Nueva Memoria de Chile 21 En el mes de febrero salió a circulación la Memoria 2007 de la Fundación Chile 21, que presenta importantes innovaciones en contenido y presentación gráfica. La idea fue mostrar, de manera condensada, la mayor cantidad de actividades que se desarrollaron en la Fundación, explicando los programas en que se insertan, así como eventos, seminarios, publicaciones y talleres que se efectuaron durante el 2006 y en las primeras semanas del 2007. El resultado fue una pieza moderna y atractiva donde se pueden encontrar sintetizadas una muy buena muestra de las actividades de la Fundación.
Editorial 2007: Un Año Políticamente Decisivo El Problema del Empleo Ricardo Infante Del Aborto y Otros Cuentos Lidia Casas B. Infome del Consejo de Innovación El Primer Año de Bachelet Debate Progresista José Blanco
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E
l Transantiago
Más allá de los errores y problemas que ha enfrentado, el Transantiago representa una verdadera revolución urbana que, como tal, requiere de ajustes y un tiempo prudente para superar los inconvenientes que ha generado para una parte muy importante de la población, especialmente para los sectores populares a los cuales sirve primordialmente el transporte público. Algunos de estos problemas eran previsibles y el propio plan incluía un período de ajustes que muchos calculan en meses. Otros son problemas de gestión que principalmente comprometen a las empresas privadas, tanto los administradores financieros como los propios operadores, sin descartar la responsabilidad de las autoridades y de quienes diseñaron el plan, que presenta deficiencias que es preciso corregir con urgencia. Uno de los problemas más serios que enfrenta esta modificación del transporte urbano es el de una muy deficiente información a las usuarios, que en su gran mayoría aún desconoce cuáles son las combinaciones más favorables y eficientes para llegar a sus destinos. También está el tema de los recorridos y las frecuencias, especialmente nocturnas, todos elementos perfectibles que requieren de la especial atención de las autoridades y operadores.
FUNDACION CHILE 21 Presidente Honorario: Carlos Ominami Directora Ejecutiva: María de los Ángeles Fernández Director Ejecutivo Adjunto: Rodrigo Egaña Dirección: Compañía 1085, piso 12 Fono: 6991700 Fax: 6735296 E-mail: chile21@chile21.cl Web: www.chile21.cl
FORO Editora Lucy Dávila Director y Representante Legal Marcelo Contreras Diseño Visión Comunicaciones Impresión ATG Impresores
Tanto los medios de comunicación como sectores políticos de oposición se han preocupado de destacar las falencias y problemas que indiscutiblemente presenta el Transantiago, entrevistando majaderamente y hasta la saciedad a los descontentos o perjudicados, pero muy escasamente para destacar las evidentes ventajas de contar con un transporte público de calidad, que contribuye a la descongestión vial y acústica de la capital, con mayor seguridad y sin discriminación de los escolares. Sin duda, la puesta en marcha de esta innovación ha afectado el transporte de determinados sectores de la capital, especialmente en sectores populares, que en algunos casos deben caminar en exceso para tomar su movilización y muchas veces viajar en condiciones de hacinamiento (no muy distintas de lo que sucedía con los buses amarillos), pero también ha beneficiado a la mayoría de la población. La solución a estos problemas no es incentivar la compra de motos o autos usados, como insinuaba algún medio de comunicación, sino superar las insuficiencias que ha presentado el plan a un mes de entrar en vigencia. El tiempo que tome la superación de las actuales dificultades no es irrelevante. Cada día que pase importa sacrificios y costos más allá de lo razonable para sus usuarios, lo que compromete los mejores y mayores esfuerzos del gobierno y los operadores. En esto es preciso destacar la ejemplar dedicación y esfuerzo de las autoridades del Ministerio de Transporte, que no sólo han estado en la primera línea, dando la cara diariamente, sino enfrentando los problemas. No es este el momento de hacer una evaluación definitiva o en profundidad del Transantiago para decir que ha fracasado o anunciar su inminente colapso. Es el tiempo de los ajustes, de las correcciones y perfeccionamientos para que esta revolución urbana tenga éxito y rinda todos los frutos que se espera de ella. Más que criticar o intentar sacar dividendos políticos cortoplacistas, lo que el país espera de los partidos políticos, los parlamentarios y alcaldes es que se comprometan para aportar soluciones. El Transantiago no tiene vuelta atrás y sólo puede mejorar y superar sus problemas de implementación, que comprometen por igual a las autoridades, los dirigentes políticos, los operadores, las empresas privadas comprometidas y la propia ciudadanía para usar eficientemente este nuevo sistema de transporte público.
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COYUNTURA
2007 Un Año Políticamente Decisivo El último año sin elecciones durante el presente mandato, que muchos asocian al tiempo político útil para marcar la agenda del resto del período presidencial, plantea desafíos complejos para el Ejecutivo. Por un lado enfrenta a una oposición que, más allá de que no logra capitalizar la baja en el apoyo al gobierno y sobre todo de su coalición, sí ha tenido algunos "éxitos" en su estrategia confrontacional. En lo inmediato, dejar instalada la falsa idea de un país asolado por la corrupción, además de intentar
proyectar la imagen de un gobierno "mediocre" y una Concertación agotada. La idea que se impone en la dirigencia opositora es que esta no es la hora de cosechar, sino que de demoler la buena evaluación del ex Presidente Lagos y su gobierno, así como el sólido respaldo ciudadano que -pese a la baja marginalaún mantiene Michelle Bachelet y la actual administración. Esta tarea de "demolición" en que se encuentra empeñada la oposición parece rendir sus primeros frutos con la baja en la evaluación ciudadana hacia la figura de Lagos, quien, según la encuesta del diario La Tercera, bajó 12 puntos. También el gobierno y la Presidenta Bachelet resintieron el impacto de la sostenida campaña de denuncias y acusaciones, así como los efectos de los problemas registrados en el Transantiago, bajando su nivel de apoyo en torno al 51%, según la medición citada, o levemente por debajo del umbral del 50%, según la encuesta Adimark. En verdad nada dramático si se recuerda los niveles de apoyo del gobierno anterior en sus primeros años, o si se aísla el 2007 2 FORO M A R Z O
Marcelo Contreras N. Director Foro Chile 21
impacto de la entrada en vigencia del plan Transantiago, que distorsiona la muestra en la capital y que puede revertirse en la misma medida que esta revolución urbana supere los problemas iniciales de implementación, pues aún se encuentra en un período de ajuste. Tampoco es muy relevante o decisivo lo que muestran las encuestas, a tres años de la próxima elección presidencial, en materia de liderazgos o evaluación de los personajes públicos. Salvo por el hecho de que, hasta ahora, Sebastián Piñera aparece como el único representante sólido que ha logrado instalar la oposición, con su séptimo lugar, superado por seis potentes figuras concertacionistas, encabezadas por el ex ministro José Miguel Insulza, la senadora Soledad Alvear y el ex Presidente Ricardo Lagos. Con todo, Sebastián Piñera dista mucho de ser un perfil indiscutido o el candidato natural de su sector. Incluso al interior de su propio partido y dentro de la Alianza por Chile se han levantado voces críticas por su doble condición de empresario y dirigente político. La disputa por la hegemonía y los liderazgos al interior de la Alianza recién comenzó con la decisión de Pablo Longueira de lanzar su propia postulación y aún ese sector está lejos de definir un mecanismo
consensual para designar a su abanderado presidencial. La tarea de "demoler" la imagen de Lagos -que muchos de ellos contribuyeron a endiosar, como lo reconocieran los propios dirigentes opositores- implica
para celebrar el "éxito" de su estrategia confrontacional. No sólo porque no logra capitalizar el descontento o la baja del gobierno y de la Concertación, dando la razón a quienes, como Sebastián Piñera, sostienen que esa estrategia no alcanza para constituir a la derecha en una
evaluación ciudadana corresponde a una campaña mediática de la oposición y cuánto a un proceso real de deterioro de la actividad política, que involucra tanto al oficialismo como a la derecha y en donde el gobierno asume su propia cuota de responsabilidad. Dificultades externas e internas A la hora de intentar un diagnóstico no pueden soslayarse las dificultades que ha debido enfrentar la actual administración en su proceso de instalación en el poder. Algunos heredados de la anterior gestión, como el caso de Chiledeportes o el desvío de fondos públicos a campañas políticas. Otros de su propia responsabilidad, traducidos en problemas de acción y coordinación política.
"remar en contra de la corriente". La ciudadanía tiene un juicio formado y el balance del sexenio anterior es enormemente favorable para el ex mandatario. Su liderazgo no sólo es reconocido mayoritariamente en el país, sino que trasciende nuestras fronteras. Quizás con un exceso de prudencia, el ex jefe del Estado ha optado por guardar un riguroso silencio y una total prescindencia de la contingencia política, pero esa prescindencia tiene un límite temporal, independientemente del hecho de que Lagos decida repostularse o no. Así como Patricio Aylwin, Eduardo Frei y la propia Presidenta Bachelet, Ricardo Lagos constituye un patrimonio y un capital político de la coalición de centro izquierda. Un capital que el ex mandatario no dudará en aportar en las contiendas políticas del futuro. Pero será él quien decidirá cuándo y cómo hacer ese aporte indispensable.
verdadera alternativa de gobierno, sino porque crece el nivel de rechazo ciudadano a su accionar y porque si las elecciones presidenciales fueran inminentes, lo más probable es que volviera a imponerse la coalición oficialista.
La oposición no tiene muchas razones
La interrogante es cuánto de esa mala
Lo verdaderamente preocupante de estas encuestas y la estrategia opositora, es el descrédito de la actividad política y de sus actores e instituciones, lo que afecta una de las fortalezas del llamado "milagro" o excepcionalidad de nuestro país respecto de la región, que está centrada en la calidad de la política y la solidez de las instituciones. De igual manera, la idea de una corrupción sistémica y generalizada que ha intentado proyectar la derecha, tomando algunos problemas puntuales y exagerando otros, impacta muy negativamente en la imagen internacional de nuestro país.
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No son ajenos a estas dificultades del primer año los problemas internos que han tensionado a la coalición oficialista y que han tenido como epicentro a la DC, con la crecientemente difícil cohabitación de la mayoría, representada por la actual directiva, y su disidencia; así como los conflictos internos que ha vivido el PPD y que implicaron la renuncia del senador Fernando Flores y del diputado Esteban Valenzuela a ese partido. El hecho de que un 70% de los encuestados por el diario La Tercera afirme que la Concertación ha colaborado poco con el gobierno y un 17% piense que simplemente no ha colaborado, evidencia una realidad en donde comparten responsabilidades tanto los partidos y sus bancadas como el propio equipo político del gobierno. En verdad, los partidos oficialistas parecen arrastrar una larga y soterrada crisis de proyecto y una cierta incapacidad para representar el nuevo Chile que emerge tras estos 17 años, lo que se expresa como crisis orgánica y política, en donde desaparecen los debates sustantivos para centrarse en una desnuda y extemporánea disputa por el poder.
