La pobreza subsiste porque queremos

La humanidad entera vivió en las condiciones que hoy conocemos como pobreza extrema, desde el principio de los tiempos del hombre y hasta hace unos 200 años. Podemos encontrar estadísticas que hablan de que, en 1800, más del 80 % de la población mundial vivía en la pobreza, cuando hoy se ha reducido al 40 %. Se habla también de que ahora mismo hay mil millones menos de pobres menos que en 1990.

Cualesquiera que sean las estadísticas y su fiabilidad, resulta indudable que la humanidad se dirige hacia una eventual situación de cero pobreza, como quiera que entendamos este concepto, pero siempre, insisto, desde un punto de vista puramente de supervivencia y calidad mínima de vida material.

¿Por qué subsiste la pobreza? La respuesta es: porque queremos. El gobierno mexicano recibe casi 4,000 billones de pesos (sí, millones de millones de pesos y también sí, cada año), a pesar de tratarse sólo del 13.3 % del PIB, muy abajo de los países de la OCDE. Lo primero que debemos hacer es crear una conciencia (que no existe actualmente) en el sentido de que la mayor parte de este dinero proviene de la actividad productiva de las empresas, incluyendo el IVA y los impuestos sobre el trabajo, que son solamente 2 de los 72 impuestos que en promedio pagan los países de la OCDE.

En segundo lugar, es necesario que entendamos que la primera responsabilidad empresarial, incluso antes que pagar impuestos, consiste en vigilar y, sobre todo, exigir el buen uso de estos recursos. Dado que esto no se entiende así, hemos caído en las fauces de sistemas políticos cuya voracidad y corrupción no tienen límites. La caja de Pandora está abierta de par en par.

En tercer lugar, resulta imprescindible participar activamente en política (no partidos políticos, necesariamente) trazando colectivamente planes, estrategias y propuestas inteligentes que incluyan un modelo de nación, arquitectura constitucional e instituciones incluidas.

De esta manera, con el pago de impuestos viene la obligación empresarial de exigir, como moneda de cambio, un gobierno eficiente, pobreza cero y justicia social. ¿Les suena? Sí, pero, admitamos que es un trabajo conjunto que requiere del compromiso y participación de todas y todos, y no solo de la visión y la responsabilidad empresarial.=