Formar y mantener nuevos hábitos “El cambio es, en sí mismo, el milagro de los milagros. Una modificación realizada por la Palabra es uno de los más profundos misterios de la Palabra. No lo podemos comprender; solo podemos creer, como lo declaran las Escrituras, que es ‘Cristo en vosotros, la esperanza de gloria’” (Col. 1:27). – Señales de los tiempos, 25 de abril de 1906.
¿Cómo formamos nuestros hábitos? Vea el ejemplo: • Función social. Ej.: Comer como forma de reunir amigos y familiares. En algunas culturas, rehusar un alimento puede ser considerado como falta de respeto y falta de valorización del esfuerzo de otra persona. Y en otras, se debe dejar alimento en el plato para indicar la saciedad. El alimento está asociado a la hospitalidad.
• Desarrollo biológico. Ej.: En el caso de la alimentación, existe la preferencia por el sabor dulce (como la leche materna) desde el inicio de la vida, por causa de la indiferencia de las papilas gustativas a lo salado; y el rechazo de lo amargo, como protección contra los venenos. Para que un alimento pueda ser inserido en la dieta, necesita ser preparado por lo menos ocho veces. En general, las madres desisten antes y optan por los alimentos preferidos de los niños (dulces y los que contienen grasas).
• Adquisición de hábitos en la infancia. Ej.: Entrenamiento con el niño en relación al horario, lugar, situación, forma, velocidad, cantidad y calidad. Hay una estructura de comportamiento alimenticio y los padres orientan y sirven de modelo. La disponibilidad de alimentos “saludables”, facilita la adquisición de hábitos alimenticios adecuados.
• Afecto y atención. Ej.: Estos dos elementos son grandes refuerzos de los comportamientos. Desde el seno materno donde están presentes, existe una relación de seguridad y placer que involucra la alimentación. Ésta también funciona como recompensa (el dulce como resultado de un buen comportamiento). A pesar de que jamás deberíamos usar alimento como recompensa, y trabajo como castigo.
• Hábitos como síntomas. Ej.: En los casos de soledad, miedo, ira, tedio, estrés, entre otros, la comida puede funcionar como castigo al propio individuo o a otras personas, por el exceso o la falta completa. La comida también puede ser manejada como fuente de placer: comer como actividad de refuerzo (en general por no tener otras actividades); no comer como una forma de autocontrol y placer (anorexia nerviosa), o también puede estar asociado a la culpa (bulimia).
“Primero, formamos hábitos; luego, ellos nos forman. Venza sus malos hábitos, o ellos lo vencerán”. Dr. Rob Gilbert
Barreras para buenos hábitos de salud – Aprendizaje de los primeros años; – Demora X tiempo - recompensa inmediata; – Optimismo irreal; – Falta de motivación; – Comportamientos saludables no confidenciados o inestables.
Importantes variables en el cambio de comportamiento. – Conocimiento: Una familiaridad intelectual con los hechos, la verdad o los principios; alcanzada por visión, experiencia o relatos. – Habilidades: La habilidad para hacer bien alguna cosa, a partir de un talento, entrenamiento o práctica. – Creencia: La aceptación o confianza en un hecho fundamentado o un conjunto de hechos como verdaderos o justos, sin un reconocimiento o prueba; una verdad percibida. – Actitud: Estilo, disposición, sentimiento o posición con relación a una persona o cosa. – Valores: Ideas, ideales y costumbres que provocan una respuesta emocional a favor o en contra de ellos.
Condiciones para aguantar o inducir al cambio. • Visión: Algo mayor que puede ser alcanzado por un motivo trascendente. En general, al pensar en la vida espiritual, la inducción para el cambio de hábitos debiera estar en esta dirección. • Ambición El pensamiento en la ganancia. El cambio es motivado por el beneficio a ser alcanzado. • Desesperación: Los hábitos han traído sufrimiento insoportable y el cambio es el único camino posible.
Tener actitud hace la diferencia: El cambio de hábitos exige un cambio de actitudes.
“El mayor descubrimiento de mi generación es que cualquier ser humano puede cambiar de vida, cambiando de actitud” – William James (1842-1910).
Pensamientos negativos resistentes al cambio: • ¡Esta es mi forma de ser! • Las cosas siempre fueron así… y permanecerán de ese modo. • Intentaré, pero sé que no lo conseguiré. • Eso no va conmigo. • El cambio me tortura. ¡Ya no tendré placer!
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Pensamientos positivos para que se realice el cambio: El cambio es posible; y el desarrollo de nuevos conocimientos, habilidades, hábitos y motivación es una fase normal de la experiencia cristiana. Sé que existe algún tipo de estrés asociado a lo que no nos es familiar, por otro lado también existe emoción, curiosidad y satisfacción. El cambio puede ser hecho de tal forma que obtenga calidad de vida como resultado. Un desliz no es una recaída. ¡Recomience! El salmista afirma: “Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano” (Sal. 37:24).
La motivación es una de las claves para el cambio de actitud. La motivación está relacionada a la emoción – no es solamente una decisión, también existe deseo o miedo. El amor, por ejemplo, es un elemento que constriñe al cambio. No hay cómo conocer a Cristo y permanecer de la misma forma.
Intensidad La intensidad de la emoción involucrada puede potenciar o impedir la acción. Entonces, recuerde: “Quien está en Cristo, nueva criatura es (2 Cor. 5:17). La ruptura con el mundo debe ser total. Hay un gran énfasis en el cambio – en términos de nuevo nacimiento. No es solo alterar algunos hábitos. ¡Es nacer de nuevo!
Creencia La motivaci贸n tambi茅n necesita de creer que es posible completar la tarea, basada en alguna evidencia. En el caso del estilo de vida cristiano, la mayor evidencia debe ser la fe. El cambio no es s贸lo algo que se pretende, sino algo plenamente posible en Cristo.
Enfoque La motivación requiere enfoque, una dirección del pensamiento y de la energía hacia donde se quiere ir. Requiere un elemento de misión – un deseo de ir más allá, de llegar a algún lugar. El enfoque del cambio es la adoración. Pablo, en Romanos 12:1, nos recuerda que debemos presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.
Pasos para un cambio de hábitos: • Verificar los hábitos que necesitan ser alterados; • Reconocer los comportamientos que están interfiriendo negativa o positivamente en el estilo de vida; • Tener una visión – definir los padrones de comportamiento deseables; • Definir claramente metas y objetivos; • Trazar un plan de acción y comprometerse con él; • Entrenamiento de la voluntad – de los pequeños cambios (desde los más fáciles) hasta los grandes (más difíciles). • Obtener apoyo – Dios, comunidad y familia; • Estar atento a las recaídas