el imperialismo, por la unidad latinoamericano y por el internacionalismo proletario, una expresión concreta. Anhelante de una unidad continental trabajó siempre por estrechar la amistad con los revolucionarios de Chile, Argentina, Uruguay, Brasil, Nicaragua, Colombia… Particular labor desarrolló en pro de la solidaridad con los revolucionarios de Chile y en la lucha contra la dictadura de Pinochet. Por eso, en el momento de su muerte, desde diversos lugares se recibieron mensajes de solidaridad de los camaradas del MIR en Chile, incluido su secretario general, camarada Andrés Pascal Allende. Traspasando a veces barreras ideológicas y entre diferencias y coincidencias vivió pensando en los revolucionarios del mundo. Cuando nadie hablaba del Frente Polisario, Jorge estaba en África o África estaba en él. Cuando otros criticaba la osadía de un grupo de canarios de atreverse a querer ser libres y reivindicar la cultura del pueblo Guanche, negada por el colonialismo español desde hace varios siglos, el pensamiento de Jorge iba hasta Argelia a decirle a Antonio Cubillo que él estaba al lado de los canarios libres. Y si para algo vivió y pensó, mostrándolo vivamente en hechos prácticos, fue para la lucha del pueblo palestino, lo mismo que para la lucha de los vietnamitas. En el combate contra el contrabando ideológico revisionista, enseñó y practicó los claros conceptos aprendidos leyendo las obras de Mao Tse Tung.

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En Jorge se materializó lo que un revolucionario debe ser: en su poder y capacidad intelectual, en su espíritu de lucha, en su desprendimiento, en su humildad y en esa gran capacidad de trabajo, que incansablemente, le permitió estar allí donde debía, sin límites en la distancia y tempranamente en el tiempo; con una muerte viva que producía ideas que como dardos daban en el centro del problema. Su fuerza y su valor estuvieron por encima de su compromiso. Los militantes como Jorge Rodríguez no se hacen fácilmente. Se tiemplan en un período de la historia, que por no ser circular su camino, no se repite. Así como en política contamos por décadas, también contamos por generaciones. A todos nos ha tocado actuar dentro de una época, dentro de una generación. A una generación la sucede otra y otra. Jorge supo vivir plenamente el compromiso de su generación, la generación del 58, como se la ha venido llamando. Nadie se ha iniciado en un arte o en una empresa de gran envergadura, o simplemente en un oficio, sin un punto de referencia, que bien puede ser una parte de la historia o simplemente el ejemplo de un hombre. Hombres como Simón Bolívar, que cometió el «error» de morirse cuando más lo necesitaba la Gran Colombia u hombres como José Antonio Páez, que no pudo morirse a tiempo. Piar y Matías Salazar: el uno, víctima de conspiraciones instigadas por los sectores reaccionarios de los godos que participaron en la guerra de independencia, y el segundo, quien no salió de su asombro de verse convertido de torero en general y más aún, de la diferencia abismal del pueblo por el cual luchó y los que, detrás de sus presillas de generales federalistas, ocultaban su estirpe goda.

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La Guerra Federal, la generación del 28, la lucha contra la dictadura gomecista, la lucha contra Pérez Jiménez y la Seguridad Nacional, los años sesenta y setenta y la lucha contra la democracia neocolonial. En todas las épocas y en cada generación hay siempre un punto de partida, hay hombres sobresalientes cuyos nombres necesariamente debe recoger la historia para ser fielmente narrada. La historia de la lucha política venezolana es pródiga en mártires y héroes, nunca alcanzaríamos a nombrarlos todos, los hay anónimos y los hay notables. Las luchas no terminaron con el triunfo de Cipriano Castro sobre el general Matos, ni con el triunfo de Juan Vicente Gómez sobre los caudillos regionales y mucho menos con la muerte de Juan Vicente Gómez o con la derrota de la guerra revolucionaria de los años sesenta. Y como las luchas no terminarán nunca, a Jorge le decimos una frase de Van Gogh: El molino ya no está, pero el viento sigue, todavía… David Nieves Banchs Cuartel San Carlos, abril 19771

1 Posteriormente, el 20 de junio de 1977, el Juez Nanzo Biaggi Tapia declaró sin lugar e juicio contra mis torturadores, a pesar de que el informe médico forense y el expediente elaborado por la Fiscalía General de la República, por medio de los fiscales Víctor Hoyer y Esperanza Martineau, arrojan suficientes elementos para enjuiciar y condenar a mis torturadores, es decir, a Arístides Lander (ex jefe de la Disip), Rafael Vivas Vásquez, Giffunni Sperandio, Luis Vera Chirinos, Henry López Sisco y un tal «Cabezón» Cermeño.

Un recuerdo para Jorge Rodríguez

orge Rodríguez fue mucho más que mi camarada. Jorge Rodríguez fue mi hermano, hermano de la vida, hermano del alma, así, con todo lo que de corazón, sueños y esperanzas significa la palabra hermano. Jorge Rodríguez fue el hermano que no he podido volver a tener. La esperanza que se ha quedado… la voz de aliento que necesitamos. El esfuerzo adicional que hace que las cosas corrientes se transformen en extraordinarias… El esfuerzo, el sudor y la vida que nos faltan. Desde 1969, cuando ocurrió la crisis del MIR, Jorge y yo iniciamos un recorrido de búsquedas, de interrogaciones, de encuentros y reencuentros. En ese proceso, fuimos llegando a diversas conclusiones. Podemos recordar tres. En primer lugar, señalamos que en la raíz de los problemas del movimiento revolucionario venezolano,

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está el hecho de que en Venezuela no ha existido ni existe un partido capaz de dirigir a los trabajadores y a todos los explotados en la lucha por la liberación nacional y el socialismo. En esas condiciones, las luchas populares no han encontrado un cauce y una dirección que los impulse hacia la victoria; en segundo lugar, el empirismo ha sido un rasgo dominante en el movimiento revolucionario venezolano, provocando que este se desenvuelva sin rumbo, sin orientaciones claras y en general, sin una teoría capaz de darle a la práctica un carácter verdaderamente revolucionario; en tercer lugar, precisamos que en el país se había abierto un período de luchas pacíficas y democráticas y que, en consecuencia, las luchas pacíficas pasaban a un primer plano y se hacía necesario construir instrumentos organizativos de carácter legal, capaces de participar exitosamente en los conflictos iniciados por las masas y apoyándose en ellos, impulsar las tareas por la formación del partido revolucionario del proletariado y la lucha contra el empirismo, como vía para el desarrollo de una teoría de la revolución venezolana. Surgió así la idea de ir estructurando un instrumento político legal, en condiciones de impulsar un proyecto político que conectase las tareas inmediatas con las tareas estratégicas de nuestra revolución. En los primeros momentos nos movimos en forma zigzagueante y vacilante pues tanto nuestro pensamiento como nuestra práctica estaban aún influidos por las concepciones «foquistas». Lamentablemente fue desarrollándose nuestro trabajo en las fábricas, en los barrios, en los institutos educacionales, en las

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zonas campesinas. Estábamos todos en clandestinidad: Jorge, Marcos Gómez, David Nieves y yo… En estas condiciones nos propusimos ir desarrollando un trabajo en el que las organizaciones que íbamos construyendo y los cuadros que las integraban, fuesen clandestinos y desconocidos por el enemigo, pero conocidos y respetados por los sectores de las masas. Hacia 1972 habíamos logrado estructurar núcleos organizados en los lugares más importantes del país. El proceso electoral nacional que tomó impulso para esa fecha, se presentó como una oportunidad para intensificar nuestro trabajo de agitación, propaganda y organización. Sin embargo, en febrero de 1972, Jorge fue detenido por el SIFA (ahora DIM), hecho que afectó nuestros planes pues Jorge era el más entusiasta y el más activo impulsor de las tareas que nos habíamos propuesto. En julio de 1973, Jorge sale de la prisión después de una intensa campaña política por su libertad. Rápidamente se reincorpora al proyecto dirigido a estructurar un movimiento político legal que centralizase y le diese coherencia al trabajo de organización que veníamos desarrollando en todo el país. A fines de 1972 la movilización política que se realizó en torno a una huelga de hambre realizada por los presos políticos, se logró la libertad de David Nieves, entre otros. La presencia de David Nieves en la calle fortaleció el trabajo que venía cumpliendo Carmelo Laborit, Oscar Battaglini, Manuel Coa, Orlando Yajure, Agustín Calzadilla, Norelki Mesa y muchos otros. Con Jorge en la calle, actuando legalmente, fue posible dar el

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paso que hacía falta: darle una dirección política y estructurada de coordinación nacional, a los distintos núcleos locales y regionales que en el curso de varios años habíamos venido construyendo. Jorge se echó esta tarea sobre sus hombros y comenzó a diseñar lo que luego sería la Liga Socialista, organización que quedó formalmente constituida cuando en noviembre de 1973, Jorge, junto con Carmelo, Orlando, Oscar, Norelki y otros compañeros, organizó la I Asamblea Nacional de la Liga Socialista, la que tuvo carácter de asamblea constituyente. Se culminó así una interesante experiencia de cómo, desde la clandestinidad, se pudo construir una organización para realizar trabajo legal entre las masas; de cómo a través de la acción política fue posible rescatar de la prisión a un valioso grupo de compañeros, que pudieron reforzar la acción revolucionaria entre las masas y facilitar el cumplimiento de los objetivos que nos habíamos trazado. En todo este proceso la mente y las manos de Jorge constituyeron un elemento clave. Sin la impetuosa actividad de Jorge, sin la fogosidad y entusiasmo con que éste emprendía las tareas, dif ícilmente hubiésemos podido alcanzar el éxito. Esto es tan cierto, que después de la muerte de Jorge, el proyecto político que veníamos impulsando, sufrió serios tropiezos y contratiempos. Nunca concebimos a la Liga Socialista como una mampara o respiradero legal, sino como un proyecto político serio de trabajo revolucionario entre masas. Alguna gente se sorprende por el hecho de que desde la clandestinidad alguien se plantee esto; pero quienes creemos sinceramente que son las masas las que hacen la

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historia y que son las masas las que se liberan a sí mismas, sabemos que siempre es posible, por dif íciles que sean las condiciones, establecer vínculos organizados con los trabajadores y poner a marchar un movimiento político. Sobre Jorge se ha levantado la calumnia y la maledicencia. Pero la mentira que se ha propalado ha tenido como propósito encubrir el asesinato de Jorge, tender una cortina de humo sobre la investigación que debía realizarse, distraer y confundir a la opinión pública y tratar de descalificar políticamente a quienes hemos continuado empuñando las banderas que Jorge, con tanto entusiasmo y amor por el pueblo, supo levantar. Hoy, cuando ha sido posible nuestra incorporación a la actividad político legal, venimos a continuar la obra de Jorge, a retomar el rumbo que él trazó y que venía siendo abandonado; a recoger el pensamiento de Jorge y en su hilvanar de sueños y realidades, marchar hacia la constitución de un movimiento revolucionario nuevo, un movimiento revolucionario que trascienda a la Liga Socialista y que sea capaz de aglutinar a través de un proceso de convergencia, a lo mejor de la izquierda revolucionaria venezolana. Un movimiento revolucionario nuevo fue el gran sueño de Jorge. En este libro hemos recogido los pensamientos que él no pudo seguir desarrollando, porque durante dos días del mes de julio de 1976, un grupo de criminales se ensañó sobre su cuerpo, lo torturó y lo masacró hasta asegurarse de que ya no le quedaba aliento y que su voz, esa voz de promesa, esa voz de futuro, esa voz que recorría el país llamando a la rebelión, esa voz de apenas

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treinta y cuatro años de edad, se había quedado en silencio; hemos partido desde ahí, desde ese trágico y luctuoso momento de su terrible muerte: convertir su muerte en grito de esperanza. Por eso hoy invocamos a Jorge para hablar de la esperanza socialista, para hablar de la nueva Venezuela, la que no alcanzó a ver, pero que siempre presintió. En este libro hay grandes planteamientos, maravillosas instituciones, certeras previsiones; en estas palabras está la agonía y la felicidad del que lucha, del que va hilvanando las ideas en medio del combate. Son palabras pronunciadas como quien quiere capturar el tiempo, como quien quiere que un minuto se escape sin dejar plasmado un mensaje vital. Hay páginas que son un film donde las imágenes transcurren a un ritmo y velocidad vertiginosos. La constante idea de la vida y de la muerte, de su muerte, de la muerte de cualquiera de nosotros, de la vida realizada a través del trabajo revolucionario diario; de la muerte como reto permanente, de la muerte como naturalidad inevitable. El vivir como una especie de carrera de reloj… En uno de sus últimos escritos, precisamente, habla de la muerte, de la posibilidad de su muerte. Siempre habló de la muerte, sin embargo, como esperanza, como mensaje hacia el provenir, como testimonio del deber y del riesgo que hoy, una generación debió asumir, para ser leal a sus principios, para ser leal a las exigencias de una crucial etapa de la historia de la Venezuela contemporánea. Hemos dicho que si algún día nos toca enfrentar el reto de la muerte, sabremos morir como Jorge Rodríguez; pero tan impor-

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tante como eso o quizás más, es saber vivir como Jorge Rodríguez. En síntesis, saber vivir como Jorge y si nos toca saber enfrentar la muerte con la valentía, la dignidad y el heroísmo de Jorge. Saber luchar por la vida, porque la vida es el futuro, porque la vida es el hombre, porque la vida es la esperanza… En fin, porque la vida es la libertad, la libertad es la vida y el nacer, vivir y renacer es la positividad de la existencia. La sangre de Jorge es precisamente savia de la vida, de la ilusión y del mañana que estamos construyendo hoy. Hace algún tiempo, cuando se cumplió el primer aniversario del asesinato de Jorge, escribí algunas cosas acerca de lo que significa ser como Jorge Rodríguez. Ahora, cuando estamos hablando de la vida, viene al caso repetirlas. Ser como Jorge Rodríguez significa encarnar la valentía, la dignidad, la vergüenza, la lealtad, la camaradería, la nobleza, la tenacidad, la perseverancia en cada acto de la vida; significa entregar la vida con desprendimiento y confianza en el futuro, por la causa de la revolución; significa saber ser superior al enemigo aun cuando se es prisionero, se está maniatada y amordazado y sólo son libres nuestro corazón y nuestra conciencia; significa saber ser valiente cuando sólo nos queda poder gritar de vez en cuando y quejándonos lentamente, preparándonos para morir bajo el silencioso crujir de los huesos rotos sabiendo que la revolución es invencible y que vale la pena morir por ella, sabiendo que la bandera que recibimos en ese secular relevo de generaciones revolucionarias, que han venido

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luchando por la libertad, la entregamos limpia, roja bandera del comunismo internacional, flamante e invencible Bandera de los ejércitos proletarios.

Hoy cuando se cumple el III aniversario del asesinato de Jorge, nos proponemos honrar su memoria impulsando las tareas por el desarrollo de una referencia teórica capaz de aglutinar en un nuevo movimiento político, a lo más avanzado de pueblo y a lo más avanzado del movimiento socialista venezolano. Por la vida, por la esperanza y por el pueblo, entregamos estas palabras de Jorge, como testimonio de su existencia.

Julio Escalona Julio 1979

Los revolucionarios ante la ofensiva capitalista2

preciados compañeros, obreros, empleados, profesores y estudiantes.

Vamos a intentar exponer algunas opiniones que puedan contribuir a promover la discusión en relación a la fijación de una política revolucionaria frente a la presente coyuntura, en nuestro país. Es necesario tomar en cuenta dos acontecimientos, dos hechos que han sacudido al país en menos de un año. En primer término, nos referimos a las elecciones burguesas realizadas en diciembre de 1973 con los resultados ya conocidos por todos los aquí presentes. Estas elecciones plantearon una interrogante sumamente importante para el país; por un lado, estaba la necesidad imperiosa de la alta burguesía nativa, de los distintos sectores dominantes nativos y, por supuesto, del imperialismo norteamericano, de utilizar aquel proceso con la finalidad de afianzar aún más la dominación capitalista sobre nuestro pueblo; de otro lado, estaba la

2 Intervención en el foro realizado en la Universidad de Oriente, Cerro Colorado, Cumaná, noviembre de 1974.

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ilusión, por qué no decirlo así, la esperanza de centenares y miles de venezolanos que creían realmente en la posibilidad de detener el avance de la reacción depositando el voto el 9 de diciembre por alguna de las candidaturas que presentaban los partidos de izquierda. Todos recordamos cómo el país se convirtió en un escenario de marchas, mítines, espectáculos en los cuales los problemas importantes que vivía el pueblo venezolano quedaban un tanto relegados por los mítines orientados a presentar realidades distorsionadas de lo que ocurría en el país. Vinieron los resultados, e inmediatamente, por un parte, cunde la euforia en el seno de las clases dominantes que estaban conscientes de la manipulación de uno de los instrumentos de dominación de la burguesía, como son los procesos electorales, y, por otra parte, cunde cierta confusión, escepticismo, frustración y duda en centenares y miles de quienes creían realmente que sí era posible derrotar a la reacción en unas elecciones preparadas por la propia burguesía. El escepticismo y la frustración tenían un elemento en común: culpar al pueblo venezolano de haber sufragado por quienes hasta ayer lo habían perseguido, habían sido responsables de una política represiva, de corte criminal, de haber sufragado por un partido fiel exponente de los entusiastas representantes de la política de las clases dominantes nativas y del imperialismo norteamericano; culpan al pueblo por el triunfo del señor Pérez. Ahora bien, ¿qué había detrás del estado de confusión que reinaba entre sectores de la izquierda venezolana? Es evidente de que el período preelectoral, en el seno de las masas venezolanas, en el seno del pueblo, coexistían dos tendencias: una que apuntaba hacia la recuperación de la luchas del movimiento popular

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venezolano, que apuntaba hacia la recuperación combativa de los obreros, de los semiproletarios, de los estudiantes, de los campesinos; luchas que se expresaban en huelgas espontáneas que se desarrollaron en varias fábricas venezolanas, en ocupaciones de tierras, en insurgencias estudiantiles, en distintas movilizaciones de masas en procura de sus derechos. Podríamos decir que en los años 1972 y 1973 estuvimos en presencia de una serie de hechos indicativos de la marcha recuperadora de las luchas de las masas populares. Esta es una tendencia de carácter positivo. Pero, también existía la otra tendencia, la de carácter negativo, la tendencia del escepticismo, la tendencia del conformismo, la tendencia de la pasividad; existía en importantes sectores del pueblo venezolano una actitud de aceptación conformista de la dominación de clase como expresión del dominio ideológico ejercido sobre él por los explotadores con la ayuda de los reformistas. Quienes sustentamos la táctica revolucionaria del voto nulo, planteamos en uno de los trabajo que escribimos, que estas dos tendencias existentes en el seno de las masas populares presentaban cierto equilibrio, que no era posible predeterminar hacia donde se inclinaría la balanza, que no era posible, además, pensar que le equilibrio de iba a mantener de forma permanente. Todos sabemos que en una contradicción sus elementos no pueden mantenerse en forma constante, y que en un momento determinado uno de los dos elementos tiene que ocupar el lugar dominante. Las elecciones expresaron que había triunfado la tendencia conservadora, la tendencia de derecha, la tendencia conformista existente en el seno de las masas populares y por allí se coló el triunfo contundente y profundo de la burguesía nativa y del im-

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perialismo norteamericano. El movimiento popular venezolano sufrió una gran derrota, independientemente de que no todos sus sectores plantearan candidaturas al Congreso, a los Consejos Municipales, a las Asambleas Legislativas, etc. De la noche a la mañana parecía que este pueblo se había vuelto adeco, como se decía en todas partes, de la noche a la mañana era dif ícil encontrar a alguien que ofreciera resistencia a la política de dominación de la burguesía y el imperialismo; de la noche a la mañana parecía que nos olvidábamos de ese volcán que existe latente en este país, expresado por la situación de miseria que vive el pueblo trabajador. Pues bien; efectivamente, compañeros, la burguesía y el imperialismo norteamericano se anotaron un rotundo triunfo con las elecciones de 1973; logran, hasta cierto punto, estabilizar las bases de sustentación del régimen democrático burgués. Todos recordamos como durante los años 1972 y 1973 las pugnas existentes en el seno de la propia burguesía provocaron algunas movilizaciones internas en las Fuerzas Armadas Venezolanas, condujeron a una serie de discusiones públicas entre sectores de Fedecámaras, el entonces presidente Caldera y otros sectores de las clases dominantes del país. Las pugnas interburguesas habían cobrado cierto calor y comenzaban a presagiar cierto debilitamiento de la dominación democrático burguesa, se comenzó a insinuar la posibilidad, inclusive, de que se estableciera un relevo del actual modelo de dominación política por una forma mucho más autoritaria, mucho más represiva y mucho más dictatorial. En este caso concreto se hablaba de una salida fascistoide, de una

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insurgencia fascista; pero es evidente que los resultados electorales aplazaron, independientemente del tiempo que dure tal aplazamiento, el uso de esta carta política. Es evidente que las clases dominantes se percataron de que aún no necesitaban, por ningún respecto, acudir a una fórmula como la que tienen en Uruguay con el gobierno fascista de Bordaberry, no tampoco en Chile con el gorila de Pinochet, ni en el gobierno fascista de Brasil, porque contaban con un gobierno surgido de unas elecciones democrático-burguesas y con unas instituciones relativamente fortalecidas. Este elemento tiene que ser tomado muy en cuenta para el análisis que tengamos que realizar acerca de la situación del país. Meses después anuncia el llamado plan de medidas económicas; de nuevo se sacude el país; de nuevo se habla de que el señor Pérez se volvió de repente progresista. Para muchos parecía que estábamos en presencia de un Fidel Castro o de un revolucionario que estaba dispuesto a enfrentarse a la burguesía y al imperio norteamericano. Ahora, cuán alejados están los hechos y la realidad de estas creencias y de la palabrería hueca, engañosa y demagógica de los reformistas y los reaccionarios venezolanos. Este plan de medidas económicas anunciadas el 29 de abril del año en curso, estaba íntimamente ligado al primer hecho que acabamos de apuntar. Tanto los resultados electorales, como el plan de medidas económicas de la burguesía, indicaban toda una estrategia de conjunto que está siendo desarrollada por la burguesía nativa y por el imperialismo norteamericano en correspondencia con el reordenamiento del aparato productivo burgués-imperialista, en razón de

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la crisis mundial del capitalismo. Esa es la explicación valedera de estos dos hechos que acabamos de señalar. Ahora ¿cuál es, a estas alturas, noviembre de 1974, la situación que vive el país? Brevemente diremos que de la euforia presente en algunos sectores del pueblo, por las pretendidas medidas nacionalistas del venezolano, se ha pasado a una etapa en la cual la verdad del hambre, de la vivienda, la represión, la explotación, la verdad de la opresión, comienza a despejar las falsas ilusiones. Estamos entonces en situación totalmente distinta, en cuanto a la situación de las masas, a la que se vivía luego de las elecciones de 1973 y luego del plan de medidas económicas anunciadas por el presidente Pérez. Intentamos hacer un análisis en relación a lo que está ocurriendo en el país, en torno a por qué estos dos hechos que acabo de señalar, tienen una íntima vinculación les voy a pedir a los compañeros, por supuesto, que tomen en cuenta que no somos economistas, sino que intentamos hacer apreciaciones políticas y que intentamos sobre todo promover la discusión, así que vamos a establecer algunos criterios que en un momento determinado pueden ser discutibles, cuestión que es importante. Como todos sabemos, existen actualmente en el mundo una serie de hechos que están influyendo decisivamente en la crisis del sistema capitalista. Este ha entrado en una etapa en la cual afronta una crisis, en la cual determina una serie de desajustes que necesariamente le plantean a la burguesía en su conjunto, la necesidad de enmendar rápidamente todo su sistema de explotación y dominación. De esta situación de crisis general, debe destacarse por

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un lado, la inflación mundial y la crisis energética; estos elementos están directamente concatenados, están íntimamente relacionados con la situación que se vive en Venezuela. No se trata, compañeros, de estar haciendo apreciaciones sumamente generales para explicar esto; se trata de buscar una interpretación realmente seria de los problemas. No podemos conformarnos, como hacen algunas organizaciones del campo revolucionario, con decir que de lo que se trata es de echarle piernas al trabajo revolucionario, de empujar el trabajo, de organizar las masas, de pintar las pancartas, sin detenernos a hacer una acertada caracterización de la coyuntura política. No puede ser esa la posición que asumamos los revolucionarios. Se trata de interpretar con criterio científico, racional, serio y responsable, la situación que está planteada en el mundo y más específicamente lo que está ocurriendo en nuestro país; sólo afianzando un análisis serio estaremos en capacidad de orientar nuestra práctica revolucionaria. No olvidemos el célebre planteamiento leninista, mucha veces difundido de que «sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria»; no es posible seguir actuando a ciegas, realizando una práctica que desecha la teoría; por eso estos intentos por analizar las situaciones siempre tienen que ser realizados por quienes nos consideramos dentro de la tendencia avanzada, dentro de la tendencia revolucionaria. Decíamos que la inflación que se desarrolla en el mundo entero, está afectando directamente a la economía capitalista venezolana, por una razón conocida por todos. Resulta que en nuestro país existe un sistema capitalista dependiente, resulta que Venezuela es un engranaje más del sistema capitalista mundial, resulta que el sistema económico venezolano es un sistema productivo

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del imperialismo norteamericano, resulta que la economía venezolana es un reflejo, por supuesto, como todo reflejo, como toda copia, una caricatura de la economía norteamericana, de lo que ocurre en el sistema económico norteamericano. La inflación de la década de los setenta ya recorría fundamentalmente a los países de Europa y algunos países de América Latina; aún los países europeos no lograron consolidar lo que se llamaba el plan de reconstrucción, el plan económico capitalista en Europa Occidental. En Estados Unidos, por el contrario, durante los años sesenta, el espectro de la inflación aún no afectaba a las masas populares, el sistema de vida norteamericano aparecía muy próspero, para el mundo entero el american way of life, era anhelado; así sucedía con la situación de bienestar de los granjeros, la situación de bienestar de los técnicos universitarios y hasta cierto punto de relativo bienestar de sectores de la clase obrera. Pues bien, en EEUU durante la década de los años sesenta era posible, si se quiere, una contención al proceso inflacionario por el hecho de que allí se aplica una muy avanzada tecnología para el desarrollo de la agricultura y, en consecuencia, el sector agrícola norteamericano producía evidentemente la materia prima que se requiere para la industria, producía además excedentes agrícolas, que eran enviados a algunos países de Asia, África y América Latina, no para apoyar o ayudar a estos pueblos, sino para adelantar la penetración imperialista. En este sentido se recuerdan los tristemente célebres planes de la «Alianza para el Progreso», aquellas bolsas de harina, aquellas bolsas de mantequilla, etc., etc., que procedían de EEUU. Pues bien, ése era el excedente de la producción agrícola de EEUU. ¿Por qué mencionamos en for-

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ma específica el problema del desarrollo de una agricultura altamente tecnificada en EEUU como una forma paliativa del proceso inflacionario?; bueno, todos conocemos también que la inflación consiste en un desajuste entre la oferta y la demanda, o sea, la inflación quiere decir que hay una demanda superior a la oferta de bienes, insuficiente para cubrir esa demanda y en consecuencia aumentan los precios. Los productos procedentes del sector agrícola tienen una incidencia directa sobre el sector productivo, pues de allí se obtiene la materia prima para la industria y, además, de allí se obtienen bienes de consumo agrícola, por eso he señalado con suma insistencia el problema de cómo en EEUU lograron paliar hasta cierta forma esta cuestión a través de una alta tecnificación de su agricultura. El otro problema tiene que ver con la voracidad, el robo, el saqueo y la rapiña que EEUU han realizado siempre en los países dependientes. El robo descarado del estaño boliviano, del café y otros bienes en Brasil, del uranio y de todos los productos minerales, de materia prima de los países de Asia, África y América Latina, aportaba a EEUU la materia prima necesaria para mantener su sistema productivo en plenitud de condiciones. A todas luces el imperialismo yanqui ha tratado de mitigar la inflación apoyándose en el hambre de millones y millones de hombres y mujeres en el mundo entero, o sea, el hambre, la muerte por hambre de millones de personas, permitían que EEUU contara y en gran parte siga contando, con la materia prima necesaria para su proceso de industrialización. Por supuesto, esto permitía que el sistema capitalista norteamericano mantuviese los costos de

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producción bajos y les permitía, además, seguir obteniendo fabulosas ganancias. Tenían bajos costos de producción a pesar del alto costo de la mano de obra norteamericana, debido a los bajos precios de las materias primas y recursos energéticos obtenidos mediante el saqueo de estos pueblos, etc. A esto se une todavía en la década de los años sesenta los cuantiosos gastos militares que realizaba EEUU para sus guerras de agresión imperialista, principalmente la agresión contra Vietnam, no habían vulnerado de manera decisiva la estabilidad del dólar norteamericano, que se mantenía con cierta consistencia, todavía era posible mantener la balanza comercial norteamericana en un grado de privilegio, todavía sus productos podían competir en los mercados del mundo, una situación ventajosa con respecto a los productos procedentes de otros centros capitalistas, como es el caso de Japón y Europa Occidental. Tomen en cuenta cómo en esos años era más fácil, por ejemplo, o más barato, comprar un radio de procedencia norteamericana y tampoco esto ocurrió, por razón de algún milagro, tampoco ocurrió porque tal o cual presidente fuese muy incapaz, sino porque las leyes que rigen el desarrollo capitalista tenían inevitablemente que conducir al sistema productivo de EEUU a la situación de crisis de crecimiento en que se encuentra hoy en día. Alguien decía que lo ocurrido en la década de los sesenta en EEUU era algo así como un búmeran lanzado por este país que finalmente repercutiría contra su economía. ¿Y qué ocurren en los años setenta en la situación de las economías capitalistas de Europa Occidental y Japón? Ya estos centros capitalistas comenzaban a pisarle los talones al imperialismo yanqui, comenzaban a disputarle el control del mercado capitalista mundial a la economía

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norteamericana y, entonces, los radios, grabadores, los productos industriales japoneses competían en mejores condiciones con los norteamericanos. Estas economías comenzaban su reconstrucción; por otra parte, la transferencia de capitales desde los países dependientes a través de las llamadas compañías transnacionales, contribuían de una u otra forma a elevar el proceso inflacionario en EEUU. Esto era inevitable, ese volumen de capitales, esa masa circundante acumulada en EEUU (producto del saqueo, del robo y de la opresión de los pueblos dependientes, de los pueblos explotados), iba, tarde o temprano, a incidir negativamente sobre su sistema capitalista; de allí que la explotación imperialista, de allí que los fabulosos negocios de las transnacionales iban a incidir en el proceso inflacionario norteamericano. Por otra parte, hay que tomar en cuenta la sangría dejada por la costosísima guerra de agresión del imperialismo yanqui contra el pueblo de Vietnam, la cual requería evidentemente de gastos fabulosos. Con el momento de estas partidas podía haberse cubierto el presupuesto de varios países de Asia, África y América Latina. Cada bomba que explotaba en Hanoi, era el hambre de un millón de personas en algunos de los países dependientes explotados del mundo; cada avión, cada fortaleza volante que utilizaba el imperialismo yanqui para su genocidio en Vietnam, formaba parte de la expoliación y la rapiña imperialista. Esa sangría presupuestaria también fue debilitando la estabilidad del dólar. Únase a esto, y pareciera un elemento secundario, la masa capital que egresa de EEUU por concepto del llamado turismo. Se suma también la rebatiña que se ha establecido entre los diversos centros imperialistas por el control de las materias primas a nivel mundial y por la hegemonía en el mercado capitalista a ese mismo nivel. Estas contradicciones

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entre los centros imperialistas, necesariamente conducían a un fortalecimiento de la capacidad negociadora de las burguesías de los países dependientes con respecto a los centros imperialistas. Es precisamente en este momento cuando estas burguesías, tal es el caso de la venezolana, comienzan también a hacerse oír. Bueno, apartémonos de EEUU y pasemos a explicar entonces, cómo en la economía venezolana se va a reflejar directamente el proceso inflacionario norteamericano. La inflación que golpea a EEUU tiene sus efectos aquí; por eso, de repente en Venezuela comienza a desatarse también la espiral inflacionaria, por eso de repente comienza a descubrirse que en Venezuela había una agricultura atrofiada, que nuestro sector agrícola no está en la capacidad de producir la materia prima necesaria para la industria capitalista, ni de producir los cereales para la alimentación, o sea, no está en la capacidad de producir los bienes agrícolas de consumo. Y se descubre «de repente» cómo el Estado capitalista venezolano ha venido subsidiando con el ingreso petrolero las importaciones de tipo agrícola. De esta forma, era posible subsidiar ajonjolí, leche, trigo, todo. Pero, ¿qué pasa, de repente, cuando comienza a cundir la escasez de la materia prima procedente del exterior? La industria venezolana no tardaría en resentirse, puesto que si hay escasez de materia prima, entonces por más dinero que tenga el Estado venezolano, como consecuencia de ese torrente de divisas provenientes del petróleo, no estará en capacidad, como tampoco lo está la burguesía, de subsanar el problema de la crisis del sector agrícola por la vía de la compra de los productos en el exterior. He aquí, y póngase atención a esto, dónde engarza la política de Carlos Andrés Pérez, de afincar el desarrollo capitalista en el campo;

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no es que Pérez quiera redimir a los campesinos; no, ese señor lo que se propone hacer es cumplir sus compromisos con los Zuloaga, los Machado, los Mendoza, Delfino, Tinoco, Lauría y compañía. A esta situación se ha llegado porque los bienes agrícolas de consumo tampoco los puede comprar libremente en el exterior, por eso es que, de repente, hay que hacer cola para comprar un kilo de caraota, o limitan la compra a tres kilos de maíz, o limitan el expendio de arroz, porque antes simplemente pedían las caraotas a México, arroz a Colombia, ajonjolí a Canadá, etc. ¿Pero dónde van a comprar bienes agrícolas de consumo si en el mundo hay una escasez notable? Por eso, compañeros, los hechos que estamos presenciando no hacen sino evidenciar de nuevo la crisis del sector agrícola en Venezuela, la cual es sólo una de las causas de la inflación. Con ello ha quedado al descubierto el total fracaso y el engaño de la política agrícola de la burguesía. El efecto inmediato de esto es un incremento de la inflación; el costo de la vida se ha elevado a niveles asombrosos y ello está siendo utilizado por los capitalistas como un mecanismo, que con la manipulación del salario de los trabajadores, les permite incrementar sus ganancias. La inflación está generando entonces, una situación de altos precios y costos de producción; o sea, que por efecto de la espiral inflacionaria de la que hablo, se encarecen las materias primas, los costos de producción, y los precios para el consumidor también encarecen. Esta espiral es constante, ascendente. ¿Qué ocurre en este proceso inflacionario? Resulta que el sector de la alta burguesía venezolana, los sectores capitalistas más poderosos son los menos perjudicados, porque no son lo mismo; por ejemplo, los costos de producción de las granjas

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avícolas del señor Mendoza en conchupancia con el señor Nelson Rockefeller, que produce millones y millones de huevos al día, millones y millones de gallinas y pollos para el mercado del día, que los costos de los medianos y pequeños empresarios, que producen, bueno, 100.000, 200.000 gallinas al día. Estos últimos dentro de la situación actual, tienden a ir a la ruina en la medida en que el proceso inflacionario avanza. Esto naturalmente produce una mayor concentración del capital. El proceso inflacionario golpea fundamentalmente en el país, a las clases de ingresos fijos: el proletariado y la clase media. Entonces, estos sectores ven desfavorecido su ingreso, o mejor dicho, su ingreso no les permite adquirir los suficientes bienes de servicio, para mantener el sistema de vida. El obrero, el proletariado ve disminuir su salario real, por eso hoy en día la gente gana más pero come menos. La medida muy hábil de la burguesía, de aumentar relativamente los sueldos y salarios, en ninguna medida llega a compensar el alza que ha tomado el costo de la vida. Por eso, al poco tiempo la gente vio que le aumentaron el 25%, pero la comida le aumentó el 55%; que le aumentaron el 20%, pero el apartamento aumentó 200 bolívares en el alquiler; que le aumentaron el 15% pero ahora el carro lo tiene que comprar más caro, ya por eso decimos que el proletariado, los sectores medios y, en general, las masas populares sufren más directamente el ataque inflacionario. La clase media, por supuesto, va a una situación de empobrecimiento paulatino, y eso es importante tenerlo en cuenta, porque también explica la conducta de muchos pequeñoburgueses que, de repente les ponen el bozal de arepa, y como están ganando 5.000 bolívares, ya no les alcanza y entonces, no les importa ven-

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der su alma al diablo para comenzar a ganar 7.000 y 8.000 bolívares hasta terminar entonces en el infierno. Para la clase obrera, la situación es mucho más grave porque el obrero es obligado a producir más, en las mismas horas de trabajo, el capitalista lo empuja a producir más. Si tú eres obrera de las tabaqueras y antes, al día, liabas 60 tabacos, ahora te presionan para que empaquetes 120 tabacos, o sea, que tú ganas lo mismo pero trabajas más; por otra parte, ya hemos dicho que el salario real del obrero se ha caído en forma notable. Otro medio a que recurre la burguesía para enfrentar la inflación, es el aumento de la tecnología que desplaza la mano de obra, obteniendo de esa manera costos más bajos. El segundo elemento que veremos ahora, rápidamente, es el problema de la crisis energética. Nosotros hemos denunciado abiertamente que la crisis de energía ha sido creada artificialmente por la burguesía mundial; que no existe tal, que en el mundo existen suficientes reservas de petróleo. En EEUU, hay millones de barriles de petróleo en reserva, cuantiosísimas reservas de carbón, y una gran capacidad para producir energía hidroeléctrica, etc. ¿Por qué se pone en práctica, entonces, el truco de la crisis energética? Diremos rápidamente que ello tiene que ver con lo siguiente: con el embargo del petróleo árabe, EEUU comienza a golpear directamente al sistema capitalista japonés y de Europa Occidental porque resulta que estas dos partes del mundo consumen el 80% del petróleo proveniente de los países árabes, mientras que EEUU obtiene tan sólo el 20%; el resto, el 80% lo

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sacan de Venezuela, de los propios EEUU y Canadá. Fíjense bien cómo el embargo petrolero de los árabes termina resquebrajando notablemente la economía capitalista japonesa y de Europa Occidental, las cuales han venido disputándole seriamente la hegemonía a EEUU en el mercado capitalista mundial e incluso en el propio mercado norteamericano. El yen se fue en picada; el franco, que estaba escalando posiciones en relación a la moneda norteamericana, también se resintió. Entonces de esta «crisis», el centro capitalista norteamericano, hasta cierto punto, ha salido recuperado. Por otro lado, es cierto (debido a los nuevos precios petroleros) que los países productores reciben una mayor tajada económica, pero también es cierto que las demás beneficiadas son las compañías transnacionales: Shell, Creole, Gulf. Todos estos pulpos son los que se terminan beneficiando con la supuesta escasez, por eso la prensa burguesa vive publicando cifras de estas compañías; resulta entonces que hay una crisis y las compañías petroleras se están llenando los bolsillos, resulta que hay crisis y el centro imperialista norteamericano se favorece por encima del centro capitalista japonés y de Europa Occidental. Otra maniobra que desarrollan los EEUU es estos momentos es la referente a las «fuentes alternativas de energía». Todos sabemos, ya lo hemos dicho muchas veces, que la ley básica del desarrollo capitalista, es la ley del máximo beneficio. Entonces, los EEUU no van a explotar las riquezas petroleras que tienen en los Montes Rocallosos, en los cuales está comprobado que hay millones y millones de barriles de reservas y que ya hay consejeros

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petroleros que han encontrado el método para usar este kerogén que obtendrían de estos Montes. Las amenazas proferidas contra los países productores de petróleo por los señores Ford, Rockefeller y Kissinger sólo expresan la decisión de las clases dominantes de EEUU de continuar despilfarrando nuestras fuentes de energía porque les resultan más baratas. El señor Pérez respondió con un discurso fanfarrónico, en cuyo fondo lo que está es la defensa a ultranza de la participación de la burguesía nativa y el Estado capitalista venezolano en el negocio petrolero y del hierro y una súplica por el abaratamiento de la tecnología y las materias primas importadas. Estos graznidos de ambos lados, no han servido sino para que el señor Pérez se enjuague la boca con sus «tesis» y sus prédicas reformistas y pseudonacionalistas y para que el señor Ford y todos los imperialistas norteamericanos ratifiquen quién es el amo en el mundo capitalista. En el interior de Venezuela, las empresas petroleras dueñas del gran negocio, no levantan una paja contra los llamados planes de reversión o «nacionalización» petrolera. ¿Y qué decir con esto? ¿Es que acaso la Creole, por ejemplo, de repente abandonó los apetitos capitalistas y se apartó de la ley del máximo beneficio? No, compañeros, se trata de que a estas compañías les importa poco que les «nacionalicen» la fase exploratoria y extractiva de la industria, mientras ellos controlen el mercado y el suministro de tecnología y de servicio técnico que, como se sabe, constituyen las bases más rentables del negocio. Es en el mercado donde están las más jugosas ganancias que obtienen los consorcios imperialistas. Por eso, insistentemente hemos señalado que la crisis energética es una crisis artificial, propia del

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sistema capitalista, derrochador de energía y que está orientada a una serie de maniobras por parte del mismo sistema. Estos dos factores, que son internacionales, tienen una representación muy directa en el problema de la situación de la economía venezolana. Y ya para terminar con esta parte, pasemos entonces a otro aspecto de la política económica de la burguesía venezolana y el imperialismo. El estudio de los planes de la burguesía venezolana es importante, porque todos los días el señor Pérez, se lanza un discurso donde se presenta no sólo como «nacionalista», sino como representante de los intereses populares y sin embargo, los señores Eugenio Mendoza, Vollmer, Tinoco, Lauría, etc., saludan alborozados medidas que supuestamente les están afectando ¿Qué está ocurriendo realmente con el planteamiento de la economía capitalista venezolana? Bueno, resulta que en Venezuela hemos entrado en una nueva fase de desarrollo de la economía capitalista dependiente. Durante los años cincuenta y parte de los sesenta, Venezuela vivió la época de la llamada política industrial de «sustitución de importaciones» en su primera fase, fue la época simplemente del embalaje de los productos industriales que provenían de EEUU y de Europa Occidental. Ocurre que ahora en el sistema capitalista está planteado un reordenamiento de todo el sistema productivo debido al ahondamiento de su crisis y de la agudización de la lucha de clases en su seno. Entonces, el sistema capitalista requiere necesariamente de un reordenamiento de su aparato productivo a nivel mundial. Antes, al imperialismo le resultaba más fácil y más productivo hacer el acero de Pittsburg en los EEUU o en Alemania, ahora es en países como el nuestro donde al imperialismo le conviene producir los bienes económicos a

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ser colocados en el mercado mundial. Aquí tienen la zona del hierro de Guayana con su energía barata, con su mano de obra barata, materia prima barata, con fácil vía de comunicación al exterior a través del Orinoco. Venezuela pasa entonces, en esta etapa, de una primera fase de la sustitución de importaciones, a la industria pesada y a la industria semipesada. Pues bien, resulta que ya esta burguesía, como decía hace un rato, va a entrar en los grandes negocios y esto es lo que explica de paso, de por qué este país entre de repente en el Pacto Andino. Por otra parte, es necesario decir que la base sobre la cual se desarrollará todo este plan económico, serán las empresas mixtas, es decir, sobre la base de la asociación de las transnacionales, la alta burguesía financiera nativa y el Estado capitalista. En esta asociación el Estado venezolano va a absorber fundamentalmente la parte flaca del negocio; pongamos un ejemplo gráfico: ustedes saben que hace tiempo se hablaba de que se iba a fusionar la línea Aeropostal Venezolana y Avensa. La LAV es una línea del Estado venezolano y Avensa es de los Boulton, uno de los consorcios capitalistas nativos; ¿qué ha ocurrido en esta asociación? Bueno, que a LAV le ha correspondido cubrir las rutas más improductivas y a Avensa las rutas más rentables. Con las empresas mixtas en el hierro va a ocurrir lo mismo; dirán que van a nacionalizar el hierro, pero ahí van a seguir las empresas extranjeras, la Orinoco y la Iron Mines que explotan y controlan el mercado del hierro. Fíjense cómo el señor Argenis Gamboa, agente de las transnacionales en Sidor y en la industria del hierro, no ha dicho nada acerca del control del mercado del hierro. Habla de la «nacionalización», pero deja colar muy sutilmente la trampa de las empresas mixtas que le van a permitir a la burguesía nativa obtener mayores ingresos, que le van a permitir obtener a Tinoco,

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Lauría, Eugenio Mendoza, Vollmer, Zuloaga, a Salvatierra, etc., etc., ganar mucho más. ¿Se trata aquí de que el imperialismo es bueno con estos servidores, con estos lacayos? No, simplemente que en momentos de crisis del centro capitalista, la burguesía lo aprovecha para envalentonarse y quiere que la presenten en sociedad; la burguesía venezolana es como esas quinceañeras que quieren bailar el primer vals y entonces, lo van a bailar, con los consorcios imperialistas y con el Estado venezolano. Entonces, ese truco de las nacionalizaciones del hierro y del petróleo es, en realidad, tal como hemos venido diciendo, expresión del nuevo plan económico de la burguesía y el imperialismo en nuestro país. En cuanto a los planes para el campo, y mucho ojo con esto, el señor Carlos Andrés Pérez y otros voceros de la burguesía han estado diciendo que hay mucho dinero para meter al campo venezolano, que al campesino, al pobre campesino, se le va a redimir, que va a tener para la cosecha, ¡mentira, compañeros!; el Fondo de Inversiones Agrícolas lo está manejando el señor Concepción Quijada, expresidente de Fedecámaras y que, a su vez, es uno de los más altos representantes del capitalismo agrícola; entonces, ¿cómo puede Concepción Quijada favorecer a los cultivadores de cacao del estado Sucre, a los criadores de chivo de Carora? ¡NO!, él va a favorecer el desarrollo del capitalismo en el campo, y óigase bien, esas inversiones no son tampoco para producir bienes de consumo agrícola, como algunos pudieran pensar. El dinero que está metiendo el Gobierno en el campo no es para producir más caraota, arroz, trigo, lo que va a producir es más materia prima para el proceso industrial venezolano. Ese y no otro es el contenido de la política agrícola del Gobierno, que por supuesto,

