Revista Foro 21 Nº 63.

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Editorial Crisis de la Concertación El Modelo Económico Chileno Óscar Muñoz Tomándole el Pulso a la Paridad Judith Astelarra La Protección Social en un Mundo Incierto China-India versus Occidente Milton Lee G.

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L

a derecha está como el chiste del fabricante de alimentos para perros que, pese a tener la mejor distribución de su producto, la mejor publicidad, el envase más atractivo y el precio más competitivo del mercado, sus ventas decrecían mes a mes. En reunión con sus ejecutivos para analizar las causas de tal fenómeno, sólo uno acertó con la explicación. Simplemente a los perros no les gustaba el producto.

Se equivoca la derecha si piensa que perdió la última elección presidencial, como ha perdido todas y cada una de las elecciones democráticas en los últimos 16 años, en virtud a una grosera intervención electoral del gobierno. La razón de fondo es que a la mayoría del país simplemente no le convence el discurso de ese sector político. Una derecha que no acaba de hacer las cuentas con el pasado reciente, como lo demostró su masiva asistencia al funeral del general (r) Pinochet, y que pareciera no tener otro credo o convicción que su fe ciega en el mercado. Una derecha que no se resigna a asumir su condición de minoría y que hoy asume una postura obstruccionista y confrontacional, sin verdadera capacidad de propuestas y búsqueda de consensos. Nadie espera que un gobierno pueda permanecer neutral en una elección que enfrenta a las fuerzas del oficialismo con las de la oposición. En todas las democracias se estima como normal y legítimo que el gobierno salga a hacer campaña a favor de sus candidatos. La frontera es que ningún gobierno puede usar recursos públicos para financiar las campañas de sus candidatos, como parece haber ocurrido en contados casos, que por ahora involucran a dos o tres diputados.

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En esto la derecha mantiene un curioso doble estándar. No tan sólo por su sesgo para juzgar los actos de corrupción en democracia e intentar obviar los hechos de corrupción acaecidos durante el régimen militar del cual fueron parte y apoyaron decididamente, asumiendo las masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos como parte del "costo inevitable". También, porque constituye una práctica de los candidatos y parlamentarios de derecha "regalar" enseres domésticos, lentes ópticos u otras dádivas, así como pagar cuentas, justificando este cohecho encubierto como una actividad normal que no sólo desarrollan en períodos electorales. Tan normal les parece el masivo cohecho que no pocos candidatos y parlamentarios de derecha incluyeron esos gastos en la rendición ante el Servicio Electoral, que hasta ahora no ha objetado dichas rendiciones. Las recientes denuncias sobre corrupción han impactado con fuerza a la opinión pública y ello habla bien del país, que es capaz de indignarse y exigir que estos hechos se investiguen y se castigue a los responsables. Pero aquí existe un riesgo no menor, frente a una derecha que ha optado por magnificar estos hechos, con denuncias "al boleo", buscando la deslegitimación del gobierno y de sus alternativas de sucesión. El riesgo de un juicio mediático, que no sólo daña injustamente a personas que tienen el legítimo derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe lo contrario, sino se daña la imagen internacional del país y contribuye al desprestigio y deslegitimación de los partidos y la propia actividad política. Lejos de instalarse una "ideología de la corrupción" como ha sostenido el ex diputado Jorge Schaulsohn, los sucesivos gobiernos de la Concertación han demostrado una enérgica capacidad de reacción para enfrentar este fenómeno que amenaza a todos los sistemas políticos en el mundo y en donde se requiere una preocupación permanente, para reducir drásticamente los gastos reservados, del 11% al 1%, diseñar un sistema público de compras del Estado, sincerar los sueldos de la alta administración, estableciendo un financiamiento público de las campañas políticas y estableciendo la concursabilidad de la alta dirección pública a través del Servicio Civil. La propia reacción de la Presidenta Bachelet frente a las últimas denuncias, formando una comisión transversal, de alto nivel, para elaborar una nueva y sustantiva agenda a favor de la transparencia y probidad, constituye el más rotundo mentís a las afirmaciones del ex diputado Schaulsohn.

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COYUNTURA

Crisis: Cuando lo Viejo No Termina de Morir y lo Nuevo No Acaba de Nacer Por más que los dirigentes de la oposición se esfuercen por proyectar la imagen de un “año perdido”; un gobierno que “no da el ancho” y un país asolado por la corrupción, la propia realidad se encarga de desmentir estas visiones catastrofistas que recuerdan la estrategia de los partidos de derecha europeos, en especial el Partido Popular español frente al gobierno de Felipe González, buscando su deslegitimación. Cualquier observador internacional objetivo no puede menos que valorar la baja conflictividad social que se registra en Chile en un período marcado por la abundancia económica y en donde se esperarían demandas laborales desmedidas, pese a la cual los principales gremios fiscales han llegado a acuerdos salariales o han terminado aceptando las

propuestas de incremento salarial del gobierno.

incorpora un pilar solidario que implica que el 60% de los Es verdad que el crecimiento chilenos y chilenas económico del año que finaliza más pobres recibirán es algo menor a lo una pensión cercana a presupuestado y lo esperable los US$ 150 al en base a las buenas momento de su condiciones externas y jubilación, lo que domésticas, pero la verdad es constituye una gran Marcelo Contreras N. noticia para el país. que una tasa de crecimiento en Director torno al 4,5%, con una cifra Además, el gobierno Foro Chile 21 récord en materia de asumió positivamente exportaciones (sobre los la movilización de los US$60.000.000); una tasa de cesantía estudiantes secundarios para integrar el en torno al 6,6% y mejores perspectivas tema de la reforma de la educación como para este año, de la mano de uno de los una de sus prioridades. El activo presupuestos fiscales más expansivos de programa de cobertura preescolar que los últimos tiempos, así como la impulsa el Ejecutivo y que ha permitido profundización de la apertura al exterior, la creación de 800 nuevas salas cunas, permiten abrigar el optimismo que se permite esperar el cumplimiento de la refleja en los meta de incorporar a los niños de hogares a g e n t e s de menores ingresos a la educación económicos. temprana. En materia social, pese a las dificultades, el gobierno ha logrado instalar una agenda sustantiva, que incluye la r e f o r m a provisional anunciada por la Presidenta, que 2007 2 FORO ENERO - FEBRERO

En el plano político, la Presidenta ha planteado la reforma del actual sistema electoral, así como la inscripción automática y el voto voluntario, que representa una reforma indispensable para terminar con las exclusiones y avanzar hacia un sistema más representativo de la diversidad política del país. Sin duda, la corrupción representa una grave amenaza para la democracia no


sólo en Chile sino en el mundo entero y ningún país puede bajar los brazos o la intensidad en el combate en contra de este flagelo. El reciente escándalo en Chiledeportes y las denuncias de desvío de fondos públicos a campañas políticas, además de dañar la imagen internacional del país, representa un motivo de preocupación, no sólo para el gobierno, sino que para la propia clase política y la sociedad en su conjunto. Una cosa muy distinta es afirmar, como lo ha hecho el ex diputado Jorge Schaulsohn, que se ha instalado una verdadera “ideología de la corrupción” en el oficialismo. Analizado en perspectiva, Chile hoy es más transparente y con mayores grados de probidad que hace quince años. Obviamente no se trata de comparar la situación actual con lo ocurrido durante el régimen m i l i t a r, e n d o n d e s e privatizaron la mayoría de las empresas del Estado en procesos muy opacos, que implicaron un fuerte perjuicio fiscal y donde muchos de sus controladores o ejecutivos terminaron como sus dueños. O donde existía un manejo discrecional de cuantiosos fondos reservados, parte de los cuales pudieron haber engrosado las cuentas millonarias descubiertas al general (r) Pinochet. Tampoco se trata de jugar a la teoría del “empate”, como sostiene Schaulsohn. Ni siquiera para compensar el poder económico de la derecha. Ni menos justificar el desvío de fondos públicos con fines políticos o de lucro personal. De lo que se trata es de mirar el tema en perspectiva, como un proceso, en donde se registran claros avances en la materia, independientemente de que el combate en contra de la corrupción es permanente y nunca se gana de una vez y para siempre.

Lejos de aumentar la tolerancia o permisividad frente a la corrupción o prácticas indebidas, el país ha dado pasos sustantivos, de la mano de las administraciones concertacionistas, en muchos casos con el apoyo de la oposición, para reducir drásticamente los gastos reservados desde el 11% que alcanzaban en dictadura, al razonable 1% en que se encuentran hoy día. El propio acuerdo del año 2003 permitió regular su uso y limitar su discrecionalidad. En verdad, la agenda a favor de la probidad y transparencia ha sido más bien extensa en estos últimos 16 años (el sistema público de compras fiscales a través de Chile

Compra, la concursabilidad de un apreciable número de cargos en la administración pública, el sinceramiento de los sueldos de ministros, subsecretarios, altos ejecutivos y del propio Jefe del Estado, la obligación de la declaración patrimonial de las autoridades, etc.) y nada permite afirmar, como lo ha hecho Schaulsohn, que se ha instalado una ideología justificatoria o permisiva sobre este tema. La propia reacción de la Presidenta Bachelet frente a los recientes escándalos, convocando a una comisión de alto nivel y transversal para enfrentar el tema con nuevas y cruciales medidas a favor de la 2007 3 FORO ENERO - FEBRERO

transparencia y probidad, constituye un claro desmentido a las afirmaciones del ex diputado. La crisis de la política Si el país enfrenta alguna crisis, esta es una crisis de la política, de los partidos y las coaliciones, y alcanza por igual al oficialismo y la oposición y en donde el gobierno sale relativamente inmune, según las encuestas de opinión, pues aumenta en vez de disminuir su respaldo. Esencialmente es una crisis de representación del Chile real, del nuevo Chile que emerge tras dejar atrás 17 años de régimen militar. Un país que concita la admiración y el reconocimiento internacional no tan sólo por el dinamismo de su economía y su capacidad de profundizar la apertura al exterior, lo que le ha permitido más que duplicar su ingreso en los últimos 16 años. Con empresarios que aprendieron a competir en el duro y exigente mercado mundial y que hoy exportan a EE.UU., Europa y Asia y realizan inversiones no sólo en la región sino en diversas latitudes. Uno de los primeros países en cumplir una de las metas del milenio para reducir la pobreza a menos de la mitad. Un país en donde los ricos son más ricos, pero los pobres son menos pobres. Un país bastante igualitario si se aísla el decil más rico de la población y se agregan los ingresos no monetarios. Con baja conflictividad social, pese a las desigualdades que se registran en materia de distribución y el período de bonanza que vive nuestra economía por el alto precio del cobre. Un país que ha abandonado la condición de deudor para incorporarse al exclusivo club de países acreedores, con una ciudadanía más informada, consciente de sus derechos y más demandante. Un país mucho más


presidencialismo exacerbado y la propia ley que regula a los partidos políticos.

liberal en lo valórico que lo que expresan los medios de comunicación, en donde el fenómeno de la corrupción no es sistémico como en otros países de la región y en donde la seguridad ciudadana es aún razonable. Evidentemente no estamos en presencia del "milagro chileno", como sostienen muchos apologistas del modelo económico, que algunos todavía insisten en atribuir a Pinochet y los "Chicago boys", sin considerar el costo social de las tempranas reformas económicas impuestas en dictadura; las masivas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos registradas durante el régimen militar y la corrupción y falta de transparencia, que permitió el enriquecimiento ilícito del propio dictador y no pocos de sus partidarios. Chile aún se encuentra a mitad de camino al desarrollo y subsisten grandes desafíos para perfeccionar la democracia, consolidar un crecimiento sostenido y sustentable, desarrollar un sistema integral de protección social, enfrentar las desigualdades y avanzar en la integración regional, resolviendo temas pendientes con nuestros vecinos. Este es un país distinto al de 1989, cuando la oposición ganó el plebiscito e inició la transición; con profundas transformaciones que han marcado a la sociedad y la cultura. Sería injusto o equivocado afirmar que estos cambios no han impactado a los partidos y la propia actividad política. Lo importante es analizar el sentido de su evolución en este Chile que se asoma a la modernidad y el desarrollo, en donde tienden a perder fuerza los proyectos colectivos, la cooperación y la asociatividad para dar paso a los proyectos personales y el individualismo. La política no ha sido inmune a las influencias del mercado, el marketing y la farándula. Tampoco a este espíritu individualista que tiende a predominar

La Concertación de Partidos por la Democracia vive una crisis, que duda cabe. Una crisis de proyecto y una crisis de sentidos. Una alianza de centro izquierda que reunió a antiguos adversarios políticos, agrupados para reconquistar la democracia y asegurar la gobernabilidad del país, que ha tenido éxitos notables en el plano político, en materia de desarrollo y de protección social, pero que no ha logrado renovarse en el poder (tarea muy difícil) para dar cuenta de este nuevo Chile y proponer nuevos desafíos. en la era de la globalización. Con el ocaso de las ideologías y el debilitamiento de las utopías, la política tiende a reducirse a una descarnada lucha por el poder, por su conquista y reproducción, sin demasiadas referencias a proyectos o programas. El viejo “cuadro” militante, comprometido con una ideología, ha dado paso a verdaderos “clientes” o adherentes, reclutados por operadores políticos, que los controlan y acarrean en tiempos de elecciones. En verdad, la crisis de la política y del sistema de partidos no es privativa de nuestro país. Es un fenómeno global, con diversas expresiones y modalidades, según cada realidad, pero tiene expresiones muy concretas en Chile. Es una crisis larga, que tiene su origen en la propia “transición pactada” que vivió el país luego del plebiscito de 1988, que tendió a “estatizar” la actividad política, para reducirla al ámbito del gobierno y del parlamento, con escasa injerencia de los partidos y prescindencia de la ciudadanía. Desde luego, esa crisis no es ajena al marco institucional heredado y que incluye el peculiar sistema electoral binominal, las leyes de amarre, la amnistía y el blanqueo de las privatizaciones; además del 2007 4 FORO ENERO - FEBRERO

