Anecdotario Taurino Regiomontano

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A Blanca, Natalia y Paco, que han padecido y al mismo tiempo apoyado e impulsado mi pasiรณn por los toros


Intentando hacer un prólogo… Tengo la fortuna de conocer y gozar de la amistad de Francisco Tijerina desde hace aproximadamente veinte años. Nos tocó participar en una aventura periodística que dio pie a la posterior formación de múltiples sucedáneos en Internet. Me refiero al primer portal taurino que se instaló en la red www.burladero.com en el que ejercimos corresponsalía en nuestras respectivas residencias. Posteriormente me invitó a colaborar con él en el esfuerzo que realizó para continuar con la tarea de ese portal a su cierre en www.burladerodos.com, el primero netamente mexicano, que tuvo en su día una cobertura mundial de los principales escenarios taurinos y sus mejores eventos. Hoy burladerodos sigue vigente bajo otro concepto, dirigido atingentemente por Paco. Escribir un prólogo es un honor que, como las monedas de buen cuño, tiene dos caras. La primera estriba en que el autor de la obra lo distingue a uno con la primicia de que seguramente lo que uno pueda decir será leído antes que su obra y la segunda es que también uno – y perdóneseme que hable tanto en primera persona – lee primero que nadie la obra del autor, Paco Tijerina en el caso que me hace entretenerlos en este momento. La Historia del Toreo se escribe constantemente. La escriben los cronistas, cual notarios que dan fe de los sucesos en las plazas. La escriben los que rebuscan en las bibliotecas y hemerotecas las relaciones de hechos pasados para exponernos el hilo de los acontecimientos que


desembocan en lo que hogaño vivimos y también la escriben aquellos que recopilan lo que se habla en los corrillos de aficionados y taurinos que rememora hechos de personas y personajes que tienen vínculos con la fiesta que todos queremos. Es este último el caso del Anecdotario Taurino Regiomontano de Paco Tijerina. En él recopila una serie de distintos sucesos – unos vividos y otros conocidos – en los que participan taurinos y aficionados de Monterrey, Nuevo León y su área circundante. Hechos que circulan en la tradición oral de esas personas y personajes y que conforme va transcurriendo el tiempo tienden a magnificarse unos y a olvidarse otros, sea porque los actores de ellos desaparecen o sea porque quienes los transmiten los olvidan. Esos relatos breves, generalmente relativos a hechos curiosos o divertidos, llevan implícita una buena dosis de historia y no deben ser despreciados. Sin que Paco me haya expresado su motivación para recopilarlos, creo que esta es clara, no dejar que caigan en el olvido ni los sucesos a que se refieren, ni los personajes que las generaron, pues son la materia viva de la taurinidad de Monterrey y otras cuestiones aparte, por eso merecen ser recordados. Una obra de esta naturaleza creo que tiene dos cometidos. El primero es traer a la memoria acontecimientos y el segundo es dar un momento de esparcimiento con su lectura. Me permito invitarles a leer el libro, el que les aseguro no se les va a caer de las manos. Quizás algunas de las anécdotas en él contenidas ya las conozcan, otras les resultarán novedosas, pero en el conjunto tendrán un buen recordatorio de los motivos por los cuales Monterrey y sus


alrededores siempre se han considerado un baluarte de la fiesta de los toros en México. Y aquí concluyo yo con esto. La brevedad en estos trances es obligatoria porque a quien hay que leer es al autor. ¡Enhorabuena Paco! Aguascalientes, Ags., a 28 de enero de 2020 Xavier González Fisher


Brindis “Tengo el gusto y el honor de brindar a usted…” ¿Cuántas veces he escuchado esa frase en labios de un torero al distinguir a una persona con su personal dedicatoria su actuación? Sé que han sido muchas. Pues bien, repitiendo la frase que aunque pudiese parecer gastada sigo pensando que es muy taurina, hoy me planto ante usted para brindarle esta pequeña recopilación de anécdotas de toreros, ganaderos, empresarios y personajes de la Fiesta Brava en Monterrey, mi tierra, cuna de grandes maestros de la tauromaquia y de aficionados chipén. Reunir esta serie de historias ha sido una labor de muchos años y un sueño largamente acariciado que siempre encontraba algún pretexto para posponerse. Hoy, cuando el mundo lidia al marrajo del coronavirus, he decidido no esperar más y editarlo sin pretensiones, en formato digital, ya después veremos si alcanza a ser impreso y tomar la forma de libro. A lo largo de los 43 años que tengo de escribir y hablar de toros, he tenido el privilegio de conocer a la mayoría de los personajes que aparecen en estas anécdotas y muchas me fueron platicadas por ellos mismos, de ahí el valor de los relatos; otras muchas forman parte de la tradición oral de la Fiesta que viene de generación en generación y te permite recordar pasajes, lugares, épocas. Esta publicación no aspira a más que perpetuar trozos sueltos de la historia taurina regiomontana y como parte de


historias que van y vienen, es posible que contenga gazapos involuntarios que ruego disculpen. Al final hemos incluido un breve listado con nombres de personajes taurinos de Monterrey. Sé que no son todos, pero deseo comprendan que en ocasiones la memoria falla. Antes de concluir este brindis deseo hacer patente mi agradecimiento a mi estimado amigo Edgar Eduardo Torres Peña, “Gary”, por su invaluable apoyo con buena parte de los archivos fotográficos, así como a la familia del maestro Rafael Antillón que hace años me obsequió con buena parte de sus archivos. Espero, sinceramente, que estas anécdotas sean capaces de reflejar el fulgor de una época que fue brillante e histórica en la historia del toreo en México. Mayo de 2020. Paco Tijerina


¿POR QUÉ A ÉL? Corría el 20 de mayo de 1975 cuando el ambiente taurino mexicano se sacudió al saber la noticia de la muerte de don Rodolfo Gaona. En su local de la calle de Allende en el centro de Monterrey, el maestro Arcadio Gallardo, uno de sus fieles e incondicionales seguidores lloraba su pena. -

“Se nos ha ido… se ha marchado…”

Alguien que llegó le trataba de reconfortar y no había palabras que pudieran sacar al viejo sastre taurino de su honda pena. El Maestro miro al horizonte y con rabia preguntó: -

“¿Por qué?, ¿por qué Señor te lo has llevado a él, estando aquí “El Manchas” y “El Carretero”?”

Abelardo Treviño “El Manchas” y Guadalupe Lara “El Carretero”


EL TORERO DE LOS MOCASINES José Ángel Adame toreaba una novillada en la Monumental Monterrey y Abelardo Treviño Welsh, “El Manchas”, le serviría las espadas. En el taurinísimo Hotel Ancira todo estaba dispuesto y al volver del sorteo se percataron de que las zapatillas requerían de una boleada, por lo que enviaron a “El Manchas” a que se hiciera cargo. José Ángel Adame

Treviño buscó a un bolero en la Plaza Hidalgo y no lo encontró, por lo que caminando llegó hasta Padre Mier y casi en el cruce con Zaragoza encontró a uno. Mientras le daban la boleada decidió hacer tiempo tomándose una cerveza en el Bar Reforma, que en ese entonces ahí se ubicaba, más cuando salió el bolero ya no estaba, ni tampoco las zapatillas. Afanoso lo buscó sin resultado, por lo que no tuvo más que volver al hotel y anunciar el grave suceso. Siendo Adame de pie grande, no hubo forma de conseguir unas zapatillas a su medida, por lo que ese día toreó luciendo unos, esos sí, bien boleados mocasines.


EL TORERO CON SPIKES

Pepe Lavín

A principios de la década de los 60’s Américo Garza “Romerita” y Pepe Lavín hicieron una gira para torear en el Japón. A falta de lugares adecuados, los cosos taurinos se improvisaban en campos de béisbol en los que se dejaba el pasto natural. Ante el poco agarre de las zapatillas y dado que los toros no se mataban, por lo que se lidiaron en varias ocasiones, Lavín optó

por un buen día dejar las clásicas zapatillas y calzarse unos spikes de beisbolista para así actuar


“EL GÜERITO” YA MERENDÓ Clásica en el ambiente taurino regiomontano es la anécdota de “El Güerito ya merendó”, aunque con el paso del tiempo han sido distintas las versiones. Fue el propio Jesús “El Güero” Guerra quien rememoró el hecho original: Cierto día afuera de la oficina de la empresa taurina se encontraba “El Güero” y por ahí pasó Pepe Lavín, vestido como un dandi, aunque sin mucho parné. -

“Venga Güero, vamos a la cafetería de la Farmacia San Rafael en donde hay una empanaditas muy sabrosas”. - “Pero no traigo dinero”, respondió de inmediato Guerra. - “Usted no se fije, ahorita verá lo que hacemos”.

“El Güero” Guerra

Y así se fueron a la cafetería en donde se sentaron y de inmediato Lavín dijo a la mesera con su típico estilo de emplear diminutivos. -

“Mire señorita, aquí al ‘Güerito’ le trae una cocacolita y a mi un cafecito, acompañado de las riquísimas empanaditas que aquí sirven.

Atenta, la mesera preguntó: “¿Y al señor también le traigo empanadas?” Y de inmediato Lavín reviró: “No, El Güerito ya merendó”.


EL PARCHE ETERNO Por el año de 1953 Jesús “El Güero” Guerra buscaba fortuna como El Güero” Guerra novillero y se fue a la ciudad de México. Toreando en un poblado cercano una capea recibió una paliza de órdago de la que le quedó de recuerdo un parche por un golpe en un ojo. Sin dinero, apenas salió del puesto de socorros “El Güero” se fue al Café Tupinamba y en cuanto llegó se espació el rumor entre los taurinos “Ahí está el novillero de Monterrey que toreó y fue muy golpeado”. El Güerito estaba a las puerta del famoso “Tupi”, doliéndose aún del revolcón y no faltó un alma caritativa que al verle, maltrecho y con un parche en un ojo, le invitó a comer y así cenó como un príncipe, contando la forma en que lo había agarrado un toro, y conforme avanzaba en su crónica alguien le dio dinero, y luego otro más le puso billetes en la bolsa de la camisa, y otro más… Al ver el éxito El Güero volvió y repitió la escena al día siguiente y un día después, hasta que los parroquianos, tras varios días, aprendieron el truco y le dijeron “Tu quieres traer el parche eterno”.


