L. Santos y Ganges1, J.F. Martín Duque2, J.L. de las Rivas Sanz3 y A. Díez Herrero4
La orientación fisiográfica en la formulación de las Directrices de Ordenación Territorial de Segovia y Entorno Resumen. Se explica la aplicación concreta de un inventario territorial, de origen fisiográfico, orientado con la idea de determinar espacios valiosos a proteger de procesos urbanizadores y de otros procesos transformadores; así como de orientar la tutela ambiental desde el factor espacio, imponiendo ciertas limitaciones o precauciones. El instrumento donde se aplica dicho inventario son las Directrices de Ordenación Territorial de Segovia y Entorno, actualmente en realización. El área de influencia de la ciudad de Segovia se caracteriza por una gran diversidad fisiográfica, con la presencia de paisajes y ecosistemas muy valiosos y frágiles, así como por la existencia de un rico y variado patrimonio histórico y cultural. Al mismo tiempo, Segovia es la ciudad de Castilla y León más próxima al área metropolitana de Madrid. Ambas circunstancias otorgan gran relevancia al instrumento de ordenación territorial puesto en marcha. La ponencia se inicia haciendo una revisión del contexto legal actual en el que se inserta la protección de espacios en los instrumentos de ordenación territorial y urbanística. En segundo lugar, se lleva a cabo un análisis metodológico sobre los distintos tipos de inventario territorial o del medio físico. Posteriormente se discute la conveniencia o no de aplicación de esas metodologías de inventario con fines de ordenación territorial y urbanismo, reivindicando las ventajas de la aproximación fisiográfica bajo determinadas circunstancias, tal y como las que concurren en el área de Segovia. Por último, se concretan ejemplos en los que la utilización del inventario y diagnóstico fisiográficos ha resultado útil en la orientación de las Directrices de Ordenación referidas. Palabras clave. Ordenación del Territorio, Planificación del paisaje, Planificación ambiental, Fisiografía, Segovia. Abstract. The usefulness of a physiographic-type land inventory, in contrast to a parametric one, is explained. The aim of the inventory pursues: the preservation of sites and landscapes from urban and construction processes, and to direct the environmental management with regard to future territorial transformations. The specific plan in which the referred physiographic inventory is carried out is the so-called Land-Use Planning Guidelines of Segovia and Surroundings. Segovia and its influence area are characterised for a high physiographic diversity with outstanding and fragile landscapes and ecosystems, and for a remarkable historic and cultural heritage; at the same time, it is the closest city of the ‘Castilla y Leon’ Region to the overpopulated metropolitan area of Madrid. Both characteristics call for taking the responsibility for a delicate land planning. The paper starts making a revision of the land-use planning laws in which the site conservation is considered. Secondly, an analysis of land inventory techniques is carried out. Following, the advantages of the physiographic procedures under specific circumstances (like those that meet in Segovia) are argued. Lastly, some examples in which the usefulness of the physiographic inventory and diagnosis for the land-use guidelines have shown its suitability are described. Key words. Land-Use Planning, Landscape Planning, Environmental Planning, Physiography, Segovia.
1 Instituto Universitario de Urbanística, Universidad de Valladolid 2 Departamento de Geodinámica, Universidad Complutense, Madrid 3 Instituto Universitario de Urbanística, Universidad de Valladolid 4 Facultad de Ciencias Biológicas, Universidad SEK, Segovia
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Índice de contenidos: LA ORIENTACIÓN FISIOGRÁFICA EN LA FORMULACIÓN DE LAS DIRECTRICES DE ORDENACIÓN TERRITORIAL DE SEGOVIA Y ENTORNO ............................................................................................................. 1 1. LA PROTECCIÓN DE ESPACIOS EN LOS INSTRUMENTOS DE ORDENACIÓN TERRITORIAL Y PLANIFICACIÓN URBANÍSTICA ....................................................................................................................................................................................... 2 2. LOS INVENTARIOS TERRITORIALES ............................................................................................................................. 6 2.1. Las clasificaciones fisiográficas y regionalizaciones naturales ........................................................................ 6 2.2. Los estudios integrados: land system y ecología del paisaje ............................................................................. 7 2.3. Los inventarios analíticos o paramétricos: landscape planning ........................................................................ 8 3. LA APROXIMACIÓN FISIOGRÁFICA EN LA DETERMINACIÓN DE UNIDADES PAISAJÍSTICAS CON FINES DE ORDENACIÓN TERRITORIAL .................................................................................................................................................................. 8
4. EL CASO DE LAS DIRECTRICES DE ORDENACIÓN TERRITORIAL DE SEGOVIA Y ENTORNO ......................................... 10 4.1. Segovia y Entorno ............................................................................................................................................ 10 4.2. La información fisiográfica en las DOTSE. Ejemplos de aplicación............................................................... 13 5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................................................................ 17 6. APÉNDICE GRÁFICO .................................................................................................................................................. 20
1. La protección de espacios en los instrumentos de ordenación territorial y planificación urbanística El territorio sólo puede ser comprendido si se abordan las interrelaciones que en él tienen lugar, lo que sólo puede lograrse mediante esfuerzos interdisciplinares. La ordenación del territorio exige estructurar el conocimiento para luego articularlo y no, simplemente, segmentarlo. No debe olvidarse que la planificación espacial siempre ha estado asociada a la consecución de una vida mejor para la sociedad en su conjunto y a procurar la salud global del sistema, y no sólo de sus partes. Los discursos oficiales no renuncian a ofrecer un marco claro de principios, sobre los cuales deben articularse los objetivos específicos de la planificación territorial, sectorial o global, y de la ordenación urbanística, en cada caso. Frederick Steiner (1994, pág. 5) recuerda que dos son las razones fundamentales de la planificación espacial: la equidad entre las personas y las garantías de vida para el futuro, en la búsqueda de un territorio eficiente y solidario. Sin embargo, el marco normativo del urbanismo español se ha visto replanteado con la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo y Valoraciones, que en su exposición de motivos, punto 1, deja bien clara su intención de: “facilitar el aumento de la oferta de suelo, haciendo posible que todo el suelo que todavía no ha sido incorporado al proceso urbano, en el que no concurran razones para su preservación, pueda considerarse como
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susceptible de ser urbanizado. Y ello de acuerdo con el planeamiento y la legislación territorial o sectorial, en razón de sus valores ambientales, paisajísticos, históricos, arqueológicos, científicos o culturales, de su riqueza agrícola, forestal, ganadera o de otra índole, o de su justificada inadecuación para el desarrollo urbano.”
En este contexto legal, político y socio-económico actual, el suelo no urbanizable (denominado rústico en Castilla y León) adquiere entidad propia, en contraste con un suelo urbanizable, definido en negativo y que se desea aumente significativamente. Por ello, se hace necesario un conocimiento preciso del territorio que permita la identificación y delimitación de espacios con determinados valores o características susceptibles de justificar la clasificación y en su caso, y sobre todo, la protección de los suelos rústicos. En Castilla y León dos leyes recientes están vinculadas a ello. La Ley 10/1998, de 5 de diciembre, de Ordenación del Territorio de la Comunidad de Castilla y León, y la Ley 5/1999, de 8 de abril, de Urbanismo de Castilla y León. Esta última, en una excelente exposición de motivos, recuerda que el reto del urbanismo futuro será su transformación en sentido ecológico. Por ello, la Ley de Urbanismo de Castilla y León recoge el testigo de la tradición del planeamiento urbano de los últimos decenios y replantea el enfoque estatal desde un detallado articulado en lo que se refiere al suelo rústico y a su protección (artículos 9, 15, 16, 23 a 29, 30, 32 y 36.2.c). La Ley de Ordenación del Territorio creó, en su artículo 5, un instrumento de ordenación territorial denominado Directrices de Ordenación de ámbito subregional, desarrollado en los artículos 14 a 19. En su artículo 17.1, relativo a las determinaciones de este instrumento, recoge, en el apartado f), la necesidad de definir: “Criterios y normas de protección de los recursos naturales y culturales y su compatibilización con el desarrollo económico y urbanístico, con delimitación de áreas de protección y planificación espacial.”
