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ENRIQUE AVOGADRO
Enrique Avogadro Ministro de Cultura La cultura se abre camino
Como sociedad hemos atravesado muchas crisis y de distinta naturaleza. A fuerza de superarlas y reconstruirnos después de cada una, los argentinos fuimos forjando un carácter resiliente, creativo y desafiante, muy singular, que nos atraviesa por generaciones y que también lo vemos hoy en nuestra forma de enfrentar este momento. Sin embargo esta crisis no es igual a todas las anteriores. Como nunca las dificultades escalaron e impactaron globalmente sin reconocer fronteras, y a pesar del optimismo que guardamos respecto a las investigaciones y los avances en torno a las vacunas, todavía no hay un lugar en el mundo donde el COVID-19 haya dejado de ser un problema. Habrá un momento en que podremos decir: “la pandemia terminó” pero quedarán sus consecuencias y para eso tenemos que estar preparados. En estos meses que vivimos en nuestras casas, separados como nunca antes, también pudimos hacer algunos aprendizajes. Aprendimos a administrar nuestro tiempo de una forma distinta, a hacer convivir espacios domésticos y de trabajo que solían estar separados, a articular nuestra capacidad productiva con plataformas digitales en cualquier dispositivo tecnológico que tuviéramos al alcance y nos lo permitiera, y a compartir diariamente todas esas herramientas con quienes convivimos. Y también, aprendimos que había elementos de nuestra vida que ya no estaban y podíamos seguir sin ellos. No fue el caso de la cultura. No podemos vivir sin la cultura, y más aún, elegimos una vida con la cultura. Porque además de ser un espacio de encuentro, de construcción de identidad y de placer, la cultura es parte de lo que somos. Justamente por esto, a pesar de las dificultades, de las limitaciones, de las distancias, la cultura se abrió camino. Durante meses los espacios que dan vida y energía al ecosistema cultural diverso y único que tiene nuestra Ciudad estuvieron con las puertas cerradas. Sin embargo, ya fuera a través de streaming, con eventos en vivo en redes sociales y ahora con producciones en el espacio público, la cultura salió al encuentro de las personas. Y todo esto enfrentando una situación de emergencia nunca antes vista.
Después de meses de trabajo, escuchando a los representantes de cada sector y dialogando con todos, semana a semana fuimos logrando que más lugares abran sus puertas. Hoy están abiertas las galerías de arte, los museos, las bibliotecas, los teatros y las librerías entre muchos otros espacios que se suman a los auto eventos y a la producción cultural en el espacio público, las postales culturales de un año que no vamos a olvidar. Estamos acompañando la reapertura y transformando a nuestra ciudad en una plataforma cultural a cielo abierto. Reivindicamos, además, la necesidad de contar con espacios de reflexión en los que la cultura pueda desplegar su capacidad de auscultar el porvenir para poder no sólo interpretarlo sino también protagonizarlo. Queremos estar preparados para lo que viene y sumar a más y más personas a participar de una conversación abierta sobre nuestro futuro.
Para eso y una vez más en colaboración con la Fundación Medifé, invitamos a investigadores de las ciencias sociales y naturales a que nos ayuden a pensar en torno a los cambios que introdujo la pandemia en nosotros como individuos, en la ciudad, en el medio ambiente, en nuestro trabajo y en nuestra educación. Estamos convencidos de que la colaboración es un valor central en este momento. Por eso, además de invitarlos a escribir sobre los temas que investigan, les pedimos que participen de una conversación con una persona de otra disciplina y con la moderación de un periodista cultural, combinando sus conocimientos de distintas raíces y construyendo algo nuevo, a lo que no podían llegar de forma individual. El resultado de este gran trabajo en equipo es este libro. Espero que lo disfruten como todos los que hemos sido parte de este proceso pudimos hacerlo. ■