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Contexto
La República Dominicana es un país de 10,448,499 (ONE, 2020) habitantes, con una población joven. Más del 50 % se encuentra por debajo de los 20 años. Alrededor de 2 millones de dominicanos han migrado fuera del país, principalmente a Estados Unidos y España (Instituto Nacional de Migración de República Dominicana (INM RD, 2020, citado por BID, 2021). Asimismo, alrededor del 7 % de la población residente en el país es inmigrante o descendiente de inmigrantes, y la gran mayoría (87 %) procedente de Haití (ONE, 2018).
De acuerdo con la clasificación del Banco Mundial, República Dominicana cuenta con un ingreso medio alto y presenta niveles de crecimiento económico por encima del promedio de la región latinoamericana (6 % entre 2013 y 2019). Este ha sido impulsado por los sectores de servicios, construcción, transporte y minería. No obstante, el crecimiento no ha sido acompañado con el mismo ritmo en la generación de encadenamientos productivos y la creación de empleos de calidad, con un poco más de la mitad de la fuerza laboral empleada en el sector informal (51 %) (BID, 2022).
La bonanza macroeconómica del país ha tenido un impacto en el aumento de los ingresos de los hogares, lo que se denota en una importante reducción de la pobreza monetaria, la cual pasó de 39 % en 2010 a 21 % en 2019. Cabe decir que, debido a los efectos de la pandemia, la pobreza subió al 23 % en 2020 (SISDOM, 2021). Sin embargo, este aumento del ingreso coexiste con bajos niveles de desarrollo social. El país se enfrenta a retos importantes en términos de desigualdad de género, baja calidad en la educación, desigualdades de desarrollo tanto territoriales como en la juventud.
Sobre la desigualdad de género se destaca que, según el Banco Central, la tasa de participación en el mercado laboral en 2021 era de 51 % para mujeres y 75.3 % para los hombres. Las mujeres registran una mayor tasa de desempleo ampliado (23.4 %) que los hombres (12.3 %). Según datos del Sistema de Indicadores Sociales de la República Dominicana (SISDOM) de 2021, en los hogares de pobreza monetaria es de 19.3 %, frente a 16.1 % de los hogares con jefatura masculina. Se verifica un mayor porcentaje de mujeres que de hombres pobres a nivel nacional (24.6 % y 22.0 %, respectivamente).
Más allá de las desventajas en términos económicos, las mujeres dominicanas se enfrentan a altos niveles de violencia de género –el 68 % ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida (ONE, 2018)–, así como a leyes que limitan severamente sus derechos sexuales y reproductivos al prohibir el aborto en cualquier circunstancia.
La juventud es afectada por una alta incidencia del embarazo en adolescentes (16.8 % de las jóvenes de 15 y 19 años son madres o están embarazadas actualmente (ONE, 2019) y el matrimonio infantil (23.8 % de las adolescentes de 15 y 19 años alguna vez han estado unidas (ONE, 2019), así como una tasa desempleo que duplica a la de la población general (BCRD, 2021) y altos niveles de deserción escolar en el nivel de secundaria (BID, 2022). A esto se suma que a pesar de que desde 2012 el gobierno dominicano asumió un gasto mucho mayor para la educación preuniversitaria (4 % del PIB), los retos para una educación de calidad se mantienen. Por ejemplo, los resultados de las pruebas PISA 2018 arrojaron que el país ocupó el último lugar entre 78 países en conocimientos sobre matemáticas (BID, 2022).
También son tangibles desigualdades territoriales en términos de desarrollo y la región Oeste es la que presentan mayores niveles de pobreza y menor desarrollo social, mientras que el capital humano y financiero se concentran en la región metropolitana que concentra la ciudad de Santo Domingo y sus alrededores (BID, 2022).
El país es particularmente vulnerable a los desastres naturales y ocupa el lugar número 12 de 181 países que tuvieron mayores pérdidas por efectos climáticos en los últimos 20 años (BID, 2022). Por tal razón, el cambio climático resulta un tema relevante a medida que se espera que los fenómenos climáticos extremos vayan en aumento.
Al momento del levantamiento de la encuesta (julio 2021) el país, así como el resto del mundo, llevaba casi año y medio bajo los efectos de la pandemia del COVID-19, la cual tuvo impactos importantes tanto en la economía de los hogares como en saldo en víctimas y presión a los servicios de salud.