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ni el señor Pérez, ni la burguesía van a revelarle al país. Carlos Andrés Pérez y esta burguesía bandida y zángana, compañeros, van a capitalizar el campo, van a incrementar abiertamente el desarrollo capitalista en el campo y al hacerlo llevarán mayor empobrecimiento al campesinado, van a arruinar a los pequeños y a los medios productores del campo. ¿Quiénes se van a enriquecer? Los grandes productores del campo vinculados directamente al sector industrial; por eso, el Gobierno habla mucho de la integración agroindustrial. Esto quiere decir que todo el ajonjolí que necesite el señor Branger, para fabricar su aceite, le será aportado a tiempo y en la cantidad necesaria, por la gran empresa capitalista del campo. Entonces, olvidémonos de caraotas, arroz, arvejas, etc., suficientes para el consumo popular. Estos productos seguirán escaseando. Esta es pues la dinámica, este es el centro de la política agrícola del presente gobierno: fortalecer el capitalismo en el campo para producir las materias primas que requieren para su industria los capitalistas. Bueno, si este es el cuadro en el plano económico, ¿qué va a pasar, entonces, en la vida política del país? ¿Va a tolerar la burguesía nativa que los obreros de Sidor sigan haciendo huelgas? ¿Va a permitir el Estado burgués que los obreros de las tabacaleras reclamen mejores salarios? ¿Va a aceptar Eugenio Mendoza que los obreros de su empresa se alcen requiriendo mayores salarios? No, compañeros, porque para garantizar este cambio de timón en el sistema capitalista, se requiere de una superestructura política, jurídica, cultural, acorde con la estructura. De ahí que ya la estructura jurídico-política del estado burgués venezolano comience a ser despreciaba por la burguesía y por el imperialismo. Por eso el señor Pérez habla insistentemente de que es necesario reorientar y remozar el Estado venezolano

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y ha puesto al tránsfuga ese de Gumersindo Rodríguez como el técnico de la planificación económica de la burguesía y el imperialismo, y éste ha dicho en varias oportunidades que el gobierno de CAP no se propone cambiar el sistema capitalista, sino hacerlo más eficaz, que de lo que se trata es hacer del Estado burgués un instrumento político más compenetrado y más ligado a una etapa de muchas exigencias para el capitalismo. ¿Y qué quiere decir con esto la burguesía? En términos muy sencillos, lo siguiente: que necesitan mantener un estado de tranquilidad en su sistema productivo, lo cual implica evitar, a como dé lugar, las huelgas obreras. El pacto de «paz laboral», que los reformistas y la mafia sindicalista venezolana firmaron con la burguesía y que aún para ellos tiene vigencia, comienza a resquebrajarse; pero por ello mismo la tendencia general es que en el país se incremente paulatinamente la represión. No puede haber siquiera, un amago de huelga en una fábrica; por eso es que los cuerpos represivos están atentos a cualquier movilización obrera. Fíjense en la zona del hierro; allí hay elecciones obreras para elegir al Sindicato de Sidor y por primera vez hay plancha revolucionaria de obreros revolucionarios en estas elecciones. ¿Qué hizo el Estado burgués? Envió un contingente de sus mejores policías, envió equipo antimotín a la Policía de San Félix y Puerto Ordaz, se prepararon por si acaso; esto indica que la burguesía orienta sus pasos a imponer en el país una situación política de mayor contenido represivo, que le permita emprender el proceso económico a que hemos hecho referencia. Se trata entonces, de que la burguesía y el imperialismo requieren de un Gobierno realmente fuerte y capaz de garantizarle a como dé lugar, el aumento de sus fabulosas ganancias. Ese es el pa-

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pel que está cumpliendo entonces el gobierno adeco; por eso nunca habíamos estado en presencia de un Estado tan comprometido con la burguesía nativa y el imperialismo, como el del señor Pérez. No podemos llamarnos a engaño, compañeros, en esto tenemos que ser realistas. Analicemos cómo está integrado el gabinete del señor Pérez; Gumersindo Rodríguez era empleado de Tinoco, Constantino Quero Morales fue durante doce años asesor económico de Fedecámaras y asesor de las principales empresas capitalistas nativas, el señor Luis Manuel Peñalver, ustedes saben que él era empleado de Eugenio Mendoza. Está claro que la burguesía se dejó de cuentos y le puso la mano no sólo a la bolsa, sino también a la corona, para recordar aquella célebre expresión de los creadores del marxismo. Este gobierno, bueno, se soltó el moño y definitivamente controla la bolsa y la corona. Entonces hay que partir del contenido de clase del presente gobierno, burgués, pro-imperialista, ultrarreaccionario y en consecuencia, toda su política se orienta a reforzar la dominación imperialista y a reforzar la dominación de la burguesía nativa; por eso, compañeros, tenemos que ser sumamente serios y responsables cuando presentemos nuestra política a la consideración de las masas. Así lo hicimos cuando dijimos que el plan de medidas económicas de abril de este año traería mayor pobreza y miseria para este pueblo y cuando denunciamos el carácter fraudulento de la «nacionalización» del petróleo. Los reformistas, en cambio, han salido a aplaudir la política petrolera del Gobierno, contribuyendo de esta forma a mantener la confusión de amplios sectores de las masas, en relación a la política del gobierno de CAP. Su actitud ha sido la de una total componenda con la burguesía explotadora. Por eso, nosotros cuando participamos en un foro en la Asociación Pro-Venezuela, demostrando de paso que no tenemos

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que establecer acuerdos circunstanciales con sectores que, inclusive, no representan los intereses de clases avanzadas, nos opusimos a firmar un documento que fue propuesto al pueblo, por cuanto se decía: que se daba pleno respaldo al mensaje que CAP dirigiera a Gerald Ford. Nosotros decimos que no es posible sembrar conciencia en el pueblo manteniendo una política proimperialista y proburguesa. Bueno, compañeros, si esto es así, ¿cuál es la perspectiva que se plantea en el país? Nosotros creemos que la perspectiva es de lucha, que la perspectiva es de combate, que esta burguesía está parada sobre un volcán, que no podemos hablar sobre auge de masas obreras, que los semiproletarios, que la pequeña burguesía empobrecida, etc., estén ganadas para la batalla contra la dominación burguesa en Venezuela. Pero es evidente que este plan de medidas económicas de la burguesía abre una perspectiva favorable para el resurgimiento y recuperación de las luchas revolucionaria de las masas. Esto lo decimos en razón de tres circunstancias: 1) que en las medidas implican una mayor entrega de las riquezas del país al imperialismo; 2) que se orientan a imponer un régimen laboral de mayor sobreexplotación de los trabajadores y de negación de sus derechos económicos, particularmente salariales y 3) que las medidas económicas de la burguesía harán cada vez más dif ícil las condiciones de vida de las masas, especialmente, por efecto del alto costo de la vida. Entonces creemos que hay que enfrentar al Gobierno, que el nivel de conciencia que existe en el pueblo no es precisamente el de la comprensión de que está explotado, de que está sojuzgado. Cree-

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mos que la clase obrera sigue atenazada por el reformismo y por la reacción; también creemos, compañeros, que esto no será eterno y si creemos en el desarrollo dialéctico, en el papel consciente de la vanguardia venezolana, entenderemos que a través de un amplio y serio proceso de concientización, que lleve la ideología proletaria a los obreros, podremos ganarlos para el socialismo. Es necesario entonces trabajar codo a codo con ellos en las fábricas, ganar a los campesinos pobres, a la pequeña burguesía empobrecida, al cuasiproletariado para la revolución. Largo proceso, compañeros, pero es el proceso que inevitablemente nos conducirá al objetivo que abra la esperanza para este pueblo. No es posible seguir cruzado de brazos con la tesis de que aquí no hay nada que hacer, que este es un país millonario, que a la gente lo que le gusta es el billete, que lo que quiere es tener un Camaro, que el obrero lo que quiere es que le paguen más. No, compañeros, el problema para nosotros es la inexistencia de un partido obrero revolucionario, que no existe un partido revolucionario del proletariado, puesto que aquí lo que aún existe son los partidos reformistas y movimiento revolucionario disperso en varias tendencias que no terminan de confluir en un solo torrente revolucionario. Sin embargo, existen muchas muestras de que hemos entrado en una etapa de recuperación de fuerzas, que esta etapa de recuperación no se puede marcar en quince días, en un mes, en un año; pero lo objetivo es que vivimos una etapa de recuperación, que hay varias tendencias revolucionarias que perseveran al lado de las masas explotadas, que hay muchísimos cuadros y militantes de los partidos reformistas, que tarde o temprano, ajustarán cuentas con sus direcciones reformistas y también vendrán al torrente de fuerzas que trabajamos por la formación del Partido Revolucionario del Proletariado.

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De otra parte, puesto que anunciamos que íbamos a opinar como miembros de la Liga Socialista, queremos referirnos a los deseos de unidad que bullen en la gente. Estos deseos de unidad que se encuentran en la conciencia de las personas con las cuales hablamos, debemos tomarlos en cuenta. A esas personas que preguntan ¿por qué hay tantos grupos de izquierda? Tenemos que decirles que sí, efectivamente deseamos la unidad, debemos perseverar en el trabajo codo a codo con los explotados, debemos confrontar nuestras tesis ideológicas y políticas con seriedad y no con maniobras estériles. Creemos que alguna posibilidad de acción podría ser la siguiente: primero, hacer serios esfuerzo por vincularse con los explotados, por señalar a los explotados el carácter de la opresión y la explotación, por desenmascarar abiertamente al Gobierno, por hacer labor ideológica, de propaganda y agitación entre las masas populares. Esta es una tarea que podemos cumplir en el aula de clases, en las fábricas, en nuestras propias casas, donde comemos, donde jugamos o donde vemos una película. Hay que trabajar por la concientización revolucionaria de las masas explotadas y por el desenmascaramiento del presente gobierno. En segundo término, invitamos, y no porque seamos promotores, somos una parte de este proceso, a que se hagan esfuerzos por empujar la formación de un Partido Revolucionario del Proletariado, sin ilusiones pequeñoburguesas. Se trata de construir este partido, a través de un amplio proceso de discusión y de lucha al lado de la clase obrera y de las más amplias clases populares. Y en tercer lugar, creemos necesario unir el mayor número de fuerzas en la lucha contra el imperialismo norteamericano, en todos los

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terrenos. Creemos que esto puede darse en varios aspectos, desde la unidad de los explotados contra la dominación capitalista, hasta la unidad con los sectores progresistas y de coincidencias circunstanciales con algún sector de la burguesía, que en un momento determinado de la lucha de clases se vea enfrentado al imperialismo y a la fracción de la burguesía interna dominante. Finalmente, queremos referirnos brevemente a la situación que se vive en las universidades, como aquí se trata de la UDO, invitamos a los compañeros a abrir los ojos acerca de la manipulación que se hace de las universidades y de los estudiantes universitarios. Esto, compañeros, responde a que en esta etapa de reacomodamiento del capitalismo, éste necesita de mano de obra calificada y ésta no la constituyen los obreros de las tabaqueras, sino ustedes. La empresa capitalista se ha planteado la adecuación del aparato educativo a sus planes de desarrollo capitalista. Este interés de la burguesía se orienta también a lograr el sometimiento político de las universidades y particularmente del movimiento estudiantil y profesoral democrático y revolucionario. Cuando en 1969 el ejército interviene en las universidades y luego el Gobierno les impone una ley donde se liquidan una serie de derechos conquistados por los estudiantes a través de décadas y décadas de combates, quedaba claro que la burguesía orientaba sus pasos hacia el objetivo que hemos expuesto más arriba. En dicha ley de universidades están contenidas una serie de reglamentaciones que legalizan las expulsiones, tal como está ocurriendo en Puerto la Cruz, donde acaban de expulsar al compañero Prieto y a otros compañeros estudiantes.

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Los planes de control de la educación y de los estudiantes tienen igualmente implicaciones policiales. Se sabe que la mayoría de las autoridades de las instituciones educacionales del país, colaboran no sólo con los cuerpos policiales internos, sino también con la CIA. Este hecho tiene efecto represivo en el plano político y en el plano económico. Esto se pone de manifiesto cuando un profesional egresado de estas instituciones solicita empleo en la empresa privada o estatal. Por eso como estudiantes, profesores, empleados y obreros, también tienen que dar la pelea a brazo partido en esta universidad, que como institución burguesa también es manipulada por los planes de la burguesía. Nosotros debemos resistir desde adentro, desde la propia cueva del lobo, no podemos abandonarla por el hecho de que esta es una institución burguesa, tenemos que ligar su esfuerzo, al esfuerzo de los obreros. Los profesores que tienen conocimientos teóricos, deben vincularse a las obreras de las tabaqueras, de las pesqueras, de la Mercedes Benz, etc. Los que se gradúen de abogados en vez de ponerse a robar y saquear con juicios amañados, deben ayudar realmente a la defensa de los obreros, de los explotados. Los técnicos deben negarse a ser instrumentos dóciles de este sistema de explotación. Entonces, el mensaje que nosotros podemos proponer es pelear de frente, resistir de frente, por aquello de que el socialismo, camaradas, se conquista peleando. Gracias, compañeros. (Aplausos…) No. 2- Indiscutible con la exposición del compañero Jorge Rodríguez, yo pude notar entre una de sus alusiones, una especie

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de llamado revolucionario para la formación de un Partido Obrero Revolucionario, que según como lo dice, va a luchar por lograr en este país el socialismo, aparte de su consigna de que el «socialismo se conquista peleando». Esto tiene una gran relación, considero yo, con la parte anterior de la política referida, muy conocida por todos los estudiantes de la UDO y creo que en todas las universidades del país, como una política bastante rara; se podría decir que, al menos aquí en la UDO, los compañeros del MEUP han hablado siempre se una política del voto nulo o de una política abstencionista, mientras que en la Central participan en las elecciones. ¿No existe acaso un Partido Revolucionario en Venezuela? ¿No es contraria a una práctica revolucionaria la participación en procesos electorales?

Debo decir al compañero lo siguiente: la lucha revolucionaria no requiere invitación, tampoco de selectores. Evidentemente no es posible que en Venezuela pueda erigirse alguien o pueda erigirse algún núcleo que se ocupe de clasificar las organizaciones en revolucionarias, reformistas o reaccionarias. Es la política, es la línea que se sigue en función de la situación que se vive en Venezuela, en América Latina y en el mundo entero, lo que define a una organización. Desde este punto de vista nosotros hemos sido muy claros en señalar varias cosas; creo que al comienzo decía que la Liga Socialista ni siquiera es un partido, es un movimiento abierto de masas que se orienta hacia un sector del pueblo en función de la organización de crecientes sectores avanzados. No nos vamos a encasillar en una etiqueta, no vamos a decir que se va a llamar el Partido Revolucionario venezolano o el Partido Obrero Revolucionario o el Partido del Proletariado, porque

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eso sería una necedad. Decir que en Venezuela no hay un partido representativo de los intereses de la clase obrera, que sea de vanguardia de la clase obrera no es una mentira, esta es una verdad del tamaño del sol, basta con ver la diseminación que hay en el movimiento revolucionario venezolano para darse cuenta de que no hay tal partido revolucionario, no hay tal partido obrero; en Venezuela hoy nos ponemos a hacer una lista de organizaciones políticas que dicen luchar apoyadas en una interpretación, en la aplicación creadora del marxismo-leninismo y creo que llenamos un cuaderno, luego nos ponemos a contar individualidades revolucionarias y a núcleos revolucionarios y encontramos evidentemente a una cantidad bastante apreciable. ¿Qué indica esto? Que no hay un partido realmente marxista-leninista de la clase obrera, lo que no niega que cuadros, militantes, dirigentes, grupos o núcleos que hoy en día estén ubicados dentro del movimiento popular, pueden contribuir y contribuyen al desarrollo de este proceso revolucionario y de este proceso de formación del partido. Para nosotros el problema de la formación del partido de la clase obrera es un problema de principio y es un problema de importancia extraordinaria. Toda revolución triunfante en el mundo ha contado con una vanguardia para insurgir; en Venezuela, repetimos, no existe este partido. Independientemente de la polémica, debo decirle al camarada también lo siguiente: entre otras cosas, ¿cuál es la razón principal del fracaso de la política desarrollada por el Movimiento Revolucionario a partir de 1958 y transcurrida la década de los sesenta? No podemos decir que estamos de victoria tras victoria; no, camaradas, hemos sufrido importantes derrotas, sólo que no ha sido liquidado el movimiento

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revolucionario; derrotas importantes también sufrieron los comunistas chinos que casi vieron liquidados el Ejército Rojo y el partido y después de una larguísima marcha, Mao Tse Tung tomó la dirección del Partido, desarrolló una línea ajena al oportunismo de izquierda y de la derecha, reconstruyó un partido comunista marxista-leninista, reconstruyó el Ejército Rojo y años después estaba tomando el poder; pero ocurre que en Venezuela son varios años de derrota en los cuales se pusieron a prueba políticas que no tenían nada que ver con el proletariado; en una nota que escribí en un periódico del domingo, decía que lo que había fracasado en Venezuela durante los años sesenta fue la dirección e ideología pequeñoburguesa en que se sustentaba lo que en ese entonces se llamaba movimiento revolucionario y del cual yo formé parte; inclusive, yo fui uno de los dirigentes de estas organizaciones, yo fui dirigente nacional del MIR, miembro de la Comisión Política del MIR, es decir, tengo una cuota de responsabilidad en la política que animó a esta organización en la década de los sesenta. ¿Qué explica por ejemplo que en el año 1958 cuando en Venezuela se vivía un importante auge de masas, cuando el pueblo de Caracas se estaba armando cuando había propiamente una situación con rasgos insurreccionales, que explica el que este movimiento de masas se haya desaparecido y que mientras las masas estaban en la calle ondeando banderas de Venezuela, las direcciones de los partidos estaban firmando una tal paz o una coexistencia táctica con miembros de la Junta Militar que asumió el poder y que eran representantes de la burguesía? Y no se alzó la voz de denuncia abierta y valiente de ninguna dirección revolucionaria marxista-leninista, faltó una vanguardia que fuese capaz de encausar este importante momento coyuntural para empujar

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el proceso revolucionario; yo no digo que se iba a tomar el poder el 23 de Enero, pero, evidentemente otro gallo cantaría si en esa oportunidad se hubiese levantado una política realmente distinta, ¿qué ocurre durante los años sesenta? Esta década, camaradas, es un muestrario de lo que es capaz la dirección pequeñoburguesa de un movimiento que va del putchismo, de los cuartelazos, de las desviaciones de derecha, de la paz laboral, de las concesiones foquistas, a las concepciones caudillescas; yo recuerdo que, por ejemplo, cuando se abrió el debate en el Partido Comunista, cuando los compañeros adoptaron la tesis de paz democrática en 1965, muchos de los que hoy en día inclusive señalan que en esa época hubo un viaje importante hacia la derecha, defenderían a pie y juntilla la política del partido, porque era la política del partido, ¡semejante irracionalismo! ¿Quién lo ha sembrado en este movimiento revolucionario? ¡La pequeña burguesía! Pero si algo caracteriza al partido marxista-leninista y a lo que se observa en otras experiencias, es que el marxismo-leninismo es una guía para la acción, que un partido marxista-leninista debe vivir en la confrontación ideológica política permanente, que debe existir lucha de tendencias permanente, porque sólo así es posible el avance y la elaboración de una política y una línea correcta; entonces, ratifico lo que decía al comienzo: ¡creemos que no hay partido! ¡No hay un partido marxista-leninista! Ya el camarada que hizo la pregunta debe estar satisfecho, ni decimos que somos los promotores, ni somos el centro, ni mucho menos, ¡no!, nosotros somos un grano más de ese arenal que es aquí el movimiento popular venezolano. Ahora, no hay que ofenderse porque se diga que hay política reformista, que hay política revolucionaria y política reaccionaria, porque estas son expresiones propias de la lucha de clases,

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estas son expresiones propias de la confrontación política. Por ejemplo, ¿por qué se habla de que hay una política reformista? Porque el reformismo es una manifestación de la ideología no proletaria en el seno de la clase obrera; yo me sumerjo en la clase obrera con una política donde me quedo en la lucha por las reivindicaciones más concretas de las masas; pero yo no trasciendo de allí, yo no contribuyo a la preparación del obrero desde el punto de vista político, yo no estimulo el que el obrero llegue a tener una visión mucho más de conjunto, más profunda, más a largo plazo del proceso de transformación; por eso el reformismo está condenado a vivir siempre dentro del cascarón del sistema, porque tiene el pico tan corto que es incapaz de romper la cáscara del sistema de dominación burguesa, o sea el reformismo durante toda la etapa, en la época del desarrollo de la ideología marxistaleninista, ha sido calificado como una avanzada de la burguesía en el seno de la clase obrera; ahora, camaradas, trabajar con obreros no significa tener una política proletaria, muchos revolucionarios adoptan y adoptamos posiciones reformistas frente a determinados problemas políticos, frente a determinadas situaciones de la lucha de clases, muchos revolucionarios adoptan y adoptamos posiciones foquistas frente a determinados problemas de la lucha de clases; las desviaciones tienen que ver con actitudes determinadas en la confrontación entre las clases sociales. En Venezuela, por supuesto, hay que luchar por salvarse de la corriente reformista, lucha que no trasciende los límites de la ruptura plena con la política burguesa, con el orden burgués. ¿Quiere decir esto que es contradictorio con una política revolucionaria, como señala el compañero, el que se defina una política participacionista en el proceso electoral? Bueno, yo invito al compañero a que se lea el

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libro Voto Nulo, una táctica electoral revolucionaria, lamentablemente su edición se ha agotado, nosotros no tenemos una imprenta que nos publique libros y cuando nos lo publican son muy caros —para que entienda cuál es el fundamento de una política que venimos trazando desde 1969. Nosotros pretendimos en ese año romper con las concesiones y prácticas foquistas, concepciones y prácticas reformistas que animaban la política de la organización, de la cual participábamos y algunos fuimos sus dirigentes, ¿quiere decir repito, que no hay en nosotros esas manifestaciones? No, camaradas, sí las hay, el problema es cuál es el elemento dominante de la política que se orienta en un movimiento determinado; si esa política orienta la movilización de las masas, la organización de ellas para que alcancen sus derechos y se adiestren en la lucha de clases, si es así no es un política reformista; pero sí es una política dirigida a aquietar a la clase obrera, a introducirnos en ella con formulaciones pre-elaboradas, a sustituir a los trabajadores a través de las negociaciones por arriba, incurriendo en una política de carácter reformista, ya hemos dicho suficientemente que los compañeros del MEUP no se orientan con una política dogmática, no tienen catecismo, no tienen biblia, los compañeros intenta aplicar el marxismo-leninismo como método de análisis, plantea que hay que partir de las realidades concretas para definir una política concreta. Los camaradas aquí, decidieron que para el Gobierno no había condiciones de participación revolucionaria y se abstuvieron con los resultados que todos conocemos y los compañeros de la UCV consideraron que podían participar en los Consejos de Escuela, Consejos de Facultad y Consejo Universitario y definieron esa línea para su participación, y esto es así, porque nosotros somos una fuerza que no teme

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al chantaje, ni de izquierda ni de derecha. Somos una fuerza que ha surgido claramente desde el primer día, definida como un socialismo insurgente. Incluso en la contraportada de un libro que acabamos de publicar decíamos que hacemos prédica y práctica del socialismo insurgente, que nos ubicamos al lado de los marxistas-leninistas venezolanos, que estamos en contra del oportunismo de izquierda y de derecha y que aspirábamos a trabajar junto con otros revolucionarios. Tan es así, que el camarada menciona unas elecciones en las tabaqueras; pero si es que nosotros también participamos en los sindicatos; ¡claro! Esos sindicatos son instrumento manipulados por la mafia sindicalista, pero pensamos que los obreros siguen creyendo en esos sindicatos, que los sindicatos se convierten en una posibilidad de lucha y participamos, no para alcanzar puestos, sino para después irnos a robar el dinero del sindicato, como ocurrió en Sidor donde algunos compañeros que se decían revolucionarios fueron a las elecciones del sindicato de Attis e hicieron lo mismo que han hecho los sindicalistas tradicionales, no si vamos a un sindicato es con la idea de hacer algo distinto, es con la idea de subvertir esa política mafiosa que se está desarrollando en los sindicatos.

La clase obrera construirá el futuro3

ompañeros trabajadores de la Liga Socialista y amigos de nuestra política; compañeros integrantes de las brigadas de trabajo: Ernesto Che Guevara, Ho Chi Minh, Lumi Videla y Miguel Enríquez, en quienes queremos hacer un reconocimiento al trabajo y a la disposición revolucionaria. Compañeros militantes de la Liga Socialista y del Movimiento Revolucionario venezolano (aplausos). Sigue presente la emoción y la disposición revolucionaria con que celebramos hace pocos meses la primera Asamblea Nacional de la Liga Socialista. Esa Asamblea marcó para todos los que tratamos de impulsar un movimiento de masas revolucionario marxista-leninista, un compromiso que no podemos eludir. La primera asamblea lanzó sobre nuestros hombros el deber revolucionario y la responsabilidad de acentuar nuestro trabajo al lado de los compañeros obreros. La consigna central que promovió di3 Discurso pronunciado en el primer Acto de Instalación del I Pleno Obrero Nacional de la Liga Socialista, Teatro Terepaima, 24 de agosto de 1975.

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cha asamblea, señaló con toda claridad que nuestros esfuerzos, a partir de allí, nos llevarían a una vinculación profunda con la clase obrera, para provocar un salto de nuestra organización en su seno en el proceso de organización de los núcleos revolucionarios. Seis meses después de haber celebrado la primera Asamblea Nacional, creo que la palabras sobran un poco, créanme que han sido las sencillas —pero de hondo sentido proletario— intervenciones de hombres como Jorge Reyes, Vicente Gómez, de compañeros de la Mercedes Benz, del plástico, de Frío King, las pesqueras, las que vienen a indicar con toda claridad, que no se trataba simplemente de palabras, que no se trataba de acuñar una nueva consigna para presentarnos en el movimiento revolucionario como supuestamente vinculados a la clase obrera. Presentamos a esta reunión de militantes del primer Pleno Obrero Nacional, los primeros esfuerzos dirigidos realmente a proletarizar nuestra organización y nuestros cuadros, a interpretar desde el lado de la clase obrera, los graves problemas que trae consigo el sistema capitalista. No es casual entonces, que para ese primer Pleno Obrero Nacional, contemos con una delegación importante de obreros de la zona del hierro, que se ha convertido en uno de los principales teatros de las luchas de las clases obreras en Venezuela, uno de los lugares, donde el capitalismo y la clase obrera, se enfrentan día a día, minuto a minuto y segundo a segundo. No es casual la presencia de compañeros trabajadores de Sidor, de esa planta de muerte y explotación que es presentada ante el mundo como orgullo del pueblo, como orgullo de Venezuela, pero que no es sino expresión del carácter inhumano y rapaz del capitalismo, en este caso, representado por un Estado burgués altamente explotador y despreciativo de la vida humana.

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La crítica y la autocrítica, una experiencia que no debemos olvidar En Guayana, hace poco acaban de efectuarse unas importantes elecciones entre los trabajadores del hierro. Creo que ustedes deben recibir una rápida información de lo ocurrido en dichas elecciones. Después de quince años los obreros logran a través de sus movilizaciones y sus luchas, que se marche hacia la creación de un sindicato único de los trabajadores. Las organizaciones populares, revolucionarias, levantaron, desde hace tiempo, la necesidad de trabajar por fortalecer la unidad obrera en la zona del hierro y por conformar una plancha de trabajadores que permitiera derrotar a los sindicalistas de AD y Copei, representantes de la burguesía en el seno del movimiento obrero. Una vez más el viejo vicio del sectarismo, la prepotencia y la mezquindad de algunas organizaciones atentaron contra los intereses de los compañeros trabajadores. Las organizaciones populares estaban llamadas a unirse como un puño cerrado y presentar un frente común, colocaron en un primer plano, la rebatiña burocrática y en un segundo plano los intereses de los trabajadores del hierro. Es así como, organizaciones de izquierda, pero de carácter reformista, pretendieron utilizar el movimiento revolucionario marxista-leninista con una finalidad politiquera. Se pretendía que los revolucionarios aceptáramos condiciones que nada tienen que ver con los intereses de la clase obrera. En ese año se disfrazaron de campeones de la unidad obrera. Se lanzaron a hablar con los compañeros trabajadores de Palúa, Ciudad Piar, Puerto Ordaz y en los distintos cen-

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tros de concentración obrera, pero no lo hacían para interpretar de manera correcta los sentimientos de los compañeros obreros, no lo hacían para descifrar junto con ellos los problemas que se presentaban; lo hacían para embaucar a los compañeros trabajadores, lo que luego les permitiría aparecer (como lo hacen hoy en una declaración que dan a uno de los periódicos de la burguesía) como partidos nutridos e infiltrados de obreros. Ahora bien, esta denuncia no puede confundirse como un reclamo a los reformistas, o como una manera de eludir nuestra responsabilidad en el asunto criticando a los demás. Hay dos cosas obvias: por una parte, los reformistas actuaron como tales y por otra, nosotros no actuamos como marxistas-leninistas ¿Qué se podía esperar entonces? Lo que ocurrió: los trabajadores, una vez más, fueron embaucados por los reaccionarios y reformistas. En este caso ello se debió, fundamentalmente, a los errores cometidos por nosotros. Al no saber actuar como vanguardia, el radicalismo de los trabajadores fue explotado por los reformistas, desviado y colocado al servicio de los intereses no proletarios. Diversos errores cometieron la dirección de la Liga Socialista de la zona del hierro y los compañeros del comité nacional destacados en esa región. En primer lugar, en el curso del conflicto se limitaron a la pura labor de agitación, descuidando la propaganda, la difusión del marxismo-leninismo, la educación de los trabajadores y sobre todo las tareas de reclutamiento y organización de los trabajadores. Concluido el conflicto huelguista y el proceso electoral, la Liga Socialista, pese a que había aumentado su área de influencia, casi no había incorporado a sus filas nuevos traba-

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jadores. Éste es un ejemplo típico de cómo se puede participar en un conflicto y mantenerse aislado de las masas; en segundo lugar, no supieron mantener una posición independiente y se colocaron durante casi todo el tiempo a la cola de los reformistas y a la zaga de los acontecimientos. Cuando las circunstancias exigían orientar a los trabajadores, organizarlos, deslindar bien los campos y construir una sólida fuerza propia que le diera fundamento a nuestros planteamientos unitarios, los compañeros se dejaron enredar en interminables negociaciones sobre el problema de la unidad. Entre tanto, los reformistas estrechaban vínculos con los trabajadores, maniobraban con la CTV, trabajaban para aislarlos, organizaban planchas para reclutando a los obreros avanzados, etc. Cuando los compañeros se dieron cuenta de las maniobras de los reformistas, ya no tenían tiempo ni para organizar una plancha. Entonces, en gesto de típica desesperación e impotencia pequeñoburguesa, culminaron esta cadena de errores con un extemporáneo llamado a votar nulo; en tercer lugar, haciendo gala de una ética pequeñoburguesa, los compañeros, frente a la labor de reclutamiento emprendida por el MAS y el MIR se limitaron a decir que eso era oportunismo y se cruzaron de brazos. Es decir, en lugar de desarrollar una política propia, se limitaron a «salvar» la «pureza» revolucionaria, condenando lo malo; en cuarto lugar, tal como lo señalamos, remataron los desaciertos proponiendo a los trabajadores (en forma inconsulta con la Dirección Nacional y con el conjunto del colectivo de la región), una táctica que no se correspondía con las expectativas y deseos de los trabajadores. Fue necesaria la intervención de la Dirección Nacional para que los compañeros se dieran cuenta de que los trabajadores rechazaban esta táctica y se produjera una rectificación, pero ya no había

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tiempo para hacer mucho. En aras de no dividir más el frente de los trabajadores y responder de alguna manera a las aspiraciones unitarias de éstos, decidimos aplicar una política de apoyo crítico a la plancha Nº. 5, promovida por el MIR. Ni uno solo de nuestros trabajadores del hierro formó parte de la plancha Nº 5, ni uno solo de nuestros trabajadores participó en componendas burocráticas. Apoyamos una plancha porque nuestro compromiso esencial era y es con los compañeros trabajadores del hierro. En ningún momento ocultamos nuestras críticas a la organización que dirigía la plancha. Criticamos seriamente ante los compañeros trabajadores al carácter sectario, prepotente y la actitud marcadamente reformista de la dirección de la organización que presentaba la plancha Nº. 5. Les dijimos también a los compañeros obreros que teníamos confianza, que teníamos fe en su fuerza y sabíamos que tarde o temprano, ellos no sólo derrotarían a la reacción sino que también derrotarían al reformismo (aplausos). Esta experiencia que acaba de vivir nuestro movimiento en la zona del hierro, tiene una gran importancia para el futuro de nuestro trabajo. Valientemente reconocimos que teníamos una práctica que no recogía los deseos de los trabajadores; valientemente rectificamos esta práctica y nos lanzamos a decirle a los compañeros trabajadores que nuestra posición no era correcta y que habíamos decidido darle pleno apoyo en la lucha por derrotar a la burocracia sindicalista, ¿y cuál ha sido el resultado de esa política? Es posible que los politiqueros y los sindicalistas todavía no se hayan detenido a pensar en la significación de los resultados de las elecciones del hierro. Después de quince años, la oposición socialista, el movimiento progresista, logra arrebatar a Acción

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Democrática el control absoluto del sindicato de los trabajadores del hierro. En los años pasados estos sindicatos, más que sindicatos, eran agencias del robo y del chantaje ejercido por los sindicalistas. Ahora la oposición ha conquistado mayoría en el sindicato. Los trabajadores del hierro no sólo han rechazado a los sindicalistas de AD y Copei, sino que también han rechazado la renegociación capitalista del hierro y con su ejemplo en las elecciones, le han dicho a toda la clase obrera venezolana, a todo el pueblo, que se ha cometido un nuevo fraude con esto de la llamada nacionalización del hierro. Lamentablemente las posiciones sectarias que acabamos de denunciar impidieron que fueran derrotados en toda la línea los representantes de la burguesía en estas elecciones. Sería una muestra de auto suficiencia e infantilismo atribuirnos la paternidad de lo logrado por los trabajadores. Pero es innegable, pese a los errores cometidos, que la perseverante labor de denuncia desarrollada por la Liga Socialista a través de mítines, declaraciones, volantes, visitas casa por casa, nuestra prensa nacional, etc., contribuyó significativamente al rechazo que dieron los trabajadores a los sindicalistas de AD y Copei. Lamentablemente, los errores impidieron que ese rechazo, que contribuimos en grado importante a desarrollar, se elevara al nivel de consciencia socialista verdadera. Llegamos al primer Pleno Obrero Nacional con esta importante experiencia, que trataremos de aprovechar al máximo. Estamos seguros que los compañeros trabajadores del hierro que recibían a nuestros brigadistas de Zulia, Valencia, Barquisimeto, Caracas,

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Cumaná, Puerto la Cruz, Ciudad Bolívar, Maturín, en las visitas casa por casa, habrán oído un mensaje lleno de fe y confianza en la lucha, de labios de un grupo de revolucionarios no a pedirles que votaran para que unos hombres ocupen un sillón en el sindicato, sino a pedirles que se organicen y que tomen posición de clase del proletariado, condición indispensable para la lucha de la clase obrera orientada a la toma del poder político. Yo creo, camaradas, que esta es la mejor ofrenda que se le puede hacer al primer Pleno Obrero Nacional, ahí tienen los compañeros trabajadores que participan de este primer Pleno y nuestros cuadros revolucionarios un ejemplo importante. Ahí tenemos también, un cúmulo de errores y algunos aciertos para que los interpretemos y tratemos de salir adelante (aplausos). Estamos tratando de cumplir el compromiso de colocar el trabajo obrero en un lugar dominante. Desde el mismo momento que terminó a primera Asamblea Nacional, nos hemos dedicado a estudiar en forma detenida la mejor manera de vincularnos seriamente con los compañeros obreros. En este sentido, hemos llevado algunos de nuestros mejores cuadros a reforzar el trabajo con los obreros y nos hemos lanzado, no sólo a ganar posiciones en los sindicatos, sino también a conquistar la consciencia de la clase obrera con la ideología proletaria, a fin de que nuestra organización, al formar compañeros de extracción obrera, en un futuro próximo sea dirigida por hombres que proceden directamente de esta clase (aplausos); y si nos proponemos esto, no lo hacemos de los dientes para afuera. Ustedes han oído a varios compañeros obreros, militantes de la Liga Socialista, interviniendo en este acto de instalación. Estos compañeros empiezan a consolidarse

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y formarse como los futuros cuadros de este movimiento y a ser también protagonistas de la tarea de formación del partido de los trabajadores, marxista-leninista y del proletario. No nos estamos planteando, y esto desde un primer momento ha quedado claro, una tesis obrerista, una tesis demagógica, que pretende que los compañeros obreros sólo por ser obreros ya son revolucionarios. Los obreros no son revolucionarios por ese solo hecho, es en la medida que asumen la posición de clase proletaria y el marxismo-leninismo como guía para la acción revolucionaria (aplausos) cuando se convierten en verdaderos revolucionarios. Para los demás compañeros que militamos en esta organización, está también planteada una importante cuestión: avanzar en el proceso de nuestra proletarización que significa pensar como la clase obrera, actuar como actúa la clase obrera, vivir como vive la clase obrera; es el momento de comenzar a romper con esos viejos esquemas burocráticos, con esos viejos esquemas pequeñoburgueses, que tanto daño hacen a esta y otras organizaciones del campo revolucionario. Y si nos estamos planteando estos propósitos es precisamente porque no nos chupamos el dedo frente al enemigo de clase. Porque sabemos que el mundo se encuentra dividido en dos bandos irreconciliables, en dos bandos que se odian a muerte: la burguesía y la clase obrera (aplausos). Como sabemos que esta es la situación, como entendemos que la burguesía mantiene sus organizaciones para tratar de profundizar la explotación y la opresión del obrero, también entendemos cuál es nuestro deber, es decir, el deber de profundizar las tareas de formación de consciencia proletaria, de organización de núcleos proletarios que sirvan de base a la construcción del partido

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revolucionario de la clase obrera. Nos enfrentamos a una clase, la burguesía, que siempre ha dejado tras de sí una estela de sangre y de explotación. Desde que existe como clase social, la burguesía ha robado, matado, aniquilado pueblos y culturas enteras, provocado guerras mundiales con millones y millones de muertos y mutilados, etc. Esa conducta criminal se origina en el afán principal de los burgueses, que no es otro que la acumulación de capital, de riquezas, de dinero, etc.; para lograrlo, la burguesía necesita explotar más y más a los obreros, a los trabajadores y a todos los pueblos dependientes y coloniales del mundo. Hoy cuando el sistema capitalista se encuentra de repente en una situación sumamente difícil, legiones de trabajadores activos y desempleados comienzan a señalar sus llagas al capitalismo y a movilizarse en su contra. Es por eso que los imperialistas norteamericanos, franceses, ingleses, holandeses, japoneses, etc., elevan cada vez más su política agresiva contra los pueblos explotados y oprimidos del mundo; por eso es que ese criminal llamado Francisco Franco, que no termina de morirse, llevó al patíbulo a varios revolucionarios españoles y vascos. Es por eso que en Portugal la burguesía y los partidos reformistas tratan de impedir que se avance en el proceso de formación de una vanguardia proletaria que garantice de verdad, verdad, que en Portugal sea derrotada la burguesía, el imperialismo y los representantes del revisionismo soviético. Es por eso que en los países del Asia se trata de contener la oleada revolucionaria de la clase obrera que utiliza todas las formas de lucha, como acaba de ocurrir en Vietnam, en Camboya y en Laos para liquidar la dominación imperialista. En Francia, en Italia, en Inglaterra y en todos los países capitalistas de Europa Occidental, las huelgas obreras anuncian día a día, como un presagio, la tormenta que finalmente barrerá con el sistema de

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explotación y dominación capitalista. En América Latina la clase obrera levanta también la resistencia, levanta la resistencia en Argentina con las huelgas de Córdoba, una de las principales ciudades obreras de Argentina, en el propio Buenos Aires y en otras provincias. La clase obrera argentina consciente de que la burguesía y el imperialismo han mantenido su dominación en los últimos años por medio de una serie de gobiernos que no representan sus intereses, hace serios esfuerzos por organizarse y por avanzar hacia la conquista del poder. Es por eso que en Uruguay la clase obrera también hace esfuerzos por recuperar su capacidad organizativa tratando de rectificar los errores del pasado. En Chile, luego del zarpazo del imperialismo norteamericano y la burguesía chilena, luego de la derrota del 11 de septiembre, la clase obrera y sus organizaciones revolucionarias, sus organizaciones de vanguardia, levantan día a día la bandera de la resistencia popular contra la dictadura militar de Pinochet, y no levanta esas banderas para proponer que se vuelva a establecer ese paraíso de la pequeña burguesía que son los Gobiernos reformistas, pseudosocialistas que no saben a chicha ni a limonada, pero que finalmente representan los mismos intereses de dominación de la burguesía. Hoy en día la resistencia popular chilena indica, con toda claridad, la necesidad de acumular fuerzas, de enfrentar la dictadura, la necesidad de organizarse para conquistar también en Chile el poder para el proletario, el poder de la clase obrera. En Bolivia, Ecuador, Colombia, los combates también aumentan y se recuperan las luchas de la clase obrera. En Venezuela la situación está a la vista de todos nosotros; un gobierno burgués reaccionario, que representa al imperialismo norteamericano y a la gran burguesía nativa, mantiene una política que está simplemente al servicio de la explotación de la clase obrera venezo-

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lana y del pueblo en general. Los indicadores no lo pueden ocultar, un gobierno que gana las elecciones con la cantidad de votos que todos conocemos, se ha ido en picada en menos de dos años, y a estas alturas lo que hace es alimentar más y más la oposición, un gobierno que se presentaba ante el país con un gran poderío económico, que hacía alarde de los millones y millones que posee, se encuentra de repente cogido en su propia trampa; los 40 millardos de bolívares de presupuesto no le alcanzan a esta burguesía avarienta y a su gobierno para avanzar en sus grandes negocios, para meterse al negocio siderúrgico, al negocio petroquímico, etc. Lo que quiere decir que la burguesía usa ese dinero no para desarrollar una política al servicio del pueblo venezolano, sino para sus planes de inversión capitalista, para la acumulación de mayor capital. Sin embargo, y para sorpresa del pueblo venezolano, ya empiezan a hablar de que necesitan empréstitos, por eso de repente dicen que se acabó la bolsa de los billetes que tienen para su política agrícola, por eso es que ese señor, ese mafioso llamado Pedro Tinoco, todos los días presenta ante el país «nuevos elementos del esquema desarrollista» que la burguesía adelanta en Venezuela. Como parte esencial de este plan económico, la burguesía y su gobierno desarrollan una represión cada vez mayo contra el movimiento popular revolucionario. «Si caemos en el combate otros valerosos camaradas continuarán el camino» No hay huelga obrera en este país que no haya sido reprimida cuando alcanza un nivel de enfrentamiento con el capital. Hace poco los compañeros obreros de Uniroyal en Valencia fueron vícti-

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mas de una violenta agresión por parte de la DIM, la Disip, la PTJ, la Policía Metropolitana, la Guardia Nacional y las bandas armadas de Acción Democrática. Hace poco los compañeros obreros textiles de Maracay fueron víctimas también de un cerco represivo. En los barrios de Caracas, en los barrios de Venezuela, no pasa un día sin que no le metan un tiro en la cabeza a uno de sus habitantes, no pasa un día sin que inventen miles de formas represivas contra los habitantes de las barriadas populares y contra los militantes del movimiento popular y revolucionario. En este acto, por ejemplo, hay agentes de la Disip, nosotros sabemos que están aquí con la finalidad de provocar, de tomar los rostros de los compañeros militantes del movimiento popular, lo hacen con la finalidad de ganar el salario de la muerte, el salario del terror, de atemorizar a los revolucionarios, pero evidentemente, que esos agentes de los cuerpos represivos que están en este acto, en el fondo son cobardes, ellos saben que a pesar de que torturen, de que maten, la revolución no morirá jamás; ellos saben que han asesinado. Ellos mataron a Márquez Finol, por ejemplo, pero le temen a Márquez Finol; mataron a Fabricio Ojeda, pero le temen a Fabricio Ojeda; mataron a Chema Saher, pero le temen a Chema Saher; mataron a Víctor Soto Rojas, pero le temen a Víctor Soto Rojas; mataron a Noel Rodríguez, pero le temen Noel Rodríguez; ellos torturan; hace pocos días torturaron a cinco militantes de la Liga Socialista, pero ellos le temen a esos cinco militantes de la Liga Socialista, y ¿por qué estos envilecidos traidores del pueblo venezolano, de los cuales hay algunos en este acto, le temen a quienes han asesinado y a quien torturan? Les temen y nos temen porque somos el futuro, nos temen porque saben que tarde o temprano el

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poder será para los trabajadores (aplausos), nos temen porque saben que la clase obrera es la constructora del futuro de felicidad de los trabajadores, de los pueblos del mundo, y porque en cada militante revolucionario que torturan o asesinan, se revela su cobardía, su miseria moral y el envilecimiento a que los ha conducido su papel de perros de presa al servicio de los explotadores. En cada militante que hostigan y persiguen, se levanta con mayor firmeza la disposición de combate de la clase obrera, de los trabajadores y de todas las clases explotadas. Saben que Miguel Enríquez sigue peleando en Chile a través de la resistencia popular (aplausos) y saben que mantendremos en lo alto la moral revolucionaria, que mantendremos con firmeza una política dirigida a enfrentar este Gobierno hambreador y asesino del puedo venezolano (aplausos), que esos cercos represivos que se están levantando contra la Liga Socialista debemos enfrentarlos también. Hace poco fueron interrogados en la Disip, varios compañeros militantes de la Liga Socialista de Caracas. Allí les dijeron que ellos sabían que la Liga Socialista era una organización subversiva, que en estos momentos no podían lanzarse contra todos nosotros, pero que esperarían el mejor momento para hacerlo. Nosotros queremos decirles que esto no es noticia. Sí, somos subversivos como lo hemos dicho miles de veces (aplausos). Somos subversivos porque no se admite socialismo sin subversión, por eso, sí, somos subversivos. Esta es la razón por la que los cuerpos represivos, los perros de presa de la burguesía, se lanzan contra el movimiento popular y contra el movimiento revolucionario día a día. Nosotros estamos claros en eso, sabemos que nuestro deber es enfrentar esta represión y no lo decimos, compañeros, por hacer frases. Muchos de los que aquí están ya han pasado por la cárcel, ya ha pasado por la tortura,

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muchos de los que aquí están han tenido la oportunidad de ver a sus compañeros más íntimos muertos, heridos o presos; entonces, que sepan los perros de presa de la burguesía, que sepan estos puercos que representan el capital, la opresión y que se enfrentan a lo mejor contra ellos mismos (porque la mayoría proviene de sectores explotados, pero se han envilecido, se ha degradado al extremo de que dif ícilmente pueden ser considerados seres humanos honrados), que sepan que no le tememos a la muerte, que no daremos ni pediremos cuartel, que llevaremos la lucha por el socialismo hasta sus últimas consecuencias. Y si caemos en el combate, otros valerosos camaradas continuarán el camino. De eso estamos seguros. Esta situación obliga entonces a redoblar nuestro trabajo revolucionario. Se nos reprime fuertemente porque nos hemos lanzado a una política que se aparta del reformismo con toda claridad, lo que no quiere decir que no cometamos errores reformistas en algún momento del desarrollo de nuestra política; pero la pelea contra el reformismo, como lo hemos dicho muchas veces, está cazada a muerte. Está cazada a muerte no porque le tengamos ojeriza a tal o cual dirigente, sino porque el reformismo es el emisario de los explotadores en el seno de la clase obrera, porque los reformistas hacen la labor de zapa en el seno de la clase obrera, adormecen a la clase obrera, presentan una falsa envoltura de lucha y de revolución pero lo que hacen es afincar más el poder de dominación de la burguesía sobre la clase obrera y el conjunto de las masas. Para quien lo dude preguntamos, ¿cuántas huelgas obreras han traicionado los reformistas? ¿Cuántas veces se han metido en las fábricas a susurrar? Pero no como decía en bandido

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de Betancourt, a susurrar en forma conspirativa, sino a decirle al obrero que no luche porque son los anarquistas los que lo llevan a luchar, que dejen las cosas quietas que ellos discuten eso con la empresa. Le dicen además: «así tú te evitas problemas, anda por la casa del partido esta noche o ve mañana», ¿cuántas veces no se ha planteado este tema? ¿Cuántas veces no han atentado contra la unidad obrera? Lo hicieron en la Uniroyal, en las textiles de Maracay y lo acaban de hacer en las elecciones del hierro, como lo acabamos de informar. También está claro que nos apartamos del «foquismo» porque creemos que al igual que el reformismo no tienen nada que ver con el marxismo-leninismo el cual, en la lucha por el socialismo revolucionario, está ligado como la uña al dedo, con la clase obrera. Y porque estamos plenamente convencidos de la necesidad de lanzarnos al interior de la clase obrera y del conjunto de las masas para ganar su conciencia y organizarlas para la toma del poder, somos contrarios al «foquismo» pues éste es la negación y la imposibilidad de lograr todo esto. Levantamos una política enfrentada al reformismo y al «foquismo», dirigida a acumular fuerzas para el movimiento revolucionario, dirigida a preparar mejor nuestras fuerzas, a sembrarnos en la clase obrera, a construir núcleos proletarios indestructibles en su seno, lo cual nos permitirá influir orgánicamente en la promoción y dirección de sus luchas y al mismo tiempo, mantener esa influencia en cualquier circunstancia que nos plantee el desarrollo de la lucha de clases. No nos hacemos ilusiones tampoco con gobiernos como el que rige en Venezuela. Nos permiten hacer este acto, es cierto; pero esto no es gratuito. Se trata de que la situación que tienen les amarra un poco las manos. Ellos no pueden acabar de la noche a

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la mañana con el movimiento popular venezolano que hace actividad legal y abierta como lo cumplimos nosotros; ellos tienen que mantener, debido al estado actual de la lucha de clases en Venezuela, una política de hostigamiento abierta y encubierta de nuestros militantes, de apresarlos en cualquier oportunidad para torturarlos, para matarlos… Se preparan igualmente para el zarpazo final; nosotros no podemos hacernos ilusiones con la legalidad de esta burguesía ladrona, tracalera y asesina. Levantamos también con firmeza la bandera de la unidad revolucionaria, la bandera de la identidad en la lucha al lado de la clase obrera; la bandera de la clarificación ideológica del movimiento revolucionario venezolano, la bandera del enfrentamiento ideológico entre los revolucionarios, la bandera de la lucha ideológica fraternal, la bandera de la confrontación de las experiencias y de la disposición a marchar hombro a hombro para la formación del partido revolucionario de proletariado. Sólo un partido marxistaleninista, dirigido por la clase obrera y armado de la ideología proletaria, será capaz de enfrentar victoriosamente a la burguesía. La experiencia internacional, compañeros, nos lo indica cada vez con mayor claridad. En este sentido, es bueno recordar que la primera revolución bolchevique triunfante de la clase obrera y armado por la ideología proletaria. En otros países del mundo, donde ha habido pretendidos cambios revolucionarios como por ejemplo en Perú, la burguesía sigue gobernando, la burguesía sigue explotando en nombre de un cierto progresismo liberal que no tiene nada que ver con la clase obrera ni con el socialismo.

