No.00 | El Origen

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FURGOPERFECTO No. 00 | EL ORIGEN


Sumario Página 03

Editorial Página 04

Agenda Página 06

Volkswagen T1: El Origen Página 12

La Entrevista: Damon Ristau Página 16

Carretera & Manta: Ruta por Osona, La Garrotxa y Estartit Página 22

Carretera & Manta: Hippie Trail Página 30

Campers handmade Página 36

Woodstock Esta revista ha sido posible gracias, en primer lugar, a los que han realizado las fotografias, ilustraciones y textos que se encuentran en estas páginas. Tampoco seria posible sin el trabajo realizado por Albert Riera, Albert Sedó y Elvira García.


Por fin es

Viernes

C

omo acostumbramos a hacer los que disfrutamos de viajar en furgo, esta revista sale del garaje un viernes, con todo un fin de semana por delante y cientos de palabras por recorrer.

No voy decir lo que creo que es esta revista porque eso dependerá de la opinión que tengas tú que la estás leyendo. Lo que encontrarás en estas páginas son historias que pertenecen al mundo de la furgo que tanto apasiona a los que solemos a viajar en una de ellas. Un viaje que nos llevará des del origen de las furgos hasta la culminación de una generación que convirtió una máquina en un símbolo de libertad. Valores que han quedado hasta nuestros días y que siguen creciendo en todas y cada una de las historias que vivimos cada vez que arrancamos el motor. Esta revista está pensada para disfrutarla con tu furgo aparcada, el sol iluminando las hermosas vistas mientras el sonido de la naturaleza te envuelve para adentrarte en un viaje que comienza aquí, con estas palabras (por ejemplo). Deseamos que te guste, que la disfrutes y que no dudes en aportar tu historia para que otros también podamos conocerla. Leed con precaución y disfrutad del paisaje.

Albert Sedó (Furgoperfecto)


Agenda 7, 8 y 9

14, 15 y 16

14, 15 y 16

JUNIO

JUNIO

JUNIO

Bristol Volksfest

10陋 Concentraci贸n FurgoVolkswagen

Campeonato del mundo de Windsurf Surf Alegre

vencontufurgo.com

ballena-alegre.com/surf-alegre

bristolvolksfest.co.uk

2

JUN

The Camper

vwcamperandbus.com/


23

5, 6 y 7

26, 27 y 28

16, 17 y 18

NIO

JULIO

JULIO

AGOSTO

VIII Furgofesta

Bus festival berlin

Norfolk Showground

furgofestacatala2.blogspot.com.es

vwbus-treffen-berlin.de

vwwhitenoise.com

r&Bus Show

/camper-and-bus-show


Volkswagen T1: El Orígen Escribe: Albert Sedó, Diseñador web

Volkswagen: Del alemán volks (pueblo) y wagen (coche).

H

itler bautizó esta marca como el Coche del pueblo justo antes del comienzo de la II Guerra Mundial. Se refería al pueblo alemán, para el que quiso construir un vehículo robusto, asequible y de bajo mantenimiento, impulsado con un motor refrigerado por aire, capaz de viajar a través del desierto sin necesitar agua en el radiador. Regalo que llevaba incluido algún que otro beneficio propagandístico. El encargado de llevar a cabo el desafío fue Ferdinand Porsche, propietario de la marca que acuña su apellido, y en esos momentos, humilde servidor del Führer. Debía construir una máquina fiable que no excediera de 1000 marcos, que alcanzara los 100 Km/h y no superara los 7 litros a los 100. Casi nada para la época. Trabajó hasta en el garaje de su casa presionado por los deseos de Hitler, pero conseguir el primer prototipo no fue nada fácil. En febrero de 1936 se construyeron las dos primeras versiones de un modelo al que llamaron VW Tipo 1 (más conocido como Beetle o Escarabajo) y eran un cabriolet y un sedan, equipados con un motor trasero de cuatro tiempos con cuatro cilindros de 985 cm3 refrigerados por aire y caja de cuatro, todo un

logro. Empezó la guerra y el Coche del pueblo quedó aparcado antes de que nadie pudiera adquirir uno. Las fábricas debían atender como prioridad la demanda del conflicto, de modo que hasta que acabó la guerra no se pudo vender el primer Volkswagen. Con Hitler derrotado, los ingleses tomaron el mando de las dependencias de Volkswagen y desatascaron la producción para que el Escarabajo saliera al mercado. A pesar del contexto de posguerra, se consiguieron vender miles de unidades en Alemania. Y el resto del mundo no fue ajeno al éxito, aumentando la demanda que solicitaba la exportación del Escarabajo.

Ilustra: Alexsandro Palombo


Foto: Willem-Aart van Dorpen Volkswagen Transporter de 1958

El 27 de abril de 1947, el holandés Ben Pon, se reunió en la fábrica de Wolfsburgo y allí propuso una buena idea: diseñar un vehículo con forma de caja de zapatos montado sobre el chasis del Escarabajo e impulsado por su mismo motor. De esta forma, se conseguía un vehículo para uso comercial con las mismas prestaciones económicas que el Tipo 1. Había nacido el Tipo 2. Una vez más, la dificultad técnica para llevar a cabo el proyecto fue considerable, ya que el chasis del escarabajo no era lo bastante fuerte. Cuando la fábrica Volkswagen volvió a manos de los alemanes un poco más tarde, Heinrich Nordhoff asumió el mando de la compañía y se propuso desarrollar el prototipo del VW Tipo 2. Decidieron separar la

cadena de producción del Tipo 1 y del Tipo 2, para así poder desarrollar un nuevo chasis sujeto a las necesidades del nuevo modelo. En marzo de 1950 la Tipo 2 se lanzó al mercado con la denominación comercial de Volkswagen Transporter (T1 para los amigos).