¿Y TU ERES GRIFO? Cierto día un par de taurinos regios le servían las espadas a un torero español. El diestro pidió al momento de vestirse de luces un vaso con agua… presuroso el ayuda fue al baño y trajo el encargo y el torero preguntó: -

“¿E’ de grifo?”

Con un poco de pena, el ayuda respondió: -

“Antes sí Maestro, pero ahora ya no le hago a eso…”

“No hay billetes”


EL MEJOR MATADOR DEL MUNDO El novillero en el retiro Carlos de la Cruz, “La Calaca”, tiene la ganada fama de ser el más efectivo matador de toros en el mundo ya que cuenta con el récord de haber liquidado a seis toros en sólo cinco minutos. ¿Cómo lo logró? Muy sencillo. En cierta ocasión los ganaderos de La Playa le pidieron que transportara un encierro; luego de varias horas de manejar el camión tuvo una falla y se volcó, muriendo los toros en el accidente. Desde entonces “La Calaca” es el más efectivo matador de toros del mundo.

Carlos de la Cruz


ES ALTO DON LUIS Don Luis Alvarado llevaba en cierta ocasión en su camioneta a su hijo, el entonces novillero Marco Antonio, a una ganadería e iban acompañados del periodista y fotógrafo taurino Guillermo Escobar. Poco antes de salir del área metropolitana de Monterrey llegaron a un crucero y don Luis venía discutiendo sobre un Guillermo Escobar

torero, sin darse cuenta de la cercanía del cruce de avenidas… -

“Es alto don Luis…” No es tan alto… “Es que es alto don Luis…” Sí, ya se que es alto, pero no tanto… “Es alto don Luis, es alto…”

Y sin frenar siquiera se dio el encontronazo de los dos vehículos. “Le dije que era alto don Luis…”


LOS CABALLOS TRISTES El famoso “Manchas” acompañó durante gran parte de su carrera al rejoneador Felipe Zambrano sirviéndole los rejones y espadas. En alguna ocasión Zambrano se dio cuenta de que era posible que la empresa que le contrato no le pagara el dinero pactado por su actuación, por lo que envió a “El Manchas” a cobrar. Llegó por fin “El Manchas” ante el empresario y tratando de matizar el asunto le dijo: “Mire usted empresa, resulta que los caballos de don Felipe están tristes y no quieren salir a torear…” -

“¿Están tristes?”, respondió el empresario.

-

“Sí, pero si usted nos paga, ya verá que rapidito se ponen bien contentos”.

Felipe Zambrano


LA LIGA Cuenta la historia que esta anécdota es producto de la imaginación de Neto Legorreta y así la contaba:

“El Negro” Santacruz

Cierto día, ya siendo figura del toreo, Eloy Cavazos se encontró en la calle con su compañero de cuadrilla infantil “El Negro” Santacruz, a quien la fortuna no le había sonreído. Iba “El Negro” mal vestido y uno de sus

zapatos traía la suela descosida en la parte delantera, por lo que se levantaba y dejaba ver los dedos del pie del que fuese un buen niño torero. -

“Mira nada más cómo andas Negrito”, le dijo Eloy quien de inmediato agregó: “Te voy a hacer un avío”.

Cavazos sacó del bolsillo del pantalón un gran fajo de billetes de alta denominación que se encontraban enrollados con una liga. Al verlos Santacruz pensó que lo iba a alivianar con un parné, pero le dijo: - “Toma Negro esta liga para que te amarres el zapato y no andes enseñando los dedos”.


AMANECIÓ BONITO Iba a celebrarse una tienta en la ganadería de don Arturo G. García y una noche antes varios de los invitados le tupieron duro al tequila; al amanecer José Luis Hernández “Salerito”, afamado banderillero regiomontano, amaneció con una copa en la

José Luis Hernández “Salerito”

mano y sin esperar le soltó a boca de jarro al ganadero: -

“Amaneció bonito…”

-

“Sí Salerito, amaneció bonito el día, parece que va a llover”.

-

“Me refería a usted ganadero”.


PITOS El gitanoregiomontano Abelardo Treviño “El Manchas” se encontraba un 24 de diciembre sin parné para comprar unos regalos para sus hijos; salió a buscarse la vida y como casi siempre se encontró con algunos amigos que lo invitaron a una fiesta; el asunto se prolongó durante Abelardo Treviño “El Manchas”

varias horas de tal manera que les amaneció y lo único que pudo llevar “El Manchitas” a casa fueron unos pitos y gorros que quedaron de la pachanga. Al llegar a casa y darles a sus hijos una bolsa de estraza con lo único que consiguió les dijo muy serio: - “Santa Claus anda jodido, anoche me lo encontré y les mandó esto”. Los chavales tomaron la bolsa, se pusieron los gorros, agarraron los silbatos y al unísono le tocaron al Manchitas: -

“Tu-tu-tu-tu-tuuuuuuu”.


PITOS II Volvían un domingo en la noche de torear en una plaza fronteriza las cuadrillas en un auto cuando fueron detenidos por una patrulla de la Federal de Caminos. Al volante iba el picador José Antonio Aguilar “El Pitos” quien en medio de las piernas llevaba un enorme litro de clamato con cerveza. -

-

“Buenas noches – dijo el oficial¿qué haciendo?”

José Antonio Aguilar “El Pitos”

“Aquí nomás, calamateando mi oficial…”


LA SAL Cierto día Carlos “La Calaca” de la Cruz deambulada por los pasillos del Mercado Juárez y se topó con una gitana. -

“Mi arma, si me das veinte pesos te quito la sal”

A lo que Carlos replicó: -“ Te doy cien, pero quítame el azúcar hija de tu…”

Carlos de la Cruz


PA’ LLEVAR NI MADRES… Don Baldomero Garza, ganadero de “Garza Leal” y padre del matador de toros Gustavo Garza, invitó a unos taurinos regiomontanos a torear a la ganadería y después a cenar en la casa del rancho en donde les sirvió unos exquisitos tamales de venado. El aficionado práctico José Narciso Candelaria comentó: Don Baldomero Garza

-

“Oiga don Baldo, qué buenos están los tamales… a ver si hay para llevar”

Y el ganadero de inmediato reviró: -

“Pa’ llevar ni madres, los que te comas aquí nada más”.


FÁCIL Luego del indulto de “Comanche”, de “Santo Domingo”, el 31 de enero de 1965, Raúl García fue contratado para torear en Reynosa. Iban ya en la carretera a punto de llegar a la frontera cuando el mozo de espadas Marcelo Acosta dijo preocupado: -

“En la madre, se me olvidó el fundón con las espadas”.

Sin tiempo para volver, Raúl y su equipo valoraban opciones cuando Marcelo volvió a hablar: -

“Para qué te preocupas matador, ni necesitas las espadas, nada más lo indultas como al Comanche”.

Marcelo Acosta, al centro sosteniendo un sombrero


MODISTO FRANCÉS Toreaba Mario Escobedo “El Regio” en Mazatlán y hacía empresa su apoderado Pepe Carlos Martínez, quien le encargó la organización de la corrida a Javier Ábrego. Ábrego llegó al hotel donde se hospedarían y cuando reservaba habitaciones para el equipo le dijo a la Luciano Sánchez “El Gallo”

recepcionista. -

“Señorita, el matador tendrá un invitado muy especial a quien deben atender con toda propiedad y cortesía. Es un afamado modisto francés que es muy exigente, su nombre es Luciané de la Sanché, reserve una habitación para él y trátenlo a cuerpo de rey.

El sábado por la mañana, luego de viajar toda la noche en un camión, llegó al hotel Luciano Sánchez “El Gallo”, cargando solo el esportón, el fundón, el vestido y su equipaje; venía despeinado, molido por el viaje y de un humor de los mil diablos. -

“Buenos días, debe haber una reservación a mi nombre, soy Luciano Sánchez y vengo con el matador El Regio”.

-

“No hay ninguna reservación a su nombre señor. Sólo hay una habitación a nombre de Luciané de la Sanché, pero él es un modisto francés”.


PERIODISTA GUERRILLERO Corría el año de 1978. La empresa de la Monumental Monterrey organizó una comida y conferencia de prensa en un afamado restaurante de carnes asadas en el centro de la ciudad. Se dieron a conocer carteles y lo acostumbrado. Don Ángel Giacomán era el cronista de El Norte y para no batallar, pasó su libreta de apuntes entre los presentes para que escribieran su nombre y consignarlos en su nota y fue ahí que uno de ellos apuntó el nombre de Edén Pastora (el famoso “Comandante Cero” de Nicaragua) y al día siguiente así lo publicó don Ángel. Para seguir la vacilada, alguien envió a El Norte una carta reclamando la falta de rigor periodístico al incluir el nombre del guerrillero en una nota taurina, pero la queja iba firmada por Daniel Ortega, otro guerrillero de Nicaragua.

Don Ángel Giacomán


“LA PLAZA MÁS GRANDE DEL MUNDO” (I) Cierto día en el café el matador Raúl García soltó en la mesa: -

¿Cuánta gente dicen que le cabe a la Plaza México?

De inmediato varios respondieron que alrededor de 50 mil personas y Raúl reviró: -

Raúl García

“Se me hace que son más, porque a cuanta gente conozco todos me dicen que estuvieron presentes el día en que indulté a “Comanche”.


“LA PLAZA MÁS GRANDE DEL MUNDO” (II) En Reynosa el ganadero Arturo G. García tuvo durante muchos años la plaza “Santa Fe”. Un día platicando con unos amigos les dijo: -

“Dicen que la Plaza México es la más grande del mundo pero no es cierto, la más

- Don Arturo G. García - grande es la mía, porque por más gente que veo que entra, nunca se llena.


SÓLO FALTABA QUE LO PINCHARAS Toreando Alfredo Ferriño en el Cortijo San Felipe, un día brincó un toro al callejón y escapó por la puerta de cuadrillas porque la “trampa” (segunda puerta de seguridad) no estaba cerrada. Poco tiempo antes los señores Zambrano, propietarios del cortijo, habían quitado las

Alfredo Ferriño

viejas caballerizas y rentado un espacio a un nuevo restaurante. El toro vio claro en las puertas de cristal, entró al restaurante y salió de largo por la puerta hacia Vasconcelos, subiendo hacia el cerro por una de las calles. Ferriño salió junto con las cuadrillas y un par de policías que estaban cerca vieron al toro, por lo que todos lo siguieron. Los agentes no se decidían y Ferriño le arrebató la pistola a uno de ellos y con certero balazo dio muerte al burel. Por cierto, no fue el único incidente similar que tuvo Ferriño, pues en una ocasión en el cortijo de Antonio Canales en Nuevo Laredo pasó algo igual, pero ahí sí, los policías cumplieron con su deber matando al toro de un tiro en los linderos del Río Bravo.