Lo paradójico es que tanto el programa como la agenda que el gobierno delineara en su primer mensaje presidencial, y que se fuera perfilando con mayor precisión y nitidez en el primer año de gestión, concitan un amplio consenso y respaldo al interior del oficialismo. Temas como la reforma provisional, la reforma de la educación, la modificación del sistema electoral e incluso el principio de responsabilidad fiscal, para ahorrar los excedentes del cobre, son temas que unen a la Concertación y los debates se dan más bien en los márgenes. Pero, como ha sostenido el senador Jorge Pizarro, la percepción es que el distanciamiento que existe entre los partidos, los parlamentarios y el gobierno es muy grande, al punto que la mayoría de congresistas que el oficialismo alcanzó en la urnas es hoy más bien virtual, y no sólo incluye a parlamentarios "díscolos", sino disidentes e independientes.
bancadas parlamentarias del oficialismo y la coalición trasciende el debate sobre mecanismos, siempre complejos y perfectibles, de trabajo mancomunado entre un régimen presidencialista y un conglomerado político, para centrarse en definiciones sustantivas, temas de liderazgo y adecuada deliberación entre
es una condición necesaria para viabilizar ese propósito. Un fracaso, al menos relativo, de la actual administración es el fracaso de su alianza partidaria.
el Ejecutivo y su base partidaria, que permita construir consensos sólidos y reales, que ordenen y cohesionen al oficialismo, confronten a la oposición y fijen una clara hoja de ruta para el gobierno.
próxima elección presidencial y cuando el gobierno entra a su segundo año de mandato. Fresco está el recuerdo de la llamada "ceremonia del adiós" de los primeros años de gobierno del Presidente Lagos, cuando Joaquín Lavín aparecía como el llamado a sucederlo en el poder y el nombre de Michelle Bachelet no figuraba en las encuestas. Muchas cosas pueden pasar y pasarán en los próximos meses y años. Entre otras, una elección municipal el 2008.
El tema de los liderazgos y las evaluaciones de los personajes públicos es anecdótico, faltando tres años para la
Las tareas Más que problemas sectoriales o en el terreno económico, el principal problema que enfrenta el gobierno es un complejo tema político, asociado a la crisis que hoy enfrenta su coalición y la línea confrontacional que ha terminado por imponerse en la oposición, sin descartar los problemas de gestión que ha enfrentado en su primer año en el poder. Ordenar y cohesionar a su coalición tras la agenda gubernamental y confrontar a la oposición en los temas sustantivos parecen ser las tareas prioritarias para la Presidenta y su equipo político en el año que se inaugura el 11 de marzo, en donde bien pudiera jugarse no sólo la suerte de la actual administración, sino la propia posibilidad de la Concertación de proyectarse a futuro. Si ello requiere de un ajuste en el gabinete o en los equipos de gobierno, como han sugerido algunos parlamentarios, corresponde a una decisión privativa de la Presidenta de la República. La superación de los evidentes problemas de coordinación entre el gobierno, las
Por su parte, la Concertación gobernante, incluyendo a todos los partidos que la integran, está desafiada a superar sus problemas internos y prestar un apoyo real a la actual administración. Atrás quedaron los tiempos en que cumplía la doble función de ser partidos de gobierno y oposición a la vez. Hoy, tanto el gobierno como su coalición, enfrentan el desafío de una oposición que tiene como principal -sino único objetivoalcanzar la anhelada alternancia en el poder y que no trepidará en profundizar su estrategia confrontacional para desacreditar al Ejecutivo y sus alternativas de sucesión. La suerte de la administración está indisolublemente ligada a la posibilidad de sus partidos de proyectarse a futuro y así como su éxito
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Puede ser comprensible la urgencia y apresuramiento con que la oposición se plantea el tema de la alternancia luego de perder cuatro elecciones presidenciales en forma sucesiva y no haber ganado un comicio en los últimos cincuenta años. Pero no por mucho madrugar amanece más temprano. Adelantar el debate presidencial representa un verdadero "escape al futuro". El primer deber de una coalición en el poder es asegurar un buen gobierno y el cumplimiento de su programa.
EMPLEO
El Problema del Empleo: Situación y Perspectivas Ricardo Infante 1 En estas notas se analiza la situación del empleo en 2006 y evalúa las perspectivas de la desocupación en el corto y mediano plazo, teniendo como antecedente la evolución del mercado de trabajo durante el período 1998-2005, de acuerdo a los datos de las series antigua y nueva del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Evolución comparada del mercado laboral. 1998-2005 Con la finalidad de actualizar la información de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), con la información del Censo de Población 2002, el INE procedió a generar un nuevo marco muestral, el que en conjunto con las proyecciones actuales de población, dieron origen a una "serie nueva" para las principales variables del mercado laboral: población en edad de trabajar (PET), población económicamente activa (PEA), ocupados y desocupados por sexo y edad, entre otros. Las nuevas estimaciones reflejan los cambios ocurridos entre los Censos de 1992 y 2002 en materia de dinámica poblacional, el nivel educativo y la creciente inserción de la mujer en el campo laboral. En relación con la estructura de edades de la población, la serie nueva incluye una mayor participación del tramo etario de 15 a 40 años en comparación con la "serie antigua" (basada en el Censo de 1992) lo que resulta en una mayor tasa de participación laboral y en una PEA mayor de la primera respecto de la segunda.
Al analizar los datos de las series mencionadas, destacan los siguientes aspectos. Primero, el crecimiento de las principales variables agregadas del mercado del trabajo, calculado con la serie nueva sigue la tendencia de la serie antigua, aunque el nivel del mismo es mayor. En efecto, las tasas de crecimiento promedio calculadas con la serie nueva para el período 1998-2005 son: PET (2,1%), la PEA (2,4%) y ocupados (1,9%), cifras que son superiores al 1,7%, 1,4% y al 1,2% registrado por la serie antigua respectivamente. (Gráficos 1 a 3). De allí que la tasa de desempleo promedio calculada con la serie nueva (9,3%) sea más alta que la estimada con la serie antigua (8,6%) para el período
analizado (Gráfico 4). Segundo, cambia el comportamiento de las variables laborales si se las relaciona con la evolución de la actividad económica. Al dividir el período 1 Economista, Fundación Chile 21
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analizado en tres fases de acuerdo al signo e intensidad del crecimiento promedio del producto se tendrá: una fase recesiva (1999) con una contracción del PIB (-0,8%), otra de recuperación (2000-2003) con un crecimiento de 3,5% del producto y por último otra de rápido crecimiento (2004-2005) con una expansión económica de 6,2%. Si se analiza el impacto laboral del ajuste recesivo, tanto los nuevos datos como los antiguos indican que la respuesta del mercado laboral fue un aumento de la fuerza de trabajo (PEA) y una contracción del empleo, lo que generó una elevación del desempleo. Sin embargo, la magnitud de los cambios es diferente. Las cifras muestran que la reacción de la PEA fue positiva y más intensa en la serie actual (2,6%) que en la serie antigua (1,5%) (Gráfico 2). En tanto, ocurre lo contrario con el empleo dado que su disminución es menor de acuerdo a la serie nueva (-1,5%) que la registrada por la serie antigua (-2,2%). De allí que la elasticidad EmpleoPIB calculada con los datos de la primera (1,9) sea menor la segunda (2,8). En la fase de recuperación económica, las cifras de la serie nueva muestran un aumento de la PEA (2,0%) y de la ocupación (2,2%), cifras que superan ampliamente al 0,8% y al 1,4% estimados por la serie antigua (Gráfico 3). Por tanto, de acuerdo a los datos de la nueva serie, el empleo sería mas sensible a las variaciones de la actividad económica (elasticidad igual a 0,6) que la serie antigua (0,4). En suma, si bien en las fases recesiva y
de recuperación, el comportamiento de la oferta laboral es anticíclica y el del empleo es pro-cíclico respecto al nivel de actividad. Tales características aparecen magnificadas en los datos de la serie nueva, en comparación con los de la antigua. En la fase de crecimiento rápido, los datos de expansión de la oferta laboral (serie nueva: 3,1% y serie antigua: 2,2%) y del empleo (serie nueva: 3,2% y serie antigua: 2,4%), continúan mostrando diferencias importantes. En estas condiciones, la elasticidad Empleo-PIB alcanza a 0,5 de acuerdo a la serie nueva y a 0,4 en el caso de la antigua. Al respecto, se señala que ambas elasticidades son semejantes a las registradas durante la fase de recuperación. Tercero, se observan cambios en la composición del empleo por rama de actividad económica y categoría ocupacional al utilizar las dos series de datos señaladas. Al comparar la incidencia del empleo en los sectores de bienes 2 en el total, se observa que el porcentaje promedio de la serie nueva (38%) es 0,5 décimas superior al de la serie antigua (37,5%) en el período analizado. Sin embargo, la diferencia ha venido ampliándose desde 1998 (0,1) hasta 2005 (0,9). Es decir, la nueva estructura del empleo incluye una participación de los sectores de bienes que es crecientemente mayor que la antigua, ocurriendo lo opuesto con 2 3 4 5 6
el empleo en los sectores de servicios.3 Finalmente, en cuanto a la composición del empleo por categoría ocupacional4 se observa que la tasa de salarización5 promedio de la serie nueva (64,6%) es inferior a la calculada con los datos de la serie antigua (64,8%). Aunque la diferencia promedio es pequeña (0,2 décimas), se observa un incremento de la misma durante el período: de 0,1 en 1999 a 0,4 décimas en 2005. En otros términos, la serie nueva incluye una tasa de salarización que es crecientemente menor que la observada en la serie
antigua entre los años 1998 y 2005. Por el contrario, aumenta la importancia del resto de las categorías, con excepción de los trabajadores por cuenta propia. En resumen, los datos de la serie nueva de la ENE presentan divergencias que pueden ser significativas cuando se trate de hacer estimaciones sobre el comportamiento del mercado laboral en diferentes escenarios económicos. Si se comparan ambas series, por un lado, el crecimiento de los agregados laborales es mayor en la serie nueva que en la antigua y la tasa de desempleo también es mayor. Por otro lado, aunque en ambas series se manifiesta el carácter anti-cíclico de la PEA y pro-cíclico del empleo, tales características parecen agudizadas en la serie nueva en comparación con la antigua. Con base en estos antecedentes, se señala que si en el futuro se espera que el desempleo se mantenga o incluso disminuya, habrá que considerar una mayor expansión de la oferta laboral y también un crecimiento mas rápido del empleo. Así, de acuerdo a los datos actuales de la ENE, un aumento de la PEA semejante al de la Población en Edad de Trabajar (2,1% anual), requerirá un crecimiento del PIB superior al 4,2% para que la tasa de desempleo comience a disminuir.6
Incluye a la Agricultura, Silvicultura, Pesca, Minas y Canteras, Industria, Electricidad, Gas y Agua y la Construcción. Comprende a los sectores de Comercio, Transporte y Telecomunicaciones, Servicios Financieros y Servicios Sociales y Personales. Se refiere a las categorías de Empleador, Trabajador por cuenta propia, Asalariado, Personal de servicio y Familiar no remunerado. Corresponde al porcentaje del empleo asalariado en el empleo total. El crecimiento implícito del empleo (2,2%) resulta de multiplicar la elasticidad Empleo-PIB promedio registrada en el período analizado (0,53) por el crecimiento del producto (4,2%).
