Antonia Rodenas
De puntillas
Un d铆a Juan naci贸
Era tan peque単o cuando Juan so単aba
Con un monstruo horrible que se lo tragaba‌
Era tan pequeño cuando no sabía ni bañarse solo,
ni alcanzar el agua‌
Era tan pequeño cuando el sol salía,
Que no lo veía porque lo cegaba…
Era tan peque単o cuando Juan lloraba,
Que yo lo calmaba mientras le abrazaba‌
Era tan peque単o cuando por los campos me daba su mano,
que yo lo apretaba‌
Pero una maùana‌ sentado en la arena de la inmensa playa,
Vio salir el sol y su luz brillaba,
Las gaviotas altas. El azul del mar,
Se acercan las olas a los pies de Juan.
Y un gran arco iris de intensos colores,
haciendo piruetas solo para Juan.
Y hasta la luna,
misteriosamente asom贸 su cara con una sonrisa.
Aquella tibieza, aquellos colores. Aquellos murmullos.
Llenos de emociones, llegaron profundo a su coraz贸n.
De pronto brotaron como un agua fresca
todas las caricias,
todos los besos, todos los abrazos
que habĂa recibido.
Y as铆 Juan creci贸 y se hizo fuerte,
Como un gran รกrbol que estรก bajo el sol.
D谩ndole a sus frutos lo que recibi贸.