Al contrario de lo que muchos sostienen, el gobierno tiene una agenda sustantiva para los próximos tres años. Un programa desafiante que incluye una extensa propuesta a favor de la transparencia y probidad, la reforma del sistema electoral, la reforma educacional y del sistema provisional. El desarrollo de un integral sistema de protección social “que acompañe a las personas desde su nacimiento a la vejez”, además de un nuevo impulso al desarrollo y la profundización de las relaciones en la región. La duda es si tiene una coalición política capaz de sustentar esta empresa y respaldarla sólidamente hasta el fin de su mandato. La crisis que hoy vive el PPD no es demasiado distinta de la que vive la DC o el propio Partido Socialista. Una crisis de proyecto y de sentidos luego de cumplir exitosamente los objetivos que se propuso la alianza de centro izquierda y que hoy se proyecta como una crisis orgánica, enfrentando sus corrientes internas en estériles disputas por el poder. En verdad, en el PPD, un partido “sin fronteras ideológicas” ni un programa muy perfilado, la crisis adquiere particular gravedad por la extrema desafección que


muestran algunos de sus sectores internos por su propia identidad y proyección partidaria, lo que bien podría terminar en una escisión. Pero tanto la DC como el PS viven su propia crisis de sentido, atravesados por sus conflictos internos y sin verdadera capacidad de influir en la coyuntura. Finalmente, tampoco es ajena a la crisis que hoy vive el oficialismo el desgaste en el poder y el cambio en la correlación de fuerzas en su interior, que mantiene a la Democracia Cristiana como la primera fuerza de gobierno pero con una menor representación parlamentaria. Las propias declaraciones del diputado Eduardo Saffirio, un representante de la llamada G-80, identificado con los sectores más concertacionistas al interior de la DC, muestra la desafección e incomodidad de este partido con la coalición de centro izquierda que ha constituido su política de alianzas en los últimos 20 años. En sus declaraciones, Saffirio trasunta la idea que, finalmente, la Concertación ha dejado de ser “rentable” desde el punto de vista político cuando debe enfrentar en solitario a sus tres aliados en el plano electoral, en base al sistema binominal, que traslada la competencia al interior de los bloques mayoritarios, insinuando una fuerte intervención electoral gubernamental a favor de la izquierda concertacionista y en perjuicio de la DC. En el trasfondo, sus palabras apuntan a reponer el principio de la alternancia al interior de la Concertación y un nuevo pacto político y electoral en la alianza, que asegure la hegemonía DC. En estas condiciones nada permite asegurar que la Concertación se mantenga unida por los próximos tres años, ni menos que pueda enfrentar el desafío de su proyección futura. Ni aún con el éxito de la actual administración. Pero nada permite asegurar que no superará la crisis actual, así como ha superado otras anteriores...

Sin embargo, si la actual alianza en el poder no logra resolver sus actuales conflictos y la crisis de sentido que enfrenta, tampoco ello redundará obligatoriamente en un fortalecimiento de las opciones de la derecha para alcanzar el poder. No son pocos los que sospechan que tras las fuertes acusaciones de Jorge Schaulsohn en contra de la Concertación, se esconde toda una operación política para superar la vieja dicotomía entre el Sí y el No en el plebiscito de 1988, buscando “rebarajar” el actual mapa político, con la idea de ganar al PPD o una parte sustantiva de ese partido para su viejo proyecto de convergencia de sectores liberales -que hoy militan en la Concertación- con sectores

modernos de la derecha, supuestamente representados por Sebastián Piñera y Andrés Allamand. La duda es si esa derecha existe hoy en el país. La propia historia política de Andrés Allamand muestra los límites y fracasos por aggiornar una derecha que aún no acaba de hacer sus cuentas con 2007 5 FORO ENERO - FEBRERO

el pasado autoritario y que masivamente concurrió a brindar honores póstumos a Pinochet. También Sebastián Piñera debió pagar un duro tributo por sus “pecados”, como apoyar la opción por el No en el plebiscito de 1988. Es más que dudoso que la derecha, que ha mostrado dogmatismo e irreductibilidad en la soterrada pugna por la hegemonía que han librado Renovación Nacional y la UDI a lo largo de estos quince años, tenga la flexibilidad para acoger una diversidad mayor a la que no ha sido capaz de administrar en este tiempo. No ha sido fácil para una derecha que se benefició de los subsidios políticos otorgados por el sistema electoral binominal, las leyes de amarre y los senadores designados, asumir el rol que tradicionalmente asumen las minorías en democracia, que no sólo apuntan a la labor fiscalizadora, sino de propuestas, construcción de acuerdos y explicitación de desacuerdos. Su actual estrategia de confrontación total y obstruccionismo en temas tan relevantes como la propia agenda a favor de la probidad, o restarse a votar el presupuesto del presente año, la colocan en una muy difícil situación, como lo prueban las propias encuestas de opinión. Sobran los ejemplos en América Latina acerca de cómo, frente al ocaso o colapso de las opciones políticas tradicionales, emergen nuevas alternativas, más en consonancia con los nuevos aires de cambios que corren por la región y nuestro propio país. La propia elección de Michelle Bachelet, la primera mujer en convertirse en Presidenta de Chile, es expresión de este fenómeno que permitió la elección y reelección de Inacio Lula da Silva en Brasil; de Hugo Chávez en Venezuela y más recientemente de Rafael Correa en Ecuador.


ECONOMIA

El Modelo Económico Chileno Óscar Muñoz G. (1)

El significativo éxito económico y político alcanzado por Chile a lo largo de los años concertacionistas ha contribuido a que se instale en la literatura el concepto del “modelo económico” chileno. Aunque este es un concepto con diferentes connotaciones, que se presta para equívocos, la acepción normal y más popular es que se trata de un diseño estratégico armónico y coherente que debería ser emulado por otros países por sus buenos resultados2. Sin embargo, en tiempos recientes (y no tan recientes también) han surgido voces críticas de este modelo, no sólo desde la derecha o de la izquierda no concertacionista, sino también al interior de la Concertación. Una característica de este debate es que se apunta a temas distintos y no siempre se especifica qué es lo que concretamente se pide corregir o cambiar. acuerdo, incluso en las autoridades del Estado y en los dirigentes políticos de la Concertación, es en algunos resultados indeseables para las aspiraciones de la gente y del sistema político. En particular, se trata de la desigualdad en la distribución del ingreso, que no se ha logrado abatir, de las dificultades para rebajar la tasa de desempleo y acelerar el ritmo de crecimiento. En este artículo pasaremos una breve revista a las distintas visiones que se han formulado sobre el llamado “modelo económico chileno” en los últimos años, para discutir posteriormente el significado conceptual del término. Terminaremos con algunas sugerencias acerca del sentido que debería dársele a este debate público.

1. Distintas aproximaciones al debate La campaña presidencial de 2005 logró algo de lo que no se tiene recuerdo en tales procesos: todos los candidatos a la primera magistratura estuvieron de acuerdo en que Chile tiene que introducir cambios importantes en su modelo económico, fundamentalmente debido a la enorme desigualdad socio-económica,

que no es tolerable políticamente. Fue notable esta concordancia, pero quizás más notable fue el énfasis y la energía que los candidatos de la Alianza por Chile pusieron en darle la más alta prioridad al objetivo de los cambios para una mayor equidad social. En las campañas anteriores, esta coalición de derecha había enfocado sus críticas a otros aspectos de los gobiernos de la Concertación, como ineficiencias, exceso de regulaciones, estatismo, burocracia, corrupción, es decir, temas relativamente tradicionales en el discurso de ese sector. Al interior de la Concertación, la Democracia Cristiana fue más enfática en demandar un cambio en el modelo económico. Otros líderes políticos y al menos un empresario connotado, como Felipe Lamarca, expresaron también sus opiniones en el sentido de que “el modelo económico chileno debe ser cambiado”, suscitando una cadena de reacciones y precisiones desde todos los sectores3. Pero, ¿debe cambiar lo esencial del modelo o se le deben hacer ajustes al modelo? ¿Qué es lo esencial del modelo? Para muchos, desde una perspectiva que podría calificarse de “progresista”, este modelo debe ser cambiado profundamente si se quiere avanzar realmente hacia una

1 Este artículo es parte de un libro en proceso del autor, sobre El modelo económico de la Concertación. 2 Un ejemplo es el editorial del diario The New York Times, del 25 de mayo de 2005, sobre crecimiento y pobreza, donde sostiene que los “países latinoamericanos harían bien en seguir el modelo establecido por Chile, el cual ha reducido la pobreza en 65% desde 1990 a través de una cuidadosa focalización del gasto social” (nuestra traducción). 3 Ver entrevista a Felipe Lamarca en diario La Tercera, 9 de octubre de 2005.

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mayor justicia social. Es un modelo que, si bien ha producido un alto crecimiento económico, estabilidad macroeconómica y disminución de la pobreza, no ha ayudado a disminuir la desigualdad social y ha estimulado la concentración económica. La distribución del ingreso en Chile no ha cambiado en los últimos veinte años y es sustancialmente más desigual que a fines de los años '60 (el gran empeoramiento se produjo en los años '70). Por cierto, también hay motivos fundados y objetivos para el desencanto de muchos, que permanecen en situaciones de enorme precariedad, al borde de la pobreza, mirando cómo las imágenes de éxito y opulencia desfilan diariamente en los medios de comunicación y por las grandes carreteras de la modernidad. Una gran parte del desencanto se orienta a cuestionar el relativo equilibrio entre el sistema de mercado y el rol del Estado.

competencia y la flexibilidad laboral4. El intervencionismo estatal se habría larvado nuevamente en el sistema económico, generando distorsiones, burocracia y rigideces que impiden el desarrollo de mercados en áreas cruciales para el progreso económico-social. Un ejemplo frecuentemente citado es el de la salud, donde, desde este sector político, se propicia la privatización del sistema de prestaciones hospitalarias, debiendo cumplir el Estado sólo un papel de regular en términos generales y asignar subsidios a las personas más pobres que no pueden cubrir sus coberturas de salud. En esta visión, más mercado y más privatización, con bonos del Estado para los grupos de bajos ingresos, son las condiciones para mejorar la equidad social. Pero, también para muchos otros y, sobre todo para la dirigencia de la Concertación, no es el modelo en sus aspectos sustantivos

Quienes sienten frustración por la persistencia de las desigualdades sociales, anhelan un mayor intervencionismo estatal, en la expectativa de que el Estado podría dar mejor respuesta. La desconfianza hacia el mercado parece encontrar un fundamento en la sospecha de que este mecanismo es manejado por los grandes grupos de poder económico, cuya principal motivación es maximizar las ganancias de sus negocios. Para otros, especialmente quienes se identifican con las políticas económicas neo-liberales de los años '70 y '80, el modelo original se ha desfigurado por un exceso de regulaciones que ahogan la iniciativa empresarial, impiden la

lo que debe cambiar, porque ha probado ser exitoso, sino que se requieren unas reformas dentro del propio modelo para acelerar el progreso social. Estas reformas ya se han estado haciendo, como el Plan Auge bajo el gobierno del Presidente Lagos, o se están poniendo en marcha, como la reforma a la seguridad social, a la cual la Presidenta Bachelet le ha dado la primera prioridad. Antes de continuar, es conveniente hacer

una breve discusión sobre el significado del término “modelo” en la tradición de la teoría económica. 2. Qué queremos decir cuando hablamos de “modelo” En la teoría económica el término “modelo” tiene al menos dos connotaciones: una, analítica, que busca estudiar los efectos de determinadas variables sobre el funcionamiento de la economía, a partir de algunos supuestos; la otra connotación es normativa, donde el objetivo es identificar qué instrumentos de políticas económicas son más eficaces para alcanzar determinados resultados. Por cierto, un modelo normativo debe partir por un modelo analítico. Esta definición ya sugiere que nos estamos refiriendo a una metodología que puede tener tantas posibilidades como interesados en plantearse algún problema económico particular. Es así como la historia de la teoría económica nos muestra que hay cientos, sino miles, de modelos analíticos que tratan de describir una determinada realidad económica a partir de algunos supuestos simplificadores, desde los cuales inferir las recomendaciones de políticas públicas. El concepto de modelo en el sentido analítico es esencial para entender las características y procesos de una experiencia determinada, y revelar sus coherencias y contradicciones. Pero hay que entender que un modelo no es una descripción de la realidad. Esta es infinitamente más compleja, razón por la cual los “modelos” tratan de construir una ficción o simplificación de la realidad, que permita hacer un análisis útil sobre causas y efectos en la economía. Todo modelo se construye a partir de supuestos

4 Ver entrevista a Sergio de Castro y Pablo Barahona, ex Ministros en el régimen de Pinochet, en diario La Segunda, 21 de octubre de 2005. A propósito del término “neoliberal” hay que aclarar que los inspiradores de las reformas económicas de mercado de los años '70 y '80 no se consideran “neoliberales”, sino que se trata de un término asignado por los opositores a esas reformas, a menudo usado peyorativamente.