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La situación del empleo en 2006 La tasa de desempleo del país alcanzó a 6% en el último trimestre del año pasado, con lo que el promedio de 2006 se situó en 7,8%, es decir, 1,4 puntos porcentuales menos que en 2005 (Gráfico 5). La reducción de la desocupación estuvo asociada a un crecimiento casi nulo (0,1%) de la oferta laboral, debido a una caída simultánea de las tasas de participación femenina y masculina entre ambos años y a una expansión del 1,6% en el empleo. Estos resultados del mercado del trabajo respondieron a la evolución de la economía real y también de los precios relativos que inciden sobre las variables laborales. En este contexto, los principales indicadores macroeconómicos del bienio analizado muestran: a) Una desaceleración del crecimiento económico (4,2% el año 2006, cifra inferior al 6,3% alcanzado en 2005), a la que se habría adaptado la evolución de la PEA, sucediendo lo contrario en el caso del empleo; b) Un crecimiento de los salarios reales (2%) que fue inferior al aumento del PIB por ocupado (2,6%) en 2006 y, por tanto, no habría limitado la generación de empleo; c) Una elevación de la tasa de interés de política monetaria (de 3,4% en 2005 a 5,0% promedio anual en 2006), que incidiría negativamente sobre la creación de nuevas ocupaciones en el estrato de micro, pequeñas y medianas empresas; d) Una apreciación moderada de la moneda. Esto se refleja en la caída del tipo de cambio real medido respecto a la evolución, ya sea de una canasta de monedas y de los precios externos (-3,6%) o del dólar norteamericano deflactado por el IPC (-5,5%). Como consecuencia, habría restringido el aumento del empleo en los sectores exportadores y el de la ocupación del estrato de pequeñas y medianas empresas
que sustituye importaciones. Los datos trimestrales muestran que la disminución de la participación laboral (de hombres y mujeres) entre 2005 y 2006, tuvo una alta correlación con la
En estas condiciones, se debería esperar que en un futuro próximo la tasa de participación femenina recupere su tendencia histórica, lo que implicaría un crecimiento de la oferta laboral
desaceleración del crecimiento económico en el mismo período (Gráfico 6). Esto indicaría que la oferta laboral tuvo un comportamiento perfectamente
significativamente mayor que el registrado en 2006. En cuanto a la evolución trimestral del empleo caben algunos comentarios. La tasa de ocupación se mantuvo prácticamente constante a pesar de la desaceleración del crecimiento económico entre 2005 y 2006 (Gráfico 7). En otros términos, si el empleo creció en un 1,6%, ello se debió a que el aumento extraordinario de los asalariados (4,5%) superó a la reducción del resto de los ocupados: empleadores (-8,4%), trabajadores por cuenta propia (-2,5%), familiares no remunerados (-8,8%) y servicio doméstico (-3%). Al respecto, en los datos de corto plazo se observa que la tasa de salarización aumentaba, al mismo tiempo que se desaceleraba el crecimiento de la actividad económica entre 2005 y 2006, lo que sugiere un comportamiento anti-cíclico del empleo asalariado respecto
pro-cíclico con la evolución de la actividad económica, característica no registrada en el período analizado (especialmente entre las mujeres), incluido el episodio de la crisis asiática. 2007 7 FORO M A R Z O
a las variaciones del producto en los diferentes trimestres (Gráfico 8). En definitiva, ¿Qué es lo que explica este rápido aumento de los asalariados? Una posibilidad es que la cifra agregada incluya un comportamiento muy diferente de las empresas según su tamaño. Al respecto, las cifras de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS), que cubren casi el universo de las empresas grandes, muestran que el empleo asalariado en los establecimientos con más de 100 trabajadores creció en un 1,5% entre 2005 y 2006.7 Considerando que el empleo asalariado total es generado en un 25% por las empresas grandes y en un 75% por las empresas micro, pequeña y mediana empresa (MIPYME), los asalariados pertenecientes a estas últimas debieron crecer en un 5,5%, para que el empleo asalariado total aumentara en 4,5% indicado. En este contexto, resulta difícil pensar que las pequeñas empresas tengan actualmente ese dinamismo dado, por una parte, su conocido deterioro, y por otra, la combinación muy desfavorable de precios que enfrentaron en 2006: apreciación cambiaria, mayor tasa de interés y un aumento de salarios incompatible con el incremento de la productividad de estos establecimientos. En suma, si bien es muy posible que el empleo total crezca en 1,6% con una expansión de 4,2% del PIB, no lo es tanto
el rápido aumento que los asalariados, de allí que se sugiera analizar con cautela la composición del crecimiento de la ocupación. Perspectivas del desempleo en el mediano plazo Las previsiones sobre la evolución del
mercado laboral son útiles para la formulación de políticas publicas referidas en lo económico, al crecimiento de la economía y a la evolución de los precios; en lo social, al volumen, composición y focalización del gasto social; y en lo laboral, a la institucionalidad para mejorar la calidad trabajo y a la creación de empleo directo. De allí que sea necesario a lo menos esbozar posibles escenarios con la evolución de los principales agregados laborales, aunque la información del período inicial no sea la óptima.8 Para analizar las perspectivas del desempleo se considera el efecto previsible de las principales variables macroeconómicas sobre el comportamiento del mercado del trabajo en el mediano plazo (20072010). Si el crecimiento del producto se sitúa en un rango como el esperado (5%-6%) en el mediano plazo y el aumento de la oferta laboral fuera procíclico, es decir, que reacciona positivamente al mayor crecimiento económico, entonces el incremento de la PEA sería del orden del 2,2% anual en el período analizado. Este dinamismo ejercerá una fuerte presión sobre el aparato productivo, que deberá aumentar su capacidad de generación de nuevos empleos a un ritmo similar al de la oferta
7 Los asalariados de las grandes empresas representan un 25% del total del empleo asalariado y un 16% del empleo total. 8 En el informe del Banco Central (IPOM, Enero 2007) se afirma lo siguiente respecto a los datos actuales de la Encuesta Nacional de Empleo: "...Estas cifras, y las conclusiones que de ellas puedan derivarse, deben ser tomadas con cautela, toda vez que corresponden a un empalme de distintas mediciones del mercado laboral. Si bien este empalme se ha realizado con toda la información disponible, como es habitual en estos casos, la comparabilidad histórica se hace más incierta".
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laboral, sólo para mantener el actual nivel de desempleo.9 Para prever el crecimiento del empleo en el mediano plazo, se utilizan dos enfoques. El primero consiste en suponer que este crecimiento resulta de la expansión económica y de una relación agregada entre ésta y el empleo (elasticidad Empleo-PIB). De acuerdo a este enfoque, el aumento del empleo alcanzaría a 2,3%, como resultado del crecimiento promedio del PIB (5,5%) y de la elasticidad Empleo-PIB promedio (0,5), estimada con los nuevos datos para los últimos nueve años. En esta alternativa, el crecimiento del empleo (2,3%) es semejante al de la PEA (2,2%) y, por tanto, la expectativa sería que la tasa de desempleo de 2010 sea semejante a la registrada en 2006 (7,8%). En el segundo enfoque se considera, por un lado, que la demanda de empleo es heterogénea y que, por tanto, su evolución varía entre los diferentes estratos o categorías que la componen. (En este caso, se trata de grandes empresas, MIPYME, trabajadores por cuenta propia y servicio doméstico). Si las grandes empresas reaccionaran al crecimiento económico con una elasticidad semejante a la indicada, el aumento del empleo de
este estrato sería 2,3%. Por otro lado, si se considerara la aplicación de una política pública para que se recupere efectivamente la capacidad de las MIPYME, el empleo de este estrato podría crecer hasta en un 3,0% anual10. Finalmente, se podría considerar que tanto los trabajadores por cuenta propia como los de servicio doméstico, crezcan por lo menos al mismo ritmo que la PET (2,1% anual). Como resultado del crecimiento económico y de las políticas indicadas, el empleo crecería en un 2,6% anual (más rápido que la oferta laboral) y, por ende, la tasa de desempleo del año 2010 alcanzaría un 6,3%, esto es, un nivel muy cercano al registrado durante los años de mayor crecimiento económico durante la década pasada. Conclusiones Al comparar los datos de las series antigua y nueva de la Encuesta Nacional de empleo del INE, surgen algunos comentarios sobre la estructura de la población y el empleo en el mediano y el corto plazo. El primero, está relacionado con la nueva composición de la población que incluye menos inactivos y, por tanto, una tasa de
participación superior a la calculada con la serie anterior, debido esto último a una mayor inserción laboral de las mujeres. Sin embargo, de acuerdo a los nuevos datos la proporción de ocupados en la población es semejante a la calculada con las cifras de la serie antigua, de allí que el desempleo registrado por la serie nueva sea superior al de la serie antigua. El segundo, se refiere a los cambios de composición del empleo por sectores económicos y categoría ocupacional de los trabajadores. Las cifras indican que el peso de los ocupados en la producción de bienes sería menor en la serie nueva que en la antigua, ocurriendo lo contrario con el empleo en servicios. Al mismo tiempo, se observa que la tasa de salarización medida con datos de la serie nueva es mayor que la antigua. Al analizar la evolución del mercado de trabajo en el corto plazo también se observan cambios que llaman la atención. Si bien, en las fases recesiva y de recuperación el comportamiento de la oferta laboral fue anti-cíclico y el del empleo pro-cíclico, durante el año 2006 la evolución de la PEA revela un carácter pro-cíclico al igual que el del empleo. También se observa que con la caída de la tasa de participación (se acercan los valores de las series nueva y antigua) y el leve aumento de la tasa de ocupación, el desempleo promedio de 2006 (7,8%) es muy semejante al registrado con la serie antigua en 2005 (8%) Este tipo de comentario y otros que puedan surgir de los que investigan el comportamiento del mercado laboral, ameritan que el INE haga esfuerzos para organizar reuniones técnicas con sus principales usuarios e intercambiar ideas acerca de los cambios que surgen de la aplicación de la nueva metodología y también sobre las alternativas para sintonizar las mediciones del empleo y desempleo con otras instituciones con experiencia en la producción de estadísticas laborales.
9 La tasa de desempleo promedio alcanzó a 7,8% en el año 2006. 10 Véase R. Infante ed (2006) Transformar las necesidades sociales en nuevas oportunidades de empleo (Chile 21/FES, Santiago)
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T E M A S VA L Ó R I C O S
Del Aborto y Otros Cuentos y la Transición Democrática Lidia Casas Becerra Profesora e investigadora del Centro de Investigaciones Jurídicas, Facultad de Derecho, Universidad Diego Portales.
He sostenido por largo tiempo que la Concertación de Partidos por la Democracia evidencia algunos problemas, más o menos estructurales, frente a los temas relacionados con la autonomía de los individuos, roles de género y libertades en el ámbito de la sexualidad y reproducción, los que se ha dado por mal denominar “valóricos”. La ausencia de una mirada relativamente común frente a estas cuestiones ha significado por largo tiempo que las grandes discusiones, y peor aún, que la adopción de políticas públicas quede expuesta al vaivén de la política coyuntural (en su peor expresión), y que en la práctica la situación sobre el quehacer público sea errático, mostrando una fragilidad que no permite dar con soluciones, pese a los innumerables diagnósticos sobre déficit en la materia. Como dijera una personera de este gobierno en una reunión con organizaciones de la sociedad civil: "No queremos más diagnósticos". Comparto esta expresión, pero ello exige de parte de un gobierno asumir tareas, posturas y propuestas, aunque puedan resultar incómodas para algunos sectores. Lo que ha sucedido en materia de educación sexual es una muestra de ello. Vale recordar los escasos recursos que se han asignado a esta área (pese a los indicadores sobre la urgencia de las intervenciones para disminuir la tasa de embarazos en adolescentes) y como cada una de las iniciativas que se ha emprendido se transforma al corto tiempo en algún plan piloto con el fin de validar la necesidad de intervención. Desde las JOCAS -Jornadas de Conversación sobre Sexualidad y Afectividad- la adopción
de políticas públicas ha estado en constante proceso de legitimización política y no necesariamente de validación técnica. Ello deja a los profesionales a cargo expuestos al rápido cambio de
planes del gobierno o del ministro de turno apenas aparecen los primeros nubarrones de tormenta en el horizonte, con la consecuente pérdida de cualquier tipo de incentivo para la innovación, lo cual de paso es caldo de cultivo para el cinismo y mediocridad entre mandos medios. Un ejemplo de ello es que como resultado de la revisión de política pública en educación en sexualidad iniciada por el entonces ministro Sergio Bitar, se programó un plan de cuatro años, el que fue discutido en distintos niveles. Sin
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embargo, la presión de la Conferencia Episcopal que cuestionó las frases de uno de los textos dirigido a madres y padres de niños y niñas entre 9 y 13: "Y ahora ¿qué le digo?", que enfrentaba cuestiones sobre masturbación y placer, fueron guardados en bodega durante el 2006. Son miles de libros que esperan su oportunidad para ser útiles. Ni hablar de cómo quedan en bodega los escasos recursos para estas tareas. Esta política de la censura y de la autocensura no es nueva al interior de las administraciones de la Concertación. Una situación similar experimentó el equipo técnico compuesto por personal de diversos hospitales y servicios que redactó la primera guía clínica sobre atención a niños de violencia sexual en 19981. Esta pauta clínica indicaba el uso de anticoncepción de emergencia -también conocida como píldora del día despuéspara niñas en caso de violación. El proceso de distribución fue interrumpido por orden del gabinete a fin de insertar una fe de erratas que señalaba escuetamente que se desconociera la 1 Ministerio de Salud, Guía Clínica para la detección y respuesta al maltrato físico y abuso sexual en los Servicios de Urgencia, Serie MINSAL 03, Guías Metodológicas SM Nº 2, División de Salud de las Personas, Departamento de las Personas, Unidad de Salud Mental, Santiago, 1998.
