DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
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Deforestación en la Amazonía (1970-2013)
La RED AMAZÓNICA DE INFORMACIÓN SOCIOAMBIENTAL GEORREFERENCIADA es un espacio de intercambio y articulación de información socioambiental georreferenciada, al servicio de procesos que vinculan positivamente los derechos colectivos con la valorización y sustentabilidad de la diversidad socioambiental en la región Amazónica. El principal objetivo de la Red, desde su fundación en 1996, es estimular y facilitar la cooperación entre instituciones que ya trabajan con sistemas de informacion socioambiental georreferenciada en la Amazonía, con una metodología basada en la coordinación de esfuerzos conjuntos, mediante un proceso acumulativo, descentralizado y público de intercambio, producción y difusión de información.
© RAISG Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada www.raisg.socioambiental.org Cita sugerida del documento: RAISG, 2015. Deforestación en la Amazonía (1970-2013). 48 págs. (www.raisg.socioambiental.org)
EcoCiencia Pasaje Estocolmo E2- 166 y Av. Amazonas – (Sector El Labrador - Norte de Quito). Tel: (593-2) 2 410 781 / 2 410 791 / 2 410 489 http://www.ecociencia.org
Evaluación de la deforestación realizada por el Grupo de Trabajo Deforestación/RAISG, conformado por:
FAN - Fundación Amigos de la Naturaleza Km.7 1/2 Doble Vía La Guardia – Bolivia Tel: +591-3-3556800 http://www.fan-bo.org
ECOCIENCIA: María Olga Borja y Jose Luis Aragón FAN: Saúl Cuellar y Sara Espinoza GAIA: Andrés Llanos-Vargas y Adriana Sarmiento-Dueñas IBC: Sandra Ríos y Carla Soria IMAZON: Carlos Souza Jr. y João V. Siqueira ISA: Cicero Cardoso Augusto PROVITA: María A. Oliveira-Miranda, Irene Zager, Grecia De La Cruz Melo Torres, Delymar Velarde, Juan Carlos Amilibia, Mario González-Gil y Karem Fuentes Apoyaron la evaluación en diferentes momentos, además: Karla Beltrán y Fabián Santos (EcoCiencia); Melvin Uiterloo (ACT Suriname); Milton Romero-Ruíz (Gaia); Erica Johnson, Fernando Machado, Rosa María De Oliveira-Miranda y Rosa Elimar Márquez (Provita), Sergio Zambrano-Martínez (IVIC); José Saito y Jorge Fernández (IBC); Boris Hinojosa y Rafael Valente (prestación puntual de servicios).
FGA - Fundación Gaia Amazonas Carrera 24 nº 36-9 – Bogotá, Colombia (571) 244 8100 http://www.gaiaamazonas.org/
Análisis y preparación de datos cartográficos: Cícero Cardoso Augusto y Alicia Rolla (ISA).
Revisión y estandarización previa de los capitulos por país: Edición final de textos:
Humberto Gómez, Richard Chase Smith, Adriana Sarmiento-Dueñas, María A. Oliveira-Miranda, Víctor López A. y Beto Ricardo
Carla Soria y Pedro Tipula (IBC); Cícero Cardoso Augusto (ISA); Irene Zager (Provita); Marlene Quintanilla (FAN); Janette Ulloa (EcoCiencia)
Desde una visión regional, se revisan los patrones de asentamiento precoloniales y se analiza los diferentes movimientos de ocupación contemporánea de la Amazonía, que empezaron hacia 1930 con políticas estatales de modernización del agro, vía colonización y deforestación. Luego, a partir de análisis satelitales, se evidencia la deforestación acumulada hasta los años 2000, la cual resulta de factores que conllevaron a los primeros grandes cambios ocurridos en el bosque amazónico a partir de la década de 1970. Finalmente, se evalúan los cambios por pérdida de bosque para 2005, 2010 y 2013.
IBC - Instituto del Bien Común Av. Salaverry 818 – Jesús María, Lima 11, Perú (511) 332-6112, 332-6037, 332-6088 http://www.ibcperu.org/ IMAZON - Instituto do Homem e do Meio Ambiente da Amazônia Rua Domingos Marreiros, 2020 CEP: 66.060-160 Belém – Pará, Brasil Tel: (55 91) 3182-4000 Fax: (55 91) 3182-4027 http://www.imazon.org.br
La Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG) es un colectivo de organizaciones de la sociedad civil de los países amazónicos dedicado a la producción de información accesible y análisis orientados a los tomadores de decisión y a la sociedad civil, a fin de apoyar la construcción de un futuro sostenible y el fortalecimiento de la diversidad socioambiental de la Amazonía.
ISA – Instituto Socioambiental Avenida Higienópolis, 901 – sala 30 CEP: 01238-001 São Paulo – SP, Brasil Tel.: (55 11 ) 3515-8900 Fax: (55 11 ) 3515-8904 http://www.socioambiental.org
Colaboración en revisión de textos y mapas:
Deforestación en la Amazonía (1970-2013) es un estudio inédito sobre la pérdida de bosques en la región amazónica de cada uno de los países que la componen. De toda la historia de ocupación de la Amazonía se considera que hasta un 9,7% de la región habría sido deforestada hasta el año 2000, y que entre ese año y el 2013 dicho porcentaje subió a 13,3%, lo que representa un incremento de 37% en 13 años.
El estudio revela que aparte de la acelerada deforestación que caracteriza el escenario amazónico brasileño, en los países andinos las presiones generadas por la explotación económica se concentran en algunas de las cabeceras de las macrocuencas, lo que significa un mayor riesgo para los bosques y también para los cuerpos de agua, en cuanto a calidad y cantidad. Varias causas son comunes a todos los países, tales como la agroproducción o las presiones provocadas por grandes obras de infraestructura. Otras presiones son particulares a determinados países, por ejemplo el cultivo ilícito de coca en áreas de Perú y Colombia.
Provita Av. Rómulo Gallegos c/Av. 1 Santa Eduvigis, Edif. Pascal, Torre A, Piso 17, Ofic. 171-A, Caracas, Venezuela Tel: (58 212) 286-3169, (58 212) 286-1077 http://www.provita.org.ve
María Rosa Montes (IBC)
DEFORESTACION CRECIÓ 37% EN 13 AÑOS Y PRESIONA SOBRE LAS CABECERAS DE LOS RÍOS AMAZÓNICOS
Coordinador
Revisión de contenido y estandarización de fuentes de referencia:
Apoyo a RAISG:
Humberto Gómez
Elaboración de mapas: Alicia Rolla (ISA) y Carla Soria (IBC)
En el segundo semestre de 2008, RAISG estableció como prioridad elaborar un análisis de deforestación para estimar la pérdida de bosques en toda la región, por ser esta un indicador de la velocidad con que se transforma el paisaje y un elemento clave en los procesos de monitoreo. Los datos existentes eran fragmentarios, tenían cobertura parcial -inclusive dentro de cada país- por ser generados bajo diferentes enfoques conceptuales y metodológicos. Otras características relativas al origen heterogéneo de la data fueron las diferencias en cuanto a escalas geográficas, períodos y títulos/subtítulos. Por lo tanto, se levantó un marco común de análisis, basado en conceptos y herramientas estandarizadas, llamado Protocolo RAISG. Ese patrón comprende un enfoque amplio para toda la región amazónica y otras unidades territoriales de análisis. Deforestación en la Amazonía (1970-2013) está compuesto por dos secciones: la primera resume las principales causas y procesos que causaron la deforestación hasta el año 2000 y presenta una estimativa de la deforestación actual (2000 a 2013) en toda la región. En la segunda sección se discute la deforestación histórica y reciente en cada país de la Amazonía. En ambas secciones los resultados del período 2000-2013 se presentan a nivel de Áreas Naturales Protegidas (ANP), Territorios Indígenas (TI) y cuencas hidrográficas, que son las unidades de análisis utilizadas en estudios anteriores de RAISG.
Proyecto gráfico y diagramación: Vera Feitosa/Duo Editoração
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Coordinación en el marco de RAISG:
ISA y coordinación RAISG: Beto Ricardo; EcoCiencia: Víctor López A.; FAN: Natalia Calderón; Gaia: Francis P. von Hildebrand; IBC: Richard Chase Smith; Imazon: Carlos Souza Jr.; Provita: María A. Oliveira-Miranda.
Deforestación en la Amazonía Saúl Cuéllar, Humberto Gómez, Francis P. von Hildebrand, Daniel M. Larrea, Víctor López A., Robert Müller, María A. Oliveira-Miranda, Adriana Sarmiento-Dueñas y Richard Chase Smith
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Deforestación en los países amazónicos 12 Deforestación en la Amazonía boliviana Robert Müller, Saúl Cuéllar y Daniel M. Larrea
* RAISG opto por mantener los nombres de los países escritos en su lengua original, en todas las versiones de sus publicaciones.
16 Deforestación en la Amazonía brasilera Alicia Rolla, Carlos Souza Jr y João Paulo Capobianco
22 Deforestación en la Amazonía colombiana Milton Romero-Ruíz, Adriana Sarmiento-Dueñas y Andrés Llanos-Vargas
Dados Internacionais de Catalogação na Publicação (CIP) (Câmara Brasileira do Livro, SP, Brasil)
Deforestación en la Amazonía (1970-2013) / RAISG Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada. -- São Paulo : Instituto Socioambiental, 2015.
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Mapa Amazonía: deforestación histórica 28 Deforestación en la Amazonía ecuatoriana Víctor López A., María Olga Borja y José Luis Aragón
Vários colaboradores. ISBN 978-85-8226-028-9
32 Deforestación en la Amazonía peruana Richard Chase Smith y Sandra Ríos
1. Áreas protegidas - Amazônia 2. Bacias hidrográficas - Amazônia 3. Desmatamento - Amazônia 4. Florestas - Amazônia 5. Monitoramento ambiental 6. Povos indígenas - Territórios I. RAISG Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada.
15-07339 CDD-304.2809811 Índices para catálogo sistemático: 1. Região Amazônica : Florestas : Desmatamento : Monitoramento : Aspectos socioambientais 304.2809811
36 Deforestación en la Amazonía venezolana María A. Oliveira-Miranda, Irene Zager y Rosa De Oliveira-Miranda
40 Deforestación en la Amazonía en Guyana, Guyane Française y Suriname Tony Gross
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Marco metodológico para el análisis de la deforestación Saúl Cuéllar, Sandra Ríos, João V. Siqueira, Cicero Augusto, María A. Oliveira-Miranda, Carlos Souza Jr., Milton Romero-Ruíz, Irene Zager
AMAZONÍA La Amazonía incluye la extensión de bosque húmedo tropical más grande del planeta, con un área de casi 6 millones de km2, aproximadamente 35% del continente sudamericano. En términos de carbono, esto representa, considerando exclusivamente la vegetación leñosa, cerca de 38% (86.121 MtC) de las 228.700 MtC encontradas en las porciones tropicales de América, África y Asia1. Por otro lado, el río Amazonas drena un área de 6,2 millones de km2 con una descarga anual promedio de 6.300 km3 de agua en el océano Atlántico, equivalente a entre 15 y 20% del agua dulce mundial que desemboca en los océanos2. Asimismo, existe un complejo ciclo del agua, donde los ríos tienden a fluir de oeste a este, mientras el agua retorna a los Andes de este a oeste a través de un sistema de transporte aéreo, donde la circulación de las nubes es clave. Este proceso se conoce como “ríos voladores” o la “bio-bomba amazónica3. Estos aspectos dan cuenta de la importancia de la región para la regulación climática global y la resiliencia planetaria ante los efectos del calentamiento global y el cambio climático inducidos por la intervención humana, aun cuando recientemente han surgido algunas controversias sobre el papel del bosque amazónico en la fijación de carbono4,5. Por otra parte, la Amazonía es mucho más que agua y carbono, ya que es el hogar de la mayor biodiversidad a nivel global, al albergar entre un tercio y la mitad de las formas de vida conocidas6. Este espacio de alta complejidad natural es habitado por más de 33 millones de personas, que incluyen 385 pueblos indígenas, con una población total estimada en 1,4 millones de personas que habitan 2.244 territorios indígenas, en diferentes etapas de reconocimiento por parte de los Estados Amazónicos. A esta cifra se debe sumar los indígenas
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía
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A pesar de la tendencia regional de disminución en la deforestación, algunos países presentan aceleración en la pérdida de sus bosques amazónicos que viven en las zonas urbanas, así como un número desconocido que vive en aislamiento voluntario de la sociedad moderna, perteneciente a 71 grupos7. Además de las poblaciones indígenas, hay miles de comunidades tradicionales (caboclos, afrodescendientes o campesinos de distinto origen), que dependen de la biodiversidad de la Amazonía para su sustento. Hoy en día, la expansión de las fronteras del mercado y los avances de los frentes de colonización y de la deforestación producen impactos ambientales y culturales cada vez más agudos y de mayor escala8. Estas dinámicas han llevado a una reducción de la diversidad biológica9 y de los servicios ambientales10 y culturales11 en la Amazonía, al mismo tiempo que ejercen presión para el abandono de formas tradicionales de gestión territorial. En ese sentido, la pérdida de cobertura boscosa como consecuencia de la deforestación, provocada por la producción agropecuaria, minera, desarrollo de infraestructura y la falta de planeación urbana y territorial, representa una de las mayores amenazas para la Amazonía12. Estimaciones de 2007 indican que, solamente en la Amazonía brasileña, la deforestación causa la emisión de 200 a 300 millones de toneladas de carbono al año. Al considerar conjuntamente todos los países amazónicos, las emisiones de carbono alcanzan 400 a 500 millones de toneladas por año, aún sin tomar en cuenta las emisiones de los incendios forestales.13. No obstante, este proceso de transformación y pérdida de la cobertura boscosa en la región data del decenio de 195014.
Durante la década de 1970, los círculos de conservación y de derechos indígenas empezaron a alertar sobre el creciente ritmo y la importancia global de la deforestación en la Amazonía15. Pero la historia de este fenómeno se remonta a tiempos más antiguos y a una expansión colonial que alteró las formas autóctonas de ocupación y manejo de esos territorios. Es poco lo que se sabe acerca de los patrones de asentamiento en la época precolonial, pero hallazgos relativamente recientes en los campos de la arqueología y etnohistoria señalan que se dio una importante competencia entre grupos indígenas para ocupar las tierras más productivas de las riberas de los principales ríos y de los valles del piedemonte andino16. Denevan17 ha sugerido que en las zonas de várzea hubo una ocupación y manejo a partir de colinas estratégicas, que permitieron a poblaciones de gran tamaño dominar las tierras fertilizadas por las inundaciones anuales. Es así que los primeros exploradores españoles y portugueses reportaron el avistamiento de aldeas muy pobladas en diferentes puntos a lo largo del río Amazonas. A la vez, hay evidencia de ocupación de zonas de valles fértiles en las cabeceras andinas, con asentamientos de un estimado de entre 200 y 300 pobladores, que tuvieron una duración de más de dos mil años18. Los grupos que perdieron acceso a las tierras más fértiles – o nunca pudieron ganarlo – fueron relegados a los espacios interfluviales, con una ocupación de baja densidad y de carácter más itinerante. Estas poblaciones basaban su sustento en una extracción primaria de caza y recolección combinada con una agricultura a muy baja escala. Un aspecto clave de esta visión de diferentes patrones de asentamiento pre colonial fue la domesticación de plantas cultivadas, como calabazas y tubérculos, importantes para sostener a los asentamientos grandes, proceso que se inició hace más de 8.000 años19. Por varias razones, los impactos de estos patrones pre coloniales de asentamiento eran bajos y reversibles. Las pocas huellas que han quedado de aquellos tiempos incluyen los suelos de terra preta creados mediante la intervención humana20 y diversas obras de ingeniería21, áreas urbanas y agrícolas22, 23. Durante la época colonial, hubo un fuerte impacto en el piedemonte andino-amazónico por la actividad minera, derivada de la búsqueda de El Dorado por los españoles, y en la “Zona tórrida” por los portugueses24. Durante el siglo XVI los colonos europeos comenzaron a internarse en las tierras amazónicas, sobre todo portugueses que traspasaron los límites fijados por el tratado de Tordesillas entre España y Portugal (1493), hasta llegar a los pies de la cordillera de los Andes y la cuenca del río de la Plata. Hasta mediados del siglo XIX, se convirtieron algunas áreas pequeñas de bosques alrededor de las ciudades coloniales (como Belém en Brasil o Moyobamba en Perú) o de las misiones jesuitas y franciscanas para sembradíos de azúcar, arroz, cacao o pastizales, con impactos puntuales. Con el nacimiento de las actuales Repúblicas, se inició el período de extracción. Diferentes recursos amazónicos no maderables llamaron la atención de los países del norte, lo que causó varios ciclos de auge y decadencia. El recurso de mayor impacto fue la goma25 (también llamada siringa, shiringa o caucho), sobre todo por extender un sistema de explotación de la fuerza de trabajo indígena para la extracción del recurso natural. El alto crecimiento de la industria de automóviles en Europa y EUA. llevó a la explotación de goma en el sudoeste de la Amazonía, causando la migración hacia estos bosques y la formación de nuevos asentamientos, como fue el caso de la próspera ciudad de Manaus (Brasil). Este auge provocó la deforestación de áreas relativamente pequeñas y permitió la formación de varias de las principales ciudades amazónicas existentes hasta hoy (p.ej. Iquitos en Perú, Tena en Ecuador o Leticia en Colombia), generalmente asociadas a puertos fluviales. Junto con esto empezó la crianza de ganado para abastecer a estos centros, pero que tuvo bajo impacto en la deforestación. Asimismo, hubo una producción semi-industrial de cacao en la várzea del bajo Amazonas26. En 1913 el ingreso del caucho de plantaciones británicas en Asia, provocó el fin del primer auge de la goma en la Amazonía. Otros recursos explotados en esta época fueron la quina, en el piedemonte y selva alta, así como la castaña en el sudoeste amazónico, con alta importancia económica hasta hoy en día27. El caucho es el antecedente de la fazenda o hacienda amazónica moderna, que inició el reemplazo de los bosques amazónicos para el establecimiento de áreas agropecuarias en “tierras baldías” de
difícil acceso, pero con un potencial que se consideraba muy grande. Hacia 1930 empezó el período de ocupación contemporánea de la Amazonía28. La mayor parte de la deforestación en esta época tuvo lugar en la Amazonía brasilera, donde el reemplazo del bosque por una ganadería y latifundios poco productivos fue una salida definida en términos políticos e ideológicos por el gobierno militar en 1964, para hacer de la tierra el patrón de acumulación (vía subsidios o especulación) en contextos de economías inflacionarias, según dos fórmulas que se afianzaron desde entonces como políticas pan-amazónicas: “tierra sin hombres para hombres sin tierra” (colonización) e “integrar para no entregar” (fronteras con soberanía)29. Al igual que en los demás países, en Brasil la apertura y construcción de carreteras fue y sigue siendo uno de los principales determinantes de la pérdida y fragmentación del bosque u otros ecosistemas amazónicos: la vía entre Brasília (DF) y Belém (PA) construida en la década de 1960; la Carretera Transamazónica durante la década de 1970; la apertura de la Carretera Cuiabá (MT) a Porto Velho (RO) bajo el Proyecto Polo Noroeste; la Carretera Perimetral Norte; la carretera que conecta Boa Vista a Manaus y, más recientemente, la Carretera Cuiabá-Santarém30. Lo mismo ha pasado con la Carretera Marginal de la Selva en el Perú, iniciada en 1964. La apertura de vías intensificó la colonización y aún hoy se realiza sin tener en cuenta a los pueblos indígenas, que fueron desplazados de sus tradicionales áreas de ocupación. Aunque han sido considerados como un “obstáculo” al avance de la frontera agropecuaria, solo en tiempos recientes los pueblos indígenas vienen siendo tomados en cuenta, sobre todo después de haber logrado cierto reconocimiento oficial y control de sus actuales tierras y territorios. Varios factores impulsaron a los gobiernos a la ocupación de la Amazonía contemporánea desde mediados del siglo XX. En primer lugar, se puede citar las razones de seguridad nacional, alegadas por la mayor parte de los gobiernos nacionales, y en segundo lugar, el impulso de las reformas agrarias reclamadas por campesinos que ayudaban a consolidar la “soberanía” nacional al ocupar espacios “vacíos”. Varios países implementaron planes para un desarrollo agrícola de las tierras amazónicas, muchas veces con financiamiento internacional, entre ellos Brasil (Plano de Valorização da Amazônia)31, Perú (creación de la Dirección de Asuntos Orientales, Colonización y Terrenos de Oriente)32, y Bolivia (Plan Bohan)33. Luego, a partir de los años sesenta se dio la creación de instituciones encargadas de la reforma agraria, las cuales para titular la tierra exigían su deforestación o desmonte, como prueba de haber sido “trabajada”. El interés por integrar las tierras de la cuenca amazónica fue algo posterior en Ecuador, Colombia, Venezuela y las Guyanas, ya que frente a la escasa accesibilidad, priorizaron la explotación de sus bosques pacíficos y caribeños. Sin embargo, una segunda ola de esfuerzos gubernamentales para la integración de la Amazonía, mediante programas de colonización dirigida y/o masiva, empezó en los años sesenta. A diferencia de los programas anteriores, en éstos se logró la construcción de grandes obras de infraestructura, con proyectos de importancia pan-amazónica, como la carretera transamazónica que une Brasil con los países andinos34, o todas las vías y ciudades petroleras que se derivaron de la explotación de hidrocarburos en Ecuador35. El otorgamiento de tierras a “colonos” acentuó no solo la deforestación, sino el desplazamiento de los pueblos indígenas y la pérdida de sus tradicionales espacios de ocupación a favor de campesinos sin tierra de los países andinos o del noreste de Brasil, región que como otras, enfrentó frecuentes sequías por aquel entonces. Como resultado de ello, se establecieron algunas de las zonas de colonización que persisten hasta hoy en día, principalmente en el piedemonte andino (como la zona del Chapare en Bolivia, la Selva Central del Perú y el departamento del Caquetá en Colombia). Pero en su mayoría, los programas de la década de 1970 fracasaron, muchas veces debido a la falta de apoyo para los colonos, quienes quedaron aislados en medio de inmensas extensiones, sin alcanzar el éxito esperado en sus actividades agrícolas. También en la misma época empezaron los cultivos extensivos de coca en la Amazonía de los países andinos, llevando a deforestación moderada, pero a la vez abriendo acceso a nuevas áreas. La deforestación en esta época constituyó el eje central de lo que hoy en día es el área de expansión de la frontera agropecuaria; su mayor impacto estaba probablemente relacionado a la apertura de caminos que representan los actuales ejes de deforestación. A partir de mediados de los años 1980, las economías nacionales empezaron a abrirse, dando lugar al período agroindustrial en un
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
DEFORESTACIÓN en la
Contexto histórico de la deforestación
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áreas protegidas y los territorios indígenas concentran buena parte de los bosques amazónicos. De acuerdo con los nuevos datos analizados por RAISG para esta publicación, en 2013 las áreas protegidas cubrían el 21,8% de la región amazónica y los territorios indígenas 27,5%, con variación entre los países que va de 16 a 37% de cobertura para áreas protegidas, y de 22 a 67% para territorios indígenas, incluyendo en algunos casos superposiciones entre los dos tipos de unidades de protección.
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente De acuerdo a la evaluación llevada a cabo por RAISG, la cobertura boscosa original de la Amazonía estaba alrededor de 6,1 millones de km2: 41,2% en la Amazonía andina y guayanesa y 58,8% en Brasil (Cuadro 1). Hasta el año 2000, se había perdido alrededor de 9,7% de ese total, donde Brasil lideraba las mayores pérdidas con un 12,8%, seguido por Ecuador con 9,6% y luego Colombia y Perú con 7,4 y 7,0%, respectivamente. La cobertura boscosa siguió disminuyendo, y hasta 2013 ya había desaparecido 13,3% de la misma. De 2000 a 2013 se verificó un incremento en la velocidad de pérdida, si se considera que 27,1% de toda la pérdida acumulada ocurrió en apenas 13 años. Bolivia y Venezuela destacan como los países donde, proporcionalmente, la pérdida fue mayor en el período reciente, pues la fracción de bosque que desapareció representa 42,6 y 34,2%, respectivamente. Por otra parte, Brasil es el país con la mayor proporción relativa de bosque amazónico perdido hasta 2013 (17,6%), seguido por Ecuador, con 10,7% y Colombia y Perú, con más de 9%. Esto trae como consecuencia que Brasil sea el país con mayor incidencia, en términos absolutos, sobre la pérdida de esta formación vegetal (Figura 1), tanto históricamente como en tiempos recientes.
Seguidamente, se produjo un incremento en el precio internacional de los hidrocarburos y el oro, que disparó el impacto de la minería ilegal, no solo en los bosques, sino también en suelos y aguas de la Amazonía, sobre todo en los países andinos (Colombia, Ecuador y Perú). Así, se reforzó la ocupación de la zona sur de Venezuela para la construcción de centrales hidroeléctricas, el tendido de líneas de transmisión y la explotación de recursos minerales, sobre todo hierro y aluminio. En Brasil se inició la construcción de enormes represas para la generación hidroeléctrica y se planificó la interconexión a través de proyectos transfronterizos, especialmente con Perú. Quizá debido al fuerte incremento de la deforestación en los años previos, pero sobre todo por el fortalecimiento del movimiento indígena y ecologista, durante la misma década de los 90 se consolidó un período de conservación y derechos indígenas. En los diferentes países se crearon y consolidaron los sistemas nacionales de áreas protegidas. Además, los Estados que aún no lo habían hecho (Ecuador y Bolivia), reconocieron grandes áreas de territorios de los pueblos indígenas, a partir de las áreas tradicionales de ocupación o de las actuales. En su conjunto, las
estabilización (Figura 2) (Colombia, Perú, Suriname, Guyane Française y Guyana). El único país que muestra una tendencia opuesta es Venezuela, con evidencias de aceleración en la tasa de pérdida del bosque, y en otros se verifica una tendencia al incremento en caso que el ritmo anual en el período 2010-2013 se mantenga (Guyane Française, Suriname y Venezuela). Las Áreas Naturales Protegidas (ANP), de acuerdo a la base de datos RAISG, sumaban 1.814.947 km2 en diciembre de 2013, de los cuales 1.472.051 km2 se encontraban originalmente cubiertos por bosque39. Hasta el año 2013 se habían perdido 31.034 km2 de estos bosques (Cuadro 2), lo que representa 2,1%. Estas cifras ponen en evidencia que la deforestación es mayor fuera de las ANP. En términos absolutos, la mayor extensión de bosque eliminado pertenecía a áreas nacionales de uso directo, con 10.958 km2, y a áreas nacionales de uso indirecto, con 10.869 km2. Cabe resaltar que la deforestación acumulada total sobre el bosque original es de 2,9% para las áreas departamentales de uso directo y que el conjunto de las áreas de uso directo presentó una tasa de pérdida 2,5 veces mayor que la de las de uso indirecto en el período 2005-2010. En las ANP de uso directo, la pérdida de bosque reciente equivale a 56,3% del total acumulado dentro de la categoría, y en las de uso indirecto, a 40%, mientras que en el conjunto de las ANP la deforestación reciente.
