Obras maestras del terror

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¨El almohadón de plumas¨

Había una vez una chica llamada rosa era rubia con ojos azules, vivía en una casa en el norte que tenía un almohadón de plumas blanco y negro y un día este empezó a caminar con piernas negras este en peso a seguirlo. Después mucho tiempo lo pude agarrar. Cuándo lo abrió se dio cuenta de que había un gato negro con manchas negras, entonces se murió por el susto nadie supo cómo murió cuando la sepultaron no decía como murió por que nadie lo sabía porque en el almohadón no había nada pero un día en otra casa con otra persona el almohadón se cobró otra víctima.

Bruno Rozenfeld.


“Me regalaron una muñeca¨


Me regalaron una muñeca, hoy mi mamá me llamo para comer, entré al comedor, me senté y me fijé, la comida no estaba. Fui con mi mamá, le pregunté a mi mamá si la había servido la comida. Mi mamá me dijo -si yo la serví, anda a pregúntale a tu papá si se la comió tu cena-. Fui con mi papá y me dijo -no me la comí. Volví con mi mama y me dijo -pongamos cámaras haber quien se comió tu comida. Hasta que vi a la muñeca comiendo mi comida, compré una caja fuerte la encerré pero rompió la caja. Compré silicona caliente pero se la sacó. Pensé y pensé hasta que vi que la muñeca era de goma la puse al fuego se derritió y se rindió. Había ganado comí, dormí y desayune tranquilo. Al año siguiente me mudé a Londres en la calle Miedón, la casa era gigante. Después de 4 semanas, estaba durmiendo a las tres en punto, tuve ganas de hacer pis, entonces fui al baño me senté en el inodoro, la canilla de la bacha después de 10 segundos se prendió, la de la bañera se prendió me levantó para ver, cuando llegó a la bañadera me encontré 3 muñecas distintas a las demás cuando las muñecas me vieron y me saltaron encima y me clavaron cuchillos. Después de tres semanas se dieron cuenta que estaba muerto. En el funeral cuando me estaban por enterrar se movía la caja, la abrieron y cuando giro la cabeza, estaba la muñeca.

Franco Figini.



¨Me regalan una muñeca¨ Yo soy Marcelo soy un chico muy complicado estaba todo el día en el sillón; El sillón más cómodo de todos los sillones, no me muevo de ahí nunca y encima estoy todo el tiempo mirando la tele. Mi mamá siempre me intenta sacar pero no hay forma, mi trasero estaba pegado al sillón. Un día yo estaba mirando Sport Center cuando en un instante se apagó la tele y grite-mamá ¿qué le pasó a la tele?-obviamente sin pararme, se cortó la luz y escuché -ajjj- yo estaba asustadísimo tanto que me despegué del sillón. Volví a escuchar un ruido- ajjjjjj-yo me fui corriendo, pisé una alfombra y no me di cuenta que había una grieta toda abierta. Me re lastimé y grite desesperado-mamá mamá mamá-y llorando me fui apoyando sobre mi pie lastimado llorando dije otra vez-mamá, mamá, mamá – estuve 15 minutos llorando (nunca estuvo tanto tiempo despegado del sillón) Luego fui al cuarto de mi mamá ella estaba tirada en el piso, el piso estaba sangrando y mi mamá también. Yo estaba tan asustado cuando tocaron el timbre, que pensé que era la poli y al mismo tiempo pensé que era mi muerte. Asustado abrí la puerta no había nadie miré para arriba, no había nadie mire para abajo y era una muñeca la abrí sin ninguna sospecha pero cuando se volvió a prender la tele la muñeca desapareció se apagó otra vez la tele y una mano apareció de la tele Asustado intenté no mirar pero quería saber que era, salió la otra mano toda sangrada. Yo pensé que esa mano había matado a mi mamá pero me di cuenta que esa mano tenía un cuchillo y me acordé fue asesinada por un cuchillo, luego salió un pie después el derecho luego el cuerpo y después lo más aterrador la cabeza ensangrentada y en eses momento se cayó de la tele la muñeca. Yo me fui corriendo cuando vi por la ventana un buldog, la muñeca me acorraló había abierto la ventana por si el bulldog me saltaba, me estaba por matar cuando el bulldog le mordió el pie derecho, luego la cabeza la decapitó por completo, el buldog me salvó. Cuando mi papá volvió del trabajo vio a mi mamá en el suelo sangrando lloramos durante 3 horas y 4 minutos, le pedí a mi papá si podíamos adoptar al bulldog y me dejó. Le puse de nombre “Pedrito” luego fuimos al funeral, yo llorando abracé a mi perro y así fue como Pedrito me salvó. Manuel Opphenheimer.



”El misterio de la remera” Como todos los días, me desperté a las siete AM y me fui de mi casa cuarenta y cinco minutos después. Llegué a la escuela a las ocho y cinco. Cuando entre me sorprendí muchísimo, Ari nos había dado un cachorrito a todos, el dijo que teníamos recreo todo el día pero no se podía entrar a las aulas de quinto grado. Yo curiosa le pregunté porque y él me dijo que en un rato me llamaba para explicarme………………. Pasaban las horas y no había noticias. Cuando de repente me llamó me dijo que vaya al aula de quinto y cuando llegué no solo estaba él…………… Cuando entré, no podía creer lo que veía. De repente escuché un murmullo, alguien estaba diciendo mi nombre, me di vuelta y recibí un gran golpe en la panza, una punzada de dolor por todo el cuerpo. El murmullo paró…………… Cuando abrí los ojos estaba en el hospital, en la sala de operaciones, levanté la mirada y un doctor me estaba poniendo las tripas en mi cuerpo.

Luciana Urfeig.



¨El Hospital Abandonado¨ Mi nombre es Nico, siempre fui muy estudioso e inteligente. Un día, estaba platicando con mis amigos Tom y León sobre mis vacaciones. Ellos iban a la misma escuela que yo, luego de hablar decidimos caminar por nuestro barrio durante dos minutos. Oímos un ruido desgarrador y en ese momento León dijo:- “Ese ruido viene del hospital”. Cuando llegamos, nos dimos cuenta que el hospital estaba abandonado. La puerta estaba abierta y como nos gustaba la adrenalina, decidimos entrar. Estando dentro, percibimos que el ruido venía del quinto piso. Subimos rápidamente las escaleras y cuando llegamos abrimos una puerta, una puerta de una habitación y lo que vimos fue terrible, ¡UN CADÁVER! Nos quedamos espantados, sentimos pasos detrás nuestro, volteamos y vimos un hombre de unos 40 años con un cuchillo ensangrentado. Corrimos, oímos unos pasos que nos perseguían pero no le prestamos atención, así que salimos y nunca más volví a un hospital.

Nicolás Soula.



