sermonario

Page 1

UN LUGAR DE

Esperanza

1


Índice: 1. EL PALACIO DE LA ESPERANZA 2. ESPERANZA DE PERDÓN 3. ESPERANZA DE PUREZA 4. ESPERANZA DE SUSTENTO 5. ESPERANZA DE LUZ 6. ESPERANZA DE AMOR 7. ESPERANZA DE VIDA 8. ESPERANZA DE FELICIDAD


Sumario: Temas: Pr. Elias Brasil Traducción: Dorita de Raso Revisión: Jolivê Chaves/Susan Araya Diagramación: Victor Hugo Flores (DSA Media Center) Ilustración tapa: Jocard Secretaria: Ruth de Choque Realización: División Sudamericana


1. EL PALACIO DE LA ESPERANZA INTRODUCCIÓN Nuestro tiempo está marcado por la angustia y el temor de una situación económica desfavorable, por la preocupación acerca de problemas de salud y enfermedades incurables. Estamos afligidos por el miedo a la violencia en un mundo cada vez más deshumano. Y como si no bastaran estas cosas, vivimos angustiados debido a problemas de relaciones con las personas a quien más amamos. Frente a este escenario de tristeza y preocupación, quiero decirles que existe ESPERANZA. A lo largo de esta semana vamos a estudiar y reflexionar sobre la esperanza, porque la esperanza es la gran necesidad de todos en el mundo en que vivimos. Ilustración: Un poco más de un mes antes de morir, el filósofo ateo Jean-Paul Sartre declaró que él resistió con toda sus fuerzas al sentimiento de desespero, y que comenzó a decir: “Sé que moriré en la esperanza”. Entonces, con profunda tristeza añadió: “pero esta esperanza hay que crearla”. Jean-Paul Sartre estaba sediento de esperanza, pero como no creía en Dios, no había fundamento para la esperanza que él tan ardientemente deseaba. Queridos amigos, la ESPERANZA sobre la cual vamos a hablar en esta semana tiene un sólido fundamento. No es una esperanza ilusoria construida sobre un cuento de hadas; es la ESPERANZA que está fundada en Dios y revelada en la Biblia. Es sobre este mensaje de ESPERANZA que hablaremos durante esta semana. No importa las dificultades, problemas o desafíos que esté enfrentando, hay ESPERANZA para usted y su familia. DESARROLLO Ahora vamos a hablar sobre el palacio de la esperanza. Una de las enseñanzas más fascinantes de la Biblia es la historia del santuario que Dios ordenó a su pueblo que construyera. Esto sucedió después

UN LUGAR DE

Esperanza

4


que Dios liberara a su pueblo de Egipto, donde eran esclavos, para llevarlos a la tierra de Canaán. Hace unos 3500 años que esta historia ocurrió, sin embargo, podemos sacar enseñanzas maravillosas que también se aplican a nuestra vida. En Éxodo 25:8, Dios dijo: “Y harán un santuario para mí, y habitaré en medio de ellos”. Este santuario era una tienda de dos sectores cercado por un patio. Dios dio instrucciones bien detalladas y específicas en cuanto al tamaño de este santuario y sobre la manera correcta de construir los muebles. En el patio había un altar donde eran ofrecidos los sacrificios de animales y un lavatorio con agua para que los sacerdotes pudieran purificarse antes de entrar en el recinto sagrado para ministrar delante del Señor. El primer sector del santuario se llamaba lugar santo. En este lugar había tres muebles: la mesa con los panes, el candelero con siete brazos y el altar del incienso. El sacerdote entraba en este ambiente todos los días para ministrar delante del Señor a favor del pueblo. El segundo sector era el lugar donde Dios revelaba su presencia. Ese era el lugar más santo de aquel santuario; por eso era llamado lugar santísimo. Allí había un mueble en forma de caja, llamado arca del pacto. Dentro del arca estaban los diez mandamientos escritos con el dedo de Dios en tablas de piedra. Sobre el arca había una tapa, llamada propiciatorio, sobre la cual Dios revelaba su gloria. Arriba del propiciatorio había una figura de dos ángeles mirando con reverencia hacia el arca. En verdad, el santuario construido por los israelitas funcionaba como habitación de Dios. Era el palacio divino en medio del pueblo. Este palacio con sus muebles y ritos ilustraba verdades importantes del plan de Dios para restaurar la felicidad de los seres humanos. Era una poderosa representación visual de la esperanza que sólo Dios puede ofrecer. I. EL ALTAR El altar, localizado en el patio, donde los israelitas ofrecían los sacrificios, enseñaba la solemne lección de que el pecado causaba la muerte de un animal inocente. Del altar aprendemos que el perdón de

UN LUGAR DE

Esperanza

5


los pecados sólo puede ser plenamente concedido cuando miramos a la cruz, donde Cristo, el inocente Cordero de Dios entregó la vida para salvarnos del pecado. En este altar aprendemos la importancia y el valor del perdón que necesitamos para vivir una vida feliz. Ilustración: Un famoso psiquiatra declaró que si él pudiese convencer a los pacientes de su hospital psiquiátrico que sus pecados estaban perdonados, y el 75% podrían recibir de alta inmediatamente. Cristo murió para que nuestros pecados fuesen perdonados. Por lo tanto hay esperanza de perdón. II. LA FUENTE En la fuente con agua ubicada en el patio, los sacerdotes debían purificarse para entrar en el santuario y ministrar delante de Dios. La lección fundamental que aprendemos aquí es el valor de la pureza. Aquellos que desean tener comunión con Dios deben valorizar la pureza. Vivimos en un mundo en que la pureza es despreciada y los valores morales básicos son abandonados. ¡Cuánta suciedad podemos ver en el mundo hoy! Cuánta pornografía, prostitución, drogas, infidelidad en los relacionamientos, amenazan la felicidad de las familias. Queridos amigos, Dios nos llama para una vida de pureza y lealtad a sus enseñanzas. Dios quiere que seamos felices, por eso Él pide pureza. Esta es la gran lección que se enseñaba por medio de la fuente en el patio del santuario. Hay un dicho popular que dice: “No es la montaña que agota las fuerzas, sino las piedritas en el zapato”. Las pequeñas cosas, los hábitos errados, y otras flaquezas impiden nuestra felicidad. Pero Cristo nos quiere purificar y sólo Él nos puede dar el poder para vencer los malos hábitos y los malos pensamientos. Cristo nos purifica de las piedritas de pecado. Apreciado amigo, hay esperanza de pureza. III. LA MESA En el primer compartimento del santuario había, como ya vimos, una mesa con panes, el candelabro y el altar de incienso. La mesa con los panes enseñaba que Dios es el proveedor de las necesidades

UN LUGAR DE

Esperanza

6


de su pueblo. No debemos olvidar que Dios es el supremo proveedor de nuestras necesidades. El alimento que nos sustenta y los bienes materiales que nos permiten vivir una vida digna son el resultado de la providencia de Dios. Y Dios está dispuesto a hacer mucho más por nosotros: Él quiere proveernos el alimento espiritual para que vivamos una vida de satisfacción y alegría. En Jesucristo podemos recibir este sustento que nos da fuerzas para enfrentar las luchas espirituales y vivir una vida en comunión con Dios. IV. EL CANDELABRO El candelabro apuntaba a Cristo, la luz del mundo. Cuando estamos con dudas en las ocupaciones de la vida, sin saber adónde ir, qué hacer o qué decisión tomar, podemos confiar en Cristo. Donde hay luz no existen tinieblas. Cristo es la luz que ilumina. Su Palabra es la lámpara que nos muestra el camino. Venga a andar en esta luz para tomar decisiones correctas y vivir una vida más feliz. V. EL ALTAR DEL INCIENSO En el altar del incienso el sacerdote ofrecía diariamente incienso, cuyo aroma llenaba el santuario, particularmente el lugar santísimo. Al quemar el incienso, el sacerdote intercedía en favor del pueblo delante de Dios. El perfume suave del incienso indicaba que el sacerdote mediador estaba llevando a Dios las necesidades del pueblo. Era un anticipo profético de la obra de Cristo en nuestro favor como sacerdote del santuario celestial. Estimado amigo, Cristo está en el cielo hoy intercediendo por nosotros. Alguien preguntó a un padre: “¿Por qué ama usted a sus hijos?” Aquél padre pensó por un momento y respondió: “Porque son míos”. Dios es nuestro Padre y en Cristo Jesús su Hijo él nos ama y nos salva. La Biblia dice: Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Pero si alguno hubiera pecado, Abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo el Justo” (1 Juan 2:1). VI. EL PROPICIATORIO En el lugar Santísimo había una pequeña caja revestida de oro

UN LUGAR DE

Esperanza

7


llamada “arca de la alianza”. Sobre el arca había una tapa llamada propiciatorio. Una vez por año el sumo sacerdote asperjaba sangre del sacrifico sobre ese propiciatorio, para enseñar la solemne lección de que los pecados sólo pueden ser removidos con la sangre del sacrificio. Cristo, el supremo sacrificio, demostró su amor por nosotros, al morir en la cruz para darnos perdón y reconciliarnos con Dios. Aquí podemos contemplar y reflexionar sobre el amor infinito de Dios. VII. EL ARCA El arca contenía los diez mandamientos de la Ley de Dios. En esta ley está la receta para la felicidad verdadera. Al darnos su ley Dios también nos da la disposición y las fuerzas para obedecerla. Al reconciliarnos con Dios somos llamados para una vida de acuerdo con su voluntad. CONCLUSIÓN Ilustración: Décadas atrás hubo en Chicago una reunión de los representantes de las religiones del mundo. Prácticamente todas las religiones conocidas de aquella época estaban allí representadas. Un representante de cada grupo recibió la oportunidad de hablar en nombre de su religión para explicar en qué creían y por qué su grupo era una religión mundialmente relevante. Durante una sesión, el representante cristiano se dirigió al plenario y dijo: “Caballeros, permítanme presentarles a una mujer que padece de gran tristeza. Tiene manchas de sangre en sus manos y nada las removerá. La sangre es de asesinato y nada puede quitar las manchas. Ella está desesperada y angustiada. ¿Existe alguna cosa en la religión de ustedes que pueda remover el pecado de esta mujer y darle paz? Un silencio descendió sobre la reunión, mientras el orador miraba de un lado para otro buscando una respuesta. Ningún representante de las otras religiones allí presentes respondió. Eso era de esperar, porque todas ellas enseñan que sólo las buenas obras pueden ganar aquel tipo de paz. Y, ¿quién podría hacer algo suficientemente bueno en la vida para exceder en valor al mal del asesinato? Elevando los ojos al cielo el representante cristiano exclamó:

UN LUGAR DE

Esperanza

8


“Voy a hacer la pregunta a otro: Juan, ¿le puede decir a esta mujer como puede librarse del terrible pecado? El orador cristiano esperó como si escuchaba una respuesta. De repente, dijo “Escuchen, Juan va a hablar: “La sangre de Jesús, su Hijo nos purifica de todo pecado” (1 Juan 1:7). Amigos, el santuario enseña que por nosotros mismos no podemos ser suficientemente buenos para alcanzar la paz verdadera. Necesitamos de Dios y del perdón que Él ofrece mediante el sacrificio de su Hijo Jesucristo. Necesitamos que la sangre de Jesús nos purifique de la maldad de este mundo en que vivimos. Precisamos de Dios para que nos sustente, e ilumine nuestro camino, dándonos vida, amor y felicidad. LLAMADO Mi querido amigo, estamos aquí para decirle que hay un futuro con esperanza para usted. En Jesucristo Dios ofrece perdón, pureza, sustento, luz, amor, vida y felicidad. En nuestros próximos encuentros vamos a abordar cada uno de estos temas para que usted y su familia vivan en la esperanza de días mejores y en la certeza de un futuro maravilloso preparado por Dios para ustedes. ¿Quiere vivir una vida más feliz, una vida con poder para enfrentar los problemas de cada día? Lo invito a disfrutar un futuro con esperanza. Venga en las próximas reuniones para recibir los mensajes de esperanza que Dios ofrece para usted y su familia. Aquellos que desean recibir esta invitación divina y acompañarnos en esta semana levanten ahora su mano.