Figura 2. Variaciones en la tasa anual de pérdida de bosque, según los períodos analizados
En términos regionales, se verifica una tendencia a la disminución en la deforestación (Figuras 1 y 2), la cual tiene un correlativo claro a nivel de Brasil, Bolivia, Ecuador. En algunos países hay ciertas variaciones a ese patrón, con repuntes en períodos intermedios o evidencias de
Países Bolivia
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
333.004
14.035
4.614
3.733
2.049
3,1
7,3
3.587.052
458.500
101.138
57.399
15.395
4,8
17,6
Colombia
465.536
34.673
3.446
6.167
1.684
2,4
9,9
Ecuador
97.530
9.343
487
424
216
1,2
10,7
Guyana
192.405
3.097
785
821
125
0,9
2,5
83.195
1.539
295
257
248
1,0
2,8
Perú
792.999
55.649
6.680
7.225
2.306
2,0
9,1
Suriname
150.254
5.664
194
263
144
0,4
4,2
Venezuela
397.812
8.914
890
1.521
1.742
1,0
3,3
6.099.788
591.414
118.530
77.809
23.909
3,6
13,3
Brasil
Guyane Française
total Amazonía
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada
En cuanto a los Territorios Indígenas (TI), la base de datos RAISG registraba, para 2013, una extensión de 2.090.705 km2, entre territorios reconocidos oficialmente, áreas de uso tradicional sin reconocimiento oficial, reservas territoriales y propuestas de reservas territoriales. De estos, 1.906.029 km2 (91,0%) se encontraban originalmente cubiertos de bosque. Hasta el año 2013 tuvo lugar una pérdida de 44.156 km2 de los bosques originales (2,3%) (Cuadro 3). De esta manera, al igual que en el caso de las ANP, la pérdida relativa de bosque dentro de los TI es menor que en el resto de la región, y esa diferencia se hace más notoria si se compara TI, ANP y áreas externas (Figura 3). En el periodo reciente (2000-2013) en estos territorios se registra el 35,8% de la deforestación acumulada total. Con respecto a las ANP existen algunos hallazgos interesantes. Por ejemplo, en términos absolutos y proporcionales, la deforestación acumulada ha sido mayor en TI que en ANP. Sin embargo, en términos del período reciente, la pérdida de bosque en ANP fue de 49,8%, comparada con 35,8% en TI. Esto quiere decir que la velocidad con que se eliminó el bosque fue mayor para las TI hasta el año 2000. A partir de allí, las ANP han experimentado mayor rapidez de deforestación y, en términos absolutos, el valor de superficie perdida es prácticamente el mismo (15.466 km2 en ANP y 15.825 km2 en TI).
Cuadro 2. Deforestación en ANP de la Amazonía (en km2) Tasa de deforestación
Figura 1. Deforestación histórica y reciente en la Amazonía (en km2) 1
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
1.472.051
15.568
6.981
5.910
2.576
1,1
2,1
departamental-uso directo
274.122
1.331
2.972
2.586
1.001
2,4
2,9
departamental-uso indirecto
104.857
576
281
85
80
0,4
1,0
nacional-uso directo
381.110
6.905
1.721
1.626
706
1,1
2,9
nacional-uso indirecto
678.641
6.546
1.977
1.569
777
0,6
1,6
nacional-uso directo/indirecto
4.097
16
1
11
1
0,3
0,7
nacional-uso transitorio
29.223
193
29
34
10
0,3
0,9
Áreas Naturales Protegidas2
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como enclaves de sabanas
o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013.
Cuadro 3. Deforestación en TI de la Amazonía (en km2) Tasa de deforestación Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
28.331
6.413
6.505
2.907
0,8
2,3
Ocupación Tradicional sin reconocimiento
415.285
7.496
1.269
1.471
1.115
0,9
2,7
Propuesta de Reserva Territorial
39.656
334
21
37
15
0,2
1,0
Reserva Territorial o Zona Intangible
29.246
199
26
33
5
0,2
0,9
Territorio Indígena reconocido
1.421.841
20.303
5.096
4.963
1.772
0,8
2,3
2
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como enclaves de sabanas
o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
% deforestación sobre el bosque original
1.906.029
Territorios Indígenas
1
6
Si bien este análisis no tomó en consideración la fecha de creación de las áreas, hay una diferencia notoria entre la deforestación que ocurre dentro de las ANP de uso directo con respecto de aquellas de uso indirecto. Como era de esperar, aquellas donde las actividades humanas están relativamente restringidas parecen mostrar una mayor capacidad para la conservación del bosque. No obstante, para poder tener certeza sobre la eficacia de las ANP es necesario contar con análisis más detallados.
La pérdida de cobertura forestal es mucho mayor fuera de ANP y TI que dentro de éstas, con 24,6% y 2,2%, respectivamente. La deforestación acumulada fuera de las ANP y TI representa 91,8% del total en la Amazonía (Figura 3). Sin embargo, la relación entre la deforestación dentro y fuera de ANP y TI ha cambiado entre el periodo reciente y el periodo histórico. Hasta el año 2000, la pérdida dentro de ANP y TI no superaba el 7,5% del total de la deforestación, mientras en el período 2000-2013 llega hasta 14,2%. Estos cambios pueden dar cuenta de una mayor presión sobre este tipo de unidades, o bien de la existencia de unidades de uso directo,
Cuadro 1. Deforestación en los países de la Amazonía (en km2) Tasa de deforestación
correspondió a 49,8% del total acumulado. En general, se observa una tendencia a la disminución de la deforestación en estas áreas.
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
contexto de una economía más globalizada. Los planes de desarrollo amazónico ya no estuvieron focalizados en el reemplazo de importaciones de alimentos, sino también en la producción agrícola para fines de exportación. El rol del Estado Nacional se redujo en muchos países dentro de programas de ajuste estructural de la época neoliberal36. En casos como Bolivia (Santa Cruz), se inició la mecanización de la producción hasta niveles industriales, y en Brasil (Mato Grosso) se introdujo el cultivo de soya a suelos pobres en el extremo sur de la Amazonía37. En el centro de la Amazonía, la ganadería se estableció como primera causa de deforestación. En esta época se incrementó la demanda global de “commodities de riesgo” para los bosques, lo cual disparó las tasas de deforestación en la región. Además, la devaluación del Real en Brasil incidió en la sobreexplotación de los recursos primarios, con una fuerte crecida de la deforestación en este país alrededor del año 200038.
7
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional hasta el año 2000
Las 18 subcuencas (orden 3) que han sido más deforestadas hasta 2000 y también hasta 2013, con más de 40% de pérdida de su bosque original, están ubicadas en Brasil, y corresponden a las que fueron ocupadas históricamente en los Estados de Maranhão, norte de Tocantins y este del Pará, y a lo largo de la carretera Cuiabá-Porto Velho, entre el occidente de Mato Grosso y Rondônia (Cuadro 4, Mapas 2 y 3). De estas, 12 ya habían alcanzado 40% de pérdida hasta el año 2000 y siguieron siendo deforestadas (mapa 1). Entre 2000 y 2013, 17 subcuencas perdieron más de 10% de su cobertura boscosa por deforestación, casi todas en la frontera agrícola de los Estados de Mato Grosso (cabeceras de los ríos Xingú y Tapajós), Pará y Rondônia.
Figura 3. Deforestación reciente en ANP y TI de la Amazonía
También destaca la deforestación de las cuencas altas de los ríos Caquetá, Guaviare y Putumayo, las cuales corresponden al arco noroccidental de la Amazonía colombiana; así como las cuencas de los ríos Alto Marañón, Apurímac y Pachitea, en Perú, y las cuencas del Mamoré, Beni e Itonomas, en Bolivia.
Causas de la deforestación reciente donde los cambios de cobertura son esperables. Como se mencionó previamente, es necesario efectuar un análisis más detallado para dar cuenta de la dinámica detrás de estas variaciones, e incluso considerar las fechas de creación de las ANP y reconocimiento de los TI. Los mayores frentes de deforestación, donde la conversión de bosque ocurre a mayor velocidad, se encuentran al sur de la Amazonía – Mato Grosso, Pará, Rondônia y Acre, en Brasil y Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia – donde la gran expansión de la agricultura ha convertido grandes superficies de paisajes fuera del límite utilizado en nuestro análisis. En cambio, en Colombia, Perú y Ecuador, se han abierto nuevos frentes de deforestación dentro del límite biogeográfico analizado.
Las causas de la pérdida de bosque, asociadas con actividades humanas, varían tanto dentro como entre los países. Los impulsores directos de la deforestación en la Amazonía son predominantemente la agricultura mecanizada a gran escala (principalmente soya) y la ganadería extensiva. Los cultivos ilícitos y la agricultura a pequeña escala contribuyen a la deforestación en menor medida. En seguida y con predominancia mayor en algunos países, la minería y los impactos secundarios de la explotación de hidrocarburos y de las obras de infraestructura son las causantes de deforestación40,41. El cambio climático exacerbará estas amenazas, pues pese a la resiliencia que la Amazonía puede tener, su interacción con el aumento de temperaturas, el fuego y las inundaciones, llevan a pensar en un sistema dominado por perturbaciones de gran magnitud, sobre todo en las regiones Sur y Este42.
Cuadro 4. Deforestación acumulada en la Amazonía por subcuencas (cuencas con más de 20% de deforestación acumulada)
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
Mapa 3. Subcuencas con mayor deforestación proporcional hasta el año 2013
8
Subcuenca (nivel 3) Tocantins (MB2) das Mortes Araguaia (B) Atlântico NE O S Pindaré Araguaia (MB) Am. MB4 Candeias do Jamari Juruena Tocantins (B) Guama Ji-Paraná ou Machado Gurupi Juruena (M) Fresco Arinos Madeira MB1 Teles Pires (S.Manuel) Xingú (MA) Do Sangue Madeira MB2 Manissaua-Missu Ronuro Xingú Am. MB3 Marañón Guaporé Curuá-Una Caquetá Am. Estuário Xingú (M) Am. Medio Huallaga Apurímac Pachitea Tapajós (B) Xingú (B) Am. MB2 Pacaja Mamoré
Superficie boscosa original estimada km2 5.649 570 60.583 47.364 31.268 9.834 3.138 26.589 3.726 71.553 45.415 67.541 29.277 5.088 36.901 35.618 3.564 98.455 22.031 16.441 22.613 25.989 17.309 14.605 2.295 36.957 76.207 29.490 68.156 61.746 68.956 4.487 76521 4882 26869 38.577 61.726 1.269 50.675 74.955
% deforestación sobre el bosque original
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
%
%
5.162 436 44.484 36.565 21.776 5.704 1.766 10.615 2.020 35.409 22.473 30.263 14.398 1.872 10.899 10.157 829 29.184 5.929 4.025 3.025 5.418 3.021 3.123 671 7.999 19.196 6.116 16.460 14.230 11.159 794 17191 956 3892 6.071 8.310 237 6.252 9.942
263 47 5.692 285 1.087 1.205 67 3.638 173 3.597 1.625 5.355 684 483 3.078 4.817 477 8.269 2.289 1.700 3.058 3.127 2.133 1.260 34 1.442 3.503 1.519 916 1.256 4.467 209 188 61 1032 1.233 1.813 17 2.050 3.040
141 23 3.119 613 1.605 421 73 1.723 43 2.661 1.623 2.354 884 190 3.139 986 150 2.401 447 437 1.808 802 755 319 30 1.774 1.237 1.048 2.665 1.654 3.095 64 322 72 794 679 2.252 11 1.946 1.809
25 1 193 181 258 87 16 264 15 366 414 691 148 51 122 460 23 570 59 99 451 216 395 32 8 662 245 339 440 571 716 11 108 26 385 251 715 2 349 845
7,6 12,5 14,9 2,3 9,4 17,4 5,0 21,2 6,2 9,3 8,1 12,4 5,9 14,2 17,2 17,6 18,3 11,4 12,7 13,6 23,5 16,0 19,0 11,0 3,1 10,5 6,5 9,9 5,9 5,6 12,0 6,3 0,8 3,3 8,2 5,6 7,7 2,4 8,6 7,6
99,0 89,1 88,3 79,5 79,1 75,4 61,3 61,1 60,4 58,7 57,5 57,2 55,0 51,0 46,7 46,1 41,5 41,1 39,6 38,1 36,9 36,8 36,4 32,4 32,3 32,1 31,7 30,6 30,1 28,7 28,2 24,0 23,3 22,8 22,7 21,3 21,2 21,1 20,9 20,9
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
Deforestación por período
9
La agricultura mecanizada, principalmente la de soya, también tiene un impacto fuerte en los Estados de Pará y Mato Grosso en Brasil, al interior de la Amazonía45. Mientras que en el caso de Perú y Colombia y el nororiente de Ecuador el cultivo de la palma africana con métodos mecanizados también empezó a ser una causa de deforestación46,47. La producción de estos “commodities” (productos agrícolas/ganaderos) en la Amazonía responde a demandas internacionales48,49,50. La agricultura a pequeña escala provoca deforestación en las cercanías de la cordillera andina, así como en varias partes del interior amazónico en Brasil, aunque en términos de extensión y contribución a la deforestación es menor que la agricultura mecanizada. Adicionalmente, existe deforestación asociada al cultivo de coca en los países andinoamazónicos, cuya extensión responde al tamaño reducido de las parcelas cultivadas51, y con una superficie variable entre cada país: Bolivia, 23.000 ha; Perú, 49.800 ha; y Colombia, 48.189 ha en 201352. 53,54,55
y Venezuela, así como la La minería en Colombia, las Guayanas 56 explotación de hidrocarburos en Ecuador, son importantes fuentes de deforestación, principalmente por el acceso facilitado por la construcción de caminos asociados a esas actividades productivas. Es previsible que la deforestación relativa a estas actividades vaya en aumento en los próximos años. La inundación asociada a las hidroeléctricas también es una causa directa de destrucción de bosques, con importancia en ciertas regiones, como el eje sudoeste-noreste de la Amazonía en Brasil. Se estima que la construcción de todas las hidroeléctricas planeadas en esta región inundaría alrededor de 100.000 km2, aproximadamente 3% del bosque amazónico en Brasil, causando perturbaciones en el bosque mayores que las de los reservorios en sí57.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
La explotación forestal en la Amazonía suele realizarse de manera selectiva, por lo que no representa una causa directa de deforestación; sin embargo causa degradación de bosques, incrementa el riesgo de incendios y facilita el acceso para usos agropecuarios mediante la apertura de caminos58,59.
10
A nivel subyacente, la deforestación se explica también por múltiples factores que actúan sinérgicamente. Destacan los factores económicos, tales como los bajos costos internos (por tierra, mano de obra, combustible, o madera) y los aumentos de precios de productos (sobre todo para los cultivos comerciales y los minerales)60. Los factores institucionales incluyen medidas formales a favor de la deforestación, como las políticas de uso de la tierra y el desarrollo económico en lo relacionado con la colonización, el transporte, o subsidios para las actividades realizadas en tierra. Los sistemas de tenencia de la tierra y los fracasos de las políticas (como la corrupción o mala gestión en el sector forestal) también son importantes impulsores de la pérdida del bosque61. Se han reportado factores culturales o sociopolíticos como otra causa subyacente de deforestación, principalmente en forma de actitudes de indiferencia pública hacia entornos forestales. Entre los factores demográficos, sólo la migración de colonos en áreas forestales escasamente pobladas, con la consecuencia de aumentar la densidad de población existente, muestran una notable influencia sobre la deforestación, aunque cabe señalar que contrariamente a una idea común, el aumento de la población debido a las altas tasas de fecundidad no es un factor principal de la deforestación a escala local62.
Escenarios futuros de pérdida de bosque Varios estudios sugieren que la pérdida de bosques continuará ocurriendo en toda la región amazónica, con proyecciones muy similares. Soares Filho y colaboradores predicen una pérdida del 23% de la cubierta forestal después de 30 años y, 37% de pérdida después de 50 años63; mientras que un estudio más reciente realizado por los mismos autores predice una pérdida de 55% en los próximos 20 años64. En Brasil, se estima que las pérdidas se concentren principalmente en torno al llamado “Arco de deforestación”, ubicado en los estados de Mato Grosso, Rondônia, Amazonas y Pará65. Los modelos de deforestación en Mato Grosso, incluso bajo la política del gobierno de reducción de la deforestación, sugieren que se perderán más de 6 millones de hectáreas entre 2006 y 202066; mientras que el cambio de uso de la tierra como consecuencia de los biocombustibles pueden causar la pérdida de más de 12 millones de hectáreas de bosque en 202067; con un aumento de las pérdidas debido a la expansión de la palma aceitera proyectada en el Perú. Las estimaciones generales sobre la base de las predicciones publicadas están entre 107 y 369 millones de hectáreas hasta el 203068,69. Según Soares Filho, las tendencias actuales de la expansión agropecuaria se traducirán en la pérdida de un total de 40% de los bosques del Amazonas en 2050, incluyendo al menos dos tercios de la cubierta forestal de seis grandes cuencas hidrográficas y 12 ecorregiones, con la liberación de 32 ± 8Pg de carbono a la atmósfera. Adicionalmente, las fuentes que se conocen como presión futura son la expansión de la frontera agropecuaria y la demanda por aceite de palma africana, y que parecen ser un factor a tomar en cuenta en la deforestación futura en Perú, Colombia y Ecuador70. La construcción de grandes hidroeléctricas es en sí un factor de gran impacto71. La construcción y mejora de la infraestructura vial, por ejemplo en el marco del programa IIRSA, facilitará el acceso y especialmente el transporte de productos agrícolas a los mercados, haciendo que la producción y la deforestación sean más rentables.
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La minería y la explotación de hidrocarburos podrían tener un mayor impacto como fuentes directas de deforestación en el futuro, particularmente en los países andino-amazónicos, aunque también en las Guayanas. En el caso de la minería, la explotación de oro particularmente podría tener un impacto significativo en la permanencia de los bosques amazónicos, pues se ha reportado una relación entre la demanda internacional de oro y la deforestación en áreas de explotación en la región amazónica72. La tendencia entre explotación de hidrocarburos y deforestación es bien conocida, y señala que a mayor explotación de hidrocarburos mayor incremento en la deforestación, particularmente en países como Ecuador y Bolivia.
33
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39
Este valor representa una subestimación, que se aplica para todo, incluyendo la deforestación, ya que para algunas áreas de Brasil no se pudieron obtener imágenes en el período analizado.
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Finalmente, un factor menos previsible es el impacto del cambio climático sobre la vulnerabilidad de los bosques amazónicos frente a sequías e incendios73, el cual podría potenciar los impactos de deforestación y producir una pérdida de los servicios socioambientales que proveen los bosques. Los efectos combinados del cambio de uso del suelo, el cambio climático y el fuego fueron tema de investigación de un modelo de superficie de la tierra. Los resultados muestran que los impactos del cambio climático, incluyendo temperaturas más altas y una mayor duración de la época seca, son amplificados cuando se incluye cambio en el uso de la tierra y el fuego. Los modelos acoplados de clima y vegetación muestran que si la deforestación es baja, es poco probable que se presente una sabanización generalizada causada solamente por el cambio climático para el 2100. Sin embargo, no se puede descartar un rápido declive, porque aún se mantienen las incertidumbres respecto a la sensibilidad de los bosques amazónicos al clima y el cambio de uso del suelo, particularmente en relación al efecto fertilización, las dinámicas del fuego, la incidencia de la sequía y el desarrollo socioeconómico. El trabajo realizado por AMAZALERT indica que las regiones sur y este de la cuenca Amazónica son más vulnerables a los cambios que el norte y el noroeste74.
45
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Este proceso dinámico en la expansión de la frontera agropecuaria, la deforestación asociada a la minería y explotación de hidrocarburos, y el cambio climático pone en evidencia una vez más la necesidad de contar con información robusta y fiable sobre la pérdida de bosque amazónico.
67
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DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
En el periodo reciente (2000-2013), a nivel panamazónico, la deforestación para ganadería es la causa directa de mayor impacto. No existen cifras exactas para la mayoría de los países, pero en Brasil y Bolivia se sabe que es responsable de más de la mitad de la deforestación43, 44. Considerando el límite biogeográfico que usamos en este documento, la contribución de la ganadería a la deforestación probablemente alcanza un 80%, pues gran parte de la zona soyera se encuentra en la región de los bosques de transición y de las sabanas (Santa Cruz y sur del Mato Grosso). Sin embargo, el fenómeno del “empuje” de la frontera ganadera hacia el interior de la Amazonía que se observa en Brasil45, constituye un impacto indirecto de la agricultura.
11
AMAZONÍA BOLIVIANA
Cuadro 1: Deforestación en la Amazonía boliviana Tasa de deforestación Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta el 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Amazonía boliviana
333.004
14.035
4.614
3.733
2.049
3,1%
7,3%
164.498
12.346
4.272
3.359
1.798
5,7%
13,2%
97.096
797
530
708
435
1,7%
2,5%
Ocupación Tradicional sin reconocimiento
24.181
515
420
420
213
4,4%
6,5%
Territorio Indígena reconocido
72.915
283
110
287
222
0,8%
1,2%
110.289
978
342
374
251
0,9%
1,8%
departamental-uso directo
45.049
151
105
165
108
0,8%
1,2%
Fuera de ANP y TI Territorios Indígenas2
La Amazonía boliviana cubre cerca de 480 mil km , que representa el 43,7% de la superficie del país. Está constituida por un mosaico de extensos bosques húmedos tropicales, sabanas de inundación, bosques semihúmedos de transición hacia el Cerrado y el Chaco, y los bosques tropicales subandinos. Cerca del 7,3% de esta superficie (~24,4 mil km2) se habría perdido en los últimos 43 años (1970-2013) a un ritmo anual promedio de aproximadamente 568 km2/año. Entre los años 1970 y 2000 (“deforestación histórica”) se perdieron cerca de 14 mil km2 de bosque, mientras que entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) la pérdida de bosque alcanzó alrededor de 10,4 mil km2 (cuadro 1). 2
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente Para el año 2013, las áreas naturales protegidas (ANP) cubrían cerca del 29,3% de la Amazonía boliviana (~141 mil km2), en las cuales se han perdido cerca de 2 mil km2 de bosque (8% de la pérdida ocurrida entre 1970 y 2013 en la Amazonía boliviana). Cerca de mil km2 se habría perdido entre los años 1970 y 2000 y otros mil km2 entre los años 2000 y 2013 (9,3% de la pérdida ocurrida en este periodo). Los territorios indígenas (TI) al 2013, cubrían cerca del 27% de la Amazonía boliviana (~129,7 mil km2), en los cuales se perdieron cerca de 2.500 km2 de bosque (10,1% de la pérdida ocurrida entre los años 1970 y 2013 en la Amazonía boliviana). Aproximadamente 800 km2 se habrían perdido entre los años 1970 y 2000, mientras que cerca de 1,7 mil km2 se perdieron entre los años 2000 y 2013 (16,1% de la pérdida ocurrida en este periodo).
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BOLIVIANA (1970-2013)
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía boliviana
12
Hidrológicamente la Amazonía boliviana comprende 17 sistemas hidrológicos o cuencas. Entre ellas, las cuencas de los ríos Mamoré y Beni superan los 100 mil km2 de superficie y son las que al cabo de 43 años (1970-2013) han sufrido las mayores pérdidas de bosque por deforestación (Mamoré: ~15,6 mil km2 de bosque, 14% de la superficie de la cuenca; Beni: ~2,9 mil km2, 2,7% de la superficie de la cuenca). Entre los años 1970 y 2000 la cuenca del río Mamoré fue la que experimentó mayor deforestación (~10 mil km2, 71% de la deforestación ocurrida en este periodo), seguida por la cuenca del río Beni (1,8 mil km2, 12,9%) y la del río Itonomas (400 km2, 2,9%). Esta tendencia se mantuvo para el periodo 2000-2013 (Mamoré: 5,7 mil km2, 54,8% de la deforestación ocurrida en este periodo; Beni: 1,1 mil km2 de deforestación, 10,2%; Itonomas: más de mil km2 de deforestación, 9,8%). (cuadro 2, mapa 2)
Áreas Naturales Protegidas2
1
% deforestación sobre el bosque original
nacional-uso directo
31.018
587
160
130
112
1,3%
3,2%
nacional-uso directo/indirecto
363
12
0
0
1
0,3%
3,7%
nacional-uso indirecto
33.858
228
76
79
30
0,5%
1,2%
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como
enclaves de sabanas o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013
Figura 2: Distribución de la deforestación en la Amazonía boliviana
Figura 1. Deforestación reciente en la Amazonía boliviana, dentro y fuera de ANP y TI
Contexto histórico de la deforestación La deforestación en Bolivia fue leve hasta mediados de los años ochenta, causada principalmente por una política de ocupación de las tierras bajas a través de la colonización y la dotación de tierras para la expansión de la agricultura mecanizada en las cercanías de la ciudad de Santa Cruz, en el límite sur de la Amazonía1, y la intensificación de cultivos de coca en la zona del Chapare (departamento de Cochabamba) y Nor Yungas (departamento de La Paz). Con la dotación de tierras a pequeños agricultores en Alto Beni, Chapare y Santa Cruz, el Estado fomentó la migración hacia las tierras bajas2. Otro actor importante en la colonización y posterior deforestación, fueron los asentamientos de origen extranjero, principalmente japonés3. Entre los años setenta y mediados de los ochenta, las políticas estatales se centraron en la producción de alimentos para el consumo nacional4, pero a partir de 1985, se fomentó la inversión privada en la agroindustria y se abrió la economía a mercados internacionales, dando lugar al rápido crecimiento de la producción y exportación de soya principalmente5. En los años noventa, se estimuló a la agroindustria mediante créditos, infraestructura, facilidades de acceso a la tierra y apoyo técnico, generando la expansión de la soya hacia el este de la ciudad de Santa Cruz. Los últimos diez años, la superficie cultivada de soya ha incrementado desde 600.000 hectáreas hasta alrededor de 1 millón de hectáreas bajo producción. En los años 90 se renovó la legislación forestal buscando lograr un uso más ordenado, eficiente y sostenible de bosques6. Adicionalmente, importantes porciones de bosque fueron declaradas áreas protegidas. Sin embargo, el impacto de estas medidas sobre la deforestación fue bajo, al enfocarse en áreas alejadas de la frontera agrícola. En 1996 se creó el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), dando inicio a un proceso de saneamiento de tierras y reconocimiento de los territorios indígenas, conocidos actualmente como Territorios Indígenas Originarios Campesinos (TIOC). Los TIOCs tuvieron bajo impacto sobre la deforestación, por su lejanía de la frontera agrícola. Sin embargo, resultó poco efectiva la regulación de desmontes en áreas de frontera agrícola, por la falta de coordinación entre los organismos estatales encargados de su
fiscalización. Un incentivo perverso para deforestar fue la necesidad de demostrar la “función económica social” (FES) de las propiedades, que establecía que si no se hacía un uso agropecuario de la propiedad, la misma era reducida e incluso revertida, por lo que se procedió a deforestar para justificar la necesidad de tierras. En conclusión, las políticas de los años noventa acarrearon una elevada deforestación7 ,sobre todo en el límite sur de la Amazonía.