utilización de anticoncepción de emergencia2. Pasaron seis años, hasta que en abril de 2004 hubo voluntad política para que se dictara las Normas y Guía Clínica para la Atención en los Servicios de Urgencia de Personas Víctimas de violencia Sexual3. No pretendo establecer que los partidos políticos de la Concertación deban tener una visión compartida en cada uno de los puntos que he mencionado, pues de hecho tampoco los tienen en vari os otros. Sostener lo contrario supondría que no habría necesidad de la existencia de diversidades políticas, lo cual no sólo es falso sino, como lo demuestra la cultura política y partidaria, los partidos alojan formas muy disímiles de enfrentar su estrategia política y a veces hasta sus
cumplir. Si algo le ha sucedido a la izquierda es que ha recibido la influencia, muchas veces por presión del exilio y de pequeños grupos de mujeres militantes y feministas, y ha debido debatir estas cuestiones medianamente e incluirlas en sus agendas políticas. Más allá de estas consideraciones que pudieran ser rebatidas o no, mi problema no radica en las diferencias sino en cómo se produce la negación del disenso al interior de las colectividades políticas y cómo ello ha paralizado muchas veces el quehacer público. Ello deja un sinsabor a quienes han participado generosamente en cuanta comisión han establecido los gobiernos para levantar propuestas de solución. La transición democrática nos hizo avanzar bajo el atávico eslogan "en la
objetivos. La historia del Partido Socialista, desde su inicio es un botón de muestra y lo que ocurre con la Democracia Cristiana es expresión de otro tanto. Ahora bien, cuando se trata de estos temas, la izquierda -léase en forma más amplia y no circunscrita sólo a las expresiones en el mundo extra oficialista- no siempre ha permitido miradas liberales, sino, por el contrario, muchas veces las representaciones sociales y culturales de hombres y mujeres han sido más bien conservadoras: la compañera, la obrera, la profesional y madre abnegada con atisbos de una esencialización del potencial símbolo que todas las mujeres pudiéramos alcanzar y el rol que debemos
medida de lo posible". Si bien esa expresión tuvo su contexto cuando se debatía la supuesta dicotomía entre verdad y justicia en las violaciones a los derechos humanos, pareciera que la política se transformó en esfuerzos por evitar temas que no pueden resolverse fácilmente. Sin embargo, una profundización democrática exige discusiones fuertes que se han producido en todas las sociedades frente a cuestiones como el divorcio en su momento4, o el aborto después, como lo han hecho recientemente en Portugal donde el gobierno convocó a un plebiscito. Lo que hoy experimentamos como sociedad es una especie de camisa de fuerza que no permite la confrontación
de ideas, y lo que se dice debate es un mero remedo. El aborto y la respuesta procedimental Lo que sucedió en la Cámara de Diputados ante la presentación de una moción de despenalización del aborto por parte de los diputados Marco Enríquez-Ominami (PS) y René Alinco (PPD) en noviembre fue una respuesta "procedimental" que eludió el debate y dejó mal parado al progresismo y la democracia. El rechazo de parte del presidente de la Cámara, Antonio Leal, declarando su inadmisibilidad aduciendo que era un proyecto que exigía una reforma constitucional, es un argumento que no se sostiene. En primer lugar, el texto constitucional deja la regulación concerniente al aborto a la ley, tal como reza el inciso 2º del numeral primero del artículo 19 que señala que la ley protegerá la vida del que está por nacer. No existe disposición alguna que señale que esta sea una materia de reforma constitucional5. En segundo término, y como prueba de que esta es una cuestión de legislación común, es decir mayoría simple, y previendo que esto fuera materia de debate legislativo y dada la mayoría de la Concertación en la Cámara en este gobierno, un grupo de diputados de la UDI presentó a inicios de 2006 una moción cuyo objetivo es establecer que cualquier ley que despenalice el aborto requiera de un quórum mayor. Esta propuesta sería innecesaria si cualquier modificación en este sentido exigiera una reforma constitucional. Ahora bien, si la discusión fuera que una propuesta como esta era inconstitucional, el ordenamiento establece mecanismos idóneos para salvar problemas cuando un grupo de diputados o senadores así lo
2 Véase Lidia Casas, Mujeres y reproducción ¿Del control a la autonomía?, Informe de Investigación, Nº 18 Año 6, junio de 2004, Centro de Investigaciones Jurídicas, Facultad de Derecho, Universidad Diego Portales. 3 El anuncio lo hizo en abril de 2004 la ministra Cecilia Pérez del Servicio Nacional de la Mujer. El ministro de Salud Pedro García no lo había hecho, pese a estar listas. 4 Vale recordar que en Irlanda la dictación de una ley que permitiera el divorcio fue precedido de un referéndum para una modificación constitucional. 5 En este sentido va la interpretación de Antonio Bascuñán Rodríguez, "La licitud del aborto consentido", Revista Derecho y Humanidades Nº 10, 2004, pp. 143-181.
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estiman pertinente, y de hecho, como lo hemos visto, el Tribunal Constitucional ha sido utilizado en ese sentido. Fue el caso de la Ley de Jornada Escolar Completa respecto de la cual los diputados de la UDI solicitaron una declaración de inconstitucionalidad, porque obligaba la incorporación de una cuota de alumnos de vulnerabilidad social en los establecimientos que reciben financiamiento público. Otro ejemplo, es el requerimiento presentado por los diputados de la Alianza para que se declarase la inconstitucionalidad de la resolución exenta con que el Ministerio de Salud había dictado las Normas técnicas sobre Regulación de la Fecundidad. No es materia de debate en esta ocasión si es correcto o no entregar tal función a un órgano que no es generado democráticamente, pero, como se advierte, la oposición ha hecho uso de los mecanismos existentes. En el caso del aborto, la inadmisibilidad fue declarada desde la testera de la Cámara refrendada por 61 diputados quienes se declararon en contra del proyecto, 21 a favor y 3 se abstuvieron. Hubo un fuerte movimiento de auto censura, aun cuando el resultado bien pudo haber sido el mismo, es decir, que sólo un grupo de diputados votara a favor del proyecto a lo largo de la tramitación. Sólo que este último escenario hubiera permitido que todas las voces pudieran ser escuchadas. Las idas y venidas para que los diputados Enríquez-Ominami y Alinco denominados díscolos- se desistieran de un nuevo intento por reponer el aborto terapéutico terminó en un primer momento con declaraciones de que no lo harían por el bien de la Concertación6. El resultado final fue otro, y a la presentación de la moción le siguió la declaración de admisibilidad, con la reserva de que el proyecto antes de ser tramitado en la Comisión de Salud deba ser revisado por la Comisión de Constitución, Ley, Reglamento y Justicia7.
La censura forzada produce reacciones insospechadas y tal como si fuera un lapsus freudiano, el Senado abrió una encuesta sobre la despenalización del aborto terapéutico en la primera semana de enero. Contestaron 1.653 personas, 925 a favor de la despenalización y 728 en contra. La encuesta se cerró y sus resultados nunca fueron publicados. Esta información la obtuve luego de haberla requerida formalmente. Producto de lo sucedido y la presión que se habría ejercido al Senado, la consulta fue reabierta el día 10 de enero. Esta vez, participaron más de 42 mil personas, un 68% en contra y un 32% a favor de legislar. Sin embargo, aunque suene anecdótico los espacios interactivos del Senado rara vez cuentan con poco más de mil votantes. ¿Qué sucedió? Se buscan los escasos espacios para dar a conocer las opiniones que parecen diferir de los intereses de la real politik. Una expresión de aquello es lo que piensan las mujeres: una encuesta realizada por la Corporación Humanas y el Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile constató que el 66% de las consultadas, todas mujeres mayores de 18 años, rechazó que el aborto sea ilegal en todos los casos, y apoyaron en un 75,71% y 68% la hipótesis de aborto en caso riesgo de vida para la mujer, violación o malformación grave del feto respectivamente8. Los temores Lo que resuena en este no-debate son los temores que han estado desde siempre presentes con el aborto. Vale recordar que la derogación del aborto terapéutico del Código Sanitario obedeció a una postura ideológica que estuvo presente desde el inicio de la dictadura militar y que, pese
a los intentos de su prohibición por parte de Jaime Guzmán, no logró plasmarse en el texto constitucional. Hoy podríamos decir que fueron buenos analistas políticos algunos personeros de la dictadura para cerrar toda posibilidad de discutir sobre aborto. Merino y el obispo Jorge Medina sostuvieron abiertamente sus aprehensiones al retorno de la democracia y de que ella significara una transición a la española, pero el impulso final lo dio el obispo Medina quien en una carta a la Junta Militar y a Pinochet señaló que era "ahora o nunca", pues de derogarse el aborto terapéutico sería mucho más difícil legislar. Cuan profético fue. Luego de 16 años de democracia -con todas sus limitaciones- las palabras de participación ciudadana pueden sonar huecas, y también lo es la preocupación por los problemas de la gente. Finalmente, en aras de que la Concertación se mantenga en el poder no se permite ni le permiten a la ciudadanía un debate auténtico, robusto y una deliberación política sobre cuestiones relevantes para la sociedad chilena. Claramente estos no son problemas de las elites, pues estas siempre han encontrado formas de resolverlos y la gente -y las mujeressiempre pueden esperar, como dijera un ex personero del gobierno anterior, casi como si fuera una calamidad de la cual no se puede escapar.
6 El Mostrador, "Enríquez-Ominanmi desiste de presentar proyecto sobre aborto terapéutico" en http://www.elmostrador.cl/modulos/noticias/constructor/noticia_new.asp?id_noticia=203586 accesado el 6 de marzo de 2007. 7 El Mostrador, Cámara de Diputados debatirá proyecto que busca reponer aborto terapéutico, en http://www.elmostrador.cl/modulos/noticias/constructor/noticia_new.asp?id_noticia=208000 accesado el 6 de marzo de 2007. 8 Encuesta Mujer y Política 2006, Corporación Humanas e Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, diciembre de 2006, pregunta Nº26 en http://www.humanas.cl/documentos/Encuesta%202006.pdf accesado el 6 de marzo de 2007.
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EDUCACIÓN
Informe de Consejo de Innovación y Competitividad De las Bases Conceptuales a la Estrategia de Innovación para la Competitividad Reproducimos a continuación uno de los capítulos1 más centrales y más descriptivos del Informe del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, que fue entregado a la Presidenta de la República en el mes de enero. Este documento constituye un paso inédito en la formulación de una estrategia de desarrollo para el país, puesto que es la primera vez que se explicita lo que se quiere conseguir y el cómo y en qué etapas hacerlo. A juicio de la Fundación Chile 21, este trabajo es uno de los aportes más sustantivos para nuestro país, por un largo período, considerando no sólo su implementación, sino las importantes definiciones que contiene. A este texto se le han extractado algunos párrafos para hacer posible su publicación. En los capítulos anteriores se han presentado y desarrollado las bases conceptuales que fundan la Estrategia de Innovación para la Competitividad que este Consejo propone a la Presidenta de la República, la que se traduce en los criterios estratégicos, metas y líneas de acción que se presentan a continuación. I. CRITERIOS ESTRATÉGICOS
en los mercados, y por lo tanto en la vida social. 3. Esta nueva vía de desarrollo asegura un mayor crecimiento, pero abre también la posibilidad de avanzar hacia una mayor equidad, pues tiene como recurso de base el desarrollo del conocimiento, un activo cuya propiedad se puede repartir de manera más igualitaria que la del capital o la de los recursos naturales.