En efecto, heredera del planteamiento hecho en la Carta Europea de Ordenación del Territorio de 1983, reconoce como objetivos fundamentales de las políticas de ordenación territorial el desarrollo socioeconómico equilibrado de las regiones, la mejora de la calidad de vida, la gestión responsable de los recursos naturales y la protección del ambiente, así como la utilización racional del territorio. De acuerdo con los nuevos paradigmas y perspectivas de finales del siglo XX, la Ley de Ordenación del Territorio de Castilla y León dispone cinco objetivos: el desarrollo equilibrado y sostenible, el aumento de la cohesión económica y social, la mejora de la calidad de vida, la gestión responsable de los recursos naturales y la protección del medio ambiente y el patrimonio cultural. Y
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es significativo que en su exposición de motivos, tras señalar algunas debilidades del sistema territorial de la Comunidad Autónoma, se diga: “No obstante, estas limitaciones se ven compensadas por valores endógenos como la riqueza de sus espacios naturales y de su patrimonio cultural, lo que permite apoyar en ellos la ordenación territorial de Castilla y León, frente a la usual concepción economicista orientada a la simple distribución de las actividades económicas en el espacio”.
Las Directrices de Ordenación de ámbito subregional son, por lo tanto, una figura destinada a la consideración integrada de los recursos naturales, las infraestructuras o los equipamientos de los ámbitos geográficos que así lo precisen. Se trata de un instrumento de ordenación que ha de pretender la satisfacción de las necesidades sociales compatibilizando desarrollo y protección, y estableciendo la coordinación de las actuaciones. Si entre sus funciones destaca el planteamiento de un modelo flexible para la utilización racional del territorio y la optimación de sus aptitudes para el desarrollo sostenible, lo hace mediante la definición de un marco de referencia o estrategia espacial junto con el establecimiento de mecanismos de coordinación para los planes y programas con incidencia territorial, tanto sectoriales como municipales. Por último, el alcance de unas directrices de ordenación de ámbito subregional debe entenderse desde el carácter abierto que introduce la legislación, que señala la flexibilidad de las posibles determinaciones: ámbito, análisis y diagnóstico, formulación de políticas sectoriales, propuestas de ordenación, estrategias, localización de criterios para los sistemas de estructuración territorial, criterios y normas para el desarrollo urbanístico y los nuevos usos, criterios y normas para la protección ambiental, criterios y normas de coordinación de planificación local y sectorial, normas urbanísticas subsidiarias, programa de actuación y señalamiento de modificaciones en los planes vigentes. Es necesario insistir en que el proceso de elaboración de unas directrices exige un esquema metodológico claro que permita orientar todos los contenidos del planeamiento, incluido un amplio proceso de participación. Por otro lado, en los territorios con dinámicas urbanas son el instrumento que a la vez sirve para definir el perfil y los condicionantes de la ordenación de escala supramunicipal. Si se pretende conseguir un territorio eficiente siendo a la vez respetuoso con los valores naturales y culturales, es imprescindible elaborar documentos útiles, capaces de involucrar a las instituciones y colectivos interesados, facilitando una nueva cultura del territorio.
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Si aspiramos a fundamentar un modelo territorial de ‘sostenibilidad’, de desarrollo concebido a largo plazo, hay que concretar las condiciones de conservación de la naturaleza y del paisaje, y garantizar, desde el factor espacio, un objetivo global de calidad medioambiental. El mundo oficial defiende la idea de que la calidad de vida es una variable dependiente de la equidad social, de la calidad ecológica y del desarrollo sostenible. Pero la incorporación de todo ello al urbanismo y a la ordenación del territorio exige explorar aspectos muy variados, entre los cuales es de especial interés la ordenación y protección del paisaje, que nosotros interpretamos bajo el amparo disciplinar de la tradición geográfica pero también del landscape planning, tal y como se ha ido consolidando. El concepto de paisaje es esencialmente cultural, discutido e interpretado por diversas corrientes de pensamiento y disciplinas. En nuestro caso, se funda en la imbricación de la perspectiva fisonómica y la panorámica, buscando una interpretación integrada de los hechos geográficos y sus relaciones con la perspectiva ecológica. Sin embargo, la actitud metodológica básica de la ordenación del paisaje está determinada por su orientación a la toma de decisiones, por la vocación de concluir en un plan concreto (de las Rivas Sanz, 2000, pág. 142), donde la protección y puesta en valor del paisaje es algo que no debe ser ya cuestionado. Se plantean tres sistemas para alcanzar este objetivo: la protección de los espacios concretos más valiosos, la definición de ámbitos paisajísticos relativamente homogéneos, de cara a la gestión y condicionamiento de su transformación, y la orientación de la tutela ambiental. Para ello, el inventario o análisis territorial que precede al plan tiene un gran peso, considerándose que sólo un conocimiento detallado del medio puede permitir el establecimiento de los criterios y la discriminación pertinente de los espacios, con el fin de detectar los lugares valiosos y de definir unidades paisajísticas, tanto desde las características fisiográficas como desde el modelo territorial deseado. Así, no sólo se plantean espacios de cierta ‘homogeneidad’ de cara a moderar impactos negativos, las unidades paisajísticas, sino que se señalan las áreas y lugares que manifiestan valores ecológicos o paisajísticos notables o que son frágiles, raros o tienen un gran potencial paisajístico. La definición de unidades paisajísticas permitirá la determinación de directrices ambientales concretas que condicionarán las posibles transformaciones de uso. Por su parte, la definición de lugares y zonas que manifiestan valores paisajísticos o ecológicos notables, son frágiles o raras, o tienen gran potencial paisajístico y ambiental, todas ellas de diferentes escalas y significado, permitirán el establecimiento de directrices de conservación y mejora: puede tratarse de espacios como riberas, humedales, áreas valiosas o de singular valor ecológico, puntos de interés geológico y
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botánico, unidades fisiográficas elementales, espacios agrarios con interés paisajístico e histórico, canales, montes, etc., para los que se pueden plantear propuestas de protección activa. Se plantean varias formas de trabajo: el control de procesos por las amenazas ambientales y los peligros naturales identificados, y según las unidades paisajísticas/fisiográficas; la asunción de protecciones existentes (Zonas de Especial Protección para las Aves, Lugares de Interés Comunitario, Montes de Utilidad Pública, Espacios Naturales Protegidos, así como las derivadas de la legislación especial o sectorial) y la determinación propia de la protección de espacios y lugares motivada por los valores naturales, agrarios, paisajísticos, patrimoniales y culturales en general (áreas de singular valor ecológico, puntos de interés natural, lugares de interés cultural, etc.). Por otro lado, administrar el desarrollo en relación con la ocupación del suelo significa interrelacionar los usos idóneos con los lugares más aptos, establecer límites, condicionar los procesos en función de sus impactos y proteger los paisajes más valiosos y frágiles. No es conveniente apoyarse sólo en lógicas de protección, sino que es primordial incidir en los procesos de transformación, en su administración equilibrada, más que en la localización prefijada de cada tipo de uso sobre un zoning cerrado, aunque el nivel más alto de certeza (determinaciones de aplicación plena) se corresponderá con el establecimiento de la protección y de los usos posibles en los espacios naturales y rurales más valiosos.
2. Los inventarios territoriales Sobre la base de lo expuesto en el punto anterior, y en la medida en que la ordenación territorial y la planificación urbanística han pasado a incorporar las consideraciones ambientales como un elemento esencial de su práctica, los inventarios territoriales denominados con más frecuencia ‘del medio físico’ en este contexto, cobran un papel destacado. El conocimiento más o menos acertado del medio es consustancial al desarrollo de la especie humana, en la medida en que la supervivencia dependía directamente de los recursos naturales. Sin embargo, las ‘aproximaciones científicas’ al estudio del medio ambiente han sido muy diversas y, desde la perspectiva integradora que a la planificación le interesa, pueden resumirse en los siguientes enfoques.
