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VIVIR EN ÉPOCA DE PANDEMIA

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Escritos y pensamientos en situación de Aislamiento

¿Alguna vez imaginaste estar aislado sin poder ir a trabajar, ni ver a tus seres más queridos, familiares, amistades, tu descendencia, tu pareja? ¿Por cuánto tiempo se prolongará esta situación? Y cuántas preguntas más sin resolución en este momento de incertidumbre. Les compartimos algunas respuestas de lo que vivimos personas como vos y yo, para dar un poco de claridad y sentir que ¡No estamos solos en este Aislamiento social, preventivo y obligatorio!

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Oportunidad oportuna, quién te puso en nuestro camino, y de qué forma tan cruel, pero no es momento de criticarte, sino de aprender.

Somos mayoría.

CONTENIDO

Invitación a la experiencia .....................................4

Una cuestión de Salud ..............................................6

Un Virus de esta sociedad .......................................8

La economía afecta a quien no beneficia ...........9

El impacto económico y la deuda externa..........11

La pandemia de la comunicación..........................12

Las organizaciones sociales son y serán .............15

La actividad social ....................................................18

Psicología y educación..............................................20

Reflexiones educativas..............................................21

Las Fuerzas de seguridad y el autocontrol .........22

Nuestra experiencia en familia...............................24

Establezcamos prioridades.......................................25

Vivir en pareja ............................................................26

Compartir 24 x 7.........................................................27

Alguien piensa en la niñez.......................................28

Las fronteras y el ser..................................................29

Epilogo...........................................................................30

INVITACIÓN A LA EXPERIENCIA

Estamos viviendo un momento único, una situación para la cual nadie estaba preparado. Ni siquiera las películas han previsto esta situación como algo posible a través de la ciencia ficción.

Un virus surgido en el lugar más recóndito, terminó paralizando al mundo entero. Pese a que muchos hicieron lo imposible, hasta el cansancio, para que eso no suceda, tuvieron que terminar cediendo ante él.

Y entonces, el mundo globalizado, hiperactivo como lo conocemos en la actualidad, hiperconectado, un día se paralizó y nos dio una oportunidad única para pensar; para pensar(nos) si es que estamos en el camino correcto. Un momento de reflexión único, un momento de reflexión universal, ese momento que el Planeta nos venía pidiendo hace tiempo… (Quizá podemos imaginar que, tal vez, nos viene pidiendo por favor que paremos un segundo desde que el mundo se industrializó, y cuánto más aún, desde que las economías y los mercados se han globalizado).

ESE DÍA LLEGÓ, ES HOY ¿SEREMOS CAPACES UNA VEZ MÁS DE DESAPROVECHARLO?

Mientras escribo estas palabras, pienso, y claramente no me permito dejar pasar todo lo negativo que esta pandemia trae consigo, de lo drásticas de las decisiones que han tenido que asumir la mayoría de los gobiernos, ni siquiera insinúo que esta pandemia tiene algo de positivo, pero sí me tomo un segundo y reflexiono acerca de que es una gran señal para no dejar pasar, una vez más.

Un momento donde, por primera vez, se ha puesto en la tapa de los diarios dominantes la discusión sobre teorías instaladas y escritas en letras de molde. La teoría del derrame y el consumismo, hoy están siendo discutidas por teorías colaborativas como la de los juegos de John Nash. Es así que, escuchamos hablar de la economía solidaria, del consumo sólo por necesidad, la administración de la escasez, y de preocuparnos por nuestros desconocidos.

De ahí que surgen con más frecuencia ideas tales como: “nadie es más importante que todos juntos” o “nadie se salva solo”, como dijo el Papa Francisco en su último mensaje. Estas ideas, se han convertido casi en una cuestión de estado, y aquellos que aún no la comparten y continúan empujando por el individualismo, quedan ridículamente expuestos como verdaderas minorías.

En este momento de reflexión, los invito a leer distintos puntos de vista de cómo se vive en el aislamiento, abordadas a través de la mirada de profesionales y ciudadanos, todos, lógicamente con la transversalidad de esta situación única y particular. Cada una con su impronta y voluntad, en las que quedan plasmadas las ganas con las que se fueron sumando a participar.

Como les dije a cada participante: “gracias por sumarte a este espacio de reflexión”. Aprovechemos, disfrutemos, pensemos y, luego, actuemos en consecuencia. Pero por sobre todas las cosas, no dejemos pasar esta oportunidad única de repensarnos como sociedad, de recapacitar sobre qué queremos de acá en más. Que este esfuerzo no sea en vano, y podamos hacer nuestro aporte ciudadano a esta sociedad sumida en la incertidumbre, con el fin de dar luz y esperanza, marcando un nuevo camino a seguir y nunca volver hacia atrás… Las futuras generaciones lo agradecerán.

Gabriel Ghigliazza

UNA CUESTIÓN DE SALUD

Gimena Abadia| 35 años –Médica especialista en medicina interna (M.n. 138196)

El COVID-19 es una enfermedad respiratoria causada por un tipo de coronavirus, el SARS CoV2. Se transmite entre personas a través de secreciones provenientes de la vía respiratoria (tos/estornudos a menos de 1.8 mts de distancia), y los depósitos de estas secreciones en objetos y superficies que luego son llevados por nuestras manos a ojos, boca y nariz.

POR ESTE MOTIVO, LAS MEDIDAS DE AISLAMIENTO SOCIAL Y DE HIGIENE SON PILARES FUNDAMENTALES PARA EVITAR LA PROPAGACIÓN DEL VIRUS EN LA COMUNIDAD

El 80% de la población afectada tendrá síntomas leves, pero el 20% restante requerirá hospitalización y un 5% de estos, en unidad de cuidados intensivos. Los síntomas abarcan desde fiebre, tos, dolor de garganta y dificultad respiratoria, hasta cuadros graves de neumonía, dependiendo de muchos factores (edad, estado de salud previo, etc.).

La infección masiva y simultánea de la población, como la que se produjo en las diferentes partes del mundo, satura el sistema de salud y provoca un aumento en la morbi-mortalidad, llegando a los resultados que hoy lamentamos.

LAS VACUNAS SALVAN VIDAS Y EVITAN PANDEMIAS

Los factores determinantes para generar esta pandemia incluyen: el alto grado de contagio de este virus, la hiperconectividad mundial y la falta de inmunización previa al ser una enfermedad nueva.

En nuestro país el sistema de salud está divido en el sector público, privado y de obras sociales, donde cada uno se regula a sí mismo y toma decisiones independientes.