BORDANDO EL TOREO EN EL ESTACIONAMIENTO El 11 de abril de 1999 en la Plaza Cuauhtémoc de la Exposición Ganadera, un toro que lidiaba Arturo Gilio saltó al callejón, abrió la puerta de cuadrillas y como la trampa estaba también abierta, salió hasta el estacionamiento. El matador y su cuadrilla buscaron infructuosamente hacerlo volver y no podían, por lo que Gilio tomó muleta y espada y en pleno estacionamiento se puso a torearlo hasta cuadrarlo y darle muerte. Patricio Ochoa, banderillero y empresario La nota en “El Norte” de Omar Villarreal y foto de Juan Flores del festejo, de rodillas daba gracias a Dios que no hubiese ocurrido nada, mientras el matador ligaba sendas tandas de naturales en un claro entre muchos coches.


LA MONTERA OLVIDADA DOS VECES Dicen que “al mejor cocinero se le va un tomate entero” y tiene que cierto día a uno de los mejores mozos de Rubén Leal rinde protesta como presidente de espada del la Peña Taurina “El Ruedo” planeta, me refiero a Antonio Franco “El Tableao”, se le olvidó la caja portamonteras y la montera de Eloy Cavazos. Iban con rumbo a Moroleón a darle la alternativa a Isaac Leal Montalvo, el 26 de octubre de 2008 y buscando opciones recordaron que el buen aficionado Rubén Leal (del meritito Cadereyta, me pongo de pie), saldría esa noche por tierra para estar presente en el acto, por lo que se comunicaron con él y le pidieron llevase la preciada prenda. Rubén abordó un autobús por la noche y viajó a Morelia en donde transbordaría para llegar a Moroleón, con tan mala suerte que él también olvidó que la llevaba y no le recordó hasta que estaba a punto de subir al segundo autobús… fue a la línea de camiones, pidió informes del paradero del primero y salió como bólido a bordo de un taxi a alcanzar al camión que ya iba hacia otro destino. Como a la media hora lo alcanzó, le detuvieron y subió a toda prisa para darse cuenta de que afortunadamente la montera seguía ahí y con ella Eloy pudo hacer su último ahijado torero a Isaac.


LA CABEZA DEL TORO INDULTADO

Eduardo Villarreal, 3° de izq. a der.

Eduardo Villarreal “El Cárdeno” fue uno de los mejores taxidermistas de la ciudad, además de un excelente mozo de espadas y jefe de callejón en

la Monumental Monterrey. Un día en una corrida le dije: “Mi Lalo, quiero que me hagas una cabeza de toro”… de inmediato apareció el brillo de los centavos en sus ojos y dijo: “Va, ¿cuál de los de hoy te gusta?” Y le respondí: “¡Quiero que me arregles la cabeza del toro que acaba de indultar Arturo Macías!” Al mediodía siguiente recibí una llamada en el celular, era Lalo para decirme: “Te voy a tomar la palabra, porque fíjate que el toro indultado se acaba de morir”. Por poco y el vacilado era yo. Al final Lalo terminó arreglando la cabeza de ese toro y aunque usted no lo crea estuvo un tiempo en mi casa, porque un aficionado la mandó disecar para obsequiársela a Macías y me pidieron que en algún viaje a Aguascalientes se la entregara. Cosas de la vida…


PALOS Cierto día el ganadero coahuilense don Francisco Vela llegó hasta donde estaba un grupo de novilleros y con su puro en la boca les soltó: -“¿Quién sabe poner palos?” Peleándose la palabra todos saltaron “Yo, yo, yo, ganadero”. -

Don Francisco Vela

“Pues los espero el sábado temprano en el rancho a todos… tengo que poner una cerca y hará falta hacer muchos hoyos y poner muchos palos”.


JOTOS NO Iniciaba su carrera como subalterno Jesús “El Güero” Guerra y llegó junto con otro banderillero a un pueblo del centro de Coahuila la noche previa al festejo. A falta de hotel se hospedaron en la posada de una familia que tenía como divisiones de los cuartos unos biombos de manta.

Salerito y El Güero Guerra

Luego de pasear por la feria y cenar, los

toreros de plata se fueron a la posada y uno preguntó: “Oye, ¿tu que vestido traes hoy…?” El dueño del lugar, que estaba detrás del biombo los escuchó y para pronto se les plantó enfrente: “Esta es una casa decente, jotos aquí no…” y los corrió.


“DUERMASÉ” Esta es verídica y me la compartió Humberto Ayala. Durante décadas el hipnotista “Taurus do Brasil” hizo largas temporadas con su espectáculo en Monterrey y al término de las funciones daba “consulta” en el camerino del teatro en donde se presentaba. Una de esas noches llegaron sigilosos a la puerta trasera del teatro un grupo de personas del ambiente taurino y como Humberto era el inspector de Espectáculos del Municipio, le pidieron les ayudase a llegar al camerino del famoso Taurus. Era un matador de toros, su papá y el apoderado y Ayala les cuestionó: -

“¿Pues qué se traen?”

A lo que el apoderado (Arturo Tamez) respondió presuroso: -

“Nada gachó, que traemos al matador para que Taurus lo hipnotice y así pueda matar bien a los toros”.

Humberto Ayala, Javier Abrego y “El Charro”


PERO CON RESPETO A mediados de los 80’s en “Los Jacales” se dieron infinidad de novilladas y en una de ellas actuó José Garza “La Pájara” que estuvo francamente bien y al momento de oficiar con la espada dejó una entera que hizo rodar a su enemigo sin puntilla; la petición fue mayoritaria, pero el juez, Jesús Garza Ayala, se negó a otorgar trofeos porque argumentaba que la estocada había quedado “caída”. Aquello fue un mitin, desde el tercio “La Pájara” volteaba al palco, pero justo en un momento en que se hizo un silencio entre la protesta, soltó de su ronco pecho con fuerza, pero eso sí con mucho respeto, un sonoro: “Chingue usted a su madre”, que se escuchó seguro hasta el centro de Monterrey. Garza Ayala quería consignarlo ante la autoridad, pero no había policías, así que se tragó enterita la mentada y se tuvo que aguantar, aunque en su defensa decía: “pero me la mentó con respeto, porque la dijo de usted”.

José Garza, Joel Arce y Valente Arellano


SUSPENDIDA POR LLUVIA A principios del presente siglo la Monumental Monterrey todavía contaba con su techo retráctil y un domingo en que había festejo se desató una torrencial lluvia. La preventa estaba “de la macafú” y el entonces gerente de la empresa, Alfredo Sahagún, no sabía qué hacer… después de muchos alegatos y deliberaciones convencieron al juez de plaza, el matador Américo Garza “Romerita” de que los toros estaban lesionados de las pezuñas por el estado de los corrales, por lo que se decretó la primera suspensión de un festejo por lluvia ¡en una plaza techada!.

Américo Garza “Romerita”


LA ALTERNATIVA DE FELIPE ZAMBRANO En los inicios de su carrera a Zambrano lo anunciaron junto a Alfonso Ramírez “El Calesero” y Fernando de la Peña para torear en Matamoros, Tamaulipas, eran los 60’s y no se habían inventado entonces los festejos mixtos, así que para solventar el que Felipe fuese rejoneador sin alternativa, al Maestro “Calesero” se le puso darle el doctorado y así lo hizo en un caso inédito en el que un torero de a pie le da la alternativa a un rejoneador. Claro que la ceremonia fue inválida y la verdadera la recibió el 1 de marzo de 1970 en la Monumental Monterrey de manos de don Pedro Louceiro I.

Alternativa de Felipe Zambrano en Monterrey


YA NO LO BUSQUE Había en Monterrey una refaccionaria denominada Casa Marín que tenía como slogan en sus anuncios de radio una frase que decía: “Si no lo tiene Marín, ya no lo busque”. Abelardo Treviño “El Manchitas” fue a Casa Marín a pedir chamba y como no tenían, ya nunca más la buscó.

“El Manchas” al teléfono


GRATIS Don Rodolfo Barrientos fue por años el impresor oficial de la publicidad, programas y boletos taurinos en Monterrey. Algún llegó una persona pedirle cotizar unos carteles y el maestro, siempre atento, le indicó que a mayor número de impresiones se iba reduciendo el costo unitario, a lo que el cliente respondió: - “¿Y cómo cuántos tengo que pedirle para que me salgan de a gratis?”

Los carteles del Maestro Barrientos


TEMPLE Un día Humberto Ayala pasó a visitar a Eugenio Flores Imbert a la casa en donde le daban hospedaje y lo encontró acostado en la cama, al preguntarle qué hacía Flores respondió: - “Aquí, pegándole al temple”.

Eugenio Flores


TRABAJO Actuando como sobresaliente en un festejo en la Monumental Monterrey Eugenio Flores Imbert le hizo un quitazo a un toro y por ello Jesús Garza Hernández, “Don Chucho”, le invitó al día siguiente para entrevistarle en su programa de TV “Codazos”. Luego de la enhorabuena y comentar el quite, el popular conductor y Eugenio Flores empresario de luchas y toros le preguntó al diestro: “¿Y tú además de torear en qué trabajas?” y la respuesta no se hizo esperar: -“Ah no, yo no trabajo, trabajar quita el arte”.


ACTOR En los 70’s había en Monterrey un aspirante a novillero al que apodaba El Pony y que cuando decidió dejar su carrera taurina, los integrantes del medio decían que había dejado los toros por el cine. -

“¿Es actor?” Preguntó alguno

-

“No, es velador del cine Reforma en la Calzada”.

Cuadrilla de toreros


UN CORNADÓN ENTRENANDO Un día entrenando en la Monumental Monterrey a principios de los 60’s el matador de toros Nacho Treviño le pidió al Pony que le embistiera con la parihuela, diciéndole que le hiciera un toro difícil y tan difícil fue que le pegó una cornada.