4. Alcanzar el éxito en la tarea de agregar conocimiento a la producción requiere de una mirada sistémica y de una nueva alianza que conjugue el esfuerzo emprendedor privado con una participación pública orientada a asegurar la provisión de los bienes públicos que sustentan la innovación: el capital humano (a través de la educación y la capacitación), las redes de infraestructura
1. Chile necesita seguir creciendo para alcanzar el desarrollo y el camino para conseguirlo es el de la Economía del Conocimiento. Pero ello no significa dar la espalda a los recursos naturales, sino aprovechar esa ventaja como un punto de partida sólido que permita avanzar, desde ya, en la búsqueda de otros sectores con ventajas competitivas adquiridas. 2. El salto a la Economía del Conocimiento tiene como eje fundamental la innovación, entendida como aquel proceso de creación de valor económico mediante el cual ciertos productos o procesos productivos, desarrollados en base a nuevos conocimientos o a la combinación novedosa de conocimiento preexistente, son introducidos eficazmente 1 Capítulo Cuarto: De las bases conceptuales a la estrategia, del Informe del Consejo Nacional de la Innovación para la Competitividad, entregado en enero a la Presidenta Bachelet.
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física y tecnológica y la investigación científica; y el marco de incentivos y reglas del juego que promuevan el desarrollo tecnológico y una mayor diversidad productiva. 5. La acción del Estado debe ceñirse estrictamente a cumplir un rol subsidiario, corrigiendo las fallas de mercado y de sistema que afectan el proceso innovativo: los problemas de apropiabilidad, las fallas de información, la intangibilidad de los activos y las fallas de red. Pero debe, además, cuidarse de caer en fallas de Estado o de gobierno que podrían restar efectividad e incluso hacer estéril el esfuerzo público: la inconsistencia dinámica, la captura y los problemas de agencia. 6. El diseño de políticas públicas tiene que tener en cuenta que todas las fallas de mercado descritas no se presentan de manera estática, sino dinámica. Y ello obliga no sólo a contar con instrumentos flexibles y revisables, sino también a tomar decisiones estratégicas de cara a los desafíos que el país deberá enfrentar en el futuro. 7. Cumplidos los criterios precedentes, la entrega de recursos públicos para la innovación debe procurar en todo momento apalancar esfuerzos equivalentes o mayores por parte del sector privado. 8. La acción del Estado debe también conservar un adecuado balance que conjugue las fortalezas provenientes de las políticas públicas neutrales con la necesidad de incorporar criterios de selectividad, los que deberán surgir de un análisis no arbitrario, ni contaminado por la presión de grupos de interés, tanto de las potencialidades de la economía nacional como de las trabas o falencias que el país presenta para desarrollarlas. 9. El tránsito hacia la Economía del Conocimiento y la necesidad de un esfuerzo conjunto de los sectores público y privado en la generación de innovación requieren de una institucionalidad que garantice la coherencia al sistema y que permita definir objetivos estratégicos hacia los que deben avanzar todos los actores
de manera coordinada y colaborativa. Una solución institucional eficiente pasa obligadamente por hacer una división clara entre, de una parte, la responsabilidad de proponer un diseño y un modelo de seguimiento de las políticas pro economía del conocimiento y, de otra, la tarea de instrumentar y ejecutar dichas políticas. II. METAS GLOBALES Sobre la base de los criterios descritos, esta propuesta de estrategia sugiere las siguientes metas generales: 1. Chile puede plantearse hoy el gran desafío de duplicar su ingreso per cápita en los próximos 15 años, para llegar a los US$ 25.000 (en paridad de poder de compra de 2005). Ello significa alcanzar niveles de vida similares a los que actualmente exhiben países desarrollados. 2. Sostener el ritmo de crecimiento requerido para que Chile se instale en el umbral del desarrollo obliga a aumentar el aporte de la Productividad Total de Factores (PTF), que se funda en la dinámica y diseminación del conocimiento, en el cambio tecnológico, en el capital humano y en la innovación. En estas áreas -que están en el corazón del mandato de este Consejo- el país muestra rezagos en comparación con sus competidores a nivel internacional y ello obliga a proponerse metas exigentes para los próximos años, basadas precisamente en las brechas que Chile exhibe respecto de dichas naciones. 3. Los años de escolaridad media de la
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población debieran acelerarse a 12 en 2010 y 14 en 2021. Ello implica elevar la matrícula en la educación terciaria desde el actual 43% (de las personas entre 18 y 24 años edad) hasta cerca de un 80% en 2021. 4. Otro de los pilares de la innovación es la investigación científica y tecnológica y la meta de duplicar el ingreso per cápita en 15 años exige aumentar el gasto en investigación y desarrollo (I+D) como porcentaje del PIB, subiendo desde un 0,68% (año 2004), hasta niveles cercanos a un 2,5% hacia el fin del período. Para alcanzar dicho nivel, pareciera necesario que el gasto público en I+D como porcentaje del PIB se duplique, pasando del 0,36% (año 2004) a un nivel del 0,75% -lo que equivale a cuadruplicarse en términos absolutoshacia comienzos de la tercera década de este siglo, convirtiéndose así realmente en una palanca que mueva al sector privado. La meta debe ser invertir la relación que hoy existe entre el aporte público y el privado al total de la inversión en I+D, disminuyendo el primero de 53% a 32%, y pasando el segundo de 37% a cerca de un 55%, ajustándose con ello a la realidad de los países más avanzados. 5. El apoyo para el fortalecimiento del potencial productivo de las empresas chilenas, en tanto, debiera reflejarse en un mejoramiento de los índices de diversidad productiva del país. En la actualidad los 25 principales productos exportados corresponden al 76% del total de las exportaciones, mientras que en los países con ingreso per cápita superior a los US$25.000, dicho indicador es inferior al 50%. 6. Finalmente, se propone medir el avance del país en innovación a partir de rankings internacionales que, además de estar consensuados, permiten la comparación con nuestra situación inicial y con los países que son referentes o competidores para nuestra economía y que han servido de base para la determinación de las brechas señaladas. Los tres factores
vinculados a la presente propuesta, son los índices de innovación (lugar 39 actual), de sofisticación de los negocios (actual posición 30) y de educación superior y capacitación (lugar 40 actual), debieran mejorar en la dirección de nivelarse con los demás índices que generan nuestra posición en el Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (lugar 27 del ranking). A estas metas globales que dan cuenta de los grandes indicadores con que se mide la innovación a nivel internacional, se debieran agregar posteriormente indicadores complementarios ligados a las acciones específicas que este Consejo deberá proponer durante 2007.
entregadas desde la estrategia adoptada por el Ejecutivo. La relación entre profesionales y técnicos de Chile en la actualidad es de 11 a 1, contraria a la que existe en países desarrollados, debido a una subvaloración de la rentabilidad de la educación técnica (asimetría de información) y al hecho de que sólo recientemente se haya ampliado el financiamiento público a la educación técnica terciaria. La innovación requiere de una mayor flexibilidad en la formación de capital humano, que debiera incluir niveles intermedios, con los que no cuenta Chile en la actualidad. A.3 Fomento de la educación terciaria
III. OBJETIVOS ESTRATÉGICOS Y LÍNEAS DE ACCIÓN A. Capital Humano Objetivo: Fomentar un sistema formador de capital humano que integre la formación de técnicos y profesionales y promover una capacitación laboral que sea flexible, basada en competencias, y que sea capaz de generar, difundir y apropiar la innovación, especialmente en aquellos sectores en que existe potencial competitivo, realizado o por lograr2. Líneas de acción: A.1 Redefinición de la asignación de recursos a la educación terciaria en función de los bienes públicos que esta produce: educación de calidad, investigación científica básica y aplicada de excelencia, vinculación y extensión con y hacia el mundo productivo. Esta redefinición debe enfatizar una orientación tanto en la formación de técnicos y profesionales como en la investigación y extensión, en razón de las necesidades presentes y futuras del país. A.2 Generación de estándares de competencias tanto para la formación en educación terciaria, como para la capacitación, y definición e implementación de sistemas de acreditación para la educación y la capacitación, en base a los estándares definidos, y en función de los cambios que experimente el mercado y las señales
técnica, asegurando calidad y pertinencia de acuerdo a los requerimientos de la estrategia adoptada por el gobierno y coherencia con los sistemas de capacitación, considerando la revisión de los mecanismos de financiamiento públicos y privados, para dar cuenta de la expansión de cobertura necesaria en este ámbito. A.4 Fomento a la formación de capital humano altamente especializado, especialmente mediante el apoyo a estudios de postgrado en instituciones de excelencia, definida en base a estándares internacionales, y sobre la base de la demanda que surja a partir de las brechas existentes en las áreas y sectores de mayor
potencial para el país. Asimismo, considera la generación de políticas migratorias que permitan complementar el capital humano doméstico en áreas deficitarias. B. La ciencia (I+D) Objetivo: Fomentar el desarrollo de la ciencia como una de las bases de la innovación, con énfasis en aquella investigación científica más aplicada al desarrollo tecnológico o enfocada a dar respuesta a los problemas productivos, en particular aquella vinculada con los sectores en que somos o deberíamos ser competitivos hoy, y aquellos en que se observe una buena relación entre su potencial y el esfuerzo a invertir para desarrollarlo. Líneas de acción: B.1 Incremento del apoyo público a la actividad científica y tecnológica básica y aplicada, con especial énfasis, aunque no exclusivo, en las iniciativas orientadas por los sectores productivos (tiradas por la demanda), aumentando con ello el apalancamiento de gasto privado. B.2 Apoyo del desarrollo de centros científicos y tecnológicos de excelencia, integrados a redes nacionales e internacionales, para la formación de capital humano avanzado, generación de nuevo conocimiento, vinculación con los sectores productivos y apoyo a las actividades de otros grupos de investigadores en el país. Este apoyo se debe ordenar en base a un sistema que encadene el financiamiento público de los potenciales y actuales centros científicos y tecnológicos, basado en asegurar su excelencia y premiar su vinculación con los temas de interés para la estrategia adoptada por el gobierno. C. La innovación en la empresa Objetivo: Desarrollo de la actividad innovativa en las empresas, considerando innovaciones de producto, en procesos, de comercialización y en la gestión de la organización (modelos de negocio y otros). Líneas de acción: C.1 Revisión de los fondos y programas de apoyo a la innovación empresarial en
2 El logro de este objetivo supone contar con un buen nivel de competencias básicas, que debe ser asegurado en la formación primaria y secundaria.