Basándonos en la experiencia publicada por los países que ya atravesaron o están atravesando esta situación, podemos apreciar que la falta de unificación en la forma de actuar dificulta el control de esta entidad, sin poder generar una dinámica común y eficaz para todos.

EL SISTEMA DE SALUD DEBE SER PRIORIDAD NÚMERO UNO DEL ESTADO, JUNTO CON EL SISTEMA EDUCATIVO, Y GARANTIZAR ATENCIÓN DE CALIDAD UNIFORME PARA TODOS LOS HABITANTES DE LA REPÚBLICA

La PREVENCIÓN siempre será la mejor medicina. SIEMPRE.

UN VIRUS DE ESTA SOCIEDAD

Marcelo | 40 años –Licenciado en Sociología, Docente.

Recuerdo en los años 90 la epidemia del cólera, una enfermedad que atacaba fundamentalmente a los sectores más pobres del país, aquellos que sufren una pobreza estructural, que no cuentan con servicios básicos, como cloacas, agua potable, casas con piso de material y no de tierra, etc. En aquella oportunidad, no se paralizó la economía ni se ordenó una cuarentena generalizada.

La pandemia del coronavirus, en cambio, tiene otras características y se ha producido el contagio, al menos de un país a otro y sobre todo de un continente a otro, a través de grupos y agentes económicos que tiene la posibilidad de trasladarse en avión, por turismo, trabajo, negocios, etc.

QUE LOS CONTAGIOS SE PRODUZCAN DE MANERA GENERALIZADA, Y NO EXCLUSIVAMENTE ENTRE SECTORES DE POBREZA ESTRUCTURAL, CREO QUE HA SIDO UN FACTOR DETERMINANTE PARA QUE LA OMS DIERA SUS RECOMENDACIONES ACERCA DEL AISLAMIENTO

En consecuencia, varios Estados han optado por seguir lo difundido por el organismo internacional, determinando un periodo de cuarentena en la población, generando un indefectible parálisis de la economía.

Ahora bien, esta parálisis creo que puede llegar a evitar, en países como Argentina, que el virus, que empezó en sectores medios y altos, llegue y se difunda en los grupos precarizados. Si esto ocurre, el hacinamiento y sus pésimas condiciones de vida pueden ser el escenario de una catástrofe sanitaria.

LA ECONOMÍA AFECTA A QUIEN NO BENEFICIA

Javier Muñoz | 60 años –Contador Público, Lic. en Administración, Mg. en Dirección y planeamiento estratégico.

El aislamiento y la interrupción de todas las actividades afecta, en primera instancia, a todos. En un mundo híper conectado, con un extraordinario aprovechamiento del carácter social del ser humano, en el corto plazo, el corte en estos lazos de interacción afectan a todas las actividades económicas. Es cierto, también, que existen actividades que se ven totalmente paralizadas y otras que, por ser consideradas prioritarias, lo perciben con otra amplitud. Se trata de un freno total que, en este momento, impacta por todas partes.

Pero lo anterior, de ninguna manera implica la desaparición de las mismas. El ser humano tiene, dentro de sus capacidades cognitivas, la propensión a adaptarse más o menos rápidamente a los nuevos contextos. Es en este sentido donde deberán centrarse fundamentalmente aquéllos que sufran el mayor impacto para modificar su forma de hacer negocios por otras, adecuadas a estas nuevas realidades.

Así, por ejemplo, muchos restaurantes empiezan a evaluar de otra manera el servicio de delivery, las empresas a evaluar el resultado de trabajos a distancia, las entidades financieras a ofrecer más productos online o hacer estos servicios más amigables o con mayor cantidad de operaciones por los nuevos usuarios que se ven obligados a utilizarlos cuando hasta hace unos días los rechazaban, con los consiguientes cambios en las vidas de las personas afectadas.

SI ESTA SITUACIÓN NO PARALIZA A QUIEN ESTÁ TOMANDO DECISIONES, MÁS TEMPRANO QUE TARDE PODRÁ RECUPERAR EL "COSTO DEL CAMBIO"

El tema de las organizaciones es que para poder sobrevivir y capitalizar el aprendizaje que toda crisis tiene, es que deberán tomar decisiones para las cuales no tienen el soporte de experiencias anteriores. Resultan más intuitivas que siguiendo un método basado en el modelo experimental. Eso implica asumir el riesgo de lo que no se conoce y, fundamentalmente, pensar en general más que en el caso individual. En definitiva, parafraseando el último libro de Nassim Taleb, "Que no haya decisión sin asimetría, ciencia sin escepticismo, religión sin tolerancia y sobre todo Nada sin Jugarse la Piel".

Esto último seguramente es el cambio más difícil. En los últimos 40/50 años el modelo aprehendido se ha centrado en el bienestar propio más que en el colectivo. ¡Si hasta se desarrolló una teoría económica denominada "Teoría del Derrame" por la cual lo importante era beneficiar a los que más tienen porque, en algún momento, esos beneficios serían tan grandes que derramaría en el resto! Eso sí, olvidaron que una condición normal del ser humano desde que vive en comunidad es el egoísmo, señalado como uno de los peores pecados en todas las religiones. Pero quienes hoy se encuentran en capacidad y posición de decidir fueron formados fundamentalmente en estos modelos de decisión.

Esta crisis viene impactando tan profundamente a nivel mundial porque golpea primero a gente que consideraba que podía tener cobertura contra todo. Manejaba los números del mundo. Y cambia fundamentalmente este pensamiento del egocentrismo propio del estilo de vida actual.

PERO EN ESTO, COMO MUY BIEN LO EXPRESARA FRANCISCO, "NO NOS SALVAMOS EN FORMA INDIVIDUAL, SINO ENTRE TODOS"

En cuanto a las teorías conspirativas de origen económico o político, no creo que haya políticos tan inteligentes, y no tengo elementos para otro tipo de evaluación.

Sí creo que los políticos, por lo menos en los países occidentales con modelos de decisión más o menos democráticos, buscan tratar de interpretar lo que quieren sus votantes. De estos hay de dos tipos: quienes sólo buscan el resultado a muy corto plazo y aquéllos que tratan de ver un poco más allá.

Si estos últimos, son quienes en definitiva resultan mayoría y toman decisiones, teniendo en cuenta más el bien común a mediano y largo plazo que su situación personal de corto plazo, la humanidad estará dando un paso adelante.

Seguramente no actuaremos de la misma forma. Tendremos cambios. Pero la vida es así. Y tenemos las condiciones para sentirnos vivos asumiéndolos.