El entradón en la alternativa de “El Charro”


PALMAS Raúl Franco, guitarrista flamenco, estaba un día con Manolo Chacón hablando de música y cante y le dijo: -

“Es que a mi me gustan mucho las palmas”.

Y Chacón que no era nada cachondo le respondió: -

“Pos vete a la Calzada Madero”.

Raúl Franco y su guitarra


“IT’S MY SOBRIN” Esta no la sé de cierta, pero así me la contaron. Toreaba Roberto Martín en una plaza de la frontera siendo novillero y los gringos se deshacían en elogios: - “Oh beatiful, oh wonderful”. Toño Córdoba que lo acompañaba y que intentaba explicarles a los norteamericanos el arte del toreo, simplemente les decía: “It’s my sobrin, it’s my sobrin”.

Antonio Córdova y a su derecha en la foto Roberto Martín


LOQUITOS Estando en el café un día Jesús Garza Ayala les pidió al torero Raúl García y el boxeador Rubén Rivera, lo acompañaran a recoger unas piezas a un taller que estaba en la parte alta de la Colonia Independencia. De pronto el cochecito dejó de andar y tuvieron que seguir a pie a mitad del camino. Iban subiendo cuando al sonar las campanas del Santuario de Guadalupe René de inmediato se puso a hacer box de sombra y Raúl le dijo a Garza Ayala: -

“¿Cómo ves mi Chuy? Este está loco…

No bien había terminado la frase cuando pasaban justo frente a una tortillería y las empleadas palmeaban la masa para darles forma y Raúl se detuvo alzando los brazos en alto para agradecer la ovación.

Rubén Rivera toreando


OVACIONADOS Cierto día Jesús Garza Ayala llevó al “Manchitas” a comer a su casa y estando sentados la señora le habla al Manchas: -

“Manchas…”

Y el famoso Manchitas no atendía, estaba ido en sus pensamientos. -

“¿Qué no oye?” Le dijo casi a gritos

Y el Manchitas respondió: -

“Disculpe señora, es que ando medio sordo de tantas ovaciones que nos han pegado últimamente”.

De izq. a der. (desconocido) Arturo G. García, “El Manchas”, “El Macero” y Ángel Giacomán


CASA Jesús Garza Ayala hacía mofa de su tartamudez y un día en el café comentó: -

“Me voy a cambiar de ca, ca, casa”.

¿Y por qué Chuy? Preguntaron todos. -

Don Jesús Garza Ayala

“Para no ba, ba, batallar con la dirección, me voy a ir a una de M. M. de Llano”.


EL COMPADRE “LULÚ” De mucho cuidado cuando estaban juntos era el trío de Jesús Garza Ayala, don Francisco Garza, el célebre referee de lucha libre mejor conocido “El Lupón”, 2° de izq. a der. como “Pancho Lonas”, y el Lupón, policía grandotote que infundía miedo con solo verle. Dicen que un día observando una revista de historietas que estaba por ahí de “La Pequeña Lulú”, Pancho Lonas les dijo: -

“Mira Chuy, como tu compadre…”

-

“¿Cómo?”, respondieron al unísono los otros dos.

-

“Sí, tu compadre Lulú… Lu-lu-pón”.


QUEDA MENOS En una comida en la ganadería de Garza Leal se extendía la charla de sobremesa y alguien le dijo al anfitrión: -

“Ah, qué bueno está el whiskey don Baldo, ¿queda más?

A lo que el ganadero contestó: -

Don Baldomero al centro, a su lado el inigualable Lalo González “Piporro”.

“No cabrón, queda menos… estás viendo y no miras”.


“EL TORERO DE LAS MASAS” Durante algún tiempo Pedro de la Serna tuvo una tortillería en su casa de la calle de Allende entre Galeana y Guerrero y la flota, cuando pasaba por el lugar, le gritaba: -

“Olé, el torero de las masas”.

Pedro de la Serna en cuadrillas


“EL VOLCÁN DE JUÁREZ” Fidel Hernández fue novillero con una enorme afición, pero al ver que no había suerte en el toreo se puso a trabajar en distintas cosas. Finalmente encontró un empleo estable en una panadería ubicada por la avenida Juárez. Desde entonces fue bautizado por los taurinos como “El Volcán de Juárez”.

Fidel Hernández al centro de tres amigos en el tendido de la Monumental Mty.


“EL COMANDANTE CARRETERO” Entre los cientos de amigos de Guadalupe Lara “El Carretero” estaba un comandante de la Policía Federal que cuando venía por Monterrey y la región lo invitaba a que lo acompañara junto con sus agentes, quienes cariñosamente le llamaban “El Comandante Carretero”.

Guadalupe Lara “El Carretero”

Un día en un pueblo comentaban en la cantina que “El Comandante Carretero” era muy feroz y despiadado y que un día se había echado al plato a ocho de un jalón. Los parroquianos, espantados, veían a aquel hombre bajito de ronca voz, hasta que el Comandante les aclaró: -

“Sí, se echó a ocho, pero con el camión de redilas que maneja… se subió a la banqueta y los despachó a todos”.


COMPOSITOR Dicen que un buen remedio para no tartamudear es el decir las cosas cantando y un día le pregunté al MVZ Jesús Garza Reyna si su padre, Jesús Garza Ayala, cantaba y muy serio me dijo: -

“Pos sí, pero poquito y en la regadera… aunque sí es compositor”.

Jesús Garza Ayala

-

“Ah caray”, respondí.

-

“Sí, compuso aquella de: ‘Juncal es un torero, más canijo que El Manchitas más cabrón que El Carretero”.


PREMIERE Cuando Gaspar Henaine “Capulina” hizo en Monterrey la película de “El Caballo Torero” junto a Felipe Zambrano, el subalterno Jesús “El Güero” Guerra estuvo presente en casi toda la filmación y un día le pidieron que se colocara una bata de veterinario y actuase como doble sacrificando a un caballo que había sufrido una grave cornada y no había más que hacerle. Llegó el día de la premiere de la película y “El Güero” no tenía boletos para ir al cine. Como pudo consiguió unas entradas y llevó a sus hijos que esperaban con ansia verle en la pantalla grande. Grande fue su desilusión cuando en la pantalla se apreció la escena en la que únicamente aparecía la mano de “El Güero” disparando la pistola.

Jesús “El Güero” Guerra


EXPULSADO En la misma película de “El Caballo Torero”, el rejoneador Felipe Zambrano tenía una escena en la que debía llorar por perder a uno de sus caballos. Prepararon todo y el director le explicó a Zambrano que debía fijar su mirada en una silla que le colocaron de “stand” y que dijese su parlamento. Apenas el director daba la señal de “acción” y el rejoneador comenzaba su diálogo, le ganaba la risa y tenían que volver a comenzar; pero ocurrió varias veces, hasta que le preguntaron a Felipe que de qué se reía y les explicó que detrás de cámaras estaba su apoderado Jorge Montemayor revolcándose de la risa al verle llorar a una silla. Tuvieron que expulsar del foro a Montemayor para rodar la escena.

Humberto Ayala, Jorge Montemayor y José Ángel Adame


TREMENDILLO Alguna vez Manolo Martínez quiso ayudarle a Óscar Morales Ferrigno, “El Platanito”, y lo invitó a ir a un par de tientas. En una charla le cuestionó: -

“¿Y tú qué tipo de torero te consideras? ¿Eres clásico, de valor, sevillano, tremendista?

Y “El Plátano” le respondió: -

“No pos, no pos, nos pos, yo Manolo pienso que soy tremendillo”.

“El Chirrín (no identificado) “El Charro”, “Salerito” José Ángel Adame y “El Platanito”


OTRO GRIFO A mediados del siglo pasado Monterrey crecía y su red de distribución de agua potable también, por lo que se hacía necesario cambiar tuberías. Cierto día tocó que llegasen a revisar la presión a una casa en la que vivía un torerillo y su madre y tras presentarse, los empleados preguntaron a la señora: -

“¿Y el grifo?”

-

“Allá en el cuarto del fondo, pero ese huevón con el cuento de que es torero, no se levanta antes de las 12”.

Aquellas filas desde las 2 de la tarde…


EL TORO MÁS GRANDE DEL MUNDO Mucho se ha dicho que Fabián Ruiz mató el toro más pesado en la historia de México, el famoso “Candilejo” de “La Punta” que pesó 736 kilos, pero resulta que no, que alguien pasaportó a un toro más grande aún y fue en Nuevo León: Don José Cueto Rendón. En sus años mozos don José fue compañero de correrías de Lorenzo Garza, actuando a su lado como banderillero. El tiempo hizo que “El Ave de las Tempestades alzara el vuelo y se convirtiese en la enorme figura del toreo que fue y don José se quedó en Monterrey y se empleó como maquinista en Ferrocarriles en donde hizo larga carrera. Resulta que un día manejando el tren a la altura de Lampazos y cruzando la ganadería de “Golondrinas”, sobre las vías estaba un enorme semental y don José no pudo parar la locomotora y le partió la yema, matando al toro más pesado de la historia en México.

Don José Cueto, entre Luis y Félix Briones


DIGNIDAD Hablando de don José Cueto Rendón, conjuntaba su empleo en Ferrocarriles con la afición por el toreo al ser juez de plaza en los diversos cosos de la región. El 5 de febrero de 1963, actuaron en Monterrey Félix Briones, Joselito Huerta y el español Diego Puerta con una corrida de Matancillas. En el sexto Puerta realizó una faena importante y el público pidió la oreja, misma que con apego al Reglamento don José Cueto concedió, pero le negó la segunda y se armó la gorda. Los aficionados, encendidos, llenaron de cojines lanzaban el biombo y don José aguantó estoico la bronca. Una vez que se calmaron los ánimos, el hombre bajó al frontis de la plaza, saludó a algunas personas y de ahí se retiró para nunca más volver. Su afición se mantuvo incólume y su dignidad también, por lo que renunció al puesto.

