MEMORIA
Hace años empecé tratando de plasmar una visión personal del paisaje donde habito, paulatinamente los espacios urbanos de mis obras se iban simplificando.
Las ventanas de los edificios, las farolas, aceras, el mobiliario urbano estaban desapareciendo; primero se volatilizaban entre la bruma, luego ya no estaban, hasta quedar bloques desnudos erosionados por el viento y la lluvia.
Me deshice de lo que es el maquillaje para quedarme con la esencia de las formas.
Se trata de una síntesis lógica dentro de una evolución personal, después los bloques que conformaban una obra pasaron a ser uno, la composición también se simplificaba.
Estas formas en perspectivas cónicas exageradas me permitían jugar con la representación de la luz y crear sombras ficticias y equilibrios cromáticos que de otra manera no serían tan puros.
Se trata de un proceso de investigación continuo en el que estoy envuelto y aún no sé a donde me guiará.