diseñar un vehículo con forma de caja de zapatos montado sobre el chasis del Escarabajo Aquellas primeras T1 estaban propulsadas por un motor de escarabajo refrigerado por aire que apenas alcanzaba los 90 Km/h, pero era muy


8 | 9 Volkswagen T

1 El Origen resistente y podía cargar hasta 760 Kg. Un año después de la primera unidad, la T1 ya era uno de los vehículos más populares en Europa. Al tratarse de un vehículo polivalente, empezó a diversificarse en distintos formatos, como coches de bomberos, ambulancias, microbuses, coche policía, etc. Por otro lado, los propietarios de las T1, orgullosos de sus vehículos, encontraron una nueva utilidad. Descubrieron que la T1 también servía para transportar a la familia, y empezaron a equiparla con una mesa, unas sillas y una buena cesta de comida para pasar el fin de semana en el campo o en la playa. La factoría Volkswagen no se mantuvo ajena a lo que sucedía y en 1951 lanzaron la primera furgoneta destinada al ocio, un vehículo de lujo con ventanillas laterales y techo corredero de lona. Aún así, lo mejor estaba por llegar. Unos años antes, en 1844, Johann Knobel fundó la compañía Westfalia, que en sus inicios se dedicó a la fabricación de herramientas para la industria agrícola. La popularidad que adquirió el mundo del Camping en la década de los felices años 20 despertó su interés y empezó a fabricar caravanas y remolques, aunque en aquel momento eran muy voluminosos y sobretodo caros. Era

1955, Publicidad VW Transporter


Volkswagen T1 Samba de 1963

un mercado difícil y se complicó más a causa del bombardeo que sufrió la fábrica de Knobel durante la guerra.

un vehículo de lujo con ventanillas laterales y techo corredero de lona. Quizás, la razón que salvó a Westfalia fue el darse cuenta que muchos usuarios de furgonetas las usaban para lo mismo que hasta ese momento se usaban las caravanas. Decidieron entonces fabricar accesorios de fácil montaje y bajo coste que permitieran abastecer los mismos servicios que

ofrecía una caravana. En 1951, un oficial del ejército de los EEUU pidió a Westfalia que le camperizara una VW T1 de su propiedad. El resultado no pasó desapercibido para la casa Volkswagen, quién encargó a Westfalia la fabricación de la primera furgoneta camper. Modificaron el interior de la T1 para instalar una cocina y un salón. Además tuvieron la maravillosa idea de cortar el techo y convertirlo en un techo desplegable para ganar altura y situar allí la cama. En el lateral de la furgoneta se podía adosar una estructura que, junto con una lona, resolvía la ampliación de la estancia interior. No hace falta decir que todo esto también fue un éxito. Apenas empezaban los años 50 y ya se veían por


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Volkswagen T

1 El Origen

las carreteras auténticas casas con ruedas, ágiles de conducir, de precio asequible, consumo bajo y de fácil mantenimiento. Unos años más tarde, desde EEEUU colectivos como hippies, surfistas, viajeros y familias, adoraron esta máquina hasta el punto de convertirla en un icono de libertad.

Libertad refrigerada por aire. Posiblemente a los más prácticos les sedujo la amplia oferta de recambios que se encontraba en el mercado, puesto que el motor de la VW T1 era el mismo que el del escarabajo, un motor que hacía más de 10 años que se fabricaba sin ninguna modificación, y que continuaría así unos cuantos años más. Además, la sencillez de su construcción permitía al menos hábil reparar su vehículo sin pasar por el taller. Otros, quizás, se dejaron seducir por su amplio interior, que permitía además almacenar las tablas de surf en el techo, aparcar en la playa y ser el primero del día en subirse a una ola. Pero lo que realmente convirtió a la T1 en un mito fue el sello de libertad que simbolizaron en ella los hippies durante los años 60. Viajar de un lado a otro sin importar el destino era una experiencia que nadie quería perderse. Descubrir parajes, dejar atrás la carretera, conocer cada día un nuevo lugar y dormir (casi) siempre en tu cama. Libertad para salir de lo estipulado e inventar tu propio camino. Libertad refrigerada por aire.


Volkswagen T1 Westfalia de 1965


Damon Ristau

Director del documental “The Bus�

La Entrevista


THE BUS, el vehículo que se convirtió en mito Escribe: Albert Sedó, Diseñador web

M

uchas veces nos aferramos a las cosas no sólo por lo que hacen por nosotros, sino también por lo que las cosas dicen de nosotros mismos. Damon Ristau nos presenta este documental basado en el espíritu de uno de los símbolos más famosos que han recorrido las carreteras de nuestro mundo, una furgoneta que habla por sí sola y además, cuenta mucho sobre quien la conduce. Las personas que aparecen en The Bus Movie cuentan cómo viven atrapados en el modo de vida que les ofrece la vida en una furgoneta ( y no una furgoneta cualquiera), la libertad que ofrece viajar en furgo, la autosuficiencia y la solidaridad que hoy en día todos los que tenemos o viajamos en furgoneta sabemos apreciar. Y por si alguno todavía no estuviera convencido, ver el documental de Ristau hace que el amor que siente el director por este estilo de vida se convierta en una enfermedad contagiosa. El documental nos cuenta la historia de la Volkswagen T1 des de sus orígenes después de la II Guerra Mundial hasta nuestros días, nos lleva de excursión a lugares recónditos con personajes auténticos, como el caso de un músico ambulante que ha estado viviendo y trabajando en una VW durante más de 5 años. Ejemplos de esa libertad que empieza cuando se arranca el motor y sobre la marcha, se decide cuál va a ser la siguiente parada.

