ANÁLISIS DE LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 2008 (*) COLECCIÓN IDEAS
Pepe Auth (**) Hernán García (***) Año 10 Nº 93 Enero 2009
Las expresiones vertidas en el presente documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y no representa necesariamente las visiones de Fundación Chile 21. (*) En la misma serie los autores publican “Análisis Elecciones Municipales 2004”. Colección Ideas año 5, Nº 50. Enero 2005. (**) Analista político y electoral, actual Presidente del Partido Por la Democracia (***) Ex - encargado Electoral del Partido Socialista. Analista Electoral Partido Socialista.
ANÁLISIS DE LAS MUNICIPALES 2008
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I.- LA ELECCIÓN DE ALCALDES
1.- EL RESULTADO EN VOTOS Por primera vez en el ciclo de elecciones municipales democráticas iniciado en 1992, la Concertación es superada en votos por la Alianza. Aunque en 2004 la ventaja había sido menor en este ámbito que en el de concejales, la Concertación había mantenido 6,14 puntos porcentuales de superioridad, mientras que ahora se pone por debajo 2,1 puntos porcentuales. DISTRIBUCIÓN VOTOS EN ELECCIÓN DE ALCALDES* Sector Concertación Descolgados Concertación Alianza Descolgados Alianza Juntos Podemos Lista PRI Fuerza País Independientes sin clasificar
Votos 2.394.430 342.600 2.524.989 138.152 396.388 249.237 24.182 154.366 6.224.344
%Votos 38,47 5,50 40,57 2,22 6,37 4,00 0,39 2,48 100,00
El resultado en alcaldes contrasta con lo ocurrido en la elección de concejales, donde ambas coaliciones reducen su votación respecto de 2004 -la derecha sólo un poco menos que la Concertación-, manteniéndose la ventaja de la coalición de gobierno en 9,2 puntos porcentuales, a muy poca distancia del extraordinario resultado de 2004, cuando la diferencia fue de 10,2 puntos. El rendimiento promedio de los candidatos concertacionistas a la alcaldía descendió del 45,5% hace 4 años al 40,94% hoy día, mientras la performance de los aliancistas se elevó desde 37,1 a 38,05% de los votos, señal de que lo ocurrido tuvo al menos tanto que ver con el mejoramiento de la competitividad de la Alianza como con el empeoramiento del rendimiento electoral de la Concertación, producto de sus escisiones y de la proliferación del fenómeno de los descolgados, que asomó con fuerza en 2004 y se constituyó en el principal hecho de la elección de alcaldes en 2008. Si le agregamos a ambos bloques la votación de sus respectivos candidatos descolgados a las alcaldías, la diferencia pasa a ser de 1,2 puntos a favor de la Concertación, aunque este mismo cálculo, en 2004, arrojaba una ventaja de 9,44 puntos porcentuales.
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Estas cifras corresponden al último informe del Ministerio del Interior, contabilizadas el 97,87% de las mesas del país, por lo que los votos válidos finales debieran empinarse por encima de los 6,3 millones, cifra prácticamente idéntica a la de 2004 en la elección de alcaldes.
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Si comparamos lo ocurrido con los resultados de las municipales 2004, vemos que la Alianza crece en votos para Alcaldes apenas 1,84 puntos, pero la Concertación desciende 6,34 puntos porcentuales, fundamentalmente por la aparición de un nuevo actor político – Lista PRI, que obtiene 4%- y el leve aumento de Juntos Podemos (+0,47%). DISTRIBUCIÓN VOTOS EN ELECCIÓN DE ALCALDES
Independientes sin clasificar 2,5% Fuerza País 0,4% Lista PRI 4,0%
Concertación 38,5%
Juntos Podemos 6,4% Descolgados Alianza 2,2%
Descolgados Concertación 5,5%
Alianza 40,6%
El cambio de la correlación electoral en votos para alcalde proviene principalmente de lo ocurrido en tres regiones: Bío-Bío, donde la Concertación tenía una ventaja de 93 mil votos en 2004 y fue superada esta vez por 40 mil; la Región Metropolitana, donde había obtenido una leve ventaja en 2004 y en 2008 quedó 100 mil votos por debajo de la Alianza; y la Quinta Región, donde Viña del Mar y Valparaíso determinaron que de los 9 mil votos de superioridad concertacionista se pasara a 93 mil votos de la Alianza sobre la coalición de gobierno. La Alianza supera ampliamente a la Concertación en votos para alcalde en las regiones de Atacama (44 puntos), Arica-Parinacota (17), Los Ríos (10) y la Quinta Región (7,8 puntos porcentuales). La ventaja es significativa también en las regiones Metropolitana y del BíoBío (en ambas 4,4), así como en el Maule (3,3 puntos). En la Región de Aisén la ventaja aliancista es de sólo 2,4 puntos y en La Araucanía están prácticamente empatadas ambas coaliciones, con votaciones cercanas al 40%. La Concertación, por su parte, aventaja a la Alianza en votos para alcalde en la Región de Antofagasta (23 puntos), Coquimbo (21), Los Lagos y Magallanes (10 en ambas), Atacama (9) y la Región de O’Higgins (2,8 puntos).
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Es evidente que, en el contexto plebiscitario que tiene la elección de alcaldes, la oposición de derecha obtuvo un resultado extraordinariamente positivo, cercano al de las municipales del año 2000 en materia de alcaldes electos, pero muy superior en cuanto aquí está más fundamentado en el respaldo electoral que en las ventajas del sistema electoral.
2.- EL RESULTADO EN ALCALDES La gran novedad de esta elección es el cambio masivo en la conducción de las alcaldías, que era dominada abrumadoramente por la Concertación desde 2004 y pasó ahora a una situación mucho más equilibrada, con leve predominio de los partidos de la Alianza. Como si el buen resultado estuviera inscrito en el mal resultado previo, una muy buena elección de alcaldes para la derecha en 2000 fue seguida de un pésimo resultado en 2004, que le significó retroceder en casi setenta ediles, ahora consigue un resultado que retrotrae las cosas muy cerca de lo ocurrido en la elección del año 2000. Dos hechos resaltan de este resultado. El primero es el avance de la derecha y el retroceso consiguiente de la Concertación. El segundo es la confirmación de la tendencia aparecida en 2004 al quiebre del duopolio, apareciendo 54 alcaldías (15,6% del total) no alineadas. Los 32 alcaldes elegidos como independientes fuera de pacto en 2004 fueron en su mayoría absorbidos por los principales bloques, de modo que 15 de ellos se presentaron a la reelección dentro de la Concertación y 5 en la lista de la Alianza, mientras que solamente 8 se mantuvieron como independientes fuera de pacto, aunque en 3 casos con algún grado de acuerdo con la Concertación, que se omitió en su favor. Está por verse si nuevamente las principales coaliciones tienen capacidad de reabsorber a parte importante de esos alcaldes no alineados, que ahora gobiernan importantes ciudades, como Arica, Antofagasta, Calama, Copiapó, Vallenar, Villa Alemana, Talcahuano, San Pedro de la Paz, Victoria y Punta Arenas. El resultado de 2008 (149/142) contrasta fuertemente con lo ocurrido en 2004, que entregó 203 alcaldías para la Concertación y sólo 104 para la Alianza. Como suele ocurrir después de un buen resultado electoral, el peso de la prueba en los comicios siguientes lo tiene quien ha resultado previamente vencedor y debe igualar su performance previa. Además, siempre es más difícil defender posiciones conquistadas que atacar nuevas. La Concertación defendía prácticamente el doble de alcaldías, de manera que si ambas coaliciones hubieran tenido una capacidad similar de defensa de sus comunas, se habría producido de todas maneras un cambio favorable a la derecha. La diferencia en esta elección estriba en que, mientras la Concertación llevó a la reelección 177 alcaldes y reeligió sólo 109, es decir, tuvo una reelegibilidad alcaldicia del 61,6%, la Alianza presentó sólo 79 alcaldes a la reelección y eligió 58, con una tasa de reelegibilidad de 73,4%.
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ALCALDES ELECTOS SEGÚN BLOQUE POLÍTICO
Independientes sin clasificar
Lista PRI Juntos Podemos
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Concertación 149
7 7
21
7
Descolgados Concertación
Descolgados Alianza Fuerza del Norte (1)
Alianza 142
A la Concertación le ocurrió algo similar en 2008 de lo que ya le había sucedido a la Alianza en 2004 después de su excelente resultado de las municipales 2000. La Concertación ahora perdió 33 (37,9%) de los 87 alcaldes que se instalaron por primera vez en 2004 e intentaron su reelección, mientras sólo 5 (23,8%) de los 21 alcaldes de la Alianza en la misma condición no lograron ser reelectos. Aquí está quizás el principal factor explicativo del retroceso de la Concertación y el consiguiente avance de la derecha. El mismo contraste hubo para los alcaldes que buscaban su quinto periodo, pues la Concertación perdió 14 de 33 alcaldes (42,4%) mientras la Alianza perdió sólo 3 de los escasos 13 ediles (23,1%) que sobrevivieron a la marejada de 2004, que hizo caer a muchos alcaldes de derecha. Seis (23%) de los 26 alcaldes de 2 periodos que fueron a la reelección en la Alianza fueron derrotados, en tanto no lograron reelegirse 14 (38,8%) de los 36 (38,8%) de la Concertación. Los alcaldes de 3 periodos tuvieron, en cambio, similar suerte en ambos bloques: la Concertación perdió 7 (33,3%) de 21 y la Alianza 7 (36,8%) de 19. La explicación mayor del retroceso concertacionista y consiguiente avance de la derecha es el rendimiento diferente de los alcaldes de primer y de cuarto periodo, considerados en conjunto. Mientras la Concertación perdió 47 de los 120 alcaldes recién electos en 2004 o que ya completaban su cuarto periodo, la Alianza perdió sólo 8 de los 34 alcaldes de estas características que se presentaron a la reelección.
3.- EL RESULTADO EN POBLACIÓN GOBERNADA Éste es probablemente el índice más importante del resultado de la elección de alcaldes, mucho más importante que el número de comunas gobernadas, pues incorpora la dimensión de sus poblaciones. Más allá del impacto del día de la elección, donde los votos y número
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de alcaldes pueden tener alguna influencia, la proporción de población gobernada es el rasero más preciso del poder comunal de cada bloque y partido, de su capacidad de desplegar proyectos y programas políticos propios, su posibilidad de identificar una manera de gobernar diferenciada del resto, en fin, de su despliegue territorial durante los 4 años que median entre elección y elección.
POBLACIÓN GOBERNADA POR SECTOR POLÍTICO
Independientes 1,8%
Juntos Podemos 2,1%
Concertación 37,1%
Descolgados Concertación 6,8%
Lista PRI 2,5% Descolgados Alianza 1,5%
Alianza 48,1%
Si consideramos el universo de votos válidos en 2008 bajo los gobiernos comunales de todos los signos, el poder municipal de la Alianza pasa a ser mayoritario, pues gobierna al 48,2% de los electores y, si agregamos los alcaldes descolgados de la Alianza, su cobertura de gobierno local se eleva al 49,7%. Éste es sin duda el principal avance de los partidos de la Alianza en esta elección, que ponen el péndulo muy cerca de su extraordinario resultado de las municipales 2000, donde pasaron a gobernar al 52% de la población electoral, muy lejos de la catástrofe que experimentaron en 2004, cuando su cobertura de gobierno local descendió abruptamente a 31,8% de los electores. A la Concertación, por supuesto, le ocurrió exactamente lo contrario. Sus alcaldes en 2004 habían pasado a gobernar al 57,2% de la población electoral y ahora esa proporción cayó bruscamente al 37,1% y, si agregamos el 6,8% gobernado por alcaldes descolgados de la Concertación, la cobertura se eleva al 43,9%. Eso equivale a unos 350 mil votantes válidos menos que los gobernados por la Alianza.
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Nunca antes en la historia electoral democrática había habido tantos electores gobernados por alcaldes no alineados en los dos grandes bloques (14,7%). El grupo más importante es el salido de partidos de la Concertación, cuyos alcaldes gobiernan al 6,8% de la población electoral, seguidos por los de la lista PRI, que tienen una cobertura de 2,5%, los de Juntos Podemos, con 2,1%, los alcaldes independientes sin clasificar, que gobiernan al 1,8% y los descolgados de partidos de la Alianza, que cubren al 1,5% de la ciudadanía que emite válidamente su preferencia. Es cierto que en 1999 la derecha enfrentó la elección presidencial gobernando localmente sólo a 28% de los ciudadanos, pero la gran diferencia entre esa situación y las presidenciales 2005 es que en 1999 buena parte de los alcaldes concertacionistas completaba ya su segundo periodo y, en general, con alto nivel de desgaste, al punto que al año siguiente (municipales 2000) muchos de ellos perdieron la alcaldía. En la campaña electoral del 2005, la opción presidencial de la Concertación tuvo alcaldes de sus filas recién electos o reelectos en 57,2% del universo electoral del país y, si consideramos también a los independientes salidos de la Concertación, en un territorio donde votaba más del 62% de los chilenos. Ahora será la Alianza quien por primera vez se beneficie de la red de jefes comunales gobernando a la mitad de la población electoral del país, recién legitimados por el voto ciudadano. Este elemento es todavía más relevante para la derecha, pues viene a compensar el déficit estructural de inserción territorial de sus partidos, factor que ha conspirado contra sus posibilidades de triunfo en el pasado reciente.
4.- LA RENOVACIÓN DE ALCALDES En las elecciones municipales de 1996 cambió el 43% de los alcaldes que se había elegido en 1992. En las municipales del 2000, luego de un ejercicio de concentración de votos en las dos grandes coaliciones, el grado de renovación apenas disminuyó al 40 por ciento. Las primeras elecciones separadas de alcalde en 2004 redundaron en el recambio de 40,6% de los jefes comunales del país y en 2008 se renueva casi la mitad (47,2%) del elenco de alcaldes. Faltando todavía dos comunas por resolver, se reeligieron 182 alcaldes y están electos 163 nuevos, 21 más de los que se eligieron en 2004. En el sistema de elección conjunta, era frecuente ver cómo el cambio de alcalde se producía dentro del mismo bloque político. Cuando se inauguró la elección separada de alcalde en 2004, se tendió a confirmar como candidatos a prácticamente todos los ediles, concurriendo a la reelección 304 de los 341 de entonces (89,1% del total). Fracasaron en su intento de reelegirse 99 de ellos, uno de cada tres alcaldes (32,6%). Ahora fueron 271 los que se presentaron a la reelección (78,6%) y se reeligieron 179, lo que representa 66% de reelegibilidad; 92 no lograron ser reelectos, la misma fatídica proporción de uno cada tres (33,9%) de la elección anterior. Aumentó la renovación de alcaldes, porque en 2008 hubo más que no se presentaron a la reelección, las más de las veces obligados por circunstancias
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legales que inhabilitaban a los candidatos o complicaciones que llevaron a sus partidos a no incluirlos en sus elencos. Son excepcionales los casos de alcaldes que no van a la reelección por propia decisión o luego de un proceso de evaluación que concluya la conveniencia de cambiar el candidato. Llama la atención que, al contrario de lo que se proyecta como imagen, en cuatro elecciones realizadas bajo distintas condiciones político-electorales, se produzca tan alto nivel de recambio de la elite comunal. Con el poder y las atribuciones que tienen nuestros alcaldes, se sabe lo difícil que resulta derrotar electoralmente a quien ha realizado bien su labor, particularmente por las extensas clientelas sociales que genera la acción municipal. Sin embargo, se mantiene persistente una tasa de fracaso que compromete a uno de cada tres ediles que va a la reelección. De los 8 alcaldes que intentaron cambiar de comuna, sólo tuvieron éxito el UDI de La Florida que se eligió en Santiago y el aliancista de Torres del Paine para ser reconocido como líder de Natales, mientras que fracasaron el alcalde UDI de Estación Central que no logró ser elegido en La Florida, el aliancista de Vichuquén en su intento en Santa Cruz, la alcaldesa de la Alianza en Alto del Carmen fracasó en su intento en Combarbalá, el ex PPD de Huasco compitió en Vallenar sin éxito, el radical de Yerbas Buenas no logró ser electo en la comuna vecina de Colbún como independiente fuera de pacto, y el alcalde DC de Chillán Viejo fracasó en su intento de elegirse en la comuna madre (Chillán). REELEGIBILIDAD DE LOS ALCALDES* Partido /Pacto
Alcaldes 2004
Alcaldes a la reelección No van
Postulan
Resultados Reelectos
%
DC PS PPD PRSD TOTAL CONCERTACION ALIANZA RN UDI TOTAL ALIANZA INDEPENDIENTES JP+ PNORTE / ANI TOTAL OTROS
101 49 39 14 203 15 38 51 104 32 4 2 38
19 10 6 5 40 5 11 12 28 4 1 1 6
82 39 33 9 163 10 27 39 76 28 3 1 32
52 22 21 5 100 6 23 28 57 19 2 1 22
63,4 56,4 63,6 55,6 61,3 60,0 85,2 71,8 75,0 67,9 66,7 100,0 68,8
TOTAL
345
74
271
179
66,1
No Reelectos 30 17 12 4 63 4 4 11 19 9 1 0 10
% 36,6 43,6 36,4 44,4 38,7 40,0 14,8 28,2 25,0 32,1 33,3 0,0 31,3
92 33,9
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Aquí está señalada la condición política en la que fueron elegidos en 2004, independientemente de que en 2008 compitieran bajo otra denominación.
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El éxito de los alcaldes en su reelección difiere significativamente en 2008 según se trate de la Alianza o de la Concertación. Ésta es la principal clave explicativa del triunfo en alcaldes de la Alianza. Si consideramos los alcaldes según el color político bajo el cual se presentaron a la reelección, de los 78 alcaldes de la Alianza se reeligieron 56 (71,8% del total), mientras que de los 177 que presentó la Concertación se reeligieron 109, con 61,6% de re-elegibilidad. Sucedió en 2008 lo mismo que en 2004, que la ciudadanía premia y castiga con el voto la calidad y cercanía de la gestión de sus alcaldes, así como su capacidad para continuar representando la promesa de un futuro mejor para sus comunas. La voluntad de cambio perjudicó ahora a la Concertación, que defendía más del doble de alcaldes que la Alianza. Los más castigados fueron los alcaldes electos en 2004 que no satisficieron las expectativas generadas por su elección y aquellos que ya llevaban cuatro periodos de gobierno comunal y la voluntad de cambio se había hecho mayoritaria.
5.- EL ORIGEN DE LOS ALCALDES ELECTOS Es evidente que la mejor posición para ganar una alcaldía es la de ser alcalde. Dos tercios de los que van a la reelección tienen éxito. Si en 2004 tuvieron mejor reelegibilidad (76,5%) aquellos que iban por su tercer periodo, en 2008 no hay grandes diferencias entre los alcaldes de 4 periodos que van a la reelección (62,5% se reelige), los que llevan uno solo (se reelige 64,9%), y los de dos y tres periodos con cifras muy similares (64,6% y 65,9%, respectivamente). En todo caso, los 163 alcaldes que inician su primer periodo de gobierno comunal más que triplican a los ediles que comenzarán su cuarto y quinto periodo consecutivo. Poco menos (214) de dos de cada tres de los 345 alcaldes del 2008-2012 ha sido alcalde en el pasado. A los 182 reelectos se agregan 3 alcaldes elegidos por sus respectivos concejos municipales por renuncia o destitución del titular, 2 alcaldes que gobernaban en otras comunas, y 31 ex alcaldes que regresan a sus funciones después de al menos un periodo de ausencia en el Concejo Municipal. Uno de cada tres (30%) de los nuevos alcaldes elegidos en octubre de 2008 construyó su plataforma de legitimidad y credibilidad para ganar la elección, desde su rol de concejal en la comuna, en su trabajo de colaboración y/o de oposición a la gestión edilicia. Los concejales son claramente la principal fuente de recambio del liderazgo comunal. Finalmente, sólo la cuarta parte (44) de los nuevos jefes comunales elegidos en 2008 son personas que no han tenido participación electoral previa en la comuna y construyeron desde otro ámbito su adhesión electoral. Es evidente que con el tiempo se ha ido configurando una suerte de carrera municipal, cuyos líderes dominan ampliamente (87,2%) las alcaldías. Cuando se eligen como alcaldes, tienden a buscar su continuidad; si se eligen como concejales esperan y preparan las condiciones para llegar a ser alcaldes; y, si por alguna circunstancia pierden o se retiran, intentan más tarde regresar a la conducción comunal. Auth
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Cuando se trata de cambiar al alcalde, el electorado prefiere, en general, darle la oportunidad a un nuevo liderazgo en lugar de optar por el regreso de aquellos que ya tuvieron la posibilidad de dirigir la comuna. 31 (38,3%) de los 81 ex alcaldes que lo intentaron en sus comunas, lograron recobrar su condición. La gran mayoría de ellos (24) había dejado la alcaldía en la elección de 2004. En algunas comunas incluso se trata de un ejercicio de alternancia sucesiva. Sólo cinco electos en 1996 vuelven después de ocho años fuera y apenas dos de la primera generación de alcaldes elegidos en 1992 tienen éxito en ser electos en 2008. De los alcaldes que lograron regresar de inmediato, 14 están en las filas de la Alianza, sólo 4 en las de la Concertación y 6 son independientes –3 descolgados de la Alianza y 2 descolgados de la Concertación–. Los dos que consiguen regresar desde la condición de alcalde a inicios de los noventa son el radical de Quirihue y el democratacristiano de Dalcahue, en ambos casos permanecieron como concejales hasta el 2004 y fracasaron en el intento de elegirse como alcaldes en la elección pasada. El alcalde PS de Lota en 1992-2000 regresa ahora como independiente en la lista Juntos Podemos, después de haber sido concejal y candidato independiente derrotado en 2004. La misma situación pero sin cambio de partido es la del alcalde socialista en Fresia. En San Rosendo y Curarrehue, los alcaldes RN elegidos en 1996 y convertidos en concejales en 2000, perdieron en su intento de llegar a la alcaldía en 2004 y ahora logran ser electos. El alcalde UDI de 1996-2000 en Porvenir fue concejal desde 2000 a 2008 y vuelve ahora a la alcaldía.
ALCALDES ELECTOS SEGÚN POSICIÓN PREVIA
EX CONCEJAL 4
QUINTO PERIODO 30
CONCEJALES 2004 46
CUARTO PERIDO 26 NUEVO 44
TERCER PERIODO 45
EX CANDIDATO ALCALDE 2004 33
SEGUNDO PERIODO 81
EX ALCALDE 2004 28
ALCALDES DE OTRA COMUNA 2
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CONCEJAL - ALCALDE 7
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De los 24 alcaldes que regresan después de haber sido derrotados en 2004, nueve ya tenían tres periodos de gobierno comunal. Es el caso de los RN de Río Hurtado y Mariquina, así como del alcalde UDI de Corral; los DC de San Pedro y de Freire, así como el socialista de Santa Cruz; como independientes fuera de pacto vuelven el alcalde ex UDI de El Carmen y el ex PPD de Canela, que se rebeló al pacto de omisión de la Concertación con el Partido Comunista. A ellos se suma el alcalde electo de Peralillo, que dejó de ser alcalde de su comuna cuando intentó en 2004 ganar la alcaldía vecina de Santa Cruz, y el de Quellón, que no postuló a la reelección en 2004 y ahora vuelve a la jefatura comunal. El alcalde de Ercilla, por su parte, ha sido elegido intermitentemente desde 1992. Otros cinco habían gobernado desde 1996 al 2004, como es el caso del alcalde UDI de Vicuña, hoy día elegido como independiente fuera de pacto, así como los RN de Rengo y Teodoro Schmidt, la UDI de Molina y el alcalde PPD de Malloa, que regresan después de dos periodos comunales. Ocho alcaldes recién electos gobernaron previamente sólo durante 2000-2004: seis de la Alianza en Pencahue, Longaví, Arauco, Melipeuco, Gorbea y Cochrane, un descolgado de la Alianza en Florida y otro descolgado de la Concertación (ex PS) en Quintero.
6.- CAMBIOS DE SIGNO POLÍTICO Independientemente del resultado global para las coaliciones y para los partidos, toda elección municipal comporta siempre derrotas y victorias alcaldicias. Lo que determina el éxito o fracaso es la relación entre ambas, es decir, cuántas comunas se pierden y cuántas se ganan, tanto en número como en importancia. Lo que sucedió en esta elección es que la Concertación perdió 97 comunas y sólo conquistó 43, mientras la Alianza perdió 40 y ganó 77 nuevas comunas, determinando que la Concertación baje de 203 a 149 alcaldes y la Alianza suba de 104 a 142.
FLUJO DE ALCALDES POR SECTOR POLÍTICO
Tenía RN UDI ALIANZA
DC PS PPD PRSD
OTROS TRICEL Auth
García
Tiene
2004 38 51 15
PERDIO GANO 14 41 19 35 14 9
2008 65 67 10
104
47
85
142
101 49 39 14 203
47 25 17 7 96
12 11 15 4 42
66 35 37 11 149
38
26
42
54
345
169
169
345 11
La Alianza le arrebató a la Concertación 67 alcaldías, mientras la Concertación sólo conquistó 27 comunas gobernadas por la Alianza, lo que redunda en un flujo mayoritario hacia la coalición opositora. 30 comunas gobernadas por la Concertación cayeron en manos de terceros, de Juntos Podemos, lista PRI y, en su mayoría, independientes fuera de pacto, buena parte de ellos salidos de la Concertación. Las principales comunas ganadas por la Concertación a la oposición son Calera y Los Andes por la DC, Santa Cruz, Aisén y La Florida por el PS, Melipilla y Pucón por el PPD. Las principales comunas ganadas por la Alianza son Iquique, Valparaíso, Rancagua, Talca, Linares, Chillán, Temuco, Conchalí y Cerro Navia. Como se ve, se trata de ciudades y comunas incomparablemente más grandes y relevantes que las conquistadas por la Concertación, con la sola excepción de La Florida. La diferencia de flujos entre la Alianza y la Concertación es amortiguada en parte porque la coalición de gobierno recupera 16 comunas que eligieron alcalde independiente o ANI1 en 2004, mientras la Alianza consigue ganar sólo en 9 de ellas. La verdad es que, para la Concertación, se trata en la mayoría de los casos (12) de la (re)incorporación del alcalde: a la DC en Tocopilla, Olmué y Treguaco, al PS en Pitrufquén, al PRSD en San Antonio y al PPD en Caldera, Ovalle, Coihueco, San Fabián, Saavedra, Chile Chico y Lonquimay, este último electo como ANI. El cuadro anterior contiene los datos más demostrativos del triunfo aliancista en octubre de 2008, pues muestran que hubo una nítida tendencia en su favor, quebrando la distribución estadística de éxitos y fracasos. En jerga futbolística, la Alianza ganó prácticamente todas las pelotas divididas, es decir, se quedó con la victoria en la gran mayoría de las comunas donde se preveía una competencia cerrada con la Concertación.
7.- LA COMPETENCIA POR LAS ALCALDÍAS La separación de la elección del alcalde de la de los concejales trajo aparejado un aumento significativo de la votación con que resultan electos los alcaldes. Si en 2000, más de un tercio (36,4%) de los jefes comunales fue elegido con menos de 35% de los votos, en 2004 esos casos se redujeron a 14 (4,4% del total) y en 2008 fueron 19 (5,5%), confirmando el efecto estructural del cambio de sistema. El porcentaje promedio de votación, que había sido de 39,1 en 2000 y subió a 52,2% en 2004, ahora se estabiliza en 51,4% de los votos. Más de la mitad (183) de los alcaldes fue electo con mayoría absoluta, situación que en 2000, bajo el antiguo sistema, compartían apenas 16,7% de los elegidos. Las grandes votaciones edilicias se distribuyen de manera bastante equilibrada entre las 2 grandes coaliciones. La Concertación coloca 20 de los 38 alcaldes electos con más de dos tercios de los votos válidos -12 DC, 5 PPD y 3 PS-, en tanto la Alianza sitúa 18 alcaldes en el listado de los más votados (agregando Río Verde, donde no hubo competencia). Hay sólo una gran votación no alineada, correspondiente a la del alcalde ex DC y ahora PRI de Chimbarongo. 1
La sigla se refiere al partido Alianza Nacional de los Independientes.