Causas directas e indirectas de la deforestación reciente Se puede señalar tres principales causas directas de deforestación entre el 2000 y el 2013: la agricultura mecanizada, la agricultura a pequeña escala y la ganadería8. La agricultura mecanizada comprende la producción de soya, caña de azúcar, arroz y girasol o sorgo9, orientada a la exportación, a cargo de empresas bolivianas y extranjeras y colonos menonitas y japoneses. Los costos de producción y la baja regulación atrajeron importantes inversiones brasileñas y argentinas. La agricultura mecanizada se concentra al este y noroeste de la ciudad de Santa Cruz, habiéndose extendido hacia el norte de este núcleo urbano desde el año 2000. Sin embargo, la contribución de la agricultura mecanizada a la deforestación cayó, de más del 50% en los años noventa, a 30% en la actualidad8,10. La agricultura a pequeña escala comprende la producción manual de arroz, maíz, yuca, plátano, cacao, café y coca11 en pequeñas extensiones y con el método de tumba, roza y quema. Está orientada principalmente a los mercados locales, nacionales y autoconsumo, y se encuentra en manos de comunidades interculturales nacionales asentadas principalmente al pie de la cordillera nororiental (norte del departamento de Cochabamba) y al oeste del departamento de Santa Cruz. La contribución a la deforestación de este tipo de agricultura se mantuvo relativamente estable, entre 15 y 20%, de 1990 a 20108, 12 La ganadería se desarrolla ampliamente en las tierras bajas, principalmente en el Beni, región de pastos naturales, aunque los sembradíos de pastos se han expandido, mayormente sobre desmontes ilegales13. El uso del espacio es ineficiente: 0,5 animales por ha de pasto sembrado para el departamento de Pando14. La producción ganadera
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BOLIVIANA (1970-2013)
DEFORESTACIÓN en la
De las tres causas de deforestación, la ganadería es la más importante en los últimos años
13
Cuadro 2. Deforestación acumulada en la Amazonía boliviana por subcuencas (cuencas mayores a 500 km2) Deforestación por período Superfície boscosa original estimada
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Abunã
22.925
121
166
170
59
1,7
2,3
Baures
39.494
177
63
98
110
0,7
1,1
Beni
78.434
1.813
297
406
362
1,4
3,7
Beni (B)
3.306
227
54
47
46
4,4
11,3
Beni (M)
221
37
3
4
3
4,7
21,5
Guaporé
26.400
13
12
30
43
0,3
0,4
Guaporé (B)
1.653
5
0
1
5
0,4
0,7
11.287
400
398
453
169
9,0
12,6
960
4
7
6
3
1,7
2,1
Madre de Dios
27.103
88
27
88
46
0,6
0,9
Mamoré
74.955
9.942
3.040
1.809
845
7,6
20,9
Mamoré (B)
12.314
339
132
215
111
3,7
6,5
Mamoré (M)
5.308
12
5
8
26
0,7
1,0
Purús
1.917
206
100
55
15
8,8
19,6
17.798
316
181
140
62
2,2
3,9
8.926
334
129
203
144
5,3
9,1
Itonomas Madeira MB1
Tahuamanú Yacuma
abastece principalmente al mercado nacional y, en menor medida a mercados internacionales, principalmente Perú. Las expectativas de exportación hoy en día son más altas al haberse declarado extensas áreas de producción como “libres de fiebre aftosa”, lo que en el pasado constituyó un freno para su comercio internacional. Desde el 2000 la ganadería es la primera causa de deforestación en Bolivia, y se estima que entre 2005 y 2010 fue responsable del 60% de los desmontes. Los impactos de la deforestación por extracción forestal y minería son relativamente bajos y poco estudiados. Una importante amenaza es la construcción de represas hidroeléctricas en el río Madera y afluentes, por la inminente inundación de grandes extensiones de bosque.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BOLIVIANA (1970-2013)
Las causas subyacentes de la deforestación en Bolivia son múltiples y complejas. Entre los factores importantes para la expansión de la agricultura industrial figuran la demanda internacional de soya, así como la presencia de capitales brasileros y argentinos en la producción agropecuaria, atraídos por los precios de las tierras y la baja regulación del sector15. La demanda nacional de carne de res es otro vector importante de deforestación, pues las expectativas de exportación son altas (el año 2013 se exportaron más de 2.000 Ton de carne, la exportación más alta en los últimos 30 años) debemos considerar, la ampliación y mejora de la infraestructura caminera, la migración hacia las tierras bajas y el crecimiento poblacional en las áreas de colonización.
14
% deforestación sobre el bosque original
Desde el año 2006 el gobierno ha ido modificando las políticas públicas relativas a la deforestación, pero el modesto impacto de las mismas puede atribuirse a la debilidad institucional16 y a la contradicción del mismo gobierno en cuanto a lo que quiere lograr en términos de conservación de patrimonio natural y el desarrollo nacional, en donde lo agrario tiene lugar central aunque no tan importante como los hidrocarburos. En Bolivia lo ambiental choca con lo agrario17, es un país con visión agraria, pese a la extensión de bosques amazónicos y de otros biomas, por lo que el valor de la tierra con cobertura forestal no es visible si no tiene un uso agropecuario. Las políticas ambientales son sectoriales, se centran en la temática forestal y de conservación y no se encuentran integradas a las política públicas de uso de la tierra, que luego se refleja en el nivel de regulación, que aparentemente provoca una elevada regulación del sector forestal y baja regulación del sector agropecuario.
Escenarios futuros Entre los factores que pueden influir sobre los patrones espaciales de expansión agrícola figuran la aptitud de los suelos, las condiciones climáticas, el precio de la soya, el acceso a los mercados18 y la política pública nacional orientada a la producción de alimentos y la consiguiente expansión de la frontera agrícola. Los mejores suelos, al este de la ciudad de Santa Cruz, son explotados con métodos mecanizados, con potencial expansión hacia el este, afectando la biodiversidad de bosques de transición Chiquitano-Amazónico relativamente intactos19. Según revela un modelo espacial, las colonias menonitas podrían expandir la agricultura
mecanizada hacia el este y sur de la Chiquitanía. Otra zona amenazada por la conversión a la agricultura mecanizada es San Buenaventura (norte del departamento de La Paz) con la construcción de un ingenio azucarero estatal. (http://easba.produccion.gob.bo). Si bien la agricultura a pequeña escala es relativamente flexible a las condiciones ambientales, tiende a practicarse en áreas de alta humedad, debido a las necesidades de sus principales cultivos. La fertilidad de los suelos es un factor menos relevante ya que la extendida práctica de la tumba, roza y quema permite aprovechar los nutrientes almacenados en la vegetación quemada. Actualmente la región de El Chapare (departamento de Cochabamba) concentra la agricultura a pequeña escala, pero nuevos frentes de deforestación parecen abrirse en la Reserva Forestal El Choré (departamento de Santa Cruz)20, en el norte de la Chiquitanía y en la porción norte de la Amazonía boliviana (departamento de Pando y parte de Beni y La Paz).
Esta corriente, podría tener impactos significativos en la cobertura de bosques, pues no se habla de factores tales como la productividad o la necesidad de recuperación de tierras degradas o no usadas (y que en el pasado ya fueron deforestadas).
La ganadería es independiente de los factores ambientales. Como ya se vio, los principales factores para su expansión son la influencia del Brasil, la inversión extranjera y la posibilidad de exportación. Los estudios revelan que en el futuro este tipo de uso del suelo implicará la mayor amenaza para los bosques bolivianos21. El Estado Plurinacional de Bolivia desarrolla una ambiciosa agenda de manejo y gobernanza forestal como alternativa al mecanismo REDD+22, que promueve la vida en armonía con los bosques y el desarrollo sostenible bajo criterios ecológicos y usos tradicionales. En tal sentido, al amparo de la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien, se ha creado el mecanismo de mitigación y adaptación para el manejo de bosques que comprende la planificación del uso de tierra desde el nivel local (Ministerio de Relaciones Exteriores 2012) este mecanismo se centra en comunidades indígenas e interculturales principalmente y, teniendo en cuenta que los mayores actores de la deforestación no son estos, el impacto del mecanismo estaría más dirigido al mantenimiento de los bosques bajo TI, comunidades campesinas y ANP, y no a la reducción directa de la deforestación, que requería de otro tipo de incentivos y regulación. La corriente agrarista de todos los gobiernos desde los años 50 ha propugnado ampliar la frontera agrícola, aumentar la migración de comunidades interculturales hacia las tierras bajas, y promover el asentamiento de colonias japonesas (en el pasado) y menonitas (en el pasado y actualmente) con el consecuente potencial impacto de deforestación. La Ley 337 de Apoyo a la Producción de Alimentos y Restitución de Bosques, permite regularizar los desmontes ilegales posteriores a 1996, dando luz verde a la aceptación de los desmontes. En teoría, la ley también implica un régimen más estricto de aprobación de desmontes, con sanción de reversión de tierras, aunque queda aún por verse su aplicación práctica. Por último, la política pública para la producción de alimentos ha proyectado ampliar el área de producción de alimentos a 10 millones de hectáreas más, en alianza con sectores empresariales y productivos, principalmente de la región de Santa Cruz.
La armonización de las agendas encontradas – “ambientalista” vs. agrarista – es uno de los principales desafíos en la agenda de tierras en Bolivia. Las tendencias de uso del suelo, con una fuerte visión agropecuaria han sido las predominantes desde los años 50, y aparentemente ese patrón no está cerca de cambiar.
Fuentes de referencia 1 Pacheco, P. (1998) Estilos de desarrollo, deforestación y degradación de los bosques en las tierras bajas de Bolivia. La Paz: CEDLA, TIERRA, CIFOR. 2 Sandoval, CD.; Sandoval, AV.; Del Río, MA.; Sandoval, F.; Mertens, C. & Parada, C. (2008) Santa Cruz: Economía y poder. La Paz: Fundación PIE. 3 Killeen, T.; Guerra, A.; Calzada, M.; Correa, L.; Calderon, V.; Soria, L.; Quezada, B. & Steininger, M. (2008) Total Historical Land-Use Change in Eastern Bolivia: Who, Where, When, and How Much? Ecology and Society 13, 1 36. En: http://www. ecologyandsociety.org/vol13/iss1/art36/ (Consulta: Enero 2011). 4 Pacheco, P. (2006) Agricultural expansion and deforestation in lowland Bolivia: the import substitution versus the structural adjustment model. Land Use Policy 23: 205–225. 5 Ribera, M. Expansión de la frontera agrícola: el caso de la soya y el complejo oleaginoso. [La Paz]: Liga de Defensa del Medio Ambiente (LIDEMA). En: www.lidema.org.bo 6 Pacheco, P. (2007) El nuevo régimen forestal boliviano: una mirada retrospectiva a diez años de su implementación. Recursos Naturales y Ambiente 49: 58–67. 7 Hecht, S. (2005) Soybeans, Development and Conservation on the Amazon Frontier. Development and Change 36, 2: 375–404. 8 Müller, R., Müller, D., Schierhorn, F., Gerold, G. & Pacheco, P. (2012) Proximate causes of deforestation in the Bolivian lowlands – an analysis of spatial dynamics. Regional Environmental Change 12, 3: 445–459. En: http://link.springer.com/article/10.1007 %2Fs10113-011-0259-0 9 CÁMARA AGROPECUARIA DEL ORIENTE. (2013) Números de nuestra tierra [CD ROM]. Santa Cruz de la Sierra: CAO, 10 Müller, R., D.M. Larrea-Alcázar, S. Cuéllar & S. Espinoza (2014) Causas directas de la deforestación reciente (2000-2010) y modelado de dos escenarios futuros en las tierras bajas de Bolivia. Ecología en Bolivia. 11 Eyzaguirre, JL. (2005) Composición de los ingresos familiares de campesinos indígenas. Un estudio en seis regiones de Bolivia. La Paz: Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA).. 12 Müller, R., et al. (2014). Op. Cit. 13 Müller, R., et al. (2014). Ibid. 14 Müller, R.; Pistorius, T.; Rohde, S.; Gerold, G. & Pacheco, P. (2013) Policy options to reduce deforestation based on a systematic analysis of drivers and agents in lowland Bolivia. Land Use Policy 30, 1: 895–907. En: http://dx.doi.org/10.1016/j. landusepol.2012.06.019 15 Urioste, M. (2012) Concentration and “foreignisation” of land in Bolivia. Canadian Journal of Development Studies 33, 4: 439–457. 16 Redo, D.; Millington, A. & Hindery, D. (2011) Deforestation dynamics and policy changes in Bolivia’s post-neoliberal era. Land Use Policy 28: 227–241. 17 Villegas, Z. & Martinez, J. (2009) La visión agrarista de los actores de la deforestación en Bolivia. Revista Tinkazos 27: 33–47. Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB). 18 Müller, R., et al. (2012). Op. Cit. 19 Araujo, N.; Müller, R.; Nowicki, C. & Ibisch, PL. (2010) Prioridades de Conservación de la Biodiversidad de Bolivia. Santa Cruz : SERNAP, FAN, TROPICO, CEP, NORDECO, GEF II, CI, TNC, WCS, Universidad de Eberswalde, Editorial FAN.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BOLIVIANA (1970-2013)
Subcuenca (orden 3)
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional
20 Müller, R. (2009) Reserva Forestal El Choré: Análisis de deforestación y estrategias para reducirla. Boletín Naturalia: 3–5. 21 Müller, R. et al. (2013), Op. Cit. 22 Orellana, R. & Pacheco P. (2012). Análisis del estado de situación de las negociaciones de cambio climático al 2012. La Paz: Fundación Cordillera.
15
DEFORESTACIÓN en la
AMAZONÍA BRASILERA
El ritmo de la deforestación disminuyó a partir de 2006, aunque la región perdió 174 mil km2, casi 5%, entre 2000 y 2013
Cuadro 1. Deforestación en la Amazonía brasilera Tasa de deforestación
Amazonía brasilera
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
3.587.052
458.500
101.138
57.399
15.395
4,8
17,6
1.898.507
445.142
93.586
51.641
13.174
8,3
31,8
931.112
7.648
2.178
1.818
713
0,5
1,3
931.112
7.648
2.178
1.818
713
0,5
1,3
821.372
5.852
5.482
4.013
1.540
1,3
2,1
departamental-uso directo
229.073
1.180
2.866
2.421
893
2,7
3,2
departamental-uso indirecto
104.857
576
281
85
80
0,4
1,0
nacional-uso directo
247.847
3.038
1.276
1.050
459
1,1
2,3
nacional-uso indirecto
239.595
1.058
1.060
457
108
0,7
1,1
fuera de ANP y TI
La Amazonía brasilera cubre cerca de 5 millones de km2, que representan el 58,8% de la superficie del país y 64,3% de la panamazonía. La Amazonía Legal brasilera es un territorio de planeamiento e inversiones del estado brasilero, de la cual hacen parte el bioma Amazonía y partes de las sabanas (localmente llamadas “cerrado”) de las regiones Norte y Centro-Oeste de Brasil. El bioma Amazonía (con 4,2 millones de km2) está compuesto por una amplia variedad de entornos, con predominio de los interfluvios tabulares cubiertos por bosque tropical siempre verde, y bosques sub montanos asociados a pocas elevaciones. Incluye además, una zona de transición demarcada entre el bosque húmedo y áreas de sabana, y grandes extensiones de suelos arenosos, con patrones estructurales y florísticos de bosque y sabanas arenícolas, estrechamente adaptados y localmente llamados “campinaranas” y praderas, respectivamente. Las llanuras de inundación, poseen formaciones que van de campos húmedos a senderos y bosques riparios. La presente evaluación de la deforestación se hace sobre la zona del bosque tropical del bioma amazónico.
Territorios Indígenas2
de bosque entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) alcanzó los 173.933 km2, lo que corresponde al 4,8% del bosque original. La pérdida fue mayor de 2000 a 2005 con 101.138 km2, contra 57.399 km2 en el período subsecuente de 2006 a 2010. De 2010 a 2013 la pérdida fue de 15.395 km2 (cuadro 1). Para el año 2013, las Áreas Naturales Protegidas (ANP) cubrían cerca del 19,7% del bioma amazónico en Brasil (950.097 km2) de los cuales se analizaron, con base en imágenes satelitales de 2000, los 821.372 km2 (cuadro 1) cubiertos originalmente por bosques. La pérdida acumulada de bosque por deforestación hasta 2013 alcanzó 16.887 km2 (2,7% de la deforestación total de la Amazonía brasilera hasta el 2013), siendo
Figura 1. Deforestación reciente en la Amazonía brasilera, dentro y fuera de ANP y TI
Territorio Indígena reconocido Áreas Naturales Protegidas2
1
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como enclaves
de sabanas o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013.
Figura 2: Distribución de la deforestación en la Amazonía brasilera
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente El área que se pudo analizar del bioma por imágenes satelitales en 2000 fue de 3.885.181 km2 (95,9% del bioma), de los cuales 3.587.052 km2 originalmente cubiertos por bosques. Estimamos que se habría perdido 632.433 km2 en los últimos 40 años (1970-2010), siendo que para el año 2000 la deforestación acumulada llegó a 458.500 km2, lo que corresponde al 12,8% del bosque original. Según la interpretación satelital, la pérdida
16
que para el año 2000 la deforestación acumulada en ANP llegó a cerca de 5.852 km2 (0,7% del bosque original). Entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) la pérdida de bosque en estas áreas alcanzó los 11.035 km2, lo que corresponde a 1,3% del bosque original. La pérdida fue mayor entre 2000 y 2005 con 5.482 km2, contra 4.013 mil km2 en el período subsecuente de 2005 a 2010, y de 1.540 km2 de 2010 a 2013. Las ANP que tuvieron las mayores tasas de deforestación de 2000 a 2013 fueron las de uso directo, con 6.180 km2 (departamentales) y 2.785 km2 (nacionales) (cuadro 1). Es importante tener en cuenta que los cálculos se hicieron sobre la situación de ANP en 2013, sin tomar en cuenta las fechas de creación de las ANP, como sería necesario en el caso de que se quisiera analizar la eficacia de estas áreas en impedir la deforestación. Para el año 2013, los Territorios Indígenas (TI) cubrían cerca del 22,1% del bioma amazónico en Brasil (1.024.961 km2), de los cuales se analizó, con base en imágenes satelitales de 2000, los 931.112 km2 originalmente con cobertura boscosa. Estas tierras acumularon una pérdida de 12.357 km2 de bosque por deforestación (2,0% de la deforestación total de la Amazonía brasilera hasta el 2013). Entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) la pérdida de bosque en estas áreas alcanzó los 4.709 km2. De 2000 a 2005 la pérdida fue de 2.178 km2, contra 1.818 km2 en el período subsecuente de 2005 a 2010, y de 713 km2 de 2010 a 2013 (cuadro 1). Las 15 subcuencas (orden 3) que han sido más deforestadas hasta 2013, con más de 50% de pérdida de su bosque original, son las que fueron ocupadas históricamente en los Estados de Maranhão, norte de Tocantins y este del Pará, y a lo largo de la carretera Cuiabá-Porto Velho, entre el oeste de Mato Grosso y Rondônia (Tocantins MB2; Araguaia B; Atlântico NE O S; Pindaré; Araguaia MB; Amazonas MB4; Candeias do Jamari; Juruena; Tocantins B; Guamá; Ji-Paraná; Madeira MB1; Gurupi; Abunã y Juruena M)(Mapa 2). Las mismas 15 llegaron a más de 30% de pérdida hasta el año 2000 y siguieron siendo deforestadas, siete de ellas con más de 10% de pérdida de la cobertura entre 2000 y 2013. Entre 2000 y 2013, 17 subcuencas perdieron más de 10% de su cobertura boscosa por deforestación, casi todas en la frontera agrícola de Mato Grosso (cabeceras de los ríos Xingu y Tapajós) y Rondônia. (cuadro 2, mapa 2)
En la superficie de la Amazonía brasilera originalmente cubierta por bosque y que hasta el 2013 se encontraba fuera de las ANP y TI, la deforestación acumulada hasta 2013 llegó a 590.259 km2, el 93,3% de toda la pérdida de bosque en la Amazonía y 31,1% del bosque original en estas áreas (figura 1).
Contexto histórico de la deforestación Hasta 1970 los bosques de la Amazonía brasileña habían sido afectados por la acción humana de bajo impacto de los pueblos indígenas, la extracción de plantas medicinales en época colonial y, a fines del siglo XIX, la explotación de caucho. La minería solo se dio a partir de los años cincuenta. En el marco de la Constitución Federal de 1946, cobraron forma planes estructurados para la región, que derivaron en la creación en 1953 de la Superintendencia de Valorización Económica de la Amazonía - SPVEA que promovía la ocupación y el desarrollo económico de la región amazónica, con incentivos a la agricultura y ganadería. El principal proyecto desarrollado por la SPVEA fue la construcción de la carretera Belém-Brasília (BR-010), concluida en 1960, durante la administración de Juscelino Kubitschek, la cual se ha constituido en la primera conexión vial de la región con el resto del país, inaugurando el proceso de ocupación y consecuente degradación socioambiental de la Amazonía. La dictadura militar (1964-1984) promovió desde el Estado la ocupación de la Amazonía, en base a una doctrina centrada en la transformación del Brasil en un área de inversiones multinacionales y en el control de la seguridad interna. En 1966, el gobierno militar creó la Superintendencia de Desarrollo de la Amazonía (SUDAM) con el fin de promover la ocupación de la región y la extracción de sus recursos naturales, especialmente minerales. Para viabilizar tal proyecto, se inauguró el ciclo de concesiones de incentivos fiscales en favor de la Región Amazónica. Además de la exención de impuesto sobre la renta, tasas federales, actividades industriales, agrícolas, ganaderas y de servicios básicos, se concedió exención de impuestos y tasas para la importación de máquinas y
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BRASILERA (1970-2013)
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BRASILERA (1970-2013)
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía brasilera
17
Deforestación por período Subcuenca (orden 3) Tocantins (MB2) das Mortes Araguaia (B)
Superficie boscosa original estimada
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
% deforestación sobre el bosque original
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
5.649
5.162
263
141
25
7,6
99,0
570
436
47
23
1
12,5
89,1
60.583
44.484
5.692
3.119
193
14,9
88,3
Atlântico NE O S
47.364
36.565
285
613
181
2,3
79,5
Pindaré
31.268
21.776
1.087
1.605
258
9,4
79,1
Araguaia (MB)
9.834
5.704
1.205
421
87
17,4
75,4
Amazonía MB4
3.138
1.766
67
73
16
5,0
61,3
26.589
10.615
3.638
1.723
264
21,2
61,1
3.726
2.020
173
43
15
6,2
60,4
Tocantins (B)
71.553
35.409
3.597
2.661
366
9,3
58,7
Guamá
45.415
22.473
1.625
1.623
414
8,1
57,5
Ji-Paraná ou Machado
67.541
30.263
5.355
2.354
691
12,4
57,2
2.604
825
471
144
20
24,4
56,1
Candeias do Jamari Juruena
Madeira MB1 Gurupi
29.277
14.398
684
884
148
5,9
55,0
Abunã
8.919
2.880
1.227
534
73
20,6
52,9
Juruena (M)
5.088
1.872
483
190
51
14,2
51,0
Guaporé
49.807
19.182
3.491
1.207
202
9,8
48,4
Fresco
36.901
10.899
3.078
3.139
122
17,2
46,7
Arinos
35.618
10.157
4.817
986
460
17,6
46,1
Teles Pires (S.Manuel)
98.455
29.184
8.269
2.401
570
11,4
41,1
Xingu (MA)
22.031
5.929
2.289
447
59
12,7
39,6
Do Sangue
16.441
4.025
1.700
437
99
13,6
38,1
Madeira MB2
22.613
3.025
3.058
1.808
451
23,5
36,9
Manissauá-Missu
25.989
5.418
3.127
802
216
16,0
36,8
Ronuro
17.309
3.021
2.133
755
395
19,0
36,4
Xingu
14.605
3.123
1.260
319
32
11,0
32,4
Am. MB3
2.295
671
34
30
8
3,1
32,3
Curuá-Una
29.490
6.116
1.519
1.048
339
9,9
30,6
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional
su Artículo 225, define la Amazonía como patrimonio nacional y establece condicionantes a su explotación.
En 1970, el Plan de Integración Nacional (PIN) incluyó la apertura de dos carreteras que atravesarían la selva de norte a sur y de este a oeste: la Cuiabá-Santarém y la Transamazónica. El gobierno buscaba que la población de las regiones semiáridas del nordeste poblara lo que se consideraba las tierras fértiles del Amazonas y para esto estableció un programa de colonización y reforma agraria en un rango de 10 km a cada lado de estas carreteras. Sin embargo, la mayoría de proyectos de colonización que surgieron de estas medidas fracasaron y dejaron cicatrices en el bosque y en la población, resultado de una ocupación no planificada que condujo a graves impactos ambientales.
Después de la promulgación de la CF, el Gobierno Federal instituye el Programa de Defensa del Complejo de Ecosistemas de la Amazonía Legal, llamado Programa Nuestra Naturaleza, y el Congreso Nacional aprueba diversos dispositivos legales con el objetivo de controlar la deforestación en la Amazonía. Estas iniciativas, entretanto, a pesar de su importancia para la construcción del ordenamiento jurídico e institucional de Brasil en el área ambiental, han generado, por un tiempo muy corto, resultados positivos en el control de la degradación de los bosques.