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Finalmente levantamos de manera resuelta la bandera del internacionalismo proletario. Consecuentes con ello, asumimos plena responsabilidad, frente a la luchas que la clase obrera libra en el mundo entero; lo hemos dicho una y mil veces, no somos revolucionarios venezolanos simplemente, somos revolucionarios del mundo; estamos con los compañeros vascos que luchan por su independencia (aplausos); estamos con el pueblo de Portugal, que vive un momento histórico importantísimo y que trata de construir un partido marxista-leninista; estamos con el pueblo español, que resiste la dictadura fascista de la burguesía nativa y el imperialismo yanqui; con el pueblo uruguayo, con el pueblo chileno, con el pueblo argentino, con el dominicano, estamos con el pueblo de Brasil, estamos con el pueblo colombiano, y como lo dicen ustedes a cada momento, como lo decimos nosotros en nuestras consignas, en esta lucha a muerte no pueden haber fronteras (aplausos). Tenemos en este primer Pleno Obrero Nacional de la Liga Socialista, la importante responsabilidad de analizar el camino que hemos andado. Dejamos en este primer Pleno Obrero Nacional, la confianza de numerosos comités de obreros que la Liga Socialista mantiene actualmente en diversas regiones del país e informamos a los compañeros que no conocen muy de cerca nuestra política, que las delegaciones al Pleno Obrero Nacional están constituidas especialmente de compañeros obreros, de compañeros que laboran en las fábricas. Esta es la ilusión concreta de que nos estamos proponiendo realmente luchar por vincularnos a la clase obrera, por organizar a la clase obrera para marchar hacia la toma del poder. Por último, compañeros, nuestro grito de guerra: «El socialismo se conquista peleando».

Crisis del capitalismo

Soborno y corrupción, inseparables del Gobierno4

enezuela se ha convertido en el paraíso de los especuladores. El corrupto y decadente sistema capitalista genera una conducta delictiva por parte de los altos funcionarios del Gobierno, institutos autónomos, jueces, miembros de diversas instituciones del sistema, que han convertido el cobro de altas comisiones en métodos para el enriquecimiento fácil. Las empresas imperialistas respaldan sus negocios fraudulentos mediante el soborno de funcionarios del Gobierno y otros personeros que «facilitan» los trámites. Dirigentes de los partidos de la burguesía sirven de gestores del soborno, que constantemente es solicitado a las empresas capitalistas. El estado incuba y protege el soborno y la corrupción, los funcionarios se pelean para ser sobornados por las empresas capitalistas, las instituciones que el propio sistema capitalista ha nominado para castigar los hechos delictivos se hacen la vista gorda frente al problema o «anuncian que realizaran investigaciones y castigarán a los culpables», pero nunca aparecen los resultados de las investigaciones y jamás se somete a juicio a los verdaderos responsables de hechos delictivos. 4 Artículo publicado en Basirruque No. 14, marzo-abril de 1976.

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Existen algunas situaciones indicativas de este estado de corrupción administrativa, que se ha convertido en denuncia concreta contra el carácter del orden burgués. Hace algún tiempo el país fue conmovido por la denuncia que implicaba a altos funcionarios de las Fuerzas Armadas; destacando el general (R) Gustavo Pardi Dávila, ex ministro de la Defensa, en la venta de equipos militares en buen estado y adquiridos a elevados precios como chatarra; el caso levantó gran revuelo, se anunciaron investigaciones, se amenazó, una vez más, con castigar a los culpables, pero al poco tiempo el asunto fue carpeteado y no se volvió a hablar más de él. Recientemente ha quedado al descubierto el escandaloso hecho de la Occidental Petroleum, quien sobornó a altos funcionarios del Ministerio de Minas, de la OPEP y a parlamentarios para obtener un jugoso contrato de servicio en el estado Zulia. De este caso no se han presentado todas las manifestaciones, que son evidentes hechos delictivos, ni se han señalado a los altos funcionarios implicados en el soborno. El soborno petrolero, comprobado a la Occidental, es solamente una muestra de la irregularidad que ha animado las actuaciones de las diversas empresas petroleras; incluso durante la campaña electoral de 1973, la Creole subsidió parte de la campaña electoral de los partidos de la burguesía. En el Congreso Nacional ha sido presentado el caso por el diputado Siuberto Martínez, la respuesta no se ha hecho esperar. Bandas armadas, que actúan bajo la protección del Gobierno, han lanzado atentados contra la familia del mencionado diputado y aún no se conocen las medidas para castigar a los funcionarios implicados en estos atentados. Hay mucho movimiento en las altas esferas gubernamentales para tratar de encubrir este escandaloso

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acto, y el siempre agente de las petroleras, Pedro Tinoco, mueve todo su poder para evitar que la investigación se lleve hasta sus últimas consecuencias. Para el momento de publicar este periódico se presencia un hecho que deja la clara conducta delictiva de las empresas imperialistas. Una empresa monopolizadora del negocio del vidrio, según informaciones y documentos publicados en El Nacional y Últimas Noticias, ha realizado turbias negociaciones, apoyándose en el pago de soborno a altos funcionarios del Gobierno y a dirigentes de AD. La empresa, denominada Owens-Illinois, se ha validado, si nos atenemos a las informaciones mencionadas, de ciertas conexiones con personas influyentes en el Gobierno para hacer aprobar negociaciones lesivas al país. En el diario Últimas Noticias, edición correspondiente al 28 de marzo de 1976, es publicada la fotografía de un documento de la empresa Owens-Illinois según el cual, un alto funcionario de ésta da instrucciones a su representante en el país para que utilice los servicios del doctor David Morales Bellos a los efectos de aprobar algunas negociaciones. Llama la atención el hecho de que en la misma comunicación se indica el envío de la cantidad de 7 millones de bolívares. ¿Cuál es el destino de esta gruesa suma de dinero? ¿Será dedicada a sobornar? Creemos que ante estas denuncias se ha guardado extraño silencio. No entramos a opinar sobre el hecho que ha permitido el conocimiento de importante documentación reveladora de extraños «negocios» por parte de una empresa extranjera que atenta contra nuestro país, pero no podemos ignorar la gravedad de los hecho delictivos que se han señalado y estimamos que las auto-

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ridades competentes debieran proceder a realizar una exhaustiva investigación sobre los negocios de las transnacionales. Si una comisión comprueba que la Occidental ha sobornado, si hay documentos, publicados en la prensa, que dejan al descubierto el soborno por parte de la Owens-Illinois, ¿cuál será la situación legal de las numerosas empresas transnacionales que operan en Venezuela?

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Segundo mensaje presidencial: mayor dependencia, más hambre y explotación de los trabajadores5

n su segundo mensaje al Congreso Nacional, el señor Carlos Andrés Pérez dejó de lado sus anteriores consideraciones sobre un presunto «Estado social y democrático» reconociendo abiertamente la existencia y reforzamiento en nuestro país del capitalismo monopolista de Estado dependiente. Lo que no dijo o simplemente lo aborda como un hecho accidental en su mensaje, es que al lado de la creciente asociación entre las empresas transnacionales y la gran burguesía interna, se viene operando un escandaloso proceso de corrupción, sobornos y negocios que más bien le confiere a dicha asociación de carácter de un subasta o licitación fraudulenta, mediante la cual se le entrega el patrimonio nacional a las compañías transnacionales para ser saqueado por éstas.

Esta cuestión actualmente está siendo denunciada en el país es del conocimiento del Congreso Nacional, la Contraloría y la Fiscalía General de la República. De esas denuncias y de las investigaciones que ha venido adelantando la comisión investigadora 5 Artículo publicado en Basirruque No 14 marzo-abril 1976.

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del Congreso que preside el diputado del MEP, Siuberto Martínez y la propia Contraloría se evidencia que en estos hechos están involucrados altos representantes de los sectores empresariales, de los partidos de la burguesía y de medianos y altos personeros del gobierno de CAP-Fedecámaras. CAP en su mensaje no dejó de observar el papel significativo que ha entrado a jugar el Estado burgués como gran patrón, todo ello con el fin de advertir (amenazar) a los trabajadores, fundamentalmente de la industria petrolera, petroquímica, del hierro y siderúrgica contra cualquier intento serio de lucha en defensa de sus derechos. Los obreros petroleros, nuevamente, como tantas veces los del hierro, ven negada cualquier posibilidad de reconocimiento gubernamental a sus reivindicaciones y conquistas contractuales, al tiempo que se mantiene la actual política de despidos y secuestro de prestaciones. Este discurso sólo representa la confirmación de que los explotadores: imperialismo —burguesía interna— Estado capitalista, mantienen, y de ahora en delante de manera inflexible, su política de congelación de salarios que contempla además un progresivo incremento de la tasa de sobrexplotación de los trabajadores venezolanos. Si a esta situación sumamos los efectos del alza incontenible del costo de la vida sobre el salario real de los trabajadores, nos encontramos con que dentro de la realización de los actuales planes económico de la burguesía interna y el imperialismo, al pro-

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letariado y al conjunto del pueblo trabajador venezolano, se le ha condenado entregar una altísima cuota de explotación, hambre y sufrimientos de todo tipo, entre ellos, los derivados de la represión que tenderá a ser cada vez más feroz y criminal en la medida en que se vaya expresando la protesta y la resistencia general de los explotados. El costo de la vida alcanzará, tal como se desprende del mensaje de CAP, proporciones imprevistas tras el anunciado aumento de los servicios relacionados con la salud, de las tarifas de agua, electricidad, gasolina, aseo urbano, vivienda, transporte (este sufrirá los efectos de aumento de precio de las unidades y la gasolina) etc. De esta manera, los trabajadores seguirán padeciendo no sólo la insuficiencia e ineficacia de los servicios públicos de salud, sino que se ven enfrentados ahora al hecho ya consumado de tarifas que le cierran todo acceso a los mismos. De igual forma los planes de vivienda se orientan a continuar estimulando principalmente a las urbanizaciones privadas y de ninguna manera señalan medidas para el control de la especulación de las tierras urbanas y el mercado de la vivienda. También amenaza CAP a las masas populares con nuevos aumentos de precios en los artículos de origen agropecuario, debido a la puesta en práctica de una progresiva eliminación de subsidios y al impulso de una política crediticia dirigida a favorecer a la gran burguesía agroindustrial y en detrimento de los pequeños productores agropecuarios. En relación al problema petrolero, petroquímico, del hierro y siderúrgico, el mensaje de CAP no hace sino ratificar el carácter

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entreguista de su política. Las colocaciones petroleras en el mercado exterior, particularmente norteamericano, presentadas por el Gobierno como signo de estabilidad en la producción petrolera, se efectúan sobre la base de aceptar una notable reducción de su valor real, por efectos de la inflación importada, y a cambio de un reforzamiento de nuestra actuación dependiente y neocolonial. A los onerosos contratos de mercadeo y asistencia tecnológica celebrados con las ex concesionarias, se suman ahora los proyectos de endeudamiento por más de 50 millardos de bolívares —para serles revertidos a los monopolios extranjeros mediante la importación inflacionaria de maquinarias, materias primas y bienes intermedios— y de constitución de nuevas empresas mixtas en las industrias petroquímicas y siderúrgicas. La cosa no queda allí, el Gobierno se esfuerza por pregonar los futuros planes de explotación de la faja petrolífera del Orinoco, los cuales por todos los antecedentes que rodean su explotación y los propósitos descarados de las ex concesionarias y el Gobierno norteamericano, sabemos comprometidos de antemano. Los planes de constitución de empresas mixtas en la petroquímica y siderúrgica son establecidos mediante la división de los productos petroquímicos en tres categorías y en dos la industria siderúrgica —de procesos básicos y de procesos no básicos. El llamado tercer grupo de productos petroquímicos ni siquiera se somete a porcentaje alguno para la constitución de empresas mixtas y como grupo tampoco requiere para ello de la aprobación por el Congreso Nacional.

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La designada industria siderúrgica de procesos no básicos —la cual, partiendo de productos semiterminados o productos planos, transforma en acero en cabillas, alambrón y alambres, perfiles, tubos sin costura y rieles o aquella que se dedica a la fabricación de aceros especiales y arrabios para fundición— es precisamente la más cercana al mercado y en ella ni siquiera el Gobierno se toma la molestia de establecer limitaciones porcentuales de participación del capital privado o el requisito de aprobación previa por el Congreso Nacional. De manera que, como en el petróleo y el hierro, en la petroquímica y la siderúrgica, el Gobierno también se suelta el moño con las empresas mixtas. José Gerbasi, en su columna económica inserta en El Nacional en 21/03/76, asienta el juicio del imperialismo y la gran burguesía: «En Fedecámaras se insiste en que hay confianza; que el Mensaje Presidencial robusteció ese proceso de confianza y que la economía mantiene un crecimiento más bien acelerado, con una nueva y amplia propensión a invertir. Otro complejo industrial privado se está creando en el país con grandes inversiones para generar nuevos polos de desarrollo en escala nacional. Esto lo comenta la economía privada —Fedecámaras— que generalmente suele estar en actitud quejosa». Más claro no canta un gallo: el gobierno de CAP-Fedecámaras sólo sirve a los intereses del imperialismo y la gran burguesía interna. En lo que respecta a la situación educativa del país en el mensaje de CAP se reafirma y precisan los lineamientos que vienen orientando la política de reestructuración burguesa de la educación.

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Sin rubor ha anunciado el cupo, la tecnocratización, el cerco presupuestario a las universidades implementando por el CNU mediante la resolución sobre reducción de gastos en las universidades, «autofinanciamiento» dentro de la línea propugnada por Pinochet y el proyecto de pautas contras los trabajadores universitarios —y la conversión de todo el sistema educativo en un simple instrumento de preparación de mano de obra barata y calificada. Por lo demás, es falso que la incorporación de aprendices sea promovida en función de liberar tiempo para la recreación y estudio del resto de los obreros; ello, hasta ahora, sólo ha servido para intensificar la explotación de unos trabajadores que bajo el rótulo de aprendices, reciben pagos por debajo del salario básico. Así viene ocurriendo en Sidor donde además ha comenzado la implementación de la jornada de setenta y dos horas, echando por tierra la vieja conquista de las cuarenta y ocho horas semanales como jornada máxima de labor. La anunciada apertura de las escuelas técnicas e industriales, dentro de estas circunstancias no constituye motivo de regocijo para las masas populares. Por último, la pregonada y falsa política de austeridad del gasto público golpeará también a los trabajadores del Estado dando continuidad a la aplicación del Instructivo Presidencial sobre Congelación de Salarios y Empleos Vacantes, y a nuevas medidas de restricción en la utilización por ellos de algunos servicios e instrumentos de trabajo. Por su parte, la burocracia parasitaria y profesionales privilegiados de la burguesía y pequeña burguesía contarán con nuevos ministerios para calmar su ocio y sus bolsillos con el producto del esfuerzo de nuestros trabajadores.

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Por todo lo expuesto, la Liga Socialista ratifica su decidida oposición a los planes de expansión capitalista —dependiente, de súper explotación de los trabajadores y de opresión de la mayoría empobrecida de nuestro país por parte del presente gobierno de CAP-Fedecámaras-Imperialismo.

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Petr贸leo

Tesis de una nacionalización fraudulenta6

ueremos saludar la extraordinaria iniciativa de los estudiantes y profesores de la Escuela de Petróleo, de la Facultad de Ingeniería. Nos parece que actividades como estas permiten evidenciar la combatividad que existe entre los estudiantes, obreros, intelectuales progresistas y distintos sectores populares, y contribuyen a interpretar desde un punto de vista objetivo, lo que está ocurriendo en Venezuela. Esto tiene más importancia, relevancia y provecho que los prolongados e inútiles debates del Congreso Nacional y las manipulaciones burocráticas que han venido adelantando durante mucho tiempo tantos los sectores reaccionarios como los reformistas, los cuales han pretendido encerrar la cuestión petrolera en discusiones entre técnicos y dirigentes de sus partidos. El problema de la nacionalización petrolera, independientemente de sus implicaciones técnicas, tienen esencialmente un contenido y explicación de carácter político, esto a pesar de que el 6 Intervención en el foro realizado en la Universidad del Zulia, Auditorio de la Facultad de Ingeniería, 18 de junio de 1975.

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Gobierno intenta enmascarar una posición política, una posición de clase, con el peregrino argumento de que es necesario analizar fundamentalmente los asuntos técnicos presentes en el problema de la nacionalización. Por supuesto, el Gobierno no cree eso, sabe y está consciente de que emprende la nacionalización de la principal industria del país, de la principal riqueza, atendiendo a las necesidades del desarrollo capitalista en la presente etapa obedeciendo a las aspiraciones de acumulación de ganancias de los grandes círculos capitalistas extranjeros, tomando en cuenta los intereses de la gran burguesía interna y del Estado capitalista venezolano. Esto es lo que hemos denominado la «triple alianza». Debemos comenzar por señalar que no hay ninguna novedad en esto de las nacionalizaciones que se vienen realizando y que seguirán cumpliendo en Venezuela y en otros países capitalistas dependientes. El problema tenemos que ubicarlo en la profunda crisis que está sacudiendo al sistema capitalista en escala mundial. No es necesario ser un estudioso de la economía, manejar las variables económicas, estar muy informado para enterarnos a través de la prensa, la radio y de todos los medios de comunicación de la burguesía que el sistema capitalista vive uno de sus peores momentos en su historia de explotación y de rapacería. El sistema capitalista desde hace algunos años ha entrado en un proceso en el cual lo están atenazando, le están golpeando dos males muy significativos: por un lado, la inflación galopante que ha llegado en todos los países capitalistas del mundo (haciendo una cifra promedio) a una tasa de 14% de inflación, aproximadamente, derrumbándose de esta manera los esquemas tradicionales de los economistas burgueses, quienes sostenían que el sistema capita-

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lista estaba en capacidad de controlar la inflación, que cuando ella llegara a una determinada tasa (el 4 o 5%) se aplicaría una serie de medidas defensivas, como el despido de obreros, por ejemplo, para aliviar la demanda en el mercado de bienes de consumo y de servicio. Pero esta fórmula de los economistas burgueses en esta oportunidad no tuvo efecto, con la presencia de otro elemento de la crisis, la recesión, que con sus secuelas de desempleo y cierre de empresas también se ha hecho presente en el mundo capitalista. Distintas plantas que fabrican automóviles en EEUU, Italia, Francia, Inglaterra y Japón han tenido que cerrar sus puertas y realizar despidos masivos de obreros. Entonces, compañeros, la inflación y la recesión están golpeando al sistema capitalista, enfrentando una crisis monetaria, energética y política importante. Dicho sistema se encuentra en una coyuntura en la cual necesariamente hay que buscar formas de reacomodo. El sistema tiene que buscar la manera de tratar de amainar sus problemas, porque si no, puede ser condenado a corto plazo, a su liquidación total. No se trata de exageraciones; la aplastante y brillante victoria histórica de los pueblos de Vietnam, Laos y Camboya (aplausos), confirma que el imperialismo no vive su mejor momento, que tiene una situación difícil en el mundo, que se encuentra golpeado por el avance de la revolución mundial y que los propios problemas internos, el propio germen de la destrucción que conlleva el sistema capitalista, lo están carcomiendo. En esa situación, el sistema capitalista provoca un reordenamiento en su sistema productivo, establece una nueva división internacional del trabajo; dentro de ese marco surgen como fórmulas salvadoras las empresas mixtas, los contratos de tecnología, los contratos de administración, el control del mercado mundial, etc.

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Para el capitalismo, para los centros capitalistas, es negocio en la presente etapa trasladar ciertas fases productivas a los países capitalistas dependientes, como en el caso de Venezuela. Por ejemplo, para los consorcios capitalistas de EEUU es más económico fabricar acero en Ciudad Guayana, donde tiene mano de obra barata, energía por cantidad y materia prima a la vuelta de la esquina, que hacerlo allí en los EEUU. Por eso, el señor Carlos Andrés Pérez habla de desarrollar una industria siderúrgica en la zona de Guayana, y de proyectos similares para otros lugares del país. Las empresas mixtas son en este momento, compañeros, el nudo de los nuevos planes de desarrollo neocapitalista. Las empresas mixtas, que como el nombre lo indica y como ustedes lo saben, no son sino un festín, un reparto de socios donde los consorcios imperialistas seguirán sacando los más elevados beneficios porque no arriesgarán lo que arriesgaban antes. El Estado capitalista seguirá fortaleciendo su poder financiero, participando más activamente en los negocios y la gran burguesía interna, que no hay que perderla de vista, también se beneficiaría, al participar en negocios tan importantes como el negocio siderúrgico, petroquímico, etc. Hemos dicho varias veces que el actual sector dominante de la burguesía interna ya no se conforma con solamente participar en el financiamiento de la producción de medias y zapatos; ya quiere entrar por la puerta grande de los negocios y aprovecha el momento de crisis del sistema capitalista, para presionar y obtener una mayor tajada de las ganancias, una mayor cuota de poder político y un peso significativo en la dirección de la economía. Aprovecha el momento de crisis para pedirles a sus socios del norte, a los EEUU, un mejor tratamiento. Ese es

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el secreto de las empresas mixtas, lo demás no son sino manoseos y engañifas. Esas empresas mixtas que implementaron para el hierro, el petróleo y que seguirán imponiendo en las distintas ramas de la economía, son la alternativa que en este momento se le brinda a la burguesía interna, al Estado capitalista y a los consorcios capitalistas. Por eso este Gobierno es pro imperialista con lo cual discrepo abiertamente del compañero del MAS que me antecedió, cuya opinión es de que el Gobierno cede a las presiones de la oligarquía, este es un Gobierno asociado a las empresas petroleras que vienen ejecutando, en forma consecuente, la política concentrada entre el Estado, la gran burguesía interna y el imperialismo norteamericano. Es por eso que este Gobierno hace cuestión de honor el problema de las empresas mixtas. Para este Gobierno no hay problema en hacer otras concesiones en el problema petrolero; puede entrar a discutir el menudo, el sencillo, pero la morocota es la empresa mixta y por eso el Gobierno va a aprobar las empresas mixtas para dirigir la industria petrolera. Veamos entonces rápidamente, la peregrina argumentación del Gobierno sobre el problema de las empresas mixtas. El Gobierno ha dicho que es necesario establecer empresas mixtas, en base a una serie de «leyendas negras» o de «cuentos gringos». Han dicho por ejemplo: en Venezuela no existen tecnología necesaria para manejar la industria petrolera. Yo les pregunto a los compañeros estudiantes y a los profesores de la escuela de petróleo ¿acaso ellos, junto con los demás estudiosos en la materia, no se sienten capaces de lograr con su esfuerzo una tecnología suficiente para manejar la industria petrolera venezolana? Ahora hay algo más, resulta que este gobierno lacayuno oculta la siguiente cuestión:

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tiene atada e hipotecada su gestión con el centro capitalista norteamericano; la tecnología que utiliza es la tecnología que traen la Creole y las demás empresas petroleras, ladinamente oculta; que la tecnología que se usa en Venezuela, es esencialmente la que implantan las empresas petroleras que es para petróleo liviano, el más rentable para los efectos de la acumulación de ganancias de las empresas petroleras. Ocultan que hay otros países en el mundo, países capitalistas como Japón y Francia, por ejemplo, que tienen tecnología avanzada, para petróleo pesado, del cual existen en Venezuela grandes reservas; que la Unión Soviética, Rumania y China Popular tienen también tecnología necesaria y avanzada que puede ser aplicada a nuestra industria petrolera con mayores beneficios para el país. Pero por supuesto, el Gobierno de hace la vista gorda por su dependencia y las amarras que tiene con el centro capitalista norteamericano. De modo que podrían establecerse planes que permitieran al país la adquisición de esa tecnología, lo cual echaría por tierra toda la peregrina y falaz argumentación del Gobierno y la burguesía. Ocultan también que para las empresas imperialistas, el problema de la tecnología es básico y decisivo, y por eso mantienen monopolizada la tecnología, por eso no la ponen al servicio de estas universidades y, verdaderamente, de este país. Otra de las «tesis» que han inventado estos señores se refiere a que «No hay personal suficiente para manejar la industria petrolera»; realmente compañeros, esto es el colmo del cinismo; sesenta años de explotación petrolera y estos Gobiernos pro imperialistas, que han existido en Venezuela no han sido capaces de

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implementar un sistema educativo que responda a las necesidades de nuestro desarrollo autónomo, de nuestro desarrollo soberano. Este argumento es una acusación contra el gobierno actual y contra los gobiernos que le han precedido, es como escupir para arriba, decir que no hay personal suficiente. ¿Por qué no preparan personal en estas universidades? ¿Por qué estas escuelas de petróleo siguen restringidas en el presupuesto y dotación? ¿Por qué se impone el cupo en las escuelas de petróleo? ¿Por qué no se establecen condiciones apropiadas para que legiones de jóvenes se preparen cono técnicos petroleros o ingenieros? La mayoría de los compañeros, tienen que ir al norte a estudiar en Texas, porque allí es donde está la tecnología y allá es donde las universidades están en capacidad de formarles. Entonces, aquí está el primer elemento que hay que señalar en el fenómeno conocido como «fuga de cerebros». Hay estímulos para llevarse los técnicos del país a los EEUU pues les ofrecen mejores sueldos, mayores ventajas que las que les ofrecen en este país. Es lo que se llama un verdadero «robo de cerebros», lo cual es algo brutal para la humanidad. Esto es lo que han hecho los imperialistas, los centros capitalistas. Por otra parte, analicemos estos datos: la industria petrolera tiene 28.000 trabajadores, 22.700 ubicados en las concesiones y 5.700 de las contratistas, el 97% de este personal es venezolano, tan sólo el 13% es extranjero y esencialmente norteamericano. La mayoría abrumadora del personal venezolano es la responsable de las operaciones de la industria. En las concesiones trabajan 2.500 profesionales de gerencia, ramas técnicas, administración y otros servicios. Si descontamos que 660 empleados extranjeros tienen algún tipo de disciplina universitaria, en caso de que esto

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fuese así, y que ocupan posiciones medias y altas de supervisión y de gerencia, quedarían 1.840 profesionales venezolanos distribuidos en los tres niveles alto, medio y bajo. Esto lo he tomado de un informe de la comisión operativa, que nombró el propio Gobierno, datos que este decidió ocultar al descubrir que dicha realidad niegue su política petrolera. Entonces, esto del personal realmente es un absurdo. Lo otro que hay decir con respecto al personal, es que de ese parte norteamericano, que viene a Venezuela con una alta preparación tecnológica, no la siembra en el país, ese personal hace como esos conquistadores bárbaros que arrasaban con la naturaleza. Estos tecnólogos, esos norteamericanos permanecen en el país un período de tiempo relativamente corto y luego las transnacionales los mandan para otros países donde requieran de sus conocimientos. La tercera leyenda señala: «No estamos en capacidad de dirigir la comercialización, porque la comercialización es un problema muy complejo». Esto que parece una «genial teoría», no resiste un análisis serio. El mundo está ávido de petróleo, los países de Europa Occidental tienen más necesidad de petróleo procedente del exterior que los EEUU (no hay que olvidar que los EEUU siguen siendo uno de los principales países productores de petróleo del mundo). Japón no produce petróleo, otros países latinoamericanos también necesitan petróleo; y Cuba necesita petróleo, entonces ¿por qué decir que es un misterio manejar la comercialización del petróleo? ¡Cuándo es posible elaborar un plan para colocar directamente en el exterior cantidades crecientes de petróleo!

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Hace meses estuvo aquí el ministro de Comercio de Irak, lo trajo la UCV para un postgrado. Ese señor es el que dirige la comercialización del petróleo iraquí, dio unas declaraciones a la prensa venezolana, donde dijo que eso de la comercialización, no era tan misterioso como decían las compañías transnacionales, porque ellos vendían su petróleo mejor que las concesionarias. Por supuesto que a esa información le concedió pocas columnas la prensa burguesa y pasó un poco por debajo de la mesa. Se dice también, «no tenemos tanqueros para transportar el petróleo» y algunos llegan al colmo del servilismo con el Gobierno, algunos que se dicen de oposición, al señalar muy cabizbajos «y saber que no se consiguen tanqueros en los grandes astilleros del mundo». Falso, compañeros, hoy en día los países capitalistas desarrollados y dependientes tienen necesidad de desarrollar su industria naviera, tienen necesidad de construir tanqueros. Venezuela puede comprar tanqueros porque hay ofertas suficientes en muchos lugares del mundo y eso lo dice también la subcomisión operativa en el folleto que le presentó a la Comisión Presidencial para la Reversión, hay capacidad para comprar tanqueros, hay recursos financieros y ¿por qué no los compran? No los compran porque estos señores van a implantar las empresas mixtas, por cuanto las petroleras las necesitan para seguir haciendo el negocio del siglo. Entonces, ese truco que inventó por allí URD, que decía: «Está bien, no hay empresas mixtas en el territorio nacional, sí se pueden construir empresas mixtas», no es más que un truco que considera idiota al pueblo venezolano.

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Esto quiere decir que la explotación, la extracción del crudo estará en manos del Estado y lo otro, lo principal, que es la comercialización, gran parte de la refinación, la venta de tecnología y el transporte, quedará en manos de las transnacionales. Eso es lo que oculta el planteamiento de URD «en aras de la patria», «de la soberanía nacional», haciendo una proposición que a muchos agarró fuera de base. No hay duda, pues, que las empresas mixtas, compañeros, son la forma más directa de establecer en este momento, la comunicación, el matrimonio de las empresas transnacionales, la gran burguesía interna y el Estado capitalista venezolano. Por eso cuando se integró la Comisión Presidencial para la Reversión, el Gobierno, los partido de la burguesía, algunas organizaciones reformistas, Fedecámaras, y Pro- Venezuela, comenzaron a decir que se había creado un «consenso» en el país para «nacionalizar» el petróleo. Yo quiero decir que tal «consenso», esa palabrita sacada de los diccionarios de Sociología y muy de moda, no es más que una falsedad, o en todo caso, un «consenso» para la entrega y la conciliación. Esto lo decimos porque ni el movimiento revolucionario ni el pueblo han tenido nada que ver con ese tal «consenso». ¿No hay aquí movimiento revolucionario? ¿Y esos compañeros que producen plusvalía en la industria petrolera? ¿Han sido consultados acaso los sectores populares para el establecimiento de un acuerdo de lo que se iba a hacer? No compañeros, yo creo que el señor Carlos Andrés Pérez aplicó aquí aquel refrán popular de que «perro viejo ladra echao». El señor Carlos Andrés Pérez montó una maniobra, nombró una comisión, tuvo a la comisión discutiendo durante muchísimo tiempo, las masas

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no se movilizaron por ningún lado, las organizaciones reformistas estaban pendientes de lo que decía la Comisión de Reversión y en el momento oportuno, aquí está el Proyecto de Ley, al cual el gobierno de CAP le reformuló el artículo 5° para acomodarlo mejor a las conveniencias e intereses de Fedecámaras y las transnacionales petroleras. Ahora bien, tampoco el proyecto de esta Comisión de Reversión podemos considerarlo como una cosa muy buena. Este proyecto contiene cuestiones que son contrarias al país, por ejemplo, el pago de una gruesa indemnización a las empresas transnacionales (o sea, que le van a pagar al que ha robado y saqueado el país durante sesenta años), a los responsables de robarse el petróleo, de la contaminación del lago de Maracaibo, de acabar con la naturaleza, de evadir impuestos fiscales, después de haber recobrado doce veces lo que han invertido en el país. Como recompensa por todo esto se les va a pagar una alta indemnización. Esto lo contiene el proyecto de la Comisión Presidencial y nosotros creemos que esto es un acto contrario al país, y en segundo lugar, es un hecho anticonstitucional, así como se los digo, compañeros, porque hay un artículo de la Constitución, repito, el artículo 250, donde está planteada una fórmula que se podría aplicar a las compañías petroleras. Ahí se dice: «El Congreso Nacional podrá decretar mediante acuerdo aprobado por la mayoría absoluta de sus miembros, la incautación de todo o parte de los bienes de esas mismas personas y de quienes se hayan enriquecido ilícitamente, al amparo de la usurpación, para resarcir a la República a los perjuicios que se le hayan causado». Yo le pregunto a Abdón

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Vivas Terán, a Copei, a AD, a todos los partidos que dicen que son respetuosos de la Constitución, por qué no aplican en el Congreso el artículo 250 (aplausos). Las empresas petroleras, y eso lo saben todos, han evadido impuestos fiscales como ya les dije. Incluso, tengo aquí la cantidad pero no la voy a dar porque me están apurando mucho con el tiempo. Hay fundamentos constitucionales para no pagarles a las compañías petroleras, y aquí es, entonces, donde está la diferencia entre una política realmente democrática y popular y una política que no tiene nada de democrática ni de popular. Por otra parte, el proyecto de la Comisión de Reversión contiene un elemento que nosotros no podemos dejar pasar por alto, el secuestro de las prestaciones sociales de los obreros petroleros. Y esto pareciera también que es una herejía. Cuando lo dijimos a raíz del fraude del hierro, se nos dijo que éramos dogmáticos y sectarios porque denunciábamos el secuestro de las prestaciones sociales de los obreros del hierro. Pero la experiencia de los trabajadores del hierro ha sido muy aleccionadora y confirmó todas nuestras apreciaciones. Una larga y dif ícil huelga tuvieron que efectuar los obreros de las ferromineras, para garantizar que les pagasen sus prestaciones y negociar en tornos a ellas una acuerdo en mejores condiciones que las que el Estado ofrecía. Como resultado de esa lucha, los burócratas sindicales adecos fueron expulsados del sindicato, pagando así su consecuencia para con las luchas de los trabajadores.

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Se dice que no se entregan las prestaciones a los trabajadores con la finalidad de protegerlos, de impedir que éstos las gasten en cuestiones no esenciales. Sí eso es cierto, ¿por qué no se permite que sea un consejo obrero (con las asesorías que esta considere necesarias y convenientes) el que administre las prestaciones de los trabajadores? ¿Por qué no se acepta que en forma democrática los trabajadores escojan este consejo? ¿Por qué no se permite que un consejo obrero electo democráticamente y supervisado por la asamblea de trabajadores sea el que administre las prestaciones obreras? No se admite esa proposición —en que hemos venido insistiendo—, porque existe la intención de convertir los fondos provenientes de las prestaciones obreras, en recursos financieros capitalizables a disponibilidad del Estado. Esta es la verdad. La mayoría de los sectores políticos nacionales han rechazado el artículo 5° del proyecto de ley de nacionalización de la industria petrolera. Sólo un sector de AD y el Gobierno, han hecho cuestión de honor la defensa de este artículo que permita que se establezcan, cuando las clases dominantes lo consideran conveniente, empresas mixtas. Pues bien, si la mayoría de la opinión nacional, incluido Copei, está en contra de las empresas mixtas, si todos los partidos de izquierda e importantes sectores de la vida nacional, consideran que en esos términos la nacionalización sería una nacionalización «chucuta», entonces ¿por qué no promovemos planes de movilización popular para estorbar los planes de negociación capitalista? ¿Por qué no nos incorporamos hombro a hombro, a

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una lucha de resistencia contra lo que está haciendo el Gobierno? ¿Por qué prefieren discusiones en Miraflores y en el Congreso Nacional y no se promueve la movilización popular? Por ejemplo, la reunión más inútil que ha habido en los últimos años fue la reunión de hace dos días en Pro-Venezuela. Una reunión donde Canache Mata iba a decir lo mismo que viene diciendo desde hace varios meses en el Congreso. Nosotros, la Liga Socialista, estamos discutiendo actualmente con varias fuerzas populares y revolucionarias e invitamos también a Copei, si están dispuestos a ello, a emprender un plan nacional, en rechazo a la farsa que va a montar el señor Carlos Andrés Pérez (aplausos), a estudiar la demanda de inconstitucionalidad de la llamada nacionalización a las empresas petroleras. Esto sería una política de contenido verdaderamente popular. Por eso yo termino diciendo, compañeros, que una cosa son las palabras, una cosa son las frases, una cosas son los discursos y otra son los desarrollos concretos de una política. Para nosotros no quedan dudas, para que el petróleo pueda ser venezolano, hay que hacer la revolución y desplazar a las clases ricas del poder (aplausos) y de otra parte, como nos pueden acusar de estrategicismo, de que nos van a salir barbas blancas antes de que se haga la revolución, también decimos que se inmediato es posible emprender una lucha a muerte contra el imperialismo norteamericano, contra las transnacionales, contra las empresas mixtas, para la cual invitamos a todas las organizaciones populares y democráticas a unir esfuerzos. La salida ante esta situación, compañeros, es decidirse a pelear, gracias (aplausos).

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El Gobierno cumplió con las petroleras y Fedecámaras7

l fraude de la nacionalización petrolera ha quedado totalmente al descubierto. Luego de un prolongado período de maniobras palaciegas, que permitieron al Gobierno, a las compañías petroleras y a los sectores de la burguesía, acomodar la Ley de Nacionalización Petrolera a sus intereses, ésta fue aprobada por el Congreso Nacional. Se repite así la historia seguida con la llamada nacionalización del hierro: el Gobierno despliega una intensa campaña publicitaria de corte demagógico para anunciar al país que procederá a «rescatar nuestras riquezas naturales y ponerlas al servicio del país», desarrolla negociaciones secretas con los consorcios imperialistas que determinan la forma de llevar adelante la «nacionalización». Ocurrió con el hierro, acaba de ocurrir con el petróleo y seguirá ocurriendo con otras riquezas. Una posición que se aparata del oportunismo y del sectarismo: Desde hace mucho tiempo definimos nuestra posición frente a los planes de desarrollo neocapitalista del país. Cuando Carlos 7 Artículo publicado en Basirruque, N° 10, junio-julio de 1975.

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Andrés Pérez presentó el Plan de Medidas Económicas, no vacilamos en denunciarlo como un instrumento beneficioso para el imperialismo y la gran burguesía interna, jamás nos hicimos, ni nos haremos, ilusiones con un Gobierno pro imperialista, reaccionario y burgués, por eso no caímos en la trampa que la burguesía tendió. Cuando se anunció la nacionalización del hierro, señalamos con toda propiedad que se trataba de una renegociación favorable a la Orinoco Mining Company (OMC) y la Iron Mines (Imcov) y a la gran burguesía interna, y desplegamos una campaña de denuncia y agitación del fraude que se iba a cometer, pusimos en la calle la consigna: «¡El hierro sigue siendo yanqui!» En esa misma oportunidad, ratificamos la denuncia de que se estaba negociando la llamada nacionalización petrolera, que el Gobierno tenía acuerdos con la Creole, Shell, Gulf y Chevron, que no eran anunciados al país, que era necesario enfrentar los planes del Gobierno poniendo en movimiento a las masas populares. Iniciamos también una activa movilización popular, poniendo por delante la consigna: «¡Movilización popular para una nacionalización sin empresas mixtas, sin pago a las petroleras y sin secuestro de las prestaciones obreras!» En diversas regiones del país hemos estado presentes con nuestra opinión y nuestros llamamientos a intensificar la movilización y la organización de las masas, para enfrentar los planes del Gobierno, las compañías petroleras y Fedecámaras. Nuestros planteamientos han sido muy claros Vivimos un importante momento en las luchas antiimperialistas del pueblo venezolano. La movilización popular constituye

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un elemente que decidirá el rumbo de las presentes jornadas. En consecuencia, es deber de los revolucionarios trazar orientaciones justas y objetivos precisos al combate de las masas. Si la política revolucionaria no encaja, con claridad, precisión, corrección y firmeza, dentro del actual proceso, los trabajadores quedarían conducidos por la política burguesa en contra del interés nacional. No basta entonces con establecer una definición general sobre la cuestión de las nacionalizaciones y su relación con la lucha antiimperialista y socialista. Es imprescindible penetrar en el campo de los conflictos concretos y ante cada aspecto, matiz o circunstancia plantear una alternativa de lucha proletaria. El problema de las nacionalizaciones no podemos contemplarlo al margen de la cuestión relacionada con la clase social que controla el aparato estatal. Una determinada rama o sector de la economía puede ser nacionalizada sin que ocurra ningún cambio esencial para la situación de explotación y miseria de la clase obrera. Por lo tanto, no podemos, en abstracto, aplaudir las nacionalizaciones. Por otra parte, cada nacionalización debe ser analizada y valorada dentro de sus condiciones concretas. El carácter de clase del Estado nos proporciona la guía general para definir nuestra posición. La coyuntura en que se desenvuelve la nacionalización, nos permite pasar del terreno de las definiciones que orientan nuestra lucha a largo plazo, al terreno de la acción inmediata. La nacionalización del petróleo planteada desde las esferas gubernamentales es una nacionalización burguesa y pro imperia-

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lista. Determinados sectores burgueses y pequeñoburgueses han planteado una posición diferente, una nacionalización burguesa que en cierta medida afecte los intereses del imperialismo y la alta burguesía venezolana. La nacionalización verdadera la hará la clase obrera Una nacionalización verdaderamente popular y socialista puede realizarse sólo si la clase obrera toma el poder y es destruido el Estado burgués-imperialista. Este objetivo será cumplido a través de una lucha larga y dif ícil. En cada momento se trata de asestar el mayor golpe posible a las fuerzas políticas y de clase que representan el enemigo principal del pueblo venezolano. Será posible así, ir reduciendo progresivamente la fuerza de la reacción e incrementando la fuerza de la revolución. Hemos dicho, asestar el mayor golpe posible a las fuerzas políticas y de clase que constituyen el enemigo principal del pueblo venezolano. Esto quiere decir que no nos plegaremos oportunistamente a una u otra fracción burguesa que se dispute la hegemonía en el control del aparato estatal; que no actuaremos colocando al pueblo a la cola de uno y otro punto de vista burgués. Se trata de que trabajemos por construir un sólido bloque de fuerzas populares capaz en un momento determinado, de inclinar la correlación de fuerzas a favor de los intereses auténticamente nacionalistas y proletarios. Para lograr esto es imprescindible, por una parte, enarbolar una política propia, marxista-leninista; y por otra parte desarrollar la necesaria flexibilidad para celebrar alianzas o acuerdos con sectores burgueses y pequeñoburgueses. Es imprescindible, en consecuencia, saber ser intransigente en las cuestiones

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esenciales y saber otorgar concesiones en aquellos puntos que no decidan el rumbo inmediato y a largo plazo de la lucha. No es posible, pues, en lo inmediato lograr una nacionalización socialista de la industria petrolera. En última instancia, el actual proceso de nacionalización se fraguará dentro de los moldes burgueses. Pero es posible golpear los intereses de la alta burguesía interna y el imperialismo norteamericano. Nuestra política es torno a la «nacionalización» del petróleo permite golpear al frente burgués-imperialista. ¿En qué debemos medir la victoria que el pueblo podría obtener? En primer lugar, hablamos de una victoria en términos políticos. Esta victoria se plantea a través de un esfuerzo que permita: a) Educar a las masas y elevar su consciencia antiimperialista y su fe en la victoria socialista como una alternativa frente a la presente situación de explotación. b) Incrementar la fuerza organizada de las masas y elevar al proletariado a los puestos de mando. Este incremento del poder del pueblo serviría tanto para respaldar sus aspiraciones inmediatas como para plantear las luchas futuras en mejores condiciones, en circunstancias en las cuales la correlación de fuerzas haya experimentado alguna variación a favor de las luchas revolucionarias. c) Un debilitamiento de la base de apoyo del Estado burguésimperialista.