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Si observamos en cambio, las votaciones de los alcaldes electos con votaciones bajo el 40% (44), veremos que hay una presencia más numerosa de los no alineados (14 independientes fuera de pacto, 3 de la lista PRI y 1 de Juntos Podemos). De todas maneras, 15 alcaldes de la Concertación y 11 de la Alianza se eligieron con bajas votaciones, siempre en el marco de una competencia en la que participaron tres o más candidatos. De cualquier modo, la competencia por la alcaldía bajo el sistema de elección separada de alcalde y concejales tiende a ser en general más concentrada y menos difusa, a oponer bloque contra bloque. Aunque la situación fue algo más fluida en esta elección respecto de la precedente. Además de omitirse en 16 comunas, la Concertación no estuvo realmente en la pelea por la alcaldía en otras 60 comunas. Esto significa que participó de la competencia por elegir al alcalde en 269 comunas, que equivalen al 78% del total. El candidato concertacionista arribó en sexto lugar en Colbún, quinto en Vicuña, cuarto lugar en 3 comunas (Quintero, Penco y Traiguén), y tercero en 33 comunas, donde destaca Arica, Iquique, San Felipe, Villa Alemana, Estación Central, Vitacura, Constitución y Talcahuano. También hay que considerar otras 22 comunas donde el candidato concertacionista llegó segundo, pero a más de 30 puntos porcentuales del alcalde electo. Las principales, a más de 40 puntos de distancia del ganador, son Las Condes, Viña del Mar, Puente Alto, Peñaflor y Villarrica; a más de 30 puntos están Cerrillos, Providencia, Colina, Renca, Chillán y Concepción, entre otras. La Alianza se omitió sólo en 5 comunas, pero no compitió realmente por la alcaldía en otras 99 comunas. En 3 comunas sus candidatos arribaron en quinto lugar (Tocopilla, Petorca y Colbún), cuartos en 16 comunas (San Antonio y Constitución son las más grandes), llegaron terceros en 56 comunas, entre las que destacan Antofagasta, Calama, Copiapó, Coquimbo, Huechuraba, Illapel, Lota, Punta Arenas, Quilicura, San Pedro de la Paz, San Ramón, Tomé y Vallenar. En la mayoría de estas comunas donde quedaron fuera de la disputa por la alcaldía, hubo arreglos de apoyo más o menos explícitos con otra candidatura por parte de uno o ambos partidos, o de algún parlamentario. El caso más inesperado es el respaldo público de la senadora Matthei al candidato de la Democracia Cristiana en Coquimbo para evitar el triunfo de la independiente ex DC, esposa del anterior alcalde de la ciudad. El más previsible es el de Huechuraba, donde se inscribió un candidato que no hizo campaña para favorecer la reelección de la Alcaldesa ex UDI. Los candidatos de la Alianza llegaron en segundo lugar pero a más de 30 puntos del alcalde electo en 24 comunas del país. Las principales a más de 40 puntos son Hualpén, La Granja, La Pintana, Macul, Pudahuel y Maipú; a más de 30 puntos porcentuales de los alcaldes electos están los candidatos aliancistas de San Joaquín, Lo Prado, San Fernando y Puerto Montt.
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Juntos Podemos presentó candidato a alcalde en 191 comunas. Sólo 18 de sus candidatos superaron el 20% de los votos válidos, 8 de ellos favorecidos por la omisión concertacionista. La coalición de izquierda extraparlamentaria participó con alguna opción en la competencia por la alcaldía en 15 comunas: Pica, Canela, Los Vilos, Catemu, Vichuquén, San Juan de la Costa, Futaleufú y Estación Central, además de las siete comunas donde eligió alcalde. También estuvo muy cerca de ganar en Canela, donde quedó a 3,9 puntos porcentuales del ex alcalde descolgado de la Concertación, con omisión formal de ésta; en Los Vilos (a sólo 2,9), a dos bandas con el candidato aliancista, y en Estación Central (a 4,8), donde el candidato DC arribó tercero con 20,9% de los votos. La lista PRI llevó 103 candidatos a alcalde y 29 de ellos obtuvieron más del 20% de los votos válidos. Compitió realmente por la alcaldía en 22 comunas: Pozo Almonte, Freirina, Juan Fernández, San Felipe, Nancagua, Pelluhue, Pinto, Quilaco, Quilleco, Tomé, Lumaco, Cochamó, Purranque, Guaitecas y San Ramón, además de aquellas siete comunas donde ganó la alcaldía. Compitieron 264 independientes fuera de pacto y 100 obtuvieron sobre 20% de los votos válidos. Hay 98 comunas del país (28,4% del total) donde un independiente participó en la competencia por la alcaldía. Además de las 39 comunas donde se eligió un alcalde independiente fuera de pacto, hay otras 61 donde compitió algún independiente con posibilidades, entre las cuales se encuentran las comunas de Ovalle, Coquimbo, Concón, Santa Cruz, Constitución, Los Ángeles, Penco, Angol, Coyhaique, Talagante y Vitacura. En Peumo, Constitución, Colbún, Traiguén y Alhué, los candidatos que arribaron en primer y segundo lugar en la disputa por la alcaldía son independientes fuera de pacto. En Ovalle y Sierra Gorda también participaron dos independientes en la competencia junto a una candidatura de algún pacto electoral. Candidaturas independientes estuvieron muy cerca de ganar en Lago Verde, Litueche (ambos resueltos por el Tricel), Cabo de Hornos y Concon. También tuvieron opción real los candidatos independientes de Huasco, Algarrobo, Pumanque, Bulnes, Los Álamos, San Fabián, Lonquimay y Nueva Imperial. El hecho relevante de esta elección es el quiebre del duopolio. La competencia es entre candidaturas de la Concertación y de la Alianza en 217 comunas del país (62,9% del total). Hay 67 comunas (19,4%) donde ninguna de ambas coaliciones participa de la competencia por la alcaldía y otras 61 donde sólo una de ellas compite con un independiente o un representante de otro pacto electoral.
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8.- EL QUIEBRE DEL DUOPOLIO La aparición en 2004 de un número significativo de alcaldes no alineados en los grandes bloques se consolida en esta elección, aumentando el número de alcaldes independientes fuera de pacto, los de Juntos Podemos y de una nueva fuerza política, el PRI. Éste es un efecto evidentemente asociado a la separación de la elección del alcalde de la de concejales, que incrementa la visibilidad de la elección del alcalde, al separar física y conceptualmente lo que antes era separado sólo por la vía de la campaña, el grupo de candidatos que competía por la Alcaldía de aquel que concursaba en verdad por un lugar en el Concejo Municipal. A los electores les cuesta mucho menos saber lo que se está eligiendo e identificar a los candidatos, de manera que se fortalece la personalización de la elección del alcalde. En los hechos desaparecen las listas en la papeleta de alcaldes, cuando cada opción presenta un solo candidato que no acumula votos con ningún otro. Eso hace mucho más accesible el sistema a liderazgos locales sin alineamiento político o en ruptura con sus partidos, pues compiten en un pie de mayor igualdad con los abanderados de las grandes coaliciones. Si en 2000 se eligió un solo alcalde comunista y otros 6 no alineados, y en 2004 se eligieron 37 alcaldes que no pertenecían ni a la Concertación ni a la Alianza, ahora ese número se elevó a 53, y ya no sólo en comunas pequeñas y medianas, sino en ciudades relevantes como Arica, Antofagasta o Punta Arenas, entre otras. La elección separada de alcaldes –al obligar a elegir un solo candidato de cada coalicióngeneró una inevitable respuesta local cuando los bloques distribuyeron las candidaturas para cada Partido sin consideración a la fuerza y legitimidad de los distintos liderazgos comunales. Varios alcaldes u otros líderes locales –concejales en su mayoría- que por diversas razones no fueron nominados por sus partidos, o al ver que la candidatura de alcalde en su comuna recaía en otra fuerza política producto de la negociación centralizada de los cupos, renunciaron previamente a sus respectivos partidos para concursar como independientes. Se presentaron esta vez 264 candidatos independientes (21,5% del total) fuera de pacto en 169 comunas del país, que representan 38,2% del electorado nacional. Fueron electos 40 alcaldes en calidad de independientes fuera de toda lista o pacto electoral y gobiernan localmente al 10,2% de los votantes. Su performance promedio fue de 18,2% de los votos. Cuando se analiza el origen político de las candidaturas independientes, se puede identificar a 88 que salieron de la Concertación -32 DC, 24 PPD, 19 PS y 10 PRSD- a 37 que provienen del campo derechista -20 UDI y 13 RN- y 1 al Juntos Podemos. También hay 38 candidatos que tienen experiencia electoral como independientes fuera de pacto. En 2004 se eligieron 19 alcaldes salidos de partidos de la Concertación. Ahora son 21 los candidatos independientes fuera de pacto provenientes de la Concertación que tuvieron éxito en elegirse como alcaldes. En 2 casos, se trata de alcaldes independientes ex DC
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reelectos con omisión de la Concertación (Las Cabras y Pelarco), en acuerdo con la Democracia Cristiana. También se reeligieron los alcaldes independientes ex DC en San Esteban y Cartagena, compitiendo en ambos casos con candidaturas del PPD. Podríamos agregar a los alcaldes salidos de la Concertación al de Camarones, donde ganó un ex concejal PPD en la lista Fuerza del Norte, a la alcaldesa ex DC y al candidato oficial de ese mismo partido. Hay seis comunas arrebatadas a la Alianza por descolgados de la Concertación. Es el caso de Arica, donde gana un concejal ex PPD; de Renaico y Traiguén, donde ganan líderes locales también salidos del PPD; de Curacautín, donde un ex concejal salido de la DC gana a pesar de la candidatura oficial del PPD; de Requínoa, donde otro concejal ex DC le gana a la UDI; y finalmente de Quintero, donde el ex alcalde PS recupera la comuna en una competencia múltiple con un candidato PPD por la Concertación. En Canela, el ex alcalde se sale del PPD cuando el partido se declara tempranamente favorable a un pacto por omisión, y recupera su condición, derrotando al alcalde del Partido Comunista. En Llanquihue, donde había sido electo un alcalde descolgado de la Alianza en 2004, un ex concejal PS gana la alcaldía a pesar de competir con un candidato oficial DC. El Partido Socialista pierde las alcaldías de Vallenar y Lolol frente a líderes comunales salidos del propio PS, la de Los Lagos frente a un concejal ex DC, y las de Peumo y San Pedro de la Paz en manos de concejales salidos del PPD. La Democracia Cristiana pierde la alcaldía de Quilicura porque la sucesora oficial de la alcaldesa pierde frente al concejal salido de la propia DC, la de Chillán Viejo frente a un independiente concertacionista y también la de Talcahuano, en manos del concejal salido del PS luego del incumplimiento de un acuerdo de primarias suscrito al momento de definir el reemplazante del alcalde DC fallecido hace algunos años. Finalmente, en Antofagasta se repite el triunfo de 2004 de una candidatura independiente, esta vez salida del PPD. Siete candidatos salidos de la Alianza (en 2004 fueron seis), por su parte, se convirtieron en alcaldes. Sólo en dos casos le ganaron a alcaldes de la Concertación (El Carmen y Florida); en Huechuraba, como se sabe, hubo implícito acuerdo entre la UDI y la alcaldesa salida de sus filas para asegurar su reelección; en Santo Domingo, el alcalde logró imponer a su hijo por sobre el candidato oficial de la Alianza, en Sierra Gorda se reeligió por fuera el alcalde ex RN, el ex alcalde UDI de Vicuña le devolvió la mano a la alcaldesa elegida como independiente y ahora en las filas de RN, y el concejal ex RN le arrebató a la UDI la alcaldía de Villa Alemana. Pensamos en 2004 que la magnitud de este fenómeno obligaría a las coaliciones en 2008 a distribuirse los cupos y a seleccionar sus candidatos con mayor consideración a los liderazgos comunales concretos y sus respectivas fortalezas. Lamentablemente ello no ocurrió sino en una ínfima proporción, permaneciendo más o menos inalterado el criterio del utis posidetis por sobre el de la calidad de la gestión alcaldicia y la evaluación ciudadana de los líderes comunales.
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El único antídoto posible a la pérdida creciente de la capacidad de ambos bloques –más pronunciada en la Concertación- para disciplinar a sus líderes comunales detrás de una sola candidatura a alcalde sería el establecimiento de primarias abiertas vinculantes, para definir cualquier controversia respecto de quién es el mejor abanderado de cada coalición. De no ocurrir así, habrá más descolgados e independientes que perturbarán de modo creciente la competencia entre los candidatos de los principales bloques políticos. Fueron electos, además, 11 alcaldes independientes que no han podido ser clasificados según su origen político en la Alianza o la Concertación. Está el alcalde de Alhué, que fue reelecto nuevamente con omisión de la Concertación, y los que ganaron en Andacollo, Petorca, Pichilemu, Constitución, Colbún, Hualqui, Ercilla, Puqueldón y Torres del Paine. Mención especial merece Punta Arenas, donde un conocido locutor deportivo identificado con el mundo de izquierda, vuelve como hijo pródigo y es electo alcalde con el apoyo del senador independiente de la región, derrotando al titular DC. Hay 14 comunas donde el factor PRI teóricamente habría permitido que la Concertación le ganara a la Alianza: Chanco, Curicó, Molina, Mostazal, Mulchén, Padre Las Casas, Porvenir, Puyehue, Quilleco, Rancagua, Talca, Teodoro Schmidt, Valparaíso y Yungay. Ello bajo el frágil supuesto de que la votación recibida por sus candidatos se habría orientado hacia la Concertación de no estar ellos en la papeleta. La suma de los votos de la candidatura de Juntos Podemos y la de la Concertación es mayor que el caudal de votos obtenido por el alcalde electo de la Alianza en una decena de comunas, donde si el acuerdo de omisión las hubiera incluido, teóricamente la Concertación habría ganado la alcaldía. Ello es muy claro en Valparaíso, Conchalí, Recoleta, Talca, Coronel, Catemu y San Juan de la Costa. Es menos evidente en Longaví, La Unión y Yungay. Hay un pequeño grupo de comunas donde la Concertación habría podido probablemente ganar si hubiera enfrentado la elección con una sola candidatura, es decir, sin candidatos descolgados. Aquí están Bulnes, Panguipulli, Panquehue, Coyhaique y Natales, con menos claridad también General Lagos y Curarrehue. En la mayoría de ellas, sí, el candidato con mayor respaldo fue el independiente descolgado de la Concertación. La Alianza, por su parte, perdió la alcaldía en Litueche por poner un candidato oficial distinto del ex alcalde, que corrió como independiente y arribó a poquísimos votos del alcalde DC reelecto. Hasta ahora la capacidad de las dos grandes coaliciones para reabsorber a los independientes una vez electos ha sido muy grande. En 2004 se eligieron 32 alcaldes independientes fuera de pacto y sólo 4 no fueron a la reelección en 2008. De los 28 que sí se presentaron, sólo 5 lo hicieron verdaderamente como independientes, en competencia con los grandes bloques (San Esteban y Cartagena, que fueron reelectos, y Concón, Santa Cruz y Paillaco, que fracasaron en el intento). 7 formaron parte del elenco del PPD, 6 se sumaron a la lista DC, además de 3 que concordaron el apoyo de ese partido y de la Concertación a sus candidaturas independientes (Las Cabras, Pelarco y Alhué), 1 PS y 1
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PRSD, completando 18 apoyados por la coalición de gobierno. Con la Alianza se fueron otros 5 alcaldes (3 a la UDI y 2 a RN). Está por verse lo que ocurrirá en el futuro próximo, con los 39 independientes electos ahora, así como también con los alcaldes elegidos en la lista PRI y los dos independientes de Juntos Podemos, uno de los cuales era concejal democratacristiano. Se puede prever que la proximidad de la definición presidencial será un factor que presionará fuertemente para la realineación de todos estos líderes en torno a las dos principales opciones políticas que disputarán la presidencia de Chile. Probablemente resistirá esta presión sólo un puñado de estos 48 líderes locales, hasta ahora no alineados.
9.- NÚMERO DE ALCALDES POR PARTIDO Todos los partidos de la Concertación disminuyeron en número de alcaldes, aunque los más afectados fueron la Democracia Cristiana y el Partido Socialista. La DC obtuvo menos alcaldes que nunca desde 1992, situándose por debajo de la UDI y casi empatada con RN si se atribuyen los alcaldes inscritos por dichos partidos en calidad de independientes. La UDI obtuvo un excelente resultado en alcaldes, lo que la sitúa muy cerca de su posición del 2000 y a RN también le va bien, pero a considerable distancia del liderazgo alcaldicio de las municipales 2000.
NÚMERO DE ALCALDES POR PARTIDO 2000/2004/2008
120 100
2000
101
2004
2008
88 72
80
67
66
60
51
49 3937
40
35
65
48
45
47
38
35
34
29 1614
20
15
11
10 4
6
7
1
JP
AL I
N EA
D O
S
AN ZA O N
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D .A LI
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D PR S
PS
D PP
D C
0
También se observa un crecimiento importante de Juntos Podemos, que se beneficia del pacto por omisión establecido con la Concertación. Se consolida igualmente el fenómeno de los no alineados, que apareció por primera vez en 2004 en volúmenes significativos.
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10.- LA SEVERA CAÍDA DC La DC había aumentado de 88 a 101 alcaldes en 2004, incrementando su área de gobierno local del 24,7 al 30,8% de la población electoral. Ahora retrocedió más allá incluso de sus posiciones del 2000, para reducirse a 66 alcaldes (incluidos 7 independientes) que gobiernan para el 17,3% de la población electoral. En esta vuelta, la Democracia Cristiana ha perdido gobierno sobre unos dos millones de habitantes. Este es el factor más contundente de retroceso para la DC, que además pierde el lugar de primer partido en alcaldes de Chile, para situarse segundo detrás de la UDI, cuando se consideran sus independientes. La Democracia Cristiana presentó 148 candidatos a Alcalde, compitiendo ante poco menos de la mitad (47,8%) del electorado del país. La proporción de electos DC descendió de 62,5% en 2004 al 44,6% de sus candidatos en 2008. El resultado promedio de los candidatos a alcalde de la DC bajó también de 45,9 a 41,5%. La DC defendía 97 de sus 101 comunas, habiendo cedido Temuco, Maule y Chimbarongo al PPD y Quellón al PS, en ninguna de las cuales pudo ganar la Concertación. Retuvo 54 comunas y perdió 43 de las 97 donde había elegido alcalde en 2004 y había ahora candidato democratacristiano. La Alianza le arrebató Freirina, Río Hurtado, Panquehue, Valparaíso, Rancagua, Mostazal, Placilla, Hualañé, Maule, San Clemente, San Rafael, Pencahue, Cauquenes, Chanco, San Carlos, San Rosendo, Ranquil, Coelemu, Quilleco, Yungay, Villarrica, Río Bueno, Mariquina, Ancud, Quellón, Palena y Cochrane. En la Región Metropolitana le ganó la Alianza en Lampa, Paine, y San Bernardo. Perdió a manos de la lista PRI las comunas de Calama y Victoria. Independientes descolgados de la Concertación se quedaron con Camarones, Quilicura, Chillán Viejo y Talcahuano. Un descolgado de la Alianza les ganó en El Carmen e independientes sin clasificar le arrebataron las alcaldías de Andacollo, Petorca, Pichilemu, Constitución, Hualqui y Punta Arenas. El PDC ganó 12 comunas nuevas, 4 de ellas por el reclutamiento del alcalde UDI de Empedrado y la recuperación de los ex DC de Tocopilla, Olmué y Treguaco. Las 8 victorias nuevas conseguidas en esta elección son Calera, Los Andes, Concon, San Pedro, Temuco, Ninhue, Freire y Dalcahue. Completamente ausente en las regiones de Arica-Parinacota, Tarapacá y Atacama, la DC tiene una comuna pequeñísima en cada una de las dos regiones del Sur Austral y también apenas un solo alcalde de comuna pequeña en la nueva Región de Los Ríos. Su mayor fortaleza, en cambio, la tiene en la Región de Los Lagos, donde gobierna al 36,7% de los electores con 10 alcaldes, entre ellos los de Osorno y Castro. Al mantener Coquimbo, preserva su influencia en la IV Región con sólo 2 comunas pero gobernando al 29% de los electores. En la Región Metropolitana, donde gobierna 19,6% de los ciudadanos del Gran Santiago y administra 10 comunas, entre ellas Maipú, Peñalolén, La Granja y Macul,
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reeligió a algunos de sus alcaldes con muy altas votaciones. Le sigue la V Región, donde mantiene una presencia importante con 12 comunas, y aunque pierde Valparaíso, gana Los Andes, Calera y Concon, gobernando al 22,8% de los electores de la Región. Tiene 7 comunas en la Región de la Araucanía, las más grandes son Lautaro, Nueva Imperial y Freire, lo que le da gobierno sobre 16% de los ciudadanos. En la Región de O’Higgins retrocede a 4 comunas y al perder Rancagua se limita a gobernar al 13,9% de la población electoral. En la Región del Maule hay alcalde DC en 5 comunas –Parral y San Javier, entre ellas- y gobierna localmente al 13,5% de los electores. En la Región del Bío-Bío perdió 8 de las 19 comunas que tenía y ganó sólo 3 nuevas, quedando con una presencia de gobierno del 11,1%, donde destacan Tomé, Curanilahue y Cabrero. Finalmente, en la Región de Antofagasta, con 2 comunas (Tocopilla y San Pedro de Atacama) gobierna al 7,8% de los electores regionales. Habrá que ver lo que ocurre en la relación de la DC con líderes locales de origen democratacristiano que se eligieron como alcaldes en varias comunas. En Las Cabras y Pelarco la DC derechamente se omitió a favor de alcaldes independientes salidos de sus filas en épocas previas, por lo que su vínculo con el partido es evidente. También se reeligieron alcaldes independientes ex DC en Cartagena y San Esteban, pero allí en competencia con candidatos del PPD representando a la Concertación. En Los Lagos, un concejal salido de la DC le ganó al alcalde PS, mientras en Curacautín un líder comunal que participó en el proceso interno DC le ganó la alcaldía a la Alianza en calidad de independiente fuera de pacto. Finalmente, en Quilicura un concejal ex DC que resistió la nominación de la hija de la alcaldesa como heredera, logró convertirse en alcalde.
11.- EL RETROCESO SOCIALISTA El Partido Socialista, con sus 49 alcaldes, gobernaba al 14% de los chilenos. Ahora, con 35 ediles, gobernará al 11,1% de los ciudadanos del país. Presentó 79 candidatos a alcalde ante el 24,8% de los electores del país, eligiendo al 44,3% de sus candidatos (en 2004 había elegido al 60,5%). El resultado promedio de los candidatos a alcalde del PS bajó del 45,8% en 2004 al 40,2% en 2008. El PS defendió 46 de sus 49 comunas, entregando previamente Los Vilos a Juntos Podemos en el marco del acuerdo de omisión en alcaldes, Talca y Panguipulli al PRSD. En los tres casos ganó la derecha. Mantuvo 23 de las 46 comunas defendidas, perdiendo 13 a manos de la Alianza: Tierra Amarilla, Chépica, Licantén, Río Claro, Linares, Bulnes, Coronel, Tirúa, Laja, Porvenir, El Monte, Padre Hurtado y San José de Maipo. Ex socialistas le ganaron en Copiapó y en Vallenar. Concejales ex PPD ganaron en Peumo y San Pedro de la Paz. En Los Lagos el alcalde fue derrotado por un concejal ex DC. Un descolgado de la Alianza ganó Florida y un independiente ex UCC recuperó la alcaldía de Ercilla. El PS conquistó 11 nuevas comunas, una de ellas reclutando al alcalde independiente de Pitrufquén. Le arrebató a la Derecha la comuna de María Elena (el concejal PS asumió
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previamente la alcaldía), Calle Larga, Putaendo, Coltauco, Fresia, Aisén, Timaukel y La Florida, la más relevante conquista de la Concertación en 2008. Recuperó también dos comunas gobernadas por alcaldes independientes, Santa Cruz y Paillaco. Lo más relevante del resultado en alcaldes para el Partido Socialista es que gobernaba un número considerable de importantes ciudades de provincia y sólo retuvo La Serena, Quilpué, Chiguayante y Puerto Montt, perdiendo Copiapó, Vallenar, Illapel, Talca, Linares, Coronel y San Pedro de la Paz. El PS no dirige gobiernos comunales en las regiones de Arica-Parinacota, Tarapacá y Atacama, en esta última gobernaba sus principales ciudades. Prácticamente desapareció en Magallanes al elegir alcalde sólo en la estancia Timaukel, siendo derrotado por la UDI en Porvenir. También desapareció de la Región del Maule, pues de las 5 comunas que gobernaba a partir de 2004 -Talca, Linares, Licantén, Río Claro y Sagrada Familia- sólo logró quedarse con esta última pequeña comuna, bajando de 31,4% a sólo 2,1% de los gobernados. Tiene dos pequeñas comunas en la Región de Antofagasta (María Elena y Taltal, con 4,5% del electorado regional). Aunque perdió sus 3 alcaldes en la Región de O’Higgins (Chépica a manos de la Alianza, Peumo y Lolol con concejales ex PPD y PS, respectivamente), mantiene su cobertura de gobernados (6,6%), porque ganó 2 comunas poco más pobladas: Coltauco y Santa Cruz. Retrocedió en la Región de Coquimbo, manteniendo una posición con el gobierno comunal de La Serena y La Higuera, que le da gobierno sobre 26,1% de los electores. También dejó de ser el partido más poderoso de la Región del Bío-Bío, donde gobernaba 11 comunas y pasó a hacerlo sólo en 5, pues perdió sorpresivamente Coronel, San Pedro de la Paz y Bulnes, además de Laja, Tirúa y Florida, perdiendo parte importante de su cobertura de gobierno local (de 19,6 a sólo 7,5%). En la Región de Los Ríos cayó de 19,4 al 11,2% de gobierno local, pues abandonó Panguipulli y perdió Los Lagos, que no alcanza a ser compensado por la conquista de Paillaco. En La Araucanía se mantiene como fuerza minoritaria con sólo 3 comunas, perdiendo Ercilla pero incorporando Pitrufquén, al reclutar al alcalde independiente elegido en 2004, lo que le permite aumentar levemente su cobertura de gobierno al 7,1% de los electores regionales. También creció en la Quinta Región, agregando Calle Larga y Putaendo a la importante alcaldía de Quilpué, aumentando su cobertura de gobierno al 9% de los ciudadanos, sin contar al ex PS que recuperó Quintero y probablemente regrese al redil. La victoria en Aisén le permite gobernar al 30% de los electores de la XI Región. Es cierto que en la Región Metropolitana perdió 3 comunas (San José de Maipú, Padre Hurtado y El Monte) pero éstas fueron ampliamente compensadas por el espectacular triunfo en La Florida, de modo que el PS avanza significativamente en su cobertura de gobierno sobre los santiaguinos y santiaguinas, llegando al 13,5%. En la Región de Los Lagos mejora levemente su buena posición, con 6 comunas, entre ellas Puerto Montt, y gobierna al 30,4% del universo electoral regional.
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Líderes comunales salidos del Partido Socialista le ganaron a la Alianza en Llanquihue y Quintero y a la DC en Talcahuano. En Lolol, Vallenar y Copiapó, ex militantes socialistas lograron vencer a los alcaldes del PS. Habrá que seguir de cerca lo que ocurra con estos personeros en lo que hace a su relación con la Concertación y su partido de origen.
12.- LA RESISTENCIA PPD El Partido Por la Democracia presentó 71 candidaturas a alcalde ante 16,5% del electorado y eligió 37 jefes comunales, con 52,1% de elegibilidad y pasando a gobernar al 7,3% de la población electoral. Aunque se mantuvo por encima de los 29 alcaldes que eligió el 2000, volvió a gobernar una proporción similar del electorado, después de haberlo hecho para 10,2% de la ciudadanía. El resultado promedio de las candidaturas a alcalde bajó de 46,8 a 42,9%, manteniéndose como el más alto de todos los partidos políticos. El PPD cedió al pacto por omisión la comuna de Pedro Aguirre Cerda, donde tenía alcalde desde 1996. En la negociación de la Concertación, Punitaqui pasó a la DC y Machalí al PS. En la primera el alcalde PPD había sido destituido y en la segunda se había retirado de su partido. Defendió 36 de sus comunas, perdiendo en 14 de ellas a manos de la Alianza: Colchane en el Norte, Conchalí, Cerro Navia, Buin y Pirque en la Región Metropolitana, Peralillo en la Sexta Región, Molina y Longaví en la Región del Maule, Melipeuco, Teodoro Schmidt y Curarrehue en La Araucanía, Corral, Mafil y La Unión en la Región de Los Ríos. A las 22 comunas que mantuvo, el PPD agregó 15 nuevas alcaldías. Le ganó 8 a la derecha: Putre, Ollagüe, El Tabo, Melipilla y Malloa a la UDI, Vichuquén, Pucón y Hualaihué a RN. Las restantes conquistas son alcaldes que ganaron en 2004 como independientes fuera de pacto o ANI: los ex PPD de Caldera, Chile Chico y Lonquimay reingresaron más tarde a su partido y la ex PS de Ovalle y los independientes de Coihueco, San Fabián de Alico y Saavedra, que ingresaron al PPD en 2007. En Arica, Camarones, Antofagasta, Canela, Peumo, San Pedro de la Paz, Renaico y Traiguén, líderes locales salidos del PPD se convirtieron en alcaldes. Es muy posible que la mayoría de ellos retome su vínculo con el partido. Estas comunas representan 3,5% del electorado nacional. El PPD no tiene alcaldes en las regiones de Tarapacá, Magallanes y Los Ríos. En esta última gobernaba al 16,5% de los electores y perdió sus 3 comunas. En Los Lagos no tenía nada y ahora gobierna la pequeña comuna de Hualaihue. En Valparaíso elige un segundo alcalde pero mantiene su posición marginal, gobernando a sólo 1,8% de los electores. En Arica-Parinacota no tenía nada y elige un alcalde en el altiplano (Putre, con 5% del universo regional). Mejoró su poder municipal en la Región de Antofagasta, donde suma Ollagüe y pasa a gobernar al 3,6% del electorado; en la Región de Atacama, porque recluta a la alcaldesa independiente de Caldera, elevando su cobertura de gobierno local de 4 al 10,4%; en la
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Región del Bío-Bío, donde agrega dos comunas (Coihueco y San Fabián, por la vía del reclutamiento de alcaldes independientes elegidos en 2004) y eleva su cobertura de gobierno local a 7,5%; y, finalmente, en la Región de Aisén, donde incorpora al alcalde de Chile Chico y aumenta su participación al 7,8% de la población electoral de la Región. En la Región de La Araucanía aumentó levemente su poder municipal llegando al 7,5% de los electores de la Región. Perdió Teodoro Schmidt, Melipeuco y Curarrehue, pero se reeligieron los alcaldes independientes de Saavedra y Lonquimay, ahora en las filas del PPD, y obtuvo un histórico triunfo en la comuna de Pucón, que por primera vez pasa a ser gobernada por una mujer de centroizquierda. El PPD sufrió un severo revés en la Región Metropolitana, donde perdió 4 comunas (Conchalí, Cerro Navia, Buin y Pirque), apenas compensadas por la victoria sobre la UDI en Melipilla. Eso significó retroceder en poder comunal desde el 17 al 9% de la población electoral. También ocurrió algo similar en la Región del Maule, donde se perdieron Molina y Longaví, insuficientemente compensadas por el triunfo en Vichuquén, lo que hizo retroceder la cobertura de gobierno local desde el 10 al 2,4%. La Región de O’Higgins eligió un alcalde menos que en 2004, pues recuperó la comuna de Malloa, pero perdió la elección en Peralillo y no llevó candidato en Machalí. Gobierna sobre 12,4% de los electores, retrocediendo 3,2 puntos porcentuales respecto del 2004. Es la Región de Coquimbo donde el PPD tiene mayor poder municipal, gobernando al 21,2% de los electores. A pesar de haber perdido Punitaqui por destitución del alcalde electo en 2004, el PPD aumenta notoriamente su cobertura local (tenía sólo 7,6%) gracias a la reelección de la alcaldesa de Ovalle, incorporada en 2007 al PPD. Probablemente el alcalde de Canela regrese a las filas de su partido.