El misterio de la remera¨ Una noche de invierno, estaba caminando por la vereda, vi un negocio con una remera. Esta era blanca y suave, decidí comprarla. Al otro día, me la llevé al colegio y los maestros dijeron que mis amigos y yo teníamos que ir a dirección. Como castigo, tuvimos que ordenar y limpiar la biblioteca, nadie va a la biblioteca porque es tenebrosa porque está llena de telarañas y polvos. Yo, particularmente no quería ir porque me provoca asco y miedo. Entramos, la puerta hizo un ruido horrible, empezamos a ordenar. De los libros salía mucho polvo que me hacía estornudar. Terminé con la primera sala, pero tuve que pasar a otra, el piso hizo un ruido terrible, ese típico ruido de madera vieja. Esto no fue todo, al entrar, las luces empezaron, de pronto a parpadear hasta que de pronto se apagaron. Me asusté mucho, sentí que mi corazón latía cada vez más fuerte. Vi una sombra, una sombra negra y un poco encorvada, tenía ojos verdes que brillaban en la oscuridad. Se escuchó su risa malévola y de pronto, escuché un gran grito, un grito agudo. Me asusté más de lo que ya estaba lo que hizo que me paralice. Volvió la luz y en la puerta de la sala vi mi remera llena de sangre, con marcas, con huellas. Salí corriendo de la sala y quise abrir la puerta y sentí que estaba trabada. Me fui en búsqueda de la puerta trasera de la sala, con la remera, grité lo más fuerte y agudo que pude y en ese mismo instante sentí un gran tajo en mi estómago. Me caí al piso y en mis últimos segundos de vida vi mi remera ensangrentada, como antes, era mi espectro …

Emma Leroy.



¨ Un Punto de Sangre¨ Era jueves, hacia frio, estaba lloviendo, y Brenda estaba en su casa. Estaba por irse a lavar los dientes y de un momento a otro escuchó un ruido en su habitación. Fue corriendo con su cepillo en la mano hasta llegar a la habitación nuevamente y lamentablemente vio tres manchas de sangre y un hueso lleno de sangre. Brenda se dio cuenta al segundo que eso era de su perro. Copo había muerto .Rápidamente, fue a avisarle a su esposo, lo encontró muerto. Miro en su cama y vio dos gotas de sangre en un almohadón, no le había prestado atención antes pero ahora no estaba muy segura de que si este tenía algo que ver. Ella se puso a pensar y pensó que si Copo tenía tres manchas y estaba muerto y su esposo tenía dos manchas y también estaba muerto, significaba que ella sería la próxima en morir pero con una solo mancha. Clara Vasconcelos.



¨ La Previa al almohadón de plumas¨ Había una vez un almohadón que era muy suave, estaba relleno de plumas. En la habitación había manchas de patitas sangrientas en el piso. Al terminar el rastro estaba mi perro todo rancio y podrido, estaba muerto. Miré hacia un lado y al otro, lo único que pude ver era mi reloj. Era un viernes a las 13 hs y de un momento a otro escucho: “Camila” y pregunté ¿Quién está ahí?,- ¿Cómo sabés mi nombre?- Estaba tan asustada que me fui corriendo al baño pero… en el espejo veía una sombra extraña. Tenía el pelo cubriéndole la cara aunque se le veía un poco el ojo, una vez más tenía miedo, entonces busqué en Google “Sombra espantosa en el espejo”, lo que decía era que si decís tres veces en el espejo BLOODY, Mery te aparecerá detrás. No dudé en probarlo, fui y lo hice asustada. Probé ver si eso era real o no. Apareció detrás de mí, salí del baño y me tropecé con la almohada, me caí y me raspé la espalda con la mesa de luz. Una vez en el piso, con mi parte trasera llena de sangre vi que la almohada se empezaba a mover y que de ella salía algo que parecía una mano. Esa misma mano me empezó a agarrar la pierna cada vez más y más. De la nada percibí que solo mi cabeza estaba fuera de la almohada y recordé que mi papá estaba en mi cuarto, así que le empecé a gritar, miré pero no vi a nadie. Pero hoy volví, estoy acá, contándote esta historia pero no me ven; ¿Cómo llegué? Esa historia, te la cuento otro día.

Julieta Waisman.



¡El Dr. Terriblis!

ATAQUE DE LAS HORMIGAS

Hoy les voy a contar una de las tantas historias que tuvo la Torre Eiffel como protagonista, aunque no hay muchas. Una vez, en el año 1899, había unas hormigas que formaban un Imperio, llamado “Las Hormigas Justicieras”. A ellas no le gustaban la Torre Eiffel, ¿Por qué?, ellas creen que dicha torre gastaba muchos recursos solo para un adorno bonito…entonces pensaron desarmar la Torre Eiffel. Su plan era así: A la noche, piensan llevar todas sus hormigas hasta la torre, tirarla y llevarla al Hormiguero en pedacitos, limpiar las partes, y dársela a los pobres… Pero las hormigas, ya intentaron eso en 1887, ¿Entonces por qué lo intentarían otra vez? , bueno en aquel momento fallaron. ¿Por qué? se preguntarán. Porque las Hormigas no eran tan fuertes, no son Superman después de todo. Así que, un Grupo de Hormigas Científicas y Electricistas (las hormigas están avanzadas según su biografía, pero no tan avanzadas) empezaron el Proyecto: Guantelete Infinito (chiste) desde 1888 hasta 1899, después su nombre cambio a “La Palma de la Fuerza”. La Palma estaba finalmente lista, junto con otros modelos, como el X. Todas las Hormigas estaban preparadas para este “ataque del desarmo” según ellas. Prepararon a la Reina Hormiga en su Trono con su ayudante Toto. Empezaron su plan a las 7:08 p.m. , llevando las Palmas fueron y agarraron cada una y todas las piezas de la Torre, incluso una pequeñita piecita e iban devuelta al Hormiguero a Descansar. A la mañana, paseaban por la calle en un disfraz que hizo Toto con ayuda de Mohammed, su amigo, y les daban las piezas a los Pobres. Las hormigas, habían logrado dar todas las piezas a los Pobres, ¡Hurra! , fue un festejo, excelente…

Pero de repente….¡¡EL CONTROL DE PLAGAS CAPTURARON A LAS

HORMIGAS JUSTICIERAS!!

¡La policía, había recuperado las piezas de los pobres, (por dinero) y rearmaron la Torre!! ¿Pero qué fue de las Hormigas al final? , simple, Fueron adoptadas por un Niño de 14 Años llamado Alfredo. Eliseo Furland.



¨La Muñeca¨

Nico y Lucy estaban en la casa embrujada. Eran aproximadamente las 3 AM y mientras caminaban encontraron un libro que en el instante comenzaron a leerlo. Se trataba de un monstruo que decía despertarse de debajo de la cama con un cuchillo. ¡Ahhhh, que susto! Cuando cerró el libro, el monstruo estaba ahí, ahí abajo y Nico gritó “¡Cuidado!” Claramente, no era un libro cualquiera, era uno diferente a los demás. De él, cayó un papel, un papel quemado que también los chicos decidieron abrirlo. Estaba lleno de leyendas de monstruos enfermos, una de ellas era “El monstruo debajo de la cama” quien tenía a su personaje con la enfermedad del sueño. Al nombrarlo, escucharon un ruido, miraron hacia atrás y … ¡ESTABA AHÍ! Debajo de la cama del salón. ¡AHHHH! Gritó Lucy, camino a la sala de arañas. Desde ahí, una muñeca gritó a Nico: -

“¡Que rara es!, tiene los ojos rojos, ¿qué le habrá pasado?”