EL IMPACTO ECONÓMICO Y LA DEUDA EXTERNA

Julio | 72 años –Contador Público. Especialista en el tema de Deuda externa.

Si, estoy convencido que es necesaria la interrupción de todas la actividades. Debemos priorizar el tema sanitario y la salud de los ciudadanos por encima de cualquier impacto económico, por importante que sea. Está visto que países del llamado “primer mundo”, que se demoraron en disponer la cuarentena (Italia, Reino Unido, España, EEUU) privilegiando intereses empresarios y de mercado, potenciaron el nivel de contagio y muerte entre sus habitantes

Nuestro país ya estaba en una situación económica y financiera difícil antes del inicio de la pandemia en la región, producto de un endeudamiento desproporcionado a las posibilidades de pago y bien conocida por los organismos internacionales de crédito.

EL IMPACTO DE LA EMERGENCIA SANITARIA GLOBAL, AMERITA UNA JUSTA REVISIÓN DE LOS COMPROMISOS, ARBITRARIA E IRRACIONALMENTE ASUMIDOS, EN EL MARCO DE UN PROBABLE NUEVO ORDEN MUNDIAL, QUE DESCARTE LAS PREMISAS LIBERALES QUE PRIVILEGIAN LOS INTERESES DE LOS MERCADOS FINANCIEROS

LA PANDEMIA DE LA COMUNICACIÓN

María Pía | 33 años –Licenciada en Comunicación

Está claro que el coronavirus es, desde hace un tiempo atrás, motivo de charla familiar, entre amigos, vecinos, compañeros de trabajo; incluso actualmente, en época de aislamiento social, preventivo y obligatorio, los mensajes, la llamadas, los mails, giran alrededor de esta pandemia. No hay dudas que existe un riesgo real, que el virus representa una amenaza; y que, como toda amenaza, esté en boca de todos, sin ningún tipo de filtro etario, racial, profesional, etc.

En términos comunicacionales, en los medios hay una sobreinformación (como suele ocurrir generalmente) en el abordaje de tema. Opiniones encontradas, especialistas en TODO lo que implica intervención en esta pandemia (desde médicos hasta especialistas en látex y barbijos), consejos y sobreconsejos, lo cual provoca confusiones y -muchas veces- malas decisiones en la sociedad. Claramente las consecuencias son altamente nocivas, y contraproducentes, dejando -una vez más- a la desinformación como protagonista junto al Covid19.

Entendiendo que los medios son “la ventana al mundo real”, el impacto que generan las producciones comunicaciones afectan directamente al espectador, en este caso, a toda la sociedad, porque está claro que, en aislamiento obligatorio, son los medios de comunicación los que nos “conectan” con ese mundo exterior, fuera de las 4 paredes de una casa. ¿No resulta, acaso, responsabilidad suficiente como para parar la pelota y pensar en qué y cómo se comunica? Aparentemente, no. La prensa hace -aún más- fatalista la realidad, informando negativamente (y esta pandemia no iba a ser la excepción), acompañando de la imágenes más tristes y música acorde, creando climas de pánico y constante sugestión por parte del ciudadano común, que actualmente se encuentra más sensible y susceptible a todo tipo de información, y sin dar un marco editorial o comunicacional acorde que permita decodificar en forma “correcta” lo que se intenta comunicar.

Si habitualmente, el ciudadano común accede a la información de forma inmediata en la web y en redes sociales, cuánto más se incrementa la circulación de información en aislamiento. Cada persona recibe un sinfín de datos e información, convirtiéndose rápidamente en un vehiculizador de la misma, que en una mínima proporción resulta útil. El escenario actual le da a los medios de comunicación (abarcando en el concepto tanto a los grandes medios masivos como a medios más pequeños, las agencias de comunicación, comunicadores particulares, actores de relevancia social, “instagramers” o aquellas figuras públicas que tienen llegada a

públicos masivos) una responsabilidad inigualable. El rol social que están cumpliendo hoy en día, es de suma importancia para el “bienestar”, la calma social.

SI HUBIESE INSISTENCIA EN INFORMAR DESDE LA CONSTRUCCIÓN (Y NO DESDE LA DESESPERACIÓN), NO HABRÍA TEMORES A DESABASTECIMIENTO, NI RIVALIDADES ENTRE UNOS Y OTROS POR “SOBREVIVIR”

Un rol social que no están cumpliendo, un rol social que, lamentablemente, no está regulado por la ética profesional que requiere. Informar, y decodificar; informar, y dar las herramientas para entender, para pensar, para rever, para analizar, en fin: informar, y, por qué no, educar. Si hubiese tanta insistencia en las medidas preventivas, como en las imágenes de fatalidades, la situación sería otra. Si hubiese tanta insistencia en ir a las fuentes válidas, como en la invención de las conocidas “fakenews”, la sociedad no estaría tan paranoiqueada.

Previamente a que esta pandemia llegue al territorio argentino, hubo un período en el que se difundieron graves expresiones de discriminación, cargadas de estereotipos, lo cual provocó - inevitablemente- situaciones violentas ante extranjeros. La constante vinculación con el origen geográfico de la enfermedad, opacaron el verdadero foco de la cuestión.

EL ABC de un periodista, de un comunicador social, está claro: se debe garantizar que la audiencia esté bien informada, y evitar las falsas informaciones; mucho más en este tipo de situaciones, en el que cada dato es una amenaza, en el que cada informe pareciera que nos acerca un pasito más hacia el peor final… porque sí, las noticias de recuperados, de quienes superaron el virus, no abundan.

HAY QUE INVESTIGAR, TRABAJAR EN CONJUNTO CON ESPECIALISTAS, DEBILITAR LAS NOTICIAS FALSAS CON INFORMACIÓN VERDADERA (PERO LA JUSTA Y NECESARIA), DAR VOZ A TESTIMONIOS CONFIABLES, EDUCAR AL PÚBLICO, Y POR SOBRE TODO, NO HACER DAÑO… EN ESTOS CASOS PUEDE SER IRREVERSIBLE

Si bien su función es informar, el escenario que se propone actualmente no ayuda al conocimiento y, por qué no también, a la distracción social en estos momentos de aislamiento, sino que agudiza la preocupación y el pánico. La difusión de datos vacíos de contenido, de explicaciones de presuntos especialistas que se contraponen unas con otras, no hacen más que generar una alarma injustificada en la sociedad. Está claro que el eje informativo, excede por completo la cuestión sanitaria y el abordaje de cómo sobrellevarla, quedando velada tras ocultas estrategias en favor de algunos sectores y de las propias intentando mantener al público cautivo.