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la perspectiva de aumentar su eficiencia, cuidando de no sustituir lo que el sector privado puede hacer por sí mismo y priorizando aquellos sectores y temáticas que la estrategia resalte. C.2 Promoción de la vinculación de las empresas con la actividad científica y tecnológica al servicio de la innovación con fines empresariales, a través de consorcios tecnológicos, intermediarios tecnológicos ("trusted brokers") u otros instrumentos, y de la generación de mecanismos de acreditación y otros que permitan transparentar la calidad de los
centros de investigación ante el sector privado. Pero, el interés de la empresa por innovar no sólo depende de la posibilidad de contar con investigación que le provea de innovación, sino que se inhibe por la imposibilidad de apropiar esa inversión. Así, hace más cómoda la posición del que espera que otros lo realicen para luego copiarlo. En este sentido es clave el: C.3 Perfeccionamiento de las normas sobre propiedad intelectual y desarrollo de mecanismos que aseguren los derechos de propiedad de innovaciones surgidas de actividades colaborativas. Los problemas de financiamiento que enfrentan las empresas a la hora de emprender proyectos de innovación son
múltiples. Para enfrentarlos, el Estado puede actuar por tres vías: la primera es modificar el marco regulatorio, permitiendo que el financiamiento a la innovación surja; la segunda es aportar parte de este financiamiento consiguiendo el apalancamiento de recursos desde el sector privado; y una tercera, y que debería ser la última opción, es sustituir el financiamiento privado. La definición de cual de estas opciones es pertinente depende en cada situación de la expresión de la o las fallas en cada etapa del proceso innovativo, junto con las características de la empresa. Todo lo anterior, llevó al Consejo a proponer la siguiente línea de acción: C.4 Perfeccionamiento de los mercados financieros de modo que se abran nuevas opciones de financiamiento a los proyectos innovativos y al desarrollo de los insumos de la innovación (ciencia y educación) y se facilite el comercio y el acceso a mercados. El aporte a la innovación por parte de las empresas está limitado particularmente en aquellas de menor tamaño, por su debilidad en las capacidades básicas que anteceden a la innovación. Como línea de acción en esta materia se propone: C.5 Profundización de los modelos de difusión tecnológica basados en el apoyo integral a la innovación de empresas de menor tamaño, que faciliten el acceso a acompañamiento técnico especializado para el desarrollo innovativo de la empresa, con sistemas de consultoría acreditados, y que incorporen los costos de aprendizaje o innovación blanda asociados a la incorporación de tecnologías. D. La cultura Objetivo: Generar conciencia y una actitud proactiva en la sociedad hacia la innovación, reconociéndola, valorándola e
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incorporándola como un factor clave para el desarrollo del país y, por ende, para el bienestar de todos los chilenos. Líneas de acción: El concepto de innovación en la sociedad chilena es todavía difuso y se expresa con diferentes matices en los distintos segmentos de nuestro país. Sin embargo, existe en todos ellos una mirada positiva que se asocia intuitivamente con "lo nuevo" y "el futuro", pero sin conectarlo directamente al tema productivo. El mensaje central debe asociar a la innovación con un beneficio palpable no sólo para "la economía del país" sino también para sus habitantes. Para ello, este Consejo propone la siguiente línea de acción: D.1 Promoción, en la opinión pública, de una idea de innovación para la competitividad que, aprovechando su connotación positiva, unifique los contenidos del concepto y genere las bases de un lenguaje común. El énfasis debe ponerse sobre la urgencia de enfrentar oportuna y adecuadamente las grandes transformaciones que trae consigo la naciente economía del conocimiento. D.2 Promoción y reforzamiento de conductas innovativas en distintos ámbitos, enfatizando la voluntad de vencer el temor al fracaso y la comprensión de los obstáculos como oportunidades; y generando la certeza, urgente e ineludible, de que el desarrollo depende de la capacidad de innovación. E. Institucionalidad Objetivo: Asegurar la gobernabilidad del sistema y generar una institucionalidad que oriente, coordine y sincronice las políticas públicas pro innovación, permitiendo la materialización de la Estrategia Nacional de Innovación para la Competitividad adoptada por el gobierno. Líneas de acción: La senda de la innovación requiere de una conducción al más alto nivel, que integre las distintas miradas que convergen en la innovación y no pueda ser atrapada por las urgencias y presiones de la inmediatez. E.1 Consolidación por ley del Consejo Nacional de Innovación para la Competitividad, con carácter multisectorial
y autónomo, de modo que permita enfrentar las presiones sobre el gobierno y demás actores por resultados de corto plazo. E.2 Generación de capacidades -en el Consejo y el Ejecutivo, en el marco de los roles que le cabe a cada uno, según lo expresado en el capítulo 3- para la evaluación y el diseño de las políticas y programas de fomento a la innovación, así como para la generación de información relevante que permita mantener actualizada la estrategia y rendir cuentas permanentemente a la ciudadanía. La institucionalidad apropiada para asumir este desafío debe sustentarse en una clara definición de roles y aprovechar las potencialidades que ya se han generado en el país. Así, aparece como una línea de acción relevante: E.3 Fortalecimiento de la institucionalidad pública para la innovación basada en dos grandes pilares, Corfo y Conicyt, definiendo claramente roles basados en las fallas de mercado que buscan corregir y superando los problemas de coordinación que existen actualmente. E.4 Creación de una instancia de gestión de las políticas de innovación en el Ejecutivo (Hacienda, Economía y Educación) que cautele el alineamiento estratégico de las distintas instituciones que participan del sistema público de innovación y que concentre y transparente la responsabilidad política. E.5 Definición de la institucionalidad para la innovación en todos los niveles del sistema público, asegurando la gobernabilidad del sistema, y optimizando la gestión en coherencia con los principios de la estrategia adoptada por el gobierno. Ello implica revisar el rol de los distintos componentes del sistema, partiendo por las agencias, y los fondos y programas públicos, e incluyendo a los institutos tecnológicos públicos. F. Regiones Objetivo: Abordar con especial énfasis en el desarrollo de la institucionalidad la participación de las regiones tanto en la generación de las estrategias de innovación locales como en su aplicación. Líneas de acción:
El desarrollo de una Estrategia Nacional de Innovación requiere tanto de una mirada de conjunto -que puede ser aportada por este Consejo y el gobierno central -como del conocimiento específico de quienes están más cerca de los problemas, lo que involucra tanto a las agencias ejecutoras como a las distintas regiones del país. En ese sentido, el Consejo propone las siguientes líneas de acción: F.1 Identificación de las brechas de competitividad que afectan el desarrollo de los sectores con potencial competitivo, y definición de las hojas de ruta para avanzar en cada uno de ellos, así como en plataformas transversales que han sido identificadas como clave para su desarrollo, con especial atención a su especificidad regional y macrorregional. F.2 Fomento de la participación de las regiones en la generación e implementación de las políticas de
innovación, con grados de autonomía y flexibilidad crecientes, considerando un modelo de rendición de cuentas y la plena internalización de los beneficios y costos de sus decisiones, incorporando instancias de nivel macrorregional. G. Infraestructura habilitante Objetivo: Fortalecer la vinculación del Sistema Nacional de Innovación con su entorno,
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permitiendo que este le provea un ambiente favorable al desarrollo del proceso innovativo en todos los ámbitos. Líneas de acción: El desarrollo de la innovación requiere de las condiciones en infraestructura que permitan tanto facilitar la conectividad física y digital (subsanando las fallas de red que se generan en los distintos niveles del sistema) como proveer los insumos físicos necesarios para desarrollar los procesos innovativos. Por ello, se propone como línea de acción: G.1 Potenciamiento del desarrollo de la infraestructura vial, digital y el suministro de energía, que permita el desarrollo de sectores y actividades clave para la innovación. G.2 Perfeccionamiento de los marcos regulatorios sectoriales, tales como regulación de la competencia, del medio ambiente, de la fuerza laboral, para facilitar el desarrollo y las transformaciones que la innovación impone. G.3 Desarrollo de una plataforma de competencias básicas de nivel internacional en la población menor de18 años, priorizando el desarrollo de la creatividad y el emprendimiento mediante el empleo de métodos activos de enseñanza y experimentación en todos los sectores de aprendizaje. G.4 Identificación y promoción de acciones que mejoren la posición competitiva de Chile en los mercados internacionales. Este Consejo entiende que su mandato respecto de proponer una Estrategia Nacional de Innovación sólo estará cumplido a cabalidad cuando se complete el diseño en detalle de las líneas de acción propuestas para adecuar la institucionalidad y los sistemas de gobernabilidad del conjunto del sistema público de apoyo a la innovación e identifique, tanto al nivel sectorial (clusters) como regional, las principales brechas que aún persisten para el pleno desarrollo de su potencial y las principales políticas específicas para lograrlo.
ANIVERSARIO
El Primer Año de Bachelet El 11 de marzo recién pasado, la Presidenta Michelle Bachelet conmemoró el primer año de su gobierno. Una fecha importante no sólo por el programa transformador que ella propuso al país, sino por tratarse de la primera mujer que ocupa ese cargo en Chile. Reproducimos a continuación algunos de los pasajes más importantes del discurso que ese día la mandataria pronunció en La Moneda. Incluimos además una columna publicada ese mismo día en el diario El País de España en la que la antropóloga mexicana Marta Lamas caracteriza lo que ha sido este primer año. Quisimos reproducirlo por la significación de ese análisis, y como muestra del interés que sigue despertando en otras zonas del mundo la experiencia política chilena. Párrafos del discurso de Michelle Bachelet
Hoy, 11 de marzo, volvemos a celebrar un nuevo año en esta casa, la casa, ahora, de los Presidentes y las Presidentas de Chile.
Es gratificante ver reunido un grupo humano que tanto ha servido a su país, un grupo humano que tanta historia ha hecho y que tantos logros ha cosechado. Un grupo humano compuesto por hombres y mujeres nobles, con vocación de servicio, que en los días más tristes de nuestra historia supo ponerse de acuerdo y dejar atrás antiguas diferencias, para dar vida al proyecto político más exitoso de nuestra historia republicana. Un grupo humano como es la Concertación de Partidos por la Democracia. Soy Presidenta de todos los chilenos, a todos me debo y por todos trabajo, sin distinción. ¡Pero caramba que es importante sentir el respaldo de una coalición política de tanto prestigio y de tantos logros como la Concertación!
Juntos hemos ganado todas las elecciones en Chile desde que retornara la democracia y juntos estamos cumpliéndole a la ciudadanía. En algunas décadas la historia, no me cabe la menor duda, hablará de este grupo humano que ha sabido dar expresión y conducción política a la gran mayoría de los chilenos. Que ha sabido constituir en mayoría política, una mayoría social clara, que se entronca con la tradición republicana y progresista de la sociedad chilena. Una mayoría política que, afirmándose en la mejor tradición republicana, democrática y progresista, supo entender y supo pensar el país. Hoy tenemos que asumir que el Chile del año 2007 es muy distinto al Chile del año 90. Los chilenos han cambiado, producto de los cambios que nosotros mismos hemos provocado. Hoy ya no sirven las mismas respuestas, porque han cambiado las preguntas. Hoy ya no sirven las mismas soluciones, porque han cambiado los problemas. Ya no sirven las mismas recetas, ni mucho menos las antiguas certezas. Por eso que como Concertación nos hemos ido renovando, porque claramente hemos evolucionado. Y yo me preocuparé de impulsar aún más esa renovación, hacia un nuevo progresismo que se haga cargo de los nuevos anhelos y necesidades de Chile y de los chilenos. El desafío de hoy es pensar el país de los próximos 20 años, ofrecer nuevas respuestas y volver a encantar a los chilenos con nuestra propuesta. En esta ocasión yo quisiera llamar a toda la Concertación a asumir que estamos entrando en una nueva etapa, a apoyar la agenda transformadora de este gobierno y a profundizar el proyecto de democratización,
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modernización y protección social que estamos construyendo. Porque nuestro proyecto, ése que piensa el Chile del futuro, ese proyecto progresista y realista que interpreta a la gran mayoría del país, será un proyecto nacional y popular de largo aliento. Estamos en un nuevo punto de partida. Ahora tenemos que decidir si en este nuevo comienzo entraremos enfatizando nuestros defectos o valorando nuestras virtudes; privilegiando el personalismo o trabajando en equipo; limitándonos a la crítica o construyendo una propuesta. Nadie va a decidir lo que nos pase. Eso depende de nosotros. Y nosotros hemos definido el rumbo de la Concertación y de Chile, y está en nuestras manos volver a hacerlo. El país nos está mirando; espera la señal que demos.