13.- EL PRSD A LA BAJA El Partido Radical Social Demócrata confirmó su tendencia a la baja en alcaldes. Ya en 2004 había sido el único de la Concertación en elegir menos alcaldes y reducir su cobertura de gobierno comunal. El PRSD presentó 31 candidaturas a alcalde ante 7,1% del universo electoral. Eligió 11 alcaldes (35,5% de elegibilidad) que gobiernan sólo para 1,5% de los electores del país. El resultado promedio de los candidatos radicales bajó de 41,1 a 35,8%, superado por los demás partidos de la Concertación y de la Alianza. El PRSD defendió 12 de sus 14 comunas, pues entregó Teno y Chillán en la negociación. Perdió 5 de ellas, 3 a manos de la Alianza (Huara, Arauco y Gorbea), Combarbalá con el PRI y Puqueldón con un independiente fuera de pacto. Defendió con éxito 7 de las comunas que gobernaba y conquistó 4 nuevas comunas, tres de ellas arrebatándoselas a la Alianza (Pichidegua, San Ignacio y Quirihue) y San Antonio por el reclutamiento de su alcalde elegido en 2004 como independiente fuera de pacto.
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Siguen sin presencia de alcaldes en las regiones de Arica-Parinacota, Antofagasta, Los Ríos, Aisén y la Región Metropolitana. Perdieron toda representación en las regiones de Tarapacá, Coquimbo y La Araucanía. Hay alcaldes radicales sólo en 7 regiones del país. Su participación de gobierno comunal es de 5,5% en Atacama (la comuna de Chañaral), 5,3% en la Quinta Región (sólo San Antonio) y 4,5% en la Región de Los Lagos, con las comunas de Calbuco y Cochamó. Logra elegir un alcalde en la Región de O’Higgins (Pichidegua) que le da gobierno sobre 2,4% de los electores, y mantiene sólo uno en El Maule, que representa 1,8% del universo regional. El mayor número (4) de alcaldes radicales está en la Región del Bío-Bío, donde ganaron Quirihue y San Ignacio pero perdieron Arauco en la elección y Chillán en la negociación, disminuyendo considerablemente su cobertura de gobierno local desde el 10,1 al 2,5% de los ciudadanos. Finalmente, en Magallanes mantiene la alcaldía de Cabo de Hornos y la Antártica Chilena.
14.- LA RECUPERACIÓN DE RN Renovación Nacional era el Partido con mayor número de alcaldes en 2000 y fue el más afectado por el avance de la Concertación en las municipales de 2004. Ahora tiene un buen resultado, eligiendo 65 alcaldes, 55 militantes y otros 10 independientes inscritos como candidatos por el partido. Eleva su poder comunal del 12,4 al 18,6% de la población electoral gobernada, todavía por debajo del 22% gobernado por RN en el periodo iniciado en 2000. Presentó 168 candidatos ante 42,9% del electorado nacional, incluyendo a 47 independientes, eligiéndose el 38,7% del total. La performance promedio de sus candidatos fue de 37,3%, mejorando menos de un punto respecto de 2004. Defendía 37 de las 38 comunas donde el 2000 ganó la alcaldía, pues el alcalde de Hijuelas fue destituido y reemplazado por la concejala UDI, que fue reelecta como alcaldesa. Perdió 13 de estas comunas: tres a manos de la DC (Calera, Freire y Dalcahue), dos con el PPD (Pucón y Hualaihué), dos con el PS (Putaendo y Fresia), tres le fueron arrebatadas por descolgados de la Concertación (Arica, Renaico y Curacautín), y Colbún por un independiente. Santo Domingo fue ganada por el hijo del alcalde que resistió la nominación del candidato oficial de RN. Sierra Gorda dio finalmente como triunfador al alcalde salido previamente de ese mismo partido. También se pueden considerar dentro de las comunas que defendía, aquellas donde se eligió en 2004 un independiente aliancista y ahora es militante RN, como La Reina, o donde había ganado un independiente de la Alianza inscrito por RN, como Alto del Carmen, Olivar, Pumanque y Cañete. Renovación Nacional le ganó a la Concertación 32 comunas. 16 tenían alcalde DC (Temuco, Villarrica, San Carlos, San Clemente, Cauquenes y Lampa, también Freirina, Río
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Hurtado, Hualañé, San Rosendo, Pencahue, Chanco, Mariquina, Quellón y Palena), 8 estaban gobernadas por el PS (Padre Hurtado, El Monte y Los Vilos, también Tierra Amarilla, San José de Maipo, Río Claro, Laja y Tirúa), 6 por el PPD (Conchalí y Cerro Navia, también Colchane, Peralillo, Teodoro Schmidt y Curarrehue) y 2 tenían alcalde PRSD (Chillán y Huara). Además, conquistó la alcaldía en 4 comunas donde se habían elegido independientes fuera de pacto en 2004. En Algarrobo, por reclutamiento del alcalde, en Angol, Rengo y Río Negro por triunfo electoral. RN no administra ninguna comuna en las regiones de Antofagasta y Aisén, mientras en Magallanes y Arica-Parinacota conserva apenas una pequeña comuna en ambas regiones. Su presencia es muy débil en la Región de Coquimbo, con dos comunas pequeñas, así como dos comunas pequeñas en la Región de Coquimbo y 4,4% de gobierno local, y sólo levemente mayor en la Región de Los lagos, donde gobierna 4 comunas también pequeñas –tenía 6–, que representa el 6,6% de los electores. Retrocedió significativamente en la Región de Valparaíso, donde tenía 11 alcaldes y ahora eligió sólo 6, disminuyendo su presencia de gobierno local de 16,2 al 6,2 por ciento. Mejoró su representación en la Región de Atacama al ganar Freirira y Tierra Amarilla (mantiene Alto del Carmen), pasando a gobernar al 11,4% de los electores regionales. En la Región de O’Higgins aumentó de de 3 a 5 alcaldes –Rengo, Olivar, Coinco, Pumanque y Peralillo- e incrementó su poder municipal al 10,9% % de los ciudadanos de la Región. En la Región de Tarapacá gobierna al 13,1% de los electores con 4 comunas, sin considerar Iquique y Pica, cuyos jefes comunales son reclamados como suyos también por la UDI. Incrementó aún más su presencia en los gobiernos locales de la Región del Maule, donde pasó de 5 a 9 alcaldes y de 7 a 18,3% de población electoral gobernada en la región. Algo parecido le ocurrió en la Región del Bío-Bío, donde ganó Chillán y San Carlos, pasando a gobernar al 15,4% de los electores. Aumentó su presencia municipal en la Región Metropolitana al ganar las alcaldías de Conchalí y Cerro Navia, doblando a 14 su número de alcaldes y poniéndose muy cerca de la UDI en cobertura de gobierno local (24,5%) sobre los santiaguinos. En la nueva Región de los Ríos mantiene su predominio con sólo 2 comunas pero gobernando al 42,7% del universo electoral. Finalmente, fue en la Región de la Araucanía donde RN experimentó el mayor crecimiento al conquistar la capital regional, lo que le da con 7 comunas gobierno sobre casi la mitad de los electores de la región (46,5%). Habrá que ver qué ocurre con los alcaldes de Sierra Gorda, Santo Domingo y Villa Alemana, elegidos como independientes fuera de pacto, pero que tienen indudables vínculos con Renovación Nacional.
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15.- EL VIGOR MUNICIPAL DE LA UDI La UDI presentó 157 candidaturas a alcalde ante la mitad del país electoral (50,5%), 129 militantes UDI y 28 independientes inscritos como candidatos por el partido. Tuvieron éxito el 42,7% de sus candidatos, eligiendo 67 alcaldes, 56 militantes y 11 independientes, lo que la convierte en el partido chileno con más jefes comunales. El resultado promedio de las candidaturas de la UDI es de 38,4%, prácticamente igual al de 2004. Si en la elección pasada redujo su participación en los gobernados localmente del 27,8% al 17%, ahora vuelve a ponerse muy cerca de donde estaba el 2000, pasando a gobernar localmente a más de la cuarta parte (26,1%) de la población electoral chilena. La UDI volvió a ser el primer partido chileno en términos de gobierno municipal. La UDI enfrentaba esta elección con el temor del impacto que podía generar en el ámbito municipal la cesión del liderazgo presidencial a Renovación Nacional, y la verdad es que mostró la mayor importancia de su inserción territorial y sus redes de liderazgos más implantadas. Aunque pierde la comuna más importante que cedió la derecha en esta elección –La Florida- compensa esa derrota con varios triunfos resonantes, particularmente el de Santiago y Valparaíso. Defendía 54 comunas y retuvo 32. Perdió 22 de las comunas que gobernaba, 16 a manos de la Concertación. 7 le fueron arrebatadas por el PS (La Florida y Aisén, también María Elena –por destitución previa del alcalde UDI-, Calle Larga, Coltauco y Timaukel), 5 por el PPD (Melipilla, también Putre, Ollagüe, El Tabo y Malloa), 2 por la DC (Los Andes y Empedrado), 2 PRSD (Pichidegua y San Ignacio). Traiguén y Requinoa le fueron ganadas por descolgados de la Concertación, Torres del Paine por un independiente y Villa Alemana, por un descolgado de la Alianza. Huechuraba está contabilizada formalmente como pérdida UDI pero en verdad se podría agregar a las comunas retenidas por este partido. La UDI conquistó 35 comunas nuevas. Santiago y Penco, que el 2004 eligieron alcaldes en la categoría de independientes de la Alianza y ahora pueden ser contabilizados en los registros de la UDI. Además, en la comuna de Hijuelas fue destituido el Alcalde RN y en su reemplazo fue elegida una concejala UDI que ahora fue reelecta como alcaldesa. Le quitó 27 alcaldías a la Concertación. 12 a la DC (Valparaíso, San Bernardo, Rancagua, Ancud y Río Bueno, también Panquehue, Mostazal, Placilla, San Rafael, Ranquil, Yungay y Cochrane), 7 al PPD (Molina, Buin, Longaví y Machalí, también Melipeuco, Corral y Mafil), 5 al PS (Linares y Coronel, también Chépica, Licantén y Porvenir) y 3 al PRSD (Teno, Arauco y Gorbea). También sumó dos comunas al reincorporar a la UDI a sus alcaldes elegidos como independientes en 2004 (Los Ángeles y Santa Bárbara). Hay otras tres comunas donde también había sido electo un independiente en 2004 y ahora fue ganada por la UDI.
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La UDI tiene escasísima presencia en todo el norte (desde Arica a Los Vilos), donde sólo gobierna una comuna de 17 mil electores (Alto Hospicio). En La Araucanía también es débil, pues con sólo 5 comunas gobierna al 9,6% de los electores regionales. Se ve reforzada su presencia municipal en la Región de Los Lagos y de Los Ríos. En esta última gobierna al 17,9% de los votantes con 4 alcaldes, pues a Futrono se agrega la recuperación de Corral y Mafil, así como la conquista de Río Bueno, gobernada por la DC desde 1992. En la Región de Los Lagos también incrementa su cobertura de gobierno al 15,5% de los electores, al agregar Chaitén y Ancud a su peculio. Tiene el liderazgo municipal por sobre todos los demás partidos, en cambio, en las regiones de Valparaíso, de O’Higgins, del Maule, Bío-Bío, Aisén, Magallanes y la Región Metropolitana. En la V Región agregó Valparaíso a su victoria anterior en Viña del Mar, totalizando 6 comunas que representan 41% del universo electoral de la región. En la Sexta ganó Rancagua y quedó con 8 comunas, gobernando al 40,3% de los electores regionales. La Región del Maule también es de aquéllas donde más avanzó la UDI, con 7 comunas que representan un tercio (33,3%) del universo electoral. Continuó su avance en la Región del Bío-Bío, pasando de 6 a 11 comunas que también dan gobierno sobre un tercio de los electores. En la Región de Aisén retrocede levemente pero gobierna al 61% del universo electoral y en Magallanes gobierna la mitad de las comunas (5) con 21% de cobertura de gobierno local. A pesar de perder La Florida, la UDI confirma su liderato del 2000 en la Región Metropolitana, con 12 comunas y 27,6% de gobernados, seguida de cerca por Renovación Nacional. Resistió muy bien el cambio de candidato en Santiago, Estación Central y Recoleta, hizo un arreglo inteligente en Huechuraba y, aunque perdió Melipilla, compensó ampliamente esa pérdida con la recuperación de San Bernardo y la conquista de Buin. Es muy posible que algunos de los alcaldes de Vicuña, El Carmen, Florida y Huechuraba regresen a las filas de la UDI luego de haber ganado la alcaldía en sus comunas como independientes fuera de pacto.
16.- LOS 7 ALCALDES DE JUNTOS PODEMOS En 1992, cuando los Concejos Municipales elegían al alcalde, hubo un solo edil comunista, la segunda mitad del periodo en la comuna de Canela. En 1996, el Partido Comunista eligió alcalde de sus filas en Punitaqui y reeligió al de Canela, ambos en la IV región. Estos dos ediles se integraron más tarde a la Concertación y en las Municipales 2000 el Partido Comunista eligió un solo alcalde, el de San Fernando. En 2004, el PC, junto al PH, otras pequeñas formaciones políticas y numerosos independientes, conformó la lista Juntos Podemos, que participó en la carrera por la
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alcaldía en 7 comunas y eligió esa vez a 4 alcaldes: en Diego de Almagro, Canela, La Ligua y Tiltil, esta última por la obligada omisión de última hora de la Concertación. En 2008 esta misma alianza presentó 191 candidaturas a alcalde ante 70,5% del electorado y logró elegir al jefe comunal en 7 municipios, que gobiernan localmente al 2,1% de los electores. La performance promedio de las candidaturas de Juntos Podemos es de 8,6% de los votos. Es evidente que la decisión comunista de aceptar la invitación concertacionista a suscribir un acuerdo de omisión en alcaldes hizo posible mantener e incluso mejorar su elegibilidad en esta elección, evitando el reflujo habitual. Como se sabe, hubo omisión concertacionista en su favor en las 4 comunas donde tenía alcalde en ejercicio (Diego de Almagro, Canela, La Ligua y Tiltil) y en 2 donde había previamente alcalde de la Concertación (Los Vilos, donde había sido destituido el alcalde Socialista, y Pedro Aguirre Cerda, donde el PPD gobernaba desde 1996). En Limache y Cañete también hubo omisión pero más bien motivada por la ausencia de candidato concertacionista con alguna posibilidad. En La Ligua, aunque tuvo como competencia adicional un concejal descolgado del PC y otro ex gobernador socialista que acumularon 23%, el sucesor del alcalde pudo vencer con holgura. En Canela, en cambio, el alcalde no pudo reelegirse frente al ex alcalde PPD que le devolvió la mano estrechamente desde la condición de independiente fuera de pacto. Los alcaldes de Diego de Almagro y Tiltil se reeligieron sin problemas con apoyo de la Concertación. También tuvo una posibilidad cierta de ganar en Los Vilos, donde el apoyo concertacionista le permitió al concejal de Juntos Podemos llegar a sólo 240 votos del candidato triunfador de derecha. Pero el mayor éxito del acuerdo de Juntos Podemos y la Concertación estuvo en Pedro Aguirre Cerda, porque se trata de una comuna de 65 mil electores en la Región Metropolitana, por lo mismo menos dependiente de las particularidades de los liderazgos locales y más sensible a los elementos del clima de opinión pública generados por los medios, a través de los cuales se difundía profusamente la resistencia del electorado más moderado de la Concertación a votar por una conocida dirigente de izquierda radical. Claudina Núñez fue elegida alcaldesa de PAC con 52,63% de los votos, 21,26 puntos más de los que había obtenido en 2004 (31,37%), de manera que se puede pensar que la votación del alcalde de la Concertación (PPD), que alcanzó al 33,89%, fue traspasada en más del 62% a la candidatura de Juntos Podemos, a pesar de la fuerte campaña anticomunista y la natural decepción con el acuerdo político de quienes habrían preferido poder apoyar al candidato de su preferencia. Con similar distribución del electorado concertacionista, si el acuerdo de omisión hubiera incluido Estación Central en su capítulo a favor de los candidatos comunistas, Hugo Gutiérrez también se habría convertido en alcalde, derrotando al UDI Rodrigo Delgado, pues la diferencia fue de apenas 4,8 puntos y el candidato DC obtuvo 20,89%. No ha circulado ninguna explicación razonable para que la Democracia Cristiana, habiendo pagado ya los costos políticos del acuerdo con el PC, no hubiera cedido la remota opción de que disponía en Estación Central a cambio de viabilizar la elección de sus candidatos en Santiago, Valparaíso y Recoleta, entre otras. Auth
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Además de los 4 alcaldes comunistas, el pacto Juntos Podemos eligió como alcalde a un concejal ex DC en Illapel, en competencia con la sucesora del Alcalde Socialista; a un candidato Humanista en Yumbel que el 2004 no había tenido éxito y corrió también para la diputación en 2005; y a un ex alcalde socialista que en 2004 compitió como independiente fuera de pacto y en 2005 como candidato a diputado en la lista de Juntos Podemos La separación de la elección de alcalde fue beneficiosa para las aspiraciones de Juntos Podemos, puesto que sus candidatos –cuando tienen adhesión electoral previa y credibilidad alcaldicia- compiten de igual a igual con dos o tres candidatos, ya no contra otras listas y conglomerados. De alguna manera, la separación del voto personalizó aún más la elección del alcalde y bien puede ser un concejal comunista o cercano al que ya está habituado el electorado, como se trata en todos los casos descritos, quien capitalice el descontento con la gestión de un determinado alcalde.
17.- LA APARICIÓN DEL PRI La lista organizada en torno al Partido Regionalista Independiente, que incorporó a la gente de Chile Primero y del pequeño Partido Ecologista bajo la denominación de “Por un Chile Limpio”, presentó 103 candidaturas ante la tercera parte (34,9%) del electorado nacional, eligiendo 7 alcaldes, que gobiernan localmente al 2,5% de los electores. La performance promedio de sus candidatos a alcalde es de 15,1% de los votos. Más de la mitad (57) tiene experiencia electoral previa. Había un alcalde en ejercicio, 8 ex alcaldes, 29 concejales en ejercicio, otros 11 ex concejales y 8 candidatos a alcalde o concejal no electos en distintos periodos. También han sido identificados en su origen otros 7 sin participación previa en elecciones, pero con un compromiso político anterior conocido. De los 59 clasificados según origen político, 36 tienen background concertacionista -23 DC, 6 PS, 6 PPD y 1 PRSD-, 20 tienen origen en la derecha -10 RN, 6 UDI, 3 UCC, 1 Partido del Sur-, 2 del Partido formado por el ex alcalde Jorge Soria en el norte y uno de Juntos Podemos. En Calama le ganó al alcalde DC un ex concejal del PPD que había sido candidato independiente fuera de pacto en 2004 y ahora estaba inscrito en el movimiento Chile Primero. Un ex presidente regional del PS en Copiapó derrotó al alcalde socialista que ejercía desde 1996 y otro ex socialista le ganó al candidato radical en Combarbalá. En Punitaqui ganó la hija del ex alcalde PPD, que fuera destituido e inhabilitado para competir, dejando fuera al alcalde DC que fue nominado por el Concejo Municipal. En Victoria ganó un ex concejal PPD que ya compitió en 2004 por la alcaldía en calidad de independiente fuera de pacto.
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En Limache triunfó un mecenas del pueblo que después de buscar diversas alternativas para competir, recaló en la lista PRI. El candidato más cercano a la identidad y origen del PRI es el alcalde reelecto de Chimbarongo, que fue elegido en 2000 como democratacristiano y se retiró siguiendo a Adolfo Zaldívar. Como se puede colegir de esta descripción, está por verse si el PRI logra retener en sus filas a estos alcaldes, o al menos conseguir el apoyo político de éstos para el desarrollo de sus perspectivas presidenciales y parlamentarias.
18.- ODIOSAS COMPARACIONES El naipe electoral se reparte en cada ocasión y ello ocurre en función de las condiciones del momento, de los candidatos, las campañas, el estado de ánimo general de la gente, en fin, del tipo de autoridades que se eligen. Por eso, siempre hay que tomar con mucha distancia las proyecciones que se hacen desde una elección a otra, particularmente cuando son de naturaleza distinta.
Con la Presidencial de 2005 Con estas reservas, miraremos lo sucedido en octubre de 2008 a la luz del resultado de la primera vuelta presidencial de 2005, aunque esta vez la presión presidencialista sobre la elección de alcaldes fue considerablemente menor que en 2004. De las 106 comunas donde Michelle Bachelet aventajó por más de 5 puntos porcentuales a la suma de Sebastián Piñera y Joaquín Lavín, 30 estarán gobernadas por la Alianza, 51 por la Concertación, 4 de Juntos Podemos, 4 de la lista PRI, 10 descolgados de la Concertación, 2 descolgados de la Alianza y 5 independientes sin clasificar. Las 30 comunas nítidamente bacheletistas donde ahora gobierna un alcalde aliancista, son en su mayoría muy pequeñas, salvo Los Vilos, Molina, San Clemente, Coronel, Penco, Arauco, Natales, Porvenir, Renca, Cerro Navia, Estación Central y Curacaví. 73 de estas 106 comunas eran gobernadas por alcaldes de partidos de la Concertación, que ahora logró retener 38. Le fueron arrebatadas 18 por candidatos de la Alianza, 6 fueron ganadas por descolgados de la Concertación, 3 por candidatos de Juntos Podemos (PAC por omisión), 3 de la lista PRI y 5 independientes sin origen político conocido. De las 149 comunas donde los candidatos de la Alianza superaron a la candidata presidencial de la Concertación por más de 5 puntos, 59 están sin embargo gobernadas por un alcalde de la coalición de gobierno, 73 por la Alianza, 7 descolgados de la Concertación, 4 descolgados de la Alianza, 3 de la lista PRI, 2 independientes y 1 Fuerza del Norte. 34 de las 79 comunas con claro predominio presidencial aliancista que estaban gobernadas
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localmente por la Concertación, pasaron ahora a ser dirigidas por un alcalde de la Alianza. Es el caso de Valparaíso, Chillán, San Carlos, Temuco, Panguipulli, Río Bueno, Buin y Lampa, entre otras comunas gobernadas por la Concertación desde la primera elección municipal, a pesar de su preferencia contraria en las presidenciales. Linares, Villarrica, La Unión y Pirque, entre otras, fueron recuperadas por la Alianza después de haberlas perdido en 2004. Cauquenes y El Monte fueron recuperadas por la Alianza luego de haberlas perdido en las municipales 2000. Las 59 comunas nítidamente piñerista-lavinistas donde ahora gobierna la Concertación son también pequeñas en su mayoría, a excepción de Quillota, Quilpué, Casablanca, San Fernando, Parral, Lautaro, Pucón, Calbuco, Puerto Montt, La Cisterna, Melipilla y Talagante. De las situaciones descritas se puede concluir que los resultados presidenciales no son un buen predictor del apoyo electoral a un alcalde, cualquiera sea su identidad política. Porque en poco más de la mitad de las ventajas con ventaja clara para Michelle Bachelet en 2005 no ganó la Concertación la elección de alcalde, y la Alianza ganó la alcaldía en menos de la mitad de las comunas donde sus candidatos presidenciales aventajaron nítidamente a Michelle Bachelet en diciembre de 2005.
Con las Municipales 2004 Comparemos los resultados de esta elección de alcaldes con la precedente y veremos que en cerca de la cuarta parte de las comunas (79), la Concertación crece más de 5 puntos porcentuales respecto de 2004 en votación para alcalde y en poco menos de la mitad (170) baja su votación en más de 5 puntos. Por contraste, en más de un tercio (129 comunas), la Alianza crece más de 5 puntos porcentuales y reduce significativamente (más de 5 puntos) su votación en número similar (124) de comunas. Hay 50 comunas del país donde la Concertación creció más de 10 puntos, entre las cuales destacan Ovalle, Los Andes, San Antonio, San Fernando, San Javier, Hualpén, Osorno, Lo Prado, Maipú, San Joaquín, La Cisterna, San Miguel y Melipilla. Hay 126 comunas, en contraste, donde la Concertación bajó su votación en más de 10 puntos porcentuales, entre las que destacan Arica, Iquique, Copiapó, La Serena, Coquimbo, Viña del Mar, Talca, Linares, Chillán, Talcahuano, Concepción, Temuco, Punta Arenas, Conchalí, Cerro Navia, Quinta Normal, Independencia, Cerrillos, Estación Central, San Ramón Puente Alto y San Bernardo. Hay que consignar que en varias de estas comunas de regiones es un descolgado de la Concertación quien explica la baja electoral. Hay 96 comunas donde la Alianza crece más de 10 puntos porcentuales respecto de 2004, entre las que destacan Iquique, Viña del Mar, Linares, Chillán, San Carlos, Coronel, Los Ángeles, Osorno, Ancud, Cerro Navia, Quinta Normal, Pedro Aguirre Cerda y San Bernardo. En similar número de comunas (91), la Alianza bajó significativamente (más de 10 puntos) su votación, entre ellas Copiapó, Coquimbo, Los Andes, San Felipe, Villa Alemana, Curicó, Talcahuano, Tomé, Coyhaique, Maipú, Vitacura y Melipilla, además de Huechuraba, donde hubo omisión escondida.
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El hecho es que ambas coaliciones tienen resultados que varían en más de 10 puntos al alza o a la baja en más de la mitad de las comunas del país. Esto significa que en poco menos de la mitad de las comunas los resultados de los candidatos a alcalde de ambos bloques se mueven dentro del rango de menos de 10 puntos de diferencia para abajo o para arriba respecto del resultado anterior. Tratándose en la gran mayoría de los mismos candidatos, se puede concluir que los resultados previos tampoco son un buen antecedente para predecir los resultados de la próxima elección, ya que la variabilidad de la conducta de los electores es muy alta en la elección de alcaldes. Como las razones para votar por un alcalde y por un concejal pueden ser muy diferentes, hubo 121 comunas (35% del total) donde el alcalde electo no tiene mayoría para gobernar en el Concejo Municipal. Es el caso, por supuesto, de 52 comunas que eligieron un alcalde no perteneciente a ninguna de las dos grandes coaliciones (salvo Chimbarongo, donde el PRI eligió la mitad del Concejo Municipal), pero también le ocurre lo mismo a 49 alcaldes de la Alianza y a 20 de la Concertación. Comunas importantes como Iquique, Valparaíso, Rancagua, Rengo, Molina, Talca, San Clemente, Coronel, Ancud, Conchalí, Cerro Navia y San Bernardo, tienen un alcalde de derecha en minoría. En otras más pequeñas, donde las más relevantes son Llay-Llay, Parral, Retiro, Paillaco, Calbuco, Aisén y Talagante, es el alcalde de la Concertación quien está en minoría.