En la siguiente entrevista Damon Ristau nos contará cómo un vehículo alemán de principios de los años 50 pudo evolucionar de tal manera para convertirse en un icono mundial de la libertad. Damon Ristau nació en 1979 en Portland, Oregón, Estados Unidos. Estudió fotoperiodismo en la Universidad de Montana y actualmente vive en Missoula. En su vida privada, conduce un Volkswagen Bus desde 1996. El documental se puede adquirir a través de su página web: http://www.busmovie.com


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La Entrevista: Damon Ristau

¿Por qué dedicar una película de este tipo de furgoneta? Estos vehículos tienen un cierto encanto que otros no tienen. El bus de VW se ha convertido en un icono cultural que representa un poderoso conjunto de ideas y experiencias, sobre todo en torno a la libertad de ir y hacer lo que te plazca. Permitió a la gente salir a la carretera de manera autosuficiente. ¿Qué distingue la furgoneta VW de todas las demás? Es difícil concretar exactamente, pero la gente se siente atraída por el diseño del vehículo práctico, la naturaleza peculiar, y en un principio su economía (ahora no tanto). En su momento fueron prácticas para trabajar y permitían otros usos polivalentes. Por no hablar de que son completamente diferentes a cualquier otro vehículo en la carretera. ¿Cuándo te das cuenta de que querías hacer una película sobre ella? Hace tres años que estaba buscando un nuevo proyecto cinematográfico. Me había comprado una VW del 85 Westfalia, y conducirla me trajo muchos recuerdos de mi infancia. Me di cuenta que contar la historia del vehículo podría ser una manera divertida para lanzarme a mi próximo proyecto, y podría ser una buena excusa para realizar algunos viajes por carreteras épicas. ¿Cuál es la historia que quisiste contar al principio? He intentado ser fiel a cine clásico cine de estilo vérité, por lo que acabas pasando mucho tiempo

po con la gente con la que estoy filmando. He caído hasta el fondo de la madriguera con esta película. He conocido a muchas personas increíbles que ahora considero grandes amigos. La historia del vehículo está contada con las palabras de las personas que conducen uno cada dia. ¿Fue difícil financiar? Recaudasteis más de 25.000 dólares para el proyecto en una página web, ¿es cierto? Nunca es fácil convencer a la gente para dar dinero a un proyecto que sólo existe en la mente, pero esta película ha sido menos difícil que otras


independientes y autosuficientes. Todo se reduce al hecho de que se puede llevar a todo el mundo y todo lo necesario para vivir bien durante un viaje. Y si algo se rompe, es muy probable que se pueda arreglar. Cuéntame un poco sobre tu propia experiencia con la VW. Eres dueño de una? Mis padres tenían varias cuando yo era niño y bromean que fui concebido en uno. Siempre estábamos de camping y viajando a alguna parte. Recuerdo la siesta en la cama pop-top, mirando hacia abajo en el fregadero, pensando que un lavabo en un coche era bastante guay. También recuerdo haberme pillado la mano en la puerta corredera. Estas experiencias han quedado conmigo. Ahora tengo hijos, y paso mucho tiempo viajando y acampando en nuestro bus. ¿Hay un tipo particular de persona para esta furgoneta? Fotos: Richard Kimbrough Damon Ristau durante el rodaje del documental

para encontrar financiación. Lo que obtuvimos en la web fue un regalo del cielo. La comunidad de VW apoyó con fuerza el proyecto de la película y finalmente alcanzamos la meta. Un tema que resuena en el trailer es lo mucho que el VW está conectado con un sentido de l libertad. ¿Por qué? El bus de VW está estrechamente asociado con el movimiento hippie en la década de los 60. Estaba en el lugar correcto en el momento adecuado para convertirse en una representación de una época. Permitió e inspiró a la gente a ser más

No creo que necesariamente haya un tipo particular de personalidad elaborado para VW clásicos, pero son vehículos que demandan paciencia y algunos conocimientos de mecánica para seguir adelante. Tienes que querer realmente poseer y conducir un bus VW, en particular con los modelos más antiguos. ¿Cómo reacciona la gente cuando ven un a VW T1? Parece que casi todo el mundo que se acerca tiene una historia con un bus de VW. Cuando estas conduciendo, las personas están constantemente saludando y sonriendote. *Entrevista realizada para vw-bulli.de


Carretera & Manta

Foto: Ramon Calvet Falgueras La Garrotxa, Olot (Girona)


CATALUNYA

Ruta por Osona, Garrotxa y l’Estartit

E

Escribe: Albert Riera, Técnico electrónico

sta es una ruta para verdaderos amantes de la naturaleza. Viajaremos hasta el interior de Catalunya donde encontraremos paisajes de gran belleza. Parajes naturales en los que el mundo se hace el silencio, pueblos con una larga historia y patrimonio cultural, todos ellos parecidos pero radicalmente distintos. Empezaremos en los bosques y terminaremos dándonos un baño en el mar, si el tiempo lo permite, claro. Así que ya sabéis, revisad el aceite, la presión en los neumáticos y... Carretera & Manta.


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Carretera & Manta: Ruta por Osona, Garrotxa y l’Estartit

Vic (viernes) Iniciamos la ruta desde Barcelona hasta Vic, donde aprovechamos para hacer el avituallamiento de los víveres “más indispensables”; debería ser delito poner resistencia a la tentación de probar los embutidos de la zona. Y ya que estamos, aprovechamos para tomarnos una cañita y estirar un poco las piernas dando una vuelta por las estrechas y misteriosas calles del casco antiguo.