Queremos caminar con América Latina, y queremos que nuestra región marche, por ejemplo, al ritmo del desarrollo y del crecimiento que hoy vive el Asia Pacífico. Queremos una política de calidad, que vaya siempre con la verdad por delante. Que sepa tomar decisiones difíciles y que sepa ayudar a sus gobernantes cuando toman esas decisiones difíciles. Una política transparente, que se somete al escrutinio ciudadano, porque sabe que ahí radica la fuente de la confianza, en la ética pública y en los valores republicanos. Una política que da cuenta de las transformaciones de la sociedad, que la escucha, la atiende y la refleja.
Se trata, sin duda, de un gran desafío para nuestra coalición. No podemos interpelar a los ciudadanos de la misma manera como lo hacíamos antes, porque los ciudadanos han cambiado, son más informados, más conscientes de sus derechos y, a la vez, por tanto, más críticos y exigentes.
Una política que, -y tengo que decirlo- de una vez por todas, abre el espacio que las mujeres se merecen en el Parlamento, en los municipios y en los partidos. Hemos avanzado: hombres y mujeres aplaudieron después de esta frase. La Concertación tiene mucho que seguirle entregando a Chile: una propuesta programática renovada, una política de mejor calidad, un progresismo acorde a la ciudadanía del siglo XXI.
Porque no queremos aventuras populistas o neopopulistas. Queremos proyectos serios, de progreso, que convoquen a toda la nación y que nos permitan dialogar con el mundo, porque en muchos lugares observan con interés y atención el camino exitoso que estamos recorriendo.
Hemos hecho historia, estamos haciendo historia y seguiremos haciendo historia, amigos de la Concertación.
COLUMNA*
Bachelet y su Cambio Político y Cultural Marta Lamas1 Hace un año, el 11 de marzo del 2006, Michelle Bachelet declaró, en su primer discurso como Presidenta, que ese día marcaba el comienzo en Chile de un estilo de gobierno más dialogante y participativo. "Yo fui la candidata de los ciudadanos; ahora seré la presidenta de los ciudadanos". Bachelet alentó muchas expectativas, especialmente entre las mujeres. Divorciada, madre soltera, socialista y atea, representaba a amplios sectores de la población que no habían visto sus deseos y necesidades reflejados en la agenda gubernamental. Su
gesto de nombrar un Gobierno paritario fue más eficaz que cualquier discurso feminista. Desde su condición de hija de militar leal a Allende, torturado y asesinado por Pinochet, se propuso ganar la confianza de Chile y restañar viejas heridas. En su carta de navegación declaró: "Tenemos el compromiso de llegar al 2010 con un país más moderno, integrado, desarrollado y solidario, con una sociedad cohesionada, centrada en los ciudadanos". Las cuatro grandes transformaciones y cuatro áreas de trabajo que planteó son:
1. Reforma del sistema de previsión social para asegurar pensiones dignas y decentes. 2. Educación de calidad. 3. Innovación para el desarrollo. 4. Calidad de vida. O sea, pretende lograr un Chile más seguro, más próspero, en el que se viva mejor y que esté más integrado. Además de esas prioridades, Bachelet ha seguido desarrollando cambios muy profundos iniciados en las administraciones anteriores, como imprimir mayor solidaridad al sistema de salud, compromisos explícitos
1 Marta Lamas es antropóloga mexicana y directora de la revista Debate Feminista.
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respecto de los derechos ciudadanos, la más importante reforma de la justicia de los últimos cien años, la transformación radical del sistema de transporte público de Santiago, que incluye un papel planificador clave del Estado para cuidar el medio ambiente incorporando una modernización tecnológica. Hay que destacar que son reformas que insertan la participación del sector privado bajo una dirección estatal, y que esbozan una alternativa al modelo neoliberal. Su gran desafío es traducir lineamientos presentes en esas reformas en el campo educativo. Sin embargo, gobernar con un equipo nuevo, joven y paritario ha sido difícil. Bachelet ha tenido que encarar problemas heredados, además de asumir resbalones propios. En el plano social, el paro estudiantil de los jóvenes de 12 a 17 años, que concitó el apoyo de la mayoría de los chilenos, tiró a dos ministros, el del Interior y el de Educación; y recientemente la implementación del Transantiago ha provocado algunas molestias a usuarios reacios al cambio, originadas por las dificultades propias de un sistema inédito en proceso de ajuste. Además, más allá de la imprescindible fiscalización que requiere toda democracia, la prensa le ha sido adversa. Concentrados en destacar y magnificar los errores que cualquier gestión gubernamental conlleva, los medios se han mostrado ciegos ante notables aciertos que auguran un avance
indiscutible. En especial, han sido voceros de la iracunda Iglesia católica, escandalizada por medidas como la distribución entre adolescentes de la anticoncepción de emergencia. En el plano político, tal vez la mayor dificultad radica en el desgaste de la coalición gobernante, tanto por el tiempo de ejercicio del poder (con casos de corrupción), como porque al terminar un proceso de transición emergen nuevos temas. Pese a ello, las encuestas le otorgan a su Gobierno una aprobación ciudadana de más del 50%, cifra que Frei no alcanzó en sus seis años de gobierno y que Lagos apenas logró al cuarto del suyo. Pero esas mismas encuestas registran que muchos consideran "débil" a Bachelet (59%) y un 48% piensa que ha actuado sin destreza ni habilidad frente a un 44% que piensa lo contrario. Esta información plantea la paradoja, como señaló Carlos Peña, rector de la Universidad Diego Portales, de una Presidenta mal evaluada pero en la que la gente confía. Su estilo sencillo, tan alejado del autoritarismo inherente al puesto, ha sido interpretado como debilidad. Sin duda, tener a una mujer como ella dirigiendo el Gobierno implica un cambio cultural que, como todos los de su tipo, es muy lento. A un año de su toma de posesión, la Presidenta de Chile ha rebasado generosamente las expectativas que desató. Además, ha sorprendido con sus gestos simbólicos. Carlos Peña señaló que, al limitar las exequias de Pinochet al ámbito militar, Bachelet logró explícitamente que el recuerdo del dictador no ingresara al panteón cívico. Así, al negarle el funeral republicano de Estado, respetó la memoria colectiva.
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Su gran acierto ha sido elegir el eje de la protección social para ampliar la modernización democrática en Chile. En menos de un año aumentó las pensiones bajas a 1.200.000 chilenos y garantizó la atención de salud a los más necesitados. Para este año, destinó dos de cada tres pesos del presupuesto a inversión y gasto social. Todas las personas enferman y todas van a envejecer, y al construir un sistema de protección social que dé a los chilenos y sus familias "la tranquilidad de saber que tendrán un trabajo digno y decente, que tendrán una vejez digna", Bachelet está sentando los cimientos de una sociedad más igualitaria y solidaria. Transformar el modelo de seguridad social es, en el fondo, transformar el Estado. Bachelet está logrando, a su manera, lo que toda América Latina está exigiendo que se haga: mejorar la calidad de vida y cambiar el modo de hacer política. Esto es más que enterrar a las viejas mañas políticas; es darle oportunidad a quienes quieren hacer de la política el lugar de la soberanía y la solidaridad. * Publicada en el diario El País de España el 11 de marzo de 2007.
D E B AT E P R O G R E S I S TA
"Partidos y Democracia" Conferencia* de José Blanco, secretario de organización y coordinación del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid. Su reflexión sobre la situación actual de los partidos políticos y su papel sostenedor de las democracias modernas constituye un aporte muy valioso a una discusión que va mucho más allá de la situación local de España y que encuentra innumerables y sorprendentes elementos concordantes con los análisis, problemas y desafíos de las colectividades gobiernistas y opositoras de nuestro país. Hace un año tuve ocasión de reflexionar en esta misma tribuna sobre algunos de los problemas que afectan a nuestro sistema de representación política y sobre las soluciones que se proponen para resolverlos, tanto en el ámbito legislativo como en el de la práctica política. Hoy se me pide que reflexione en voz alta sobre un tema más genérico, pero indudablemente conectado con aquel: el de los partidos y la democracia. Naturalmente, mi enfoque no será el del académico que reflexiona a partir de categorías generales, sino el del responsable político que alimenta su reflexión de la propia práctica en la dirección de un partido político. El hecho de que mi partido, el Partido Socialista, sea el más antiguo de España, con más de 125 años de existencia, es un elemento enriquecedor de la reflexión, pues quienes hemos estudiado nuestra historia como partido somos muy conscientes de los cambios en la naturaleza y la función de esta organización política a través de las vicisitudes históricas por las que ha pasado. Cambios que, me adelanto a señalar, han venido marcados sobre todo
por la existencia o no de condiciones democráticas en la vida española. Lo primero que me vino a la cabeza al conocer el título de esta charla fue una aparente obviedad: no hay democracia sin partidos ni partidos sin democracia. Desde ciertos ámbitos está bien visto alimentar un discurso que trata de enfrentar ambas realidades, presentando a los partidos políticos como un corsé que frena y limita el desenvolvimiento pretendidamente natural y espontáneo de una idílica democracia sin partidos. La versión moderada de este punto de vista -en el que la democracia deja de serlo 2007 21 FORO M A R Z O
*Julio de 2005
cuando queda contaminada por la partitocracia- sería la que presenta a los partidos como un mal necesario, como la parte fea de la democracia, que no tenemos más remedio que soportar mientras buscamos otra cosa. Pero lo cierto es que la democracia es cualquier cosa menos natural y espontánea, cualquier cosa menos una emanación que surge por sí sola de la condición humana. Todo lo contrario: la democracia es un producto largamente elaborado, algo que ha costado mucho tiempo y esfuerzo construir, una compleja y delicada obra de la cultura y la civilización. La democracia no está en la naturaleza de los hombres, es algo que los hombres hemos creado y nos hemos impuesto a nosotros mismos a partir de nuestra experiencia histórica. Y precisamente por ello, porque la democracia tiene mucho de artificial -y eso la hace aún más admirable-, es peligroso poner en cuestión algunas de las piezas sobre las que se sostiene. Y una de esas piezas, precisamente, son los partidos políticos. Es cierto que nadie ha sido capaz de crear un régimen político que merezca ser
llamado democrático prescindiendo de los partidos políticos. Los llamados sistemas de partido único encierran en esta misma denominación una contradicción insalvable, porque sólo puede hablarse propiamente de partidos políticos en un marco de pluralidad de opciones y de posibilidad de alternancia en el poder. Los llamados partidos únicos no han sido realmente partidos políticos, sino órganos de un Estado dictatorial. La democracia, pues, no puede sobrevivir sin partidos políticos. Y los partidos políticos, en este momento histórico, están ligados de forma indisoluble al funcionamiento de la democracia. Su condición de instrumentos de la democracia representativa -que ha demostrado ser la única forma viable de democracia- se ha impuesto sobre todas las demás, convirtiéndose en el elemento esencial de su naturaleza.
La gente de izquierdas siempre hemos repetido el tópico de que nosotros defendemos ideas y la derecha defiende intereses. Muy autogratificante, pero poco real. La verdad es que nosotros defendemos ideas e intereses, y la derecha defiende lo mismo: ideas e intereses. Y ambos buscamos lo mismo: el apoyo
Pasado y presente de los partidos
de la mayoría de los ciudadanos
He introducido el matiz de que ello es así en este momento histórico porque no siempre lo ha sido. En origen, los partidos políticos -especialmente los de izquierdaestaban ligados a una ideología total, una cosmovisión que ofrecía respuestas para cualquier problema pasado, presente o futuro que pudieran tener las sociedades humanas. Y su función inicial tenía mucho más que ver con la lucha de clases -la defensa de los intereses de las clases oprimidas- que con la representación democrática. Los partidos del siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX eran, ante todo, instrumentos de lucha política y social; y la participación en el juego democrático -allí donde ese juego era posible-, no era sino un elemento complementario de su lucha. En cuanto a los partidos de derechas, en la mayoría de los casos no eran sino superestructuras minoritarias mediante las cuales las clases dominantes se aseguraban la adecuada traslación de sus intereses económicos al ámbito del poder político. Durante ese período histórico, cuando la derecha se decidía a crear una o rg a n i z a c i ó n d e m a s a s n o e r a precisamente para mejor competir en democracia, sino para acabar con ella.
para hacerlo desde donde mejor se hace, que es desde el gobierno.
