2. LA PAPISA
La Papisa • Si bien hoy es frecuente denominarla “La Gran Sacerdotisa”, parece que el título original de este Arcano fue efectivamente “La Papisa”. • Dicho origen se remonta aproximadamente al siglo XV. • Presenta a una mujer adornada con la tiara papal. Puede aparecer sólo con la triple tiara o bien portando un par de llaves, lo que la aproxima aún más, en el último caso, a la iconografía papal. • La leyenda de la Papisa Juana, que se hace pasar por hombre, es elegida Papa y finalmente descubierta cuando da a luz públicamente, es, con toda probabilidad, apócrifa. • En el Tarot suizo se la asocia con la diosa romana Juno (“Junon”). • En el Tarot Visconti-Sforza esta carta parece representar a la Hermana Manfreda, elegida Papisa por la secta de los Lombardos. Dicha secta fue declarada herética por la Inquisición, y la Hermana Manfreda murió en la hoguera en el 1300.
La Papisa, en el Tarot «cabalístico»
La Papisa, en el Tarot «Cábala»
La Papisa, en el Tarot Papus
La Papisa, en un Tarot Templario. Es errónea la asociación con Chocmah, pues esta séfira es masculina. Destacan la Luna, el triple (o cuádruple) triángulo y el niño que nace casi sin que la Papisa lo advierta (!)
La Papisa, en otro Tarot Templario. Es una joven cercana al Grial, con el sistro a sus pies, cuyo vestido celeste está hecho casi de agua. Lleva la media luna y se la califica de «La Rosa Mística – Diosa Isis»
La Gran Sacerdotisa, en el Tarot «Elemental», asociada a la «Virgen», pero que parece recordar a la Virgen-Prostituta de la mitología. «Soy la vergüenza y soy la audacia; no tengo vergüenza y estoy avergonzada»
La Gran Sacerdotisa, en el Tarot «Pitagórico». Otra vez es Isis, lo que se aprecia en el sistro que lleva en la mano. Se le asocian el agua, la luna, la noche y la dualidad.
El origen de La Papisa • La Papisa no aparece en las imágenes de Mantegna. • Recién hace su aparición en el tarot Visconti-Sforza, llamado el tarot de Venecia o de Lombardía, con el título de Papasse (Papisa) que, en los sucesivos mazos de tarot, se convertirá en la Papessa y que, en torno al 1800, en Besancon, localidad francesa muy próxima a Suiza, adoptará el nombre de Junon. • En ese nuevo contexto, la Papisa se asocia a la diosa griega Hera, Juno para los romanos, que presidía sobre la maternidad, el matrimonio y la fecundidad. LA DIOSA HERA (JUNO)
La historia de la Papisa •
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«Hay muchas historias ocultas tras el arcano de La Papisa, y muchas papisas para contarlas. La que vemos aquí pertenece al que es, probablemente, el tarot más bello del mundo, conocido como Tarot Visconti-Sforza y realizado en el siglo XV. Se sabe que el duque de Milán Felipe María Visconti encargó, al menos, tres series de cartas primorosamente pintadas a mano, aunque no se sabe con exactitud qué artistas realizaron tan espléndido trabajo». «Una de las características de los Tarot encargados por Visconti es que identifican en los arcanos mayores a distintos personajes de su aristocrática familia. De manera que esta Papisa que tenemos aquí existió con nombre y apellido: se trata de Maifreda de Pirovano, prima de Mateo I Visconti. Vivió en el siglo XIII y viste el hábito marrón de las hermanas Umiliatas en cuyo monasterio de Santa Catarina de Brera había ingresado. Y si cubre su cabeza con la tiara pontificia lo hace por derecho, ya que fue nombrada Papisa de la secta Guglielmita. Con esos poderes nombró cardenales, ofició misas y distribuyó la eucaristía».