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previos, relaciones funcionales o tecnológicas, parámetros y datos exógenos. De este modo, la teoría económica dispone de una gran variedad de modelos, todos los cuales no son más que instrumentos de análisis. Hay modelos agregados y modelos microeconómicos. Hay modelos estáticos, que hacen abstracción del tiempo, y modelos dinámicos, que buscan analizar trayectorias de cambio temporal. También hay familias de modelos, basados en una cierta visión más global de la economía, como han sido el “modelo keynesiano” y el “modelo neo-clásico”, aplicables ya sea a temas de corto plazo o a trayectorias de crecimiento. Por cierto, la validez empírica de los modelos, que es lo que importa en último término, depende de que la información estadística de que se dispone, debidamente utilizada, no los contradiga. Esta validez es transitoria, mientras no aparezca evidencia adicional o mejores metodologías de estimación. El debate político chileno no tiene que ver con la acepción anterior, que es más bien técnica y acotada. En el contexto nacional, el concepto de “modelo” es utilizado en un sentido mucho más amplio, para identificar una experiencia histórica particular. La literatura del desarrollo es pródiga en alusiones de este tipo a experiencias históricas de países que han marcado una determinada senda de desarrollo. Tal es el caso, por ejemplo, del sistema de economía de mercado versus los sistemas de planificación central, en que la diferenciación hace referencia al rol del Estado y del mercado. Este nivel de diferenciación ya es poco interesante, por la desaparición de la mayor parte de los socialismos reales y de los sistemas de planificación central. O, también, es el caso de los modelos de industrialización por sustitución de importaciones después de la Segunda Guerra Mundial, que se refieren a las experiencias latinoamericanas de alto proteccionismo y Estados fuertemente interventores. En contraste, se configuró el llamado modelo del Este Asiático, en

en este sentido, el concepto de modelo sólo puede usarse con muchas precauciones, por la simple razón de que ningún país está en condiciones de seguir sin más unos caminos estratégicos emprendidos exitosamente por otros. Cada país está obligado a seguir sus propios caminos, a partir de su historia, su cultura, sus instituciones y sus problemas. 3. El sentido del debate en Chile

que el proteccionismo se combinó con incentivos a las exportaciones y los Estados definieron objetivos de innovación tecnológica, con asignación de recursos y creación de las instituciones adecuadas. En este sentido, el término modelo identifica experiencias históricas con importantes referencias institucionales, las cuales han sido consideradas como unas estrategias interesantes de emular. En relación a los modelos de economía de mercado, la literatura reconoce una importante diferenciación de experiencias. Se habla, así, del modelo anglo-sajón, referido principalmente a las experiencias más liberales de Inglaterra y Estados Unidos; al modelo renano o europeo occidental, con mayor intervencionismo estatal en la forma de políticas industriales y Estados de Bienestar, con alta tributación, pero economías abiertas; al modelo nórdico, con más énfasis en los sistema de bienestar y en instituciones de concertación social; o el modelo asiático, ya mencionado más arriba, con estrechos vínculos público-privados. Usado en este sentido, el concepto de modelo se aleja del significado más teórico y abstracto de la teoría económica, y alude a experiencias históricas que, en un análisis comparativo, muestran resultados exitosos (o también podrían ser resultados muy negativos, en modelos no aconsejables de seguir). El término se asocia más a la idea de estrategia. Pero 2007 8 FORO ENERO - FEBRERO

Por lo dicho más arriba y de la observación de las múltiples opiniones que se han dado, se desprende que el debate chileno del último año sobre el “modelo económico” adolece de muchas ambigüedades e imprecisiones, porque en general no se ha especificado qué es lo esencial y qué es lo contingente. Sin embargo, es un debate que se justifica y tiene mucho sentido, en la medida que se avance más en la especificación de a qué se refiere y qué es lo que habría que cambiar. En una primera aproximación muy general, el concepto de modelo en el debate chileno se refiere a la experiencia de desarrollo que ha tenido el país en las últimas tres décadas, caracterizada por el predominio del mercado para inducir el crecimiento económico. Pero es una experiencia que ha evolucionado de tal modo que, en un sentido más riguroso, se puede hablar de distintos modelos históricos. Hay un primer modelo, que podría identificarse como “el consenso de Chicago” que va desde 1974 a 1982. Es un modelo que aspiraba a la autorregulación de la economía a través del mercado. Pero la crisis de 1982 echó por tierra este modelo y emergió una segunda versión, entre 1985 y hasta 1990, que se asimila más al “Consenso de Washington”, que es el modelo de libre mercado y privatizado, pero con regulaciones financieras y un mayor pragmatismo de la política cambiaria y monetaria. En 1990 se inicia el “Modelo de la Concertación” que, adhiriendo al sistema de mercado como fundamento general,


desarrolla con fuerza una institucionalidad social y de bienestar enfocada a los sectores de mayor pobreza, expande las regulaciones a los sectores de monopolios naturales y desarrolla una política de fomento productivo destinada al aumento de la productividad, reconociendo unas fallas de los mercados. A nuestro juicio, lo fundamental en el “Modelo de la Concertación” son tres pilares inseparables: una sustentación de la gobernabilidad política en la coalición de centro-izquierda que, en forma inédita en el país, estableció una mayoría electoral y democrática sólida para fijar un horizonte de largo plazo de desarrollo; un gobierno de la economía, refutando la idea de que los mercados se autorregulan en forma automática y afirmando, por el contrario, que se requieren unas instituciones, políticas y regulaciones que aseguren la estabilidad macroeconómica como base de toda gobernabilidad y compatibilicen los incentivos económicos con los grandes objetivos políticos del desarrollo; y, en tercer lugar, un pilar de solidaridad social, logrado a través de un consenso para aumentar la carga tributaria y financiar un conjunto de programas sociales públicos orientados a los grupos en extrema pobreza. Se puede apreciar, entonces, que el modelo económico de la Concertación tiene poco que ver con los dos modelos del régimen autoritario. Es un modelo que no se identifica sólo por el uso del mercado, ni tampoco se puede asimilar a experiencias populistas bien conocidas. Su novedad y contribución al desarrollo del país ha estado en haber podido ensamblar en forma bastante eficaz una difícil transición democrática desde una dictadura férrea y monolítica, generando gobernabilidad democrática, pero también estabilidad, eficiencia económica y equidad social. Esta capacidad de articulación con resultados exitosos es lo que ha llamado la atención de los analistas internacionales. Ahora bien, la mayor parte de las críticas

apuntan a la insatisfacción con los resultados distributivos y a la fuerte concentración económica que se ha producido. A nuestro juicio, ninguna de estas críticas significa un cuestionamiento a fondo al carácter del modelo concertacionista en cuanto a su uso del mercado como mecanismo para el crecimiento económico. Como se mencionó más arriba, el sistema de economía de mercado tiene variantes muy diversas según los países y también según los períodos históricos. Como señaló el ex Presidente Lagos en un seminario

reciente, la variante específica que se desarrolle dependerá del tipo de sociedad que el país quiera darse a través de su proceso democrático5. Este es el gran debate que debe venir. Está claro que la demanda social es por mayor equidad, y ya no sólo para los sectores en extrema pobreza, sino también para los sectores medios y en general, para toda la sociedad, bajo en un enfoque de derechos ciudadanos y de desarrollo incluyente. El proceso político actual muestra que se han puesto varios focos en las direcciones correctas. La institucionalidad social está en proceso de reforma en tres ámbitos fundamentales para mejorar la equidad: la salud, la seguridad social y la educación. Pero si se demanda un mayor contenido

solidario en esas reformas, ello implica aumento de los recursos a asignar y por lo tanto, revisión de la carga tributaria. Un aspecto a tener en cuenta es que la solidaridad social también supone apoyar una mayor capacidad de inserción en el proceso productivo de los micro y pequeños empresarios en un campo de juego que es desnivelado. Ha habido retraso en reconocer los problemas de estos sectores, que tienen una enorme incidencia en el empleo. Aquí se echa de menos una mayor decisión y energía para diseñar una estrategia más pro-activa de cooperación público-privada, con una institucionalidad financiera adecuada al carácter de las mipymes y en que el Estado asuma riesgos y liderazgos para proponer objetivos de largo alcance. La concentración económica es un fenómeno universal que no afecta sólo a Chile, sino también a las grandes potencias económicas. Se deriva de los cambios tecnológicos y de las economías de escala que hacen más eficaz la organización de grandes conglomerados económicos. El tema aquí es cómo evitar una concentración espúrea, basada en abusos de poder y en insuficiencias de las instituciones que tienen la responsabilidad de regular la competencia y la libertad de entrada a los mercados. Pero también y, quizás más importante, cómo evitar que el poder económico se mimetice con el poder político y con la industria de los medios de comunicación, uno de los factores más influyentes en la formación de la conciencia ciudadana y en el desarrollo cultural. Se comprende, al fin de cuentas, que el llamado modelo económico de la Concertación no es un diseño estático ni terminado, sino un proceso en desarrollo, que debe ir asumiendo las insuficiencias que se generan a partir de sus propios resultados y de las nuevas oportunidades que se abren. Pero que en sus 17 años de experiencia puede ser considerado como el intento más exitoso por superar las dificultades históricas que tuvo el desarrollo chileno.

5 Presentación del libro La protección social en un mundo incierto, editado por Gonzalo Martner para las Fundaciones Chile 21, Jean Jaures y Friedrich Ebert (Chile), el 8 de enero de 2007.

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CONFERENCIA

Tomándole el Pulso a la Paridad (Adaptación de conferencia presentada por Judith Astelarra1en el seminario realizado con motivo del lanzamiento del número 46 de la revista Política, del Departamento de Ciencia Política del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile el pasado 7 de diciembre2, organizado conjuntamente con la Fundación Chile 21).

Mucho agradezco la invitación para estar en Chile y en la oportunidad de presentar un número monográfico dedicado al tema del género y su vinculación con la política. Como la paridad está en el centro de este lanzamiento, es oportuno tratar de entender por qué se utilizó en España y Francia dicho concepto y el debate que surgió en torno a él. La paridad “a la francesa” nace muy vinculada a la propia conformación de la república francesa y al concepto de universalismo de la ciudadanía que surge en dicho país, exportándose al resto del mundo. Para Francia, la nación estaba por encima de los intereses colectivos e individuales, y ello es la base de la república francesa. Ser ciudadano de esta nación es alguien

que está por encima de sus características sociales, económicas y culturales, o cualquier otra que pudiera argumentarse. Ese es el concepto de ciudadanía francesa y del universalismo francés.

Del otro lado del océano, los norteamericanos partieron con un concepto totalmente distinto. No hay algo universal y separado de las características y pertenencias de la ciudadanía norteamericana. De ahí nace, por ejemplo, el fenómeno del “lobby”, al margen de los partidos. De ahí, la estructuración de los partidos en “caucus” y el nacimiento de primarias, es decir, la elección de los candidatos no era un mero tema de organización política. Era un tema externo, también, de raíz ciudadana. Ello ayuda a entender la desconfianza como base de la política, el surgimiento del fenómeno de los “check and balance”, los controles y los balances entre los

1 Judith Astelarra, socióloga e investigadora, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona. 2 El seminario se denominó “Desafíos para la política y para la reflexión política” y en él se realizaron dos paneles. Uno fue “Tomándole el pulso a la paridad: las experiencias española y chilena”, y el otro “La paridad en política y más allá de la política”. En este encuentro participaron, además de Astelarra, Teresa Valdés, Ximena Rincón y Ricardo Solari y fueron moderados, el primero, por María de los Ángeles Fernández, directora ejecutiva de Chile 21, y por Cecilia Osorio, el segundo, coordinadora del taller de Participación Ciudadana de la Fundación Chile 21.