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d) Si los objetivos anteriores se cumplen en lo inmediato en un grado importante, lograr la aprobación de una ley en la cual los intereses nacionales resulten consecuentemente consagrados. Consideramos que a la labor de educación y organización del proletariado —en relación al problema de la nacionalización petrolera— hay que darle un asidero muy concreto. En el curso del debate hay posiciones de clase muy definidas frente a las cuales no podemos guardar silencio o responder refiriendo la cuestión a los principios generales sobre las nacionalizaciones. Por qué nos opusimos a algunos aspectos del Proyecto de Ley presentado por la Comisión Presidencial La denominada Comisión Presidencial para la Reversión presentó un proyecto que reivindica ciertos aspectos progresistas. Sin embargo, en ella hay ciertas vacilaciones en el enfrentamiento a fondo de las posiciones pro imperialistas y ciertas inconsecuencias en lo que respectas al resguardo de las prestaciones «sólo podría ser retirado por el trabajador cuando termine su relación laboral», tampoco se deja claro el sistema a emplear que regirá dicho fondo; tenemos razones importantes para mantener nuestro desacuerdo con el artículo que refiere lo de las prestaciones si tomamos en cuenta lo ocurrido con los obreros del hierro, que debieron realizar dos huelgas en resguardo de las mismas. En otro artículo del proyecto se contempla el pago de indemnización a las compañías petroleras. Estamos en abierto desacuerdo con dicho pago; durante sesenta años esas empresas han

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explotado en forma irracional la principal riqueza del país, han recuperado más de doce veces el capital invertido, han evadido durante treinta años el pago de impuestos sobre la renta, han causado irreparables daños a la flora y fauna del país, estas son razones poderosas para que el Estado, amparado inclusive en su legislación, niegue el pago de indemnización. También tenemos cierta objeción al artículo 5º del proyecto de ley de la Comisión Presidencial de Reversión. El Ejecutivo Nacional consecuente defensor de los intereses de la alta burguesía y del imperialismo, introdujo en el proyecto presentado por la Comisión Presidencial para la Reversión, sustanciales reformas que alteran los aspectos progresistas de dicho proyecto de ley. Es ilustrativa la modificación de fondo que hace al artículo 5º para establecer con toda claridad el establecimiento de empresas mixtas que manejarán la parte más lucrativa del negocio petrolero. La formación de empresas mixtas en la Ley de Nacionalización Petrolera sella dicho proceso como burgués y pro imperialista y lo convierte en un fraude que afecta a los intereses nacionales. Los reformistas y su vocación de servicio a la burguesía: No es posible permanecer callados ante la dañina política seguida por los reformistas venezolanos, la posibilidad de unir fuerzas con ellos, no puede conducirnos a ocultar las críticas a su posición, haríamos un flaco servicio a los intereses del proletariado si así procediéramos. Desde el mismo momento en que Carlos Andrés Pérez presentó ante el Congreso Nacional el Plan de Medidas Económi-

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cas, saludado entusiastamente por el imperialismo y la burguesía, dirigentes del MAS se mostraron alborozados y entusiasmados dieron su apoyo al plan, y en declaraciones públicas manifestaron su acuerdo. Destaca la declaración del alto dirigente masista Eloy Torres, el primero de mayo de 1974, quien regodeado con la compañía de los burócratas sindicalistas y de los jerarcas del Gobierno, dijo: «Vengo porque considero que las medidas económicas tomadas por el Gobierno son intenciones que aún están en el papel y sólo la fuerza expresada por los trabajadores pueden hacerlas realidad. Como estoy con el pueblo, estoy aquí (…) Esta multitud —expresó refiriéndose al desfile— está demostrado que las medidas económicas anunciadas por el Gobierno son un anhelo popular y nacional que debe ser impulsado por los trabajadores» (El Nacional 2-5-74, pág. D1). ¡Ni Canache Mata hubiera hecho una apología tan tajante al plan de medidas económicas que impuso la burguesía! En base a ese Plan de Medidas Económicas ha venido actuando el Gobierno en su propósito de modernizar el capitalismo. La política de formación de las empresas mixtas está en la médula de dicho plan, que, como hemos dicho, fue muy bien recibido por los dirigentes reformistas. El Gobierno avanzó con mucha habilidad en sus propósitos fraudulentos. Construyó una Comisión Presidencial para la Reversión, que debía elaborar un proyecto de ley; durante casi un año los reformistas se dedicaron en cuerpo y alma a las discusiones secretas de la comisión y olvidaron por completo la necesidad de promover la movilización del pueblo, de desenmascarar los

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planes del Gobierno, las petroleras y Fedecámaras, de informar al pueblo lo que se discutía en la llamada comisión presidencial. Una vez culminado el trabajo de la mencionada comisión, los reformistas pasaron a otro «campo de batalla», ¡el parlamento!; allí hicieron largos discursos para tratar de convencer a AD, Tinoco y demás servidores de la burguesía y del imperialismo, para que aprobaran una Ley de Nacionalización al servicio del país. Una vez más se abstuvieron de promover la movilización de masas. Al proceder el Gobierno, en común acuerdo con Fedecámaras y las petroleras, a modificar el proyecto de ley presentado por la comisión presidencial, los reformistas se aprestaron a una nueva táctica: hacer desistir al Gobierno, a través de conversaciones de dirigentes de partidos, de modificar el proyecto de la comisión presidencial. Finalmente, AD, Tinoco y otros sectores reaccionarios aprobaron la ley de las petroleras y Fedecámaras. Los reformistas no se sobreponen de la sorpresa. De repente un presidente como CAP, que «habla un lenguaje antiimperialista» y que viene proclamando «una política internacional soberana» los dejó embarcados, esta es la triste historia de los reformistas, por eso jamás harán otra cosa que ser emisarios de la burguesía en el seno del movimiento obrero. Movilización popular, unidad antiimperialista para golpear a las petroleras A estas alturas es probable que los sectores esperanzados en el «consenso nacional» se dispongan a promover la movilización de las masas, se propongan la unidad de todas las fuerzas antiimperialistas para golpear a las petroleras. Se han venido dando

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posiciones coincidentes entre varias organizaciones de izquierda, pero aún no se siente el efecto de tales acuerdos sobre las masas. Creemos que se procede en forma conservadora, y en consecuencia, autolimitamos la movilización; existe la experiencia de la manifestación que debía realizarse el 10 de julio de 1975, luego de intensos preparativos se procedió a la cancelación de dicha manifestación por el hecho de «que el gobernador del Distrito Federal la había prohibido»; solamente la Liga Socialista y el MIR defendieron la necesidad de realizar un acto de protesta en la Plaza Catia, las demás organizaciones se limitaron a proponer la cancelación del acto. Esta es una experiencia que enseña; si comenzamos por autolimitar la movilización popular dejaremos al Gobierno las manos libres para proseguir su política antinacional y pro imperialista. Entendemos que están abiertas muy buenas condiciones para poner en marcha un intenso plan que permita desenmascarar el fraude de la nacionalización petrolera, crear conciencia antiimperialista en las masas, movilizar a los sectores avanzados, crear organizaciones populares de lucha y acumular fuerza para futuros combates del movimiento popular y revolucionario. Esta sería una política favorable a los intereses populares, y creemos que todas las organizaciones populares están comprometidas a impulsarla.

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Internacionalismo proletario

Camboya será socialista8

l imperialismo yanqui y sus títeres que siguen al gobierno antinacional de Lon Nol se encuentran en el callejón sin salida de la derrota total. Los patriotas mantienen el cerco de Phom Penh, capital de Camboya, por vías fluviales y por tierra y dificultan el abastecimiento por aire, bombardeando el aeropuerto, que utilizan los aviones yanquis que vienen de sus bases en Tailandia. Gerard Ford, presidente de EEUU y uno de los cerebros de los círculos guerreristas yanquis, ha pedido al Congreso de estadounidense que apruebe nuevas ayudas para el gobierno títere de Camboya. Ha dicho el señor Ford «no queda mucho tiempo. Si no prestamos ayuda no hay esperanza y Camboya caerá bajo el control comunista». Este llamado desesperado indica la sombría perspectiva que espera al imperialismo yanqui en Camboya. Derrotados en Vietnam, Laos y Camboya intentan mantener a su títere Lon Nol a cualquier precio. Pero están condenados a una derrota inevitable y de nada valen los gritos histéricos de Ford pidiendo ayuda al Congreso de EEUU para que «salve a Camboya del Comunismo». 8 Artículo publicado en Basirruque No. 8, Marzo de 1975.

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Khieu Samphan, jefe de las Fuerza Populares Liberación Nacional de Kampuchea, exhortó a la población de Phom Penh a sublevarse contra el régimen de Lon-Nol y a utilizar todo tipo de luchas en coordinación con las fuerzas patrióticas para derrocar el régimen. Las fuerzas patrióticas han cortado el puente aéreo que los imperialistas han creado para abastecer de alimentos, suministros y armas a la cercada Phom Penh. La victoria no se hará esperar y el imperialismo seguirá hundiéndose en la derrota. En Camboya también se confirma la enseñanza leninista que señala: «no basta a este respecto agruparse en torno de las consignas políticas: es preciso hacerlo también con respecto a la insurrección armada. Quien está contra ella, quien no se prepara para ella, deber ser arrojado sin piedad de las filas de los partidarios de la revolución, debe ser arrojado al campo de sus adversarios, de los traidores, de los cobardes» (Lenin, Enseñanzas de la Insurrección de Moscú).

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Nuestro compromiso con la línea internacionalista de Miguel Enríquez y el comandante Ernesto Che Guevara9

amarada Carmen Castillo y demás exponentes de la Resistencia Popular Chilena; compañeros de las distintas organizaciones populares venezolanas, compañero José Vicente Rangel, compañeros Salom Mesa y Luis Lander. Rendir homenaje a Miguel Enríquez es para los revolucionarios venezolanos y de cualquier parte del mundo un compromiso y un deber irrenunciable. Es, evidentemente, comprometerse firmemente con la Resistencia Chilena y con la resistencia que libran todos los pueblos oprimidos del mundo entero. Es comprometerse a elevar y a profundizar la lucha revolucionaria contra el enemigo común de todos los pueblos del mundo: el imperialismo y las burguesías reaccionarias que le sirven en todos los países donde existe opresión y explotación; es comprometerse a trabajar seriamente por la formación de las herramientas de combate de los pueblos oprimidos y del proletariado internacional; es comprometerse no simplemente a formar políticas nacionales que ja9 Discurso pronunciado en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, 2 de octubre de 1975.

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más serían respetadas, ni han sido respetadas por el imperialismo y las burguesías internacionales, sino que además es necesario dar en la lucha el más cabal cumplimiento al internacionalismo proletario; es comprometerse con las enseñanzas del comandante de la libertad, Ernesto Che Guevara, quién peleó por los oprimidos del mundo (aplausos), es comprometerse con la necesidad de convertir la lucha contra la explotación y dominación capitalista, en una lucha de toda la clase obrera. Este es el homenaje que se le puede rendir al camarada Miguel Enríquez, se afinca firmemente en principios del internacionalismo proletario, tan olvidado últimamente por sectores políticos del mundo que abrazan de palabra el socialismo, pero que día a día, no practican otra cosa sino la socialdemocracia. Este internacionalismo proletario que lleva a los revolucionarios a ofrendar su vida si fuere necesario, en la misma forma que lo hicieron el Che, Miguel Enríquez y un estudiante venezolano por nacimiento, pero ciudadano del mundo, el compañero estudiante Enrique Maza Carvajal (aplausos), quien encontrándose en Chile para el momento del golpe militar del imperialismo norteamericano encabezado por Pinochet y la burguesía reaccionaria chilena, se fue a los cinturones proletarios de Santiago y allí murió, luchando por los pueblos del mundo; allí consagró con su ejemplo lo que es una de las muestras más auténticas del internacionalismo proletario y, por eso, hoy en día no lo recordamos como desaparecido f ísicamente sino que lo recordamos más vivo que nunca, como Miguel Enríquez, el Che, Ho Chi Minh, Salvador Allende y a todos los revolucionarios del mundo que han combatido (aplausos) y que han dejado un mensaje que no admite ningún tipo de dudas. ¡Así entendemos los revolucionarios venezolanos el internacionalismo proletario! Este parte de la necesidad de entender que en esta

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lucha se nos puede ir la vida como lo planteara Miguel Enríquez, pero es la lucha que hay que librar con tenacidad y perseverancia contra el enemigo común; por eso, nosotros no nos sentimos militantes simplemente de las organizaciones revolucionarias venezolanas, nosotros nos sentimos militantes de la causa del proletariado mundial, nos sentimos militantes de la resistencia popular chilena, de la causa del pueblo vasco, de la causa del pueblo español, de la causa del pueblo portugués, de la causa del pueblo de Mozambique y Guinea Bissau, de la causa de todos los pueblos de América Latina que luchan por su liberación. Este tiene que ser el mejor legado que nosotros aprendamos de Miguel Enríquez. El ejemplo de Miguel Enríquez no ha quedado en el vacío; en América Latina el enfrentamiento contra el imperialismo norteamericano y contra las burguesías reaccionarias, exige hoy en día la necesidad de iniciar un proceso hacía la unificación de todos los revolucionarios. En el Cono Sur, varias organizaciones revolucionarias: el ERP de Argentina, el ELP de Uruguay, el MIR de Chile y los compañeros bolivianos, han constituido un frente de lucha que entraña el firme compromiso de los revolucionarios de estos pueblos a enfrentar al enemigo común de todos nuestros pueblos: el imperialismo yanqui. ¿O es que acaso el señor Gerald Ford, el señor Rockefeller y todos esos que se enriquecen a costillas de la explotación de los pueblos del mundo reconocen fronteras para la explotación? ¿O es que acaso el gobierno de la Unidad Popular en Chile no lo derrocó fundamentalmente el Gobierno norteamericano en alianza con la burguesía reaccionaria, en alianza con los Frei y con los reaccionarios chilenos? ¿O es que acaso las agresiones que ha emprendido el imperialismo norteamericano contra casi todos los pueblos de América Latina no indican que no respetan fronteras? ¿O es que acaso la guerra cri-

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minal hecha contra el heroico pueblo de Vietnam no fue realizada sin tomar en cuenta ningún tipo de fronteras? ¿O es que acaso hoy en día el imperialismo norteamericano no está metido hasta el cogote en todos los países del mundo tratando de mediatizar o trastornar las luchas o procesos revolucionarios de sus pueblos? ¡Frente a una burguesía que no tiene patria, el proletariado no puede tener patria! ¡La patria del proletariado es el mundo entero y la lucha del proletariado tiene que ser una lucha de todos los frentes del mundo! (Aplausos). Es evidente que estamos en un momento en el cual la revolución avanza inconteniblemente; lo que está ocurriendo en África, Asia, América Latina constituye ejemplos más que elocuentes; basta con observar que hace pocos meses tres pueblos: Vietnam, Camboya y Laos, derrotaron al enemigo número uno de la humanidad; en Portugal hay un proceso en el cual la clase obrera y demás clases explotadas tratan de enrumbar el proceso portugués hacia el camino que permita la instauración del socialismo en ese país. En España, acabamos de presenciar el hecho monstruoso cometido por ese asesino, cuyo nombre vendría a enrarecer la atmósfera de ese acto, quien decidió ejecutar —en nombre de la causa del imperialismo y la burguesía— a cinco revolucionarios españoles y vascos. ¡Sin embargo, el pueblo español persevera en su lucha revolucionaria! (Aplausos). Y las viejas colonias portuguesas de Mozambique y Guinea Bissau, ¿han obtenido su independencia a expensas de algún decreto caprichoso del Gobierno progresista de Portugal? ¡No! Ha sido consecuencia de una larga resistencia política y armada librada por esos pueblos africanos para conquistar su libertad definitiva. Y en América Latina, tenemos el extraordinario caso de la revolución cubana, que ha logrado derrotar en toda la línea el bloqueo criminal que le impusiera

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en imperialismo norteamericano; y en América Latina todos estos pueblos: Colombia, Brasil, Uruguay, Venezuela, Chile, Argentina, Ecuador, Panamá y en fin, todos, avanzan hacia el logro de su liberación, hacia la conquista del poder político al servicio del pueblo. Por eso para los revolucionarios venezolanos, la resistencia chilena es un aporte extraordinario que está dando el pueblo a la lucha antiimperialista, a la lucha por el socialismo. Chile está dando hoy en día la cara por América Latina, la resistencia chilena está brindando su solidaridad día a día por la causa de los explotados de América Latina y del mundo entero. Si mencionamos a Chile, en concreto, es para referirnos con toda propiedad a nuestra disposición de brindar la más amplia solidaridad a la resistencia que libra este pueblo. Una vez más queremos repetir delante de los compañeros representantes de la resistencia chilena, que nuestro esfuerzo ha sido muy poco, que la solidaridad con ellos todavía no está a la altura de la combatividad de este pueblo, que no podemos sentirnos satisfechos con lo hemos hecho hasta ahora en función de la solidaridad con el pueblo de Chile que resiste a la dictadura gorila del criminal Pinochet. Quizás el primer reclamo que podemos hacernos los revolucionarios y los progresistas de Venezuela, es la necesidad de deponer el sectarismo, las mezquindades y formar un frente compacto de todas las fuerzas revolucionarias y progresistas y de todos los que estén dispuestos a cerrar el puño para brindarle la más activa solidaridad a la resistencia chilena (aplausos prolongados). Yo creo que esta actitud sería el mejor homenaje y la mayor solidaridad que le podríamos prestar al pueblo chileno. Por otra parte, nuestra solidaridad la entendemos como un deber irrenunciable y un compromiso que tenemos con la clase obrera y el pueblo chilena, con los pueblos de América Latina. ¡Y no les podemos fallar!

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No le podemos fallar al ejemplo de Miguel Enríquez, de Ernesto Guevara, de Maza Carvajal, a Salvador Allende, a los centenares de camaradas que como Víctor Jara han muerto en la resistencia chilena, no le podemos fallar a los miles de prisioneros de la dictadura gorila de Pinochet. Queremos señalar que nuestro apoyo a la resistencia chilena tiene también una definición ideológica y de clases; no puede ser que hablemos de solidaridad en abstracto. Prestamos apoyo firme a la resistencia chilena en su conjunto, apoyamos la lucha de todos los revolucionarios, de todos los sectores progresistas y rendimos especial apoyo a los compañeros del MIR. Es entonces nuestra intervención una ratificación a los propósitos que veníamos haciendo a distintos sectores revolucionarios y progresistas en nuestro país, es una intervención para que depongamos las posiciones que impiden la unidad. Ya en un acto, en el que participamos junto al doctor José Vicente Rangel, dijimos que la solidaridad internacional no admite posiciones sectarias, quien asuma, posea o mantenga posiciones sectarias para brindar solidaridad, no está brindando solidaridad a la causa de los pueblos del mundo, sino que la estará debilitando (aplausos prolongados). Por eso, los revolucionarios venezolanos comprometemos nuestra sangre, nuestros huesos, todo nuestro esfuerzo por mantener la línea de la unidad e internacionalista de Miguel Enríquez y del Comandante Ernesto Che Guevara (ovación).

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Movimiento estudiantil

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Los estudiantes no harán la revolución, pero sin ellos no será posible10

a revolución no la harán los estudiantes, pero tampoco se hará sin la participación de ellos, y es más, a ellos corresponde elevar su papel de avanzada. Así lo manifestó Jorge Rodríguez, dirigente estudiantil, quien ha estado ligado en las distintas luchas que a diario se presentan en esta universidad. Rodríguez desempeñó cargos en la Federación de Centros Universitarios desde el año 1962 hasta 1966; en la actualidad es delegado estudiantil ante el Consejo Universitario, cargo que viene ejerciendo desde 1964.

Al comenzar a hablar con Jorge, nos damos cuenta de que es una persona pausada y que vibra ante todo lo que responde. Estaba un poco nervioso ya que lo estaban esperando; sin embargo logramos intercambiar una serie de opiniones muy concretas. Elena Salcedo: ¿Crees que la juventud es la vanguardia de las luchas por la transformación de las estructuras del país? 10 Entrevista realizada por la estudiante de periodismo Elena Salcedo, Caracas, 5 de marzo de 1969.

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Jorge Rodríguez: Este es un problema muy debatido, no sólo ahora sino desde hace mucho tiempo. Aun así esa discusión se ha convertido en un simple teorizar sin utilizar nada provechoso de ella, o ha sido tomada como motivo para las concepciones más extrañas. Debo decir que históricamente existen clases sociales llamadas a cumplir el papel de vanguardia de las transformaciones económicas y sociales que requieren países como el nuestro; y esto tiene que ser así porque son precisamente la clase obrera y el campesinado los grupos sojuzgados y dominados por el sistema. Esto permite que la clase obrera y el campesinado mantengan de manera consecuente e intransigente la lucha por su liberación y con ella por la trasformación del sistema. Por otra parte, la juventud estudiantil no constituye una clase social. Aun así, por las peculiaridades existentes en América Latina referentes a su desarrollo económico y a la actitud reformista de organizaciones que debieran estar al servicio de la clase obrera, la juventud estudiantil ha cumplido, cumple y seguirá cumpliendo un papel de avanzada combativa y estimulante de las luchas liberadoras. Y esto no sólo tiene que ver con una apreciación teórica, sino que la práctica de la revolución latinoamericana ha contado con heroicos jóvenes comprometidos en las luchas más dif íciles, pero tampoco será posible hacerla sin ellos, y es más, a ellos corresponde elevar su papel de avanzada, ligarse a las clases históricamente destinadas a dirigir la revolución, aprendiendo de ellas, la juventud será una fuerza invencible. Debe quedar claro que el estudiante «es pequeñoburgués porque proviene de la pequeña burguesía» y está condenado a seguir siendo tal cosa.

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Como puede verse, no comparto plenamente algunas tesis en boga, proyectadas por Marcuse, y ha sido la propia realidad la encargada de aclarar algunas de estas tesis. Para esto señalamos el interesante e importante movimiento que en varios países de Europa cumplen los estudiantes. Sin entrar a analizar las motivaciones y efectos del movimiento protagonizado en los meses de mayo y junio por los estudiantes franceses, quiero anotar que una protesta orientada a la transformación de los estudios universitarios y otras reivindicaciones, concluyó siendo una protesta contra el sistema capitalista, contra lo que en Francia se ha llamado la sociedad de consumo. Los estudiantes impulsados por un interés colectivo, revolucionario, despreciaron la llamada abundancia que disfrutan, que se había convertido en una forma de alienación y, por supuesto, de mediatización de su energía combatiente. Así lo que comenzó siendo un lucha de los estudiantes de Nanterre terminó siendo un cuestionamiento al sistema burgués con su despreciable cultura y otras manifestaciones; estas luchas ligaron en la práctica estudiantes, obreros, sectores de la pequeña burguesía y provocaron una aguda crisis en el gobierno de De Gaulle; sin embargo la actitud conciliadora de la CGT y el PCF y la Federación de Izquierdas impidió que la lucha arribara a sus consecuencias más positivas, la ausencia de una vanguardia realmente revolucionaria se hizo sentir en Francia, y dentro de esta situación puede negarse la tesis de que los estudiantes por sí solos constituyen una clase y una fuerza dominante. ES: ¿Ha sido consecuente el movimiento estudiantil con la necesidad de transformar a universidad? (Nos responde inmediatamente…)

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JR: Debo señalar previamente que en esta universidad se mantienen intactas las llamadas estructuras académicas y docentes, aun cuando las mismas están «momificadas» y son una traba evidente para el avance de la universidad; una de las causas de esta situación es precisamente la ineficacia de las fuerzas llamadas a emprender la verdadera transformación de la universidad. Hemos sufrido un proceso de autoengaño y, como consecuencia de esto, de engaño de las masas estudiantiles: al hablar desde hace mucho tiempo de renovación universitaria en abstracto y salvo pequeñas reformas, nada se ha hecho, a pesar de existir abundante teoría sobre el problema. Esto tiene que ver con la existencia de una concepción burocrática que ha imperado en la dirección del movimiento estudiantil y que por supuesto ha impedido la participación activa, racional y real de la masa estudiantil que se construye en el motor decisivo para la transformación universitaria. Hay algo más, la propia estructura del movimiento estudiantil es burocrática, lo cual de por sí la separa de la masa estudiantil o impide que los dirigentes estudiantiles tengamos un conocimiento objetivo y real de los problemas inmensos que vive la universidad. Por eso puede hablarse de una acumulación progresiva, de problemas que a la larga serán un interesante incentivo para que la masa los aborde y es de esperarse que los grupos que deben ser vanguardia se coloquen realmente a tono con esta situación, para lo cual es necesario abandonar la dañina concepción burocrática que anima a nuestros organismos estudiantiles, a las organizaciones políticas (incluyendo aquella a que pertenezco). Esto responde a la inquietud acerca de nuestra consecuencia con la necesidad de transformar la universidad. Hemos partido

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de un interés positivo actuando honestamente pero esto no es suficiente para provocar la transformación de la universidad, y hemos fallado en lo decisivo, atrevernos a comenzar el complejo proceso de la renovación universitaria. Por consiguiente, sin ningún temor afirmo con toda responsabilidad que hemos sido inconsecuentes para llevar a la práctica lo que hemos señalado en teoría en torno al problema de renovación. Me refiero a las fuerzas del progreso, democráticas, cuyo único compromiso es con los estudiantes, el pueblo y la universidad democrática. A las fuerzas reaccionarias no las incluimos por cuanto de por sí niegan el proceso y sirven a intereses oscuros y dogmáticos. Aunque nos hemos referido a los estudiantes quiero anotar también una realidad, referente a la rigidez académica que observan profesores que autodenominándose progresistas son incapaces de trabajar por el progreso. Es desalentador ver cómo el profesorado universitario, progresista, teme a la renovación universitaria y no quieren bajar del «falso pedestal académico» en que se encuentran. Se consideran portadores de la verdad universal y no se han dado cuenta de que ellos también tienen que aprender y no sólo enseñar. Podemos afirmar finalmente que la universidad es temerosa de la crítica y que si ésta se excluye no podemos hablar de avance de la misma, sino de retroceso o anquilosamiento. En la universidad se teme a la verdad y por eso los mecanismos de poder universitario sirven a esta realidad. Debe quedar claro que no creemos en la posibilidad de una universidad nueva, realmente democrática y popular mientras en nuestro país impere el mismo sistema que actualmente padece-

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mos. Por eso lo de la consecuencia debe proyectarse fuera de la universidad y tomar en cuenta que es necesario trabajar denodadamente por la transformación de un sistema que se refleje en la propia Universidad. ES: Como has hablado anteriormente de revolución latinoamericana, ¿piensas que el Che Guevara es tomado como un ejemplo para la lucha, o es utilizado con fines contrarios? (Con énfasis dice…) JR: Considero al Che Guevara el prototipo de lo que debe ser el revolucionario. A su capacidad política, audacia y heroísmo se une un aspecto cardinal que es su gran sensibilidad humana. De él puede decirse que combinó en una sola cosa (como es lo correcto) la lucha revolucionaria con la realización del hombre como tal. A pesar de que se intenta negar al Che Guevara por la vía de negar la vigencia de la orientación de la lucha, en la cual siempre fue partícipe, debo decir que su ejemplo no podrá ser ocultado por la simple razón de que él actuó en una realidad que se mantiene vigente, y que obliga a una toma de conciencia y a una actitud revolucionaria. Precisamente porque esto es así, las fuerzas adversas al progreso de una u otra manera sostienen la dominación de nuestro pueblo pretenden separar al Che Guevara de la realidad y convertirlo en un mito, en algo irrealizable. Esta pretensión ya puesta en práctica forma parte de la actividad de quienes se oponen a la revolución porque con ella serán desplazados, y les será eliminado el monopolio que mantienen de

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los bienes que colectivamente pertenecen a todos los hombres. Tengo la convicción de que el ejemplo fecundo del Che Guevara en muchos lugares del mundo, su verdadero mensaje se encargue de derrotar a los que pretenden convertirlo en un simple símbolo. ES: Como miembro del Consejo Universitario, ¿crees que es positiva y determinante la participación estudiantil en el cogobierno universitario? (Toma un sorbo de café e inmediatamente afirma…) JR: No puede hablarse realmente de la existencia de un cogobierno universitario, en el sentido que encierra el genuino sistema democrático y autónomo de las universidades. Aun cuando existen disposiciones claras que permiten la participación estudiantil en los llamados órganos de cogobierno, esta participación tiene, por lo general, un sentido simbólico, algo así como tener un reducido número de estudiantes en los órganos de dirección universitaria para afirmar la existencia del cogobierno. No puedo admitir que en una universidad que sobrepasa los 26.000 estudiantes sólo existen tres delegados al CU dadas las peculiaridades de este cuerpo, los planteamientos, proposiciones de los delegados estudiantiles generalmente no tienen ningún efecto positivo. Cuando son oídas, y a veces «aceptadas», nuestras proposiciones o recomendaciones, los mecanismos del Poder universitario se encargan de incumplirlas o mediatizarlas. Esto debemos verlo de manera objetiva, porque estaríamos justificando la vieja y errónea concepción que priva en la univer-

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sidad, en casi todos los órdenes, si no señalamos la existencia de tal realidad. El CU es un cuerpo divorciado de la crítica y la autocrítica y está mediatizado por un sinnúmero de intereses creados que predeterminan su manera de actuar ante los más diversos y complejos problemas que a diario de presentan. La situación que prevalece en los órganos de cogobierno forma parte de los obstáculos que deben superarse para emprender la renovación de la universidad. A esto deben contribuir las propias autoridades universitarias democráticas quienes no deben temer a lo nuevo, ni a la crítica, y deben romper con ese falso academicismo que históricamente está superado, pues tuvo su principal manifestación en la Edad Media. Hay otro elemento que no debemos ocultar, a pesar de los esfuerzos que se realizan para ser verdaderamente representantes de los estudiantes. Esta función también está influenciada por la concepción burocrática que tiene el movimiento estudiantil. No es posible que los representantes estudiantiles sólo participemos en «encerronas», y su actuación no sea valorada, con sentido crítico, por los estudiantes. Como he hecho un conjunto de señalamientos críticos, diré con sinceridad que no tengo ni creo en «fórmulas mágicas» para resolver los complejos problemas planteados; corresponde a los propios estudiantes ahondar sin ningún temor los distintos problemas que tienen planteados en lo concreto (a nivel de sus cursos, Escuela, Facultad) y en lo general en la universidad y en el país. Partir de los pequeños problemas, pero no menos impor-

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tantes, que existan en los cursos y buscarles solución, sin que ésta tenga que venir de «cuerpos dirigentes». En general, es necesario un amplio y franco debate ideológico en la universidad, que supere la mezquindad sectaria y dogmática, ponga a un lado los tabúes y abra la discusión sobre bases racionales y científicas. Creo que sólo así podríamos emprender el camino hacia la transformación de la universidad que tiene inevitablemente que pasar por nuestra propia transformación.

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Represi贸n

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A las organizaciones antiimperialistas y a quienes luchan por el respeto a los derechos humanos11

l hacer la presente denuncia no pretendemos decir nada nuevo. Por el contrario, en la Venezuela sometida al sistema capitalista, con las conocidas características de dependencia neocolonial, es algo de rutina el desconocimiento de las leyes que el propio sistema ha creado y mantiene como enmascaramiento formal de la democracia burguesa. En todo caso, hay que dejar claro que no esperamos una superación inmediata de las anormalidades al propio sistema y sólo desaparecerán cuando éste sea sustituido por un nuevo ordenamiento económico, social, político, cultural que provoque la redención de la inmensa mayoría de explotados y oprimidos. Nos proponemos presentar un testimonio concreto que contribuye a demostrar, una vez más, la inutilidad de la Constitución Nacional que han elaborado y dicen defender quienes mantienen el poder. A nuestro juicio, la Constitución Nacional y la Declaración Universal de los Derechos del Hombre sólo sirven de motivo para la más aberrante demagogia de los sostenedores del sistema. Lo que señalamos tiene una explicación: la dominación capitalista requiere

11 Carta publicada en Rocinante N°. 3, Cárcel de Sabaneta, 2 de diciembre de 1972.

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en la presente etapa histórica, de un sostén represivo más eficaz que el ofrecido por los ordenamientos formales de la llamada democracia representativa. Se trata de apuntalar, aún más, el sojuzgamiento de las grandes mayorías de oprimidos y explotados para garantizar así, dentro del «mayor orden», la súper explotación que permita ganancias fabulosas a los capitalistas, valga decir a los ricos. El sostén represivo de que hablamos descansa en la súper estructura militarizada que resume el principal factor de poder en el país. La súper estructura militarizada que se ha formado en el país tiene efectivos auxiliares en la represión militarizada y en la militarización de la justicia. Se da la situación de que existen cuerpos represivos, amparados por una especie de súper poder, cuyas actuaciones están rodeadas de plena impunidad; luego tenemos una «justicia» militarizada como forma represiva eficaz; apoyándose en una permanente suspensión de garantías, por lo demás muy peculiar que pretenden respaldar con el artículo 125 del Código de Justicia Militar, según el cual «la jurisdicción militar se extiende en las áreas de operaciones en tiempo de guerra» a las ciudades, pueblos, caseríos, etc. donde sean detenidos venezolanos que adversamos al Gobierno, o, como ha ocurrido en muchos casos, son sospechosos de tener tal actitud ante los ojos de los ejecutores de «justicia». Así nos encontramos ante la insólita situación de cuerpos policiales que actúan como comandos represivos, y se encuentran amparados en la súper estructura militarizada para cometer toda clase de desafueros. En Venezuela existen comandos represivos que cumplen sus funciones como un medio para ejecutar prácticas punitivas y mo-

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tivadas por odios personales hacia quienes ejercemos oposición revolucionaria al sistema. Esta ha sido una denuncia planteada en varias oportunidades en el Congreso Nacional, ante el Ministerio Público y otras instituciones, destinadas por el ordenamiento constitucional a atender tales situaciones y «proceder de acuerdo a las leyes». Como era de esperarse, las denuncias han sido infructuosas y mientras esto ocurre los comandos represivos «gang» de la muerte siguen comen tiendo toda clase de atropellos. Precisando el planteamiento, señalamos que un grupo de individuos que han sido envilecidos mediante la tortura y en consecuencia traicionaron la causa revolucionaria que decían defender, han sido reclutados por el SIFA y organizados en comandos represivos que actúan sin ningún miramiento jurídico o humano contra quienes somos opositores al actual sistema, y por supuesto a sus gobiernos. Estos comandos represivos tienen mucho parecido con las organizaciones criminales que actúan en Guatemala y Brasil con el nombre de Escuadrones de la Muerte. De acuerdo a las prédicas jactanciosas y cínicas de elementos que forman los comandos represivos, estos grupos «dependen directamente de un coronel», y «están por encima de otros cuerpos policiales importándoles muy poco la Constitución Nacional». Entre el numeroso grupo de agentes criminales que forman estos comandos señalamos a Carlos Núñez (a) Luisito, Rafael Emigdio Pacheco (a) Córdoba, Jesús Ramón García (a) Chiche, Leovigildo Briceño, Antonio Montes (a) gordo Bolívar, Miguel Morao, Iván Cisneros, y muchos otros. Estos individuos son responsables

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de numerosos atropellos, torturas y diversos hechos criminales cometidos contra centenares de personas por el hecho de mantener una actitud de oposición revolucionaria frente al Gobierno. Estos comandos represivos o «gang» de la muerte han sido denunciados ante el Congreso Nacional y el fiscal general de la nación sin resultado alguno: aunque hicimos referencia a esta grave situación, que pone en duda el ajuste de instituciones como el Congreso Nacional y el Ministerio Público a las leyes que dicen sustentar, que por lo demás son el basamento legal del sistema de democracia representativa o democracia burguesa, insistimos en referir elementos concretos que respaldan esta afirmación: En la sesión celebrada por la Cámara de Diputados, el 24 de marzo de 1969, el diputado Gustavo Machado, denunció la existencia del «gang» de la muerte y planteó con precisión la participación en dicho «gang» de varios individuos, incluido entre ellos Carlos Núñez Tenorio. El 9 de julio de 1969, quien hace la presente denuncia, acudió ante el doctor César Naranjo Osty, fiscal general de la nación, para referir el intento de secuestro de que fui víctima en momentos en que se retiraba de una reunión del Consejo Universitario de la UCV. Con toda objetividad fueron señalados como autores del frustrado secuestro policial los ciudadanos Carlos Núñez Tenorio y Jesús Ramón García, quienes forman parte de los comandos represivos. Ante esta evidente prueba de violación de derechos, consagrados en la Constitución Nacional, el fiscal general de la nación remitió el caso al Juez Cuarto de Instrucción, doctor Omar Arenas Candelo, ante quien varios estudiantes de la UCV rendimos pormenorizado testimonio

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del frustrado secuestro que pretendieron realizar Carlos Núñez Tenorio y Jesús Ramón García. Sin embargo, este hecho quedó impune y los comandos represivos o «gang» de la muerte siguen en sus criminales correrías contra ciudadanos que están señalados de ser adversarios del Gobierno. Lo que no se hizo esperar fue la respuesta policial, cómo lo señalaremos de inmediato. El 3 de marzo de 1972 fui capturado en forma brutal y sometido a vejaciones por un comando represivo formado por Carlos Núñez Tenorio, Jesús Ramón García (los mismos individuos que denuncié el 9 de julio de 1969 como autores de un frustrado secuestro del cual fui víctima) Rafael Emigdio Pacheco Saher, y otros a quienes no logré identificar. Estos individuos se jactaron cínicamente de «tener carta blanca» para liquidarme y presentar luego a la opinión pública la versión de que «había muerto en un combate guerrillero en la región oriental del país» (nótese lo parecido de esta amenaza con el método utilizado meses más tarde para asesinar a Federico Bottini Marín y José Antonio Álvarez). Tanto Carlos Núñez como Jesús García insistieron en su impunidad y supuesto «respaldo de un Coronel» y encontrarse por «encima de la Constitución Nacional». Estos mismos individuos (Núñez y García) acompañados de Rafael Emigdio Pacheco Saher y un numeroso grupo de agentes del SIFA, allanaron el apartamento donde reside mi esposa y nuestros menores hijos; en ese allanamiento cometieron diversos atropellos y el agente policial Rafael Emigdio Pacheco Saher (a) Córdoba, amenazó a mi menor hijo, de sólo cinco años de edad, con una pistola. Luego de mantener secuestrada a mi familia, por espacio de 48 horas, se inició una nueva campaña de provocación contra la misma, siendo una vez más los tantas veces mencionados agentes, responsables de las mismas.

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En el mes de abril del presente año los presos políticos, recluidos en la Cárcel Nacional de Maracaibo, planteamos ante el fiscal general de la nación y varios fiscales del Ministerio Público que visitaron la cárcel, denuncias concretas de torturas a las cuales son sometidos los ciudadanos que son capturados por los cuerpos represivos y muy específicamente, hicimos hincapié en la existencia de los comandos represivos o «gangs» de la muerte que comenten toda clase de desafueros sin que nadie responda de ello. El fiscal general de la nación se mostró «sorprendido de que aún se practicara la tortura en Venezuela» y pidió información sobre la ejecución de tan inhumano método. Por supuesto que brindamos al ciudadano fiscal abundante información y le pedimos que definiera su posición ante las graves irregularidades que denunciamos, la respuesta del fiscal fue muy elocuente: «tales problemas escapan de su jurisdicción por estar referidos a la justicia militar».

Es más, la inquietud que expresara el Dr. César Naranjo Osty en el mes de abril de presente año, en lo que respecta a la práctica de la tortura y asesinato como métodos para enfrentar la oposición al Gobierno, puede encontrar motivos y pruebas objetivas en hechos represivos ocurridos en los últimos meses. Referimos algunos que no han sido esclarecidos y sirven para objetivizar el planteamiento: • Asesinato, en una alcabala de la región de Guayana del dirigente revolucionario Américo Silva. • Asesinato del ganadero Belisario Marín a consecuencia de haber denunciado ante la Cámara de Diputados del Congreso Nacional, las torturas de que había sido objeto durante una

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anterior detención por parte de los cuerpos represivos del Gobierno. Esto sienta el grave precedente de intimidar con la muerte a quien se disponga, luego de ser torturado, a denunciar tal situación. • Asesinato descarado de los revolucionarios Federico Bottini Marín y José Antonio Álvarez, quienes fueron ametrallados criminalmente, en la avenida Páez, urbanización El Paraíso de Caracas, pretendiendo luego el Gobierno, presentar el hecho como consecuencia de un enfrentamiento armado. • Asesinato de cuatro revolucionarios en la ciudad de la Victoria, estado Aragua, luego de un impresionante despliegue militar y policial que fue utilizado para acosar y luego masacrar a los mencionados revolucionarios. • Detenciones y torturas de varios ciudadanos en la ciudad de Caracas; algunos de ellos, como en los casos del dirigente estudiantil Juan Medina, del licenciado Pedro Bracho y del profesor Rafael Ramírez, fueron sometidos a torturas en la sede del SIFA. • Criminal ola represiva en humildes caseríos del Distrito Urdaneta, estado Lara, con saldo de más de 30 campesinos detenidos y torturados bárbaramente en el TO-5 de Yumare, estado Yaracuy, entre estos campesinos detenidos se encuentran dos ancianos de 65 y 66 años que fueron vejados y torturados, jóvenes de escasos 15 años, mujeres madres de numerosos hijos. No dejamos ente planteamiento en lo general, sino que mencionamos a los campesinos Ángel María Baldayo, Rodolfo Ocando, Cástulo

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Cordero, Anatividad Montes, Rafael Montes, Eugenio Montes, Herminio Rojas, Gilberto Cordero, Eustoquio Chirinos, Pedro Ángel Suárez, Emeregildo Suárez, Misael Montes, Edecio la Rosa, Manuel Rico, Naislao Díaz, Lesme Montes, Cristóbal Rojas, Ramón Suárez, Nelson Timaure, entre muchos otros, como víctimas de atropellos, vejámenes y torturas que le fueron infligidas por los cuerpos represivos del Gobierno en un comando militar, ubicado en la población de Santa Inés, distrito Urdaneta, estado Lara y en el TO-5 de Yumare. Estos campesinos sufrieron apaleamiento, culatazos de fusil, simulacros de fusilamiento y de ahorcamiento, descargas eléctricas, etc.; por supuesto que estos atropellos y torturas no los recibían todos por igual. Muchos de estos campesinos conservan en sus cuerpos huellas dejadas por la tortura. Esto ocurrió entre los meses de junio, julio y agosto del presente año. Como puede observarse, la represión cobra características alarmantes. Las constantes denuncias que se han hecho sobre tal situación, y en particular, sobre la existencia de comandos represivos, no han tenido receptividad en las instituciones llamadas a intervenir antes las gravísimas violaciones a la Constitución Nacional y a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre. Los atropellos a la dignidad humana a las torturas y el crimen se han convertido en métodos rutinarios empleados por los cuerpos represivos del Gobierno y todo ello es amparado por las instituciones del sistema que se hacen la vista gorda y ahogan todo intento de reclamo en las más desesperante «formalidad constitucional» que sólo sirve de manto «protector» a la democracia burguesa.

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Entendemos que todas las agrupaciones antiimperialistas, los gremios progresistas, las personas con disposición a ejercer la defensa de los derechos humanos, deben conjugar esfuerzos para enfrentar la dif ícil situación que vive Venezuela. No se trata de pedir que se consigne formalmente la denuncia de lo que está ocurriendo con el auge de la salvaje represión militarizada que azota al país, son conocedores de esta situación y responsables los que detentan el poder económico y político y todos los que sirven fielmente al sistema. Se trata de oponer una actitud verdaderamente antisistema que enfrente y derrote la represión. Esta es una posibilidad que se logra convirtiendo el problema represivo en un motivo permanente para la organización y combate de las grandes legiones de oprimidos y explotados. Este es un deber histórico de quienes aspiren a ser partícipes de la lucha anti-imperialista y por el logro del Socialismo. Jorge Rodríguez Cárcel de Maracaibo Departamento de Procesados Militares. Agosto de 1972.

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La violencia forma parte de las medidas extraordinarias que ejecuta el Gobierno12

odavía se discute acerca del efecto que tiene el Plan de Medidas Económicas que ejecuta el Gobierno. En principio, la discusión ha servido para establecer un claro deslinde: por un lado los sectores más poderosos de la burguesía, dispuestos a implantar un reordenamiento de su aparato productivo que beneficie lo planes de sobreexplotación, por el otro, los sectores reformistas deslumbrados por el «beneficio» que tales medidas derivan para las masas y «dispuestos» a luchas para «que el Gobierno no retroceda», y, otra posición y actitud de combate, expresada en la interpretación acerca del significado reaccionario de las medidas económicas y la proyección de una táctica revolucionaria, dirigida a enfrentar los planes de mayor dominación y explotación que encierran dichas medidas.

Hay un aspecto de la política de la burguesía que se siente permanentemente, pero no se analiza dentro del conjunto de las medidas que ha venido implementando el Gobierno, se trata del ejercicio de la violencia reaccionaria como sostén de todo el ejercicio del poder burgués. 12 Artículo publicado en Basirruque Nº. 4, agosto 1974.