También sus piernas tenían polvo, un vestido rojo con flores y un collar muy roto. Lucy y Nico, estaban muy nerviosos, no sabían que era lo que estaba pasando. La muñeca aún seguía caminando. Mientras andaba decía “están asustados pero no se escapen, vamos a jugar” y los niños empezaron a correr. Corrieron lo máximo que le daban las piernas hasta que vieron un cartel que decía NO PASAR, lo que hizo que la niña se pregunte “¿Qué hacemos?, porque esta es la única opción”. Apenas entraron, se encontraron con una remera, pero esta era diferente porque tenía manchas de sangre y esta no estaba seca, Nico la toco y estaba húmeda, fijándose en los detalles se dieron cuenta que no tenía ningún agujero ni corte. El, fue a la sala de ciencias a hacer unos estudios y después de un rato gritó: “¡Lo tengo!”. A lo que Lucy solo respondió: “SHHHH, no hagas mucho ruido” ¿Quién fue el que hizo todo esto? Remató y en respuesta su amigo le dijo “El culpable de todo esto fue…” mientras desaparecía. La leyenda cuenta que apareció en una casa embrujada, la casa de Willy. Ambar Beitelmaker



¨El muñeco¨ Bauti estaba paseando a su perro. Tenía 13 años y era muy buena persona y amaba el deporte. Vivía cerca del barrio Chueca (así lo conocían, lleno de casas abandonadas). Una vez allí, vio una mano saliendo de debajo de un auto antiguo, su corazón empezó a latir rápidamente, con los ojos entreabiertos se fijó, porque del susto no era capaz de tenerlos del todo abiertos y vio que era un muñeco medio gastado. Allí, decidió llevárselo a la casa para investigarlo. Le daba miedo, por eso solo lo analizaba un breve momento al día y descubrió que era del siglo XIX, dato que lo dejo más que satisfecho. Se fue a la cama y se durmió. Al otro día al despertar, no encontró al muñeco por ninguna parte de la casa. Buscó en el living, en el cobertizo pero no lo halló. Solo un lugar de su casa quedó sin revisar, el ático. Subió aterrorizado y allí estaba el muñeco, lleno de sangre, como no se animó a tocarlo, le tiró con un tenedor que estaba en el suelo y en ese momento el muñeco desapareció. Pensó que se lo había clavado y lo había matado, pero sintió que algo lo tocaba y allí estaba, tocándole el pie… Tomas Peretti.



¨Me regalaron una muñeca¨

Había una vez un chico llamado Richard, de 20 años que vivía en una casa grande y antigua, tan grande que tenía diez cuartos. Como era en Rusia, tenía mucha calefacción. Tenía a su madre viviendo con él y a su padre, Ana y Williams y una hermana, Margo que solo tenía 17 años. Él tenía el pelo marrón al igual que sus ojos. Un día, su madre lo mandó a comprar comida. Se olvidó donde quedaba a lo que le preguntó a un señor mayor que pasaba por ahí, el hombre le respondió que estaba en una esquina llamada “De por ahí” a lo que Richard se dio vuelta y vio que el nombre de la calle era tal cual se la habían dicho: “De por ahí”, se dio vuelta para agradecerle, pero ya no estaba más. Llegó a la tienda donde debía comprar, era antigua junto con los vidrios de la vitrina, que estaban rotos. Allí había sentada una muñeca terrorífica. Entró al local y vio al mismo hombre mayor, pero esta vez aún más pálido, tenía la cara totalmente blanca. La ropa era la misma, negra y sucia y no se movía, estaba tieso. Richard decidió decirle hola, pero nadie le respondió, solo movió su mano señalando la muñeca y en ese instante vio que al lado de la misma había un papel con unas letras que formaban la palabra “LLEVAME”, no era un papel con letras ordinarias, era un papel escritos con letras de sangre. De la nada, se cortaron las luces y se trabo la puerta de entrada. La única luz que había, venia de una de las vitrinas y desde allí se veía a la muñeca cantar una canción terrorífica mientras tambaleaba su cabeza. Richard rompió la puerta con todas sus fuerzas, escapando y corriendo llego a su casa, abrió la puerta y allí estaba la muñeca con sangre en los ojos, tenía una sonrisa malévola. Richard intentó escapar una y otra vez pero la puerta jamás se destrabo. Nuevamente, el juguete macabro comenzó a cantar a lo que el joven gritó: “¡AHHHH!” Desde ese día, sus padres no durmieron nunca más. Joaquin Rebagliati.



¨Mi Hermano¨ Era una tarde lluviosa de viernes, mi papá estaba durmiendo mientras mi hermano y yo estábamos jugando al FIFA `19. Mi hermano se fue al baño, me dijo que no tardaba mucho, me pareció raro porque jamás me dice eso, de todos modos no le di mucha importancia. Luego de que pasó un buen rato y aun no volvía me empecé a preocupar un poco. Me fui a fijar si aún estaba en el baño y no estaba, solo había una remera de River llena de sangre. Llamé a mi papá que estaba en el piso de arriba, bajó corriendo y cuando aún no había terminado de bajar las escaleras escucho unos pasos, los del asesino. Me pidió que llame a la policía y a los doctores, pidiéndome que también le alcance el cuchillo que estaba en la parrilla, le di el cuchillo, llamé a la policía. En realidad yo estaba sin entender que pasaba porque era la primera vez que pasaba por una situación así. Aunque exaltado, relaté lo que había pasado a mi padre, luego él se lo narró a la policía y arrestaron al asesino. Los doctores consiguieron salvar a mi hermano. El juez, después de condenar al delincuente decidió darle a la familia un cheque con

100.000 dólares como retribución por la entrega del

malhechor, el más buscado de América Latina. Todo terminó mucho mejor de lo pensado, solo dejo una gran marca en la memoria y en el pecho de mi hermano. Evo Hurtado.



¨ El misterio de la Remera¨ Me despertó el incesante sonido de mi teléfono a las 4 AM. Decía llamada del manicomio, decidí contestar y era un loco. Me habló durante una hora y ahora les voy a contar lo que me dijo: -“Hola, me llamo Fede y me acabo de escapar del centro psiquiátrico en el que estaba internado.” Estábamos en casa, viendo la TV con mis papás, al rato, mi mamá escuchó un ruido, ¡TOC, TOC! Fue a ver quién era y era un hombre que vivía en la calle, con la ropa sucia, rota, barba larga y ¿con manchas de sangre?, ¿por qué tendría sangre?, me parecía raro. El hombre, le preguntó a mi mamá si podía comer con nosotros, a lo que mi mamá le respondió un rotundo sí. Al terminar la cena, el señor le preguntó a mi padre, si podía usar su máquina de afeitar y como respuesta obtuvo otro sí. Ya eran las 10 PM, por lo que fui a buscar a mi mamá para que me acueste… No estaba, solo mi papá que se quedó viendo la tele, el me pidió que tire la basura, abrí el tacho y … allí estaba mi mamá, toda descuartizada, me desmayé por una hora y cuando me levanté fui en busca de mi padre pero no estaba, me di la vuelta y el hombre que entró de la calle estaba comiendo su corazón. Me encerré en mi cuarto, llamé a la policía, pasaron 5 minutos y allí estaban, llegaron muy rápido. Cuando el visitante los vio, se suicidó. La policía al entrar a casa vieron todos los cuerpos y me culparon a mí, quise explicarles todo, pero no me creyeron y me obligaron a usar la remera ensangrentada toda mi vida.

Federico Vitacca.



¨Casa Vieja¨

Un día estaba en mi casa cuando mis papás me dijeron que nos íbamos a mudar ese mismo día, como no sabía cómo reaccionar, solo me enojé y me fui. Cuando llegamos, me metí a explorar. Era una casa enorme, negra, vieja, tenía las ventanas tapadas con tablones de madera y clavos. Al entrar, lo primero que vi era una muñeca, una muñeca muy apagada, sin colores, toda gris, blanca y negra. Tenía una pollera gris, unas calzas blancas y unos zapatitos negros. Su pelo era lacio y negro pero no le di importancia y me fui a dormir. A la noche, escuche un ruido y era como alguien se movía dentro de mi casa. Quise agarrar mis anteojos pero no estaban.