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distintos poderes del Estado. Es a partir del concepto de universalismo francés que, en ese país, se empieza a plantear la paridad, señalando que no es verdad que sea la ciudadanía per se universal porque está asexuada, dado que toda la clase política es masculina. Por lo tanto, necesitamos sexuar la política. La paridad consiste en admitir la existencia de la dicotomía de género mediante su traslado al ambiente de la

momento de término que es cuando se alcance el equilibrio final. Este concepto asume que, en el proceso de reclutamiento y en la selección de candidatos, las mujeres tienen obstáculos para ingresar. Permítanme acá asociar este tema con la argumentación que emergió del feminismo, en relación a las nuevas formas de hacer política. Ello nos lleva a la distinción entre el espacio de la política y el espacio del Estado, en

necesariamente, a que la democracia de cualquier proyecto político tiene que ser refrendado por la ciudadanía, lo que implica llevarlo a la arena electoral, enfrentar el juego de las mayorías y las minorías, la posibilidad de la alternancia, cómo se generan consensos y disensos, la construcción de agendas políticas y, al final, el tema de la institucionalidad, la separación de poderes, el paso de temas electorales a agendas de Estado y cómo se sustentan proyectos de larga duración, que no van a cambiar producto de la contingencia. El caso español y las cuotas

política y a la representatividad política, a la participación política y al ejercicio del poder político. De esta manera, no se estaría representando el universalismo sino incorporando a las dos mitades. Por otra parte, la paridad a la anglosajona está más vinculada a la idea de cuota, como medida correctora de acceso, por parte de las mujeres, a los ámbitos donde están ausentes. Se trata de medidas instrumentales, que buscan levantar los obstáculos que impiden el acceso de las mujeres a la política, sin ponerles una fecha clara de caducidad pero sí un

particular, la institucionalidad estatal. El espacio de la política es aquel en el que se hacen proyectos colectivos, desde la tradición griega en adelante, asumiendo la existencia de una dicotomía entre lo público y lo privado. Lo que sucede es que, desde la reflexión feminista, se cuestiona esta división, indicando que la realidad se establece en un triángulo familia-mercado-Estado, en lo que todo confluye y que nos lleva a preguntarnos ¿qué implica hacer proyectos en el espacio de la ciudadanía, en la política? Contestar a esta pregunta nos remite, 2007 11 FORO ENERO - FEBRERO

En España, se dio otra situación. El debate de la paridad partió por el tema del acceso y la respuesta a la pregunta de quiénes deben estar en los lugares políticos. La respuesta francesa, ya vimos, es simple: debe ser permanentemente, porque hay dos sexos. Los dos sexos deben tener la garantía de estar allí, porque es el modo de sexuar la política. Si se lo mira de modo un tanto más pragmático, es cierto que necesitamos levantar los obstáculos para que las mujeres puedan entrar pero, luego, podemos cruzarnos con otras variables porque la categoría de género cruza todo. Enseguida, me voy a remitir a la experiencia paritaria con datos españoles para mostrarla como sistema de acceso y como sistema de ejercicio. En cuanto a lo primero, reconozco que yo era de las que decía que la verdadera paridad se iba a conseguir cuando hubiera tantas mujeres mediocres como hombres mediocres hay en política. Hoy no lo reivindico. Creo que uno de los grandes problemas que enfrenta la vida política


Partido Popular trata de aventajarlo en la legislatura siguiente.

es el reclutamiento, vía aparatos u otras formas, que lleva a la mayor mediocridad y falta de talento. Bien sabemos que, a las mujeres, nos cuesta más y que tenemos que tener más talento, pero si es eso lo que aportamos y eso contribuye a mejorar la vida política, será un enorme aporte de la paridad. Ojalá que esto sirva para reivindicar la meritocracia. Si bien lo anterior se señalaba, en su momento, como un argumento de justicia, hoy he cambiado de opinión. En cuanto al segundo aspecto, la paridad como ejercicio, vale la pena explorar algunas preguntas: ¿qué pasa con las mujeres que entran vía cuota? Aunque sea la cuota paritaria ¿esto las caracteriza de alguna manera o no? En España, este tema está muy vigente pues ha sido producto de un fuerte debate entre el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). La segunda pregunta es la relacionada con la supuesta especificidad que aportarían las mujeres: ¿qué aportan y desde dónde? Con relación al ingreso, el aumento de mujeres a nivel de la elite política coincide con un cambio espectacular en España, a nivel educacional y laboral. Para el primer caso, de una situación en que casi la mitad de las mujeres mayores eran analfabetas sin estudios y la otra mitad sólo había llegado a estudios primarios, hoy las mayores son la mitad de la cantidad de universitarios, y las jóvenes ya tienen un porcentaje superior. En cuanto a lo segundo, se ha llegado a un 60% de mujeres en el mercado de trabajo, lo que es revolucionario, en el marco de una ideología básica donde el hombre debe ganar dinero y la mujer,

Estudio de casos

cuidar la casa y la familia. En el campo de la política, y durante toda la transición, se va a producir un crecimiento a nivel de la representación femenina, a partir de un bajísimo 6%. Hoy día observamos un crecimiento que representa una multiplicación por seis en todos los ámbitos: Congreso, Senado, parlamentos autonómicos y Parlamento Europeo. ¿Cómo se permite este crecimiento? Lo interesante no es sólo el porcentaje, sino el radio. Estos son lugares de puesto fijo, por lo que hay un avance redistributivo. ¿A qué se debe? Pienso que a dos factores cruzados: la aplicación de medidas de acción positiva, en un contexto donde esto era mirado de manera muy positiva y porque, si un partido las impulsaba, se producía en el resto un efecto de mimetización, aunque a nivel del discurso se planteara que no creía en las cuotas. Es el caso concreto del Partido Popular (PP): cada vez que los socialistas ponen más mujeres, el 2007 12 FORO ENERO - FEBRERO

Con relación al ejercicio, quisiera comentarles algunos datos de un estudio que hicimos, en el Partido Socialista Catalán, llamado “la paridad en acción”. Yo estaba muy interesada en conocer los mitos y las realidades, a nivel del discurso “políticamente correcto” y en el plano de lo que realmente sucede en el ejercicio del poder por parte de las mujeres. Apliqué una encuesta a las mujeres socialistas con cargos políticos, municipales, de gobierno y de parlamento, on-line y garanticé un anonimato absoluto. En ella, hacíamos preguntas tales como ¿cuál es la justificación de la paridad?, ¿cómo se hace el acceso al cargo y la elección?, ¿quién elige y cómo se elige?, ¿con qué características?, ¿qué mujeres?, ¿qué situación se producía en el ejercicio de la política por deberse su acceso a las cuotas?, ¿qué temas nuevos introducían las mujeres?, ¿qué tiempo dedican a la política y cómo lo concilian con otras actividades?, entre otras. En algunos casos se hicieron cruces con la variable edad, para ver las diferencias entre las mujeres políticas jóvenes con el resto. Nuestro estudio descansaba en un supuesto previo: ¿qué puede aportar un colectivo? Suponíamos que las mujeres podían introducir nuevos temas de género puesto que la inserción social hace problematizar ese divorcio absoluto entre lo público y lo privado. Pareciera que el tema de la provisión de bienes y servicios en la familia es algo que sólo pueden poner las mujeres.


Los resultados son interesantes. Con relación a la justificación de la paridad, se privilegia su justificación práctica, más acentuado en las jóvenes. Con relación a la vía de acceso y nombramientos, es natural esperar que sean hombres los que nombran a las que recién van llegando. Sin embargo, las mujeres mayores tienden muchísimo más a elegir mujeres de su edad que a elegir a más jóvenes.

contradicciones en los resultados porque se afirma que la elección se ve influida si se pertenece a la misma familia política y, a renglón seguido, se señalaba que un porcentaje importante de mujeres no tienen acceso a través de redes informales, demostrando su percepción de que en algo cuentan y que las mujeres no suelen desarrollarlas.

Cuando los hombres eligen, pareciera que privilegian la pertenencia al mismo grupo de familia, los méritos políticos o profesionales, evitar que la mujer sea considerada conflictiva o competitiva o, simplemente, por ser mujer y hay que cumplir con la cuota.

Con relación a la posible existencia de lobby de mujeres, la mayoría afirma que no. Se considera que es difícil hacer lobby de mujeres, por lo que reviste importancia conocer el origen de sus dificultades. Más del 50% responde que se debe a la falta de tiempo, a la resistencia masculina y a los sentimientos femeninos de sentirse minoría.

Un dato curioso es que sabemos bien que las redes informales influyen en los nombramientos de los altos cargos, pero la mayoría de las mujeres dijeron que no. Sin embargo, se producen

Con relación a cómo las cuotas han contribuido a aportar al número de mujeres, las respuestas son contradictorias. Por un aparte, se plantea que no ayudan a incorporar mujeres

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líderes pero, por otra, los partidos reconocen haber cambiado, haber impulsado una mayor rotación, lo que conlleva un efecto negativo: no permite consolidar los liderazgos. En cuanto a si las mujeres han contribuido a cambiar las formas de hacer política se señala, con un alto porcentaje, que aportan mayor exigencia y autocrítica, capacidad para trabajar en grupo, capacidad de gestión de grandes volúmenes de trabajo, promoción de la gestión participativa y cercanía con la ciudadanía. Las características de los hombres parecieran ser la competitividad y la participación en actividades fuera del horario laboral. Características percibidas como más neutrales serían la honestidad y la transparencia, siendo la primera más femenina, la motivación con compromiso y la responsabilidad. Estos y otros temas relacionados con la paridad política y sus efectos recién están comenzando a ser explorados. España y Chile son, por tanto, terrenos atractivos de investigación que aportarán, sin duda, muchos elementos que ayudarán a confirmar o refutar lo que la teoría, en el campo de la Ciencia Política, ha venido acumulando a lo largo de los últimos veinte años.


CHILE 21

La Protección Social en un Mundo Incierto Las Nuevas Tareas de la Concertación El lunes 8 de enero se dieron cita importantes dirigentes de la Concertación, entre líderes partidarios, parlamentarios, académicos y técnicos encabezados por la Presidenta de la República Michelle Bachelet y los ex Presidentes Patricio Aylwin y Ricardo Lagos, en una numerosa reunión celebrada en el Círculo Español. El encuentro tenía como objetivo presentar el libro “La protección social en un mundo incierto”, editado por la Fundación Chile 21 con las ponencias que en el seminario del mismo nombre -celebrado en septiembre de 2006- hicieran importantes personalidades del ámbito nacional e internacional. Sin embargo, la reflexión sobre la protección social como una tarea permanente y reforzada del espíritu de la Concertación se transformó a la vez en una conversación sobre las tareas que tiene por delante esta coalición, después de haber cumplido un exitoso ciclo de recuperación de las instituciones democráticas y fortalecimiento de la economía del país. La agenda de protección social del actual gobierno se entiende también como un nuevo elemento de cohesión de la alianza progresista y un desafío para encontrar innovadoras formas de ofrecer cambios y mejores condiciones de vida para todos los chilenos. Sintetizamos a continuación las

exposiciones que en ese encuentro hicieron la Presidenta Michelle Bachelet, los ex presidentes Patricio Aylwin y Ricardo Lagos y el senador Carlos Ominami, presidente honorario de Chile 21. Presidenta Michelle Bachelet El proyecto del nuevo progresismo Lo básico y lo central en una coalición política es el proyecto que la sustenta. Y discrepo con los que creen que la Concertación tiene los días contados. Sin duda que, como en todo matrimonio, hay nubes, a veces hasta tempestades, claro, pero yo he dicho que estoy a favor del divorcio, salvo en la Concertación. Quisiera partir felicitando a la Fundación Chile 21 porque el lanzamiento de este

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libro -a propósito de lo que fue el año pasado el seminario de “La protección social en un mundo incierto”, estoy segura que va a lograr algo que me parece central, fundamental, indispensable y muy necesario en el Chile de hoy, que es fomentar el debate y una reflexión profunda, tan indispensable para fortalecer nuestra democracia y nuestras propuestas, plantearnos las soluciones a los desafíos cercanos, pero además proyectarnos al futuro. Y diría, sobre todo, dejar atrás visiones y posiciones simplistas o efectistas. Y me siento parte de este trabajo (...) ¿Qué dije en aquella ocasión? Algo que deseo reiterar aquí, y es que el sello histórico de mi gobierno va a estar dado por la consolidación de las bases de un sistema de protección social. Yo señalé que con la construcción de este sistema de protección social lo que hacemos, en el fondo, es reencauzar el país en lo que fue su matriz histórica de acción estatal, de crecimiento con igualdad, de un Estado preocupado de ampliar libertades, de brindar más seguridad, de ampliar y garantizar derechos a sus ciudadanos, en esta nueva mirada de derechos, y que fue parte de la matriz que primó durante gran parte del siglo XX, obviamente adecuado a lo que eran los desafíos de la época.