Don José Cueto, a la extrema derecha, en la preinauguración del Estadio Universitario


EN VIVO Y A TODO COLOR Un día que había corrida de postín en la Monumental Monterrey Paco Díaz Martínez transmitía en vivo el sorteo por el Canal 28. Era un mano a mano entre Eloy Cavazos y César Rincón. En el momento solemne Rafa Báez, apoderado de Eloy, sacó de los sombreros el papelillo con su lote y después tocó el turno a Luis Manuel Lozano, Rafael Báez apoderado de Rincón, el hombre buscó, buscó y buscó, hasta que cayó en cuenta de que el primero se había llevado los dos papelillos… en vivo y en directo por la televisión se escuchó un sonoro: “Hijo de la rechingada”, mientras salía corriendo detrás de Báez.


“ME VE LA CARA” Esta se la cargan a varios novilleros de la región. Dicen que un día ante un torazo en la Plaza Guadalupe un novillero estaba en el ruedo inmóvil por el miedo; desde el callejón le gritaban: -

“Venga, al toro…”

-

“No puedo… es que me ve los pies…”

-

“¡Pues baja el capote!”

-

“No, porque entonces me ve la cara”.

Posada taurina en el “De Caché” de don Rudy Hernández


SPARRING A inicios de 1971 el promotor de box Jorge Trigo organizó una pelea en la que tomarían parte Ultiminio Ramos y el panameño Antonio Amaya, quien era famoso por su pegada y a quien su equipo tenía dificultades para conseguirle sparrings para entrenar. Siendo los entrenamientos en el mismo sitio de la pelea, la Monumental Monterrey, por ahí alguien les comentó que tal vez pudiesen convencer al novillero José García “El Charro” de calzarse los guantes y apoyar la preparación… y así sucedió. Sólo que ante un entradón, la práctica se puso sabrosa y “El Charro” se calentó, de manera que casi noquea al famoso Amaya, lo que hubiese echado a perder la función boxística. Amaya le ganó su pelea al famoso Ultiminio Ramos.

José García “El Charro”


OPORTUNIDAD Cierto día un aspirante a novillero se topó con “El Manchas” y le dijo: -

“Apoderado, consígame una oportunidad”.

-

“Andas de suerte chaval, arráncate al Mercado de Abastos y busca a Pepe Carlos Martínez”.

-

“¿Me va a dar una novillada?”

-

“No, pero anda buscando quién le ayude a descargar dos camiones de papa en su negocio”.

“Romerita”, Arnulfo Canales, Garza Ayala, Pepe Carlos Martínez, Rafael Antillón y “Pablote”


TRABAJO Cierto día “El Manchas” despertó y al ver a su esposa le dijo: -

“Ah qué bonito día… amanecí con ganas de trabajar”.

La mujer echó las rodillas al suelo y mirando al cielo gritó: Abelardo Treviño “El Manchas”

-

“¡Gracias Señor, me hiciste el milagro…!”

Y “El Manchitas” reviró de inmediato: -

“Deja me duermo otro rato a ver si se me quitan las ganas”.


JALE Jesús Garza Ayala le encargó un día a “El Manchas” ir al banco a cambiar un cheque. -

“Te espero en la casa al mediodía… no vayas a salir con una gitanada”.

Dieron las dos, las tres y a eso de las cuatro de la tarde apareció “El Manchitas”. -

“¿Qué pasó?

-

“No gachó, no te pude cambiar el cheque, me faltó valor…”

-

“¿Valor?”

-

“Sí, para cruzar la puerta. Es que tenía un letrerito que decía ‘Jale’ y yo a eso no le entro, la mera verdad”.

“El Manchas” a la extrema derecha


TORERO MILLONARIO En el café del mediodía los taurinos arreglan el mundo. Cierto día llegó uno a la mesa preguntando por el nuevo prospecto que decían era hijo de los millonarios dueños de la Cervecería. Todos se quedaron mirando y no atinaban a saber de quién hablaba. -

“Sí hombre, Marcos Garza Lagüera”.

Marcos Garza

Y fue cuando todos rompieron en una sonora carcajada. -

“No, no es hijo de los dueños de la Cervecería, es Marcos Garza, de Cadereyta, y le dicen “La Güera” porque tiene los ojos verdes.


PARTE MÉDICO En la Monumental aquel torazo le dio un volteretón de órdago al joven espada que fue llevado de inmediato a la enfermería para ser revisado por el equipo de médicos encabezado por el Dr. Romeo García Benavides. Luego de unos minutos el galeno abandonó la enfermería y en el callejón los periodistas los abordaron preguntando por el parte médico. Todo propiedad y seriedad, el doctor les dijo: -

“El distro presenta un fuerte cuadro de ‘culeritis aguda’, o sea miedo, para que me entiendan, que no le impide dejar la lidia, pero dice que no sale, no sale y no sale”.

Y no salió.


EL SANTO Manolo Martínez fue contratado por la tarjeta American Express para hacer un comercial. El diestro aparecía en el aeropuerto de Nueva York sentado en una mesa de un restaurante y preguntaba: -

“¿Me reconoce? Sin mi traje de luces tal vez no…

Y en el comercial decían que sin importar que te Manolo Martínez

reconocieran o no, con la tarjeta podías comprar el mundo. Pues un día manejando en la carretera Manolo fue detenido por un Federal de Caminos y cuando el oficial se acercó a la ventanilla Martínez le espetó: -

“¿Qué? ¿No me reconoces? ¡Soy Manolo Martínez!

Y el Federal de Caminos sin perder la compostura y ni siquiera voltear a verlo le respondió: -

“Sí cómo no… y yo soy “El Santo”.

Ni con la American Express se salvó…


EL SECRETO DE SOTOMAYOR A mediados del siglo pasado las radionovelas eran todo un éxito en Monterrey y la XET y la XEFB se peleaban el auditorio. Junto con “El Ojo de Vidrio”, la “T” transmitía una trama llamada “El Secreto de Sotomayor” con gran audiencia. Pues bien, en el ambiente del toro había un rotulista con ese apellido que tenía un cuarto en el trianero barrio de Allende y Zaragoza. Un día “La Vaca” y “El Rudy” le pidieron les permitiese quedarse ahí tras una noche de farra y Sotomayor accedió con una sola condición: -

“¡No se acuesten en mi cama, cabrones!”

Y obedientes lo hicieron. Se tumbaron en el suelo y al ver debajo del camastro encontraron un enorme tarro de vaselina. Fue entonces que descubrieron “El Secreto de Sotomayor”.

“El Rudy”


PASODOBLE Un día en el café un tertuliano pregunta a la mesa: -

“¿Quién se sabe el pasodoble del Chirrín?”

Todos se quedaron pensando y uno respondió: -

“A Julio Rivera no le han compuesto ningún pasodoble”.

Julio Rivera “El Chirrín”

Y el de la pregunta contestó: -

“¿Cómo no? ¿Y aquel que dice: “Los timbales del cura de Villalpando / pum, catapum, chin, chin / gori, gori, gori, Chirrín, chin, chin…”?


MONTERAZO FALLIDO Rogelio Soto “El Gato” construyó a finales de los 80’s un pequeño cortijo por el rumbo de La Fe en Guadalupe en el que dio varios festivales.

Al centro Jesús Garza Reyna

En uno de ellos estábamos como espectadores el MVZ Jesús Garza Reyna y un servidor, uno de los espadas era Ovidio Palomo y cuando este toreaba de capa le comentamos a alguien de las cuadrillas: “Dile a Palomo que nos brinde la vaca y que seguro le ponemos algo en la montera”. Recibido el mensaje, tocan al tercio de muerte y ceremonioso Palomo se dirigió hasta donde estábamos y nos dijo: “No sé quién es el de la lana, pero quiero brindarles la lidia de esta vaca porque tienen mucha afición y porque ya me dijeron que le van a poner un billete a este sombrero”. Culminó la lidia, no hubo suerte y al recoger aquel sombrero de ala ancha que nos había dejado en prenda, grande fue su sorpresa al ver que no tenía dentro absolutamente nada.


TU SITIO Cerca de la primera despedida de los ruedos de Manolo Martínez un día coincidieron en un lugar (casi seguro fue “El Club del Pájaro Dormido”, el matador y don Baldomero Garza. En la charla, de pronto don Baldo le dice a Manolo:

Don Baldomero Garza y Enrique González

“Oye Manolo, ahora que ya te vas de los ruedos, cómo podríamos hacerle para que le dejes tu sitio a mi hijo Gustavo”. Manolo se quedó mirándole fijamente con los ojos entrecerrados y de pronto le reviró: “Ni que fuera sitio de autos”.


A ENTRENAR Siendo todavía novillero Gustavo Garza, un día su padre le pidió al periodista Ángel Giacomán que le diese algunos consejos para mejorar su técnica y así se citaron en la Plaza Guadalupe para verlo torear de salón. Cuando llegó Gustavo tomó el capote y cuando daba apenas un lance al viento desde el callejón le llamó don Ángel. -

Gustavo Garza

“No, no, no, no, no… si vamos a aprender tiene que ser desde el principio, así que hay que entrenar desde partir plaza. Váyase a cuadrillas y cruce el ruedo”.

Y a Gustavo no le quedó de otra que acatar la instrucción y partir plaza varias veces, hasta que le gustó a don Ángel.


TE REGRESO TU RELOJ Cierto día Eloy Cavazos le obsequió a un periodista un reloj de ojo que había recibido como agradecimiento por un brindis a un gobernante en una corrida del extranjero. Eloy ya tenía uno de años anteriores, de manera que decidió regalarlo como una muestra de aprecio. Tiempo después el periodista volvió a la casa de Eloy y en seco le espetó: -

“Te vengo a regresar tu reloj”

-

“¿Y por qué?” le preguntó extrañado el matador.

-

“Es que con la dedicatoria que trae detrás con tu nombre y todo, no puedo empeñarlo ni venderlo, mejor dame una lana y ahí la dejamos”.

Eloy Cavazos


LA BAZOOKA Volvían una noche después de haber toreado en Nuevo Laredo las cuadrillas. Cansados por el trajín y al llegar al punto de revisión del kilómetro 26 les toca el semáforo en rojo. No es un aduanal el que hace la revisión sino un elemento del Ejército, le explican que son banderilleros y picadores y de pronto pega un salto hacia atrás y toma su rifle… todos se quedan más quietos que una estatua.

Ricardo Gaytán “El Zurdo”

-

“¿Toreros, eh?

-

“Sí señor, toreros”.

-

“¿Y esa bazooka que traen en la funda de cuero?”

