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RESIDUOS, EL MATERIAL DEL FUTURO

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SUMARIO

SUMARIO

Acaba de celebrarse en Las Vegas uno de los eventos feriales más reconocidos a nivel mundial, Conexpo, que, aunque estaba enfocado al movimiento de tierras, el árido y el hormigón, la presencia de equipos de demolición, reciclaje y manipulación de materiales, así como de implementos utilizados en estos trabajos, han sido muy abundante y variada. Pese a que a primera vista la maquinaria es la misma que se utiliza en Europa, los volúmenes de materiales tratados son muy diferentes. En Estados Unidos se generan al año en torno a los 550 millones de toneladas de RCD (el 90% generado por trabajos de demolición), de los cuales más del 75% son reciclados y reutilizados, lo que supone que por encima de 415 millones de toneladas de residuos de construcción y demolición se transforman en áridos reciclados y vuelven a tener una segunda vida, tal y como promulga la economía circular. Únicamente alrededor de 135 millones de toneladas de RCD van directamente a vertedero.

Por su parte, en Europa se generan anualmente alrededor de 850 millones de toneladas de RCD, un montante que representa el 35% de la generación total de residuos, de los cuales la tasa de recuperación es del 88%, un valor que, aunque es oficial, parece muy alto para como se están haciendo las cosas en el sur de Europa.

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A nivel mundial, cada habitante produce diariamente 1,68 kg de RCD, un valor muy por debajo de los 12,73 kg de residuos industriales o de los 3,35 kg de residuos agrícolas. Por el contrario, el valor per cápita diario de cada habitante respecto a los residuos peligrosos es de 0,32 kg, de 0,25 kg de residuos médicos y de 0,02 kg de residuos electrónicos. De ahí que, reducir, reutilizar y reciclar cualquier tipo de residuo es fundamental y responsabilidad de cada uno.

En España, los datos de producción de RCD varían mucho en función de qué organismo, asociación o comunidad autónoma lo haya contabilizados, habiendo importantes variaciones en función de las diferentes zonas de España. Con respecto a la cantidad de RCD valorizados y transformados en áridos reciclados para su utilización en obra, los datos son mucho más dispersos, con unos valores muy bajos con respecto al resto de Europa, siendo la comunidad autónoma de Cataluña en primer lugar y País Vasco a continuación quienes más controlados, mejor legislados y más concienciados están con respecto a la gestión de los residuos de construcción y demolición, su valorización y su utilización en obra.

Asociaciones como AEDED, la Asociación española de demolición, descontaminación, corte y reciclaje, o RCD Asociación, la Asociación española de reciclaje de residuos de construcción y demolición, continúan con su labor de formación, divulgación, concienciación y ayuda al sector. Así, AEDED acaba de editar una publicación didáctica titulada Guía sobre valorización y reciclaje en obra, un aspecto muy actual que trata un punto primordial en la economía circular: el tratamiento de los residuos en el lugar de origen, un punto que reduce significativamente aspectos como el transporte y el vertido de residuos, y favorece la utilización del material valorizado in situ y una excelente gestión de los diferentes residuos en función de su naturaleza.

El despertar de Europa con respecto a la gestión de todos los residuos que se producen y su compromiso con la economía circular está obligando a que cada país reaccione y se involucre en la circularidad de todos los residuos generados. Los RCD, como residuos que son, tienen desde hace un tiempo un protagonismo inusual. Desde finales de la década de los 90 que comenzó el sector a preocuparse por su gestión, su evolución ha sido muy lenta hasta que Europa ha comenzado a obligar a sus países miembro a aplicar los preceptos de la economía circular.

El desconocimiento del comportamiento de los áridos reciclados lleva a que no sea una opción como material de construcción en las nuevas obras en la mayoría de las zonas de España. Este miedo surge de la falta de experiencia y de la ausencia de formación, todo ello sustentando por la carencia de una normativa nacional que obligue a la utilización de áridos reciclados en todas y cada una de las obras públicas o privadas que se ejecuten en el país.

Pese a todo, la concienciación social sobre la gestión de los residuos va calando en la ciudadanía y, por lo tanto, en la gestión industrial y empresarial, algo que llevará a que las próximas generaciones traten la gestión de los residuos como una parte absolutamente inherente al día a día. Mientras tanto, hay que seguir evolucionando, absorbiendo los residuos y transformándolos para obtener una segunda vida de los diferentes materiales.

EL DESPERTAR DE EUROPA CON RESPECTO A LA GESTIÓN DE TODOS LOS RESIDUOS

QUE SE PRODUCEN Y SU COMPROMISO CON LA ECONOMÍA CIRCULAR ESTÁ OBLIGANDO

A QUE CADA PAÍS REACCIONE Y SE INVOLUCRE EN LA CIRCULARIDAD DE TODOS LOS

RESIDUOS GENERADOS. LOS RCD, COMO RESIDUOS QUE SON, TIENEN DESDE HACE

UN TIEMPO UN PROTAGONISMO INUSUAL. DESDE FINALES DE LA DÉCADA DE LOS 90

QUE COMENZÓ EL SECTOR A PREOCUPARSE POR SU GESTIÓN, SU EVOLUCIÓN HA SIDO

MUY LENTA HASTA QUE EUROPA HA COMENZADO A OBLIGAR A SUS PAÍSES MIEMBRO A

APLICAR LOS PRECEPTOS DE LA ECONOMÍA CIRCULAR.

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