Tavertet (viernes) Con la sangre de nuevo en circulación, salimos de Vic para dirigimos hacia el primer punto. Seguimos la C-153 en dirección a Roda de Ter-Santa Maria de Corcó y tomamos el desvío de Tavertet por la BV-5207. Tavertet es un pueblo de estilo rural montado encima de un peñasco que ofrece muy buenas vistas al Pantano de Sau y al Macizo del Montseny. Si hay tiempo, recomendamos la caminata que hicimos para visitar el castillo y recorrer el sendero que lleva hasta el mirador, donde hay un lugar perfecto para hacer noche con unas vistas espectaculares del valle.

Tavertet

Rupit (sábado) Esta breve inmersión rural consigue que nos olvidemos por completo de la urbe. Continuamos “on road” siguiendo el mapa en dirección a Rupit. Cogemos el sendero que nos marca, hasta llegar a la carretera C-153, para seguir después por el desvío que señala Rupit. El aparcamiento es de pago, pero se puede dejar la furgo antes de llegar al pueblo y desde ahí bajar andando, son sólo 10 minutos. Rupit es muy pintoresco y es conocido por su famoso puente colgante. Su encanto y quietud nos transporta a otra época sin apenas ser

Rupit


conscientes. Sus preciosas casas de piedra de estilo barroco se conservan casi intactas desde el siglo XVIXVII. El castillo y los senderos llevan hasta el Salto de Sallent, una cascada con una caída de unos 100 metros. Es una aldea integrada a la perfección en la naturaleza de la zona. No cabe decir que los embutidos artesanales deberían estar catalogados como patrimonio de la humanidad. :-)

La Fageda d’en Jordà (sábado) La próxima parada la hacemos en Santa Pau, para conocer el Parque Natural de la Fageda (Hayedo) d’en Jordà, donde visitamos los volcanes escogiendo una de las rutas que ofrece esta increíble reserva natural. Existen varias rutas según distancia, pero más o menos todas son de fácil recorrido. Si vais en verano, conviene llevar algún sombrero de paja o gorra, porque en la zona de los volcanes escasea la sombra. Lo que no os podéis perder es el Bosque de Hayas, en honor a su nombre.

Santa Pau (sábado) Y por supuesto no dejamos de visitar Santa Pau, otro pueblo de estilo medieval situado en el corazón del Parque Natural de la Garrotxa. Por esta misma carretera de Santa Pau, que pasa por el hotel Can Blanc, en la primera rotonda a la izquierda, nos paramos en una zona picnic, con lavabos públicos y aparcamiento libre donde concluimos el día, cenando los embutidos y pan de la zona. Otra opción para dormir es seguir por la carretera unos 3Km y en la siguiente rotonda hay otra área de servicio, con parking gratuito, wc y agua potable.

La Fageda d’en Jordà


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Carretera & Manta: Ruta por Osona, Garrotxa y l’Estartit

Castellfollit de la Roca (domingo) Al día siguiente nos levantamos de buena mañana con un té calentito, y nos ponemos de nuevo en ruta. Seguimos y nos dirigimos hacia Castellfollit de la Roca, un pueblo alzado sobre pared de basalto de casi 1 km2 de superficie a más de 50 metros de altura, de construcción medieval. Esta pared es la consecuencia directa de la acción erosiva de los ríos Fluvià y Toronell sobre los restos de las corrientes de lava procedentes de las erupciones volcánicas que tuvieron lugar hace miles de años. Este pueblo tiene la única cantera activa de basalto de todo el estado. Y otra curiosidad es que fue uno de los primeros pueblos de España en tener comunicación telefónica. Es muy pequeño así que dedicamos media mañana a visitarlo.

Besalú (domingo) La fotografía más bonita de Castellfollit de la Roca la hacemos desde el mirador que encontramos camino de Besalú, el último pueblo medieval que visitamos. Besalú es famoso también por su puente y por ser uno de los pueblos mejor conservados de la Catalunya medieval.

l’Estartit (domingo) Desde aquí, iniciamos los últimos 60 km hasta el Estartit donde ponemos punto final a nuestra ruta, con un buen bañito y un descanso merecido al sol, y con las Illas Medes como telón de fondo. Una imagen visual única para apaciguar el regreso a casa.

Castellfollit de la Roca


Foto: Pere Quero Martí L’Estartit


MUNDO

Hippie Trail La ruta que se convirti贸 en guia Escribe: Lonely Planet

A

principios de la d茅cada de los setenta se respiraban aires de libertad en la vieja Europa y muchos j贸venes comenzaron a viajar por todo el mundo. Uno de los grandes viajes inici谩ticos era la llamada ruta hippie (The Hippie trail), que


Foto: Lou Wilson Comprando fruta ambulante en Teheran, 1970


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Carretera & Manta: Hippie Trail

les llevaba hasta Asia Central y la India en busca de aventuras, sexo, gurús y drogas. Durante décadas fue un recorrido mítico.

guías de viaje. Los trotamundos emprendían el camino sin información previa y a lo largo de la ruta se iban transmitiendo la información de

La ruta hippie fue también el origen de las guías Lonely Planet: la primera de todas, publicada hace exactamente cuarenta años (Across Asia on the Cheap) cubría este periplo. Maureen y Tony Wheeler, fundadores de Lonely Planet, se conocieron por causalidad en el banco de un parque de Londres. Se casaron un año más tarde y en 1972 decidieron emprender un gran viaje con un presupuesto mínimo y un coche de segunda mano. Su plan era cruzar Europa y Asia, con la intención de llegar a Australia siguiendo la ruta clásica de los viajeros hippies de su generación.