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Hemos dicho que el plan de medidas económicas del Gobierno contiene medidas preservadoras del actual orden económico, explotador y antipopular, y de reforzamiento del estado y las instituciones neocoloniales. Estos propósitos de la burguesía generan violencia contra las masas explotadas, por un lado afectan las condiciones de vida, de por sí dif íciles, por las cuales éstas atraviesan; por el otro, la burguesía enfrenta con todas sus instituciones represivas, cualquier disposición de lucha que se manifieste en el pueblo, y sobre todo reprimen, y reprimirán cada vez más, las justas protestas de los obreros, acogotados por la sobreexplotación. Se trata de garantizar el mayor «orden y tranquilidad» posible para no ver alterados sus planes de mayor explotación. Esto es lo que explica el auge represivo, el incremento de la violencia por parte del Gobierno: el alza en el costo de la vida expresa un acto de violencia por parte de la burguesía, los desalojos constantes en los barrios proletarios indican violencia, la restricción de las libertades democrático-burguesas (asentadas en la propia Constitución Nacional) es manifestación de violencia, el sistema carcelario inhumano y represivo, que afecta a más de 15.000 presos es violencia, las redadas diarias contra pobladores también. Todo esto ocurre, en alta proporciones, enmarcados dentro de los propósitos económicos que animan a la burguesía. Una estructura policiaco-militar para la represión y el crimen Es harto conocido que el imperialismo tiene muy presente la necesidad de instrumentar una política policiaco-militar que permita a los Gobiernos de países dependientes (como en el caso

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de Venezuela) mantener bajo control a la población y reprimir con todos los métodos que sean necesarios, las luchas liberadoras o cualquier movimiento que altere la «tranquilidad» de la dominación y explotación. Los ejes de esa política, ubicados en el Pentágono, han ideado y puesto en marcha los planes de Guerra Especial que a diario ejecutan en nuestro país; ellos se han convertido en los cerebros de todo el aparataje policiaco-militar que las burguesías de los países dependientes y neocolonizados utilizan para mantener la explotación. Desde el entrenamiento de los oficiales del ejército para actuar en el caso de que surjan «guerras subversivas», pasando por el adiestramiento para la tortura (recibido por numerosos oficiales y agentes de los cuerpos policiales) hasta llegar a la implementación de los planes «antisubversivos», que en cada país dependiente deben aplicarse, conforman la intervención del Pentágono norteamericano en las estructuras policíaco-militares (por supuesto que en las FFAA existen numerosas excepciones de oficiales y suboficiales, que no han permitido que se les convierta en títeres o perros de presa de la burguesía y el imperialismo sostienen posiciones y actitudes cónsonas con el legando del Ejército Bolivariano). Un escritor latinoamericano, Eduardo Galeano, hace la siguiente consideración: «Cada vez con mayor frecuencia la policía y el ejército de numerosos países latinoamericanos usan guantes. El terror emerge de las sombras, actúa y vuelve a la oscuridad. El crimen es una obra anónima. Un hombre desaparece, se lo traga la tierra, el cadáver se localiza con señales de la tortura en el cuerpo o no se encuentra jamás. O el hombre aparece vivo —entonces la excepción cobra más fuerza de prueba— detenido

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oficialmente por las fuerzas armadas de represión. Es una técnica para interrogar o ejecutar que conforma los métodos de las “guerra sucia” previamente ensayados en Vietnam. Hay otros, por ejemplo, la contrapropaganda. Policías o soldados se disfrazan de guerrilleros, y como talles comenten actos repugnantes para que las radioemisoras, las televisoras y los diarios armen un buen escándalo y se deteriore la imagen de los revolucionarios, que con sus métodos definen a los ojos de la opinión pública la pureza de sus fines». Para constatar la certeza de esta afirmación no es necesario acudir a situaciones comunes en Guatemala, Uruguay, Brasil, Chile, Bolivia o Vietnam del Sur, sólo debemos tomar de los hechos más recientes ocurridos en Venezuela y precisar que no se trata sólo de clichés propagandísticos o «mentiras inventadas por quienes quieren perjudicar a la institucionalidad democrática». Tomemos el caso del asesinato del joven abogado Ángel Alberto Aguilar Serradas y observemos, a través de él, como se refleja lo que venimos planteando. En los planes de «Guerra Especial», instrumentados por el Pentágono, está contemplado la formación de comandos represivos especiales, integrados por agentes de los cuerpos policiales y algunos oficiales de los ejércitos títeres, la misión de estos comandos: librar la llamada «guerra sucia», matar sin dejar evidencias de que se trata de crímenes políticos, ordenados por los Gobiernos y participar en acciones de «contrapropaganda» contra los movimientos de liberación. El autor que señalamos anteriormente, Eduardo Galeano, ha prestado un testimonio interesante: En los años 1966 y 1967 Guatemala sirvió de experimentación para poner en práctica la «guerra sucia» contra la revolución en ascen-

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so. El proceso no terminó entonces, todavía continua el sistemático baño de sangre. Actualmente los grupos parapoliciales y paramilitares integran el Gobierno de manera directa, y por lo tanto ha perdido algunas de sus características más «exóticas». En 1967 operaban varios grupos. El ejército quería a toda costa establecer la paz de los cementerios, la Paz Americana, y para ello dispuso de la caudalosa ayuda de los EEUU, en armas y asesores especializados. En la zona de Gualán los pescadores dejaron de pescar porque en las redes atrapaban cadáveres que bajaban por el río. Por toda Guatemala operaban, con impunidad y eficacia las bandas armadas de la derecha. Eran hijas del ejército y la policía y actuaban bajo su sombra protectora. La Nueva Organización Anticomunista (NOA) escribió un comunicado a la prensa, a principios de 1967, donde decía que operaba «junto al glorioso ejército de Guatemala». Había prometido arrancar la lengua y cortar la mano izquierda a todos los revolucionarios. El Movimiento Anticomunista Nacionalistas Organizado (MANO) funcionaba, en cambio, en la órbita de la policía. Tanto la NOA como la MANO difundían con frecuencia datos confidenciales que solo estaban en poder de la policía. En las pequeñas aldeas los grupos terroristas estaban comandados por los comisionados militares (…) Hubo aldeas que quedaron sin hombres, como Cajón del Río. Los campesinos de Piedra Parada fueron desollados vivos. Los de Agua Blanca de Ipala fueron baleados en las piernas y luego quemados. En el centro de la plaza de San Jorge, clavaron en una pica la cabeza de un campesino rebelde.

Como puede verse, la diferencia sólo sería de nombres: de países, en vez de Guatemala, Venezuela; en vez de la zona de Gualán, el cementerio que tienen los cuerpos represivos en la laguna

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del estado Anzoátegui; en vez de la NOA y la MANO, el «Gang de la Muerte» o el Comando de Exterminio de Revolucionarios Carlos Núñez Tenorio, dependiente de la DIM y la DISIP; en vez de Cajón del Río o Piedra Parada, cualquier caserío del oriente u occidente del país; y en vez de los campesinos desollados en Guatemala, Alberto Lovera, Juan Chacón Lanza, Víctor Soto, Trino Barrios, Belisario Marín, Luis Alberto Hernández, Noel Rodríguez y, el más reciente, Ángel Alberto Aguilar Serradas. El gang o escuadrón de la muerte bajo el amparo oficial y la complicidad de las instituciones del sistema El asesinato del abogado Ángel Aguilar volvió a plantear cierta inquietud en torno a la existencia del «gang de la muerte». En el pasado reciente, siendo Presidente de la República el señor Rómulo Betancourt y Ministro de Relaciones Interiores el actual Presidente, señor Carlos Andrés Pérez, cobró notoriedad una agrupación criminal que se conocía como la «Cobra Negra», esta agrupación, al igual que la NOA de Guatemala, era un cuerpo parapolicial que gozaba de fuero oficial y estaba formada por agente de la entonces Digepol; durante el gobierno del doctor Rafael Caldera prosiguieron las andanzas del «gang o escuadrón de la muerte». En todas estas oportunidades fueron denunciados ante la Fiscalía General de la República, Congreso Nacional y diversas instancias oficiales, los crímenes y atropellos cometidos por estos grupos represivos especiales y siempre se encubrían sus andanzas; es más, el 24 de marzo de 1969 fue denunciado ante la Cámara de Diputados el «gang de la muerte» y se dieron nombres de algunos de los integrantes, entre ellos el criminal Carlos Núñez

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Tenorio, recientemente muerto. El Gobierno y el propio Congreso no prestaron atención a la denuncia y negaron la existencia del «gang» y la pertenencia de Carlos Núñez a los cuerpos represivos. Posteriormente, el 9de julio de 1969 es presentada una denuncia contra el «gang de la muerte» ante el Fiscal General de la República, señalándose a los agente Carlos Núñez, Rafael Emigdio Pacheco y Jesús Ramón García como integrantes del mismo, de nuevo se evadió la investigación (claro, el propio Gobierno no se iba a investigar) y se negó que tales criminales fuesen miembros de los cuerpos policiales. Ahora, cuando se comete el crimen del abogado Aguilar, el Gobierno se ve enredado en su propia política represiva, en un momento político conflictivo y en la oportunidad en que se celebra la Conferencia de la ONU sobre los Derechos del Mar, rápidamente el gobierno adeco montó el show, anunció públicamente que, «tres agentes de la DIM habían asesinado al doctor Aguilar por razones personales, que el Gobierno no tenía injerencia en el asunto y que se castigaría con todo el peso de la ley a los culpables del crimen»; para rematar el alarde demagógico, el presidente Carlos Andrés Pérez envió telegrama al diputado José Vicente Rangel, prometiendo «investigación a fondo del crimen del doctor Aguilar y depuración de los cuerpos policiales»; la Cámara de Diputados discutió el asunto, ante la denuncia realizada por el doctor José Vicente Rangel, el jefe de la fracción adeca, Jaime Lusinchi, se rasgó las vestiduras prometiendo que se «depurarían los cuerpos policiales y que Venezuela no seguiría dividida entre perseguidos y perseguidores», luego la Cámara de Diputados nombró una comisión para que investigara el hecho, se hicieron varias «interpelaciones» y cuando la «investigación» comenzaba, la mayoría adeca, que domina la mencionada comi-

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sión, paralizó la «investigación» y elaboró un informe que más parece haber sido escrito por la DIM. ¿Cuál es la verdad del caso Aguilar? 1. El doctor Ángel Alberto Aguilar Serradas fue detenido por los agentes de la DIM, Rafael Emigdio Pacheco, Antonio Guédez y Jesús Ramón García (el Gobierno había negado siempre que estos gangsters pertenecieran a los cuerpos policiales, sin embargo en el arrebato demagógico del presidente Pérez no les quedó más remedio que reconocer que sí eran agentes de la DIM). Estos agentes criminales procedían por órdenes del Coronel Ibrahim Vegas Echezuría y del MT. Díaz Marín y la orden comprendía «secuestrar al doctor Aguilar e interrogarlo sobre la muerte del inspector Carlos Núñez Tenorio» (queda claro por qué la Comisión de Política Interior cortó la «investigación», antes de que comparecieran el coronel Vegas y el maestro técnico Díaz Marín). 2. El 19 de junio de 1974, el maestro técnico Díaz Marín imparte órdenes el inspector Juan José Peraza Aranguren (a) Peracita Iván (conocido por sus numerosos crímenes y atropellos y por ser miembro del «gang o escuadrón de la muerte») para que traslade al doctor Aguilar a la sede de la DIM. El inspector Peraza Aranguren entra en contacto con los agentes de la DIM, Rafael Emigdio Pacheco, Antonio Guédez y Jesús Ramón García y estos manifestaron que Aguilar no había resistido la tortura y su cadáver estaba en la maleta del carro que le pertenecía, los agentes mencionados refirieron además que «a Serradas le había pasado los mismo que al estudiante Noel

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Rodríguez» (los agentes de la DIM tenían «carta blanca» para proceder con Serradas, la solicitud de regresarlo a la sede de la DIM se debió a la presión ejercida por los familiares y amigos de éste ante su desaparición). 3. De esta situación fueron informados el maestro técnico Díaz Marín, los coroneles Ibrahim Vegas Echezuría y Solís Martínez (subdirector de la DIM). 4. Los funcionarios de la DIM, responsables del crimen del doctor Aguilar y miembros del «gang de la muerte», relataron toda la situación al general Víctor Molina Vargas (famoso por sus andanzas represivas en los TO y autor intelectual de los asesinatos de Víctor Ramón Soto Rojas, Trino Barrios, Heriberto Cartagena y otros revolucionarios, lanzados desde un helicóptero en las montañas de estado Miranda). A los coroneles Solís Martínez y Vargas Echezuría, al maestro técnico Díaz Marín, inspector Vicente Castillo (a) Boca Negra, Carrillo y otros inspectores y funcionarios de la DIM. Posteriormente, el general Molina Vargas instruyó a los asesinos Pacheco, Guédez y García, antes de pasarlos a la PTJ, para que no declararan y les ofreció, además, pagarles la defensa. 5. Al maestro técnico Díaz Marín le ordenaron que declarase en la PTJ, que la «novedad acerca de la muerte de Aguilar la recibió por llamada telefónica anónima». 6. Los familiares de los asesinos de Serradas han recibido seguridad de que estos recobrarán pronto su libertad o que serán enviados al exterior.

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Paralelamente al supuesto enjuiciamiento de los asesinos del doctor Aguilar, se ha desatado una campaña de guerra sicológica o «guerra sucia» desde la DIM, que consiste en amenazas de muerte contra distintos ciudadanos, suscritas por un tal «Comando de Exterminio Guerrillero Carlos Núñez Tenorio». Esto no es más que uno de los clásicos métodos de la guerra especial, que ya hemos referido, por tanto las amenazas proceden directamente por los cuerpos policiales y, en consecuencia el Gobierno responderá por los hechos que ha estado generando. El caso de Aguilar tiene una gran importancia, permite demostrar la existencia del «gang de la muerte», su relación directa con los cuerpos policiales y la complicidad de otros órganos del poder estatal burgués. Ahora, nos resta preguntar públicamente: ¿Quién responde por el derecho a la vida en Venezuela? ¿Por qué el Congreso Nacional paralizó la investigación del asesinato del doctor Serradas? ¿Por qué la Fiscalía General de la República no actúa en el esclarecimiento de los hechos? ¿Por qué los partidos políticos de oposición no llevan hasta el final la denuncia contra el gang de la muerte? ¿Por qué se ocultan los centenares de denuncias formuladas contra la existencia del gang de la muerte?

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También 15.000 presos acusan al sistema: inhumano y represivo Si algo desnuda el verdadero carácter inhumano y represivo del sistema de dominación burguesa, es el sistema carcelario existente. La violencia ejercida de distintas formas contra los explotados tiene un símbolo permanente: los miles de presos que están hacinados en las cárceles de todo el país. No basta a los responsables de la represión en Venezuela con la tortura a que son sometidos quienes caen en manos de los cuerpos represivos, sino que mantienen un sistema carcelario degradante a la dignidad humana y negador, inclusive, de las formulaciones jurídico-burguesas que se asientan en la Constitución Nacional. Los atropellos constantes, las vejaciones, los intentos de homicidio contra los presos, la creación de un nivel de vida degradante, forman el denominador común de las cárceles venezolanas. Recientemente los presos políticos de la Cárcel Modelo de Caracas fueron víctimas del odio represivo de sus carceleros, contra ellos se ensañaron los funcionarios civiles y militares de este centro penitenciario. Veamos lo que relatan los presos que fueron víctima de la salvaje agresión: El día 2 a las 7.50 pm., se presentó al pabellón nuevo de la Cárcel Modelo una comisión de aproximadamente cincuenta guardias nacionales y algunos guardias civiles bajo el mando del teniente Simoza, pretendiendo trasladar por la fuerza a todos los integrantes del pabellón. Ante nuestra justa exigencia de que nos mostrara la orden judicial de traslado y nos informara acerca del destino, Simoza nos respondió que la orden venía desde arriba y que nos sacarían vivos o muertos. Demandamos la presencia del director de la cárcel y Simoza

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respondió ordenando a sus guardias que nos planearan y sacaran por la fuerza. Habiéndonos resistido en un principio al traslado forzoso por considerarlo arbitrario e injusto, la Guardia Nacional, miembros del Ejército y algunos guardias civiles, en número aproximado de doscientos dirigidos por el capitán de la Guardia Agapito Rivero, el director Nelson Lehman Guédez y el inspector de prisiones Ely Andrade Román y en presencia de dos fiscales del Ministerio Público, se lanzó el asalto del pabellón, luego de intensa balacera y de habernos lanzado más de cincuenta bombas de gas lacrimógeno. Casi asfixiados y desnudos fuimos sacados al patio donde fuimos brutalmente golpeados e insultados por la jauría que formaba la Guardia; fuimos sacados semidesnudos (algunos tenían sólo pantalón) y montados en el autobús mientras la Guardia se dedicaba al saqueo y destrucción de todos nuestros bienes. En las condiciones descritas nos trasladaron a la Cárcel Nacional de Trujillo, en la cual se nos mantiene incomunicados, recluidos en un cuarto de 5x4 metros (somos 15 presos políticos).

Hay un relato que hace un preso, de los centenares de miles que sufren el rigor del sistema que los empuja a la cárcel y luego los trata de liquidar f ísica y moralmente, que presenta descaradamente la situación que se presentó en la Cárcel Modelo, que habla por sí mismo del salvajismo que se ha enseñoreado en las cárceles venezolanas. He aquí párrafos de la carta: A las 8 pm se corrió la voz alarmante de que las autoridades estaban sacando por la fuerza a los habitantes del pabellón nuevo, pabellón de los políticos. Ellos tomando en cuenta la hora del traslado se oponían a que éste se efectuara. Las autoridades abusando de su poderío (…) lanzaron las bombas lacrimógenas y penetraron al pabellón por

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la fuerza de la peinilla, el garrote y el clásico tubo de agua. La actitud de las autoridades no dejaba ver otra cosa que represión y maltrato f ísico… atacaron con todos sus artefactos: bombas, palos, peinillas, sables, y accionaron sus armas de fuego hiriendo en su primer ataque a tres hombres del pabellón nuevo. La población penal al oír los disparos se alarmó y rápidamente nos hicimos solidarios a su causa. A las 11 pm lanzaron un ataque de más de 100 bombas lacrimógenas, los presos políticos lucharon con lo que pudieron y de los doce cayeron otros heridos, sin embargo los que estaba de pie todavía se defendían y defendieron a sus heridos. Diez minutos después, todos vencidos por el gas y la lucha, caían desmayados. Los malditos perros y perdonen la expresión reían a carcajadas y en el suelo se ensañaron con ellos dándoles hasta el cansancio y uno a uno fueron sacados como sacos de papa. De ahí en adelante comenzó la odisea del común. Siendo la medianoche ya, las autoridades militares y civiles atacaron a los comunes con sus refuerzos humanos y bélicos. Lanzaron bombas poniendo el penal como un mismo infierno, y el subdirector junto con el director, el teniente, un teniente coronel que vino y el capitán de aquí dieron la orden de atacar a los comunes…

Los presos resisten: la huelga de hambre se extiende En respuesta al sistema carcelario burgués, degradante, inhumano y represivo, se ha declarado una huelga de hambre nacional de los presos del sistema; es el grito de protesta de 15.000 personas contra quienes se ejerce todo el odio del sistema y a quienes se pretende aniquilar. Esta huelga reclama el apoyo de la Venezuela digna y combatiente. La Liga Socialista respalda plenamente la huelga de los presos del sistema y despliega toda la fuerza del sistema para concretar ese apoyo.

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La CIA siempre ha operado en Venezuela13

e ha puesto en primer plano la divulgación en torno a las operaciones que realiza la Central de Inteligencia de los EEUU. De repente, han quedado al descubierto los actos criminales que en todo el mundo ha desarrollado esta tenebrosa agencia. Para algunos, el problema se plantea en términos de duda acerca de la acción de la CIA en Venezuela, se preguntan sobre la posibilidad de que la misma exista en el país, creemos que esta es una posición cuando menos ingenua, o que indica complicidad con la CIA. Desde su creación, el 18 de septiembre de 1947, la CIA actúa en Venezuela. Basta con analizar las relaciones de dependencia que mantiene a nuestro país cautivo del imperialismo yanqui, para entender que los cuerpos represivos (DIM, Disip, PTJ Policía Metropolitana, etc.) son orientados de acuerdo a patrones trazados por la CIA y que muchos de los jefes policiales venezolanos son entrenados por esta tenebrosa organización t están al servicio de ella. ¿Acaso es casual que el personal de la Embajada de los EEUU en Venezuela sea uno de los más numerosos del mundo? ¿Y no 13

Artículo publicado en Basirruque Nº 10, junio-julio de 1975.

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llama la atención la numerosa misión yanqui? ¿Y las numerosas «actividades culturales y científicas» que emprende la embajada norteamericana? ¿Y los completos archivos policiales que reseñan quienes aparecen vinculados a actividades revolucionarias o de oposición a la dominación imperialista, que mantiene la CIA en la Embajada de los EEUU? La CIA dispones de cuantioso presupuesto, se le conoce una partida de 600 millones de dólares al año, se sabe de 16.500 agentes norteamericanos y miles de lacayos extranjeros, la complicidad de Gobiernos dependientes (como el de Venezuela) es notoria; todo esto permite que la agencia del crimen desarrolles sus operaciones en todo el mundo. Desde los vuelos de los aviones U-2 (desde 1956 a 1960), pasando por la promoción de invasiones mercenarias (como la realizada en Bahía de Cochinos, orientada a liquidar el proceso revolucionario cubano), las operaciones dirigidas contra el Gobierno popular de Chile que ocasionaron el derrocamiento de éste y el asesinato de Salvador Allende (se conoce de la inversión de 8 millones de dólares, que gastó la CIA entre 1970 y 1073, con estos propósitos: 500.000 dólares, para auxiliar a los opositores de Allende en las elecciones de 1970; 350.000 dólares para sobornar a miembros del Congreso chileno y conseguir que votaran contra Allende y 6,5 millones de dólares para desarrollar actividades «desestabilizadoras» (paros, boicots, terrorismo, etc.), hasta la infiltración en la organizaciones políticas locales. En nuestro país la acción de la CIA es inocultable. Está a la vista la existencia de una agencia de prensa (NPL), dirigida por uno

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de los agentes descubiertos de la CIA, Félix Martínez Suárez. Es destacada también la influencia de la CIA sobre algunos de los órganos de prensa burguesa, permanentemente se desatan campañas calumniosas contra dirigentes del movimiento revolucionario, que son tildados de hampones, bandoleros o cualquier otro calificativo que facilite los planes represivos (tómese en cuenta que contra el revolucionario Jesús Martínez Finol, «Motilón», se desencadenó desde la prensa burguesa una campaña para hacerlo aparecer como un «bandolero peligroso», «responsable de crímenes», etc., finalmente la DIM y la Disip acorralaron a Márquez Finol y lo asesinaron). Estas campañas de propagandas no obedecen a la ingenuidad de algún periodista, tienen que ver con planes cuidadosamente manipulados por la CIA, a través de sus agentes en la DIM, Disip y PTJ, que controlan el acceso de las informaciones para realizar guerra sicológica desde los medios de la burguesía. Analicemos el siguiente instructivo: «la guerra sicológica es el uso de la propaganda y de las otras acciones que tienen como fin primordial influir en las opiniones, las emociones, las aptitudes y el comportamiento de los grupos enemigos, neutrales o amigos de tal manera que apoyen los fines y objetivos nacionales» (léase objetivos del imperialismo y la burguesía)… «Es vulnerable —se refieren a la propaganda descubierta— al análisis de su contenido o intención. Por lo tanto pierde eficacia y puede ser fácilmente susceptible a la contrapropaganda. En cuanto a la propaganda «negra» requiere mucha cautela para evitar su identificación» (tomado de un manual del Ejército de los EEUU). A estos principios obedecen las campañas de guerra sicológica, descubierta o encubierta, que desarrolla la CIA a través de diversos instrumentos.

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La típica campaña de guerra sicológica descubierta la acabamos de presenciar hace varios días, cuando el doctor Pedro Tábata Guzmán, gobernador de Anzoátegui, acusó a la Liga Socialista, al MEUP y al FTU de ser «movimientos subversivos con vinculaciones guerrilleras»; es evidente la intención del doctor Tábata: justificar planes represivos contra estas organizaciones. No debe olvidarse que en algunos países latinoamericanos, varios ministros, gobernadores y hasta Presidentes (es el caso de José Figueres, expresidente de Costa Rica), han sido identificados como agentes de la CIA. La CIA orienta diversas formas de penetración, utiliza mucho los planes «culturales», «deportivos», actividades «comunitarias», para actuar sobre la población y buscar la infiltración sobre el movimiento popular. También organiza escuadrones de asesinos, seleccionados en los cuerpos policiales, que asumen diversas denominaciones: AAA en Argentina, Escuadrón de la Muerte en Brasil; Comando Anti Subversivo (CAS) en Venezuela. Estos grupos ejecutan crímenes y toda clase de atropellos en nombre de la «patria, la familia y la libertad». Recientemente, han hecho su aparición en Venezuela unos grupos llamados Comités Laborales, éstos han intentado relaciones con todas las organizaciones de izquierda y con personalidades revolucionarias, han hecho llegar numerosas publicaciones en las cuales se identifican con grupos de izquierda, destacándose posiciones aparentemente pro soviéticas (en sus publicaciones hacen mucho énfasis en los discursos dirigentes del PCUS y de otros dirigentes de la PC de Europa Occidental). La Liga Socialista desconoce la procedencia de tales agrupamientos (los Comités Laborales), y no mantiene

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relaciones con los mismos, por cuanto no tenemos evidencias de que sean realmente organizaciones de izquierda; sobre todo, nos ha llamado la atención una publicación, en la cual calumnian la dirigente revolucionario, Ernesto Virla Faría, quien permanece recluido en la Cárcel Modelo. Actitudes como estas nos despiertan ciertas sospechas. El movimiento popular debe mantenerse alerta ante los movimientos de la CIA en Venezuela. Debe reclamar a los gremios periodísticos una campaña de denuncia de la utilización de los medio de comunicación de la burguesía, para la realización de campañas de guerra sicológica. Es importante, además, mantener una actitud vigilante y de enfrentamiento ante las maniobras de la CIA. Hay que combatir a quienes sirven de instrumentos de la agencia del crimen.

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Los derechos represivos, violatorios a los derechos humanos que han afectado a los militantes de la Liga Socialista, tienen que ver con la política represiva que en forma persistente se ha desarrollado contra militantes del movimiento popular venezolano14 Ciudadano Dr. José Ramón Medina Fiscal general de la República Su Despacho. Yo, Jorge Rodríguez, venezolano, mayor de edad, titular de la Cédula de Identidad Nº 2.544.376 y de este domicilio, en mi carácter de secretario general de la Liga Socialista, ante usted ocurro y expongo. Una vez más, nos dirigimos a la Fiscalía General de la República, para hacer formal denuncia de los constantes y numerosos atropellos de que somos objeto los militantes de la organización, por parte de los distintos cuerpos policiales del Estado; estos hechos constituyen flagrantes violaciones de los derechos humanos establecidos en disposiciones expresas de la Constitución Nacional. Ciudadano fiscal, en su despacho reposan innumerables denuncias las cuales hemos acompañado con la documentación que 14 Carta dirigida al fiscal general de la República, 3 de noviembre de 1975.

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respalda el carácter legal de nuestro movimiento; en la misma forma, lo hemos comunicado a los correspondientes organismos del Estado, a quienes desde el mismo momento de nuestro nacimiento como asociación se les ha entregado formalmente copias de nuestra Acta Constitutiva y Estatutos. Hasta el momento, nuestras denuncias no han tenido los efectos legales deseados, por cuento el hostigamiento, las detenciones y las torturas a que hemos sido sometidos por los cuerpos policiales (DIM, Disip, Policía Metropolitana, Estadales y Municipales, etc.), lejos de haber cesado, se han incrementado en su cantidad, permanencia e intensidad. Para su información, haremos un breve recuento de los atropellos y arbitrariedades que estamos denunciando. A)

Detenciones masivas de militantes en todo el país, en forma arbitraria y hasta la presente fecha contamos con más de cien detenciones de nuestros militantes, los cuales han sido reseñados en los cuerpos policiales. Estas se han aplicado cuando nuestros afiliados cumplían tareas de propaganda y de difusión de nuestra política, haciendo debido uso del derecho a asociarse y a expresar libremente sus ideas. De nada han servido los permisos que han otorgado los funcionarios gubernamentales correspondientes, luego de insistentes demandas en cada caso concreto. Estos mismos funcionarios desconocen los referidos permisos enviando los agentes policiales bajo su mando a hostigar, boicotear y reprimir la actividad programada legalmente por nosotros. Entre uno de estos casos referimos los ocurrido el día miér-

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coles 22 de octubre del año en curso, cuando un grupo de militantes de la Liga Socialista, que cumplían con una actividad autorizada por la prefectura del Distrito Sotillo, en el estado Anzoátegui, fueron interceptados por efectivos de la Disip, quienes golpearon con sus armas a los militantes de la Liga Socialista que protestaban contra tales atropellos. El Gobierno con esta actitud quiere cobrarnos nuestro derecho a ejercer una oposición consecuente con nuestra plataforma programática; no obstante, se dice democrático y respetuoso de las libertades públicas. Por otra parte, el actual régimen cuenta con un poder omnímodo, y con recursos económicos suficientes, producto de la renta petrolera, para resolver urgentes problemas que aquejan a nuestro pueblo, tales como: alto costo de la vida, desempleo, vivienda, salud pública, la situación del agro y de los campesinos, la crisis educativa, el problema del transporte, etc. Pero hasta hoy nuestro pueblo no ha visto ningún resultado positivo y se nos quiere cobrar, por la vía de la represión permanente y sistemática, nuestra indoblegable voluntad de denunciar y discutir públicamente estos problemas; al parecer, el Gobierno no nos pasa la cuenta por su propia incapacidad para resolverlos. Hemos dicho que la raíz de nuestros males reside en ser un país cautivo de un pequeño grupo de millonarios criollos, en contubernio con el imperialismo norteamericano y el Estado capitalista. Esta triple alianza que explota y oprime a nuestro pueblo, es la causante de todos los males sociales. B)

Persecuciones y hostigamiento policial a nuestros militantes; prueba de ellos son las declaraciones de los tres agentes

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de la DIM Rafael Emigdio Pacheco, Jesús Ramón García y José Antonio Guédez, asesinos del doctor Alberto Aguilar Serradas, donde señalan a manera de «coartada», que para el momento de secuestro y homicidio del mencionado abogado, ellos estaban cumpliendo una misión emanada de la superioridad de dicho cuerpo, «estaban siguiendo a Jorge Rodríguez», secretario general de la Liga Socialista. Estas declaraciones no solo están en el expediente correspondiente sino que cínicamente fueron emitidas por estos homicidas a los distintos medios de comunicación. Igualmente, durante los días 15, 16 y 17 de octubre del presente año, agentes de la Disip hicieron hostigamiento armado contra la vivienda y la familia del dirigente de la Liga Socialista en Carabobo, Javier Gallardo, estudiante de Medicina de la Universidad de Carabobo, el cual días antes había sido objeto de amenazas públicas por parte de conocidos dirigentes de Acción Democrática en la región, entre ellos Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática en Carabobo. C)

Torturas físicas y morales. Para los días de la fundación de la organización fueron secuestrados por la DIM, Jesús Coa Fernández y Jesús Martínez; a estos ciudadanos les aplicaron corriente eléctrica y golpes en las partes más sensibles del cuerpo. El doctor Rafael Solórzano, de la Dirección de Derechos Humanos de esta Fiscalía, ordenó los respectivos exámenes médico-legales, siendo verificadas las huellas de la tortura. Luego fue una mujer, Esther Macías Añez, la cual fue secuestrada por funcionarios del mismo cuerpo y dejada al borde de la muerte.

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Las lesiones que sufriera ésta fueron determinadas por el examen médico-legal que ordenó la fiscal Esperanza Martineau. El día 17 de octubre del año en curso, fueron detenidos Alí Fuentes Salazar, Ernesto Alvarenga, José Roque García, Nil Rafael Romero y Juan Fernández, cuando pegaban afiches alusivos al Primer Pleno Obrero que recientemente celebró la organización. A estos cs. los interceptó en la avenida Fuerzas Armadas un vehículo modelo Malibú, color verde, placa 225016. Luego de la detención, los condujeron a la sede de la Disip en Los Chaguaramos, donde fueron salvajemente golpeados. El doctor Freddy Betancourt, funcionario de esta Fiscalía, ordenó los correspondientes exámenes médicos. D)

Campaña sistemática de guerra sicológica contra la organización. Nuestros militantes son controlados insistentemente por los cuerpos policiales, amenazados de muerte, vigilados sus hogares e interceptados sus teléfonos. En la misma forma, tanto nuestra sede nacional como las distintas sedes regionales, son objeto de vigilancia permanente.

La campaña de guerra sicológica contra nuestra organización ha tenido como instrumento algunos medios de comunicación de masas, entre ellos, las revistas Resumen y Zeta. En dichas publicaciones de hace uso de la llamada «propaganda negra» para tergiversar taimadamente nuestra política, buscando con esto «justificar» el ejercicio de la represión en contra nuestra. Ha sido notoria la participación de los altos funcionarios gubernamentales en esta campaña de guerra sicológica. Entre ellos, destaca el gobernador del estado Anzoátegui, doctor Pedro Tábata Guz-

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mán, quien en declaraciones emitidas a todos los medios de comunicación social, hizo tendenciosas acusaciones contra nuestro movimiento. Particularmente llama nuestra atención la relación entre estas últimas aseveraciones en correspondencia directa con las anteriormente citadas por parte de las revistas Resumen y Zeta. Muy recientes están aún las declaraciones del expresidente de Costa Rica, Pepe Figueres, en las cuales confesaba su papel cono agente de los altos funcionarios gubernamentales de América Latina. Nos sobra razones, entonces, para sospechar del origen de las referidas declaraciones del gobernador Pedro Tábata Guzmán. Sobre todo si se toma en cuenta que hemos denunciado insistentemente las maniobras de las empresas petroleras y del hierro que conjuntamente con el Gobierno y la gran burguesía interna han realizado una renegociación capitalista altamente desfavorable para el país. E)

Negativa reiterada de permisos para realizar actividades públicas amparadas por la ley de partidos políticos, reuniones y manifestaciones públicas. Se ha hecho común la negativa a permisos que solicitamos para la realización de actos públicos enmarcados dentro del ordenamiento legal. El gobierno con esta actitud ha venido desconociendo el derecho de asociación, reunión, manifestación, libertad de expresión, seguridad personal y otras libertades amparadas en la Constitución. Señalamos como evidencia de esta denuncia los siguientes hechos:

La gobernación del Distrito Federal negó permiso para una manifestación pacífica que habían convocado el MEP, PCV,

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Vanguardia Comunista, MIR, GAR, Primero de Mayo, Ruptura, URD y Liga Socialista. El permiso para esta actividad fue solicitado ante la Dirección de Política Interior de la Gobernación del Distrito Federal, por el diputado al Congreso Nacional Salom Mesa Espinoza. 2)

La Gobernación del estado Zulia negó el permiso correspondiente para la realización de un acto público, en local cerrado en la cuidad de Cabimas; este acto fue convocado para el día 14 de agosto de 1975. Luego de estar concentrado el público convocado, bandas armadas de AD, instigadas por el señor Luis Vera Gómez, secretario general de ese partido en el estado Zulia, agredieron a las personas para ese momento ubicadas en la Casa de la Cultura del barrio El Amparo, con saldo de un estudiante herido, quien posteriormente, encontrándose sometido a curas en el hospital de dicha unidad, fue detenido por la policía sin tomar en cuenta su estado de salud.

Los hechos represivos, violatorios a los derechos humanos, que han afectado a los militantes de la Liga Socialista, tienen que ver con la política represiva que en forma persistente se ha desarrollado contra militantes del movimiento popular venezolanos. Militantes del MIR, MEP, PCV, Vanguardia Comunista, Primero de Mayo, GAR, Ruptura y CLP, también son objeto de agresiones policiales. Existe un virtual desconocimiento de las garantías que consagra la Constitución Nacional, esto a pesar de los pronunciamientos públicos del ciudadano Presidente de la República y otros funcionarios del gobierno que hablan de hacer respetar los derechos ciudadanos.

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Ciudadano fiscal, por las razones expuestas solicitamos con la urgencia constitucional que esta denuncia amerita, abra las averiguaciones pertinentes con la finalidad de que sean enjuiciados los autores materiales e intelectuales de estos delitos. Finalmente, responsabilizamos al Gobierno de estos atropellos contra los derechos ciudadanos y de cualquier nuevo atentado contra la seguridad personal y la integridad f ísica de nuestros militantes. Llamamos su atención sobre la preparación por parte de los mencionados cuerpos policiales de nuevos atentados represivos contra nuestros militantes, los cuales nos han sido comunicados mediante diversas amenazas. Es justicia, en Caracas a los tres días del mes de noviembre de 1975. Jorge Rodríguez. Anexo: Documento entregado personalmente al doctor Octavio Lepage, ministro de Relaciones Interiores.

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El Gobierno viola la Constitución al utilizar formas de espionaje electrónico15

n su pretensión de liquidar al movimiento revolucionario venezolano el Gobierno no sólo ejecuta métodos represivos tradicionales. Los cuerpos represivos niegan a diario las proclamas que en nombre de la libertad, el respeto de los derechos constitucionales y demás frases de banquete, son lanzadas por los altos gobernantes del país y sus corifeos. La realidad es otra, el pueblo venezolano experimenta en carne propia y a cada instante una situación distinta a las expresadas en las proclamas de la burguesía… Las redadas violentas, los desalojos, la ley de fuga, los maltratos que se infligen a quienes tienen la desgracia de caer en manos de los enfermizos agentes policiales, la tortura para tratar de arrancar confesiones a los detenidos, los allanamientos sin ninguna fórmula legal, etc., son entre otras las expresiones de la saña represiva del Gobierno contra los revolucionarios y las masas. A estas tradicionales formas represivas se ha unido otra muy a la par con los avances tecnológicos: el espionaje electrónico, que 15 Artículo publicado en Basirruque Nº 13, enero-febrero de 1976.

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permite a los cuerpos represivos obtener suficiente información acerca de la actividad que desempeñan las organizaciones populares venezolanas y, a través de la acumulación de información, preparar la posterior ofensiva de guerra sicológica, o propaganda negra y las medidas represivas directas. Los cuerpos represivos venezolanos reciben asesoramiento directo de la CIA y la dotación necesaria para desempeñar sus actividades criminales. Hace algunos meses dirigentes del MIR denunciaron que en los vehículos de algunos de ellos habían sido colocados pequeños emisores de señales, hábilmente ocultos, cuya función era la de mantener ubicados a quienes se desplazaran en tales vehículos. Hace algunos días los compañeros de la redacción del semanario revolucionario Que Hacer denunciaron la existencia de un receptor miniatura colocado detrás del cortinaje del salón de fotograf ías, del local que ocupan. Estas denuncias se unen a otras realizadas por la Liga Socialista, en lo que atañe a control de teléfonos por parte de la Policía. Ninguna de éstas ha sido investigada, ni siquiera se ha emitido opinión por parte de los organismos competentes. Mientras tanto, continúa la aplicación de los métodos de espionaje electrónico. Lo que se acaba de descubrir en una de las oficinas del semanario Que Hacer es común; micrófonos de reducidísimas dimensiones son colocados en sitios frecuentados por militantes de organizaciones populares, en algunos casos se ubican en forma un tanto burda (detrás de una cortina, debajo de un florero, junto a un libro, en la papelera, detrás de un cuadro, etc.), en otros casos se utiliza la caja de empalme telefónico. Los

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cuerpos represivos venezolanos utilizan un tipo de radiomicrófonos de muy elevada sensibilidad que, unidos a un transmisor permiten oír cuanto se diga en otro lugar con sólo conectar la radio. En algunas situaciones micrófonos inalámbricos son hábilmente escondidos en cajas de madera, que simulan ser un listón de madera ordinario. Ahora, lo que se ha convertido el algo rutinario es el control de teléfonos. Pasan de miles los teléfonos controlados de manera permanente por parte de los cuerpos represivos en el país. Este control abarca desde los locales de los partidos y gremios opositores del Gobierno, hasta los teléfonos de dirigentes y militantes de las organizaciones populares (inclusive, los teléfonos de varios parlamentarios son controlados rigurosamente por la Policía). El teléfono es intervenido desde dos puntos diferentes: desde las centrales telefónicas respectivas (en las cuales siempre son colocados algunos agentes de la DIM o la Disip que simulan ser empleados de la Cantv) o desde el propio microteléfono (esta última es muy ingeniosa, su aspecto resulta parecido al de la capsula transmisora del carbón del teléfono y consta de aparatos electrónicos, se sirve de la línea telefónica como antena y alimentándose de la potencia de dicha línea el dispositivo transmite en ambos sentidos de una conversación electrónica). También cuentan los cuerpos represivos con un aparato para intervenir comunicaciones telefónicas. Consiste este en un conjunto de micrófono y transmisor que puede fijarse a un par de líneas, en cualquier punto entre el teléfono y la central telefónica.

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Estos son algunos de los dispositivos que vienen empleando los cuerpos represivos para llevar a cabo el espionaje basado en artefactos electrónicos. Estos procedimientos son violatorios del ordenamiento constitucional que sustenta al régimen democrático-burgués.16 Creemos que es necesario que todas las fuerza progresistas y revolucionarias lleven a cabo una intensa campaña de desenmascaramiento de los procedimientos que están utilizando los cuerpos represivos; que se pida a la Comisión de Política Interior del Congreso Nacional proceda a investigar esta situación; que se solicite la intervención de la Fiscalía General de la República. Por nuestra parte, continuaremos la denuncia sobre estos problemas. Desde ahora anunciamos que en nuestro próximo número nos referiremos a los planes de guerra psicológica y propaganda negra que adelantan los cuerpos policiales apoyados en algunos falsos periodistas.

16 Específicamente se viola el artículo 59 de la Constitución Nacional que dice: «toda persona tienen derecho a ser protegida en su vida privada».

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Esta es la noche de Argimiro Gabaldón, Fabricio Ojeda, Jesús Márquez Finol, Américo Silva, Víctor Soto Rojas y Livia Gouverner17

ompañeros militantes y miembros de la dirección nacional del movimiento político Ruptura.

Compañeras, madres, esposas y demás familiares de los presos políticos y combatientes caídos en la lucha por el socialismo. Compañeros revolucionarios y amigos de la revolución. Esta es la noche de Argimiro Gabaldón, Fabricio Ojeda, Jesús Márquez Finol, Américo Silva, Víctor Soto Rojas y de Livia Gouverner, es la noche de los camaradas que valientemente conquistaron su derecho a la libertad, a seguir peleando por la libertad de nuestros pueblos. Es la noche de Gabriel Puertas, Carlos Betancourt, de los distintos revolucionarios que hicieron posible la fuga del Cuartel San Carlos. Es la noche de Julio Escalona y Douglas Bravo, que 17 Discurso pronunciado en el acto de presentación del libro Después del Túnel, en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela, marzo de 1976.

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han sabido mantener con firmeza sus principios y el respeto a la palabra empeñada. Esta noche que resume la perseverancia revolucionaria, el esfuerzo, la tenacidad y la disposición a pasa por encima de derrotas transitorias para cuajar día a día, minuto a minuto, la posibilidad de liberar a nuestro pueblo. Después de muchos años de aparente quietismo en las filas del movimiento revolucionario; después de años duros para el movimiento revolucionario en los cuales nuestro pueblo y nuestros presos han sido estímulos muy directos para la continuidad y profundización de la lucha revolucionaria en medio de un carnaval de decepciones, de frustraciones, de «raje», de escepticismo y de todas esas manifestaciones que no tienen nada en común con la clase obrera y que si han estado muy emparentados con quienes se pusieron el disfraz revolucionario, pero que al quedarle grande tuvieron que soltarlo. Esta noche es de una característica que comienza a alumbrar muy pronto en nuestro pueblo la tendencia recuperadora del movimiento revolucionario, que se observa en toda América Latina y que en el mundo entero tienen una expresión abierta en la reciente y heroica victoria del pueblo de Vietnam. Como un homenaje a los camaradas que conquistaron su derecho a la libertad arañando la tierra, a las esposas y familiares de los que permanecían y permanecen en las cárceles, a todos los combatientes, a los caídos en la lucha, vayan estas palabras de fe revolucionaria. Por eso decíamos al comienzo que era la noche de Fabricio Ojeda y Argimiro Gabaldón; es por eso que se expresa para todos como una realidad viviente la sabia sentencia del comandante del pueblo Argimiro Gabaldón, cuando señalaba que el camino revolucionario, que el camino estratégico, el camino

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de Vietnam, es duro pero es el camino. Para nosotros, no cabe la menor duda que estas manifestaciones tienen una gran importancia para el porvenir de la revolución venezolana. No es posible acabar con el movimiento revolucionario venezolano, a pesar de los millones, de las deserciones, a pesar de las flaquezas y traiciones y a pesar de las debilidades de muchos que escogieron el camino fácil de servir de comparsa a quienes mantienen el orden de dominación y opresión contra el pueblo. Por eso, continuar la lucha es el mejor homenaje que podemos rendirle a los camaradas que escribieron el libro que se presenta esta noche, a los veinticuatro camaradas que participaron directamente de la fuga y a todos aquellos compañeros que anónimamente participaron en el desarrollo de esa actividad. Nosotros hubiésemos aspirado que este acto se convirtiera en una jornada en la cual participaran todos los revolucionarios venezolanos; es duro y dramático decirlo pero todavía los problemas que han afectado en los últimos quince años, al movimiento revolucionario venezolano, siguen evitando que nuestras fuerzas se cierren como un solo puño para golpear al enemigo común: al imperialismo norteamericano y a su gobierno títere. Hubiésemos deseado que los camaradas de los comités de luchas populares estuviesen presentes en este acto organizado por los compañeros del movimiento político Ruptura; participamos activamente en esta iniciativa de masas, porque creemos en la necesidad de sumar todos los esfuerzos de los revolucionarios venezolanos y porque consideramos que el ejemplo del camarada Salazar, de los camaradas del San Carlos, que han hecho posible el libro que se está presentando esta noche, debe merecer la participación de todos los revolucionarios, independientemente de todas las divergencias que nos puedan separar,

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porque más importante, más serias que estas divergencias, son las coincidencias que hoy en día obligan a los revolucionarios a reunirse para enfrentar en forma común al enemigo común. Son los combates de la clase obrera venezolana que comienzan a despuntar en la zona del hierro, en la zona petrolera, en la zona del centro y en las distintas regiones donde existe una masa importante de obreros sobreexplotados, oprimidos, que a pesar de esos «profetas» de la desesperanza y del escepticismo, siguen siendo la fuerza dominante que señala el camino de la revolución venezolana. Esa disposición de lucha de los obreros venezolanos obliga a los grupos revolucionarios de vanguardia como el movimiento político Ruptura, como los Comités de Luchas Populares, como la Liga Socialista, como los distintos agrupamientos que existen en Venezuela a unirse para fundirse con la clase obrera, para profundizar el combate, para pasar de la agitación y la propaganda a la organización de los núcleos proletarios, para trazar el camino que permita la construcción de un partido marxista-leninista que sea instrumento de lucha y de liberación del pueblo venezolano. La situación extraordinaria que presenta un país en plena crisis en la cual la represión económica golpea minuto a minuto a las masas populares, la represión expresada en el alto costo de la vida, en las redadas que realiza la Policía sobre las barriadas populares, en toda esta estructura en la cual el gobierno adeco de Carlos Andrés Pérez sabe de represión y sabe ser fiel guardián de los intereses del imperialismo y de la burguesía. Ya los compañeros se han referido al cuadro represivo que representa el país; queremos proclamar sin infantilismo de ninguna clase que este movimiento revolucionario continuará su proceso recuperador

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en medio de los cercos militares a las zonas campesinas, en medio de los cercos policiales contra las barriadas, en medio de los cercos policiales contra los liceos y universidades. Nuestra lucha, el proceso de construcción y fortalecimiento de una alternativa revolucionaria, se dará en medio de esa intensa represión, compañeros, se profundizará, porque este gobierno que representa los intereses de la burguesía y el imperialismo deberá reprimir cada vez más para tratar de contener este movimiento en ascenso que presentan los revolucionarios venezolanos. Además, esta crisis que sacude al país es de todo tipo, es una crisis económica, política, de moral revolucionaria, el sistema comienza a desmoronarse producto de una situación en la cual el robo ha sido nacionalizado, y quizás sea esa la verdadera nacionalización que debemos reconocer en este gobierno: la nacionalización del robo, donde no están involucrados simplemente estos pequeños personajes que ha representado el señor Pérez en su informe; y es en medio de esta ratería y corrupción, donde se levanta la Venezuela insurgente y de la dignidad, de la cual esta noche tenemos su expresión en este importante acto. Los billetes y las derrotas amilanaron a los que se disfrazaban de revolucionarios. Ya hemos dicho que el carnaval que se monta con motivo de las elecciones rectorales está dirigido a negociar, con los mismos que eliminaron las residencias estudiantiles, que metieron el Ejército en el Jardín Botánico, que intervinieron la Universidad, que aprobaron la Ley de Universidades, que han desarrollado dentro de la Universidad un sistema de espionaje y represión policial, que han permitido que numerosos estudiantes y profesores hayan sido fichados por la Policía.