Buscamos equidad social con crecimiento económico y libertad política. Y este ha sido un elemento central y permanente de los gobiernos de la Concertación. Nosotros por muchos años hemos hablado con mucho orgullo, en todas partes del mundo, explicando las razones del éxito del modelo chileno, y dentro de ellas, siempre juegan un rol central, además de la estabilidad política y la gobernabilidad, la estabilidad económica, la capacidad de construir propuestas que fueran en la dirección de la cohesión social. Y siempre hemos entendido y seguimos entendiendo que son elementos como de una tríada, si uno incorpora los elementos de ampliación de las libertades políticas, fundamental en el desarrollo de una sociedad que quiere efectivamente que haya mejores beneficios y mejor calidad para cada uno de quienes habitan en ella. Por otro lado, desde el punto de vista político, la Concertación ha probado que es posible, que no sólo es un sueño, un anhelo, un diseño teórico, sino que es posible construir una sociedad más justa, expandiendo la democracia y, a la vez, generando más desarrollo. Y tal vez no falten los países que lo pueden conseguir por periodos cortos, pero nuestro orgullo consiste en haber convertido esta suerte de desarrollo integral en un sello del país. La Concertación ha encontrado una capacidad sorprendente de proponerle al país, en cada ocasión histórica que le ha tocado ejercer el liderazgo, un horizonte posible pero, a la vez, un horizonte exigente a alcanzar. Y hoy el desafío es cómo construimos las bases de un Estado democrático y a la vez social de derecho, al tiempo que aseguramos un crecimiento económico sostenido, avanzamos precisamente en derecho social, promovemos la innovación y el emprendimiento y, a la vez, en todo ello, nos hacemos cargo de un mundo cada vez no sólo global, sino más dinámico, más abierto, más exigente y mucho más incierto. Estamos encontrando respuestas a esos temas ciudadanos, con esa sintonía fina que nos planteaba el Presidente Lagos, en la idea de ir garantizando y ampliando los derechos en este mundo lleno de incertidumbre. Permítanme decirlo: se trata de un proyecto histórico, capaz de cimentar cualquier

coalición. Un proyecto que podríamos denominar como “un nuevo progresismo”, porque combina lo mejor de la tradición progresista chilena, con una lectura renovada y moderna de la realidad. Nuestro progresismo que nace de una virtuosa confluencia, y también ha sido aquí recordado por quienes me han precedido, de culturas políticas, del humanismo cristiano y del humanismo laico, del socialcristianismo y la socialdemocracia, o la democracia social, como prefieren algunos. Dos culturas que han estado siempre del lado de la justicia, del lado de la libertad y del lado de la igualdad. ¿Cuál es la respuesta de política pública concreta e inmediata ante ese desafío? La

que ha sido nuestra respuesta es el establecimiento de un Sistema de Protección Social. Porque los riesgos de marginación y de reproducción de la desigualdad son muy reales. Porque sin seguridades básicas, no hay espacio para la innovación y el crecimiento pierde fuerza. Porque la inseguridad debilita los lazos sociales en una sociedad, en una comunidad, y propicia comportamientos lesivos para la comunidad. La misión es articular un sistema que sea más que la sola suma de medidas programáticas sectoriales. Y esto demanda una cierta instalación progresiva, pero constante, permanente y con un rumbo muy claro. Como Presidenta presenté una propuesta de priorización a través de mi programa de gobierno, y éste es el que estamos llevando a cabo. Ahí están nuestras políticas y las

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transformaciones que he propuesto como carta de navegación para los próximos cuatro años. Una reforma previsional que asegurará, entre otras cosas, la Pensión Básica Solidaria, que acabará con las discriminaciones (...) y significa que también en el ámbito de los derechos, a la hora de la vejez, podamos tener una vida más digna y más decente. Una reforma educacional de aquellas que podríamos llamar de segunda generación (...), que lo que requiere es aumentar la equidad, pero, por sobre todo, fijarse una reforma de calidad. Un sistema, a la vez, de protección a la infancia, el Chile Crece Contigo, que ataca la desigualdad desde la cuna misma, pensando centralmente en el bienestar de los niños y en el apoyo a sus padres. Una política de vivienda que lucha contra la segregación de la ciudad, que quiere viviendas con más espacio, barrios amables, entornos seguros. de salud pionero en lo que son prestaciones universales, que avanza y se consolida, y que seguramente va a tener nuevos desafíos y nuevas necesidades, y habrá nuevas respuestas. Una política activa hacia la extrema pobreza, que busca empoderar y dignificar a los más pobres, abandonando el enfoque asistencialista. Políticas para mejorar e incrementar la participación ciudadana, empoderando a los ciudadanos, y eso es fruto de nuestra democracia. Y ninguna de ellas son puntos aislados de un check-list, sino que son todos elementos necesarios, que confluyen para hacer de este un país mejor. En definitiva, todo un sistema al servicio de los ciudadanos. Y permítanme un corolario: esto sólo lo podemos hacer desde el Estado y desde la política. Y sin duda para hacerlo desde el Estado y mejorar el Estado, hay que creer en el Estado. Y la Concertación cree en el Estado. Yo decía que lo podemos hacer desde el Estado y desde la política, porque la política es para nosotros, los progresistas, la única herramienta de cambio social. Debemos siempre rescatar y hacer prevalecer la política de servicio público. Y por eso yo quiero aquí, con todos ustedes, volver a llamar a todos los sectores políticos,


a dejar de lado las peleas pequeñas, para asumir las grandes batallas por el país, a debatir los grandes temas, como los que hoy día estamos conversando, a dejar de lado el show mediático, las polémicas superficiales, las acusaciones sin sustancia, las guerrillas sectarias, la actitud destructiva y, sobre todo, la liviandad en el ejercicio de la actividad pública. Hagamos y rescatemos un ejercicio político sustentado en lo que aquí se ha visto, y que existe y que tenemos, sustentado en miradas y en esfuerzos colectivos, en una labor donde prime la inteligencia, la transparencia, la solidaridad, la respuesta a los problemas, la crítica propositiva y el servicio público. Se dice que somos la coalición más exitosa de Chile, porque le hemos dado gobernabilidad al país por el período más prolongado en la historia. Es cierto, hemos sido quienes hemos dado gobernabilidad por más largo tiempo como coalición política, pero, por sobre todo, eso ha sido posible porque esta es la coalición que recuperó para Chile la libertad, le devolvió a nuestro ser nacional el sentido crítico para ver la realidad, asociado a un mayor sello de tolerancia por la diversidad. Y, por sobre todo, abrió sueños y oportunidades a miles de personas que por su condición social estaban condenadas a un futuro sin esperanza. Permítanme decirles que, sin parecer arrogante, podemos estar orgullosos de haber producido el cambio estructural y cultural más grande en la historia de Chile, en tan pocos años. Todos los que estamos aquí hemos sido parte de algún gobierno de la Concertación. Pero, lo más importante, es que hemos sido siempre parte de un equipo humano que sabe unido por el amor a Chile. Yo soy heredera de eso. Por eso siento orgullo de los tres Presidentes, pero de una sola historia. Aquí estamos los que creemos de verdad en la democracia, que entendemos la necesidad del crecimiento, pero de un crecimiento con equidad. Que entendemos y que queremos un tipo de sociedad solidaria para Chile, más justa y más humana. Que creemos en lo colectivo y no en la mera suma de los individuos, y que queremos que este, nuestro país, sea un país efectivamente de todos. Tal vez algunos duden, yo no dudo, yo

como Aylwin, Frei y Lagos, salgo a defender y a convencer, salgo a construir y salgo a ganar. Y espero que todos hagamos lo mismo. Los que entregan, los que se rinden, no son de los nuestros. No nacimos para claudicar. Nacimos para promover la dignidad de todos, actuando nosotros mismos con dignidad, como siempre lo hemos hecho. Tenemos tareas nobles y claves por delante. Lo que les pido no es que siempre estemos de acuerdo, lo que les pido es que sigamos trabajando juntos por estas nobles tareas, para lograr que nuestra patria, Chile, sea efectivamente un mejor lugar para vivir, para cada uno de los nuestros, hombres, mujeres, niños, niñas, adultos mayores, con un sistema de protección social efectivo, que garantice que cada uno sienta que es parte de este país y que este país le ofrece todo aquello que se merece. Yo siempre digo que por estas cosas vale la pena ser Presidenta de Chile, por estas cosas vale la pena estar aquí con todos ustedes, amigos de la Concertación. Ex Presidente Patricio Aylwin «Crecimiento con equidad debe seguir siendo el sello distintivo»

Aunque esto todavía es mucho, vamos avanzando sostenidamente en una buena dirección. Tercero. Hemos mejorado sustancialmente la atención de la salud de los chilenos, garantizando a todos el acceso al tratamiento de las patologías más preocupantes y mejorando o incrementando sustancialmente la calidad y el número de los hospitales y centros de atención sanitaria. Cuarto. Como recuerda nuestra Presidenta en el texto que se incluye en el libro que estamos presentando, se ha duplicado el gasto en educación con cifras de cobertura que alcanzan casi al 100% del nivel básico, más del 90% del medio y un notable incremento de los jóvenes que cursan estudios superiores y alcanzan a uno de cada tres, de los cuales siete de cada diez son los primeros de su familia en acceder a ese nivel de estudios. Quinto. En estos 16 años se han construido más de un millón y medio de soluciones habitacionales, lo que implica que actualmente tres de cuatro hogares chilenos viven en casa propia. No puedo olvidar la preoupación que me embargaba al asumir el gobierno en 1990, época en que el drama

Estamos aquí por el desafío de lograr un sistema de protección social que asegure a todas las personas frente a los riesgos de la indigencia o pobreza extrema. Los chilenos tenemos muchos motivos de satisfacción por los progresos que hemos logrado en el ámbito del desarrollo social desde que recuperamos nuestra democracia el 10 de marzo de 1990. Dieciséis años han transcurrido desde entonces. Sin el propósito de hacer un balance ni el menor ánimo jactancioso, es necesario y justo recordar lo que Chile como país y la sociedad chilena como comunidad humana han progresado en estos 16 años. Primero. Se ha restablecido la normalidad institucional y la convivencia democrática entre los chilenos, eliminandose prácticamente todos los enclaves autoritarios que nos dejó la dictadura. Segundo. Hemos erradicado la pobreza a menos de la mitad, desde casi el 40% de la población nacional que la sufría en 1990 a poco más del 18% en los últimos años.

de carecer de viviendas apremiaba a un millón de familias. Sexto. Se ha modernizado y mejorado de manera sustancial la infraestructura de caminos, puertos y aeropuertos de nuestros país. Se está avanzando en la tarea necesaria de recuperar en gran medida la infraestructura ferroviaria que en un tiempo

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no lejano fue motivo de orgullo nacional. En otro plano, Chile ha abordado con seriedad, firmeza y madurez cívica el trágico trauma de las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura, procurando esclarecer la verdad, hacer justicia y de algún modo reparar a las víctimas o sus familias. Ha sido un proceso largo y doloroso y a pesar de lo mucho que se ha avanzando, todavía no termina. Necesitamos consecuencia con la verdad, espíritu de justicia y grandeza de alma para concluirlo. En el ámbito internacional, podemos advertir con justa satisfacción que Chile ha recuperado su prestigio entre las naciones. Ha incrementado y diversificado su comercio como nunca antes en la historia. Cultiva buenas relaciones con sus vecinos, procurando siempre mejorarlas. Naturalmente esto que ha sido positivo, justo motivo de satisfacción, no debe ni puede hacernos olvidar los problemas y tareas que tenemos por delante. Entre ellos merecen especial prioridad los relativos a la protección social de que trata el libro que hoy presentamos. Como expresa con razón nuestra Presidenta Bachelet en el texto incluido en este libro, cito: «Hemos hecho mucho, pero queda mucho por hacer». Entre los problemas y preocupaciones nuevas, ella nos recuerda la fragilidad de las condiciones en que se encuentran quienes están apenas por sobre la línea de la pobreza. “Y la constatación de que el crecimiento por sí solo no es garantía de mayor empleo ni repercute en condiciones de vida para las personas”. La experiencia parece demostrar que las economías llamadas de mercado han resultado las más eficientes para generar riqueza, pero no son necesariamente las más justas y equitativas para distribuirla. En los mercados como en los océanos, los peces grandes se comen a los pequeños. Es ahí donde empieza el papel del Estado como órgano del bien común. Para asegurar que la justicia, y no la fuerza, prevalezca en las relaciones entre los poderosos y los débiles. Y es ahí, por consiguiente, donde la razón y el corazón nos urge a la práctica de la solidaridad, consecuencia natural e ineludible en nuestra

condición de seres humanos. Como acabamos de exponerlo, los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia nos hemos preocupado preferentemente de este tema, implementando políticas específicas para que nuestro país avance no sólo hacia un mayor crecimiento, sino también hacia una mejor distribución de los ingresos. La estrategia de crecimiento con equidad que ha inspirado a los cuatro gobiernos de la Concertación ha sido y debe seguir siendo el sello propio, original y distinto de estas políticas indispensables para hacer un Chile no sólo más próspero, sino también más justo y más solidario. Sería grave injusticia desconocer que vamos por buen camino, mejor dicho, en buena dirección. Pero sería ceguera o fatuidad inexcusable desconocer que nos falta todavía mucho para hacer de Chile una nación socialmente justa. La propuesta que en su ponencia explica la Presidenta Bachelet para integrar a nivel nacional un sistema de protección social desde la infancia hasta la vejez constituye, sin duda, un desafío prioritario en la tarea de convertir a nuestra patria en una sociedad que merezca verdaderamente llamarse justa y solidaria.