Juan Rossi Faivre.



¨Lo Previo al Almohadón de plumas¨ Era un domingo por la noche alrededor de las 9:30 PM, llovía y estaba en mi cama tomando leche chocolatada cuando escucho un ruido… Cuidadosamente, salí de mi cama para ver que estaba pasando… Pero accidentalmente derramé en mi almohada blanca y suave mi vaso de chocolatada. Era obvio que no podía apoyar mi cabeza ahí, recordé que había comprado un almohadón de plumas a un hombre que vendía en la calle hacía ya un tiempo, así que agarré la almohada sucia y la puse para lavar, después abrí mi armario marrón y agarré mi almohadón de plumas, ese que había comprado. No me convencía mucho, era de color marrón gastado pero bue… Ya siendo las 22 horas tenía sueño, me recosté en mi cama luego de acomodarla. En cuanto apoyé la cabeza, sin saberlo, salieron un par de arañas peludas, negras y con ojos rojos. Me asusté pero no tanto porque ya me habían pasado cosas peores, hasta ahora. Esa noche, las luces comenzaron a prenderse y a apagarse. Aparecieron ruidos como pasos y puertas abriéndose a lo que yo no me atrevía a salir de mi cama, intentaba dormirme para olvidarme de esos ruidos y las arañas pero cuando me giré para apagar la luz vi algo muy particular, ahí estaba, en la puerta de mi cuarto. Había una sombra con un hacha en la mano. De un momento a otro, sonó un trueno, la sombra comenzó a acercarse a mí y de la nada todo se apagó. No recuerdo muy bien que pasó, solo se que ahora mi espíritu vaga por las calles vendiendo almohadones de plumas y luego ronda por las casas con un hacha para robar, ingresando a las almohadas buscando poder descansar en paz. Francina Weissfeld.



“La Previa al almohadón de Plumas¨

Un viernes 13 a las 3 AM, cuando estaba durmiendo, sentí un temblor en mi cabeza y me desperté y me di cuenta que no era mi casa la que se movía, sino que era mi cama, no, ¡esperen! Era mi almohadón de plumas. Uno muy viejo, de mi abuela que se lo dio a mi mamá y ella me lo dio a mí. Pero nunca me había dicho que se movía o algo raro. Sentí algo en mi mano y era sangre. Grité tan fuerte que el perro de mi vecino casi se queda sordo. Salí corriendo de mi habitación, cerré la puerta y corrí al baño. Mientras estaba ahí, vi al almohadón en el inodoro, tire la cadena y se fue por el desagüe, prendí la tele y de casualidad vi una publicidad de almohadones de pluma idénticos al mío. Me asusté más y más hasta que me di cuenta que estaba sentado arriba de un almohadón de plumas…

León Salday



¨El misterio de la remera¨ Una tarde estaba caminando por la calle con mi mamá, mientras paseaba vi algo que tenía el pelo marrón, tenía un vestido rosa con flores celestes y los ojos negros. Era una muñeca. Era la más linda, así que no entendía porque estaba tirada en la calle. Le insistí muchísimo a mi mamá para llevármela, pero mi mamá me decía que no. –“No podes agarrar cosas del piso” – dijo mi mamá. –“no sabes en donde estuvo”. Me enojé porque no me dejaba llevar a la muñeca. Mamá se adelantó y a sus espaldas, agarré la muñeca y la guarde en mi mochila. Cuando llegamos a mi casa, sin que mi mamá se dé cuenta, la lavé. La lavé con un jabón riquísimo, era de fresa. Terminé de secarla y me di cuenta de que su pelo es rubio y sus ojos eran celestes. Sus ojos estaban tan sucios que parecían negros. Jugué y jugué con ella, cosa que me divertía muchísimo. Una noche olvidé taparla con su mantita y no me preocupé para nada, me fui a dormir un rato. Después, me desperté porque escuché un ruido que venía de la cocina. Me asusté un poco, así que fui para allá. En el pasillo, vi unas manchas rojas, llegando a la cocina, abrí la puerta y vi a la muñeca llena de sangre y con un cuchillo en la mano. La sangre se derramaba por el cuerpo de la muñeca, me asusté mucho así que corrí a mi cuarto. Llegué, me tapé en mi cama, vi que se abría la puerta, era mi mamá. -“Buenos días dormilona”- dijo ella. Resultó ser un sueño todo. Baje a la cocina y toda la sangre había desaparecido, las tostadas recién hechas me tentaron demasiado, pero aún más con mermelada.

Amalia Terruzzi.



¨El anillo del pastor¨ En el bosque de Pancho vivía un señor llamado Gerardo Manioni. Él era muy amable, generoso y gentil. El día 15 de junio, a media mañana, pasando el frio del invierno, vio a lo lejos un pastor. Un pastor que estaba en una casilla de piedras, al lado había una fogata para que no tenga tanto frio, para ir a la casilla, había que cruzar un puente que estaba destruido, el pastor primero se asusta pero luego toma confianza y le da un anillo a Gerardo. Dos días después, Gerardo se da cuenta de que se podía hacer invisible con el anillo y piensa que así podía hacer muchas cosas. Primero, se le ocurrió que podía jugar al Cropogo. Saliendo del hoyo 4, sintió el viento acariciándole la cara y una vibración interna que nunca había experimentado. No le dio mucha importancia, porque siempre en el invierno se levanta un viento helado, estaba por empalar y no podía, no podía empalar la bocha. Estaba estresado y enojado. Luego de un rato intentando hacerlo, se sienta, se da vuelta y ve a su mismo cuerpo tirado en el suelo, muerto.

Galo Rodriguez Vercelli



¨Pastito¨ La semana pasada se mudó un científico loco a un campo. Él estaba muy loco desde que murieron su hija y su esposa, ellas tuvieron un accidente de auto. Desde ese momento él se enojó con todos. El hermano decidió verlo para saber cómo estaba. Él no quería ver a nadie, aun así lo vio, pero como estaba muy confundido lo vio como un asesino. Entonces decidió agarrar una botella de vodka, le pegó en la cabeza dándole muerte. Después se dio cuenta que mató a su hermano, para que no lo lleven preso decidió irse a un campo y hacerse pastor. El señor llegó a su casa, cuando entró se dio cuenta que la casa estaba abandonada, llena de telas de arañas y toda rota. Llegada la noche se fue a dormir. Tuvo que dormir en el piso porque la mudanza no llegaba hasta diez días después. Al día siguiente los vecinos le preguntaron cómo se llamaba y si era nuevo. Él creyó que el vecino que estaba a su derecha lo estaba espiando pero después se dio cuenta que era muy absurdo. Él no le dijo su nombre Frank Castillo, le dijo Pastito Reyes para que nadie sospeche porque “Nueva York”, un detective, lo estaba buscando. Nueve días después, estaba viendo el diario cuando tocaron el timbre sus vecinos que llegaron para desayunar. “Pastito” no soportaba a sus vecinos pero los hizo pasar. No tenía nada de comer entonces agarró barro, un poco de plantas y pasto. Hizo tostadas de berro, fingiendo que eran tostadas con huevo. Tardó entre veinte minutos y media hora. Cuando fue al patio, no había nadie, solo se escuchaba el sonido del grillo. Tiró el desayuno al piso, corrió lo más rápido posible a su habitación, cuando llegó, lo primero que hizo fue ir al cajón a ver si estaba su anillo. No había nada, solo una foto llena de sangre pero esa sangre no era de él. Sentía que había personas mirándolo y tenía muchísimo miedo. Salió de su habitación lo más rápido que pudo. Paró porque escuchó un murmullo “Pastito Reyes” mejor dicho “Frank Castillo” y se empezó a escuchar el ruido de la madera cada vez más cerca. Al día siguiente se despertó y no entendía nada. Tenía un uniforme con rayas blancas y negras, una cama muy incómoda y fría. Vio a sus vecinos, les gritó: sáquenme de acá, están locos. Resultó que los vecinos eran detectives y lo estaban rastreando. Los detectives se dieron cuenta que había asesinado a su hermano, a su hija y a la esposa. Los jueces decidieron ponerlo por toda su vida en la cárcel desde el 2015 hasta ayer, jueves del 2019, que un señor llamado el encapuchado, cada cuatro años saca a alguien de la cárcel y ese día le tocó a “Pastito”. Emma Esposito.