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Los revolucionarios responden con la movilización popular, con el combate a fondo, vinculándose a la clase obrera, utilizando todas las posibilidades de enfrentar a este gobierno. Desde las formas que nos permiten realizar actos como este, hasta las que verdaderamente impone la burguesía: el enfrentamiento decidido como el que acaban de tener los camaradas de Guarenas, que han tenido la necesidad de ejercer la violencia popular para detener los planes de la burguesía de seguir golpeando a las masas empobrecidas. Este es el lenguaje que entiende la burguesía, el lenguaje de la violencia popular, pero una violencia que parte del derecho que la propia Constitución otorga al pueblo (prolongados aplausos); el derecho a revelarse contra la opresión; una política que nos permita trazarnos un rumbo claro, preciso y seguro para el movimiento revolucionario. Por eso, saludamos la iniciativa del compañero Diego Salazar, quien escribió un libro que de por sí se convierte en una iniciativa importante, por cuanto forma parte de esa literatura insurgente y revolucionaria que sólo pueden escribir quienes combaten y no los que escriben desde sus escritorios a expensas de la revolución. Es la contracultura revolucionaria, de los subversivos, del proletariado, la que se expresa en manifestaciones como la que acaba de dar el compañero Diego Salazar; y decimos finalmente, compañeros, que la actitud del movimiento político Ruptura, al realizar este acto unitario, al invitar a distintas organizaciones, es una iniciativa importante que indica que vamos por muy buen camino, por el camino de echar a un lado las pequeñeces, las manifestaciones sectarias para tomar el camino anchuroso y el camino pleno del triunfo, el camino de la unidad de los revolucionarios para construir los elemento necesarios para el derrocamiento de la burguesía (aplausos).

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Continúa la represión: el Gobierno quiere acallar la oposición18

ontinúa la represión destacada por el gobierno de CAPFedecámaras. Tal como hemos venido denunciando, el Gobierno quiere acallar a la oposición. Todo el que ose levantar la voz de oposición y protesta es prontamente reprimido, cualquier artimaña es buena para consumar este fin. Lo importante es cumplir con el objetivo fijado: silenciar la voz de la oposición y particularmente de la oposición revolucionaria, a la que no concilia ni calla, a los militantes la Liga Socialista. Para continuar sus planes opresores el gobierno de CAP echa mano a un hecho político que ha alcanzado cierto relieve, el caso del industrial William Niehous; a fin de cuentas eso resulta más conveniente para su política, que aclarar la denuncias hechas a algunos de sus encumbrados personeros, al parecer apoyándose en algunas denuncias. Pero no pueden engañar a nadie, la represión que adelantan contra la oposición y contra las instituciones que han hecho de la denuncia una manera de ser consecuente con el pueblo traba18 Artículo publicado en Basirruque Nº 14, marzo-abril 1976.

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jador, sólo puede ser explicada por el contenido antipopular del gobierno de Cap-Fedecámaras, y la necesidad de imponer por todos los medios sus ideas y proyectos que favorecen sus interés y perjudican al pueblo. O es que acaso ¿puede explicar el gobierno por qué el partido que lo sustenta asaltó y quemó la casa de MIR en San Felipe, y la casa de MEP en Valencia? ¿Tiene que ver con el secuestro de W. Niehous el partido Copei?, que al igual que AD representa los intereses de los empresarios antiobreros y de las compañías imperialistas que roban la riqueza que pertenece al pueblo. ¿Qué explica que sus propagandistas sean detenidos? ¿Pueden explicar en nombre de cuál democracia secuestran los periódicos Qué Hacer, Al Margen, Ruptura y Basirruque, nuestro órgano nacional? ¿Puede explicar el Gobierno por qué asaltó (lo hicieron los funcionarios de la Disip) la casa de la Liga Socialista en Ciudad Guayana y luego destruyó su mobiliario?, y por qué detuvo y hostigó al doctor Agustín Calzadilla, presidente del Comité de Defensa de los Derechos Humanos y militante de nuestra organización… ¿Y por qué tantos centenares de personas en lo que va del año, y fundamentalmente en los últimos días? Nada estamos inventando, la verdad es más clara que el día, el Gobierno pretende acallar a la oposición y aniquilar a la oposición revolucionaria, para muestra un botón. Veamos cómo se evidencia y recrudece la violencia reaccionaria contra la Liga Socialista: en el último mes han sido detenidos muchos de nuestros

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militantes y dirigentes, otros han sido hostigados, nuestras casas sometidas a vigilancias y algunas destruidas, nuestra prensa es recogida y nuestras iniciativas de propaganda obstaculizadas por la acción represiva. Orlando Villalobos, nuestro secretario general en el estado Zulia, ha sido uno de nuestros dirigentes detenidos. Oscar Battaglini, secretario político nacional, ha sido hostigado permanentemente, presentándose en su casa en varias oportunidades y avanzadas horas de la madrugada, comisiones de los cuerpos policiales, quienes inquieren por su persona y amedrentan a su familia sin arreglo a procedimiento legal alguno. Jorge Rodríguez, secretario general de nuestra organización, y Juan Medina, secretario político nacional, son permanentemente hostigados, en forma constante ha puesto a correr la especie de su presunta detención, con el propósito de preparar a la opinión pública para consumarla, sin duda con la intención de inculparlos de cualquier delito que se les ocurra. En los últimos días destaca, por el matiz criminal, la acción perpetrada por la Disip contra Edgar Morao y Omar Pinto, militantes de la Liga Socialista en Caracas, quienes fueron ametrallados mientras realizaban una actividad de propaganda en el 23 de Enero (el 30 de marzo de 1976) estando a punto de perder la vida a mano de sus captores, quienes luego procedieron a torturarlos en el piso mismo del vehículo policial. Son ya varios los atentados contra nuestras sedes en distintas regiones, aparte del asalto e incendio contra nuestro local en Ciudad Guayana, han sido violados nuestros locales en Maracaibo,

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Cabimas y El Tigre, virtualmente destrozada la sede de nuestra organización en Puerto La Cruz permanentemente hostigada nuestra sede en el Distrito Federal y en otras importantes localidades. Estos son sólo algunos de los procedimientos represivos contra nuestra organización, que se inscriben dentro del plan para acallar a la oposición y liquidar a la oposición revolucionaria y progresista, que adelantan el gobierno de CAP-Fedecámaras. Pero no lograrán amedrentarnos, seguiremos firmes en defensa de los derechos del pueblo y nos mantendremos sin componendas ni conciliaciones en la lucha por el socialismo revolucionario.

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Un gobierno represivo y reaccionario19

n la medida que el Gobierno profundiza el reacomodo y fortalecimiento del sistema capitalista y pone los grandes recursos financieros de que dispone al servicio de las transnacionales y de la burguesía interna, se le hace necesario transformar y cambiar muchas de las estructuras administrativas y políticas que garanticen la dominación de las clases dominantes y una mayor tasa de beneficio para ellas. Para lograr esos objetivos, aplican resoluciones emanadas del Ministerio de Trabajo que violan la propia ley, y cuando esto no es suficiente para contener la protesta de los trabajadores, apelan en forma directa a las fuerzas represivas: policías, Guardia Nacional y los llamados servicios secretos de seguridad, con los cuales siembren el terror con el fin de liquidar cualquier resistencia por parte de los trabajadores. En estos momentos el Gobierno trata por todos los medios de garantizar la llamada paz laboral, para lo cual reprime cualquier intento de los trabajadores por obtener sus reivindicaciones y al mismo tiempo, aplasta cualquier intento de huelga que pueda po-

19 Artículo publicado en Basirruque Nº 17, junio de 1976.

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ner en peligro los intereses de las clases dominantes. Al mismo tiempo, procura impedir que las fuerzas de la burocracia sindical que le sirven de apoyo puedas ser desplazadas por las fuerzas progresistas y revolucionarias. La situación represiva en los barrios es aún más dramática. Allí existe miseria, hambre, desempleo y se desarrollan luchas por obtener los servicios mínimos; se incuba todo un proceso de descomposición social que se ha dado en llamar «delito contra la propiedad privada». Para resolver esta situación, el Gobierno y su partido, por boca del secretario general, Luis Piñerúa Ordaz, plantea apelar a la Guardia Nacional para reprimir cualquier manifestación de descontento en esas áreas. Existen otras formas sutiles de represión, como son las llamadas «Brigadas Juveniles», organizadas por la Policía Técnica Judicial para sembrar el terror psicológico e impedir que la juventud se pueda organizar para el combate de sus derechos. En la misma medida que se desarrolla la violencia contra las masas, también esta se refleja en forma directa contra las organizaciones democráticas y revolucionarias del país, a quienes se les niega el derecho de manifestar para expresar públicamente su desacuerdo con la política gubernamental. Pareciera que el gobierno se orienta a gobernar sin ningún tipo de oposición, a objeto de desarrollar una política que garantice la entrega del país a las grandes compañías transnacionales. El soborno y a corrupción han venido a formar parte de las normas diarias de este gobierno. La represión ha venido tomando tal grado de violencia contra todas las organizaciones que no pasan días o semanas sin que haya

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detenidos en forma vil al combatiente y dirigente revolucionario Tito González Heredia, quien durante largos años combatió en forma resuelta por transformar la sociedad. Su asesinato fue la culminación de toda una propaganda oficialista tendiente a crear el clima que permitiera cometer este crimen. Prueba de ellos es que durante varias horas los médicos del Hospital Pérez de León no pudieron prestarle los servicios médicos que pudieron haberle salvado la vida. Luego fue trasladado al Hospital Militar por sus captores sin que su familia tuviese el derecho de decidir. Aquí se le mantuvo aislado y con una mínima asistencia médica, todo ello con el deliberado propósito de su liquidación f ísica. El propio director de la Disip estuvo engañando a sus familiares con informaciones falsas de una supuesta mejoría. Tal ensañamiento con un hombre que estaba ya en sus manos es insólito y viola los principios más elementales de los derechos humanos consagrados por los organismos internacionales. Es más, su asesinato fue realizado en una forma planificada. Es de preguntarse cómo un hombre solo, cercado por grandes fuerzas policiales, no pudo haber sido detenido con vida. Esto no sucedió, porque la orden terminante era liquidarlo. Nosotros estamos plenamente convencidos de que los cuerpos represivos del Estado han recibido órdenes precisas (de lo que ellos llaman la superioridad) de asesinar a los revolucionarios dispuestos a luchar en forma resuelta por transformar a esta sociedad. Tito González Heredia fue un combatiente que entregó su vida en aras de las ideas por las cuales había vivido y soñado y él, como todos los revolucionarios caídos en combate, seguirá viviendo en el corazón de nuestros obreros, campesinos, estudiantes, en el

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corazón de todo el pueblo. El mejor homenaje que le podemos tributar a todos los combatientes caídos es perseverar con firmeza revolucionaria para lograr hacer realidad los principios por los cuales estos lucharon, combatieron y cayeron con dignidad en el corazón del pueblo y en el mundo que transformaremos para hacerlos más hermoso y digno de ser vivido. Ese mismo pueblo, hoy o mañana, le rendirá el homenaje a que son acreedores los hombres que dan su vida por las ideas más hermosas; aquellas orientadas a transformar el mundo. Esta escalada represiva y terrorista del Gobierno sólo puede ser derrotada por un movimiento de masas y de opinión pública que sea capaz de sumar fuerzas para hacer respetar en forma plena las libertades públicas, los derechos humanos y los derechos de los trabajadores. Este movimiento debe contar con el respaldo masivo y activo de todas las fuerzas democráticas, revolucionarias, sindicatos, grupos de trabajadores en las fábricas, hombres y mujeres del pueblo, campesinos. Es necesario formar un frente unitario por el respeto a las libertades democráticas en el país y que abra camino para el debate político de todas las fuerzas en la búsqueda de coincidencias para detener la política de entrega, de soborno y represión que ha desatado este gobierno. Desde este momento, nosotros decidimos que estamos dispuestos a sumar fuerzas con todos aquellos que estén decididos a contribuir con su esfuerzo a la tarea de luchar porque en Venezuela se respeten las libertades democráticas. Llamamos a individualidades progresistas y revolucionarias a que hagan la consigna de este frente que lograría detener la maquinaria represiva y terrorista del gobierno.

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Sobre los problemas de la construcci贸n del partido

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Luchar por la formación del partido revolucionario del proletariado constituye una tarea de inmenso valor estratégico20

Compañeros delegados: Cuando el 19 de noviembre de 1973 reunimos en Asamblea a varias decenas de partidarios de la política revolucionaria del voto nulo y acordamos la formación de la Liga Socialista, señalamos este paso como una forma de cumplir con la exigencia de «fortalecer en las masas la conciencia sobre la necesidad de la resistencia organizada y orientarlas para que se preparen en función de este objetivo: levantar el socialismo como alternativa frente a la crisis; conquistar victoria en los combates populares y derrotar las ilusiones que levantan los electoralistas; educar a las masas, a través de su propia experiencia, e ir construyendo sólidas organizaciones revolucionarias al calor de una profunda lucha en el terreno de la teoría». Con toda precisión señalamos que: «en nuestro país no existe un Partido Revolucionario del Proletariado. Luchar por la formación de dicho partido constituye una tarea de inmenso valor estratégico. Declaramos por lo tanto, que el combate por ese objetivo constituye el eje de nuestra actividad. 20 Informe a la I Asamblea Nacional de la Liga Socialista, 1 de junio de 1975.

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Esto significa, desde el punto de vista práctico, que la clase obrera es la columna vertebral de la construcción organizativa». Este fue nuestro grito de guerra en una etapa en la cual el régimen burgués-democrático-representativo presentaba una situación de crisis y manipulaba el proceso electoral como medio para corregir la inestabilidad de las instituciones burguesas e introducir los reajustes necesarios para enfrentar las exigencias políticas del nuevo período que se abriría en el país con posterioridad a las elecciones del 9 de diciembre de 1973. En el curso de 1971 y 1972 se había venido operando un lento proceso de ascenso de las luchas populares y un cierto grado de radicalización política caracterizado por desconfianza hacia los partidos políticos tradicionales, el Congreso, el proceso electoral, la politiquería; por un cierto auge de la política socialista que llegó, incluso, a sembrar temor en Fedecámaras y en otros sectores reaccionarios. Estos sentimientos espontáneos, lógicamente, no alcanzaban el nivel de conciencia socialista propiamente dicha. Ese nivel sólo podría ser alcanzado a través de una firme, tenaz, consecuente y correcta labor revolucionaria. Precisamente, la táctica del voto nulo, se proponía transformar dichos sentimientos espontáneos, en una poderosa arma de lucha contra los explotadores. El propósito anterior pudo lograrse sólo de manera parcial. Esto se debió a varios factores. Los sectores reaccionarios lanzaron una poderosa ofensiva, que logrando polarizar la lucha entre AD y Copei, dio como resultado que las masas, en la consulta electoral, se pronunciasen en torno a una u otra solución burguesa. Esto fue posible debido a lo siguiente: a) el socialismo refor-

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mista facilitó la tarea sumándose al carnaval electoral, rebajando la combatividad popular, subestimando y de hecho no tomando en cuenta los conflictos de clase, rebajando el contenido concreto de la denuncia política y cayendo en el juego del consignismo y los estribillos propagandísticos, vacíos de verdadero mensaje revolucionario. b) Los errores de los sectores revolucionarios más radicalizados, no permitieron que el movimiento marxista-leninista superase su debilidad y se presentara en esa coyuntura política como una alternativa capaz de conquistar una significativa victoria, tangible, evidentemente palpable. Uno de los errores más importantes estuvo representado por el hecho de que el conjunto de los sectores revolucionarios radicalizados, no fue capaz de comprender (sobre todo a determinada altura del proceso electoral) la importancia de la táctica del voto nulo, como instrumento capaz de organizar a un amplio sector de las masas. La perseverancia en una línea revolucionaria nos permitió salir de la coyuntura electoral relativamente fortalecidos desde el punto de vista político y organizativo con la moral muy en alto. Contrastaba esta posición con la actitud de los reformistas que sintieron como que el mundo se les venía abajo. Las dirección del MAS, llegando al extremo de la pérdida de fe en las perspectivas revolucionarias, se aprestó a iniciar una etapa de colaboracionismo con el Gobierno burgués y pro-imperialista de CAP-Fedecámaras. A esta Asamblea arribamos en medio del sostenido esfuerzo revolucionario por materializar uno de nuestras consignas «¡El socialismo se conquista peleando!»

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La táctica del voto nulo significó un instrumento político e ideológico para educar, organizar y movilizar a sectores avanzados de las masas Es necesario que intentemos apreciar el papel cumplido por la táctica revolucionaria del voto nulo. Sus resultados están a la vista: logramos insertarnos, aun cuando no en gran escala, en un intenso período de movilización política y agitación entre sectores avanzados de la clase obrera y de todo el pueblo. Este logro tiene una extraordinaria importancia estratégica. Comienza a imprimir a la resistencia organizada un carácter popular y sienta un punto de partida para lograr entre el movimiento obrero y el socialismo, piedra angular en el proceso de formación del Partido Revolucionario del Proletariado. Precisamente, la certeza de dicha política, en relación a la pasada coyuntura electoral, obliga a su análisis en aras de acumular experiencias positivas para el movimiento revolucionario. Cuando presentemos la táctica del voto nulo como alternativa ante el proceso electoral, moldeado y manipulado por la burguesía con fines abiertamente ventajistas y favorables a sus planes de dominación, resaltamos que el filo principal de la táctica debe estar dirigido a desenmascarar y cuestionar el orden existente y promover la organización de las masas a partir del fortalecimiento de los sentimientos antisistema que crecen entre ellas. Por lo tanto, es imprescindible elaborar una táctica que determine que las masas al votar manifiesten una clara y decidida protesta contra el orden actual y las relaciones económicas y políticas vigentes. Implica también que la táctica no debe alentar ninguna ilusión en

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la posibilidad de que las masas resuelvan la situación de miseria y explotación en que viven, a través de los mecanismos institucionales actuales. Esta es una definición que no deja lugar a dudas. Se trata de enfrentar en la teoría y en la práctica, las concepciones foquistasreformistas que atenazaban al movimiento revolucionario y que aún se hacen presentes en diversas situaciones. Era necesario que se produjese una rectificación en toda la línea, que nos apartase tanto del primitivismo con sus encasillamientos dogmáticos, que suelen ser propiciadores de desviaciones de derecha, como del manoseado y perniciosos oportunismo que coloca al movimiento revolucionario a la cola de la burguesía y contribuye a desarmar a las masas, convirtiéndolas en fácil presa de los explotadores. Nuestra posición significaba una importante revolución interna en un movimiento revolucionario que solía medrar entre el foquismo y el reformismo. Destaca en la táctica la implementación marxista de un problema decisivo para el movimiento revolucionario: la necesidad de combinar en forma certera las distintas formas de lucha y organización, sacando este problema de las formulaciones abstractas para inscribirlos en la realidad diaria de la lucha de clases. Haber definido una táctica nos permitió, pese a nuestros limitados recursos, desplegar una intensa labor de educación socialista en el seno de los sectores más avanzados de las masas; la propaganda y la agitación revolucionarias lograron sembrarse en importantes sectores y dejaron el germen de la revolución que más tarde ha permitido avanzar en el proceso de construcción

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de núcleos revolucionarios. Los resultados de esta táctica pueden ser medidos en términos cuantitativos y cualitativos. Desde el punto de vista cuantitativo, podemos señalar el dato objetivo de los 200.000 votos nulos que fueron depositados. Estos no fueron, salvo un muy reducido margen, producto de errores cometidos por los electores. Desde el punto de vista cualitativo, quedaron los diversos núcleos organizados que hoy constituyen base decisiva de los cuadros y militantes que integran la Liga Socialista. Los propios reformistas se sorprendieron de la tenacidad como se desenvolvió campaña del voto nulo. Con los medio de comunicación de la burguesía cerrados a nuestros planteamientos, con la ofensiva represiva del régimen burgués lanzada contra los partidarios del voto nulo, con grandes limitaciones materiales, con profundas divergencias en el seno del propio movimiento marxista-leninista que no logró presentar una táctica común, con limitaciones en la cantidad de cuadros necesarios para abocarse a la implementación de la táctica, fuimos capaces de demostrar que una línea justa, aplicada en forma perseverante, con coraje y audacia proletarias, prende finalmente. Una táctica justa permite resolver progresivamente el problema de la falta de cuadros. Los cuadros revolucionarios existen como potencialidad en el pueblo, particularmente en la fila de los obreros avanzados, en los hombres que espontáneamente se colocan al frente de sus hermanos de clase y encabezan las diversas protestas. De la aplicación de la táctica del voto nulo surgieron numerosos hombres y mujeres del pueblo que hoy en día militan en las filas del movimiento revolucionario. Son cuadros que viven en un proceso

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de formación con la finalidad de afirmar en ellos los principios y valores proletarios. Esta primera Asamblea es una muestra de los que decimos, pues muchos de los aquí presentes hicieron sus primeras armas contra el imperialismo y la burguesía en la aplicación de la referida táctica, otros abandonaron posiciones políticas erróneas ante a fuerza revolucionaria que irradió. También son ustedes protagonistas y testigos de un logro: en muchos rincones de Venezuela prendió la llama de la revolución al surgir núcleos proletarios organizados que vienen librando combates clasistas importantes a partir del desarrollo de la táctica del voto nulo. Partiendo del nivel de conciencia existente en el seno de las masas, tratamos de vincularnos a ellas sin levantar ilusiones en que podrían superar una situación de miseria y explotación a través de unas elecciones condicionadas por la burguesía. Esto se diferencia, como el día de la noche, de la política seguida por los reformistas que levantaron en las masas falsas ilusiones en torno a candidaturas que consideraban triunfantes y de lemas electorales que utilizaban los problemas de las masas como anzuelo para pescar votos. En el desarrollo de la táctica del voto nulo destaca un logro cualitativo, determinado por los nexos que se establecieron con un contingente de obreros avanzados que comenzaron a abrazar al socialismo, convirtiéndose en militantes del socialismo revolucionario. Otro de los logros importantes en la aplicación de la táctica del voto nulo está representado por el hecho de que ella abrió una vía en el proceso de recuperación del movimiento revolucionario.

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Un obstáculo importante que limitó el alcance de la táctica de recuperación del movimiento revolucionario, fue la imposibilidad de que los diversos sectores marxista-leninistas se uniesen en torno a una política común. Desde el principio se pusieron en evidencia distintas posiciones sobre la cuestión electoral. Veamos: 1.- La abstención electoral: a nuestra manera de ver, esta táctica no fue más que una repetición mecánica de la táctica electoral presentada por el movimiento revolucionario en etapas anteriores. Esta táctica no se correspondía con el análisis marxista de las condiciones concretas existentes en el país. No tomaba en cuenta el nivel de conciencia de las masas, la correlación de fuerzan entre el enemigo y el movimiento popular, la necesidad de combinar correctamente las diversas formas de lucha, la necesidad de saber aprovechar las condiciones políticas presentes en el proceso electoral con la finalidad de educar a las masas, etc. La abstención electoral se corresponde, por lo general, con un período pre-insurreccional. Salta a la vista que las condiciones existentes en el país estaban y están, alejadas de una situación de este tipo. 2.- La táctica de no definir posición frente a las elecciones, sino «estimular los conflictos de clase»: esta táctica (o mejor dicho, esta no-táctica) partió de sectores revolucionarios dominados por concepciones y prácticas espontaneístas. De hecho, este planteamiento consideraba que el movimiento revolucionario no tenía fuerza como para impulsar una política propia frente a las

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elecciones. Ante la coyuntura electoral se adoptaba la actitud de esconder la cabeza, es decir, una actitud de postración, de rendición sin lucha. Como cobertura, como cortina de humo dirigida a ocultar la incapacidad para trazar y desarrollar una política, se pregonaba una hipotética inserción en los conflictos de clase dirigida a estimular las luchas proletarias sin estarse preocupando por el debate electoral. 3.- La táctica de condicionamiento o táctica de dos fases: esta táctica se fundaba en los siguientes elementos: a) caracterizaba las elecciones como una farsa; b) ante el problema de si se debía presentar candidato a la presidencia de la República y candidatos al Congreso Nacional, o se debía proceder de otra manera, en dos fases: en primer lugar, plantear una etapa en la cual se lucharía por democratizar el proceso electoral y crear las condiciones necesarias para la participación de los revolucionarios en el proceso electoral, se respaldaría a un determinado candidato a la presidencia de la República y listas al Congreso Nacional; si no se lograba, se podía llamar a votar nulo, a la abstención o al boicot. Esta táctica la criticamos por confusa, por no definir, de hecho, ninguna posición. En la práctica, a pocos meses de la realización de las elecciones, planteaba como alternativa frente a ellas casi todas las tácticas electorales posibles: desde el respaldo a un candidato a la presidencia de la República y la presentación de listas al Congreso Nacional, hasta el boicot a las elecciones pasando por la abstención y el voto nulo. Llama la atención igualmente, que a pocos meses de la fecha de las elecciones, en un período caracterizado por la crisis y debilidad del movimiento revolucionario y de masas, por la superioridad del enemigo, etc., una dirección

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revolucionaria no supiese que en el país no existían condiciones como para, en un momento dado, llamar al boicot electoral, es decir, no existían condiciones para que estallase un movimiento insurreccional dirigido por la clase obrera. En verdad esta táctica yuxtaponía dos políticas: una política de respaldar a un candidato a la presidencia de la República y una política de no participación en las elecciones. Además incurría en un serio error de subjetivismo: creer que un movimiento revolucionario en crisis, debilitando y a la defensiva, podía levantar un movimiento capaz de modificar las condiciones en que se desenvolvía el proceso electoral. Dichas condiciones constituyen los rasgos típicos de los procesos electorales organizados bajo la democracia burguesa neocolonial que existe en Venezuela. Modificarlas implicaba, por lo tanto, constituir un frente de fuerza capaz de hacer retroceder a la burguesía y la imperialismo. Obviamente, el movimiento revolucionario no vivía un momento que le permitirá dar un paso de ese tipo. Ante el argumento anterior, se decía que precisamente era eso lo que se quería demostrar, o sea, que bajo la dominación burguesa no era posible una contienda electoral más o menos libre. Tal como lo demostramos, ese argumento no tenía ningún valor. Esa demostración la han desarrollado las organizaciones marxistas en distintas épocas y en distintos países, a través de la agitación, la denuncia política y la propaganda, combinadas con la movilización y organización de las masas. No han tenido necesidad de recurrir a subterfugios tales como la táctica del condicionamiento o de dos fases.

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Finalmente, los camaradas propulsores de la táctica de condicionamiento, adoptaron la táctica del voto nulo; pero lo hicieron de manera muy tardía, a muy escasos meses de la fecha de las elecciones. Lógicamente no lograron hacer mucho por ella ni pudieron en tan poco tiempo, movilizar efectivamente a su organización. Como puede apreciarse, diversas tácticas a ser desarrolladas por un movimiento revolucionario debilitado no podían permitir la necesaria concentración de fuerzas como para enfrentar a una burguesía resteada en una posición contrarrevolucionaria y avanzar en una política de recuperación, reorganización y preparación de las fuerzas populares. Otro obstáculo importante para el desarrollo de la táctica del voto nulo estuvo representando por nuestros errores y nuestras limitaciones podemos ubicarlos en los siguientes aspectos: a)

La influencia de perjuicios foquistas y concepciones reformistas dificultaron bastante la adecuada y correcta comprensión del problema de la combinación de las formas de lucha y la posibilidad y la necesidad de utilizar el proceso electoral y la relativa legalidad burguesa, con la finalidad de llevar un mensaje revolucionario a las masas e intensificar la agitación y propaganda socialistas. Esto constituyó un serio factor de retraso. Sin embargo, las discusiones provocadas para enfrentar las concepciones erróneas generadas por los perjuicios foquistas y reformistas, fueron muy útiles y contribuyeron a la educación de la organización.

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En algunas regiones, particularmente, en el sur-oriente del país, durante cierta etapa dominó la línea espontaneísta de no definir posición frente a las elecciones, sino estimular los conflictos de clase. En consecuencia, durante un tiempo no pusieron en práctica las orientaciones dirigidas a impulsar la táctica del voto nulo.

Otra idea incorrecta que se puso de manifiesto fue la de asociar la táctica del voto nulo con la línea espontaneísta de negación absoluta de los partidos políticos. En el curso de la lucha fue derrotada.

Una de las manifestaciones de la influencia reformista que más se generalizó, fue la de asociar mecánicamente el voto nulo con la conquista de determinadas reivindicaciones. Por ejemplo, se difundían consignas tales como: «Por mejores salarios, vota nulo». Esto creó confusión e hizo más dif ícil que las masas comprendieran el verdadero contenido de la táctica del voto nulo.

Fue bastante dif ícil también que la organización comprendiera que nuestro propósito fundamental era lograr vínculos orgánicos con la clase obrera venezolana, construir núcleos proletarios en el seno de las masas y en fin, lograr un saldo político organizado lo más amplio posible. En la organización a través de la asimilación inconsciente de las prácticas y métodos electoralistas, se ponía de manifiesto la tendencia a convertir la táctica del voto nulo en el desarrollo de una campaña electoral convencional. O sea, la difusión de consignas, la celebración de actos públicos y todas

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aquellas tareas que caracterizan la actividad electoral de los reformistas, sin tomar en cuenta los conflictos de clase sin hacer todo los posible por lanzar a los explotados contra los explotadores, sin hacer todo lo posible por colocarse al frente de las luchas populares corriendo todos los riesgos que ella implica, sin comprender que a través de esas luchas es necesario ir construyendo una sólida vanguardia marxista-leninista. f )

También se puso de manifiesto el error de no comprender que la clase obrera es el eje de toda nuestra actividad político-organizativa. En consecuencia, se dedicaban esfuerzos preferentes hacia otros sectores sociales, que teniendo gran importancia dentro de nuestro proceso revolucionario sin la guía y la dirección de la clase obrera, no sólo son incapaces para garantizar la marcha ascendente de la revolución, sino que hasta pueden convertirse en un obstáculo para ella (es de hacer notar que, si bien se ha emprendido una jornada de rectificación, el peso de este error sigue haciéndonos mucho daño. La significación de los elementos de origen no proletario sigue influyendo notoriamente en la composición de los organismos dirigentes y en el conjunto de nuestra estructura organizativa).

Los años de enclaustramiento y aislamiento del movimiento revolucionario sin poner en práctica una táctica que permitiera nuestra inserción en los conflictos políticos y sociales de la coyuntura habían como enmohecido nuestras filas. No fue fácil, por lo tanto, poner en movimiento a la orga-

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nización en forma audaz y a la vez disciplinada. La actitud conservadora y tímida constituyó un serio problema. A la vez, cuando se trataba de actuar con audacia, se caía en una actitud liberal y de subestimación de política represiva del enemigo (si bien la actitud conservadora ha ido siendo derrotada, la actitud liberal sigue en pleno auge). h)

Además de estas fallas de orden político, confrontamos, tal como y lo hemos dicho, con limitaciones en cuanto a nuestra posibilidad de suficientes cuadros capaces y de cierto prestigio, y en cuanto a recursos materiales de diversos orden.

Estos son, pues, las limitaciones y errores más importantes que frenaron el empuje de nuestra organización en la aplicación de la táctica del voto nulo. En nuevas condiciones y con variadas manifestaciones continúan influyendo sobre nuestra práctica revolucionaria. Por lo tanto, la batalla contra ellos debe incrementarse. Pese a que hemos logrado avances en la lucha contra dichos errores e ideas incorrectas, nos hace falta todavía mucho trecho por recorrer. Ahora bien, si balanceamos lo acertado y lo erróneo, los avances y las fallas en la aplicación del voto nulo, tomando en cuenta lo que era nuestra organización entre 1971 y 1972, es decir, el punto desde donde partimos y las posibilidades que se nos ofrecían en correspondencia con nuestra debilidad y nuestras potencialidades, es evidente que el saldo es positivo y que hemos dado un saldo importante. Lo obtenido trasciende las fronteras de nuestra organización. La táctica del voto nulo y la continuidad que ha te-

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nido nuestra política después de diciembre de 1973, han dejado una buena experiencia y diversas enseñanzas para el movimiento revolucionario venezolano. Hemos venido venciendo el escepticismo, la desconfianza, las reticencias, la autosuficiencia, la sorna y los prejuicios con los que diversos sectores revolucionarios han juzgado y valorado nuestra política. Nos hemos ganado el respeto de importantes sectores populares, hemos conquistado pequeñas pero significativas victorias y hemos ido construyendo un movimiento marxistaleninista en escala nacional. Como se dice corrientemente: «aún no podemos cantar victoria». Falta todavía mucho trecho para considerar consolidado el esfuerzo político-organizativo que venimos haciendo. Diversos sectores marxista-leninistas han lanzado distintas acusaciones contra nuestra política. En algunos casos han anotado peligros reales, desviaciones probables a las que se enfrenta nuestra política. Estos fenómenos han sido previstos por nosotros desde el principio. Se trata de las desviaciones y peligros, a los que en general, está sometida una determinada línea política. Sortearlos y marchar en un proceso ascendente es parte del arte de la dirección revolucionaria. Sería tonto y absurdo que por temor a los peligros que lógicamente acechan el desarrollo de una política, ésta sea abandonada. Esto es lo que sugieren, a través de injustificados ataques, ciertos sectores revolucionarios. Está bien que se señalen los peligros y se alerte en torno a ellos. Esto nunca estará de más; pero no es esto lo que hacen los sectores que venimos aludiendo.

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La presencia innegable de la Liga Socialista y sus organizaciones auxiliares, el Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo y la Liga de Mujeres, confirma los logros de la táctica que se puso en práctica durante el pasado proceso electoral. La Liga Socialista ha surgido como respuesta a las necesidades de educar a las masas en el socialismo, organizar núcleos proletarios y movilizar los sectores populares en la lucha por sus derechos y el socialismo. Está por verse si cumpliremos cabalmente con dichos propósitos, tenemos confianza en nuestras posibilidades y en la política que estamos desarrollando. Sin desmayar marcharemos hacia la construcción de una vanguardia proletaria y hacia la toma del poder. Ha transcurrido poco tiempo de haber decidido quienes sustentamos la táctica del voto nulo, la constitución de la Liga Socialista; más que haber constituido, podemos hablar de haber cohesionado a parte importante del movimiento por el voto nulo para darle continuidad a una táctica determinada, vinculándola más estrechamente a los propósitos estratégicos del movimiento revolucionario. Desde un comienzo hemos afirmado que no estamos trillando el camino tradicional y burocrático del viejo movimiento revolucionario que llevaba su desprecio por las masas al grado de practicar el más descarado utilitarismo con la finalidad de realizar proyectos totalmente desvinculados de los intereses populares. Lo que privaba era un interés elitista, el interés de la camarilla dirigente y del conjunto de la burocracia partidista. Hemos roto con esta concepción pequeñoburguesa y cuando trabajamos por el desarrollo de la Liga Socialista, el Movimiento Estudiantil de

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Unidad con el Pueblo o por la Liga de Mujeres, lo hacemos con la finalidad de luchar por los derechos populares, por consolidar organizaciones proletarias, formar una escuela de socialismo que eduque a los hombres más avanzados del pueblo y a las más amplias masas, crear instrumentos de combate clasista, contribuir al robustecimiento del movimiento revolucionario. Esto explica nuestra existencia como movimiento de masas revolucionario que toma el marxismo-leninismo como guía para el análisis y la acción y convierte el objetivo de formar el partido revolucionario del proletariado en la razón fundamental de nuestra actividad. Los esfuerzos principales Desde nuestra declaración constitutiva señalamos que ante la inexistencia de un partido revolucionario del proletariado, la tarea por su formación se convertiría en una labor de inmenso valor estratégico, en el eje de toda nuestra actividad y por lo tanto en la tarea a la cual se subordinarían todas las demás. Desde el punto de vista teórico y práctico, esto indica que la clase obrera debe ser la columna vertebral de la construcción organizativa. También dijimos que en la situación que vive el movimiento revolucionario venezolano es completamente válida la afirmación de Lenin, según la cual «sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario». Se impone, por lo tanto, como tarea fundamental, como condición para lograr una vinculación revolucionaria con las masas, desarrollar una decisiva lucha en el terreno de la teoría revolucionaria con la finalidad de completar la elaboración de una línea general marxista-leninista y derrotar las posiciones foquistas y reformistas que afectan negativamen-

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te el proceso de organización de la clase obrera como «clase de vanguardia». Y de seguidas, para despejar las dudas, asentamos: «La lucha en el terreno de la teoría, para que sea efectiva y verdadera, debe estar estrechamente ligada al desenvolvimiento de los conflictos de clase. Esta doble lucha, desarrollada en un solo acto, constituye la real unión de la teoría y la práctica». Nuestra actividad en las fábricas Apoyados en estas orientaciones básicas, que se convierten algo así como en brújula de nuestro movimiento, hemos dedicado esfuerzos importantes al trabajo con los obreros avanzados. Después de mucho tiempo de permanecer esencialmente abocados a un trabajo superficial con sectores estudiantiles y marginales, hemos ido lanzando nuestra actividad hacia las concentraciones obreras del país. Como resultado de esta actividad, se han ido consolidando núcleos proletarios en la gran industria. Así, en las ramas de minería, siderurgia, textil, etc., hemos orientado importantes esfuerzos políticos, ideológicos y organizativos. Queremos destacar nuestra activa participación en las elecciones efectuadas en noviembre de 1974 en la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), en las cuales participamos en forma decidida con una política que enfrentó a la alianza Estado-capitalismo-imperialismo y burocracia sindicalista. Allí, haciendo frente común con otros sectores revolucionarios realizamos una intensa agitación socialista que contribuyó a la educación de los trabajadores y estimuló la organización de núcleos obreros en lucha por el socialismo y en los días que precedieron la celebración de esta Asamblea, hemos participado en la justa lucha de los obreros del hierro por el pago

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de sus prestaciones sociales y la celebración de elecciones sindicales con la finalidad de despojar a los burócratas sindicalistas del control de los sindicatos del hierro. Esta huelga ha contribuido a poner al descubierto el fraude de las nacionalizaciones burguesas. El Estado neocolonial es complaciente con las empresas imperialistas, en tanto que es duro con los trabajadores: secuestra sus prestaciones, los reprime, los amenaza con despidos, intenta engañarlos recurriendo a trácalas jurídicas, etc. En la región de Barcelona y Puerto La Cruz, la Liga Socialista ha mantenido un vínculo estrecho con importantes concentraciones obreras, a través de la prensa revolucionaria local, divulgándose periódicos como El Proletario y El Martillo, se ha mantenido la agitación socialista. Estos periódicos actúan como agitadores y organizadores. Valga como demostración de lo que decimos, la activa presencia de nuestra política revolucionaria en la empresa Mercedes Benz. Allí ha encontrado el apoyo de los obreros y ha provocado el enfrentamiento insidioso de los revisionistas y reformistas que sin ningún escrúpulo se han aliado con la burguesía para enfrentarnos. En la misma región oriental, en Cumaná y Marigüitar, el trabajo obrero ha sido constante y nos ha vinculado en forma revolucionaria con núcleos obreros. Igual trabajo venimos realizando en el Distrito Federal, región en la cual sin haber afianzado el trabajo obrero en empresas básicas y de alta concentración del proletariado, se ha conducido una actividad perseverante que ha generado vínculos con obreros avanzados permitiendo la formación de núcleos ganados para el socialismo revolucionario; en la región tenemos participación en varios sindicatos, lo que aumenta nuestras posibilidades para

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adelantar una política proletaria en el movimiento sindical de dicha zona. En la región industrial del centro se han establecido relaciones importantes con obreros de la industria textil que comparten aspectos sustanciales de nuestra política y que poseen gran disposición a mantener vínculos orgánicos con nosotros con la finalidad de adelantar diversos combates. Fallas y desajustes nos han impedido consolidar núcleos proletarios en la región. Adelantamos medidas para corregir nuestras deficiencias y avanzar. En la región industrial del estado Lara se ha cumplido trabajo obrero y los vínculos que se han dado permiten contar con sectores obreros identificados con nuestra política. En la zona petrolera del país hemos encontrado buena acogida para nuestra política. Ello plantea la posibilidad de formar comités iniciales de la Liga Socialista entre los trabajadores de toda la región. Este debe ser un objetivo inaplazable dada la importancia que va adquiriendo allí la concentración obrera. Si tomamos en cuenta que en los planes de desarrollo neocapitalista la industria petroquímica será impulsada con la consiguiente ampliación del proletariado, se destaca más la importancia de consolidar nuestro trabajo en la zona. La presencia de varios núcleos obreros de la Liga Socialista, la participación en varios sindicatos (en algunos con funciones de dirección principal) ha ameritado dar respuestas políticas y organizativas a diferentes problemas. Recientemente hemos con-

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solidado un núcleo de cuadros de dirección que se abocaron a consolidar exclusivamente el trabajo obrero y hemos dado impulso al intercambio de experiencias para proceder su síntesis y a la elaboración de una política general y a un programa para orientar nuestra acción entre y con la clase obrera. Al precisar algunas características del trabajo obrero que venimos desarrollando, podemos asentar varias opiniones que permiten profundizar el estudio en torno a nuestras experiencias y buscarle respuesta a algunos problemas. Nos basaremos en conclusiones tentativas que se desprenden de discusiones sostenidas con compañeros que coordinan núcleos de trabajo en varias regiones del país. 1.

En las fábricas y empresas que mantienen una alta concentración de obreros, ubicadas en las ramas básicas del sistema productivo capitalista, se suceden avances importantes de nuestro trabajo revolucionario y se observan condiciones favorables para que los obreros acojan la teoría socialista.

Los avances logrados en dichos centros industriales han estado ligados a importantes luchas obreras donde en no pocas oportunidades han sido desconocidas la alta dirección burocrática sindical y la autoridad misma del Estado, trasladándose el poder de decisión a la asamblea de los obreros. La ausencia de vanguardias proletarias organizadas con suficiente experiencia y prestigio, ha permitido que los burócratas al poco tiempo recuperen las posiciones perdidas.

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Nuestra propaganda y agitación han alcanzado profusión (aparte de que Basirruque ha dedicado varios números a analizar problemas obreros, también ha proliferado la prensa obrera local) y tienden a identificarse con las demandas obreras. Particularmente ha sido intensa la denuncia de la mafia sindicalista, por lo cual el hostigamiento policial se ha hecho sentir y las pandillas patronales han consumado más de una agresión contra los militares revolucionarios y contra los obreros. Se ha presentado en varias ocasiones, una situación que atenta contra el estilo revolucionario de trabajo. Algunos de nuestros agitadores realizan jornadas de agitación en los portones de las fábricas en forma circunstancial, es decir, no perseveran en esta tarea y no planifican decididamente, apareciendo una especie de «paracaidismo» en nuestro trabajo obrero. 3.

Las posiciones que hemos alcanzado en la dirección del movimiento sindical se han convertido, como era de esperarse, en blanco de la represión patrono-sindicalista-policial, pero lo más preocupante es que todavía no sabemos manejar desde tales posiciones una correcta línea de masas y organización. Los siguientes son los principales peligros que nos acechan: a) convertir la acción económica en el centro de nuestra actividad, olvidando la relación dialéctica que ésta tiene con las tareas de construcción de núcleos revolucionarios en capacidad de enfrentar las tareas estratégicas del proletariado. Actuamos en la práctica confundiendo la or-

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ganización de las masas en su conjunto con la organización de la vanguardia, por lo cual los resultados siempre serán muy limitados y transitorios. Aun cuando no sea nuestra intención, las consignas pueden hacernos incurrir en peligrosas desviaciones espontaneístas muy en boga a comienzo de la década de los setenta. Así, por ejemplo, al referirnos al carácter democrático popular de los sindicatos de nuevo tiempo, presentando como alternativa frente al ejecutivismo y al paternalismo de los burócratas sindicales, el poder de la decisión de las asambleas obreras, debemos cuidarnos de establecer (de acuerdo a las condiciones concretas) la relación de la asamblea como la solución óptima, olvidando la relación entre las diferentes formas de organización y de lucha, la relación entre forma y contenido y el hecho mismo de que lo decisivo es el contenido. Una asamblea puede ponerse al servicio de los elementos de vanguardia o responder a las decisiones más atrasadas o vacilantes. Además, no podemos olvidar la influencia del reformismo y la reacción en el movimiento de las masas y la capacidad de maniobra de los burócratas sindicales, los cuales cuentan con el respaldo de las clases dominantes. Es la organización del partido revolucionario del proletariado lo que sirve de guía para la acción. b) Enredarnos en los reclamos sindicales sin entender las formas de participación de la clase obrera en su conjunto dentro de esta lucha, con lo cual abrimos paso a una nueva burocracia, que por muy buenas intenciones que la animen y por muy radicales que aparezcan sus planteamientos, no podrá escapar del aislamiento con la clase obrera y su incapacidad para profundizar la lucha.

