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Carlos Henera Otros abogaron por la inmediata
rdnffi3os españoles!
puesta en marcha de r<un escenario de debate y diálogo)) capaz de amortiguar las tensiones; otras -como la absurda alcaldesa de
Madrid-
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abogaban por
una negociación de mujeres, siempre más dispuestas a la paz; otros, en ñn, predicaban el diálogo de flores y cánticos con terroristas del peor jaez. Pero la culminación de la idiocia
vino dada de la mano de un puñado ndefectiblemente, este es un país de idiotas. La comparación con otros acornodos nacionales europeos no resiste ni un solo contraste. Cierto es que el núrnero de sandios brilla pCIr $u excepcionalidad, por su singularidad numerosa, por su grupalidad circunstancial, pero no deja de ser un pequeño ejército al servicio de no se sabe bien qué objetivo. ¿A qué viene tal invectiva? Muy largo de explicar. Pero tampoco imposible. Terroristas atacan Francia. Mueren france$es en el tiroteo. Francia responde atacando las bases bperativas de los terroristas en su origen. Españoles protestan, inrnediatamente,
por lo que consideran un acto paralelq de terrorismo. Eso es así. No tiene doble lectura
ni excusa argurnental. Cuando siete, o nueve, terroristas yihadistas asesinan indiscriminadamente en París a ciudadanos que pasaban por allí, la reacción de determinados submundos de la política europea es repartir las culpas entre el asesino y el muerto. Pasó en España a lo largo de los días posteriores al rr-M: unos terroristas árabes masacraron a doscientas personá$, y buena parte de los manifestantes españoles se movilizaron para culpar al Gobierno español de la tragedia. Aznar, asesino. La culpa no era del que puso }as bombas, la culpa era del Gobierno de España. Ese relativismo imbécil de buena parte de la opinión pública española fue un paradigrna de este
pobre país condenado a sobrevivir a sus propias élites políticas. Arturo
XLSEMANAL 29 DE
NCIVIFMSRE DE 2015
Pérez-Reverte, mi vecino de página, ha escrito memorables páginas al
de concejales del Ayuntamiento de Córdoba. Como todos los estamentos
respecto. Una vez rnuertos los pobres franceses *y no solo franceses,
administrativos españoles, dispusieron algunos momentos de silencio en solidaridad con las víctimas. Una
también algún español y otros
vez acabada la performence, una concejal de Podemos, a vaz en grito, exigió que se guardara otro minuto de silencio por las víctimas de los bombardeos franceses de respuesta, es decir, por los terroristas del ISK arrasados por la acción del Ejército galo. La sorpresa fue que la alcaldesa del PSOE, Isabel Ambrosio, asintió entusiasmada a la estúpida propuesta de Ia concejal. Y allí ta tenían, junto
nacionales más- que andaban de paseo por Bataclán o por los alrededores del estadio de Saint Denis, el mundo entero desató todo tipo de alertas. la libertad y tal. La legitimidad democrática y tal. Tiodo eso que exhibe Occidente cuando le atacan. La necesidad de una respuesta contundente. Y se produce la respuesta. Francia,
Una concejal de Podemos odgió que se zuardara otro minuto de silencio por las víctimas de los bombardeos francesles de respuesta que es un pars serlo, y no un sirnulacro como el que nos ocupa (Juan Pablo Colmenarejo dixít), bornbardea las bases operativas de los que le han causado el desgarro al objeto de causarles el mayor daño posíble. Arrasan algún carnpamento de los terroristas del DAESH y se repliegan hasta nueva orden. Lo que hubiera hecho cualquier país normal que dispusieran por demás, de los medios necesarios. En España se aplaude la contundencia.,. coll algunas reservas. Los profesionales del
buenismo estúpido *e interesadorápidamente salieron a la palestra para mostrar su disconformidad acorde a su equidistancia. Algunos acusaron a Hollande de terrorista a la contra.
con medio Consistorio cordobés, jugando a la equidistancia entre los asesinos y los asesinados, sin que días después se le haya caído la cara de vergüenza ni haya querido dar una sola explicación convincente. Guardar un minuto de silencio por los terroristas y sus víctimas es un viejo escenario conocido en algunos territorios de España. Hacerlo por los masacrados en Francia y por sus asesinos es una infamia impropia de gente decente. Córdoba, felizmente, €s otra cosa. Pero bueno es que sepa a quién tienen los amigos cordobeses de administradora general. I wunru.xlse mana
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carlos@ca rlosherrera. netlVvunru. carlosherrera. com