-

“¿Cuál bazooka?... es el hierro del picador”.


ABUD A mediados de los 60’s un día echaron unas becerras en la Monumental Monterrey y en aquel tiempo existía un personaje que pasaba mucho tiempo afuera de la oficina de la empresa. “Abud” le llamaban, tal vez era su apellido, un árabe que padecía de sus facultades mentales y que siempre estaba ahí. El día de las becerras Abud estaba sentado en el tendido de sombra, en la parte alta y los chavales de entonces le insistían a que bajara a torear y él se negaba. De alguna forma lo bajaron y lo llevaron al ruedo. Y el tal Abud les pegó un repaso al dar dos estatuarios y dos derechazos que ahí están todavía en el ruedo de la Monumental para callar bocas. Después de eso, simple y sencillamente volvió a las alturas y siguió con la pierna cruzada y rascándose la cabeza.


CAMBIADOR DE SUERTES Como muchos, don Jesús Garza Ayala se inició en el biombo de la autoridad primero como “cambiador de suertes”, figura ahora en el desuso y que era el responsable (no el juez como ahora), de indicar el momento en que debía ser cambiado cada tercio de la lidia. Recién nombrado se encontraron Garza Ayala y “El Manchas” y este último le dice: -

“Que bueno que te veo, a ti te andaba buscando”.

-

“¿Por qué? Respondió don Jesús extrañado.

-

“Es que como te acaban de dar el nombramiento de cambiador de suertes, quiero ver si me haces el avío de cambiarme la suerte para que me vaya mejor gachó”.

Garza Ayala, Félix Briones y José Luis Salgado


¿POR QUÉ TE VOY A PAGAR? El 4 de septiembre de 1960 se celebró una novillada en la que se anunció a Fernando de la Peña, Jaime Rangel, Pedrín y Mauro Liceaga y era tal el ambiente que había señoras con niños en brazos en el callejón porque ya no cabían en los tendidos. Triunfo grande de Fernando en el primero con dos orejas y Rangel y Pedrín cortaron Mauro “Estoconazos” Liceaga sendos rabos a los toros de Matancillas, pero ahí se soltó un diluvio y hubo de suspenderse la novillada. Al terminar el empresario César Garza no le quería pagar a Mauro argumentando que no toreó a causa de la lluvia… al final le terminó pagando.


“¡HÁGALE COMO QUIERA!” César Garza contrató a Paco Camino para debutar en Monterrey y lo anunció con una corrida de Peñuelas… obvio que el de Camas puso el grito en el cielo y exigió que le cambiasen la ganadería, pero el empresario norteño se montó en su macho y le mandó decir: “Que le haga como quiera, aquí firmó y se le va a pagar lo pactado”. Y Camino se zumbó la de Peñuelas, que por cierto salió muy mala.

“El Platanito” encara a Paco Camino después de tirarse de espontáneo


¡ESE ES MI VESTIDO! Un día toreaba Fernando de la Peña en Monterrey y se había encargado un vestido de torear, pero por cosas del destino no llegó. Su apoderado Marcos Garza encontró una solución: sabiendo que Julio Garza tenía un traje negro y oro de la aguja en su casa, fue y esperando que no hubiera nadie se lo pidió a la señora diciéndole que Julio le había pedido que pasara a recogerlo. Por la tarde al llegar al patio de cuadrillas Julio vio a De la Peña y luego de desearle suerte le dijo: “Tengo un vestido igualito”… no había terminado de decirlo cuando se dio cuenta que era el suyo y rompió en llanto del coraje. “¡Es el mío!”

Fernando de la Peña


HABLANDO MAL Cierto día un taurino llegó buscando muy airado a Jesús Garza Ayala al café y cuando lo tuvo enfrente le espetó: -

“Oye Chuy, ¿qué andas hablando mal de mi?”

Y Garza Ayala levantando apenas la mirada de la taza de café que tenía enfrente respondió: -

“Mira cu, cu, cuñado… si hablo mal de ma, ma, mamá, ¿Qué no hable mal de ti?”

Y todos soltaron una carcajada.

Giacomán, Garza Ayala, “Vito” Cavazos, Abelardo Leal José Ángel Adame y Goyo Vilchez


EL CARRO EMPEÑADO Un día un “empresario golondrino”, de esos que dan una de vez en cuando, llegó a con don Arturo G. García a embarcar un Don Arturo G. García (derecha)

encierro y de plano le dijo al ganadero: -

“Don Arturo, vengo a embarcar los toros, pero no traigo el dinero, se lo doy en la taquilla a la tarde”.

-

“Óigame no, en eso no quedamos, a mi me da el billete o los toros no suben al camión”, le dijo el criador de toros.

-

“Mire ganadero – respondió el empresario- aquí traigo mi coche que vale más o menos lo mismo que sus toros y en la guantera está la factura, se la endoso y se lo dejo en prenda”.

Después de pensarlo un poco el criador de reses bravas accedió y el empresario se fue en el camión con los toros. Lo que nunca imaginó el ganadero que sucedería es que horas más tarde el hijo del empresario llegó al rancho con un juego de copias de las llaves del coche y se lo llevó del lugar. Obvio no le pagaron los toros.


EL MAGO Un día actuaba Raúl García en la Monumental Monterrey en un festejo nocturno y de pronto, al estar toreando de muleta en el centro del ruedo, se fue la luz dejando todo en total oscuridad. Fue cosa de un segundo y la energía eléctrica se restableció, pero al volver el alumbrado el toro seguía ahí, en el mismo sitio, pero Raúl no y cuando todas las miradas lo buscaban apareció detrás del burladero de matadores. ¡Mago!

Raúl García


CORRIENDO Esta se la achacan a Fernando de la Peña quien dicen un día en el café charlaba con un grupo de amigos y cuando hablaban de lo mucho que entrenaban los toreros de esa época les soltó: -

Pues no entiendo, suben a diario al cerro, juegan frontón, corren por horas y horas y cuando sale el toro, siguen corriendo.

“El Macero”, “El Rudy”, Fernando de la Peña


LA HUELGA DE HAMBRE A finales de los 70’s de tanto tirarse de espontáneo Óscar Morales “El Platanito” fue vetado por la autoridad municipal para actuar (e incluso por algún tiempo para entrar ni siquiera con boleto pagado) a la Monumental Monterrey. Pretendiendo externar su inconformidad un día me buscó para que publicara una noticia: se pondría en “El Platanito” huelga de hambre hasta que le levantaran el veto y la empresa le diese una oportunidad. -

¿Y dónde te pondrás en huelga?

-

En la Plaza Hidalgo, afuera del Sanborn’s.

-

¿Y vas a aguantar? Ahí hay muchos puestos de comida y olores…

-

Soy torero y me aguanto, puede más mi afición…

-

Bueno, pues mucha suerte…

-

Oye gachó, un favor, la huelga la empiezo el viernes, te encargo que ya por la noche vayas y me lleves unas dos tortas de Sixto porque voy a traer un hambre perra.


CHOFER “El Manchas” fue el mozo de espadas del rejoneador Felipe Zambrano de siempre y cuando hicieron una gira a los Estados Unidos actuaron en Los Ángeles en donde el cavaleiro Felipe y Evaristo Zambrano rentó un auto de lujo para transportarse. El día del festejo le dijo al “Manchitas” que manejara y este se negó argumentando que no sabía conducir en la Unión Americana, por lo que a Felipe no le quedó de otra que, vestido a la usanza lusitana, tomar el volante. Iban camino a la plaza y de pronto “El Manchas” comenzó a musitar: -

“Gracias Dios mío, de verdad muchas gracias por concederme el deseo…”

-

“¿Pos qué traes? ¿De qué le das gracias a Dios?” le dijo Zambrano

-

“Es que siempre soñé con venir a una ciudad de primer mundo y andar en un auto de lujo con un chofer uniformado”.


VIVIMOS EN EL ERROR Fuimos muchos los que durante décadas no estuvimos enterados de que José García “Taralata”, el famoso mozo de espadas del Maestro Lorenzo Garza y después empresario taurino, no se llamaba en realidad así. Su nombre era José Encarnación Guerra Cavazos y estaba emparentado con “El Güero” Guerra, pero un día adoptó el nombre artístico y lo llevó con él hasta la muerte.


“TU ERES EL ÚNICO” Contaba Fernando de la Peña que un día toreando con Joselito Huerta, Raúl García y “El Capitán” en la vieja plaza de toros “Armillita” de Saltillo a finales de los 60’s, después de hacer un quite al llegar a la tronera del burladero de matadores Huerta le tapó el paso y le soltó a boca de jarro: -

“Hijo de la rechingada”…

-

“¿Qué?”, le respondió de la Peña sorprendido.

-

“Hijo de la rechingada te dije y te lo repito; tu eres el único que puede parar a ese”…

De la Peña no tardó ni un instante en entender que al decir “ese” se refería a Manolo Martínez y ni siquiera le respondió al comentario. Después y con esa sonrisa tan característica en Fernando diría: “No lo paré yo, ¿pero por qué no lo paró tampoco él?”.

“El Capitán”, Raúl García, Joselito Huerta y Fernando de la Peña


“CALZONES DE ESTE COLOR” Juan Pineda “El Macero”, fue un excelente picador de toros que militó en las cuadrillas llamadas “libres”, además de ser un extraordinario torero bufo con su inseparable personaje de “Reynalda”. Un día en el café Abelardo Treviño “El Manchas” lo convenció de que reuniera a la “troupé” para ir a dar una charlotada a un pueblo, pero celoso como lo era de sus cosas le comentó que tenía que ir a comprar algunas telas para renovar la indumentaria de “Reynalda” pues en el último festejo que torearon quedó inservible, por lo que le propuso lo acompañase a una tienda cercana y prestos arrancaron al lugar. Estando ahí y con el lugar lleno de señoras que compraban sus telas, “El Macero” le lanza un grito a “El Manchas” casi de lado a lado del establecimiento: -

“Compadre… ¿se me verán bien unos calzones de este color con unos olanes por detrás?”

Y todas las mujeres voltearon a verles “medio rarito”.