UN LUGAR DE

Esperanza

9


2. ESPERANZA DE PERDÓN INTRODUCCIÓN: Ilustración: En una sangrienta batalla en la Segunda Guerra mundial, un batallón de soldados aliados fue capturado por el enemigo y sometido a trabajos forzados en el campo. Una tarde algo extraño sucedió: Faltaba una pala. El oficial encargado de los prisioneros se puso furioso y exigió la presencia de la herramienta que había desaparecido. Como nadie se presentaba con la pala, el oficial enfurecido amenazó con matar a todos. Los prisioneros sabían que el oficial hablaba la verdad. Después de algunos momentos de intensa presión psicológica, uno de los prisioneros dio un paso al frente. El oficial largó el arma y usando la pala, golpeó al prisionero hasta la muerte. Los compañeros se encargaron del cuerpo ensangrentado del colega e hicieron un recuento de las herramientas. Para sorpresa y espanto de todos, ninguna herramienta había desaparecido. Hubo un error en la primera cuenta. La noticia se desparramó como reguera de pólvora por el campamento: un hombre inocente estuvo dispuesto a morir por salvar a los colegas! Aquél incidente causó una profunda impresión en aquellos soldados y de allí en adelante comenzaron a tratarse unos a otros como hermanos. Cuando los aliados finalmente invadieron aquél campo de prisioneros, los papeles se invirtieron. Ahora los enemigos fueron los prisioneros y la venganza podría realizarse. Pero en lugar de la revancha, los prisioneros recién liberados exclamaron: No más odio. No más muertes, lo que más necesitamos ahora es el perdón. Queridos amigos, en nuestro mundo marcado por el odio y por la venganza, en una sociedad en que impera la voluntad y el deseo de los más fuertes; cuando las relaciones familiares están a punto de romperse y las personas a quiénes más amamos se apartan de nosotros, lo que más necesitamos es el perdón. Querido amigo, querida amiga. Hay esperanza de perdón. Esta es una de las lecciones más profundas que

UN LUGAR DE

Esperanza

10


aprendemos en el santuario israelita. El santuario habla del precio y la disponibilidad del perdón. Allí aprendemos que el perdón cuesta la vida de un substituto inocente y está disponible para que podamos recuperar una conciencia tranquila y la seguridad de una vida al lado de Dios. Vamos a estudiar ahora cómo la esperanza del perdón se enseñaba en el santuario mediante el rito del sacrificio en el altar de los holocaustos y cómo esa esperanza puede hacer la diferencia en nuestra vida hoy. DESARROLLO El primer mueble que encontramos en nuestro camino hacia el santuario es el altar del sacrificio. Ahí el pecador traía al inocente animal, sobre el animal confesaba su pecado, y finalmente sacrificaba al animal para recibir el perdón de los pecados. El sacerdote recibía la sangre del animal y la derramaba en la base del altar y seguidamente consumía una porción de la carne del sacrificio o, en algunos casos, sólo llevaba la sangre para el interior del santuario. Por medio de ese rito el pecador recibía el perdón y el sacerdote asumía la responsabilidad que el pecado fuera perdonado. Y mediante la aspersión de la sangre en el interior del santuario, el pecado permanecía allí hasta el día que se quitaba definitivamente. Ese sacrificio era muy importante para enseñar tres lecciones fundamentales. I. LAS LECCIONES DEL ALTAR A. Primera lección: Las cosas equivocadas que hacemos, los pecados que cometemos tienen consecuencias extremadamente graves. Esas acciones ofenden a Dios que nos creó para una vida feliz de obediencia. Con frecuencia los errores que cometemos hieren a otras personas quienes deberían recibir nuestro amor y nuestra amistad. ¡Qué terrible es el pecado! Sus consecuencias son familias divididas, niños abandonados y los más diversos y horribles crímenes. B. Segunda Lección: El sacrificio del altar, además de mostrar que el pecado era algo muy serio, enseñaba que el precio del perdón era la muerte del animal inocente. Había esperanza de perdón para los

UN LUGAR DE

Esperanza

11


pecadores, pero el precio del pecado debía ser pagado por una víctima inocente. En otras palabras, una víctima inocente debía recibir un castigo en lugar del pecador para que éste pudiese recibir el perdón. C. Tercera lección: El sacrificio enseñaba que por nosotros mismos no podemos obtener perdón. Necesitamos de un mediador. Todo lo que el pecador podía hacer era confesar el pecado y quitar la vida del animal. A partir de ese momento, era el sacerdote quien representaba al pecador delante de Dios y ejecutaba los ritos que terminaban registrando el pecado en el santuario. Por medio de los ritos de sacrificios realizados en el altar, se enseñaba claramente la necesidad de un mediador, un intercesor. Mis queridos amigos, este sistema de ceremonias y sacrificios tenía el propósito de apuntar para Cristo y la obra que el Salvador del mundo realizaría en la cruz del Calvario y en el cielo a favor de cada uno de nosotros. Cada animal sacrificado en el altar del santuario era una representación de Cristo que un día moriría en nuestro lugar para darnos el perdón. Al mismo tiempo, Cristo es el sacerdote que hoy intercede por nosotros delante de Dios en el templo celestial. Cuando Juan el Bautista vio a Jesús aproximarse exclamó: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Cristo es el cordero muerto en la cruz para darnos perdón. Por eso en esta Semana Santa, cuando el mundo cristiano recuerda el sacrificio de Cristo, queremos decirles que existe esperanza de perdón. Cristo el cordero de Dios murió para ocupar su lugar y mi lugar y darnos el perdón de nuestros pecados. Quiero invitarlo a recibir y experimentar ese perdón. Hay tres pasos importantes que necesitamos dar para experimentar el perdón que Dios nos ofrece. II. LA EXPERIENCIA DEL PERDÓN A. Primer Paso: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8). El primer paso es admitir que somos pecadores. La Biblia enseña que somos pecadores y necesitamos de perdón. Veamos algunos pasajes:

UN LUGAR DE

Esperanza

12


“¿Quién puede decir: Yo he limpiado mi corazón, limpio estoy de mi pecado?” (Prov. 20:9) “Ciertamente no hay en la tierra hombre tan justo, que haga el bien y nunca peque.” (Eclesiastés 7:20). “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). La Biblia es clara. El pecado es una realidad que no puede ser negada, sus consecuencias, tristezas, sufrimiento y muerte, afectan toda la raza humana. Es por eso que todos necesitamos del perdón que Cristo ofrece. Si usted se siente un pecador, si ya hizo o está haciendo cosas equivocadas en la vida, si personas ya sufren por causa de actitudes o actos que usted cometió, yo quiero decirle que existe esperanza de perdón para usted. Este es el mensaje de la Palabra de Dios. B. Segundo Paso: “Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de consuelo” (Hechos 3:19). Sin arrepentimiento no hay perdón. Ilustración: Algunos años atrás un asesino fue condenado a muerte. El hermano del asesino, con quien el estado tenía una deuda de gratitud por servicios prestados, pidió al gobernador que perdonara a su hermano. El perdón fue concedido y aquél hombre fue a la prisión a visitar a su hermano con el perdón en su bolso. “¿Qué harías, le preguntó al hermano prisionero, si recibieras el perdón? “La primera cosa que haría, respondió el prisionero, sería encontrar al juez que me condenó y lo mataría, y la siguiente cosa que haría sería buscar a la testigo principal para matarla también.” El hermano se levantó y dejó la prisión con el perdón aún en el bolso. C. Tercer Paso: La Biblia nos dice que “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9). Por tanto, el tercer paso para ex-

UN LUGAR DE

Esperanza

13


perimentar el perdón es la confesión. Es la confesión que marca un nuevo comienzo en nuestra vida. La confesión trae perdón mediante la aceptación y reconocimiento de lo que Jesús pagó en la cruz. En la cruz Jesús garantizó un nuevo comienza para nuestra vida. Él pagó la penalidad de la muerte para purificar nuestra vida. Confesar es la oportunidad para expresar el reconocimiento de que necesitamos de perdón. ¿Qué beneficio recibe Dios con nuestra confesión? Ninguno. Él ya conoce el pecado que está en nuestra vida, Él conoce nuestra condición de pecador. Él nos vio cometer un pecado tras otro. La confesión es para que vayamos y reconozcamos nuestra dependencia de Él. Dios quiere que nosotros dependamos de Él. La Biblia dice que somos ovejas sin pastor, pues nuestra naturaleza está en rebelión contra Dios. Confesar es reconocer que aceptamos la muerte de Cristo en la cruz como la paga por nuestro pecado. Confesar entonces, es el resultado de comprender nuestra depravación y nuestra dependencia de Dios para solucionar nuestro problema de pecado y obtener el perdón que se alcanza por la muerte del hijo de Dios, Jesucristo. CONCLUSIÓN Ilustración: En 1830 George Wilson fue condenado a la horca por robar los correos de los Estados Unidos y por asesinato. El presidente americano en esa época, Andrew Jackson, emitió un perdón para Wilson, pero él se rehusó a aceptarlo. El asunto fue a la suprema corte, que concluyó que Wilson debía ser ejecutado. “Un perdón es un pedazo de papel”, escribió el juez, “cuyo valor lo determina la aceptación del perdón de la persona a ser perdonada. Perdón rehusado no es perdón. George Wilson debe ser ahorcado.” Apreciado amigo, aquí hablamos sobre la esperanza del perdón porque queremos que usted salga de este encuentro con la seguridad del perdón. Pero usted necesita aceptar este perdón.

UN LUGAR DE

Esperanza

14


LLAMADO Si usted hizo cosas de la cuales siente tristeza, si usted participó de situaciones que ahora le afligen la conciencia, si usted lastimó a otras personas con actitudes o hechos equivocados, extienda ahora su mano para Cristo. Confiese sus pecados y acepte el perdón que Cristo ofrece en este exacto momento. Hay un amor infinito para perdonar y restaurar su vida. Acepte el perdón que Dios le quiere dar en esta noche, mediante el sacrificio de Cristo en la cruz del Calvario. ¿Quién desea recibir el perdón divino? Levántese para una oración.