La ruta hippie fue también el origen de las guías Lonely Planet: la primera de todas. En Londres, Tony y Maureen compraron por 65 libras una destartalada furgoneta con la que llegaron a Kabul a través de los Balcanes, Turquía, Pakistán e Irán. Vendieron el vehículo en Afganistán y siguieron adelante durante otros nueve meses en autobuses cargados de pollos, trenes y camiones que paraban haciendo autostop. India, Nepal, Tailandia, Malasia e Indonesia… Los últimos dólares se los gastaron en el avión que los llevó a Sydney, donde aterrizaron exactamente con 27 centavos en su bolsillo. En aquellos tiempos sin internet, teléfonos móviles o tarjetas de crédito, Tampoco había

boca en boca: visados, dónde dormir, qué carreteras estaban cortadas, los mejores restaurantes o en qué pueblos te acogían mejor. Cuando los Wheller terminaron su ruta se pasaron meses contando su viaje a viajeros y amigos. Cansados de dar consejos, decidieron escribir Atravesar Asia con poco dinero (Across Asia on the Cheap), una guía llena de consejos prácticos que no aparecían en las guías convencionales. Editaron de forma artesanal 1.500 ejemplares que se agotaron en una semana y en un mes consiguieron vender 15.000 copias.


La Ruta de los Hippies

El camino hippie clásico llegó a su fin en 1979, cuando la revolución islámica en Irán y la invasión rusa de Afganistán cerraron el camino por tierra a los viajeros occidentales. Líbano estaba en medio de una guerra civil y las tensiones en Cachemira volvieron menos atractivo el viaje por esta zona. Incluso Nepal finalmente perdió su paz y tranquilidad. Actualmente, la ruta hippie está viviendo un nuevo auge gracias a los vuelos de bajo coste y las mayores facilidades para viajar. Foto: Dani Rojo Puskar, India 2005


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Carretera & Manta: Hippie Trail

La ruta básica

Paz y amor en la playa

Para los hippies de los sesenta y setenta lo más importante del viaje era desvincularse de la sociedad burguesa, probar drogas y pasárselo bien. El camino desde Europa hasta el sur de Asia a través de Pakistán, Afganistán, la India, Nepal, Turquía e Irán resultaba perfecto: era barato (a base de autostop, tren y autobús) y los llevaba lo más lejos posible de la nefasta sociedad capitalista occidental.

La ruta hippie era larga y, antes de perderse en parajes orientales, los viajeros hacían algunas paradas para tomar fuerzas y ambientarse. Hubo tres playas mediterráneas de referencia en aquellos años, que todavía conservan parte de la distendida atmósfera de libertad del flower power: Paradise, en Mikonos (Grecia); Matala, en Creta y Asilah (Dahab) en el Mar Rojo egipcio. Paradise era famosa en los años 60 por su mezcla de amor libre y desmadre.

Además, estos remotos países tenían un halo de misterio irresistible para quienes buscaban a la vez la iluminación espiritual y la diversión. El punto de partida solían ser las ciudades europeas del amor libre y la droga: Londres y Ámsterdam. Desde allí la ruta ideal cruzaba Europa por Yugoslavia, Bulgaria o Grecia hasta Estambul. A partir de ese punto había varias opciones para seguir viaje, aunque la más habitual pasaba por Ankara, Teherán y Kabul, saliendo de Afganistán por el paso de Khyber hacia Peshawar y Lahore, en Pakistán, y desde allí continuar hacia Cachemira, Delhi y Goa, en la India.

Ahora ya no hay hippies, pero los mochileros de todo el mundo han ocupado su lugar. Un ambiente similar flota en la playa de Matala, a unos 11 kilómetros al suroeste de Festos, en Creta; durante aquella década fue la capital de los hippies, venidos de todo el mundo: dormían en las cuevas que dominan el mar, sin importarles que originariamente hubieran servido como tumbas romanas en el siglo I después de Cristo.

Foto: David Cuní Matala, Creta


The Pudding Shop Ningún viajero pasa por Estambul sin detenerse. El gran Bazar, Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Palacio de Topkapi, los cafés, el Bósforo… Todo sigue teniendo un aire exótico irresistible. En los sesenta y los setenta, cuando la ciudad era una especie de punto intermedio entre Europa y los exóticos destinos asiáticos, había una parada imprescindible frente al Hipódromo bizantino: el Lale Restaurant.

aquí se dejaban mensajes clavados en las paredes para buscar transporte hacia Goa, o un compañero de viaje, o un buen sitio para dormir Conocido como The Pudding Shop, fue el restaurante más famoso de la ruta desde Estambul a Katmandú: era el punto de encuentro de los viajeros y también, en cierto modo, una agencia de viajes: aquí se dejaban mensajes clavados en las paredes para buscar transporte hacia Goa, o un compañero de viaje, o un buen sitio para dormir. Y como muchos de los viajeros no recordaban el nombre de esta tetería, pero sí la amplia selección de pudings que ofrecía, acabó siendo conocida como la tienda de los puddings. Hoy continúan acudiendo, como en peregrinación, los mochileros herederos de aquella ruta hippie. Los propietarios son los mismos pero se ha convertido en un self-service con wifi y aire acondicionado. Las paredes siguen cubiertas de recortes de periódicos de la época.

Foto: Curt Gibbs The Pudding Shop, Istanbul 1978


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Carretera & Manta: Hippie Trail

Katmandú, la capital de Nepal, se puso de moda cuando se propagaron entre los jóvenes los ideales hippies (paz, amor, Woodstock o el cannabis), y la céntrica calle Jochhen Tole se convirtió en una especie de gueto: muchos de los viajeros en ruta pasaban largas temporadas en la ciudad y, por eso, Jochhen Tole pasó a ser conocida como la calle de los raros (Freak Street). En su apogeo, a principios de 1970, aquí estaban los hoteles baratos, los restaurantes pintorescos, las tiendas que vendían pasteles de hachís, los bares donde sonaban The Doors y Janis Joplin a todo volumen y, naturalmente, los melenudos freaks extranjeros que daban nombre a la calle. Junto con Bodhnath y Swayambhunath, Freak St. era un imán para todos aquellos que buscaban la iluminación, drogas baratas y un lugar donde romper las normas establecidas.

