Periodico Redes - Edicion Especial - Mons. Lazaro Perez Jimenez

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Expresi贸n de la Di贸cesis

Edici贸n especial


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2003: Llega a Celaya, lo primero que hace es visitar albergues por las inundaciones que viv铆amos. Inicia sus visitas en las parroquias. 2004 visita por primera vez el CERESO para el viernes santo. Preside la procesi贸n de CORPUS. Ordena sus primeros sacerdotes diocesanos (octubre de 2004). Participa en las reuniones de obispos de la regi贸n. Preside celebraciones en el seminario. Inicia sus participaciones en los peregrinos y peregrinas. Participa con sus sacerdotes en la primara asamblea presbiteral diocesana, en busca de la unidad del presbiterio y la lectura del plan diocesano. Preparaci贸n a la primera gran asamblea diocesana de 2005.


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de la familia del Señor Obispo Lázaro Pérez Jiménez como sus cuatro hermanos: Olga Josefa, María del Carmen, Víctor Manuel y Elmer Jesús, además sus sobrinos Verónica, Patricia, Ana María, Armando, su cuñado y colaborador del periódico REDES, Sr. Manuel Antonio Alcocer Hernández y varios parientes cercanos más, amigos de Yucatán y presbíteros y amistades de su antigua Diócesis de Autlán.

Después de pasar la noche en el Seminario Diocesano donde asistieron a velarlo un gran número de fieles y sacerdotes, por fin, el 27 de octubre a las 10:30 de la mañana partió el cortejo fúnebre con el féretro de nuestro amado Padre Obispo Lázaro hacia el templo del Carmen para celebrar la Eucaristía que fue presidida por el Nuncio Apostólico, Mons. Christophe Pierre, quien estuvo acompañado de quince obispos: el Arzobispo Mons. Emilio Berlié Belaunzarán de Yucatán, Mons. Mario Gasperín de Gasperín, Obispo de Querétaro, Mons. Arturo Symanski, Arzobispo Emérito de San Luis Potosí, Mons. José Guadalupe Martín Rábago, Arzobispo de León, Mons. Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia, Mons. Jesús Martínez Obispo de Irapuato, Mons. Gonzalo Galván Obispo de Autlán, Mons. Francisco Moreno Barrón Obispo de Tlaxcala,

Mons. Fabio Martínez Castilla, Obispo de Lázaro Cárdenas, Mons. Hilario Chávez Joya, Obispo Emérito de Nuevo Casas Grandes, Mons. Antonio Ortega Franco, Obispo auxiliar de la arquidiócesis de México, Mons. Lucas Martínez Lara, Obispo de Matehuala, Mons. Juan Manuel Mancilla Sánchez, Obispo de Texcoco, Mons. José María de la Torre Martín, Obispo de Aguascalientes, Mons. José Guadalupe Torres Campos, Obispo de Gómez Palacios, Durango y alrededor de doscientos sacerdotes, además de miles de fieles que abarrotaron tanto el recinto sagrado como el exterior y que pudieron escuchar la misa y verla en una pantalla que se colocó para dicho fin. El coro y orquesta del Instituto Pontificio de Música Sacra de Celaya, dirigidos magistralmente por el Pbro. Alejandro Montes interpretaron la

Misa de Réquiem de Mozart, petición expresa hecha al padre Alejandro por nuestro Señor Obispo cuando aún vivía, quien en alguna ocasión le manifestó que desearía escucharla, deseo que no pudo cumplir, sin embargo, en su honor se interpretó dicha pieza musical durante la Eucaristía de exequias. A la celebración también asistieron el gobernador del Estado de Guanajuato, el Lic. Juan Manuel Oliva, la alcaldesa de Celaya, Lic, Rubí Laura López Silva, el alcalde de Comonfort Ing. Francisco José Ramírez y su esposa Sra. Susana Michel, el diputado federal Martín Rico y su esposa Sra. Marcia Gómez, la alcaldesa de San Miguel Allende Luz María Nuñez Flores, el secretario de gobierno del Estado Gerardo Mosqueda y autoridades de los municipios que conforman la Diócesis de Celaya, además

En una hermosa celebración, donde la homilía fue encargada por el Nuncio al Sr. Arzobispo de Morelia Dn. Alberto Suárez Inda, quien habló de la amistad que lo unía al Padre Obispo, sus cualidades como pastor, su entrega hasta el límite, pues dio la vida por sus ovejas, mencionó que, después de sus dos últimas visitas pastorales "estaba cansado, pero muy contento, deseando un descanso que el Señor le concedió, de diferente manera como todos podíamos esperar", sin embargo, él ya está descansando en el Señor. Al fin de la santa misa, su hermana María del Carmen dirigió unas palabras de agradecimiento al presbiterio diocesano y al pueblo por haber dado a su hermano amor, generosidad, entrega, mencionando que seguirían visitando Celaya como hicieran cada verano durante los seis años que permaneció Don Lázaro aquí, pues pronto traerán las cenizas de sus padres a reposar junto a los restos del Pastor, como era su deseo. En seguida, el Padre Lauro Gómez Zamudio, administrador diocesano, agradeció a todos los obispos y arzobispos

