Pronunciamiento de la Coordinadora Metropolitana contra la Militarización y la Violencia
El 1o de Febrero, un día después de la matanza de 16 jóvenes de Ciudad Juárez, Felipe Calderón dijo que se trataba de pandilleros. El 23 de octubre, tras una matanza que cobró la vida de 14 jóvenes, Felipe Calderón dijo que fueron daños colaterales. El 29 de octubre, la justicia mexicana nos hizo saber que los disparos a quemarropa recibidos por nuestro compañero Darío Álvarez Orrantía sólo fueron "agresiones agravadas", delito con el que los policías culpables alcanzarán derecho a fianza.
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo dejaremos que Calderón y su gabinete pongan nombres políticamente correctos a eso que para la comunidad son rostros, vidas, compañeros? Pues mientras el secretario de gobernación afirma que los niveles de violencia alcanzados son muestra del éxito de la estrategia, hay miles de familias que se preguntan cómo es que sus muertos pueden ser considerados un éxito. Pues lo que Calderón llama "pandillero" no es sino el resultado de una política económica neoliberal que ha dejado a la juventud mexicana sin otra opción que la de sumarse a los grupos del crimen organizado. Pues lo que para ellos es una estadística, para una familia es una tragedia. Ellos ponen las ordenes, los discursos y las condolencias; la comunidad pone los muertos. ¿Hasta cuándo, pues, permitiremos que los políticos llamen seguridad nacional a las masacres, daños colaterales al asesinato premeditado de civiles?
Cansados de esta guerra que nadie les pidió pelear, hartos de ver como día a día masacran a nuestros pueblos es que los jóvenes universitarios comenzamos a organizarnos. Jóvenes que alzamos la voz para exigir la desmilitarización del país y el retorno inmediato del ejército a sus cuarteles. Jóvenes que desde nuestras trincheras nos hermanamos con los habitantes de Ciudad Juárez, ciudad que ha sido convertida por el Estado mexicano –con apoyo logístico, económico y militar de los EUA- en un laboratorio de guerra. Jóvenes que como universitarios condenamos la violación a la autonomía de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Pero sobre todo, ciudadanos consientes que en esta guerra quien pone los muertos somos los pueblos. Que decimos alto a los juvenicidios, alto a esta política de limpieza social que busca terminar con todos aquellos que representamos una amenaza para los poderosos: los pobres, los jóvenes y todos aquellos que pensamos que otro mundo es posible.
Por todo lo anterior es que distintas agrupaciones, colectivos e individuos de la UNAM, UAM, UACM e IPN nos hemos dado a la tarea de rebasar nuestras diferencias y priorizar las coincidencias, y es así como hemos fundado la Coordinadora Metropolitana contra la Militarización y la Violencia.
Con unas cuantas semanas de vida, la Coordinadora Metropolitana ha convocado a tres caminatas universitarias y dos jornadas de movilización en solidaridad con Ciudad Juárez que incluyeron proyecciones de películas, presentación de performances, brigadas de información y muchas otras cosas nacidas desde la imaginación y la rabia digna.
Señor Felipe Calderón, líder del cártel estatal mexicano, no somos criminales, no somos pandilleros. La protesta no es delito. Y teniendo enfrente a un gobierno tan inepto como el suyo, la protesta es una obligación. Compañeros y compañeras: ya es tiempo de despertar, es tiempo de luchar contra la militarización y la criminalización de la protesta y la juventud, es también tiempo para luchar contra el miedo que el estado mexicano ha utilizado como estrategia para paralizarnos. Hacemos pues un llamado a la organización para defendernos de esta guerra absurda.