Detalles de la última obra de Clorindo Testa: una biblioteca dentro del Centro Cívico que él proyectó hace 50 años.
VIVIAN ACUÑA. Especial para Clarín.
En su nueva Biblioteca para la Cámara de Diputados de La Pampa, Clorindo Testa apeló a la tecnología disponible en la Argentina y generó una belleza escultórica que sólo se descubre con el movimiento del espectador. Además, cuando Testa decidió abrir la sala de lectura al paisaje del Centro Cívico de Santa Rosa transgredió la idea de edificio único de carácter público y la tipología tradicional de biblioteca cerrada al entorno. La forma y la implantación del nuevo edificio logran diferenciado del conjunto existente y del lindante Palacio Legislativo, proyectado también por Clorindo Testa en distintas etapas (ver La Pampa: ... en pág. 15). En diálogo con Diario de Arquitectura, Clorindo justifica su decisión de diseñar un edificio totalmente diferente a los que creó hace más de 40 años: "Si tenés libertad de pensar, de dibujar, de proyectar, de pintar no tendría sentido continuar haciendo lo que se hacía antes", afirma. Así, el contraste con el edificio existente, se intensifica cuando la cubierta curva de la biblioteca cae hacia el parque. Este pequeño edificio de apenas 565 metros cuadrados que proyectó Clorindo junto al arquitecto Miguel García, nos invita a disfrutar de la arquitectura, de su imagen y del placer de la lectura. Testa afirma que siempre se basa en hacer las cosas como le gustarían para sí mismo: "no soy uno de esos lectores que se encierran, sino al contrario, me distraigo, me gusta mirar para afuera. En la Biblioteca Nacional, lo fantástico es que podés ver el río; y en la hemeroteca, el parque y el gomero. Creo que eso es lindo. Lo otro, en cambio, es como si te dijeran: tenés que leer y nada más, no te tenés que distraer". Desde esta perspectiva, Testa incorpora las visuales al paisaje y diseña un sistema lúdico de pequeñas ventanas que diseminan la luz dentro de la sala de lectura y enfatizan la amplia curva de la cubierta.
Magia plástica. El funcionamiento del edificio se resuelven con sencillez, lo mismo que su
estructura. La geometría de la planta, un rectángulo formado por dos planos paralelos de hormigón armado, que contienen cuatro pórticos, se condice con el simple funcionamiento del edificio; pero la complejidad de la estética escultórica de Testa se opone al tradicional edificio público, hasta contrastar con su propia obra vecina. El techo curvo llega al piso por dos de los lados del edifico y define los cerramiento s de esos sectores. La sala de lectura general se ubica en la planta baja, y la correspondiente a los legisladores, en el segundo nivel; conectada a la Cámara por un puente rampado. Así, plantas baja y alta comparten una doble altura. El sub suelo se destina al depósito de libros. A su vez, dos volúmenes pequeños se adosan al principal y juegan un contrapunto formal. En uno de ellos se resuelve el acceso de público; en el otro, un sector de lectura para chicos. La forma curva del techo-pared sufre un corte oblicuo en su cara oeste. Esto genera un declive torsionado en la cubierta que conjuga con la dirección del puente que conduce a la Cámara. Para reforzar ese efecto plástico, una rotunda pieza de hormigón toma el desagüe pluvial. Al girar, sobre las fachadas planas, la norte y la sur, la cubierta desaparece, sólo se insinúa en los quiebres del plano de hormigón, donde se inician las líneas curvas de los pluviales expuestos. Todo esto sugiere una cierta ambigüedad en la cual, lo que se oculta a la mirada en un sentido, se descubre en otro. En las fachadas, las curvas y discontinuidades provocan una expresión lúdica que junto a la geometría ortogonal de carpinterías y parasoles de aluminio genera un rico despliegue de diversidad de tamaños y horadaciones del plano, en el que las columnas también emergen sobre la superficie para ocultarse, sin llegar a exhibir su función estructural. La libertad formal que ejerce Clori?do es el resultado de interpretación subjetiva del programa y la historia. Miguel García nos cuenta que, en esta obra, Clorindo vuelve con la analogía del animal, un caparazón prehistórico pampeano, que se sugiere en fragmentos de la cubierta y las fachadas. "A su vez, el color amarillo remite al paisaje invernal de la provincia, cuando el pasto se quema por las heladas y vientos", agrega. El espacio interior parece un fragmento de la esfera celeste. Así, Clorindo nos vuelve a sorprender al utilizar una tecnología simple para producir un lenguaje complejo, que cualifica tanto el uso del espacio interior como la vida urbana de la capital pampeana. "Tenés que adaptarte a lo que podés hacer acá, y lo hacés encantado; yo no tengo ninguna necesidad de hacer un techo de titanio", nos aclara. Quizá sea esa la diferencia entre la biblioteca nueva y la Palacio Legislativo existente: los materiales, el hormigón y la chapa, señalan una continuidad que el uso expresivo modifica. Todo nos muestra una libertad que desafía el transcurso del tiempo.
Una paradoja de fin de ciclo Como una paradoja irónica de la arquitectura argentina, la nueva biblioteca del Centro Cívico de La Pampa cierra un círculo que se abrió en 1956, cuando C1orindo Testa ganó el concurso para construido. En ese entonces, La Pampa soñaba con un Centro Cívico acorde a sus />ambiciones de crecimiento y en sintonía con el "promisorio futuro argentino". Testa construyó ese sueño en clave brutalista. Parasoles, porciones de escultórico hormigón visto y colores primarios le pusieron arte a grandes edificios con amplios espacios abiertos. Campeón universal de los concursos pampeanos, Testa ganó en el 73 y en el 81. Menos corbusierano en esas etapas, sus propuestas seguían jugando con los parasoles y los materiales y colores rústicos. Ahora, cincuenta años más tarde, Testa no quiere seguir obedeciendo a un Le Corbusier de museo y ni siquiera al Testa modelo 56. Su obra parece una intervención barrial en medio de un parque de gigantes instituciona1es. Se dio el gusto. Por
Miguel Jurado
La Pampa: territorio de Testa La nueva biblioteca que se anexó al Palacio Legislativo pampeano, fue encargada a Clorindo Testa por la Gobernación de la provincia dado el papel preponderante de este arquitecto en el desarrollo de todo el Centro Cívico. Miguel García, arquitecto y artista plástico, desarrolló el proyecto y dirigió la obra en Santa Rosa. El Centro Cívico de Santa Rosa es un proyecto que Testa ganó por concurso en 1956, junto a los arquitectos Francisco Rossi, Augusto Gaido y Boris Dabinovic. La primera etapa abarcó el edificio para la Gobernación, la Terminal de Omnibus y la gran plaza urbana. Diecisiete años más tarde se concursó el Palacio Legislativo que también ganó Testa con los arquitectos Gaido, Lacarra y Rossi. En 1981, Testa se vuelve a adjudicar un concurso pampeano, esta vez para ampliar la Casa de Gobierno, los Ministerios y sumar un Centro Cultural. Esta etapa aún no fue construida.