Si para lograrlo fuera necesario dotar al Estado de mayores recursos por la vía tributaria, creo que debería intentarse y podría lograrse al respecto los consensos necesarios. Debiera estar aún fresco en la memoria de los chilenos el recuerdo de los

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felices logros que significó para el desarrollo nacional la política de los consensos que en los inicios de la recuperación democrática, bajo el gobierno que tuve el honor de encabezar, hizo posible aprobar e implementar la reforma tributaria y la reforma laboral que resultaron fundamentales para impulsar el progreso nacional en esa etapa de nuestra historia. Salud, educación y previsión social son tareas proritarias para asegurar a la gente posibilidades de una buena vida humana. En una sociedad democrática, son tareas sociales prioritarias. Los estudios que al respecto contiene el libro que presentamos constituyen un aporte valioso, cuyas sugerencias merecen al menos meditarse y debieran inducirnos a continuar perfeccionando nuestro sistema de protección social. Ex Presidente Ricardo Lagos "Tenemos los títulos y la moral para seguir haciendo esta obra" En Chile ha habido un tránsito muy importante en estos 16 años. La urgencia de cómo enfrentar la línea de pobreza y las necesidades básicas, y luego, a medida que el país crece, podamos dar un salto desde aquella satisfacción esencial, elemental para pensar en derechos para todos, no para algunos. En el planteamiento al cual se ha hecho referencia por la Presidenta Bachelet, en el documento que se nos entrega, hay un énfasis, como ella llama, en los focos de protección social: el foco primero del sistema de protección integral a la infancia, el que tiene que ver con cómo se ingresa un sistema de educación al cual tiene que acompañar una subvención preferencial; el foco que dice relación con la protección social del trabajo y todo lo que ello conlleva; lo que implica como revolucionario la Atención Básica Solidaria, el foco de la reforma de salud, y lo que ella llama la política de ciudad que es mucho más que una política de vivienda. Lo que ha hecho la Presidenta Bachelet en ese planteamiento es hacer una mirada a lo que se hizo durante 16 años y darle un contenido más profundo, más amplio y eso es la red de protección social. Al dar esa mirada mayor cobra sentido lo realizado. No es solamente un conjunto de


tareas que hay que hacer como quien va a comprar mercadería al supermercado. No. Acá hay una coherencia entre todas y cada una de ellas y esa coherencia está en condiciones ahora de dar un paso superior. Hay una filosofía que pone a la Concertación en el centro de los desvelos en estos cuatro gobiernos. Allí está el humanismo cristiano, el humanismo laico, allí se encuentran y se desarrollan. Allí está, mis amigos, la solidez profunda de nuestra coalición. Aquí está la fuerza superior que nos empuja y por eso, frente a este diálogo a ratos inconducente, es que no me parece menos que decir: hemos hecho una obra maciza y tenemos los títulos y la moral para seguir haciendo esta obra en el futuro. Quisiera compartir con ustedes tres comentarios generales respecto del texto que se nos entrega. El primero, cómo estamos siendo capaces de pasar a un sistema de protección social basado en los derechos de los ciudadanos. Que estos derechos puedan ser exigibles como lo son en algunas de las reformas que ya hemos iniciado. Pasar del enfoque de necesidades básicas, del enfoque de la pobreza y cómo la atacamos, a aquellos que están sobre la línea de pobreza, pero que también tiene derechos. Aquellos sectores medios que son esenciales y que tienen derechos. El segundo elemento que permea esto es el tema de la solidaridad versus las cuentas individuales. No es posible entender sólo a partir de cotizaciones individuales o de seguros individuales para dar cuenta de toda la protección social que se necesita. El tercer elemento que permea este documento es cómo en muchos países se alcanza un sistema de protección social a partir de las contribuciones del sector laboral. En muchos países esto no es posible, dadas las características que tiene el sector laboral, sea porque las contribuciones son oscilantes, sea porque las contribuciones son pequeñas, sea porque un número significativo de trabajadores tiene un trabajo que no tiene una cotización adecuada. En consecuencia, es cierto que al no ser suficientes sólo las cotizaciones provenientes del mundo laboral, tiene que haber una parte contributiva que pasa a ser esencial. Sin aquello me parece muy difícil poder seguir avanzando. Junto a estos tres comentarios generales,

quisiera hacer dos observaciones muy puntuales sobre la reforma al sistema previsional. Me parece que es el tema que nos va a mover a un fuerte debate a futuro y donde es tan importante tener una claridad sobre lo que estamos abordando. El hecho de que exista una pensión básica, universal, que va a ser solidaria. Estamos diciendo que el sistema heredado de fondos de pensiones de capitalización individual no da el ancho para poder estar en condiciones de garantizar una pensión a todos. Y por lo tanto, hay un elemento contributivo que tiene que hacer el Estado. Digámoslo, por lo demás, que este pilar solidario tiene que ver también con la contribución de parte de aquellos que tienen más, y extrañamente los que más ganan tienen un tope en la contribución. Peculiar sistema. Hay elementos muy interesantes y lo quisiera resumir en lo que plantea Andras Uthoff en su trabajo. Cito: “Lo que observamos a la larga es que la reforma ha costado más de 2.5 puntos adicionales del PIB para hacer la transición. 2.5 es el costo de esta reforma durante todo el tiempo que lleva transcurrido. ¡Cuánto se hace con 2.5 puntos! En consecuencia, hoy día tenemos que hemos enfrentado un alto costo de transición para implementar un sistema que nos ha dado malos resultados. Hubo problemas de densidad de cotizaciones, la participación difiere por grupos de ingresos, los indigentes prácticamente no participan del sistema, los pobres no indigentes participan menos y los ricos quedan prácticamente con toda la participación en el sistema, pero con densidades de cotizaciones muy bajas”. Esta frase, creo que resume el debate que tenemos por delante y que hace que esta reforma sea un tema fundamental. Porque si uno ve lo que se ha venido construyendo en estos 16 años en educación, salud y todo a lo que se ha referido Carlos Ominami y el Presidente Aylwin esta mañana, creo que lo que está faltando es coronar el edificio. Y coronar el edificio es esta reforma. Quisiera concluir compartiendo con ustedes que creo que el debate que viene tiene otras características más amplias. No sólo en

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nuestro país, en América Latina. (...) El conciudadano espera respuestas claras y explícitas ante inquietudes y quieren tener certezas mínimas en su vida cotidiana. Esto es producto del avance que hemos tenido. Es cierto, América Latina tiene mejores instituciones y hemos aprendido a crecer y lo estamos haciendo bien. Pero es ahí donde se dice de qué democracia estamos hablando. Cómo hacemos para garantizar a todos sus habitantes el acceso a bienes que consideramos indispensables. Todo indica que el avance hacia una mayor cohesión social se está construyendo en el debate mayor que tenemos en la región. ¿Qué quiero decir con esto? Que en parte todo ciudadano ve que el país crece, pero la diferencia está en que algunos miran este crecimiento desde sus privilegios y otros lo miran desde sus carencias. Entonces las voces ciudadanas piden, reclaman, preguntan, esperan. Y están en su derecho en hacerlo. ¿Cómo los políticos somos capaces de tener una sintonía fina, con emociones y estados de ánimo que nos miran y nos demandan? Se requiere una sintonía permanente, una búsqueda con sentimientos muy profundos. También es cierto que dentro y fuera de nuestros países algunos ven que esta es una tarea propia del individuo, es una cuestión individual y se coloca una alta prioridad en los mecanismos del mercado. En países como Estados Unidos, más que impulsar un Estado que garantiza la protección social, se ha optado por generar


un sistema de seguros individuales, con lo cual la protección pasa a ser un sistema individual. Y como dice Gonzalo Martner en su introducción: “No será bienvenido restringir el rol de la democracia al de un asegurador frente al riesgo colectivo del desorden social”. Eso es. Aquí estamos los que no creemos que en democracia debemos dejar al individuo correr sus riesgos. Porque esos riesgos, cuando son colectivos, son un riesgo social que una sociedad moderna no puede aceptar. (...)Tenemos que avanzar desde estos sistemas individuales hacia un sistema de Estado de bienestar que es más fácil que el tránsito que tienen que hacer los europeos de cómo reducir un Estado de bienestar que es muy amplio para mantener su competitividad. En otras palabras, hacia qué modelo se va a encaminar América Latina. Hacia qué modelo queremos encaminar nuestro propio país. Esto es lo que define en último lugar a un sistema democrático. (...)Es cierto también que como las cotizaciones son insuficientes tiene que haber un necesario aporte estatal. Entonces el debate no es qué nivel tributario tengo. El debate es qué tipo de sociedad quiero y de acuerdo con la sociedad que quiero es el tributo que voy a recolectar. (...) Qué tipo de sociedad vamos a tener, cuáles son los modelos que queremos mirar y de qué manera de esos modelos podemos nosotros extraer -como tantas otras cosas en nuestro sistema peculiar chileno-, lo mejor de cada uno para poder avanzar. Pero no me cabe duda de que para enfrentar esta tarea, este libro es un buen inicio, pero más importante es la voluntad política de la Concertación, porque sabemos que esta es la única coalición en condiciones de poder hacer el verdadero debate que Chile requiere: qué sociedad construimos para que todos nos sintamos verdaderos partícipes de la misma.

dramáticas, pero también más hermosas y fecundas de la historia patria. Quiero transmitir las excusas del ex Presidente Frei quien estaba comprometido con nosotros, pero que al adelantarse del 11 al 8 de enero este encuentro no ha podido estar presente. Los que estamos aquí, somos de aquellos a quienes nos mueven las ideas y valores que animan las causas más nobles y justas. Somos de aquellos que nos apasionamos con los debates profundos y nos inclinamos frente a las razones, pero jamás frente al poder o la fuerza del dinero. Y digámoslo fuerte y claro: para los que estamos aquí los negocios no son nuestro negocio. “La protección social en un mundo incierto” es el título del libro que hoy día presentamos. En él se incluye un conjunto de textos, introducidos, ordenados y editados con gran rigor y esmero por Gonzalo Martner. Estos, no solamente dan luces sobre uno de los desafíos más fundamentales del mundo contemporáneo, sino que, más importante aún, ayudan a entender lo que constituye, ni más ni menos, que el centro neurálgico de la acción del actual gobierno. No estamos en consecuencia hablando de proyectos, quimeras o utopías. Estamos, por el contrario, en presencia de los fundamentos teóricos y empíricos de la línea básica de una agenda gubernamental en pleno desenvolvimiento, que estamos seguros hará historia. Se trata de un libro pequeño, pero extraordinariamente contundente.

Senador Carlos Ominami El nuevo ciclo de la Concertación Estamos aquí reunidos, encabezados por la Presidenta de Chile Michelle Bachelet y los ex presidentes Aylwin y Lagos, un grupo muy representativo de los miles de chilenos que hemos escrito, durante estos años, algunas de las páginas más

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La intervención de la Presidenta Bachelet en el seminario internacional en el cual se presentaron estos trabajos fue particularmente elocuente. Allí, ella afirmó: “La marca histórica de mi gobierno va a estar dada por la consolidación de las bases de un sistema de protección social”, y eso es justamente lo que se está haciendo con el esfuerzo desplegado en materia de educación pre-escolar, con los avances de la nueva política habitacional, la profundización de la reforma de la salud y el enorme salto que representa el proyecto de reforma a la previsión recientemente enviado al Congreso Nacional. Los grandes temas de la protección social debieran ocupar el centro del quehacer y el debate nacional. Desgraciadamente, no es lo que está ocurriendo. Y esto por una razón, finalmente, muy sencilla: nuestros adversarios saben que en estos debates están simplemente perdidos. Que sus posibilidades de aportar son escasas y su opción de resultar vencedores simplemente nula. En verdad, es bien poco lo que pueden contribuir quienes han concebido la educación o la salud como, principalmente, un negocio o la seguridad social como una poderosa palanca destinada, no a proteger a los más débiles sino que a potenciar el poder económico de una minoría. La derecha es, en verdad, la expresión más cruda de un proyecto de desprotección social que se sitúa en las antípodas de lo que nosotros queremos para Chile. Por ello tratan por todos los medios de distraer, de desviar y en lo posible de sepultar esta discusión. En la actualidad el país es testigo de cómo se aplica de manera fría e implacable un diseño destinado a herirnos en lo más querido y sagrado de nosotros mismos: nuestra honra. El libreto no es original; se ha aplicado ya en otros países. La derecha, no seamos ingenuos, ha llegado al convencimiento de que la única manera que tiene de recuperar un poder mal habido mediante la dictadura, es precipitando nuestra destrucción ética a fin de “tumbarnos”, como dicen algunos. Tomemos nota, que hoy día tenemos una derecha que no dará tregua y ha decidido “tirar a matar”. Pensando bien las cosas, uno llega a la conclusión de que la principal corrupción que enfrenta Chile no es la de su Estado o sus políticas públicas. La principal


que enfrenta Chile no es la de su Estado o sus políticas públicas. La principal corrupción es la que se esconde detrás de una ideología que hace del lucro y el éxito individual, cueste lo que cueste, sus principios ordenadores. Y en eso la derecha tiene una enorme responsabilidad. La Concertación es por lejos la alianza política más exitosa que ha conocido Chile a lo largo de su historia. La Concertación no puede ser una coalición nostálgica que vive de las glorias pasadas. La crisis de la Concertación es el resultado de sus propios logros. Lo esencial de la tarea que nos planteamos a finales de los 80 está cumplida. Como la mayoría, siento orgullo de mucho de lo realizado, pero estoy también consciente de lo mucho que nos queda por hacer. Y este es el tema de fondo que la Concertación tiene que resolver. La Concertación, para continuar existiendo como la fuerza mayoritaria, debe asumir que se ha abierto un nuevo ciclo político, enteramente distinto, con nuevos desafíos y nuevas demandas de la ciudadanía. Chile cuenta hoy día con una ciudadanía más informada y demandante. Chile es hoy un país más liberal en los temas valóricos que lo que expresan los medios de comunicación, en donde el fenómeno de corrupción no es sistémico como en muchos otros países y en donde la seguridad ciudadana se mantiene en niveles razonables. Este es el nuevo Chile de los albores del siglo 21. Un Chile desafiante y lleno de promesas de futuro. Los partidos, tanto de gobierno como de oposición, estamos confrontados a interpretar y conducir este nuevo Chile con sus anhelos de progreso y transformación, de mayor cercanía entre la política y los ciudadanos, con mayores grados de participación a través de nuevos derechos ciudadanos y con mayor protección social mediante un desarrollo verdaderamente inclusivo. La alianza de centro izquierda que ha gobernado en estos años y que representa

a la mayoría del país es el único sector político capaz de asumir estos nuevos desafíos. La derecha aún es prisionera de su pasado y su credo se reduce a la fe casi inconmovible en las virtudes del mercado y de la ley del más fuerte, sin propuestas reales para enfrentar los tremendos desafíos de futuro. Pero nuestra opción no puede estar simplemente basada en la incompetencia de nuestros oponentes. La Concertación tiene mucho por hacer si quiere continuar representado a la mayoría nacional. Luego de 17 años de gobierno necesitamos perfilar con más nitidez nuestra opción por el cambio y la transformación estructural. No podemos ser una coalición simplemente administradora de un estado de cosas, que con razón, una gran mayoría percibe como injusto. Asimismo, la Concertación tiene que renovar sus partidos que, reconozcámoslo, se nos han ido quedando atrás. Tiene que resolver la paradoja que encierra el hecho de haber creado un nuevo Chile y experimentar al mismo tiempo serias dificultades para continuar representándolo.