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En la mayoría de los casos, luego de los momentos estelares de los conflictos, las luchas fabriles quedan aisladas y es retomada de nuevo la dirección por los burócratas sindicales, o bien, cunde el escepticismo y la frustración entre la masa obrera.

La organización política de los obreros no ha superado el desarrollo local, los mecanismos de coordinación y dirección nacionales son muy débiles. En las propias localidades el trabajo obrero se desenvuelve en forma desorganizada, sin dirección colectiva y sin planes conscientemente elaborados y aplicados. La actividad de la Liga Socialista en los barrios marginales

El propio desarrollo capitalista dependiente del país con sus características deformaciones socioeconómicas, ha concentrado a un importante contingente del proletariado venezolano en los barrios de Venezuela. Allí se ha venido concertando, en la práctica, una estrecha relación entre obreros, los denominados marginales y los estudiantes, que obliga a redefinir la orientación de la actividad revolucionaria que se cumple en este escenario de la lucha de clases. La herencia que obtuvimos del movimiento revolucionario tradicional, cuya actividad se concentraba esencialmente en los barrios, permitió obtener un saldo organizado en barrios de distintas regiones del país. En los estados Zulia, Mérida, Táchira, Lara, Carabobo, Anzoátegui, Sucre, Monagas, Bolívar, Miranda y en el Distrito Federal, existen comités de barrio de la Liga Socialista que desempeñan una creciente actividad de propaganda, agitación y organización. Debemos repetir una conside-

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ración que hemos hecho sobre la orientación de dicha actividad. En muchas partes no se logra entender a cabalidad la relación entre el barrio y la fábrica. Cuando impulsamos el trabajo de barrio generalmente lo hacemos de manera indiferenciada en relación a las clases sociales que allí residen, no acertamos a distinguir entre la organización de la clase de vanguardia y el frente de clases explotadas. Todavía continuamos orientando nuestro trabajo de barrio en base a orientaciones empíricas sobre la magnitud de sus problemas de vivienda: agua, luz, calle, transporte y otros servicios y no teniendo como punto de referencia un criterio clasista. Sin subestimar el trabajo entre los pobladores de los barrios marginales y sin olvidar la atención de los problemas de las masas, pues ello constituye el punto de partida de las tareas de organización, la inversión de nuestros esfuerzos debemos concentrarla fundamentalmente en los barrios de alta concentración obrera. Asimismo, la organización de los obreros en los barrios, además de permitir conformar un centro de dirección de las luchas del pueblo en ese lugar, debe estar orientada en forma decisiva hacia el desarrollo de trabajo en las fábricas. Es en las fábricas donde el obrero se enfrenta directamente a los explotadores capitalistas y es en ellas, por lo tanto, donde surgen con mayor rapidez, amplitud y profundidad las luchas auténticamente proletarias. Por lo tanto, es aquí donde los mejores hombres de la clase obrera se ponen a prueba, es aquí donde el espíritu de sacrificio del proletariado da sus mejores muestras de valor. Las luchas económicas específicas de las condiciones se vida en el barrio tienen también un alto valor. Sin embargo, algunas de ellas no expresan directamente el conflicto entre los explotados

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y los explotadores. Reconociendo la gran importancia de todas ellas, algunas no tienen, en principio, la misma significación del conflicto entre el obrero y el patrono. La cuestión está en no separar una lucha de la otra. Las luchas en las fábricas, aisladas de las luchas en torno a las condiciones de vida en el barrio, tanto de los obreros como del conjunto de los explotados, le restan trascendencia a una y otras. El problema está en que las condiciones de vida son una resultante de la explotación que se expresa en las fábricas y demás centros de trabajo. Y las instituciones gubernamentales proceden como proceden porque son parte del Estado burgués, el Estado de los explotadores. Los dueños de las fábricas son los dueños del Estado; por ello la lucha en las fábricas y la lucha en el barrio son una misma lucha. Luego, las tareas en el barrio tienen una proyección decisiva cuando se combinan efectivamente con el trabajo en las fábricas, cuando se combinan efectivamente con los esfuerzos de los obreros, sectores marginales y estudiantes. Esta alianza constituye la base principal de nuestra actividad en las grandes ciudades y el eje de esa alianza, su columna vertebral, está representado por el trabajo de los obreros.

Creemos que en estas ideas se expresa nuestra orientación de trabajo en los barrios. Esta primera Asamblea debe ser punto de partida para provocar una profunda rectificación en la orientación del trabajo que cumplimos en diversos barrios del país y la base rectificadora, la clave, está expresada en las opiniones anteriores. También echamos raíces en el movimiento estudiantil Los avances de la política de masas revolucionarias de la Liga Socialista tienen un fuerte exponente en el trabajo que se cumple

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en el seno del movimiento estudiantil. En todas las regiones de Venezuela, con escasas excepciones, ha sido forjado, en el curso de los combates estudiantiles y en correspondencia con una determinada política, el Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo (MEUP). Este se ha convertido en un punto de referencia importante en la lucha de los estudiantes venezolanos y comienza a perfilarse como alternativa política, organizativa y de masas para éstos. En este informe no es posible dedicarnos a reseñar en detalle la situación del MEUP y a definir sus bases políticas y programáticas; esto corresponderá a reuniones que con tal finalidad se realicen en el período inmediato. Haremos sí, referencia algunos elementos que tienen que ver con nuestro trabajo estudiantil. Es evidente que en los reajustes que se provocan en el seno del sistema capitalista está contemplada también la reorganización y la reorientación del sistema educativo. Este hecho tiene una profunda significación para el señalamiento de una política estudiantil. Así como los reajustes del sistema productivo capitalista entrañan una política de sobreexplotación de la clase obrera, la reorganización burguesa del sistema educativo contempla una mayor sujeción en la formación del estudiante, a quien se trata de condicionar plenamente a las necesidades del sistema para convertir al estudiantado, a través de carreras cortas y «compartimentadas» celosamente desde el punto de vista «técnico», en mano de obra calificada en capacidad de servir a los planes neocapitalistas de organización de la economía venezolana. Existen condiciones objetivas para levantar las luchas estudiantiles y está planteada la imperiosa necesidad de imprimirle a las mismas un cambio de calidad en lugar de librar simples refriegas sin sentido

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que provocan el desgaste del movimiento estudiantil. Se trata de darle a las luchas específicas de los estudiantes u contenido político que los integre a los combates generales del pueblo venezolano contra el sistema burgués. De otra parte, se hace inaplazable la fijación de una política y el desarrollo de una práctica que permita la construcción de verdaderas organizaciones de lucha de los estudiantes. Varios procesos electorales en universidades e institutos de Educación Media han contado con la participación del MEUP. En algunos institutos la respuesta que dio nuestra organización estudiantil fue la abstención, en otros se participó con una política revolucionaria que ha dejado un importante saldo político y organizativo. Estas variantes han sido el resultado de no tener nosotros todavía una política claramente definida para el Movimiento Estudiantil. De otra parte, la participación en elecciones de organismos estudiantiles y de cogobierno en la ULA y en LUZ, nos ha permitido ocupar importantes posiciones en las estructuras del movimiento estudiantil. ¿Qué hacer ahora? ¿Vegetar en la misma forma en que lo hacen los reformistas, independientemente de lo que hagamos encubriendo nuestra participación con formalidades radicales? ¿O lanzamos a moldear alternativas organizativas y políticas que permitan el surgimiento de una estructura estudiantil sin ataduras burocráticas con las instituciones burguesas y con un contenido claramente democrático? Esta segunda alternativa es la correcta. Nos corresponde ahora avanzar en su concreción y abandonar los simples pronunciamientos o lemas generales en torno al problema. No haber abordado esto con seriedad, así como no haber avanzado en la consolidación estratégica de los avances

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inmediatos logrados denota como en nuestra dirección estudiantil sigue pesando notablemente la influencia pequeñoburguesa, lo que provoca en relación a estos problemas, nuestra dirección estudiantil resulte muy radical de palabra, pero conservadora y reformista de hecho. Esto explica por qué algunos sectores de ella fácilmente caen en el aventurismo. También se plantean exigencias serias en nuestro trabajo político organizativo como tendencia marxista-leninista en el seno del movimiento estudiantil. El MEUP ha logrado desarrollos locales muy importantes y para un grueso sector de las masas estudiantiles comienza a ser una alternativa. Sin embargo, no hemos avanzado más allá de formulaciones generales que no respondan a las exigencias de las luchas concretas. Decir que es necesario construir un movimiento estudiantil firmemente vinculado a las luchas del pueblo, no pasará de ser una consigna, que a la larga se hará tediosa si no avanzamos con prontitud en darle coherencia nacional al MEUP, a dotarlo de un programa, a definirle una política. Este es uno de los requerimientos que debe analizar la Asamblea. Es importante señalar también la importancia que tiene la labor de constante reeducación y de lucha contra el espíritu pequeñoburgués en relación a la formación de los cuadros y militantes de nuestras organizaciones en el movimiento estudiantil. En estas organizaciones crece fácilmente el arribismo, el espíritu de maniobra y las más diversas lacras pequeñoburguesas. No queremos decir que estos vicios sean exclusivos del movimiento estudiantil. Se trata de que por ser el ambiente estudiantil (sobre todo el de

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educación superior) un ambiente pequeñoburgués, por ser los diversos centros de enseñanza del país instrumentos fundamentales para la difusión de la ideología burguesa, nuestras organizaciones estudiantiles están particularmente expuestas a la contaminación provocada por el virus pequeñoburgués y academicista. A esto se suma el origen de clase de muchos se los miembros del movimiento estudiantil. La reeducación constante debe ser adelantada a través de diversos medios, tales como la estrecha y permanente vigilancia revolucionario de parte de los organismos superiores, la constante lucha ideológica y el desenmascaramiento de las ideas incorrectas y las posiciones erróneas, el entrenamiento de los cuadros y militantes en una práctica con sectores sociales diferentes al estudiantil y en actividades políticas más comprometidas que las que se cumplen en el movimiento estudiantil, la lucha incansable contra las deformaciones profesionales y académicas, la educación de estos cuadros y militantes dentro de la idea de que ellos son profesionales de la revolución y por lo tanto, su actividad en el movimiento estudiantil está subordinada a los supremos intereses del proletariado y en consecuencia, dicha actividad puede ser transitoria. Deben los cuadros y militantes del movimiento estudiantil, por tanto, prepararse en el dominio de los más variados métodos de lucha. Es posible que las medidas enumeradas, aún no sea suficientes. La experiencia indica que en la valoración y selección de los cuadros del movimiento estudiantil, hay que proceder en forma

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muy rigurosa. Debemos preguntarnos a título de ejemplo, ¿qué ocurrió con la generación de cuadros y militantes surgidos en la década de los sesenta, quizás la más numerosa que haya conocido la historia del movimiento estudiantil venezolano? Podemos ampliar la interrogación y preguntarnos ¿dónde están los cuadros y militantes de las generaciones anteriores a la década de los sesenta? La historia del movimiento estudiantil confirma que la mayoría de los cuadros y militantes surgidos en sus filas, han tenido una muy ef ímera permanencia en las trincheras revolucionarias. Por otro lado, si se revisa la lista de héroes y mártires de la revolución venezolana, los estudiantes deben constituir una mayoría con respecto a otros sectores sociales. Y si se revisa su aporte a las luchas de liberación nacional, se comprobará que los estudiantes han tenido una participación impresionante. Los estudiantes se han desenvuelto entre dos extremos: el heroísmo y la más encendida pasión, por una parte, y la falta de perseverancia y la consecuente deserción, por la otra. Este comportamiento tiene una raíz de clase muy definida, obedece al patrón de comportamiento político pequeñoburgués. Contemporáneamente los estudiantes han venido desenvolviéndose dentro de la contradicción entre la tendencia proletaria que los lleva hacia un compromiso mayor con la revolución, y la tendencia con el sistema y a tratar de ascender en la escala social. Los errores de las organizaciones revolucionarias, han facilitado el triunfo de la tendencia pequeñoburguesa.

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Tengamos, pues, en cuenta todo esto a la hora de formular una política para el movimiento estudiantil. Comprendemos también por qué el movimiento estudiantil debe someterse a la dirección absoluta del proletariado, por qué el proletariado debe ser el eje de nuestra construcción organizativa y por qué constituyen un error el que, a veces, en algunos momentos y sobre todo en algunas regiones, se continúa sobreestimando la importancia del movimiento estudiantil. La organización de las mujeres revolucionarias Hemos realizado esfuerzos para orientar el mensaje socialista revolucionario, nuestra táctica revolucionaria, nuestro trabajo de masas a ese numeroso y sobreoprimido contingente que forma la mujer; por encima de veleidades y prácticas feministas, dirigidos a mantener la pasividad de la mujer y a reforzar los falsos valores que el sistema le ha inculcado, hemos venido planteando una determinada política. Con tal finalidad existe la Liga de Mujeres, de muy escaso desarrollo en la actualidad pero con extraordinarias perspectivas de convertirse en un eficaz y certero instrumento de masas revolucionarias para atraer a la causa del socialismo a las mujeres avanzadas. No se trata de colocar la lucha de la mujer al margen de la lucha de clases; se trata, sí, de entender particularidades presentes en el sector que ellas conforman y brindarles una perspectiva organizativa. De más está decir que la presencia de la mujer tiene un profundo valor revolucionario, rebelarse contra un sistema explotador y opresor que lanza contra ella formas de sojuzgamiento extremas, y llegar al grado de abrazar las posiciones proletarias, es un elemento que debemos apreciar en toda su

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amplitud. En esta asamblea podemos apreciar que los esfuerzos de nuestro movimiento no han sido en vano, un importante número de compañeras participa en la tarea común de consolidar a la Liga Socialista, el MEUP y la Liga de Mujeres; otras, en un número también importante, desempeña tareas de apoyo, que ayudan a la realización de la reunión. La importancia de adelantar el trabajo revolucionario entre las miles de mujeres explotadas, vinculándolo estrechamente a la actividad que se cumple entre los obreros avanzados, se apoya también en la experiencia acumulada en las luchas de otros pueblos del mundo que han alcanzado su liberación; en este sentido se destacan los señalamientos realizados por Lenin cuando dice: La verdadera emancipación de la mujer sólo es posible a través de comunismo. Es preciso esclarecer profundamente el nexo indisoluble entre la situación de la mujer como persona y miembro de la sociedad y la propiedad privada sobre los medios de producción. Así delimitaremos con toda precisión los campos entre nosotros y el movimiento burgués por la «emancipación de la mujer». Esto sentará también las bases para examinar el problema femenino como parte del problema social, obrero y por tanto permitirá vincularlo firmemente con la lucha proletaria de clase y con la revolución. El movimiento comunista femenino debe ser un movimiento se masas, no sólo del movimiento de los proletarios, sino de todos los explotados y oprimidos, de todas las víctimas del capitalismo. En esto consiste la importancia del movimiento femenino para la lucha de clase del proletariado y pasa su misión histórica creadora: La organización de la Sociedad Comunista.

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Podemos enorgullecernos con razón de que la flor y nata de las mujeres revolucionarias militen en nuestro partido, en la Internacional Comunista. Pero esto todavía no tiene importancia decisiva. Debemos atraer a millones de trabajadoras en la ciudad y en el campo a la participación en nuestra lucha, y en particular a la obre de la estructuración comunista de la sociedad.

Sin las mujeres no puede existir un verdadero movimiento de masas. (Subrayado nuestro). Está planteada entonces, la necesidad de redoblar el trabajo por el reclutamiento del mayor número posible de mujeres avanzadas, su educación socialista y su integración a los núcleo proletarios; está planteado también, adelantar en las definiciones pragmáticas en torno a los problemas de la mujer en la sociedad capitalista. Actividad revolucionaria en el seno del campesinado Aunque reducido el trabajo entre los campesinos, la existencia de una labor insistente en algunas áreas rurales del país indica nuestra disposición a darle cauce también a una política dirigida a los campesinos. Entendemos que los planes de desarrollo del capitalismo en el sector agropecuario están provocando un proceso de proletarización de amplias masas campesinas y golpeando, aún más, a este sufrido sector de las masas. Es ilustrativa la consideración que al respecto hace el Centro de Opinión Agraria: Los objetivos de la nueva política

agropecuaria expuesta por el Gobierno, se orientan a hacer de la

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agricultura una actividad económica suficientemente remunerada como para incentivar la producción de renglones tradicionalmente deficitarios para el consumo nacional e incluso para lograr una exportación de excedentes en aquellos renglones para los cuales el país posea ventajas comparativas. A esta formulación está muy ligado el otro objetivo explícito del conjunto de medidas, que es el logro del abastecimiento de los grandes renglones del consumo nacional, tanto de consumo directo, como de aquellos que constituyen materia prima para la producción industrial. Estos objetivos, tal como lo han dejado entender los máximos dirigentes gubernamentales, están enmarcados en premisas más generales como son la mayor racionalización de las relaciones capitalistas de producción existentes y por tanto su reforzamiento… Es necesario hacer hincapié en estos postulados implícitos en la nueva política, por cuanto algunos sectores pretenden ver en las medidas tomadas el preludio de un cambio en las formas de producción y una ruptura definitiva con la dependencia. Por el contrario, la nueva política del Estado se dirige a reforzar y hacer más eficaz al actual sistema de producción (Subrayado nuestro).

Al analizar los efectos que han tenido tales medidas en el sector agropecuario podemos constatar que el aumento de precios a nivel de productores agrícolas, la disponibilidad de elevados fondos para inversiones, las regulaciones de los insumos, el aumento de las remuneraciones del jornal y el desinterés que se mantiene hacia la reforma agraria, harán de la agricultura una actividad económicamente rentable sólo para los empresarios del campo, que podrán incrementar la producción poniendo en práctica proyectos que con incremento de tecnología, ahorrarán mano de obra.

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También es importante señalar el incremento de la pobreza en el campo, debido, entre otras razones, a consecuencias derivadas de los adelantos que pueda haber logrado el Gobierno en la dotación de tierras, por la decepción del campesino al darse cuenta que esa tierra de la que fue dotado o pretendió ser dotado, no constituye la base de su liberación. De nuevo la política del gobierno descubre su naturaleza contraria a los explotados. Pese a toda la andanada demagógica que el gobierno dirige a las masas campesinas, al extremo de considerar al actual Presidente de la República como «el sol de los campesinos», subsiste una inocultable realidad: hay un mayor empobrecimiento de los campesinos, sus condiciones de vida con lamentables, la explotación se ha incrementado, la concentración de la tierra en manos de los capitalistas provoca un éxodo campesino cada vez mayor. De nuevo, el capitalista contribuye a generar el germen de su propia destrucción: el proletariado agrícola se está incrementando a consecuencia de los planes de desarrollo. Hemos referido, de manera muy esquemática, algunas características del desarrollo del sector agropecuario, con la finalidad de destacar la importancia que tiene el prestar atención a las áreas rurales; en éstas existen masas explotadas con las cuales también es necesario adelantar la tarea de concientización, organización y desarrollo de luchas en procura de las reivindicaciones de los campesinos. Es necesario romper con las desviaciones que han estorbado la política de los revolucionarios en el campo, que, apoyados en una concepción errónea y en total desconocimiento de la realidad socioeconómica de los campesinos ha originado la

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promoción de un utilitarismo irracional que convierte al campesino en simple factor de apoyo, al margen de sus propias motivaciones de lucha, o en base para adelantar la demagogia electorera y reformista que lleva a los partidos de la burguesía y la pequeña burguesía al campo sólo en procura de votos para sus candidatos. A las zonas campesinas debemos llevar también la prédica socialista, incrementar la fuerza organizada de los explotados y vincularla con la de los obreros avanzados. Es oportuno referirnos al planteamiento de Lenin sobre el problema de las luchas campesinas y su vínculo con las luchas de los obreros: «No sólo los obreros, que han vivido años de lucha franca contra los fabricantes y la Policía y que ven constantemente las detenciones y las persecuciones arbitrarias a que son sometidos los mejores entre ellos, no sólo estos obreros contagiados ya de socialismo, sino cualquier campesino despierto, por poco que medite en lo que ve en torno suyo, podrá comprender por qué luchan los obreros… Y la agitación basada en las necesidades inmediatas y más apremiantes de los campesinos sólo podrá cumplir su misión — llevar la lucha de clases al campo— cuando cada vez que denuncie algún mal “económico” sepa plantear con ello determinadas reivindicaciones políticas». De nuevo la enseñanza leninista sirve de guía para nuestra acción. La fuerza que encierra el planteamiento anterior nos permitirá interpretar la necesidad de abocar esfuerzos al trabajo con los campesinos; la agitación y la propaganda socialistas tienen su base en el análisis que se haga de las condiciones de vida que se presentes en cualquier zona campesina del país, ligando esta situación a los planes que viene adelantando el Gobierno para for-

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talecer el desarrollo capitalista en el sector agropecuario. A partir de esta Asamblea nos debemos proponer la elaboración de una política para el campesinado, la preparación de un programa que contribuya a las luchas campesinas contra la explotación capitalista y por las reivindicaciones más sentidas del campesinado. Intensa propaganda y agitación ha desarrollado la Liga Socialista Valorando certeramente la coyuntura que se presenta en el país, hemos indicado con mucha insistencia que las luchas teóricas y en un plano más general, las luchas ideológicas y propagandísticas, ocupan en el presente, un lugar dominante. Esta definición ha tenido consecuencias en la aplicación de nuestra política. Una intensa actividad en propaganda, agitación y lucha ideológica se ha cumplido desde el período que ha transcurrido desde la Asamblea en la cual se constituyó la Liga Socialista. Hagamos consideración de la actividad que se ha cumplido: 1.- Edición y distribución del vocero nacional de la Liga Socialista, Basirruque. Hemos publicado nueve números del periódico, a partir del tercero elevamos a ocho el número de páginas y desde el sexto hacemos un tiraje de 12.000 ejemplares. Este periódico se ha convertido en un orientador en relación a los problemas que atañen al movimiento revolucionario y en un instrumento de denuncia y combate contra el imperialismo y la burguesía lacaya. Su calidad ideológica y política, siendo modesta, ha sido reconocida por numerosas personas ligadas al movimiento revolucionario y

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popular, y la demanda del periódico es indicativa de la aceptación que ha tenido. Basirruque ha confrontado problemas que afectan la importante y positiva labor que cumple; uno de ellos es la falta de regularidad ocasionada por problemas técnicos y administrativos presentes en la imprenta donde es elaborado; otro se refiere a cuestiones de ineficacia en la distribución y circulación del periódico. Luego de su edición, se provoca retraso para su llegada a las diferentes regiones. Destacan también los problemas financieros. Todavía más del 60% del costo del periódico es cubierto por la comisión de Finanzas del Comité Nacional de la Liga Socialista. A pesar de cierta mejora en el pago del periódico por parte de las regiones, todavía no se ha cobrado plena conciencia de la importancia que tiene su mantenimiento; el periódico ha podido subsistir por el extraordinario esfuerzo financiero que hemos hecho. De no implementar medidas que garanticen su financiamiento, corremos el grave riesgo de que se provoquen retrasos importantes en su edición o en el peor de los casos, que se provoque su paralización. Debemos insistir una vez más en la necesidad de que el periódico se sostenga sobre la base del aporte colectivo de la organización y sobre la base de la influencia de ella y de su periódico, entre los obreros avanzados y los trabajadores en general. No hay duda de que si los obreros hacen suyo el periódico, si lo consideran fiel intérprete de los intereses proletarios, contribuirán activamente a su mantenimiento. Para ello es necesario, además, que el periódico y toda la organización desplieguen una campaña de educación entre los trabajadores, dirigida a explicar la necesidad de que éstos apoyen, defiendan, distribuyan, critiquen, etc., a nuestro órgano periodístico.

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Como podemos ver, el problema de autofinanciamiento del periódico y de su adecuada distribución, no es un simple problema administrativo. No se resuelve sobre la base de exhortaciones dirigidas a lograr que los comités regionales y los comités locales paguen regularmente el periódico (sin negar la importancia y la necesidad de estas exhortaciones). Es fundamentalmente un problema político, un problema de clase. Depende, en última instancia, de que el periódico sea un eficaz instrumento al servicio del proletario. El periódico ha fallado en los dos problemas que anotamos. En primer lugar, todavía no está totalmente consustanciado con los problemas de la clase obrera, no ha utilizado sus páginas para orientar constante y efectivamente a los trabajadores acerca de la manera más apropiada de colaborar con el periódico. La organización ha fallado en los siguientes aspectos: en primer lugar, no paga regularmente el producto de la venta de Basirruque y suele utilizar ese dinero para fines diferentes al mantenimiento del periódico. O sea, la organización en lugar de realizar sus propias campañas de finanzas para cubrir sus necesidades, apela al producto de la venta de Basirruque, lo que constituye una grave falta (de esto hay que exceptuar a ciertas regiones que vienen siendo soporte del mantenimiento de Basirruque); en segundo lugar, no ha organizado efectivamente el respaldo y apoyo material de Basirruque; en tercer lugar, no ha trabajado con toda la diligencia necesaria para convertir a Basirruque en un órgano proletario de carácter nacional. Más bien algunos cuadros de manera inconsciente, han debilitado indirectamente a Basirruque al

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dispersar esfuerzos queriendo regular la publicación de periódicos nacionales de determinados frentes de trabajo. Esta actividad frentista, que afortunadamente ha sido por ahora derrotada, restó empuje a Basirruque y limitó el respaldo material y político que toda la organización debía darle. La primera Asamblea debe estimular una seria cruzada dirigida no sólo a garantizar que Basirruque sea editado sin percances, sino a tratar de lograr la meta de su publicación quincenal. En la orientación del periódico se ha hecho la crítica de que no combina en forma acertada la orientación política-ideológica con la información y discusión sobre los constantes conflictos de clase que se producen en el país. Esta crítica ha sido reconocida y se hacen esfuerzos por corregir dicha falla. 2.- Publicación y difusión de la Carta Informativa de la Liga Socialista: hasta ahora hemos editado cuatro números. Ha sido dedicada a reseñar nuestra actividad política, propagandística, de masas, de finanzas, etc., y contiene además las opiniones políticas del Comité Nacional (provisional) en torno a problemas que requieren una rápida respuesta. Esta publicación ha tenido buena aceptación y se ha convertido en un importante instrumento para el cumplimiento de la actividad revolucionaria. Existe la opinión, un tanto, generalizada, de que la Carta Informativa debe aumentar su tiraje para ampliar su radio de influencia. Razones de orden material han impedido que esto ocurra. 3.- Declaraciones constantes en relación a problemas políticos que se han presentado en Venezuela y en el mundo. Ha destacado

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la ofensiva sistemática contra los planes de desarrollo neocapitalista del país; sobre el carácter burgués, pro imperialista y reaccionario del gobierno de CAP-Fedecámaras, la crisis capitalista mundial, los planes guerreristas del imperialismo, la renegociación capitalista del hierro y el petróleo, las falsificaciones y baratijas de un movimiento reformista que ha quedado a la cola de la política del Gobierno; sobre la denuncia de los instrumentos policíaco-militares del Gobierno y las violaciones frecuentes a los derechos humanos, los planes de reorganización burguesa de la educación, las medidas lesivas de los derechos de la clase obrera y en especial la denuncia de la burocracia sindicalista; también se han emitido declaraciones de apoyo a las luchas de los pueblos que combaten contra el imperialismo, en especial referidas a la ofensiva victoriosa y heroica que han librado los pueblos de Vietnam, Camboya y Laos. A todas estas declaraciones se les ha tratado de dar la mayor difusión. Algunas han sido publicadas en la prensa burguesa como remitidos. 4.- Utilización de medios de comunicación del sistema para exponer nuestras opiniones: partiendo de la base que debemos usar cualquier vestigio de legalidad, siempre y cuando ello no signifique concesiones que afecten los intereses de la revolución, hemos presionado para alcanzar cabida en algunos programas radiales y en algunos órganos de prensa. 5.- Masiva edición y distribución de volantes relativos a problemas políticos. 6.- Promoción y realización de decenas de actos de masas organizados por la Liga Socialista y participación en foros prepara-

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dos conjuntamente con otras fuerzas u organizados, por gremio e instituciones que han solicitado nuestra participación. Este es un medio directo para exponer nuestra opinión ante importantes sectores de las masas. En estas actividades nuestra participación ha sido realmente destacada. Valga como respaldo de esta afirmación, una síntesis de actos en los cuales hemos estado presentes: a.- Actos políticos organizados por la Liga Socialista, MEUP y Liga de Mujeres: quince actos de masas realizados en las ciudades de Caracas, La Guaira, Valencia, Maracaibo, Mérida, Cumana, Puerto La Cruz, Barcelona, Maturín. Esta relación no contempla diversos actos locales preparados en distintos barrios e institutos educacionales donde funcionan organizaciones de masas influenciadas por la Liga Socialista. b.- Foros y actos públicos organizados conjuntamente con otras fuerzas o que preparados por gremios o instituciones, han contado con nuestra participación: diecisiete foros o actos realizados en las ciudades de Mérida, Maracaibo, Maracay, Caracas, San Félix. Para medir la importancia de estas actividades debe indicarse que algunas de ellas han contado con la participación aproximada de mil personas (actos efectuados en Cumaná) o más (foro efectuado en San Félix). En otros foros la participación de obreros ha sido destacada (foro en el Sindicato Único Textil del Estado Aragua). Mención especial merecen las movilizaciones cumplidas por nuestra organización, en conjunción con otra fuerza revolucionaria, en protesta contra el embajador de los EEUU, (actividad en la que se destacó nuestra pujanza en el Movimiento Estudiantil

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de Educación Media) y la marcha nacional antiimperialista que durante los días 2, 3, y 4 de los corrientes, movilizó a miles de personas en todo el país que escucharon con atención nuestro mensaje revolucionario, marcando a demás esta actividad una nueva etapa en el desarrollo audaz de un táctica revolucionaria que nos comunique directamente con las masas y nos permita ir invadiendo el terreno tomado por los reaccionarios y reformistas. Nuestra fuerza ha salido con mayor temple de estas movilizaciones, la confianza en nuestra política, la profunda fe en el potencial revolucionario de las masas explotadas han impactado a nuestros militantes y simpatizantes. Finalmente, para rodear esta primera Asamblea del calor del combate proletario, está la reciente jornada en la zona del hierro, en la cual toda nuestra fuerza fue puesta en tensión y se realizó un gran esfuerzo por apoyar, dirigir y orientar a los obreros del hierro. Ha sido un combate directo contra los planes del imperialismo, del Estado capitalista, la gran burguesía interna y los reformistas. Nuestra activa participación en la huelga del hierro comienza a despuntar las características de una fuerza que busca como su base de desarrollo y acción principal a los obreros avanzados. 7.- Participación revolucionaria en varias elecciones obreras y sindicales: convencidos de que la pelea la debemos dar en todos los escenarios de la lucha de clases, donde se concentren masas explotadas, máxime si están motivadas políticamente, como suele ocurrir en los procesos electorales, hemos participado en varias elecciones obreras y estudiantiles que han permitido exponer nuestra política o conquistar a partir de allí un saldo organizado. Es notoria la campaña de divulgación socialista y la conquista de

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saldo organizado en las elecciones de Sidor, efectuadas en noviembre de 1974. En general, afirmamos que si luego de divulgar activamente nuestra política y movilizar a sectores avanzado de las masas, sabemos orientar el trabajo hacia la consolidación de núcleos proletarios, estaremos dando pasos importantes que nos acercan a los propósitos fundamentales de nuestra política: contribuir a la formación del Partido Revolucionario del Proletariado, minar las bases de sustentación del sistema burgués. Perseverantes en la práctica del internacionalismo proletario Desde el primer momento hemos dejado claro que nuestra lucha se inscribe en el combate mundial contra la burguesía, esta es una lucha que abarca todo el planeta. La lucha de los oprimidos contra los opresores es una sola y en esa lucha nos sentimos profundamente comprometidos. Mención especial merece nuestra adhesión a la causa de la resistencia chilena, y particularmente el apoyo al MIR chileno. En diversas formas hemos puesto en marcha nuestro apoyo en la lucha contra la dictadura militar que prevalece en Chile igualmente hemos realizado esfuerzos en apoyo a las luchas de los pueblos uruguayo, brasileño, dominicano, español, buscando participación de instrumentos para la solidaridad y divulgando la realidad que viven dichos países y las motivaciones de la lucha revolucionaria. Nuestro apoyo también ha estado presente en las luchas que libra el pueblo árabe contra el imperialismo y su punta de lanza, el sionismo guerrerista; hemos dado nuestra adhesión a la justa causa del pueblo árabe palestino.

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Nuestra solidaridad combatiente ha estado también a favor de la revolución china en su esfuerzo permanente por avanzar en la construcción del socialismo. También se ha hecho presente el combate contra el criminal bloqueo que el imperialismo yanqui mantiene contra el pueblo de Cuba. Nuestra firme disposición a apoyar a los pueblos de Vietnam, Laos y Camboya la hemos brindado en los duros y heroicos años de la guerra librada contra el imperialismo y la mantendremos en la tarea de reconstrucción y marcha hacia el socialismo. En lucha por la unidad revolucionaria Si algo destaca en la concepción y práctica de la Liga Socialista es su disposición a trabajar por la unidad de los revolucionarios, e intentar las más amplias coincidencias que se pueden dar en la lucha contra el enemigo común. Esta política está en la base misma de nuestra táctica revolucionaria y en las razones para nuestra existencia. Esta disposición a la unidad, este requerimiento de unir a todos los revolucionarios, no se apoya en concepciones idealistas que nada tienen que ver con el marxismo. Hay que entender que la debilidad y dispersión del movimiento revolucionario no surgió como por arte de magia o provocada por el influjo de espíritus malignos. Ella tuvo su origen en fenómenos objetivos determinados por el acontecer de la lucha de clases. Igualmente, la fortaleza del movimiento revolucionario será el resultado de fenómenos objetivos ligados al desenvolvimiento de la luchas de clases: el desarrollo de estos fenómenos no ocurrirá espontáneamente.

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Deberá ser guiado por una política marxista-leninista. La relativa espontaneidad que influyó sobre la dispersión y fragmentación del movimiento revolucionario, mientras subsista será un factos de estancamiento y favorecedor de la debilidad y la dispersión. Quienes idealmente anhelan una unidad por encima de la luchas de clases, por encima de los problemas y dificultades objetivas, le hacen el juego al espontaneísmo, pues se apartan de un enfoque marxista-leninista que permita romper la pugna grupal y fraccional y orientar constructivamente la lucha de tendencias que se da en las filas marxista-leninistas de Venezuela. Es imprescindible derrotar las desviaciones foquistas y reformistas y las diversas ideas incorrectas que afectan al movimiento marxista-leninista venezolano. Ello permitirá que éste disponga de mayor flexibilidad para adaptarse a las diversas exigencias coyunturales, sin perder el rumbo estratégico. La lucha de tendencias en el seno del movimiento marxistaleninista venezolano expresa, entre otras cosas, una lucha por la hegemonía, una lucha por la dirección. Sería muy positivo que todas las tendencias reconocieran de la manera más positiva posible este hecho. Ello podría permitir el establecimiento de ciertas reglas de juego, de ciertos principios, que se respetaran y permitieran un desenvolvimiento de la lucha de tendencias menos traumática, menos afectada por el irracionalismo grupal. Por supuesto, este es un llamado dirigido a los sectores más sanos de los diversos agrupamientos revolucionarios venezolanos. Con las tendencias negativas, con aquellos sectores más influidos por las posiciones foquistas y reformistas, más afectados por las lacras

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dejadas por las pugnas fraccionales de la década de los sesenta; el odio grupal, el constante espíritu de maniobra, la competencia (que no la emulación) estéril por hechos banales y circunstanciales, en fin, la pugna que conduce a la pérdida de la prospectiva, al más exacerbado sectarismo y al más morboso emponzoñamiento político, con esos sectores, repetimos, no es posible establecer reglas de juego que se respeten. Contra ellos donde quiera que se encuentren, hay que dar una batalla frontal. En nuestras filas se ha venido dando una seria batalla contra dichos sectores. Sin embargo, aun dan señales de vida afectado el desenvolvimiento de nuestra línea política y de nuestra línea de masas. Contra ellos, dentro y fuera de nuestra organización el combate debe continuar en forma incansable y tenaz. Es importante precisar también, cómo concebimos la lucha por la hegemonía. Esta es la lucha por el triunfo de una política justa. Justeza que se corrobora a través de victorias populares que posibilitan la conquista de posiciones dirigentes en el movimiento de masas. En fin de cuentas, se trata de unir a las clases explotadas bajo la dirección del proletariado y su partido. Esta es la vía legítima, constructiva e imprescindible. Aquellos esfuerzos dirigidos a conquistar la hegemonía mediante zancadillas, el propiciamiento de pugnas burocráticas, la pretensión de conquistar posiciones de dirección que no estén avaladas por victorias políticas y de masas, deben ser condenados. Una vez más decimos que las posiciones dirigentes, que el derecho a ser vocero público de determinada posición, etc., se conquista sobre la base de la demostrada justeza de la política que

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se defiende y el progresivo prestigio ante el pueblo que el desarrollo de dicha política supone. En fin, si los revolucionarios auténticos logran canalizar la lucha por la hegemonía en forma revolucionaria, a través de una confrontación seria y responsable librada al calor de una práctica clasista, cumplida en el seno de los obreros avanzados y de toda la masa trabajadora, dicha lucha derivaría en importantes avances en el proceso de formación del partido revolucionario del proletariado. Esforzarse por presentar un frente común ante el enemigo de clase, por aplicar perseverantemente la táctica revolucionaria de recuperación y preparación de nuestra fuerza, permitirá abrir cauces a la unidad. Las experiencias acumuladas durante los últimos años indican con toda claridad que es dif ícil forjar frentes como el Frente Socialista Revolucionario. Los sectores revolucionarios más radicalizados, han demostrado no poseer la madurez suficiente como para llevar adelante proyectos de ese tipo. El sectarismo y el espíritu hegemónico, el no saber respetar las reglas de juego establecidas, etc., han dado al traste con las mejores intenciones. Es más aconsejable, entonces, partir de acuerdos concretos en torno a una determinada actividad que en relación al momento coyuntural sea aglutinante y movilizadora. Es la experiencia, por ejemplo, de las luchas contra la represión, de la protesta contra la designación de Schalaudeman como embajador de los EEUU en Venezuela, de las movilizaciones contra el alto costo de la vida, de la lucha contra la falsa nacionalización del petróleo. En estas

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jornadas, diversos sectores revolucionarios han podido marchar juntos y conquistar victorias. Es obvio que también en los frentes políticos concretos se presentan desacuerdos y divergencias importantes, tal como ocurrió, por ejemplo, en la reciente marcha antiimperialista. No fue posible sumar todos los grupos revolucionarios y entre los participantes (Liga Socialista y comités de luchas populares) se presentaron en el curso de la jornada, importantes desacuerdos. Sin embargo, ésta se cumplió exitosamente. Los frentes políticos concretos ofrecen mayor flexibilidad para resolver las contradicciones. En primer lugar, surgen en torno a una iniciativa en desarrollo o por desarrollarse. Este vínculo directo con la práctica hace que las discusiones estén referidas a situaciones objetivas. Por lo tanto, es más fácil desentrañar la raíz de las cosas y poner a prueba sobre la marcha las diferentes tesis; en segundo lugar, si una o varias organizaciones se niegan a participar, ello no significa que la iniciativa se detenga. Tampoco implica que no puedan sumarse posteriormente a la iniciativa en marcha o a un plan posterior; en tercer lugar, sobre la base de las coincidencias políticas y la práctica común, tarde o temprano se irán estableciendo y reforzando las relaciones entre los sectores revolucionarios más afines y será posible construir frentes políticos más sólidos e inclusive, formas de unidad más avanzadas. Hay una condición fundamental para que los frentes políticos concretos tengan continuidad y avancen hacia formas superiores de unidad: que exista una organización con la suficiente claridad, la suficiente fuerza y poseedora de una línea política correcta, y

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por lo tanto capaz de darle continuidad a las iniciativas, mantenerlas e impulsarlas cuando otras no las comparten o no las comprenden; para adelantarlas en el momento más oportuno y no dejar pasar las condiciones favorables para avanzar, para mantener el combate cuando el ánimo tiende a decaer, etc. Hay que avanzar aceleradamente en la formación de una organización que reúna, por lo menos, algunas de las cualidades que acabamos de enumerar. La experiencia de la reciente marcha antiimperialista es muy positiva. La Liga Socialista demostró que, incluso con sus propios esfuerzos, podía organizar dicha jornada (claro que en una escala menor a lo que se puede lograr cuando se incorpora un número importante de fuerzas revolucionarias). Estas demostraciones son sumamente importantes. Una organización política que no sea capaz de llevar a la práctica las proposiciones que formula ante otras fuerzas, dif ícilmente logrará impulsar acuerdos unitarios de significación. La lección de la marcha antiimperialista debe ser bien asimilada: es necesario agotar todos los extremos para sumar el mayor número de fuerzas en torno a una determinada iniciativa; pero paralelamente, hay que tomar todas las medidas políticas y organizativas con la finalidad de, llegado el caso, garantizarla con nuestra propia fuerza. Con toda propiedad señalamos que nuestros esfuerzos unitarios han sido permanentes, que hemos intentado darle a los mismos, contenidos políticos concretos. Lamentablemente, concepciones distintas acerca de la valoración de la coyuntura y sobre la manera de combinar acertadamente las distintas formas de lucha

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y organización, han conspirado contra tales esfuerzos. Debemos perseverar en el camino de la unidad, desplegando con vigor y defendiendo con acertada decisión nuestra política, aplicándola en forma perseverante y teniendo ilimitada confianza en las masas. Nuestra política es justa, ella aprenderá aún más de las masas, se corregirá, enriquecerá y perfeccionará y por consiguiente, ayudará a la unidad. Se mantienen nuestros esfuerzos por la unidad antiimperialista: En un cuadro caracterizado por variadas contradicciones interimperialistas, contradicciones entre el Estado capitalista venezolano y el imperialismo, entre la burguesía nativa y el capital extranjero, entre fracciones de la burguesía nativa, entre el Estado capitalista y la burguesía y entre el pueblo venezolano y el imperialismo, se abren condiciones muy buenas para adelantar jornadas antiimperialistas. Sobre este problema hemos fijado posición que no deja lugar a dudas: los revolucionarios deben presentar un frente común en las mejores condiciones posibles, mantener iniciativas antiimperialistas que eviten caer en la trampa de la falsa amplitud y de las concesiones por las concesiones; entender que las iniciativas políticas de los revolucionarios no pueden echarse a un lado para complacer a otros sectores, tener claro que la integración del frente será muy variable, dependiendo del tipo de tarea que se emprenda, definir que el frente lucha contra la alianza imperialismo-burguesía nativa y el Estado capitalista. Estas son, en forma sintética, algunas de las opiniones que hemos sustentado. Apoyándonos en ellas hemos actualizado. Desde hace

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varios meses, hemos planteado a organizaciones de izquierda la necesidad de buscar puntos coincidentes y desarrollar la unidad de acción. Varias reuniones, solicitadas por nuestra organización, se han sostenido y a las mismas hemos llevado iniciativas que pueden ser desarrolladas en forma común; sin embargo, en las fuerzas de izquierda reformista prevalece una subestimación de las fuerzas revolucionarias marxista-leninistas y evitan cualquier posibilidad de coincidir; sus argumentos siempre apuntan hacia el temor a que utilicemos las actividades comunes para lanzar nuestras críticas acerca de su política o que mantengamos una actitud utilitaria de esas fuerzas para buscar fines ligados a nuestra política. En el fondo, el problema es otro. En la direcciones de los partidos reformistas hay enquistadas roscas derechistas que son contrarias a la unidad con los revolucionarios. Nuestra política parte de ubicar estas realidades y entender que en las organizaciones reformistas hay una gran potencialidad revolucionaria en sus bases y en sus cuadros medios, que podemos estimular y ayudar con una política realmente amplia y que desarme a quienes esgrimen el pretexto de «cerrar filas para defenderse de los ataques de la ultraizquierda, de la infraizquierda o de los anarquistas». Es necesario, pues, insistir en la unidad de acción con estas fuerzas y en la posibilidad de vertebrar un amplio movimiento antiimperialista. Es cierto que la razón principal por la cual las direcciones del movimiento reformista eluden los acuerdos unitarios con los marxistas-leninistas está en la esencia misma de su concepción política; pero hay otros elementos que tienen que ver con nosotros. En primer lugar, pese a que hemos experimentado cierta re-

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cuperación, seguimos siendo débiles. En consecuencia, aún no ha adquirido plena capacidad para hacer valer sus proposiciones y sus puntos de vista. En la medida en que se fortalezca se encontrará en condiciones de dirigir las luchas democráticas, antiimperialistas y socialistas. Es necesario recordar, que no basta tener la razón. Es imprescindible contar con la fuerza necesaria para defenderla y hacerla triunfar; en segundo lugar, hemos incurrido en errores de sectarismo y en prácticas unitarias que han afectado seriamente la política de las alianzas. Las direcciones reformistas, es verdad, han sabido explotar muy bien esto; pero hay que reconocer que, en la generalidad de los casos, nosotros con nuestros errores, les hemos puesto en la mano las armas con las que nos atacan. El sectarismo y la estrechez de miras nos han impedido vincularnos seriamente a los sectores más sanos de las organizaciones reformistas. Nuestro movimiento sigue seriamente afectado por este mal. Por lo tanto, las posiciones sectarias deben ser atacadas y desenmascaradas sin piedad. Utilizamos la legalidad burguesa contra la burguesía: jamás nos hemos hecho ilusiones con la precaria legalidad que la burguesía brinda a fuerzas como la nuestra. Al surgir como movimiento de masas dijimos en la Declaración Constitutiva que: «Ninguna organización revolucionaria es realmente legal hasta tanto no esté en el poder. Sabemos que en las condiciones de Venezuela y de América Latina, las organizaciones democráticas y revolucionarias son agredidas constantemente por las fuerzas reaccionarias». Esta afirmación ha cobrado realidad en los planes represivos que constantemente se han desatado contra nuestros

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cuadros y militantes; muchos de los asistentes a esta Asamblea han sido testigos y objeto de los métodos represivos del aparato policial burgués; algunos fueron detenidos y sometidos a torturas; otros, luego de ser detenidos, han soportado las pruebas de guerra psicológica que persigue minar la confianza de los militantes en la organización; muchos más son objeto de chequeo, hostigamiento y provocaciones de diverso género. Esto demuestra que la legalidad burguesa no tolera pasivamente a fuerzas que intenten prepararse seriamente para derrocar el orden burgués. La legalidad, pues, no puede ilusionarnos, ni crear falsas perspectivas que nos conduzcan a ser fácil blanco de la represión. Tampoco podemos atemorizarnos por los golpes represivos recibidos y por los que recibiremos en adelante; ni adoptar la posición mecanicista de que «no podemos actuar en la legalidad», «no podemos ser blanco visible del enemigo», «no podemos estar corriendo riesgos». Esta no es una posición revolucionaria. La lucha de clases está sembrada de riesgos y la vida siempre está de por medio y en juego. Entonces, el riesgo que corremos es parte del desprendimiento que debe animar a los revolucionarios. Enfrentar políticamente la represión, no bajar la guardia, no confiarse por la aparente tranquilidad que reina a veces, combatir el liberalismo en nuestras filas, cuidar todos nuestros movimientos, tener una línea definida contra las tácticas de infiltración, son algunos de los fundamentos de nuestra política. Utilizar la legalidad burguesa para educar a las masas, promover nuevas fuerzas, prepararnos mejor para el combate, desenmascarar el carácter de clase del régimen, organizar a las masas, etc., son orientaciones que tratamos de llevar a la práctica de manera consecuente.