¨Lo previo al almohadón de plumas¨ Había una vez un joven niño que vivía en una casa vieja: las paredes estaban con agujeros. Un día, el niño llamado Juan, estaba caminando y encontró una puerta con muchas cadenas. Entonces, le pidió a la mamá que abra la puerta. Ella buscó en el placard lleno de llaves y encontró una con un almohadón en la punta. Cuando la abrió había una habitación llena de almohadones. Había viejos, coloridos, grandes y pequeños, de cualquier forma. Al final de la habitación, Juan vio que había un almohadón nuevo y hermoso en una jaula. Juan pensó: “¿Por qué está en una jaula?” Cuando giro a la derecha vio una llave tirada en el piso con una mano esquelética agarrándola. La tomo y abrió la jaula. De repente, cuando estaba por agarrar el almohadón, salieron cuatro tentáculos grandes y negros que intentaron arrastrarlo hacia la jaula. Juan empezó a luchar contra ellos, arrancándoselos de sus brazos y piernas. Asustadísimo, Juan salió corriendo de la habitación cerrando con llave y tirándola a la basura. Estaba aliviado porque había cerrado la puerta y no había forma de que el monstruo salga de ahí. Pero esa noche, cuando estaba a punto de dormirse, escuchó un gruñido que venía de la pared… Joshua Breier Chodos.



¨Lo previo al almohadón de plumas¨ Era una tarde despejada en Paris, Emma estaba acostada en su cama, su camisón azul resaltaba entre las sábanas blancas. Emma acariciaba suavemente su panza, solo faltaban 3 meses de embarazo y cada día se hacía más largo en la espera del bebe. El esposo de Emma se llamaba Edward. Edward era periodista, era parte de una asociación que era enemiga del gobierno, era un trabajo peligroso porque el gobierno los amenazaba con que si es que seguían escribiendo sobre ellos los matarían. Eran las tres de la tarde y la mucama le estaba llevando un té de tilo, tocó la puerta varias veces pero nadie respondía, tocó la puerta otra vez, nada… Finalmente la mucama se decidió por abrir la puerta, cuando entró pegó un grito que quien lo haya escuchado jamás lo olvidaría, la mucama bajó las escaleras y llamó a la policía aterrada, un largo chorro de sangre recorría toda la habitación.

Gala Gonzalez Szlapak.



¨Mi última noche¨ Ayer era una noche muy normal como todas. Pero me sentía medio mal, entonces decidí ir al médico. Entré al médico y estaba todo oscuro. Pero me acordé que yo tenía una linterna, entonces la saqué, la prendí y vi todo abandonado. No entendía por qué lo cerraron y empecé a buscar motivos. Después de un largo rato lo encontré. Había unos papeles raros y los leí. Decía que cada paciente que salía de este hospital salía escuchando llantos y terminaba psicópata y me empecé a asustar porque si yo salía del hospital yo iba a estar loco para toda la vida. Pero no me iba a quedar con brazos cruzados. Empecé a caminar y entonces vi un charco de sangre. Ahora sí que tenía mucho miedo y empecé a escuchar gritos y llantos. Me acordé de la hoja que había leído. Algo me empezó a tocar el cuello, me di vuelta y me clavaron un cuchillo por la espalda. Me dolía mucho. Llegaron dos tipos muy raros y me llevaron a un cuarto que tenía muchas hojas, había mucha droga y me inyectaron algo raro. Después de un rato me desperté y no me acordaba de nada. Me paré y me caí al piso, estaba muy débil y con mi puñalada. Estaba mucho peor. Esperé un rato cuando vi que no había nadie, giré y me clavaron otro cuchillo pero en la pierna. Giré para ver quién era pero en vez de ver a alguien vi un celular, llamé a la policía y cuando llegaron no resistí y me morí. Por eso no lo cuento yo, sino mi espíritu. Gala Bonta.



¨Lo Previo al almohadón de plumas ¨

Un día una chica llamada Laura estaba acompañando a su mamá a comprar algunas mantas para la casa. Mientras estaban caminando, Laura encontró una almohada, ella se acercó a la tienda, sacó la almohada y tenía un olor horrible pero Laura le gustaba así que le pidió a su mamá, le suplicó y lloró mucho, mucho. La mamá le dijo que estaba oscureciendo que mañana se lo compraba. Al día siguiente Laura se despertó, se lavó los dientes y la cara desayunó y se fueron con la mamá a comprar el almohadón. Mientras estaban yendo a la tienda vio a un hombre vestido de negro con una chaqueta negra, pulseras y un gorro. Se fueron rápidamente al local, la almohada estaba negra, deforme con un olor asqueroso. Ahí no había nadie, estaba todo oscuro, de repente se apagaron las luces las dos salieron afuera con almohada. Corrieron a la casa Laura ya quería probar su nueva almohada. Se lavó los dientes, se acostó y se durmió. Al día siguiente se levantó y se sentía mareada con dolor de cabeza y con un aliento horrible. Se fue al baño, se miró al espejo y sintió algo que le tiró al piso. Gritó “¡Ayuda, ayuda!”. Su papá corrió a su habitación y encontró a Laura tirada en el piso. Laura se desmayó. Un rato después se despertó en un hospital. El doctor le estaba poniendo las manos en su corazón. Se levantó de un susto, ella no sabía que estaba pasando. El papá y Laura se fueron a la casa. Laura estaba en el sillón. La que limpia la casa se llamaba Mirta Legran. Ella se fue a limpiar la cama de Laura y en su almohada encontró los dos puntos de sangre. Mirta grito “Ahhhhh”, llamó al papa, pusieron el almohadón en la mesa, agarraron un cuchillo filoso, clavaron el cuchillo y encontraron una mezcla parecida al “Slime” pegajoso, unas cucarachas con sangre podrida y espinas. También encontraron un corazón con sangre que estaba muy duro y seco. De repente, el papá encontró a Laura muerta. Malena Dress.