La Concertación debe abrirse a las nuevas realidades, asumiendo la diversidad que existe en la sociedad y que se expresa también en su propio seno. Su diversidad en algunos ámbitos no puede ser un problema. Es, por el contrario, parte de su riqueza. La Concertación no puede ser una camisa de fuerza para ninguno de sus componentes.

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La nueva Concertación no puede ser complaciente frente a la reproducción de las desigualdades y la profundización del individualismo y la cultura desechable que hoy día prima en los medios de comunicación, partiendo por el más importante de ellos, la televisión. La Concertación tiene que ser capaz de formular un nuevo proyecto que pase por apoyar muy lealmente a la Presidenta Bachelet, pero que necesariamente se proyecte más allá. Así como en los 80 formulamos un proyecto que marcó muy profunda y positivamente las dos décadas siguientes, hoy, finalizada la transición, requerimos un proyecto para las próximas décadas que ponga en el centro de sus preocupaciones: - La lucha contra las enormes desigualdades. - El mejoramiento de la calidad de la política a través de nuevas reformas que le confieran más poder a la ciudadanía y equilibren las relaciones entre los principales poderes del Estado, superando el presidencialismo exacerbado que heredamos del siglo XX y de la Constitución de 1980. - La recuperación del d i n a m i s m o económico a través de una estrategia de desarrollo más audaz e innovadora. - La ampliación sistemática de las libertades. Estos son algunos de los principales desafíos. No podemos fallar. Tenemos todos una doble obligación. En primer lugar apoyar con fuerza, lealtad e inteligencia a la Presidenta que nosotros, junto a millones de ciudadanos, contribuimos a elegir. Y asimismo, tenemos la obligación de hacer de Chile una República en la que el derecho se encuentre con la justicia social y la ampliación de las libertades, y el dinamismo económico sirva de sustento a un país más fraterno y solidario dotado de un sólido y eficiente sistema de protección social.


INTERNACIONAL

El Poder del Dragón y el Elefante

(China-India versus Occidente) Milton Lee G.

Ellos son tres mil quinientos millones de personas. Son más jóvenes, trabajan mucho más y son más estudiosos que nosotros. Poseen más ahorros y capitales para invertir. Tienen decenas de premios Nobel en Ciencias. Ganan sueldos con un cero menos que los nuestros. Tienen arsenales nucleares y ejércitos con decenas de millones. Son China-India y sus alrededores. Chinindia no sólo está indicando la conjunción de las naciones más populosas del planeta: es el nuevo centro del mundo; donde se decide el futuro de la humanidad. Todo lo bueno y lo malo depende de ellos. Las esperanzas de progreso, como los riesgos de catástrofes, el superar la miseria y la guerra a la contaminación, las libertades o la represión, la salvación o el horror. El inicio del siglo XXI se juega aquí. Para muchos occidentales que se obstinan en ver a China solamente como la patria de la imitación y la piratería, otros hechos deberían llamar la atención. China ya ha superado a Gran Bretaña, Francia e Italia en la clasificación de las naciones más industrializadas. Ya superó a Estados Unidos como la primera exportadora mundial de productos tecnológicos, de los teléfonos a los computadores. Tiene acumulado reservas de valores que bordean los mil billones de dólares, trasformándose en el verdadero banquero de los norteamericanos, con una capacidad de crédito capaz de chantajear a Washington. China ya tiene un astronauta en órbita para preparar su desembarco en la luna, y ha dado un salto de calidad en su tecnología misilística.

el área económica, tecnológica, diplomática, una vitrina para millones de visitantes extranjeros que en esa ocasión aprovecharán de descubrir la nueva China. Larry Summers, ex ministro de hacienda de Clinton y ex rector de la Universidad de Harvard, definió el ingreso de China en la economía global como “el tercer evento más importante de la historia de la humanidad después del Renacimiento italiano y la Revolución industrial inglesa del siglo XIX”. El boom chino inició su carrera a comienzos de los años ochenta, y de manera reciente India se ha impuesto como “el otro milagro”. Las reformas económicas de Nueva Delhi comenzaron En una reciente visita a Beijing del rey de Arabia Saudita -su segundo cliente después de Estados Unidos- rindió homenajes a los chinos y reconoció a esta nueva superpotencia que está acaparando los yacimientos petrolíferos de casi todos los continentes, desde Irán a Libia, desde Canadá a Australia. La diplomacia china de manera silenciosa está rodeando Europa y Estados Unidos para garantizar su acceso a las reservas naturales y materias primas estratégicas. Venezuela de Hugo Chávez ha ofrecido a los chinos petróleo a cambio de asistencia militar. Como una prueba de su espectacular eficiencia, Beijing va a ser la única ciudad en la historia de las Olimpíadas en haber concluido sus obras de infraestructura con dos años de anticipación. Esta preparación de los juegos del 2008 será una consagración universal de sus triunfos en

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a proyectar el país desde 1991, y desde entonces las dimensiones de la economía india se han más que duplicado. George Bush, en su discurso al Estado de la Unión de enero del 2006, puso como referencia de manera conjunta a los dos gigantes asiáticos: “En una economía mundial y dinámica, nuestros verdaderos competidores son China y India”. Un enorme mercado en expansión A partir del 2004 China e India se han transformado en el objetivo predilecto de las inversiones de las multinacionales: China ya ha superado a los Estados Unidos como destino de los capitales productivos, e India se encuentra en el tercer lugar. Con los capitales llegan también los empleos, Chinindia es el imán que atrae los grandes flujos de la descolocación de los viejos países ricos. Por ejemplo, los salarios hindúes en el sector privado registraron en el 2005 un aumento mucho mayor que en cualquier lugar del mundo, manteniéndose bastantes competitivos. La mayoría de los europeos no sabían de la existencia del nombre Tata hasta la firma del acuerdo de cooperación con la Fiat en el 2005. Cuando en realidad la familia Tata es una dinastía industrial más antigua y rica que la familia Agnelli. En la bolsa, la

filial de la Tata que fabrica automóviles en el 2006 cuesta mucho más que la General Motors. El imperio Tata contradice los estereotipos, que según las industrias de los países emergentes ganan cuotas de mercado sólo con los bajos salarios. Tata Consultancy

Services posee laboratorios de diseño ultramodernos sacando proyectos para la Toyota, Honda, Ford, y además trabaja en proyectos aeronáuticos para la Dassault y en un joit venture a tres con la Microsoft y el gobierno chino, en donde han creado un coloso mundial de software informático. En el momento en que la General Motors despedía a 30.000 trabajadores en los Estados Unidos, firmaba el convenio, en sus servicios informáticos, con la Wipro de Bangalore, India, que ya realizaba estos trabajos para la IBM. Un gran impacto causó entre los europeos en el mes de enero del 2006, cuando otra dinastía del capitalismo indio, la familia Miffal, que controla el más grande grupo siderúrgico mundial, lanzó una Opa de cierta hostilidad en contra la empresa europea Arcelor: el pánico invadió a los gobiernos y sindicatos de París, Bruselas y Luxemburgo, ante la idea de ver todo el acero franco-belga-luxemburgués en manos indias. China e India no es sólo una competencia, es más bien un gran mercado en expansión de los servicios y bienes de consumo. Desde el '96 el número de viajeros en sus compañías aéreas se ha sextuplicado, las ventas de automóviles se han doblado, los celulares crecen en un promedio de un 80% al año, 45 millones de familias indias están conectadas a TV-cable. Son mil trescientos millones de chinos, mil cien millones de hindúes. El dragón y el elefante. Y detrás de ellos está el resto del Asia, que buscan acoplarse a estas dos locomotoras. Las naciones más ricas -130 millones de japoneses, 50 millones de surcoreanos, 23 millones en Taiwán, la tecnometropoli de Singapur- han aprendido a utilizar los costos de producción chinos e indios para permanecer competitivos en las tecnologías avanzadas. Los tigres del sudeste asiático, como Indonesia (240 millones), Filipinas (88 millones) y Malasia (24 millones) participan del desarrollo como proveedores de energía, materias primas, mano de obra. Los países

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de la ex península indonesiana (casi 200 millones entre Vietnam, Tailandia y Camboya), son satélites que giran en torno a estos dos colosos, estudian y copian los modelos de Beijing o Nueva Delhi. Trescientos millones de musulmanes entre Pakistán y Bangladesh esperan subirse al tren del crecimiento indio. En total Chinindia y sus satélites, con tres mil quinientos millones de seres humanos, es cinco veces la población del continente europeo entero, incluyendo Rusia, trece veces los habitantes de los Estados Unidos. Más de la mitad de la población mundial está concentrada en esta área, que es, además, la que más crece, sea demográfica o económicamente. Y entre estos dos crecimientos -población y riqueza- existe una unión clara. El potencial de crecimiento En la economía global, la liberación del comercio, la velocidad en las comunicaciones, la difusión instantánea de las nuevas tecnologías, rinden una importante ayuda a la mano de obra asiática, cercana a los mercados de los países ricos. Cercana porque son capaces de producir lo que nosotros queremos, y como lo queremos, entregándolo a una velocidad récord y a precios imbatibles. La dimensión demográfica garantiza que este extraordinario juego dure un largo tiempo. Cada campesino chino o indio que deja el campo para emigrar a la ciudad a trabajar en una fábrica, ve su productividad (su contribución al PIB nacional) multiplicarse por siete. Hay 800 millones de habitantes en las zonas rurales en China, 700 millones en India. Esta es la amplitud de la reserva de seres humanos que todavía tienen la posibilidad de dar el gran salto, el aumento de su productividad al 700 por ciento. Esta es la gran masa protagonista del siglo XXI. Y esta es la razón por lo cual Estados Unidos sabe que no puede evitar “el sorpasso” de China seguida por India. Un estudio reciente del Bank of Korea le asigna a Asia, dentro de treinta años, el 42 por ciento del PIB mundial, a los Estados Unidos el 23 por ciento, y a Europa el 16 por ciento. El dragón y el elefante se preparan para


reconquistar el lugar que a ellos les pertenece por milenios: las dos civilizaciones más antiguas, las más ricas, las más avanzadas durante la mayor parte de la historia de la humanidad. Detrás del fenómeno Chinindia hay mucho más que una cuestión económica. Reaparecen contemporáneamente, después de un paréntesis de decadencia, dos universos que tienen un pasado de 5.000 años, una profundidad histórica desconocida incluso para los europeos. Dos naciones que tienen un dominio de la ciencia y la técnica, que han dado al mundo algunos de los más sublimes tesoros en el arte, donde nacieron grandes religiones e importantes filosofías laicas. No son sólo actores de la competencia mundial. Son pueblos con culturas fuertes y orgullosas que se enfrentan con nosotros. Es una nueva riqueza la que nos traen, valores, estilos de vida, estética y una sensibilidad original. India es la madre de todas las lenguas, la cuna de la divinidad y la poesía, música y museo de bellezas monumentales. Cuna, desde tiempos inmemorables, donde se cruzaron razas, influencias y culturas.

nos daremos cuenta que no es el Medio Oriente, menos Europa, el más grande laboratorio donde se experimenta día tras día, una convivencia entre el Islam y otras religiones. Bajo un Estado de derecho y con una educación basada en la laicidad. La identidad de India y sus conceptos interesan al mundo entero, visto que por cada seis seres humanos uno es indio. Ellos serán al corto plazo el segundo mercado de consumidores a escala mundial después de China, y poseen una clase media de 500 millones de personas. Y al mismo tiempo son la más grande democracia del planeta, cuentan con la bomba atómica, son los líderes indiscutibles en el software informático. El número de estudiantes licenciados en India supera la población de Francia. Su permanencia en el extranjero es sólo superada por China. Los emigrantes indios son la comunidad más rica de California, Londres y Emiratos Árabes. India es todavía la patria de un tercio de