Juan Pineda “El Macero” y Marcos Garza


“EL TARALATA” Y LOS BORDADOS DE CABELLO José García “El Taralata” tuvo muchas gracias, además de ser mozo de espadas del maestro Lorenzo Garza, hubo un tiempo en el que le apoderó y terminó de empresario organizándole muchas corridas. Después se hizo representante en la Cd. De México de la empresa de César Garza. Un “dandy” para vestir, se preocupaba en extremo por su apariencia y especialmente en el lustre de su calzado el cual permanentemente limpiaba con una servilleta con agua mientras estaba en el café. “El Taralata” gustaba se mandar bordar sus iniciales en las bolsas de sus camisas y guayaberas pero no con hilo normal, sino con cabello de las mujeres con las que tuvo romances, entre las que destaca la actriz “Rosa de Castilla”.


EL MUDO LE MENTÓ LA MADRE Siendo jóvenes, “El Manchas” y “El Taralata”, frecuentaban una cantina que se llamaba “El Pozo Piloto” por la calle de Juan Ignacio Ramón, junto al “Hotel Perú”, en donde vendían a bajo precio jarras de cerveza. Al lugar llegaba un mudito que reunía dinero pidiendo limosna y cuando coincidía con ellos les invitaba una jarra. Cierto día pidiendo caridad en la Plaza Zaragoza el mudo tocó por la espalda el hombro de un señor que se encontraba en pleno beso con una mujer y cuando volteó se dio cuenta de que era “El Taralata”. Sin más puso el brazo en ángulo recto y lo aventó hacia adelante mentándole la madre… y se acabaron las jarras de cerveza. Muchos años después “El Pozo Piloto” estuvo ubicado en M. M. de Llano y Álvaro Obregón, a una cuadra de la plaza de La Luz y en el año 2019 fue cerrado y destruido su último local.

El Macero, Toño Córdova y El Manchas


LA MARCHA ZACATECAS Al café de “Doña Petra”, en el taurinísimo “Barrio de Triana” de Monterrey, acudía Don Rodrigo Guerra aficionado gaonista a morir que invitaba a su mesa a alguno de los torerillos y agregados de la flota que ahí se reunían y casi siempre el elegido era Mario Correa “La Bruja”, chofer de una “fortinga”, a quien invariablemente le contaba las mismas proezas y anécdotas de “El Indio Grande”. Pronto los toreros aprendieron el truco de “La Bruja” y entre todos acudieron a comprar un disco y con permiso de la dueña lo colocaron en la rockola del lugar, de manera que cada vez que don Rodrigo aparecía por la puerta, uno de los chavales corría y le ponía un veinte al artefacto para que se dejaran Mario Correa escuchar las notas de “La Marcha “La Bruja” Zacatecas”, el himno con el que se inician los festejos de todos los charros.


¡SE FUE LA LUZ! El 18 de noviembre de 2006 alternaron en la Monumental Monterrey Eloy Cavazos, Julián López “El Juli” y Juan Antonio Adame.

Juan Antonio Adame

Eloy se había ido por delante cortando cuatro orejas, Adame tenía las dos de su primero y El Juli no tuvo enemigos a modo, pero en el sexto cuando lidiaba Adame de muleta se fue la luz y la plaza se quedó a oscuras. Con las tenues luces de las

cámaras de TV en el callejón el regiomontano volvió a la cara del toro y le pegó dos tandas que le fueron jaleadas y sin más se tiró tras la espada para dejar un estoconazo que hizo que el público exigiese los máximos trofeos. Todo era confusión, porque no se veía bien el palco de la autoridad, pero los tres toques de clarín fueron claros y se concedió el rabo, aunque la cuadrilla de Cavazos presionaba para que ocurriese así pues querían la puerta grande para su torero. Y mientras en el interior todo era algarabía y gozo, otros sufrían las de Caín: los encargados de las barras de cerveza y refrescos sudaban y se comían las uñas pues no sabían cómo podrían cobrar todas las cuentas pendientes antes de que saliese el público. Por fin volvió la energía eléctrica, Eloy y Adame salieron a hombros y los de la cheve cobraron sus cuentas.


“ORA SÍ SON DOS…” En un festejo el juez de plaza, Armando Guerrero Gárate, por alguna razón mandó apresar al hidrocálido Efrén Adame “El Cordomex” y al término del festejo un grupo de aficionados se acercó a él para pedir clemencia, ya que al día siguiente Guerrero Gárate y ely torero toreaba en otro lugar si se quedaba arrestado perdería el autobús y el compromiso. Así, el juez, los aficionados y la prensa se dirigieron a los separos en donde vestido de torero Adame departía alegremente con los otros presos y tras algunas diligencias pudieron liberarlos. Como el autobús salía en varias horas, se les ocurrió ir a festejar a un bar mientras pasaba el tiempo y así se fueron las horas. Llegó la cuenta y el mesero le quiso meter a Guerrero Gárate un “caballazo”, cobrándole dos botellas de vino en lugar de una, que era la que se habían tomado. -“¿Con que esas tenemos?” -dijo el ingeniero“pues entonces tráigame otra botella”. Y cuando llegó el mesero y colocó el licor sobre la mesa, el juez sacó de su cintura su pistola y le pegó un plomazo. -“Ora sí, son dos”.


UN “JULIO” QUE NO ES JULIO Si en el medio taurino regiomontano preguntas por Gerardo Rivera Tovar casi nadie sabrá darte santo y seña de esa persona, pero en cuanto cambies el nombre por el de “Julio Rivera”, de inmediato todos rematarán con su apodo: “El Chirrín”. Y es que el que fuese importante novillero de la tierra, por alguna razón cambió su nombre de pila de Gerardo por el artístico de Julio, que es el que le ha acompañado toda la vida y con el que se le reconoce en el ambiente taurino.

Julio Rivera “El Chirrín”


LA “CAMARINA” El 4 de abril de 1976 recibía en Monterrey la borla de matador de toros el regiomontano Gustavo Garza teniendo como padrino a Eloy Roberto Salinas, 2° de izq. a der. Cavazos y testigo a Curro Rivera con un encierro de Mimiahuapam. Concluido el tercio de banderillas y cuando los diestros apenas se disponían a la ceremonia del doctorado, Roberto Salinas, fotógrafo del naciente periódico El Diario de Monterrey, se encontraba en el callejón por el lado del burladero de contra-aguantar y al darse cuenta de que no tendría la foto de la alternativa se le hizo fácil entrar al ruedo por el burladero para intentar llegar, con tanta puntería que al toro lo estaban aguantando precisamente ahí, por lo que al verlo prácticamente voló de regreso para ponerse a salvo. Cuando le preguntaron “¿qué pasó don Beto?” él simplemente respondía: -“Me quité al bicho de encima pegándole una ‘camarina’”.


DE FIERRO Importante empresario y apoderado fue en nuestra región Javier Ábrego quien se distinguía por sus finos modos y amaneramiento; él nunca aceptó, como tampoco negó, que fuese homosexual, pero le divertía muchísimo jugar con eso. Hay quienes aseguran tuvo mujer e hijos, pero la verdad verdadera pocos la conocen. Hijo de “Don Panchito” Ábrego que fue excelente juez de plaza a Javier le cargan la historia que cerca de navidad cuando era pequeño su padre le preguntó: -

“¿Y qué quiere de regalo mi hijo?”

-

“Una muñeca y un juego de té”

-

“Muchacho cabrón, pídame algo de fierro”. “Pues entonces ¡una planchita!”

Don Panchito Ábrego, 1° a la izquierda


92.- NOMÁS EL PASEÍLLO De esta anécdota hay varias versiones y se la achacan cuando menos a dos toreros, aunque puede que sean más. En una ocasión estaba en el patio de cuadrillas de la Plaza Guadalupe un novillero visiblemente nervioso antes de partir plaza, caminaba, hacia muecas y en voz alta se daba ánimos. Llegó el momento en que se abrió la puerta y al sonido del clásico “Cielo Andaluz” se inició el despeje en el que el chaval daba la impresión de ir decidido a todo, firme el paso, la mirada clavada en el otro extremo del redondel, casi en “estado de gracia”; al llegar debajo del palco saludo a la autoridad y sin quitarse el capote de paseo se metió al callejón en donde buscó la salida y simplemente se fue…

Un toro arranca de cuajo un burladero en Monterrey


“EL MANCHAS” TRABAJÓ DOS AÑOS Al buen “Manchas” le cargan que jamás trabajó en su vida, pero esto no es cierto, ya que la historia registra, a decir de algún taurino, que laboró DOS AÑOS en la Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey. Dicen que un 31 de diciembre “El Manchas” consiguió una sustitución en el turno nocturno y llegó a laborar faltando cinco minutos para la medianoche, pero pronto se cansó y a las 0:12 del día primero dejó la chamba, por lo que técnicamente trabajó durante dos años en la Fundidora.

“El Manchas” con los niños toreros


DOS CORNADOS AL MISMO TIEMPO Javier Abrego dio una corrida de Santín y Atenco en la Guadalupe y acarteló a Juanito Gálvez, Fernando de la Peña y Carlos Málaga “El Sol”. De la Peña y El Sol se fueron al hule y Gálvez se tuvo que echar toda la corrida. Pero para la historia queda que en la enfermería el doctor Rubén Ortiz tuvo que atender al mismo tiempo a dos cornados.

Dos heridos en la enfermería


“NO QUIERO QUE SE QUEDE NI UNA” El maestro Jesús Puente Flores gozó de la amistad de Manolo Martínez luego de que al torero le gustara una de sus obras. Un día se encontraron y al preguntarle Manolo cómo le iba el pintor comentó que las cosas estaban difíciles por lo que le ofreció venderle un cuadro. Manolo le respondió que no, que no le compraría una pintura, pero le dijo Manolo Martínez que fuese un par de días después a su casa con toda la obra taurina que tuviese lista. Puente Flores llegó y Manolo le ordenó que la colocase en el comedor al que poco tiempo después llegaron un montón de amigos y periodistas, a los que simplemente les dijo: -

“A ver cómo le hacen, pero no quiero que se quede ni una”.

Y así vendió como 30 cuadros en una sola tarde.


RÉCORD Un día estando en “El Parián” en Aguascalientes, José García “El Charro” y Humberto Ayala vieron a un hombre vendiendo tunas y quisieron comprarle. Humberto se acercó al triciclo para ver de cerca las tunas rojas y de pronto “El Charro” exclamó: “No compadre, no le compres ni madres, esas pinches tunas están podridas” Hecho una furia por la aseveración el vendedor sacó un machete y cuentan que ese día “El Charro” y Humberto rompieron el récord de velocidad de los mil metros planos.