UN LUGAR DE

Esperanza

15


3. ESPERANZA DE PUREZA INTRODUCCIÓN En el último encuentro hablamos sobre el altar de sacrificios y el perdón que Dios nos ofrece en Cristo Jesús. Ahora, continuando nuestra visita al antiguo santuario israelita, necesitamos reflexionar sobre las lecciones que enseña la fuente de bronce. En esta fuente con agua los sacerdotes debían purificarse antes de ministrar en el altar o entrar en el santuario. La enseñanza básica de la fuente es acerca de la pureza que Dios pide de aquellos que se aproximan a Él. Al usar el agua de la fuente para purificarse los sacerdotes estaban enseñando al pueblo que Dios no sólo nos perdona en el altar, sino que también renueva el pecado de nuestra vida. Ilustración: Después de una noche de violenta tempestad, un gran árbol, que a lo largo de los años se transformó en un imponente gigante, fue derrumbado en medio de un parque. En el lugar donde el árbol se había erguido majestuoso, quedó sólo un tronco quebrado. Un examen detallado mostró que el árbol estaba debilitado por dentro. Millares de pequeños insectos habían corroído su interior. La ruina de aquél árbol no la causó la tempestad repentina que se abatió sobre él. El debilitamiento de aquél árbol frondoso comenzó en el momento en que el primer insecto penetró en su corteza. Mis queridos amigos, cuando los insectos de odio, de venganza, de envidia, de pornografía, de codicia y de otros pensamientos malos invaden nuestra mente, destruyen nuestra vida, nuestra familia, nuestras relaciones. Necesitamos de pureza para que los insectos de los malos pensamientos, de las malas intenciones y de las malas acciones no corroan nuestra vida. En el santuario recibimos la esperanza de pureza y la Biblia nos aconseja e instruye acerca de cómo alcanzar la pureza que Dios pide de nosotros.

UN LUGAR DE

Esperanza

16


La Palabra de Dios expresa la necesidad de ser purificados de nuestros pecados. Al recibir el perdón, Dios también quiere darnos la pureza para vivir como sus hijos en medio de una sociedad cada vez más contaminada e impura. Los escritores de la Biblia expresan en varios lugares el deseo de ser purificados por Dios. David al percibir su necesidad de pureza, oró a Dios: “¡Lávame más y más de mi maldad y límpiame de mi pecado!” (Salmo 51:2). En otro salmo encontramos esta oración: “¿Quién puede discernir sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu siervo de las soberbias, que no se enseñoreen de mí. Entonces seré íntegro y estaré libre de gran rebelión” (Salmo 19:12,13). DESARROLLO Apreciado amigo, al contemplar la fuente de agua percibimos una lección de pureza y de santidad. Hay esperanza de pureza para cada uno de nosotros. Abramos la Palabra de Dios en 1 Juan 3:1-3. “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro”. “La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad, y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, mientras aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras” (Tito 2:11-14). Dios quiere que cultivemos la pureza de mente, pureza de cuerpo y pureza en nuestras relaciones.

UN LUGAR DE

Esperanza

17


I. PUREZA DE MENTE El primer aspecto que necesitamos analizar es la pureza de la mente. Es en la mente y en el corazón, donde nacen los deseos y las tendencias que van a controlar nuestra vida y determinar nuestro destino. Si sembramos un pensamiento, cosecharemos un acto; Si sembramos un acto, cosecharemos un hábito; Si sembramos un hábito, cosecharemos un carácter; Si sembramos un carácter, cosecharemos un destino. Ilustración: Albert Einstein, uno de los padres de la bomba atómica, habló en una conferencia ocurrida en 1948, sobre la naturaleza del hombre en relación al mundo: “El verdadero problema está en los corazones y pensamientos de los hombres. No es un problema físico sino ético… Lo que nos asusta no es la fuerza explosiva de la bomba atómica, sino el poder de la maldad del corazón humano”. Los noticieros de la televisión, de la radio, los diarios y la internet informan sobre tantas atrocidades cometidas por seres humano contra otros seres humanos. Y cuando tomamos conocimiento de algunas crueldades practicadas por padres contra hijos, maridos contra esposas, y otros tipos de violencia doméstica y en la sociedad en general, nos cuesta creer que seres humanos practiquen tales barbaridades. Apreciados amigos, la maldad y la violencia antes de manifestarse físicamente en agresión al prójimo, nacen en la mente y en el corazón. El consejo de la Palabra de Dios es que debemos cuidar de nuestro corazón. El libro bíblico de Proverbios declara: “Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida” (Proverbios 4:23). El apóstol Pablo también nos aconseja: “…llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5). II. PUREZA DEL CUERPO El segundo aspecto es la pureza de nuestro cuerpo. En 1 Corintios 6:19, 20, la Biblia declara: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido

UN LUGAR DE

Esperanza

18


de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”. La Palabra de Dios nos alerta acerca del deber de cuidar nuestro cuerpo, mantenerlo limpio y puro de cosas que perjudican la salud. Amigos, cuidemos de nuestro cuerpo pues tiene un extraordinario valor. Ilustración: Un bioquímico de la Universidad de Yale (Estados Unidos) descubrió que el cuerpo humano vale unos seis millones de dólares. Vean los precios: Un gramo de hemoglobina cuesta U$S 285,00; un gramo de insulina U$S 47,50; un gramo de tripsina purificada (una enzima que actúa en las proteínas) U$S 36,00; la bilirrubina, pigmento de la bilis cuesta U$S 12,00 el gramo; el ADN humano cuesta U$S 76,00; el colágeno U$S 15,00; la albumina humana U$S 3.00. Algunos componentes menos comunes: acetato quinase, substancia que activa una enzima, cuesta U$S 8.860.00 cada gramo; la fosfatasa alcalina cuesta U$S 225,00 el gramo; el ácido hialurónico, sustancia de cemento de los tejidos, U$S 175,00; bradiquinina (aminoácido) U$S12.000,00. Fue un choque cuando él llegó a la hormona estimulante del folículo: U$S 8 millones un gramo. La prolactina, hormona que estimula la producción de leche en la glándula del pecho, cuesta U$S 17,5 millones un gramo. Calculando el porcentaje de cada sustancia química en la composición del cuerpo humano, Morowitz llegó al valor medio de U$S 254,54 por cada gramo de cuerpo humano. Esto significa que una persona que pesa 79 kg. y 364 gramos, y considerando que el ser humano consiste en 68% de agua, tiene un peso “seco” de 24 kilos y 436 gramos. Multiplicado 24.436 gramos por U$S 245,54 llegamos al valor de U$S 6.000.015,44. Sin embargo apreciados amigos, de acuerdo con la Biblia nuestro cuerpo tiene un valor infinitamente mayor que los seis millones de dólares atribuidos a sus componentes químicos. El precio de nuestro cuerpo fue la sangre de Jesús derramada en la cruz del calvario. Por lo tanto nuestro valor no viene de las sustancias químicas que forman nuestro cuerpo o de cualquier posición social o cargo que ocupamos en la sociedad, sino de la sangre de Jesús. Como dice la Biblia: “Y no

UN LUGAR DE

Esperanza

19


por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el lugar santísimo, habiendo obtenido eterna redención” (Heb. 9:12). Comprado por un precio infinito, nuestro cuerpo pertenece a Dios. No nos pertenece porque fue comprado por Cristo. Jesús nos compró con su sangre para que el Espíritu Santo habite en nosotros. ¡Qué privilegio! Cristo compró nuestro cuerpo para que tengamos más salud y vivamos una vida más feliz. Pero este privilegio trae una responsabilidad solemne: debemos abstenernos de hábitos y alimentos perjudiciales para nuestra salud. Algunos hábitos como fumar, consumir bebidas alcohólicas, y otros tipos de drogas causan daños profundos a nuestro cuerpo. Alimentos con mucha grasa por ejemplo, perjudican la salud provocando daños en las arterias y causando una serie de enfermedades, inclusive graves problemas de pulmón y de corazón. Por eso estimados amigos, Dios pide que vivamos una vida de pureza en nuestro estilo de vida. Dios no pide eso para privarnos de cosas buenas o por capricho, todo lo contrario: Dios quiere que tengamos salud para que podamos disfrutar de relaciones saludables, que podamos cuidar mejor de nuestra familia, y para que vivamos una vida más feliz y placentera con el Espíritu Santo de Dios habitando en nuestro cuerpo. III. PUREZA EN LAS RELACIONES El tercer aspecto de la pureza tiene que ver con nuestras relaciones. Ilustración: Un importante periódico ofreció una gran cantidad de dinero a quien diese la mejor respuesta a la siguiente pregunta: “¿Cuál es el camino más corto a Londres?” La respuesta vencedora fue la siguiente: “El camino más corto para Londres es una buena compañía”. Buenas compañías, buenas amistades, pueden ser grandes bendiciones en nuestra vida. Los buenos amigos nos animan, nos alientan y nos dan deseos de vivir. Especialmente aquellos amigos que temen a Dios serán bendición para los que los rodean. Por otro lado, cuando nos asociamos con personas no comprometidas con un estilo de vida de bondad e integridad, podemos pagar un precio elevado. Cuántas

UN LUGAR DE

Esperanza

20


personas se envuelven en terribles problemas y hasta en una vida de crímenes debido a influencias negativas provocadas por amistades impropias. Por lo tanto, resulta obvio que las amistades que elegimos ejercen una profunda influencia sobre nuestra vida, tanto para bien como para mal. La Biblia tiene muchas orientaciones para que podamos elegir sabiamente nuestras amistades. El salmo 1 afirma: “Bienaventurado el varón [la mujer] que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado” (Salmo 1:1). El libro de Proverbios aconseja: “Dejad vuestras ingenuidades y viviréis; y andad por el camino de la inteligencia” (Prov. 9:6). San Pablo nos advierte de no unirnos con personas que desprecian a Dios. “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos, porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión, la luz con las tinieblas? ¿Qué armonía puede haber entre Cristo y Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Y vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: ‘Habitaré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo’. Por lo cual, ‘Salid de en medio de ellos y apartaos, dice el Señor, y no toquéis lo impuro; y yo os recibiré y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas’, dice el Señor Todopoderoso” (2 Cor. 6:14-18). Dios quiere nuestro bien, por eso Él nos aconseja elegir con mucho cuidado nuestras amistades. Eso no significa que tengamos que vivir una vida de aislamiento y nos apartemos de la vida social. Lo que la Palabra de Dios nos dice es que debemos cuidar de no asociarnos voluntariamente con personas que rechazan a Dios y viven practicando crímenes, para que no seamos influenciados por ellas. Si usted conoce personas así, ore por ellas para que reconozcan su necesidad de Cristo. Pero no se asocie con ellas voluntariamente para compartir su vida, porque como dice el dicho popular: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

UN LUGAR DE

Esperanza

21


Sí, amigos, la pureza que Dios pide de nosotros se aplica también a nuestras relaciones. Preservemos la pureza de nuestras relaciones eligiendo con cuidado nuestros amigos. CONCLUSIÓN Si usted piensa que es imposible vivir una vida pura en medio de un mundo impuro y de una sociedad que rechaza a Dios, si usted piensa que la pureza es un ideal que jamás podrá alcanzar, permítame decirle una cosa: La pureza no puede ser alcanzada por nuestro poder, solamente Dios puede darnos poder para vencer la impureza en nuestra vida. Solamente Dios puede ayudarnos a vencer los malos hábitos que perjudican nuestra salud. La pureza nos lleva a un estilo de vida cada vez más maduro. Aunque resulte difícil ser puro en un mundo impuro, podemos avanzar y progresar constantemente hacia una vida de pureza con Dios. Pídale a Dios el poder del Espíritu Santo para abandonar un hábito hoy, otro mañana, y así poco a poco irá avanzando en dirección al ideal de pureza y santidad que Dios desea para nuestra vida. Ilustración: Una persona muy preocupada con la pureza declaró lo siguiente: “Yo no soy lo que podría ser, no soy lo que debería ser, no soy lo que deseo ser, y no soy lo que espero ser, pero agradezco a Dios porque no soy lo que era, y puedo decir con el gran apóstol San Pablo: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy…” (1 Cor. 1510). No importa quién era usted o dónde estaba. Para Dios lo que interesa es para dónde está yendo y en quién se está transformando. LLAMADO Usted puede comenzar una vida nueva con Cristo ahora, una vida de pureza, una vida en la esperanza de verlo regresar muy pronto para darle un hogar de amor y eterna felicidad. ¿Quiere tomar esta noche la decisión de vivir una vida cada vez más pura? ¿Quiere ser lavado y purificado por Cristo? ¿Quiere hacer un compromiso con Dios de abandonar algún hábito o vicio perjudicial para su salud? Levante su mano en este momento.