A mediados de los años setenta los planes de gobierno se enfocaron en las grandes empresas interesadas en la explotación minera y en la racionalización e institucionalización de la tala en la Amazonía, mientras se invertía en la preparación de la sabana para la producción de soya. Hasta el año 1977 se estima que la deforestación en la Amazonía había alcanzado los 169,9 mil km²1. A raíz de los incentivos del gobierno, la especulación de tierras aparece como un inductor importante de deforestación en torno a 1987. Para ese año, la deforestación ya se había multiplicado: se estima que entre 1978 y 1987 se deforestaron 20,4 mil km² por año2, lo que acumuló un total de 357,3 mil km²3,4. A partir de los años 1980, empieza en Brasil un cambio en lo que se refiere a la percepción de las cuestiones ambientales y del problema de la deforestación. En 1981 se aprobó la Ley 6.938, que establece la Política Nacional de Medio Ambiente en ese periodo. Hasta ese momento la pérdida de los bosques en gran escala era apenas percibida como necesaria para el desarrollo regional, y fue directamente estimulada por programas y fondos públicos; con la amplia divulgación de los altos índices de deforestación verificados en las décadas de 1970 y 80, el problema adquirió contornos de escándalo internacional. El asesinato de Chico Mendes – el líder sindicalista y ambientalista quien tuvo importante rol en la creación del Consejo Nacional de los Seringueiros y en la formulación de la propuesta de las Reservas Extractivistas – y la divulgación del elevado número de focos de incendios, hicieron del año de 1988 un importante hito en este proceso5. La escalada predatoria en la Amazonía, la cual involucraba no solamente la destrucción de los bosques, sino también la violenta desagregación de comunidades indígenas y extractivistas, pasó de los titulares de los principales medios de comunicación mundiales y nacionales a la agenda de las reuniones intergubernamentales, involucrando a las Naciones Unidas y a los bancos multilaterales que pasaron a tener que justificar sus inversiones en el país y los impactos recurrentes de estas.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BRASILERA (1970-2013)
En medio de esta intensa movilización de la opinión pública internacional y nacional ocurrida en la década de 1980, Brasil da su primer paso en el campo legal rumbo a un cambio en la visión sobre el futuro de su bosque mayor, al aprobar la Constitución Federal de 1988 (CF) que, en
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Prodes/INPE x Imazon/RAISG Los datos de deforestación de la Amazonía brasilera generados por Imazon en el ambiente de la RAISG comparados con los datos del PRODES - Proyecto de Monitoreo de la Deforestación en la Amazonía Legal Brasilera , para el período entre 2000 al 2013 (Figura 1) muestran que el PRODES detectó 5% más deforestación que RAISG. El período 2000-2005 fue el que tiene la diferencia más grande en términos absolutos, con 10.800 km2 más de área deforestada detectado por PRODES. Esto equivale a una diferencia de 11% de lo que RAISG había detectado. En el período 2005-2010, la deforestación detectada por RAISG fue superior al PRODES en 4.000 km2, mientras que en el último período analizado, 2010-2013, la diferencia fue menor, con PRODES registrando más 1,5 km2 de deforestación. Estas diferencias requieren una explicación. Hay indicios de que el PRODES detectó como deforestación (tala) durante el período 2000-2005, las zonas de bosques degradados. En el período siguiente (2005-2010) estas áreas degradadas fueron convertidas en zonas deforestadas, pero como ya habían sido detectados por PRODES previamente, fueron detectados sólo por RAISG, lo que resultó en una mayor superficie de deforestación detectada por RAISG en el segundo período. Los resultados también se explican por la diferencia de la metodología y la base de datos utilizada por ambas instituciones para detectar deforestación y medir la tasa anual de pérdida de bosques. Carlos Souza Jr./Imazon
Contrariamente al esfuerzo institucional realizado y las expectativas creadas por la Cumbre de Río 92, cuando el gobierno brasilero tomó compromisos firmes de proteger sus bosques, la tasa de deforestación amazónica volvió a crecer, alcanzando una cifra récord en 1995, cuando se taló casi 30.000 km2 de bosques. Desde entonces, se ha mantenido una tendencia de alza hasta 2004, con apenas un importante registro de caída que se produjo en 19976. Los incentivos y las inversiones en infraestructura, especialmente carreteras, hicieron del gobierno federal el mayor promotor de los cambios en la cobertura boscosa en la Amazonía hasta finales del siglo XX. Entre 1978 y 1994 alrededor del 75% de la deforestación de la Amazonía se produjo a menos de 50 km a lo largo de carreteras pavimentadas7. Si hasta fines del siglo pasado los colonos y pequeños propietarios contribuyeron de manera significativa a este impacto ambiental, a partir de 2000 el motor de la deforestación en la Amazonía brasileña fue la viabilidad financiera de los grandes y medianos agricultores de la frontera consolidada8 y los agronegocios9. Un estudio realizado por el Banco Mundial revela que la ganadería ocupaba más del 75% de las áreas convertidas hasta mediados de los años 2000, siendo un factor clave para impulsar la deforestación. La misma está dominada por agentes capitalizados y sofisticados “que... tienen acceso a otras posibilidades de inversión, después de la retirada (aparente) de subsidios”10. La tala selectiva de bosques ha jugado y sigue desempeñando un papel importante en la deforestación por dos razones: la primera, porque la apertura de la cobertura forestal promovida por la remoción de los árboles de gran tamaño (como la caoba) permite que el sol y el viento lleguen al suelo, reduciendo la humedad y favoreciendo las quemas; la segunda, porque el área explorada tiende a ser limpiada, ya que el bosque restante tras la extracción de la caoba tiene un valor económico menor en comparación con la ganadería11. En 2001, la Agencia de Desarrollo Amazónico (ADA) sustituyó a la SUDAM, con estructura y presupuesto menores. En 2007, la ADA fue a su vez abolida y se recreó la SUDAM, ahora adscrita al Ministerio de la Integración Nacional. El plan de acción del gobierno, llamado Avance Brasil (20002007), invirtió fuertemente en la infraestructura de la Amazonía, sobre todo en la requerida para el transporte de la soya12.
Entre las principales acciones del PPCDAm se destacan la creación de cerca de 20 millones de hectáreas en unidades de conservación de la naturaleza, ampliando en casi 70% la extensión de las mismas y la homologación (es decir, la firma presidencial que cierra el proceso de reconocimiento de un TI) de cerca de 10 millones de hectáreas de Tierras Indígenas. Para combatir la apropiación indebida de tierras (proceso conocido en Brasil como “grilagem”), se cancelaron cerca de 66 mil títulos que no habían logrado comprobar la legalidad de su origen, y se alteraron los mecanismos y procedimientos para el registro de posesión.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BRASILERA (1970-2013)
Cuadro 2: Deforestación acumulada en la Amazonía brasilera por subcuencas (subcuencas con más de 30% de pérdida de bosque)
equipamientos, así como para bienes donados por entidades extranjeras que se destinaban a la Amazonía.
Al mismo tiempo se desencadenaron grandes operaciones de fiscalización que llevaron al cierre de cerca de 1.500 empresas madereras ilegales, más
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El año 2003, fue marcado por el agravamiento de la deforestación en la Amazonía. Los datos presentados por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), indicaron que las tasas estaban creciendo rápidamente e indicaban para 2004, un incremento de alrededor del 10%, con lo que la tasa iba superar a los 27 mil km2, el segundo mayor índice desde que la agencia espacial comenzó el monitoreo en 1988. Como respuesta a estos sucesivos y expresivos aumentos en las tasas de deforestación en la Amazonía, el gobierno federal puso en marcha el primer plan integrado para combatir la deforestación, con la participación de 11 ministerios y un presupuesto de 394 millones de reales: el Plan de Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonía Legal (PPCDAm).
de 1 millón de metros cúbicos de madera confiscados y la detención de cerca de 700 personas, entre ellas algunos funcionarios de los gobiernos federal y departamentales.
Un estudio reciente constató que el consumo interno y las exportaciones de soya, carne y otros productos cultivados en la Amazonía son las principales causas de la deforestación en esta región15.
El plan ha promocionado mejoras en el sistema de monitoreo de la deforestación a cargo de INPE, con el desarrollo de la herramienta Deter - Detección de Deforestación en Tiempo Real y del Detex, herramienta diseñada para monitorear la tala selectiva.
Entre 2000 y 2010, la deforestación acumulada casi se duplicó, pasando de 202.000 km2 en 1999 a 385.000 km2 en 2010. La evaluación de la deforestación llevada a cabo por Imazon corrobora las estimaciones oficiales16.
Durante los primeros seis años de operación del PPCDAm, entre 2004 y 2010, hubo reducción significativa de la deforestación, a excepción del año 2008. La reducción acumulada en el período fue de 74,79%.
Es importante destacar que las lógicas económicas y geopolíticas que condujeron al modelo secuencial y permanente de degradación y supresión del bosque amazónico se apoyaron en la ausencia de políticas de regularización de la tenencia de las tierras. Hasta 2012 Brasil no tenía un sistema de catastro rural. No tuvieron éxito varias iniciativas de regularización – nuevo catastro de propiedades de más de 10 mil ha en 1999; nuevo catastro en municipios escogidos en 2001, 2004 y 2008 – y a fines de 2006 todavía había grandes disputas sobre formalización de la ocupación y el uso de tierras públicas en la Amazonía17.
Causas directas e indirectas de la deforestación reciente La expansión de la siembra mecanizada es un factor clave en la dinámica de la deforestación. Aunque se encuentra principalmente en las áreas de sabana, la siembra también se ha instalado en zonas de pastos ya abiertas en el bosque, lo que reduce los costos de instalación, haciendo que la ganadería se desplace hacia nuevas áreas boscosas. La expansión de la soya afecta en especial a los bosques de transición entre el bosque denso y la sabana del altiplano central, sobre todo en los Estados de Mato Grosso y Pará13. Del mismo modo, en 2007 más del 60% de las áreas deforestadas en la Amazonía fueron destinadas a pastos y aproximadamente 8% a la agricultura14.
deforestación de la Amazonía. Entre los aspectos más cuestionados de la nueva ley está una amnistía a los propietarios de tierras deforestadas antes de 2008, la reducción de las APP, la falta del criterio de restauración de la vegetación (obligatoria en muchos casos) y la reducción de la Reserva Legal (área de la propiedad privada donde la vegetación original no puede ser sustraída). La nueva ley fue promulgada en mayo de 2012. En el primer año de su vigencia, la deforestación en la Amazonía brasilera fue de 5.843 km2, un incremento del 28% respecto al año anterior según PRODES. Se invirtió la tendencia decreciente que se había observado desde 2004. Los estados que más deforestaron entre 2012 y 2013 fueron Mato Grosso, Pará y Roraima, en donde avanza la frontera del agronegocio.
En 2009, Brasil se comprometió a reducir de forma voluntaria las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 38,9% al año 2020. Entre las medidas adoptadas figura la reducción del 80% en las tasas anuales de deforestación en la Amazonía Legal respecto del promedio entre los años 1996 a 2005. De 2005 a 2012 las tasas fueron disminuyendo, con excepción de 2008 y 2013. Hay que señalar que la deforestación no está bajo control, y que las políticas equivocadas pueden llevar a un nuevo incremento. La creciente demanda de carne y biocombustibles, como ha señalado Nepstad18, el aumento de las áreas de concesión de petróleo y la reducción de la protección de los bosques como resultado de la nueva Ley Forestal deben ser las preocupaciones centrales en el futuro próximo.
En noviembre de 2013, la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) adjudicó nuevas áreas de explotación de petróleo y gas en Acre. Aunque no sean destinadas a la explotación de gas de esquisto, las reglas de la licitación disponen que, si se los encuentra se los puede explotar, lo que podría causar daños adicionales al medio ambiente.
Escenarios futuros En 2012, el Congreso aprobó considerables cambios en el Código Forestal Brasilero (Leyes 12.651 y 12.727). La nueva ley no solo reduce las Áreas de Preservación Permanente (APP), sino que permite que algunas propiedades no estén sujetas a la protección de tierras altas y pendientes. Este fue un logro para la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA). Si bien el mayor impacto de los cambios no afecta a los biomas amazónicos, algunos puntos tendrán impacto directo en la
Democratización de los datos y análisis sobre deforestación en la Amazonía brasilera
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BRASILERA (1970-2013)
El Prodes surgió en 1989 a raíz de una serie de iniciativas de conservación que marcó el final de la década de 1980, como el lanzamiento del Programa Nuestra Naturaleza (Decreto Federal 96.944 de octubre de 1988); creación del IBAMA Instituto Brasilero de Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ley 7.535 de febrero de 1989); suspensión de los incentivos fiscales para los proyectos que hubieran implicado la deforestación en la Amazonía Legal (Decreto 97.637 de abril de 1989); y la creación del Fondo Nacional del Ambiente (Ley 7.797 de julio de 1989).
20
Desde su origen el Prodes estaba rodeado de controversias. La primera de ellas se hizo porque el cálculo del porcentaje de la deforestación fue originalmente basado en el área de la Amazonía Legal (Ley 1806 de enero 1953). Como la superficie forestal es significativamente menor, la tasa de pérdida de bosques se estimó deliberadamente hacia abajo, dando lugar a una fuerte reacción por parte de los investigadores y ambientalistas, con gran impacto en su credibilidad. A lo largo de la década de 1990, hasta el año 2003, los datos fueron lanzados con un retraso de lo máximo dos años y siempre con cálculos genéricos y máxima desagregación al nivel de los estados, tornándolos inútiles para la definición y planificación de las políticas públicas. No hubo en los informes cualquier información geográfica sobre la ubicación de la deforestación, siendo negado el acceso a la base cartográfica, incluso para los propios organismos gubernamentales. La falta de transparencia de la información sobre la deforestación no permitía ningún tipo de validación por otras agencias del gobierno o de la sociedad civil, abriendo espacio para una intensa manipulación política. Uno de los casos más conocidos fue el intento de reducir el impacto en la opinión pública sobre la deforestación máxima ocurrida en el período de 1994-1995. Para eso, los datos sólo se presentaron en 1996, en un acto en el que enfatizó la reducción observada en el período siguiente (95-96), en un descarado intento de minimizar el crecimiento de 95% de la deforestación en el periodo anterior. Esta situación se mantuvo hasta 2003, cuando se negoció la liberación de la base cartográfica digital del Prodes, a partir de una fuerte demanda por parte del Ministerio del Medio Ambiente en la gestión de Marina Silva, y que requirió la intervención directa del presidente Lula, dada la reacción de áreas conservadoras del gobierno.
Desde entonces varias mejoras fueron implementadas en Prodes: (i) la disponibilidad de imágenes, interpretación y análisis de datos en internet, dando transparencia a las tasas anuales estimadas de deforestación bruta y desagregada por estados, municipios y otros cortes espaciales; (ii) mejorar la calidad cartográfica de los análisis; (iii) el aumento del número de sensores utilizados para generar una tasa anual estimada de deforestación al minimizar el efecto de la cobertura de nubes: (iv) la ampliación del personal técnico y la infraestructura necesaria para reducir el tiempo de generación de las estimaciones anuales reducida de ocho para cinco meses, y (v) el montaje de una base de datos consolidada (sistema TerraAmazon) con los datos de Prodes digital. A la vez, se han realizado inversiones en el desarrollo de un nuevo sistema, DETER (Detección de Deforestación en Tiempo Real), que actúa como un sistema de alerta permanente de deforestación en la Amazonía. Cada 15 días se genera información georeferenciada sobre los cambios en la cubierta forestal de la región, lo que permite la ejecución de una actuación más rápida de la supervisión y planificación de las operaciones integradas de control. A pesar de la información ser generada a partir imágenes de satélite de resolución espacial menos precisa (250 metros), el Deter ha demostrado ser muy útil para acelerar la lucha contra la tala ilegal, ya que proporciona los datos con mayor frecuencia temporal. Las imágenes de Deter también están disponibles en internet (www.obt.inpe.br/deter), por el INPE, que permite la descarga y el uso sin restricciones por todos los interesados. Adicionalmente, un nuevo sistema llamado Detex (Sistema de Detección de Explotación Forestal) fue desarrollado e implementado para monitorear el impacto de la tala selectiva en el bosque, como la apertura de caminos, patios para almacenar troncos y la retirada de árboles. En el período 2003-2009 los ministerios de Medio Ambiente y de Ciencia y Tecnología, realizaron seminarios anuales técnicos y científicos involucrando a los gobiernos federales, estatales y municipales, así como universidades, organizaciones no gubernamentales y movimientos sociales, para analizar los datos de la deforestación y debatir políticas públicas necesarias para mantener la reducción de la tasa de deforestación que se inició en 2004. En este contexto, se destacan las contribuciones de Imazon e ISA, organizaciones de la sociedad civil con capacidad significativa en la operación de los sistemas de informaciones geográficas y análisis territoriales, en la discusión metodológica y evaluaciones de datos a través de la aguda conciencia de la realidad de las regiones específicas en el Amazonas. (Ver box Prodes/INPE x Imazon/RAISG). Desde 2010, en el gobierno de Dilma Rousseff, estos seminarios ya no se llevan a cabo, así como los datos de DETER, antes totalmente libres, ahora se han restringido. João Paulo R. Capobianco (Secretario Nacional de Biodiversidad y Secretario Ejecutivo del Ministerio del Medio Ambiente - MMA, en el período de 2003 a 2008, durante la gestión de Marina Silva, coordinador por el MMA del Grupo Interministerial de elaboración e implantación del PPCDAm - Plan de Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonía).
Fuentes de referencia 1 Fearnside, P. M. (2005). Desmatamento na Amazônia brasileira: história, índices e conseqüências. Megadiversidade 1(1), 113-123. 2 INPE (2004). Monitoramento da Floresta Amazônica Brasileira por Satélite, Projeto PRODES. Instituto de Pesquisa Espaciais, http://www.obt.inpe.br/prodes.html. 3 Fearnside, P. M. (2005). Deforestation in Brazilian Amazonía: history, rates, and consequences. Conservation biology 19(3), 680-688. 4 Fearnside, P. M. (1996). Amazonían deforestation and global warming: carbon stocks in vegetation replacing Brazil’s Amazon forest. Forest ecology and management 80(1), 21-34. 5 Mello, N.A. (2011). Território e gestão ambiental na Amazônia: terras públicas e os dilemas do Estado. São Paulo: Annablume, Fapesp. 6 Capobianco, J. P. R. (2002). Biomas Brasileiros. In: CAMARGO, A.; CAPOBIANCO, J.P.R.; OLIVEIRA, J.A.P. (Org.). Meio Ambiente Brasil: avanços e obstáculos pós Rio-92. São Paulo: Estação Liberdade : Instituto Socioambiental; Rio de Janeiro: Fundação Getúlio Vargas. 7 Nepstad, D. et al (2000). Avança Brasil: os custos ambientais para a Amazõnia. ISA/IPAM. 24 pg. 8 Margulis, S. (2003). Causas do Desmatamento da Amazônia Brasileira - 1ª edición – Brasília, Banco Mundial. 9 Nepstad, D. et al. (2008) Interactions among Amazon land use, forests and climate: prospects for a near-term forest tipping point. Phil. Trans. R. Soc. B, London, v. 363, n. 1498, p. 1737-1746. Disponible en: <http://rstb.royalsocietypublishing.org/ content/363/1498/1737>. 10 Margulis, S. (2003) Op. Cit. 11 Barros, A. C. & Veríssimo, A. (eds.) 2002. A Expansão Madeireira na Amazônia: Impactos e Perspectivas para o Desenvolvimento Sustentável no Pará. 2ª ed. Belém: Imazon. 12 Fearnside, P. M. (2007). Brazil’s Cuiabá-Santarém (BR-163) Highway: the environmental cost of paving a soybean corridor through the Amazon. Environmental management, 39(5), 601-614. 13 Alencar, A. A., Nepstad, D., McGrath, D., Moutinho, P., Pacheco, P., Diaz, M. V., & Soares Filho, B. (2004). Desmatamento na Amazônia: indo além da” emergência crônica”. Manaus: Instituto de Pesquisa Ambiental da Amazônia. 14 EMBRAPA/INPE (2011). Levantamento de informações de uso e cobertura da terra na Amazônia. TerraClass 2008. Sumário Executivo. 15 Agência FAPESP (2013). Por trás do desmatamento da Amazônia. http://agencia.fapesp.br/por_tras_do_desmatamento_da_Amazonía/17903/ 16 Souza Jr, C. M., Siqueira, J. V., Sales, M. H., Fonseca, A. V., Ribeiro, J. G., Numata, I., & Barlow, J. (2013). Ten-year Landsat classification of deforestation and forest degradation in the Brazilian Amazon. Remote Sensing, 5(11), 5493-5513.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA BRASILERA (1970-2013)
El monitoreo de la Amazonía brasilera, implementado por el INPE - Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales a través del PRODES (Proyecto de Monitoreo por Satélite de la Deforestación en la Amazonía Brasilera), comenzó como parte de los esfuerzos realizados por Brasil para responder a las enormes repercusiones internacionales por la escalada depredadora registrada en la Amazonía, que implica no sólo la destrucción del bosque, sino también la desintegración violenta de las comunidades indígenas y extractivas, que se produjo en los años 1970 y 1980.
17 Barreto, P., Pinto, A., Brito, B., & Hayashi, S. (2008). Quem é o dono da Amazônia?: uma análise do recadastramento de imóveis rurais. Instituto do Homem e Meio Ambiente da Amazônia-IMAZON. 18 Nepstad, D. C., Stickler, C. M., Soares-Filho, B., & Merry, F. (2008). Interactions among Amazon land use, forests and climate: prospects for a near-term forest tipping point. Philosophical Transactions of the Royal Society B: Biological Sciences, 363(1498), 1737-1746.
21
DEFORESTACIÓN en la
Cuadro 1: Deforestación en la Amazonía colombiana
AMAZONÍA COLOMBIANA
El 50% de la deforestación está en el arco noroccidental, principalmente por la expansión de la frontera agrícola y la minería ilegal
Tasa de deforestación
Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Amazonía colombiana fuera de ANP y TI
Territorio Indígena reconocido
De acuerdo a la interpretación satelital para el año 2000 el amazonas colombiano contaba con 430.863 km2 de bosques, y un 7,4% de deforestación acumulada (34.673 km2). Según la interpretación satelital, la pérdida de bosque entre los años 2000-2010 (deforestación reciente) alcanzó los 9.613 km2. La pérdida fue menor de 2000 a 2005 con 3.445
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA COLOMBIANA (1970-2013)
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía colombiana
22
34.673
3.446
6.167
1.684
2,4
9,9
156.369
29.058
2.419
4.947
1.167
5,5
24,0
248.772
4.420
775
788
294
0,7
2,5
248.772
4.420
775
788
294
0,7
2,5
92.148
1.564
318
406
246
1,1
2,7
92.148
1.564
318
406
246
1,1
2,7
Áreas Naturales Protegidas2 nacional-uso indirecto 1
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como
enclaves de sabanas o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013
Figura 2: Distribución de la deforestación en la Amazonía colombiana
En este territorio hay 18 áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales que ocupan 94.464 km2 y 206 Territorios Indígenas – Resguardos que cubren 257.420 km2. Dado que existen superposiciones entre estas dos figuras, la extensión total que abarcan Parques Nacionales y Resguardos es de 319.769 km2 (69% de la Amazonía colombiana). Se puede observar que la pérdida de bosque en los parques amazónicos ha
Figura 1. Deforestación reciente en la Amazonía colombiana, dentro y fuera de ANP y TI
sido baja (2,5% en resguardos indígenas y 2,7% en parques nacionales) en relación con la deforestación en las áreas sin protección legal.
aislada, la cual ha tenido poca relevancia a nivel nacional y se encuentra en marcada en pocas políticas de manejo.
Para el año 2013, las Áreas Naturales Protegidas (ANP) cubrían cerca del 17% de la Amazonía colombiana con base en el área oficial, de los cuales se analizó que 92.148 km2 estaban cubiertos originalmente por bosques. La pérdida acumulada hasta 2010 fue de 724 km2 de bosque por deforestación, siendo para el periodo 2000-2005 la deforestación acumulada de 318 km2. La pérdida fue mayor entre 2005 y 2010 con 406 km2, esto equivale a un cambio de 0,3% y 0,4%, respectivamente. En Áreas Protegidas en general la deforestación es baja, aunque se destacan áreas donde la deforestación es marcada como es el caso del PNN Sierra de la Macarena, que para el periodo 2001-2010 reportó 142 km2 deforestados, para 2010 presentó una pérdida de bosque de 86 km2, con respecto a lo reportado en el periodo anterior y en el periodo 2010-2013 la deforestación fue de 45.9 km2. Le sigue el PNN Tinigua con 141 km2, la RN Nukak, con 131 km2, ambos en el periodo 2000-2013.
Aunque las primeras misiones en la Amazonía accedieron la región vía fluvial por el río Amazonas en el siglo XVII, la primera ocupación de colonos andinos ocurrió hasta principios del siglo XIX. En esa época se fundaron varios poblados en el piedemonte de los departamentos del Meta, Caquetá y Putumayo, los cuales llegaron a estas tierras impulsados por la comercialización de la quina y el caucho. Más adelante, el gobierno inició la construcción de vías de comunicación. En los años treinta, se produjo una segunda ola de migración, promovida por el Estado ante la necesidad de afianzar la soberanía nacional. A mediados de esa década empezaría la reforma agraria que motivó el desplazamiento de campesinos provenientes del sur de la región andina.
Respecto a los 206 resguardos indígenas, de acuerdo a la información digitalizada por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y las resoluciones del INCODER, el área en bosque suma un total de 248.772 km2. Para el 2005 se reportaba 775 km2 deforestados que equivalen a un cambio porcentual de 0,3% en relación al área de bosque original y 788 km2 para el 2010, es decir, 0,3%. En el periodo 2010-2013 el área deforestada es de 294 km2, 0,1%. Por último, el mayor porcentaje de deforestación se presenta en las cuencas altas de los ríos Caquetá, Guaviare y Putumayo, las cuales corresponden al arco noroccidental de la Amazonía colombiana. Hoy en día, estas cuencas altas están cubiertas primordialmente por zonas de pastizales, vegetación secundaria de origen antrópico y mosaicos de pastos o cultivos. Pequeños fragmentos boscosos discontinuos comunican las tierras altas con las tierras bajas. Cabe resaltar que la deforestación en las cuencas bajas de la Amazonía colombiana, se caracteriza por lucir como pequeños parches aislados, resultantes de la intervención de grupos indígenas que establecen zonas de cultivo transitorios (Cuadro 2).
Contexto histórico de la deforestación La Amazonía Colombia ha sido ocupada por diversos grupos indígenas desde épocas inmemoriales3. Por sus condiciones climáticas, geográficas (difícil acceso) y salubridad, la región es considerada como un área
En los años cuarenta, con el conflicto interno del país, se agudizó el desplazamiento de la población andina. Para finales de la década de los cincuenta se establecieron tres frentes de colonización en las zonas puntuales: La Mono, Maguaré y Valparaíso en el departamento de Caquetá (Ley 20 de 21/9/59), con la meta estatal de colonizar 6.920 km2. La migración impulsada por la exploración petrolera en el piedemonte del Putumayo se produjo en los años cincuenta4. Esta colonización afectó principalmente los municipios de San José del Guaviare y el Retorno. El poblamiento urbano de la región amazónica, resultó de los auges del caucho y la quina, así como de las explotaciones de madera, marihuana y coca. Esas bonanzas pasajeras, dejaron asentada en el territorio una población colona sin ingresos5, y fue así como a fines de esta década, los cultivos de coca atrajeron nueva población migrante. A partir de los años ochenta, se establecieron extensos cultivos ilícitos, y en las siguientes dos décadas esta agroindustria clandestina generó una pérdida aproximada de 110.026 hectáreas de bosques primarios.6 El 55,1% de esos cultivos se concentró en los bosques bajos y de piedemonte de la Orinoquia y Amazonía en los departamentos de Meta, Guaviare, Putumayo y Caquetá; y en menor medida Vichada, Guainía, Vaupés y Amazonas. El caso del departamento del Guaviare es sintomático: aunque ancestralmente sufrió actividades extractivas de caucho y de pieles, su historia de deforestación se inició en los años cincuenta con la llegada de población desplazada por la violencia política del país. De acuerdo a la información generada por CEPAL y Patrimonio Natural7, la deforestación acumulada hasta los años ochenta se calculaba en 19.973 km2 y para
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA COLOMBIANA (1970-2013)
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente
km2, contra 6.167 km2 en el período subsecuente de 2005 a 2010. Esto equivale a un cambio porcentual de 0,7% para el primer período sobre el bosque original (2000-2005) y de 1,3% para el periodo 2005-2010. En cuanto al último periodo de estudio, 2010-2013, se encontró un área deforestada de 1.684 km2, lo que equivale a una pérdida porcentual de 0,36% en relación al área de bosque original. En donde la deforestación acumulada total sobre el bosque original fue de un 10% aproximadamente (Cuadro 1).