En muchos casos, además, se fomenta la creación de conflictos ante decisiones adoptadas, se fogonea la discrepancia entre los ciudadanos, se emiten juicios de valor y opiniones claramente sesgadas de posturas políticas.

Cada cual enfocado en encontrar la historia más trágica, la primicia más exótica, el exiliado más lejano, el especialista más extravagante. Se pierde el eje de la cuestión: la importancia del rol social que se debe cumplir -siempre, pero ahora más-; la difusión de la buena, correcta y necesaria información; la función de ser verdadero servicio para la sociedad.

Colegas, no es momento de hacer política, mucho menos de cuidar intereses propios; no es momento de profundizar grietas, de ser críticos de pensamientos ajenos; no es momento de crear distancias (ya es suficiente con la distancia física y social que se nos pide)…

ES MOMENTO DE UNIR, DE CREAR CONSCIENCIA, DE SER HERRAMIENTA QUE NOS LLEVE A UNA SOLUCIÓN; DE REIVINDICAR EL PODER DE LOS MEDIOS, E INFORMAR EN FAVOR DE, Y PARA, TODOS.

Que el 19 de marzo, día histórico en que los medios gráficos unificaron sus tapas con un mismo mensaje, no haya sido una estrategia económica/comercial más, sino el puntapié de una comunicación solidaria y responsable, siempre.

LAS ORGANIZACI ONES SOCIALES SON Y SERÁN

Anónimo | 32 años. Psicóloga/Educadora Popular.

De cómo la pandemia cambió todo (o no todo). Reflexionando sobre el hacer cotidiano con la comunidad, ante el cansancio de jornadas intensas, el punto de descanso es siempre el abrazo. Desde la organización de la que soy parte, venimos militando hace años el derecho al abrazo, a vivir una niñez, una adolescencia, una vida abrazada. Esto es por supuesto, pensando el abrazo en un sentido amplio del gesto… que involucra el mirarnos, el acercamiento desde el cuerpo, la palabra, el límite (entendido como cuidado), el reconocimiento de un Otro ahí, cerquita. Y estos son días que nos ponen entonces ante la necesidad de encontrar otros modos de abrazar.

Ante el anuncio de la suspensión de clases, nuestra primera idea fue intentar sostener de algún modo los encuentros, de acuerdo a los lineamientos recomendados por los organismos estatales. Implicó un debate interno intenso, tanto dentro de cada uno como al interior de la organización. Entendimos la necesidad de seguir estando presentes de alguna manera, sosteniendo simbólicamente los horarios de las actividades como punto de entrega de las prestaciones alimentarias que en esos momentos se ofrecen.

En esos días el celular sonó muchas veces con un mensaje repetido “¿Hola, hay Centro Juvenil hoy?”. Mi respuesta en cada caso fue decir que no había actividad por la situación de público conocimiento, pero que igualmente estamos, para lo que se necesite (¿habrá sido esa una forma de extender mi abrazo?).

Con la declaración del aislamiento social preventivo y obligatorio, nuevamente nos vimos ante la necesidad de repensar nuestro hacer. Lo primero que no me paró de dar vueltas por la cabeza fue la instalación del “#quedateentucasa”, como único modo posible de hacer frente a la situación.

Recuerdo haber pensado varias cosas al respecto:

- ¿Qué pasa para quienes no tienen una casa en la cual quedarse?

- ¿Qué ocurre si los peligros de quedarse en ciertas casas son amenazas mucho más concretas, reales y posibles que un potencial enemigo invisible de afuera? ¿Qué lugar de cuidados quedan para niños, niñas y adolescentes, si quienes cuidan están afuera y ahora, la reclusión de esos cuidadores es impuesta? ¿Cómo reciben el mensaje del cuidado quienes claramente no están siendo considerados por esas medidas? ¿Qué lugar les queda? ¿Cómo quedarse adentro, si salir es el modo de poder sostener materialmente la existencia?

Y claramente esas preguntas de algún modo se hicieron eco en las primeras actitudes que pude observar por parte de las personas que habitan los barrios en donde trabajo. Esos primeros días después de la emisión del Decreto, casi nada había cambiado respecto de los días anteriores y si bien había menos movimiento, niños y niñas seguían en la calle, las barritas de jóvenes en la esquina seguían compartiendo la cerveza, vecinos y vecinas tomaban mate en la vereda, se juntaban a parar la olla….

Pensamos entonces desde la organización, acercar algunos recursos (elementos de limpieza: lavandina, detergente) e información sobre medidas preventivas que estuviera contextualizadas a la realidad que se vive en los barrios. Pensando que si proponemos los cuidados como algo al alcance de la mano, sería más sencillo reconocer que cada uno puede hacer algo al respecto.

Decidimos también reforzar la prestación alimentaria y abrirla a la comunidad ampliada, y la olla de almuerzo para 40 pibes y pibas, se transformó en tres ollas bien grandes para servir 500 raciones diarias (en ambos barrios). Esos encuentros fueron, otras formas de abrazo también. Pero de construir un abrazo comunitario, y por eso, más fuerte.

Más vecinos y vecinas entonces se acercaron a ofrecerse para colaborar con la cocina, a ofrecer mercadería para sumar a la olla… Otra señora regaló unos tejidos elaborados por ella, para que las cocineras no se quemen cuando agarran las manijas de las ollas. Y esa intención de colaborar también se extendió por los círculos de quienes somos referentes de la organización, en forma de distintos ofrecimientos de aportes.

En lo personal siempre encontré deprimente la acción de repartir comida. Creo firmemente en el derecho a las familias de sentarse a compartir una mesa, de poder elegir qué comer, de organizarse para hacer del momento de la comida algo más que un “alimentaje”. Pero también entiendo que, por ahora, eso no ocurre en la mayoría de los hogares (o de las casas, o núcleos habitacionales).