UN LUGAR DE

Esperanza

22


4. ESPERANZA DE SUSTENTO INTRODUCCIÓN Al entrar en el primer compartimento del santuario, llamado el lugar santo, encontramos la mesa con los doce panes. Esos eran llamados los panes de la Presencia, pues deberían ser cambiados cada sábado, cuando eran sustituidos por otros nuevos. La mesa con los panes proporciona la idea de alimento y sustento. La mesa con los panes enseñaba la lección de que Dios es el supremo proveedor de las necesidades materiales y espirituales de su pueblo. Ilustración: Una famosa consejera acostumbraba recibir cerca de 10.000 cartas por mes de personas con problemas. Cuando se le preguntó sobre cuál era el problema que predominaba, ella declaró que el mayor problema de las personas era el miedo. Las personas tienen miedo de perder la salud, la riqueza, los familiares. En fin, las personas tienen miedo de la propia vida. En efecto, uno de los grandes problemas que afectan a las personas hoy es el miedo. Las personas están ansiosas, temerosas de no conseguir sustentarse a sí mismas o a su familia debido a un salario bajo. Otros tienen miedo al desempleo. Otros están bien materialmente, pero enfrentan profundos problemas espirituales y emocionales, y se debaten para encontrar un significado para la vida; están buscando una razón para vivir. Amigos, estamos aquí esta noche para decirles que existe esperanza para vencer los miedos que nos asaltan, porque nuestro Dios es Dios que sustenta a sus hijos y él promete satisfacer nuestras necesidades materiales y espirituales. La mesa con los panes en el lugar santo del santuario, enseñaba al pueblo a tener confianza en Dios, para el sustento diario de sus necesidades físicas y espirituales. Al reflexionar sobre esa mesa con panes en el santuario, aprendemos que los esfuerzos humanos son

UN LUGAR DE

Esperanza

23


importantes y necesarios, pero en última instancia, es Dios que provee nuestro sustento material y espiritual. Apreciado amigo, ¿usted está preocupado con su situación financiera, su empleo, su salario, o con las necesidades de su familia? ¿Está ansioso por el futuro ante tantas incertidumbres? Quiero decirles que hay un mensaje de esperanza para usted esta noche. Nuestro Dios es el Dios de la provisión, y Dios del sustento. El es el Dios de la mesa con abundancia, el Dios dispuesto a suplir las necesidades materiales y espirituales de su pueblo. Mis amigos, hay esperanza de sustento y de provisión para todos nosotros. Dios quiere derramar su bendición sobre usted y su familia. Al hablar a las personas preocupadas y ansiosas Jesús les dice: “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? (Mat. 6:26). Hay esperanza de sustento. Veamos lo que la Palabra de Dios nos enseña sobre el cuidado de Dios por nosotros. Examinemos la Biblia para alimentarnos de las promesas de Dios para nuestra vida. Veamos lo que Dios promete hacer por nuestras necesidades materiales y espirituales. DESARROLLO Una de las grandes promesas de la Biblia es la promesa de que Dios puede satisfacer nuestras necesidades. El apóstol San Pedro escribió que podemos confiar en Dios, “Echad toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7). Dios también promete el alimento espiritual para fortalecer nuestra relación con él y así ser mejores personas. Si el hambre de alimento físico es una infeliz realidad en nuestro mundo, el hambre espiritual también tiene sus víctimas. La Biblia habla de un tiempo en que habrá una grande hambre, no hambre de pan, sino hambre de oír la Palabra del Señor (Amós 8:11-12). Así como nuestro cuerpo precisa de alimento físico para sobrevivir, nuestra naturaleza espiritual necesita ser alimentada con las verdades de la Palabra de Dios. Como dice la Biblia en el libro de Deu-

UN LUGAR DE

Esperanza

24


teronomio: “no sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. (Deut. 8:3, cf. Mat.4:4). I. CONFIANZA Hay tres actitudes que debemos desarrollar para disfrutar de las promesas de Dios. La primera es la confianza. La Palabra de Dios nos exhorta a confiar en Dios. “Confía en Jehová y haz el bien; habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad” (Salmo 37:3). La confianza en Dios es fundamental para desarrollar una expectativa optimista delante de los desafíos y problemas de la vida. En el mundo en que vivimos precisamos enfrentar dificultades y desafíos, pero nunca debemos olvidar que Dios prometió estar con nosotros. En el libro del profeta Isaías Dios nos dice: “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti” (Isa. 43:2). Ilustración: Un grupo de científicos y botánicos estaba explorando regiones remotas de una cordillera de montañas en busca de nuevas especies de flores. Un día ellos notaron a través de sus binoculares una flor de tal rareza y belleza que su valor para la ciencia era incalculable. Pero la planta estaba en el fondo de un precipicio. Un niño curioso estaba cerca de ahí mirando todo y los científicos le hicieron la propuesta de pagarle bien si él descendía por una cuerda hasta el fondo del precipicio para recoger la flor que estaba allá abajo. El niño lanzó una mirada hasta el fondo del precipicio y dijo: “Espérenme que ya vuelvo”. Poco tiempo después el niño volvió acompañado de un señor de cabellos grises. Aproximándose al jefe de la expedición el niño le dijo: “Yo voy a descender al precipicio y recoger la flor para ustedes si este hombre asegura la cuerda. Él es mi padre”. Apreciado amigo/a, a veces enfrentamos dificultades y parece que tenemos que descender al precipicio de las necesidades materiales, del desempleo, de las deudas, y de otros problemas. Pero podemos tener la seguridad: Dios asegura la cuerda para que podamos descender y subir con seguridad los precipicios de las dificultades y de las pruebas que enfrentamos.

UN LUGAR DE

Esperanza

25


II. ALEGRÍA La segunda actitud es la alegría que debemos desarrollar para disfrutar de las promesas de Dios. La Biblia dice que debemos alegrarnos en el Señor. “Deléitate asimismo en Jehová y él te concederá las peticiones de tu corazón” (Salmo 37:4). Algunos gustan de los deportes, otros de la música, otros de la pesca. Cuando hacen estas cosas sienten una alegría, un sentimiento de satisfacción y felicidad tan grande, que parecen olvidar el resto de las cosas. La Biblia nos invita a tener alegría en Dios (Sal. 37:4). Esta no es una alegría banal y pasajera, sino la verdadera alegría, porque está enfocada en Dios y en la esperanza de sustento y bienestar que él nos ofrece. Muchas personas buscan alegría en los lugares incorrectos y con personas equivocadas. Dios nos da la alegría del sustento, las bendiciones materiales y espirituales que hacen una vida feliz. III. ENTREGA La tercera actitud es la entrega. “Encomienda a Jehová tu camino, confía en él y él hará” (Salmo 37:5). Alegrarse en Dios es tener placer en Dios, confiar en Él. Cuando usted entrega su vida a Dios, Dios le entrega el mayor regalo que un ser humano puede recibir: Ser un hijo suyo. Jesús vino a suplir nuestras necesidades. El mismo Jesús, que ejerció poder curando enfermedades, resucitando muertos y multiplicando panes y peces para mitigar el hambre de las multitudes hambrientas, habla a su corazón en esta noche diciendo: “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás” (Juan 6:35). ¿Quiere entregar su vida a Jesús? CONCLUSIÓN Ilustración: Un mendigo detuvo a un abogado en la calle de una gran ciudad y le pidió una limosna. Al mirar a aquél hombre mal vestido el abogado preguntó: “¿Lo conozco de algún lugar?” “Claro, mi nombre es Samuel, fuimos colegas en la escuela, hace años atrás”, res-

UN LUGAR DE

Esperanza

26


pondió el mendigo. Sin más preguntas el abogado llenó un cheque de mil reales. “Aquí tienes, toma esto y recomienza tu vida. Yo no quiero saber lo que sucedió en el pasado, el futuro es lo que importa”. Y al decir estas palabras, el abogado se fue. Con lágrimas en los ojos el mendigo fue a un banco. Parado en la puerta él miró a través del vidrio a los cajeros bien vestidos y el interior del banco limpio. Después miró los trapos inmundos que vestía. “Ellos no aceptarán de mi este cheque. Van a decir que yo falsifiqué el cheque, murmuró el mendigo mientras salía del banco con el cheque en el bolsillo. Al día siguiente los dos hombres se reencontraron. “Hola Samuel! ¿Qué hiciste con el cheque que te di? ¿Lo gastaste en el juego? ¿Lo gastaste en la bebida? “No, le dijo el mendigo, mientras sacaba el cheque del bolsillo y explicaba por qué no lo había cobrado. “Escucha, dijo el abogado, el valor de este cheque no depende de tu ropa sucia, sino de mi firma en él. Ahora vuelve al banco y cobra el dinero”. Amigos, Dios colocó su firma en el cheque de sus promesas. A veces parece que estamos abandonados y nada va bien en nuestra vida. Pero Dios tiene promesas extraordinarias para cada uno de nosotros. Basta confiar en Él y entregar nuestra vida en sus manos. LLAMADO Apreciado amigo, el Dios que lo llama en este momento es el Dios de las provisiones, del sustento, de la mesa con los panes. Él quiere darle las bendiciones del sustento material y también de las dádivas espirituales que lo harán una persona más feliz. ¿Quisiera en este momento entregar su vida en las manos de Dios? ¿Quisiera confiar en las promesas de la Palabra de Dios y recibir las bendiciones de una vida mejor?