19.- LAS RAZONES DE TRIUNFOS Y DERROTAS Han circulado variadas explicaciones del triunfo de la Alianza en alcaldes. Una de ellas es el impacto del Transantiago y sus molestos efectos sobre la vida cotidiana de habitantes de muchas comunas, así como sus consecuencias sobre el prestigio y estima de la coalición gobernante. Otra es la fuerza del liderazgo presidencial aliancista, que habría favorecido un voto para sus candidatos a alcalde, también se ha planteado que los altos niveles de desaprobación del gobierno podrían haber redundado en la caída de muchos de sus alcaldes. Para que opere una causal, debería servir para explicar lo ocurrido al menos en la mayoría de las comunas. Y cuando se analiza, por ejemplo, lo ocurrido con los alcaldes de las comunas más afectadas por la transformación del sistema de transporte público, vemos que a los alcaldes les fue mucho mejor que en las demás regiones del país. Considerando las 38 comunas de más de 30 mil electores, fueron reelectos 26 (86,6%) de los 30 alcaldes que intentaron reelegirse, dato que contrasta con la tasa de dos tercios de los alcaldes reelectos a nivel nacional. Vista en particular la Concertación, sólo pierde 3 de sus 17 alcaldes que van a la reelección, lo que equivale a 82,4% de reelegibilidad, muy por encima de la tasa nacional de los alcaldes de esta coalición. San Bernardo y Conchalí, que habían sido recuperados por la Concertación en la elección de 2004, vuelven a manos de la Alianza. Melipilla, en cambio, gobernada desde 1992 por la UDI, es ganada para la Concertación por un candidato del PPD. La Alianza también gana Buin, donde había ganado estrechamente la Concertación en una comuna que había favorecido mayoritariamente a Lavín y a Piñera en las dos últimas elecciones presidenciales.
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Cuando se trata de las comunas donde no va el alcalde a la reelección, tampoco hay una tendencia muy marcada. Mientras la Alianza gana Cerro Navia, la Concertación recupera La Florida. El acuerdo de omisión a favor de los comunistas en PAC redunda en la elección de la primera alcaldesa de ese partido, y la derrota de la sucesora DC en Quilicura no es a manos de la Alianza, sino de un concejal salido de su mismo partido. En la comuna de Santiago se mantiene estable la votación, ganando el candidato UDI a pesar de obtener 1,7 puntos porcentuales menos que en 2004, gracias a la presencia combinada de otros dos candidatos (Juntos Podemos y lista PRI) que competían fundamentalmente por los votos concertacionistas. En Talagante se mantiene la Concertación sin grandes modificaciones en los votos, lo mismo en Vitacura y Recoleta, aunque en esta última comuna la Alianza pierde 7,4 puntos porcentuales y pudo haber sido derrotada a no mediar un fuerte candidato comunista. La verdad es que no es posible explicar las derrotas y victorias de los alcaldes por causas externas a su propio contexto. Se hacen inteligibles al analizar la calidad de sus gestiones, las características de los candidatos alternativos y la existencia de otras candidaturas que produjeron dispersión en uno u otro campo. Un factor clave para el triunfo de la Alianza en alcaldes, fue justamente la presencia como independientes fuera de pacto, en la lista PRI e incluso en Juntos Podemos, de muchos líderes comunales hasta hace poco identificados con la Concertación y que, en consecuencia, produjeron una pérdida importante de votos para la coalición gobernante. Tampoco inciden en una dirección unívoca factores como las denuncias de irregularidades en la administración de los recursos, pues si hay candidatos cuya derrota es atribuible a ese elemento, también hay otros donde derechamente no tuvo ninguna incidencia, como Huechuraba, o ésta fue escasa, como en Recoleta. Ni siquiera una buena gestión municipal es garantía de reelección, pues fueron derrotados los alcaldes de Punta Arenas, Lota, San Pedro de la Paz, Melipilla, Buin, Conchalí, Calama, Copiapó, Rancagua y muchas otras comunas donde mediciones objetivas muy probablemente habrían señalado gestiones de calidad superior a la media. Ocurre que tiende a ser más importante lo que la gente cree que puede hacer un alcalde en el futuro, que todo lo que ha hecho en el pasado, de manera que campañas centradas en la defensa de la obra son mucho menos eficientes que aquellas orientadas a sintonizar con la demanda de futuro. La elección del alcalde en cada comuna es el resultado de la compleja e irrepetible interacción de múltiples factores que producen una determinada orientación de los electores. A veces el tiempo de ejercicio en el cargo es la razón principal de una victoria, pero en otras ocasiones la búsqueda del cambio es la explicación central de una derrota. La propia cercanía a la gente, que tiende a ser un elemento muy positivamente valorado a la hora de votar, en ciertos contextos puede ser la causa principal de un fracaso, frente a un electorado que considera a ese administrador de los recursos municipales insuficientemente desprendido de las presiones de su entorno. Tampoco parecen relevantes para la elección de un alcalde los respaldos nacionales con que cuenta. Las fotografías del líder presidencial aliancista junto a sus candidatos ahora tuvieron una presencia infinitamente menor que en 2004, con niveles de popularidad y adhesión equivalentes, sin embargo, el resultado para los candidatos de la Alianza fue muy Auth
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inferior entonces que ahora. No hay ninguna correlación entre el grado de participación del líder presidencial y la elegibilidad del candidato a alcalde. Y si aparece alguna, está determinada más bien por el hecho que el presidenciable tiende a participar más activamente en las campañas donde se prevé un resultado favorable para su sector. Como se sabe, cada elección es única e irrepetible. Las razones para votar por un candidato o para dejar de hacerlo son variadas y el resultado electoral equivale al resultado de su compleja interacción. Hay alcaldes que perdieron porque habían agotado su capacidad de proyectar futuro y había un rival que supo encarnar el cambio; hay otros que fracasaron porque su encierro burocrático no permitió proyectar adecuadamente la calidad de su gestión; hay también algunos que perdieron la confianza de la gente para continuar entregándole la administración de los recursos públicos; hay otros que fueron derrotados a pesar de mantener su votación, porque su oposición habitual logró concentrarse en una sola alternativa; unos cuantos producto del debilitamiento provocado por la participación en la contienda de antiguos colaboradores; también hubo quienes perdieron por la aparición de candidatos nítidamente mejores que hasta ahora no habían ingresado a la competencia; lo claro es que las elecciones son una instancia de evaluación ciudadana de sus autoridades y que la gente ejerce ese poder de manera implacable, lo que redunda en la renovación constante de una proporción importante de los jefes comunales en cada elección. Quizás éste sea el principal factor explicativo del éxito de la Alianza por sobre la Concertación en alcaldes. La presión por el cambio de jefes comunales se ha expresado siempre modificando más del 40% del contingente de alcaldes en todas las elecciones municipales, y si el partido que gobierna la comuna no cambia por iniciativa propia –como suele ocurrir– a aquellos líderes locales en dificultades, la ciudadanía los reemplaza a través del voto, sea por alguien de la coalición alternativa o por alguna opción independiente salida del mismo sector, pero que ofrece el cambio demandado. Como la Concertación compitió con más del doble de alcaldes que la Alianza buscando la reelección, la voluntad de cambio la afectó doblemente. Similar situación pero a la inversa ocurrió en 2004, pues la Alianza llevó a la reelección a prácticamente todo el enorme contingente de alcaldes electos en las municipales del 2000.
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II.- LA ELECCIÓN DE CONCEJALES 1.- EL RESULTADO EN VOTOS (*) En la elección de concejales, la Concertación suma 6,79 puntos porcentuales más que en la elección de alcaldes, mientras la Alianza obtiene 4,57 puntos menos, de manera que la distancia entre ambos bloques es aquí favorable a la Concertación en 9,25 puntos porcentuales, apenas un punto menos de ventaja para la Concertación que en la exitosa elección de concejales de 2004, cuando no había una opción política como la de la lista PRI, orientada a erosionar su electorado. Como en la elección de alcaldes, la ventaja de la Alianza sobre la Concertación era de 2,1 puntos porcentuales. La diferencia en la correlación de fuerza electoral de ambos bloques entre la elección de alcaldes y la de concejales es, entonces, de 11,35 puntos porcentuales. También hubo una diferencia en 2004 entre ambas elecciones, pero fue de sólo 3,12 puntos, pues en alcaldes la Concertación aventajó a la Alianza por 6,09 puntos y en concejales la ventaja se amplió a 10,21. Bloques Concertación Alianza Juntos Podemos Lista PRI Otros Total
Votos 2.520.562 2.005.153 506.176 421.799 116.309 5.569.999
%Votos 45,25 36,00 9,09 7,57 2,09 100,00
La Concertación pierde 2,65 puntos respecto de las municipales de 2004 y la derecha también reduce su adhesión en 1,69 puntos porcentuales. La pérdida de la cuarta parte de la votación DC en 2004 -5,3 puntos porcentuales menos- es compensada en parte por el crecimiento de 1,9 puntos del PRSD y 1 punto del Partido Socialista, mientras el PPD permanece básicamente igual (3 décimas menos que en 2004)
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Todos los datos corresponden al último informe del Ministerio del Interior, contabilizado el 91,39% del total de mesas escrutadas del país.
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Concertación PDC PDC - INDEP PS PS - INDEP PPD PPD INDEP PRSD PRSD - INDEP Total
Votos 778.766 83.483 622.552 69.578 475.665 116.290 289.121 85.107 2.520.562
%Votos 13,98 1,50 11,18 1,25 8,54 2,09 5,19 1,53 45,25
La caída de la UDI en 3 puntos porcentuales es en parte amortiguada por el ascenso en 1,36 puntos de Renovación Nacional. Alianza RN RN INDEP UDI UDI - INDEP Total
Votos 897.617 120.078 840.929 146.529 2.005.153
%Votos 16,12 2,16 15,10 2,63 36,00
El dato más novedoso de esta elección es la aparición de un nuevo actor electoral, la lista Por un Chile Limpio, organizada en torno al Partido Regionalista Independiente, PRI, que obteniendo un 7,57% se sitúa muy por encima de todas las predicciones, incluida la de sus propios dirigentes. CHILE LIMPIO PRI PRI Independientes Partido Ecologista e Indep. Total
Votos 206.399 209.432 5.968 421.799
%Votos 3,71 3,76 0,11 7,57
La votación de la lista conformada por el PRI, el partido en trámite de legalización Chile Primero y el nuevo Partido Ecologista, es casi enteramente aportada por la red proveniente de la Democracia Cristiana y de la ANI en el sur, y por su capacidad para atraer liderazgos locales independientes y de variados orígenes políticos, que llevaron sus votos a esta lista. Aunque es imposible determinarlo por no poder identificar al poco más de un centenar de candidatos independientes de Chile Primero, su aporte electoral se estima en 1,5 puntos porcentuales, que equivale aproximadamente a la quinta parte de la votación total de la lista. Si en 2004 la votación de las candidaturas independientes fuera de pacto y los 2 pequeños partidos regionales (ANI y Nueva Fuerza Regional) sumaron 5,26% de los votos, ahora los independientes y la Fuerza del Norte se reducen a sólo 2,08%, perdiendo 3,18 puntos respecto de la anterior elección de concejales. Ocurre que en 2004 había 800 candidatos de estas características y ahora se redujeron a sólo 240, con la consiguiente disminución de su votación. Auth
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OTROS Fuerza del Norte Independientes (Fuera de Pacto) Total
Votos 27.384 88.925 116.309
%Votos 0,49 1,60 2,09
Juntos Podemos, que repitió su esquema de unificación de los diversos grupos de izquierda extraparlamentaria en torno al Partido Comunista y al Partido Humanista, consiguió repetir el resultado de 2004, ello en un cuadro de mucho mayor competitividad. Varió sólo 9 centésimas a la baja respecto de 2004, por lo que esta votación parece corresponder mucho más a su adhesión real que resultados anteriores, distorsionados por el voto útil que alentaba el sistema de elección conjunta de alcaldes y concejales. Juntos Podemos Izquierda Cristiana Partido Comunista PC Independientes Partido Humanista PH Independientes Total
Votos 2.176 277.895 99.318 104.715 22.072 506.176
%Votos 0,04 4,99 1,78 1,88 0,40 9,09
2.- LA DOBLE LISTA DE LA CONCERTACIÓN Lo único que permite explicar la diferencia significativa del resultado electoral de alcaldes con el de concejales y que la aparición de un nuevo actor electoral salido de la Concertación no provoque una caída significativa de su caudal electoral, es la decisión de multiplicar por dos el elenco de candidatos. De hecho, ambas coaliciones reducen casi por igual su votación en concejales respecto de la elección pasada, ya que la Concertación pierde 5,5% de su votación (2,65 puntos), apenas algo más que el 4,5% (1,69 puntos) que merma la Alianza. La diferencia -6,8 puntos porcentuales más obtuvo la Concertación en concejales que en alcaldes- está asociada al hecho que los independientes fuera de pacto sumaron 10,2 puntos en la elección de alcaldes y sólo 1,6 en la de concejales. Mientras el número de candidatos a alcalde fuera de pacto (264) disminuyó apenas del 24 al 21% del total de candidatos, el de candidatos a concejal (203) se redujo brutalmente de 8,6 a sólo 2,1% del total de candidatos. La única explicación de esta disminución de las candidaturas a concejal fuera de pacto es la ampliación de la capacidad de acogida de la Concertación en dos listas, incorporando a 995 independientes -341 el PPD, 281 el PRSD, 195 el PS y 178 la DC- que aportaron 6,3 puntos y representan casi 14% de la votación concertacionista. Es muy probable también que Juntos Podemos hubiera crecido y la lista PRI obtenido un resultado incluso superior al no mediar esta apertura de espacios para liderazgos locales identificados con la Concertación que buscaban expresarse y, si no hubieran sido acogidos por su coalición, habrían buscado los derroteros más próximos, provocando una pérdida
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más significativa de votos para la Concertación, que resistió de buena manera la aparición de una fuerza electoral que buscaba directamente captar su electorado. De hecho, si sumamos los votos de aquellos candidatos que en cada comuna llevó cada partido por sobre el número presentado en 2004, aún en el extremo conceptual de considerar que los candidatos adicionales son siempre los de menor rendimiento electoral, éstos suman 11,9% de los votos válidos, es decir, la cuarta parte (26%) del total de la votación obtenida por la Concertación. Visto para cada partido, los 111 suplementarios aportan 0,9% en la DC, los 594 adicionales obtienen 4,1% en el PS, los 619 suman 3,6% en el PPD y los 720 cupos nuevos aportan 3,3% en el PRSD. Es evidente que, de haber reproducido el esquema de una lista con la composición de 2004, a la inevitable caída DC derivada de la migración de parte de su electorado al PRI, se habrían sumado la baja de los otros partidos de la Concertación, produciendo una significativa caída en la adhesión electoral de la coalición de gobierno. Aporte electoral de antiguos y nuevos candidatos por bloque 50,0 45,0 Candidatos 2008 sin Historia 2004
40,0 35,0
Candidatos 2008 con Historia 2004
24,7
30,0
16,6
25,0 20,0 15,0 20,5
19,4 5,7
1,4
6,2
3,4
Li st a
P
R
I
0,1
JP
In de pe nd ie nt es
Al ia nz a
C on ce r ta ci ón
0,4
1,4
0,2
0,0
tro s
5,0
O
10,0
Los candidatos presentados por la Alianza y la Concertación en la elección del 2004 que concursan de nuevo –la mayoría como concejales en ejercicio- producen un aporte muy similar en ambos bloques. 8,1 de los 9,2 puntos porcentuales que separaron a la Concertación de la Alianza corresponden a la diferencia de aporte que hicieron los candidatos que no estuvieron en la papeleta de la elección pasada. Mientras la cantidad de veteranos fue básicamente la misma en los dos bloques (1.367 la Concertación y 974 la Alianza), el número de candidatos nuevos presentados por la Concertación fue más del doble de los que pudo inscribir la Alianza (2.738 y 1.149), debido a la decisión de la primera de organizarse en dos listas electorales.
3.- EL RESULTADO EN CONCEJALES La Concertación tenía 1.126 concejales (52,5%) con 47,9% de los votos y eligió 59 menos, reduciendo en 2,8 puntos su participación en el total de concejales del país, ello con 2,65
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puntos menos en su votación. La Alianza tenía 886 (41,3%) con 37,7% de los votos y eligió 23 menos, reduciendo su participación en 1 punto porcentual, habiendo perdido 1,69 puntos porcentuales de votos. Juntos Podemos consolida su presencia en los concejos municipales con la misma votación –perdió sólo 9- con 3,7% del total, perdiendo medio punto porcentual respecto de 2004. Los pequeños partidos regionales y los independientes prácticamente desaparecen de los concejos municipales. El hecho relevante en materia de concejales es la aparición de un nuevo actor electoral (la lista PRI), que elige un contingente importante de concejales, aunque es preciso esperar para observar si se logra resistir la presión de reabsorción por parte de los grandes bloques y consolida a partir de ellos una expresión política propia de dimensión equivalente a su éxito electoral.
Proporcionalidad Votos/Concejales electos por lista Electos 675 392 863 80 117 19 2146
DC-PS PPD-PRSD Alianza Juntos Podemos Lista PRI Otros
%Votos %Concejales 31,45 27,91 18,27 17,35 40,21 36,00 3,73 9,09 5,45 7,57 0,89 2,08 100,00 100,00
Distorsión 3,54 0,92 4,21 -5,36 -2,12 -1,19 0,00
El pequeño tamaño de los concejos municipales produce una distorsión significativa en la proporcionalidad de la elección de concejales en perjuicio de las listas minoritarias, que obtienen una proporción de concejales mucho menor que su peso en votos. Ello, porque son muchas las comunas donde la votación de la lista PRI y particularmente de Juntos Podemos se sitúa por debajo del umbral de votos para elegir un concejal, que en comunas de 6 concejales se mueve mayoritariamente el entre 12% y 14% según la dispersión, y en comunas de 8 concejales lo hace entre 9 y 12% de los votos. Un estudio electoral profusamente difundido antes de la elección pronosticaba que la presentación de dos listas de concejales de la Concertación provocaría la pérdida de un número muy significativo de concejales para la coalición de gobierno (135), principalmente para la lista conformada por el PPD-PRSD y, en particular, para los radicales, que serían el principal afectado. Paralelamente, se anunciaba que la Alianza se vería beneficiada en términos de concejales, permitiéndole conseguir mayoría en gran parte de los consejos regionales del país. Concertación PDC PS PPD PRSD Total
Electos %Concejales 391 18,22 284 13,23 247 11,51 145 6,76 49,72 1.067
La pérdida de concejales por parte de la Concertación fue menos de la mitad de la anunciada y se origina más bien en su caída de 2,65 puntos en votos, lo que redunda en un retroceso apenas mayor en concejales (de 2,8 puntos porcentuales), de manera que el efecto Auth
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atribuible a la dispersión en dos listas es completamente irrelevante. Como es la pérdida de votos lo que manda, es justamente la Democracia Cristiana la que pierde 90 concejales, el PRSD incrementa su bancada en 19, el PS en 10 y el PPD mantiene su bancada (sólo dos más). Es evidente que el coeficiente D’Hondt2 beneficia a las listas mayoritarias, como lo muestra el cuadro de distorsiones de la proporcionalidad, pero no es suficientemente relevante dado el tamaño de las agrupaciones electorales de la Concertación. La ecuación entre el diferencial de votos que se genera al doblar el número de candidatos y la pérdida de la acumulación al presentarse en listas separadas, es la que produce un balance global más bien positivo. Porque la muy probable caída en votos de 6 a 7 puntos porcentuales de haberse reducido a una sola lista, habría redundado en la pérdida estimada de unos 150 concejales, casi un centenar más que la disminución efectiva que tuvo la Concertación en esta elección. Alianza RN UDI Total
Electos %Concejales 462 21,53 401 18,69 40,21 863
La Alianza cae 1,1 puntos en su participación del total nacional de concejales, producto de la baja en votos de 1,69 puntos porcentuales. La pérdida de 50 concejales UDI es compensada sólo parcialmente por el aumento en 29 concejales electos para Renovación Nacional, que recupera su primacía en este ámbito sobre su socio en la Alianza, sólo perdida en la primera elección separada de concejales en 2004, donde había sido ampliamente sobrepasada por la UDI en concejales electos. Juntos Podemos IC PC PH
Electos %Concejales 0,00 60 2,80 20 0,93 3,73 Total 80
Juntos Podemos, por su parte, consolida el incremento conseguido en 2004 pero su presencia sigue estando muy por debajo de su votación. Aunque se trata de una elección regida por el sistema proporcional, el número de cargos a elegir es de 6, 8 o excepcionalmente 10, por lo que votaciones inferiores a 15, 12 y 10 por ciento, los dejan sin representación en muchos Concejos Municipales.
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Se entiende por fórmula D’Hondt como aquel método electoral en el que se aplican una serie de divisores (1, 2, 3, etc.) a los votos que obtenga cada partido, de forma tal que los escaños se asignan a cada partido de acuerdo con el tamaño de los cocientes que resulten de estas divisiones”. Información extraída de Payne, Mark. 2006. La política importa. Democracia y desarrollo en América Latina. Washington: Banco Interamericano del Desarrollo (BID) y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral.
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CHILE LIMPIO PRI PRI Independientes Partido Ecologista
Electos %Concejales 64 2,98 52 2,42 1 0,05 5,45 Total 117
La lista PRI tiene menos distorsión de representación en los concejos municipales que Juntos Podemos, porque su votación es más concentrada, producto de los votos de sus candidatos en sólo 273 comunas, mientras la votación de la lista de izquierda extraparlamentaria corresponde a sus candidatos en 342 comunas del país. Además, Juntos Podemos se empina sobre 10% en 94 comunas, mientras la lista PRI supera ese umbral en 129 comunas del país. La Fuerza País es una formación política regional, que concentra su votación en apenas 8 comunas donde presenta candidatos. Se representa en los Concejos Municipales en medida similar a su votación nacional. OTROS Fuerza País Independientes (Fuera de Pacto) Total
Electos %Concejales 7 0,33 12 0,56 0,89 19
Los independientes, en cambio, también son castigados por el sistema, pues cada candidato es considerado una lista en sí mismo y no acumula votos con los demás independientes, por lo que la exigencia de superar el umbral mínimo de votos debe ser satisfecha por cada candidato, de modo que sus posibilidades de ser elegido concejal son escasas. De hecho, el porcentaje promedio de votación de los 12 Concejales independientes elegidos para el periodo 2008-2012 es lejos el más alto de todos (13,9% de los votos en sus comunas). Sólo 5,9% de los candidatos independientes logró el propósito de elegirse como concejal en esta elección, así como el 5% de los candidatos de Juntos Podemos, 8,2% de Chile Limpio, muy lejos del 25,3% de los candidatos de la Concertación y del 40,7% de los de la Alianza que se convirtieron en concejales. Si el sistema binominal que rige las elecciones parlamentarias hace que prácticamente la totalidad de los diputados y senadores chilenos se elijan al interior de los dos grandes bloques políticos, el sistema proporcional aplicado a la elección de concejales reduce este monopolio al 89,9% de los electos, y el sistema uninominal con que se eligen los alcaldes hace que el 83,8% de éstos haya salido de las listas de la Concertación y de la Alianza, lo que puede ampliarse hasta 92,5% de los ediles si los bloques reincorporan a los recientemente descolgados que resultaron electos, como es probable que ocurra en la gran mayoría de los casos.
4.- LA SEPARACIÓN CONSOLIDADA Ésta es la segunda elección en que alcaldes y concejales se eligieron separadamente. El aumento en la inscripción de candidatos, que creció de 4.512 en 2000 a 6.195 en 2004, se
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acentúa en 2008 ascendiendo a 9.486 postulantes, 3.291 más que en la elección pasada, bastante más del doble que en las elecciones de 2000, cuando se elegían alcaldes y concejales en la misma papeleta. Aunque hubo 330 candidaturas menos de independientes fuera de pacto y los partidos regionalistas presentaron 230 candidatos menos, Juntos Podemos incrementó su elenco de candidatos en 429, la Concertación dobló su elenco y se constituyó además una nueva lista de aquellos escindidos de la DC y del PPD, logrando formar un elenco de 1.429 candidatos. Ésta fue sin duda la elección municipal más competitiva de la historia reciente. Como ya se manifestó en la elección pasada, se consolidó el fenómeno de desaparición del “voto útil”, que dejó a todos los candidatos en similar posición para recibir preferencias. Legitimidades y credibilidades de dirigentes vecinales o de líderes temáticos –deportivos o culturales, por ejemplo- encontraron su adhesión, porque ya no compiten con los que están en la alcaldía o aspiran con credibilidad a conquistarla. Si en las municipales de 2000 el 13,6% de los candidatos –aquellos que superaron el 15% de los votos- concentraron 65% del total de las preferencias ciudadanas, y en 2004 disminuyeron al 4,4% y acumularon 15,2% de los votos totales, en la elección de concejales de 2008 apenas del 1,4% (129) de los candidatos superó el 15% de los votos, acumulando sólo 7,2% de la votación total. El aumento explosivo de candidatos en esta elección provocó que aumentaran también de manera significativa –del 36,2% en 2004 al 56,5% en 2008- los candidatos que obtuvieron respaldos inferiores al 3% de los votos. Si en 2000, cerca de la mitad (46,3%) de los concejales fue electa con menos de 5% de los votos, lo que se redujo brutalmente en 2004 a sólo 8,6%, pero en 2008, derivado del incremento considerable de candidaturas, los concejales con escaso apoyo propio aumentaron al doble (16,5% del total). La separación permitió también un importante grado de renovación de los Concejos Municipales. El cambio de rol de los concejales, implícito en el nuevo sistema electoral, motivó la participación de un importante contingente que no había tenido ninguna experiencia previa en los gobiernos comunales. 1.552 concejales (72,4% del total) se presentaron a la reelección, 946 (61%) tuvieron éxito y 606 (39%) fracasaron en el intento. La primera elección bajo el nuevo sistema de elección separada de alcalde y concejales en 2004 provocó un recambio masivo (65%) de los concejos municipales y ahora naturalmente disminuye con el acomodo al nuevo sistema, aunque se mantiene una tasa de renovación importante. Ingresan a los Concejos 1.200 concejales de recambio (55,9% del total), 1.059 de los cuales nunca había participado ni como concejal ni como alcalde. Hay 143 que regresan al Concejo Municipal después de haber ejercido en periodos anteriores como alcalde o concejal. Aquí se produce un recambio natural bastante significativo, con tasas de renovación significativamente más altas que en la elección de alcaldes.
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Aporte de candidatos nuevos y concejales a la votación de partidos y bloques Pactos / Partidos DC PS PPD PRSD Concertación RN UDI Alianza JP PRI Independiente FP-Ind Total general
# Concejales Votos 2008 2004 306 213 187 97 803 307 315 622 59 50 14 4 1.552
377.091 254.610 216.625 71.749 920.075 441.168 463.816 904.984 68.302 41.565 11.170 3.140 1.949.236
Aporte%
# Candidatos Votos 2008 Nuevos
43,7 36,8 36,6 19,2 36,5 43,3 47,0 45,1 13,5 9,9 12,6 11,5 35,0
759 814 832 897 3.302 752 749 1.501 1.530 1.379 189 33 7.934
485.158 437.520 375.330 302.479 1.600.487 576.527 523.642 1.100.169 437.874 380.234 77.755 24.244 3.620.763
Aporte% 56,3 63,2 63,4 80,8 63,5 56,7 53,0 54,9 86,5 90,1 87,4 88,5 65,0
La UDI basó casi la mitad de su votación en sus concejales que iban a la reelección. RN y la DC le siguen en el peso del 2004 en su resultado de 2008. La resistencia de la UDI se debió en parte importante a la fuerza de sus concejales, que obtienen algo más de 20 mil votos que los de RN, partido que la supera por medio punto por los 53 mil votos de ventaja sobre la UDI en el ámbito de los candidatos nuevos. De todos los partidos de la Concertación, el partido que obtiene el mayor beneficio a raíz del aumento en número de concejales en ejercicio que van a la reelección es la Democracia Cristiana. Tres cuartas partes de su ventaja sobre el PS y 60% de la que tiene sobre el PPD se explica por el diferencial de concejales de 2004 que forman parte de su elenco en 2008. El PRSD es el partido concertacionista donde se evidencia más claramente que los concejales gravitan menos en su votación, pues cuatro quintas partes son generadas por los candidatos nuevos. Juntos Podemos tiene muy pocos concejales y basa mayormente sus fuerzas en candidaturas nuevas, al igual que el PRI, partido que enfrenta la elección con una cincuentena de concejales. Como se puede observar, aunque los concejales a la reelección son la sexta parte del total de candidatos, aportan poco más de un tercio de la votación total. En términos globales, entonces, el rendimiento electoral de un concejal es el doble que un candidato nuevo. Como las municipales son en los hechos 345 elecciones en igual número de comunas, el resultado está muy determinado por los concejales obtenidos en la elección precedente. De allí que tiendan a no producirse variaciones muy bruscas en la votación de cada partido entre una elección y otra.