China fue una superpotencia técnico-científica, superior a occidente por muchos siglos; hoy, junto a esa vocación redescubre Buda y el taoísmo y vuelven a estudiar a Confucio y sus tradiciones. Ambas naciones (India y China) en la época contemporánea han estado contaminadas de la modernidad occidental, incluso en parte se americanizaron. Pero sólo en parte. Siguen portadoras de una magnifica diversidad. La más vasta democracia Hoy, entre ellos, existe una diferencia radical que las hace dos modelos alternativos. India es la más vasta democracia existente en el mundo, un ejemplo de pluralismo y tolerancia único por sus dimensiones. Posee un sistema político-institucional capaz de hacer convivir en libertad a un subcontinente poblado de una cantidad enorme de grupos étnicos con diferencias de idiomas y religiones, además de los evidentes desniveles socio-económicos. Si observamos las cifras con respecto a India,

todos los pobres del planeta, más de la mitad son analfabetos. Pero, el despegue del país es una realidad que cuestiona el tradicional orden social y viejas costumbres. Están en medio de una revolución social, análoga al crecimiento de la nueva burguesía mercantil nipona de 1868, que convirtió a Japón de un archipiélago de islas arcaicas en una sociedad moderna. Ningún estamento social indio está a reparo de esta revolución. (En un villorrio de 600 familias en el corazón de la región feudal Uttar Pradesh, un profesor de una escuela básica se lamentaba en un medio de comunicación de que los obreros sacaban a sus hijos de los colegios públicos para inscribirlos en los institutos privados

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donde se enseñaba el inglés: todos quieren ser ricos). La obsesión nacional por la inversión en educación y el futuro de sus hijos, ha generado un negocio único al mundo: el National Institute of Information Technology (Niit) inventó una fórmula de franchising, algo así como los McDonald's, colocando 1.750 escuelas de alta formación informática a lo largo y ancho de todo el país. El éxito de la idea ha resultado tan eficiente que ya la Niit ha importado la idea a 31 países en el extranjero, aspirando a transformarse en los líderes mundiales de la educación informática. Otro aspecto importante para conocer y entender la cultura india es su religión; en ella encontramos que no existe el pecado original y sus textos sagrados están llenos de dioses que se dejan comprar y corromper. (Cabe preguntarse, ¿cómo es que una elite con 5.000 años de continuidad histórica se dejó conquistar tan fácilmente por los ingleses? Y ¿por qué una sociedad con tantos abismos de corrupción, tiene como modelo a Gandhi?). Los hindúes, en realidad, son personas extraordinariamente sensibles a los cálculos del poder. Poseen una astucia infinita para detectar dónde se anida el mando, están dispuestos a negociar con el más fuerte y en las intrigas navegan como pez en el agua. Y quienes renuncian al poder y la riqueza como Gandhi, son adorados y no por emulación, más bien por la sorpresa que les causa esa sobrehumana capacidad de prescindir de las terribles tentaciones terrenales. El desafío indio también le habla al Islam, a quien quiere demostrarle que un Estado laico es superior a uno confesional. Sobre todo miran a los países pobres, a los cuales por su precariedad se les considera inmaduros para la democracia. Para los hindúes en una democracia "todos tienen algo que ganar o perder". India no será nunca "tigre o dragón", dicen, y recuerdan que son elefantes, y éste es un animal más lento. Y su democracia requiere cotidianamente millones de negociados, mediaciones y de compromisos, entre una pluralidad de intereses y necesidades.


al año y hemos traído a China alrededor de 500.000 empresas extranjeras”. Un informe del Credit Suisse First Boston informaba que el consumo de los chinos tendrá un crecimiento en torno al 18% anual, por al menos 10 años seguidos, en comparación al crecimiento del 2% del consumo americano. Esto sin lugar a dudas ejerce una especie de atracción fatal de las multinacionales hacia China, transformándola en el principal objetivo de las inversiones mundiales, con un flujo de capitales de 150.000 millones de dólares en un año (de los cuales al menos 60.000 millones son extranjeros, en instalaciones de fábricas). India le puede demostrar al mundo una vía de la transición hacia un futuro más estable, pacífico y consensual. Una receta para el progreso, que pueda preservar un estilo de vida en contra la agresión de la cultura globalizada. (Un texto budista dice: el elefante es el animal más sabio de todos los animales, pues es el único que recuerda sus vidas pasadas, permanece inmóvil por largos periodos meditando). El elefante indio puede evitar algunos de los efectos colaterales más dañinos de la sociedad capitalista. Si lo logran, hay esperanzas para todos. El modelo chino También China libera un encanto irresistible, de otro signo: es el modelo más imponente del estado autoritario, funcional y modernizador; en pocos decenios ha llevado de la miseria al bienestar a 300 millones de personas, manteniéndose en esta transición epocal. Garantizando el orden y la estabilidad, se conquistó el estatus de superpotencia con relación al mundo entero. El 16 de mayo del 2005, se reunieron en Beijing 800 delegados y Top Manager del capitalismo occidental (empresarios y banqueros), en un encuentro en el “Global Forum asiático”. Hu Jintao al recibirlos en el salón de honor de la Asamblea del Pueblo, en la plaza Tienanmen, comenzó su discurso diciendo: “China junto a Asia se está transformando en el nuevo motor del crecimiento mundial”, y continuó su intervención asegurando que "dentro de quince años, nuestro PIB se cuadruplicará, alcanzaremos un rédito per capita de 3.000 dólares, el triple del actual. Hoy somos un mercado de 5.600.000 millones de dólares

El 22 de julio de 2005, un día después de que el Banco central chino anunciara la reevaluación de su moneda, el New York Times puso esta noticia en primera página, dejando en segundo plano los atentados terroristas de Londres. Era claro que el “made in China” a partir de entonces era un poco más caro, y los productos extranjeros para los consumidores chinos un poco más convenientes. Inicialmente la reevaluación era del 2%. Desde el punto de vista político, la decisión de Beijing muestra cautela y reservas frente a lo que ello podría significar para los mercados globales. Aplicando una conducta de superpotencia, tutelando sus propios intereses a largo plazo. China, abandona a partir de ese momento el concepto de la paridad con el dólar americano, que determinaba el valor del yuan desde 1994. El yuan hoy está no sólo vinculado al dólar, si no que existe una canasta de monedas que incluye al euro y yen japonés. Hoy por primera vez dan el salto de gestionar las relaciones monetarias con el resto del mundo para protegerse de los trastornos del capitalismo y el mercado, que en el pasado han tenido consecuencias en la economía china. Y el próximo paso será la libre convertibilidad en los mercados de dinero mundial. ¿China o India? ¿O quizás Chinindia? La confrontación está apenas comenzando. Debemos interrogarnos sobre su naturaleza

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y su posible desenlace. ¿Será competencia y rivalidad? ¿Prevalecerá la razón de la colaboración y veremos nacer una invencible alianza entre estos dos titanes? La cuestión tiene un interés crucial. Sobre todo porque del éxito de esta confrontación dependerá el color político que dominará los valores inspiradores del mundo asiático, es decir, el nuevo centro del planeta. Quien conquiste el liderazgo de Asia, a futuro, tendrá la hegemonía mundial. El viejo Occidente es hoy día menos importante de lo que pareciera, y recién en el 2005, por primera vez, estos países emergentes produjeron más de la mitad de la riqueza mundial. Chinindia es un peso pesado que está tomando parte importante del poder, y reduce los márgenes de maniobra de los gobiernos americano y europeos. Al mismo tiempo que estos países continúan poblados por ejércitos de pobres. En Chinindia, con sus 2.400 millones de personas, 1.500 millones viven por debajo de la línea de la pobreza, definida por el Banco Mundial en dos dólares de renta al día. Para todos los pobres de la tierra, incluyendo América Latina y África, es fundamental lo que esta sucediendo en Chinindia. Pues allí se ha iniciado un proceso que es un fenómeno de crecimiento, tan importante que puede trasladar las fronteras de la miseria de manera permanente. ¿Vencerá la receta China, o la de India, o un mixto entre las dos? ¿Y con qué consecuencias para el resto del mundo? Para entenderlos debemos aprender de las analogías y diferencias entre el Dragón y el Elefante. Bibliografía: • China e India y sus alrededores "Cindia", de Federico Rampini. Editorial Mondadori. • Diario “La Repubblica", edición especial, China e India. (Dos grandes amenazas), abril 2006. • Diario “Corriere della Sera”. • Diario financiero "Fortune". • Diario “The New York Times”.



Enero Teatro a Mil INFAMANTE ELECTRA

Autor: Benjamín Galemiri Dirección: Raúl Ruiz Elenco: Héctor Noguera, Amparo Noguera, Óscar Hernández. Compañía: Teatro Camino Duración: 1 hora 20 mins. Vestuario: Loreto Martínez Lugar: Teatro Camino. Antupirén 9.400, Peñalolén Fecha:18 al 28 de jueves a domingo Hora: 21.00 hrs. Web: www.teatrocamino.cl Reseña: La historia de un ex senador de la República desaforado recientemente por reiteradas acusaciones sobre delitos y fraudes fiscales. Nadie quiere defenderlo, como en una tragedia impura y espesa, sólo su hija, la brillante abogada Dafne Halevi Toledo, y que suena como posible Ministra de Justicia del nuevo gobierno encabezado por una mujer, decide hacerlo.

ERÓSTRATO

Ricardo Fernández y Roxana Naranjo Duración: 80 mins. Lugar: Lastarria 90 Fecha:19 al 28 de enero Hora: 21.00 hrs.

Autor: Carlos Bórquez / Basado en textos de Sartre, Pessoa y Pasolini, más testimonios póstumos de Sebastián Acevedo y Eduardo Miño Elenco: Alfredo Castro,

HEDDA GABLER

Autor: Henrik Ibsen Dirección: Víctor Carrasco Elenco: Claudia di Girólamo, Willy Semler, Delfina Guzmán, Coca Guazzini, Francisco Melo, Mauricio Pesutic, Cristina Aburto Compañía: RKO. Fábrica de Sueños Lugar: Centro Cultural Matucana 100 enero (De miércoles a domingo) Hora:21.00 hrs. (Domingo, a las 20.00 hrs.) Reseña: Hedda Gabler, la aristocrática hija del capitán Gabler, es una figura compleja, contradictoria. La obra muestra cómo un matrimonio regresa de un viaje que se supone era la luna de miel, pero que no lo fue. Él espera conseguir una plaza de trabajo importante con la publicación de su libro y ella es un "quiero y no puedo".

LA INFANTA DIFUNTA

Dramaturgia colectiva Dirección: Eduardo Luna Elenco: María Gracia Omegna, Daniela Molina, Carolina Castro y Carolina Segura / Dramaturgista: Mauricio Barría Compañía: Lafamiliateatro Duración: 60 minutos Lugar: Café del teatro cultural Norte - Sur Fecha: 16 al 28 de enero Hora: 20:30 hrs. (excepto domingo a las19.30 hrs.) Reseña: Cuatro mujeres, una promotora, una secretaria, una actuaria de

un juzgado y una junior, seres que no necesitan ser Ana Frank, ni Antígona, para verse enfrentadas al fracaso, la muerte como constante y el dolor, crean un espacio particular, subterráneo. Allí es donde creen renacer una esperanza y para la consecución de ello, establecen sus propios códigos, sus propias leyes, una micro sociedad, que les ofrezca una nueva ética.

PÁJAROS EN LA TORMENTA

Autor: Jorge Díaz Dirección: Pablo Krögh Elenco: Andrés García, Rocío Terroba Compañía: El Lunar Duración: 55 mins. Lugar: Galpón 7. Sala 2. Chucre Manzur Fecha:15 al 28 de enero Hora: 21.00 hrs. Reseña: En una atmósfera fronteriza entre el recuerdo y la niebla del olvido, se sitúan dos personajes marginales que luchan por sobrevivir, aferrándose a las palabras que esconden más que revelan. El ambiente general, acentuado por la luz y, quizás la niebla, es onírico.

LA LEYENDA DEL PIANISTA

Autor: Alessandro Baricco (Adaptación Álvaro Viguera) Dirección: Álvaro Viguera Elenco: Alvaro Viguera Música: Camilo Salinas Compañía: Teatro EnSimenor Duración: 55 mins. Lugar: Sala Cité Jofré. Jofré 386 enero (Excepto 25, a las 22.00 hrs.) Hora: 22.30 horas. Reseña: "La Leyenda del Pianista" es una adaptación del monólogo "Novecento", de Alessandro Baricco, que pretende evocar por medio de una instalación del artista Samy Benmayor y de la música en vivo de Camilo Salinas, la nostalgia y soledad que experimenta Novecento a través de su vida.

CABEZA DE OVNI

Autora: Manuela Oyarzún Dirección: Manuela Oyarzún Elenco: Bélgica Castro, Alejandro Sieveking, Paula Bravo, Juan Pablo Miranda Música: Cuti Aste Compañía: Teatro El Hijo Duración: 1 hora 40 mins. Lugar: Teatro Sidarte Fecha: Del 16 al 28 de enero. 21.30 hrs. Domingo a las 20.30 hrs. Lunes 22: no hay función Valor entradas: $4.000 general; $2.000 estudiantes, tercera edad. Web: http://cabezadeovni.blogspot.com/ Reseña: La historia de una pareja de ancianos que ha perdido la memoria y que es atendida por una joven solitaria. El montaje reúne a dos generaciones que ponen en escena sus experiencias y perspectivas sobre la soledad y la muerte.


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