UN LUGAR DE

Esperanza

27


5. ESPERANZA DE LUZ INTRODUCCIÓN El Santuario israelita contenía un candelabro con siete lámparas para iluminar el ambiente y enseñar algo importante sobre el plan de salvación. La creación del mundo comenzó con la creación de la luz: “¡Haya luz!” fue la orden divina, y la tierra oscura y caótica comenzó a tomar forma al recibir la luz. La luz en el santuario simbolizaba la presencia divina y apuntaba a Jesucristo, la luz del mundo. DESARROLLO Queridos amigos, necesitamos de luz, no solamente de la luz solar. Necesitamos de la luz espiritual. En la Biblia se usa la luz para simbolizar a Cristo. Isaías se refirió al Mesías como la luz: “El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; a los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos” (Isa. 9:2). Zacarías, el padre de Juan el Bautista profetizó sobre el niño Jesús: “como por la entrañable misericordia de nuestro Dios, con que nos visitó desde lo alto la aurora, para dar luz a los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte, para encaminar nuestros pies por camino de paz” (Lucas 1:78, 79). Cuando el bebé Jesús fue llevado al Templo para su dedicación y Simón lo tomó en los brazos (según está registrado en Lucas 2:32), él se refirió a Jesús de esta manera: “luz para revelación a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel”. El apóstol Juan escribió en relación a Cristo que “en él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres” (Juan 1:4). Necesitamos de la luz de Cristo para poder caminar a través de la oscuridad de este mundo. En esta noche quiero compartir con ustedes algunas de las funciones de la luz y ver cómo Jesucristo ejecuta cada una de ellas en nuestra vida. Los invito a buscar el texto de Juan 8:12: “Otra vez Jesús les habló, diciendo: --Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. Esta es una declaración muy

UN LUGAR DE

Esperanza

28


valiente de parte de Jesús: “Yo soy la luz del mundo”. ¿En quién piensa cuando alguien le dice: “Yo soy tu luz”? ¿Piensa en una persona que lo ilumina? ¿Piensa en alguien que lo llena de alegría y felicidad? ¿En qué sentido Jesús es la luz del mundo? ¿Cómo puede traer Jesús luz y vida a cada persona de este mundo? En la Biblia la luz representa la presencia divina y la salvación. La luz que emana de Cristo revela, sana, e ilumina. La luz de Cristo revela nuestra condición, sana nuestros males e ilumina nuestro camino. Vamos a reflexionar más detalladamente sobre cada una de estas funciones de la luz de Cristo. I. LA LUZ REVELA La luz revela. Jesús dice que a algunas personas no les gusta la luz. “Pues todo aquel que hace lo malo detesta la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean puestas al descubierto. Pero el que practica la verdad viene a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras son hechas en Dios” (Juan 3:20, 21). Si se mantiene un pedazo de madera en un lugar oscuro, todos los tipos de insectos se esconderán debajo de él. Pero si se expone a la luz, los insectos huirán porque ellos aman la oscuridad y detestan la luz. Así ocurre con nuestro corazón, si no tenemos a Jesús, la Luz del mundo, nuestro corazón tendrá oscuridad y se desarrollarán en él los pensamientos malos y las intenciones malas. Sin embargo, en el momento en que recibimos a Cristo, los insectos de maldad huyen. La luz nos ayuda a ver lo que está errado en nuestra vida para que podamos corregirlo. Cuando aceptamos la luz que Cristo derrama sobre nosotros, podemos ver que efectivamente necesitamos de Dios para hacer de nosotros una nueva criatura. Jesús nos da la capacidad de administrar nuestra vida, y autonomía para tomar decisiones. Solamente cuando permitimos que él ilumine nuestra vida estaremos en condiciones de tomar decisiones correctas. Apreciado amigo, usted necesita de la luz de Cristo para percibir

UN LUGAR DE

Esperanza

29


lo que debe ser cambiado en su vida. Usted necesita de la luz de Cristo para permitir que Dios transforme su vida. Es posible que tenga malos hábitos que deben ser abandonados. Tal vez, tenga un temperamento que está perjudicando su relación con su esposa/esposo, sus hijos, sus padres. A veces los malos pensamientos invaden su mente. Reciba la luz de Cristo en su corazón, esa luz va a expulsar la oscuridad de su vida y lo transformará en una nueva persona. La Palabra de Dios promete que cuando recibimos la luz de Cristo en nuestro corazón las tinieblas desaparecen de nuestra vida y somos transformados por Dios. “Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo” (2 Cor. 4:6). Dios no sólo expulsa las tinieblas de su vida, él establece morada en su corazón. Como dice el texto bíblico que acabamos de leer: Usted puede tener a Dios brillando en su corazón. ¡Qué promesa maravillosa! II. LA LUZ SANA La luz es esencial para nuestra vida diaria. Pocos de nosotros pensaríamos en transitar de noche por un camino extraño y poco conocido sin ningún tipo de iluminación. Hacerlo podría tener serias consecuencias. A una persona normal no le gusta estar en un lugar oscuro, a no ser para dormir. Ilustración: Hay una enfermedad producida por la falta de luz. Se la llama “Trastorno Afectivo Estacional”. Es un desorden causado por la falta de exposición a la luz solar, lo que altera la química del cerebro de una persona. Durante el otoño y meses de invierno en los lugares en que el día es muy corto, entra menos luz en los ojos. Esto impide la liberación de una importante sustancia química del cerebro llamada serotonina. Cuando no se libera la serotonina en cantidades suficientes, pueden aparecer síntomas de depresión. La melatonina que regula nuestro ciclo de sueño se libera en mayores cantidades agravando el estado depresivo. ¿Saben cómo se trata esta enfermedad? El tratamiento básico es la terapia de la luz. Es decir, que aumentando la exposición de una persona a la luz, determinadas sustancias químicas en el cerebro de la persona vuelven a los niveles normales, haciendo

UN LUGAR DE

Esperanza

30


que los síntomas de la enfermedad disminuyan o desaparezcan. Si la terapia con la luz puede resolver problemas físicos, la luz espiritual que dimana de Cristo tiene poder para solucionar los graves problemas que afectan nuestra vida. “Más para vosotros, los que teméis mi nombre, nacerá el sol de justicia y en sus alas traerá salvación. Saldréis y saltaréis como becerros de la manada” (Mal. 4:2). Mis queridos amigos, la luz de Jesús es la terapia que necesitamos para curar los males espirituales que nos afligen. III. LA LUZ GUÍA “Otra vez Jesús les habló, diciendo: --Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Como la luz del mundo, Jesús es nuestro guía. Él no sólo nos muestra el camino en la oscuridad, también nos ofrece su consejo siempre que tengamos que tomar una decisión importante. Y el medio fundamental que Cristo utiliza para lanzar sus rayos de luz sobre nuestro camino es su Palabra, la Biblia. El Salmo 119:105 declara: “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”. Ilustración: Mientras hacía maniobras una nave de guerra notó una luz en la oscuridad de la noche neblinosa. Después de verificar las coordenadas de la luz, el capitán reconoció que el navío estaba en camino de una colisión con un objeto según él era otro barco. El capitán dio instrucciones “Señales para el navío: Estamos en camino de colisionar y le aconsejo un cambio de 20 grados. Vino la respuesta: “Usted debe cambiar su curso en 20 grados”. “El capitán volvió a ordenar, “Yo soy un capitán, cambie 20 grados”. El otro respondió: “Yo soy un marinero de segunda clase, pero es usted quien debe cambiar el rumbo en 20 grados”. A esa altura el capitán ya estaba furioso. Su señal otra vez ordenó: “Soy un navío de guerra, cambie el curso en 20 grados”. La respuesta vino inmediatamente: “Es usted quien debe cambiar, yo estoy en un faro”. Algunas personas quieren cambiar la Biblia para ajustarla a su modo de vida. Sin embargo, la Biblia es el faro inmutable de Dios. Es la luz infalible de Jesucristo que nos muestra el camino. Por eso, nosotros somos los que debemos ajustar nuestra vida para andar de acuerdo con la voluntad de Jesús revelada en la Biblia.

UN LUGAR DE

Esperanza

31


CONCLUSIÓN Ilustración: Hay una historia acerca de cómo fueron descubiertas las famosas cavernas ubicadas al norte del Parque Nacional Yellowstone, en los Estados Unidos. Según la historia, uno de los primeros exploradores estaba caminando en la cumbre de una montaña y cayó en un hueco descendiendo por varios metros. El pobre hombre quedó encerrado en una oscuridad total durante una semana, sin comida y sin agua. Diariamente gritaba por socorro, esperando que alguien escuchara su voz y descubriese que él estaba allí. Finalmente alguien pasó cerca y oyendo ese débil pedido de socorro, dio una mirada y encontró el hueco. Al rescatar al hombre, encontraron esta famosa y gigantesca caverna. Después le preguntaron: “¿Cómo pudo mantener la esperanza día tras día en aquella oscuridad sin desistir?” El hombre respondió: “Había un pequeño rayo de luz que entraba por una pequeña abertura encima de mí y yo me mantuve fijo en aquella luz”. Queridos amigos, muchos a nuestro alrededor están como aquél hombre en el fondo de la caverna, están en oscuridad, viviendo una vida de dolor y de miseria en busca de una salida. Jesús es la luz que al final del túnel ofrece una salida de esperanza para los problemas que usted enfrenta. En Cristo no hay ningún problema que no se pueda solucionar, por más complejo que sea. Él quiere darnos poder para enfrentar los problemas. LLAMADO Mi querido amigo/a, Jesús es el faro. Sígalo, Jesús es la luz. Ande en su camino. Esta es la luz que revela, inspira, guía nuestra vida en el camino de la verdad. Quiero invitarlo a que usted permita que su vida sea guiada por la Luz del Mundo, Cristo Jesús. ¿Quiere en esta noche tomar la decisión de andar en la luz de Jesucristo? Levántese para que oremos por usted.

UN LUGAR DE

Esperanza

32


6. ESPERANZA DE AMOR INTRODUCCIÓN Un mueble importante en el santuario era el altar del incienso. Se lo llamaba así porque en ese altar los sacerdotes continuamente quemaban incienso. El incienso llenaba el santuario con un suave aroma y difundía su fragancia por los alrededores del tabernáculo. En este altar, el sacerdote también ofrecía la sangre del sacrificio en favor de los pecadores. Mediante el rito del altar del incienso se enseñaban profundas lecciones al pueblo de Dios. Aplicar la sangre en el altar del incienso significaba registrar el pecado en el santuario hasta el día de la expiación, cuando, mediante ritos especiales el santuario era purificado, y el pecado era lanzado definitivamente sobre la cabeza del originador del pecado. Es importante resaltar, que la obra del sacerdote en el altar del incienso, era una anticipación profética de la obra de Cristo en el santuario celestial en favor de los pecadores. Cristo murió por nuestros pecados y subió al cielo para ofrecer al Padre los méritos de su sangre derramada en la cruz del Clavario. Hoy, apreciado amigo, Cristo está en el santuario celestial intercediendo por usted y por mí. Y la palabra que resume el ministerio en el altar del incienso es un término de cuatro letras: AMOR. Fue por su amor infinito por cada uno de nosotros, que Cristo sufrió la muerte en la cruz, y después, subió al cielo para interceder por nosotros. Fue por amor que Jesús vivió, murió y resucitó para librarnos del pecado y de la culpa. Fue gracias al amor infinito de Dios manifestado en la cruz, que un día este planeta será purificado del pecado y de sus consecuencias. DESARROLLO Abramos la Biblia en Juan 15:13. “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. La Biblia también dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo unigénito para que todo aquél que en él crea, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