¨Lo previo al almohadón de plumas¨ Había una vez una chica llamada Mónica. Ella era morocha, tenía ojos verdes oscuros, piel muy blanca casi como la nieve, soltera, triste. Ella estaba muy enferma, se sentía muy mal. No quería ir al trabajo porque estaba muy exhausta de todo, la enfermedad, el trabajo. Un día en el trabajo se desmayó y la llevaron a su casa, le pusieron una cómoda almohada y una acogedora frazada. Cada tanto la iban a visitar, cada vez se veía más pálida, venía el doctor, el pulso le bajaba. Una noche, ella vio que de su almohada salía una chica, pero, cuando se acercó vio que no era tanto una chica, se le veían las tripas, tenía la remera arañada, las piernas y la cara podridas y de color verde amarronado, tenía el pelo negro y largo que no le dejaba que Mónica la vea muy bien. Lo único que le llegó a ver era que le faltaba un ojo. Esa cosa se le iba acercando lentamente, la agarró a Mónica y la miró con cara de emoción y a la vez enojo y susurrando le dijo “Por fin me voy a vengar” y la metió adentro de la almohada, Mónica con su último aliento dijo “Fue mi her…”

Mía González Barandica



¨El misterio de la remera¨ El año pasado me pasó algo rarísimo, algo que a ninguna persona le podría haber pasado, y ahora les voy a contar cómo me pasó: Un día era lunes a la madrugada, a las 6 de la mañana me fui a desayunar y la comida olía delicioso. La verdad es que me había levantado muy temprano. Me había comido toda la comida. Cuando era la hora de ir al cole mi mamá llamó un taxi y más o menos esperamos 10 minutos. Cuando llegó nos subimos. Cuando estábamos en la puerta del cole, me bajé, entré adentro pero no había nadie sólo sonaba el segundo timbre. Subí a ver si había alguien pero no. Cuando entré al aula estaba horrenda, el pizarrón estaba arañado, en el suelo había pisadas, había un cuchillo tirado y había una remera con sangre. El susto que me di cuando vi todo esto. Aunque estaba muy asustada seguí las pisadas que había visto. Cuando ya estaba cerca del lugar, me di cuenta de que me llevaba a la sala del director. Corrí hacia allá y me detuve antes de entrar. Primero asomé mi cabeza y después mi cuerpo, lo que había visto era impresionante, estaba el director tirado en el suelo sin su remera. En ese momento me asusté, me di cuenta de lo que estaba pasando. Me puse tan nerviosa, cuando sentí que una mano me rozaba la espalda, me di vuelta rápido pero no había nadie, también escuché una voz pero solo estaba yo. Corrí hacia la puerta de abajo para salir pero antes de abrir la puerta vi una sombra negra que daba miedo. Giré mi cabeza lentamente, lo que estaba viendo era espeluznante, largué un grito y me desmayé. Pasó un rato y había despertado en mi cama, mamá estaba sentada al lado mí esperando que despertara y me dijo todo lo que había pasado. La verdad es que eso no me pasó nunca y no me va a pasar nunca más.

Maylén Zawerucha



“El niño del árbol” -¡Hija!- dijo mamá - ¡¿Qué pasa?! – gritó Mila desde la planta baja. -¡Vas a dormir a lo de la abuela! – dijo mamá. ¡No! Odio ir ahí, hay olor podrido, no, no voy! – replico Mila – Ya está hecho, te veo cruzar la calle. – Mila odiaba ir a lo de la abuela, pero fue. Saludó a su madre y cruzó la calle. Tocó el timbre de la casa de la abuela. Ella abrió la puerta y le dio la bienvenida. Ella entró, como ya era la tarde, fue a merendar. Había una torta rogel para la merienda (raro). Pero ella se la comió toda. -¿Quieres tostadas con dulce de leche? – preguntó la abuela - ¡Siiii! – respondió Mica. –Mirá que si comes mucho te pueden dar pesadillas- dijo la abuela. Mica la ignoró. Más tarde, luego de cenar, se fue a dormir. Durmió en la vieja cama de su madre, pero no se pudo dormir. Así que salió a explorar la casa. Primero, entró a una oficina (la de su abuelo). Luego, entró a una biblioteca. Y así, con muchas habitaciones. Menos una, la cual no pudo abrir, estaba cerrada. Se dio vuelta para seguir explorando. Pero al darse vuelta escuchó un rechinido, la puerta se abría. Sintió un escalofrío por la espalda. Se dio vuelta y pasó. Había un baúl con fotos, pero cuando las vio notó algo. Las fotos eran de familias viejas, contentas y abrazadas. Pero las fotos habían sido tomadas en el patio, de la casa, de la abuela. Era gente que había vivido ahí y se mudó. Pero eso no era todo. Había 27 fotos (o sea, 27 familias) eran de años diferentes pero en todas las fotos, había un niño apoyado en el árbol. Por más que las fotos eran de años muy diferentes el niño apoyado en el árbol… ¡era el mismo niño en todas las fotos! ¡Aunque sean de años distintos! En ese momento Mica se desmayó. Despertó en su cama, era de día. Abajo la esperaba su abuela. Mica le contó la pesadilla, desayunó y salió al patio. Pero había algo raro, estaba el mismo árbol de su sueño. Se acercó para verlo bien pero en la madera del árbol, se encontraba la sombra de un niño, no había un niño, sólo la sombra. Mica gritó como nunca, la abuela salió, y dijo –Veo que conociste a Hernán.

Rafael Artigas



¨Lo previo al almohadón de plumas¨ Había una vez un chico llamado Juan. Tenía 30 años, era flaco, alto, bueno y muy tranquilo, su pelo era marrón. Él vivía en Transilvania, un lugar muy lindo donde siempre hace mucho frío. Un día Juan estaba en su casa en la cama todo tapado porque hacía mucho frío, era invierno, Juan agarró su nuevo almohadón de plumas, se tapó con el almohadón y se durmió pero cuando despertó estaba dentro del almohadón. Él no entendía nada, tenía mucho miedo, tanto que ni podía respirar. A lo lejos veía algo, no sabía qué era, tenía muchos pelos, era grande y tenía dientes filosos. Él lo vio bien y era un monstruo. Juan se asustó tanto que se desmayó. Cuando despertó estaba en la cama con el almohadón. Juan lo devolvió porque estaba asustado. Pero después estaba bien sin el almohadón, luego se durmió pero algo lo despertó a la medianoche. Al rato se fue a tomar un vaso de agua porque no se sentía bien. Aproximadamente a las 2 se volvió a dormir y cuando despertó eran las 8. Desayunó un vaso de jugo y unas tostadas, después cuando quiso irse a su trabajo se dio cuenta de que no tenía las llaves de su auto y cuando se fijó en la mesa no estaba. Él pensó que sin querer se les habían caído las llaves pero no fue así. Cuando juan quiso irse de su casa, no podía porque la puerta estaba cerrada. Después de un rato, Juan subió a su cuarto, fue a su cama pero lo que no esperaba era encontrar el almohadón de plumas lleno de sangre.

Agustin Cella



¨Lo previo al almohadón de plumas¨ Había una vez un almohadón de plumas que era azul, en un lugar llamado Oromanta y había una chica llamada Isabela. Isabela estaba buscando una almohada y la consiguió. Al llegar a su casa, se fue a dormir y le incomodaba un poco pero no le importó. Al otro día tenía que ir a trabajar, estaba exhausta, le avisó a su jefe llamado Esteban y se volvió a acostar. Pero decidió ir al doctor y él le dijo –No tenés nada. Igual estaba preocupada y decidió esconderse para ver qué pasaba. A las tres de la mañana pasó que del almohadón de plumas salieron unas patas, la vio y se la tragó. Al otro día la chica de la limpieza vio que Isabela no estaba y llamó a su marido Juan. Juan dijo que tenía curiosidad entonces se le ocurrió cortar la almohada. Agarró un cuchillo, la cortó y vió que era su novia encerrada en un pequeño frasco. De repente salió una bestia parecida a un parásito. Se comió a la señora y al señor así nomás. El parásito los metió en otro frasquito. Helena Choulet.



