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#CELEBREMOSPASCUA

- búsqueda d tesoro - Historias de Pascua de Resurrección

by Abeja Reina

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Cada vez queda menos para Pascua de Resurrección y no nos cabe ninguna duda que esta vez será una diferente a lo habitual. En casa, en familia, sin poder salir... quizás será un poco más difícil improvisar y celebrar. Es por eso que queremos ayudarte con diferentes ideas para ponerle creatividad y entusiasmo a esta celebración tan especial.

Hace unos días atrás les regalamos un Recetario Online con diez recetas para cocinar. También en el blog pueden encontrar 5 ideas de manualidades fáciles para hacer con tus niños y preparar los hogares/corazones para esta festividad.

Hoy les dejamos esta breve historia, inspirada en nuestra colección 2020, de una búsqueda del tesoro en familia y amistad.

Que este Domingo de Pascua de Resurrección sea un símbolo de renovación. Un día optimista, de familia, solidaridad y amor, tan necesario en los tiempos de hoy.

Con mucho cariño, ¡Feliz Pascua de Resurrección!

Trini y Fran. - Socias Fundadoras Abeja Reina -

Érase una vez, en un jardín muy lindo, una familia y amigos esperando con ansias la llegada del conejito de Pascua de Resurrección. Sabían que todos los niños del mundo lo estaban esperando, por lo mismo decidieron montar un lindo rinconcito para que él se sintiera acogido, pudiera descansar, comer algo y reponer energías para su difícil tarea.

Esa mañana, antes de que todos se levantaran, llegó la hermana mayor a ver si el conejito habíadejado algo, pero fuera de los dulces que ellos habían dejado sobre la mesa, no había nada nuevo o raro... ¿Habrá sido muy temprano?

¡Escuchó unos ruidos que la asustaron! ¿Será el conejito que anda atrasado? Sin pensarlo dos veces, fue y se escondió un ratito. Empezó a observar todo desde su escondite pero su risita nerviosa la delató...¡no era el conejito si no que su hermano regalón!

Juan que no había aguantado la tentación de esperar Y se había puesto a comer cositas ricas antes de que llegaran los demás.

- ¡Juan! ¡No te comas los dulces del conejito todavía! ¡Pasó algo! - ¿Que pasó que me asustas? - El conejito parece que esta vez no pasó por nuestra casa... - ¿Y por qué dices eso, si viene todos los años? - ¡Es que no encuentro los huevitos de chocolate por ninguna parte! - No, no puede ser. ¡Alguna confusión debe haber!

- Busquemos por aquí.... busquemos por allá.... - Conejiiiiitooo... Donde estáaaasss.... - Conejito, conejiiiito.. ¿Hay huevitos para celebrar?

- No hay nada Juan... - No te preocupes Matilde, ya los vamos a encontrar. - ¿Qué podemos hacer? - ¡Vamos a preguntarle a nuestras amigas, seguro ellas lo vieron pasar!

Las amigas vieron venir a Juan y Matilde preocupados, no entendían por qué, si ellas estaban felices jugando. Les contaron que habían encontrado algo que le llamó la atención... ¡un pedazo de zanahoria tirado por ahí en un rincón!

Juan les pidió que le entregaran el pedacito de zanahoria encontrado. Quizás el conejito con hambre había quedado... ¡Claro! Necesitaba reponer energías para poder continuar su labor Nadie se imagina que dejar huevitos de chocolate por las casas puede llegar a ser muy cansador.

Decidieron que quizás sería mejor idea dejar el rincón de Pascua solo. ¿Podría ser que al conejito no le gustara que lo vieran trabajar? Mejor irse a jugar al jardín, y al cabo de un rato, volverlo a intentar...

A la vuelta de tanto jugar, Juan estaba cansado asi que decidió descansar. ¡No le quedaban energías para buscar! Pero su hermana Matilde, no se pudo aguantar la curiosidad.

Decidió partir, con toda la ilusión, denuevo a buscar. ¿Habría pasado el conejito ya? - Conejiiiiitooo... Donde estáaaasss.... ¿Hay huevitos para celebrar?

¡Eeehhh! ¡Ahora si! La espera valió la pena, porque Matilde encontró algo muy especial, algo diferente a lo habitual.

¡La primera pista para encontrar el tesoro que deseaban hayar!

Huevitos de verdad, de diferentes portes y colores, los conducirían por el camino al tesoro escondido de esta festividad.

- Juan, ¡mira lo que encontré! - ¡Vamos, levántate y ayúdame a buscar!

Buscaron y buscaron, hasta que todas las pistas encontraron. Jamás pensaron que los conduciría al lugar en que nunca habían buscado.... ¡la mochila orejas que sus papás les habían regalado!

La visita del conejito pascuero, ¡y el regalo maraviloso que les había dejado!

Un momento de compartir en familia, comiendo, ríendo y CELEBRANDO.

Colorín colorado, esta historia se ha acabado. Hoy toca CELEBRAR, la resurrección, la vida, el amor, la salud y la amistad.

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