UN LUGAR DE

Esperanza

33


I. EL AMOR DE DIOS ES INCONDICIONAL No importa en qué circunstancias estemos viviendo o qué situaciones estemos atravesando, el amor de Dios es incondicional. Dios no nos ama porque merecemos, sino porque su amor es incondicional. En Isaías 54:10 encontramos esta bella promesa de Dios para nosotros: “Porque los montes se moverán y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia ni el pacto de mi paz se romperá dice Jehová, el que tiene misericordia de ti”. Y en otro pasaje del libro de Isaías, Dios nos promete: “Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, Jacob, y Formador tuyo, Israel: ‘No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti” (Isa. 43:1,2). II. EL AMOR DE DIOS ES TRANSFORMADOR Ilustración: Nicolau Cruz era el líder de una de las bandas más peligrosas de Nueva York. Sus padres eran satanistas y abusaron brutalmente de él. El se convirtió en un hombre duro, sin amor y lleno de odio. “Yo quería hacer a los demás lo que mi madre hizo conmigo”, dijo Nicolau. “Yo me sentía bien cuando lastimaba a las personas”. Pero en el fondo de su corazón no se sentía bien. “En la intimidad, cuando estaba solo, la soledad era como una mujer seductora que me arrastró para dentro de mi alma y me devoró. Me retorcía por dentro y luchaba. Yo me sentía tan perdido”. Sólo dos personas vieron la condición desesperada del corazón de aquél joven. Uno era un psicólogo. “Él me dijo aproximadamente cinco veces: ‘Hay un lado oscuro en su vida que nadie puede penetrar. Nicolau, usted va a acabar en una silla eléctrica y en el infierno. No hay ninguna esperanza”. El otro era el pastor Davi Wilkerson. Davi arriesgó su vida para decirle a Nicolau que había esperanza. “Yo escuché la voz de él: ‘Dios tiene poder para cambiar tu vida’, comencé a maldecir en voz alta”, dice Nicolau. “Le escupí al pastor en la cara, y lo golpeé diciéndole: no creo en lo que usted dice, ¡salga fuera de aquí!” Nicolau jamás espe-

UN LUGAR DE

Esperanza

34


raba oír lo que el pastor Davi le dijo enseguida: “Me puedes cortar en mil pedazos y arrojarlos a la calle, cada pedazo te seguirá amando”. Nicolau dice que “aquello causó un gran daño, un daño positivo a mi cerebro, y en mi corazón comencé a cuestionarme, durante dos semanas no pude dormir, mientras pensaba en el amor”. Nicolau y su banda aparecieron en una de las reuniones del pastor Davi. Uno a uno los integrantes fueron entregando la vida a Cristo. Fue la crucifixión de Jesús y su muerte en la cruz lo que impresionó a Nicolau. “Yo me sentí sofocado por el dolor, mis ojos estaban llenos de lágrimas y las lágrimas corrían por mi rostro. Estaba luchando y al fin me entregué” dice Nicolau. “Dejé que Jesús me abrazara y coloqué mi cabeza en su pecho. Le dije que sentía mucho pesar. Pedí perdón, y por primera vez, dije ‘te amo’.” El amor que Nicolau adquirió en retribución cambió su vida radicalmente. “Cuando abrí mis ojos había adquirido un nuevo corazón. Había nacido de nuevo, ahora soy un hijo de Dios”. III. EL AMOR DE DIOS ES INSONDABLE El amor de Dios es insondable. La más elevada demostración del amor alguna vez expresada sobre la faz de la tierra, fue en el Calvario. Cristo demostró el amor más profundo jamás vivido por alguien al morir por sus amigos. Pero Él fue más allá; como dice Pablo, él murió por sus enemigos (Rom. 5:6). Jesús no solamente descendió del cielo y renunció a su gloria y majestad al lado de Dios el Padre, él entregó su propia vida; no oro, plata y riquezas, él entregó la propia vida. Esa no era una vida común. Era la vida de una persona inocente, pero no era sólo eso, era una vida santa, jamás contaminada por el pecado. Y no solamente eso, era la vida de un hombre en unidad con Dios, era la vida del Hijo de Dios. Fue el Hijo de Dios, el Dios de gloria, el Príncipe de la vida que fue crucificado y muerto en nuestro lugar. El no fue forzado, no fue tomado de sorpresa y obligado a sufrir. Al contrario, Cristo se sometió voluntariamente a la muerte, y muerte de cruz. El hizo eso para tomar mi lugar, querido amigo. Nosotros merecíamos morir aquella muerte para pagar por nuestros pecados. Pero el Hijo de Dios tomó nuestro lugar para que nosotros pudiésemos recibir la liberación de nuestra culpa, y el poder para vencer el pecado en nuestra vida.

UN LUGAR DE

Esperanza

35


CONCLUSIÓN Mi querido amigo, el amor de Dios revelado en el santuario, y demostrado en la cruz del Calvario, está disponible para usted hoy. Cristo está en el santuario celestial en este momento intercediendo por usted. El asumió su lugar. El sufrió el castigo que nosotros merecíamos para que pudiésemos recibir la vida que sólo le pertenecía a él. Es por causa del amor infinito y eterno de Dios, que lo invito a recibir a Cristo como Salvador en su vida. Ilustración: Era febrero de 1941, en el campo de concentración de Auschwitz, en Polonia. Maximiliano Kolbe era un padre franciscano confinado en aquél infame campamento de muerte, porque había ayudado a judíos a escapar del terrorismo Nazi. Los meses pasaban y en la desesperación hubo una fuga. Se debía aplicar el reglamento del campamento: elegir a diez personas al azar para confinarlas en una celda, donde morirían de hambre. Era una lección que los nazis enseñaban, para impedir las tentativas de fuga en el futuro. Se dieron a conocer los nombres, entre ellos había un judío polonés llamado Frandishek Gasovnachek. El lloró, “¡tengo esposa e hijos!” Kolbe dio un paso al frente y dijo: “yo tomo el lugar de él”. Kolbe fue enviado a la celda con otras nueve personas, donde consiguió vivir hasta el 14 de agosto de ese año. Esta historia fue divulgada en la TV, algunos años atrás. Se lo mostró a Gasovnachek a los 82 años contando esta historia. Lágrimas se deslizaban sobre su rostro al contar cómo salvó su vida gracias a la bondad de un humilde sacerdote franciscano. En el reportaje, la cámara lo seguía alrededor de su pequeña casa blanca hasta un monumento de mármol decorado con flores. Allí había una inscripción: EN MEMORIA DE MAXIMILIANO KOLBE. EL MURIÓ EN MI LUGAR. Todos los días desde 1941 Gasovnachek vivió con el pensamiento: “yo vivo porque alguien murió por mí”. Todos los años el día 14 de agosto, él viaja para Auschwitz en memoria de Kolbe. Amigos, nosotros vivimos porque Cristo murió por nosotros en la cruz del Calvario. Fue el propio Jesús quien dijo: “Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos” (Juan 15:13).

UN LUGAR DE

Esperanza

36


LLAMADO Mi querido amigo, Jesús murió en su lugar. Él lo invita para que usted le entregue su vida. ¿Quiere aceptar este amor infinito y permitir que su vida sea transformada por el poder que proviene de ese amor? ¿Quiere vivir con la esperanza y la seguridad de días mejores, en el futuro hogar que Dios está preparando para cada uno de nosotros?

UN LUGAR DE

Esperanza

37


7. ESPERANZA DE VIDA INTRODUCCIÓN En el lugar santísimo del santuario estaba el arca y el propiciatorio. El arca era una caja de madera revestida de oro y contenía las dos tablas de piedra con los diez mandamientos. El propiciatorio era la tapa del arca. Sobre esa tapa el sumo sacerdote aplicaba la sangre en el día de la expiación para purificar el santuario de los pecados del pueblo allí acumulados. El arca, como el propiciatorio era el trono de Dios en el santuario. Allí Dios manifestaba su presencia y revelaba su carácter mediante las demandas morales expresadas en su ley, los diez mandamientos. La presencia de Dios en el santuario era fuente de vida para Israel. A partir del santuario y sus servicios el pecado era perdonado y finalmente extirpado de en medio del pueblo, restaurando la relación del pueblo con Dios y renovando la vida espiritual y física de Israel. El Nuevo Testamento en el libro de Hebreos, aplica la figura de propiciatorio del santuario al “trono de gracia” (Heb. 4:16), donde Cristo ministra en nuestro favor en el Santuario celestial. Es desde su trono de gracia que Cristo nos concede libertad del pecado y vida que proviene de Dios. La vida, apreciados amigos, es el bien más precioso, el don más importante que recibimos de Dios. Millares de personas mueren cada minuto. Debemos agradecer siempre a Dios por la vida que él nos da. Quiero hablar en esta noche sobre la vida que Dios ofrece para cada uno de nosotros, la vida que viene como don de Dios desde el santuario celestial, donde Cristo ministra hoy intercediendo en nuestro favor. DESARROLLO Ilustración: Es posible que en algún momento usted se haya sentido como el personaje del diseño de un periódico, en el cual un hombre estaba cargando un enorme peso en la espalda. Un gran nú-

UN LUGAR DE

Esperanza

38


mero de cosas contribuía para que el peso de esa carga sea imposible de cargar: auto, barco, futbol, familia, tiempo, trabajo. Debajo había un texto que decía: “¡La vida debe ser más que eso!” I. EL SENTIDO DE LA VIDA Todos en algún momento ya reflexionamos y luchamos con un sentido para la vida. Nuestra lucha puede ser con preocupaciones por el pago de una cuenta, un problema en el trabajo o una crisis familiar. Enfrentamos también presiones como la falta de tiempo para cumplir una tarea, o ejecutar un trabajo que tenemos que hacer durante la semana. A veces estamos acosados por aflicciones emocionales y nos sentimos desanimados, deprimidos, irritados o resentidos. En medio de estas luchas que reflejan muy bien las experiencias humanas, nosotros nos preguntamos: “¿Existe en la vida algo más que esto?” “¿Será que nacemos solamente para vivir angustias, estrés, preocupaciones y crisis para después morir y desaparecer para siempre?” Amigos, Jesús hizo una declaración muy importante, registrada en el evangelio de Juan: “El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Aquí está la solución para los grandes dilemas y crisis que enfrentamos, Jesús concede esperanza de vida, una vida en abundancia. El problema es que a veces buscamos esa vida en un lugar equivocado. Ilustración: Un borracho que estaba procurando alguna cosa, al ser interrogado por un policía, explicó que estaba procurando la billetera que había perdido. El policía preguntó “¿Dónde la perdió?” El borracho movió la mano mientras balbuceaba: “Yo la perdí cerca de dos cuadras para allá”. En la tentativa de entender la situación, el policía preguntó: “Entonces, ¿por qué la está buscando aquí?” El borracho respondió: “Allá no existe iluminación”. A veces buscamos respuestas a nuestras preguntas y soluciones para nuestros problemas en lugares equivocados. Si usted quiere una vida feliz y abundante, usted debe buscarla donde puede encontrar-