Una dosis de espiritualidad Antes de los hippies, a Pokhara, un rincón de Nepal a orillas de un lago y bajo la cordillera del Annapurna, sólo había llegado algún explorador perdido. Pero en la década de los setenta comenzaron a recalar jóvenes europeos que se enamoraban rápidamente de su ambiente apacible y la abundancia de marihuana. Era el punto de llegada ideal de la ruta por el sur de Asia. Goa era para muchos viajeros el fin de viaje. Concretamente, la aldea de Anjuna, donde antes de que se levantaran hoteles para el turismo masivo (en la década de los 80), los trotamundos hippies alquilaron casas durante años. Anjuna no es la playa más bonita, pero sí una de las más coloridas. Hoy, como hace cuarenta años, miles de viajeros de todo el mundo se dan cita en una noche loca de música en directo y, a veces, con bastantes excesos. Anjuna es un lugar perfecto para mirar, divertirse, o sencillamente, tomar el sol y sentir cómo pasa la vida.

Foto: Wikimedia Goa, India



Campers

handmade

Fotos: Albert Riera Xavi Villanueva con su VW T5


Volkswagen T5

2.5 TDI 130cv 4Motion Escribe: Albert Riera, Técnico electrónico

X

avi Villanueva es un furgonero que espera con impaciencia la llegada de los viernes para cargar sus tablas de Kitesurf, perderse por las playas donde practicar su deporte favorito y disfrutar de las comodidades que le ofrece su camper. La criatura es nada más y nada menos que una Volkswagen T5 2.5 TDI 130cv 4Motion, que antes de las modificaciones era un furgón de carga separada y caja cerrada. << Lo primero que instalé fueron las ventanas laterales, después la aislé con aislante de 7 capas por todo el chasis ya que las mañanas de verano en la playa se hacían insoportables. También le puse un suelo de madera y un colchón en el suelo. Así empecé. >>


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Campers handmade

En la entrada tiene una caja de interruptores de control con 4 líneas separadas de iluminación interior y 2 bombas de agua. Dispone de un depósito de 20 litros donde separa la línea para fregadero y ducha trasera que llena con agua normalmente no potable. Debajo, montó un depósito de 15 litros que llena solo con agua mineral. La distribución permite cama individual o doble, usando la mesa con brazo articulado como soporte para ensanchar la cama.


ACCESORIOS • • • • •

4 módulos de persiana para los armarios Batería Secundaria Calefacción estacionaria con programador Bomba de agua depósito principal con entrada directa posterior Bomba de agua mineral

• • • • •

Ducha posterior con enchufe rápido Mesa convertible en cama Aislantes de 7 capas para las ventanas Nevera-congelador de compresor Convertidor de 12V-220V de 1200W


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Campers handmade

<< Para mí, el mejor viaje que he pasado en la furgo, fue el año pasado que bajamos 4 furgonetas VW T5 Hasta el sur de Marruecos. Espectacular y una experiencia dura pero inolvidable. Dura, porque la arena del desierto no avisa y en cualquier momento te puedes quedar atrapado a kilómetros de la nada, por eso es bueno ir siempre preparado según el tipo de viaje que hagas. Inolvidable por los paisajes, puestas de sol, y la gente del Sur es muy maja. >> << He tenido anteriormente dos Mercedes Vito, una L110 y otra 112. Me surgió la oportunidad de una VW T5 Syncro y me decanté, ya que el uso que le doy es en terrenos de arena en verano o nieve en invierno. >> Xavi Villanueva, junio 2013 para Furgoperfecto


ÂżEstas orgullos@ de tu furgo? Sabes que no hay otra igual...

MĂĄndanos tus fotos a: info@furgoperfecto.com y la publicaremos


F

Escribe: Andrea Aguilar, Periodista

ue casi un mes después de que Neil Armstrong pisara la Luna y apenas unos días más tarde de que los seguidores de Charles Manson perpetrasen los salvajes asesinatos en casa de Roman Polanski. El 14 de agosto de 1969, furgonetas, autobuses escolares reciclados y miles de utilitarios colapsaron la ruta 17b del Estado de Nueva York.

Aquel monumental atasco fue el comienzo de un legendario fin de semana en el que cerca de medio millón de jóvenes se dieron cita en los terrenos de la granja de Max Yasgur. Hubo una cantidad considerable de estupefacientes, mucho barro y una extraña sensación de liberación e idilio colectivo. Janis Joplin,


Jimi Hendrix Joan Báez, Sly, Richie Havens y Joe Cocker, y 25 grupos más, pusieron la banda sonora al desastre más exitoso que se recuerda en la historia de los festivales de música. El entonces gobernador, Nelson A. Rockefeller, declaró el condado zona catastrófica. El Ejército acudió a su auxilio. Medicinas y comida fueron lanzadas desde el aire. Woodstock pasó a convertirse en el hito de una generación.

tenían malos viajes de ácido”. Cuando todo terminó, Duke empezó a trabajar en una lechería de los alrededores. Hoy sus nietos van a la escuela local y él hace de guía en el centro. Subido a un cochecito de golf, conduce hasta la zona donde se montó el escenario en 1969, ungran rectángulo sin hierba, cubierto de piedras. Unos metros más allá se encuentra una placa conmemorativa.