465.536
Territorios Indígenas2
De acuerdo con el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, la Amazonía colombiana tiene una extensión de 483.164 km2 que equivalen al 42,3% del territorio continental Colombiano1 y el 6,2% de la Amazonía2. Esta área se caracteriza por una riqueza paisajística única y por ser una de las regiones de mayor concentración de biodiversidad, importancia hídrica y de más alta diversidad lingüística. La región se encuentra cubierta principalmente por zonas boscosas, que se ubican en la franja del clima húmedo tropical. Estas formaciones son predominantemente de bosques tropicales densos, bosques semihúmedos de transición, bosques tropicales abiertos, bosques estacionales deciduales y semideciduales, extensas sabanas, áreas de suelos arenosos y un mosaico de formaciones pioneras que se convierten en áreas de transición con otros ecosistemas de regiones aledañas, donde se resalta el importante papel de la zona occidental, constituyendo un puente natural de intercambio de especies entre los páramos, los bosques andinos y los bosques densos amazónicos.
% deforestación sobre el bosque original
23
Deforestación por período Subcuenca (orden 3)
% deforestación sobre el bosque original
Superfície boscosa original estimada
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Caquetá
68.156
16.460
916
2.665
440
5,9
30,1
Guaviare
118.212
9.028
1.156
1.685
633
2,9
10,6
Putumayo/Iça
57.287
4.505
286
369
88
1,3
9,2
Uaupés
36.929
1.846
508
443
147
3,0
8,0
Am. Alto (B) Yarí Caquetá/Japurá (M y B)
2.455
73
36
55
2
3,8
6,8
34.492
580
178
571
215
2,8
4,5
103.493
1.722
289
297
125
0,7
2,4
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional
Aunque la deforestación que afecta la Amazonía colombiana no presenta valores alarmantes, tiende a presentar un aumento. De acuerdo a los análisis realizados en el marco de la RAISG, las áreas con mayor deforestación corresponden al piedemonte amazónico y los bosques del norte del mismo, lo cual es preocupante ya que son las áreas de nacimientos de algunos ríos que bañan la Amazonía. Cabe notar que en las áreas protegidas y los territorios indígenas, la pérdida de bosque es baja, mientras que las áreas sin protección legal fueron las que presentaron mayor deforestación. El análisis arroja que la deforestación ha estado ligada por años, a los flujos migratorios que se presentan principalmente en la zona de transición andino-amazónica. Es allí, donde actualmente existen áreas de explotación petrolera y minera, con el consiguiente avance de la colonización. Sin embargo, la biodiversidad ha sido altamente socavada en las últimas décadas al aplicarse en la región un modelo de extracción de sus recursos, tanto de manera legal como ilegal, lo que constituye la mayor amenaza a su integridad ecosistémica.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
26
En los años 1990, el avance colonizador provino del sur-occidente del Meta y el desplazamiento de población desde el eje San José-El RetornoCalamar8. A partir del año 2000, debido a las políticas implementadas en Colombia, se inició un auge petrolero y minero sin precedentes. Esto se reflejó en el piedemonte, donde se abrieron importantes áreas a la explotación petrolera en la cuenca alta del rio Putumayo. En paralelo, factores como los precios de los cultivos ilícitos, el conflicto armado, la falta de presencia estatal y el auge minero y petrolero, entre otros, han acentuado la alta dinámica de deforestación que se presenta en este arco. Los factores económicos históricos que han impactado son: la consolidación de la tendencia a la urbanización, impulsada por la creciente industrialización en las ciudades principales; la saturación de tierras de pequeños propietarios en la región andina, con el subsecuente incremento en la migración a las zonas de frontera de los bosques de tierras bajas de la Amazonía y las faldas de los Andes; el desarrollo y aumento estable del narcotráfico, que ha invadido progresivamente las fronteras agrícolas; la distribución desigual de la tenencia de la tierra; y los problemas estructurales de movilidad social con efectos importantes en los mercados laborales9. Esto aunado a la falta de políticas y de
ordenamiento, ha generado caos en el manejo adecuado de estos territorios. De acuerdo a la Política de Bosques10 y el Informe Anual sobre el Estado del Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables en Colombia11, las causas principales de la pérdida de cobertura han sido la expansión de la frontera agropecuaria, minería, colonización, construcción de obras de infraestructura, cultivos ilícitos, consumo de leña, incendios forestales y la producción maderera para la industria y el comercio. En conclusión, y acuerdo con Política de Bosques y el Informe Anual sobre el Estado del Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables en Colombia, se puede afirmar que la deforestación ha estado relacionada a factores socioeconómicos y ambientales. Los agentes principales han sido la expansión de la frontera agricola; el aumento de las áreas urbanas y la infraestructura vial12, 13; la navegabilidad de grandes ríos14, la explotación petrolera15, la expansión de los cultivos de coca16,17,18, y más recientemente la explotación minera19. Estos procesos, han traído como consecuencia la reducción de la masa forestal natural, lo que conlleva a la pérdida de biodiversidad, el deterioro de los suelos, la alteración del ciclo hidrológico y la baja calidad de las áreas remanentes, entre otros impactos20. Se ha identificado cuatro grupos de agentes principales para el análisis de los procesos de transformación de la cobertura boscosa a nivel nacional: agricultores, ganaderos, empresas mineras y actores armados21.
Como revela este documento, la deforestación es menor en áreas protegidas y territorios indígenas, motivo por el cual es importante mantener estas áreas y fortalecer la gobernanza ambiental ejercida en estos territorios. Así como, mantener un sistema de monitoreo de la deforestación para hacer seguimiento de dicho proceso y tomar medidas preventivas y correctivas. La iniciativa debe partir del gobierno central, regional y local, para detener la pérdida de bosque y por ende de todo un sistema. Bajo este contexto, actualmente Colombia tiene un compromiso internacional de deforestación neta zero para el 2020, el cual se desarrolla bajo la política de “Visión Amazonía 2020” que maneja el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y la estrategia de crecimiento verde del “Plan Nacional de Desarrollo 2015-2020”. Tanto Visión Amazonía 2020, como el Plan de Desarrollo, tienen el compromiso de apoyar el fortalecimiento de la gobernanza en TI y ANP28.
La política de bosques23 discriminó por orden de importancia las siguientes causas de la deforestación a nivel nacional: expansión de la frontera agropecuaria, colonización, construcción de obras de infraestructura, cultivos ilícitos, consumo de leña, incendios forestales y producción de madera para la industria y el comercio. El documento Visión Colombia 201924 atribuye los procesos de deforestación a la expansión de la frontera agropecuaria y la colonización, incluidos los cultivos ilícitos, seguidos en importancia por la extracción de madera y los incendios forestales25.
CEPAL y Patrimonio Natural29, plantean que la Amazonía colombiana puede verse confrontada con distintos escenarios, los cuales muestran futuros muy diversos, según las apuestas que el país haga hoy frente a temas de alta relevancia para la región: su visión geopolítica y fronteriza, la importancia del cambio climático, la conservación, la salvaguarda de la cultura y el conocimiento indígena; la creciente presión por recursos naturales como minerales, tierra, agua y petróleo; las actividades productivas y la orientación de la investigación; el desarrollo de infraestructura; y la lucha contra la ilegalidad. Adicionalmente, el escenario de posconflicto y construcción de Paz que pueda desarrollarse dependiendo de los resultados en las negociaciones en la Habana entre el Estado Colombiano y las FARC-EP, también serán de enorme importancia para la Amazonía y los procesos de gobernanza y deforestación. Un contexto de posconflicto aporta tanto grandes oportunidades como grandes retos y responsabilidades, en cuanto a mitigar los impactos ambientales de un crecimiento económico sobre la región Amazónica y propiciar una política de desarrollo diferenciado y sostenible.
Las dinámicas actuales están siendo impulsadas por desarrollos agrícolas y mineros en los bordes y en el interior de la región del piedemonte, así como por el conflicto armado y el narcotráfico, lo cual genera nuevos asentamientos y densifica los existentes. Se están produciendo migraciones motivadas por nuevas ofertas de trabajo para desarrollos mineros y agrícolas, especialmente en los departamentos de Guainía, Meta y Vichada26. La dinámica de colonización se ha dado en terrenos baldíos y en zonas de reserva forestal, generando acciones que permiten sustracción, titulación y venta de predios. La minería ilegal se concentra en las cuencas de los ríos Caquetá, Orteguaza, Vaupés y Guainía. Esto persiste por la falta de vigilancia estatal, la ausencia de alternativas económicas, los altos precios del oro y otros minerales en el mercado internacional, la presión de la fuerza pública sobre los cultivos ilícitos, y la presencia y financiación de fuerzas ilegales en la cuenca del Caquetá27.
En conclusión, aun siendo cierto que en Colombia existen avances en marcos normativos de protección de Parques Nacionales y Resguardos, no se cuenta con una visión coherente de la región Amazónica que oriente el desarrollo de políticas específicas. Esto trae como consecuencia, una visión fragmentada y en muchos casos contradictoria, entre diversas instituciones, así como entre actores con incidencia en esta región. Sin embargo, cabe resaltar que existen importantes avances desde lo local, como es el caso de los gobiernos indígenas y de entidades que vienen trabajando sistémicamente sobre la protección del territorio Amazónico, aportando a su ordenamiento. El reto está, en cómo iniciativas políticas desde el Estado central se han de articular con los avances y las propuestas existentes, para construir una visión política conjunta de la Amazonía, articulando el desarrollo económico y la resiliencia y sostenibilidad social, cultural y ambiental de la región.
De acuerdo con Murcia et al.22, la deforestación se debe principalmente a la praderización y ganadería, la cual posteriormente en algunos casos es utilizada por cultivos ilícitos, reportado por el SIMCI-UNOD (2002 a 2007). La deforestación impacta los Parques Nacionales Naturales del piedemonte, específicamente el departamento del Meta (PNN Sierra de la Macarena, PNN Cordillera de Picachos y PNN Tinigua).
los noventa ya alcanzaba los 27.942 km2. Este aumento se debió a la ampliación de la frontera agrícola, la ganadería extensiva, incendios forestales y tala y venta de madera.
Escenarios futuros
Fuentes de referencia 1 García, U. G. M., et al. (2009). Monitoreo de los bosques y otras coberturas de la Amazonía colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas” SINCHI”. 2 Amazonía (2012). Áreas protegidas y territorios indígenas, Red Amazónica de Información Socioambiental Georrefrenciada. www.raisg.socioambiental.org 3 Martínez G. & Sánchez E. (2007). Contexto físico natural del sur de la Amazonía. En: Ruiz, S. L., et al. (eds.). Diversidad biológica y cultural del sur de la Amazonía colombiana - Diagnóstico. Bogotá: CorpoAmazonía, Humboldt, Sinchi, UAESPNN. 4 Etter, A., et al. (2008). Historical patterns and drivers of landscape change in Colombia since 1500: a regionalized spatial approach. Annals of the Association of American Geographers, 98(1), 2-23. 5 CEPAL & Patrimonio Natural (2013). Amazonía posible y sostenible. CEPAL & Patrimonio Natural. Bogotá. 6 Gobierno de Colombia (2010). Colombia: Monitoreo de Culitvos de Coca 2009. United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC), Bogotá, Colombia. 7 CEPAL & Patrimonio Natural (2013). Op. Cit. 8 García, U. G. M., et al. (2009). Op. Cit. 9 González, J.J., et al. (2011). Análisis de tendencias y patrones espaciales de deforestación en Colombia. Bogotá, Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM). 10 Expedida mediante documento CONPES 2750 de 1994 (Ministerio de Medio Ambiente y DNP, 1996) (Ortega et al., 2010). 11 Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) 2004. Informe Anual sobre el Estado del Medio Ambiente y los Recursos Naturales Renovables en Colombia [en línea]. Bogotá. https://www.siac.gov.co 12 Etter, A., et al. (2008). Historical patterns and drivers of landscape change in Colombia since 1500: a regionalized spatial approach. Annals of the Association of American Geographers, 98(1), 2-23. 13 Rincón A., et al. (2007). Modelamiento de presiones sobre la biodiversidad en la Guayana. Revista Internacional de Tecnología, Sostenibilidad y Humanismo, diciembre 2006. Nº 1:211-244. 14 Armenteras, D., et al. (2009). Are conservation strategies effective in avoiding the deforestation of the Colombian Guyana Shield?. Biological Conservation, 142(7), 1411-1419. 15 Martínez G. & Sánchez E. (2007). Op. Cit. 16 Dávalos, L. M., et al. (2011). Forests and drugs: coca-driven deforestation in tropical biodiversity hotspots. Environmental science & technology, 45(4), 1219-1227. 17 Armenteras, D., et al. (2009). Are conservation strategies effective in avoiding the deforestation of the Colombian Guyana Shield?. Biological Conservation, 142(7), 1411-1419. 18Etter, A., et al. (2008). Historical patterns and drivers of landscape change in Colombia since 1500: a regionalized spatial approach. Annals of the Association of American Geographers, 98(1), 2-23. 19 Romero-Ruiz M. & Sarmiento, A. (2011). Presiones y Amenazas de la cuenca de la Amazonía [en línea]. Bogotá: Fundación Gaia Amazonas, 2011.http://www.gaiaamazonas.org/es/presiones-y-amenazas-de-la-cuenca-amazonica 20 Romero-Ruiz M.; Sarmiento, A. (2011). Ibíd. 21 González, J.J., et al. Op. Cit. 22 García, U. G. M., et al. (2009). Monitoreo de los bosques y otras coberturas de la Amazonía colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas” SINCHI”. 23 Ministerio de Medio Ambiente, Departamento Nacional de Planeación. (1996). Política Nacional de Bosques. CONPES No. 2834. Bogotá, Colombia. 24 Departamento Nacional de Planeación (DNP) (2007). Visión Colombia 2019: Consolidar una gestión ambiental que promueva el desarrollo sostenible. Propuesta para discusión. DNP, Bogotá. 25 González, J.J., et al. Op. Cit. 26 CEPAL & Patrimonio Natural (2013). Op. Cit.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA COLOMBIANA (1970-2013)
Causas directas e indirectas de la deforestación reciente
Cuadro 2. Deforestación acumulada en la Amazonía colombiana por subcuencas (cuencas mayores a 500 km2)
27 CEPAL & Patrimonio Natural (2013). Ibíd. 28 Departamento Nacional de Planeación (DNP) (2015). Bases del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018. 29 CEPAL & Patrimonio Natural (2013). Op. Cit.
27
DEFORESTACIÓN en la
AMAZONÍA ECUATORIANA
El crudo abre camino a la explotación de madera y va seguir como principal amenaza en los próximos años
Cuadro 1: Deforestación en la Amazonía ecuatoriana Tasa de deforestación
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Amazonía ecuatoriana
97.530
9.343
487
424
216
1,2
10,7
23.026
8.836
83
75
40
0,9
39,2
60.240
2.924
334
278
140
1,2
6,1
Ocupación Tradicional sin reconocimiento
48.701
1.049
281
218
115
1,3
3,4
Territorio Indígena reconocido
11.539
1.875
53
60
25
1,2
17,4
Fuera de ANP y TI Territorios Indígenas2
En Ecuador la Amazonía se define oficialmente siguiendo el límite político-administrativo (provincias) y cubre 116.588 km2, que representan 45,5% de la superficie del país y menos de 2% de la macrocuenca amazónica. Desde una perspectiva ecológica, la Amazonía biogeográfica comprende varios ecosistemas, que según el Mapa de Ecosistemas del Ecuador Continental1 se resumen como: arbustales, bosques inundables e inundados, vegetación lacustre, bosque semideciduo, bosque siempreverde de penillanura, de llanura, montano, piemontano, bosques sobre mesetas areniscas de la cordillera del Cóndor y herbazales inundables y montanos. La presente evaluación ha sido realizada sobre la porción que corresponde a la Amazonía biogeográfica (bioma amazónico), que cubre una superficie estimada en 103.426 km2, esto es 41,2% de la superficie del país. Se denomina como deforestación acumulada aquella ocurrida entre 1970-2000 y deforestación reciente aquella detectada entre 2000-2013.
satelitales, la pérdida de bosques entre los años 2000-2013 (deforestación reciente) alcanzó 1.127 km2. La pérdida fue mayor durante el período 20012005 en el cual se deforestaron 487 km2, en comparación a 424 km2 del período subsecuente de 2005-2010 y 216 km2 del período 2010-2013. Para el año 2013 las Áreas Naturales Protegidas (ANP) cubrían una superficie de 30.977 km2 de la Amazonía biogeográfica (31,8%). Con base en imágenes satelitales del 2000, se identificó que 29.090 km2 estaban cubiertos por bosques dentro de las ANP (Cuadro 1). En este año la deforestación acumulada en ANP (1970-2000) llegó a 500 km2. Entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) la pérdida de bosques en estas
Áreas Naturales Protegidas2 Nacional-uso indirecto 1
29.590
500
190
140
68
1,3
3,0
29.590
500
190
140
68
1,3
3,0
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como enclaves
de sabanas o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013
Figura 2: Distribución de la deforestación en la Amazonía ecuatoriana
Figura 1. Deforestación reciente en la Amazonía ecuatoriana, dentro y fuera de ANP y TI
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA COLOMBIANA (1970-2013)
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía ecuatoriana
28
áreas alcanzó los 398 km2. La pérdida fue mayor en el primer período (2000-2005) con 190 km2, mientras que en el siguiente (2005-2010) alcanzó los 140 km2 y para el período más reciente se registran 68 km2, aunque en apenas 3 años. Para el año 2013, los Territorios Indígenas (TI) cubrían una superficie estimada en 62.474 km2 de la Amazonía biogeográfica ecuatoriana (60,4%), de los cuales se estima que 60.240 km2 eran cobertura boscosa originalmente. Con base en el análisis realizado mediante imágenes satelitales se determinó que la cobertura boscosa en los TI en 2013, cubría una superficie de 56.564 km2 del bioma amazónico en Ecuador. Los TI acumularon una pérdida de bosques (1970-2013) estimada en 3.676 km2 (35,1% de la pérdida de bosques en la Amazonía biogeográfica a 2013). Entre los años 2000 a 2013 (deforestación reciente) la pérdida de bosque en estas áreas alcanzó los 752 km2, que se distribuyen de forma decreciente en los períodos, así: entre 2000-2005 alcanzó 334 km2, entre 2005-2010 se redujo a 278 km2 y entre 2010-2013 los restantes 140 km2, aunque en un período de tres años (Cuadro 1). En la Amazonía biogeográfica del Ecuador, tres unidades hidrográficas (orden 3) han perdido más del 15% respecto de su cobertura de bosque original al 2013: Marañón (Numbaia), Santiago y Putumayo (Cuadro 2). La pérdida combinada de estas tres unidades representó 54,2% de la pérdida total en el período mencionado. Las dos subcuencas con mayor deforestación (Marañón y Santiago) se encuentran ubicadas en el extremo sur de la Amazonía ecuatoriana, y la que les sigue (Putumayo) se ubica al extremo norte (frontera con Colombia). En el período 2000-2005 la subcuenca con mayor superficie de pérdida de bosques corresponde a Napo y Putumayo, en toda la subregión nororiental. Para el siguiente período de 2005-2010, mientras que la superficie de deforestación se reduce en tres subcuencas (Napo, Numbaia y Tigre) y se mantiene en una (Santiago), se incrementa en las tres restantes (Morona, Pastaza y Putumayo). Entre 2010-2013, las subcuencas que registran mayor superficie deforestada, corresponden a las subregiones nororiental y central de la Amazonía ecuatoriana (Napo, Putumayo y Pastaza).
Contexto histórico de la deforestación Con el fin de salvaguardar la soberanía ecuatoriana en un espacio en disputa internacional, hacia mediados del siglo XX se promovió una política de “fronteras vivas”, que expresaba la concepción de un espacio
amazónico vacío. Esta figura luego se definió como “tierras baldías”, retomando la política de la dictadura brasileña denominada “Tierra sin gente para Gente sin tierra”2. Así, se impulsó políticas estatales para la reforma agraria (1964) y la colonización de la selva amazónica (1973): se expandieron frentes y fronteras extractivas, una economía de mercado y una política de “indigenismo integracionista” en detrimento de la identidad, cultura y base territorial de las poblaciones amazónicas. En ese contexto, se dio inicio al mercado negro de tierras y la indiscriminada explotación maderera y tala selectiva, en lo que se llamó las “sociedades de frontera”. Sin embargo, el factor que transformó definitivamente los paisajes natural y cultural de la Amazonía fue la explotación y transporte de crudo en el nororiente de la Región Amazónica Ecuatoriana (RAE) a partir de 1967, cuando se inició la extracción en el pozo Lago Agrio 1. Esto se extendió hasta la consolidación de la actual subregión petrolera en 19873. Hasta mediados de los años noventa, la ocupación de tierras “baldías” debía seguir pautas oficiales para asegurar la posesión y posterior adjudicación (titulación) de la tierra, que consistían en deforestar hasta la mitad de la finca (50 ha) para demostrar “trabajos” que generaban derechos de exclusión de uso del bosque, bajo la figura “tierra por deforestación”. Se iniciaba con la tala selectiva de especies maderables de gran demanda en el mercado formal o en circuitos de tráfico ilegal. Uno de los factores determinantes era la apertura de vías, que facilitaba el acceso al mercado y reducía los costos de explotación y tiempo de traslado. El proceso continuaba con el establecimiento de cultivos de ciclo corto y/o permanente, bajo esquemas de autosubsistencia, para luego establecer potreros para una actividad ganadera extensiva, sin mayores prácticas de manejo por el sector colono o mestizo. Las poblaciones indígenas, por su parte, mantuvieron esquemas de producción primaria para la subsistencia con escasa expansión ganadera en sus tierras, quizá con excepción de ciertos centros shuar del valle del Upano, al sur de la RAE, y cooperativas kichwa en el alto Napo, al norte de la región. Frente al rápido avance de la frontera extractiva (de recursos no renovables y explotación maderera) y agropecuaria no sostenible durante los años setenta y ochenta, se establecieron políticas de conservación de áreas de importancia biológica que apuntaban a la creación de áreas naturales protegidas, primero en el piedemonte y selva alta, y luego en la selva baja. En paralelo, desde el sector indígena se presionaba por derechos territoriales colectivos bajo una nueva perspectiva, distinta del régimen de
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA ECUATORIANA (1970-2013)
Se pudo analizar el área total del bioma por imágenes satelitales al año 2000, de la cual correspondían originalmente 97.530 km2 a cobertura boscosa. De los bosques originales se estima que se habría perdido 10.470 km2 entre 1970-2013. Fueron deforestados antes del año base (deforestación acumulada hasta el año 2000) 9.343 km2 que equivalen a 9,6% de los bosques originales. Según la interpretación de imágenes
29
Deforestación por período Subcuenca (orden 3) Marañón (Numbaia)
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
2.877
436
60
28
23
3,8
19,0
13.709
2.428
34
33
17
0,6
18,3
5.221
600
75
78
33
3,6
15,1
Napo
49.087
4.752
224
166
84
1,0
10,6
Pastaza
11.853
862
48
56
30
1,1
8,4
Marañón (MA) (Morona)
6.043
258
20
39
14
1,2
5,5
Tigre
8.733
8
26
23
15
0,7
0,8
Santiago Putumayo/Iça
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional
las mejores y más accesibles tierras de los valles del Upano, Santiago, Morona. Las cordilleras del Cóndor y Kutukú, así como las llanuras inundables del suroriente (Trans-Kutukú), quedaron para la tradicional economía de subsistencia de los pueblos indígenas. Las presiones y amenazas sobre poblaciones locales y ecosistemas terrestres y acuáticos de la RAE están asociadas a políticas públicas ligadas al acceso y control del espacio amazónico, sus recursos y poblaciones. También tienen relación con la especialización económica extractiva asignada a la Amazonía y, además, al traslado de la pobreza rural – mediante colonización y reforma agraria – desde regiones afectadas por falta de tierras, sobrepoblación y minifundio, o un extremo deterioro ambiental (como en ciertos valles andinos y bosques secos del litoral). Los impactos del proceso de ocupación de la Amazonía contemporánea son relativamente recientes (inicios del siglo XX en el centro y suroriente, y 1967 en el nororiente) y han transformado los paisajes naturales y culturales de la Amazonía indígena previa a las olas de cambio registradas históricamente. Para detener estas afectaciones se ha implementado una serie de políticas ambientales, de conservación y resguardo de pueblos o grupos en aislamiento voluntario, aunque con resultados cuestionables. Tanto la política petrolera (orientada a la exportación de crudo), como las de reforma agraria y colonización, favorecieron la explotación maderera, promoviendo el cambio de uso del suelo. La apertura de frentes y fronteras extractivas (para minería, hidrocarburos o madera) requirió la construcción de vías de acceso, lo que favoreció la expansión de fronteras demográficas (colonización) y la consolidación de espacios mercantiles (urbes). Puesto que la aptitud de los suelos amazónicos es fundamentalmente forestal, el cambio de uso de suelo y cobertura vegetal implica el deterioro de los ecosistemas y limita la rentabilidad de sistemas agroproductivos, ya que los condicionamientos climáticos de las diferentes subregiones son muy difíciles de superar.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA ECUATORIANA (1970-2013)
Finalmente, en las diferentes unidades de análisis donde se registra un descenso en las superficies de deforestación, esto se explica mucho por el agotamiento de recursos forestales en estas zonas, pero donde se amplían es porque corresponden a la expansión de fronteras extractivas, sea por actividades agroindustriales (palma africana), hidrocarburíferas y de minera, tal como se registra en los nuevos frentes extractivos a lo largo de todas áreas biogeográficas de las provincias amazónicas.