2.1. Las clasificaciones fisiográficas y regionalizaciones naturales Los primeros inventarios y clasificaciones territoriales ‘integrados’ tuvieron escala regional. Buscaban la comprensión de los patrones que dirigían la estructura territorial (que a esta escala son, 6
normalmente, clima y geología), y tenían carácter tanto académico como aplicado. Las unidades definidas agrupaban al conjunto de elementos del territorio y tenían grandes dimensiones. Algunos ejemplos de clasificaciones de este tipo se deben a Powell (1895) y Fenneman (1916, 1928) en los Estados Unidos, y a Dantín Cereceda (1922) o Hernández-Pacheco (1934) en España. El caso de Estados Unidos ilustra bien la vertiente aplicada de estas primeras clasificaciones: los mapas fisiográficos norteamericanos de finales del siglo XIX y principios del XX tenían por objetivo, en gran medida, conocer las posibilidades de colonización de las tierras del Oeste.
2.2. Los estudios integrados: land system y ecología del paisaje Con el desarrollo de la fotografía aérea en el primer tercio del siglo XX, la cartografía de unidades territoriales de carácter integrado pasó a realizarse a escalas más detalladas. En el ámbito anglosajón tuvo un carácter más aplicado, y los estudios forestales y agronómicos obtuvieron ventaja de este enfoque (Bourne, 1931; Veatch, 1937). La posición estratégica de Australia tras la Segunda Guerra Mundial hace que en este continente se centre un gran interés colonizador. Allí se desarrollaron una serie de estudios integrados que, procedentes de los anteriores y utilizando las mismas técnicas, tenían como objetivo último conocer las capacidades de uso de los distintos tipos de terrenos, en estos casos apenas sin explorar. Los trabajos de Christian (1958) y Christian & Stewart (1968) popularizaron a nivel internacional esta metodología, conocida como land system. Con posterioridad, muchos organismos internacionales y centros de investigación de todo el mundo han seguido este procedimiento de inventario territorial ‘fisiográfico’; fundamentalmente en proyectos llevados a cabo en países subdesarrollados (Tricart, 1973; FAO, 1976; Verstappen & Van Zuidam, 1968). También de estos planteamientos surgen los procedimientos de cartografía ecológica para la gestión de áreas forestales y naturales de Estados Unidos y Canadá (Hills, 1961; Bailey, 1987; ECOMAP, 1993). Las escuelas europeas de geografía física, fundamentalmente la rusa, la francesa y la alemana, fueron muy prolíficas en el desarrollo de la cartografía integrada con base geomorfológica (por ejemplo: Solntsev, 1962; Bertrand, 1968). Por último, cabe destacar en este breve repaso histórico que las actuales tendencias en ‘Ecología del Paisaje’ y ‘Ciencia del Paisaje’ también parten de estas fuentes. Así por ejemplo, la obra de Forman y Godron (1986) una de las más citadas en la literatura referida a gestión territorial con bases ecológicas utiliza este enfoque fisiográfico, aunque con un planteamiento más analítico. 7
En todos estos métodos, y debido fundamentalmente a la escala de trabajo a la que se realizan, la geomorfología tiene un papel esencial, ya que constituye el criterio fundamental a partir del cual se delimitan y cartografían las unidades territoriales homogéneas (el continente), aunque luego su contenido sea integral (sustrato, relieve, hidrología, suelos, vegetación).
2.3. Los inventarios analíticos o paramétricos: landscape planning La compartimentación de las ciencias naturales a lo largo de todo el siglo XX fue produciendo formas específicas de representación cartográfica para cada ciencia: clasificaciones de suelos de la FAO y el USDA, mapa geomorfológico europeo, cartografías geológicas, distintos tipos de mapas forestales y de vegetación, etc.. A partir de 1970, y favorecidos en gran medida por la popularidad de obras como Design with Nature (McHarg, 1969), los distintos inventarios sectoriales del territorio fueron recogidos por los estudios de ordenación territorial y planificación urbanística. En su popularización metodológica fue determinante la implantación y posterior difusión de las Evaluaciones de Impacto Ambiental, que siempre han contemplado un inventario territorial de estructura paramétrica. Es así como se ha consolidado la secuencia o índice que recoge los apartados de: clima, geología, geomorfología, edafología, hidrología, vegetación, fauna y paisaje visual, con ligeras variantes, llegando prácticamente a estandarizarse como procedimiento de estudio o inventario del medio físico (por ejemplo: Ramos, 1979; Aguiló et al., 1992). Dicha práctica se ha visto favorecida, a su vez, por la amplia difusión en el uso de los Sistemas de Información Geográfica, que de hecho se desarrollaron para resolver los problemas de superposición cartográfica planteados por trabajos como los de McHarg (1969), y que permiten una estructura de almacenamiento, análisis, superposición, etc., de distintas cartografías temáticas.
3. La aproximación fisiográfica en la determinación de unidades paisajísticas con fines de ordenación territorial Si bien puede aceptarse que la estructura de inventario analítica o paramétrica es más común en nuestro ámbito científico y técnico, la utilidad de las unidades fisiográficas o integradas (del tipo land system), con el fin de plantear la ordenación del territorio y para nuestro contexto socioeconómico sigue estando vigente (Godfrey & Cleaves, 1991; Martín Duque, 2000). Para realizar dicha afirmación nos basamos en las siguientes consideraciones:
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a)
Los inventarios fisiográficos permiten definir unidades territoriales que manifiestan
características físicas homogéneas con respecto a sus aspectos aplicados (ya sean éstos geotécnicos, agroforestales, ecológicos, e incluso visuales); en suma, se supone que tienen un comportamiento homogéneo ante un cambio externo (ambiental, de origen antrópico, etc.). b)
Tienen un gran realismo territorial; no en vano las unidades fisiográficas han sido y son
fácilmente identificables por la población local, y tal y como refleja fielmente la toponimia, representan el conocimiento empírico del medio por parte de sus usuarios a lo largo de la historia. c)
Permiten extrapolar información útil para la gestión territorial a contextos geográficos
próximos, de manera que los datos de una unidad pueden ser utilizados para predecir comportamientos en otra localización (por ejemplo, si se ha detectado que en una unidad existen problemas de tipo constructivo, puede extrapolarse que el mismo problema existe en terrenos similares a lo largo de todo el área de estudio). En todo caso, también es cierto que existen diferencias con respecto a los contextos en los que se han utilizado tradicionalmente los enfoques de tipo land system (en general, grandes territorios, no muy transformados por la acción antrópica), y los ámbitos en los que trabaja actualmente la ordenación territorial y la planificación urbana (territorios más antropizados, escalas más detalladas). Así, entendemos que: a)
Para la ordenación territorial a escalas comarcal e inferiores, y para la ordenación urbana, es
necesario a menudo realizar cartografías detalladas (1:50.000 y 1:25.000 en el primer caso, y 1:10.000 para el segundo). b)
Si tradicionalmente la evaluación o ‘diagnóstico’ de las unidades estaba centrada casi
exclusivamente en establecer sus capacidades de uso (fundamentalmente agroforestales), en la actualidad, en un contexto en el que la presión sobre el territorio puede ser elevada, dicha evaluación está más dirigida sobre todo a determinar las limitaciones o los condicionantes de uso (por riesgos naturales, singularidad ecológica o paisajística, etc.). c)
Por último, es muy probable que en las áreas más urbanas la utilización de un enfoque
fisiográfico no sea del todo efectivo. La resolución de algunos aspectos como por ejemplo la prevención de riesgos naturales y tecnológicos, o la elección de los grandes sistemas de espacios verdes, sobre todo en contextos de entornos metropolitanos, requiere de aproximaciones urbanístico-ambientales, donde lo fisiográfico es secundario aunque indispensable. 9
Al hilo de lo que venimos diciendo, es preciso señalar que la utilización de estas unidades con fines de ordenación territorial no es sólo un hecho potencial, sino que ya se han utilizado, aunque recibiendo distintas denominaciones: unidades ambientales (González Bernáldez et al., 1973), unidades fisiográficas (Pedraza et al., 1986), unidades morfodinámicas (Díaz de Terán, 1985) o unidades paisajísticas (Martínez de Pisón, 1977; Junta CyL, 1998).
4. El caso de las Directrices de Ordenación Territorial de Segovia y Entorno El instrumento de planificación que nos ocupa, en función de las características del territorio, del conocimiento del medio y de la opción por un planteamiento técnico en el que la orientación fisiográfica adquiere especial relevancia, nos parece particularmente interesante como caso reciente.
