El Arte de Dar

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Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; Lucas 10:23 10:24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron. 10:25 Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? 10:26 El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees? 10:27 Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. 10:28 Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. 10:29 Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? 10:30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. 10:31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 10:32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 10:33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 10:34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 10:35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. 10:36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 10:37 El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.



Parece ser que muchas personas están hoy buscando un profundo secreto Que ha estado oculto por cientos de años, el secreto que si es utilizado Proporcionara gratificación inmediata


El miembro promedio de Iglesia prefiere oir un sermon de cualquier cosa Que no séa sobre DAR! Compartir pues, es un sentimiento extraño. Así vemos que nuestra naturaleza Básica juega un papel principal en nuestra renuencia a tener gracia y ser Generosos en dar.


Después de éstas cosas vino Jehova a Abram y en visión diciendo: No temas, Abram yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Génesis 15: 1

Como mayordomos no damos lo que nos pertenece DISTRIBUIMOS lo que le pertenece A nuestro amo. El que siembra escasamente, tambien cosechará escasamente. 2Cor. 9: 6

En todo os he enzeñado que, trabajando asi se debe ayudar a los necesitados, recordar Las palabras del señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. Hechos 20: 35


Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. Lucas 6: 38


Toda instituci贸n humana tiene sus centros de reuni贸n, construidos adecuadamente Para servir a los fines de la misma y ejecutar sus planes de desarrollo.


Inclusive para sus centros de promocion competencia y desarrollo


EL plan de salvaci贸n en lo que se refiere A nuestro trabajo tambi茅n demanda de un plan y presupuesto


Señor, escucha mi oración atiende a mi súplica. Tú eres justo y fiel; ¡respóndeme! Pero no me juzgues con dureza, pues ante ti nadie puede Justificarse. Salmo 134: 1,2

Quien llevará estas palabras de consuelo a un corazón angustiado?


Mi alma espera a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana. Espere Israel a Jehová, Porque en Jehová hay misericordia, Y abundante redención con él; Y él redimirá a Israel De todos sus pecados.



Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.



El plan evangélico para el sostén de la obra de Dios en la tarea de predicar el evangelio eterno es hacerlo por medio de los diezmos y las ofrendas de su pueblo. La Iglesia Adventista del Séptimo Día practicó este plan desde sus primeros días.


Nuestro Dios no es exigente. No nos exige arbitrariamente ni que lo sirvamos ni que lo reconozcamos con nuestros dones. Pero arregló las cosas de tal manera para que, cuando obramos en armonía con él en esas cosas, fluyan sobre nuestros corazones grandes bendiciones espirituales. Si por el contrario, dejamos de cooperar con Él en la realización de sus planes, nos privamos de sus más ricas bendiciones cuando más las necesitamos.


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