5.- EL IMPERIO DEL “VOTO CRUZADO” Ya estabilizado el nuevo sistema de elección separada y, por tanto, organizados los actores para ajustarse a sus exigencias, es interesante ver la interrelación en el voto de las personas para alcalde y concejal. Ya vimos que en términos globales hay algunas diferencias para todos los bloques políticos. La Concertación obtiene 6,79 puntos más en concejales que en Auth
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alcaldes; Juntos Podemos gana 2,7 puntos cuando se trata de elegir concejales; los independientes suman 8,6 puntos más en alcaldes que en concejales; y la Alianza obtiene 4,56 menos en concejales. La lista PRI también suma casi el doble (3,6 puntos más) en concejales que en alcaldes. Se puede decir, en general, que la Concertación atrae con sus listas de concejales a votantes que, en la papeleta de alcalde, optaron por el candidato de Juntos Podemos y, sobre todo, por algún independiente descolgado de la coalición de gobierno. A la Alianza le ocurre lo inverso. Lo anterior tiene validez como análisis global, pero no se aplica a la realidad de cada caso, donde se observa la variedad de situaciones para todos los bloques y sectores. Hay un conjunto de comunas (58) donde el candidato a alcalde de la Concertación obtiene 5 o más puntos que su lista de concejales y hay otro grupo de comunas (165) donde ésta lo supera por igual proporción de votos. Lo mismo ocurre en la derecha, donde sus alcaldes van 5 o más puntos por sobre la votación de sus listas de concejales en 152 comunas, mientras lo contrario ocurre también en un número considerable de comunas (88). Lo mismo con Juntos Podemos, que allí donde elige alcalde (7 comunas) o disputa la alcaldía supera ampliamente su votación en concejales en cifras que se empinan a los 40 puntos porcentuales. Es evidente que hay un voto cruzado de magnitud relevante. La separación de las elecciones, como lo analizamos ya en 2004, contribuyó a personalizar aún más las preferencias para alcalde y, a contrario sensu, a politizar las preferencias para concejal. Como efecto de la menor visibilidad de sus campañas, el gran número de candidatos y la atención concentrada en la elección del alcalde, aumentaron los electores que definieron su voto para concejal simplemente identificando cuál era el candidato del sector y/o partido de su preferencia o simpatía. Ello, por supuesto, es mucho más claro en las grandes comunas, donde los liderazgos no son conocidos sino por una pequeña proporción de la gente. En las comunas pequeñas, el aumento de candidatos refuerza la personalización del voto, pues aumenta la posibilidad de que los electores conozcan y estén comprometidos personalmente con alguno de los candidatos. Por razones semejantes, se produce también una fuerte tendencia a que la preferencia para Alcalde oriente la decisión de voto en Concejales. De hecho, a todos los partidos les va significativamente mejor en las comunas donde llevan también candidato a Alcalde que en aquéllas donde éste pertenece a otra formación política de su coalición. Como vemos en el cuadro que sigue, el rendimiento difiere notoriamente, más en la UDI, el PPD, RN y el PS, (de 6,8 a 5,9 puntos porcentuales) y algo menos en la DC y el PRSD (3,7 y 1,9 puntos respectivamente). Como este fenómeno ya ocurrió en 2004, se puede decir que parte del electorado tiende a buscar consistencia en el voto, de manera que muchos candidatos a alcalde consiguen traspasar parte de su adhesión a la lista de concejales de su pacto y, en particular, a los candidatos de su partido. Aunque en menor medida, seguramente también ocurrió el fenómeno inverso, de candidatos a concejal que llevaron a parte de sus electores a apoyar la candidatura a alcalde de su partido o pacto. Auth
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RENDIMIENTO VOTACIÓN CONCEJALES POR PARTIDO SEGÚN PRESENCIA/AUSENCIA DE CANDIDATO A ALCALDE DEL PARTIDO Candidaturas a Universo Votos Nº Partido % Votos Alcalde de Válidos Concejales Comunas Con 2.655.684 462.059 148 17,40 DC Sin 2.914.315 400.190 197 13,73 Con 1.359.025 228.330 79 16,80 PS Sin 4.210.974 463.800 266 11,01 Con 942.956 151.317 71 16,05 PPD Sin 4.627.043 440.638 274 9,52 Con 395.012 33.444 31 8,47 PRSD Sin 5.174.987 340.784 314 6,59 Con 2.394.058 518.288 167 21,65 RN Sin 3.175.941 499.407 178 15,72 Con 2.817.267 594.446 157 21,10 UDI Sin 2.752.732 393.012 188 14,28
Hay un conjunto de comunas donde las preferencias para alcalde y concejales se distribuyen de manera similar entre las distintas listas. Aunque ambos votos son secretos, no es arriesgado afirmar que, en estos casos, los votantes respondieron a la coherencia solicitada por las campañas, en la que los candidatos buscaban activamente la asociación, particularmente cuando parecía convenirles. Durante la campaña, el mejor indicador de la posibilidad de ganar para un candidato a alcalde en una comuna cualquiera, era el entusiasmo con que los candidatos a concejal de su sector buscaban asociarse a su candidatura. Hay otro conjunto de comunas donde las diferencias entre los votos para alcalde y para concejales se deben a la presencia de candidatos a alcalde salidos de la Concertación o de la Alianza, que naturalmente captan parte importante de los votantes que optan por sus respectivas coaliciones para concejal. Hay un tercer grupo de comunas donde la diferencia se debe a la capacidad de un candidato a alcalde de la Concertación o de derecha, para penetrar en el electorado de la otra coalición, que sigue expresando su preferencia política en el voto para concejal. Este fenómeno aumentó considerablemente en esta elección, llegando la diferencia a magnitudes increíbles. En la Alianza, hay 109 comunas donde sus candidatos a alcalde superaron en más de 10 puntos la votación de su lista de concejales, los casos más notables son los de Alto Hospicio (37,7 puntos de diferencia), Curacaví (31,4), Chillán (28), Renca (26,3), Peñaflor (24,9), Viña del Mar (24), Puente Alto (22,9), Villarrica (22,6), Cerrillos (20,8), Valdivia (20,5), PAC (19,8 puntos sobre sus concejales, pero derrotados), Ancud (18,9), Concepción (18,5), Cerro Navia (18,3), Chiguayante (18,1), Iquique (17,9), Buin (17,5), Linares (17,2), Coronel (15,9), Rengo (15,2), Lo Barnechea (15) y Puerto Varas (15 puntos porcentuales). En todos estos casos, los candidatos de la Concertación estuvieron significativamente por debajo de la votación de sus listas de concejales.
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En la Concertación son 30 las comunas donde los candidatos a alcalde superaron significativamente (por más de 10 puntos) la votación de sus dos listas de concejales. Los casos más destacados son San Fernando (22 puntos), Parral (20,6), La Unión (15,8 pero derrotada la Alcaldesa), San Joaquín (14,8), San Javier (13,8), Quilpué (12,1), Maipú (12), Peñalolén (12), La Cisterna (11,7), San Miguel (11,1) y Lo Prado (10,7 puntos porcentuales). También hay diferencias importantes en La Granja (9,9), Macul (9,4), Pudahuel (8,7), La Pintana (8,2), Hualpén (7,9) y Talagante, donde el candidato que ganó la alcaldía obtuvo 7,4 puntos porcentuales más que sus dos listas de concejales.
6.-DC: RETOMA TENDENCIA A LA BAJA En elecciones de la misma naturaleza, la DC comenzó en 1992 con 28.9%, cuatro años más tarde descendió a 26.2%, en las municipales de 2000 acentuó su caída, reduciéndose a 21.9% de los votos. En 2004 logró prácticamente detener la tendencia sostenida a la baja obteniendo 20,8% y ahora sufre la pérdida de 5,3 puntos porcentuales, que equivale a la cuarta parte de su votación y representa la caída más grande desde el 2000, cuando perdió 4,3 puntos. El 15,5% obtenido por la DC y sus independientes es el resultado más bajo del principal partido de la Concertación desde hace bastante tiempo. Va bastante más abajo del 18,9% de la elección de diputados de 2001, hasta ahora la peor performance desde 1989. Quizás haya que remontarse a la década de los cincuenta para encontrar votaciones inferiores a ésta. Existe una filiación directa de la pérdida de votos democratacristianos con el éxito obtenido por la lista PRI, conformada en su mayoría –aunque no en exclusividad- por líderes nacionales y locales que no mucho tiempo antes de la elección ocupaban relevantes cargos de dirección en la DC. El resultado de 2004 obtenido por la DC no fue la consecuencia de la reversión de los condicionantes sociopolíticos de la tendencia histórica a la declinación, sino más bien el mejoramiento relevante de las condiciones relativas en las que la Democracia Cristiana enfrentó esta elección, incrementando significativamente su elenco de candidatos de 671 a 954 (del 37 al 45% del total de la Concertación). La DC, por otra parte, pierde 90 concejales electos y reduce notoriamente su participación en los Concejos Municipales -de 22,4 a 18,2 por ciento-. Retrocedió, además, en su presencia comunal, pues había alcaldes y/o concejales democratacristianos en 319 comunas, cubriendo 96,2% de la ciudadanía en el periodo 2004-2008. Ahora los hay en sólo 289 comunas y la cobertura tuvo un retroceso relevante, reduciéndose al 87,4% del universo electoral del país. La Democracia Cristiana obtiene resultados bajos al punto de no elegir concejal en 56 comunas, entre las cuales se encuentran Iquique, Vallenar, Illapel, San Felipe, Pichilemu,
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Constitución, Arauco, Pucón, Panguipulli, Coyhaique, Cerrillos, Huechuraba, La Reina, Pedro Aguirre Cerda, Pudahuel, San Miguel y Vitacura. Al analizar el comportamiento de la votación de los diferentes partidos según tamaño electoral de la comuna, la Democracia Cristiana continúa siendo la fuerza política de resultado electoral más homogéneo, con apenas 1,3 puntos porcentuales de diferencia entre su mayor rendimiento (16% en los dos grupos de comunas más pequeñas, menores de 5 mil y el tramo de 5 a 15 mil electores) y el más bajo, que es de 14,7% en las comunas intermedias, entre 25 y 50 mil inscritos. En las de más de 50 mil electores, la DC obtiene 15,6% de los votos, similar resultado al de aquellas comunas entre 15 y 25 mil electores (15,7%). La DC pierde algo de su mayor homogeneidad de su comportamiento electoral a través de las regiones de Chile. Si en 2004 era el único partido que obtuvo en la Región Metropolitana, el mismo resultado que en el resto del país considerado en su conjunto, ahora hay 1,6 puntos porcentuales en la RM por debajo del resto (14,5 y 16,1%, respectivamente). Le va muy mal en las regiones de Tarapacá (7,7%), Antofagasta (9,9%), Aisén (10,2%), Arica-Parinacota (11%) y Atacama (11,8%), resultados medianos en la Región de los Ríos (13,8%) y del Libertador Bernardo O’Higgins (14,6%). Sus mejores performances están en la Región de Los Lagos (20,6%), Bío-Bío y Magallanes (18% en ambas), la Región de Coquimbo, que era la mejor en 2004 y retrocede 6,7 puntos para llegar a 17,7%, Maule, con 16,6%, La Araucanía (16,2%) y Valparaíso, con 15,7% de los votos válidos. Aunque la caída mayor de su votación (6 puntos) estuvo en las comunas donde tenía alcalde o aspiraba a tenerlo, su resultado global sigue sostenido por el hecho de encabezar a la Concertación en 148 comunas que representan casi la mitad del universo electoral (47,7%), donde obtiene un rendimiento de 3,7 puntos porcentuales más que allí donde son otros los partidos de la Concertación compitiendo por la alcaldía. Sus mejores resultados, donde se destacan las 20 comunas con mayor votación democratacristiana, se mueven entre 27,2 y 31,4 por ciento de los votos. Aquí hay 4 comunas del distrito 42, territorio del senador Hossain Sabag, 3 comunas de medianas y pequeñas de La Araucanía, 2 del distrito 58 (Chiloé), Macul, que es la mejor de la RM, y las ciudades de Osorno y Curicó. Casi todas las mejores votaciones de concejales son conseguidas allí donde la DC tiene también la candidatura a alcalde de la Concertación. Un hecho importante para el Partido Demócrata Cristiano en las municipales de 2008, es haber perdido la condición de principal partido comunal, cediendo el liderazgo en votos para concejales a RN y la UDI, que ocupan los dos primeros lugares. Lo mismo ocurre en materia de concejales electos. El otro dato relevante es que su gravitación en la Concertación se reduce de 43,4 a 34,2% de los votos totales de la coalición de gobierno.
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7.- PPD: LA DEFENSA DE SU VOTACIÓN Con 10,6% de los votos, el PPD se sitúa a menos de 3 décimas del resultado obtenido en las municipales de 2004, cifra muy similar a la del 2000 y de 1996, elección donde sí había experimentado un crecimiento respecto del 9,2% conseguido en su primera participación en comicios locales, en 1992. El Partido Por la Democracia muestra nuevamente su dificultad para consolidar al nivel local sus avances parlamentarios, pues en la elección de diputados de 2005 sus candidatos sumaron 16,5% de los votos. Cabe señalar, que este partido experimentó una fuerte crisis seguida de una escisión a comienzos del 2007, de la cual salió el movimiento Chile Primero, cuyos candidatos formaron parte como independientes en la lista PRI, aunque se estima que sus votos superarían apenas un punto porcentual. El mérito del PPD, entonces, fue el de resistir a su crisis, considerando que un proceso equivalente le significó a la DC perder la cuarta parte de su votación. La explicación más plausible de esta resistencia es el aumento significativo de su elenco de candidatos a concejal. El PPD básicamente mantiene su número de concejales electos (247) y su participación en los Concejos Municipales (11,5%). Respecto de las municipales de 2004, su aporte a la votación concertacionista permanece prácticamente inalterado (23,5%). El PPD continúa perjudicado relativamente por el hecho de haber ingresado a la negociación municipal con un número y cobertura de alcaldes bastante menor que la del PS y sobre todo de la DC. Llevó candidatos a alcaldes en 71 comunas ante sólo 16,9% del electorado, beneficiándose menos del traspaso de votación que hacen los candidatos a alcalde a los candidatos a concejal del mismo partido, como explicamos al analizar el voto cruzado. El PPD continúa acortando las diferencias entre su votación en Santiago y regiones (11,4 y 10,1, respectivamente). Disminuye su votación metropolitana (era 12,7%) e incrementa levemente su caudal electoral regional. Su comportamiento electoral no retrocede en homogeneidad. Con sólo una región bajo el 8% (Arica-Parinacota, con 5,3%, marcada por el mal resultado en Arica), Magallanes que crece para convertirse en la mejor región para el PPD, con 17,2%, y la Región de Coquimbo que se mantiene en 14% de los votos. También mejora Aisén (13,4%), La Araucanía (11,9%), Tarapacá (11,6%) y Atacama (11,1%). Se mantiene dentro de variaciones menores, en las regiones de Valparaíso (9%), O’Higgins (9,4%), Maule (8,8%), Bío-Bío (10,6%) y Los Lagos (8%). Las regiones de Antofagasta (9,8%) y Los Ríos (9,3%) experimentan importantes retrocesos en la votación PPD. El avance en la homogeneidad de la votación PPD de 2004 se consolida. Aumenta su votación en las comunas más pequeñas (11,3%) y mantiene su buena performance (12,9%) en las intermedias de 25 a 50 mil electores aparecida en la elección de 2004. También crece
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levemente en las comunas de 5 a 15 mil electores (10,3%) y obtiene el resultado más bajo (8,2%) en las comunas intermedias de 15 a 25 mil electores. También redujo levemente su votación en las grandes comunas (9,6% de los votos válidos). Vuelve a disminuir el número de comunas donde el PPD no logra superar el umbral del 5% de los votos. Si en 1996 eran 136 comunas y representaban 30,7% del universo electoral y en las municipales de 2000, aumentaron a 135 (36,7% del universo), y en 2004 se redujeron a 82 comunas y el 17,1% del universo electoral, ahora son sólo 40 comunas, incluyendo dos donde no presentó candidatos (Futaleufú y San Vicente). Aquí hay algunas comunas donde sistemáticamente no ha superado este umbral, como Curicó, Tomé, Quillota, San Vicente, Limache y Concón. Se agregan algunas relevantes como Arica, Las Condes, Casablanca, Rengo, Santa Cruz, Puerto Varas, Ancud y Aisén. Las 20 mejores votaciones del PPD están, en su mayoría, en comunas donde el candidato a alcalde pertenece al partido, salvo Hualañé, Juan Fernández, Punta Arenas y Lautaro. Llama la atención la presencia de 4 comunas de la Región Metropolitana (Lo Prado, La Pintana, San Joaquín y Buin). La mejor performance del PPD en esta elección fue en Hualpén (35,1%), una comuna grande con alcalde del mismo partido. El PPD disminuye levemente su presencia en los gobiernos comunales, visto desde una perspectiva de cobertura territorial. Había alcalde y/o concejal del Partido Por la Democracia en el periodo 2004-2008 en 223 comunas, que representaban 77,1% del universo electoral, mientras para la etapa 2008-2012 este partido estará presente en 216 comunas ante 71,9% de los chilenos.
8.- PARTIDO SOCIALISTA: EL LEVE CRECIMIENTO El Partido Socialista obtuvo 12,4% de los votos, recuperando su leve pero persistente tendencia al alza en elecciones municipales –había retrocedido en 2004– desde que se reinauguró la democracia local en 1992. Su primer resultado fue un magro 8,5%, este desempeño creció en 1996 al 11,2% y en 2000 al 12,1%, retrocediendo a 11,4% de los votos en 2004. Ahora aumenta un punto porcentual, incremento meritorio, pues ocurre en el contexto de baja de la Concertación. Siempre es muy difícil que un partido crezca o reduzca significativamente su votación en elecciones municipales. Porque se trata finalmente de 345 elecciones y de igual o mayor número de razones para votar o dejar de hacerlo por un candidato determinado. El resultado municipal depende, entonces, muy fundamentalmente, de la calidad del elenco de candidatos que el partido consiga instalar, del número de éstos, de la intensidad de la competencia en las comunas y, sólo marginalmente, de factores nacionales, como la calidad del apoyo del partido a sus candidatos, la buena salud de la marca partidaria o el prestigio de sus líderes nacionales. En esta elección, el PS crece en el marco de una competencia mucho más intensa por el voto, por el aumento del número general de candidaturas y por la aparición de la lista PRI,
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que presionaba también sobre el mismo electorado. El PS tuvo 1.027 candidaturas a concejal y estuvo presente en las 345 comunas del país. Compite en inferioridad de condiciones con RN, UDI y la DC, por su menor número de candidatos a alcalde, que le permiten beneficiarse menos que esos partidos del componente adicional de votación que obtiene en las comunas donde presenta candidato a alcalde (son 5,8 puntos más que allí donde el candidato es de otro partido de la Concertación), aunque se beneficia bastante más que el PPD y el PRSD, pues tiene candidato a alcalde ante la cuarta parte de los electores (24,8%), mientras el PPD lo hace ante 16,5% y el PRSD compite por la alcaldía ante 7,1% de los ciudadanos del país. La ampliación de su elenco de 433 a 1.026 candidatos logró compensar con creces el incremento significativo de la competencia, pues su plantilla pasó del 7% en 2004 al 10,8% del total de candidatos. El peso específico en la Concertación aumenta de 23,8% al 27,5% de los votos de la coalición de Gobierno. El Partido Socialista extiende su presencia real en el territorio nacional. Desde 1992 a la fecha, se ha ido reduciendo el número de comunas donde obtiene menos de 5% de los votos, en 2004 fueron 69 comunas y ahora eso ocurre solamente en 21, entre las cuales están Las Condes, Viña del Mar, Vitacura, Buin, La Unión, Traiguén, Vilcún y Paillaco. Se mantiene el avance de 2004 en términos del equilibrio entre la votación de la Región Metropolitana (12,6%) y del resto del país (12,3%). El PS tiene sus peores rendimientos electorales en las regiones de Arica-Parinacota (7,5%), Tarapacá (8,5%), La Araucanía (8,9%) y en la Quinta Región (9,4%), mientras los mejores están nuevamente en Atacama (17,3%), Los Lagos (16,9%) y la Región de O’Higgins (15,6%). Se mueven cerca del promedio nacional las regiones del Maule (13%), Antofagasta (12,8%), Bío-Bío (12,7%), Coquimbo (12,5%), Los Ríos (11,9%) y la Región de Aisén (11,1%). Las mejores votaciones socialistas están en las regiones de Los Lagos (4 comunas), Bío-Bío (4) y Metropolitana (otras 4 comunas). La más votada de todas es Pudahuel (37%), pero también está El Bosque, Independencia y San Miguel. Destacan, asimismo, las ciudades de Puerto Montt, Coronel, Puerto Varas y Arauco. El Partido Socialista elige 10 concejales más y aumenta levemente su participación en los Concejos Municipales (12,8% en 2004 y 13,2% en 2008). Si en el periodo 2004-2008 habían alcaldes y/o concejales del PS en 237 comunas que abarcaban al 79,5% de los chilenos, ahora el partido está presente en 240 comunas y su cobertura desciende al 73,7% del universo electoral del país.
8.- PRSD: EL SOBRESALTO El PRSD es el partido que presenta el mayor crecimiento en la elección de concejales, al obtener 6,7% de los votos válidos. En 2004 había caído desde 5,7 a 4,9%, y ahora se recupera notoriamente, obteniendo su mejor resultado de este periodo democrático, levemente por encima del obtenido en 1996 y 1,8 puntos porcentuales más que en 2004. El
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PRSD competía en una posición muy desmedrada con todos los demás partidos, pues las negociaciones municipales ni siquiera le habían permitido presentar candidato a concejal en todas las comunas. Es, sin duda, el principal beneficiado de la decisión de la Concertación de concurrir en dos listas a la elección de concejales. Como se sabe, el PRSD tiende a obtener menos votos en las comunas grandes, donde la distancia entre los electores y los candidatos es mayor, en las que incide algo más la marca partidaria y su popularidad. Mientras obtiene 5,5% de los votos en las comunas grandes con más de 50 mil votos válidos, 6% en las medianas (entre 25 y 50 mil), 7,5% en las intermedias (entre 15 y 25 mil), para llegar a 8,8% de los votos válidos en las comunas entre 5 y 15 mil votos válidos y 8,5% en las más pequeñas, bajo 5 mil votos. Crece más o menos por igual en la Región Metropolitana que en el resto de Chile, obteniendo 4,9 % y 7,8%, respectivamente. La verdad es que, excluyendo la capital, Tarapacá (2,6%) y Magallanes (4,6%), el comportamiento electoral de los radicales es más bien homogéneo. Sus resultados se mueven en un rango estrecho que va desde 10% en las regiones de Aisén, Coquimbo (9,9%), Antofagasta (9,4%), Atacama (9,3%), Valparaíso (8,4%), Araucanía (8,1%) y Los Ríos (8%) al 7,5% en las regiones del Maule y del Biobio, la del Libertador Bernardo O’Higgins (7,2%), Los Lagos (6,4%) y 6,1% de los votos válidos en la Región de Arica-Parinacota. En la mayoría de las regiones, a excepción de Arica-Parinacota, el PRSD mantiene el cuarto lugar de la Concertación en votos, aunque muy cerca de los demás en las regiones de Antofagasta, Valparaíso, La Araucanía y Aisén. Los mejores resultados del PRSD están dispersos a lo largo de Chile en comunas pequeñas y más bien rurales, con la excepción de San Antonio, La Serena e Illapel. Su más alta votación está en Litueche, en la Sexta Región, donde hay 3 comunas con altas votaciones partidarias. La Región del Bío-Bío concentra 8 comunas con buenas votaciones, siendo la principal la comuna de Cañete. Eligió 18 concejales más que en 2004 (145 en total), aumentando su participación de 5,9 por ciento a 6,8% en los Concejos Municipales del país, de todas maneras lejos del 8,9% que consiguió elegir en 1996 en subpacto con la Democracia Cristiana. Los radicales mantuvieron básicamente el número de comunas con alcalde y/o concejal del partido, eran 133 y 28,1% de cobertura del universo de votos en 2004, ahora son 136 comunas, que representan 28,3% de los electores de Chile, la tercera parte de la cobertura que tienen el PPD y el PS, que le anteceden en la Concertación. Aunque pasa de 2 a 11 concejales en la Región Metropolitana, la gran mayoría son de comunas rurales, eligiendo sólo en San Miguel y San Bernardo en lo que al Santiago urbano se refiere. De todas maneras, el resultado electoral del Partido Radical Socialdemócrata es de lejos el que más difiere –hacia el alza- de la identificación y adhesión ciudadana expresada en las encuestas de opinión. En los sondeos se mueve entre el 1 y 2 por ciento, en votos quintuplica su promedio en las encuestas. Incluso en las comunas grandes, donde la marca y prestigio partidario tiene influencia, obtiene a lo menos más de tres veces de lo que le acreditan las encuestas de opinión.
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10.- UDI: LA RESISTENCIA La UDI obtiene 17,7% de los votos válidos, cae 3 puntos porcentuales respecto de 2004 y es desalojada por RN de su condición de primera fuerza de la oposición conquistada en 2004 después de una larga travesía. Este resultado se sitúa a 5,1 puntos del 20,8% obtenido en la elección de diputados de 2005, que confirmó al pie de la letra el resultado municipal previo. El mérito de la UDI es haber evitado el descalabro electoral previsible por el cambio de liderazgo presidencial de la Alianza. Porque la aparición de Joaquín Lavín como líder aliancista a partir de su éxito municipal de 1996 y consolidado desde 1999 hasta las municipales de 2004, le había permitido a la UDI remontar su distancia respecto de la fuerza electoral de RN hasta superarla estrechamente en las municipales de 2000 y luego ampliamente en la elección de 2004. Ahora que Sebastián Piñera, ex presidente de RN, ocupa el lugar de Lavín en las encuestas y en el liderazgo común de la Alianza, se podía esperar un fenómeno similar al ocurrido en las municipales y parlamentarias previas, es decir, un cambio significativo en la correlación de fuerzas electorales al interior de la coalición opositora. Como RN apenas creció 1,4 puntos porcentuales, la relación entre ambos partidos no se modificó brutalmente. Lo que permitió a la UDI resistir es su red de alcaldes y una negociación municipal que le permitió encabezar a la Alianza en la disputa alcaldicia en 157 comunas y ante 50,6% de los electores del país, mientras su aliado compitió ante un 43% de los ciudadanos. Además, el rendimiento en votos de concejales en esas comunas es de 6,8 puntos más que en las restantes, determinando que el 60% de sus votos lo obtiene en las 157 comunas donde compitió por la alcaldía, en 68 de ellas con éxito. El diferencial de rendimiento en RN es casi un punto menos que para la UDI, y los votos obtenidos en las 167 comunas donde encabezó a la Alianza en la papeleta de alcaldes, representan 50,9% de su votación. Partido urbano, la Unión Demócrata Independiente es el partido más fuerte del país (21,5%) en las 27 comunas de más de 50 mil votos válidos y en las restantes, su comportamiento es bastante homogéneo, pues obtiene 16,1% en las comunas de 15 a 50 mil votantes (70) y similar resultado en las 102 comunas de menos de 5 mil votos válidos (16,5%). Su resultado más bajo lo obtiene en las 146 comunas entre 5 y 15 mil votos, donde obtiene 15,1% de los votos válidamente emitidos. La importante diferencia de votación que tenía la UDI entre la Región Metropolitana (24%) y las regiones consideradas en conjunto (18,8%) se reduce notoriamente, pues obtiene 19,1% en la RM y 16,9% en las regiones restantes. Su región más débil era Atacama, ahora lo es todavía más, pues obtiene apenas 5,8%. Sus mejores resultados los obtiene en las regiones del Maule (20,5%), Valparaíso (19,8%), RM (19,1%), Los Lagos (18,1%), Tarapacá y O’Higgins, con 17,6% en ambas, la Región del Bío-Bío (17,5%) y la Región de Los Ríos, con 16,8% de los votos. Las regiones con resultados más bajos son Magallanes (11,7%), Coquimbo (11,8%) y La Araucanía (13%). Obtiene resultados medianos en Aisén (15,3%), Antofagasta (15,4%) y la Región de AricaParinacota, con 15,5% de los votos válidos. Las caídas más importantes de la UDI ocurren
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en las regiones de Antofagasta (5,8 puntos porcentuales) la Región Metropolitana (4,9), Aisén (4,4), Coquimbo (4,3), Magallanes (3,5) y la Región de Valparaíso (2,9 puntos). La caída en la Región Metropolitana es responsable de más de la mitad (58,4%) de la baja total de la UDI. En realidad, era esperable un impacto mayor del cambio de liderazgo presidencial en las grandes comunas de opinión pública, particularmente allí donde obtiene votaciones muy importantes la Alianza. El electorado de las comunas más ricas de Santiago, donde la Alianza obtiene grandes votaciones, se inclinó esta vez preferentemente por Renovación Nacional. Mientras la UDI cayó en todas estas comunas (Las Condes, Vitacura, Lo Barnechea, Ñuñoa, Providencia y La Reina), particularmente en Vitacura (26,2 puntos), Providencia (23,3) y Las Condes, donde bajó 13,7 puntos porcentuales respecto de 2004, Renovación Nacional subió en todas ellas. La cuarta parte de la caída en votos de la UDI en el país se explica por estas 6 comunas, que concentraron 9,5% de la votación nacional de la Alianza. Las 20 mejores performances de la UDI incluyen 6 comunas de la RM y 4 estancias magallánicas. Llaman la atención los altos rendimientos en comunas populares como Huechuraba, Colina, Recoleta y Renca, donde controla también la alcaldía. Concepción también está entre las más altas votaciones para la UDI (36,5%). Hay comunas con fuerte presencia de ABC1 donde también le va muy bien, como es el caso de Viña del Mar, Providencia, Puerto Varas y Lo Barnechea. La caída de 3,1 puntos porcentuales en votos redundó para la UDI en la pérdida de 50 concejales –sólo superada por la DC en este ámbito- y la disminución de su participación en los Concejos Municipales de 21 a 18,7 por ciento. También se redujo el número de comunas donde hay alcalde y/o concejal de la UDI de 304 a 285comunas, y la cobertura retrocedió de 92,1 a 87,1% del universo electoral del país.