Esto ha cambiado de forma radical. Si tuviera que describir en unos pocos rasgos básicos la función actual de los partidos políticos, destacaría tres: • Los partidos son instrumentos de representación política de las mayorías sociales, expresadas en las elecciones. • Los partidos constituyen la base de apoyo parlamentario de los gobiernos; o, en su caso, la articulación parlamentaria de la oposición. • Los partidos son un cauce para integrar las demandas de los distintos sectores de la sociedad en un proyecto político global y coherente. Como se ve, son tres funciones íntimamente ligadas al funcionamiento de la democracia representativa. Y en eso también nos hemos aproximado la izquierda y la derecha. La gente de izquierdas siempre hemos repetido el tópico de que nosotros defendemos ideas 2007 22 FORO M A R Z O
y la derecha defiende intereses. Muy autogratificante, pero poco real. La verdad es que nosotros defendemos ideas e intereses, y la derecha defiende lo mismo: ideas e intereses. Y ambos buscamos lo mismo: el apoyo de la mayoría de los ciudadanos para hacerlo desde donde mejor se hace, que es desde el gobierno. Pero todo esto es mucho más que un mero cambio funcional. Lo que se ha producido es una transformación de la naturaleza de los partidos que afecta al conjunto de su práctica política, a sus contenidos, a sus mensajes y a su propia organización. Ya no somos instrumentos de lucha política para conseguir que una clase social imponga sus intereses sobre otra, entre otras cosas porque ya no es posible reducir la complejidad de la sociedad actual a la contraposición entre clases sociales. Ahora somos, ante todo, instrumentos de representación de mayorías; y eso, repito, lo cambia todo. Porque si se trata de representar a la mayoría, hay que empezar por prescindir de cualquier ensoñación vanguardista de las que la izquierda ha alimentado durante demasiado tiempo. Los partidos no debemos pretender ser vanguardia de nada ni señalar el camino a nadie: es la sociedad la que nos señala el camino a nosotros. Y la defensa de intereses contrapuestos de la que tanto hemos hablado se convierte, en realidad, en hallar y aplicar la interpretación más adecuada en cada momento de ese concepto tan ambiguo pero tan imprescindible: el interés general. Nuestra tarea esencial, pues, es traducir los deseos de la mayoría social en acción política coherente, tanto desde el gobierno como desde la oposición. Puede que a los nostálgicos de la épica esto les parezca prosaico, pero a mí me parece una noble misión. Si me permiten la licencia, más que asaltar el Palacio de Invierno. Ahora bien, en sociedades como la nuestra la representación de la mayoría sólo puede alcanzarse desde políticas y mensajes de suma y de integración, no de resta y de confrontación. Por eso, la aparente decisión de los dirigentes del Partido Popular (PP) de trazar una raya divisoria y basar su estrategia de oposición en la confrontación de media España con la otra media, no es sólo un grave error
táctico, sino un paso en falso en términos históricos. Así no recuperarán el gobierno y, además, corren el riesgo de desandar buena parte del camino que ha recorrido la derecha española desde la transición hasta nuestros días. Lo grave no es que un diputado que siempre se ha caracterizado por su sectarismo se lance a agredir a otro en el interior del Parlamento. Lo realmente grave es que los responsables de su partido lo amparen. Recuerdo que, en el lenguaje de la España del XIX, lo contrario de los moderados eran los exaltados. Los dirigentes del PP están excesivamente exaltados desde que perdieron el poder; y lo malo es que ellos y sus tutores mediáticos están tratando de trasladar ese estado de exaltación a un sector importante de la sociedad española. Como creo que la historia está para aprender de ella, he de admitir que esa estrategia me preocupa, y no precisamente
Los proyectos políticos
por sus efectos electorales. Lo dije hace unos días y lo repito: los dirigentes del PP siguen teniendo la asignatura pendiente de aceptar una derrota electoral sin cuestionar las elecciones. Parece mentira que haya tenido que ser precisamente el señor Fraga (Manuel) quien les haya dado esa lección a sus compañeros de partido.
evidentemente, el programa debe responder al proyecto. En realidad, se trata ni más ni menos que de responder a la pregunta más elemental que puede hacerle la ciudadanía a quien aspira a gobernar: ¿qué pretende usted hacer con este país y con esta sociedad en los próximos años? Si le damos el timón, ¿a dónde pretende conducirnos?
Una vez consumada la transformación de los partidos políticos en instrumentos de la democracia representativa, casi en órganos del sistema político, los cuerpos doctrinales, las cosmovisiones, las ideologías como sistema completo y acabado de pensamiento han dado paso a un concepto mucho más operativo y, en el fondo, más tranquilizador: el proyecto político. Podemos entender como tal un conjunto de objetivos, propuestas y orientaciones mediante el cual un partido político señala ante la ciudadanía el camino, el rumbo por el que pretende conducir al país durante un período de tiempo si obtiene el apoyo de la mayoría. El proyecto político no es exactamente el programa, puesto que su alcance y su horizonte temporal son superiores al de un mero programa electoral; aunque,
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...(En) la función actual de los partidos políticos y su naturaleza, la representación de las mayorías viene complementada por la tarea de integrar en una política de conjunto las demandas y necesidades de los distintos grupos y sectores sociales. Es más, en muchos casos se trata de integrar a los sectores mismos, amenazados por el gran peligro de las sociedades de hoy, que es la exclusión social.
Debo decir que, en mi opinión, la capacidad de responder a esa pregunta es, cada vez en mayor medida, la clave principal de las elecciones en sociedades como la nuestra. Sólo quien sea capaz de presentarse ante los ciudadanos con un proyecto político reconocible, creíble y deseable estará en condiciones de merecer la confianza de la mayoría. El Partido Socialista tuvo un proyecto político perfectamente claro a lo largo de la década de los 80: consolidar la democracia, modernizar la economía española, construir un Estado del Bienestar parecido a los existentes en Europa, meter a España en la Comunidad Europea. Era un conjunto de objetivos que respondía a lo que España necesitaba en aquel momento histórico, que respondía también a lo que la mayoría deseaba y además estaba claro que era precisamente un gobierno socialista el que estaba en mejores condiciones de llevarlos a cabo. Pues bien, los socialistas sólo hemos recuperado el apoyo mayoritario cuando José Luis Rodríguez Zapatero ha encarnado un nuevo proyecto para España que responde a la vez a las necesidades de nuestra sociedad en el principio del siglo XXI y a las aspiraciones de la mayoría ciudadana. De la misma forma, podemos afirmar que
la razón de fondo de la derrota del Partido Popular en las elecciones de 2004 es que su acción de gobierno, especialmente durante la Legislatura en que tuvo mayoría absoluta, le había alejado irremisiblemente de los deseos, los valores y las inquietudes de la mayoría. Simplemente, el Gobierno de José María Aznar había encaminado al país por donde el país no quería ir y la gente corrigió la situación en las urnas. Por mucho que los dirigentes del PP sigan empeñados en culpar al empedrado y atribuir su derrota a extrañas conspiraciones, lo cierto y verdad es que la sociedad española no deseaba apoyar su proyecto ultraconservador, igual que es verdad que la razón más importante de las derrotas del PSOE en la segunda mitad de los 90 fue que, tras catorce años de
sectores sociales. Es más, en muchos casos se trata de integrar a los sectores mismos, amenazados por el gran peligro de las sociedades de hoy, que es la exclusión social. Ahora bien, esta tarea exige un nuevo modelo de diálogo y relación de los partidos con el resto de las organizaciones sociales: un modelo basado en la complementariedad y no en la mutua instrumentalización en la que unos y otros hemos caído en el pasado. No voy a extenderme en este punto que por su importancia merecería por sí sólo una conferencia; la resolución política del último Congreso del PSOE se ocupa ampliamente de ello y lo hace, a mi juicio, de forma brillante y acertada. Sólo añadiré que la movilización cívica
Los partidos políticos son realidades cada vez más necesarias y a la vez más instrumentales. Además, están obligados a la permeabilidad. Tienen que estar expuestos a que les alcancen todos los vientos y las influencias sociales, tienen que parecerse a la sociedad a la que pretenden representar. Y ello excluye cualquier tentación de mantener zonas opacas en su actividad, zonas a las que no llega la luz, estructuras de poder que se sitúen al margen del único principio válido que es el reconocimiento social de los dirigentes políticos.
gobierno, se había quedado sin un proyecto político reconocible. Todo lo demás es confundir las corrientes de fondo que operan en la sociedad con la crónica periodística, dicho sea con todos los respetos para los profesionales de la información. Por esa misma razón, mientras los dirigentes del PP sigan confundiendo su mundo con el mundo y la España de hoy con el Barrio de Salamanca, les veremos haciendo una oposición excéntrica -que, además de extravagante, significa también lo que está fuera del centro-. Retornando a nuestra reflexión sobre la función actual de los partidos políticos y su naturaleza, la representación de las mayorías viene complementada, como ya he señalado antes, por la tarea de integrar en una política de conjunto las demandas y necesidades de los distintos grupos y
que, a lo largo de los cuatro últimos años de gobierno del PP condujo a la movilización electoral del 14 de marzo, es el mejor ejemplo del tipo de coalición sociopolítica que debemos impulsar. Somos conscientes de que eso es más fácil hacerlo en la oposición que preservarlo cuando se gobierna, pero creo que hasta el momento lo estamos logrando. La nueva política Igualmente crucial es todo lo que atañe a la movilización. A la movilización en general y a la movilización electoral en particular. Las campañas electorales modernas cada día se parecen más a las antiguas: frente a la creencia ciega en la omnipotencia de lo mediático, la experiencia nos muestra que el contacto 2007 24 FORO M A R Z O
directo, el mensaje personalizado y la capacidad de estar presente allí donde está la gente tiene una importancia decisiva. Así pues, por ir resumiendo la idea que he tratado de transmitirles, los partidos políticos son realidades cada vez más necesarias y a la vez más instrumentales. Además, están obligados a la permeabilidad. Tienen que estar expuestos a que les alcancen todos los vientos y las influencias sociales. Como dijo en acertada expresión José Luis Rodríguez Zapatero, tienen que parecerse a la sociedad a la que pretenden representar. Y ello excluye cualquier tentación de mantener zonas opacas en su actividad, zonas a las que no llega la luz, estructuras de poder que se sitúen al margen del único principio válido que es el reconocimiento social de los dirigentes políticos. Esta visión excluye también, por supuesto, cualquier concepción mesiánica de las que tanto han contribuido en el pasado a hacer de algunos partidos una especie de iglesias encerradas en sí mismas, con sumos sacerdotes que administraban el dogma con distintos grados de infalibilidad. La caída de aquel ominoso muro ha tenido, entre otros muchos efectos benéficos para la humanidad, el de ayudar a que se imponga una visión laica de la actividad política en general y del papel de los partidos en particular. No están tan lejanos los tiempos en que era posible escuchar, no el ámbito socialista pero sí en el de la izquierda, aquello de que más vale estar equivocado dentro del partido que tener razón fuera de él. Afortunadamente, los acelerados vientos de la historia se han llevado por delante esta y otras aberraciones parecidas. Después de todo lo dicho, supongo que no les causará extrañeza si concluyo mis palabras subrayando una vez más la idea de que la aspiración más elevada de un partido político es ser útil en su función instrumental dentro de una democracia moderna y madura. Ello obliga a quienes dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a dirigir y fortalecer nuestro partido a mantener una vigilancia constante sobre nosotros mismos para no caer en el error más frecuente de los humanos, que es tratar a los medios como fines.