4.1. Segovia y Entorno Se trata de un ámbito espacial que, con 71 municipios y casi dos mil quinientos kilómetros cuadrados (Tabla 1), constituye un amplio territorio en el borde de la comunidad autónoma que presenta realidades diversas, derivadas de la dualidad montaña-llanuras, las variadas dinámicas rurales, la relevancia de la capital segoviana y el poderoso factor de la cercanía a Madrid. Es un territorio en el que suceden algunos fenómenos comunes y generalizados en el contexto regional y nacional, pero con características urbanísticas y fisiográficas peculiares. El área objeto de estudio abarca la vertiente duriense de la Sierra de Guadarrama desde su límite con Somosierra hasta la Sierra de Malagón, su piedemonte y las llanuras limítrofes a la misma. En términos generales, desde el punto de vista paisajístico, se distinguen con nitidez tres tipos generales de paisaje que se corresponden con los tres ámbitos del territorio de Segovia y su Entorno: sierra, piedemonte y llanura. Son tres ámbitos paisajísticos donde la característica más relevante se corresponde con la dualidad llanura-sierra y donde se imbrican lo forestal, lo agrícola-ganadero y lo urbano. En primer lugar está el ámbito netamente serrano, es decir, la Sierra de Guadarrama, incluidas las Sierras de Malagón y Quintanar, así como algunos relieves asociados y las cabeceras de los ríos Voltoya, Moros, Eresma, Pirón y Cega. Se corresponde, por lo tanto, con el sector de roquedo cristalino, prácticamente siempre por encima de los 1.200 metros de altitud. En relación con los usos del suelo, este ámbito paisajístico se caracteriza por los espacios forestales y ganaderos extensivos fundamentalmente de vacuno, además, por supuesto, de los espacios improductivos 10
del roquedo desnudo y de las tierras abandonadas. En resumen, se trata de los montes de pináceas y quercíneas, y de los prados y pastizales cercados por muretes de piedra. En segundo lugar encontramos un ámbito paisajístico de transición entre la montaña y la llanura, que incluye una parte del piedemonte en rocas del macizo cristalino y, sobre todo, la franja de rocas del mesozoico (o piedemonte sedimentario, las lastras), muy significativa y característica. Se trata de un sector muy variado que, simplificando mucho, estaría a unas altitudes entre los 1.200 y los 1.000 metros. El uso primordial es el ganadero extensivo (de vacuno y, menos, de ovino), con amplios pastizales, matorrales, cotos adehesados, encinares, rebollares y nebredas, prados de siega cercados, y terrazgos en uso y abandonados. Los principales ríos, procedentes de la Sierra, cortan perpendicularmente esta unidad, formando gargantas y cañones de gran valor ecológico y paisajístico. Todo ello matizado por los usos urbanos: el poblamiento tradicional modificado por chalés, las urbanizaciones y las construcciones ligadas a las carreteras N-110 y N-603, etc.. En tercer lugar está el ámbito de las campiñas y llanos de la cuenca sedimentaria de Castilla, es decir, las llanuras sedimentarias de dominante fracción arenosa. Se identifica una neta cesura entre este espacio agrícola y el ámbito de transición entre montaña y llanura, coincidiendo con la litología más que con la altitud. El uso indiscutible desde el punto de vista espacial es el agrícola, aunque, desde el punto de vista económico, en este sector la ganadería estabulada de porcino y la ganadería extensiva de ovino suponen en conjunto una muy relevante carga ganadera, bastante superior en unidades a los otros ámbitos. No debe llamar a engaño la caracterización paisajística de las llanuras como despejados campos de cultivo, y no debe ser soslayada, por otro lado, la existencia de extensos montes, sobre todo de pino. Como complemento, y a modo de claves para la comprensión del ámbito de las directrices de Segovia y Entorno, destacamos algunos asuntos: a) Segovia es la capital de Castilla y León más próxima a Madrid. Desde la segunda mitad del siglo XIX, sobre todo con las nuevas infraestructuras de transporte y el nuevo orden económico, Segovia comienza a integrarse en el área de influencia de Madrid. La proximidad entre las capitales y el ambivalente papel desempeñado por la Sierra (una barrera para la comunicación al tiempo que un atractivo para la burguesía madrileña) son factores de indudable interés. Durante el siglo XX, en especial en su segunda mitad, la intensidad de las relaciones de dependencia del hinterland va en aumento en todas sus facetas, desde las meramente económicas hasta las culturales y, sobre todo, las espaciales (turismo, actividades de ocio y viviendas de veraneo). 11
b) En torno a la ciudad de Segovia se están concretando crecimientos y dinámicas urbanizadoras sin orden alguno, reduciendo calidad y equilibrio, así como generando agresiones y amenazas ambientales. c) En el ámbito de las directrices se aprecia cierta excentricidad de los polos de actividad y población (Segovia - La Granja - El Espinar). Algo similar ocurre con los ejes de transporte estructurantes: indudablemente la A1 y la A6 son los grandes colectores del sistema, la N-110 y la N-603 configuran el corredor serrano, la CL-601 / M-601 es un eje tradicional con gran potencial, y las CL-605 y CL-603 son ejes regionales. d) La Sierra es fundamental en la comprensión de la realidad territorial. El ámbito de las directrices acoge a todo el territorio provincial con altitud superior a 2.000 m, estando aproximadamente 2/3 una altitud superior a 1.000 m. El espacio serrano se caracteriza por la continuidad de sus cumbres y la carencia de collados marcados: de hecho sus puertos se encuentran a mayor altitud que los del resto de las montañas de la Meseta. e) Se está ante un territorio poblado y explotado desde hace milenios, con una capital antiquísima profundamente romanizada. Y un poblamiento que es en buena parte heredado de la plena edad media, producto de una época de la reconquista en la que se formaron comunidades de villa y tierra. Así, se está ante una estructura de aldeas dispersas ocupando el territorio, algunas de ellas mal comunicadas; ante un poblamiento bien estructurado aunque la debilidad demográfica es un claro factor desequilibrante. f) El papel destacado de las Comunidades de Villa y Tierra en la configuración histórica de este territorio. Durante el medievo desempeñaron un papel clave en la repoblación y defensa de la Extremadura castellana. Este régimen municipal desapareció hace mucho tiempo dejando cierta impronta: 57 municipios pertenecieron a la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, 10 municipios a la Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza y 4 municipios a la Episcopalía de Segovia. g) La Vera de la Sierra como el espacio de mayor concentración de esquileos y lavaderos de lana de toda Castilla (el centro de una vasta red de vías pecuarias articuladas en torno a dos grandes cañadas, la segoviana occidental y la leonesa oriental, que conectaban los pastos serranos de verano con los pastos invernales situados entre el Tajo y Sierra Morena). Desde finales del siglo XIII hasta el final del Antiguo Régimen, Segovia se convirtió en la principal encrucijada de la
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trashumancia de Castilla y León y en el centro de aprovisionamiento de lana para la industria nacional y para la exportación. h) El papel que desempeñarían los denominados Sitios Reales (Valsaín, San Ildefonso, Riofrío) creados por la corona de Castilla y consolidados por los Borbones en el siglo XVIII, como enclaves palaciegos entre montes. Se adquirieron y conservaron montes, y se construyeron palacios y otras instalaciones reales en una zona en la que tradicionalmente los poderosos acudían a solazarse y cazar. Precisamente los montes, variados en propiedad y gestión, con una pionera y efectiva actividad ordenadora, son otro elemento capital en la comprensión del territorio. Sin entrar de lleno en los asuntos fundamentales de las Directrices de Segovia y Entorno, cerrado ya el proceso de diagnóstico y estando en elaboración la propuesta, cabe decir que el planteamiento de ordenación se realizará sobre dos tipos de ámbitos de referencia: a) Directrices para ámbitos homogéneos de gestión paisajística, con base fisiográfica, donde se concretará el control de los procesos y la protección de los espacios singulares: áreas de singular valor ecológico, unidades fisiográficas especiales como las cumbres, las navas y las riberas, y puntos y lugares de interés geológico y botánico. b) Directrices para ámbitos homogéneos de ordenación territorial, es decir, ámbitos territoriales con base municipal definidos como áreas estratégicas de intervención y de gestión del desarrollo.