30
tenencia cooperado o comunero definido por las leyes de reforma agraria y colonización y en la ley de comunas de 1937 y sus codificaciones más recientes4. Aunque se evidencia que estas áreas detuvieron relativamente la expansión de la deforestación en zonas de importancia biológica o cultural, estudios recientes demuestran que la pérdida de bosques alcanza a las ANP y que la degradación forestal es cada vez mayor en tierras y territorios indígenas5,6,7. Más de las dos terceras partes del área deforestada en las dos últimas décadas corresponde al período 1990-2000, que registró una tasa neta de deforestación nacional de 0,88%, mientras que en la siguiente década se observa una caída a 0,56%, como se colige en un estudio reciente con base en información del MAE (2013)8. Este estudio de Sierra refiere que a nivel nacional solo dos provincias presentaron un incremento en la tasa de deforestación neta anual en ambos períodos. Una de ellas es la provincia amazónica de Morona Santiago, lo cual es consistente con los estudios regionales referidos antes, y se explica precisamente por la apertura de vías en una provincia con escasa densidad vial hasta 2007. Se confirma el avance del minifundio en la región con un registro de 108.707 unidades productivas agropecuarias (UPA), para una superficie de 988.229 ha y un promedio de 9 ha por UPA, según el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP)9. También se evidencia en este mismo estudio, que el área de cultivo de pérdida (diferencia entre área plantada y área cosechada) alcanza niveles preocupantes, lo que provoca, junto con el minifundio, la pérdida de rentabilidad y caída en los ingresos familiares, agudizando el problema
Escenarios futuros La expansión de la frontera petrolera sobre zonas intangibles (ZI), territorios indígenas (TI) y áreas naturales protegidas (ANP) es una amenaza inminente asociada a las últimas decisiones de política estatal por iniciar la explotación del bloque ITT en el Parque Nacional Yasuní y la Z.I. TagaeriTaromenane, habitadas por grupos indígenas en aislamiento voluntario, de extrema vulnerabilidad11. Además, está en curso la licitación para la XI Ronda Petrolera Sur Oriente, la cual representa una amenaza potencial en el centro-sur de la RAE, donde los TI de Pastaza y Morona presentan todavía cobertura boscosa (aunque estudios de ecología humana registran alta degradación en los bosques por extracción primaria, así como en ecosistemas acuáticos). De este modo se incrementa la presión sobre una subregión de alta importancia por su gran diversidad socioambiental (cabeceras del Pastaza, Tigre y Morona). La expectativa del Estado y empresas interesadas es extender la frontera petrolera desde el nororiente, lo que comprenderá territorios indígenas achuar, andoa, sapara, wao, shiwiar y kichwa de Pastaza, donde paradójicamente se cuenta apenas con un bosque protector y ninguna unidad del patrimonio natural del Estado (PANE). Si esto ocurre, es previsible la apertura de vías petroleras, campamentos y mercados urbanos, factores que incentivan procesos de deforestación y degradación de bosques en el medio tropical. Otras amenazas detectadas son la ampliación de frentes de “minería a gran escala” en las provincias del centro-sur de la RAE (Morona y Zamora). Las líneas de transmisión eléctrica requeridas (hasta de 500 kV) para evacuar la hidroelectricidad de proyectos en construcción representan el más serio desafío a la gestión ambiental y la seguridad energética. Sobre todo por la rigidez de la franja de servidumbre (derechos de vía o paso) y sus potenciales efectos para asentamientos, unidades agroproductivas, el patrimonio natural o bosques protectores. Los estudios de impacto ambiental de estas líneas y el diseño del trazado merecen un debate informado en la opinión pública, más allá de los instrumentos de gestión y comunicación.
de la pobreza rural en la RAE. La deforestación temprana y reciente es el correlato ambiental de estos ciclos de auge y caída, condicionados por los precios de los commodities de riesgo para los bosques, sobre todo del mercado internacional de materias primas10. De los resultados del presente estudio, se encuentra que el área estimada de pérdida de bosques al 2013 alcanzaba los 10.470 km², esto es 10,7% del bioma amazónico de Ecuador. La superficie de bosques remanentes a 2013, alcanza los 87.060 km², que corresponde al 89,3% de la cobertura original de la Amazonía biogeográfica del país.
Causas directas e indirectas de la deforestación reciente El cambio de uso del suelo y la pérdida de la cobertura vegetal han configurado patrones espaciales de deforestación, sobre todo a lo largo de las vías de acceso abiertas para facilitar la exploración, extracción y transporte de crudo en el nororiente de la RAE. A partir de esas intervenciones se fijaron líneas de colonización (1ra, 2da, 3ra línea, etc.) para la explotación forestal y la producción agropecuaria no sostenible, en un patrón que se ha denominado “espina de pescado”. Al extremo oriental y al sur de la RAE los ríos permiten la movilización ilegal de volúmenes no estimados de madera (tala selectiva) hasta llegar a las vías carrozables de ciertas zonas de tráfico fronterizo con Colombia y Perú respectivamente, bajo un esquema “multimodal” de extracción primaria. En el centro-sur de la RAE, las políticas de colonización y reforma agraria de mediados del siglo XX buscaron consolidar asentamientos y unidades agropecuarias con campesinos sin tierra del litoral y la región andina, sobre todo en
Fuentes de referencia 1 Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE). (2013): Mapa de Ecosistemas del Ecuador Continental, Sistema de clasificación de los ecosistemas del Ecuador continental, Subsecretaría de Patrimonio Natural. Quito. 2 Schmink, M. & Wood, Ch. (1992): Contested frontiers in Amazonía. Columbia University Press. New York. 3 López A. V., Espíndola F., Calles J., y Ulloa J. (2013): Amazonía ecuatoriana bajo presión. EcoCiencia-RAISG. Quito. 4 López A., V. (2015): Cartografía histórica de Áreas Naturales Protegidas y Territorios Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana. EcoCiencia. Quito. 5 Calles, J. y Rodríguez, F. (2011): Caracterización ecológica espacial de la cuenca del río Dashino, cantón Gonzalo Pizarro, provincia de Sucumbíos. Quito. EcoCiencia. 6 Sierra, R. (2013). Patrones y factores de deforestación en el Ecuador continental, 1990-2010. Y un acercamiento a los próximos 10 años. Conservación Internacional Ecuador y Forest Trends, Quito. 7 Santos, F. (2013). Memoria técnica de los Mapas de Deforestación de la Cuenca Amazónica Ecuatoriana e integración con el Mapa de Deforestación de la Cuenca Panamazónica para los escenarios 2000, 2005 y 2010, escala 1:100.000. Proyecto “Atlas de Presiones y Amenazas sobre Áreas Protegidas y Territorios Indígenas de la Amazonía”. EcoCiencia. Quito. 8 Sierra, R. (2013). Op. Cit.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA ECUATORIANA (1970-2013)
Cuadro 2. Deforestación acumulada en la Amazonía ecuatoriana por subcuencas (cuencas mayores a 500 km2)
9 Nieto, C., Caicedo, C. (2012): Análisis reflexivo sobre el desarrollo agropecuario sostenible en la Amazonía Ecuatoriana. Instituto Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP). Joya de los Sachas, provincia de Orellana. Ecuador. 10 Rautner, M., Leggett, M., Davis, F., (2013): El Pequeño Libro de las Grandes Causas de la Deforestación, Programa Global Canopy: Oxford. 11De Marchi, et al. (2013): Zona Intangible Tagaeri Taromenane (ZITT). ¿Una, Ninguna Cien mil?. Delimitación cartográfica y pueblos indígenas aislados en el camaleónico sistema territorial de Yasuní. CICAME-Fundación Labaca. Quito.
31
DEFORESTACIÓN en la
AMAZONÍA PERUANA
Las inversiones en infraestructura determinarán las áreas más vulnerables en las próximas décadas
Cuadro 1. Deforestación en la Amazonía peruana Tasa de deforestación
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Amazonía peruana
792.999
55.649
6.680
7.225
2.306
2.0
9.1
404.103
45.856
5.105
5.353
1.771
3.0
14.4
205.750
6.328
1.282
1.292
428
1.5
4.5
Ocupación Tradicional sin reconocimiento
12.978
308
45
43
23
0.9
3.2
Propuesta de Reserva Territorial
39.656
334
21
37
15
0.2
1.0
Reserva Territorial o Zona Intangible
29.246
199
26
33
5
0.2
0.9
Territorio Indígena reconocido
123.869
5.487
1.189
1.179
385
2.2
6.7
188.599
3.858
319
626
120
0.6
2.6
Nacional-uso directo
81.167
2.120
199
368
84
0.8
3.4
Nacional-uso indirecto
78.209
1.545
92
224
26
0.4
2.4
Nacional-uso transitorio
29.223
193
29
34
10
0.3
0.9
Fuera de ANP y TI Territorios Indígenas2
La Amazonía peruana cubre 783 mil km², lo que representa el 60,9% de la superficie del país. Está ubicada en el sector oriental del territorio peruano. La gradiente de pisos ecológicos entre los Andes y el llano amazónico da origen a un mosaico variado de ecosistemas y zonas de vida que albergan una gran diversidad de especies de flora y fauna de alto valor y que son prioridad para la conservación a nivel local, regional, nacional y global.
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente Se calcula que el 8,7% de esta superficie boscosa (~56 mil km2) se habría perdido hasta el año 2000. Entre los años 2000 y 2013 la pérdida de bosque alcanzó los 16 mil km². (cuadro 1, mapa 1) Para el año 2013, las áreas naturales protegidas (ANP) cubrían el 23,7% de la Amazonía peruana (~188,6 mil km2) de las las cuales al 2000 se perdieron cerca de 4 mil km² de bosque por deforestación (7,0% de la deforestación total ocurrida al 2000 en la Amazonía peruana). Entre los años 2000-2013, las ANP perdieron algo más de mil km² de bosque (7,0% de la deforestación total en la Amazonía peruana ocurrida en ese periodo). En total, al 2013 las ANP de la Amazonía peruana habían perdido cerca de 5 mil km² de cobertura boscosa por deforestación, lo que representa el 6,8% de la deforestación en la superficie amazónica para ese periodo, o el 2,5% del área total de las ANP al 2013.
IBC) cubrían el 26,1% de la Amazonía peruana (~205.750 mil km²) sobre los cuales se perdieron al año 2000 cerca de 6 mil km² por deforestación (11,4% de la deforestación total ocurrida al 2000). Entre el 2000 y 2013, los TI perdieron más de 3 mil km² de bosque (19,0% de la deforestación total ocurrida en ese periodo en la Amazonía peruana). En total, al 2013, los TI de la Amazonía peruana perdieron más de 9 mil km² de bosque por deforestación, lo que representa el 13,0% del total de la deforestación ocurrida en la Amazonía peruana para ese periodo. Las tendencias de deforestación entre los TI y ANP difieren para los años 2000-2013. Los TI muestran cifras hacia la baja (1.282 km² entre el 2000-
Figura 1. Deforestación reciente en la Amazonía peruana, dentro y fuera de ANP y TI
Áreas Naturales Protegidas2
1
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como enclaves
de sabanas o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013
Figura 2: Distribución de la deforestación en la Amazonía peruana
Para el año 2013, los territorios indígenas (TI) registrados en el Sistema de Información de Comunidades Nativas de la Amazonía Peruana (SICNA2005; 1.292 km² entre el 2005-2010; 428 km² de 2010 a 2013), mientras que para las ANP los valores fluctúan de un periodo a otro (319 km² entre el 2000-2005; 625 km² entre 2005-2010 y 120 km² entre 2010-2013).
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA PERUANA (1970-2013)
Al interior de la Amazonía peruana existen 28 subcuencas de nivel 3, según la clasificación de la RAISG. Entre ellas, las cuencas que han perdido el mayor porcentaje de su cobertura boscosa original en términos absolutos son las de los ríos Alto Marañón (33,2%), Huallaga (23,3%), Apurímac (22,8%) y Pachitea (22,7%). En cambio, las cuencas que han perdido el mayor porcentaje de su cobertura durante el periodo entre los años 20002013 corresponden a los ríos Marañon (11,1%), Santiago (9,6%), Pachitea (8,2%) y Bajo Yavarí (6,4%). (cuadro 2, mapa 2)
32
Contexto histórico de la deforestación La Amazonía comenzó a penetrar en la conciencia de los peruanos a fines del siglo XIX, durante el boom del caucho. La cosecha de esta savia, indispensable para la fabricación de neumáticos para la naciente industria automotriz, disparó la explotación a escala industrial de este recurso en la selva peruana. El centro del comercio del caucho en el Perú fue la ciudad de Iquitos, vinculada estrechamente a una cadena de comercialización que usaba el río Amazonas para exportarlo a los mercados de Europa y Estados Unidos. Este auge económico permitió una enorme acumulación de riqueza, valiéndose, desgraciadamente, de mano de obra indígena en condiciones de esclavitud. A partir de 1910, la demanda de caucho amazónico declinó frente a la competencia de las plantaciones inglesas en Malasia. Desde entonces, los ciclos de auges y caídas han caracterizado a la economía de la Amazonía peruana. Recursos como palo rosa, yute, quinina, oro, madera y petróleo han alimentado esos ciclos, sin que la riqueza derivara en inversiones y trabajo sostenible. Desde los años cuarenta, la construcción y mejora de carreteras de penetración a la Selva Central suscitaron olas de migración de colonos andinos que veían a la Amazonía como una tierra rica y vacía. Las políticas
de Estado alentaban la migración de colonos para ampliar la frontera agrícola. La tala y quema de bosques eran vistas como actos civilizatorios. En los años cincuenta nació en Oxapampa (Selva Central) una industria maderera que empleaba tecnología moderna, importada de Alemania, en más de dos docenas de aserraderos. Lamentablemente, el concepto de sostenibilidad en el manejo de bosques no arraigó en esta industria hasta finales de los noventa. Para entonces, los bosques de la Selva Central habían sufrido el embate de la combinación de agricultura y la extracción maderera y solo quedaban en actividad dos pequeños aserraderos en Oxapampa. Pero el modelo oxapampino de transformación industrial de la madera fue exportado a otras zonas boscosas. Entre los años sesenta y ochenta, el presidente Belaunde vio en la Amazonía infinitas posibilidades agropecuarias y potencial para asentar excedentes poblacionales de la región andina. Esta visión impulsó la construcción de la Carretera Marginal de la Selva que atravesaría de norte a sur el flanco oriental de los Andes e integraría a una serie de vías de penetración. Sin embargo esta iniciativa no condujo a la esperada agricultura rentable y sostenible soñada por Belaunde y otros. Las décadas de colonización acarrearon una nueva crisis para los pueblos indígenas amazónicos. En 1969 la organización indígena del pueblo Yánesha – primera en su género – envió un memorial al presidente de la Republica exigiendo garantías para sus territorios. Con la Ley de Comunidades Nativas y Desarrollo de la Selva Peruana de 1974, se inició la titulación de comunidades indígenas amazónicas. Desde entonces se ha otorgado títulos de propiedad a más de 1.300 comunidades nativas sobre casi 130.000 km². Durante este periodo el Estado promovió Proyectos Especiales (PE) en la Amazonía peruana, como complemento a la construcción de carreteras. Estos buscaban elevar los niveles de producción agropecuaria mediante la difusión de paquetes tecnológicos y capacitación entre los colonos. Un primer cambio se produjo hacia 1982, cuando el PE Pichis Palcazu aplicó un nuevo enfoque en la gestión de recursos forestales maderables y no maderables, sistemas agroforestales y en el trabajo con comunidades indígenas y poblaciones asentadas en la zona por varias generaciones.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA PERUANA (1970-2013)
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía peruana
33
Cuadro 2. Deforestación acumulada en la Amazonía peruana por subcuencas (cuencas con más de 500 km2 de bosque) Deforestación por período subcuenca (orden 3)
Superficie boscosa original estimada
Deforestación acumulada hasta 2000
Acumulada total 2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Alto Marañón
34.080
7.563
1.382
1.745
639
11,1
33,2
Huallaga
76.521
17.191
188
322
108
0,8
23,3
Apurímac
4.882
956
61
72
26
3,3
22,8
Pachitea
26.869
3.892
1.032
794
385
8,2
22,7
Mantaro
2.493
449
13
17
4
1,3
19,3
Tambo
24.394
3.671
408
206
71
2,8
17,9
7.808
93
248
360
139
9,6
10,8
Bajo Ucayali
108.256
8.693
1.018
1.021
392
2,2
10,3
Alto Ucayali
21.348
1.278
218
173
68
2.1
8,1
Madre de Dios
83.749
3.277
675
771
87
1,8
5,7
Urubamba
42.200
1.730
236
337
83
1,6
5,7
Tahuamanú
15.101
591
106
92
14
1,4
5,3
Medio Yavarí
2.852
57
33
52
9
3,3
5,3
Pastaza
18.461
444
152
304
20
2,6
5,0
Bajo Amazonas
28.386
793
216
325
66
2,1
4,9
Medio Marañón (I)
35.792
1.433
83
153
25
0,7
4,7
Medio Marañón (II)
4.005
164
2
4
0
0,1
4,2
Napo
41.255
956
145
81
22
0,6
2,9
Medio Marañón (III)
25.449
540
58
85
24
0,7
2,8
Alto Amazonas
26.969
384
139
76
66
1,0
2,5
Tigre
34.011
539
81
51
10
0,4
2,0
Purús
22.192
269
42
65
7
0,5
1,7
Bajo Marañón
2.022
5
12
11
6
1,5
1,7
Juruá
9.719
125
14
6
3
0,2
1,5
Alto Yavarí
22.327
245
20
27
10
0,3
1,4
Putumayo/Iça
44.372
295
83
66
19
0,4
1,0
2.566
8
0
1
0
0,1
0,4
Santiago
Tarauacá
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA PERUANA (1970-2013)
% feforestación sobre el bosque original
A partir de 1990, la sociedad civil presionó al Estado a identificar zonas boscosas singulares en la Amazonía para conservarlas como áreas naturales protegidas. Ese mismo año fue creado el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas del Perú (SINANPE). Durante los últimos 25 años, se crearon en la Amazonía peruana 39 áreas naturales protegidas que cubren más de 188.000 km², con lo cual se logró frenar la colonización y el aumento acelerado de la deforestación en algunas zonas.
Causas directas e indirectas de la deforestación reciente El desarrollo de la Amazonía peruana durante los últimos setenta años ha sido orientado por una visión agraria que considera a los bosques como un obstáculo al desarrollo agropecuario. Varias fuentes coinciden en que la agricultura y la ganadería son las principales causas directas de la deforestación en el Perú1,2,3. En materia de agroindustria, el cultivo de coca, tanto lícito como ilícito para fines de narcotráfico, deforesta grandes extensiones; según datos de la ONU, esta actividad ocupa anualmente cerca de 55.000 ha. El Estado peruano no ha logrado reducir el área total ocupada por la coca. Hasta hace poco no era significativo el desarrollo de plantaciones agroindustriales de gran escala en bosques tropicales peruanos. Sin embargo, en 2009 el gobierno regional de Loreto entregó en concesión más de 7.000 ha de bosques primarios al Grupo Romero para la siembra de palma africana. Desde entonces, se ha incrementado dramáticamente el número de solicitudes para concesiones destinadas al cultivo de palma y de cacao4,5. El análisis histórico de deforestación elaborado por el Instituto del Bien Común (IBC) para la Amazonía peruana en el contexto de la RAISG demuestra que las mayores tasas de deforestación se encuentran en las franjas de 20 km en cada lado de las principales carreteras. Este impacto es notable en el corredor interoceánico nororiental, la carretera marginal de la selva sur y a lo largo del eje IIRSA-Sur que une Cusco y Madre de Dios con Brasil. Basta crear expectativa en torno a una nueva carretera para crear presión sobre las tierras y los bosques vecinos a su trazo. La mencionada visión agrarista del desarrollo que permea al Estado entra en contradicción con el rol de custodio de bosques que le asigna al mismo Estado la legislación forestal peruana. A pesar que la Ley Forestal de 2001 creó la categoría Bosque de Producción Permanente para promover su manejo sostenible, muy pronto el sector forestal perdió el poco control que tenía sobre la extracción maderera. De otro lado, en 2010, el Ministerio del Ambiente inauguró el Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático, que se propone conservar 540.000 km² de bosque. Por su carácter selectivo, la explotación forestal no es causa directa de deforestación, pero sí, de degradación del bosque. Se estima que en el Perú el área afectada por la tala selectiva degradada es tan amplia como la deforestada5. Además, los caminos abiertos para la extracción forestal sirven también como vías de penetración y asentamiento de colonos. En general, en la Amazonía peruana, actividades como la minería, la extracción de hidrocarburos y la construcción de infraestructura no generan directamente grandes áreas deforestadas.
Escenarios futuros El análisis sobre la deforestación elaborado por IBC revela que el 89,5% de las 782.820 km² de la Amazonía peruana se hallaba cubierto de bosques en el año 2000. Durante el periodo 2000-2005 se deforestó 6.680 km² y otras 7.225 km² entre 2005 y 2010. En estos diez años se perdió 2% de bosques amazónicos. Una proyección conservadora sugiere que para el 2020 se habrán deforestado otras 16.330 km² de bosques amazónicos. Según Dourojeanni1, es larga la lista de proyectos a ser desarrollados en la Amazonía peruana entre 2009 y 2021: 54 centrales hidroeléctricas que producirían 24.500 MW, de las cuales 26 estarían en zonas de bosques amazónicos e introducirían un número indefinido de kilómetros de líneas de transmisión eléctrica. 53 lotes petroleros concedidos sobre 353.000 km², en los cuales se ha realizado pruebas sísmica sobre 10.659 km lineales (8,690 km lineales nuevos previstos), y se habría perforado 648 pozas exploratorias (90 pozas nuevas previstas). 7.455 km de carreteras mejoradas, 880 km de nuevas carreteras y 2.089 km asfaltados. 7 propuestas de ferrovías de penetración a la Amazonía peruana. 6 propuestas de hidrovías con 4.213 km de longitud. 51 propuestas de inversiones en biocombustibles sobre un área de 4.835 km². 584 contratos sobre 1.182 unidades de manejo forestal, totalizando 73.000 km². Por su parte Dourojeanni1 proyecta cifras alarmantes para el año 2021, que superan los 430.000 km² impactados por deforestación y degradación. Ante este panorama, ¿cual es el rol que juegan los 188.599 km² de áreas naturales protegidas y los 205.750 km² de territorios indígenas? Las ANP y los TI, en conjunto, tienen mucha importancia para la conservación de los bosques en la Amazonía. El análisis de deforestación del IBC muestra que los bosques en estas áreas, al año 2000, abarcaban una superficie de 384.163 km². Durante el periodo 2000-2005 se perdieron 1.601 km² y en el quinquenio siguiente, otras 1.918 km² y entre 2011-2013 otras 548 km². Es de esperar que mejore la gestión del sistema nacional de áreas naturales protegidas, como resultado de los compromisos internacionales adquiridos por el Perú y del apoyo que viene recibiendo. En este marco, destaca el Programa Nacional de Conservación de Bosques, que busca reducir la deforestación neta a cero en 10 años con énfasis en la creación de ANP y la conservación de bosques en los territorios indígenas demarcados. Las poblaciones de la región amazónica reclaman al Estado peruano servicios básicos como agua, desagüe, energía eléctrica, educación y salud. Quizás estas demandas puedan justificar la deforestación de algunas superficies de la Amazonía en nombre del desarrollo. La pregunta es: ¿qué superficie de bosques debe ser sacrificada? Los esfuerzos para mejorar la gestión de áreas naturales protegidas y territorios indígenas deben articularse a esfuerzos a escala mayor, que busquen un cambio de paradigma en el modelo de desarrollo nacional. Dicho modelo debería valorar los servicios ambientales de las ANP y los TI, considerar la integración de estos espacios en los planes de desarrollo municipal, regional y de cuencas y aprovechar el capital natural mediante sistemas de gobernanza inclusivos y desarrollo sostenible.
Fuentes de referencia 1 Dourojeanni, M., Barandiarán, A., & Dourojeanni, D. (2009). Amazonía peruana en 2021: explotación de recursos naturales e infraestructuras:¿ qué está pasando?¿ Qué es lo que significan para el futuro?. Fundación Peruana para la Conservación de la Naturaleza. 2 Caballero, J. D., & de Manejo Forestal, A. D. D. (1980). Tendencias de la deforestación con fines agropecuarios en la Amazonía peruana. Revista Forestal del Perú, 10(1-2), 1-8. 3 Mason (1981) en Mapa de Deforestación de la Amazonía Peruana 2000 del MINAM. 4 Dammert, J. L. (2014). Cambio de uso de suelos por agricultura a gran escala en la Amazonía andina: el caso de la palma aceitera. Unidad de apoyo de ICAA/IRG. Lima, Perú. 76p. 5 Martino, D. (2007). Deforestación en la Amazonía: principales factores de presión y perspectivas. Revista del Sur, 169(1), 3-20.
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DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA PERUANA (1970-2013)
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35
DEFORESTACIÓN en la
AMAZONÍA VENEZOLANA
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente En el año 2000, los bosques amazónicos abarcaban una extensión de casi 398 mil km2, el 85% de la región venezolana, siendo la mayor extensión boscosa del país9. La deforestación ha sido mayor al norte del río Orinoco9,10,11,12, donde reside más del 94% de la población venezolana13. Sin embargo, se estima que hasta el año 2000, la Amazonía venezolana había perdido aproximadamente 8.900 km2 (2,2%) de sus bosques originales. De 2000 a 2013 la deforestación alcanzó alrededor de 4.150 km2, es decir, 47% de lo acumulado hasta el año 2000. La pérdida anual, a partir de agosto de 2000, por subperíodo analizado ha ido en aumento (Cuadro 1), a diferencia de la tendencia en la PanAmazonía que es a la disminución. La deforestación no ha sido uniforme. La mayor pérdida de bosques ha tenido lugar fuera de las ANP y los TI (Cuadro 1 y Figura 1), alcanzando
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA VENEZOLANA (1970-2013)
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía venezolana
36
en 2013 el 6,3% de la superficie original. La superficie boscosa en esta unidad representa la porción minoritaria del bosque amazónico (28%). Los TI ocupan el segundo lugar en deforestación, con 2,3%. Sin embargo, la pérdida de cobertura forestal ha aumentado de forma sostenida en las tres unidades para los tres períodos considerados, aun cuando de forma heterogénea. Por ejemplo, el incremento porcentual de pérdida en los TI fue mayor entre el período 2006-2010 con relación al 2000-2005, mientras para las ANP es mayor para 2010-2013. En los últimos tres años la superficie de bosque que se perdió en las ANP es mayor que en los cinco años precedentes. Esto da cuenta de un aumento en la tasa de deforestación. Es de destacar que en esta región venezolana, todas las ANP fueron decretadas hasta 1992, mientras el reconocimiento oficial a los TI apenas comienza en 2005, en el estado Delta Amacuro1.
