Érase una vez, un pueblo indígena que vivía en mitad de la selva. No conocían la civilización. Allí no había luz, no había coches, no había móviles no había internet ni tenían televisión. Todo lo que necesitaban, se lo ofrecía la selva. El sabio jefe de la aldea se llamaba Aztetu.
Los pueblos indígenas son los protectores de la Naturaleza. La necesitan para vivir y, en consecuencia, la cuidan como parte de ellos. Conocen sus plantas, su fauna, sus alimentos... todo, excepto el modo de hacerle daño. Pese a ello, muchos pueblos indígenas están perseguidos y son expulsados de sus tierras, las mismas que han habitado durante años. Los pueblos tribales tienen la habilidad de tomar de la Naturaleza, sin dañarla, aquello que necesitan para vivir
Hola, bienvenidos a mi aldea.
Aztetu era muy sabio y sabía que había que cuidar de la naturaleza. Era capaz de escuchar el alma de las plantas y los animales y saber si sufrían ó eran felices. Por eso tenían huertas, árboles frutales y hasta una piscifactoría* donde criar peces.
* La piscicultura es la agricultura de peces, término bajo el que se agrupan una gran diversidad de cultivos muy diferentes entre sí, en general denominados en función de la especie o la familia. Las instalaciones de piscicultura industrial se conocen como piscifactorías, aunque este es un término en desuso, debido a la diversificación que ha sufrido el cultivo, en depósitos, estanques,
Un buen dia unas cigüeñas vieron la civilización, la ciudad se estaba acercamdo a la selva. La ciudad estaba cubierta por una boina gris * de contaminación.que producían los coches.
*Esa nube grisácea que cubre la ciudad es la contaminación causada por los tubos de escape de los vehículos. El culpable es el elevado volumen de tráfico en las grandes ciudades. Se trata de dióxido de nitrógeno (NO2) que se encuentra enjaulado sobre la ciudad por la ausencia de lluvias. La ausencia de viento y de movimiento de masas de aire atrapan y alimentan más y más la capa de contaminación.
También habían observado como el hombre blanco estaba talando enormes cantidades de árboles y como las fábricas vertían sus residuos tóxicos al río. Aztetu supo a través de las cigüeñas lo que ocurría y estaba triste y preocupado por el enormr daño que estaban causando a la selva y por las consecuencias que eso causaría para la salud de los niños y niñas de la aldea.
Las poblaciones indígenas aman la tierra y la custodian al punto de ser considerados “una barrera vital contra la deforestación”. El modo en que gestionan las tierras que habitan se transmite entre generaciones para favorecer su protección. La amenaza de la expulsión, sin embargo, siempre está al acecho; a menudo, incluso, para construir hoteles o talar los árboles, prácticas que contribuyen a la deforestación. Un 20% de toda la Amazonia brasileña está controlado y adecuadamente cuidado por pueblos indígenas. Las imágenes satelitales son impresionantes: en muchos casos la deforestación se detiene exactamente donde comienzan las áreas indígenas”.
¿Sabías que se talan al año una superfície forestal igual a la superfície de Portugal?
Aztetu recordaba el tiempo en que miraba el horizonte y sólo veía selva. Ahora, la ciudad, con sus coches y sus industrias estaban acabando con la gran selva y con todos los animales y plantas que como Aztetu y su pueblo vivían allí. Aztetu que era el chamán * de su pueblo, ideó un plan. Prepararía una pócima, un maleficio que afectara al hombre blanco de la ciudad para que aprendieran a respetar la naturaleza.
* El chamán es al que se le atribuye la capacidad de modificar la realidad o la percepción colectiva de esta, de manera que no responden a una lógica causal. Esto se puede expresar finalmente, por ejemplo, en la facultad de curar, de comunicarse con los espíritus y de presentar habilidades visionarias y adivinatorias.
El aire contaminado era la causa de un gran número de enfermedades*. Tenía que evitar que el hombre blanco siguiera contaminando la selva.
* Cómo afecta en tu salud la contaminación en el aire. En el aire que respiramos hay micropartículas que entran a nuestro organismo y lo dañan; la contaminación propicia el origen de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. ... Puede provocar asma, reducir la función pulmonar y originar enfermedades pulmonares.
¿Sabías que los árboles y las plantas son capaces de transformar el NO2 y el CO2 (dióxido de carbono) producido por el humo de los coches y las fábricas perjudicial para la salud en oxígeno?
Aztetu sin embargo, era un chamán bueno, no creía en la violencia ni en la guerra. Hizo un conjuro que no causara ningún daño en el hombre blanco. Pero estaba seguro que si el hombre blanco pudiera escuchar el alma y los sentimientos de las plantas y animales, cambiarían su actitud.
Ayudan a mantener las abejas. Las abejas son imprescindibles. No solo son productoras de miel, sino que la polinización de estos insectos contribuye al mantenimiento de muchas de las plantas y alimentos que consumimos. Los indígenas awás del nordeste de la Amazonia brasileña distinguen unas 31 especies de abejas productoras de miel. Cada tipo de abeja está asociada con otro animal de la selva, como la tortuga o el tapir. Su acción, por lo tanto, no solo es esencial para las abejas, sino también para otros animales. Pese a todo, en los años ochenta, el Proyecto Gran Carajás abrió la selva de los awás a madereros y ganaderos ilegales. Desde entonces, más del 30% de su tierra ha sido destruida.
El hombre de la ciudad estaba ciego por la codicia, la ambición y el dinero y no eran capaces de ver el dolor que producían. Lo único que Aztetu hizo fue abrirles los ojos y el corazón para que pudieran ver lo que él veía y sentir el dolor que estaban causando en los ecosistemas*.
*¿Sabías que cuando se destruye un bosque no solo se acaba con los árboles sino toda una colonia de plantas y animales que viven en ellos? A la variedad de especies de animales y plantas que viven en una determinada sona como un bosque o la selva, se le llama ecosistema.
¿Sabías que una de cada tres especies de animales están en peligro de extinción?
Una vez el hombre blanco pudo ver con sus propios ojos como animales y plantas sufrían, firmaron con la aldea de Aztetu la paz. Los hombres y mujeres de la ciudad respetarían la selva y la naturaleza donde vivía el poblado azteca. Aztetu a cambio rompería el maleficio y proporcionaría a la ciudad alimentos producidos de una manera ecológica y respetuosa con el medio ambiente, siempre y cuando, al igual que a Aztetu le habían enseñado sus ancestros no pidieran ni consumieran más de lo que necesitaran. Los niños y niñas de la ciudad y de la aldea ya podían jugar bajo el mismo cielo azul y no gris. -Gracias por abrirnos los ojos, ¿podemos hacer algo nosotros por la aldea?. -preguntó Donald el alcalde de la ciudad. -Sí, me gustaría tener un coche que no echara humo gris ni contaminara, ¿existen? -contestó Aztetu, -Claro, hace tiempo que se inventaron, tendrás