La historia de la Papisa •
«Todo empezó con otra mujer que, hacia el año 1260, se presentó con su hijo a las puertas de un monasterio, en este caso el cisterciense de Chiaravalle, en Milán, cuyos monjes la acogieron. Pronto apuntó maneras de milagrera y sanadora, y su fama se extendió por la comarca. Decía llamarse Guglielma de Bohemia y ser hija del rey Otakar de Bohemia con su segunda esposa, Constanza de Hungría. Y afirmaba ser la encarnación del Espíritu Santo». • «Eran tiempos revueltos. Más o menos setenta años antes el místico y visionario cisterciense Joaquín de Fiore había profetizado el fin del mundo precisamente para el año 1260. Según se acercaba la fecha, las calles se llenaban de flagelantes y de creyentes despavoridos que se cubrían de arpillera y ceniza esperando el final de los tiempos. De Fiore también había profetizado que el Espíritu Santo bajaría entonces a la Tierra encarnado en una mujer que reconduciría a la Iglesia hacia nuevos caminos de salvación». • «Eso era, precisamente, lo que afirmaba ser Guglielma de Bohemia: la encarnación del Espíritu Santo profetizada por el abad cisterciense. Decía más cosas, como que, al igual que Jesucristo, ella también había sido anunciada. En su caso, fue el Arcángel Rafael quien se apareció a su madre la reina Constanza para vaticinarle que el Espíritu Santo encarnaría en su vientre el día de Pentecostés. Un año más tarde, en Pentecostés, nacía la pregonada Guglielma».
La historia de la Papisa •
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«El caso es que su fama fue creciendo y Guglielma se ‘independizó’ creando su propio culto, el de los Guglielmitas. Tuvo numerosos seguidores, muchos de ellos miembros de las más encumbradas familias milanesas. Su credo contaminó a miembros del clero, especialmente a las monjitas del convento de Umiliatas de Santa Catarina. Una de estas Hermanas, Maifreda de Pirovani, se convirtió rápidamente en líder del movimiento, ayudada por Andrea Saramita, que se ocupó de darle base teológica a la secta». «Guglielma murió en el año 1281. Considerada cuando menos una santa, pronto se trasladaron sus restos a una notable sepultura en el monasterio cisterciense de Chiaravalle. Las hermanas Umiliatas de Santa Catarina pidieron a Roma su canonización. Maifreda de Pirovani fue nombrada Papisa por los seguidores Guglielmitas, esperando que al cabo de pocos años sustituyera al impostor que ocupaba el asiento Vaticano. Mientras tanto, Andrea Saramita redactaba unos nuevos evangelios con las enseñanzas de la fallecida Guglielma». «Todo parecía ir sobre ruedas hasta que la Iglesia descubrió la herejía que se ocultaba bajo el culto Guglielmita y en 1284 nombró inquisidores para perseguir a la secta. Entre ellos a Ranieri de Pirovano, pariente de la papisa Maifreda. En el año 1300 la Inquisición abrió Tribunal en Milán y juzgó a una larga lista de herejes Guglielmitas. Entre ellos estaban el vizconde Matteo I Visconti y su hijo, Galeazzo I Visconti. Ambos se libraron de ir a la hoguera aunque pagaron un alto precio político. De hecho, fueron excomulgados».
La historia de la Papisa • «Peor suerte corrieron otros miembros de los Guglielmitas, como Andrea Saramita y la propia Papisa Maifreda de Pirovano, que fueron condenadas y quemadas en la hoguera. El Tribunal juzgó también a Guglielma de Bohemia, aunque llevaba años muerta y enterrada. Eso no fue obstáculo para que, siendo declarada hereje y condenada a la hoguera, desenterraran sus restos del sepulcro de Chiaravalle y los arrojaran al fuego cumpliendo así la sentencia». • «Sin embargo, eso no acabó con el culto Guglielmita, que perduró manteniendo viva la herejía y, con ella, la aspiración a que una mujer alcanzara el papado algún día. Siglo y medio después, en tiempos de Bianca María Visconti, duquesa de Milán casada con Francisco Sforza, en la iglesia de san Andrea, en Brunate, se pintaron una serie de frescos con motivos de la vida de Guglielma de Bohemia. En uno de ellos se ve a ‘santa’ Guglielma con dos personas arrodilladas a sus pies, una mujer con un hábito a la que algunos identifican con Maifreda de Pirovano, la Papisa Guglielmita, y un hombre que sería Andrea Saramita». (Javier Navarrete)
El libro • La Papisa sostiene generalmente un libro, que puede estar abierto o cerrado, según las distintas versiones. • En algunas cartas este libro se rotula ROTA, el símbolo cíclico de los alquimistas. • En otras es la TORA, el libro sagrado de los hebreos. • A nosotros nos parece que es el TARO (por TAROT), pensado como un libro. • Algunos opinan que la forma más correcta es con el libro abierto, indicando que la Papisa puede leerlo plenamente. • “Isis, Madre Naturaleza, se contempla a sí misma en el Libro de la Naturaleza”.