4.2. La información fisiográfica en las DOTSE. Ejemplos de aplicación El inventario territorial se ha realizado siguiendo las prescripciones técnicas de la entidad contratante, de forma que se ha elaborado un estudio del medio físico convencional al tiempo que se han puesto las bases para la orientación fisiográfica del diagnóstico y de buena parte de la propuesta de directrices. - La fase de inventario.
Inicialmente, el inventario del medio físico realizado para las DOTSE
se aproxima a un método de tipo analítico o paramétrico, siguiendo los apartados de: clima, geología, geomorfología, hidrología, suelos, vegetación y fauna. En este esquema, la información geomorfológica es una capa de información más, sin exigencias técnicas de espacialización. Sin embargo, al haber realizado el mapa geomorfológico con un enfoque del tipo land system, en realidad el inventario puede considerarse más próximo a un esquema fisiográfico. De esta manera, 13
el mapa geomorfológico pasa a convertirse en un documento esencial en el inventario, pues resume toda la información relativa medio físico ‘geótico’ o abiótico (incluyendo litología, pendiente, suelos y respuesta hidrológica), ya que las unidades representadas son homogéneas respecto a esos parámetros. Sin embargo, las unidades geomorfológicas no son homogéneas con respecto a la vegetación que soportan, ya que ésta se encuentra muy modificada por la intervención antrópica, de manera que su distribución actual, aunque condicionada por el clima y tipo de terreno, atiende fundamentalmente a avatares históricos. Por este motivo, no ha sido conveniente realizar un inventario fisiográfico directo, tal y como se realizaba tradicionalmente en otros estudios, sino que ha sido preciso corregir o añadir la información relativa a la vegetación y los usos del suelo al mapa geomorfológico. Ello no se ha hecho mediante una simple superposición automática, a través del SIG, algo que hubiera generado incongruencias manifiestas (resultado de la imbricación de los pequeños errores cartográficos de cada documento y de la dificultad de combinar criterios temáticos distintos), sino siguiendo una secuencia lógica y razonada, de manera que los límites de las unidades geomorfológicas se han visto matizados o corregidos con los de las unidades de vegetación, obteniendo así verdaderas unidades fisiográficas. Se ha procurado, además, que la denominación de las unidades fisiográficas sea la misma que la que han recibido tradicionalmente por parte de los habitantes, usuarios de dichos terrenos; es decir, su denominación tradicional o popular, magníficamente recogida por la toponimia. Este detalle hace posible, además, facilitar el reconocimiento de las unidades por parte de la población local. En algunos casos, la toponimia recoge de manera inequívoca la integración entre aspectos abióticos y de vegetación-usos: por ejemplo, La Dehesa del Berrocal (Ortigosa del Monte). Sin embargo, es más frecuente que sólo atienda a un aspecto, normalmente dominante: piedemonte, lastras, navas, majadales, berrocales, cuestas, llanos, canchos, hoces y hocinos, matas, prados, oteros, etc.. En el ámbito de las DOTSE, la cartografía geomorfológica y su derivada fisiográfica, se han llevado a cabo a dos escalas: la primera, a nivel supralocal o comarcal (dominios fisiográficos), útil para establecer ámbitos paisajísticos a los que referir las directrices generales de ordenación o tutela ambiental, y la segunda, a una escala local, más detallada, útil para directrices vinculadas a los espacios más valiosos (incluyendo su preservación), y que da la posibilidad al planeamiento urbanístico general de adoptar directrices de uso muy precisas (por ejemplo, terrenos inadecuados para el desarrollo urbano).
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- La definición de unidades homogéneas de gestión paisajística a partir de dominios fisiográficos. Los ámbitos paisajísticos homogéneos se definen de cara al control y condicionamiento de su transformación. Tal como se ha recalcado, tienen una base geomorfológica, y a su vez derivan en un mapa de dominios fisiográficos (véanse tabla 2 y figura 1). La tabla 3 recoge las características más relevantes de los dominios fisiográficos, junto con las indicaciones generales de ordenación, basadas en su diagnóstico ambiental. La tabla 4, por su parte, representa la propuesta de definición de unidades paisajísticas sobre la base de ámbitos geomorfológicos y dominios fisiográficos. - Unidades fisiográficas: implicaciones para la gestión y la protección.
Tal
y
como
se
ha
señalado, el marco legal actual que rige la ordenación territorial precisa de la identificación y delimitación de espacios con determinados valores o características, susceptibles de justificar su preservación del proceso urbanizador, tanto en positivo (por sus valores ambientales, paisajísticos, históricos, arqueológicos, científicos o culturales, su riqueza agrícola, forestal, ganadera, etc.) como en negativo (alta peligrosidad-riesgo natural, baja capacidad constructiva, etc.). En este sentido, el artículo 16 de la Ley 5/99 de Urbanismo de Castilla y León clasifica el suelo rústico en una serie de categorías, cuyo objetivo es adecuar el régimen de protección a las características específicas de los terrenos. La clasificación fisiográfica a nivel de detalle (unidades fisiográficas) se muestra muy útil para definir unidades sujetas a limitación o preservación, así como para justificar el motivo de su protección o no adecuación a determinados usos (véase figura 2). - Algunos ejemplos. A continuación, y a modo de ejemplo, se incluyen algunos casos concretos referidos al ámbito de las DOTSE: 1.- Áreas de Singular Valor Ecológico (ASVE). La cartografía de unidades fisiográficas de detalle constituye una información inestimable para definir unidades de singular valor ecológico; dos ejemplos paradigmáticos lo constituyen las unidades de ‘navas’ y de ‘hoces, hocinos y cañones’. Las navas son un tipo de depresiones, normalmente elongadas en planta y poco profundas, que aparecen dentro del dominio del piedemonte cristalino. En su mayoría se desarrollan a partir de zonas de fractura del sustrato, lo que favorece la meteorización de las rocas, pero también allí donde aparecen pequeñas fosas de origen tectónico (siempre en el dominio del piedemonte). Ambos factores permiten la acumulación en su interior de depósitos superficiales, que hacen posible a su 15
vez la existencia de humedad en el sustrato y el desarrollo de suelos (gleysoles húmicos y cambisoles gleicos) y vegetación (principalmente fresnedas) específicos, y que han condicionado su uso histórico como prados de siega y dehesas ganaderas. En cuanto a los cañones, a pesar de ocupar una porción muy reducida del espacio estudiado, presentan una gran especificidad e importancia. Desde un punto de vista ecológico, su valor reside en el alto número de ‘hábitat’ que se concentran en un espacio muy reducido: ambientes acuáticos fluviales, bosques de ribera, vegas, acantilados y escarpes rocosos en las paredes de los valles, y finalmente, ambientes de plataforma de culminación de las lastras. Los cambios micro o mesoclimáticos se producen también en un espacio reducido: ambiente fresco y húmedo en el fondo de los valles, y caluroso y seco en las plataformas. Estos cañones, no sólo son importantes desde un punto de vista natural o paisajístico, sino que es frecuente que presenten interesantes elementos arqueológicos e históricos asociados, relacionados con los primeros asentamientos humanos en la comarca, que aprovechaban las múltiples ventajas que ofrecían estos enclaves, como agua, caza, madera y refugio. 2.- Paisajes Sobresalientes. La delimitación de terrenos con características sobresalientes desde un punto de vista paisajístico-visual también puede realizarse a partir de la cartografía fisiográfica, en tanto dichas unidades, por su propia naturaleza (fisonómica), presentan unos límites visuales bien definidos. Así, en determinadas unidades (gargantas, laderas acarcavadas, etc.), concurren una serie de circunstancias (dominancia de afloramientos rocosos, alto índice de rugosidad, diversidad cromática, etc.) que se ajustan a los patrones de preferencia ambiental definidos para nuestro contexto cultural (Brush, 1981; Kaplan, 1985) y que permite catalogarlos como de ‘alta calidad visual’. Por otro lado, la configuración fisiográfica, relacionada con las características orográficas y del relieve, permite además establecer y delimitar: a) puntos con mayor potencialidad como miradores naturales, por ejemplo collados, culminación de cerros y oteros, etc.; b) unidades que, debido a su baja anfractuosidad o a su extensa cuenca visual, tienen una mayor incidencia y fragilidad visual, por ejemplo, relieves residuales, laderas y cumbres de sierras, o alineaciones de sierras secundarias. 3.- Puntos y lugares de interés natural. La cartografía fisiográfica lleva asociado un mapa de puntos y lugares de interés natural. El interés de dichas localizaciones puede ser educativo, científico o recreativo-turístico. En buena parte de los casos, la información deriva también del
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contexto fisiográfico de detalle: dolinas, circos glaciares, etc.. Se distinguen dos grupos, según el interés geológico-geomorfológico-hidrológico y según el interés botánico. 4.- Características limitantes al uso urbano y constructivo / peligrosidad natural. Se trata de orientar la delimitación de suelo rústico con protección especial para la determinación de los terrenos amenazados por riesgos naturales. En este caso, las unidades fisiográficas constituyen configuraciones homogéneas del terreno, las cuales están sujetas al mismo tipo de procesos activos en toda su extensión, algunos de los cuales son potencialmente destructivos: inundaciones, deslizamientos, etc., con claras limitaciones para el uso urbano. En resumen, y pese a la brevedad que impone un escrito de estas características, hemos procurado desvelar cómo, en el contexto actual de ordenación territorial, y como exigencia asociada a la fundamentada clasificación urbanística de los suelos y al control de la transformación, la lectura fisiográfica ofrece una magnífica oportunidad para conjugar las exigencias científicas y culturales planteadas.