11.- RN: BENEFICIOS DEL LIDERAZGO PRESIDENCIAL RN pasa del tercer lugar obtenido en 2004 con 16,9% a convertirse en el partido más votado en las elecciones de concejales, al aumentar 1,37 puntos obteniendo 18,3% de los votos válidos. Estaba 3,85 puntos por debajo de la UDI y de la DC en 2004, y ahora se sitúa 6 décimas por encima de la UDI y 2,8 puntos porcentuales por sobre la Democracia Cristiana. La verdad es que el resultado en votos de concejales para RN no correspondió a las expectativas que generaba un cuadro político donde su liderazgo presidencial había tomado la delantera y estaba instalado casi sin discusión como líder exclusivo de la Alianza. El 8 por ciento de aumento de la votación propia (apenas 1,37 puntos) está por debajo del piso de lo esperado incluso por sus adversarios. La verdad es que RN se convierte en el primer partido no por su crecimiento sino más bien por la caída significativa de la Democracia Cristiana e igualmente relevante de la UDI. De hecho, la votación de Renovación Nacional en 2008 sigue estando por debajo del 18,5% obtenido en las municipales de 1996, cuando recién comenzaba el ascenso de la UDI.
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RN cae levemente en las comunas pequeñas respecto de 2004 y sube notoriamente en todas las comunas mayores de 25 mil votos válidos, dato indicativo de que el crecimiento de RN se debe al incremento del prestigio y atractivo de la marca, asociada al nuevo liderazgo presidencial de la derecha. En las comunas donde la inserción y redes de liderazgo son mucho más determinantes que las grandes orientaciones nacionales y el posicionamiento mediático. Obtiene 19,3% en las comunas de más de 50 mil votos, 17,4% en las de 25 a 50 mil, 19% en las intermedias, de 15 a 25 mil votos válidos. En los dos segmentos de comunas pequeñas, su performance es la más baja, 17,2% de los votos. La novedad es que el equilibrio que tenía la votación RN entre Santiago y regiones se rompe a favor de la Región Metropolitana, donde obtiene 20% de los votos, 2,7 puntos más que en el resto del país. Sus mejor resultado está en La Araucanía (26.3%), a pesar de haber retrocedido 1,2 puntos porcentuales. Le siguen Aisén, donde mantiene su votación en 23,6%, la Región de Los Ríos (23%), y la Metropolitana (20%), donde crece en 3,9 puntos respecto de 2004. Luego viene la Región de Valparaíso, donde aumenta 1,1 puntos para alcanzar 18,8% de los votos, Atacama con 18,7%, aunque cae en 2,1 puntos su votación. Los peores resultados están en Magallanes (11,6%), donde cae 3,1 puntos, luego vienen Antofagasta y Coquimbo con 12,7%, en ambas disminuye levemente la votación. Bío-Bío también reduce unas décimas su votación, con 14,8%. En la Región de O’Higgins más bien aumenta levemente, obteniendo 15,3% de los votos, similar cifra a la de Los Lagos (15,9%). También disminuye su votación en la antigua Primera Región, marcando 17,7% en Arica-Parinacota y 16,4% de los votos en Tarapacá. Finalmente, se mantiene en la Región del Maule, con 17,3%. Sus mejores performances comunales están más bien en territorios con gran concentración de ABC1, como Las Condes (41%), Papudo, Zapallar, Ñuñoa, Vitacura y Lo Barnechea. Destaca su más alto rendimiento en Panguipulli (51%), gracias a la votación de una candidata independiente mecenas del pueblo, pero también sus excelentes resultados en Cerrillos, Temuco y San Carlos, asociados al éxito de sus candidatos a alcalde en estas comunas. En el ámbito de los concejales electos, Renovación Nacional compensó en parte la pérdida UDI al elegir 29 concejales más que en 2004, totalizando 462, lo que aumenta su participación de 20,2 a 21,5% en los Concejos Municipales del país. Con eso, recuperó su primacía en la derecha y se convirtió por primera vez en la bancada de concejales más numerosa del país. El número de comunas donde RN tiene alcalde y/o concejal aumentó de 294 a 305, incrementado significativamente su cobertura del 80,3 al 91,3 por ciento, pasando a ser el partido de mayor presencia comunal de Chile.
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11.- JUNTOS PODEMOS: LA CONSOLIDACIÓN La repetición prácticamente idéntica del buen resultado lo vive el Juntos Podemos -9,1%-. Esta lista une al Partido Comunista, a los Humanistas y a otras pequeñas formaciones de izquierda, como Fuerza Social e Izquierda Cristiana, entre otras. Si en 2004 fue una sorpresa derivada de la desaparición del “voto útil” que traía aparejado el sistema de elección conjunta de alcaldes y concejales, ahora es la votación esperada. Pudo haber experimentado algún grado de crecimiento debido a cierto progreso del prestigio e identificación con la alternativa política de Juntos Podemos, medido en las encuestas nacionales, pero éste fue probablemente contenido por la ampliación del elenco de candidatos de la Concertación, que logró así reclutar líderes locales que podrían haber engrosado su lista. A pesar de haber aumentado su elenco en 429 (de 1.160 a 1.589), su participación en el total de candidatos bajó de 18,7 a 16,8 por ciento. Ello, en el contexto del cuerpo a cuerpo en que se desarrolla la competencia por los votos de concejal en las comunas, representa una desventaja. La mantención de la votación de Juntos Podemos nos muestra que es correcta la tesis que desarrollamos en 2004 del “sinceramiento” de las preferencias ciudadanas con el nuevo sistema de elección separada de concejales y alcaldes. Ahora el voto tiene un componente derivado de las preferencias políticas nacionales y otro de la inserción, actividad y redes de relaciones de los líderes locales, casi sin referencia a sus posibilidades de ser electos ni a su poder. Se mantiene el comportamiento de la votación de la lista “Juntos Podemos” según tamaño electoral de la comuna. Mejora en el segmento entre 15 y 25 mil votos válidos, donde obtiene la mejor performance (9,9%), se mantiene en las más grandes, con 9,6%, y en las medianas –entre 25 y 50 mil-, con 9,7% de los votos. Disminuye a 7,8% en las comunas entre 5 y 15 mil votos válidos, para obtener su resultado más bajo (6,2%) en el grupo de comunas más pequeñas, de menos de 5 mil votos válidos. Sus mejores votaciones regionales están en Arica-Parinacota (13,7%), Atacama (11,7%), Coquimbo (10,8%) y la Región Metropolitana (10,3%). Aisén (3,8%), la Araucanía (4,6%), Tarapacá (5%), Los Lagos (5,4%), Magallanes (6,3%) y Los Ríos (6,6%), son las peores regiones para Juntos Podemos. Obtiene resultados cercanos a su promedio nacional en las regiones de O’Higgins (8%), Antofagasta (8,5%), Maule (8,7%), Bío-Bío (9,1%) y Valparaíso (9,9%). Si comparamos el resultado metropolitano respecto del resto de las regiones como conjunto, éstas obtienen 2 puntos porcentuales menos que la capital. Los mejores resultados de Juntos Podemos están justamente en las 4 comunas donde hubo candidato a alcalde con omisión concertacionista, Canela, PAC, La Ligua y Diego de Almagro. También obtuvo altas votaciones en San Joaquín y Tomé. Llama la atención la presencia de 3 comunas del distrito 46 en la nómina de las 20 comunas, entre ellas Lota. La lista elige 80 concejales -9 menos que en 2004-, que representan 5% de los concejales del país. A pesar de la aparición de una nueva fuerza política (lista PRI) con numerosos concejales, Juntos Podemos consigue mantener básicamente la misma participación en los
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Concejos Municipales, que ahora será de 4,2%. En el periodo 2004-2008 habrá concejales de Juntos Podemos en 72 comunas -5 más que en 2004-, aumentando su cobertura de la cuarta parte (24.8%) a más del tercio (35%) del electorado nacional. Este incremento en la cobertura se debe básicamente a que lograron elegir concejales por primera vez en grandes comunas de la Región Metropolitana, como Maipú, La Florida, Santiago, Recoleta, Conchalí y Quinta Normal.
13.- LISTA PRI: LA SORPRESA Los parlamentarios, ediles, dirigentes y militantes de la Democracia Cristiana salidos de su partido, a consecuencia de la expulsión en diciembre de 2007 de quien fuera presidente de la DC desde 2002 a 2006, el Senador Adolfo Zaldívar, le dieron sustento político y redes locales suficientemente insertas en el territorio a la iniciativa de crear un partido nacional que empujaba un puñado de dirigentes provenientes en su mayoría de la ANI (Alianza Nacional de los Independientes) y algunos de la Nueva Fuerza Regional, partidos regionales que en 2004 habían sumado 1,34% de los votos presentando candidatos sólo en las regiones del sur y del norte de Chile. El movimiento Chile Primero, que no consiguió cumplir a tiempo los requerimientos legales para convertirse en partido político, se sumó a la lista conformada por el PRI, bajo la denominación de Chile Limpio. También se incorporó el pequeño Partido Ecologista, recién legalizado en tres regiones del país (Tarapacá, Antofagasta y Atacama). La lista presentó 1.429 candidatos, 15% del total de candidaturas a concejal. El componente principal de la lista proviene de las redes de liderazgos locales salidos de la DC, un sector proveniente de la ANI en las regiones del sur, descolgados de distintos partidos de todo el espectro –de la UDI al PC- y poco más de un centenar de candidatos del movimiento Chile Primero, parte de ellos salidos del PPD o de su entorno. Integraron la lista 50 concejales electos en 2004, 25 de ellos provenían de la DC, 3 PS, 1 PPD y 1 PRSD, 11 de la Alianza (7 RN y 4 UDI), 6 de la ANI, 2 de Juntos Podemos y un independiente fuera de pacto. También formaron parte de la lista 47 ex concejales (4 de ellos también fueron alcaldes), 23 electos en 2000, 16 en 1996 y 8 que intentaron regresar al cargo en que resultaron electos en 1992. Más de la mitad provenía de la Concertación -13 DC, 8 PPD, 4 PS y 3 PRSD-, la cuarta parte venía de la derecha -6 RN, 4 UDI y 4 UCC-, había 4 ex concejales independientes y uno del Partido Comunista. El aporte electoral de estos 97 concejales y ex concejales es de 1,1 puntos porcentuales, 14,8% de la votación total de Chile Limpio, más del doble de lo que representan (6,7%) del total de candidatos. Finalmente, participaron de esta lista 154 líderes comunales que habían competido sin éxito en comicios anteriores, 106 de ellos en 2004, sea para concejal o para alcalde. 29 venían de la Concertación -17 DC, 6 PS, 4 PRSD y 2 PPD-, 28 de derecha -12 UDI, 7 RN y 9 UCC-, 29 de los partidos de Juntos Podemos, 51 independientes y 17 de los partidos regionalistas. También aportan 1,1 puntos, otro 14,8% del total de los votos de Chile Limpio.
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De los 251 candidatos con historia electoral previa, 87 provienen de la Concertación -55 DC, 13 PS, 11 PPD y 8 PRSD-, 53 de la derecha -20 UDI, 20 RN y 13 UCC-, 32 de la izquierda extraparlamentaria, 23 de la ANI y NFR, además de 56 independientes. Representan 17,6% del total de candidatos, aportaron 2,2 puntos porcentuales y representan 29,6% de la votación total de la lista PRI. Al cruzar las 1.178 candidaturas sin historia electoral previa con el padrón de militantes de la Democracia Cristiana, descubrimos que 116 de ellos pertenecían a ese partido en diciembre de 2007. Aportan 7 décimas de punto, poco menos del 10% de la votación de la lista. Sus votos y los de concejales y ex concejales provenientes de la DC aportan 1,3 puntos porcentuales y aportan 17,2% del total de votos de la lista. Es difícil establecer con precisión cuánto del 7,6 por ciento de la lista PRI proviene de electores que en 2004 optaron por la Democracia Cristiana. Al dato duro descrito arriba, hay que agregar la influencia de 18 candidatos a alcalde de esta lista con historia electoral previa en la DC, además de otros ex militantes sin participación anterior en elecciones. Por otro lado, es indiscutible que el target o blanco de la campaña que tuvo por organizador al ex secretario general de la DC y como vocero y rostro ancla al ex presidente del mismo partido, eran los electores democratacristianos. Aunque resulta muy claro que no todos los votos recibidos por la lista PRI salieron de la Democracia Cristiana, hay un vínculo indubitable entre la caída de 5,3 puntos de la DC y el 7,6% de la lista PRI. Las mejores regiones para esta lista, a excepción de Magallanes, son exactamente las más grandes bajas de la Democracia Cristiana, como es el caso de Antofagasta, Atacama y Aisén, donde la DC cae de 9 a 10 puntos porcentuales, mientras el PRI obtiene entre 11,7 y 18,3 por ciento en esos mismos territorios. También es notorio que la pérdida de 6,4 puntos de votación en la Región Metropolitana tuvo bastante que ver con loa votación PRI (5,8%), pues su lista metropolitana se nutría abundantemente de líderes locales salidos del mundo DC. Lo mismo podría decirse de lo ocurrido en las regiones de Coquimbo y de Valparaíso. La votación de la lista PRI en las regiones del Bío-Bío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos, es muy probable que provenga en parte importante del aporte del contingente proveniente de la ANI. Los mejores resultados territoriales están, como se dijo, en Antofagasta (18,3%), donde se sitúa como primer partido regional, en Atacama (13%) y Aisén (11,7%), donde se pone por delante de la DC, en Magallanes (11,4%), O’Higgins (10,4%) y La Araucanía (10,3%). En todas estas regiones, salvo la XII, hay parlamentarios de este partido. No logra constituirse en un actor relevante en las regiones de Arica-Parinacota (4,8%) y Tarapacá (5,3%), tampoco en la Región Metropolitana (5,8%), Coquimbo (6,4%) y Los Ríos (6,6%). Obtiene resultados cercanos a su promedio nacional en las regiones de Valparaíso (6,7%), Maule (7,1%), Bío-Bío (8,6%) y Los Lagos (7,6%). Las mejores votaciones comunales de la lista PRI están en Llanquihue, Chimbarongo, Punitaqui y Victoria, en tres de ellas el partido también ganó la alcaldía. Sus más altos rendimientos están muy dispersos en comunas más bien pequeñas, a excepción de las Auth
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ciudades de Antofagasta y Constitución, las únicas grandes que integran el listado de sus 20 mejores resultados electorales. Cuando se analiza su votación de acuerdo al tamaño electoral de las comunas, se observa claramente que sus mejores resultados están en las comunas pequeñas, donde el factor de inserción territorial y trayectoria de los candidatos es decisivo, mientras que su rendimiento es mucho más bajo en las grandes comunas, más sensibles al prestigio, identidad y posicionamiento de la marca, aspectos en circunstancias que el PRI aún no consolida un espacio en la opinión pública. Mientras obtiene 9,2% y 9,5% en los dos segmentos de comunas más pequeñas (menores de 5 mil y entre 5 y 15 mil, respectivamente), en las comunas más grandes consigue sólo 6,4% de los votos y en las medianas (entre 25 y 50 mil votantes válidos) 6,7%. En las intermedias –entre 15 y 25 mil votantes- la lista PRI eleva a 8,9% su votación.
14.- MAPA POLÍTICO TERRITORIAL La nueva Región de Arica-Parinacota tiene apenas un alcalde de la Alianza (General Lagos) y otro de la Concertación (el PPD le arrebató Putre a la UDI), mientras Camarones y Arica eligieron alcaldes salidos recientemente del PPD. Lo mismo le ocurrió a este partido en concejales, que sólo obtuvo un 5,3% porque su candidato principal aportó 15 puntos porcentuales a la lista La Fuerza del Norte, eligiendo sólo 2 representantes en comunas del altiplano. Si logra vincular nuevamente a los alcaldes descolgados, se convertirá en la principal fuerza política de esta región. La derecha es fuerte -17,7% RN y 15,5% la UDI con 5 concejales cada una- y los partidos de la Concertación muy débiles, con la DC en 11% y 4 concejales, el PS 7,5% y 3, el PRSD 6,1% de los votos y también 3 concejales. El PRI no eligió concejales con 4,8% de los votos y Juntos Podemos tiene una votación (14,5%) superior a todos ellos, con una concejala en Arica. Tarapacá es la región de Chile más dominada por la Alianza, que elige alcalde en todas sus comunas. Le arrebata Iquique a la Fuerza del Norte, Colchane al PPD y Huara al PRSD, reeligiendo en las demás a sus jefes comunales. Tiene exactamente la mitad de los concejales de la región. Aquí el escenario está estructurado en tres fuerzas equilibradas en votación de concejales -34% la Alianza, 30,5% la Concertación (17 concejales) y 24,6% (4 concejales) el partido de Soria, alcalde sempiterno de Iquique que fue destituido por estar involucrado en un proceso con pena aflictiva. La UDI es levemente superior a RN y el PPD es el primer partido de la Concertación. Juntos Podemos y la Lista PRI (1 concejal) tienen aquí resultados más bien bajos. En la Región de Antofagasta ocurrió algo similar a lo sucedido en las municipales de 2004. Volvió a ganar un descolgado de la Concertación en la ciudad de Antofagasta, esta vez proveniente del PPD (en 2004 fue un DC), y si bien el alcalde descolgado de Tocopilla regresó a la Concertación (DC), en Calama ganó un independiente en la lista PRI, que había sido también concejal PPD en 2000-2004. No hay ninguna comuna gobernada por la Alianza. La DC tiene alcalde en Tocopilla y San Pedro de Atacama, el PS en María Elena y Taltal, y el PPD en Mejillones y Ollagüe. Está por verse si los alcaldes de las dos
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principales ciudades de la región vuelven a participar con la Concertación, y si lo hacen con el PPD, lo que convertiría a este partido de lejos en el principal de la región. La lista PRI obtuvo más votos (18,3% y 7 concejales) que todos los demás partidos, en buena medida por la influencia del diputado ex DC Pedro Araya, cuyo destino político final todavía está en duda. Le sigue la UDI (15,4% y 9 concejales), que supera claramente a RN (12,7% y 7 concejales), mientras el liderazgo de la Concertación lo toma el PS con 12,7% de los votos y 9 concejales, con un resultado parejo en votos para radicales, PPD y DC, algo por debajo del 10 por ciento, pero mientras los dos primeros eligieron 8 concejales cada uno, la DC sólo 4. Juntos Podemos está en el mismo rango de votación y también eligió 4 concejales. En Atacama los socialistas perdieron sus tres alcaldías (Copiapó y Vallenar a manos de ex militantes PS, Tierra Amarilla en desmedro de la Alianza) pero desplazan a la DC (11,8%) del primer lugar en la Concertación, con 17,3% y 12 concejales, sólo superado por la votación regional de RN (18,7% y 15 representantes), en la región más débil de la UDI (5,8% y sólo 2). El PPD está muy cerca de la votación DC y el PC también se mueve en el mismo rango (con 6 y 3 concejales, respectivamente). El PRSD sólo 2 puntos por debajo de éstos y 5 concejales. La lista PRI se pone aquí por encima de la DC y elige 6 concejales. RN gobierna 3 pequeñas comunas, al mantener en Alto del Carmen, ganarle Freirina a la DC y al PS Tierra Amarilla. El PPD mantiene Huasco y también elige en Caldera. El PRSD reelige a su alcalde en Chañaral y el PC en Diego de Almagro en acuerdo con la Concertación. La Región de Coquimbo está entre las más débiles de la Alianza -12,7% RN y 11,8% la UDI- que gobierna sólo 2 de las 15 comunas (Los Vilos y la pequeña Río Hurtado). La Concertación suma 54% (52 de 94 concejales en la región) y todos sus partidos obtienen buenas votaciones -17,7% la DC y 18 representantes, 14% el PPD y 17, 12,5% el PS y 12 concejales, 9,9% el PRSD y 5 representantes-, además de una fuerte votación de izquierda extraparlamentaria (10,8%), que elige 9 concejales. La lista PRI elige sólo 4 concejales con 6,4% de los votos. En 2004 la Concertación eligió alcaldes en 13 comunas, pues en Canela ganó el PC y en Vicuña una independiente descolgada de RN. Ahora hay sólo 7 concertacionistas –claro que incluye La Serena, Coquimbo y Ovalle-, pero ganó el ex alcalde PPD en Canela, un concejal ex DC en la lista Juntos Podemos en Illapel, y en la lista PRI la hija del ex alcalde PPD en Punitaqui y un ex socialista en Combarbalá. El poder municipal está bastante distribuido entre los distintos partidos, incluido el PC, aunque RN, la DC y el PPD tienen una leve preeminencia. En la Región de Valparaíso es la UDI la fuerza política principal, con 19,8% de los votos, 46 concejales y gobernando Viña del Mar y Valparaíso, además de otras 4 comunas. Le sigue RN con 18,8%, 59 concejales y 6 alcaldías, pero San Felipe es la única comuna de gran tamaño. La DC es en esta región la principal fuerza de la Concertación con 15,7%, 46 concejales y 9 comunas, entre ellas Quillota y Los Andes. El PS mejoró su posición, con 9,4% de los votos, 21 concejales y gobernando Quilpué, Putaendo y Calle Larga, con opción al reintegro del descolgado que ganó Quintero. Juntos Podemos mantuvo la alcaldía en La Ligua y obtuvo un sólido 9,9% de los votos y 12 concejales. La lista PRI no tuvo mayor significación en esta región, pero eligió 9 concejales y el PPD (9% y 22 concejales) y el PRSD (8,4% y 20) tienen similar envergadura, pues el primero gobierna dos pequeñas comunas (Santa María y El Tabo) y el segundo eligió alcalde en San Antonio. Auth
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En la Región de O´Higgins la UDI es el partido principal, con17,6% de los votos, 40 concejales y gobernando 8 comunas, incluida la capital regional y San Vicente. Le sigue el PS, que es la principal fuerza de la Concertación, con 15,6% y 35 concejales, pero con sólo tres alcaldes (Santa Cruz el más importante). Renovación Nacional tiene una votación similar (15,3% y 37 concejales) y gobierna 5 comunas, entre ellas Rengo. La Democracia Cristiana retrocede a 14,6%, elige 33 concejales y se queda con sólo 4 alcaldes, entre ellos San Fernando y Graneros. La lista PRI reelige al alcalde ex DC de Chimbarongo y obtiene un respetable 10,4% de los votos y 14 concejales, aunque decepcionante si se considera que contaba con el respaldo activo de dos diputados de la región. El PPD baja su votación al 9,4% pero de todos modos es el partido de la Concertación con más alcaldes (7) y elige 23 concejales. Juntos Podemos experimentó un alza relevante de sus votos (8% y 4 concejales) y el PRSD (7,2%) elige alcalde en Pichidegua y 14 concejales. La Región del Maule también tiene a la UDI como partido principal, con 20,5% de los votos, 38 concejales y 7 alcaldes, entre ellos el de Curicó, Linares, Molina, Longaví y Teno. Aquí la Alianza es también muy fuerte, pues le sigue en votación RN (17,3% y 42 concejales), que tiene 9 alcaldías, entre ellas las de Cauquenes y San Clemente. La DC es por amplio margen el principal partido de la Concertación (16,6% y 31 concejales), aunque quedó reducida a 5 alcaldías, donde las más importantes son San Javier y Parral. Aunque el PS aumenta su votación de concejales, llegando al 13% y 25 concejales, retrocede en su liderazgo regional al perder 4 de las 5 comunas que gobernaba, entre ellas Talca y Linares. El PPD se mantiene en un porcentaje de votación del 8,8%, 21 concejales y sólo gobierna 2 comunas; el PRSD se adjudicó sólo una alcaldía, el 7,5% de los votos y 11 concejales. Juntos Podemos, que mejora notoriamente su votación (8,7%) elige 7 concejales, lo mismo que la lista PRI (7%) En la Región del Bío-Bío avanza la derecha en detrimento de la Concertación. Aunque la UDI crece (17,5% y 49 concejales), la DC mantiene su condición de primer partido regional con 18% de los votos y 80 concejales. También crece RN (14,8% y 66 concejales). El PS retrocede levemente (12,7% y 42 concejales), le sigue el PPD, que aumenta a 10,6% y 31 concejales, mismo número que elige el PRSD con 7,5% de los votos. Juntos Podemos se mantiene en 9,1% y 11 concejales, mientras la lista PRI (7,5%) elige 21 concejales. El avance de la Alianza es más notorio en alcaldes, pues si en 2004 la relación era de 38/10 a favor de la Concertación, ahora la ventaja es apenas de 25/21. La UDI es ampliamente el partido más poderoso en alcaldes, con 11 comunas, entre las que se cuentan Concepción, Los Ángeles, Coronel, Penco, Arauco y Mulchén. La DC también eligió 11 alcaldes, pero los más importantes son los de Tomé, Curanilahue y Cabrero. RN se instaló con 11 alcaldías y se hizo fuerte en Ñuble ganando Chillán y San Carlos. El PS sufrió un descalabro municipal quedando con sólo 5 comunas, siendo Chiguayante la comuna más grande. El PPD avanzó al elegir también 5 alcaldes, Hualpén la más importante. Juntos Podemos eligió 2 alcaldes (Lota y Yumbel), la lista PRI ninguno. Se eligieron independientes ligados a la Concertación en Talcahuano, San Pedro de la Paz y Chillán Viejo, e independientes salidos de la Alianza ganaron las pequeñas comunas de Florida y El Carmen.