Humberto Ayala vistiendo a “El Charro” el día de su alternativa


UN JUGUITO DE NARANJA Cuando Pepe Lavín y Romerita fueron a torear a Japón Lavín pidió un jugo de naranja y cuando llegó la cuenta le cobraron 3 dólares. Encolerizado “El Lobo de Paredón” reclamó: -

“¿Cómo? Si en el mercado del Norte el jugo me cuesta 50 centavos.

Y es que en esos días el dólar se cotizaba a 8 pesos por dólar, pero la naranja era una fruta exótica en el continente asiático.

Pepe Lavín, como gerente, dando la vuelta al ruedo


LA MEDALLA Fernando de la Peña le regaló un día en México una medalla que compraron en San Juan de Letrán a”El Manchas” y este se la vendió a Pepe Guerra “El Pony” en 500 pesos porque su hermanita iba a cumplir 15 años A los pocos días “El Pony” fue a reclamarle que la medalla no era de oro. -

“No, la medalla es de oro, lo que pasa es que tu hermana está enfermita de la piel, llévala a checarse con un médico”.

“El Manchas” viste de torero a Fernando de la Peña


“A TI NO TE VAN A DAR NADA” Un día un hombre vestido de pantalón ceñido, camisa anudada, faja y gorra torera caminaba por el Barrio de Triana en Monterrey y al toparse con “El Pony” le preguntó que dónde podía encontrar al periodista don Ángel Giacomán, “El Pony” le respondió: -

Ángel Giacomán con “El Queretano”

“Ni lo busques, no te va a conseguir nada, si no nos apoya a nosotros que somos de aquí, mucho menos a ti que eres de fuera”.

Aquel hombre era el matador Miguel Ortas “Miguelete” que estaba anunciado para torear al siguiente domingo y cuando “El Pony” llegó al patio de cuadrillas y lo vio vestido de blanco y oro, se hizo mucho más chiquito y se escabulló para que no le dijese nada.


LIMPIAS Por años Beto Rodríguez, hermano del Dr. Jesús María Rodríguez, de la ganadería de Santa Elena, se dedicó a rentar vaquillas para festivales de aficionados.

Divisa y hierro de Santa Elena

En alguna ocasión alguien le preguntó:

-

“Oye Beto, ¿y están limpias?”

-

“Sí, cómo no, ayer las bañé y hasta les eché talco y perfume”.

Tan sin torear estaban que a la simple voz de Beto que les decía “¡Niñas vámonos!” solitas subían a la caja de su camioneta para volver al rancho.


PERSONAJES TAURINOS DE MONTERREY 1. Abelardo Treviño Welsh “El Manchas” 2. Guadalupe Lara “El Carretero” 3. Martín Robles “El Niño de Caravaca” 4. Antonio Córdoba 5. Ángel Giacomán 6. Rodolfo Guzmán “El Tío” Rodolfo. 7. Jesús Garza Hernández “Don Chucho” 8. El maestro Arcadio Gallardo 9. Luciano Sánchez “El Gallo” 10. Carlos Torres 11. Juan Pineda “El Macero” 12. La familia Rocha 13. Jesús Garza Ayala 14. Guillermo Guerra Leal 15. Pablo Lozano “Pablote” 16. Manolo Saucedo 17. Guillermo Escobar 18. Rafael Antillón 19. Jaime Valdés “El Tigre” 20. El Lupón 21. “Españita” 22. Eduardo Villarreal “El Cárdeno” 23. José García “Taralata” 24. Pepe Carlos Martínez 25. Javier Abrego 26. Don Panchito Abrego 27. Jorge Montemayor 28. Arturo García Cavazos 29. César Garza 30. Leodegario Hernández 31. Eulalio González “Piporro” 32. Rubén Aguirre Fuentes 33. “El Rudy” 34. El Mantecas


35. Beto Villa (de la porra de sol) 36. “El Charro” (torilero) 37. El Marinero (chofer de La Playa) 38. Don Toño (caporal de La Playa) 39. El Golondrino 40. La familia Barrón 41. El señor Bustos 42. Los Peña (Félix, Beto y Rodolfo) 43. José Luis Salgado 44. Don Tito Osuna 45. Sergio Morelos Domínguez 46. Neto Legorreta 47. El Negro Santa Cruz 48. Arnulfo M. Canales Gaja 49. Don Lucio Reyna 50. Fito de la Cruz 51. Roberto Brondo 52. Sergio Salinas (Te Malabar) 53. Jesús Obregón “La Chucha” 54. Mingo de la Torre 55. Chato Bonito 56. Pelón Ibarra 57. El Melín (bufo) 58. Chato Ibarra (ayudados) 59. Chato Peinado 60. Zeferino “El Zefe” (mozo de espadas) 61. Talismán Norteño 62. Horacio Fernández 63. Chilo Garza 64. Don Arsenio Cantú 65. Arturo Tamez 66. Abraham Carlos 67. Fidel Hernández 68. Chalío Puente 69. “El Cañón” 70. El Comales


71. El Pony 72. Óscar Morales “El Platanito” 73. Daniel Flores (fotógrafo) 74. Luis César Jiménez Pompa 75. La Sra. Juárez (guardaplaza) 76. La Sra. Chavana (enfermera) 77. Dr. Romeo García Benavides 78. Dr. Felipe Gardoqui Zurita 79. Dr. Rubén Ortiz Martínez 80. Dr. Rafael Olmos Morton 81. Rigo Tanguma 82. Abud 83. Chagoyo 84. Arq. Jesús Almaguer 85. Don Jesús Zambrano 86. El Gordobés 87. Guadalupe Delgado (puntillero) 88. El Güero Guadalupe 89. “El Berrinches” 90. Mario Martínez Oceguera 91. Don José Cueto Rendón 92. Don Pablo Livas 93. José Juan Guerra 94. Armando Guerrero Gárate 95. Reynaldo Guzmán 96. Jesús Garza Ayala 97. Pedro de la Serna 98. Don Eliézer Gómez 99. Don Baldomero Garza 100. Don Arturo G. García 101. Don José María Domínguez 102. Rodolfo Barrientos 103. Enrique González Martínez 104. Hernán Lozano 105. Ambrosio Quiroga 106. Don Ramón Blanch


107. 108. 109. 110. 111. 112. 113. 114. 115. 116. 117. 118. 119. 120. 121. 122. 123. 124. 125. 126. 127. 128. 129. 130. 131. 132. 133. 134. 135. 136. 137. 138. 139. 140. 141. 142.

Don Remigio González Don David Yamallel, Don Manuel Yamallel Diego Gutiérrez “La Borrega” Don Ricardo Morales (Carnicero) Baldemar Pérez José Juan Cantú Luis David Duéñez Antonio Quiroga René Olvera Fernando Castañeda “El Pelos” Antonio Franco “El Tableao” “El Charro” Gil Sebastián Medina Vico Canales Edmundo J. Gil Ricardo Cortés Camarillo José Luis Hernández “Salerito” Vicente Martínez “Molinar” Roque Díaz Otálora Jorge Reyna “El Piti” Jesús “El Güero” Guerra José Narciso Cadelaria Héctor F. Navarro Dr. Alfredo Gómez Alanís Arq. Omar Rojas Arq. Héctor Porras Dr. Mario Ochoa Rubén Leal Francisco Díaz Puebla Juventino Cantú Edmundo Cantú Arturo Tamez José Antonio Quiroga Chapa Francisco Díaz Martínez Guillermo Guerra Jr.


143. 144. 145. 146. 147. 148. 149. 150. 151. 152. 153. 154. 155. 156. 157. 158. 159. 160. 161. 162. 163. 164. 165. 166. 167. 168. 169. 170. 171. 172. 173. 174. 175. 176. 177. 178.

Sergio Amézquita Roberto Sánchez Alemán José Martín Banda Prof. Ricardo Torres Martínez Sotero Arizpe Tijerina Alejandro “El Güero” de León Rafael Acosta José Antonio Aguilar “El Pitos” Ricardo Gaytán “El Zurdo” David Cavazos “El Vito” Julio Rivera “El Chirrín” Paco Yamaguchi Dr. Juan Gutiérrez Gamboa Lic. Roberto Flores de la Rosa Manolo Saucedo Edgar “Gary” Torres José Ángel Adame Vicky Lozano Manolo Plaza Rafael Calzada Alberto Cavazos Héctor Carrizosa Roberto Cordero Jorge Martínez Cuéllar Sergio Ganem Manuel González Gerardo Mantecón “Serranito” René Rivera Rubén Rivera Arturo García Cavazos Abelardo Leal Raúl Franco Rafael Stringel Marcos Garza Humberto Ayala Luis Juan Tijerina Sánchez


179. 180. 181. 182. 183. 184. 185. 186. 187. 188. 189. 190. 191. 192. 193. 194. 195. 196. 197. 198. 199. 200. 201. 202. 203. 204. 205. 206. 207. 208. 209. 210. 211. 212. 213. 214.

Don Ángel Quintanilla “Angelillo de Triana” Paco Márquez Ignacio Martínez “Molinar” Ovidio Palomo Patricio Ochoa Joselito Suárez Luis Garza “Chito” Luis Garza Nieves Calvillo Sergio de León “El Cade” Pepe de León “El Cadillo” Paco de León Arturo Morales Rogelio Soto “El Gato” Eduardo González Joaquim Nunes Jorge Méndez (puntillero) Joel Téllez “El Silverio” Fernando Sepúlveda Fernando de la Peña Roberto Ortiz “El Fotógrafo” Raúl García Antonio Franco “El Tableado” David Cavazos “El Vito” Don Héctor Cavazos “Torín” Luis Quijano Octaviano García padre e hijo Jesús Torre Gerardo Guzmán Germán Garza Juan Antonio Adame Juan Fernando González Isaac Leal Montalvo Sergio Garza Hugo Galindo


215. 216. 217. 218. 219. 220. 221. 222.

Daniel Galván Alberto Galindo “El Geno” Felipe Zambrano Gonzalo Zambrano Evaristo Zambrano Arturo Mansur Marco Antonio Alvarado Fernando Alvarado “El Canano”


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