La Papisa y la obscuridad • La papisa suele relacionarse a la idea de obscuridad, como puede verse en las cartas que la representan cubierta por un velo. • Algunos opinan que no refiere a la obscuridad en tanto misterio impenetrable, sino a la obscuridad en tanto ámbito de fecundación. Dice que algo crece en nosotros más allá de nuestro conocimiento consciente. • Así, como nosotros mismos fuimos desarrollándonos en el útero de nuestra madre, y toda la vida proviene de las entrañas obscuras de la tierra, nuestra verdadera esencia ha de asomarse también a la luz, ha de aparecer definitivamente en el mundo.
La Gran Madre arcaica, fecunda y obscura a la vez, de quien la Papisa ha tomado algunas caracterĂsticas.
La Papisa, conducida por una especie de Hidra
Una de las primeras ÂŤaparicionesÂť de La Papisa, en el Tarot de Rosenwald (siglos XV-XVI)
La Gran Sacerdotisa •
«La Gran Sacerdotisa está dentro de un templo, sentada sobre una piedra cúbica entre los pilares de una entrada. Los pilares son semejantes en forma, pero opuestos en color. El pilar blanco lleva la letra Yod; el negro, la letra Beth. Su corona triple está rematada por una luna creciente, y un velo pende de ella. Sus ropajes caen en líneas ondulantes que sugieren agua, y su color es azul. Sobre su pecho tiene una cruz solar. En su regazo, medio oculto por su manto, sostiene un libro abierto, en el que lee atentamente. Detrás de ella, entre los pilares, cuelga un velo bordado con piñas y rosas, o palmeras y granadas, o con diseños geométricos que tienen un significado similar. El primer punto a observar es que ella es la antítesis del Mago, no sólo en sexo, sino también en el entorno. El está de pie en el exterior. Ella se sienta dentro de un templo. El está absorto en un problema de disposición que tiene que ver fundamentalmente con el futuro. Ella está leyendo un registro del pasado. Por lo tanto, ella mira, mentalmente, hacia la dirección opuesta a la que mira él. El tiene previsión y, por consiguiente, iniciativa. Ella está influida por la memoria, y sigue lo precedente». (P. F. Case)
La Gran Sacerdotisa • En el Tarot de Waite, la Gran Sacerdotisa se concibe como equivalente a la Shekinah. • Por ello, el velo que se encuentra a sus espaldas se interpreta como el velo del Sancta Sanctórum del Templo de Salomón.
La Papisa, en el Tarot inglĂŠs antiguo
AquĂ comienzan una serie de imĂĄgenes derivadas del Tarot de Waite
Papisa, Gran Sacerdotisa, Gran Madre, Madre Terrible, Diosa Fecunda.
La Gran Sacerdotisa, en un Tarot utilizado antiguamente por la Orden Rosacruz AMORC, interpretada como ÂŤLa Puerta del SantuarioÂť
Nรณtese la cerradura que esta Papisa presenta en el pecho.
«Yo escucho lo que a todos atañe, y este discurso no puede ser abarcado»
«Yo soy la muda que no puede hablar, y grande es mi multitud de palabras»
La Papisa, en el Tarot mĂtico
La Papisa como PenĂŠlope
La Papisa, en una serie de variantes del Tarot de Marsella
La Papisa, en el Tarot Bertone
La Papisa, en el Tarot de Argolance
La Papisa, en el Tarot “Rosa Sagrada”
La Papisa, en el Tarot Roberts
La Papisa, en el Tarot italiano antiguo
La Papisa, en el Golden Tarot
La Papisa, en el Tarot Visconti
La Papisa, en el Tarot Yale - Visconti
Papisa del siglo XV, en la colecciรณn Fournier
La Papisa en un Tarot del siglo XVI. NĂłtese la presencia del joven monje, abandonado en diseĂąos posteriores.