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En La Araucanía la Concertación aumentó su ventaja en votos y en concejales, que era estrecha. Tenía 2,9 puntos de ventaja y 3 concejales sobre la Alianza y ahora tiene 7 puntos en votos y 9 concejales más que su contendor. El principal partido es Renovación Nacional, con 25,1% de los votos, 55 concejales y 7 alcaldes, pertenecientes a las principales ciudades de la región, donde destacan Temuco, Padre Las Casas, Angol y Villarrica. Le sigue la DC, que perdió 4 puntos y obtuvo 16,2%, con 36 concejales y sólo 7 alcaldes, las más importantes Lautaro y Nueva Imperial, pues perdió Temuco y Victoria. La UDI (13%) tiene la mitad de los concejales de RN (27) y gobierna 5 pequeñas comunas, la más grande Carahue. El PPD es el segundo partido de la Concertación con 11,9% de los votos, 30 concejales y 5 alcaldes de comunas pequeñas, la más importante Pucón. Aquí la lista PRI (10,3% y 20 concejales) ocupó el espacio y seguramente parte importante de la votación obtenida en 2004 por la ANI. Ganó la alcaldía de Victoria con un ex concejal PPD. El PS recibió 8,9% de los votos, eligió 16 concejales y ganó 3 alcaldías en comunas pequeñas, la principal Collipulli. Los radicales eligieron 9 concejales con el 8,1% de la votación y Juntos Podemos subió algo su votación al 4,6% sin elegir concejales ni alcaldes. En la nueva Región de Los Ríos el escenario se modifica radicalmente a favor de la Alianza, pues gobernaba sólo 2 comunas y ahora ganó 8 alcaldías. Ésta es la región de mayor votación para la Alianza (39,8%), que supera en concejales a la Concertación. El principal partido es RN, con 23% de los votos, 20 concejales y alcaldes en la ciudad de Valdivia y Mariquina, pues los de la Unión y Panguipulli no tienen identificación partidaria dentro de la Alianza. Le sigue la UDI, con 16,8% de los votos y 16 concejales, que además pasó de 1 a 4 alcaldes, el principal de Río Bueno. El partido más grande de la Concertación, a pesar de perder 4,9 puntos, es la Democracia Cristiana (13,8% y 11 concejales), que queda con un solo alcalde (Lago Ranco). El PS mantiene su posición, con 11,9% y 8 concejales, gobernando 2 comunas pequeñas. El PPD, por su parte, pierde sus 3 alcaldías y elige 10 concejales con 9,3% de los votos. El PRSD eleva significativamente su votación al 8% y elige 4 concejales. Juntos Podemos tiene 6,6% y elige un solo concejal, mientras la lista PRI elige 3 con 6,6% de los votos. En la Región de Los Lagos crece la votación de la Concertación poco más de un punto porcentual y la Alianza retrocede poco más de 4 puntos porcentuales. La correlación es de 51,9% vs. 34% y de 98 vs. 70 concejales. La DC es claramente el partido más votado (20,6%), elige 42 concejales y 10 alcaldes, donde destacan Osorno y Castro. Le sigue la UDI, con 18,1% de los votos, 39 concejales y 5 alcaldes, siendo los más relevantes Puerto Varas y Ancud. El Partido Socialista tiene fuerte presencia en esta región, con 16,9% de los votos, 32 concejales y 6 alcaldes, incluido el de la capital regional. RN obtuvo 15,9% y eligió 31 concejales, además de 4 alcaldes de comunas pequeñas. El PPD mantiene su posición secundaria en la región con 8% de los votos, 13 concejales y sólo un alcalde de comuna pequeña. La lista PRI no elige alcaldes, pero suma 7,6% y elige 11 concejales, mientras el PRSD mantiene 2 alcaldías pequeñas y también elige 11 concejales. Juntos Podemos con 5,4% de los votos elige 5 concejales y ningún alcalde. En la Región de Aisén la Concertación perdió su leve ventaja (30-29) en concejales y ahora es la Alianza quien eligió 28 concejales con 38,9% de los votos, mientras la Concertación con un 44,7% -ventaja obtenida en la comuna más grande, Coyhaique-, elige 27 concejales. El desequilibrio está en manos de los 4 concejales de la lista PRI y un Auth
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independiente. El principal partido es RN, que mantiene su votación en 23,6%, elige 16 concejales y gobierna sólo una pequeña comuna. La UDI gobierna 3 comunas –entre ellas Coyhaique- con 15,3% y 12 concejales. El PPD es la primera fuerza de la Concertación en la región, con 13,4% de los votos, 5 concejales y dos alcaldes (Chile Chico y Tortel). La lista PRI eligió 4 concejales (11,7%) y no tiene alcaldes. El PS redujo levemente su votación (11,1%), tiene 7 concejales, reeligió a sus 2 alcaldes de comunas pequeñas y ganó en la ciudad de Aisén. La DC le sigue con 10,2% de los votos, 8 concejales y sólo gobierna la pequeña comuna de O’Higgins. Con igual votación (10%), el PRSD eligió 7 concejales y no tiene alcaldes. Juntos Podemos está bajo el 4 por ciento y no eligió concejales. En Magallanes la Alianza bajó su votación en 6,4 puntos y la Concertación crecía en 3,3 puntos porcentuales en la elección de concejales. Ahora la Concertación obtiene 56,9% de los votos y elige 30 concejales, mientras la Alianza alcanza al 23,3% y elige 27 concejales (la diferencia a favor de la Concertación era de sólo un concejal). La ventaja en votos no se traduce en la misma medida en concejales, pues a la Alianza le va mejor en las 7 comunas más pequeñas, la mayoría constituidas por estancias ovejeras. Los tres partidos de la Concertación obtienen votaciones muy similares. La DC se mantiene en 18% y elige 9 concejales, el PPD aumenta significativamente a 17,2% y 6 concejales, y el PS mantiene su fuerza con 17,1% de los votos y 11 concejales. Ésta es una de las pocas regiones donde el PRSD baja su votación, obteniendo 4,6% y 4 concejales. En la derecha, cayeron ambos partidos y la UDI perdió su ventaja sobre RN, al obtener sólo 11,7%, aunque eligió 16 concejales, mientras Renovación Nacional tiene 11 concejales con 11,6% de los votos. La lista PRI obtuvo una de sus buenas votaciones (11,4%) y logró elegir 3 concejales. Juntos Podemos elevó levemente su votación y se queda sólo con 2 concejales (tenía 4). En materia de alcaldes, lo relevante es que la Alianza ganó Porvenir al PS y conquistó Natales, donde había un alcalde independiente, y la Concertación perdió Punta Arenas a manos de un independiente vinculado a la Concertación, pero presentado por el senador independiente Carlos Bianchi. Esto significa, entonces, que la DC gobierna sólo San Gregorio, el PS Timaukel y el PRSD Cabo de Hornos, todas pequeñísimas comunas. En la Región Metropolitana la ventaja en votos de la Concertación sobre la Alianza se acortó a la mitad (4,3 puntos porcentuales) y por primera vez la derecha opositora gobierna más comunas (27) que la coalición de gobierno (20). RN dejó atrás a la UDI en su condición de primer partido regional, al obtener 20% de los votos, elegir 72 concejales y doblar su número de alcaldes, pues retuvo los 7 suyos y ganó Cerro Navia, Conchalí, Lampa, Padre Hurtado, El Monte, Paine y San José de Maipú. La UDI cayó casi 5 puntos porcentuales su votación para llegar a 19,1%, elegir 80 concejales y manteniendo su número de alcaldes, pues perdió La Florida y Melipilla pero ganó San Bernardo y Buin. En la Concertación, aunque a menos distancia de los otros, la DC sigue siendo el primer partido, cae en más de 6 puntos para llegar a 14,5%, con 58 concejales y sólo 10 alcaldes, aunque varios de grandes comunas, como Maipú, Peñalolén, Macul y La Granja. Le sigue el PS, que sube levemente su votación a 12,6%, eligiendo 49 concejales y 5 alcaldes pero incluyendo La Florida, una de las más grandes del país hasta ahora en manos de la derecha. El PPD cae a 11,4%, elige 46 concejales y gobierna 5 comunas medianas en la región, incluyendo Melipilla, ganada a la UDI. Juntos Podemos mantuvo su fuerza, obteniendo 10,3%, 21 concejales y 2 alcaldes, donde la novedad es que gobierna ahora por primera vez desde hace mucho tiempo una comuna grande de la capital (Pedro Aguirre Cerda). La lista Auth
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PRI (5,8%) estuvo aquí debajo de su promedio nacional, eligió 7 concejales y ningún alcalde. Finalmente, el PRSD aumenta notoriamente al 4,9% y dobla su elenco de concejales (11), aunque sigue sin alcaldes en esta región. Huechuraba aparece técnicamente dirigida por una independiente pero es muy probable que pronto deba ser considerada nuevamente como UDI, y habrá que ver lo que ocurre con el alcalde electo de Quilicura, salido hace muy poco de la Democracia Cristiana.
15.- GRAVITACIÓN EN LA CONCERTACIÓN En la elección anterior no hubo modificación alguna en el aporte y gravitación de cada uno de los partidos al caudal electoral común de la Concertación, en parte porque la caída previsible de la DC fue amortiguada por el considerable incremento del número de candidatos a concejal presentados por ese partido. Ahora no hubo ningún factor electoral que pudiera compensar la inevitable caída de su votación, anticipada por el descenso de sus preferencias en las encuestas de opinión y la sangría de un importante contingente democratacristiano en muchas comunas.
Aporte por partido al caudal electoral de la Concertación
2004
PS 23,8%
PPD 22,7%
2008
DC 43,4%
PRSD 10,0%
PS 27,5%
PPD 23,5%
PDC 34,2%
PRSD 14,8%
Como se puede ver nítidamente en el gráfico anterior, la Democracia Cristiana pasa a representar un tercio de la Concertación. Ése es probablemente uno de los datos más relevantes de esta elección. Si el PPD y PS representaban en las municipales de 1992 el 31,6% de los votos concertacionistas, ahora aportan el 51% de éstos, mientras que la Democracia Cristiana reduce su gravitación desde la mitad (51,5%) en 1992 al tercio (34,2%) hoy día. El otro hecho relevante es el incremento de casi un 50% del aporte del PRSD a la votación de la coalición respecto de 2004. Esta evolución descrita se explica mucho más por la merma de 13,5 puntos en la votación democratacristiana que por el alza de 5,3 puntos en la del PS y del PPD considerados en conjunto. Las principales pérdidas de gravitación democratacristiana se producen en las regiones de Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Aisén, donde la DC representa ahora menos
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de un cuarto de la Concertación, en la Región de Valparaíso, Coquimbo y la Región Metropolitana, donde pierde 10 o más puntos porcentuales de gravitación respecto de 2004. El cambio en la composición del voto concertacionista tiene también su correlato en la distribución de concejales electos. La DC reduce su gravitación de 45,4% al 36,6% del total de concejales de la Concertación. El PRSD eleva su participación de 9,8 a 13,6%, el PS pasa a representar el 26,6% y el PPD 23,1% del total de concejales de la coalición de gobierno. Quizás uno de los hechos mayores de esta elección sea justamente la ruptura del equilibrio electoral entre la DC y las fuerzas socialdemócratas establecido en las municipales de 2000 y consolidado en las de 2004. En lo principal, ésta provino de una brusca caída de la Democracia Cristiana, que perdió la cuarta parte de su votación en esta elección, mientras que las demás fuerzas de la Concertación crecían levemente.
16.- GRAVITACIÓN EN LA DERECHA Si 2004 había sido la elección comunal donde se rompió el equilibrio de fuerzas en la Alianza a favor de la UDI y en desmedro de RN, esta última logra revertir dicha situación restableciendo el equilibrio perdido.
Aporte de cada partido al caudal electoral de la Alianza
2004
2008
UDI 55,0%
UDI 49,2%
RN 44,9%
RN 50,8% IND. DER 0,13%
El cambio de las adhesiones comunales en la derecha estuvo precedido por el mismo proceso en el nivel parlamentario. La modificación de la tendencia podría estimular un proceso similar en el campo parlamentario, pues lo mismo que ocurrió con la UDI en tiempos de Lavín, podría suceder con Renovación Nacional en tiempos de Piñera. Porque es evidente que la fortaleza de las redes locales impacta sobre la posibilidad de despliegue parlamentario de un partido y el electorado de derecha –muy poco fiel a partidos- es muy sensible a las variaciones del liderazgo en su campo político.
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La UDI superó en 2004 a RN por casi 8 puntos porcentuales en la Región Metropolitana y ahora RN la supera por casi un punto. Aquí estuvo la clave del cambio de la correlación de fuerzas en la Alianza. Porque son 7 las regiones donde RN se pone por encima de la UDI: por 12,8 puntos en Atacama y 12 en La Araucanía, por 8,3 en la Región de Aisén, 6,2 en Los Ríos, 2,2 en Arica-Parinacota y por sólo 9 décimas en Coquimbo. La UDI mantiene el liderato en la derecha en 8 regiones del país: por 3,2 puntos porcentuales en la Región del Maule, la aventaja claramente en la Quinta y en la Región del Bío-Bío, lo que sin duda marca tendencia para el futuro. RN, por su parte, mantiene la primacía sobre la UDI en las regiones de Tarapacá, Atacama, Aisén y, muy claramente, en la Región de La Araucanía. Por primera vez, además, la UDI supera a RN tanto en número de alcaldes como de concejales, y en cobertura territorial.
17.- LA EVOLUCIÓN DE LOS PARTIDOS El gráfico muestra las tendencias en las que están embarcados los diferentes partidos políticos chilenos. En primer lugar, revela cómo la Democracia Cristiana venía instalada en una curva de descenso de alta pendiente, que en 2004 logró provisoriamente detener y ahora retoma y acelera su curso.
Evolución electoral de los partidos 1992-2008
28,9 26,2
21,9
20,8 18,3
20,8 18,5 13,4
13,0 11,7 11,2 7,5
10,2 8,5
9,2 7,4
5,3
6,5
1992
1996 PDC
PRSD
17,7
16,0 15,5 12,1
16,9
15,5
11,4
11,7
10,9
12,4 10,6 9,1
9,1
5,6
7,6 6,7
PPD
5,1
4,9
2000
2004
PS
RN
UDI
2008 JP
PRI
La curva de la UDI, que había tenido exactamente el sentido inverso hasta casi empatar con la DC, ahora sufre la primera caída electoral de su historia en el campo de las elecciones locales. Como se sabe, lo que más cuesta es cambiar una tendencia una vez instalada. El gradualismo y consistencia de su crecimiento electoral desde 1992 hacen que esta primera inflexión a la baja sea una peligrosa señal de que puede haber terminado un largo ciclo
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político exitoso para este partido. Renovación Nacional, creciendo casi lo mismo que en 2004, logra instalarse como primera fuerza política del país, mucho menos que por su crecimiento, por la merma de las otras dos fuerzas principales. De todas maneras, RN ha retomado después de una década, el nivel que tuvo en 1996. El Partido Socialista, que había retrocedido levemente en 2004, ahora retoma su crecimiento amparado en la ruptura de las restricciones de espacios y oportunidades que le brindaba una difícil negociación al interior de la Concertación. Lo mismo pasa con el PRSD, que después de haber perdido peso electoral elección tras elección, la igualación de las condiciones de competencia con los demás partidos y los aires de renovación que le ha impreso su nuevo liderazgo le permiten ponerse por encima de su mejor performance electoral, la de 1996. El PPD no logra aprovechar la multiplicación de su oferta electoral sino para conjurar el riesgo de pérdida de adhesión producto de la migración de un sector públicamente significativo del partido. Ello permite que, en la competencia entre el PS y el PPD, que en los noventa le daba leve ventaja a este último y a partir del 2000 a los socialistas en magnitud equivalente, se produzca por primera vez una superioridad más significativa en el campo de las elecciones territoriales. La izquierda extraparlamentaria, que había mostrado un cierto estancamiento y en 2000 hasta un declive, experimentó una sensible recuperación derivada de la separación en 2004 de las elecciones de alcalde y concejal, que contribuyeron a “sincerar” el voto por opciones que hasta entonces aparecían como testimoniales. Los resultados de 2008 muestran que ya tiene un espacio electoral consolidado, resistente incluso a condiciones de competencia más intensa. La aglutinación de fuerzas políticas en torno a Juntos Podemos reafirma su potencia electoral, ahora en un marco de mayor incidencia en la agenda pública, interacción con otras fuerzas políticas y vocación manifiesta de participar en la escena política desde su ya conocida inserción social. Por último, ha emergido un nuevo partido –PRI– en el campo de los no alineados, cuyo componente principal salió de las filas de la Democracia Cristiana y del PPD, pero reúne a líderes locales de todos los orígenes políticos. Está por verse si podrá traducir esta heteróclita conformación de su electorado y redes de liderazgos en un actor político incidente en el campo parlamentario y presidencial próximo.
18.- LAS GRANDES TENDENCIAS La derecha, que comenzó casi a la par en tamaño con la Democracia Cristiana, fue creciendo sistemáticamente en la medida que la consolidación y unidad de sus dos partidos disolvía toda pretensión de ultraderecha o populista, alcanzando su máxima expresión un año después de la elección presidencial de 1999. Resulta bien evidente, tanto por el resultado de las elecciones 2004 como el de 2008, que la adhesión que consiguen los elencos de candidatos de ambos partidos en la elección más política que resulta ser la de concejales en relación a la de alcaldes, es muchísimo menor que la de sus resultados presidenciales, al menos desde 1999 en adelante. Como si hubiera una disociación entre lo que proyectan estos partidos en el nivel local y lo que intentan encarnar sus liderazgos
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presidenciales. Es muy probable que los partidos de derecha en las comunas se parezcan demasiado en su identidad y su mensaje a lo que éste era hace cuatro décadas, un sector político identificado con intereses sociales muy restrictivos, políticamente conservador y socialmente marcado con las clases dominantes y sus demandas. El esfuerzo desplegado por los partidos de la Alianza y sus principales líderes nacionales para disociarse de esa identidad, incluido su vínculo con la dictadura del general Pinochet, no ha permeado suficientemente a la red de liderazgos locales que conforman los partidos de la Alianza. Ahora incluso retrocedió electoralmente, en un contexto en que todo le era favorable para avanzar en su adhesión popular. Pareciera ser que, al menos en el nivel local, la derecha hubiera encontrado un techo electoral infranqueable. Hasta ahora no parece preparada para ser mayoría nacional ni tampoco disponible la ciudadanía para identificarse mayoritariamente con los valores y los rasgos de identidad que caracterizan a la coalición UDI-RN.
Evolución electoral de los grandes bloques 1992-2008 56,1 53,3
52,1 47,9 45,2
40,1 37,7 32,5 29,4 26,2
29,9 28,9 23,0
36,0 29,7
29,4 27,2 21,9
20,8
17,03
18,7
14,43
15,5
2004
2008
11,4 7,78
1992
1996 Derecha
Concertacion
2000 No alineados
PDC
PPD-PS-PRSD
Las curvas de la Concertación y la Alianza se desplazaron complementariamente entre 1992 y 2000, unificándose la derecha y recuperando sus partidos parte importante del electorado que había arrancado de esas opciones a partir de la derrota del SÍ en 1988. En esta década, las curvas se desentienden, pues la Alianza no capitaliza la erosión del apoyo electoral concertacionista, más bien muestra leves señales de erosión. La Concertación bajó 4 puntos en las elecciones de 2000, otros 4,2 en las de 2004 y ahora en 2008 cayó 2,65 puntos porcentuales, merma no capitalizada por la Alianza, sino más bien en esta década por un crecimiento de las fuerzas y candidatos no alineados respecto de los dos grandes bloques de la política chilena. También se puede observar que, si nos referimos a 1992, la
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DC ha perdido 13,4 puntos y 46 por ciento de su votación, mientras ello sólo ha sido compensado a medias por el alza del PS-PPD-PRSD que aumentan 6,7 puntos y 29% de su votación, lo que redunda en que la Concertación tiene hoy una adhesión electoral menor en 8 puntos respecto de la primera elección municipal de este periodo de la historia nacional. Si observamos la curva de los partidos socialdemócratas, veremos que su adhesión creció al inicio con la ampliación del electorado concertacionista, pero luego se estabilizó sin lograr contener la fuga de ciudadanos de la Concertación que dejaban de votar por la Democracia Cristiana. El gráfico anterior muestra, en cambio, directa relación entre las curvas de la Concertación y la de los no alineados en el conflicto entre los dos grandes bloques de la política chilena. El crecimiento de éstos es perfectamente complementario a la baja de la Concertación. De allí que la recuperación posible de la coalición de gobierno esté fundamentada en la esperanza y posibilidad de diálogo con el conjunto de fuerzas de izquierda, de centro y regionales que formaron parte originalmente del campo del NO, que ahora buscan afirmar su propia personalidad. Ocurra esto por la vía de integrar a estas fuerzas reabriendo la Concertación, o bien enriqueciendo su discurso y su acción para captar a los electores que la han abandonado hacia estas otras opciones o reformulando un pacto electoral que las incluya parcial o totalmente. Las fuerzas y candidaturas no alineadas respecto de los dos grandes bloques experimentan una reducción significativa desde 1992 al 2000, pero retoman significación creciente a partir de la instauración del sistema de elección separada de alcaldes y concejales. Es evidente que este cambio contribuye a debilitar la estructuración de la política chilena en dos bloques. De hecho, si las listas y candidatos no alineados obtuvieron 16,6% en alcaldes y 14,4% en concejales, ahora esas cifras se elevaron a 18,7 y 21 por ciento, respectivamente, mostrando que el resultado de 2004 en este aspecto no era casual. Este fenómeno no repercutió en las elecciones de diputados de 2005, donde los “no alineados” aumentaron apenas 1,7 puntos porcentuales respecto de 2001. Está por verse en 2009 si acaso se trata de un hecho asociado más bien a las específicas reglas del juego de las elecciones municipales, o el dato emergente de un nuevo escenario político que pone en cuestión el monopsonio de los 2 bloques que dominan la política chilena.
19.- ACERCA DE LA PARTICIPACIÓN ELECTORAL A partir del último informe del Ministerio del Interior sobre las elecciones del 26 de octubre de 2008, varios analistas de la plaza sacaron dramáticas conclusiones respecto de la baja de la participación efectiva en estas elecciones respecto de anteriores comicios. Todo ello, sin poner atención a que el informe incorporaba sólo al 91,39% de las mesas escrutadas en el caso de la elección de concejales y 97,87% en la elección de alcaldes, por lo que las cifras definitivas de votos válidos estaría unos 500 mil por sobre las actuales en concejales y unos 130 mil más en alcaldes.
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Participación electoral 2000-2008 (*) Elecciones Alcaldes 2008 Concejales 2008 Diputados 2005 Presidenciales 2005 (1a.V) Alcaldes 2004 Concejales 2004 Diputados 2001 Municipales 2000
Válidos 6.360.702 6.095.444 6.601.811 6.942.041 6.310.216 6.123.375 6.144.003 6.515.574
Nulos 405.454 564.560 383.940 180.485 374.797 477.925 652.334 392.331
Blancos 188.470 292.709 221.600 84.752 187.672 273.015 237.955 181.981
Total Emitidos 6.954.626 6.952.713 7.207.351 7.207.278 6.872.685 6.874.315 7.034.292 7.089.886
Inscritos 8.110.265 8.110.265 8.220.897 8.220.897 8.012.065 8.012.065 8.075.446 8.089.363
% Abstención 14,25 14,27 12,33 12,33 14,22 14,20 12,89 12,36
(*) Para el 2008 son valores estimados, proyectando los datos del Ministerio del Interior al 100% de las Mesas Escrutadas.
No hay variación, entonces, en la magnitud de votos válidos respecto de 2004, pues en la elección de alcaldes es posible que haya unos 30 mil más y en la de concejales una cifra equivalente de menos. Son 300 mil votantes efectivos menos que en la elección de diputados de 2005, que fue simultánea a la elección presidencial, pero unos 160 mil más que en una elección de diputados sin presidencial asociada, como en 2001. En realidad, no se registran variaciones significativas que no estén asociadas al interés diverso que tienen los distintos procesos electorales. Obviamente van a votar unos 200 a 250 mil ciudadanos más a las presidenciales que a las demás elecciones, no observándose diferencia significativa cuando las parlamentarias no están acompañadas de la elección de presidente. También hay menos nulos y blancos, por tanto más válidos, en una presidencial. Al comparar las municipales de 2000 y las elecciones de alcaldes de 2004 y 2008, la verdad es que no hay diferencias relevantes en materia de nulos y blancos, pero hay unos 130 mil ciudadanos más que concurrieron a votar en 2000, de allí que hay una cifra algo superior de votos válidos. Es, en cambio, muy notorio que al separarse la elección de alcalde de la de concejales, esta última despierta menos interés y genera más nulos y blancos (2,8 puntos más en 2004 y 3,8 en 2008). Tampoco se puede decir que ha aumentado significativamente la abstención en estas elecciones, cuando es básicamente la misma que en 2004 y apenas 2 puntos menos que en la estrecha definición presidencial de la primera vuelta de 2005. De todas maneras, hay una tendencia leve pero sostenida al aumento de quienes no concurren a sufragar, a nuestro juicio asociada al envejecimiento progresivo del padrón electoral, que cada vez cuenta con más adultos mayores impedidos de votar y con más personas que viven en un lugar distinto al que están inscritos. Lo que sí evoluciona considerablemente año a año es el volumen de ciudadanos no inscritos, es decir, de personas mayores de 18 años que no hacen el trámite de inscribirse en los registros electorales. Si en 1988 quedaron fuera del padrón electoral unos 400 mil ciudadanos, hoy día se estiman en 3 millones de personas. Esto está bien graficado con el peso que tienen hoy los jóvenes menores de 25 años, que representan apenas 3,39% del padrón, mientras que en 1988 uno de cada cinco electores (20,25%) estaba en ese rango de edad.
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El número de habilitados para votar en Chile se estancó en los 8 millones a partir de 1993, es decir, hace ya 15 años que sólo se inscribe una pequeña fracción de jóvenes apenas suficiente para compensar a los que fallecen entre elección y elección. El fenómeno de los no inscritos, que ya superaron los tres millones, además del envejecimiento del padrón que repercute en la participación, y de cifras de nulos y blancos bastante considerables, hace que los niveles de participación efectiva en las municipales sean del orden de 55% en concejales y 57% en alcaldes, elevándose a unos 65% en la elección presidencial. Sólo un cambio de sistema que incorporara de facto a todos los mayores de 18 al padrón electoral y modernizara el Servicio Electoral para que la gente pueda votar donde vive, permitiría modificar estos niveles de participación, o al menos la composición de los votantes, acercándola al país real.
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III.- CONSIDERACIONES DE GÉNERO Y EDAD Sirva de antecedente que el padrón actual está constituido de 4.260.563 mujeres y 3.849.702 hombres, y que en estas últimas elecciones, como ya se ha hecho habitual, el voto femenino representó el 53,8% de los votos válidos del país. El diferencial de mujeres en el electorado es más que suficiente para dirimir cualquier elección con algún grado de incertidumbre. Baste decir que, contabilizadas 97,78% de las mesas escrutadas, en esta elección participaron efectivamente un número de 466.862 mujeres por sobre la participación de varones. En cuanto a la edad del padrón, baste considerar que los menores de 30 (7,5%) representan ahora menos que los mayores de 75 (8,8%) en el electorado chileno actual. Más impresionante todavía, gravitan más en la elección los mayores de 80 (3,9%) que los menores de 25 años, que representan apenas 3,5% del padrón. Estos últimos en 1988 eran 1.573.765 y representaban 20,25% de los electores, ahora son sólo 283.206 y gravitan casi 6 veces menos en la elección. La mitad de los electores está entre 35 y 54 años3.
1.- OPORTUNIDADES LIMITADAS PARA ALCALDESAS Como se puede observar, en materia de alcaldes la proporción de candidatas subió un punto respecto del 2004, pero continúa siendo bajísima, si se tiene en consideración que las mujeres representaron en esta misma elección más de la mitad de los votos válidamente emitidos. Porcentaje de elegibilidad por género y sector político Pactos / Partidos DC PPD PS PRSD Concertación RN UDI Alianza-Ind Alianza JP Lista PRI Independientes FP Total
3
Número de Candidaturas Mujeres Varones 21 127 9 62 17 62 3 28 50 279 32 125 32 137 4 10 68 272 20 83 39 152 39 225 4 216 1.015
Número de Alcaldías Alcaldesas % Alcaldes 4 19,0 62 3 33,3 34 3 17,6 32 0 0,0 11 10 20,0 139 9 28,1 56 14 43,8 53 3 75,0 7 26 38,2 116 1 5,0 6 1 2,6 6 4 10,3 35 0 1 42 19,4 303
% 48,8 54,8 51,6 39,3 49,8 44,8 38,7 70,0 42,6 7,2 3,9 15,6 25,0 29,9
Para mayor información, visitar el sitio web del Servicio Electoral (SERVEL) en www.servel.cl
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Se mantuvo sin variación el número y proporción de alcaldesas respecto de 2004, es decir, 42 de 345, lo que representa 12,2% del total. La tasa de elegibilidad de candidatas también estuvo dentro de los mismos niveles que en 2004. La Concertación aparece como el sector más impermeable a la participación de mujeres a juzgar por la menor proporción de candidatas con relación a la Alianza, Juntos Podemos y la lista PRI. Es la coalición de gobierno, además, la que muestra el mayor diferencial (el doble) entre la proporción de candidatas y de electas, seguramente porque más mujeres de la Concertación fueron candidatas en comunas donde la opción de ganar era muy escasa. La Alianza, en cambio, muestra un diferencial irrelevante entre la proporción de alcaldesas y de candidatas. Ello explica que la coalición de derecha aporte el 61,9% del total de alcaldesas del país. Lo que llama la atención es el contraste entre altos niveles de elegibilidad de las candidatas UDI e independientes de la Alianza, tasas medianas del PPD y RN, y muy bajas de la DC, el PS y el PRSD. Tasas de reelección de Alcaldes (as) por género y sector político (*) Pactos / Partidos Alcaldesas Reelectas DC 7 1 PPD 3 2 PS 3 0 PRSD 1 0 14 3 Concertación RN 5 4 UDI 10 7 Alianza-Ind 0 0 15 11 Alianza JP 0 0 Lista PRI 0 0 Independientes 3 1 FP 0 0 Total 32 15
% 14,29 66,67 0,00 0,00 21,43 80,00 70,00 73,33
33,33 46,88
Alcaldes Reelectos 80 52 38 26 37 23 9 6 164 107 31 23 35 24 1 1 67 48 3 2 1 1 11 6 0 0 246 164
% 65,00 68,42 62,16 66,67 65,24 74,19 68,57 100,00 71,64 66,67 100,00 54,55 66,67
(*) No se consideran los alcaldes y alcaldesas que se presentaron en otra comuna
Si en 2004, la reelegibilidad de las 10 alcaldesas de la Concertación fue muchísimo mayor (90%) que la de las 25 de la Alianza (52%), esta vez ocurrió todo lo contrario. De las 14 alcaldesas concertacionistas se reeligieron sólo 3, mientras que de las 16 de la Alianza, 11 tuvieron éxito en su reelección. En tanto las aliancistas mostraron una leve diferencia favorable respecto de sus equivalentes varones a la hora de reelegirse, las alcaldesas de la Concertación tuvieron una tasa de reelección tres veces menor que los alcaldes de su misma coalición. De nuevo, lo más llamativo es que el Partido Socialista no reelige a ninguna de sus 3 alcaldesas y la Democracia Cristiana apenas una de las 7 que van a la reelección. En contraste, RN, la UDI y también el PPD, muestran tasas de reelección de sus alcaldesas muy semejantes a las de sus alcaldes. Un hecho significativo de esta elección es que, a pesar de no haber variaciones en la representación de las mujeres, casi dos tercios (64,3%) de las alcaldesas son nuevas, 15 de la Alianza, 7 de la Concertación, 3 independientes fuera de pacto, una del Partido Comunista y otra de la lista PRI.