“La música no fue memorable para los que lo vieron en directo. En 1969, los sistemas de sonido eran malos”

Una pareja en bermudas se saca fotos. El mito sigue siendo atractivo. En 2009, 13 nuevos libros fueron publicados en Estados Unidos y el director Ang Lee estrenó una película sobre el festival.

Cuarenta años después, la carretera que conduce hasta los terrenos donde se celebró el festival, en el pequeño pueblo de Bethel, apenas ha cambiado. Sin embargo, el número de turistas que visitan la zona ha aumentado bastante desde que se abrió en 2006 el Centro Bethel Woods. Su auditorio, de 15.000 localidades, programa actuaciones de Bob Dylan o la Filarmónica de Nueva York, o el concierto homenaje de los Heroes of Woodstock, con ocho de los artistas que actuaron en 1969. En lo alto de una colina frente al auditorio, un centenar de escolares escuchan una mañana de julio la historia de Duke Devlin. “Vine a pasar tres días y me quedé 40 años”. Alto y corpulento, este superviviente del festival luce barba y melena blancas y muchos tatuajes en los brazos. Parece un Santa Claus alternativo. Tras su paso por la Armada estuvo varios años saltando de comuna en comuna. En una de ellas vio un anuncio del festival. No se lo pensó. En Woodstock se unió a los miembros de Hog Farm, el colectivo de Santa Fe. “Distribuimos comida y ayudamos a quienes

Cartel Película “Taking Woodstock”, 2009


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Cabe darle la razón a Ellen Willis, la pionera crítica de rock que inauguró el género en el New Yorker. “Hay que reconocer algún mérito a los productores de la Feria de Arte y Música de Woodstock: al fin y al cabo, han dado un golpe magistral en cuestión de relaciones públicas”, escribió Willis en su crónica del festival para revista. “Parece que han logrado que cuaje la idea de que la crisis en Bethel fue un caprichoso desastre natural más que el resultado de la incompetencia humana, que la asistencia masiva era totalmente inesperada (y que, por tanto, era imposible que cualquier ser razonable lo hubiera previsto) y que, además, ellos han perdido más de un millón de dólares en el proceso de ser buena gente, porque hicieron todo lo posible por convertir lo que apuntaba a ser un fracaso en un fin de semana enrollado”. El mito de Woodstock que Willis veía crecer días después del festival acabó de establecerse gracias al documental Woodstock Festival: tres días de paz, amor y música, dirigido por Michael Wadleigh y editado por Thelma Schoonmaker y Martin Scorsese. Llegó a las pantallas en 1970 y fue galardonado con un Oscar. En él se mostró al gran público la llegada del Ejército y los helicópteros, las pipas de papel de plata y el éxtasis colectivo; las actuaciones de Hendrix, Joan Báez o Richie Havens. Woodstock se convirtió en un mito global. Las imágenes de jóvenes desnudos bañándose en los lagos o deslizándose por el barro pasaron a formar parte del imaginario colectivo. El barro de 1969 ha quedado neutralizado en centro de arte de Bethel. “Cuando me propusieron encargarme de esto, pensé: ¿cómo voy a vender sexo, drogas y rock and roll a escolares?”, dice Wade Lawrence, el director del museo del centro. La solución ha sido apostar por el contexto y hacer un museo de historia política y social de los

sesenta. Aquellos años estuvieron marcados por la lucha de los derechos civiles y el movimiento estudiantil contra la guerra de Vietnam. Kennedy llegó a la presidencia, y Martin Luther King encabezó la histórica marcha hasta Washington; ambos murieron asesinados. Las comunas se expandían, el ácido y la marihuana eran moneda común entre los adolescentes alternativos y el rock vivía una nueva edad dorada.

“Cuando me propusieron encargarme de esto, pensé: ¿cómo voy a vender sexo, drogas y rock and roll a escolares?” En las enormes pantallas del museo, Richie Havens canta Freedom -el himno que improvisó sobre el escenario cuando ya no sabía qué más tocar-, y Joe Cocker agradece la ayuda de sus amigos en With a little help from my friends. Las vitrinas muestran las portadas de discos de Supremes, Dylan y los Beatles, entre otros. Woodstock se encuentra a una hora y media en coche del museo. Los promotores originalmente planearon celebrar aquí el festival. El veinteañero Michael Lang se instaló en Woodstock atraído por la presencia de Dylan, Joplin y Hendrix en la zona. Lang iba y venía de la ciudad y pronto consiguió una cita con Artie Kornfeld, director artístico en Mercury Records a los 25 años. Juntos idearon el plan de montar una discográfica con sede en el pueblo. John Roberts, rico heredero de una empresa química, y Joel Rosenbam, licenciado en Derecho


por Yale, fueron los inversores de la recién fundada Woodstock Ventures. Pronto tomó cuerpo la idea de organizar un festival. Contrataron a un equipo y a una agencia de relaciones públicas, Wartoke, para publicitar el evento. “Soy un gran fan de usar los rumores como instrumento de promoción”, escribió tiempo después Lang en un libro conmemorativo del festival. Tom Benton no escuchó los rumores que circulaban por el Village, simplemente vio un anuncio a toda página en The New York Times. Tenía 19 años y una pasión desaforada por la música. Lo recuerda sentado en su tienda de guitarras situada en la calle principal de Woostock. “Me moría por ver a Jeff Beck y los Iron Butterfly, pero se cayeron a última hora del cartel”. Benton no sólo fue uno de los pocos que pagaron -la avalancha de público hizo que los organizadores declararan la entrada libre-, sino que además asegura que no se perdió ningún concierto; ni siquiera el solo Star spangled banner de Hendrix, que tocó en la mañana del lunes, cuando la mayoría del público ya se había marchado. Cuesta imaginar despeinado en el barrizal a Benton, un hombre de media melena canosa y Foto: Revista Life. 1969