Tasa de deforestación
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada1
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Amazonía venezolana fuera de ANP y TI
397.812
8.914
890
1.521
1.742
1,0
3,3
110.503
4.348
459
858
1.032
2,1
6,1
266.956
4.513
423
648
687
0,7
2,3
266.956
4.513
423
648
687
0,7
2,3
155.089
511
178
211
254
0,4
0,7
155.089
511
178
211
254
0,4
0,7
Territorios Indígenas2 Ocupación Tradicional sin reconocimiento Áreas Naturales Protegidas2 Nacional-uso indirecto 1
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como enclaves
de sabanas o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas. 2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013
Figura 2: Distribución de la deforestación en la Amazonía venezolana
Figura 1. Deforestación reciente en la Amazonía venezolana, dentro y fuera de ANP y TI
Si se evalua la situación dentro de cada tipo de unidad, se observa que los TI, que albergan el 67% de los bosques de la región, han perdido la mayor proporción de sus bosques originales hasta 2013, con 2,4%, en contraposición con las ANP, donde la pérdida representa menos del 1% de su superficie (Figura 2). Sin embargo, es preocupante que en las ANP la pérdida forestal haya ocurrido principalmente en los últimos 13 años, superando toda la deforestación acumulada hasta el año 2000 (Figura 2). La deforestación acumulada no es homogénea entre las subcuencas de la región (Cuadro2, Mapa 2). En el estado Bolívar y al norte del estado Amazonas se encuentran aquellas con mayor deforestación porcentual, lo que responde al patrón de ocupación territorial tradicional. Allí se concentran las capitales de estos estados, así como la mayor cantidad de actividades productivas (agricultura, ganadería, minería, hidroeléctricas, desarrollo vial, entre otros). Por otro lado, la deforestación tampoco ha sido constante en el tiempo. En algunas subcuencas la mayor deforestación ocurrió antes del año 2000 (Cuadro 2), como en la subcuenca Orinoco Alto B, donde están asentadas las minas de hierro y de bauxita, con más de 30 años en funcionamiento. La reducción observada en los últimos 13 años coincide con una caída en la producción de ambos metales. Las subcuencas Caroní B, Orinoco Boca, Cuyuní y Caroní han tenido una pérdida de bosque similar entre 2000-2013 con respecto a la ocurrida antes del año 2000, indicando una tasa de deforestación reciente acelerada. A pesar de los valores relativamente bajos de deforestación, se tornan preocupantes las subcuencas Orinoco Delta, Paragua y Orinoco, donde la mayor parte o toda la deforestación ha tenido lugar luego del año 2000, asociado con minería ilegal. En la subcuenca Guaviare, por otra parte, hay un repunte en los últimos tres años, el cual también se asocia a minería ilegal, así como a la incursión de grupos armados ilegales.
Contexto histórico de la deforestación La vegetación predominante de Venezuela era de tipo boscoso (bosques siempreverdes, bosques semicaducifolios, bosques caducifolios, entre otros)15,11, con una cobertura nacional superior a 74%11. No obstante, la información sobre su eliminación es escasa, contradictoria y, en muchos casos, restringida a localidades aisladas10. Entre los datos disponibles a nivel nacional, se encuentran los de la FAO16, según los cuales entre 1960 y 1970 Venezuela perdió 240.000 ha de bosque/año; esta tendencia se acentuó en las décadas siguientes (280.000 ha/año entre 1970 y 1980 y 600.000 ha/año entre 1980 y 1990), con una disminución entre 1990 y 2000. Según estas cifras, durante la década de los 80 la tasa de deforestación de
Venezuela llegó a ser el doble de la de Brasil, y tres veces superior a la de Perú, por lo que era el país tropical con la mayor tasa de deforestación17,11. Pacheco y col.11 también señalan variaciones en las estimaciones de las tasas anuales de deforestación para el país entre 1920 y 2001. De acuerdo a estos autores el período de mayor deforestación fue 1982-1995, con una tasa de 0,93%, seguido por el período 1960-1982, con 0,73% y 0,46% para 1995-2001. La tasa más baja (0,02%) corresponde a 1920-1960. De esta forma coinciden a grandes rasgos ambas estimaciones. Un aspecto a considerar es que los cálculos de la tasa de deforestación encontrados pueden tener como referencia diferentes superfícies para la Amazonía venezolana3,11. Mayormente se considera total o parcialmente los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro18,7,8,19,9, pero algunos autores11 excluyen este último estado. Al igual que ocurre para el resto del país, una revisión de los datos sobre la cobertura boscosa en los estados amazónicos da cuenta de información local y dispersa en el tiempo (e.g. 20). Bevilacqua y col.10 reportan, a partir de fuentes oficiales, que la cobertura boscosa para el año 1995 era de 18.242.552 ha en Bolívar, 16.556.408 ha en Amazonas y 3.322.572 ha en Delta Amacuro. A partir de allí, estimaron las tasas anuales de deforestación para el período 1982-1995 en: 0,25% para Bolívar, 0,03% para Amazonas y 0,11% para Delta Amacuro, valores que se encuentran por debajo de las tasas nacionales para los mismos períodos11. Las bajas tasas de deforestación se han asociado al virtual aislamiento de la región, que también influyó en la tardía creación de áreas protegidas, debido a que por mucho tiempo fueron consideradas innecesarias21. Apenas en 1961 es decretada la primera área protegida de la Amazonía venezolana, la reserva forestal de Imataca, con fines de producción maderera. Los parques nacionales y monumentos naturales, considerados en este análisis, se decretaron entre 1962 y 1992, y cubren aproximadamente 31% de la región (excluyendo las áreas sobrepuestas). Las principales actividades transformadoras hasta el año 2000 fueron la minería legal de hierro y aluminio, así como la construcción de embalses y represas, seguidas por la construcción de vialidad, la expansión de asentamientos agrícolas y, en menor medida, la minería ilegal. En el caso de la minería ilegal de oro su principal amenaza está asociada a la contaminación fluvial, más que a la magnitud de las áreas deforestadas, dado el método de extracción empleado. Por su parte, la explotación de hierro y aluminio da cuenta de la mayor deforestación acumulada en la cuenca Orinoco Alto-B para este período (Cuadro 2).
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA VENEZOLANA (1970-2013)
La Amazonía venezolana, basada en criterios biogeográficos, hidrológicos y político-administrativos1,2,3,4, abarca tres estados: Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro. Con una superficie aproximada de 469 mil km2, esta región ocupa alrededor de 52% de la superficie terrestre del país. La zona se caracteriza por poseer una gran diversidad de comunidades biológicas con altos niveles de endemismo1,5,6 y una vegetación predominantemente boscosa7. Desde el punto de vista geológico, la unidad de mayor extensión en la Amazonía venezolana es el Escudo Guayanés, una de las formaciones más antiguas del planeta, caracterizada por la presencia de montañas graníticas en forma de mesa conocidas como tepuyes8.
Los datos muestran una deforestación creciente y se puede esperar que 2010-2015 va a ser el peor período
Cuadro 1: Deforestación en la Amazonía venezolana
37
Cuadro 2. Deforestación acumulada en la Amazonía venezolana por subcuencas (cuencas mayores a 500 km2) Deforestación por período
Subcuenca (orden 3)
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
Caroní (B)
4.666
364
52
193
125
7,9
15,8
Or. Alto (B)
12.790
1.381
49
32
50
1,0
11,8
Or. Boca
12.881
499
70
176
150
3,1
6,9
Orinoco (B)
75.954
3.920
131
297
593
1,3
6,5
Cuyuní
32.253
656
229
270
216
2,2
4,3
Or. Alto (A)
1.662
46
5
7
7
1,2
4,0
Or. Alto (M)
18.026
372
31
72
42
0,8
2,9
Caroní
30.153
328
125
81
117
1,1
2,2
Ventuari
36.173
596
66
51
55
0,5
2,1
Guaviare
6.961
88
2
8
41
0,7
2,0
Orinoco Delta
23.666
163
27
143
103
1,2
1,8
Paragua
35.505
152
72
79
75
0,6
1,1
Negro
50.800
306
12
48
92
0,3
0,9
Orinoco
54.845
41
20
64
73
0,3
0,4
1.172
0
0
0
3
0,3
0,3
Guyana-Esequibo (Costa)
frontera con Colombia, a lo largo de río Negro y el río Orinoco; al norte de la cuenca del río Caura23,32,9,33. Por otra parte, el uso del fuego forma parte de las actividades ancestrales de grupos indígenas en algunos estados34, práctica que está estrechamente relacionada con el proceso de modelamiento del paisaje y de eliminación de coberturas boscosas35,36. Entre los aspectos a considerar en la dinámica de la región está el factor demográfico, con un incremento de la población indígena y su contacto con el mundo occidental, lo que ha generado un proceso de transculturación, con aparición de nuevas necesidades de bienes y servicios, y la consiguiente extracción de más recursos del bosque. Este factor ha impulsado la transformación de los sistemas agrícolas de pequeña producción (conucos familiares o comunitarios) en sistemas agrícolas comerciales o semicomerciales y la incorporación de los grupos indígenas a la explotación minera a pequeña escala de oro y diamantes, a consecuencia de los precios en el mercado nacional e internacional11,24. La deforestación en la Amazonía venezolana sigue en aumento y es de esperar que el quinquenio 2010-2015 sea el de mayor deforestación hasta el presente. En este período, la minería ilegal surge como una de las principales causas de la deforestación. En este sentido, Venezuela mantiene una tendencia contraria a la Amazonía como un todo.
Escenarios futuros
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional
En 2013 se decretó la Región Estratégica para el Desarrollo Integral (REDI) Guayana, que abarca los Estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro (Gaceta Oficial 401.087 de la República Bolivariana de Venezuela del 22 de abril de 2013). Esta figura busca la coordinación de programas y políticas que permitan ejecutar las iniciativas gubernamentales, así como coordinar acciones con los diferentes actores que tienen injerencia en la región. La creación de esta entidad podría traducirse en una oportunidad para la Guayana venezolana de contar con una nueva estrategia de desarrollo más inclusiva y en consonancia con criterios de desarrollo socioambiental sostenible. Sin embargo, también puede representar un paso a acciones totalmente desarrollistas, como ha sucedido en el pasado. En ese sentido, el gobierno nacional ha dado paso a acciones que se enmarcan en esta posible contradicción. Por un lado, ha destacado la importancia de la monitorización del bosque amazónico, al cual le asocia una extensión de 330.000 km2 (180.000 en Amazonas y los restantes en Bolívar, aun cuando incluye a los estados Delta Amacuro y Apure, http://www.asambleanacional.gob.ve/noticia/show/id/5488); además de promulgar la Ley de Bosques (agosto de 2013), la cual rige la conservación
y producción forestal, donde el gobierno es quien tiene competencia en el manejo forestal, lo que, en principio, podría favorecer una mayor planificación del proceso de explotación de bosques. De igual manera, hay una discusión importante sobre la creación de un nuevo parque nacional (PN Caura), tomando como lineamiento para su definición los límites de la cuenca hidrográfica del río Caura, el cual constituiría el mayor parque del mundo. Esto sin contar con dos propuestas de la sociedad civil para apoyar la creación de dos corredores ecológicos: 1) corredor ecológico Triple A (Andino, Amazónico y Atlántico) y 2) corredor ecológico binacional (Guyana y Venezuela) en la cuenca del río Esequibo. Pero, paralelo con esto ha promulgado el Decreto 841 (marzo 2014) el cual busca la Protección, el Desarrollo y Promoción integral de la Actividad Minera Lícita en la Región Guayana. Bajo el amparo del mismo, se plantea la derogación de una Ley vigente sobre el estado Amazonas que prohíbe el ejercicio de actividades extractivas en esa entidad. Ante este último decreto se han manifestado diversas instituciones indígenas, como la COIAM, en el 2014, por considerar que viola los derechos de los pueblos originarios37 y han solicitado su moratoria. A pocos meses de este Decreto, el Tribunal Supremo de Justicia, emite medidas precautelativas ambientales en contra de la minería ilegal de oro, hierro, diamante, bauxita y coltán, en los parques nacionales y monumentos naturales de la región (Duida Marawaka, Yapacana, Parima Tapirapeco, la Neblina, El Siapa, Cerro Arcamoni y la reserva de Biosfera Alto Orinoco, entre otros). Esto resulta un poco paradójico, puesto que si es ilegal no debería requerir una prohibición. Sin embargo, las medidas incluyen desmantelamiento de campamentos y eliminación de todos los insumos requeridos para el ejercicio de la minería, el saneamiento de áreas afectadas, así como la prohibición del acceso y movilización por vía terrestre y fluvial de transportes, maquinarias pesadas, accesorios y piezas que coadyuvan a la práctica de la minería (http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/ noticias/acuerdan-medidas-de-prohibicion-de-mineria-ilegal-.aspx) De esta forma, no queda clara cual será la dirección en cuanto a la deforestación en los próximos años. Por un lado, existen planes de desarrollo que tienen un enfoque desarrollista, pero por el otro, existe respuesta de las autoridades ante demandas de los pueblos originarios (pueblos indígenas) y los actores locales. Sin embargo, también es cierto, que con los cambios ejecutivos con respecto al Ministerio para el Poder Popular del Ambiente, el cual fue eliminado, adscrito a otro ministerio y luego “restituido” con la creación del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas, es aún incierto el camino que seguirá Venezuela en materia ambiental.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA VENEZOLANA (1970-2013)
1 2 3
38
4 5 6 7 8 9 10
Causas directas e indirectas de la deforestación reciente La importancia relativa de cobertura boscosa de la Guayana venezolana en el contexto nacional ha aumentado en los últimos años, dada la deforestación ocurrida en el norte del país9,22. Para 2000-2010, FAO23 señala una tasa de deforestación de 0,6% por año, lo que ubicó a Venezuela como el décimo país con mayor pérdida anual de bosque. Estos valores son coherentes con el aumento en 84% de la superficie de áreas intervenidas (transformadas) del país, obtenido al comparar las formaciones vegetales de 1988 y 20109. Entre las principales causas de deforestación reportadas se encuentran: La minería (legal e ilegal) metálica y no metálica, con la extracción de oro, diamante, hierro y bauxita24,20,25. La minería metálica se realiza a pequeña y gran escala. Esta última a consecuencia de la nacionalización de las empresas básicas en 1975. A pequeña escala, la
minería del oro de aluvión26, ha tenido su amparo en los precios en los mercados internacionales.
11 12 13 14
El aumento y consolidación de asentamientos campesinos en los estados Amazonas y Bolívar10,27,25.
15 16 17 18 19
La expansión de la frontera agrícola, tala ilegal en los bosques naturales, planificación deficiente de la minería, la ejecución de proyectos hidroeléctricos y de infraestructura, actividades petroleras y turísticas y los incendios forestales23,28,29,16,10,30,26,31,25.
20 21 22 23 24 25 26
La actividad agropecuaria es más relevante en el norte de Bolívar, en los alrededores de Puerto Ayacucho y el oeste de Delta Amacuro; la minería, en Bolívar y Amazonas; la extracción de hidrocarburos, en Delta Amacuro; la extracción de madera, en Bolívar y en Delta Amacuro. Hay ejes donde los procesos de deforestación tienen mayor peso, como la carretera que conecta Puerto Ordaz con Brasil; la carretera Ciudad Bolívar (Bolívar) - Puerto Ayacucho (Amazonas); al oeste de Amazonas, en la
27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37
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DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA VENEZOLANA (1970-2013)
Fuentes de referencia
39
SURINAME, GUYANA Y GUYANE FRANÇAISE
Crecimiento económico aumenta la demanda por energía; ecoturismo puede ser una presión positiva
Tasa de deforestación Deforestación Superficie boscosa origi- acumulada hasta 2000 nal estimada1 2 km2 km
Pérdida de bosque y tasas de deforestación histórica y reciente El área que se pudo analizar de la región por imágenes satelitales en 2000 fue de 425 mil km2 (91,5% de la región), originalmente cubiertos por bosques. Estimamos que se habría perdido 13.432 km2 en los últimos 43 años (1970-2013), siendo que para el año 2000 la deforestación acumulada llegó a más de 10 mil km2, lo que corresponde al 2,4% del bosque original. Según la interpretación satelital, la pérdida de bosque entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) alcanzó a más de 3 mil km2. La pérdida fue mayor de 2005 a 2010 con 1.341 km2, contra 1.275 km2 en el período anterior, de 2000 a 2005, aunque en el periodo de 2010 a 2013 es similar en menor periodo de tiempo (cuadro 1).
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA del SURINAME, GUYANA y GUYANE FRANÇAISE (1970-2013)
Para el año 2013, las Áreas Naturales Protegidas (ANP) cubrían cerca del 17% de la Amazonía en los 3 países (76.130 km2) de los cuales se analizó, con base en imágenes satelitales de 2000, los 74.966 km2 (cuadro 1) cubiertos originalmente por bosques. La pérdida de bosque acumulada hasta 2013 superó los 2,6 mil km2 (20% de la deforestación total ocurrida
40
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
%
%
425.855
10.300
1.275
1.341
517
0,7
3,2
192.405
3.097
785
821
125
0,9
2,5
83.195
1.539
295
257
248
1
2,8
150.254
5.664
194
263
144
0,4
4,2
269.265
6.506
846
766
344
0,7
3,1
156.785
2.549
586
559
106
0,8
2,4
Guyane Française
39.285
916
181
153
160
1,3
3,6
Suriname
73.195
3.131
79
54
78
0,3
4,6
96.103
1.701
891
972
211
2,2
3,9
Suriname fuera de ANP y TI
Territorios Indígenas2 Guyana
Territorio Indígena reconocido
26.550
545
785
821
125
6,5
8,6
Guyane Française
Territorio Indígena reconocido
7.083
45
6
11
9
0,4
1,0
Ocupación Tradicional sin reconocimiento
62.470
1.111
100
141
78
0,5
2,3
74.966
2.305
151
141
97
0,5
3,6
nacional-uso directo/indirecto nacional-uso indirecto
3.734
4
1
11
0
0,3
0,4
6.298
89
17
8
0
0,4
1,8
nacional-uso directo nacional-uso indirecto
19.144
364
79
75
50
1,1
3,0
24.245
257
33
27
34
0,4
1,4
nacional-uso directo nacional-uso indirecto
1.935
797
7
3
1
0,6
41,8
19.609
794
13
17
11
0,2
4,3
Suriname
Áreas Naturales Protegidas2 Guyana
Figura 1. Deforestación reciente en la Amazonía de Suriname, Guyana y Guyane Française dentro y fuera de ANP y TI
2005-2010
Guyana Guyane Française
en la región hasta el 2013), siendo que para el año 2000 la deforestación acumulada en ANP llegó a 2,3 mil km2 (3,1% del bosque original). Entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) la pérdida de bosque en estas áreas alcanzó los 388 km2. La pérdida fue similar entre los periodos de evaluación. Las ANP que tuvieron las mayores tasas de deforestación reciente fueron las de Guyane Française, con 204 km2 (uso directo) y 94 km2 (uso indirecto) (cuadro 1).
2000-2005
Amazonía
Guyana
Desde el criterio biogeográfico, Guyana, Guyane Française y Suriname están integralmente dentro de la Amazonía, lo que corresponde a 465 mil km2 y 6% de la Panamazonía.
% deforestación sobre el bosque original
Guyane Française Suriname
El área boscosa original refiere a las formaciones forestales dentro del límite biogeográfico de la Amazonía, dentro del cual existen áreas no boscosas, como enclaves de sabanas o campos. Para la evaluación de la deforestación sólo fueron consideradas las áreas originalmente boscosas.
1
2
Se consideró la situación de los TI y ANP existentes en diciembre 2013
Figura 2: Distribución de la deforestación en la Amazonía de Suriname, Guyana y Guyane Française
Mapa 1. Deforestación en la Amazonía de Suriname, Guyana e Guyane Française
Para el año 2013, los Territorios Indígenas (TI) cubrían cerca del 22,9% de los 3 países (102.683 km2), de los cuales se analizó, con base en imágenes satelitales de 2000, los 96.103 km2 originalmente con cobertura boscosa. Estas tierras acumularon una pérdida de más de 3,7 mil km2 de bosque por deforestación (28,1% de la deforestación total de la Amazonía hasta el 2013). Entre los años 2000 y 2013 (deforestación reciente) la pérdida de bosque en estas áreas alcanzó los 2.075 km2, más del 50% de toda la deforestación acumulada. La pérdida ha sido mayor en el periodo 20052010 con 972 km2 (cuadro 1). Los territorios indígenas con mayor pérdida de bosques son los de Guyana, con 1.731 km2 de deforestación reciente. La subcuenca del Tacutu, en la frontera Brasil-Guyana es la que presenta mayor deforestación proporcional, con 8,6% de pérdida total, y la misma que registró la mayor pérdida entre 2000 y 2013: 4,2% de su área boscosa. Le siguen las subcuencas de la costa de Suriname, Guyana y Guyane Française, que fueron ocupadas históricamente y que presentan 18,5% de pérdida de sus bosques originales (8,5%, 5,1% y 4,9% respectivamente, Mapa 2).
Contexto histórico de la deforestación Los tres países del escudo de Guayana son poco poblados y presentan alta cobertura boscosa y baja deforestación, conservando una alta proporción de cobertura boscosa original: 97% (Guyana), 96% (Suriname) y 97% (Guyane Française). Además, presentan la mayor proporción de selva per cápita en el mundo. Según la FAO (2010), la pérdida de cobertura boscosa entre 1990 y 2009 fue cercana a 0,03% anual, cifra muy baja respecto de otras regiones del mundo, pero relativamente alta para la región del Escudo de Guayana (aproximadamente 542 ha perdidas/año).
En Guyana las tasas de deforestación anteriores al 2000 eran insignificantes – resultado de la tala, minería, uso de leña y conversión a la agricultura –. Las cosas cambiaron en los años noventa, cuando grandes empresas mineras se interesaron en el país. La producción de oro representó el 22,6% de las exportaciones nacionales. La producción de bauxita y diamantes también era importante. La minería fue el mayor responsable del impacto en los recursos forestales de Guyana. Sin embargo, no se puede cuantificar su contribución relativa a la deforestación con anterioridad al año 2000. En Suriname, antes del 2000, la forestería comercial se limitaba a una franja de 2,5 millones de ha cercana a la costa. Las actividades agrícolas y las plantaciones se desarrollaban casi exclusivamente en la zona costera. La deforestación derivada de la minería de bauxita y oro fue prácticamente insignificante. Para el 2000 había poca evidencia de amenazas graves sobre los recursos forestales. El potencial cambio de uso de la tierra en la zona costera era muy bajo. La construcción de la represa hidroeléctrica Brokopondo a comienzos de los sesenta había inundado 160.000 ha. En la Guyane Française (departamento de Francia) la tasa de deforestación anterior al año 2000 es virtualmente inexistente, según la FAO (2005), no hubo exportaciones de madera, y fue insignificante el impacto de la prospección de oro a pequeña escala. La construcción de la represa hidroeléctrica Petit-Saut entre 1989 y 1999 inundó 310 km2 de bosque.
Causas directas e indirectas de la deforestación reciente En Guyana la tasa de deforestación promedio para 1990-2009 fue de 0,03%, y subió a 0,06% entre 2009 y 2010, incremento atribuible a la minería, que generó el 91% de la deforestación. La minería (oro y bauxita)
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA del SURINAME, GUYANA y GUYANE FRANÇAISE (1970-2013)
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA de
Cuadro 1. Deforestación en la Amazonía de la Guyane Française, Guyana y Suriname
41
Deforestación por período Subcuenca (orden 3)
Tacutu
% deforestación sobre el bosque original
Superficie boscosa original estimada
Deforestación acumulada hasta 2000
2000-2005
2005-2010
2010-2013
2000-2013
Acumulada total
km2
km2
km2
km2
km2
%
%
5.652
249
93
137
4
4,2
8,6
Suriname (Costa)
67.309
5.348
138
161
91
0,6
8,5
Guyana-Esequibo (Costa)
51.346
1.893
385
301
57
1,4
5,1
Guayana Fr. (Costa)
41.540
1.405
259
180
176
1,5
4,9
Cuyuní
44.485
522
211
99
41
0,8
2,0
Esequibo
64.680
378
91
272
17
0,6
1,2
Marowijne
73.027
275
64
134
89
0,4
0,8
Amapá (Costa)
13.354
53
9
13
4
0,2
0,6
Corantijn
63.680
136
21
43
37
0,2
0,4
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA del SURINAME, GUYANA y GUYANE FRANÇAISE (1970-2013)
Mapa 2. Subcuencas con mayor deforestación proporcional
42
es vital para la economía nacional, que en 2009 representaba el 11% del PIB y en 2010 generaba la mital de las exportaciones.
agricultura, la producción de energía, los proyectos de bienes raíces y los incendios forestales.
Entre 1989 y 2009 fue actualizado el marco legal del sector forestal y ambiental: Ley de la Minería (1989), Ley de Protección Ambiental (1996), Ley Forestal (2009), Sistema de Áreas Protegidas, (2011), Ley Amerindia (2006) sobre el derecho a la tierra de las poblaciones indígenas, (fuertemente criticada a nivel nacional e internacional).
Se estima que en 2005 operaban en la Guyane Française entre 3.000 y 8.000 mineros ilegales. Según la Oficina Nacional de Bosques la minería -legal e ilegal- causó importante contaminación en los ríos (1.333 km de cursos de agua contaminados en 2005 y, 4.671 km impactados por contaminación secundaria). Para 2012 la minería ilegal fue considerada una amenaza para los bosques de Guyane Française.
En 2009 Guyana adoptó una Estrategia de Desarrollo Bajo en Emisiones (LEDS) orientada a combatir el cambio climático y promover crecimiento económico y desarrollo. El país firmó con Noruega un Memorándum de Entendimiento, con financiamiento para cinco años. De otro lado, se estableció el Fondo de Inversión REDD+ de Guyana (de US$ 250 millones), para la implementación de la estrategia LEDS hasta el 2015. En Suriname, entre 1998 y la década del 2000 se revisaron las estructuras de manejo forestal y ambiental: Consejo Nacional del Ambiente, Instituto Nacional para el Ambiente y el Desarrollo de Suriname, y la Fundación para el Manejo Forestal Sostenible. En 2006 se formuló la Política Nacional de Bosques. En 2009 se diseñó una Estrategia de Desarrollo Verde, con pagos por retención de carbono. El principal vector de deforestación y degradación forestal en Suriname es la minería pequeña, mediana y de gran escala (bauxita, oro, caolín y diamantes). Otros vectores son la tala, el desarrollo de infraestructura, la
Si bien la extracción de madera va en alza, es aún pequeña, comparada con la de la región amazónica. El promedio anual para 2000-2009 se estima en 60.000 m³ de madera (alcanzando los 86.000 m³). La tala ilegal estimada para la expansión de la agricultura y asentamientos humanos para la década del 2000 fluctúa entre1.500 y 2.000 ha.
El proyecto Guyana REDD+, financiado por Francia y la Unión Europea, apoya desde 2013 el desarrollo con bajas emisiones en Suriname, Guyana y el estado brasilero de Amapá, buscando modelar escenarios de gestión y mecanismos de implementación de REDD+. El Fondo para el Escudo de Guayana (GSF), financiado por Holanda y la UE, implementará acuerdos ambientales multilaterales. A pesar de los compromisos de los países del Escudo de Guayana para adoptar estrategias de desarrollo de bajas emisiones y reducir la deforestación y la degradación forestal, y pese al creciente apoyo internacional a estas políticas, las amenazas al bosque están creciendo en la región, y no ha resultado fácil implementar las políticas y proyectos acordados. Se estima que la tasa total de deforestación de Guyana en 2012 fue de 0,079%. De confirmarse este aumento, implicará una reducción de pagos a este país conforme a su acuerdo con Noruega. Las mayores variables en cuanto a la deforestación en Guyana son los precios del oro, bauxita y diamantes. Otro factor es el programa IIRSA, con planes para la construcción de tres corredores viales: el primero unirá GeorgetownLethem; el segundo conectará el occidente y norte de Brasil con Manaos, Boa Vista, Venezuela y Guyana; y el tercero ofrecerá una alternativa a la conexión Manaos-Caribe. Se ha estancado un proyecto de represa hidroeléctrica en las cataratas de Amaila, sobre el río Kuribrong (las importaciones de combustible para generar electricidad equivalieron a un tercio del PIB en 2008).