La Papisa, en el Tarot Scapini
La Papisa, en el Tarot Morgan Greer
La Papisa, en el Tarot de G. Romano
La Papisa, en el Tarot Connolly
La Papisa, en el Tarot «alquímico» de Robert Place. Es la «Dama de la Luna», que preside sobre la aguas y el secreto.
La Papisa, en el Tarot «alquímico»
La Papisa, en el Tarot «alquímico» de Jean Beauchard, asociada con Isis. El simbolismo es lunar, destaca siempre la dualidad, muy expresiva en los dos leones.
La Papisa, en el Tarot Palladini
La Papisa, en el Tarot Acuario
La Papisa, como MarĂa Magdalena
La Papisa, en el Tarot Da Vinci
La Papisa, en el Tarot suizo
La Gran Sacerdotisa, en el Tarot des Avenieres
La Papisa, en el Tarot Kier
La Papisa, en el Tarot Etteila
La Papisa, en el Tarot «esotérico»
La Papisa, en el Tarot de Luis Royo
La Papisa, en el Tarot Fenestra
La Papisa, en el Tarot of the Sevenfold Mistery
La Papisa, en el Tarot of the Sevenfold Mistery. Representa a Thessalica, una de las antiguas sibilas. A lo lejos se ven los muros de Tebas. Lleva un libro, con la Tetractys, y un pergamino, con la inscripciรณn TARO.
La Papisa, en el Tarot Balbi
La Papisa, en el Tarot «brujas»
La Papisa, en el Tarot de Robin Wood
La Papisa, en el Tarot «de cristal»
La Papisa, en el Tarot «junguiano»
La Papisa, en el Tarot de Crowley
La Papisa, en el Tarot Gill
La Papisa, en el Tarot masรณnico de Jean Beauchard
La Papisa, en el Tarot masónico «escuadra y compás»
La Papisa, en el Tarot Cagliostro
La Papisa, por Alfredo di Prinzio
La Papisa, en el Tarot «pagano»
La Papisa, en el Tarot «Amantes»
La Papisa, en el Tarot “Hermético”, interpretada como «La Sacerdotisa de la Estrella de Plata»
La Papisa, en el Tarot Archaeon
La Papisa, en el Tarot ÂŤsagradoÂť
La Papisa, en el Tarot «de las diosas»
La Papisa, en el Tarot Bifrost
La Papisa, asociada a la filosofĂa, en el Tarot Dante
La Papisa, en el Tarot Egorov. AquĂ se asocia este Arcano con la ciencia.
La Papisa, en el Tarot «Dioses egipcios»
La Papisa, en el Tarot DorĂŠ
La Papisa, en el Tarot Arturian
La Papisa, en el Tarot «Lovers»
La Papisa, en el Tarot «Romántico Victoriano»
La Papisa, en el Tarot Milennium
La Papisa, en el Tarot de Barbara Walker
La Papisa, en el Tarot «celta»
La Papisa, en el Tarot ÂŤRenacimientoÂť
La Papisa, en el Tarot «Neo-Colonial de las Américas»
La Papisa, en el Tarot Bosco
La Papisa, en el Tarot Favole
La Papisa, en el Tarot “Ecléctico”
La Papisa, en el Tarot Josnell
La Papisa, en el Tarot «Arco Iris»
La Papisa, en el Tarot «Evolutivo»
La Papisa, segĂşn L. Ricci
La Papisa o Gran Sacerdotisa, en el Tarot Gruetze
La Papisa o Gran Sacerdotisa, en el Tarot Omara
La Papisa o Gran Sacerdotisa, en el Tarot ÂŤHerbalÂť
La Papisa o Gran Sacerdotisa, en el Tarot Gatepeeker
La Papisa o Gran Sacerdotisa, en el Tarot Mystic Meg