UN LUGAR DE

Esperanza

39


la: En Cristo Jesús. Note, Jesús no ofrece solo vida, él ofrece una vida “en abundancia”. La palabra abundancia en el diccionario quiere decir grande porción; cantidad más que suficiente para suplir las necesidades; hartura, abastecimiento. Pero al final, ¿qué tipo de vida es esa “vida en abundancia”? A. Algunos piensan que la vida en abundancia es una vida llena de emociones y cosas grandiosas para realizar, una vida que nunca se hace chata o monótona. No es en la agitada vida moderna donde encontramos el modelo para la vida en abundancia que Dios nos ofrece. Hay personas que viven corriendo, viajando y haciendo todo lo que quieren, pero no tienen felicidad. La Biblia dice: “Estad quietos y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10). B. Otros piensan que la vida en abundancia está determinada por la longevidad. Vivir por lo menos hasta los cien años de edad es el deseo de muchas personas. Pero noten una cosa: Hay personas que viven muchos años, pero llevan una vida de sufrimiento, de infelicidad y de amargura. La Biblia habla de un hombre que vivió 969 años, y después murió. El nombre era Matusalén (Gén. 5:27). Nada de importante se dice de Matusalén además del hecho de haber tenido hijos e hijas. Y con respecto a Enoc que vivió 365 años, un tercio de la vida de Matusalén, la Biblia dice que él anduvo con Dios, y Dios se lo llevó vivo para el cielo (Gén. 5:23,24). Así la vida abundante no está relacionada con la longevidad sino con la calidad de nuestra vida. El mismo Jesús que vivió apenas 33 años en este mundo, vivió una vida en abundancia en el breve período de tiempo en que estuvo entre los seres humanos. C. Algunos piensan que la vida en abundancia es una vida repleta de bienes materiales, de lujo, casas, bienestar, autos y recursos para comprar cualquier cosa, o el dinero para viajar a cualquier lugar. Pero estas cosas no traen felicidad. Cuanto más dinero poseen las personas más dinero desean y más ansiosas se ponen para enriquecerse. Los ricos muchas veces son personas extremadamente infelices, porque el dinero puede comprar cosas y objetos, pero no puede comprar la felicidad, no puede comprar la salud, la cura para el cáncer, o la vida perdida en un accidente.

UN LUGAR DE

Esperanza

40


II. LA VIDA EN ABUNDANCIA Amigos, la vida en abundancia que Dios ofrece no se define por las emociones temporarias de las actividades o por los placeres de las diversiones y fiestas. La vida en abundancia que Dios ofrece no está determinada por la longevidad o por la posesión de bienes materiales. La vida en abundancia es la vida que sólo Dios posee. Y él nos concede esa vida mediante su Hijo Cristo Jesús. Cristo murió en la cruz para darnos el derecho de disfrutar esa vida. Esa vida, amigos, es una vida comprada con la sangre de Jesús. Veamos lo que Jesús dice: “Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, así como el Padre me conoce, yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas” (Juan 10:114-15). Jesús entregó su vida para que nosotros pudiésemos recibir la vida que le pertenecía sólo a Él, una vida abundante. Esta vida abundante se caracteriza por tres aspectos especiales: es vida de libertad, vida de amor y vida eterna. A. Vida de libertad. En primer lugar, la vida abundante es una vida de libertad. Jesús dijo: “y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Juan 8:32). Esta verdad que liberta es el propio Jesús que, con sus méritos de su sangre en la cruz, quiere liberarnos de los miedos, de los temores y de las angustias que atacan nuestra alma. Jesús quiere liberarnos del pecado, nuestro mayor enemigo, para que vivamos una vida de libertad. En el ministerio del santuario israelita había un día en que el pecado era eliminado. Cristo hoy en el santuario celestial, realiza una obra especial para resolver definitivamente el problema del pecado. La Biblia nos asegura que Dios finalmente va a destruir el pecado y eliminar sus desastrosas consecuencias que llevaron a la humanidad a la esclavitud. B. Vida con propósito. En segundo lugar, la vida abundante es una vida con un propósito. La vida que vale la pena ser vivida es aquella vida que se coloca en las manos de Dios para servir a otros. La vida abundante es aquella vida dedicada en servicio a Dios y al prójimo; es como la vida de Jesús, una vida de amor a Dios y al prójimo. Lo más significativo es que cuanto usted más sirve a Dios y también al próji-

UN LUGAR DE

Esperanza

41


mo, más recibirá en términos de satisfacción y felicidad. No necesitará buscar la felicidad, ella vendrá naturalmente. Entonces si quiere vivir una vida en abundancia, viva para Dios y para el prójimo. La vida en abundancia no está en las emociones de muchas actividades, ni en longevidad, ni en las riquezas. La vida en abundancia brota de la generosidad del amor y del servicio a Dios y al prójimo. C. Vida duradera. Finalmente, la vida en abundancia es una vida duradera. La vida que Dios nos ofrece no se limita a los pocos años de existencia sobre la tierra, pues es una vida eterna. La muerte es una realidad que asusta cuyas sombras alcanzan a cada ser humano. Pero la Palabra de Dios promete que los que aceptan a Cristo como Salvador están libres del poder de la muerte. Jesús le dijo a las dos hermanas enlutadas por la muerte del hermano: “Yo soy la resurrección y la vida, quien cree en mi, aunque muera, vivirá. Todo aquel que vive, y cree en mí, no morirá para siempre”. (Juan 11:25, 26). La vida que Dios nos ofrece no puede ser destruida por la muerte porque para los salvos en Cristo la muerte no pasa de un sueño, la cual tendrá en breve un despertar feliz. CONCLUSIÓN: Ilustración: Quiero contarles la historia de un hombre muy rico que vivió hace muchos años en un lugar distante. Aquel hombre tuvo un hijo a quien amaba mucho, pero infelizmente murió antes que el padre. Cuando el hombre murió, sus bienes fueron rematados, pues no tenía ningún heredero vivo. Muchas personas vinieron de cerca y de lejos para asistir al remate y adquirir las propiedades y las rarísimas piezas de antigüedades que formaban parte del patrimonio de aquel hombre. El primer artículo que se presentó para ser rematado era un retrato del hijo querido de aquel hombre rico. Nadie dio alguna oferta. Los presentes estaban ansiosos e inquietos y apenas podían esperar la oportunidad de adquirir los verdaderos tesoros que allí serían rematados. Pero el rematador estaba dispuesto a no continuar el remate hasta que el retrato del hijo fuese vendido. Finalmente apareció una joven madre que usando todos sus ahorros apostó a la fotografía. Ella había

UN LUGAR DE

Esperanza

42


trabajado en aquella mansión y sabía cuánto había significado ese hijo para su padre. De repente, el rematador arrojó el martillo al suelo y anunció que el remate había terminado. Caminó hasta la mujer, le dio el retrato y le dijo que todo lo que ella veía allí y las propiedades del fallecido ahora le pertenecían a ella. El hombre había dejado instrucciones específicas en el testamento para que la persona que comprase el retrato del hijo recibiese todo. LLAMADO Queridos amigos, Dios hizo la misma cosa. Quien tiene al Hijo, tiene todo. La Biblia dice: “El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Juan 5:12). Quiero invitarlo en este momento a aceptar la oferta de vida que Dios le ofrece. ¿Quiere aceptar a Cristo, el Hijo de Dios como su Salvador? ¿Quiere disfrutar la vida que sólo Jesucristo, el Hijo de Dios puede ofrecer? Levántese y venga para que oremos a Dios por esa vida. ¡Quien tiene al Hijo tiene todo!

UN LUGAR DE

Esperanza

43


8. ESPERANZA DE FELICIDAD INTRODUCCIÓN La generación actual vive en una frenética búsqueda de cosas que le puedan proporcionar felicidad. Muchos buscan la felicidad en el dinero, otros la buscan en los placeres, algunos la procuran en la fama, otros en las relaciones. Pero estas cosas no traen felicidad. Ilustración: Un reportero preguntó a Elvis Presley, seis semanas antes de la muerte de ese cantor: “Elvis, usted dijo que cuando comenzó a cantar quería ser rico, famoso y feliz. ¿Usted es feliz? Elvis entonces respondió: “Vivo en una soledad infernal”. Amigos, la felicidad no viene con las cosas que procuramos, ni de los sueños que acariciamos. La verdadera felicidad es un regalo de Dios, disfrutado por aquellos que obedecen su voluntad. Dios revela su voluntad en el manual de la felicidad. Ese manual estaba ubicado en el lugar santísimo del santuario, dentro del arca. Recuerden que anoche hablamos sobre el propiciatorio, la tapa del arca. Hoy vamos a hablar sobre el contenido del arca. Dentro del arca estaban depositadas las dos tablas de piedra conteniendo la Ley de Dios. Es importante considerar que el lugar más importante del santuario era el lugar santísimo, y el hecho de que los diez mandamientos sean depositados en el lugar santísimo es una clara evidencia de su importancia. La ley expresada en los Diez Mandamientos es la transcripción del carácter de Dios y representa una dádiva de amor del Creador a sus criaturas. Dios nos dio su ley para nuestra felicidad. DESARROLLO La Ley de Dios no consiste en una lista numerosa de cosas que debemos o no debemos hacer, sino constituye un decálogo, esto es, diez mandamientos que reflejan el carácter de Dios, con instrucciones sobre cómo conducirnos en las diferentes situaciones de la vida. Esos mandamientos son el medio de manifestar nuestra gratitud a Dios y

UN LUGAR DE

Esperanza

44


para desarrollar una relación con él. La obediencia que Dios requiere de nosotros no debe ser entendida en términos de una relación de compra y venta. Al contrario, debemos obedecer a Dios, no para que Él nos de algo a cambio, sino en respuesta a las grandes bendiciones que él nos ha concedido. Y a medida que le obedecemos, guardando su ley, más nos aproximamos a Él y viviremos una vida de satisfacción y felicidad. Por lo tanto, apreciados amigos, los diez mandamientos no representan la voluntad de un Dios arbitrario, que impone su voluntad sobre nosotros, sino la revelación del carácter de un Dios, cuyo amor es infinito. Una vida en armonía con la voluntad de Dios revelada en su Ley, es una vida de satisfacción y felicidad. Vamos a abrir la Biblia para conocer la receta que Dios da para la felicidad. En Éxodo 20:1-17 encontramos el manual de la felicidad. LOS DIEZ MANDAMIENTOS 1

Habló Dios todas estas palabras:

2 Yo soy Jehová, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. 3 »No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 »No te harás imagen ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. 5 No te inclinarás a ellas ni las honrarás, porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia por millares a los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 »No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano.