5. Referencias bibliográficas AGUILÓ, M., ARAMBURU, M.P. et al. 1992. Guía para la elaboración de estudios del medio físico: contenido y metodología (1ª edición 1981). MOPT. Madrid. 809 págs BAILEY, R.G. 1987. “Suggested hierarchy of criteria for multiscale ecosystem mapping”, Landscape and Urban Planning, 14: 313-319. BERTRAND, G. 1968. “Paysage et Géographie Physique Globale. Esquisse Métodologique”, Revue Géographique des Pyrenées et du Sud-Ouest, 35: 249-272. BOLÓS i CAPDEVILA, María de -dir.- 1992. Manual de ciencia del paisaje: teoría, métodos y aplicaciones. Ed. Masson, Barcelona. 273 págs. BOURNE, R. 1931. Regional Survey and its Relation to Stocktaking of the Agricultural and Forest Resources of the British Empire. Oxford Forestry Memoirs No 13. Clarendon Press. Oxford. 169 p. BRUSH, R.O. 1981. “Landform and scenic preference: a research note”. Landscape Planning, 8:301-306. CHRISTIAN, C.S. 1958. “The concept of land units and land systems”, Proceedings of the 9th Pacific Science Congress, 1957, 20: 74-81. 17
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JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN 1998. Avance de Directrices de Ordenación del Territorio de Valladolid y Entorno. Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio. Valladolid. 287 págs. KAPLAN, R. 1985. “The analysis of perception via preference. A strategy for studying how the environment is experienced”. Landscape Planning, 14:281-293. McHARG, I L. 2000. Proyectar con la naturaleza. Gustavo Gili, Barcelona (ed. orig. Nueva York 1969). 198 págs. MARTÍN DUQUE, J.F. 2000. “La información geomorfológica en el contexto de los inventarios ambientales. Mapas fisiográficos para la gestión territorial”, Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat. (Sec. Geol.), 96 (1-2): 33-46. MARTÍNEZ DE PISÓN, E. -dir.- 1977. Los paisajes naturales de Segovia, Ávila, Toledo y Cáceres. Estudio Geográfico. Instituto de Estudios de Administración Local. Madrid. 251 págs. PEDRAZA, J., et al. 1986. Mapa Fisiográfico de Madrid. Consejería de Agricultura y Ganadería. Comunidad Autónoma de Madrid. Madrid. POWELL, J. W. 1895. “Physiographic regions of the United States”, National Geographic Society, Monograph, 3: 65-100. RAMOS, A., et al. 1979. Planificación física y Ecología. Modelos y métodos. EMESA. Madrid. 216 págs. ROUGERIE, G. y BEROUTCHACHVILI, N. 1991. Géosystèmes et paysages: bilan et méthodes. Armand Colin, Géographie. París. 302 págs. SOLNTSEV, N.A. 1962. “Basic problems in Soviet Landscape Science”, Soviet Geography: Review and Translation, 3(6):3-15. STEINER, F. 1994. Costruire il paesaggio: un approcio ecologico alla pianificacione del territorio. MacGraw Hill. Milán (ed. orig. 1991). 297 págs. TRICART, J. 1973. “La géomorphologie dans les études intégrées d’aménagement du milieu naturel”, Annales de Géographie, 82:421-453. VEATCH, J.O. 1937. “The idea of the Natural Land Type”, Proceedings of the Soil Science Society of America, 2:499-503. 19
VERSTAPPEN, H.T. & VAN ZUIDAM, R.A. 1968. ITC System of Geomorphological Survey. ITC Textbook of Photo-Interpretation. VII-2. International Institute for Aerial Survey and Earth Sciences (ITC), Enschede.
6. Apéndice gráfico Tabla 1. Contexto ámbito DOTSE. PROVINCIA DE SEGOVIA
ÁMBITO DIRECTRICES (SEGOVIA Y ENTORNO)
6.949 km2
2.412 km2 (35%)
204 municipios
71 municipios (35%)
147 mil habitantes
93 mil habitantes (63%)
21 municipios con Población >1000 hab.
10 municipios con Población > 1000 hab.
9 municipios con Población > 2000 hab.
5 municipios con Población > 2000 hab.
Tabla 2. Regiones y dominios fisiográficos. REGIONES FISIOGRÁFICAS
DOMINIOS FISIOGRÁFICOS Cumbres y divisorias de sierras
Sierra
Laderas de sierras Alineaciones montañosas secundarias Piedemonte (s.s.)
