La formaci贸n espiritual, o discipulado, es el movimiento de la vida entera dirigida hacia Dios. Es abrir cada 谩rea de la vida para una relaci贸n 铆ntima con Dios, y someterse a su voluntad.
El día de la graduación será el día del regreso de Jesús. Los que estén aptos para la graduación, subirán y vivirán con él por toda la eternidad.
El campo de batalla es aquí. Cada uno decide su futuro por la decisión que toma cada día.
“Los que hacen de la Palabra de Dios su libro de estudio, los que cavan en busca de los tesoros de verdad, se compenetrarán del Espíritu de Cristo y por la contemplación serán transformados a su semejanza.” La Educación Cristiana, p. 402
“Dios desea que hombres y mujeres piensen juiciosa y sinceramente… Contemplando a Jesús, han de ser transformados a su semejanza…
“...Han de pasar su tiempo en la búsqueda de las profundas y eternas verdades del cielo... A medida que estudian las grandes verdades de la Palabra de Dios, perseveran en la contemplación de Aquel que es invisible.” Mensajes Selectos, p.202
Primer elemento:
Se forma cada dĂa en la primera hora de cada maĂąana en nuestro encuentro personal con Dios
En cada encuentro Él revela nuevas verdades y nuevas facetas de su carácter. Pasamos a incorporar en ese día la visión “de aquel que es invisible”. Así podemos comprender lo que él quiere hacer en nosotros y a través de nosotros durante ese día.
En gran parte la visiĂłn que tenemos de Dios hoy, es la suma de todos nuestros encuentros regulares con ĂŠl en la primera hora de cada maĂąana.
Son las buenas nuevas de lo que Cristo hizo, de lo que hace, y de lo que harรก por nosotros.
“Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él.” 1 Corintios 9:23
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo�. 1 Corintios 15:9
Incluye la idea de sumisión a Jesús como el Señor de todas las áreas de mi vida, espiritual, física, emocional, social, familiar, financiera…
Sumisi贸n personal y en grupo a la direcci贸n y control de Dios, de todo lo que somos, tenemos y hacemos.
Integrando su presencia en cada momento de nuestras vidas y en todo lo que hacemos.
-“Por contemplar nos transformamos.” Dios Nos Cuida, MM 19/08, p. 240.
-“Porque contemplando es como somos transformados.” -DTG, p. 409
-“Espaciándonos en el amor de Dios y de nuestro Salvador, admirando la perfección del carácter divino y apropiándonos la justicia de Cristo por la fe, hemos de ser transformados a su misma imagen.” -Exaltad a Jesús, MM, 25/08, p. 245
Cuando se integran esos elementos tenemos uni贸n completa y nuestra unidad con Cristo crece y se desarrolla. El enfoque de esta uni贸n, o unidad, siempre debe colocarse en la cruz, la m谩s completa revelaci贸n de Dios.
La causa de nuestros problemas aparece en el Evangelio, en el Señorío o en ambas. Cuando el Evangelio no está de acuerdo a nuestro estilo, generalmente no nos sometemos al Señorío de Cristo.
• La pérdida de la visión deforma el Evangelio • La pérdida de la Presencia deforma el Señorío
驴Qu茅 se debe hacer? La mejor respuesta es una combinaci贸n de Visi贸n y Presencia.
Una visión de Dios y de lo que él desea que hagamos combinada con un sentido de Presencia, transforma la manera cómo vivimos y funcionamos. Siempre se comienza con la visión y después nos dirigimos al Evangelio, es decir, al Señorío y a la Presencia.
• Estudie las vidas en las cuales Dios ha operado • Medite en la vida de Cristo. • Desarrolle una vida de oración, hablando con Dios como con un amigo. • Memorice las Escrituras.
• Acepte la realidad de que Jesús murió por usted • Acepte el hecho de que usted es objeto del amor incondicional de Dios. • Estudie las verdades del Evangelio. • Acepte el hecho de que la salvación es totalmente obra de la gracia de Dios.
• Ore para que el espíritu Santo le muestre lo que él desea que usted haga. • Pregúntese a usted mismo:
• ¿Qué diferencia hace Jesucristo en mi vida diaria? • ¿Qué diferencia hace el Evangelio en mi vida diaria?
• ¿De qué forma la presencia visible de Jesús haría una gran diferencia en mis decisiones hoy? • Haga de Cristo la prioridad en todas las decisiones que tome.
• Acepte la realidad de la promesa de Cristo: • “Y yo estoy con vosotros todos los días...”
• Acepte la realidad del EspĂritu Santo en su vida y la presencia de Jesucristo. (Juan 14:15-20).
• Separe un lugar para Dios en su vida diaria. • Experimente la práctica de la presencia de Dios
-Cada día “debemos avanzar iluminados por la luz de su rostro.” Cada día con Dios, MM 11/11, p. 322
“Podemos tener su presencia que nos ayude a cada paso…” Exaltad a Jesús, 10/05, pág. 138
La integración de los elementos claves (Evangelio, Señorío, Visión y Presencia) le ayudará a abrir cada área de la vida para el relacionamiento íntimo con Dios, y la sumisión a su voluntad.
Desarrollar y consolidar el hĂĄbito de permanecer en la presencia de Cristo desde la primera hasta la Ăşltima hora de cada dĂa.