Esta situación de pandemia me llevó entonces a abrazar también a través de la entrega de las viandas. Cada vez que quienes cocinan se ocupan de sacar hasta el último pedacito de cascarita de la papa… o que se deja un ratito más el guiso (para que el gustito se concentre)… o que salgo a correr con un compañero para buscar mercadería mejor, o hago la cola en la carnicería que es más barata, pero que tiene carne buena…. o en cada oportunidad que, junto con el tupper de la vianda, quien está repartiendo mira a los ojos y ofrece una sonrisa… o cuando nos plantamos con el dirigente de turno para tirarle en cara que deje de mandar mercadería berreta para los comedores comunitarios (y rechazamos esas mercadería por más que implique que tengamos que salir a comprar de ahorros que habían sido pensados para otros proyectos)…

…EN TODOS ESOS GESTOS VAN NUESTROS ABRAZOS. Y ES LA MANERA QUE, POR AHORA, TENEMOS, DE HACERNOS PRESENTES. YA SEGUIREMOS CONSTRUYENDO COLECTIVAMENTE OTRAS

LA ACTIVIDAD SOCIAL

Gustavo | 41 años –Sacerdote.

Ser pastores en tiempo de Coronavirus. Recuerdo con claridad las palabras de Francisco cuando era Arzobispo de Buenos Aires que nos decía: “sean Pastores con olor a oveja”. Hoy en medio de la realidad que nos toca vivir debemos repensar la forma de acompañar a nuestras comunidades, para que el olor a oveja, es decir la cercanía con la gente, la cotidianidad del diálogo y la presencia junto a los que más sufren, los más necesitados, no se vea limitada.

Una de las cualidades del amor es ser creativo, superar las barreras y límites que muchas veces la vida y ciertas circunstancias nos presentan. Como dice San Pablo “el amor no pasará jamás”. Pero esto necesitó un camino, primero de reconocer el dolor y la angustia de ver el templo vacío, la suspensión de actividades y proyectos que ocupaban mi tiempo, pensamientos y esfuerzos, tanta vida de una comunidad inserta en el barrio se la obligaba a dormirse, callar sus salones, frenar sus celebraciones. Y qué es un sacerdote sin su gente, sin celebrar el misterio que le da sentido a su vida, sin recibir a los pobres donde encontramos a Cristo mismo que nos visita.

Por eso, lo segundo en lo secreto de la oración, fue reconocer que esa vida seguía presente, escondida en cada casa, en los miedos y esperanzas, en el deseo de Dios de cada persona y que necesitaba ser acompañada. Lo tercero fue reconciliarme con tantas tecnologías que antes miraba con desconfianza, no solo reconciliarme sino investigar sobre cómo funcionaban.

Y así llegaron las misas por los vivos de Instagram y Facebook. Al principio con mucha ansiedad hasta que nos fuimos serenando y disfrutando de lo que celebrábamos. Llegaron cantidad de mensajes agradeciéndonos. Eso nos motivó para seguir y mejorar.

Llegaron las reuniones de formación de animadores, los encuentros de grupos juveniles y las reuniones de consejos parroquiales por la plataforma zoom, los mensajes y llamadas a personas solas por Whatsapp. También hacemos sonar las campanas del templo a las 21 hs para acompañar los aplausos, como presencia de Dios en medio de su pueblo. Y seguimos atendiendo a las personas de la calle, repartiendo bolsones con comida para las familias más afectadas.

Pero todo gracias a la respuesta de una comunidad viva que empezó a generar sus donaciones por transferencia bancaria, a mandar sus intenciones para la misas por una secretaria virtual, y en la que sugieren propuestas para celebrar una semana santa (la que será, sin dudas, la más diferente de nuestras vidas).

CLARAMENTE NADA REEMPLAZA EL DIALOGO Y LA COMUNICACIÓN INTERPERSONAL, EL QUE ESPERAMOS VUELVA PRONTO. EN DEFINITIVA, TODO ESTO NOS DEMUESTRA QUE EL HACER PUEDE CAMBIAR, MUDAR DE FORMAS, PERO LO QUE SOMOS, ANTE DIOS Y ANTE NOSOTROS MISMOS, DE DONDE BROTA NUESTRA MISIÓN, ESO NO SE APAGA, NO CAMBIA,… PERMANECE Y SE FORTALECE COMO EL VERDADERO AMOR EN TIEMPO DE PRUEBA

PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN

Lorena Garcia | Lic en Psicología, Docente.

Apenas comenzado el ciclo lectivo, el coronavirus entró en escena. Primero se suspendieron las clases y luego toda nuestra vida quedó paralizada, en una cuarentena que nos deja, a chicos y grandes, carentes de abrazos, de compañía, con ansiedades e incertidumbres. En este contexto, intentar que los niños resuelvan una división, lean un texto de historia o luchen con las fracciones parece ser más una carga para los padres que un avance pedagógico en sí. Entonces ¿Qué lugar tiene, puede o debe tener la Escuela?

DESCARTADO LO QUE PUEDAN SUMAR PEDAGÓGICAMENTE LAS TAREAS, HAY OTRA FUNCIÓN QUE ESTA INSTITUCIÓN PUEDE CUMPLIR Y QUE ES SUMAMENTE SIGNIFICATIVA

La Escuela con sus tareas, con la voz del docente, con sus temas específicos pueden convertirse en un factor importante a la hora de recobrar sentidos y encontrar caminos por donde transitar este escenario incierto: resolver una cuenta o escuchar a su maestra contar un cuento pueden ser señales de que no todo terminó, de que el mundo está suspendido, pero que sigue presente.

Dedicar un tiempito del día a hacer “las cosas de la Escuela” puede ser un elemento organizador, un mensaje de que todo estará bien, que un día volveremos a las aulas y la seño o el profe querrán ver todo lo que aprendió. La presencia de los docentes es indicador de que los lazos sociales no se cortaron, que el aislamiento no es total, que cada niño y niña sigue teniendo un lugar en el aula que está vacío, pero esperándolo.

Así como frente a la angustia y la ansiedad del nacimiento, lo único que calma al niño es encontrar un lugar en el Otro, en el medio del caos y la tensión reinante, la Escuela también puede ser ese Otro que aloje. Y eso necesita para materializarse, de las divisiones, las fracciones y las tareas que están sacando canas verdes a más de un padre/madre/tutor o encargado.

REFLEXIONES EDUCATIVAS

Vanesa Victoria Humacata | 30 años - Lic. en Cs. de la Educación

Reflexiones educativas hipotéticas de un Pos-COVID19. A las diferentes variables de desigualdad y brechas de los estudiantes argentinos, pos pandemia, se sumará la brecha digital. Una brecha que dejará en evidencia no solo el “no acceso a herramientas digitales o el acceso a internet”, sino una brecha de “capacidades en el uso de la tecnología”, y esta será una brecha que impactará proporcionalmente al mundo docente, al mundo ciudadano, a las dimensiones socio-económicas.