¨La chica ratón¨

Una chica ratón, linda, tierna, sin nariz con bigotes de gato, manos de cuchara, pies de pato y en su estómago una cara, una cara que habla raro. Su mejor amigo era un tipo muy raro…Un Elefante de dos corazones que los usa para ver de lejos (porque los elefantes ven con el corazón) y por nariz tiene un rastrillo. Hay no ¡! La chica ratón se dio cuenta que al final no pueden ser amigos, al elefante le gusta comer chicas ratones. Pensó ella: Ahora que hago si él me quiere comer y yo me muero? De pronto ¡! PUM ¡! Se llenó de sangre verde y violeta… algo me movía, alguien. ¡!!HIJA DESPERTATE ¡!! Fin.

Martina Shijman Jones



¨ Me regalaron una muñeca¨

Sofía era hija como tal tenía un montón de muñecas, un día estaba yendo a su cuarto cuando de repente una de las muñecas se puso de pie, tomo un cuchillo, lanzo un fuerte grito a la voz de ¡TE MATARÉ ¡ y comenzó a perseguirme. Sofía a viva voz le pedía a su mama que parara con la broma, pero no era una de sus habituales Juegos. Sofía se escondió, su madre y su padre no aparecían, luego recordé

que

estaban

haciendo

las

compras,

así

que

definitivamente no era una broma de las amistosas bromas de su mamá. De repente la luz se apagó en toda la casa, instantáneamente se encendió y ahí estaba la muñeca. Sofi se encerró en la cocina, agarró un cuchillo, salió para matar a la muñeca pero había desaparecido, no podía encontrarla. De pronto los padres llegan del supermercado, Lautaro Calvani



¨La Escuela¨ Ya es la 3ra víctima…. ¡Ay perdón, no los vi! ¡Hola! me llamo Pedro y estudio los homicidios en la ciudad. Casi no tengo trabajo, ya saben, no hay muchos locos que hagan homicidios. Pero esta semana el teléfono sonó tantas veces que ya tengo dolor de cabeza. En la escuela hubo dos crímenes. Dos homicidios. Hoy justo hoy, fue la 3ra víctima, pero ¡tengo una pista! encontré una remera sangrada. Seguramente era del asesino, porque la remera a pesar de tener la sangre, estaba intacta. Sin embrago….no había otra pista. Con la “luz negra “no vi las huellas, no había cuchillo, ni pistola, tampoco vi silenciador. Solo estaba la remera y nada más. Pusimos cámaras por todas partes. En el medio del salón de seguridad obvio al día siguiente estaba lleno de sangre con una persona parada. Todos los de seguridad estaban muertos…. Cuando la persona se dio vuelta…. ¡Era Fede! salto para arriba, sacó una navaja del bolsillo e intentó apuñalarme. Pude esquivarlo salí corriendo, Fede iba detrás de mí, cuando salí de la habitación, lo encerré antes que Fede salga. Llame a la policía y le dieron cadena perpetua. Por los homicidios y mi investigación me dieron U$D100.000 y los use para comprar una casa, comida y ropa nueva…. ¿Saben por qué? POR QUE TODA MI ROPA ESTABA LLENA DE SANGRE.

Autor: Benja Fumiere .



¨Me regalaron una muñeca.¨ Soy Bautista y esto que les voy a contar me pasó a los 11 años. Era de noche había mucha niebla, yo estaba caminando en la vereda de la Av. Corrientes, de repente veo una muñeca muy linda en el piso pero tenía un olor muy raro. La agarré y me fui a mi casa, estaba mi hermana que me la pedía como loca. A mí nunca me gustó compartir pero esta vez… le dije que se la prestaba pero a las 12 de la noche. Cuando llego la hora obviamente estábamos los dos dormidos. De repente escuché unos gritos Yo me puse la almohada en la oreja para no escucharlos más, pero no funcionó. La muñeca apareció muy cerca de mí cara. Salí corriendo pasé cerca de mí perro y me mordió sin querer. Por suerte soy muy rápido y la perdí de vista, pero me di cuenta que……la sangre había dejado mi camino marcado. Fue ahí cuando me empecé a torniquear el tobillo para que la sangre no me delate más y en ese mismo momento, sentí que algo me trepaba por la espalda. Pensé que era la muñeca así que, me di vuelta para ver que era….uf una araña que alivio. Cuando me di otra vez vuelta para seguir torniqueandome ahí estaba…… LA MUÑECA. Fin Autor: Tobi Kuper.



¨Me regalaron una muñeca¨ Yo me llamaba Tulio y estaba con mis amigos León y Nico. Estábamos jugando a las muñecas cuando de la nada se escucharon unos sonidos. No era mi mamá ni nadie. Era la propia muñeca. Empezó a perseguirnos, Nico procuró matar a la muñeca, agarró una escopeta y empezó a disparar. Después León y yo le dijimos a Nico –Vení para acá. La muñeca aparecía en todos lados. Le avisamos a mi mamá que la muñeca nos perseguía por todos lados pero no prestó atención entonces nosotros fuimos a mi pieza, tiramos todos los juguetes, rompimos todo. Todos los juguetes le cayeron a la muñeca. A la muñeca le agarraron dolores de cabeza entonces nosotros le dimos té con ratas. Cuando le dimos el té, rápidamente se dio cuenta de que tenía ratas. Ella nos empezó a perseguir por toda la cocina. A León le quería pegar pero en un momento los tres le tiramos el aceite, la harina, el azúcar. La muñeca empezó a vomitar, nosotros nos dimos cuenta y le dimos té de jengibre. Después se recuperó y yodo volvió a la normalidad. La muñeca volvió a ser un juguete, volvimos a jugar con ella.

Tulio Rubinstein.



¨El Grito¨ Era verano, hacía mucho calor. Ese día era raro, era especial. Bueno, eso sentía yo. Sentía que me faltaba algo, me sentía mal, tanto como cuando abro un regalo de cumpleaños y … no hay nada. Ese día había visto las noticias y hubo 45 casos de suicidio. Mis papás se habían ido a trabajar y me quedé con mi hermana. Yo quería un té para aliviar mis dolores pero no sabía hacerlo. Le toqué la puerta de la habitación a mi hermana pero nadie contestó. “Estará durmiendo”, pensé, así que pasé para despertarla pero… ¡No había nadieeeee! Me desesperé, busqué por todo el cuarto hasta que casi llorando abrí el armario… Había una remera ensangrentada. Nunca me voy a olvidar del grito que pegué ese día.

Tobias Porter.



¨Me regalaron una muñeca¨ Un viernes un cartero me entregó un paquete dorado. Lo abrí y era una muñeca. La tiré al tacho de basura y me fui. A la noche comí y me fui a dormir pero antes de dormir me quedé pensando en la muñeca diabólica. A las 3 de la mañana escuché a alguien llorando, me levanté y busqué de donde venía y encontré a la muñeca. Estaba arriba de la heladera. La muñeca saltó y me empezó a perseguir. Yo corrí y ella corrió. Mi perra África se despertó y le sacó la cabeza. A las 4 volvió y se comió a mi loro Coco. A las 5 la agarré y la puse en el horno y la calenté a 200 grados. Se derritió y me fui a dormir por eso no quiero más muñecas. Fin

Manuel Criscione.