UN LUGAR DE

Esperanza

45


8 »Acuérdate del sábado para santificarlo. 9 Seis días trabajarás y harás toda tu obra, 10 pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, 11 porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó. 12 »Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová, tu Dios, te da. 13 »No matarás. 14 »No cometerás adulterio. 15 »No hurtarás. 16 »No dirás contra tu prójimo falso testimonio. 17 »No codiciarás la casa de tu prójimo: no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo». Estos diez mandamientos pueden ser divididos en dos partes, como Jesús nos mostró. Cuando le preguntaron sobre cuál era el mandamiento más grande de la ley, Jesús respondió: --”Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mat. 22:37-39). Así, con esta declaración Jesús interpretó los Diez Mandamientos como dos líneas que se cruzan. Una línea vertical

UN LUGAR DE

Esperanza

46


que liga al ser humano con Dios, representada en los cuatro primeros mandamientos. Estos mandamientos establecen en forma clara la relación del ser humano con Dios. La línea horizontal está representada en los seis últimos mandamientos. Aquí el foco de la obediencia está en el amor al prójimo, esto es una relación de las personas unas con las otras. I. AMOR A DIOS A. Primer mandamiento. “No tendrás otros dioses delante de mí”. Su dios es lo que usted ama, busca, adora sirve y permite que controle su vida. Pablo dice que la avaricia es idolatría, porque cuando permitimos que cualquier cosa ocupe el primer lugar en la vida, hacemos de eso un dios (Col. 3:5). Nuestra vida debe ser controlada por la voluntad de Dios, expresada en su Palabra, y no por personas, circunstancias o cosas materiales. Hay muchos dioses que hoy luchan por ocupar el primer lugar en nuestra vida: dinero, posición, bienestar, bienes materiales, personas que quieren apartarnos de Dios. Pero el primer lugar en nuestra vida debe ser ocupado por el Dios que revela su voluntad en la Biblia, pues es quien nos creó y sabe lo que es mejor para nuestra felicidad. Cuando damos a Dios el primer lugar en nuestra vida, él cuida de las demás cosas. Como dice Jesús: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mat. 6:33). B. Segundo mandamiento. “No te harás imagen ni ninguna semejanza…” La tentación de la idolatría fue un constante peligro para el pueblo de Dios. Substituir al Dios creador de los cielos y de la tierra por imágenes de metal, piedra o barro es una afrenta a su soberanía. El principio fundamental en este mandamiento es que no debemos imaginar a Dios como un ser igual a nosotros o manipularlo al reducirlo a imágenes de fabricación humana. Sólo existe una imagen de Dios auténtica y legítima sobre la faz de la tierra: el ser humano. La Biblia dice que Dios creó al hombre y a la mujer “a su imagen, a imagen de Dios los creó”. No necesitamos de imágenes de Dios, pues Dios ya nos creó a cada uno de nosotros a su imagen para disfrutar la

UN LUGAR DE

Esperanza

47


felicidad que viene de la comunión con Dios y del privilegio de servirlo y obedecerlo. C. Tercer mandamiento. “No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano”. Este mandamiento prohíbe el uso liviano, frívolo, blasfemo e hipócrita del nombre de Dios. Por lo menos tres aspectos están involucrados en la obediencia de este mandamiento. El primero es la irreverencia. No debemos pronunciar el nombre de Dios de forma irreverente y frívola o mezclar el nombre sagrado con juegos. El segundo aspecto es el uso del nombre de Dios en ofensas, insultos e injurias. Finalmente es necesario enfatizar que el nombre de Dios, al ser utilizado para confirmar o dar credibilidad a nuestra palabra, es sumamente deshonrado si no cumplimos lo que prometemos. D. Cuarto mandamiento. “Acuérdate del día de sábado, para santificarlo”. En la creación Dios separó el séptimo día de la semana para el descanso. La Biblia dice que Dios hizo tres cosas en el sábado y a favor del sábado: Dios lo bendijo, santificó y descansó (Gén. 2:3). El sábado tiene su origen en la Creación de los cielos y de la tierra y fue confirmado por Jesucristo y los apóstoles (Luc. 4:31; 13:10; 23:56; Hech. 13:44; 18:3). El sábado es el mandamiento que identifica a Dios como Creador y funciona como la señal de los verdaderos adoradores de Dios (Ex. 31:13, 17; Eze. 20:12, 20). II. AMOR AL PRÓJIMO Después de cuatro mandamientos dedicados al amor a Dios, la receta de felicidad continúa en los últimos seis mandamientos que tratan del amor al prójimo. Ilustración: A través de un estudio científico, se comprobó que las personas más felices son aquellas que ayudan a los demás. Un investigador reunió a un grupo de personas y le pidió a cada una de ellas que identifiquen a diez personas bien conocidas y que las clasifiquen como felices o infelices. A continuación los entrevistados debían repasar cada nombre y señalar cada persona como altruista o egoísta, usando la siguiente definición para “egoísmo”: “una tendencia firme de dedicar tiempo y recursos para interés propio, una indisposición

UN LUGAR DE

Esperanza

48


en preocuparse por el problema de otros”. Al tabular los resultados, el investigador descubrió que los individuos más preocupados con la propia felicidad tenían mucho menos probabilidad de ser felices que aquellos que se esforzaban en hacer felices a los demás. A. Quinto mandamiento. “Honra a tu padre y a tu madre”. Ilustración: Un famoso pediatra declaró que “cuando se trata de enfermedades graves, el niño que fue enseñado a obedecer tiene cuatro veces más chances de recuperación que un niño indisciplinado”. La obediencia a los padres es un deber sagrado determinado por Dios para la felicidad humana, y puede hasta ayudar a salvar una vida. Dios nos pide que honremos a los padres por varias razones. Primera: la familia es la unidad básica de la sociedad. Ninguna nación puede ser fuerte si su familia es débil. Segunda: La familia es la unidad espiritual básica. Dios hizo de los padres sacerdotes y pastores de sus hijos. Tercera: los hijos tienen una deuda de gratitud para con los padres por los años de cuidado y protección. Cuarta: los hijos siempre van a necesitar de la orientación y del consejo de los padres. Las personas que desprecian o son negligentes con la experiencia de los padres y de los ancianos o no respetan a aquellos que vivieron más, dejan de crecer en madurez y deshonran al Padre Celestial. Finalmente, en situaciones de carencia financiera, es responsabilidad de los hijos honrar a sus padres, proveyéndoles los recursos para que vivan con dignidad. B. Sexto mandamiento. “No matarás”. La vida es un don de Dios y el respeto a la vida es el más básico de todos los deberes humanos. El ser humano fue creado a la imagen de Dios y un ataque a la vida es una ofensa al propio Creador. Sólo Dios tiene el derecho de quitar la vida. Pero notemos que el mandamiento tiene implicaciones que van más allá de aquello que normalmente nosotros entendemos como homicidio. Así que podemos decir que el mandamiento también prohíbe cualquier tipo de crueldad o violencia, pues esto reduce o debilita la vida de otra persona. Este mandamiento también nos advierte contra el deseo de disminuir o perjudicar a alguien. Jesús dijo: “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga “Necio” a su hermano, será culpable

UN LUGAR DE

Esperanza

49


ante el Concilio; y cualquiera que le diga “Fatuo”, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mat. 5:22). C. Séptimo mandamiento. “No cometerás adulterio”. Este mandamiento tiene el propósito de proteger la felicidad del casamiento. Fue Dios quién creó al hombre y a la mujer para que unidos en matrimonio pudiesen disfrutar de la felicidad conyugal. El adulterio representa la ruptura de esa unión que debe ser indisoluble. El adulterio destruye vidas y familias. Por eso, el Dios que realizó el primer casamiento en el Jardín del Edén determinó que esta unión debe ser exclusiva y permanente. Así, para disfrutar de la felicidad genuina, necesitamos seguir las orientaciones del “manual del fabricante”. D. Octavo mandamiento. “No hurtarás”. Aquí Dios exige respeto por la propiedad de los demás. Los bienes y las posesiones son una concesión de Dios. Cuando alguien toma algo que no le pertenece, esa persona no ofende solo al prójimo sino también a Dios. Pero el mandamiento no se limita a la substracción de bienes ajenos. El mandamiento advierte también contra otros tipos de hurto. Por ejemplo: el hurto del tiempo, del trabajo, o de la deshonestidad en los negocios. E. Noveno mandamiento. “No dirás falso testimonio contra tu prójimo”. Hablar la verdad y cumplir promesas es el cimiento que mantiene la sociedad unida. Mentiras y chismes destruyen las relaciones y causan daños a la sociedad. Siempre debemos recordar que “la mentira tiene patas cortas”. Una mentira exige de otra mentira para cubrir la anterior. Y la menor de las mentiras es como un embarazo, no demora mucho hasta que todos lo perciben. F. Décimo mandamiento. “No codiciarás”. Codicia es el deseo de poseer lo que pertenece a otra persona. El décimo mandamiento deja las acciones y enfoca las actitudes y deseos del corazón, es en el corazón donde se aloja la codicia y hace que las personas quebranten los demás mandamientos. Los Diez Mandamientos ofrecen la receta sobre cómo relacionarnos con Dios y con las demás personas y así disfrutar de la verdadera felicidad. Los primeros cuatro nos orientan en el amor hacia

UN LUGAR DE

Esperanza

50


Dios. La segunda parte nos impulsa a amar al prójimo como a nosotros mismos (Mat. 22:34-40; Lev. 19:18). Si amamos a nuestro prójimo, no vamos a codiciar, robar, mentir sobre él /ella, o hacer cualquier cosa que Dios prohíbe en su Palabra. Es por eso que el amor es el cumplimiento de la Ley (Rom. 13:8-10). Sólo Dios puede cambiar nuestro corazón pecador (Heb. 10:14-18) y darnos el amor que necesitamos para obedecer y para amar a los demás (Gál. 5:22-26; Rom. 5:1-5) como a nosotros mismos. CONCLUSIÓN Ilustración: Un joven sintió deseos de nadar en una piscina a la media noche. Los vecinos del otro lado de la calle tenían una piscina y él lo sabía. Así que el joven salió de su casa y atravesó la calle en dirección a la casa de los vecinos. Se aproximó al muro. Allí había varias señales indicando: “No entre”. Pero el deseo de nadar venció al deber de obediencia, y el joven saltó el muro. Ya dentro de la propiedad ajena continuó caminando hasta el trampolín, de donde saltó de cabeza a la piscina, que en aquel momento contenía apenas unos pocos centímetros de agua. Él se quebró el cuello y está en tratamiento hace un buen tiempo. El joven no comprendió que las señales “No entre” estaban allí para protegerlo. Apreciados amigos, la ley de Dios depositada en el arca del santuario, fue dada para protegernos. La obediencia a esta ley trae felicidad. Mediante esa ley Dios prueba la conducta de los seres humanos. Basado en esa ley Dios emite el juicio final sobre el destino de cada persona que vivió y vive sobre la tierra. LLAMADO Apreciado amigo, apreciada amiga, venga a disfrutar de la felicidad que Dios ofrece mediante la obediencia a esta ley. Si usted no ha vivido de acuerdo con los mandamientos de Dios, si usted en algún momento desobedeció este manual de la felicidad, Jesucristo le ofrece el perdón. Pero Jesús tiene algo más para usted: Jesús le da poder para que pueda vivir una vida de obediencia y así disfrutar de la felicidad

UN LUGAR DE

Esperanza

51


que brota de una vida en comunión con Dios. Quiero invitarlo en este momento a tomar la decisión de vivir de acuerdo con el manual de la felicidad. ¿Quiere vivir de acuerdo con la voluntad de Dios revelada en los Diez Mandamientos? ¿Quiere pedirle a Dios el poder para obedecer esta ley y así expresar su amor por Jesucristo? Si este es su deseo y su propósito, venga al frente vamos a orar juntos.

UN LUGAR DE

Esperanza

52


UN LUGAR DE

Esperanza

53


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.