Pos COVID19 inauguraremos un proceso de recesión económica, seguido de la instalación de la “cuarta revolución industrial” (4RI), que configura una sociedad y una economía del conocimiento cuyo “combustible” principal es la innovación tecnológica. En consecuencia, el sistema educativo deberá centrarse en un nuevo tipo de ciudadano.

Cuando hayamos atravesado esta crisis sanitaria, debemos estar alertas a las garantías y derechos de las trayectorias de nuestros estudiantes.

SE INAUGURARÁ UN NUEVO PARADIGMA, Y DEBEMOS VELAR POR FUERTES Y SERIAS OPORTUNIDADES DE APRENDIZAJE VÁLIDOS PARA ESTA NUEVA ESTRUCTURA ECONÓMICA

A su vez, necesitaremos aggiornarnos rápidamente a los próximos desafíos y habilitar a los estudiantes a que tengan las herramientas para su vida futura, al mismo tiempo ofrecer al país las posibilidades de insertarse en un mundo que atravesará un nuevo modelo económico.

LAS FUERZAS DE SEGURIDAD Y EL AUTOCONTROL

Fernando Mollino | 39 años –Contador Público. Especialista en tema Seguridad.

Las fuerzas de seguridad están compuestas por la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, la Policía Federal y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. La Ley 18.711 determina las misiones, funciones y jurisdicciones de cada una de ellas, entre las que se destacan las de desempeñar el papel de policía auxiliar sanitaria, es decir, salvaguardar la seguridad nacional en lo referido a cuestiones como la que nos afecta hoy en día, el coronavirus, reconocido a nivel mundial como una pandemia.

Por otro lado, tenemos a las Fuerzas Armadas, compuestas por el Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, entre sus misiones dictadas por Ley, se encuentran entre otras, las de velar por la seguridad y el bienestar de todos los habitantes, ya sea prestando actividades humanitarias como sanitarias.

Posterior a la cuarentena dictada por el Poder Ejecutivo Nacional, vigente a partir del 19 de marzo del corriente, nos preguntamos si con ese Decreto Nacional alcanza para que cada uno cumpla con la obligación de permanecer en cuarentena como fue ordenado o es necesario controlar que así sea.

Como sociedad argentina, debemos reconocernos históricamente como ventajeros, orgullosos y algo soberbios. Por esta razón, entiendo que si se deja librado a la buena voluntad de las personas el cumplimiento de la cuarentena, no se hubiesen logrado los mismos resultados a que si las Fuerzas de Seguridad controlan su efectivo cumplimiento, como así está sucediendo.

Basta con escuchar cualquier noticiero para comprobar la cantidad de casos de personas que les cuesta dejar de lado su individualismo en estos momentos, y pensar como una sociedad civilizada y ordenada, cumpliendo lo que se nos exige.

RECORDEMOS QUE COMO HABITANTES DE ESTE HERMOSO PAÍS, NO SOLO TENEMOS MUCHÍSIMOS DERECHOS, SINO QUE TAMBIÉN TENEMOS NUESTRAS OBLIGACIONES

Tuve la oportunidad de visitar Europa entre los meses de febrero y marzo. Particularmente en España, se notó mucho como el gobierno y la sociedad, subestimaron los cuidados que había que tener presente.

Por fortuna pude regresar a mi país el día 13 de marzo, con la incertidumbre hasta último momento de saber si iba poder subir al avión. En ese entonces, allá había 3.000 afectados, hoy, dos semanas después, esa cifra trepo a más de 75.000 personas y seguirá subiendo.

El principal problema que existe es que ningún sistema de salud, ni en el país más desarrollado del mundo, puede hacer frente a semejante cantidad de personas que necesiten en el mismo momento de cuidados hospitalarios. Por suerte, en Argentina, la pandemia llego más tarde y las autoridades pudieron anticiparse y tomar medidas antes que nos pasara lo mismo que en aquellos países, esperemos que alcancen.

Las Fuerzas Armadas están desarrollando muchísimas actividades para hacer frente a lo que parece que será inevitable, el aumento considerable de contagios. Por lo pronto en varios sitios se están construyendo hospitales de campaña para atender la emergencia hospitalaria, ya que se espera que, lamentablemente, aumente con el tiempo. En cuanto a las Fuerzas de Seguridad, ellas realizan tareas de prevención y control en la población a los efectos de mitigar que el virus se esparza con la rapidez que lo hizo en Europa. Adicionalmente, tenemos infinidad de personas que trabajan en el área de salud haciendo un esfuerzo sobrehumano para contener la situación.

Tal vez no sea suficiente todo eso, pero si solo me piden que este en cuarentena para evitar que lleguemos a ese extremo, como buen argentino estoy predispuesto a hacerlo todo el tiempo necesario, no solo por mí, sino por mi gente. Por eso propongo que tomemos conciencia con la seriedad que la situación lo amerita para poder salir adelante una vez más.

NUESTRA EXPERIENCIA EN FAMILIA

Gabriela | 33 años, Lic. Fonoaudiología. Feliciano | 34 años, Estudiante.

A nuestro entender, son más los aspectos positivos. Todo lo que estamos viviendo, nos hace consientes de la familia que tenemos, y que gracias a Dios es la que queremos y elegimos. Nos permite suplir ausencias en actividades a la que no solemos participar, y en otras nos permite ganar terreno, dedicar más tiempo activo a nuestras hijas. Realmente hoy no existen excusas para educar con los valores que creemos son los correctos.

Por ejemplo, consideramos como aspectos positivos:

Poder aprovechar más tiempo del habitual en actividades de familia completa. Por ejemplo almuerzos y cenas, tanto al momento de compartir la mesa como de preparar la comida. Ver el desenvolvimiento de nuestras hijas. Los recursos que implementan para comunicarse, para jugar, para aprender. Estar con ellos desde que despiertan hasta que se duermen es altamente positivo, ya que lo habitual es que estén en el jardín unas seis horas diarias. Esto nos acerca un poco más a la dinámica que tuvimos nosotros, o sea la crianza que nos dieron como hijos. Creemos que nos da la posibilidad de incorporar hábitos nuevos en nuestro cotidiano, algunos que requieran de la intervención e interacción de todos los integrantes de la familia. Afianzar los vínculos es otra de las posibilidades que nos brinda esta situación.

Y como aspecto negativo, el uso excesivo de la tecnología -por la modalidad Home Officehace que nuestras hijas estén más expuestas a las pantallas y haya menos tiempo de interacción en los horarios de trabajo, alterando la comunicación entre nosotros. Tal vez en este punto habría que repensar la cantidad de tiempo en el cual estamos disponibles mediante esta modalidad, obviamente cuando los niños están todo el tiempo en casa. Esto favorece el aumento del interés de parte de las niñas por su uso, cuando conocemos estudios que no recomiendan tanta exposición durante la niñez.