Suriname fue la economía de mayor crecimiento en Sudamérica en 2012. Para atender su demanda energética se proyecta construir represas hidroeléctricas: se estima que la de Grankriki resultará en la conversión de unas 47.000 ha de bosque y en importante deforestación secundaria y degradación. De otro lado, se planea expandir las plantaciones de azúcar para etanol, con la conversión de grandes porciones de bosque. También se está invirtiendo en exploración de hidrocarburos. En el marco de IIRSA, se planea ampliar la carretera que une Paramaribo con el Brasil, abriendo así el acceso a una región con alto valor de biodiversidad, depósitos de bauxita, oro y diamantes. La economía de la Guyane Française depende en gran medida del centro espacial Korou y de transferencias de Francia metropolitana. Se estima que la minería ilegal continuará siendo un vector de deforestación, pero a una escala mucho menor que en Brasil o los países andinos, y es posible que sus bajos niveles de deforestación se mantengan, dado su bajo nivel poblacional, su riqueza comparativa y su capacidad administrativa. En los tres países, el ecoturismo está en alza, aunque aún queda por determinar su contribución económica real. Si bien es poco probable que crezca este sector debido a la crisis económica en Europa y Estados Unidos, podría contribuir a reducir los vectores de la deforestación.
Fuentes de referencia Suriname 1 Tropenbos International. Issues Paper: Information Issues in the Surinamee Forest Sector [en línea]. Tropenbos International, 2004. http://www.natlaw.com/interam/sr/en/sp/spsrag00005.pdf 2 FAO (2005). Global Forest Resources Assessment 2005: Country Reports: Surinamee [en línea]. Roma: FAO. ftp://ftp.fao.org/docrep/fao/010/ai966E/ai966E00.pdf 3 Playfair, M. (2007) Law Compliance and Prevention and Control of Illegal Activities Logging in the Forest Sector in Surinamee [en línea]. Washington: World Bank. http://siteresources.worldbank.org/EXTFORESTS/Resources/985784-1217874560960/ Surinamee.pdf 4 Annual Report (2009) [en línea]. Paramaribo: Amazon Conservation Team Surinamee, 2009. http://jubitana.com/actdata/images/stories/actreport2009web.pdf 5 Annual Report (2010) [en línea]. Paramaribo: Amazon Conservation Team Surinamee, 2010. http://jubitana.com/actdata/images/stories/final2010.pdf
Escenarios futuros El crecimiento de la extracción de madera y la minería está aumentando la presión sobre los bosques del interior, especialmente en Suriname y Guyana. Ambos países reciben apoyo del Fondo Cooperativo para el Carbono Forestal, destinado a implementar programas nacionales de REDD+ (Guyana desde 2012 y Suriname desde 2013). Estos países están desarrollando sistemas de monitoreo, reporte y verificación de la deforestación, degradación forestal y reservas de carbono (MRVS).
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DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA del SURINAME, GUYANA y GUYANE FRANÇAISE (1970-2013)
Cuadro 2. Deforestacion en Suriname, Guyana y Guyane Française por subcuencas (cuencas mayores a 500 km2)
43
El protocolo RAISG seguido para el análisis de la deforestación en la región Amazónica1 se presenta en la figura 1. El mismo se basó en la integración y sinergia entre el conocimiento y capacidades de las instituciones miembro de la Red. Como ya se mencionó, para el año 2008 no se contaba con datos de deforestación para toda la región, ni con otras aproximaciones que permitieran estimarla a una escala adecuada para comprender procesos de cambio y su incidencia. Por esta razón, se justificaba (y justifica) plenamente articular las experiencias existentes para lograr productos estandarizados que dieran cuenta del proceso de pérdida de bosques en esta región. El apoyo técnico, en términos de desarrollo de herramientas computacionales para el procesamiento y análisis de la deforestación, fue proporcionado por Imazon (Instituto do Homem e Meio Ambiente da Amazônia), quienes además estuvieron a cargo de la capacitación en el uso de esas herramientas. Dentro de esa institución se contaba con un recorrido importante en el estudio de la deforestación brasilera, así como en el desarrollo de índices y mejoras en análisis existentes para mejorar la identificación de la degradación forestal2. Por su parte, dentro de las restantes instituciones participantes de la Red (EcoCiencia, FAN, Gaia, IBC, ICV, ISA, IVIC, Provita) se contaba con conocimiento sobre la Amazonía andina y la guayanesa, además de experiencia en el análisis de sensores remotos y análisis espaciales.
Figura 1. Protocolo RAISG para el análisis de la deforestación en la Pan-Amazonía
3. Definición y redimensionamiento de filas y columnas: para la comparación entre periodos es necesario que las imágenes correspondientes a años diferentes tengan las mismas dimensiones en cuanto a líneas y columnas. De este modo se evita que el desplazamiento por ubicación de pixel genere la identificación errónea de cambios de cobertura. Por ello, las imágenes más grandes fueron redimensionadas usando como imagen base aquella de menor dimensión.
De esta manera fue posible: a) contar con un marco conceptual y metodológico estandarizado que facilitara análisis comparativos entre los diferentes países, con la incorporación de las diferencias subregionales y locales que dan cuenta de la heterogeneidad ambiental de la región amazónica, b) conformar un equipo técnico, cuya capacitación en el uso de herramientas de análisis semi-automáticas fue tutoreado por Imazon e c) incorporar el conocimiento del grupo sobre las amazonías andina y guayanesa para mejorar y ampliar las capacidades de la herramienta ImgTools (Image Processing Tools)3, desarrollada por Imazon, tal que pudiera aplicarse en toda la Pan-Amazonía. Para este momento se cuenta con una metodología consolidada y herramientas que han sido probadas y aplicadas en la Amazonía brasilera, utilizando varios sensores remotos (Cbers, Modis, SPOT 5 MS, Aster, Landsat 5/TM, 7/ETM+, 8)4 y en el ámbito de la Pan-Amazonía5.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
En el marco de esta publicación estamos presentando un análisis de deforestación multitemporal que considera los periodos 2000 – 2005, 2005 – 2010 y 2010-2013, donde el año 2000 constituye la línea base para toda la Amazonía. Así mismo, se estimó la deforestación histórica, definida como la pérdida acumulada de bosque hasta el año 2000. Los procedimientos específicos de ambos procesos se indican en las secciones subsiguientes.
44
Deforestación contemporánea
Geological Survey (http://earthexplorer.usgs.gov). Aproximadamente 294 imágenes Landsat cubren la región Amazónica. El año 2000 fue definido como línea base y los años 2005, 2010 y 2013 como puntos de corte para el análisis. En vista de que no existen suficientes imágenes de la calidad necesaria para un mismo año, se consideraron imágenes tomadas entre junio de 1998 y julio de 2002, para 2000; para 2005 se consideraron, imágenes tomadas entre junio de 2003 y julio de 2007, y para 2010, imágenes tomadas entre junio 2008 y septiembre del 2011. Finalmente, para el periodo 2013 se consideraron imágenes entre agosto 2012 y marzo 2014. 3. Definición de la leyenda: se consideraron las siguientes clases: Bosque: Tierra con vegetación arbórea con una cubierta de copa de dosel de más de 10 por ciento del área y una superficie superior a 0,5 hectáreas, y árboles cuya altura es superior a 5 metros o capaces de alcanzar estos límites mínimos in situ6. No bosque: Áreas sin cobertura boscosa, ya sea porque han sido deforestadas antes del año 2000 (línea base), o porque corresponden a ecosistemas no boscosos, como por ejemplo afloramientos rocosos, páramos, sabanas, pastizales, cultivos, zonas quemadas, playas y arenas.
El protocolo RAISG incluye, desde el punto de vista operacional, varios pasos que se describen a continuación (figura 1):
Deforestación: Área donde la cobertura boscosa original se ha eliminado totalmente dentro del periodo de estudio.
A. Adquisición y condicionamiento de la información base
Agua: Áreas de cuerpos de agua como ríos, lagos, lagunas, meandros, entre otros.
1. Creación de la estructura de almacenamiento de datos: se definió una estructura de directorios y subdirectorios para el almacenamiento y manejo de las imágenes que permitió organizar, manipular y analizar los datos para el pre-procesamiento, procesamiento y la posterior integración de la información generada por cada uno de los países. 2. Adquisición de imágenes satelitales: se utilizaron imágenes de satélite Landsat 5/TM, 7/ETM+ y 8, idealmente con una cobertura de nubes menor a 20%. Las imágenes tienen una resolución espacial de 30 metros para las bandas requeridas cubren un área aproximada de 180 km x 180 km. Fueron adquiridas vía Web de la Universidad de Maryland (http://www.glcf.uniacs.umd.edu), el Instituto de Pesquisas Espaciales (INPE) (http://www.inpe.br), Earth Resources Observation and Science Center (EROS) (http://glovis.usgs.gov) y United States
2. Ortorrectificación: la ortorrectificación es el proceso mediante el cual se corrigen las distorsiones espaciales y de relieve de las imágenes satelitales debidas a las características ópticas del sensor, al ángulo de toma de la imagen y a las variaciones topográficas en la superficie de la Tierra. Para ello se utilizó el modelo digital de elevación (SRTM) de 90 metros de resolución espacial, producido por el Global Landcover Facility (http://glcf.umd.edu), e imágenes previamente ortorrectificadas. Como resultado de este proceso se obtuvieron imágenes ortorrectificadas con desplazamientos inferiores a 2 pixeles y error cuadrático medio hasta 0,5 (R2 ≤ 0,5), siendo lo aceptado a nivel mundial. Esta corrección se realizó con las imágenes Landsat 5/TM y landsat 7/TM que lo requirieron
Nubes y sombras: Áreas que están cubiertas por nubes y sombras en cualquier periodo de tiempo analizado. Sin clasificar: Áreas con ausencia de datos de origen producto de problemas en las imágenes originales, por ejemplo las fallas en el sensor Landsat ETM+ que generó imágenes con franjas sin información. B. Pre Procesamiento 1. Compilado de bandas: es el proceso de selección y agrupamiento de bandas de las imágenes de satélite en un orden determinado de acuerdo al sensor. De esta manera se seleccionaron las bandas Blue, Green, Red, Near Infrared (NIR), Mid Infrared (MIR) y SWIR de las
4. Corrección radiométrica y atmosférica: debido a fallas del sensor o distorsiones por las condiciones atmosféricas asociadas a los efectos de la dispersión de la longitud de onda que afectan a las bandas de las imágenes multiespectrales de longitud de onda más corta (bandas Blue, Green y Red) se realizaron las correcciones por pixel a partir de algoritmos de los módulos Haze Correction del ImgTools (limpieza de humo y neblina) para las imágenes Landsat 5/TM y 7/ETM. Posteriormente, se realizó la transformación de los valores digitales (DN) a radiancia y reflectancia de la superficie, las cuales son luego utilizadas en análisis de mezcla espectral (SMA). Para ello, se emplearon los módulos Radiometric Calibration del ImgTools, FLAASH (Fast Line of sight Atmospheric Analysis of Spectral Hypercubes) del ENVI. En algunos casos, para esta transformación se empleó el programa LEDAPS (Landsat Ecosystems Disturbance Adaptive Processing System – http://ledapsweb.nascom.nasa.gov para imágenes Landsat 5 y 7). C. Procesamiento 1. Análisis de Mezcla Espectral (SMA)7: es el proceso mediante el cual se obtienen las fracciones espectrales (GV, NPV, Soil y Cloud) que nos permiten identificar las áreas donde hay vegetación fotosintéticamente activa, vegetación no fotosintéticamente activa, suelos y nubes/sombras. Este análisis parte de asumir que la reflectancia registrada en un determinado píxel es producto de una mezcla de las señales espectrales de varios elementos que componen la superficie correspondiente. Estas imágenes son utilizadas como insumo para la clasificación final. Por ejemplo, la fracción Soil identifica con precisión la estructura de aprovechamiento forestal como caminos y sitios de acopio de madera, la fracción de NPV ayuda a identificar zonas de bosque degradado y la fracción GV a identificar zonas de bosque denso. 2. Creación de máscaras: la captura de la información sobre cuerpos de agua, nubes y sombras en las imágenes de satélite es necesaria para evitar confundirlos con otras categorías de cobertura en la clasificación final. 3. Cálculo del Índice Normalizado de Diferencia de Fracciones (NDFI)8: este índice, obtenido a partir de las imágenes de fracción, realza señales espectrales de cambios ocurridos en los bosques, permitiendo de esta manera diferenciar entre bosques degradados y bosques intactos, así como detectar áreas deforestadas. El NDFI toma valores entre -1 y 1, donde valores cercanos a 1 corresponden a bosques densos y valores cercanos a -1 corresponden a suelos expuestos. D. Clasificación A todas las imágenes se les aplicó el método de clasificación por árboles de decisión, en este caso empleando la herramienta ImgTools. Los insumos fueron las imágenes de fracción (SMA), el NDFI y, como opcional, las máscaras de agua y nubes/sombras. Esto permite discriminar las clases: bosque, no bosque, agua y nubes en todas las imágenes y, a partir de 2005, la deforestación
El área Amazónica efectiva analizada representó el 95,8%. Ese 4,2% faltante correspondió a áreas no evaluadas de Brasil. E. Post Clasificación 1. Revisión y edición de resultados: para evitar la posible clasificación dentro de una misma clase de elementos diferentes, pero con respuestas espectrales similares, los resultados de la clasificación fueron comparados con las imágenes de satélite pre-procesadas. Estos equívocos en las clasificaciones son relativamente comunes cuando se emplean clasificadores automáticos y semiautomáticos. Un ejemplo de ello es el caso de las plantaciones forestales, las cuales con frecuencia son clasificadas como bosques. De identificarse alguna confusión de este tipo, se procedía a la edición manual de la clasificación. Para realizar este procedimiento de una manera confiable es importante contar con información complementaria confiable y con analistas con cierto nivel de experiencia. 2. Filtro Temporal: en este paso se utilizó la información temporal de cada pixel de las imágenes para corregir inconsistencias y ajustar mejor las clasificaciones de un determinado periodo. Se utilizaron reglas que validan la historia de cada pixel (mínima unidad de una imagen de satélite) para aprovechar el máximo de información posible de cada imagen. Por ejemplo, si en un pixel se identificó bosque para los años 2000 y 2010, pero nubes para 2005, se puede hacer su reclasificación a bosque. F. Evaluación de la precisión La precisión de la clasificación final fue calculada con el fin de estimar su correspondencia con la cobertura del terreno. Para ello se comparan puntos seleccionados aleatoriamente en las clasificaciones con imágenes de alta resolución (SPOT 1,5m, SPOT 10m, IKONOS 5m, CBERS 5m y GeoEye), con datos de campo o con ambos. El primer paso fue generar una muestra piloto que consiste en colectar un pequeño conjunto de puntos aleatorios estratificados por las clases. Para cada punto se comparó la clase del pixel en la clasificación con las imágenes o datos de campo y se estimó el error inicial y, con ello, el tamaño de una muestra representativa de puntos de verificación para toda el área clasificada. Posteriormente, se pasó a comparar todos los valores de los pixeles de la muestra con las imágenes de alta resolución o los datos de campo y se calculó la matriz de error y el estimado de la precisión de la clasificación para toda la región. G. Integración de datos Los resultados de las clasificaciones fueron incluidos el banco de datos de RAISG, alojado en ISA. Allí se llevó a cabo su recorte y preparación para la elaboración de mosaicos regionales, los cuales serán empleados para la producción de análisis, mapas y divulgación vía web. H. Cálculo de las tasas de deforestación Las tasas de deforestación son una estimación del área boscosa afectada por la pérdida de bosque a consecuencia de actividades humanas en un periodo de tiempo. Pueden expresarse en unidades de superficie por unidad de tiempo (por ejemplo, km2/año o ha/año) o en porcentajes. Para calcularlas se utilizó un método adaptado por Food Administration Organization (FAO), el cual asume que el área de bosque decrece en el tiempo de forma exponencial por causa de la deforestación9. A efectos de cálculo, se tomó como punto de corte para evaluar cada período el 1 de agosto, de forma que las tasas anuales consideran las pérdidas de bosque que tienen lugar entre el 1 de agosto de un año, digamos 2000, hasta el 31 de julio del año siguiente, en este caso sería 2001. Del mismo modo, para los períodos definidos se toma desde el 1 de agosto de 2000 al 31 de julio de 2005, del 1 de agosto de 2005 al 31 de julio 2010 y del 1 agosto del 2010 al 31 de julio de 2013. Por otra parte, el método permite tomar en consideración las fechas reales de cada una de las imágenes evaluadas, lo que garantiza que se comparen los mismos períodos entre las distintas escenas a lo largo de toda la región. Las tasas se estimaron a nivel de países, áreas protegidas, territorios indígenas y cuencas hidrográficas, para lo cual se emplearon las capas de información que RAISG ha venido consolidando y estandarizando.
Deforestación histórica Como ya fue mencionado, la clase No-bosque identificada para el año 2000 agrupa tres categorías de datos, que sin información previa no
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
ANÁLISIS DE LA DEFORESTACIÓN MARCO METODOLÓGICO
imágenes Landsat 5/TM y 7/ETM, y mientras para el sensor Landsat 8 son Coastal aerosol, Blue, Green, Red, Near Infrared (NIR), SWIR 1, SWIR 2, Cirrus, Thermal Infrared (TIRS) 1 y Thermal Infrared (TIRS) 2.
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pueden ser diferenciados, a saber: formaciones naturales no boscosas, áreas no boscosas transformadas y áreas deforestadas. Por ello, el área no boscosa detectada para ese año se evaluó con miras a poder detectar qué extensión era producto de la deforestación histórica reciente. En el caso de Bolivia, Brasil y Ecuador se utilizó información disponible a nivel nacional10, 11, 12, 13. Los restantes países emplearon los datos de Global Land Cover14, un DEM de 90 m y la experticia de cada analista con datos nacionales. El abordaje variado da cuenta de la falta de estudios sistemáticos en el ámbito de toda la región amazónica. Para llevar a cabo el análisis se extrajo la clase No-bosque del mosaico, la cual fue analizadas con los datos disponibles según los casos nacionales. Con esta información fue posible estimar la cobertura boscosa perdida hasta el año 2000 y hasta 2013. Para determinar la cobertura boscosa original de la región, se sumaron la clase Bosque, año 2000, y la clase identificada como deforestación dentro de la categoría No-bosque, año 2000, luego del análisis histórico antes mencionado.
Consideraciones del protocolo Las estimaciones de deforestación que se presentan en este estudio pueden diferir de las encontradas en publicaciones previas de la Red, considerando el mismo período. Ello es consecuencia de diversos factores, pero principalmente por la aproximación empleada en cada uno de los casos para el cálculo de la pérdida boscosa. Por ejemplo, en Amazonía Bajo Presión15 las estimaciones se realizaron por país y para toda la región, a partir de mosaicos de imágenes, donde las áreas de sobreposición se consideraban en función de su menor afectación por la presencia de nubes. Esto podía resultar en diferencias en cuanto a la extensión utilizada de cada imagen. En ésta publicación, por el contrario, se está trabajando escena a escena y la superficie que participa en los cálculos para cada imagen es la misma, ya que el área de sobreposición
se divide en partes iguales. Adicionalmente, en este estudio se emplearon una mayor cantidad de imágenes y herramientas, como el filtro temporal, lo que permitió realizar mayor cantidad de correcciones y disminuir el número de pixeles que queda clasificado como nubes o sombras de nubes o bien como “sin información”, por problemas de origen en el sensor. De esta manera aumenta la superficie efectiva que se analiza dentro de las clases bosque, no bosque, agua y deforestación. De esta misma manera, dado el proceso continuo de mejoramiento del método y la inclusión de nuevos datos es posible que en el futuro se observen variaciones entre las estimaciones de extensión de perdida de bosque y las tasas de deforestación aquí presentadas con respecto a evaluaciones subsecuentes para los mismos periodos de tiempo. Esto puede deberse principalmente a: Reclasificación de píxeles actualmente bajo la clase de nubes/ sombras o “sin información” y su asignación a cualquiera de las otras categorías (bosque, no-bosque, agua, deforestación). Ajustes en las clasificaciones a consecuencia de la aparición de nueva información producto del quehacer científico
19/11/2000
12/03/2005
21/01/2010
12/10/2013
Minería a lo largo del río Caroní y sus afluentes (río Carrao), Venezuela. En las imágenes (arriba) los cambios por minería se aprecian como zonas blancas, en la clasificación (abajo) aparecen en amarillo (deforestación) si ocurrieron en el período de las imágenes, luego pasa a negro (no bosque). Le siguen fotos de esas áreas, tomadas a finales de 2014
El cálculo de las tasas de deforestación está directamente relacionado con la cantidad de información disponible, de modo que mientras mayor sea el número de imágenes (clasificaciones anuales), más exactas serán estas estimaciones. La resolución espacial de los sensores empleados, pues a medida que los avances tecnológicos masifiquen la disponibilidad de imágenes de alta resolución aumentará también la exactitud y precisión de las estimaciones en cada uno de los tipos de coberturas considerados. De esta manera, los cambios que puedan presentarse dan cuenta de una mayor calidad y robustez de los datos que va de la mano de mejoras metodológicas, aumento en la cantidad y calidad de la información.
Fuentes de referencia 1 RAISG (2012) Atlas Amazonía bajo presión. Descargable de: http://raisg.socioambiental.org/Amazonía-bajo-presion-2012. 2 Souza Jr, C.M., D.A. Roberts y M.A. Cochrane. (2005). Combining spectral and spatial information to map canopy damage from selective logging and forest fires. Remote Sensing of Environment 98(2–3): 329–343 3 Souza Jr., C. & Siqueira, J. (2013). ImgTools: a software for optical remotely sensed data analysis. XVI Sompósio Brasileiro de Sensoramiento Remoto do Inpe (pp. 1571-1578). Foz do Iguaçu: INPE. 4 Souza Jr, C. M., Siqueira, J. V., Sales, M. H., Fonseca, A. V., Ribeiro, J. G., Numata, I., Cochrane, M. A., Barber, C. P., Roberts, D. A. & Barlow, J. (2013). Ten-year Landsat classification of deforestation and forest degradation in the Brazilian Amazon. Remote Sensing, 5(11), 5493-5513. 5 RAISG (2012). Op. cit. 6 FAO. 2000. On definitions of forest and forest change FRA working paper 33 Rome. 7 Gillespie, A.R. (1992). Spectral Mixture Analysis of Multiespectral Thermal Infrared Images. Remote Sensing of Environment 42: 137-145 8 Souza Jr, C.M., D.A. Roberts y M.A. Cochrane. (2005). Combining spectral and spatial information to map canopy damage from selective logging and forest fires. Remote Sensing of Environment 98(2–3): 329–343 9 Puyravaud, JP. (2003). Standardizing the calculation of the annual rate of deforestation. Forest Ecology and Management. 177. 593-596p. 10 Killeen, T. J., Calderon V., Soria L., Quezada B., Steininger M. K., Harper G., Solórzano L. A. & Tucker C. J. (2007). Thirty years of landcover change in Bolivia. AMBIO: A Journal of the Human Environment 36(7):600-606.
Fotografías: Valentina Quintero, octubre de 2014
11 PRODES, escala 1:250.000 12 Ministerio del Ambiente. (2012). Línea Base de Deforestación del Ecuador Continental, Quito-Ecuador.
14 Sinchi-Ideam-Humboldt-UAESPNN-IGAC. (2008). Convenio especial de cooperación 018 de 2008 Mapa de coberturas de la tierra Amazonía colombiana año 2002. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI. Bogotá. 15 RAISG (2012). Op. cit.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
Ejemplos de lecciones aprendidas en el uso de la metodología 2000/08/06 - Landsat 7
2008/11/08 - Landsat 7
2013/09/11 - Landsat 8
Foto tomada en el sitio, durante la fase de construcción de la infraestructura de la hidroeléctrica. (Víctor López, nov/2014) Uno de los grandes desafíos para obtener el mapa de deforestación en Colombia en los diferentes periodos de estudio fue el de contar con gran cobertura de nubes en la parte andina y el pie de monte amazónico. Las imágenes tienen entre 15% y 45% de nubes, lo que dificulta la identificación de áreas deforestadas en una de las zonas con más afectación por el avance de la frontera agrícola en los departamentos de Meta y Caquetá en Colombia. También se puede observar en las imágenes del centro los gaps provocados por daños en el sensor del satélite Landsat 7.
Path 8 Row 58
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2005/02/01 - Landsat 7
Los métodos de teledetección en la Amazonía ecuatoriana han permitido establecer zonas donde la acción del hombre ha generado deforestación. En Ahuano, provincia de Napo, se realizó la construcción de una hidroeléctrica y varios puntos de infraestructura relacionada (punto rojo en las siguientes imágenes). Durante la construcción se realizó la comprobación de las obras por parte de personal de EcoCiencia. El análisis de deforestación (2000-2013) evidenció la perturbación de la zona detectando “pixeles” correspondientes a pérdida de bosque o deforestación (amarillos).
Zona de la construcción al 2000. El punto (rojo) se encuentra ubicado en bosque (en verde).
Zona de la construcción al 2005 y al 2010. El punto se encuentra ubicado en bosque todavía, pero se detecta cambios en la zona.
Zona de la construcción al 2013. El entorno del punto ha sido deforestado y se indica en amarillo.
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
13 Eva, H.D., E.E. de Miranda, C.M. Di Bella, V.Gond, O.Huber, M.Sgrenzaroli, S.Jones, A. Coutinho, A.Dorado, M.Guimarães, C.Elvidge, F.Achard, A.S.Belward, E.Bartholomé, A.Baraldi, G.De Grandi, P.Vogt, S.Fritz y A.Hartley. (2002). Mapa de la Vegetación de América del Sur. Comisión Europea European Commission – Joint Research Centre. Italia, 34 pp. Desargado de: http://bioval.jrc.ec.europa.eu/products/glc2000/data_access.php
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cont./ Ejemplos
de lecciones aprendidas en el uso de la metodología 2000
2005
2010
2013
Imagen reflectancia
Ejemplo de una escena clasificada para los periodos 2000-2005-2010-2013 y su concordancia con la imagen NDFI (Normalized Difference Fraction Index) y la imagen reflectancia. Escena Landsat 232-72 ubicada al Este de la ciudad de Santa Cruz, Bolivia. NDFI
Imagen clasificada
DEFORESTACIÓN EN LA AMAZONÍA (1970-2013)
DEFORESTACIÓN en la AMAZONÍA (1970-2013)
Este es un estudio regional sobre la pérdida de bosques amazónicos, realizado a partir de análisis desarrollados con una metodología única para todos los países que componen la Amazonía. La información es generada de acuerdo a un protocolo que permite la producción e integración de los datos de cada país amazónico.
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Es una realización de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), un espacio colaborativo abierto a todos los interesados en un futuro sostenible y en el fortalecimiento de la diversidad socioambiental de la Amazonía.
Coordinador