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De las 42 comunas que en 2004 eligieron una mujer como jefa comunal, la mitad (21) son ahora gobernadas por hombres y la otra mitad mantuvo una mujer en la conducción de la comuna, 15 reeligiendo a la alcaldesa y 6 comunas eligiendo otra mujer. Esto significa que de las 27 alcaldesas nuevas, 21 pasan a dirigir una comuna que era gobernada por un hombre. La exactitud matemática de ambos flujos permite colegir la inexistencia de ninguna tendencia de castigo –tampoco de premio- ligada al género de la conducción comunal. La DC, que con 10 alcaldesas se convirtió en 2004 en el partido líder en este ámbito, es destronada ahora por la UDI, que elige 14 alcaldesas, y también por RN, que elige 9. Se reedita una situación similar a la vivida en la elección de 2000, cuando la derecha eligió muchas más alcaldesas que la Concertación (13 la UDI y 14 RN).
Promedio de votación del total de candidatos y candidatas (as) a Alcalde por partido Pactos / Partidos DC PPD PS PRSD Concertación RN UDI Alianza-Ind Alianza JP Lista PRI Independientes FP Total
Votación promedio Mujeres Varones 34,9 42,6 37,0 42,7 30,9 42,8 36,3 35,7 33,9 42,2 29,3 37,8 40,2 39,1 51,9 41,2 35,8 38,6 13,2 15,6 6,5 9,1 17,2 18,4 20,7 24,6 28,7
Si en 2004 el promedio de votación de las candidatas y candidatos de la Alianza es prácticamente idéntico, ahora hay un diferencial de 2,3 puntos a favor de los hombres. Y si en la Concertación, el rendimiento de los varones era de 5 puntos más que las mujeres, esa diferencia se amplió a 8,3 puntos porcentuales. Y si consideramos solamente los ediles que se presentan a la reelección, la diferencia en la Concertación es de 9,5 puntos porcentuales a favor de los candidatos hombres, que obtienen un promedio de 48,1%, mientras las alcaldesas alcanzan sólo 38,6% de los votos. Llaman la atención las altas performances promedios de las candidatas UDI e independientes de la Alianza, lo que contrasta con diferencias a favor de los candidatos hombres de casi 12 puntos en el Partido Socialista, de más de 9 puntos en RN, de 7,7 en la DC y de 5,7 en el PPD.
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La representación de mujeres en las alcaldías, que venía creciendo lentamente desde 1992 hasta ahora, se estancó en el mismo número (42) y porcentaje (12,2% del total) que en 2004. Esta cifra está por debajo del magro 15,8% (19 de 120) de mujeres en la Cámara de Diputados, situación que es muy difícil de entender, pues el tipo de rol y las exigencias que plantea una alcaldía en la comuna donde se vive, parecen evidentemente más compatibles con las demás responsabilidades habitualmente asumidas por las mujeres, así como con sus habilidades para trabajar directamente con las personas, como deben hacerlo los alcaldes. Son muy pocas, entonces, las mujeres que consiguen superar las barreras que se les imponen para poder competir por cargos de elección popular. Si en 2004 las cifras mostraban que su fortaleza para continuar recibiendo el respaldo popular era equivalente e incluso mayor que la de sus colegas alcaldes, así como la elegibilidad de candidatos y candidatas era similar, los resultados de 2008 muestran un evidente retroceso en este ámbito. Las tasas de elegibilidad general son menores en las mujeres y las tasas de reelección de las alcaldesas también son más reducidas que las de los hombres en las elecciones de alcaldes de 2008, aunque las diferencias más notorias están más bien del lado de la Concertación que de la Alianza.
2.- MÁS ESPACIO EN LOS CONCEJOS MUNICIPALES Como se trata de listas de 6, 8 y hasta 10 candidatos, en la elección de concejales las mujeres encuentran un espacio algo mayor, como nos los muestra el cuadro que sigue. Porcentaje de mujeres en el elenco de candidatos y de concejales por partido Pactos / Partidos DC PPD PS PRSD Concertación RN UDI Alianza Juntos Podemos Lista PRI Independientes FP Total Nacional
Candidatas Nº % 248 23,29 304 29,83 292 28,43 223 22,43 1.067 25,99 240 22,66 262 24,62 502 23,65 418 26,31 361 25,26 67 33,00 14 37,84 2.429 25,61
Candidatos Nº % 817 76,71 715 70,17 735 71,57 771 77,57 3.038 74,01 819 77,34 802 75,38 1.621 76,35 1.171 73,69 1.068 74,74 136 67,00 23 62,16 7.057 74,39
Concejalas Nº % 87 22,25 65 26,32 71 25,00 33 22,76 256 23,99 102 22,08 95 23,69 197 22,83 18 22,50 25 21,37 2 16,67 3 42,86 501 23,35
Concejales Nº % 304 77,75 182 73,68 213 75,00 112 77,24 811 76,01 360 77,92 306 76,31 666 77,17 62 77,50 92 78,63 10 83,33 4 57,14 1.645 76,65
La presencia de candidatas en las listas sube de 21,3 en 2004 a 25,6 por ciento del total en 2008, con la elevación consecuente de la proporción de concejalas electas, que era de 21,2% y aumenta 2,2 puntos porcentuales para llegar a 23,5% del total. Todos los partidos llevaron ahora más candidatas a concejalas que en la elección anterior. El PPD incrementó la participación de mujeres en su elenco en 8,3 puntos porcentuales, el PS en 6,9 puntos, el PRSD en 3,8 y la DC en 1,5 puntos. Para tres de los partidos de la Concertación, habituados a llevar un solo candidato por comuna como regla general, la doble lista de la Concertación representó una buena oportunidad para ampliar la participación de las mujeres en sus elencos. Auth
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La UDI elevó en 2,4 puntos la participación femenina en sus candidaturas a concejal, mientras RN aumentaba levemente 1,3 puntos porcentuales. Todo lo anterior, sin que el tamaño del elenco haya experimentado ampliación alguna desde 2004. Juntos Podemos, en cambio, aumentó su número total de candidatos a concejal en 429 y expandió la cuota de mujeres en 4,7 puntos porcentuales. También aumentó significativamente la proporción de mujeres en el total de candidaturas independientes, cuyo número total descendió en todo caso abruptamente. Las diferencias en la cuota de mujeres en los elencos de los distintos partidos, que eran mínimas en 2004, aparecen ahora con más notoriedad. El PPD y el PS tienen 5 y más puntos porcentuales de diferencia respecto de radicales, RN y DC, que presentan los elencos con menor participación femenina. La situación de todos los partidos contrasta fuertemente, en todo caso, con la fotografía del electorado que efectivamente participa votando, que está mayoritariamente constituido de mujeres (53,8% en esta elección). Incluso, partidos como el PPD y el PS, están lejos del 40% de representación del género minoritario al que se obligaron por definición estatutaria. Ésta fue para ambos partidos la primera elección sin la camisa de fuerza de la negociación de cupos y abordaron esta nueva realidad sin el tiempo de preparación suficiente, razón que permite albergar la esperanza de que aumentará significativamente la cuota de mujeres en sus elencos en elecciones venideras si estas nuevas condiciones se mantienen.
3.- PREFERENCIAS DE GÉNERO DESCOMPENSADAS El porcentaje promedio de votación de los 9.486 candidatos a concejal en esta elección es de 3,6%. Si en 2004 había sido 2 décimas mejor el de las candidatas mujeres, ahora es 3 décimas superior el promedio de los candidatos hombres (3,4 y 3,7% respectivamente). Mientras los candidatos tienen un rendimiento seis décimas mayor que las candidatas en el electorado masculino (3,8% y 3,2%), la diferencia es de sólo una décima a favor de las candidatas en el electorado femenino (3,7% y 3,6%). Votación % promedio de candidatas y candidatos en Mesas Varones y Mujeres Pactos / Partidos DC PPD PS PRSD Concertación RN UDI Alianza JP PRI Independiente FP-Ind Total general
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% Votación Promedio Mesas Mujeres Mesas Varones Candidatas Candidatos Candidatas Candidatos 5,6 5,0 4,6 5,1 3,8 3,6 3,3 3,7 4,0 4,1 3,6 4,5 2,8 2,7 2,4 2,9 4,1 3,9 3,5 4,0 6,2 5,8 5,2 5,9 5,5 5,5 4,6 5,3 5,8 5,6 4,9 5,6 1,5 1,5 1,5 1,9 2,1 2,0 1,8 2,2 3,5 4,1 3,0 4,2 2,6 3,1 2,2 2,9 3,7 3,6 3,2 3,8
Total Mesas Candidatas Candidatos 5,2 5,1 3,6 3,6 3,8 4,3 2,6 2,8 3,9 3,9 5,7 5,9 5,0 5,4 5,4 5,5 1,5 1,7 2,0 2,1 3,3 4,1 2,4 3,0 3,4 3,7
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Lo anterior representa el principal cambio respecto de 2004, cuando la situación era inversa, es decir, el diferencial en mesas de mujeres a favor de las candidatas era mayor que el diferencial en mesas de varones a favor de los candidatos. Si ahora hay una leve superioridad a favor de los candidatos (hombres respecto de las candidatas mujeres), es justamente porque la preferencia de género es ahora más marcada en los electores que en las electoras. Es levemente superior la tendencia de los hombres a votar por hombres que la de las mujeres a votar por sus congéneres. Esta inflexión de una tendencia pronunciada a la extinción de la discriminación en el voto masculino, reapareciendo una conducta electoral que hace una diferencia de preferencia de 15,8% más a los candidatos del mismo género que a las mujeres. Fenómeno complementario resulta ser la cuasi anulación de la preferencia de género en las mesas de mujeres a favor de las candidatas, que en 2004 fue de 7 décimas, un diferencial de 11,7% y ahora es de sólo una décima y un diferencial de sólo 2,7% en su preferencia. A las candidatas UDI, RN y DC les va a lo menos un punto mejor en las mesas de mujeres que en las mesas de varones, a las del PPD y a las independientes medio punto mejor, 4 décimas a las radicales y socialistas, 3 décimas a las candidatas de la lista PRI y no tienen diferencia de votación las candidatas de Juntos Podemos en las mesas de mujeres que en las de varones. Visto su resultado en todas las mesas, los únicos partidos donde a las candidatas les va básicamente igual que los candidatos son la Democracia Cristiana y el PPD, mientras que en los independientes fuera de pacto la diferencia es favor de los candidatos hombres es de 8 décimas, en el PS es de 5 y en la UDI es de 4 décimas.
4.- SE REDUCE EL DIFERENCIAL DE GÉNERO La historia de Chile sabe de la tradicional diferencia de comportamiento electoral entre hombres y mujeres. Antaño esta diferencia era enorme, al punto que en algunas elecciones presidenciales, el candidato de izquierda que ganó claramente en el electorado masculino, perdió la elección, porque las mujeres votaron mayoritariamente por su contendor de derecha. En la segunda vuelta presidencial de 1999, Joaquín Lavín aventajó a Ricardo Lagos por 2,7 puntos entre las mujeres, en tanto el que fuera presidente de Chile recibió 8,5 puntos porcentuales más que su rival de derecha en el electorado masculino. Evolución % Votación según Género 1999-2005 Concertación Alianza
Presidencial '99 (2v) Mujeres Varones 48,65 54,26 51,35 45,74
Diputados 2001 Mujeres Varones 46,88 49,08 46,36 41,87
Diputados 2005 Presidencial 2005 (2v) Mujeres Varones Mujeres Varones 51,62 51,92 53,33 53,69 40,16 37,06 46,67 46,31
En las elecciones que siguieron, la Concertación aventajó a la Alianza también en el electorado femenino. Sin embargo, la performance electoral de ambas coaliciones difiere en las mesas de hombres y las de mujeres. En las de diputados de 2001 la Concertación obtuvo 2,2 puntos más en hombres que en mujeres, mientras a la derecha le ocurría lo contrario con una diferencia de 4,5 puntos porcentuales. En 2005 la diferencia en la elección de diputados se estrechaba para la Concertación a sólo tres décimas más en las mesas de varones, situación confirmada en la segunda vuelta presidencial un mes más
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tarde, donde Michelle Bachelet y Sebastián Piñera obtienen un resultado que no registra variación significativa en el electorado de ambos géneros. Evolución % Votación según Género Municipales 1992-2008 Concertación Alianza JP Otros
MUNICIPALES 1992 Mujeres Varones 52,37 54,32 31,28 27,90 6,03 7,11 10,32 10,67
MUNICIPALES 1996 Mujeres Varones 55,61 56,65 33,35 30,66 7,18 8,49 3,86 4,20
MUNICIPALES 2000 Mujeres Varones 51,41 52,94 41,45 38,55 4,59 5,75 2,55 2,76
CONCEJALES 2004 Mujeres Varones 47,83 47,95 38,80 36,39 8,31 10,17 5,06 5,49
CONCEJALES 2008 Mujeres Varones 45,59 44,83 36,67 35,20 8,21 10,11 9,53 9,86
El diferencial de votos obtenido por la Concertación en las elecciones municipales, que parte con 2 puntos menos en mujeres que en varones, termina en 2008 con la primera elección de la historia en que la centroizquierda obtiene mayor votación (8 décimas) en el electorado femenino que en el masculino. La Alianza, que en las elecciones locales había partido con un diferencial de 3,3 puntos porcentuales más de votación entre las mujeres, ahora se reduce a menos de la mitad (1,5). Juntos Podemos parece más resistente a la evolución del electorado, manteniendo casi 2 puntos menos de votación entre las mujeres, lo que equivale a un diferencial de 20% respecto de su votación masculina. Votación % por partido según Género Pactos / Partidos DC PPD PS PRSD Concertación RN UDI Alianza JP Lista PRI Independientes FP
Mujeres 16,00 10,78 12,23 6,58 45,59 18,22 18,44 36,67 8,21 7,41 1,57 0,51
Varones 14,86 10,44 12,65 6,87 44,83 18,32 16,88 35,20 10,11 7,75 1,61 0,46
Mientras RN tiene básicamente el mismo rendimiento entre hombres y mujeres, la UDI todavía registra 1,6 puntos porcentuales de mejor rendimiento entre ellas, al punto de aventajar a su socio en la Alianza en el electorado femenino. Si miramos la votación de la Alianza, en 1992 ésta obtenía en mujeres un 12% más de lo que conseguía en varones, mientras que en 2008 ese diferencial se ha reducido casi a la tercera parte (4,2%). Incluso la UDI ha visto mermar su diferencia de comportamiento de género desde el 15% extra que obtenía en mujeres por sobre su votación masculina, al 9,2% en la actualidad. Si miramos esto en perspectiva comparando con elecciones anteriores, la tendencia está orientada claramente a la igualación de las preferencias entre hombres y mujeres. La Concertación, en la elección de concejales en 2008, obtiene incluso casi 8 décimas más de votación entre las mujeres. Ello, pues mientras el diferencial a favor en la votación de varones se ha reducido para el PS y el PRSD a 4 y 3 décimas, respectivamente, al PPD le va tres décimas mejor entre las mujeres y la Democracia Cristiana obtiene un resultado 8 décimas mejor en el electorado femenino.
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Llama la atención que este fenómeno generalizado de reducción de la diferencia de género no incluya al Partido Comunista y Juntos Podemos, pues en lugar de reducirse la diferencia en su votación, que era grande en 1992 (17,9%), ahora su porcentaje de votos en hombres es superior en un 23% al obtenido entre las mujeres. Algo ocurre con la oferta política de la izquierda extraparlamentaria que no se beneficia de las consecuencias del proceso de inserción creciente de las mujeres al mundo laboral.
5. – LA EDAD Y EL RENDIMIENTO DE LOS CANDIDATOS No ha sido posible determinar con exactitud la edad de los 9.486 candidatos a concejal, por lo que hemos agrupado en tres categorías etáreas de acuerdo a sus números de RUT. Hemos denominado edad menor a aquellas candidaturas cuyo RUT está sobre 11 millones, edad mayor a aquellos cuyo RUT está por debajo de 6 millones, y edad media al segmento situado entre los dos anteriores. Esto correspondería aproximadamente a grupos de edad de menores de 40 años, mayores de 55 y el grupo intermedio entre 40 y 55 años. Se observa claramente que los electores de mayor edad están subrepresentados en los elencos de candidatos y, además, tienen tasas de éxito menor, lo que determina una representación que equivale a la mitad de su gravitación en el padrón electoral. Relación Candidatos/Concejales/Electores por grupo etáreo EDAD MENOR EDAD MEDIA EDAD MAYOR Total
Candidatos % Concejales % 2.277 24,0 473 22,0 5.348 56,4 1.300 60,6 1.861 19,6 373 17,4 9.486 100,0 2.146 100,0
Electores 2.193.176 3.158.119 2.758.970 8.110.265
% 27,0 38,9 34,0 100,0
El grupo de edad media está, en cambio, ampliamente sobrerepresentado en el elenco de candidatos, y como tiende a irles mejor, lo está todavía más en los concejales electos. La representación del grupo de menor edad entre los candidatos está sólo levemente por debajo de su peso electoral, pero quedan finalmente menos representados en el elenco de concejales, porque tienden a tener menos éxito electoral que los del grupo de edad media. De todas maneras, los representantes populares en los concejos municipales son significativamente más jóvenes que quienes los eligen. Mientras 65,9% del padrón está constituido por menores de 55 años, el 82,6% de los concejales está en esos tramos de edad. La conclusión evidente es que los electores tienden a preferir candidatos más jóvenes que ellos mismos. Sólo ello puede explicar que los candidatos de mejor rendimiento estén en un tramo de edad inferior al elector promedio, que tiene 47 años. Vista así, la performance de los más jóvenes aparece bastante alta, considerando la escasa gravitación de sus coetáneos en el padrón electoral. El cuadro que sigue muestra una curva de rendimiento electoral que comienza bajo en aquellos candidatos más jóvenes, en general primerizos, sube significativamente en el
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rango de edad media y se sitúa en la edad mayor levemente por debajo de la performance de las candidaturas de edad menor.
Rendimiento electoral por segmento etáreo y partido Pactos / Partidos DC PS PPD PRSD Concertación RN UDI Alianza JP Lista PRI Independiente FP-Ind Total general
Candidatos Edad Menor %Promedio Nº % de votos 252 23,7 4,8 274 26,7 3,9 238 23,4 3,7 228 22,9 2,8 24,2 992 3,8 5,7 176 16,6 260 24,4 5,6 20,5 436 5,6 452 28,4 1,5 348 24,4 2,2 43 21,2 4,0 6 16,2 2,4 24,0 2.277 3,5
Candidatos Edad Media %Promedio Nº % de votos 610 57,3 5,3 564 54,9 4,5 605 59,4 3,8 549 55,2 2,9 56,7 2.328 4,2 640 60,4 5,9 607 57,0 5,2 58,7 1.247 5,6 805 50,7 1,8 821 57,5 2,1 123 60,6 3,8 24 64,9 2,2 56,4 5.348 3,8
Candidatos Edad Mayor Total %Promedio Nº % Candidatos de votos 203 19,1 4,6 1.065 189 18,4 3,6 1.027 176 17,3 3,0 1.019 217 21,8 2,4 994 19,1 785 3,4 4.105 243 22,9 5,8 1.059 197 18,5 5,3 1.064 20,7 440 5,6 2.123 332 20,9 1,6 1.589 260 18,2 1,9 1.429 37 18,2 3,9 203 7 18,9 5,0 37 19,6 1.861 3,4 9.486
Como se puede ver en el cuadro, los partidos que presentan más candidatos de edad menor son Juntos Podemos y el PS, la lista PRI y la UDI. El que menos lleva es lejos Renovación Nacional. Complementariamente, el partido que presenta menos candidatos de edad mayor es el PPD, seguido de la lista PRI, el PS y la UDI. El partido que más lleva es Renovación Nacional, el PRSD, Juntos Podemos y la Democracia Cristiana. Llama la atención que a los candidatos más jóvenes de la lista PRI y de la UDI les va mejor que a los de los grupos etáreos de más edad en esos partidos. Lo mismo ocurre con los independientes fuera de pacto La DC, el PS y Juntos Podemos, en cambio, muestran sus mejores rendimientos en el segmento de edad media. Los candidatos de edad menor del PPD obtienen un resultado 23% por sobre el de las candidaturas de edad mayor. Con menos diferencias, a los radicales también les va mejor en los dos segmentos de menor edad. Concejales 2008 de cada partido por grupo etáreo Pactos / Partidos DC PPD PS PRSD CONCERTACIÓN RN UDI ALIANZA JP Lista PRI Independientes FP Total
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Edad Menor Edad Media Edad Mayor TOTAL Nº Concejales % Nº Concejales % Nº Concejales % 79 20,2 245 62,7 67 17,1 391 62 25,1 159 64,4 26 10,5 247 67 23,6 179 63,0 38 13,4 284 38 26,2 82 56,6 25 17,2 145 246 23,1 665 62,3 156 14,6 1067 72 15,6 281 60,8 109 23,6 462 100 24,9 234 58,4 67 16,7 401 172 19,9 515 59,7 176 20,4 863 18 22,5 44 55,0 18 22,5 80 32 27,4 67 57,3 18 15,4 117 3 25,0 6 50,0 3 25,0 12 2 28,6 3 42,9 2 28,6 7 473 22,0 1.300 60,6 373 17,4 2.146
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Si observamos lo que ocurre al interior de los partidos, veremos que el plantel de concejales de más edad es el de Renovación Nacional, que tiene más líderes locales de edad mayor y también una representación mucho más pequeña que el resto de representantes locales de edad menor. En la Alianza, su situación contrasta fuertemente con la de la UDI, que tiene al mismo tiempo menos concejales mayores y muchos más menores. En la Concertación, la bancada de concejales cuya edad promedio debe ser más alta es la de la Democracia Cristiana, pues se distingue de todos los otros por elegir mucho menos ediles de edad menor y es, junto a los radicales, el que tiene más concejales de edad mayor. Este último partido tiene, sin embargo, una de las representaciones más altas de concejales de edad menor. El PPD debe ser el que ostente la más baja edad promedio de su elenco, pues es uno de los que tiene más concejales de edad menor y es ampliamente el partido con menos representación de concejales de edad mayor. La bancada de la lista PRI, por su parte, también está entre las más jóvenes, pues tiene al mismo tiempo una baja representación de concejales de edad mayor y una de las más altas de edad menor.
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IV. Algunas conclusiones finales Las elecciones del 26 de octubre de 2008 definieron sus autoridades locales en las 345 comunas del país y habrán sido decisivas, entonces, para determinar el modo en que se conducirán los municipios y se administrarán sus recursos a lo largo de todo Chile. Tuvieron una importancia en sí mismas para la ciudadanía, que verá confirmadas o frustradas las expectativas y la confianza que le generaron los candidatos que obtuvieron las preferencias mayoritarias. Lo que hagan y dejen de hacer los alcaldes y concejales en los próximos cuatro años será determinante en el resultado de las próximas elecciones municipales de 2012, como lo fue lo realizado durante el periodo 2004-2008. Estas elecciones también habrán sido un hito fundamental en la vida de 10.717 personas que expusieron sus trayectorias, su identidad, sus propuestas y su credibilidad ante la ciudadanía, que con su voto emitió un juicio que constituye un balance de todo ello. Lo que para muchos son frías e impersonales cifras de votos y porcentajes, para candidatos y candidatas es la medida de la estima y amor de la gente, de la confianza que lograron generar, de la evaluación de sus acciones anteriores y de la credibilidad de sus propuestas de futuro. El resultado de esta elección tuvo, por primera vez, ganadores distintos en la papeleta de alcaldes y en la de concejales. La Alianza aventajó a la Concertación en votos para alcaldes y en población gobernada, mientras la coalición de gobierno le ganó a la Alianza en número de alcaldes y de concejales, y lo más importante, le sacó una ventaja considerable en votos para concejales. Muchos esperaban –algunos desde el temor y otros desde la esperanza- que ocurriera en estos comicios algo equivalente a lo sucedido en 2004, en el sentido de que sus resultados modificaran radicalmente el cuadro de la competencia presidencial y parlamentaria próxima. La verdad es que la variedad de los resultados entregó a ambos bloques fundamentos para sostener sus expectativas de triunfo próximo. A la Concertación, que puede refugiarse en el medio millón de votos sobre la derecha que le permitió la doble lista de concejales, y a la Alianza el hecho de gobernar localmente a la mitad de la población electoral del país. Lo que abre más incertidumbre todavía, tanto en el campo presidencial como parlamentario, es el quiebre del duopolio con la emergencia del PRI como alternativa política y la extensión del fenómeno de los alcaldes independientes, que aumentan en número y gobiernan ahora importantes ciudades y comunas. La capacidad que muestren las coaliciones principales para incorporar en sus respectivos esfuerzos a estos dos sectores será determinante en las elecciones parlamentarias y presidenciales. Otro hecho relevante e inédito de esta elección fue el acuerdo de la Concertación con el Partido Comunista, apoyándose mutuamente en un número limitado pero significativo de comunas, que permitió principalmente recuperar La Florida para la Concertación y que el PC pasara a gobernar por primera vez una comuna importante de la Región Metropolitana.
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Este acuerdo abre posibilidades ciertas de concretar un pacto electoral en 2009 que permita la elección de diputados comunistas y que la Concertación vuelva a ser mayoría en la Cámara de Diputados. De todas maneras, es imposible hacer una lectura unívoca de un resultado municipal desagregado en 345 comunas, donde si en términos generales la Alianza aventajó claramente a la Concertación en alcaldes y esta última le ganó a la primera con mucho mayor claridad en concejales, también quedó claro que, cuando el liderazgo Concertacionista superaba en atractivo y credibilidad al candidato Aliancista, ni los mejores antecedentes electorales ni las ventajas del contexto nacional o regional para la Alianza impidieron el triunfo de la Concertación en la lucha por la alcaldía. En código parlamentario, la Democracia Cristiana ha perdido parte importante de la seguridad y confianza en sí misma y en sus potencialidades electorales, porque el resultado municipal expresó cabalmente el deterioro generado por la división y migración de un sector significativo de su dirigencia. El PRSD ha recibido una inyección de ánimo e intentará expresar en el nivel parlamentario su crecimiento en la votación de concejales, mientras el PPD ha logrado despejar las dudas que la salida de algunos personeros importantes instaló sobre su proyección futura. El Partido Socialista también aumentó su votación y seguramente querrá traducir aquello en mayor poder parlamentario. La UDI, por su parte, después de más de una década de ascenso electoral, ha sufrido su primera caída, instalando incertidumbre sobre su futuro parlamentario. Renovación Nacional, en cambio, debe considerar lo ocurrido como el preámbulo a la recuperación del equilibrio parlamentario en la derecha. Juntos Podemos consolidó su votación en un nuevo posicionamiento, más proclive al ingreso al sistema político que a profundizar el camino de la crítica antisistema. Está por verse, por otra parte, si el PRI logra transformar en una cuña parlamentaria el buen resultado conseguido con una heteróclita lista en la elección de concejales. En cuanto a la correlación de fuerzas entre las dos grandes coaliciones, los resultados municipales, aunque son sólo una indicación, nos muestran 12 distritos donde la Alianza obtiene menos de 30 por ciento de los votos y uno solo donde es la Concertación la que está por debajo de esa cifra. Mirando el detalle de los resultados en alcaldes y concejales, se puede concluir que la cuestión de la mayoría en la Cámara de Diputados está abierta, lo que obliga a la coalición de gobierno a realizar esfuerzos nuevos de alianza hacia la izquierda, centro y líderes regionales si quiere volver a ser mayoría. Del mismo modo, y quizás demandando acciones contradictorias con lo anterior, la estrechez de la competencia presidencial exige también esfuerzos especiales en materia de conformación de la lista parlamentaria e inversión de campaña para darle sustento y apoyo electoral a la perspectiva presidencial. La situación de los distritos está sujeta a variaciones decisivas según las acciones que emprendan candidatos, sectores políticos y partidos en este periodo, particularmente en el ámbito de la calidad de las duplas parlamentarias, la dispersión de candidaturas y las eventuales nuevas alianzas, así como también por circunstancias que evolucionan con Auth
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relativa autonomía de la política local, como la tasa de desempleo, la respuesta del gobierno frente a la crisis económica, las expectativas de futuro y el estado de ánimo general de la población. Esta elección confirma un hecho que parece responder a un proceso más profundo, cual es la tendencia de las mujeres a abandonar su tradicional propensión de votar más hacia la derecha, factor que podría perfectamente producir la diferencia en una contienda políticamente equilibrada, toda vez que las mujeres superan en más de 400 mil a los hombres en el padrón electoral. Finalmente, aunque aportan antecedentes relevantes, las municipales de 2008 no habrán contribuido sino muy marginalmente a dibujar un cuadro de competencia presidencial y parlamentaria que por otros factores estará sin duda dominado por la incertidumbre.
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FUNDACIÓN CHILE 21
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