Y por otra parte, el aislamiento total, en casos extremos como este, genera cambios emocionales en cada uno de los participantes de la familia. Éstos son recepcionados de diferentes maneras y en algunas ocasiones esas emociones son negativas, resultando perjudiciales en nuestro accionar: contestaciones no habituales y menor tolerancia en determinadas circunstancias pueden ser algunos ejemplos. Por el contrario, en lo diario, cuando cada uno tiene sus diferentes actividades fuera del hogar, suelen no aparecer ya que uno concentra toda su elasticidad y tolerancia en las 5 horas activas que solemos pasar, por ejemplo, de lunes a viernes en ocasiones "normales".

ESTABLEZCAMOS PRIORIDADES

Lorena | 43 años –Licenciada en psicopedagogía, Docente.

El aislamiento nos obliga a parar, volver a encontrarnos en lugares comunes que habitualmente pasábamos por alto, con las arduas rutinas cotidianas. En ese encuentro rescato las largas sobremesas en familia, los juegos con mis hijos, bailes, rincones olvidados de la casa, las charlas telefónicas que el whatsapp y los mensajes fueron reemplazando. Escuchar al otro sin apuro, sin tiempo...

No sé definir cuantas de estas cosas podrán ser sostenidas en el tiempo con el ritmo de vida habitual, pero sin duda conectarme con todo esto me hace muy bien, lo redescubri y me ayuda mucho por estos días.

EN MI CASO, RESCATAR LAS RUTINAS, ESTABLECER PRIORIDADES, CONECTARME CON LAS COSAS QUE ME HACEN BIEN FÍSICA Y EMOCIONALMENTE ME AYUDA A SOSTENER EL AISLAMIENTO.

VIVIR EN PAREJA

Nicolas | 34 años –Actor

Como aspectos negativos en esta cotidianeidad, encuentro la dificultad de encontrar momentos de y para uno. Pero también rescato muchas cosas positivas en este compartir, como tener largas conversaciones; poder salir de la vorágine del día a día, lo que permite poder dedicarle tiempo de calidad a las cosas que nos proponemos hacer; dedicarnos comidas; tener más paciencia para no ir al choque; y aprender a respetar los momentos de nuestra pareja.

ESPERO QUE ESTO QUE NOS TOCA ATRAVESAR, NOS SIRVA DE ENSEÑANZA PARA MEJORAR COMO SOCIEDAD.

No puedo imaginar qué pasaría si de ahora en más nuestra vida cotidiana, tal cual conocíamos, cambia; y tendríamos que afrontarla aislados, sin poder abrazar o besar. Eso tiene que ser la chispa que nos haga hacer el click.

Espero que nos demos cuenta del papel que jugamos y del rol que queremos afrontar en esta vida que es única, irrepetible y de la que todavía nos espera con un sinfín de cosas por descubrir.

COMPARTIR 24 X 7

Juan | 17 años –Estudiante del nivel secundario

Con respecto al vínculo familiar y la convivencia permanente creo que salen a la luz muchos aspectos que se podrían considerar negativos, nadie está preparado para pasar tanto tiempo viendo a las mismas personas 24 horas, los 7 días de la semana; las relaciones comienzan a deteriorarse y empiezan a surgir cada día nuevos conflictos. Algunos buscan alejarse, tomar distancia pero no todos tienen el espacio para hacerlo.

Los días se vuelven monótonos y nos quedamos sin cosas para hacer, la ansiedad por salir crece cada día, al principio eran las ganas de salir a verte con tus amigos, a ir a entrenar, pero ahora, después de dos semanas, son simplemente ganas de salir de casa, de cambiar de aire.

Cuando me pongo a pensar, agradezco la buena relación que tengo con mi familia y pienso en lo malo que debe ser para aquellos que no tienen esa suerte. Por el otro lado, podemos ver aspectos positivos de esta convivencia obligatoria: todos en la casa estamos en la misma situación, todos queremos salir, todos queremos ver a otras personas, pero todos sabemos que esta es la manera de cuidarnos, asi que trabajamos juntos para levantar los ánimos y hacer que todo se vuelva un poco más ligero.

¡HABLAMOS DE CUALQUIER COSA, JUGAMOS Y NOS REÍMOS DE TODO! POR ESO CREO QUE, DENTRO DE LO MALO, PODEMOS ENCONTRAR COSAS POSITIVAS

Con respecto a la educación y, en específico, el colegio, no estoy totalmente de acuerdo con la manera en la que abordaron el aislamiento y la suspensión de clases. Cada materia está obligada a enviar, por semana, actividades para que los alumnos las resuelvan desde su casa, con la esperanza de no perder el ritmo del año y, cuando termine la cuarentena, poder seguir de acuerdo a lo planeado. En mi opinión, un archivo en pdf con actividades no está ni cerca de lo que sería una semana de clases, no hay un profesor explicando qué tenés que hacer y cómo. Creo que hoy en día hay una infinidad de herramientas que podrían haber sido usadas en lugar de las que se están usando. Un documento con actividades no sirve de reemplazo para una clase.

ALGUIEN PIENSA EN LA NIÑEZ

Mailen | 12 años –Estudiante del nivel primario

Para mí es necesario el aislamiento para prevenir contagios y que no se expanda más el virus. Lo que más me gusta es pasar tiempo en casa -que casi nunca paso-, y hacer algo nuevo y distinto (la cuarentena); pero lo que menos me gusta es cuando el aburrimiento se apodera de mi.

Haciendo una clase virtual se aprende distinto, no sé si más, pero a mí no me resulta más difícil y me gusta mucho más! Lo que más extraño es verme a la cara con mis amigos porque una videollamada no es lo mismo.

Para mí ninguna materia es difícil, pero tal vez música y plástica me gustaría más que sean en el cole.

La tarea la hago sola y a veces ayudó a mamá con la tarea de mis hermanos, especialmente la parte virtual. Las maestras son mejor en persona.

