CAPITULO V
EJERCICIO FÍSICO El ejercicio físico junto con la dieta y la insulina, son los pilares básicos del tratamiento de la diabetes. La actividad física es útil y necesaria para todas las personas, pero sobre todo, para el niño y el adolescente diabético. La determinación de la glucemia capilar nos permite conocer la situación metabólica adecuada para obtener con la actividad física, el máximo beneficio y nunca un perjuicio. Beneficios 1. Disminuye los niveles de glucemia durante y después del ejercicio. 2. Disminuye los requerimientos de insulina al mejorar la sensibilidad. 3. Aumenta el gasto calórico y mejora la imagen corporal. 4. Mejora el perfil lipídico. 5. Disminuye los factores de riesgo cardiovascular. 6. Mejora la sensación de bienestar. Proporciona buen humor. 7. Puede favorecer la integración social. Cambios de la glucosa durante el ejercicio físico El trabajo muscular provoca un aumento de las necesidades energéticas. La energía que se necesita durante el ejercicio se obtiene de la glucosa y de las grasas. Las fuentes de energía se encuentran en los músculos, el hígado y la grasa corporal. En una primera fase a los 5-30 minutos de iniciar el ejercicio se utiliza la glucosa que tiene el músculo y la circulante en la sangre. En una segunda fase pasados los 30 minutos se recurre a las reservas de glucosa almacenada en el hígado. En una tercera fase a los 60-90 minutos ya se han agotado las reservas de glucosa y se obtiene la energía de las grasas, en esta fase puede
aparecer cetosis. En los niños y adolescentes diabéticos que no tengan suficiente insulina esta alteración se iniciará mucho antes, apareciendo hiperglucemia. En la persona no diabética cuando realiza ejercicio físico, por una parte su páncreas reduce la secreción de insulina y por otro lado, se segregan hormonas que provocan un incremento de glucosa en sangre, enviada desde el hígado. Mediante este mecanismo se consigue mantener niveles estables de glucosa. La persona diabética para mantener el equilibrio de la glucosa debe reducir la dosis de insulina y ajustar la dieta en relación con el esfuerzo físico a realizar, para evitar, una hipoglucemia. El exceso de insulina depositada debajo de la piel y activada por el ejercicio muscular provoca una menor salida de glucosa del hígado, facilitando la hipoglucemia.
PARA QUE EL EJERCICIO SEA BENEFICIOSO SE PRECISA LA EXISTENCIA DE CANTIDADES ADECUADAS DE INSULINA.
Precauciones ante el ejercicio -
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Es necesario valorar cómo está la glucemia antes de iniciar el ejercicio. Plantearse el tipo de ejercicio a realizar, la insulina y la alimentación previa. Hay que poner la insulina previa al ejercicio fuera del área que va a ser activa durante éste. Por ejemplo, en los brazos si se hace “footing” o el abdomen si es natación. El ejercicio permite que la glucemia descienda, cuando se practica, repercutiendo hasta 12-24 horas después de haberlo realizado.
Efectos adversos del ejercicio sobre el control metabólico -
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Posibilidad de aparición de hipoglucemia precoz y/o tardía hasta 24 horas después de practicarlo. Hiperglucemia inducida por el ejercicio: En el niño diabético la respuesta al ejercicio intenso e inhabitual es anormal y puede producir hiperglucemia. Hiperglucemia y cetosis, especialmente en niños con déficit de insulina o mal controlados.
EL REALIZAR EL EJERCICIO FÍSICO CON MUCHA INTENSIDAD PUEDE CONDUCIR A HIPERGLUCEMIA Y CETOSIS. POR ESTE MOTIVO, REALIZARLO ESTÁ CONTRAINDICADO.
Tipos de ejercicios Los ejercicios físicos aconsejables para practicar son, los de baja resistencia (aeróbico) porque favorecen la circulación sanguínea periférica, mejorando la oxigenación y nutrición de todas las células. Ejemplo “footing”, bicicleta, fútbol, saltar a la cuerda, etc. Preferentemente realizables en grupo y al aire libre.
No son aconsejables los ejercicios de alta resistencia (anaeróbico) porque disminuyen la oxigenación de los tejidos en actividad y aumentan la tensión arterial. Ejemplos: culturismo, levantamiento de pesas, etc. Para que el ejercicio sea más eficaz precisa ser: -
Diario o a días alternos. Regular, es decir: a la misma hora, intensidad y duración. Aeróbico, no debe llegar al agotamiento. Debe ser estimulante y divertido (se consigue mejor en grupo que individualmente)
Consejos prácticos para ejercicios no habituales Observaciones generales -
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Es bueno realizar el deporte en compañía. Es deseable realizar deportes que permitan establecer, duración e intensidad para valorar el gasto energético y poder modificar el tratamiento. Cada diabético debe aprender a conocer los cambios de glucemia con determinados ejercicios y de esta manera poder ajustar el tratamiento. La modificación de la insulina y la ingesta en cada ejercicio debe ser controlada.
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El ejercicio debe realizarse preferentemente tras la ingesta.
Adaptación de la insulina -
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Reducir un 20-50% la insulina previa si se prevé que va a ser un ejercicio intenso, o reducir sólo la insulina que tiene la máxima acción durante éste. No realizar ejercicio hasta dejar pasar al menos 60 minutos de la inyección de insulina regular y 30 minutos de la insulina Lispro. Valorar la disminución de la dosis de insulina que corresponda después del ejercicio.
Valoración de la glucemia -
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Los valores adecuados de glucemia para realizar el ejercicio se consideran entre 100-250 mgrs./dl.; por encima de esta cifra se debe valorar la acetona. Si la glucemia es superior a 250 mgrs./dl., medir cuerpos cetónicos en orina. Si los cuerpos cetónicos son negativos y la glucemia es debida a una ingesta reciente, puede realizar ejercicio. Si son positivos hay que administrar suplementos de insulina rápida y retrasar el ejercicio hasta que los cuerpos cetónicos desaparezcan y la glucemia sea inferior a 250 mgrs./dl. Hay que administrar suplementos de Hidratos de Carbono cada 30-45 minutos si es intenso y de larga duración. Determinar la glucemia y valorar frecuencia en la necesidad de alimentos. Aumentar la ingesta de alimentos hasta 24 horas postejercicio, según intensidad y duración.
Siempre que exista hiperglucemia superior a 250 mgrs./dl. y/o existan cuerpos cetónicos positivos en orina, el ejercicio debe posponerse, hasta que se consiga negativizar los cuerpos cetónicos y mejorar la glucemia.
Adaptación de los alimentos según la glucemia previa al ejercicio -
Si la glucemia es inferior a 130 mgrs./dl. el adolescente debe tomar 20 gramos (2 raciones) y el niño 10 gramos (1 ración) de Carbohidratos de absorción lenta.
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Si la glucemia esta entre 130-180 mgrs./dl. el adolescente debe tomar 10 gramos (1 ración ) y el niño 5 gramos (1/2 ración) de carbohidratos de absorción lenta. Si la glucemia esta entre 180-240 mgrs./dl. no tomar alimento antes del ejercicio. Si el ejercicio es de cierta intensidad y prolongado (más de una hora), por cada 30 minutos suplementar 10 gramos (1 ración) al adolescente y 5 gramos (1/2 ración) al niño.
Valorar el aumento de alimentos hasta 12-24 horas después del ejercicio, en relación a las glucemias que se obtengan. La noche posterior a un ejercicio extraordinario debe ser especialmente vigilada.