Piedemonte
Valles interiores Lastras Campiñas Llanos
Llanuras
Arenales y terrazas Vegas Macizos
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Tabla 3. Características ambientales e indicaciones de ordenación física según dominios fisiográficos. DOMINIO FISIOGRÁFICO Cumbres y divisorias de sierras Laderas de Sierras Alineaciones montañosas secundarias Piedemonte
Valles interiores
Lastras
Campiñas Llanos Arenales y terrazas
Vegas
Macizos
CARACTERÍSTICAS -Llanuras culminantes del macizo montañoso -Soporte de ecosistemas originales -Condiciones climáticas rigurosas -Frentes montañosos del Guadarrama -Pendientes elevadas -Sustrato granítico y gneísico -Presencia de masas forestales singulares -Bloques secundarios de la Sierra y relieves residuales -Pendientes elevadas -Sustrato granítico y gneísico -Llanuras rocosas a modo de rampa -Suelos muy delgados o inexistentes -Elevada deforestación -Presencia de gargantas y navas como elementos destacados -Depresiones tectónicas de fondo plano -Acumulación de depósitos sedimentarios -Suelos profundos -Suelos muy delgados y elevada deforestación -Cuestas de borde con rocas industriales de interés (arenas silíceas y arcillas refractarias) -Procesos gravitacionales activos -Presencia de elementos singulares (hoces y cañones) -Llanuras y relieves alomados sobre arenas y arcosas -Elevado grado de deforestación -Erosión elevada en determinados barrancos -Zonas muy llanas sobre limos y arcillas -Alto grado de deforestación -Presencia de zonas encharcadas -Sustrato arenoso -Suelos prácticamente inexistentes o muy delgados -Acuíferos a escasa profundidad -Fondos de valle, llanuras aluviales y terrazas bajas -Suelos fértiles -Vegetación en desigual estado de conservación -Procesos activos de inundación -Llanuras y superficies rocosas de distinta naturaleza (granitos, pizarras, gneises, dolomías) - Irregular estado de conservación de la vegetación arbórea
DIAGNÓSTICO
ORDENACIÓN AMBIENTAL
-Alto valor ecológico y paisajístico -Alta fragilidad visual
-Planes de Ordenación de Recursos Naturales
-Alto valor ecológico y paisajístico -Alta fragilidad visual -Vocación forestal
-Planes de Ordenación de Recursos Naturales - Ordenación de Montes
-Elevada deforestación -Alta fragilidad visual
-Restauración de la cubierta vegetal -Evaluación de impactos visuales
-Presión urbana y de infraestructuras -Actuaciones con Incidencia visual sobre el espacio de la Sierra
-Especial incidencia en la ordenación urbanística -Evaluación de impactos visuales -Restauración de la cubierta vegetal
-Alta capacidad forestal -Singularidad paisajística -Confort climático estival -Elevada fragilidad visual -Acuíferos muy vulnerables -Presión y degradación minera en las cuestas de borde de la unidad -Peligrosidad por movimientos de ladera -Ecosistemas y paisajes singulares (cañones) -Vocación agraria -Contaminación difusa -Peligrosidad por aterramiento en barrancos y vaguadas Vocación agraria -Contaminación difusa
-Ordenación de montes -Evaluación de impactos visuales -Restauración de la cubierta vegetal -Protección de acuíferos -Ordenación y restauración de explotaciones mineras -Ordenación en función del riesgo gravitacional -Planes de Ordenación de Recursos Naturales -Reforestación de tierras marginales y linderos -Medidas agroambientales -Ordenación en función del riesgo de erosión -Reforestación de tierras marginales y linderos -Medidas agroambientales -Recuperación de humedales
-Masas forestales de interés -Acuíferos muy vulnerables
-Ordenación de Montes -Protección de acuíferos
-Singularidad ecológica y paisajística -Vocación hortícola -Peligrosidad por avenidas
-Restauración de la vegetación de ribera -Potenciación de cultivos hortícolas -Ordenación en función del riesgo de inundación
-Soportan buena parte de los montes de encina del dominio de las llanuras -Vocación pascícola
-Restauración de la cubierta vegetal -Control de sobrepastoreo
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Tabla 4. Definición de unidades homogéneas de gestión paisajística sobre la base de una lectura fisiográfica espacializada. - VEGA Y ARENALES DEL VOLTOYA CAMPIÑAS DE MUÑOPEDRO CAMPIÑAS DE BERCIAL – MARUGÁN CAMPIÑAS DE VELAGÓMEZ MACIZO DE LAS CABEZAS CAMPIÑAS DE MONTERRUBIO CAMPIÑAS DE FUENTEMILANOS - VEGA Y SOTOS DE MADRONA
CAMPIÑAS VOLTOYA – MOROS – ERESMA
LLANOS DE MARUGÁN-SANGARCÍA - VEGA Y ARENALES DEL MOROS LLANOS DE MARAZUELA – MARAZOLEJA LLANOS DE ABADES – GARCILLÁN
LLANOS DE LA CUENCA DEL MOROS
SIERRA DE MALAGÓN SIERRA DE LAS CABEZAS VALLE DEL ALTO MOROS O FOSA DE EL ESPINAR CAMPO AZÁLVARO SERREZUELA DE LOS CALOCOS – PEÑA MORENA PIEDEMONTE DE LOS BERROCALES
(VILLACASTÍN – EL ESPINAR)
GUADARRAMA CENTRAL (NAVACERRADA – MALAGOSTO)
PIEDEMONTE DE GUADARRAMA CENTRAL LASTRAS DE VEGAS DE MATUTE – SEGOVIA LASTRAS DE ZAMARRAMALA – ADRADA MACIZO DE BERNUY
PIEDEMONTE Y LASTRAS DE SEGOVIA (LOS ÁNGELES – SEGOVIA – BASARDILLA)
CUMBRES DE LOS PELADOS SIERRA DE LOS NEVEROS SIERRA DE LA PEÑOTA
LOS NEVEROS – LA PEÑOTA
PIEDEMONTE DE NAVAFRÍA LASTRAS DE MATABUENA – ARCONES VALLE DE NAVAFRÍA – CAÑICOSA PIEDEMONTE DE LAS RADES LASTRAS DE PEDRAZA VALLE DE LA SALCEDA
CAMPIÑAS DE OTONES LLANOS DE TURÉGANO – ALDEA REAL - VEGA Y ARENALES DEL PIRÓN - VEGA Y ARENALES DEL CEGA CAMPIÑAS DE ENCINILLAS – POLENDOS CAMPIÑAS DE VALSECA Y YANGUAS MACIZO DE RODA - VEGA Y ARENALES DEL ERESMA LLANOS DE CANTIMPALOS – ESCARABAJOSA MACIZO DE CARBONERO – ARMUÑA
(MUÑOPEDRO – MONTERRUBIO – GARCILLÁN)
ÁMBITO SERRANO DEL SUROESTE
PARAMERAS DE RUIZ VÁZQUEZ SIERRA DE GUDILLOS SIERRA DEL QUINTANAR SIERRA DE LA MUJER MUERTA SIERRA DE MATABUEYES – LA CAMORCA – SIETE PICOS VALLE DEL ALTO ERESMA O FOSA DE VALSAÍN MACIZO DE PEÑALARA – SIETE VALLES SIERRA DE LA ATALAYA
SERREZUELA DE LOS LOMOS DE LA SALCEDA PIEDEMONTE DE LA CUESTA LASTRAS DE CABALLAR – CUBILLO LASTRAS DE TORREIGLESIAS
LLANURAS OCCIDENTALES
NAVAFRÍA – PEDRAZA
ÁMBITO SERRANO DEL NORDESTE (NAVAFRÍA – PEDRAZA – TORREIGLESIAS)
SANTO DOMINGO DE PIRÓN – CUBILLO – TORREIGLESIAS
LLANURAS CEGA – PIRÓN
LLANURAS PIRÓN – ERESMA
22
LLANURAS SEPTENTRIONALES (HONTANARES – TURÉGANO – CARBONERO)
15.03.2001
2-. UNIDADES HOMOGÉNEAS DE GESTIÓN PAISAJÍSTICA
FUENTE: ELABORACION PROPIA
Sauquillo De Cabezas Aldea Real
Escalona Del Prado
Turegano Mozoncillo Velilla (la) Otones De Benjumea
Rades De Abajo
Carbonero El Mayor
Huerta
Pedraza Arconcillos Caballar
Villovela De Piron
Cubillo
Colladillo
Arcones
Requijada Escarabajosa De Cabezas
Torreiglesias
Parral De Villovela
Castillejo Mata (la) Cañicosa
DOTSE
DIRECTRICES DE ORDENACIÓN TERRITORIAL DE SEGOVIA
Tabanera La Luenga
Escobar De Polendos
Carrascal
Peñarubias De Piron
Matabuena Cuesta (la)
Galindez
Aldeasaz Cantimpalos Yanguas De Eresma
Losana De Piron
Cabañas De Polendos
Gallegos
Torre Val De San Pedro
Berrocal
Matamala
Valle De San Pedro
Chavida