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flequillo simétrico. Durante 20 años renunció a la música y se dedicó a ejercer como abogado. “Dije que cuando cumpliese 50 volvería a ello”. En su tienda ha montado un sello discográfico e imparte clases. Nadie estaba seguro aquel verano de que el festival fuera finalmente a celebrarse. Las tensiones entre los socios crecían y las posibles localizaciones del macroconcierto se iban cayendo de la lista. Cuatro semanas antes de que el Woodstock abriera sus puertas, aún no tenía ubicación definitiva. “Yo salvé el festival. Es hora de que se sepa que Woodstock ocurrió gracias a un gay”, dice Elliot Tiber, socarrón, sentado junto a su perrita Molly. Decidido a aclarar la historia, este escritor y cómico -vecino de Tennessee Williams en su juventud y amigo del fotógrafo Mapplethorpepublicó sus memorias hace dos años. El libro, Taking Woodstock, ha inspirado la película homónima de Ang Lee, en la que se recrea el motel El Mónaco que regentaban sus padres. Elliot Landy, el fotógrafo oficial del festival, fue uno de los huéspedes del motel. Desde hacía algún tiempo vivía en Woodstock, donde había fotografiado a Bob Dylan y The Band para las portadas de sus discos. Los tres días que cubrió el festival tiró más de 2.500 fotos. Una selección de su trabajo viajará por España hasta finales de año. ¿Más allá del documental y las fotografías, fue aquél un momento histórico? “La música no fue memorable para los que lo vieron en directo”, contesta el gran pope de la crítica Robert Christgau. “Seamos claros, los sistemas de sonido en 1969 eran malos”. Christgau fue al festival con su novia, la crítica Willis. También llevaron a sus dos hijos, de dos años y ocho meses. El más pequeño, Nathan, hoy es editor de música en la revista Rolling Stone. “Mis padres eran

un poco más mayores que la mayoría del público. No eran hippies, tiraban más hacia un tipo beatniksfolk”. En Bethel acamparon en el bosque. Años después, le contaron cómo acabaron dando de comer a un montón de desconocidos. “Decían que se sintieron como monitores de un campamento”.

“Yo salvé el festival. Es hora de que se sepa que Woodstock ocurrió gracias a un gay” El lunes 17 de agosto de 1969, al terminar el concierto de Hendrix, los voluntarios y miembros de las comunas reclutadas por la organización comenzaron a limpiar. El promotor Michael Lang se subió a un helicóptero que le llevó hasta Wall Street. Allí se celebró la primera de las amargas reuniones que enfrentaron durante años a los cuatro organizadores. Se acabó la paz. En la granja de Yasgur tardaron un mes en recoger. Dicen que centenares de objetos quedaron en el fango. Arqueología de una generación que ya es historia.

Ilustración: Ali Mar, 2009



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La Furgo de Woodstock Escribe: Elvira García, Periodista

En 1968, el cantante Bob Grimm, miembro de la banda “Light” de Baltimore, encargó a Bob Hieronimus, pintor muralista y experto en simbología, que pintara su Kombi en el estilo psicodélico de los años 60, convirtiéndolo en un coche arte. Los intereses de Hieronimus iban desde la religión, el folclore, la astrología, misticismo, organizaciones secretas, la Atlántida, ovnis,... todo el conjunto de temas que se enmarcaban como iconos de la cultura pop. El arte que realizó Hieronimus fue más allá de los motivos del flower power de la época, creando en la Kombi de Grimm, una compleja trama de símbolos místicos, jeroglíficos y pasajes bíblicos de varias fuentes (cabalista, arcano, hindú, budista, hebreo...), que dio como resultado una obra contemplativa que invocaba a la iluminación por el camino de la Conciencia Cósmica. En 1969, la Kombi del grupo “Light” hizo su histórico viaje al Festival Woodstock. Grimm & Co consiguieron apropiarse de un lugar fantástico a la derecha del escenario, en una pequeña colina cerca de los baños públicos. A lo largo de los tres días del Festival, la Kombi, visible para todo el auditorio, sirvió de refugio de la lluvia y el barro a los miembros de la banda, y también a transeúntes y algunos dignatarios de rock. Miles de fotografías de la “Van Light”, la inmortalizaron para siempre, convirtiéndola en una imagen icónica del festival. La VW Kombi Woodstock fue bautizada también como el “Light Bus” haciendo alusión al nombre de la banda y, meses más tarde, fue portada en la revista Rolling Stone.


Una maqueta al detalle En conmemoración al 40 aniversario de Woodstock, Sun Star, de nuevo con la ayuda de Bob Heironymus, decidió replicar el autobús icónico en escala 1/12 obteniendo un modelo fabuloso de ingeniería y arte. El “Art Car” reducido, fue una auténtica pieza de museo con un retorno de la inversión estratosférico. Contenía un folleto para descifrar y decodificar su funcionamiento. Prácticamente todos los componentes fueron replicados a escala 1/12 (bisagras, cierres, colgantes...) e incluso viene con algunos accesorios de visualización agradables como instrumentos de la banda y sistema de sonido. También incluye un gato y una llave de tuercas, para poder desmontar una rueda. Los tapacubos son magnéticos, la suspensión es real, y por supuesto, el motor tiene una correa de ventilador flexible. Las líneas de freno y del chasis están fabricadas con precisión, el volante gira las ruedas delanteras, y todas las puertas se abren con sus manetas para revelar un interior elaborado fielmente, con asientos y zona de carga, tal y como la tenía la banda “Light”, con los altavoces, amplificadores y equipo de los músicos. Esta maravilla todavia puede adquirirse por unos 190 euros en la web: http://woodstockbus.com/


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