Para tener salud y bienestar, es importante practicar la lealtad y la integridad hacia Dios.
Conozca 8 razones para ser leal e íntegro: – Dios es mi Padre; – Él tiene para darme todo lo que necesito; – Él se interesa diariamente en mí y me sustenta con todo lo que necesito; – Independiente de mi gratitud hacia Él, actúa en mi vida; – Es un Padre especial que primero me bendice y después me pide que le devuelva, en forma de adoración, una pequeña parte de esa dádiva; – Me provee de empleo y otros medios para el sostén de mi diario vivir; – Me da salud y disposición para ganarme el pan; – Me da conocimiento, sabiduría y prosperidad.
Probamos nuestra lealtad e integridad a Dios siendo fieles en la devolución de los diezmos y ofrendas. “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los diezmos al alfolí y halla alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”. (Mal. 3:8-10).
Los diezmos y las ofrendas están en un mismo nivel para Dios. Los dos deben ser cuidadosamente considerados. Diezmo: Propiedad del Padre. Si no lo devolvemos, equivale a renegar a Dios como Creador. Ofrendas: Ignorar la ofrenda como elemento de
adoración, sería rechazar abiertamente a Cristo como Salvador y como el “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Job. 1:29).
¿Cuáles son los resultados de la deslealtad y la deshonestidad en la devolución de los diezmos y las ofrendas? • Desarrolla el espíritu de codicia
Fortalece el egoísmo
“Es el espíritu de la codicia lo que induce a Fortalece el egoísmo los hombres a conservar para la complacencia propia los medios que por derecho pertenecen a Dios, y este espíritu es tan aborrecible”. (Los Hechos de los Apóstoles, pág. 274)
• Es un crimen contra Dios “Defraudar a Dios es el delito más grande que un hombre pueda cometer; y sin embargo este pecado está muy arraigado y extendido.-RH, oct. 13, 1896.”. (Consejos sobre Mayordomía Cristiana, pág. 91)
Efectos de la deslealtad y deshonestidad con la salud • La conciencia pesada y la falta de paz, quebrantan las fuerzas vitales de la vida. “Las penas, la ansiedad, el descontento, remordimiento, sentimiento de culpabilidad y desconfianza, menoscaban las fuerzas vitales y llevan al decaimiento y a la muerte”. (Consejos sobre Salud, pág. 341).
“El sentimiento de pecaminosidad ha envenenado las fuentes de la vida y de la verdadera felicidad”. (A fin de Conocerle, pág. 243). “A veces el remordimiento por el pecado mina la constitución y desequilibra la mente”. (Consejos sobre la Salud, pág. 321).
Efectos de la lealtad y honestidad para la salud • La bendición de la longevidad: “El valor, la esperanza, la fe, la simpatía y el amor fomentan la salud y alargan la vida.”. (Consejos sobre la salud, pág. 341).
• Desarrolla el espíritu de bondad y liberalidad. • El placer de hacer el bien producen cura y salud. Quien es leal, honesto y liberal en los asuntos espirituales, manifestará también esas virtudes al lidiar con el prójimo necesitado.
Hacer el bien promueve la salud. “El placer de hacer el bien a otros imparte calor a los sentimientos, el que se propaga a los nervios, activa la circulación de la sangre e induce salud mental y física”. (Consejos sobre mayordomía cristiana, pág. 359).
Por eso, en cualquier situación compensa servir al Señor.
“La bendición del Señor es la que enriquece, y no añade tristeza con ella” (Prov. 10:22).