Pinillos De Polendos
San Pedro
Armuña
Mata (la)
Martincano Ceguilla
Tenzuela Adrada De Piron
Pelayos Del Arroyo
Salceda (la)
Carbonero De Ahusin
Añe
Navafria Cotanillo
Collado Hermoso
Santo Domingo De Piron
Brieva
Sotosalbos
Roda De Eresma
Mata De Quintanar Basardilla
Encinillas Higuera (la)
Huertos (los)
Valseca
Aldehuela
Espirdo
Bernuy De Porreros
Anaya
Torre (la)
Tizneros
Estacion (la)
Torrecaballeros
Marazuela
Hontanares De Eresma Cabanillas Del Monte
Garcillan Lastrilla (la) Marazoleja
Zamarramala
Valverde Del Majano
Trescasas San Cristobal De Segovia
Sangarcia Etreros
Sonsoto
Martin Miguel Juarros De Riomoros Segovia
Tabanera Del Monte
Torredondo
Moñibas Cobos De Segovia
Palazuelos De Eresma Perogordo
Peña Del Erizo Quitapesares
Abades Bercial Hontoria Marugan
Muñopedro
Monte (el)
Parque Robledo
Madrona
San Ildefonso O La Granja
Peromingo
Revenga
Lastras Del Pozo Riofrio
Fuentemilanos
Valsain Pradera De Navalhorno (la)
Navas De Riofrio San Pedro De Las Dueñas Losa (la)
Monterrubio Labajos
Ortigosa Del Monte
Guijasalbas Valdeprados
Zarzuela Del Monte
Otero De Herreros
Ituero Y Lama Estacion (la) Vegas De Matute
Villacastin
UNIDADES HOMOGÉNEAS DE GESTIÓN PAISAJÍSTICA Navas De San Antonio
Prados
Estacion De El Espinar
Espinar (el) San Rafael
Gudillos
Angeles De San Rafael (los)
ESCALA 1:300000
Sierra. 1
Los Neveros - La Peñota
Sierra. 2
Guadarrama Central
Sierra. 3
Ambito Serrano del Suroeste
Piedemonte. 1
Navafría - Pedraza
Piedemonte. 2
Santo Domingo de Pirón - Cubillo -Torreiglesias
Piedemonte. 3
Piedemonte y Lastras de Segovia
Llanuras y campiñas. 1
Llanuras Cega - Pirón
Llanuras y campiñas. 2
Llanuras Pirón - Eresma
Llanuras y campiñas. 3
Llanos de la Cuenca del Moros
Llanuras y campiñas. 4
Campiñas Voltoya - Moros - Eresma
25.01.2001
3-. AMBITOS GEOMORFOLOGICOS
FUENTE: ELABORACION PROPIA
Sauquillo De Cabezas Aldea Real
Escalona Del Prado
Turegano Mozoncillo Velilla (la) Otones De Benjumea
Rades De Abajo
Carbonero El Mayor
Huerta
Pedraza Arconcillos Caballar
Villovela De Piron
Cubillo
Colladillo
Arcones
Requijada Escarabajosa De Cabezas
Torreiglesias
Parral De Villovela
Castillejo Mata (la) Cañicosa
DOTSE
DIRECTRICES DE ORDENACIÓN TERRITORIAL DE SEGOVIA
Tabanera La Luenga
Escobar De Polendos
Carrascal
Peñarubias De Piron
Matabuena Cuesta (la)
Galindez
Aldeasaz Cantimpalos Losana De Piron
Cabañas De Polendos
Gallegos
Torre Val De San Pedro
Berrocal
Yanguas De Eresma
Matamala
Valle De San Pedro
Chavida
Pinillos De Polendos
San Pedro
Armuña
Mata (la)
RED HIDROGRAFICA SIMPLIFICADA
Martincano Ceguilla
RED DE CARRETERAS
Tenzuela Adrada De Piron
Pelayos Del Arroyo
Salceda (la)
Carbonero De Ahusin
Añe
AUTOPISTAS
Navafria
NACIONALES
Cotanillo Santo Domingo De Piron
Brieva Roda De Eresma
REGIONALES
Collado Hermoso
PROVINCIALES
Sotosalbos
Mata De Quintanar
NUCLEOS DE POBLACION AMBITO GEOMORFOLOGICO
Basardilla Encinillas Higuera (la)
Huertos (los)
Valseca
Espirdo
Bernuy De Porreros
Aldehuela
Anaya
Hontanares De Eresma Cabanillas Del Monte
Garcillan Lastrilla (la) Marazoleja
Zamarramala
Valverde Del Majano
Trescasas San Cristobal De Segovia
Sangarcia Etreros
Sonsoto
Martin Miguel Juarros De Riomoros Segovia
Tabanera Del Monte
Torredondo
Moñibas Cobos De Segovia
Palazuelos De Eresma Perogordo
Peña Del Erizo Quitapesares
Abades Bercial Hontoria
Parque Robledo
Marugan
Muñopedro
Monte (el)
Madrona
Vegas y arenales de Allas _Vegas y arenales del río Moros
AV3
Vegas y arenales de Segovia-Hontanares-Añe _Vegas y arenales del Eresma
AV4
Vegas y sotos de Madrona _Vegas de los ríos Frío y Milanillos
AV6
Torrecaballeros
Marazuela
Vegas y arenales de Moñibas_Vegas y arenales del río Voltoya
AV2
AV5
Torre (la)
Tizneros
Estacion (la)
AV1
San Ildefonso O La Granja
Peromingo
Revenga Riofrio
Fuentemilanos
Valsain
B3
Llanos de Abades - Garcillán_Llanos del Zorita
B4
Llanos de Cantimpalos - Escarabajosa_Llanos del interfluvio Eresma - Pirón
B5
Llanos de Turégano - Escalona - Aldea Real_Llanos del interfluvio Pirón - Cega
C1
Parameras de la Garganta del Moros_Parameras de Ruiz Vázquez
E1
Valle de Campo Azálvaro_Valle del Alto Voltoya
E2
Valle de El Espinar_Valle del Alto Moros
E3
Valle de Valsaín_Valle del Alto Eresma
E4
Valle de La Salceda_Valle del río Sordillo
E5
Valle de Navafría - Cañicosa_Valle de Las Huertas
H1
Campiñas de Muñopedro_Campiñas de Los Labajos
H2
Campiñas de Bercial - Marugán_Campiñas del Zorita
H3
Campiñas de Monterrubio_Campiñas del río Chico (o Piezga)
H4
Campiñas de Fuentemilanos_Campiñas del interfluvio Moros-Eresma
H5
Campiñas de Valseca - Yanguas_Campiñas de Los Barrancos
H6
Campiñas de Encinillas - Escobar_Campiñas de San Medel - Polendos
H8
Pradera De Navalhorno (la)
Navas De Riofrio San Pedro De Las Dueñas Losa (la)
Monterrubio Labajos
Ortigosa Del Monte
Valdeprados
Zarzuela Del Monte
Otero De Herreros
Ituero Y Lama Estacion (la) Vegas De Matute
Navas De San Antonio
Prados
L2
Lastras de Zamarramala - Adrada_Lastras de San Medel - Polendos
L3
Lastras de Torreiglesias_Lastras del Pirón - Viejo
L4
Lastras de Caballar - El Cubillo_Lastras de Los Hitales
L5
Lastras de Pedraza_Lastras de Los Molares
L6
Lastras de Matabuena - Arcones_Lastras de Las Matas
Espinar (el) San Rafael
Gudillos
Angeles De San Rafael (los)
ESCALA 1:300000
Serrezuela de Villacastín-Navas-Vegas_Serrezuela de Los Calocos - Peña Morena
N2
Serrezuela de Collado - La Salceda_Serrezuela de Los Lomos de La Salceda
P1
Piedemonte de Villacastín_Piedemonte de Los Berrocales
P2
Piedemonte de Segovia_Piedemonte del Guadarrama Central
P3
Piedemonte de La Cuesta_Piedemonte del Pirón
P4
Piedemonte de Las Rades_Piedemonte de Peña Redonda
P5
Piedemonte de Navafría_Piedemonte de Las Dehesas
S1
Sierra de El Espinar_Sierra de Malagón Sierra de Gallegos - Arcones_Sierra de la Peñota (o Montes Carpetanos)
S2
Sierra de San Rafael_Sierra de Las Cabezas
S3
Sierra de Gudillos_Sierra del Guadarrama
S4
Sierra de Otero de Herreros_Sierra de Quintanar
S5
Sierra de Ortigosa del Monte_Sierra de La Mujer Muerta
S6
Sierra de Valsaín_Sierra de La Camorca-Siete Picos
S7
Sierra de La Granja_Sierra (macizo) de Peñalara-Siete Valles
S8
Estacion De El Espinar
Campiñas de Velagómez_Campiñas de la Cuesta del Padre Lastras de Vegas de Matute - Segovia_Lastras de Las Cuestas
S10 Villacastin
Campiñas de Otones-Campiñas del Pirón - Mulas
L1
N1 Guijasalbas
Vegas y arenales de Sauquillo _Vegas y arenales del río Cega Llanos de Marugán - San García _Llanos del interfluvio Moros - Eresma
H7 Lastras Del Pozo
Vegas y arenales de Mozoncillo _Vegas y arenales del río Pirón
B1
Sierra de Palazuelos - Tres Casas_Sierra de La Atalaya
S9
Sierra de Collado - Navafría_Sierra de Los Neveros
Z1
Macizo de las Lastras_Macizo de Las Cabezas
Z2
Macizo de Carbonero - Armuña_Macizo de Los Pizarrales
Z3
Macizo de Roda - Los Huertos_Macizo de Las Rodas
Z4
Macizo de Bernuy_Macizo de Las Minas