LAS FRONTERAS Y EL SER

Antonella | 21 años - Estudiante

Venimos viajando hace mucho tiempo por Latinoamérica, en nuestra camioneta junto a mi novio y nuestro perro. Cuando nos enteramos que se decretó a la epidemia del coronavirus como una pandemia -por lo cual se empezó a recomendar el aislamiento preventivo- nos encontrábamos en el país vecino de Brasil. En realidad, no llegamos a estar aislados del todo porque no nos dejaron los vecinos de diferentes lugares. Quisimos hacerlo para cuidarnos y cuidar a los demás, pero el miedo y el prejuicio de las personas que nos veían, siendo viajeros y de otro país, no nos lo permitió. Enseguida nos denunciaban y la policía nos echaba sin poder darnos una respuesta de qué hacer o a dónde ir.

Desde mi experiencia el comportamiento de una gran mayoría es el prejuicio total, cero empatía y lejanía absoluta. De ser aquellas personas "valientes que se animan a cumplir sus sueños y vivir de esa forma" pasamos a ser una amenaza total sólo por tener una patente extranjera. Un sólo vecino se acercó a hablarnos, a escucharnos y pedirnos disculpas por todos los demás. En momentos así, el miedo es el que rige en el compartimiento de la mayoría y desde ese punto es muy difícil poder solidarizarse con el prójimo.

Creo que en este tipo de momentos tan críticos es donde la persona se muestra tal cual es, no hay lugar a la falsedad. Desde mi experiencia, lamentablemente, viví el "sálvese quien pueda", pero sé que mi experiencia no es la totalidad de la sociedad.

REALMENTE EXISTEN ESAS PERSONAS SALVADORAS O "HÉROES", Y AUNQUE QUIZÁS SEAN LOS MENOS, SON LOS QUE NOS TERMINAN SALVANDO A TODOS COMO SOCIEDAD, SON LOS QUE AYUDAN DE VERDAD, SON LOS QUE HACEN TODO LO QUE PUEDEN Y MÁS POR EL OTRO

Ahí está mi admiración y ejemplo. Saber que existen los individualistas y no tener una mirada ingenua de la realidad, pero darle lugar y relevancia a los que suman y ayudan de verdad.

EPILOGO

Gabriel Ghigliazza | 38 años.

Y llegó el día que todos entendimos que era necesario mirarnos hacia adentro y preguntarnos qué estábamos haciendo mal, de aceptar que todo aquello que teníamos como rutinario e imposible de modificar se dejó de hacer y fue posible, vos y yo lo hicimos.

ENTENDIMOS QUE EL MUNDO NO ES UNA SUMA DE INDIVIDUOS, SINO UN GRAN EQUIPO –ASÍ COMO FUNCIONAN LOS EQUIPOS QUE LOGRAN SUS OBJETIVOS-, Y QUE NADIE ES MÁS GRANDE QUE EL OTRO SINO LA SUMA DE TODOS, Y FUE CLAVE

Entre todos nos ayudamos a entender que era necesario que cada uno cumpliera su rol. Necesitamos del desconocido, de un vecino, un amigo, un padre, de un mensaje de WhatsApp, de una reunión virtual con las amistades de toda la vida. Algunos con mayores dificultades que otros, pero fuimos comprendiendo el camino al “éxito”, el autocontrol. Entendimos que no es por el bien propio sino por el bien común; por el desconocido y por el conocido; todos trabajamos codo a codo. En este caso, tal vez fue el miedo el que nos hizo más inteligentes, más sabios, más solidario con el prójimo.

Pero finalmente, ese momento que deseamos con tanta fuerza llegará. Caminaremos libres por la calle y nos asombremos por la mirada de un desconocido, el canto de un pájaro, una ráfaga de viento, y así, quizá, valoremos la compañía, mucha o poca, pero presente. La lluvia quizá ya no moleste más, que sea a cántaros o en pequeñas gotas de llovizna, y que moje nuestra ropa yendo a trabajar, tal vez, ya no sea un problema sino un agradecimiento a la vida que una vez más triunfo por sobre la desesperanza, y disfrutemos de la primavera.

Allí estará ella, esperándonos, la madre naturaleza, sabía cómo nunca, fuerte y renovada, con su anhelo de que hayamos aprendido a extrañarla lo suficiente durante todo este tiempo para valorarla lo que sea necesario. Ese día, nos va a mirar a los ojos, y nos hará un guiño… una vez más, como tantas otras veces, y nos dejará elegir nuevamente el camino… ese que nos lleve indefectiblemente hacia nuestro futuro, el de nuestros hijos y próximas generaciones, esperando que todo lo que pensamos y prometimos en nuestro aislamiento sea suficiente. Todo lo que anhelamos por fotos y esos aromas en sueños, para despertarnos una y otra vez deseando que el aislamiento se haya terminado de una vez.

Ese momento será tal vez un “barajar y dar de nuevo”. Sin culpas, reproches, ni señalamientos sobre tal o cual responsabilidad. Para tantos otros, que sólo esperan para continuar con sus vidas y retomar a la normalidad una vez más, como si nada hubiese pasado, como si sólo fuera una pausa, un descanso dentro de la dura rutina, para ellos otra vez se habrá perdido el partido antes de empezar. Una chance única.

Estoy seguro que como siempre, serán los menos. Aquellos leones sordos que no nos dejarán disfrutar, una y otra vez, la buena música de la vida. Ojalá ese día pueda triunfar la esperanza, que los diarios hablen de que lo que entendíamos que era la minoría, seamos mayoría; ojalá olvidemos las diferencias para crecer en las fortalezas, y que las distancias se vuelvan cercanas para que juntos, y definitivamente, apostemos por el bien común.

A las claras quedó, una vez más, a los ojos de todos, en este bendito mundo globalizado, que nadie se salva sólo. Que si existe una persona desprotegida, difícilmente, yo pueda estar bien y viviendo plenamente, por más que tenga todos los bienes y comodidades del mundo terrenal. Cuando salga de mi pequeño entorno estará allí, esperándome para demostrarme que aún nada he aprendido, nada ha cambiado.

No dejemos pasar esta oportunidad histórica y mundial de salvarnos todos juntos, jugar unidos al mismo juego, que no fue en vano el sacrificio de muchos, y menos aún de aquellos que dejaron su vida en el camino. Aceptar el desafío y jugar la carta más preciada, esa que guardamos para el momento indicado.

SEAMOS DE UNA VEZ UN GRAN EQUIPO, DONDE NADIE ES MÁS IMPORTANTE QUE TODOS JUNTOS. SIN IMPORTAR LAS DIFERENCIAS SOCIALES, RACIALES, DE CLASE Y POLÍTICA, O LO QUE FUESE. TODOS CUMPLIMOS UN ROL MUY IMPORTANTE, Y QUE EL ÚNICO GRAN OBJETIVO SEA, SIEMPRE, EL BIEN COMÚN

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