presentes, a las autoridades civiles y por supuesto al Señor Nuncio Apostólico por su asistencia y las oraciones del Papa Benedicto XVI, manifestando el deseo de esta Diócesis por que pronto el Santo Padre nombre un sucesor, quien será el cuarto Obispo de Celaya. El Padre Fernando Arellano dijo entonces que la bendición no se daría en ese momento, pues los sacerdotes, las autoridades y los familiares del Señor Obispo partirían a Catedral para depositar el ataúd del Padre Obispo en la tumba previamente preparada para él, iniciando el último recorrido a pie, con sacerdotes llevando en hombros el féretro; a su paso, la gente aplaudía despidiendo al amado Padre. Una vez en Catedral, Monseñor Christophe Pierre realizó el rito para dar sepultura a los restos mortales de Don Lázaro. Se abrió entonces por última vez el féretro para que su familia pudiera darle el último adiós. Finalmente, el ataúd fue inhumado. Después de que salieran la familia, el Nuncio y los sacerdotes, ante la gran cantidad de personas que deseaban visitar la tumba y para evitar un accidente, se cerró la Iglesia Catedral, la cual fue poco a poco abierta, permitiendo el ingreso a pocas personas por vez para que pudieran despedirse de este gran hombre, padre y pastor que ha dejado una profunda huella en el pueblo de la Diócesis de Celaya, al que amó tanto, que su corazón se desbordó para siempre por él. Descansa en paz amado Padre, nunca te olvidaremos.








nistros ni vivirán con los pobres ni, mucho menos, vivirán como ellos. La Iglesia no vive para hacer dinero pero, tampoco, puede prescindir de él. El problema no es si tiene recursos, si no en qué los utiliza. La grandeza del anciano Todo atropello contra cualquier derecho natural es una falta grave que ofende a Dios.

Sobre el laicismo ¿Hasta cuando viviremos así creyendo que toda presencia de Iglesia es una amenaza para el Estado y peor aún cuando se vive en la falsa idea que la Iglesia jerárquica pretende apoderarse del poder civil? ¿Cuándo llegará el día en que la Iglesia goce de la libertad necesaria para llevar adelante su misión evangelizadora sin el riesgo de ser arrinconada en las sacristías de los templos? Ya llegó la hora de abandonar el laicismo a ultranza y oscurantista. El pastor, reflejo del Padre Los sacerdotes han sido siempre mi prioridad, en especial, en la vigilancia de su formación integral. No somos perfectos pero me parece que sabemos hacia donde caminar juntos como presbiterio. Y yo me pregunto: cuando los fieles nos ven a los obispos y sacerdotes, ¿a quien verán? ¿Somos los pastores el fiel reflejo de Jesús como éste fue de su Padre? Esta pregunta por el bien del pastor y del pueblo exige una respuesta sin alguna ambigüedad. La Iglesia, ¿en quién confía? Los ministros de la Iglesia serán tentados a dejarse llevar por las preocupaciones del mundo y no faltaran aquellos que pondrán su confianza más en el dinero y el poder que en la providencia divina. El valor de la pobreza evangélica será algún mito porque algunos mi-

Si los derechos humanos están en la persona por el hecho de serlo, la sociedad y, desde luego la Iglesia, están obligadas a vigilar y tutelar los derechos de los ancianos que en muchas ocasiones se ven amenazados por abandono incluso de la misma familia que lo considera como una carga pesada. “El sexo no es un juguete” Hoy más que nunca conviene rescatar la visión positiva de la sexualidad como regalo de Dios; es un don maravilloso, pero hay que verlo desde la perspectiva bíblica: Dios ha querido que el hombre y la mujer se complementen sexualmente. ¿Que es una asamblea Diocesana? Asamblea es la experiencia del paso de Dios en nuestra historia; es una gracia que nos

descubre el camino a seguir en nuestra Iglesia particular. Es un momento fuerte de oración y reflexión, es la oportunidad de discernir a la luz de la Palabra de Dios y el Magisterio de la Iglesia lo que el Señor quiere y espera de los suyos en actitud de entrega generosa y fidelidad. Sobre el nuevo plan diocesano Hay que implementar un Plan de pastoral que sea capaz de inspirar creativamente aquellas acciones que posibiliten el anuncio del evangelio de Jesucristo a todos los hombres, sin excluir a nadie. Para llevar adelante un Plan de pastoral se requiere humildad para aceptar que antes de nosotros ya el Señor ha hecho lo suyo sirviéndose de instrumentos vivos que han respondido en su momento a los desafíos que la sociedad les presentaba. El Plan exige un cambio de actitudes; requiere de una conversión personal y comunitaria que haga que lo escrito, fruto de un trabajo de conjunto, se lleve a la práctica con paciencia y mucha oración para descubrir en él la voluntad de Dios… así de sencillo: centrar todo en Cristo al que hay que conocer, amar e imitar. He aquí el motor y el objetivo definitivo de nuestro Plan diocesano de pastoral.







Por Herminio MartĂ­nez



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