¨Mi obra maestra¨ Un día estaba jugando con Celeste, mi muñeca, pelirroja, con hermosas pecas, un vestido del mismo color que su nombre con volados blancos. Sin querer, la rompí. No paré de llorar. Mi mamá se dio cuenta y me compró otra muñeca. Le puse de nombre Violeta. Era rara. Yo la quería pero me daba un poco de miedo, porque a la noche, cuando me iba a dormir, sentía que me observaba. Una noche dormimos juntas, alrededor de las 5 de la mañana me desperté y la muñeca ya no estaba. Preocupada, la busqué por todas partes. De repente, el piso rechinó. Me di vuelta y ahí estaba la muñeca. Salí corriendo. Ella me perseguía. Logré perderla de vista. Cuando escuché un ruido muy fuerte, la muñeca se había caído y se había roto en mil pedazos. Maite – me despertó mi mamá – a desayunar! Lo que más me asusta es que cada noche se repite la misma historia.

Maite Etchevarne Corral.



¨La maldición de la muñeca asesina¨ Había una vez, una niña de seis años llamada Irupé. Tenía una muñeca a la cual le puso Eva. Un día camino a la escuela Irupé se le cayó su muñeca y un niño llamado Mateo la recogió. ¡Alto! No piensen que tenía buenas intenciones. Todo lo contrario. Pensaba quedársela y torturarla. Después de unos días, la muñeca estaba destruida. Le recortó los extremos, rellenó los huecos con arroz y algodón. Le tiró piedras para después tirarla por el balcón. Todo iba mal para la niña Irupé, lo único que ella quería era volver a encontrarse con su muñeca favorita. Pelirroja, con pecas en las mejillas, sus ojos celestes, perfecta, no como ahora. Ahora estaba en un lugar sucio, viejo y gastado. ¡Un desastre! Después de 45 minutos el niño se fue a la escuela. La muñeca cambió. Se sentía con vida. Ella no sabía lo que era vivir pero lo que quería era acabar con Mateo. La muñeca se preparó para el asesinato. Llevó un cuchillo, una bolsa y una cámara, y fue a la escuela. Cuando la muñeca llegó a la escuela eran las 5.30, ya no había nadie. Esa tarde hubo un niño muerto.

Julia Villalonga.



¨Me regalaron una muñeca¨ Un día mi mamá se fue de viaje a México. Cuando volvió me trajo una muñeca. Era tan linda que no podía despegar. A la noche me dormía con ella. Un día me la olvidé en la casa de mi abuela y recién me di cuenta cuando llegué a mi casa. Fui corriendo para contarle a mi mamá. Cuando vayamos a la casa mañana la buscamos – dijo mi mamá. Con esa promesa me fui a dormir. A la mañana siguiente cuando abrí los ojos estaba ahí, al lado mío. Empezó a moverse, me hablaba muy raro. Yo estaba tensa, dura, no me podía levantar. Al fin no sé cómo, salí corriendo. Agarré las llaves pero no sabía cuál era. Entonces me encerré en un cuarto hasta el otro día. Al día siguiente me desperté y recordé que en la caja había un aviso que decía que tenías que portar siempre la muñeca con vos porque si te la olvidabas en algún lugar, se activaba un hechizo. Por suerte tomé las precauciones para que esto no pase más. Fui a buscar la caja y me leí todo lo que decía en ella, hasta el papel de adentro.

Justina González Peña.



Una noche de invierno, estaba en mi cama, viendo YouTube, a punto de irme a dormir, cuando de repente escuche un ruido, como si alguien se acostaba en mi cama, parecía una persona grande, flaca y alta, hizo ese ruido que hacen las personas cuando se acuestan en la cama y hasta se tapó con la manta, pero…no había nadie, como estaba tan asustada decidí ir a la cocina a buscar harina para tirársela a la supuesta persona y poder así ver su cara. Así fue, fui hasta la cocina, agarre la harina, y se la tire. Cuando logre ver su cara, estaba blanca y su ropa toda negra, muy sucia. Estaba tan asustada que me bajo la presión, fui al baño para lavarme la cara, Salí y cuando volví ya no estaba esa persona en la cama. Pensaba que se había ido pero ¿A dónde? Me di vuelta cuando note que al otro costado había un almohadón, un almohadón particular, de plumas rota, amarilla, me parecía muy raro, apoye la cabeza para ir a dormir y empecé a ver sangre corriendo por la puerta de mi cuarto. Comencé a escuchar pasos de alguien caminando por mi casa, estaba súper asustada. Ahí, a lo lejos vi la sombra de una persona, la almohada empezó a moverse, yo, de lo asustada que estaba me caí de la cama y todo paro, la sangre se desvaneció y la sombra desapareció. Poco a poco me me tranquilice, agarre la almohada y corrí a tirarla por la ventana… demasiado tarde la mitad de mi brazo estaba dentro de la almohada, me desvanecí poco a poco. Ahora… Mi alma suelta deambula por las calles de la cuidad buscando atrapar ese almohadón.

Valentina Serrano



Mi Obra Maestra

¨La Muñeca y el diablo¨

Había una vez una chica que se llamaba Lola, ella tenía mucha imaginación, eso era bueno pensaran, pero todo lo bueno tiene a su vez una parte mala Lola tenía una muñeca que la acompaño todos los veranos, pero un verano en particular ella perdió el gusto por su muñeca y se compró otra en una de las ferias cerca de la playa. Podrán entender que a su muñeca de todos los veranos esto no le gustó nada, y fue así como con la imaginación que tenía Lola más el enojo de su compañera lograron darle vida Con Celos, una noche, la antigua muñeca de Lola subió a la cama con un cuchillo apuñalando a Lola y su nueva muñeca.

Tiago Maestu.



¨La Oficiana del director¨ No sé si pueda contar esto, de tan solo pensarlo, me da escalofríos. Nunca me perdonare lo sucedido, pero, ya que… No pierdo nada con darles algunas explicaciones. Si no les molesta, voy a iniciar puede que no de miedo de escuchar, pero nunca podré recuperarme. Comencemos. Era una tarde nublada de junio, llovía a cantaros, por la ventana podrías ver que estaba completamente despejado, Clai ( la profesora) noto que en los bancos del fondo se producía algún inconveniente, vio que Tobi y quien les narra estábamos muy concentrado charlando, de le que te dale con la charla y nos encerró en el baño de maestros, pero note que olvido poner la llave. De modo que cuando quisiéramos con solo empujar la puerta podríamos salir… pero por si acaso decidimos esperar un rato… Sin querer, nos quedamos dormidos. Cuando despertamos corrimos por toda la escuela y no había nadie, solo un lugar que nunca habíamos ido… LA OFICINA DEL DIRECTOR Ariel, corrimos a toda velocidad, llegamos… Solo encontramos la cabeza de Ariel, miramos la hora eran las ocho, seguramente ya se habían ido todos. Tobi intentaba mantener la calma, pero yo estaba exaltada. El no tuvo tiempo de tranquilizarme ya que vimos una sombra pasar por la oficina a la velocidad de la luz, emitía unos sonidos raros, como pidiendo ayuda. Olía a perfume de cien años, quise gritar pero no me salían las palabras y aunque tenía miedo estaba dispuesta a tomar mis propias decisiones. Mientras Tobi iba a revisar la escuela yo me quedaba a analizar la escena del crimen. Diu vuelta la cabeza de Ariel, le habían sacado los órganos y en su lugar, conectada había una bomba. Corrí escalera arriba para avisarle a Tobi pero cuando llegue vi nuevamente la sombra… mira hacia arriba, un hombre vestido de negro ahorcaba a Tobi, sin pensar tome la cabeza de Ariel llena de explosivos y la arroje hacia ellos cerrando la puerta… La bomba explotó, me desmaye del susto, cuando logre recuperarme abrí la puerta, ya era de día. El único rastro que encontré de Tobi fue su camisa blanca manchada de sangre y sus sesos esparcidos por doquie

Florencia Jatemlianky.




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