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Ahora, no sólo con represión nos combate la burguesía. También maneja el halago dirigido a formarnos ilusiones. En este mismo aspecto del problema, destaca la descarada e inconfesable maniobra de un descalificado grupo trotskista que ha hecho su dañina aparición en el país. Varios núcleos de llamados trotskistas formaban un grupo que se denominaba Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Sus posiciones oportunistas y confucionistas sirvieron de caldo de cultivo para que en el proceso electoral de 1973 se plegaran a varios partidos de izquierda. Algunos buscaron asiento en el MIR y otros se mantuvieron como grupo independiente, vendiendo su yerba venenosa, mezcla de tesis marxistas mal asimiladas y concepciones reformistas pequeñoburguesas. Este grupo decidió, en forma extraña, sospechosa y repentina, adoptar la denominación de la Liga Socialista. Como tales han desplegado una labor dañina y confucionista. Es importante que la Liga Socialista emprenda una campaña de desenmascaramiento de estos núcleos de falsos revolucionarios y los enfrente donde quiera que estén. Nos encaminamos al logro de una línea organizativa que refleje nuestra línea política En sus comienzos, las formas organizativas de la Liga Socialista han sido variables. Esto no es un problema grave. Es la expresión de una experiencia que comienza abrirse paso en el movimiento revolucionario. Aprender de las distintas experiencias y sintetizarlas en forma certera, nos permitirá lograr una línea organizativa y de masas que permita implementar nuestra política revolucionaria.

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Al surgir la Liga Socialista debíamos construir un centro coordinador nacional, era una necesidad innegable. La formación del Comité Nacional (provisional) respondía al desarrollo que para este momento tenía el movimiento. Este centro coordinador que ha condujo a la organización a la celebración de esta Asamblea Nacional y ha sido algo así como un núcleo pionero que se enfrentó a situaciones muy complejas e intentó darle respuestas políticas y organizativas. Por supuesto, que en el organismo también ha estado presente el peligro de la desviación burocrático-espontaneísta y algunas manifestaciones de tal desviación han conducido a prácticas erróneas. Otra limitación seria que ha tenido el Comité Nacional es la falta de bases organizadas para adelantar sus distintas funciones de dirección, sus núcleos centrales han sido débiles e inestables, restringiendo así posibilidades de desarrollo. En otro plano también ha existido confusión acerca de las formas organizativas que debe tener el movimiento a nivel medio y de base. Como en esta Asamblea se debatirá un proyecto de estatutos que contempla precisiones organizativas, no abundaremos en el problema. Han existido también ideas diversas acerca de la relación que debe existir entre nuestras organizaciones de masas específicas, el MEUP, la Liga de Mujeres y la Liga Socialista. En algunos casos, estas organizaciones han aparecido como expresión del trabajo de la Liga Socialista en medios específicos; en otros, han adquirido tal autonomía que más parecen otras organizaciones y no las partes de un todo, que obedece a una política común y a mandos también comunes, debemos dejar claro que tales problemas ni

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han obedecido a posiciones conscientemente dirigidas por cuadros de la organización, sino a un desarrollo que por nuevo no lograba acumular experiencias necesarias y sintetizarlas para buscar una política acertada. En esta Asamblea discutiremos acerca de proposiciones contenidas en el proyecto de estatutos y que tiene como finalidad superar los problemas que acabamos de anotar. La Liga Socialista se desarrolla y desenvuelve su actividad en medio de una situación de profunda crisis del capitalismo y de avance de la revolución mundial Se ha dicho insistentemente que el sistema capitalista atraviesa una de sus peores crisis. Esta es una realidad que debemos analizar con detenimiento, por las implicaciones que dicha crisis tiene en la situación política del país y por su influencia en la lucha de los pueblos oprimidos contra la dominación capitalista. En el mundo capitalista, la crisis política, económica y social se profundiza. A todo vapor marcha el proceso inflacionario con su inevitable consecuencia de alza en los precios de los bienes y servicios. Las tesis de los economistas burgueses, que contemplan «medidas antiinflacionarias de efectos seguros» se han hecho añicos y sus cálculos porcentuales de los grados que podría alcanzar el proceso inflacionario, se han quedado pasmados ante el vertiginoso ascenso de las llamadas tasas inflacionarias. Una rápida ojeada a la situación existente para fines de 1974, en la economía de los países capitalistas, muestra un panorama sombrío. En Italia, los precios se elevaron en un 28% a finales de 1974. El déficit de su balanza de pagos llegó a 5.444 millones de dólares.

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El desempleo alcanzó según cifras oficiales, a más de 1.202.000 desocupados. En Inglaterra, la tasa anual de inflación alcanzó en 1974 el 20% y los precios subieron un 28%. El número de desempleados llegó a 653.000 a finales de 1974. El déficit total de 1974, en la balanza de pagos, fue de 3.224 millones de libras esterlinas. En Francia, la cifra de desempleados, inscritos oficialmente, llegó a 723.000 personas a fines de diciembre; los precios subieron en 15%. Para noviembre de 1974 el déficit de la balanza de pagos llegó a 19 mil millones de francos. En la República Federal Alemana, presentada como modelo de desarrollo de la economía capitalista, el desempleo abarcó 945.900 personas y la inflación ascendía a un 7% a finales de año (siendo la más baja de los países capitalistas, significó un récord para la RFA). En EEUU, el desempleo promedió la abultada cifra de 7,5 millones para febrero de 1975, el mayor índice de la crisis de postguerra. Los ingresos «reales» de los obreros bajaron en un 2%. La tasa de inflación ha sobrepasado el 7,9% que presentaba para octubre de 1973. Puede observarse cómo la economía capitalista se encuentra amenazada por dos graves males: la inflación, con la consiguiente alza de precios, y la recesión, con su alto contingente de desempleo. La crisis monetaria es un rasgo común en todos los países capitalistas. Las conmociones de los mercados monetarios inter-

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nacionales han agravado, aún más, la crisis del dólar norteamericano. Las sucesivas devaluaciones de esta moneda, tenida por mucho tiempo como la más sólida del mundo capitalista, crean mayor inestabilidad en los maltrechos mercados monetarios. El sistema monetario capitalista se ha resquebrajado, el dólar ha perdido su indiscutida función de patrón monetario y los países capitalistas discuten acerca de la creación de un nuevo sistema monetario para el mundo capitalista. Estas serias dificultades están repercutiendo de manera directa sobre la situación de las masas explotadas de los países capitalistas; principalmente la clase obrera se ve afectada por la amenaza constante del aumento del desempleo, la sobreexplotación a que se ve sometida y la caída de su salario real. Esto ha estimulado condiciones objetivas para el avivamiento de las luchas de las masas en los países capitalistas. Ha creado esta situación una crisis que está afectando en forma directa al imperialismo. En medio de esta crisis, los países capitalistas no logran entenderse plenamente en torno a problemas comerciales, monetarios y energéticos que les son comunes. Evidentemente, que al lado del desacuerdo hay también intentos de arreglos, hasta ahora fallidos. Esto parece indicar que el aspecto dominante de la contradicción acuerdos-desacuerdos entre los países capitalistas, es el referente a los desacuerdos. Es la feroz y rapaz rebatiña de la cuota de ganancias lo que mantiene esta situación de desacuerdos. Los EEUU trabajan por estabilizar su liderazgo en el mundo capitalista. Por ello persiguen la recuperación de la economía norteamericana a cambio de lo que sea. No se detienen en tomar me-

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didas como la devaluación del dólar, que obviamente perjudica al conjunto del sistema. El Gobierno norteamericano considera que una economía estadounidense recuperada es una condición fundamental para restablecer una sólida hegemonía sobre los demás países capitalistas. Precisamente, en la reciente reunión de la OTAN, el presidente Ford trató de impresionar a sus aliados con cifras indicativas de que en EEUU estaba concluyendo la recesión. En esta reunión, Ford realizó grandes esfuerzos por limar los desacuerdos entre los países capitalistas y por apuntalar la hegemonía norteamericana. No sabemos qué resultados concretos arrojan estas gestiones. Sin embargo, a juzgar por la declaración final, los resultados fueron bastante modestos. Obviamente, no estamos pensando que los desacuerdos pueden conducir a una nueva guerra inter imperialista. Finalmente, encontrarán alguna solución. Los países imperialistas continúan unidos frente al avance de la revolución mundial. Lo que sí es cierto es que dichos desacuerdos contribuyen a profundizar la crisis, a intensificar la competencia entre los países capitalistas y, en general, a debilitar la fuerza de éstos y a favorecer las perspectivas de la revolución mundial. El triunfo de los pueblos de Vietnam, Camboya y los avances de la revolución de Laos, son una demostración de lo que decimos. En el Medio Oriente, el sionismo amparado por el imperialismo norteamericano es mantenido en jaque por la resuelta disposición de lucha del pueblo palestino y el apoyo militante que le prestan algunos países árabes, las perspectivas de la causa ára-

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be se ven ensombrecidas por la conducta claudicante de algunos países. Tradicionalmente, Arabia Saudita y Jordania expresaban los puntos de vista más reaccionarios. Ahora Egipto ha asumido la defensa pública del abandono de la causa palestina y cada vez más se coloca en primer plano de su posición política, los intereses particulares de la oligarquía egipcia, temerosa de la guerra, de que los pueblos árabes se lancen a una contienda de verdadero contenido clasista, preocupada de lograr la paz con Israel para obtener el clima adecuado para la buena marcha de sus negocios. Si Egipto y otros países árabes no han ido más lejos en su posición claudicante, ello se debe a la presión ejercida por las masas árabes, las cuales sienten profundamente la causa palestina y odian al sionismo. En África, los pueblos de Mozambique, Guinea-Bissau, Angola y otras viejas colonias, han logrado su liberación y han socavado las bases del orden burgués que prevalecía en Portugal. En España se levanta el pueblo contra la vieja dictadura fascista y los vascos, a través de sus organizaciones revolucionarias, avanzan en su lucha por la autonomía. En América Latina, luego de importantes derrotas sufridas por el movimiento revolucionario, hay en algunos países una cierta activación del movimiento popular y una profundización de los combates clasistas. Observamos una situación de crisis del mundo capitalista y un importante ascenso de las luchas revolucionarias de los pueblos oprimidos. Valga la afirmación hecha por el Partido Comunista Chino: «En este mundo turbulento, los pueblos combatientes,

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como petreles que revolotean en el espacio cielo, anuncian el advenimiento de una nueva tempestad. En este gran desorden, no pueden perder más que sus cadenas a cambio tienen un nuevo mundo que ganar». Al analizar la crisis capitalista hemos destacado también los planes de reorganización a escala mundial del sistema. La crisis capitalista ha afectado la posición hegemónica de los EEUU, las relaciones entre los países capitalistas avanzados y los países capitalistas dependientes, las relaciones en el campo socialista y el sistema capitalista, las relaciones entre el imperialismo y las fuerzas revolucionarias mundiales. Hay un cambio en la relación estratégica de fuerzas de clase a nivel mundial en el plano político, económico, social. El capitalismo para sobrevivir, para atemperar sus contradicciones, intenta un reacomodo de fuerzas, cuya expresión es una nueva división internacional del trabajo. Las relaciones de dependencia de países como el nuestro, se mantienen, aunque se presentan algunos rasgos de autonomía, pero los desacuerdos entre el centro imperialista de los EEUU y el Estado capitalista dependiente venezolano, tienden a superarse por la vía de las negociaciones. Los EEUU se ven obligados a establecer nuevas relaciones de dependencia con el Estado capitalista venezolano. Estas relaciones contemplan la formación de las nuevas empresas mixtas, la transferencia de etapas del sistema productivo de los países capitalistas avanzados a los países capitalistas dependientes; esta situación obliga también a una revisión del pacto con las burguesías dependientes, las cuales entran en la rebatiña por la cuota de ganancia, factor que conduce a querellas

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entre facciones de esta clase, entre ésta y el Estado burgués por un parte, y el imperialismo norteamericano por la otra. La crisis capitalista influye en el país. La democracia burguesa presenta síntomas de debilitamiento aumenta el descontento popular La crisis capitalista mundial que hemos reseñado y el cierto debilitamiento de las relaciones de dependencia, empuja a las clases dominantes internas a buscar una mayor participación en la distribución de la cuota de ganancia capitalista. El Estado ha fortalecido considerablemente su capacidad económica y financiera, ocupando lugar destacado en la economía capitalista dependiente de Venezuela. Es a partir de aquí como se desenvuelven los planes económicos del gobierno CAP-Fedecámaras. No hay, como hemos sostenido en muchas ocasiones, una ruptura de los lazos de dependencia del Estado burgués venezolano y el centro capitalista de los EEUU. Por el contrario, están en marcha planes para reajustar la dominación y la explotación a niveles más productivos para el imperialismo. La economía venezolana se ve, a su vez, afectada por el proceso inflacionario y como secuela de ello, aumentan los problemas de las masas, elevándose en forma sostenida los precios de los alimentos, transporte, calzado, ropa, medicinas, servicios, etc. Nuestra acción revolucionaria va dirigida contra un Gobierno burgués-democrático-representativo que por la vía del proceso electoral de diciembre de 1973 logró despejar una serie de problemas que afectaban la estabilidad de la democracia representativa.

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El sistema se reforzó en lo político y en lo económico en medio de una gran confusión reinante en las masas y con un movimiento revolucionario disperso y debilitado. A pesar de su amplia capacidad de maniobra, la situación del Gobierno se ha complicado cada vez más, las expectativas que levantaron en las masas los ofrecimientos de CAP-AD, se transforman en descontento y en algunos casos, en frustración, restándole progresivamente la base de sustentación popular al gobierno. Las contradicciones del gobierno con sectores económicos dominantes, sobre todo los representados en Fedecámaras, sin haber llegado a un punto crítico, introducen elementos de descomposición en el gobierno. Igual ocurre con la pugna entre fracciones de la burguesía, por lograr mayores beneficios. Estas contradicciones necesariamente se reflejan en las fuerzas políticas de la burguesía, AD y Copei. Estos partidos mantienen una enconada disputa que lleva agua al molino de la descomposición y todo parece indicar que dicha disputa no se detendrá en lo inmediato. Por el contrario, cobra vigor. A su vez, en estos partidos se producen enfrentamientos internos de importancia. En Copei la lucha por la nominación presidencial y los puestos claves en la dirección de ese partido, teniendo como trasfondo intereses de clase de fracciones de la burguesía y de una u otra forma, la presión de la base popular del partido, ha adquirido un tinte delicado. En AD, hay una situación interna bastante enconada; varias camarillas de burócratas muy comprometidos con la burguesía y el imperialismo, desatan una «guerra a cuchillo» por lograr mejores posiciones en la maquinaria burocrática del partido y con ello colocarse en mejores condiciones para imponer candidatos a la Presidencia de la República y cuerpos deliberantes; es particularmente interesante la situación de las camarillas que siguen fielmente al actual Presidente

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de la República, emparentadas con las posiciones políticas reaccionarias y pro imperialistas de otras fracciones adecas, mantienen una controversia que ha trascendido fuera de ese partido. Se observa cómo grupos que aparecían identificados con las posiciones de CAP, en este caso los seguidores de la pre-candidatura de Piñerúa Ordaz, lanzan sus críticas a la gestión del Gobierno y no escatiman ningún tipo de procedimiento para enfrentar las corrientes que los adversan. Es lo que hemos presenciado en las elecciones para designar delegados a las convenciones municipales, regionales y para la convención nacional. Estas se han realizado en medio de tensiones internas de importancia. Las discrepancias internas en AD, han tocado inclusive problemas claves, como es el referente a la llamada Ley de Nacionalización Petrolera. Algunos dirigentes adecos son partidarios de darle plena vigencia a la política pro imperialista de las empresas mixtas; otros son portavoces de tímidas objeciones a la forma en que se establecerán las empresas mixtas. Lo dominante de esta pugna interna es que no se identifica ninguna posición avanzada. Por ahora, todas responden a intereses de la burguesía, pues sus distintas fracciones en el afán de conquistar mayores y mejores beneficios, combaten entre sí por controlar mayores cuotas de poder político, siendo las fracciones adecas una expresión de esos enfrentamientos. Interesa destacar en esta pugna interna dos cuestiones: el aporte que se ha hace al relativo proceso de descomposición que vive el gobierno y el descontento que genera en las amplias bases populares de AD. Estas pueden ser impactadas por la prédica antiimperialista. A esto contribuye el hecho de que el Gobierno y su partido eje, se ven obligados a disfrazarse de antiimperialistas y hacer profesión de fe nacionalista.

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Por el lado del movimiento popular podemos destacar los siguientes elementos: los sectores reformistas siguen sin iniciativa y su papel es dominantemente condicionado por la política del Gobierno, una tímida e incolora oposición no hace mella en el sistema de dominación burguesa. Estos partidos brindan una situación interna que es necesario tener presente. En el MEP se avizoran indicios de una creciente discusión interna para lograr una definición precisa de dicho partido. Varias tendencias han confrontado sus posiciones: una que insiste en mantener al MEP como partido socialdemócrata, con algunas pinceladas de marxismo mediante las cuales admite la lucha de clases, hacer cierto uso del método y la terminología marxista, pero se resiste a abrazar el marxismo-leninismo y rechazan la esencia de la doctrina de Marx. Esta es la tendencia dominante en ese partido. Otra tendencia presiona para lograr que el MEP se defina como organización marxista-leninista. El MAS sigue una desenfrenada carrera en el campo de la socialdemocracia. Su grupo dirigente ha abjurado de los principios fundamentales del marxismo-leninismo, negando el carácter de vanguardia de la clase obrera y renegando de la dictadura del proletariado; se ha convertido el MAS en una extraña mezcla de dogmas de viejos partidos socialdemócratas con algunas «novísimas» tesis de los reformadores contemporáneos del marxismo. Su rechazo a sumar fuerzas con los sectores revolucionarios, su predilección por las connivencias con AD y su apoyo a la política neocapitalista del Gobierno, lesiona las posibilidades de unidad de los socialistas venezolanos. En el MAS también se desarrolla una lucha por lograr una reorientación radical de la política de

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dicho partido, el retorno al marxismo-leninismo, el acercamiento con los demás sectores revolucionarios. Existe también una tendencia derechista cuya oposición la ha llevado a propugnar un mayor acercamiento con AD y el Gobierno. También hay que tomar en cuenta que en el MAS existe una poderosa base de cuadros y militantes potencialmente aliados del movimiento revolucionario. Hacia ellos hay que tener una política ajena al sectarismo y al utilitarismo. El MIR se ha convertido en el partido que mejores dividendos ha sacado de los problemas internos que viven el MEP y el MAS. Sectores radicalizados de la pequeña burguesía y de trabajadores, ven en este partido el sustituto de lo que aspiraban fuese el MAS y el MEP. Esto explica, en conjunción con los errores del movimiento marxista-leninista, los avances que el MIR ha logrado en el movimiento estudiantil organizado y la mayor proyección que ha tenido. Internamente se insinúa una lucha importante donde se perfilan posiciones revolucionarias enfrentadas a posiciones definidamente reformistas. El PCV sigue siendo un vestigio de la vigorosa presencia que en el pasado tuvo en el movimiento revolucionario. Reducido a un círculo dirigente y a escuálidos núcleos militantes, se mantiene aferrado a una posición dependiente de la política de la dirección del PCUS. Como puede verse y como era de esperarse, en las distintas organizaciones que hemos mencionado, madura la lucha de tendencias. Al intensificarse los conflictos de clase, es natural que esto ocurra. El desarrollo de tendencias avanzadas no es más sólido

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debido a las circunstancias que vive el movimiento marxista-leninista, como éste aún no es poderoso, su influencia ideológica es reducida; pero por encima de la debilidad como factor limitante de nuestra influencia, están los errores políticos. Corrientemente adoptamos una actitud que resulta ser una mezcla de sectarismo y de ceguera política al no valorar la importancia que tiene, para el incremento de la fuerza revolucionaria, la maduración de corrientes avanzadas en el seno de las organizaciones citadas. Tal como dijimos en párrafos anteriores, solemos ser nosotros mismos los que suministramos las armas con las que las direcciones del socialismo reformista, intentas aislarnos. Es imprescindible que rectifiquemos y que adelantemos una política que por su contenido y por la forma y estilo de llevarla a cabo, contribuya eficazmente a promover fuerzas para la lucha revolucionaria. Del lado del movimiento marxista-leninista, la situación sigue siendo dif ícil. La dispersión y la falta de amplios vínculos con la clase obrera restan posibilidades a la política revolucionaria. Las influencia que continúan teniendo las posiciones foquista-reformistas, ha impedido la formación de un frente común que pueda influir significativamente en el cuadro político del país. Con toda seguridad, un reforzamiento del movimiento revolucionario lo va a convertir en el punto de referencia importante para muchos sectores revolucionarios que se mantienen a la expectativa, y lo que es más importante, convertirá la política revolucionaria en una fuerza material para enfrentar el sistema de dominación burguesa. En el movimiento de masas germinan sentimientos de protesta y hay expectativas que pueden convertirse en disposición combativa. El descontento popular se ha elevado, pero no

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vivimos un momento de auge de la combatividad popular. La maduración de conflictos de clase se expresa con cierta frecuencia en huelgas obreras, paros y diversas movilizaciones populares, etc. Indicadora de esta realidad es la reciente huelga de obreros del hierro que durante nueve días convirtió a la región del hierro en un importante escenario de combates proletarios de tal importancia que el Estado capitalista, la burocracia sindicalista, los burgueses y dirigentes reformistas tuvieron que emplearse a fondo para enfrentarla. Sin embargo, las luchas obreras, siguen siendo fragmentarias, no trascienden lo reivindicativo y no llegan a constituir un proceso de acumulación de fuerzas. Esta es una resultante directa de a relativa separación entre el movimiento obrero y el movimiento marxista-leninista. En tanto que esta situación no se resuelva, ambos continuarán estancados y resultará más fácil para la burguesía, enfrentar y acallar la protesta obrera. A partir del cuadro de fuerzas que hemos señalado y tomando en cuenta la situación del movimiento de masas, es posible definir las perspectivas de la situación política del país. Los conflictos entre fracciones de la burguesía venezolana estarán presentes durante la etapa inmediata. Se mantendrán contradicciones entre el Estado y la burguesía venezolanos y el imperialismo norteamericano. Ellas se resolverán por la vía de la negociación dirigidas a establecer nuevas bases para las relaciones entre el imperialismo, por una parte, y el Estado y la burguesía, por la otra. Estas nuevas bases vienen implicando un reforzamiento de la dependencia. Proseguirán las querellas entre la burguesía monopolista y el Estado. También se incrementarán las pugnas

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entre AD y Copei y las situaciones internas de estos partidos se irán caldeando en la medida en que se aproxime la escogencia de candidatos para el próximo proceso electoral y continúen los choques de intereses entre las distintas fracciones de la burguesía. Los planes económicos que está impulsando el Estado, en asociación con la alta burguesía interna y el imperialismo norteamericano, acelerarán la concentración de la producción, el crecimiento cuantitativo del tamaño de las empresas, el crecimiento cuantitativo de la clase obrera, la mayor concentración de la clase obrera en áreas poblacionales que van convirtiéndose en focos de conflictos y de enfrentamientos proletarios. Se aquí la importancia que tienen para el Estado y la burguesía los planes de «planificación» de las zonas de mayor concentración del proletario y la mediatización del movimiento obrero. Las nacionalizaciones burguesas y pro imperialistas seguirán siendo la clave dentro de los planes se reorientación del capitalismo en el país. Las empresas mixtas seguirán siendo el modelo a seguir por las nacionalizaciones burguesas y, en general, por el desarrollo inmediato de la economía venezolana. Ellas, pese a que se irán estructurando en medio de contradicciones interburguesas, representan una consolidación de la alianza entre el Estado venezolano, la burguesía monopolista interna y el imperialismo norteamericano. Consideramos ilustrativa la caracterización que en torno a este problema ha sido planteada en el libro CAP moderniza el capitalismo dependiente:

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…inevitablemente la nueva división internacional del trabajo, que entre otros objetivos persigue reforzar la dependencia dentro de un nuevo esquema internacional de funcionamiento del capitalismo, expresará un cierto poder de decisión que, ejercido por las actuales clases dominantes, no cuestiona y no cuestionará la dependencia, pero, independientemente de eso, deja ver una clara tendencia hacia una crisis más profunda de las relaciones de dependencia, en la dominación capitalista mundial y en la dominación interna de las burguesías dependientes. Hoy los imperialistas deben admitir como una necesidad las nacionalizaciones (dentro de ciertas características, por supuesto) y otras reivindicaciones planteadas por los países dependientes. No les queda otra alternativa que acomodarse a la nueva situación, y dentro de ella, maniobrar. Evidentemente, ello es un rasgo de debilidad; a pesar de que hoy las nacionalizaciones y otras medidas sirven para reforzar el poder del Estado neocolonial y como marco para una nueva forma de dependencia; a pesar de que hoy sean utilizadas para contrarrestar las presiones revolucionarias y neutralizar a los movimientos revolucionarios. Hace algún tiempo las presiones revolucionarias y las tendencias nacionalistas eran sofocadas violentamente, con la participación de la infantería de marina norteamericana. Ahora, pese a que de ninguna manera el imperialismo norteamericano ha renunciado a la violencia, las presiones revolucionarias son sofocadas, aparte de otros métodos, permitiendo nacionalizaciones y otras medidas similares. Al imperialismo no le queda otro camino que acomodase a la nueva situación, a la modificación de la correlación de fuerzas en el plano internacional, y tratar de absorber las nacionalizaciones dentro de un nuevo esquema de dependencia (subrayado nuestro).

Manifestaciones muy visibles de lo que afirmamos lo constituyen las nacionalizaciones burguesas del hierro y del petróleo. La

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del hierro está plenamente consumada, una típica renegociación capitalista ha permitido a los consorcios imperialistas resolver importantes problemas relacionados con la escasez de materias primas, recursos energéticos y mano de obra, aumentando sus ganancias en forma considerable; a su vez, el Estado ha incrementado su poder financiero y económico; en contrapartida, la clase obrera ha sufrido los efectos de los planes capitalistas, aumentando su explotación y restringiéndose algunos de sus derechos y reivindicaciones. Ello explica que los obreros del hierro hayan lanzado dos huelgas y se mantengan en posición de protesta por el secuestro de sus prestaciones sociales. También con el petróleo se sigue una política similar. La alianza imperialismo-burguesía monopolista-Estado capitalista, ha puesto en marcha una nacionalización que ni siquiera se realiza dentro de los moldes de las nacionalizaciones burguesas consecuentes; por el contrario, se trata de reformular las bases de la explotación. Fiel a sus compromisos con las empresas petroleras y con Fedecámaras, el Gobierno ha puesto en práctica una política muy hábil; anunció que procederá a «rescatar la industria petrolera para ponerla al servicio del país», nombró una comisión presidencial integrada por distintos sectores de la burguesía y por algunos partidos de izquierda, que se encargó de presentar un proyecto de ley de nacionalización; como dicha ley no era totalmente satisfactoria a los intereses de las petroleras y Fedecámaras, el Gobierno procedió a modificar algunos artículos con la finalidad de establecer las empresas mixtas como medio de garantizar a los consorcios multinacionales el control de la parte más jugosa del negocio petrolero; por supuesto, también se garantiza

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la participación de la burguesía monopolista interna en el reparto de los elevados beneficios que derivan de la explotación petrolera. El movimiento popular ha demostrado una vez más debilidad e incapacidad para definir una política antiimperialista que sirva de guía a las masas populares y las estimules a librar los combates contra los planes fraudulentos de la nacionalización. La izquierda reformista se enredó al comienzo con la discusión del Proyecto de Ley de Nacionalización, en una serie de maniobras parlamentarias, descuidando la movilización popular. Posteriormente comienza a promover luchas antiimperialistas y a asumir una política de enfrentamiento a los planes del gobierno, las petroleras y Fedecámaras. Los sectores marxista-leninistas tampoco han logrado articular una política coherente que estimule las luchas antiimperialistas; las debilidades y las posiciones conservadoras, con añadidos de sectarismo, han restado fuerza a algunas iniciativas que se han propuesto. La Liga Socialista, formando parte de estos sectores, tiene que ver también con dichos problemas y limitaciones; en la parte positiva, hay que señalar la disposición a presentar una opinión clara frente al problema de la nacionalización petrolera (esbozada en varios materiales publicados en Basirruque, remitidos de prensa, foros y conferencias e impresos mimeografiados) y la proposición de varias iniciativas antiimperialistas para activar la movilización popular. Creemos que en lo inmediato están planteadas muy buenas condiciones para unir a las distintas fuerzas antiimperialistas a través de luchas que enfrente la nacionalización fraudulenta del petróleo. Nuestra contribución a esta tarea debe ser permanente y no debemos desmayar ante los obstáculos que se presentarán.

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También podemos apreciar en la perspectiva una mayor influencia en la situación de la economía venezolana, de la crisis que afecta al mundo capitalista. La inflación no ha podido ni podrá ser controlada por el Gobierno y esto ocasionará el aumento creciente del costo de la vida con su consecuencia inevitable, el deterioro del salario real de los trabajadores, se recrudecerá, en consecuencia, la presión social sobre el Gobierno debido a que crecerán las demandas de las masas por mejores salarios y por mejores condiciones de vida. Esto repercutirá directamente en las luchas sindicales. Se avizora, por lo tanto, un período en el que se presentarán huelgan importantes y ocasiones propicias para arrebatar posiciones a la burocracia sindical y para establecer sólidos vínculos entre el movimiento marxista-leninista y el movimiento obrero. Seguramente el Gobierno, en la medida en que crezca la protesta popular, aplicará nuevas medidas reformistas. Sin embargo, si no encuentra alguna fórmula para, por lo menos, paliar el problema del alza del costo de la vida, las medidas reformistas, por si mismas, no podrán frenar la protesta popular. Hay entonces muy buenas condiciones para intensificar el combate de los explotados. Es necesario y posible elevar la propaganda, la agitación, la denuncia política y la actividad de la organización. Si somos capaces de conjugar la situación que se perfila en la coyuntura inmediata con una política correcta que sea expresión del espíritu de protesta de las masas hacia el ascenso, podremos acumular fuerzas, debilitar el poder burgués y convertirnos en una perspectiva en el combate por la toma del poder.

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Es imprescindible tener presente que si la protesta popular se hace sentir, el Gobierno reprimirá a los trabajadores y a las organizaciones revolucionarias. En consecuencia, debemos prepararnos y preparar a los trabajadores para la resistencia. No debemos confiarnos ni forjarnos ninguna ilusión de legalidad burguesa. Esta dura hasta el momento en que a la burguesía ya no le conviene más, hasta el momento en que considera que el halago, la demagogia y el engaño no son suficientes para enfrentar a los explotados. Entonces, no tiene ningún límite político o moral para transgredir sus propias normas jurídicas y reprimir violentamente. Constantemente debemos estar listos para cambiar de táctica cuando cambien las condiciones. No podemos esperar que los cambios ocurran para entonces comenzar a prepararnos. Debemos prever el rumbo de las tendencias fundamentales de la lucha de clases y actuar en consecuencia. Es verdad que nunca lograremos prever todos los acontecimientos; pero si acertamos en el señalamiento de los rasgos esenciales y procedemos en correspondencia con nuestras previsiones, cualquier cambio de la coyuntura nos encontrará debidamente preparados. Por lo demás, en lo que a la represión respecta, ella es una constante. Así que para poder librar un combate verdaderamente clasista dentro de las condiciones de hoy, es ineludible que hayamos creado los instrumentos necesarios para repeler la represión y organizar la resistencia. Al señalar los fundamentos para la acción, hacemos nuestros los siguientes propósitos: 1.- Librar una diaria y sistemática labor de desenmascaramiento de la política gubernamental, la dominación burguesa, la pe-

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netración imperialista y los efectos de la dominación burguesa sobre las masas. 2.- Cumplir una constante y profunda lucha contra la dominación ideológica que la burguesía ejerce sobre los trabajadores. Si no logramos victorias en este aspecto, es imposible avanzar en la formación de una vanguardia revolucionaria del proletariado venezolano. Igualmente, es necesaria la lucha perseverante contra la influencia ideológica del socialismo reformista frente a los trabajadores. 3.- Llevar a cabo una sistemática campaña de difusión del marxismo-leninismo y de análisis y síntesis de la práctica revolucionaria, un sistemático esfuerzo por conquistar para la causa del socialismo revolucionario a los obreros avanzados. 4.- Adelantar una política capaz de anotarse victorias que moralicen a los revolucionarios, que derroten el escepticismo y la desconfianza; una política que resuma correctamente las contradicciones del momento actual y trace orientaciones y consignas justas; una política que sea capaz de unir a los marxistas-leninistas y multiplicar la fuerza revolucionaria. Una política que sea capaz de convertirse en punto de referencia y polo de atracción para los elementes más avanzados de la sociedad venezolana y en clara respuesta a la política burguesa y pequeñoburguesa. La lucha ideológica, la propaganda, las tareas de educación del pueblo y la formación de nuevos cuadros y militantes revolucionarios se convierten en tareas dominantes. Sólo un decisivo triunfo en el terreno de la teoría y de la educación de la clase obrera permitirá un salto cualitativo y la superación de la debilidad del movimiento revolucionario.

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5.- Trabajar activamente por la movilización de las masas en defensa de sus derechos y reivindicaciones con la finalidad de darle proyección política a las expectativas y reclamos que maduran en el seno de los explotados, y para que las masas se eduquen a través de su propia experiencia para impedir que se imponga la pasividad y el escepticismo, para que, combinando las labores de educación con la movilización popular, vaya quedando un saldo político organizado. 6.- Contribuir al proceso de construcción de una vanguardia proletaria marxista-leninista que garantice la unión del proletariado, la dirección del proletariado sobre las demás fuerzas sociales interesadas en la revolución y desarrollo de una sostenida lucha por el socialismo revolucionario, que culmine con el derrocamiento de la burguesía. 7.- Librar combates contra el imperialismo al lado de todos los pueblos oprimidos que luchan contra la explotación y la opresión; practicar la solidaridad combatiente con todos los revolucionarios del mundo. 8.- Darle solidez ideológica, política y organizativa a la Liga Socialista, al Movimiento Estudiantil de Unidad con el Pueblo y a la Liga de Mujeres convirtiéndolos en herramientas de combate de las masas.

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Esta asamblea es un compromiso con el proletariado, un punto de partido para superar nuestras deficiencias, afianzar los avances y elevar el trabajo revolucionario en el seno de la clase obrera: La preparación de esta primera Asamblea ha necesitado de un gran esfuerzo revolucionario de todos nuestros militantes. Su realización es un triunfo importante que nos debe estimular a perseverar en la aplicación de la política revolucionaria. Haberla preparado y realizarla en el fragor del trabajo revolucionario, en medio de nuestra activa participación en combates antiimperialistas y proletarios, le imprime un contenido de clase revolucionario. Sin embargo, esto no es suficiente. Se trata ahora de poner a prueba nuestra capacidad revolucionaria, nuestra perseverancia, nuestro compromiso para con la clase obrera y el pueblo en su conjunto. Esto será posible si nos disponemos a enfrentar y superar las deficiencias en nuestro trabajo revolucionario; enfrentar con coraje proletario la desviación burocrático-espontaneísta con sus manifestaciones de foquismo y reformismo, hasta aplastarla, abriendo así el camino hacia el fortalecimiento de nuestros instrumentos de masas. Si avanzamos resueltamente en una política que permita afianzar los avances conquistados con nuestro esfuerzo revolucionario, si nos preparamos para no ceder ni un palmo de terreno y defender los avances logrados como un patrimonio de las masas explotadas.

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Si nos comprometemos en el propósito de elevar nuestro trabajo revolucionario en el seno de la clase obrera convirtiéndola en el centro de toda nuestra política; si nos preparamos para dar un salto adelante. Sólo así la primera Asamblea será una jornada de lucha proletaria, que contribuirá a los importantes combates que tiene planteado el movimiento revolucionario. Seamos consecuentes con nuestro grito de combate: «¡El socialismo se conquista peleando!» ¡No desmayemos ni un minuto en esta pelea que tiene como límite la victoria o la muerte!

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Tras las huellas del hombre

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Padre, hoy te marchas cuando nos haces más falta. Pero tu ejemplo revolucionario lo llevamos muy dentro escucha. En estas mis palabras el rumor del pueblo de los desposeídos. De tus compañeros que siempre te recordaremos y del que fuiste padre y maestro y forjador de hombres. Los que hoy te apartaron del camino no saben que están abriendo cien más. Padre, todos tus compañeros pedimos justicia y castigo para tus verdugos. Adiós para siempre.21

21 Jorge Rodríguez, hijo. (Poema leído en el Aula Magna de la UCV el día 27de julio de 1976, cuando el pueblo de Caracas tributó una sentida despedida al cadáver de Jorge Rodríguez)

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El pensamiento de Jorge RodrĂguez

ÂżY piensas que somos libres? Creen que sus grises alambradas, sus garitas, con ojos de miedo, sus guardianes, que no son libres, sus conciencias, que son abismos de oscuridad, sus mentes que son torbellinos de maldad, pueden detener el viento de la libertad, la inmensa felicidad que sentimos por luchar? Jorge RodrĂguez

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El pensamiento de Jorge Rodríguez

Levantamos la bandera roja con coraje, con alegría y con disposición de pelea. No engañamos a nadie. Ni somos anaranjados, ni somos azules, ni somos color tierra!!! Somos color rojo Porque rojo es el color de la revolución!!!!! Jorge Rodríguez

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1958

Rubio. A los 15 aĂąos de edad, Jorge RodrĂguez interviene en un mitin de AD, como Delegado Estudiantil.

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1959

Barquisimeto, en la Plazoleta del Edificio Nacional, Jorge Rodr鱈guez, a los 17 a単os de edad anuncia el inicio de una campa単a alfabetizadora, procediendo a la quema de un mu単eco que representa el analfabetismo.

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1959

Quibor, Jorge Rodr铆guez, Promotor de Alfabetizaci贸n, cumple labores de ense帽anza entre humildes habitantes de la poblaci贸n.

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26/12/1964 Jorge Rodríguez y Delcy Gómez, de 21 y 19 años respectivamente, contraen matrimonio en la Iglesia San Juan de Barquisimeto.

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1965

Jorge Rodríguez al frente de una manifestación en la UCV, por la defensa del derecho al estudio. Se observa en la foto al dirigente revolucionario Julio Escalona, para entonces, Presidente de la Federación de Centros Universitarios, quién fuera su entrañable amigo y compañero de lucha. También a Freddy Solórzano, Beltran Haddad, entre otros.

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Diciembre de 1965 Durante su viaje a Praga, con motivo de un Congreso Internacional de estudiantes, Jorge RodrĂguez se detuvo en ParĂs.

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1966

Después de un allanamiento a la Universidad en 1966, el Dr. Jesús María Bianco y Jorge Rodríguez, se dirigen hacia las oficinas de la F.C.U., para constatar los destrozos ocasionados por los cuerpos policiales. Los acompaña el periodista Gilberto Alcalá.

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1967

Jorge Rodríguez encabezando una manifestación de profesores, empleados, obreros y estudiantes de la UCV en defensa de la autonomía universitaria y contra el cerco presupuestario. A su izquierda se observa al Rector Dr. Jesús María Bianco, al dirigente estudiantil Ramón Morales Rossi; a su derecha, la profesora universitaria Judith Valencia y Juvencio Pulgar, dirigente estudiantil.

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1967

Jorge Rodríguez, en un acto de solidaridad internacional. Al fondo se observan leyendas en homenaje al CHE y a un héroe vietnamita. En la pared se puede leer: «Te veo hervir sin descanso».

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1968

Foto de Jorge RodrĂguez difundida ampliamente, tomada en la UCV., en la oportunidad en que fue Delegado Estudiantil ante el Consejo Universitario.

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1969

Jorge RodrĂguez, durante una de sus tantas intervenciones en el Auditorium de Humanidades de la UCV. Esta foto se dinfundirĂa posteriormente durante la lucha por su libertad en 1973 y tras su asesinato por la DISIP.

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1968

De vuelta a su tierra de origen, Carora, Edo. Lara, Jorge Rodríguez, abraza a su querida madre, Eloina Rodríguez. Gustaba subir al cerro La Cruz, de humilde capilla en lo alto de un accidentado camino sembrado de cruces. Desde allí divisaba el inmenso Valle del Río Morere.

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Noviembre 1972 Jorge Rodríguez, preso político en la cárcel de Maracaibo, participa en la dirección de la huelga de hambre de los Presos Políticos de Venezuela.

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Noviembre 1973 Jorge Rodríguez, en compañía de varios dirigentes del movimiento por el Voto Nulo, funda la Liga Socialista. En la foto mientras interviene en la exposición de su informe político.

1973

Jorge Rodríguez en una declaración a los medios de comunicación social, con motivo del vil asesinato, por parte de la DISIP, del revolucionario Noel Rodríguez. Le acompañan, Ernesto Virla, Orlando Yajuere, Argelia de Silva y Nancy del Río.

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1975

Jorge RodrĂguez clausura la Marcha Nacional Anti Imperialista en la ciudad de Cabimas en el Estado Zulia.

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1975

Jorge Rodríguez, interviene en Cabimas durante el acto de clausura de la Marcha Anti Imperialista, organizada por la Liga Socialista y los Comités de Luchas Populares. La Liga Socialista esgrimió la consigna «Por una nacionalización sin empresas mixtas, sin pago a las petroleras y sin secuestro de las prestaciones obreras».

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1976

J.R., hijo, en breve y hermoso poema de despedida, exhaltó la continuidad del esfuerzo, la pasión y la inteligencia revolucionaria capaz de sobrevivir a los héroes y mártires caídos en la lucha por la liberación nacional, la democracia popular y el socialismo.

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1976

Cementerio General del Sur. A los cinco meses de su asesinato. Se observa en la foto a su viuda Delcy de RodrĂguez.

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1976

Miguel Layrisse, para el momento Rector de la UCV, expres贸 su repudio al vil asesinato de nuestro querido y her贸ico camarada Jorge Rodr铆guez.

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1976

Los familiares del camarada Jorge Rodríguez, entre ellos, su esposa Delcy Gómez, sus hijos Jorge y Delcy Eloína, su madre Eloína Rodríguez y su hermana Carmen Alicia, en el Aula Magna durante el homenaje de despedida a nuestro camarada.

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1976

Los parlamentarios Salom Mesa Espinoza, Américo Martí y José Vicente Rangel expresan sus condolencias al Presidente de la LS, camarada Carmelo Laborit.

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1976

Durante el bautizo del libro «Después del Túnel». Se observa en el presidium a Argelia Bravo, Secretaria General del Movimiento Político Ruptura; al escritor y político Domingo Alberto Rangel, a Jorge Rodríguez, fundador y Secretario General de la Liga Socialista; a Agustín Calzadilla, Pdte., del CDDH; a Víctor Pizani, profesor de la UCV; el dirigente estudiantil, Nestor Francia y la periodista Doris Francia.

324

24 junio 1976

Marcha contra el Hambre y la RepresiĂłn, organizad por la Liga Socialista y Ruptura, es prohibida por el gobierno de CAP. Centenares de militantes de la Liga Socialista fueron detenidos en el peaje de Palo Negro. Jorge RodrĂguez, explica a los militantes y amigos de ambas organizaciones, concentrados en la Universidad de Carabobo, lo ocurrido ese dĂa.

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12 febrero 1976 Se celebra el I Pleno Nacional del MEUP Liga Socialista. El Pleno se inici贸 con una manifestaci贸n por la avenida Rooselvelt y Nueva Granada. La estrella roja y el pu帽o en alto, ilustraron los retratos de numerosos h茅roes de la juventud venezolana.

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1976

Iniciando su intervención con dolidos versos del poeta revolucionario Nazim Hikmet, el Presidente de la Liga Socialista, compañero Carmelo Laborit, expresó a nuestro camarada la decisión de todos los militantes de la Liga Socialista de unirse firmemente alrededor de su guía luminosa y de su heróico ejemplo para continuar la pelea por el socialismo.

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1976

A escasos días de su asesinato mediante torturas por agentes de la DISIP, Jorge Rodríguez, interviene en el Aula Magna con motivo del bautizo del libro «Después del Túnel», escrito por el dirigente revolucionario Diego Salazar.

328

1976

Jorge RodrĂguez, Secretario General de la Liga Socialista pasea con sus hijos, Jorge y Delcy EloĂna.

329

1976

HĂŠctor Mujica, dirigente nacional del PCV, expresa su protesta por el brutal asesinato de Jorge RodrĂguez.

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1976

El presidente de la Liga Socialista camarada Carmelo Laborit; Rafael Guerra Ramos, diputado del MAS; Alcides Rodríguez, diputado del PCV, recientemente fallecido, Eduardo Machado, dirigente de Vanguardia Unitaria, Doris Francia, Américo Martí, Isaac Olivera, Presidente de la F.V.M., Abdón Herrera, diputado por URD y José Vicente Rangel, hacen guardia de honor ante el féretro de Jorge Rodríguez.

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1977

Cementerio General del Sur. En el primer aĂąo de su asesinato. Se observa en la foto al Presidente de la LS, cro. Carmelo Laborit, al cro. Juan Medina Figueredo y al extremo derecho a su hija menor Delcy EloĂna.

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1977

Caracas, Plaza Carabobo, Acto de masas en el primer Aniversario de su asesinato.

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Este libro se termin贸 de imprimir en los talleres litogr谩ficos del Instituto Municipal de Publicaciones durante el mes de julio de 2013 2000 ejemplares Caracas-Venezuela